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Aflicción

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Aflicción
Contenido
Aflicción	3
Aflicción crónica	3
Aflicción en la Biblia	3
La aflición de espíritu	3
Aflicción
Aflicción es la acción y el resultado de afligir o afligirse. Hace referencia a un profundo sentimiento de tristeza, pena, dolor o sufrimiento.
Este concepto se utiliza especialmente en el ámbito sanitario y en temas religiosos, por ejemplo en el análisis de textos bíblicos.
Alguien que tiene o siente aflicción está afligido. La palabra 'aflicción' procede del latín afflictĭo, -ōnis.
Aflicción crónica
En el área de la salud, una aflicción crónica es una reacción emocional de dolor e infelicidad persistente en el tiempo a una situación negativa.
Algunas de las causas que pueden provocar o contribuir a una aflicción crónica es el fallecimiento de un ser querido, una enfermedad o discapacidad. También se señalan otros factores como crisis relacionadas con edades de desarrollo.
Las consecuencias de la aflicción crónica son variadas y pueden provocar depresión y sentimientos periódicos y recurrentes como la incomprensión, la frustración y el desencanto que afectan a la persona en distintos niveles.
Aflicción en la Biblia
La aflicción en la Biblia se entiende como un sentimiento de amargura, tristeza y pesar. Se trata de un estado temporal ya que Dios aparece como la solución para ese sentimiento.
En la Biblia aparece este concepto en varias ocasiones. Se puede corresponder con las palabras hebreas tsarah o tsar ('aflicción', 'aprietos', 'angustia' o 'escasez').
La confianza y la esperanza en el mensaje divino y virtudes como la sencillez se presentan como formas de combatir la aflicción.
La aflición de espíritu
Aflicción de espíritu se puede entender como aflicción, tristeza y pena en el estado de ánimo.
En la Biblia se habla en algunas ocasiones de aflicción de espíritu. Concretamente se puede encontrar en el Antiguo Testamento en el Libro del Génesis y del Eclesiastés.
· Por ejemplo: 'Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.' (Eclesiastés, 2:12)

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