Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Larva migrans. Una revisión. Eduardo Torres-Guerrero, Patricia Ochoa-Sánchez, Elisa Vega-Memije, Roberto Arenas. Departamento de Dermatología. Hospital General “Dr. Manuel Gea González”. México, D.F. EDUCACIÓN MÉDICA CONTINUA Correspondencia: Roberto Arenas. Correo electrónico: rarenas98@hotmail.com. Resumen El síndrome de la larva migrans abarca las parasitosis causa- das por los nematodos de los géneros Uncinaria, Ancylosto- ma, Necator y Gnathostoma. Se ha descrito más comúnmente en lugares con climas calurosos. Se estima que 1.200 millones de personas alrededor del mundo han adquirido la infección en algún momento. La larva migrans cutánea causada por Ancylostoma caninum y A. Vrasiliense se caracteriza por trayectos eritematosos, li- geramente elevados, lineales o serpiginosos en patrones irregulares. El diagnóstico es eminentemente clínico. Es útil la biometría hemática y herramientas auxiliares como la entoder- moscopia, la microscopia confocal y la biología molecular. El tratamiento más efectivo son los antiparasitarios por vía oral en especial la ivermectina. Palabras clave: larva migrans, Ancylostoma, ivermectina. Summary Larva migrans syndrome includes parasitic diseases caused by nematodes of gender Uncinaria, Ancylostoma, Necator and Gnathostoma. It has been reported in tropical countries with an estimated incidence of 1.2 billon infected people around the world. Cutaneous larva migrans due to Ancylostoma caninum and A. brasiliense is characterized by erythematous linear or serpi- ginous sinuous tracts. Diagnosis is always done by its typical clinical features, and it can also be useful the hemathologic counts, dermoscopy, confocal microscopy and molecular bio- logy. The most effective treatments are oral antiparasitic drugs especially ivermectin. Keywords: larva migrans, Ancylostoma, ivermectin. Definición El síndrome de la larva migrans cutánea fue descrito por pri- mera vez por Lee en 18741 y abarca las parasitosis causadas por los nematodos de los géneros Uncinaria, Ancylostoma, Necator y Gnathostoma; y excluye a aquellas condiciones en las cuales la erupción reptante es causada por agentes distin- tos a formas larvarias de parásitos, tales como dracontiasis, loiasis o la escabiasis2,3. La larva migrans cutánea (LMC), o erupción serpiginosa, es una infestación de la piel causada por larvas de nematodos2 parásitos de animales, especialmente Ancylostoma caninum y A. Brasiliense, y raramente por algunos gusanos parásitos del tracto digestivo de los humanos (A. duodenale y Necator americanus). Estos parasitan los intestinos de otros animales, ya que no pueden completar su ciclo vital en el humano2. Se conoce como larva currens una erupción reptante causada por Strongyloides stercoralis, una especie de helminto parásito de humanos (Tabla 1). Tabla 1 Agentes causales más frecuentes de larva migrans. 124 Rev. Chilena Dermatol. 2012; 29 (2) : 124 - 132 Epidemiología Es una dermatosis endémica en lugares con clima caluroso que incluyen el sureste de Estados Unidos, Latinoamérica, Is- las del Caribe, África subsahariana y sureste de Asia. Se ha descrito en viajeros que regresan a sus países de origen des- pués de haber visitado regiones endémicas4, 5. En estudios realizados en el noreste de Brasil se encontró una mayor incidencia de casos de esta enfermedad durante los meses lluviosos, en contraposición a la cantidad de casos nuevos durante la estación seca6. Se estima que 1.200 millones de personas alrededor del mun- do adquieren una infección por gusanos a través del contac- to con el suelo y que la mitad de la población mundial está en riesgo de adquirirla5. Es una enfermedad que no presenta predilección por género ni edad, pero predomina en la edad adulta5, 7. Figura 1 Ciclo de Vida de la larva migrans cutánea. Los perros y gatos que son hospederos ingieren las larvas las cuales van a la circulación y se instalan en el intestino. Ahí las hembras ponen huevos y se excretan mediante las heces desde 4 a 8 semanas después de la ingesta. Los huevos fecundados eclosionan en el suelo (arena) produciendo larvas rabditiformes no infectantes, posteriormente estás maduran a larvas filariformes. Las larvas filariformes infectantes se encuentran en la arena, penetran la piel (más frecuentemente en pies descalzos) y generan la infección. Etiopatogenia Ancylostoma caninum y A. brasiliense son los agentes etio- lógicos más comúnmente identificados. A. brasiliense ha sido identificado principalmente en el sureste de Estados Unidos, Centroamérica, Sudamérica y el Caribe; mientras que A. ca- ninum se ha encontrado predominantemente en Australia y U. stenocephala predomina en Europa2, 7. Algunos casos clínicos debidos a otras especies de Ancylostoma son causados por A. ceylanicum y A. stenocephala, Bunostomum y Necator suillus2. Los gusanos adultos viven en el intestino de perros y gatos. En ellos, la parasitación es asintomática, pero en ocasiones puede llegar a causar desgaste, anemia y hasta muerte4,8. Las especies de Necator son capaces de producir entre 9.000 y 10.000 huevos por día (los cuales se expulsan por las heces de los animales parasitados); mientras que las especies de Ancylostoma pueden llegar a producir entre 25.000 y 30.000 huevos por día 5. 125Rev. Chilena Dermatol. 2012; 29 (2) : 124 - 132 Larva migrans. Una revisión El ciclo vital de los gusanos comienza cuando los huevos de los parásitos son expulsados con las heces del hospedero habitual, posteriormente, al encontrarse en suelo húmedo y cálido (prin- cipalmente arenoso o lodoso), emergen las larvas rabditoides (con un tiempo promedio de eclosión de 24 horas), las cuales al cabo de una semana se convierten en larvas filariformes y que constituyen la forma propiamente infectante. La transmisión ocurre cuando se camina descalzo sobre suelo o arena contami- nados con heces animales, permitiendo que las larvas de los pa- rásitos penetren la capa córnea de la epidermis 2, 4, 8, 9 (Figura 1). Estas larvas son capaces de penetrar en la piel a través de un poro sudoríparo o de la apertura folicular de un vello, pu- diendo convertirse esto último en una foliculitis crónica2. Estas larvas en humanos están confinadas a la piel, ya que en el organismo no son capaces de completar su ciclo vital, como ocurre en perros y gatos. La larva migrans es una enfermedad autolimitada, aunque puede persistir por meses e incluso por años. Dependiendo de la especie causal de gusano, la larva puede migrar por día, desde unos cuantos milímetros hasta varios centímetros, principalmente con progresión nocturna 3, 9. Por lo general se acepta que estas larvas no poseen colagena- sas específicas para la penetración en la dermis humana y, por consecuencia, no penetran a la circulación 9. Características clínicas En la mayoría de casos, la erupción aparece de 1-5 días des- pués de la penetración del agente causal (aunque se han des- crito períodos más prolongados como de 15 e incluso de hasta 165 días)10. La larva migrans cutánea (LMC) está caracterizada por tra- yectos eritematosos, ligeramente elevados, lineales o serpigi- nosos que se distribuyen en patrones irregulares3 (Figura 2). Lo habitual es observar un solo trayecto ligeramente elevado, localizado en áreas expuestas, tales como los pies, muslos, las nalgas, brazos, piernas y espalda, aunque pueden localizarse también en región anal y manos7. Pueden aparecer numero- sos trayectos de manera simultánea en diferentes áreas de la superficie corporal desprotegidas por la ropa, en contacto con suelo contaminado2 (Figuras 3 y 4). En el sitio de penetración del parásito se forma una pápula eritematosa o urticariana, tanto en quienes cursan con una primoinfección como en aquellos previamente sensibilizados, aunque también puede llegar a formarse una vesícula o una ampolla 2, 3, 11, 12 (Figura 5). Estas lesiones vesículo-ampollosas aparecen en el 9%-15% de los casos y son frecuentemente pruriginosas2,3, 13. Probablemente sean resultado de un estado de hipersensibilidad retardada generada por la liberación de Figura 2 Trayecto lineal en larva migrans podal. Figura 4 Larva migrans bilateral. Figura 3 Larva migrans en mano. 126 Rev. Chilena Dermatol. 2012; 29 (2) : 124 - 132 Eduardo Torres-Guerrero y cols. antígenos de la larva, o puede ser generado por la liberación de enzimas líticas por parte del parásito y en algunos casos podría representar una dermatitis de contacto irritativa o alér- gica a los medicamentos tópicos administrados previamente14. En general el prurito es intenso y descrito como incómodo3, 11, 12. En casos de infestaciones masivas, la invasión por larvas también se ha descrito a nivel de músculo esquelético3, 13. Existen otras presentaciones clínicas menos frecuentes como la foliculitis por larva migrans; de esta forma se han informado solo seis casos y el síntoma más importante ha sido el pruri- to. Se pueden observar trayectos más cortos y numerosos, y se elevan a nivel de los folículos pilosos (pápulas foliculares) o incluso vesículas y pueden preceder a la aparición de los túneles15, 16. Se han descrito formas pseudoforunculoides que presentan lesiones con necrosis central2. Puede presentarse infección agregada causada por Staphylo- coccus aureus y estreptococos. Si las lesiones permanecen infectadas con estreptococos del grupo A por un período de tiempo prolongado, puede sobrevenir una glomerulonefritis postestreptocócica3,17. También se ha informado eritema mul- tiforme secundario 3, 18. En el caso de infecciones provocadas por Strongyloides ster- coralis (larva currens) las lesiones rápidamente se desarrollan (5 a 15 cm/h) como una dermatosis serpiginosa que puede desaparecer espontáneamente, tras algunas horas. Estas le- siones principalmente se ubican a nivel glúteo y perianal, aun- que pueden afectarse también las regiones pélvica, lumbar y torácica, siendo muy pruriginosas y, en ocasiones, acompa- ñándose de una dermatosis papular o urticariforme. Si además el paciente se encuentra inmunocomprometido, puede haber un desarrollo acelerado y masivo de las larvas, con invasión visceral grave2. A. caninum también es capaz de causar enteritis eosinofílica, neurorretinitis y otros cuadros menos frecuentes que incluyen neumonitis eosinofílica, miositis localizada, manifestaciones oftalmológicas o incluso se han reportado infecciones a nivel de mucosa oral, manifestadas por placas lineales eritematosas migratorias19. Diagnóstico El diagnóstico de larva migrans se realiza con facilidad basán- dose en las características clínicas, apoyado en el anteceden- te de algún viaje reciente a zonas endémicas en las que pudo ocurrir la exposición. La erupción serpiginosa es el signo clí- nico diagnóstico. Más recientemente, la microscopia de epilu- miniscencia (entodermoscopia) se ha utilizado para tratar de visualizar a la larva4. La dermoscopía de parásitos o entodermoscopía constituye actualmente una herramienta auxiliar diagnóstica, ya que nos da un aumento de 10x. Se observan áreas sin estructura color café (marrón) traslúcido en un arreglo segmentario, que co- rresponde con el cuerpo de la larva, y la presencia de vasos puntiformes que corresponden con el túnel vacío por el paso de la misma20. También se ha empleado la microscopía confocal como una herramienta útil, con la que se puede observar una imagen obscura con un “panal interrumpido” o una falta de continuidad en el dibujo normal de la piel, y que clínicamente corresponde al túnel que la larva excava, asimismo se observa el cuerpo de la larva como una estructura oval altamente refráctil (brillante). Desafortunadamente este método es muy caro y sólo se cuen- ta con él en algunos centros 21, 22. Estudio histopatológico No es habitual ni útil realizar biopsia para identificar al pará- sito, ya que en ocasiones el término del trayecto sinuoso no necesariamente indica la ubicación en la que el parásito se encuentra dentro de la lesión3, 23. Cuando se realiza, la larva se observa de manera ocasional; se encuentran focos de es- pongiosis en una epidermis acantósica y una formación cana- licular epidérmica a nivel subcórneo o dermoepidérmica. En dermis se observa vasodilatación e infiltrados inflamatorios mixtos compuestos por linfocitos y numerosos eosinófilos, los cuales incluso pueden migrar a la epidermis y rodear los folí- culos pilosos 7, 24. En los casos de lesiones foliculares, en el estudio histopato- lógico destaca la presencia del parásito atrapado dentro del canal folicular, el estrato córneo o la dermis con un infiltrado inflamatorio principalmente eosinofílico circundante15. Figura 5 Larva migrans diseminada con lesiones papulo-urti- carianas. 127Rev. Chilena Dermatol. 2012; 29 (2) : 124 - 132 Larva migrans. Una revisión Estudios de laboratorio Los resultados de la biometría hemática pueden reportar eosi- nofilia hasta de 70% y también se elevan los niveles de IgE 7, 9, 23. Otros estudios a los que se puede recurrir incluyen la valo- ración inmunosorbente ligada a enzimas (ELISA), Western blot y BpRAG1 – ELISA (que emplea extractos del antígeno BpRAG1 de Baylisascaris procyonis) que además constituyen herramientas útiles para realizar la diferenciación entre algu- nas especies causales como la mencionada (causante de larva migrans ocular y que se ha asociado ocasionalmente a meningoencefalitis eosinofílicas en niños y adultos jóvenes) y Toxocara 25-28. Se dispone además de PCR en tiempo real que emplea como blanco la subunidad 2 del gen de la citocromo oxidasa, y la segunda región del espaciador interno trascrito (ITS-2) aunque hasta el momento sólo se han desarrollado principalmente enfocadas a la detección de especies del gé- nero Baylisascaris 28, 29. Diagnóstico diferencial Debe diferenciarse de miasis, gnathostomiasis, dermatitis por medusas, escabiosis, fitofotodermatitis, dermatitis de contac- to alérgica, impétigo, eritema migratorio de la enfermedad de Lyme7, 23, 24 y finalmente de otra entidad llamada “pelo migrante” descrita desde 1957 y de la que se han reportado poco más de 20 casos en la literatura. Clínicamente se observa un surco rodeado con un halo eritematoso con una dirección única (a diferencia de la larva migrans que presenta múltiples trayectos erráticos) y en ocasiones se observa a través del túnel una fina línea negra. El prurito no existe o es leve. Esta entidad se genera por la presencia de una vaina folicular que protruye a través de la epidermis o dermis superficial, pudiendo confundirse con larva migrans cuando las lesiones se localizan en los pies, aunque ha llegado a observarse en cualquier parte de la superficie corporal. En la biopsia se observa un pelo que atraviesa toda la dermis media, rodeado de un denso infiltrado inflamatorio compuesto por neutrófilos, histiocitos y linfocitos y de forma frecuente se encuentra una reacción granulomatosa a cuerpo extraño 30, 31. Otras larvas Cuando el síndrome de larva migrans es causado por espe- cies de Gnathostoma (gnathostomiasis) la clínica varía en fun- ción del órgano o sistema afectado. El principal agente causal descrito es G. spinigerum, que se adquiere al ingerir pesca- dos o mariscos crudos contaminados22. Pueden llegar a verse involucrados los tractos digestivo, genitourinario, pulmones, riñones, cerebro, ojos y oídos, generándose abscesos eosi- nofílicos y granulomas a nivel hepático y pulmonar32. Se han reportado casos de miocarditis eosinofílica fulminante secun- darios a infiltración eosinofílica y necrosis del tejido cardíaco como respuesta de hipersensibilidad 33. La piel es el órgano más frecuentemente atacado, y en el que es más fácil hacer el diagnóstico 2. Existen dos formas clínicas cutáneas: 1. La paniculitis migratoria, la cual representa una forma inflamatoria de intensidad variable, que se caracteriza por placas eritematoedematosas de hipodermitis, de formas circulares o irregulares, con tamañosvariables y migrato- rias en cualquier parte de la piel. Estas lesiones avanzan 1-5 cm al día y desaparecen, para luego volver a mani- festarse tras períodos de latencia variables. Puede haber cefalalgia, dolor abdominal, diarrea e incluso encefalitis 23. 2. Una forma serpiginosa superficial, con trayectos sinuo- sos e irregulares y menor inflamación2. En los casos de gnathostomiasis sí es necesario hacer el es- tudio histopatológico de la lesión ya que en los diagnósticos clínicos se incluye la fase inicial del herpes zoster o cualquier otro tipo de paniculitis. En el estudio microscópico se observa una paniculitis mixta; es decir, afecta septos y lobulillos del teji- do adiposo y este infiltrado se constituye hasta en un 95% por eosinófilos, por lo que esta imagen también es conocida como “paniculitis eosinofílica” (Figura 6), y si el paciente recibió tra- tamiento se observa al parásito en el espesor de la dermis. En ocasiones, sólo se llega a observar un infiltrado eosinofílico conocido como “figuras en flama”. Una forma poco frecuente es la llamada “miasis rampante” o “miasis migratoria”; la erupción cutánea es serpiginosa y muy pruriginosa, con trayectos lineales o sinuosos más finos en ca- libre que los de otras larvas migrans9. Es causada por larvas de mosca de los géneros Gasterophylus, Gestromya leporina Figura 6 Paniculitis mixta eosinofílica en gnathostomiasis. 128 Rev. Chilena Dermatol. 2012; 29 (2) : 124 - 132 Eduardo Torres-Guerrero y cols. e Hypoderma bovis; principalmente G. haemorrhoidalis y G. precorum, entre otras y que son parásitos frecuentemente ha- llados en el estómago y ano de caballos2. En el caso de afecciones viscerales es posible utilizar estudios de imagen tales como radiografías, ultrasonografía, tomografía computarizada y resonancia magnética. En neumonitis, es posi- ble observar infiltrados migratorios3, 34. Cuando se utilizan reso- nancia magnética o tomografía axial computarizada es posible ver lesiones ovales o trapezoidales, las cuales son más fácil- mente identificables cuando se emplean medios de contraste; con ultrasonido pueden observarse pocas o numerosas lesiones pequeñas ovaladas hipoeccicas. En ocasiones puede haber con- fusión con nódulos metastáticos cuando no se tiene experiencia; sin embargo, estos últimos presentan tamaños más homogé- neos entre sí, un contorno “velloso” y formas más esféricas35. Tratamiento El manejo óptimo ha sido controversial; tradicionalmente se ha empleado el cloruro de etilo1. La mayoría de ensayos terapéu- ticos no han mostrado mucha calidad, sin embargo, hay un acuerdo general en que los agentes más adecuados son los antihelmínticos orales y tópicos, los cuales incluyen albenda- zol, tiabendazol (no disponible en México) e ivermectina4. Entre las modalidades terapéuticas con agentes físicos se puede emplear la termoterapia, realizando congelamiento con nitrógeno líquido y aplicándolo más allá de los límites de la erupción, con un margen de aproximadamente 1 cm por fuera de la misma, aunque raramente funciona ya que la larva ge- neralmente se localiza a varios centímetros más allá del túnel epidérmico visible y puede resultar en ulceración y presencia de ampollas en algunos casos (además de que puede ser muy dolorosa, por lo que no se considera de primera elección)1, 7, 35. Los fármacos disponibles para tratamiento sistémico cuentan con alto poder antihelmíntico. El medicamento de elección es la ivermectina, tiene baja toxicidad y se administra en una sola dosis de 200 μg/kg; algunos recomiendan repetirla en una se- mana. Éste es un macrólido-lactona semisintético con amplio espectro antiparasitario, el cual actúa provocando parálisis flácida de los gusanos mediante su ligadura a los canales de cloro. Los efectos secundarios incluyen fiebre, prurito, dolor muscular y cefalalgia3, 4, 7. El albendazol es un benzimidazol que actúa interfiriendo la in- gesta de glucosa e interrupción de la agregación de microtúbu- los. Constituye una buena alternativa en los países en los que la ivermectina no está disponible. La dosis por vía oral es de 400 mg cada 24 hrs o 200 mg cada 12 horas, durante 5-7 días3, 7. El tiabendazol también es efectivo a dosis de 50 mg/kg cada 12 horas por 2-5 días. Es un antihelmíntico heterocíclico de tercera generación que actúa inhibiendo la fumarato-reductasa especí- fica del gusano, lo cual lleva al bloqueo de los microtúbulos que facilitan el ingreso de glucosa a su organismo7. Sin embargo, ad- ministrado por vía oral, ha mostrado ser poco tolerable, presen- tándose anorexia, náusea, vómito, diarrea, hematuria, cefalalgia y mareo; además de que debe existir un monitoreo frecuente de las pruebas de función hepática y renal 3, 7, 36. Puede emplearse como alternativa el mebendazol, que inhibe el ensamblaje de microtúbulos e interfiere de manera definitiva la ingesta de glucosa. La dosis (para adultos) es de 200 mg/ día por cuatro semanas7. Con los tratamientos orales, el prurito y la sintomatología resuel- ven en las primeras 24 a 48 horas, mientras que las lesiones clínicas mejoran en el transcurso de una a dos semanas7, 37. Por vía tópica, el tiabendazol al 10%-15%, mezclado en crema con esteroides, aplicado tres veces al día por 5-7 días en las áreas afectadas, ha mostrado ser tan efectivo como el tratamien- to oral con ivermectina3, 7. En Alemania se ha utilizado el tiaben- dazol en ungüento alcoholado al 15% con ácido salicílico al 3% con resultados satisfactorios en 10 días en un estudio realizado con 96 pacientes. También puede prepararse una crema con ta- bletas de albendazol de 500 mg en una base soluble en agua. La ventaja de las terapias tópicas de este tipo son la buena tolerabilidad y bajas probabilidades de desarrollar dermatitis por contacto. Las desventajas pueden ser la frecuencia de las aplicaciones, lo relativamente largo del tratamiento y la falta de efectividad en los casos de lesiones foliculares37. En años recientes se ha ensayado en ratones el uso de alben- dazol PEG-6000 (que consiste en un método de dispersión de partículas sólidas a partir de su evaporación), que ha mostrado un efecto antihelmíntico superior a la presentación en suspen- sión38, así como el uso de albendazol en microesferas con lau- ril sulfato de sodio e hidróxido de sodio, con gran efectividad en el tratamiento de las formas sobre todo viscerales39. Prevención Se ha descrito el empleo de un repelente que contiene aceite de coco para evitar la penetración de las larvas en la piel que entra en contacto con el suelo contaminado40. 129Rev. Chilena Dermatol. 2012; 29 (2) : 124 - 132 Larva migrans. Una revisión Referencias bibliográficas 1. Doherty CB, Doherty SD, Rosen T. Thermotherapy in dermatologic infections. J Am Acad Dermatol. 2010; 62 (6): 909-927. 2. Estrada R. Larva Migrans Syndrome. En: Arenas R, Estrada R. Tropical Dermatology. Landes Bioscience. 2001, Texas. Pp 213-220. 3. Heukelbach J, Feldmeier H. Epidemiological and clinical characteristics of hookworm related cutaneous larva migrans. Lancet Infect Dis. 2008; 8(5): 302-309. 4. Jacobson CC. Abel EA. Parasitic Infestations. J Am Acad Dermatol. 2007; 56 (6): 1026-1043. 5. Knopp S, Steinmann P, Keiser J, Utizinger J. Nematode infections. Soil- transmitted helmints and Trichinella. Infect Dis Clin North Am. 2012; 26(2): 341-358. 6. Heukelbach J, Jackson A, Ariza L, Feldmeier H. Prevalence and risk factors of hookworm-related cutaneous larva migrans in a rural community in Brazil. Ann Trop Med Parasitol. 2008; 102(1): 53-61. 7. Hengge UR. Cutaneous larva migrans. En: Tyring Stephen, Lupi O, Hengge U. Tropical Dermatology 2nd Edition. 2006. Elsevier, China: 74-76. 8. Hotez PJ, Narasimhan S, Haggerty J, et al. Hyaluronidase from infective Ancylostoma hookworm larvae and its possible function as a virulence factor in tissue invasion and in cutaneous larva migrans. Infect Immun. 1992; 60(3): 1018-1023. 9. Becerra da Trinidade Neto,Azulay D, Azulay R. Dermatozoonosis. En: Azulay R, Azulay D, Azulay LA. Dermatología 4ta. Ed. 2007. Guanabara Koogan, Río de Janeiro: 433-434. 10. Siriez JY, Angoulvant F, Buffet P, Cleophax C, Bourrat E. Individual variability of the cutaneous larva migrans (CLM) incubation period. Pediatr Dermatol. 2010; 27(2): 211-212. 11. Hochedez P, Caumes E. Hookworm-related cutaneous larva migrans. J Travel Med. 2007; 14(5): 326-333. 12. Blackwell V, Vega-Lopez F. Cutaneous larva migrans: clinical features and management of 44 cases presenting in the returning traveller. Br J Dermatol. 2001; 145 (3): 434-437. 13. Davies HD, Sakuls P, Keystone JS. Creeping eruption. A review of clinical presentation and management of 60 cases presenting to a tropical disease unit. Arch Dermatol. 1993; 129(5): 588-591. 14. Veraldi S, Arancio L. Giant bullous cutaneous larva migrans. Clin Exp Dermatol. 2006;31(4): 613–614. 15. Caumes E, Ly F, Bricaire F. Cutaneous larva migrans with folliculitis. Br J Dermatol. 2002; 146(2):314-316. 16. Malvy D, Ezzedine K, Pistone T, Receveur MC, Longy-Boursier M. Extensive Cutaneous Larva Migrans With Folliculitis Mimicking Multimetameric Herpes Zoster Presentation in an Adult Traveler Returning From Thailand. J Travel Med. 2006; 13(4):244-247. 17. Feldmeier H, Singh Chhatwal G, Guerra H. Pyoderma, group A streptococci and parasitic skin diseases—a dangerous relationship. Trop Med Int Health. 2005, 10 (8): 713-716. 18. Vaughan TK, English JC 3rd. Cutaneous larva migrans complicated by erythema multiforme. Cutis. 1998; 62(1): 33-35. 19. Damante JH, Chinellato LE, Oliveira FT, Soares CT, Fleury RN. Larva migrans in the oral mucosa: report of two cases. Braz Dent J. 2011; 22(2): 166-170. 20. Zalaudek I, Giacomel J, Cabo H, et al. Entodermoscopy: a new tool for diagnosing skin infections and infestations. Dermatology 2008;216(1):14-23. 21. Purdy K, Langley RG, Webb AN, Walsh AN, Haldane D. Cutaneous larva migrans. Lancet. 2011; 4;377(1981): 1948. 22. Langley R, Webb A, Haldane D, Purdy K, Walsh N. Confocal microscopy of cutaneous larva migrans. J Am Acad Dermatol. 2011; 64(1:Supl 1): AB 100. 23. Arenas R. Dermatología. Atlas, diagnóstico y tratamiento 4ta. Ed. McGraw Hill México. 2009: 545-550. 24. Bolognia J, Jorizzo J, Rapini R. Dermatology, 2nd ed. 2008 Elsevier, Spain: 1276-1282. 25. Pinelli E, Herremans T, Harms MG, Hoek D, Kortbeek LM. Toxocara and Ascaris seropositivity among patients suspected of visceral and ocular larva migrans in the Netherlands: trends from 1998 to 2009. Eur J Clin Microbiol Infect Dis. 2011; 30(7): 873-879. 26. Dangoudoubiyam S, Kazacos KR. Differentiation of larva migrans caused by Baylisascaris procyonis and Toxocara species by Western blotting. Clin Vaccine Immunol. 2009; 16(11): 1563-1568. 27. Dangoudoubiyam S, Vemulapalli R, Ndao M, Kazacos KR. Recombinant antigen- based enzyme-linked immunosorbent assay for diagnosis of Baylisascaris procyonis larva migrans. Clin Vaccine Immunol. 2011; 18(10): 1650-1655. 28. Gatcombe RR, Jothikumar N, Dangoudoubiyam S, Kazacos KR, Hill VR. Evaluation of a molecular beacon real-time PCR assay for detection of Baylisascaris procyonis in different soil types and water samples. Parasitol Res. 2010; 106(2): 499-504. 29. De Ambrogi M, Aghzadeh M, Hermosilla C, Huber D, Majnaric D, Reljic S, Elson-Riggins J. Occurrence of Baylisascaris transfuga in wild populations of European brown bears (Ursus arctos) as identified by a new PCR method. Vet Parasitol. 2011; 179(1-3): 272-276. 30. Ishida Y, Matsubara K, Takai M, Horiguchi Y, Yoshikawa Y. A case of ‘creeping hair’ resembling cutaneous larva migrans. Clin Exp Dermatol. 2009, 34(2): 240-266. 31. Luo DQ, Liu JH, Huang YB, He DY, Zhang HY. Cutaneous pili migrans: a case report and review of the literature. Int J Dermatol. 2009, 48(9): 947-950. 32. Lim JH. Toxocariasis of the liver: visceral larva migrans. Abdom Imaging. 2008; 33(2): 151-156. 33. Enko K, Tada, Ohgo KO, Nakamura K, Ohta K et al. Fulminant eosinophilic myocarditis associated with visceral larva migrans caused by Toxocara canis infection. Circ J. 2009; 73(7): 1344-1348. 34. Izumikawa K, Kohno Y, Izumikawa K, Hara K et al. Eosinophilic pneumonia due to visceral larva migrans possibly caused by Ascaris suum: a case report and review of recent literatures. Jpn J Infect Dis. 2011; 64(5): 428-432. 35. Caumes E. Treatment of cutaneous larva migrans. Clin Infect Dis. 2000;30(5) 811-814. 36. Katz R, Ziegler J, Blank H. The natural course of creeping eruption and treatment with thiabendazole. Arch Dermatol. 1965; 91: 420-424. 37. Davies H.D., Sakuls P., Keystone J.S. Creeping eruption. A review of clinical presentation and management of 60 cases presenting to a tropical disease unit. Arch. Dermatol. 1993; 129(5): 588-591. 38. Leonardi D, Echenique C, Lamas MC, Salomon CJ. High efficacy of albendazole-PEG 6000 in the treatment of Toxocara canis larva migrans infection. J Antimicrob Chemother. 2009; 64(2): 375-378. 39. Barrera MG, Leonardi D, Bolmaro RE, Echenique CG, Olivieri AC et al. In vivo evaluation of albendazole microspheres for the treatment of Toxocara canis larva migrans. Eur J Pharm Biopharm. 2010; 75(3): 451-454. 40. Feldmeier H. Tungiasis and cutaneous larva migrans: unpleasant travel souvenirs. Med Monatsschr Pharm. 2009; 32(12): 440-444. 130 Rev. Chilena Dermatol. 2012; 29 (2) : 124 - 132 Eduardo Torres-Guerrero y cols. Puntos clave • Parasitosis causadas por los nematodos de los géne- ros Uncinaria, Ancylostoma, Necator y Gnathostoma. • Principalmente en lugares con climas calurosos. • Las áreas geográficas predominantes son sureste de Estados Unidos, Latinoamérica, África subsahariana y sureste de Asia. • La forma infectante son las larvas filariformes. • La infestación se da tras el contacto con suelo con- taminado. • Clínicamente se caracteriza por trayectos ligera- mente elevados, eritematosos, serpiginosos o li- neales. • La principal topografía donde se ubican las lesio- nes son pies, muslos, las nalgas, brazos, piernas y espalda. • El diagnóstico fundamentalmente es clínico. • Los estudios de laboratorio de rutina reportan eosi- nofilia y aumento en los niveles de IgE. • El principal tratamiento es con ivermectina y alben- dazol por vía oral. Preguntas EMC: 1. ¿Cuáles son los principales agentes etiológicos de la larva migrans? a) Ancylostoma caninum y Gnathostoma b) Ancylostoma brasiliense y Necator americanus c) Necator americanus y Strongyloides stercoralis d) Ancylostoma duodenale y Ancylostoma caninum e) Ancylostoma caninum y Ancylostoma brasiliense 2. ¿Cuáles son las áreas geográficas de mayor endemia a nivel mundial? a) Norteamérica y Europa b) Oceanía y Centroamérica c) África, Asia y Sudamérica d) Oceanía, Europa y Medio Oriente e) Europa, Centroamérica y Medio Oriente 3. ¿Cuál es la forma infectante de los gusanos patógenos? a) Huevecillos b) Gusanos adultos c) Larvas rabditoides d) Larvas filariformes e) Moscas del género Gasterophylus 4. ¿Cuáles son las topografías más habituales donde se ubica la erupción serpiginosa? a) Cabeza y manos b) Glúteos, manos y pies c) Pies, espalda y abdomen d) Glúteos, espalda, piernas y pies e) Glúteos, cabeza, abdomen y manos 131Rev. Chilena Dermatol. 2012; 29 (2) : 124 - 132 Larva migrans. Una revisión 5. ¿Cuáles son los principales agentes que sobreinfectan estas erupciones? a) Clostridios y estafilococos b) Estafilococos y enterococos c) Estreptococos y enterococos d) Estafilococos y estreptococos e) Pseudomonas y estreptococos 8. En caso de realizar una biopsia, ¿cuáles son los hallaz- gos más frecuentes? a) Se observa la larva b) Focos de necrosis epidérmica c) Ampolla acantolítica dermoepidérmica d) Formación canalicular intraepidérmica o dermoepidérmica e) Vasoconstricción e infiltrados principalmente por células plasmáticas Respuestas página 172 6. ¿Cuáles son los hallazgos más frecuentesen los estu- dios de laboratorio de rutina? a) Aumento de IgG b) Eosinofilia y aumento de IgE c) Neutrofilia y aumento de IgE d) Linfocitosis y aumento de IgM e) Eosinopenia y disminución de IgE 7. ¿Qué hallazgos podemos encontrar con la microscopia confocal? a) Arreglos segmentarios b) Presencia de vasos puntiformes c) Áreas sin estructura color marrón d) Falta de continuidad en el dibujo de la piel e) No existen hallazgos característicos con esta técnica 9. ¿Cuál es el mecanismo de acción de la ivermectina? a) Inhibe la fumarato-reductasa b) Provoca parálisis flácida al gusano c) Interrumpe la agregación de microtúbulos d) Bloquea el ensamblaje de los microtúbulos e) Impide la ingesta de glucosa por parte del parásito 10. ¿Cuál es la dosis recomendada de ivermectina? a) 200 mg/kg de peso b) 400 μg/kg de peso y repetición al mes c) 200 μg/kg de peso y repetición a la semana d) 200 mg/kg de peso y repetición a la semana e) 200 μg/kg de peso cada 24 horas por una semana 132 Rev. Chilena Dermatol. 2012; 29 (2) : 124 - 132 Eduardo Torres-Guerrero y cols. 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23
Compartir