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SALUD PUBLICA deMEXICO EpOCA V. VOLUMEN XII. NÚMERO 6. • NOVIEMBRE·DICIE:lIBRE DE 1970 El saneamiento ambiental PI las enfermedades parasitarias * ES un hecho que ya no se discute que las en- fermedades parasitarias prevalecen y rnantie- nen una elevada incidencia en los países pobres. La geografía patológica de las enfermedades pa. rasitariae revela una notable coincidencia con las zonas obscuras de la pobreza y de la desigualdad social en nuestra geografía económica. Interesante como ninguno es el juicioso estudio de Martínez Báez, que acaba con el mito de los climas cálidos y húmedos como sinónimo de insa- lubridad. Por muchos años esta tesis condenaba a los países tropicales a una situación desventa josa de vida, por el sólo hecho de su ubicación geográ- fica. Argumento simplista pero además interesado, que ya no se sosticnc a la luz del conocimiento científico moderno ni de las teorías económicas. Horwitz, en su claro concepto de la interrelación de economía y salud, ha contribuido también al es. clarecimiento de ese fenómeno tan singular que encierra el e¡rculo vicioso "miseria-enfermedad", cuya significación y trascendencia todos aceptan. • Trabajo presentado en el 11 Congreso Latinoamerica. no de Pernsitologfa, efectuado del 1i al 19 de septiembre en el Centro Médico Nacional. de la ciudad de México. .. Ingeniero en Jefe de Agua Potable }' Alcantarillados de la Secretaría de Recursos Hidráulico!'. México. ING. HUMBERTO ROl\1ERO ALVAREZ, l\f.P.H.*-" Se sahe también que en el cuadro epidemioló- gico característico de este grupo de enfermedades parasitarias transmisibles, la insalubridad del am- biente es determinante en la operación de los dio versos mecanismos que hacen posible la transmisión y propagación de dichos padecimientos que afectan a grandes grupos de población. El saneamiento del medio se ofrece como una solución lógica que pucde ser definitiva, pues per- mite acabar con el mal en su origen. Un amplio suministro de agua potable; una forma adecuada de disposición de los desechos humanos y de las basuras, que evite contaminar manos, suelos, plan- tas y aguas; un control riguroso de la fauna que afecta a la salud; un manejo cuidadoso de los ali- mentos son, entre otras, las armas de que disponen las avanzadas técnicas de saneamiento, que han demostrado ser eficaces en sus resultados. Los factores que se derivan de una mala prác- tica alimenticia son, en la mayoría de los casos, común denominador de problemas de las parásito- sis y no se descarta por necesaria, aunque tampoco debe sobreestimarse, la utilidad del cegamiento de la fuente de infección. La experiencia ha probado plenamente cuán difícil y costoso es operar y man- tener una clínica de desparasitación que, no obs- 785 tante lo útil y necesaria. no puede ser definitiva en sus resultados a la escala que lo requieren los grandes grupos humanos afectados, mientras éstos mantengan todos o algunos de los contactos adver- sos con un medio insalubre. Hay otros dos hechos bien conocidos que se repi- ten con frecuencia y que se suele esgrimir como argumento en contra de la ejecución de programas de saneamiento de vasto alcance. Se dice, y con razón, que el saneamiento es muy costoso y que toma mucho tiempo su implementación. Efectivamente. tanto un programa de agua Pv- table urbano o 'rural como una obra de alcantari- llado para aguas negras o una campaña de .letrinas. requiercn a veces cuantiosas inversiones, Sin em- bargo, hay que tomar en cuenta que existen fórmu- las nuevas de financiamiento al alcance de mayo- res grupos de población, no obstante su reducida capacidad de pago y que, aun cuando ésta no exis- ta, por lo menos hay materiales para construcción regionales, y lo que es más valioso, importantes recursos de mano de obra. Todos sabernos que en el campo la desocupación prolongada es un pro· dueto típico de nuestra economía rural, pero que presenta un potencial enorme dc trabajo útil. En cuanto al prohlema del tiempo, es natural que una acción como la del saneamiento del me- dio que neva implícito un cambio cultural, rcquie- ra como todo proceso de esta naturaleza, un lapso prolongado para que operen los mecanismos edu- cativos. Pero por t'SO mismo, la lahor no admite espera. En la lucha contra las enfermedades parasitarias, que constitu yen un Índice de desarrollo económico y social y en cuya prcvalcncia son determinantes los factores de desnutrición y de insalubridad del me- dio, no es posible adoptar una actitud de simple análisis para concluir que nada o casi nada podrá hacerse en mejorar las condiciones de salud mien- tras no cambien las circunstancias que imponen las políticas de desarrollo económico, basadas en el criterio de emplear nuestros limitados recursos ñ- nancieros donde éstos ofrezcan mayor utilidad. No es posible aceptar una disyuntiva de esta naturaleza, que sólo conducc al pesimismo y sólo ofrece desesperanza. Permitaserne ahondar un poco más en los serios problemas del saneamiento ambiental y referirme a lo que puede ser, a pesar de todos los agravantes mencionados: un nuevo enfoque. Desde luego, no 786 es de aceptar que todo se rcsuelvc en nuestro me- dio en función de un objetivo económico: buena parte de los recursos del Estado se invierten en la satisfacción de las necesidades de carácter social; hay sin duda un serio esfuerzo en marcha que busca conciliar, con alto sentido social, los intereses del desarrollo económico con .la mejoría de las con- diciones de vida de los mexicanos. Veamos dos casos que ilustran este punto de vista: la campaña de erradicación del paludismo y los programas de abastecimiento de agua potablc , las dos acciones van dirigidas al mejoramiento de las condiciones del medio ambiente y a la lucha contra las enfermedades parasitarias. En la primera: no se pueden ignorar las cuan- tiosas erogaciones hechas por el Gobierno Federal en una acción continuada de varias administracio- nes: con las cooperaciones de los organismos inter- nacionales, Nunca antes se dispuso de tantos técnicos en tan variadas disciplinas para una sola acción, contra una sola enfermedad eminentemente de ca- rácter rural. Médicos, parasitólogos, ingenieros: educadores y militares expertos en logística, dando tnuestrus de una ejemplar actitud ciudadana, inte- graron una acción única en su género. Si el abso- luto y ambicioso objetivo de la erradicación no se ha alcanzado: esto sería de explicarse por posibles deficiencias técnicas y administrativas, susceptibles de superar: pero en todo caso debe tenerse presente que el paludismo ha desaparecido de varias zonas y sin duda alguna ha dejado de ser un problema económico y social para el país, Con la mejor coordinación y la mayor cobertura de los servicios sanitario.asistenciales y con el pero fcccionnruicnto de la tecnología, es de esperarse que se superen los obstáculos que hasta ahora han im- pedido el completo éxito en la lucha contra el paludismo. En el campo del agua potable: el esfuerzo coor- dinarlo del gohiemo y de los beneficiarios ha sido de gran trascendencia y ha dado lugar ti un avan- ce extraordinario en materia de realizaciones. AqUÍ se ha operado un cambio en los conceptos t radicio- nales: desde la motivación principal que ahora es disponer de un servicio que contribuya al bienestar y a la vida decorosa del hombre, en substitución del anacrónico temor a las llamadas "enfermedades de origen hidrico", hasta la aceptación consciente de que el servicio cuesta y que para disfrutarlo hay que pagar una cuota. Esto en contraposición con el VIeJO Y absurdo criterio de que el agua es un don de la naturaleza y que como tal: no debe cobrarse su suministro. En la actualidad todos sabernos, por razones de especialización, que el agua es un serio problema; no precisamente por sus defectos de calidad (crite- rio antiguo), sino por su escasez (criterio moder- noL que impide su uso generalizado para fines de aseo, concretamente para el lavado de manos. Afortunadamente ya se opera un cambio favo- rable en la actitud de los responsablesde los servicios públicos, es decir, en las autoridades mu- nicipales y en los propios ingenieros que tradicio- nalmente han visto la solución del problema como estrictamente de carácter técnico. Dar agua potable no es sólo determinar la fuente de abastecimiento. llámese pozo, río o manantial; ni es dimensionar hidráulica o estructu ralmente tanques, tuberías y demás elementos del sistema; no es, en fin, el pro- yecto expresado en planos y presupuestos detallados de construcción. Dar agua potable es, además de lo técnico, procurar una solución económica o finan- ciera. Cuando se habla de financiamiento, no nos referirnos a los beneficios legítimos del capital sino también a las posibilidades de subsidios, de créditos que se amorticen con los productos del pago del ser- vicio del agua aplicando tarifas con sentido social. que apoyándose en una cuota mayor para los que más consumen y que son los que tienen mayores ingresos, puedan proteger con un precio más bajo a los que consumen menos, es decir a la población de más escasos recursos. Con este nuevo enfoque financiero se busca que las grandes ciudades, potencialmente más capaces para pagar el servicio, estructuren sistemas autosu- ficientes, de tal manera que con los fondos que se generen paguen sus propias ampliaciones y de este modo liberen los recursos económicos disponibles del gobierno para aplicarlos, con un criterio más asistencial: a las pequeñas poblaciones de tipo rural. Además de la solución técnica y financiera, la dotación de agua potable involucra la resolución de un problema administrativo y de otro social y cultural. El criterio que priva es el de que tanto las autoridades locales como los usuarios interven- gan directamente en la administración, operación y conservación de los sistemas de agua potable, de manera que los servicios se amplíen y mejoren a medida que crezcan las poblaciones; que mayor número de personas dispongan de agua entubada SALUD PÚBLICA DE MÉXICO dentro de la vivienda y que cuiden de la sana eco- nomía de un servicio que es vital para su progreso y bienestar. La acción educativa popular tiene como objeto dar a conocer a los habitantes de las poblaciones tanto los alcances de la obra como los compromi- sos que por concepto de servicios se deriven de su aceptación. En realidad ya no se necesita enseñar- les a usar el agua, sino a que la aprecien en su justo valor para que así la conserven y acepten el pago por el servicio. En este aspecto de tipo cul- tural, la acción del gobierno es fundamentalmente de democratización de un servicio público que toda- vía hasta hace poco en muchas poblaciones se juzgaba como una obligación de carácter asistencial por parte del gobierno. Los resultados ya están a la vista. En el medio rural se ha dotado de sistemas de agua potable a más de 4,000 localidades en los últimos ocho años, mediante programas intensivos que conducen la Secretaría de Salubridad y Asistencia y otras dependencias, ('11 colaboración con los gobiernos de los estados. Si bien es cierto que 10 que falta por hacer es todavía mucho, el hecho importante es que se ha instituido una acción firme y continuada en este sentido. En el medio urbano el enfoque tiende a la crea- ción de una infraestructura sobre una base econó- mica sólida. La Secretaría de Recursos Hidráulicos en los últimos seis años ha conducido un Plan Na- cional de Agua Potable que ha permitido dar ser- vicio a 900 localidades, en donde habitan 6_740,000 habitantes, con una inversión global incluyendo la de las autoridades locales y la de ]05 propios usua- rios, de dos mil millones de pesos_ Esto ha permi- tido que la población servida con tomas domicilia- rias en las localidades urbanas excluyendo al Distrito Federal, que era del 47% en 1965, haya subido al 63.4% en 1970. Si se ineluyen las obras en el Distrito Federal, la población total urbana servida sube al 70%. En esta forma, por primera vez el crecimiento anual de los servicios de agua potable ha sido más rápido que el crecimiento demográfico. Los planes de inversiones para la próxima déca- da están orientados para alcanzar el objetivo de servir al 82% de la población global. La urbana, excluyendo al Distrito Federal, tiene como meta el 80% y representa una inversión, en el próximo sexenio, de 2,400 millones de pesos, de los cuales, 787 siguiendo la tendencia actual, el 30% será aporta- ción de los propios beneficiarios y el 70% inver- sión directa o conveval de los gohiernos Federal y estatales, es decir, que serán inversiones recu- perables a través de las cuotas por el servicio. Hasta aquí se han citado, a título de ilustración, dos ejemplos que mucstran aspectos distintos del saneamiento ambiental, lo que puede ser un nuevo enfoque para la solución de los problemas que se derivan de un medio insalubre y que se traduccn, entre otras cosas, en la prevalencia de enferme- dades parasitarias. Se juzga que se pucde hacer algo similar en los 788 otros campos del saneamiento del medio y que en todo caso, hay que tener conciencia clara de que son etapas sucesivas de un solo proceso de des- arrollo en el que el saneamiento es parte integral y objeto ohligado de coordinación. También es de considerar que hay todavía muo chos aspectos científicos que necesitan perfeccio- narse en el conocimiento y en la técnica, de tal manera que mediante su aplicación se logren me- jores condiciones de saneamiento del medio. Puedc afirmarse que en este propósito la parasitología y la ingeniería sanitaria son ciencias afines que tie- nen caminos que coinciden en una meta común.
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