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HISTORIA NUTRICIONAL También conocida como historia clínica dietética o anamnesis; la historia clínica nutricional es un instrumento utilizado por el profesional en Nutrición para valorar el estado nutricional de una persona, que acompañado de medidas antropométricas, datos de laboratorio y exploración física permite que se realice un adecuado diagnóstico y posteriormente una oportuna intervención nutricional. Su principal objetivo es brindar información actual y pasada acerca de los hábitos alimentarios, la calidad y cantidad de nutrientes consumidos, las conductas alimentarias y posibles factores que influyan en la dieta y los procesos de absorción y utilización de los nutrientes en el organismo, como las patologías digestivas, alteraciones en el sentido del gusto o de la deglución, enfermedades crónicas, etc. Según Matarese y Gottschlich 2004, la historia nutricional aporta aproximadamente el 80% de la información sobre el estado de nutrición del paciente adulto. La historia se recoge en un formato base que contiene varios componentes e incluye antecedentes personales y familiares en diferentes aspectos. Inicialmente están los datos demográficos, entre los cuales se incluye el nombre del paciente, la edad, el sexo, la ocupación, la dirección de residencia, entre otros. Seguidamente se consulta acerca del motivo de la consulta o trastorno principal por el cual se ha solicitado la visita nutricional, incluyendo el inicio, la duración y la descripción del mismo. Continuando, es vital cuestionar acerca de la enfermedad actual y la relación con el estado nutricional, cuáles han sido los cambios más recientes en la dieta, sus motivos, la presencia de cambios en el peso y el periodo de tiempo durante el cual se han presentado, cambios en el apetito, en los hábitos alimentarios, situaciones de estrés a los que se enfrenta, consumo de medicamentos, nicotina, cafeína, etc. El estado de salud del paciente y su historia tanto personal como familiar es indispensable, se debe indagar acerca de traumatismos pasados, la presencia de trastornos mentales, genéticos, enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer, anemia, intolerancias, alergias ambientales o a alimentos, trastornos de la alimentación, abuso de sustancias, etc. tanto a nivel personal como familiar. Para complementar los datos anteriores se realiza una historia dietética, en la cual se emplean métodos de recuerdo de consumo de alimentos que proporcionan información de utilidad una vez que se analizan. Los más utilizados son el recordatorio de 24 horas y el cuestionario de frecuencia de consumo, para diligenciarlos se pregunta por la frecuencia de la alimentación al día, la cantidad de alimento consumida, el consumo de refrigerios entre comidas, el uso de suplementos nutricionales y además conviene hacer preguntas sobre las preferencias, los gustos y las aversiones alimentarias, sin dejar de lado las alergias y las costumbres culturales, religiosas u otras. Lo anterior se acompaña también del aspecto personal y psicológico, la cantidad de actividad física diaria realizada y la revisión de los sistemas del organismo. Para obtener toda esta información se debe realizar una clase de entrevista sistemática y precisa, en la cual se tenga en cuenta el tiempo, la capacidad de comunicación y la empatía en la relación interpersonal que se establece con el paciente. En el caso de la historia nutricional pediátrica es necesario conocer antecedentes del niño desde el nacimiento como su peso y talla al nacer, la lactancia, alimentación complementaria, asi como la frecuencia de consumo de diferentes alimentos, preferencia, gustos, rechazos o intolerancias a estos. Quien aportará la información será la madre o la persona encargada del cuidado y la alimentación del niño, pues pueden brindar información más precisa. Contiene algunos componentes diferentes a fin de establecer antecedentes de los padres con el estado nutricional actual del niño, como la historia gestacional de la madre o la talla de ambos padres. En niños menores de dos años los datos relevantes están orientados hacia la lactancia (materna o artificial) y la alimentación complementaria. En niños mayores de dos años, además de estos datos se tiene en cuenta la actividad física realizada por el niño, el uso de suplementos nutricionales y los cambios en el apetito. Un aspecto limitante para la realización de la historia nutricional es el tiempo, pues debido a la cantidad de datos y su calidad requerida a la hora de ser obtenidos para luego ser analizados, puede demandar más tiempo del establecido para la consulta. Por lo cual se recomienda controlar el ritmo de la entrevista por medio de la privacidad y la minimización de las interrupciones. Por último, se debe recordar que la historia nutricional por sí sola no permite establecer un diagnostico nutricional, pues debe acompañarse de otros componentes como el examen físico que incluye antropometría y los exámenes de laboratorio, que permiten divisar un panorama más completo y realizar una intervención nutricional eficaz. BIBLIOGRAFÍA Bedillo D, Román D. Manual de Nutrición y Metabolismo. 1ª ed. España, Edit. Díaz de Santos, 2006. p. 579. Hodgson I. Evaluación del Estado Nutricional. Escuela de Medicina. Pontificia Universidad Católica de Chile. Mahan L, Escott-Stumps S. Nutrición y Dietoterapia de Krause. 10ª ed. México. Edit. McGraw Hill, 2001. p. 394. Matarese L, Gottschlich M. Nutrición Clínica Práctica. 2da ed. España, Elsevier, 2004. p. 15. Montenegro C, Guerrero R. Nutrición Clínica y Gastroenterología Pediátrica. 1ra ed. Colombia. Edit. Médica Panamericana, 1999. p. 128. Taylor K, Anthony L. Nutrición Clínica. 2ª ed. México. Edit. McGraw Hill, 1991. p.3
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