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HISTORIA URBANA MEDIEVAL DE CAPARROSO Marta Jauregui Virto, Arquitecta Urbanista Comprender la evolución urbana de nuestros pueblos y ciudades distinguiendo las distintas funciones y transformaciones de sus elementos representativos, no como elementos físicos sino como manifestaciones de la época en que se construyeron, es una fuente inagotable para comprender la sociedad urbana que vivimos en la actualidad y un espacio de reflexión acerca de cuales van a ser las ciudades que vamos a dejar a las generaciones futuras. Caparroso forma parte del espacio geográfico situado en el valle medio del Aragón, que fue ocupado por los musulmanes en torno a los años 714-717 aproximadamente, siendo vía de paso frecuentada por las expediciones musulmanas contra el reino de Pamplona durante los siglos VIII, IX y X. Juan A. Souto, en sus estudios de las fuentes árabes geográficas e históricas relativas al periodo omeya en al-Andalus (711-1013) propone que la Tudela islámica actuaba como una madina a modo de centro neurálgico, en la que se podría dibujar un círculo de 40 kilómetros de radio (ya que esta es la distancia media recorrida por tropas de a pie en una jornada), que englobaría casi todos los asentamientos islámicos que documentan las fuentes, entre los que encontraríamos a Arnedo, Calahorra, Falces, Caparroso y Carcastillo1. La primera noticia escrita identificada por varios autores con Caparroso la encontramos en el estudio que Alberto Cañada realiza sobre Los Banu Qasi, en el cual nos informa de una expedición de Abd al-Rahman II contra Navarra fechada en el año 843, en la que saliendo de Córdoba en abril o mayo se apodera del fuerte de Sajra Qays en la cuenca de Pamplona en julio, y libera a Harit ibn Bazi en Farandil, cerca de Caparroso (detrás del castillo, al norte del río Aragón, probablemente en un altozano del término de Beire) en el mismo mes de julio2. Sin embargo, Jesús Lorenzo propone que esta noticia del año 843 no es definitiva en cuanto a la existencia de un castillo en Caparroso, ya que considera que se alude a dicho lugar como referencia geográfica para situar donde se produce la entrega de los prisioneros, por lo que esta cita no implicaría la existencia del castillo en el momento al que se refiere la noticia, aunque si en el momento en que la noticia se trasmite, lo que puede generar el error3. 1 J. A. SOUTO, “El noroeste de la frontera superior de Al-Andalus en época omeya: poblamiento y organización territorial, García Sánchez III "el de Nájera" un rey y un reino en la Europa del siglo XI”, XV Semana de Estudios Medievales, Nájera, Tricio y San Millán de la Cogolla del 2 al 6 de agosto de 2004 / coord. por José Ignacio de la Iglesia Duarte, 2005, pp 257-258 2 A. CAÑADA JUSTE, “El posible solar originario de los Banu Qasi”, Homenaje a don José María Lacarra de Miguel en su jubilación del profesorado. Estudios medievales, I, Zaragoza 1977 p 17 y 93 3 J. LORENZO JIMÉNEZ, “Los husún de los Banu Qasi: algunas consideraciones desde el registro escrito”, Brocar: Cuadernos de investigación histórica, Nº 31, 2007 (Ejemplar dedicado a: Historia Medieval de La Rioja / coord. por Francisco Javier Goicolea Julián), Con respecto a la denominación en los textos árabes de Caparroso, Alberto Cañada nos informa que desde Lévi-Provençal se admite que Firús puede ser una mala grafía de Caparroso, y que en una incursión de los sarracenos encabezada por Muhammad I de Córdoba a tierras pamplonesas en el año 860, arruinaron el territorio a su paso dedicándose al incendio y al pillaje y se apoderaron de tres castillos: Firús (Caparroso), Falah´san (Falces) y al-Kashtil (sin identificar)4. De nuevo Jesús Lorenzo expone sus dudas con respecto a esta noticia, ya que, a pesar de que son varios los cronistas que se hacen eco de esta campaña, la referencia a Caparroso y Falces solo aparece recogida en la crónica de ibn al-Atir, autor oriental tardío (ss XII-XIII), cuyo texto presenta con frecuencia, al menos en lo que se refiere a la Frontera Superior de al-Andalus, informaciones difíciles de compatibilizar como las de otros autores que están mejor informados, además aparecen con una grafía que inclina a dicho autor a no dar por buena la información5. Alrededor del año 887, el escritor al-Udrí, enumera en un informe varios castillos que fueron reconstruidos y fortificados (pertrechados) entre los que se encuentra el castillo de Caparroso y el de Falces, que serían objeto de las amenazas de los cristianos de Pamplona6. A este respecto, Jesús Lorenzo considera que Muhammad ibn Lubb levantó castillos allí donde antes no existían, llamando la atención al uso del verbo sayyada, que significa “erigir”, lo cual lleva implícita la idea de construcción ex novo de un edificio. Los castillos a los que se refiere el verbo en cuestión son los de Falyus y Qabrus, que muy verosímilmente identifica con los actuales Caparroso y Falces7. En el año 907 tras la muerte de Lope b. Muhammad, los Banu Qasi se quedan con Falces, Caparroso, Valtierra, comarca de Tudela y la actual Rioja. El año 915, Abd Allah fue preso por Sancho Garcés I (900-925) en las Bardenas (espacio situado entre Caparroso y Tudela), siendo rescatado a cambio de los castillos de Falces y Caparroso. A partir de este momento se produjo el domino de los valles del Aragón y el Arga por los cristianos, siendo una de las conquistas que nunca más se abandonaron8, convirtiéndose la zona desolada de las Bardenas en una barrera tanto para la contención a la expansión cristiana, como para los ataques musulmanes. p 90. Artículo que es un adelanto de su tesis: J. LORENZO JIMÉNEZ: La dawla de los Banu Qasi. Origen, auge y caída de una dinastía muladí en la Frontera Superior de al-Andalus. CSIC, Madrid, 2010. 4 A. CAÑADA JUSTE, El posible solar originario de los Banu Qasi, “Homenaje a don José María Lacarra de Miguel en su jubilación del profesorado. Estudios medievales, I”, Zaragoza 1977 p 35 5 J. LORENZO JIMÉNEZ, “Los husún de los Banu Qasi:: algunas consideraciones desde el registro escrito”, Brocar: Cuadernos de investigación histórica, Nº 31, 2007 (Ejemplar dedicado a: Historia Medieval de La Rioja / coord. por Francisco Javier Goicolea Julián), p 90 6 A. CAÑADA JUSTE, “El posible solar originario de los Banu Qasi”, Homenaje a don José María Lacarra de Miguel en su jubilación del profesorado. Estudios medievales, I, Zaragoza 1977 p 61 7 J. LORENZO JIMÉNEZ, “Los husún de los Banu Qasi:: algunas consideraciones desde el registro escrito”, Brocar: Cuadernos de investigación histórica, Nº 31, 2007 (Ejemplar dedicado a: Historia Medieval de La Rioja / coord. por Francisco Javier Goicolea Julián), p 90 8 A. CAÑADA JUSTE, “El posible solar originario de los Banu Qasi”, Homenaje a do José María Lacarra de Miguel en su jubilación del profesorado. Estudios medievales, I, Zaragoza 1977 pp 81 y 83 En lo que respecta a la fortificación que se realiza en Caparrroso, Juan Antonio Souto, lo describe como una fortaleza con una función de carácter bélico, hisn9. Algo en lo que coincide Jesús Lorenzo, el cual además llama la atención del hecho de que, según se deriva de la redacción del texto, los husun10 de Falces y de Caparroso no pertenecían ni a Pamplona ni a los Banu Qasi, hasta su ocupación por Muhammad ibn Lubb, lo que le induce a pensar que pertenecían a sus pobladores (comunidades campesinas)11. El mismo autor en otro artículo, incide en que la construcción de husun, en particular por parte de Muhammad ibn Lubb de los Banu Qasi, más allá del elemento arquitectónico o del elemento fortificado, está directamente vinculada con el control efectivo de territorios y sus pobladores12. Es decir, se podría considerar que antes de la llegadade los musulmanes, ya existía un asentamiento campesino dentro del término de Caparroso, y que se construyó un castillo para asentar las tropas e imponer el dominio musulmán del territorio. Con estos campesinos podría haber sucedido algo similar al caso del distrito de Pamplona, en el que a cambio de fidelidad y el abono de un tributo, los pobladores existentes quedaban bajo la protección del Islam manteniendo sus heredades, tradiciones jurídicas, religiosas y culturales13, aunque esto es algo que no podemos afirmar por el momento. Si tenemos en cuenta que las fortificaciones medievales musulmanas presentaban diversas formas, envergaduras y nivel de complejidad en función de la misión que desempeñaban así como del lugar en el que se situaran, en Caparroso nos encontramos con un emplazamiento situado lejos de las grandes aglomeraciones urbanas, disperso en el medio rural, en el que se edificaría un recinto fortificado (fortaleza-refugio que en dicha época alcanzó una amplia difusión) cuya principal misión sería dar protección al campesinado y su ganado en tiempos de guerra, así como el control y la vigilancia tanto de los caminos como del río Cidacos. Hay que tener en cuenta que los husun no poseían categoría de ciudad, aunque tenían la entidad suficiente para articular en su entorno un foco de aspecto semiciudadano, es decir, se habría formado un arrabal de población relativamente permanente que se habría ido desarrollando bajo la protección del castillo, ya que se trataba de un período de continuas hostilidades separadas por intermitentes momentos de paz. El castillo se habría construido en un cerro junto a la población existente, y probablemente a lo largo de los al menos 28 años que Caparroso estuvo bajo dominio musulmán, se habría rodeado 9 J. A. SOUTO, “El noroeste de la frontera superior de Al-Andalus en época omeya: poblamiento y organización territorial, García Sánchez III "el de Nájera" un rey y un reino en la Europa del siglo XI”: XV Semana de Estudios Medievales, Nájera, Tricio y San Millán de la Cogolla del 2 al 6 de agosto de 2004 / coord. por José Ignacio de la Iglesia Duarte, 2005, p 260 10 husûn, es el plural de hisn, que se traduce como fortificación –la raíz h.s.n. en árabe quiere decir “fortificar” 11 J. LORENZO JIMÉNEZ, “Los husún de los Banu Qasi: algunas consideraciones desde el registro escrito”, Brocar: Cuadernos de investigación histórica, Nº 31, 2007 (Ejemplar dedicado a: Historia Medieval de La Rioja / coord. por Francisco Javier Goicolea Julián), p 92 12 J. LORENZO JIMÉNEZ, “El valle del Ebro a través de los Banû Qasî”, Villa 3. Histoire et archéologie des sociétés de la vallée de l'Ebre (VIIe-XIe siécles) / coord. por Philippe Sénac, 2010, pp 229-230 13 J. PAVON BENITO, Poblamiento altomedieval navarro. Base socioeconómica del espacio monárquico, Editorial Eunsa, Pamplona 2001, p 15 con una muralla y habría contado con un aljibe que asegurara el aprovisionamiento de agua, sin embargo, a diferencia de lo que pasaba en las alcazabas y alcázares, no habría contado con mezquita, ya que son escasos los castillos árabes reseñados por las crónicas que contaban con una. Los husun de Falces y Caparroso, actuarían como cabeza de un territorio más o menos extenso, controlando y defendiendo los espacios agrícolas irrigados, e incluso actuando como fiscalizador de los recursos del Estado14. Llegado a este momento, cabría hacerse la pregunta acerca de dónde se situaría este asentamiento. Hay que tener en cuenta que se trataba de una comunidad de agricultores, por lo que tendría que situarse junto a los campos de cultivo, además se encontraría cerca de la vía de comunicación norte-sur entre Pamplona y Tudela, de una probable vía de comunicación este- oeste con el castillo de Falces y cerca de un río que le proporcionara agua. Julio Altadill, cita la existencia de gruesos murallones en gran parte allanados y reutilizados sus materiales en modernas construcciones, inmediatos a la ermita de Nuestra Señora del Soto, antes llamada de Chavier, que delatan la situación que ocupó una fortaleza15. El documento de concesión de fueros a Caparroso16 (del que hablaremos más tarde) también da varias pistas sobre la ubicación del castillo de Caparroso, ya que por un lado cita que se concede la libre utilización del agua del río Cidacos, y por otro establece como límite para el medianeto al término de Iaber, interpretándose el término por José María Recondo, como término de Xabier en Caparroso17 (el actual término de Chavier junto a la Virgen del Soto). El Plan General Municipal de Caparroso propone junto al río Cidacos una zona como área de interés arqueológico, identificada con el número 10 (en un principio como asentamiento romano, pero que está sin investigar), y junto a esta, en un plano cartográfico del Gobierno de Navarra aparece la denominación de “los altos”, aunque en la actualidad es un terreno llano, pero que nos indica que en algún momento ha podido existir un cerro. 14 Esta idea, no solo la ha expuesto Jesús Lorenzo, sino que ya la habían propuesto hace años P. GUICHARD, BAZZANA y CRESSIER en Les chateaux rureaux. 15 J. ALTADILL, Castillos medievales de Nabarra, Editorial Valladolid Maxtor 2005, Reproducción de la edición de Donostia Beñat Idaztiak, 1934, p 13 16 L. J. FORTÚN PÉREZ DE CIRIZA, “Colección de "fueros menores" de Navarra y otros privilegios locales (I)”, Príncipe de Viana, 1982, vol 43, nº 165, pp 282-284 17 J. M. RECONDO, “El castillo de Xavier”. Príncipe de Viana, 1957, vol. 18, nº 67, p 227 Figura 1: Parte del plano de Ordenación-Categorización del Suelo no Urbanizable del Plan General Municipal de Caparroso. Figura 2: Parte del plano cartográfico del Gobierno de Navarra dm_206_15 Es curioso un plano cartográfico del año 1724 de Joseph de Horta y otro de 1772 de Tomás López, que nos muestran la existencia de un desolado llamado de San Miguel entre los ríos Aragón y Cidacos en la zona de posible ubicación del Castillo. 18 19 Figura 3: plano cartográfico de J de Horta Figura 4: plano cartográfico de T. López El Diccionario Geográfico-Histórico de España del año 1802, nos informa de que Caparroso estuvo situado en una llanura y que por evitar los daños que ocasionaban las aguas se trasladó a un collado o peña inmediata, indicando además la existencia al norte de unas gruesas paredes vestigios del antiguo castillo20, estos mismos datos se repiten en el Diccionario Geográfico- Estadístico-Histórico de Pascual Madoz21 y en un libro de viajes del año 1864 escrito por Arthur de Grandeffe22. Con respecto a la denominación de San Miguel, en una guía de viajes de 1879, se nombra a Caparroso, que domina la vista del castillo de San Miguel23. Es curioso observar que también en la documentación medieval del rey Carlos II, se cita varias veces un término de San Miguel24, donde está la villa de Caparroso, y los molinos del rey. 18 J. de HORTA, Navarra / Dedicada al Yllmo. Reyno de Navarra por su fiel y afecto hijo Dr. Joseph de Horta; Joannes, Cartografía, 1724, Bibliothèque nationale de France, département Cartes et plans, CPL GE DD-2987 (1656 B) 19 T. LOPEZ, Mapa del Reyno de Navarra: comprende las Merindades de Pamplona, Estella, Tudela, Sangüesa, Olite, Ciudades, Villas Valles y Cendeas &c. : construido sobre el mapa de Josef de Horta y otros, Madrid 1772 20 Diccionario Geográfico-Histórico de España por la Real Academia de la Historia. Sección I Tomo I, Imprenta de la viuda de D. Joaquín Ibarra. Madrid 1802 p 192 21 P. MADOZ, Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Tomo V, Madrid 1846 p 501 22 A. GRANDEFFE, Nouveau guide en Espagne, Editado por la imprenta de N. Chaix, París 1864, p 147. 23A. ROSWAG, Nouveau guide du touriste en Espagne et en Portugal, Itinérire artistique, Editado por J. Laurent, Madrid 1879, p 24 21 de mayo de 1363: “… noz rentes de la ville de Capperrose au terme de Saint Michel, …” T. RUIZ SAN PEDRO, Archivo general de Navarra (1349-1387) II Documentación real de Carlos II (1362-1363), San Sebastián, Eusko Ikaskuntza, 199, doc 829. 21 de julio de 1364: “…por el tributo de las ruedas de Caparroso por el termino de la Sant Miguel…” T. RUIZ SAN PEDRO, Archivo general de Navarra (1349-1387) III Documentación real de Carlos II (1364-1365), San Sebastián, Eusko Ikaskuntza, 1999, doc 1125. 9 de septiembre de 1365: “…sobre las nuestras rientas de la dicha villa de Caparroso al termino de la Sant Miguel…” T. RUIZ SAN PEDRO, Archivo general de Navarra (1349-1387) III Documentación real de Carlos II (1364-1365), San Sebastián, Eusko Ikaskuntza, 1999, doc 1404. Recapitulando todos estos datos podemos considerar que antes del año 887 existiría un asentamiento de población agrícola en Caparroso donde los musulmanes erigen un castillo o hisn, para el control efectivo del territorio y sus pobladores, castillo del que no tenemos ningún dato, ya que no se ha conservado ningún tipo de documentación que lo describa, y por ahora tampoco se ha realizado ningún tipo de estudio arqueológico, sin embargo si tenemos referencias a un castillo medieval en la misma zona que probablemente habría reutilizado el hisn musulmán (persistencia de los asentamientos) por lo que estaría situado en el mismo emplazamiento, es decir en un cerro junto a los campos de cultivo, entre el río Cidacos y el término de río Chavier, al norte del río Aragón y cerca del cauce de este ya que como veremos más tarde las avenidas del río y las guerras acabaron con él. Por tanto se puede proponer una ubicación para el castillo en el siguiente ámbito: Figura 5: elaboración propia sobre plano cartográfico del Gobierno de Navarra En el año 915 se produce la ocupación definitiva de la fortaleza de Caparroso, así como el control de la ribera del río Aragón salvo en su desembocadura, de la mano de Sancho Garcés I, constituyéndose un cinturón exterior de población fluida y soberana a duras penas vinculada al espacio pamplonés25. Sin embargo, aún se producirían incursiones musulmanas como la ocurrida en el año 968 que supuso la pérdida territorial del valle del Cidacos. 25 F. MIRANDA GARCÍA, “El poblamiento en el Valle Medio del río Aragón, siglos IX-XII”, “Príncipe de Viana, Año nº 66, nº 235”, Pamplona 2005 pp 397-398 Ya en el siglo XI, y tras la recuperación de Funes y Uncastillo, Fermín Miranda propone que un rosario de baluartes organiza militarmente la frontera: Caparroso, Murillo el Fruto, Carcastillo y Uncastillo, articulando un espacio destinado a la defensa pero exento todavía de vocación repobladora, considerando que esta situación cambia, fundamentalmente, con la caída de Tudela y el definitivo alejamiento de la zona de encuentro con al-Andalus en 1119, siendo a partir de este momento cuando saltan a la documentación aldeas con población residual anterior o a proyectos fomentados por la monarquía para arraigar población a la tierra, destacando que podrían haber “resucitado” los antiguos centros defensivos entre los que se encontraría Caparroso26. En apoyo a esta teoría encontramos a Antonio Ubieto Arteta, que indica que hacia los meses de octubre y noviembre de 1102 se efectuó la repoblación de Caparroso, una vez que las Bardenas estaban ya aseguradas contra los moros de Tudela con las posiciones de Arguedas, Milagro y la torre fabricada recientemente por los de Marcilla27. El mismo autor, en otro documento, considera que las tierras de Caparroso debieron despoblarse a mediados del siglo XI ya que su nombre no aparece en la documentación, hasta que Pedro I (1101) la repobló, junto con Santacara28. Sin embargo si que podemos encontrar (aunque no muy abundantes) referencias a Caparroso en la documentación del siglo XI: en 1033 existe un documento en el que aparece Fortún Sánchez como senior de Caparroso, personaje de difícil filiación por la abundancia de señores navarros que llevaron tal nombre en los últimos años del siglo X y primeros del XI29; o en el año 1087 cuando García Fortuñez era señor o gobernador de Caparroso30 Caparroso también aparece en la documentación escrita en época de Sancho Ramírez (1076- 1094) incluso antes de que este fuera rey de Pamplona, ya que en mayo de 1073 encontramos un documento de alianza entre Sancho IV de Pamplona y el rey hudí de Zaragoza, al-Muqtadir, contra Sancho Ramírez, rey de Aragón, con motivo del intercambio de castillos entre Caparroso y Tudejen cercano a Fitero31. En junio de 1089 en un documento en el que figuran las dotaciones con que Sancho Ramírez beneficia a la iglesia de Santiago de Funes se nombra la iglesia de Caparroso32, sin embargo, 26 F. MIRANDA GARCÍA, “El poblamiento en el Valle Medio del río Aragón, siglos IX-XII”, “Príncipe de Viana, Año nº 66, nº 235”, Pamplona 2005 pp 399-400 27 A. UBIETO ARTETA, Colección Diplomática de Pedro I de Aragón y de Navarra, Escuela de estudios medievales, CSIC, Zaragoza 1951 pp 121-122 28 A. UBIETO ARTETA, “Sobrarbe y Ribagorza entre los años 1035 y 1045”, Príncipe de Viana, 21, 1960 p 198 29 D. OCHAGAVÍA FERNÁNDEZ, “La villa de Viguera”. Berceo, 1953, no 29, p. 533. También se cita a este Fortún Sánchez en C. LALIENA CORBERA, “Una revolución silenciosa: Transformaciones de la aristocracia navarro-aragonesa bajo Sancho el Mayor”. Aragón en la Edad Media, 1993, no 10, p. 490, donde en una relación de seniores que confirman documentos reales se cita Fortún Sánchez II (1023-1033) en Caparroso como poseedor de la honor. 30 Diccionario geográfico-histórico de España por la Real Academia de la Historia. Sección I. Comprende el reyno de Navarra, señorío de Vizcaya y provincias de Álava y Guipúzcoa, II. Imprenta viuda de D. Joaquín Ibarra. Madrid 1802, p 192 31 J Mª LACARRA, “Dos tratados de paz y alianza entre Sancho el de Peñalén y Moctadir de Zaragoza (1069-1073)” J. M.ª Lacarra, Colonización, parias, repoblación y otros estudios, Zaragoza, 1981 p 107 32 A. CANELLAS, La colección diplomática de Sancho Ramírez, Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, Zaragoza 1993 p 109-110 cuando dicho monarca en 1093 dota al Monasterio de Montearagón entre otras, con las iglesias dependientes de Funes no se encuentra la iglesia de Caparroso, ya que en 1092, Pedro de Rodez, obispo de Pamplona (1083-1115) y antiguo monje de Sainte-Foy de Conques, había donado al monasterio de Conques con los diezmos y primicias de varias iglesias navarras entre las que se encuentra la iglesia de Caparroso33. Estas dotaciones nos indican que además de Castillo en Caparroso existía una iglesia, y por otro lado justifica que la advocación de la nueva iglesia que se construyera con posterioridad se dedicara a Santa Fé. Con respecto a la dotación de la iglesia de Caparroso a la iglesia de Funes, esto es debido a que Funes ocupaba un puesto de preeminencia en el valle de su nombre, que se extiende hasta Caparroso, algo que se observa en la concesión del fuero de 1110 a Marcilla, Funes y Peñalén que hizo de Funes el centro judicial de la zona34. Volviendo a Sancho Ramírez y su hijo Pedro I, es patente la tarea repobladora de sus dominios, tanto de la retaguardia como de los de reciente adquisición, premiando a sus colaboradores con rentas o bienes inmuebles en propiedad o en tenencia, siendo frecuente que el soberano acordara con un noble la edificación de una torre o fortaleza en puntos de peligro35. La existencia documentada de una torre en Caparroso36 realizada por Sancho Ramírez, tiene importancia debido a que como veremos más tarde, no forma parte del castillo, sino que es exenta y con distintaubicación ya que tienen diferentes seniores la torre y el castillo. Con respecto a la constitución de honores en el siglo XI, nos encontramos con que se trata de un proceso ligado estrechamente con una primera etapa de proliferación de castillos y poderosas construcciones en piedra que se erigen en elementos de importancia creciente en la configuración del poder, situando Carlos Laliena a Caparroso como una de las localidades donde se produjo este hecho. Este autor propone que los monarcas prefirieran crearlas, no sobre sus dominios antiguos y poblados, sino en zonas periféricas, en las tierras por repoblar, donde es más factible sistematizar la ordenación social y espacial a partir de las macizas torres de los seniores 37. 33 J. GOÑI GAZTAMBIDE, Colección Diplomática de la catedral de Pamplona Tomo I (829-1243) Gobierno de Navarra, Departamento de Educación y Cultura, Pamplona 1997, pp 76-77 34 L. J. FORTÚN PÉREZ DE CIRIZA, “Colección "Fueros Menores" de Navarra (y IV)”, Príncipe de Viana, Año nº 46, nº 176, 1985, p 614 35 A. I. LAPEÑA PAÚL, Sancho Ramírez. Rey de Aragón (¿1064?-1094) y rey de Navarra (1076-1094) Ediciones TREA, Gijón 2004, pp 196-197 36 M. ARIGITA y LASA, Documentos inéditos para la historia de Navarra, Diputación Foral y Provincial de Navarra, Pamplona 1900. p 357. “… vna plaça franca que auia en Caparroso con las casas que eran aylli que solian clamar la abbadia, en la quoal el Rey don Sancho fezo una torr, …” 37 C. LALIENA CORBERA, “Una revolución silenciosa: Transformaciones de la aristocracia navarro-aragonesa bajo Sancho el Mayor”. Aragón en la Edad Media, 1993, nº 10, p 492 Tenemos muy pocos datos de cómo sería dicha torre, sin embargo Cristobal Guitar, al hablar de las torres más antiguas que se conservan en Aragón, dice que son de planta generalmente pequeña, esbeltas y suelen alzarse aisladas en cerros o colinas38. Las pocas informaciones nos indican que se trataba de una construcción defensiva39 rodeada de un muro de protección40, que contaba con casas41 y al menos con una bodega42 43 Figura 6: elaboración propia sobre ortofoto del año 2013 del Gobierno de Navarra Además de las construcciones militares, Sancho Ramírez, fue un gran promotor de la construcción de iglesias, ya que en una sociedad tan creyente como la de aquellos siglos, se daba atención prioritaria a la morada de Dios, la Virgen y los santos, por lo que ninguna villa o lugar se quedó sin su correspondiente parroquia44, esto justificaría la existencia de una primera iglesia en Caparroso que podría corresponderse con la iglesia que aparece en la documentación del año 1309 38 C. GUITAR APARICIO, Castillos de Aragón, Zaragoza, 1976 p 29 39 En el año 1284 se llevan a cabo varias obras en la torre de Caparroso para reforzar sus defensas: “Pro operibus factis in turre de Capparroso; in primis pro faciendis defensionibus uocatis archeras et andamios, cum lignis emptis et scissis in pinari, plastro et adobe emptis, cauanda terra ad faciendas parietes de terra, et instrumentis uocatis tipiales locatis ad faciendos dictos parietes, funibus, et aliis neccesaris emptis” J. CARRASCO, P. TAMBURRI y I. MUGUETA, Registros de la Casa de Francia Felipe I el Hermoso 1284, 1285, 1286, 1287 Serie I: Comptos Reales. Registros Tomo II, Volumen II, Pamplona 1999, p 28 40 “Ibi pro reficiendo fundamento muri circuitus turris Caparrossi qui corruerat et pro aperiendo fundamento et pro lapidibus asportatis emptis cum curribus ad turrem tapiis faciendis magistris, pedonibus, mulierisbus et aliis necesariis, 77 solidos, 6 denarios” J. CARRASCO, P. TAMBURRI y I. MUGUETA, Registros de la Casa de Francia Luis I el Hutín 1306-1307 Serie I: Comptos Reales. Registros Tomo VII, Pamplona 2002, p 507 41 “Item in Capparrosio, pro operibus factis in turre et in domibus per manun Johannis Petri de Oleto, castellano dicte turris, …” J. CARRASCO, P. TAMBURRI y I. MUGUETA, Registros de la Casa de Francia Felipe I el Hermoso 1297-1298, 1300, 1304 Serie I: Comptos Reales. Registros Tomo V, Pamplona 2001, p 104 42 “Pro facienda de nouo porta celarii turris de Caparroso, 6 solidos” J. CARRASCO, P. TAMBURRI y I. MUGUETA, Registros de la Casa de Francia Felipe I el Hermoso 1297-1298, 1300, 1304 Serie I: Comptos Reales. Registros Tomo V, Pamplona 2001, p 495 43 Todas estas localidades tienen comunicación visual y contaron con torres, algunas de ellas todavía en pié. 44 A. I. LAPEÑA PAÚL, Sancho Ramírez. Rey de Aragón (¿1064?-1094) y rey de Navarra (1076-1094) Ediciones TREA, Gijón 2004, p 209 denominada como beate Marie de Sauierr45, o en documentación posterior como beate Marie de Xauierr46. A partir del siglo XII y tras la conquista de Zaragoza (1118) y Tudela (1119), se produjo un definitivo alejamientos de las fronteras y el consiguiente aumento del ámbito geográfico bajo la soberanía de Alfonso el Batallador rey de Aragón y Pamplona (1104-1134), que supuso una reordenación de los modelos de control y ordenación del espacio. Hasta el siglo XIII, debido a la fertilidad de estas tierras y la saturación demográfica de las cuencas intrapirenaicas, se generó un lento proceso de ocupación y reordenación del suelo. Los datos aportados en este apartado nos llevan a una reflexión en cuanto a la interpretación de Fermín Miranda de la existencia de una labor consciente por mantener esta parte de la frontera despejada de los posibles obstáculos que pudiera suponer un hábitat aldeano permanente. Desde el momento en que Sancho Ramírez construye una torre se habrían generado en Caparroso dos núcleos de población, uno encargado de las labores defensivas de frontera y otro que habría albergado a la población agrícola junto a los campos de cultivo (protegido por los restos del castillo musulmán) y resguardado de los ataques del sur por el río Aragón, de esta manera se habría cumplido el objetivo de no contar con población aldeana en la zona defensiva, pero por otro lado existía una población que facilitaba provisiones y rentas a la población guerrera. Así mismo esta reflexión nos lleva a pensar que la iglesia existente en Caparroso se encontraría situada dentro de los muros del castillo musulmán o en sus alrededores (en el término de Xabier), no junto a la torre medieval, para poder dar servicio a la población agrícola. Por otro lado la existencia de al menos 16 familias con heredades en el momento de concesión del fuero, a las que probablemente se deberían sumar los posibles pobladores musulmanes que se habrían instalado tras la construcción del castillo y que se podrían habrían mantenido, como ocurrió con las incorporación de los grandes recintos urbanos y espacios agrícolas tras la conquista de Tudela con los llamados “moros de paz” o “exaricos” (población mudejar adscrita a la tierra47), nos indica que en Caparroso habría una población estable, aunque tal vez no muy numerosa. Con respecto a la concesión del FUERO, nos apoyaremos en los estudios de Luis Javier Fortún: En 1102 Pedro I concede a los pobladores de Caparroso un fuero de frontera con un carácter repoblador o afianzador que intenta consolidar demográfica y socialmente la zona, mediante la concesión de privilegios, para lo cual se crea una jurisdicción propia que se configura como 45 J. CARRASCO, P. TAMBURRI y I. MUGUETA, Registros de la Casa de Francia Luis I el Hutín 1309, Serie I: Comptos Reales. Registros Tomo VIII, Pamplona 2002, p 36 46 J. CARRASCO y I. MUGUETA, Registros de la Casa de Francia Luis I el Hutín 1311-1314, Serie I: Comptos Reales. Registros Tomo IX, Pamplona 2003, p 185 47 J. PAVON BENITO, Poblamiento altomedieval navarro. Base socioeconómica del espacio monárquico, Editorial Eunsa, Pamplona 2001, pp 32-33 prácticamente inviolable, (se garantiza que los pobladores de esas villas sean juzgadospor el derecho y los jueces propios, se tiende a fijar los sitios de juramento, fianzas, pleitos, arbitrajes, … con extraños dentro del término del respectivo pueblo, se determina escrupulosamente cómo deben los extraños solicitar justicia contra un vecino, se les obstaculiza la toma de prendas, se les exige un determinado número de testigos según los delitos, …); para garantizar la subsistencia y desenvolvimiento de estos núcleos, el rey concede significativos privilegios económicos y fiscales (ingenuidad del término o de las heredades, exenciones de montagzo y herbazgo, lezda, mañería, fosadera, portazgo, novena, …); inmunidad a quienes habiendo cometido un homicidio y otros delitos y siendo perseguidos por la justicia, decidieran establecerse en estos pueblos (se pretendía colocar a gente acostumbrada a la vida azarosa que exigía una situación fronteriza); reglamentación de las expediciones al territorio enemigo, el reparto del botín, …debido a que los deberes militares tienen que estar perfectamente fijados, ya que son una necesidad vital y también una considerable fuente de ingresos, referencias a asuntos de tipo penal o criminal48. Sin embargo hay que tener en cuenta que estos fueros no suponen un privilegio de hidalguía universal, ya que sus habitantes se repartían entre hidalgos y labradores y la villa pagaba pecha al rey. Por tanto nos encontramos en el siglo XII con un castillo que cuenta con una iglesia afiliada a una fundación eclesiástica poderosa, el monasterio de Conques, y una población permanente a la que se le ha concedido un fuero de franquicia. Además contamos con existencia de una torre de vigilancia probablemente en la actual zona de ubicación del Cristo. Es razonable pensar que en esta época se habría diseñado algún tipo de parcelación para la ubicación de los nuevos pobladores, y se habría empezado a amurallar o rediseñar el asentamiento junto al castillo, de acuerdo al modelo de las ciudades medievales. Sin embargo tenemos muy pocos datos a este respecto. En la documentación medieval de Caparroso encontramos varias referencias a que la torre no se encuentra junto al castillo, por ejemplo que en enero del año 1277, Alfonso Díaz de Morentin, caballero, presta homenaje a la reina Juana por la torre de Caparroso, y en marzo del mismo año es Pedro Pérez de Oria, alcalde del castillo, quien presta homenaje a la reina por el castillo de Caparroso49. En la documentación de Comptos también encontramos que en la lista de los gastos aparecen por separado la torre y el castillo50, y cuando aparecen a nombre de la misma persona, se refleja en dos apuntes separados51. 48 L. J. FORTÚN PÉREZ DE CIRIZA, “Colección "Fueros Menores" de Navarra (y IV)”, Príncipe de Viana, Año nº 46, nº 176, 1985, pp 606-612 49 Mª. I. ZABALZA ALDAVE, Archivo General de Navarra.(1274-1321). Documentación Real, San Sebastián, Eusko Ikaskuntza, 1995 doc nº 42 y 59 50 En las cuentas del Reino de Navarra del año 1259 aparecen: En un documento de 1248 recogido por Mariano Arigita entre el inventario de los documentos y efectos existentes en varios castillos de Navarra, formado por Martín Periz de Cáseda, notario de la Corte, nos informa que Humberto, abad de Conques, dio al rey Teobaldo una plaza franca que había en Caparroso con las casas que tenía y que solían llamar la abadía, en la cual el Rey Sancho había hecho una torre52. Lo que nos indica que junto a la torre existían unas casas que pertenecían al monasterio de Santa Fé de Conques, y que dichas construcciones pasan a pertenecer al rey: Item vna carta que humbert abbat de Cancas dio et otorgo vna plaça franca que auia en Caparroso con las casas que eran aylli que solian clamar la abbadia, en la quoal el Rey don Sancho fezo una torr, al Rey don Thibalt de nauarra, et prometio que al mas antes que podria faria la dicha donation et otorgança aprouar por letras de su Conuent. Datum apud Ciçur die veneris in Octabis beati Gregorii mense marcii. Anno domini m.º cc.º xl.º viii.º et el sieyllo es caydo et esta agora dentro en la dicha carta. En la documentación de Comptos nos encontramos con un apunte posterior que tiene que ver con estas casas que solían llamar de la abadía que pasan a pertenecer al rey, cuando en las cuentas del año 1290, el rey no recibe nada de la casa de Martín Sánchez que está dentro de la abadía, porque el prior no quiere dar nada, y por la que se solía pagar 18 dineros53. En las cuentas de 1294, en pago del uso de la misma casa, el prior de Caparroso entrega el censo de una viña54. Encontramos otro documento del año 1332, en el cual se resuelve un pleito de los labradores de la villa de Caparroso en el que pedían que no se les obligara a rehacer el palacio y la torre del rey que estaban apartadas del castillo, ya que no es la costumbre y nunca lo han realizado, sin embargo si deben rehacer el castillo, las torres, los palacios y las casas que existen junto al castillo según la costumbre55. 111. Al merin, per retenença de la torr de Capparros, 10 k. per annum. 132. A don Pero Santz, per retenença del castel de Capparros, 20 k. per annum, a mense augustii. En las cuentas del Reino de Navarra del año 1266 aparecen: 187. A don Pero Gauarda, per retenença de la torr de Capparros, 40 s. per annum. 194. A Joffre, per retenença del castel de Capparros, 4 lib. per annum. Mª R. GARCÍA ARANCÓN, Archivo General de Navarra. Sección de Comptos. Registro Nº 1 (1259 y 1266), San Sebastián, Eusko Ikaskuntza, 2000 51 En las cuentas del Reino de Navarra del año 1290 aparecen: [173] Item, a Miguel Lopiz d’Uroz, por retenencia del castieyllo de Caparrosso, per anum ut supra, 8 lib. [174] Item, eidem, por retenencia de la torr de Caparroso, per anum ut supra, 60 s. A. PESCADOR MEDRANO y F. SEGURA URRA, Archivo General de Navarra. Sección de Comptos. Registros Nº 3 y 4, San Sebastián, Eusko Ikaskuntza, 2002 52 M. ARIGITA y LASA, Documentos inéditos para la historia de Navarra, Diputación Foral y Provincial de Navarra, Pamplona 1900 53 A. PESCADOR MEDRANO y F. SEGURA URRA, Archivo General de Navarra. Sección de Comptos. Registros Nº 3 y 4, San Sebastián, Eusko Ikaskuntza, 2002 [49] 54 A. PESCADOR MEDRANO, Archivo General de Navarra. Sección de Comptos. Registro Nº 6 (1294), San Sebastián, Eusko Ikaskuntza [63] 55 L. J. FORTÚN PÉREZ DE CIRIZA, “Colección "Fueros Menores" de Navarra (III)”, Príncipe de Viana, Año nº 46, Nº 175, 1985, p 408 Henrric, seynnor de Suli, boteyllero de Françia, gouernador de Nauarra, al nuestro amado Semen Periz, baylle de Caparroso, salus et amor. Como uos tengades prendado al conceyllo de los labradores de Caparroso por razón que non quieren refazer los palatios et la tor de nuestro seynnor el rey que son en la dicha vylla de Caparroso, el dicho conceyllo diziendo que non lo deuen fazer ni nunca lo an vssado ni acotumbrado; et nos sobre esto ayiamos auido conseyllo et deliberation con el grant conseyllo de nuestro seynnor el rey et todos concordadament nos ayan conseyllado que el castieyllo, a las torres, a los palacios et a las casas que se atienen al castieyllo segunt vsso son tenidos de refacer et sostener, si menester fiziere, mas al palatio et a la torr que son apartados del castieyllo no son tenidos de refazer nin sostener: Mandamos uos firmement que uos al dicho conceillo de los labradores de Caparroso non prendedes ni constreynngades a reffazer los dichos palatios ni la dicha torr apartados; et, sy peynnos algunos les tenedes por esta razón, le los rendades luego et non falga. Data en Pomplona, XIIIIº dia de febrero. El seynnor gouernador la mando. Testes: Don Pero Sanchiz de Montagut, don Johan Periz d´Arbeyca et don Miguel Mocça, alcalde. Nota Andreo Gonçaluiz.Anno Domini. Mº CCCº triçesimo, segundo. Reddite literas. En cuanto a los palacios y casas junto al castillo a los que se hace referencia, hay que tener en cuenta que el senior del castillo contaría con una serie de estancias (palacios) para albergarle a él y a su familia56, así como para alojar al rey en sus visitas57, por otro lado las casas, serían construcciones no defensivas situadas dentro del recinto del castillo, generalmente apoyadas en la cara interior del muro, y que servirían como residencia para las gentes de la guarnición, o bien para albergar alguno de los servicios58, con respecto a la torre, en el caso de los palacios ocurriría algo similar a los del castillo, ya que esta construcción solo sería un elemento de vigilancia, por lo que haría falta alguna construcción (palatios) para albergar al senior de la torre y su familia. En esta época hay que tener en cuenta que palacio se identificaba con una sala de importancia, relacionándose con los salones donde se administraba justicia y con cierta calidad que daba importancia a un edificio entre otros similares59. Además en Caparroso existía un priorato que dependía de la abadía de Santa Fe de Conques que contaba con propiedades junto a la torre que pasan a manos del rey Teobaldo, donde viven cierto número de religiosos, probablemente enviados por la abadía para que administrasen sus propiedades60. Estas casas llamadas la abadía como hemos visto, habrían contado con una capilla en la que los religiosos celebrarían los oficios, y que con el tiempo, y la concesión al prior 56 Entre la documentación real de Calos II existente en el Archivo General de Navarra encontramos un documento de 27 de enero de 1363 en el cual cuando el rey confía la guarda del castillo de Caparroso a Lope Ochoa de Lerga, dice: “…et fara eyll perssonal residençia con toda su familia et conpayna segunt nuestras ordenanças…” T. RUIZ SAN PEDRO, Archivo general de Navarra (1349- 1387) II Documentación real de Carlos II (1362-1363), San Sebastián, Eusko Ikaskuntza, 1998 57 En el año 1363 encontramos varios documentos firmados por el rey desde Caparroso. 58 J. J. MARTINENA RUIZ, Castillos reales de Navarra, siglos XIII-XVI, Gobierno de Navarra, Pamplona 1994 p 270 59 V. LAPEREZ Y ROMEA. Arquitectura civil española de los siglos I al XVIII, Tomo 1” Madrid 1922 60 La existencia de cierto número de religiosos está documentado en el Cartulario de la Abadia de Conques de GUSTAVE DESJARDINS del que hablaremos al estudiar la iglesia de Santa Fe (actual iglesia del Cristo) En los pagos de Comptos del año 1300, encontramos referencias a un Prior, clérigos y religiosos. R. CIGANDA ELIZONDO, Archivo General de Navarra. Sección de Comptos. Registro Nº 7 (1300), San Sebastián, Eusko Ikaskuntza, 2006 de administrar sacramentos, se habría convertido en una iglesia parroquial61 (la actual iglesia del Cristo, antes iglesia de Santa Fe). Tal vez cabría pensar que en el año 1247 se estaba pensando ejecutar una iglesia de Santa Fé y que el coste de las obras habría supuesto la necesidad de vender los bienes del monasterio en Caparroso para poder hacer frente a las obras. Pero antes de hablar de la iglesia de Santa Fe, y del traslado de los vecinos a la parte alta junto a la torre, convendría saber algo más del puente que cruzaría el río Aragón comunicando de una forma más cómoda los dos emplazamientos, castillo y torre, lo que habría favorecido la construcción de la nueva iglesia junto a la torre. El primer documento que he encontrado que nombra un puente en Caparroso, esta fechado en el año 1275, es un Testamento de un vecino de Olite en el que deja II sueldos para el puente de Caparroso62, en la documentación de Comptos del año 1284 se vuelve a nombrar el puente63, el siguiente documento esta fechado el 11 de diciembre de 1307, en el que Luis Hutín ordena a los mercaderes que no pasen por Carcastillo ni por otros lugares, sino por el puente de Sangüesa, pagando el peaje de ese lugar, y cuando describe el trayecto a realizar, nombra el puente de Caparroso64. En enero de 1310, el ganado que regresa de las Bardenas no puede pasar por el puente de Caparroso, ya que era cayda. A partir de este momento encontramos varios testamentos de los años 1312, 1317, 1324, 1325 o 1340, en los que se deja dinero para el puente65. También encontramos noticias del puente de Caparroso en el Cartulario del infante Luis de Navarra del año 136166, cuando se manda a los guardias de las Bardenas que dejen talar 100 pinos para la construcción del puente de Caparroso. El documento realmente dice “… pora la obra et fabrica de la puent de Caparroso, esta vez…” por lo que puede entenderse es que se trata de una nueva reconstrucción del puente para la venida del rey Carlos II, ya que va a pasar por Caparroso. En enero de 1366, Carlos II ordenó a los jurados y recaudadores de Caparroso que al alcaide de Cadreita, que debía pasar por el puente procedente de Olite pasando provisiones para las gentes del castillo, le permitiesen “pasar en la dicha puent sen pagar el barrage ni pontage por Nos ordenado”67 61 R. JIMENO ARANGUREN, “Clero secular y regular en la Historia de Vasconia”. Iura Vasconiae, 2006, vol. 85, pp 113-114 62 Testamento de Pascual, hijo de Sancha La Rica. M. BEROIZ LAZCANO, Documentación medieval de Olite (siglos XII-XIV), Pamplona, 2009 doc 45. 63 “Item pro expensis duorum hominum juuancium ut transirent greges per pontem de Capparroso, 6 solidos” J. CARRASCO y P. TAMBURRI, Registros de la Casa de Francia: Felipe I el Hermoso 1284, 1285, 1286, 1287 Serie I: Comptos Reales. Registros Tomo II Volumen II, Pamplona 1999, p 31 64 “…el peage de Sanguessa es de la puent de Caparroso ata la puent de Aspurz…” Mª I ZABALZA ALDAVE, Archivo General de Navarra (1274-1321), I. Documentación Real, San Sebastián, Eusko Ikaskuntza, 1995 doc (244) 65 M. BEROIZ LAZCANO, Documentación medieval de Olite (siglos XII-XIV), Pamplona, 2009 docs 105, 111, 125, 142, 145 y Mª I ZABALZA ALDAVE, Archivo General de Navarra (1322-1349), II. San Sebastián, Eusko Ikaskuntza, 1998 doc 116 66 B. LEROY, El Cartulario del Infante Luis de Navarra del año 1361, Institución Príncipe de Viana, Diputación Floral de Navarra, 1981 p 70 67 Reg. De cancillería de Carlos II, p 182 en J. J. MARTINENA RUIZ, Castillos reales de Navarra (siglos XII al XVI), Pamplona 1994 pp 489-490 Se puede concluir que la información sobre el puente de Caparroso sobre el río Aragón es muy escasa, situándose la primera noticia escrita en el año 1275, aunque no sería descabellado pensar que la existencia del puente es bastante anterior, probablemente desde que se conquista Tudela (1119) y la conexión entre dicha ciudad con Pamplona adquiere gran importancia. Este puente aunque es bastante utilizado, no tiene una construcción muy robusta, ya que a partir de su aparición en los documentos, suele ser para informar de continuas reparaciones debido a la fuerza del río y sus constantes crecidas. Con respecto a la iglesia del Cristo (antigua iglesia de Santa Fe, conocida comúnmente como la “Alta”), el Catálogo Monumental de Navarra la considera un edificio gótico del siglo XIV, probablemente de su primera mitad y levantado a raíz de las exenciones tributarias concedidas en 1332 por la corona68. Sin embargo en el estudio que Iñigo Mugueta ha realizado sobre hacienda y fiscalidad en el Reino de Navarra entre 1328 y 1349, nos informa de que en dicha época Caparroso y Tafalla eran las poblaciones que pagaban las pechas más cuantiosas, manteniéndose en la misma cantidad todos los años salvo en 1330, debido a que el pago fue concedido al rey Alfonso XI de Castilla en virtud de una donación voluntaria realizada por el rey Felipe III como símbolo de sus nuevas relaciones de amistad69, además no he podido encontrar en la documentación de Comptosningún documento que haga referencia a dicha exención tributaria. Cabría más bien pensar que el Monasterio de Conques tendría interés en construir su propia iglesia, ya que probablemente la existente hasta ese momento, que estaría ubicada en el castillo, no tendría una gran capacidad para acoger fieles ya que encontramos su origen antes del año 1089 cuando Caparroso era un reducido emplazamiento de población, por lo que si tenemos en cuenta el estudio realizado por Mª Raquel García Arancón sobre la población de Navarra en la segunda mitad del siglo XIII, en el año 1274 Caparroso contaría con 230 fuegos70, lo cual indica la necesidad de construcción de una nueva iglesia. Con respecto a la evolución demográfica de Caparroso, del año 1300 al 1346 las cuentas de los recibidores navarros evidencian la existencia de no menos de veinticinco años de penurias alimentarias y dificultades sociales, con olas de miseria general en los años de 1305, 1309, 1311, 1313, 1328, con un leve respiro de 1319 a 1327, y una gran hecatombe por la “grant mortaldat” entre 1346 y 1350 por la acción conjunta e interrelacionada de malas cosechas y enfermedades epidémicas que provocaron en el reino una ruptura demográfica brutal y duradera que estuvieron acompañadas por el exceso de lluvias y fríos rigurosos que arruinaron las cosechas de 1346 y 68 M. C. GARCÍA GAINZA; M. C. HEREDIA MORENO; J. RIVAS CARMONA y M. ORBE SIVATTE, Catálogo Monumental de Navarra. III. Merindad de Olite, Pamplona, 1985 pp 70-71 69 I. MUGUETA, El dinero de los Evreux. Hacienda y fiscalidad en el reino de Navarra, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2008 pp 94-96. La pecha de Caparroso estaba tasada en 50 libras, 250 cahíces de trigo y 400 cahíces de cebada y avena. 70 Mª R. GARCÍA ARANCÓN, “La población de Navarra en la segunda mitad del siglo XIII”. Cuadernos de etnología y etnografía de Navarra, 1985, vol. 17, nº 46, p. 98 1347. Las economías campesinas se hundieron paralelamente al encarecimiento de los precios de los productos básicos con los cereales a la cabeza71. Estos datos nos llevan a pensar en la posibilidad de que a lo largo del segundo cuarto del siglo XIV, se habría producido una mejoría en población y recaudación de rentas a favor del monasterio de Conques que habrían favorecido la construcción de la nueva iglesia. Otro aspecto importante a estudiar es la ubicación elegida para la construcción de la iglesia, por una lado encontramos que dicho monasterio de Conques contaba con propiedades junto a la torre de rey Sancho y por otro, que a lo largo del período comprendido entre el año 1304 hasta 1311/1316 las lluvias arreciaron con consecuencias muy graves. Los estudios de David Alegría, le llevan a considerar que en dicha época las ciudades más afectadas fueron Tudela, Estella, Olite y Puente la Reina. Estas lluvias llevaban aparejadas inundaciones y riadas que hicieron que los elementos más afectados por las crecidas de los ríos fueran las construcciones de las orillas, de hecho las primeras riadas anotadas en la documentación fiscal del reino corresponden al Cidacos a su paso por los términos de Tafalla y Olite72, de lo que se deduce que también afectarían a las viviendas, iglesia y castillo de Caparroso situados en la orilla del Cidacos. Probablemente estos problemas habrían supuesto la construcción de la nueva iglesia en un lugar protegido de las aguas, lugar que ya contaba con población estable y edificios de propiedad real. Además existe otro dato interesante con respecto a la torre, que es que la última vez que se recogen reparaciones de la torre en la documentación de Comptos es en el año 1338, por lo que de la observación de la iglesia de Santa Fé y la torre que tiene adosada, cabría pensar que una vez terminada la iglesia, su torre habría realizado las labores de vigilancia, por lo que la antigua torre del rey Sancho Ramírez habría dejado de ser necesaria y se habría abandonado hasta su desaparición, ya que tampoco se recogen más seniores de la torre a partir de dicha fecha. Otro dato a tener en cuenta para este siglo XIV es que en el período que va desde 1332 hasta 1356, se produce una nueva época de lluvias concentrado en la parte sur del reino siendo de nuevo Tudela y Olite los centros urbanos mas afectados de acuerdo con los estudios de David Alegría, constando que en dichos años se produjeron daños en cultivos y algunas edificaciones debido a fuertes descargas de piedra. Las trombas de agua que se constatan sobre Olite fueron especialmente graves, y las avenidas del Cidacos derribaron cimientos y tapias, teniéndose que levantar estacadas de defensa, en las casas se produjeron goteras, derrumbes, erosiones, filtraciones, escapes, … perjudicando las condiciones de habitabilidad y en algunos casos obligando a la evacuación de los edificios. Pero en este caso no solo fueron graves las inundaciones provocadas por el Cidacos, sino también por el río Aragón, especialmente en la 71 P. J. MONTEANO SORBET, “La población de Navarra en los siglos XIV, XV y XVI”. Boletín de la Asociación de Demografía histórica, 2000, p 47. 72 D. ALEGRIA SUESCUN, Agua y ciudad. Aprovechamientos hidráulicos urbanos en Navarra (siglos XII-XIV), Gobierno de Navarra, Pamplona, 2004 pp 41-46 riada del año 1340 que marcó un antes y un después en la historia de la ciudad de Sangüesa, y que siguió bajando crecido en los años 1342, 1343, 1347, 1348, 1349, 1352 y 135473. Aunque en el estudio de David Alegría no se hace ninguna referencia a Caparroso por centrarse en los centros urbanos de mayor importancia, está claro que las afecciones a las viviendas de Caparroso habrían sido similares a las descritas, por lo que nos encontramos con un enclave en el que las casas están en un estado ruinoso y que cuenta con otro enclave en una zona alta protegida por las riadas donde se ha construido una iglesia, parece lógico que los vecinos en lugar de reconstruir sus viviendas en un lugar tan expuesto a las inclemencias del tiempo decidieran construir otras nuevas junto a la iglesia de Santa Fe en un lugar elevado, protegido de los vientos del norte y abandonando el castillo, por lo que éste se habría convertido en un enclave púramente militar. Otra prueba del estado ruinoso en que se encontraba la villa lo vemos en que en el año de 1368 los vecinos de Caparroso obtuvieron una “quitança” de la sexta parte de la pecha anual que pagaban al Monasterio de la Oliva por una serie de calamidades74. La peste negra en Navarra dejó una catástrofe demográfica entre los años 1347-1349 que también afectó a Caparroso75. Yanguas y Miranda, con respecto al año 1366, indica la existencia de 146 vecinos labradores y 23 hidalgos y en el año 1378, el mismo autor, propone que la población se ha reducido a 77 labradores y 16 hidalgos76. Volviendo al castillo, hay que tener en cuenta que desde finales del siglo XIII, hasta mediados del XV, los castillos navarros fueron objeto de continuas obras y reparaciones debido a su papel crucial en la defensa del reino, especialmente entre los años 1349 y 1387 coincidiendo con el reinado de Carlos II el Malo, por lo que en la documentación de Comptos aparecen varias anotaciones de obras en el castillo de Caparroso, las cuales, entre las de muchos otros castillos, han sido recogidas y estudiadas por Juan José Martinena77. Cabría destacar una obra realizada en el año 1383, en la que se reparaba el puente levadizo que había en la puerta segunda del castillo78. Esta obra nos indica que el castillo contaba al menos con un doble recinto, ya que normalmente existían tantas puertas como sucesivas murallas, es un dato importante desde el momento en que a pesar de que la lógica nos dice que debería existir una muralla protegiendo al castillo y sus pobladores, existen pocas referencias que nos hablen de su existencia.La otra noticia que he encontrado sobre la muralla de Caparroso y la importancia de su fortaleza, aparece 73 D. ALEGRIA SUESCUN, Agua y ciudad. Aprovechamientos hidráulicos urbanos en Navarra (siglos XII-XIV), Gobierno de Navarra, Pamplona, 2004 pp 41-50 74 J. A. MUNITA LOINAZ, “Las reducciones pecheras en el dominio monástico de la Oliva durante la crisis bajomedieval Navarra (siglos XIV y XV)”, La España Medieval, 1993, vol. 16 p 74 75 P. J. MONTEANO SORBET. “La Peste Negra en Navarra: La catástrofe demográfica de 1347-1349”. Príncipe de Viana, 2001, vol. 62, nº 222, p. 112 76 Dato que el autor dice haber obtenido del Archivo de Comptos, libro de fuegos J. YANGUAS y MIRANDA, Diccionario de antigüedades del reino de Navarra, tomo I, Diputación Foral de Navarra, Pamplona 1964 p 134 77 Fue objeto de su Tesis Doctoral y publicada en parte en J. J. MARTINENA RUIZ, Castillos reales de Navarra, siglos XIII-XVI, Gobierno de Navarra, Pamplona 1994 78 AGN Comptos, Reg 176, fol 12v-13, recogido por J. J. MARTINENA RUIZ, Castillos reales de Navarra, siglos XIII-XVI, Gobierno de Navarra, Pamplona 1994 p 208 en un Cartulario de Carlos II firmado en Olite el 4 de febrero de 1366 en el que ordena que “…las gentes de las aldeas con todos sus bienes vayan a morar a las villas cerradas y fuertes por que ailli puedan se defendidos en sus biens…”, por lo que ordena a los vecinos de Marcilla que “…vengan a morar con todos sus biens a la villa de Caparros, según por nos ordenado es, por que ailli puedan ser defendidos et salvados…”79. El fin de la historia del castillo de Caparroso se produjo en el año 1408, ya que en un apunte del registro de Juan Pérez de Tafalla, recibidor de Olite se indica que el castillo de Caparroso no paga nada porque está “… peciada et faillescida la peyna en que el dicto castieillo estaua assentado et todo derriuado y aplanado”80. Probablemente las avenidas del río habrían dañado la cimentación del castillo y los estragos de las guerras habrían acabado de arruinarlo. A partir de este momento el castillo de Caparroso se abandona, no conociéndose nuevas obras de reconstrucción, hay que tener en cuenta que a partir del reinado de Carlos III, se inicia una progresiva tendencia a recortar gastos, limitándose las obras a los castillos de las cabezas de merindad o de lugares fronterizos y abandonando los castillos que no tenían importancia estratégica para la defensa del reino81, como pudo ocurrir con el castillo de Caparroso. Peio Monteano indica que aunque a lo largo de la guerra civil (1451-1512) fueron frecuentes las reparaciones de castillos y cercos, lo más característico de este período fue el acondicionamiento de numerosas iglesias para fines bélicos, ya que dichos edificios estaban construidos en piedra y solían esta emplazados en lugares elevados, lo que facilitaba su defensa, sobre todo si el enemigo carecía de artillería82. En un documento de Compos de 1494, Martín de Jaureguizar ordena reparar y fortificar la iglesia, el lugar y la torre del puente de Caparroso, de lo que se deduce que la fortificación se realiza en la nueva ubicación de la villa de Caparroso junto a la iglesia de Santa Fe (ahora iglesia del Cristo o iglesia Alta). 79 J. A. BRUTAILS, Archivos de la Chambre des Comtes de Navarre (1196-1384), Paris 1890 doc CXLIII p 133 80 AGN Comptos Reg 298, 47r 81 J. J. MARTINENA RUIZ, Castillos reales de Navarra, siglos XIII-XVI, Gobierno de Navarra, Pamplona 1994 pp 313-314 82 P. J. MONTEANO SORBET, Los navarros ante el hambre, la peste, la guerra y la fiscalidad (siglos XV y XVI), Universidad Pública de Navarra, Pamplona 1999 p 237 Figura 7: fotografía de la antigua iglesia de Santa Fé donde se observa parte de un muro defensivo. Es interesante observar el importante papel ejercido por la iglesia de Santa Fe de Caparroso, no solo como lugar de culto, sino también como foco de vida diaria de la comunidad e incluso como fortaleza defensiva. Las iglesias medievales eran el elemento central de las ciudades y pueblos, tanto por su ubicación como por su poder de congregación de los vecinos, por lo que requerían un lugar con suficiente capacidad para la entrada y salida de los fieles, sí como para su labor de centro vecinal, así se comprueba en un documento proveniente del Monasterio de Santa María de la Oliva 17 de junio de 1414, acerca de una subasta que Martín de la Rentería, portero real, realiza en la puerta de la iglesia de Santa Fe de Caparroso en presencia del alcalde de la villa, notario, jurados y vecinos a la salida de misa mayor83. Con respecto a la dependencia de la iglesia de Caparroso del monasterio de Santa Fe de Conques, hay que tener en cuenta que la iglesia de Caparroso se dirigía desde la distancia, lo cual hacía que se produjeran tensiones entre la Abadía de Conques y los religiosos de Caparroso, como lo ocurrido en el año 1242, cuando Guillermo, abad de Conques, se encontró con que se había producido un priorato en Caparroso, por lo que reclamó un juramento de obediencia; o en las visitas de Hugo, abad de Conques y capellán del Papa a Caparroso y Murillo el Cuende en 83 J. A. MUNITA LOINAZ, Libro Becerro del Monasterio de Santa María de la Oliva (Navarra) Colección Documental, (1132-1500), San Sebastián, Eusko Ikaskuntza, 1984 doc 97 1312 y 1316, en las que constató que los religiosos, vivían con mujeres, por lo que privó a los culpables de sus beneficios, inflingiendo además una penitencia a un vicario que había sido nombrado por el obispo de Pamplona84. En el Bulario de Benedicto XIII (1394-1423) encontramos dos documentos de fecha 18 de febrero de 1409 y 7 de abril de 1412, en los que se cita la iglesia de Santa Fe de Caparroso que pertenece a la diócesis de Pamplona pero que depende del monasterio benedictino de Conques diócesis de Rodez85. Sin embargo, en un documento de 1424 encontramos que Pierres Martínez, maestre mayor del Hostal del rey Carlos III, reconoce haber recibido 130 libras de García López de Roncesvalles, tesorero, precio de completar el pago de las bulas papales compradas por Sancho Sánchez de Oteiza, deán de Tudela, para poder incorporar los prioratos de Artajona, Caparroso y Larraga al monasterio proyectado en Tafalla86, Además en el Cartulario de la Abadía de Conques existe una carta dirigida en 1542 al abad que proporciona información sobre el valor y el estado de los prioratos de España, entre los que no se cita el de Caparroso (si los del resto de Navarra). Por tanto podemos entender que el Priorato de Caparroso deja de pertenecer a la Abadía de Sainte-Foy de Conques a lo largo del siglo XV, pasando a pertenecer al deán de Tudela. Transcurre ya el siglo XV y la crisis demográfica aún tiene secuelas en algunos lugares del dominio. En 1423, se produce una nueva mortandad, siendo Caparroso uno de los lugares que vio disminuir su población: “…que en nuestro logar de Caparrosso son tanto diminuydos por causa de la mortaldat que fue en el aynno postremeramente passado en la dicha villa que morieron bien dizientas ochanta perssonas et que no ha fincado sino ata sixanta casas de moradores…”87, y en 1436 se reduce la pecha a los vecinos de Caparroso por “la grant diminuytion de gentes en que es venido el pueblo… de manera que los de que present son fincados et son habitantes et moradores en aquell, non pueden suplir e pagar la pecha ordinaria…”88. No obstante, los peores años de esta centuria serían los afectados por la guerra civil entre los partidarios del Príncipe Carlos y los de su padre Juan de Aragón, ya que lo prolongado del conflicto marcaría hondamente, tanto en el plano demográfico como en el económico, “la adversidat de los tiempos” en que vivió el reino. Precisamente la cuenca del río Aragón sería uno de los frentes de lucha,y en consecuencia, sus poblaciones algunas de las más perjudicadas89. 84 G. DESJARDINS, Cartulario de la Abadía de Conques en Rouergue, Paris, 1879, pp cxvj, cxvij, cxviiij 85 E. OVIDIO CUELLA, Bulario de Benedicto XIII (1394-1423) V I. La Curia Cesaraugustana II. Grupos privilegiados: servidores del Papa y del Rey. Institución" Fernando el Católico", 2009. 86 AGN Documentos, Caj 109, N.5.5 87 AGN Comptos. Cajón 122, nº 35, VI, en P. J. MONTEANO SORBET, “Navarra de 1366 a 1428: población y poblamiento”. Príncipe de Viana, 1996, vol. 57, nº 208, p 325 88 AGN Doc. Comptos cja 139 nº 35 89 J. A. MUNITA LOINAZ, “Las reducciones pecheras en el dominio monástico de la Oliva durante la crisis bajomedieval Navarra (siglos XIV y XV)”, La España Medieval, 1993, vol. 16 p 68 Una fecha importante para Caparroso es el 17 de noviembre de 1494, fecha en la que se redacta una carta de la ciudad de Tudela a los Reyes, en la cual comunican la rendición de las tropas que guarnecían Caparroso”90. A partir de este momento se producirá un aumento de la población de Caparroso y la construcción de nuevas viviendas, las cuales se irán emplazando en la parte más baja de la ladera en que se ubica la iglesia de Santa Fe, con la denominación de Barrialto. Conforme el pueblo crecía parece que las casas que se iban construyendo se iban alejando de la iglesia, por lo que se decidió la construcción de una nueva iglesia en “el cuerpo del pueblo, con el fin de facilitar la asistencia a los oficios divinos y evitar robos en la antigua parroquia, que estaba muy lejos de las casas y desierta”. En 1564 se solicitaron y pagaron los planos de la nueva iglesia de Santa Fe a Maese Juan de Villareal, y una vez redactados estos, el 12 de febrero de 1576 el Excmo, Sr. Manrique, obispo de la diócesis, solicitó la licencia necesaria para construir la nueva iglesia parroquial de Santa Fe dentro del casco de población. En 1589 se terminó la obra y se empezó a escribir una nueva historia para Caparroso. Figura 8 donde aparecen la antigua y la nueva iglesia de Santa Fe. 90 AGN, Guerra, leg, 1º carpeta 22 BIBLIOGRAFÍA: ALEGRIA SUESCUN D., Agua y ciudad. 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