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Cristina Gil psicopato 2 tema 15

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Psicopatología 14/15 Cristina Gil 
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15. Las esquizofrenias: Hipótesis psicobiológicas 
1. INTRODUCCIÓN 
Hay especial dificultad en establecer la etiología de la esquizofrenia, en parte por las dificultades de 
establecer un diagnóstico acertado, debido a la naturaleza heterogénea de la patología. Y aún cuando ya se 
establece su diagnóstico, hay muchas variaciones entre los pacientes: edad y forma de inicio, síntomas 
presentes, curso y pronóstico y factores de riesgo. 
No obstante hemos visto una mejora de la fiabilidad del diagnóstico y de la comunicación entre clínicos e 
investigadores, pero es improbable que los grupos identificados hasta ahora sean homogéneos porque es 
improbable que un trastorno tan complejo como la esquizofrenia responda a una única causa. 
Hoy solo podemos afirmar que la esquizofrenia surge por la interacción de múltiples factores, y además 
para su desarrollo se da una combinación de factores genéticos y ambientales. La hipótesis de trabajo más 
probable es que en la esquizofrenia conviven un grupo heterogéneo de trastornos que comparten algunas 
características clínicas comunes, pero que pueden ser etiológicamente diversos. 
2. GENÉTICA Y ESQUIZOFRENIA 
A. Epidemiología genética 
Está demostrado que la esquizofrenia es una enfermedad que es más común (hasta 10 veces más) entre 
miembros de la familia de personas esquizofrénicas. A mayor proximidad de parentesco, incrementa el 
riesgo, que puede llegar a un 48% en gemelos monocigóticos (46% para hijos de padre y madre 
esquizofrénico). Aunque los estudios inducen a pensar que puede haber un componente genético en la 
esquizofrenia, no establecen las bases genéticas. Los miembros de una familia están expuestos a las 
mismas influencias ambientales y pueden ser éstas las que propiciaran la enfermedad. 
Un método idóneo para estudiar el peso de los factores genéticos son los estudios de gemelos y de 
adopción. En los estudios de gemelos, se observan mayor tasa de concordancia para gemelos 
monocigóticos (46%) que para los dicigóticos (14%). En otros estudios, las tasas de concordancia en 
gemelos dicigóticos es aún menor (4%). Los datos apoyan entonces la importancia de factores genéticos, 
pero que la concordancia no sea del 100% en los gemelos idénticos, deja abiertas hipótesis ambientalistas. 
En los estudios de adopción se investigó el riesgo comparativo a padecer esquizofrenia de 47 hijos 
adoptados de madres esquizofrénicas, comparados con un grupo similar pero con madres biológicas 
normales. Un número significativamente mayor de hijos de madres esquizofrénicas presentaba 
esquizofrenia, un 11% frente a un 0.01% en los hijos de madres normales. De los estudios se extraen dos 
conclusiones: a) cuando una persona adoptada desarrolla un trastorno esquizofrénico se encuentra una 
prevalencia significativamente mayor de este trastorno en los padres biológicos que en los adoptivos, y b) 
si un individuo adoptado, hijo de padres biológicos sanos, vive en una familia adoptiva donde uno de sus 
miembros sufre un trastorno esquizofrénico, tiene menos riesgo de desarrollar este trastorno que un hijo 
de padres biológicos con una enfermedad mental que es criado en una familia adoptiva en la cual ninguno 
de sus miembros presenta manifestaciones psicóticas. 
En otro estudió se confirmó una prevalencia significativamente mayor de esquizofrenia en los hijos con 
madres esquizofrénicas (1.9%) que en los hijos de madres control (1,1%). Por tanto todo apunta a que la 
herencia está presente en el trastorno, aunque no sepamos qué es lo que se hereda. 
 
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B. Marcadores genéticos 
Los marcadores genéticos son características heredadas, polimórficas y su modo de transmisión y 
localización cromosómica es conocido, encontrándose entre ellos los grupos sanguíneos, determinados 
enzimas y los antígenos de histocompatibilidad (HLA). 
El sistema HLA se halla asociado a algunas enfermedades con origen en mecanismos autoinmunes, como la 
diabetes mellitus o la esclerosis múltiple. Estas enfermedades comparten algunas características con la 
esquizofrenia (distintos tipos, son heterogéneas, pueden diferir en gravedad, se dan casos subclínicos) 
llevo al estudio del HLA como “marcador genético” de la esquizofrenia. Los resultados son inconsistentes y 
no ofrecen un patrón claro de asociación a no ser que se consideren los subtipos de esquizofrenia: hay 
asociación entre la esquizofrenia paranoide y el antígeno HLA A9 y entre el tipo hebefrénico y el A1. 
Un notable avance en investigación son las técnicas de genética molecular, más concretamente los 
estudios del análisis de ligamento (detectar un marcador próximo al gen que causa la enfermedad, pues 
ambos se pueden trasmitir unidos a la descendencia). Mediante esta estrategia se seleccionan familias con 
varios individuos esquizofrénicos y se toman muestras de sangre de todos para aislar el DNA de cada 
muestra. El DNA se “corta” en segmentos y se comparan los de los miembros esquizofrénicos y los de no 
esquizofrénicos. Se encontró que un área concreta en el cromosoma 5 de los miembros con el trastorno 
era diferente al de los miembros sanos. Un gen o genes defectuosos en esa área establecerían una 
predisposición en, al menos, algunos casos de esquizofrenia. No obstante no todas las investigaciones 
corroboran estos resultados. 
Estas técnicas presentan ciertas limitaciones: a) asumen un modelo de herencia mendeliano que igual no 
es el que corresponde a la esquizofrenia; b) la penetrancia del gen de esquizofrenia es reducida; y c) 
existen fenocopias (distintas formas de expresarse los genes de la esquizofrenia). A esto hay que añadir los 
posibles errores de diagnóstico y la necesidad de emplear muestras más grandes. 
C. Modelos de transmisión genética 
Se sabe que la esquizofrenia difiere de las leyes de herencia mendelianas clásicas en, al menos, 4 aspectos: 
1. La mayor parte de trastornos mendelianos tienen una penetrancia completa: si se hereda el gen, se 
tiene el trastorno. En el caso de la esquizofrenia no se da 100% de concordancia entre gemelos, lo que 
sugiere una penetrancia reducida: un individuo puede tener alto riesgo y no manifestarla nunca. 
2. En las condiciones mendelianas, el todos los individuos que aparecen síntomas típicos del trastorno, 
éstos son causados por el gen enfermo (efecto directo). En la esquizofrenia no ocurre, pueden aparecer 
síntomas esquizofrénicos causados por condiciones metabólicas, neurológicas o por drogas (fenocopias). 
3. Las condiciones mendelianas son en gran parte homogéneas en su etiología, pero la esquizofrenia es 
heterogénea desde el punto de vista genético. Defectos en varios genes probablemente determinen el 
riesgo para distintos tipos de esquizofrenia clínicamente distinguibles. 
4. En la esquizofrenia no hay unos límites diagnósticos claros, como si ocurre en los trastornos 
mendelianos, y han de considerarse los trastornos del espectro esquizofrenico: esquizoafectivo, delirante, 
psicosis atípica, etc. 
Los modelos poligénicos ofrecen un marco más amplio de investigación. Proponen que la esquizofrenia 
puede estar causada por una combinación de un número específico de genes en interacción y ciertos 
factores ambientales. De esa forma existiría un umbral para la expresión clínica, y solo los que lo 
sobrepasan manifiestan la enfermedad (explicando las expresiones subclínicas en gemelos). 
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3. NEUROQUÍMICA Y ESQUIZOFRENIA 
A. Neurotransmisores 
1. Dopamina 
La hipótesis de la dopamina (DA) sugiere que una hiperactividad de las neuronas dopaminérgicas puede 
estar presente en algunos esquizofrénicos, y que el incremento de DA puede relacionarse con síntomas 
específicos, como delirios y alucinaciones. La hiperactividad funcional podría explicarse por: 1) una 
excesiva producción de dopamina por parte de las neuronas que la trasmiten; 2) unexceso de la cantidad 
de dopamina en la unión sináptica y 3) una hiperactividad funcional de las neuronas receptoras. 
Esta formulación se basó en la observación de dos hechos importantes: 1) que los neurolépticos (drogas 
antipsicóticas) bloquean los receptores dopamínicos (D2) inhibiendo así la actividad dopaminérgica; y 2) 
que agonistas dopaminérgicos, como las anfetaminas, podían producir o agravar los síntomas psicóticos. 
Hoy en día no existe consenso sobre cuál es el papel de la DA en la etiología de la esquizofrenia, y se 
complicó aún más la situación al descubrir que diferentes subtipos de receptores dopaminérgicos pueden 
interactuar unos con otros. Estas son las principales limitaciones que tiene la hipótesis de la dopamina: 
a) Falta de evidencia directa de un incremento en la liberación de DA. 
b) DA y heterogeneidad de la esquizofrenia. La alteración de DA no puede por sí misma justificar la 
sintomatología tan variada de los pacientes esquizofrénicos ni las diferentes respuestas al tratamiento (los 
síntomas positivos si responden, pero los negativos no, incluso se pueden agravar). Además los fármacos 
son eficaces con síntomas “positivos” que aparecen en otros trastornos, como manías o psicosis orgánicas. 
Las sucesivas hipótesis sobre la DA están siendo enriquecidas por los datos que llegan e otros ámbitos de 
investigación. La hipótesis dopaminérgica revisada propone que la esquizofrenia se asociaría a una 
desregulación en la transmisión dopaminérgica que origina una hiperfunción en la transmisión 
dopaminérgica subcortical en las proyecciones mesolímbicas, y una hipofunción en las proyecciones 
dopaminérgicas mesocorticales al córtex prefrontal que origina una hipo estimulación de los receptores D1 
y la aparición de sintomatología negativa y alteración de las funciones cognitivas superiores por déficit en 
la función dopaminérgica cortical. 
Los estudios apuntan a que esta disregulación sería debido al fracaso de la corteza prefrontal para regular 
de forma adecuada la actividad de las neuronas dopaminérgicas subcorticales. Esta hiperactividad 
dopamínica subcortical provocaría la sintomatología “positiva”, y, como ya mencionábamos arriba, un 
córtex prefrontal hipodopaminico podría ser responsable de los síntomas “negativos” y de los déficit 
cognitivos. 
2. Noradrenalina 
Varios investigadores han apuntado a la noradrenalina (NA) como importante en la patofisiología de la 
esquizofrenia. Se apoyan en la relación de las vías en la síntesis de DA y NA, de datos empíricos sobre 
mediaciones de NA en otros trastornos mentales, y de la interacción demostrada entre los sistemas de 
neurotransmisión de la DA y NA en el SNC. Algunos datos describen asociaciones entre las terminaciones 
de NA y otras variables clínicas en pacientes esquizofrénicos, de manera que la concentración de NA se 
asocia con recaídas en el curso clínico y con la severidad de los síntomas positivos y negativos. 
3. Serotonina (5-HT) 
La relación entre serotonina y esquizofrenia se estableció a partir de la observación de que algunos 
compuestos como el LSD tienen como propiedad farmacológica más importante su afinidad con receptores 
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serotoninérgicos. Estos receptores están distribuidos en regiones cerebrales con importantes funciones 
comportamentales, incluyendo el córtex prefrontal. Otro tipo de drogas antipsicóticas tienen un potente 
efecto inhibidor del receptor 5HT2 de la serotonina. 
Las hipótesis que explicarían el papel de la serotonina en la esquizofrenia hacen referencia a alteraciones 
en la función trófica de la serotonina; a la activación de la corteza prefrontal mediada por un receptor 
5HT2A alterado; o a la interacción dopamina-serotonina. En relación con esta interacción, la serotonina 
inhibe la función dopaminérgica en la corteza, el sistema límbico y el núcleo estriado, y lo hace bien de 
forma directa por su unión al receptor 5HT2A o indirectamente a través del GABA. 
4. GABA 
El ácido gamma amino butírico (GABA) es el neurotransmisor inhibidor más abundante en el cerebro y del 
cual también se ha hipotetizado que contribuye en la patofisiología de la esquizofrenia. La hipótesis de 
partida es que la disminución de las concentraciones de GABA, conducirían a una desinhibición del SNC, 
hecho relacionado con la sintomatología de la esquizofrenia. Se concretó que lo que se altera es la 
modulación inhibidora del GABA sobre las vías dopaminérgicas. Estudios postmortem han descrito 
alteraciones (básicamente reducción) en la actividad neuronal del GABA en la esquizofrenia. 
Estudios recientes apuntan a que el GABA puede actuar como modulador de la actividad dopaminérgica, 
más que como potenciados o supresor de las acciones de la dopamina. 
 
4. NEURODESARROLLO Y ESQUIZOFRENIA 
Los modelos etiológicos actuales proponen efectos aditivos y/o interactivos entre múltiples genes y 
acciones ambientales. Muchos factores inciden en los procesos tempranos del neurodesarrollo (periodos 
prenatal y perinatal de vida) y mucho antes de la eclosión de los primeros síntomas. La hipótesis del 
neurodesarrollo trata de explicar la forma en que los factores de diversa índole inciden sobre momentos 
clave de la organización histológica y estructural del SNC, generando lesiones que permanecen estables a 
lo largo de la vida de los sujetos que padecen la enfermedad. Se basa en una serie de hallazgos como: 
- Elevada frecuencia de exposición a noxas (agentes dañinos) durante el desarrollo embrionario o 
complicaciones perinatales en pacientes con esquizofrenia. 
- Elevada frecuencia de signos neurológicos menores y anomalías físicas en pacientes y en población 
de alto riesgo 
- Anomalías estructurales y metabólicas en el cerebro de pacientes con primer episodio de 
esquizofrenia y sus familiares no psicóticos 
- Presencia en pacientes de signos de déficit premórbidos en el rendimiento cognitivo y el 
funcionamiento sociolaboral y académico 
La existencia de pequeñas malformaciones físicas (paladar hendido, baja implantación de las orejas, 
macroglosia, etc.) se ha relacionado con alteraciones durante el desarrollo del tubo ectodérmico, dando 
como resultado la aparición concomitante de estas anomalías físicas menores y de lesiones en la 
organización de SNC. Se han encontrado mayor número de estas anomalías en pacientes esquizofrénicos, 
por tanto se concluye que altas tasas de anomalías físicas menores están asociadas con un mayor riesgo de 
desarrollar un trastorno del espectro esquizofrénico. 
De todos los factores de complicaciones prenatales estudiado, un estudio de meta análisis ha señalado la 
preeclampsia –reducción del flujo sanguíneo al feto, desnutrición e hipoxia- como el antecedente que ha 
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revelado una asociación con la aparición de esquizofrenia más intensa. Pero el nexo fisiológico entre estas 
complicaciones y la aparición de esquizofrenia todavía no se conoce. 
A. Esquizofrenia y neurovirus 
Que el agente causante de la esquizofrenia sea algún tipo de virus es una hipótesis que está apoyada por 
una serie de evidencias, algunas indirectas: la variación geográfica en la prevalencia, o la observación de la 
variación estacional de los nacimientos (últimos meses de invierno y verano) que concuerdan con la 
incidencia estacional de muchos agentes infecciosos. 
En su formulación más simple, la hipótesis a considerar es que la esquizofrenia, al menos en algunos casos, 
es el resultado de una infección del sistema nervioso central, producida probablemente por un virus o 
como resultado de una actividad celular patológica contra el tejido del SNC originada por anticuerpos. Los 
investigadores proponen algunas hipótesis más específicas: 
1. La esquizofrenia puede ser resultado directo de una infección activa producida por un virus. Éste altera 
el funcionamiento celular y molecular del cerebro. Algunos retrovirushumanos identificados tienen 
efectos sobre el SNC, así que puede que un retrovirus sea el causante de la esquizofrenia. 
2. Más que un efecto directo, se plantea que las proteínas víricas pueden imitar a los trasmisores 
endógenos del SNC o bloquear los receptores de forma que alteran el funcionamiento cerebral 
3. Otra opción es que el agente causante sea un virus latente que se reactiva de forma periódica. 
4. Crow propuso que las secuencias retro víricas pueden interferir en la función normal del SNC y ser el 
agente causante de esquizofrenia. 
5. Otra variación es que la causa esté en respuestas de inmunidad alteradas. La autoinmunidad como 
resultado patogénico de la respuesta a una infección anterior puede ocurrir en el SNC. 
Seguramente en el futuro se propongan más variaciones de la hipótesis, no sólo identificando el agente 
patógeno si no señalando en qué región del cerebro actúa. 
 
5. ALTERACIONES CEREBRALES 
La vinculación de la esquizofrenia con algún tipo de alteración cerebral tiene tanta historia como el 
concepto mismo. En la actualidad mediante la prueba de TAC y las resonancias magnéticas se pueden 
obtener imágenes estructurales que permiten explorar qué sucede en el cerebro esquizofrénico ante 
determinados estímulos o cuando elabora información. Así obtenemos datos sobre volumen del riego 
sanguíneo, metabolismo cerebral, la actividad eléctrica, o la densidad y afinidad de los neurorreceptores. 
A. Alteraciones estructurales 
A través del TAC se ha confirmado la presencia de alteraciones estructurales en el cerebro de algunos 
subtipos de pacientes esquizofrénicos 
Tabla 15.1 Alteraciones estructurales en la esquizofrenia detectadas por TAC craneal 
• Dilatación ventricular (tercer ventrículo y ventrículos laterales). 
• Reducciones globales del volumen de sustancia gris cerebral. 
• Atrofia cerebelar. 
• Asimetrías hemisféricas (reducción sustancia gris en ambos lóbulos temporales y del lóbulo frontal izquierdo). 
• Disminución de radio densidad del tejido en diversas zonas. 
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De todas ellas, la presencia de dilatación ventricular es la que ofrece mayor consenso en todos los 
estudios. Se ha confirmado tanto en pacientes crónicos como en pacientes con un primer episodio 
esquizofrénico. Su significado en el trastorno aún no está del todo claro, pero se han encontrado relaciones 
entre este tipo de alteración y distintas variables clínicas y demográficas. Destaca que tiene una relación 
con la sintomatología predominantemente negativa y con la presencia de déficits cognitivos. 
De las investigaciones podemos extraer dos conclusiones: a) que las alteraciones estructurales se dan solo 
en algunos pacientes esquizofrénicos y sus causas pueden ser múltiples, incluyendo ambientales o 
genéticas, y b) que la dilatación ventricular puede ser útil para delimitar un subgrupo de pacientes 
caracterizado por síntomas negativos, presencia de déficit cognitivos, ajustamiento premórbido más 
pobre, peor respuesta al tratamiento, y mayor incidencia de efectos extra piramidales. 
Algunas de las limitaciones que ofrece el TAC en cuanto a la resolución de las imágenes, han sido 
superadas por la resonancia magnética, que ofrece imágenes de mayor calidad por lo que se puede 
discriminar mejor la sustancia gris, la sustancia blanca y las regiones de tejido patológico. Además es una 
técnica libre de riesgos, por lo que se puede usar con muestras más variadas reduciendo el sesgo de 
resultados. A pesar de las ventajas se han llevado a cabo pocos estudios en las poblaciones psiquiátricas. 
En conjunto, estos trabajos confirman la dilatación ventricular y además revelan alteraciones anatómicas y 
tisulares en varias estructuras como los ganglios basales, el lóbulo frontal, el cuerpo calloso y el tálamo. 
 
B. Alteraciones funcionales 
La primera técnica que permitió obtener imágenes de la fisiología circulatoria cerebral en relación a tareas 
concretas que realiza un sujeto fue la técnica de flujo sanguíneo cerebral (FSC). Cuando una zona del 
cerebro se activa, requiere más consumo de energía, y ello provocará un incremento del riego sanguíneo 
en esa zona. Así se aportó el primer descubrimiento de hipofrontalidad en esquizofrénicos: en condiciones 
de “reposo” y de “activación”, los esquizofrénicos no mostraban un patrón normal de flujo sanguíneo, 
entonces se plantearon que los patrones de flujo cerebral podían estar relacionados con el trastorno. La 
mayoría de autores han replicado estos resultados. 
A pesar de los avances que supuso, el FSC es una técnica con una resolución espacial escasa. Otras que 
superan sus limitaciones son la tomografía por emisión de positrones (PET), la tomografía computarizada 
por emisión de fotones (SPECT) y la resonancia magnética funcional (RMf). Los hallazgos más significativos 
relacionan la esquizofrenia con alteraciones detectadas en estructuras corticales, fundamentalmente 
frontales y temporales, y estructuras subcorticales, como los ganglios basales 
a) Lóbulo prefrontal. No se encuentra en los pacientes esquizofrénicos el flujo sanguíneo esperado para las 
exigencias cognitivas de una tarea de memoria de trabajo, mientras que el incremento si se encuentra en 
pacientes sanos. Es la hipofrontalidad señalada en los primeros estudios de este tipo. También hay 
alteraciones para las tareas de memoria episódica, encontrándose menor activación de la corteza 
prefrontal tanto usando PET como RMf. Se ha interpretado como una menor capacidad de los pacientes 
esquizofrénicos para generar estrategias de codificación profunda de la información. La disminución de la 
actividad metabólica frontal está asociada con la duración de la enfermedad y con síntomas negativos. 
b) Lóbulos temporales: hay hallazgos tanto de incremento en el metabolismo de la glucosa como de 
disminución del mismo. Hay resultados que relacionan patrones anormales con síntomas positivos; 
asimetrías en el lóbulo temporal en pacientes con alucinaciones; e incremento de la actividad metabólica 
izquierda en relación a la severidad de los síntomas. 
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c) Estructuras subcorticales: son varios los estudios con PET que comprometen una disfunción de los 
ganglios basales en la esquizofrenia, aunque aún queda por descubrir la naturaleza exacta de dicha 
disfunción. Los datos más significativos se relacionan con estudios sobre receptores específicos 
dopaminérgicos: mayor densidad de los receptores D2. 
Están apareciendo trabajos que apuntan a la existencia de disfunciones en el sistema límbico relacionadas 
con el procesamiento de las emociones, que podrían justificar las alteraciones emocionales propias de la 
esquizofrenia. 
6. MODELOS EXPLICATIVOS DE LA ESQUIZOFRENIA 
Al plantear la etiología de la esquizofrenia, el punto de partida siempre tiene que ser la heterogeneidad de 
la misma. Se pueden identificar tres modelos explicativos: 
1. Existe un único proceso etiopatogénico que origina los distintos síndromes esquizofrénicos. 
2. Distintos procesos o causas conducen a la esquizofrenia. 
3. Existen diversos síndromes (o subtipos) esquizofrénicos que tienen una etiología diferente y un 
tratamiento diferente. 
Al primer modelo se aproximaron Bleuler y Schneider, y en general la mayor parte de investigadores que 
seleccionan a los sujetos por criterios del síndrome más que por subgrupos específicos. Los sistemas 
diagnósticos también estimulan el uso de esta aproximación, dado que son ateóricos con la etiología. 
Además se refieren a la esquizofrenia como entidad nosológica unitaria, considerando a los subtipos como 
variantes dentro de la categoría. 
En el segundo modelo se engloba Kraepelin y las entidades que reunió en el síndrome dementia praecox. 
Se definen supuestas entidades de la enfermedad desde los subtipos tradicionales. El problema es que a 
menudo los pacientes manifiestan síntomas de más deun subtipo y cambiar dichas manifestaciones en 
episodios consecutivos. A pesar de ello, los subtipos paranoide y hebefrénico tienen una extensa 
validación, la catatonia a veces se considera una categoría porque aparece de forma más infrecuente. 
También han intentado aplicar una forma de este segundo modelo las aproximaciones dicotómicas como 
agudo/crónico, procesual/reactivo, o buen pronóstico/mal pronóstico, que han sido útiles para predecir el 
curso de la enfermedad. 
El modelo de Crow también aplica esta aproximación, sugiriendo la dicotomía tipo I y tipo II, en función de 
la sintomatología predominante positiva o negativa respectivamente. En principio no distinguía entre 
criterios que definen y medidas que validan, pero posteriormente se puso énfasis en la irreversibilidad de 
los síntomas negativos para la distinción entre los tipos, lo que llevaría a encuadrarse en el modelo nº3 que 
veremos ahora. 
Una adaptación alternativa incluía tres grupos: positivos, negativos y mixtos, utilizando los síntomas 
presentes como criterio definitorio y teniendo en cuenta, además, otros parámetros informativos como 
validadores potenciales. Esto diferencia los criterios de validación de los de definición. 
Esta aproximación en la actualidad considera que pueden existir formas de esquizofrenia de causas 
genéticas, otras debidas a procesos ambientales, y muchas formas multifactoriales que combinan ambos. 
El modelo 2 puede generar nuevas hipótesis al relacionar variables clínicas e hipotéticos procesos 
biológicos. El reconocimiento de una alteración biológica lleva a la identificación de un subtipo clínico. 
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El modelo número tres es fundamentalmente diferente al segundo porque asume qué procesos 
etiopatológicos subyacen a campos de síntomas específicos. Un paciente puede tener uno o más de dichos 
procesos, y eso contribuye a la heterogeneidad del trastorno. 
Un amplio número de estudios han sugerido como síntomas principales los siguientes: a) síntomas 
psicóticos “positivos”, incluyendo delirios y alucinaciones; b) desorganización y disociación de pensamiento 
que incluiría pensamiento desorganizado de tipo positivo y comportamiento bizarro o desorganizado, y c) 
síntomas “negativos”, que incluyen pobreza de lenguaje, afecto embotado, abulia y anhedonia. 
El modelo numero 3 especula sobre qué distinciones psicopatológicas son esenciales y establece grupos 
experimentales y de comparación de acuerdo a las diferencias entre los síntomas. Los campos son 
conceptualizados como categorías no exclusivas, de forma que cualquier paciente puede padecer uno o 
más de los procesos de la enfermedad. Permite interpretaciones con datos más específicos. 
Los tres modelos difieren mucho entre sí y determinan distintos diseños de investigación, pero todos los 
datos que generen hipótesis pueden servir de base empírica para otros modelos.

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