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Compilación de textos para comentar
"Tú eres el resultado de ti mismo"
No culpes a nadie, nunca te quejes de nada ni de nadie porque fundamentalmente Tú has hecho tu vida.
Acepta la responsabilidad de edificarte a ti mismo y el valor de acusarte en el fracaso para volver a empezar, corrigiéndote.
El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas del error.
Nunca te quejes del ambiente o de los que te rodean, hay quienes en tu mismo ambiente supieron vencer, las circunstancias son buenas o malas según la voluntad o fortaleza de tu corazón.
No te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte, enfrenta con valor y acepta que de una u otra manera son el resultado de tus actos y la prueba que has de ganar.
No te amargues con tu propio fracaso ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño, recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar.
Deja ya de engañarte, eres la causa de ti mismo, de tu necesidad, de tu fracaso.
Si Tú has sido el ignorante, el irresponsable, Tú únicamente Tú, nadie pudo haberlo sido por ti.
No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, como la causa de tu futuro es tu presente.
Aprende de los fuertes, de los audaces, imita a los valientes, a los enérgicos, a los vencedores, a quienes no aceptan situaciones, a quienes vencieron a pesar de todo.
Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo y tus problemas sin alimento morirán
Aprende a nacer del dolor y a ser más grande, que es el más grande de los obstáculos.
Mírate en el espejo de ti mismo.
Comienza a ser sincero contigo mismo reconociéndote por tu valor, por tu voluntad y por tu debilidad para justificarte.
Recuerda que dentro de ti hay una fuerza que todo puede hacerlo, reconociéndote a ti mismo, más libre y fuerte, y dejaras de ser un títere de las circunstancias, porque Tu mismo eres el destino y nadie puede sustituirte en la construcción de tu destino.
Levántate y mira por las montañas y respira la luz del amanecer.
Tu eres parte de la fuerza de la vida.
Nunca pienses en la suerte, porque la suerte es el pretexto de los fracasados
Pablo Neruda
El abandono
La esperanza es lo último que se pierde, nos enseñan cuando somos chicos. Pero al poco tiempo somos conscientes del engaño y nos asimos a la vida aparcando el optimismo irrisorio. Lo que les ocurre a los perros es otra historia. Sólo ellos saben realmente lo que es la esperanza y pueden vivir, pese a ella.
Se estaba yendo con su andar apresurado; se sentaba en el asiento delantero de la camioneta y arrancaba el motor antes de que la puerta se cerrara, como movido por un cercano peligro. Intentó avisarle: ladró durante un buen rato. La cuerda que sujetaba su cuello le impedía seguirle y sus tirones sólo conseguían enrojecer su cuello para convencerla de que no podría soltarse. Se habrá olvidado de mí, pensó. Esperó. Las horas eran como copos de nieve que iban cayendo y amontonando silencio y frío a su alrededor. Niebla miraba el cielo y esperaba; estaba convencida de que Jorge volvería a buscarla. En cuanto llegara a la casa y se acostara en la cama, descubriría que ella faltaba y desandaría el camino para buscarla. Siguió esperando. Pero no volvió.
Una tarde, Niebla vio a un hombre que caminaba hacia ella. Podía ser Jorge, aunque era mucho más alto. Se irguió expectante, pero enseguida volvió a tumbarse decepcionada. El joven se le acercó, liberó su cuello e intentó acariciarla. Primero ella se resistió, como un niño rechazando un dulce que sabe que no es para él. Pero no pudo hacer lo mismo con el agua y la comida que él le ofreció amorosamente. Llevaba ¡quién sabe!, semanas sin probar bocado. Comió apresuradamente; él se quedó a su lado, observándola en silencio mientras canturreaba algo que ella no había escuchado antes.
Cuando terminó de comer, el chico intentó cogerla, pero ella se escurrió entre las plantas. Intentó acercarse de nuevo. Dudó, ¿cómo se iba a ir? ¿qué haría su Jorge sin ella? Se quedó agazapada, lejana, rogando que se fuera, que no deseaba hacerle daño. Se fue, pero volvió uno y otro día. Cada vez que regresaba le traía comida, ella sentía la tentación de irse con él y entonces pensaba en Jorge. Hasta que ya no pudo más: dormir a la intemperie, pasarse las tardes, las mañanas y las noches sola y ver solita las estrellas no era para ella.
Una vida llena de caricias, buena comida y atenciones le esperaba en la casa del muchacho: en compañía de dos gatos y un conejo al que le faltaba una pata. Todos ellos habían sido rescatados de vidas terribles, según pudo enterarse Niebla más tarde. La recibieron como a una más de la familia, sin hacer demasiadas preguntas y pidiéndole muy poco a cambio. Y allí se quedó.
Llevaba ya unos cuántos años viviendo con aquella pandilla. Les había tomado cariño e incluso le gustaba esa vida. Sin embargo, cuando el ruido del motor de una camioneta irrumpía la siesta y se pegaba a las paredes, Niebla se levantaba y olfateaba el ambiente. Después, con la decepción cubriendo sus ojos, volvía a tumbarse nuevamente junto a los gatos: en esa vida que todavía sentía como provisoria, en ese hogar en el que se sentía de paso.
EL PORTERO 
Esta es una historia para reflexionar lo positivo que hay en todo cambio...
No había en el pueblo peor oficio que el de portero del hotel. Pero... ¿qué otra 
cosa podría hacer aquel hombre?.  De hecho, nunca había aprendido a leer ni 
a escribir, no tenía ninguna otra actividad ni oficio.
Un día se hizo cargo del hotel un joven con inquietudes, creativo y emprendedor. 
El joven decidió modernizar el negocio. Hizo cambios y después citó al personal para darle nuevas instrucciones.
Al portero, le dijo: 
A partir de hoy usted, además de estar en la puerta, me va a preparar un reporte semanal donde registrará la cantidad de personas que entren por día y anotará sus comentarios y recomendaciones sobre el servicio..." El hombre tembló, nunca le había faltado disposición al trabajo, pero...
Me encantaría satisfacerlo, señor - balbuceo - pero yo...yo no sé leer ni escribir...
"¡Ah! ¡Cuanto lo siento!" 
Pero señor, usted no me puede despedir, yo trabaje en esto toda mi vida...
No lo dejó terminar.
Mire, yo comprendo, pero no puedo hacer nada por usted. Le vamos a dar una 
indemnización para que tenga hasta que encuentre otra cosa. Así que, lo siento. 
Que tenga suerte..."
Y sin más, se dio vuelta y se fue. El hombre sintió que el mundo se derrumbaba. 
Nunca había pensado que podría llegar a encontrarse en esa situación. 
¿Qué hacer?
Recordó que en el hotel cuando se rompía una silla o se arruinaba una mesa, él, 
con un martillo y clavos lograba hacer un arreglo sencillo y provisorio. Pensó que ésta podría ser una ocupación transitoria hasta conseguir un empleo. El problema es que solo contaba con unos clavos oxidados y unas pinzas muy viejas, entonces decidió usar parte del dinero para comprar una caja de herramientas.
Como en el pueblo no había una ferretería, debía viajar dos días en mula para ir al pueblo más cercano a realizar la compra. ¿Qué más da? Pensó, y emprendió la marcha.
A su regreso, traía una hermosa y completa caja de herramientas. De inmediato su vecino llamó a la puerta de su casa:
Vengo a preguntarle si no tiene un martillo para prestarme...
Mire, si, lo acabo de comprar, pero lo necesito para trabajar...como me quedé sin empleo..."
Bueno, pero yo se lo devolvería mañana bien temprano.
El portero accedió y le prestó el martillo. A la mañana siguiente, como había prometido, el vecino tocó la puerta:
Mire, yo todavía necesito el martillo. ¿Por qué no me lo vende?
No, yo lo necesito para trabajar y además, la ferretería está a dos días en mula.
Hagamos un trato - dijo el vecino - Yo le pagare los dos días de ida y los dos de vuelta, más el precio del martillo, total usted está sin trabajar.  ¿Qué le parece?"  Realmente, esto le daba trabajo por cuatro días...  Aceptó.
Volvió a montar su mula. Al regreso, otro vecino lo esperaba en la puerta de su casa:
Hola, vecino. ¿Usted le vendió unmartillo a nuestro amigo?
Si, así es...
Mire, yo necesito unas herramientas, y estoy dispuesto a pagarle sus cuatro días de viaje, más una pequeña ganancia. Yo no dispongo de tiempo para el viaje.
El ex-portero abrió su caja de herramientas y su vecino eligió una pinza, un destornillador, un martillo y un cincel. Le pago y se fue.  El ex-portero pensó entonces que mucha gente podría necesitar que el viajara a traer herramientas de las que había vendido.  
De paso, podría ahorrar algún tiempo de viajes. La voz empezó a correrse por el barrio y muchos quisieron evitarse el viaje. Una vez por semana, el ahora corredor de herramientas viajaba y compraba lo que necesitaban sus clientes. Alquiló un carretón para almacenar las herramientas y algunas semanas después alquiló un cuarto que se convirtió en la primera ferretería del pueblo.  Todos estaban contentos y compraban en su negocio. 
 Ya no viajaba, los fabricantes le enviaban sus pedidos. Él era un buen cliente. Con el tiempo, las comunidades cercanas preferían comprar en su ferretería y ganar dos días de marcha. -
Un día se le ocurrió que su amigo, el tornero, podría fabricar para él las cabezas de los martillos. Y luego, ¿por qué no? Las tenazas...y las pinzas...y los cinceles. Y luego fueron los clavos y los tornillos.  Para no hacer muy largo el cuento, sucedió que en diez años aquel hombre se transformó con honestidad y trabajo en un millonario fabricante de herramientas.
Un día decidió donar a su pueblo una escuela. Ahí se enseñaría, además de leer y escribir, las artes y oficios más prácticos de la época. En el acto de inauguración de la escuela, el alcalde le entregó las llaves de la ciudad, lo abrazó y le dijo:
 "Es con gran orgullo y gratitud que le pedimos nos conceda el honor de poner su firma en la primera hoja del libro de actas de la nueva escuela"
 El honor seria para mí - dijo el hombre - Creo que nada me gustaría más que firmar allá, pero yo no sé leer ni escribir. Yo soy analfabeto.
¿Usted? - dijo el Alcalde, que no alcanzaba a creerlo Usted construyó un imperio industrial sin saber leer ni escribir? Estoy asombrado.  Me preguntó, ¿qué hubiera sido de usted si hubiera sabido leer y escribir?"
Yo se lo puedo contestar - respondió el hombre con calma. Si yo hubiera sabido leer y escribir...¡sería portero del hotel!
MORALEJA
Generalmente los cambios son vistos como adversidades. Pero las adversidades encierran 
bendiciones.
Las crisis están llenas de oportunidades. Cambiar siempre será la opción más segura.
PARA TODOS AQUELLOS QUE LOS CAMBIOS LOS APANICAN, VEAN QUE SIEMPRE 
VENDRÁN COSAS MEJORES, LO QUE NOS HACE FALTA ES ARRIESGARNOS UN POCO 
Y SEGUIR ADELANTE, POR ESO MAS VALE ARREPENTIRNOS DE ALGO QUE HAGAMOS 
QUE DE ALGO QUE NUNCA HICIMOS.
 ¿PORQUE NO? ¡¡¡INTENTALO!!!
Del libro “Un águila y una gallina” de Leonardo Boff
“Un campesino crió un aguilucho junto con sus gallinas. Lo trataba de la misma forma como lo hacía con las gallinas, de modo que él estaba convencido que era una de ellas. Le daba la misma comida en el suelo, la misma agua en un bebedero y lo soltaba en el campo para complementar su alimentación, igual que si fuese una gallina. El águila creció y se comportó como si fuera una gallina.
Cierto día pasó por su casa un ecologista que, al ver al águila escarbando en el suelo, fue a hablar con el campesino.
Esto no es una gallina, ¡es un águila!
El campesino contestó: ahora ya no es más un águila porque se crió con las gallinas, aprendió a vivir como ellas y por lo tanto se cree gallina.
El ecologista dijo: —No, un águila es siempre un águila. Hagamos una prueba.
Se subió con el águila al techo de la casa del campesino y la tiró a volar, mientras le decía: “¡Vuela tú eres un águila! Asume tu naturaleza.
Pero el águila no voló, batió torpemente sus alas como una gallina, y cayó al gallinero otra vez. Entonces, el campesino replicó: Le dije que ella era ahora como una más de mis gallinas.
Mañana veremos, dijo el ecologista.
Al otro día fueron a una montaña cercana con el águila. El ecologista levantó el ave y le dijo: ¡Águila! ¡Mira ese horizonte, mira el sol allá a lo lejos, los campos verdes allá abajo, mira, todas esas nubes pueden ser tuyas! ¡Despierta tu naturaleza y vuela como águila que eres!
El águila comenzó a ver todo esto y fue quedando maravillada con la belleza de las cosas que nunca había visto, estuvo confusa al principio sin entender por qué había estado tanto tiempo alienada. Entonces sintió su sangre de águila correr por sus venas, sintió tensarse los músculos de sus alas y partió en un hermoso vuelo hacia el horizonte azul.
En este texto se refleja que la vida se trata de un largo camino y la persona se encontrará con fracasos y posibles frustraciones y también vendrán buenos momentos y éxitos, por lo que se debe tener la fortaleza para ocuparse día a día y superar todas las situaciones difíciles que se presenten y para ello cuenta con su valor y esperanza que le llevará a mantener su actitud positiva para trabajar en sus metas y alcanzarlas.
El hombre que contaba historias (Oscar Wilde)
Este relato nos sitúa en un pequeño pueblo en medio del bosque y frente al mar, donde vivía un hombre sabio que salía del pueblo cada mañana y por la noche regresaba para contar fantásticas historias a los lugareños que lo escuchaban atentamente.
Cuando volvía el hombre sabio le preguntaban insistentemente:
-Cuéntanos, ¿Qué has visto hoy?
A lo que él respondía con su voz suave y pausada:
-He visto a un fauno que tocaba una melodía hermosa con su flauta y con ella obligaba a bailar en círculo a un grupo de silvanos.
-Y qué más has visto? Preguntaban insistentemente los aldeanos al hombre sabio.
-He visto a 3 sirenas mientras me dirigía a la orilla del mar, todas ellas eran criaturas hermosas que peinaban sus verdes cabellos con un peine de oro.
Estas historias fascinaban a todos y cada uno de los habitantes del pueblo, desde niños hasta adultos e incluso a los viejos. Es por eso que todos los vecinos del pueblo lo apreciaban por encima de cualquier otro habitante.
Una mañana el hombre que contaba historias salió de nuevo hacia el mar y vio a tres sirenas en el filo de las olas, que peinaban sus largos cabellos verdes con un peine de oro.
Asustado, el hombre se dirigió de nuevo hacia el bosque para regresar a casa, y allí vio con sus propios ojos a un fauno que tañía delicadamente su flauta y con sus sonidos hacía bailar a un grupo de silvanos que se encontraban con él.
Cuando regresó al pueblo esa misma noche, todos los habitantes le preguntaron, como de costumbre, qué es lo que había visto, a lo que él contestó.
-No he visto nada".
Este relato corto de Oscar Wilde es uno de los más sorprendentes e imaginativos del genio irlandés, y nos habla de las apariencias, de la mentira y de cómo no siempre todo es lo que parece.
El paisajista
"Érase una vez un pintor de gran talento que fue enviado por el emperador de China a una provincia lejana y recién conquistada, con la misión de traer a su vuelta imágenes pintadas. Tras un largo viaje en el que visitó en profundidad todos los territorios de la provincia, el pintor regresó, pero sin embargo no portaba ninguna imagen. Ello generó sorpresa en el emperador, quien terminó enfadándose con el pintor.
En ese momento, el artista solicitó que le dejaran un lienzo de pared. En él, el pintor dibujó con gran detalle todo lo que había visto y recorrido en su viaje, tras lo cual el emperador acudió a verlo. Entonces el pintor le explicó cada uno de los rincones del gran paisaje que había dibujado y explorado en sus viajes. Al acabar, el pintor se aproximó a un sendero que había dibujado y que parecía perderse en el espacio. Poco a poco, el pintor se adentró en el sendero, metiéndose en el dibujo y haciéndose cada vez más pequeño hasta desaparecer tras una curva. Y cuando este desapareció, lo hizo todo el paisaje, dejando el muro completamente desnudo".
Este cuento de origen chino es algo complejo de entender. Para ello debemos ponernos en la posición del pintor y lo que hace a lo largode la historia: por un lado, observa la realidad, pero por el otro, y como se ve al final cuando se une a su obra, forma parte intrínseca de ella. Se trata de una alegoría de que, aunque podemos ser observadores de lo que acontece en el mundo queramos o no somos parte de él: si algo ocurre en esa realidad nos afecta a nosotros, ya que somos parte de ella, mientras que lo que nos pase a nosotros no está alejado de la realidad.

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