Hacia una historia de las Ciencias Sociales

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Hacia una historia de las Ciencias Sociales
Introducción y Análisis
El punto de investigación principal de la obra recae en la faceta antropológica de Marx. Su exclusión de la mayoría de los compendios antropológicos de la época y la desestimación de sus teorías tiene – según el autor – 3 motivos:
La atención periférica que le dedico a las sociedades primitivas.
El sesgo de muchos autores.
La actitud antisocialista/antisoviética de la antropología occidental.
No obstante, alrededor de 1970, una serie de antropólogos – en su mayoría americanos – comenzaron a aludir a las ideas de Marx en este campo (Harris y Becker). Un ejemplo de esa nueva perspectiva abierta al Marxismo puede verse en el artículo «Antropología», publicado en la Encyclopaedia Britannica en 1974. Estas ediciones solían seguir los avances de antropólogos famosos (Taylor, Malinowsky, etc…) pero el ejemplar N°15 del ese año fue donde se aludió públicamente a la antropología marxista por primera vez.
Smith
El concepto de totalidad social se originó con la ilustración, especialmente con la ilustración escocesa. Su preocupación se dio por los orígenes del “gobierno civil” , que le condujo a deducir que dicha institución se había creado para defender a aquellos que tienen propiedad contra los que no tienen. 
No obstante, el gran mérito de Adam Smith no consiste tanto en haber remontado los orígenes del gobierno civil a un estadio concreto de desarrollo socio-económico, sino en haber generalizado y tratado de establecer “una relación necesaria entre el modo de subsistencia y los demás niveles de la sociedad”.
Queda claro pues – que las afirmaciones de Adam Smith y otros miembros de la escuela escocesa – consideraban el modo de subsistencia como el factor crucial en toda investigación sobre el papel de los hombres en la sociedad. 
De lo que se ha mencionado, se desprende que el concepto de totalidad social formulado por los científicos sociales escoceses apareció entremezclado, en parte, con una teoría evolucionista y, por otro lado, con otra teoría materialista.
En realidad, la concepción propugnada por Adam Smith y otros miembros de la escuela escocesa es el resultado de combinar el concepto de totalidad social con las teorías evolucionista y materialista.
El concepto de totalidad social en Marx
Con el paso del tiempo, los pensadores que estudiaban el trabajo de Hegel – como Saint-Simon – comenzaron a influir en Marx.
Ideas de que existe una totalidad universal que es meramente comprensiva, ósea que une las partes que conforman el todo del concepto de totalidad social…Para Marx eran inconcebibles ya que había una historia innegable entre la humanidad y la naturaleza.
Para Marx, pensar que las partes que conforman la historia humana desde su desarrollo son básicamente inservibles con respecto a un concepto de totalidad social que piensa en la sociedad como un todo para su estudio. Ya que estas partes conforman la vida en sociedad y como hemos podido coexistir con la naturaleza, para él no es algo divino ni fuera de nuestro alcance. La idea que más cautivó a Marx fue la mediación, ya que esta permite diferenciar las cosas que no evitan la trampa de las apariencias, haciéndonos ver que cada hecho tiene sentido al relacionarlo con otros, que podrían – o no – ser sus opuestos.
Karl Marx
Antropología y dialéctica marxista
Marx defiende que no existe una esencia de «ser humano» que deba ser realizada, sino que el hombre es trabajo: 
Actividad. El ser humano se hace a sí mismo en sus propias acciones y decisiones, sin realizar ningún modelo previo.
El hombre es un ser activo y su dimensión practica es más importante que la teórica. El hombre no puede entenderse solo como un «animal racional»: Si la capacidad de pensamiento domina sobre la capacidad de acción, se reproduce una concepción injusta, heredada de las sociedades esclavistas. 
El trabajo y la acción son los puentes entre el hombre, la naturaleza y los otros humanos: A través del trabajo, el hombre transforma la naturaleza y ocupa un puesto determinado en la sociedad.
«La esencia humana no es algo abstracto e inherente a cada individuo, es en realidad el conjunto de relaciones sociales».
La dialéctica marxista
Marx toma de Hegel el esquema dialéctico Tesis-Antítesis-Síntesis.
Sin embargo, este explica el desarrollo de la materia, no del espíritu o la conciencia. Por ello, Marx le atribuirá a Hegel el mérito de exponer conceptualmente la materia, aunque lo haya hecho al revés.
La dialéctica marxista representa una inversión del sistema hegeliano: Para Marx, la materia es la clave explicativa de la realidad. Él propone una dialéctica de la realidad y de su transformación revolucionaria que no tiene solo fines explicativos o descriptivos de la realidad, sino que intenta modificarla, ser un elemento más que indique las contradicciones internas que debe ser eliminadas.
El poder de la dialéctica reside entonces no solo en su capacidad teórica, sino también en su capacidad práctica. La contradicción es el motor de la realidad y los procesos dialécticos se presentan abierta, inacabadamente: Las síntesis alcanzadas no son perfectas, e incluyen dentro de sí contradicciones que terminarán manifestándose y dando lugar a nuevas síntesis de la realidad.