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23c La parada cardiorrespiratoria en pediatría

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CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LA PARADA CARDIORESPIRATORIA (PCR) 
EN PEDIATRIA 
Disponible en: http://www.eccpn.aibarra.org/temario/seccion4/capitulo58/capitulo58.htm 
Revisado el: 21 de noviembre del 2009. 
 
La parada cardiorrespiratoria (PCR) es una interrupción potencialmente reversible de la 
respiración y circulación. En los niños las causas más frecuentes son las que producen un fallo 
respiratorio. La prevención de estas causas constituye la medida más eficaz. Una vez que 
tiene lugar, la PCR lleva a la muerte o a graves secuelas salvo que se inicien rápidamente 
maniobras adecuadas de reanimación cardiopulmonar (RCP). Por ello, es muy importante el 
aprendizaje de la RCP por parte de todo el personal sanitario. La RCP básica permite una 
oxigenación de emergencia sin medios técnicos mediante apertura y desobstrucción de vía 
aérea, ventilación con aire espirado y masaje cardíaco externo. A la vez que se inicia debe 
activarse el sistema de atención urgente para pasar a realizar RCP avanzada lo más 
rápidamente posible. La RCP avanzada tiene como objetivos establecer una ventilación 
adecuada, restablecer la actividad cardíaca y normalizar el ritmo cardíaco mediante técnicas 
de aislamiento definitivo de vía aérea, ventilación y oxigenación, monitorización 
electrocardiográfica, administración de fármacos a través de vías adecuadas y manejo 
adecuado de arritmias. Los cuidados post-resucitación tienen como objetivo optimizar las 
funciones de los diferentes sistemas que pueden estar comprometidos como consecuencia de 
la hipoxia. Tanto la RCP básica como la avanzada deber ser realizadas siguiendo protocolos 
específicos basados en las recomendaciones internacionales aceptadas para la enseñanza de 
la RCP. En este capítulo se expondrán las recomendaciones de la Asociación Grupo Español 
de RCP Pediátrica y Neonatal enmarcadas dentro de las del Consejo Europeo de RCP. 
 
1.1 Causa y mecanismos de producción 
 La mayoría de las PCR en la edad pediátrica, raramente ocurren de forma súbita, sino que 
se producen como consecuencia de un deterioro más o menos rápido, respiratorio o 
circulatorio, secundario a enfermedades o accidentes, y que a través de una hipoxemia y/o 
hipoperfusión, llevan a una PCR. 
 Las causas que con mayor frecuencia provocan PCR en el niño, son las que inicialmente 
producen fallo respiratorio: obstrucciones agudas de la vía aérea, neumonías graves, 
accidentes (aspiración de cuerpo extraño), inhalación de humo, ahogamiento, traumatismo 
torácico, etc.), o depresión respiratoria (por intoxicaciones, convulsiones prolongadas, 
incrementos de la presión intracraneal por causas diversas: traumatismos craneoencefálicos, 
meningitis, etc.). 
 En segundo lugar la PCR en niños es la debida a fallo circulatorio, siendo las causas más 
habituales en la infancia: sepsis, pérdida de fluidos (quemaduras, deshidratación grave, etc.) o 
hemorragia. 
 En el niño, a diferencia del adulto, la PCR de origen primariamente cardíaco, es poco 
frecuente, observándose ésta casi exclusivamente en niños con cardiopatía congénita y 
preferentemente en el postoperatorio cardiovascular. 
 
1.2. Pronóstico de la PCR en la infancia: 
Es peor el pronóstico si se trata de una parada cardiaca (PC) que de una parada respiratoria 
(PR). En esta última el latido cardíaco eficaz puede persistir durante unos minutos, y una 
rápida actuación puede impedir que se produzca una PC. 
Es peor el pronóstico si la PCR se produce fuera del hospital. 
Los factores más importantes, que determinan la supervivencia y calidad de vida de la PCR 
son: el estado clínico previo del paciente, la causa y mecanismo desencadenante de la PCR, 
el tiempo hasta el inicio de la reanimación cardiopulmonar (RCP), el tipo y la calidad en las 
maniobras de reanimación y los cuidados intensivos post-resucitación. 
Cuando se compara con el adulto el pronóstico de la PCR del niño, suele ser peor debido a 
que en la mayoría de los casos, el niño lleva en hipoxemia un periodo prolongado de tiempo, 
con el consiguiente daño de diversos órganos, antes de que se produzca la PCR, en tanto que 
en el adulto la causa más frecuente es primariamente cardiaca y brusca, sin hipoxemia previa 
a la misma. 
 
1.3 Prevención de la PCR. 
a) En los recién nacidos.- Traslado de la embarazada de alto riesgo a un Centro, con 
experiencia en la atención a neonatos críticos. 
b) En los niños con patología: 
A nivel extrahospitalario.- Proceder al traslado urgente al Servicio de Urgencias hospitalario de 
aquellas patologías con riesgo de PCR. 
A nivel hospitalario.- Proceder al traslado a la Unidad de Cuidados Intensivos a niños graves. 
c) Prevención de los accidentes 
A nivel domiciliario.- Guardar los medicamentos, artículos de limpieza y productos tóxicos fuera 
del alcance de los niños, medidas de seguridad eléctrica y protección de balcones y ventanas, 
etc. 
Fuera del domicilio.- Medidas para evitar accidentes de tráfico, tanto a nivel general como 
individual (utilización del casco en bicicletas y motocicletas, cinturones de seguridad, etc.), 
protección de las piscinas y aprendizaje precoz de la natación. 
d) Reconocimiento precoz de los signos respiratorios y/o hemodinámicos indicativos de riesgo 
de PCR inminente ( Tabla 1). 
 
Tabla I: VALORACION DE LOS SIGNOS RESPIRATORIOS Y HEMODINAMICOS 
DE RIESGO DE PARADA CARDIORESPIRATORIA INMINENTE EN PACIENTE 
PEDIATRICO 
 
VALORACION RESPIRATORIA 
- Aumento de la frecuencia y del trabajo respiratorio 
- Bradipnea. Respiración en boqueadas. Apnea. 
- Disminución de los sonidos respiratorios normales. 
- Cianosis. 
- Disminución de la conciencia. 
- Hipotonía muscular generalizada 
 
VALORACIÓN HEMODINÁMICA 
- Frecuencia cardiaca: 
 Taquicardia: 
 > de 180 en niños < de 5 años 
 > de 150 en niños > de 5 años 
 Bradicardia: 
 < de 85 en niños < de 6 meses 
 < de 80 en niños 
 < de 50 en adolescentes 
- Hipotensión 
 < 70 de mmHg en lactantes 
 < 70 + (2 x edad en años) en niños 
- Pulsos débiles 
- Ritmos anormales 
- Disminución de la perfusión periférica: 
 Relleno capilar > 2 seg. 
 Palidez, cianosis 
- Disminución del flujo urinario (< 1 ml/kg./h.) 
- Alteración de la conciencia 
 
2. CONSIDERACIONES GENERALES DE LA RESUCITACION CARDIOPULMONAR EN 
PEDIATRIA 
2.1 Enseñanza de la RCP pediátrica 
Las razones de crear Grupos y Cursos de RCP Pediátrica y Neonatal (separados o 
complementarios de los adultos), son: 
 Las distintas causas y mecanismos de producción de la PCR diferentes del adulto, 
justifica que en dichos cursos se deba poner especial énfasis en los medios de 
prevención de la PCR. 
 Las variaciones anatomofisiológicas del niño con respecto al adulto y entre las diversas 
edades pediátricas. 
 La aplicación de técnicas, tanto básicas y avanzadas de RCP que va a tener asimismo 
particularidades en Pediatría. 
 El conocimiento en RCP Pediátrica no está suficientemente normalizado ni 
estandarizado. 
 Los profesionales sanitarios en general, se sienten menos seguros ante una RCP 
infantil que ante la de un adulto. 
 El aprendizaje de todas las técnicas de RCP no se alcanza generalmente con el 
ejercicio profesional, ya que el propio dramatismo de la RCP y la necesidad de una 
actuación urgente impiden que la realidad sirva como base de la enseñanza, razón por 
la que deben realizarse estos cursos y repetirlos cada cierto tiempo. 
Por todo ello actualmente existe un consenso científico de que las técnicas de RCP básica se 
deben enseñar al mayor número de ciudadanos posible, con lo que se conseguirán mayores 
grados de supervivencia y calidad de vida en los casos de PCR que acontezcan a nivel 
extrahospitalario. 
La enseñanza de la RCP básica y avanzada debe estar incluida en los programas de 
formación continuada del personal hospitalario pediátrico y otros colectivos sanitariosque 
vayan a tener responsabilidad esporádica o permanente en la asistencia a los pacientes 
pediátricos. 
Esta enseñanza de la RCP y del soporte vital de los pacientes pediátricos, debe comprender 
también la conexión con los servicios médicos de emergencia y los cuidados postresucitación. 
2.2 Protocolización 
Los protocolos de RCP deben seguir las recomendaciones internacionales aceptadas para la 
organización y enseñanza de la RCP, aunque cada país tiene la libertad sobre qué debe 
enseñar y a quién, de acuerdo con sus circunstancias. Actualmente el Grupo Pediátrico 
Español de RCP sigue las recomendaciones del Consejo Europeo de RCP, distinguiéndose 3 
niveles: 
2.2.1. RCP Básica – Comprende las diversas maniobras que deben hacerse para efectuar una 
RCP adecuada cuando no se dispone de medios técnicos. Su objetivo es conseguir una 
oxigenación de emergencia para proteger fundamentalmente el sistema nervioso central 
(SNC), realizándose técnicas como: 
 Apertura y desobstrucción de la vía aérea. 
 Ventilación con aire espirado 
 Masaje cardíaco externo 
En los niños, cuando es solo una persona la que inicia la reanimación, se recomienda efectuar 
estas medidas básicas durante al menos 1 minuto antes de activar el Sistema de Emergencia, 
en tanto que en el adulto se aconseja activar el Sistema de Emergencia antes de comenzar la 
RCP, ya que la desfibrilación precoz es esencial junto a la RCP. Cuando se piensa que es muy 
probable una causa cardiaca de la PCR, como en un desvanecimiento súbito presenciado o 
niños con cardiopatía conocida, se debe seguir la pauta de petición de ayuda similar a la del 
adulto. 
2.2.2. RCP Avanzada - Comprende las medidas que deben aplicarse cuando se tienen medios 
técnicos adecuados y personal preparado para su utilización. Sus objetivos son: establecer la 
ventilación adecuada, restablecer la actividad cardiaca, normalizar el ritmo cardíaco y 
estabilizar la hemodinámica. Se realizan técnicas como: 
 Aislamiento definitivo de la vía aérea. 
 Ventilación y oxigenación. 
 Monitorización electrocardiográfica. 
 Administración de fármacos a través de vías adecuadas. 
 Diagnóstico y tratamiento específico de arritmias. 
2.2.3. Cuidados postresucitación tendrán como objetivo optimizar las funciones de los diversos 
sistemas orgánicos que pueden estar comprometidos primaria o secundariamente a la hipoxia, 
especialmente la encefalopatía postanóxica. Por ello los cuidados comprenderán: 
 Valoración de la causa que ha provocado la PCR. 
 Valoración de la recuperación neurológica del paciente y tratamiento de la 
encefalopatía postanóxica. 
 Valoración de los diversos órganos y sistemas, con optimización del tratamiento de los 
mismos. 
2.3 La RCP en las distintas edades pediátricas 
Por sus peculiaridades anatomofisiológicas y especialmente por las maniobras de RCP, se 
describen varias edades pediátricas: 
 Recién Nacidos: En términos de reanimación, se considera recién nacido al niño en el 
periodo inmediato tras el nacimiento. 
 Lactantes: Hasta los 12 meses de edad. 
 Niño pequeño: Edad comprendida entre 1 y 8 años. 
 Niño mayor: Niño con edad superior a 8 años. 
3. RESUCITACION CARDIOPULMONAR BASICA EN LACTANTES Y NIÑOS 
3.1. SECUENCIA DE ACTUACIONES RCP BÁSICA 
Para una adecuada RCP básica se efectuarán los siguientes pasos (Tabla 2): 
COMPROBAR INCONSCIENCIA 
Para ello se estimulará al paciente en busca de respuesta. Al paciente pediátrico se le 
estimulará más cuidadosamente que al adulto, habitualmente por estímulos táctiles (pequeñas 
sacudidas, pellizcos, etc) hablándole en voz alta. En caso de evidencia o sospecha de 
traumatismo de cuello, hay que evitar que cabeza y cuello se muevan durante la estimulación. 
MANIOBRAS DE RCP 
Sí es posible, se solicitará ayuda si hay personas en el entorno, si bien las maniobras de RCP 
se deben comenzar inmediatamente sin perder tiempo en la solicitud de ayuda ni en la llegada 
del equipamiento, pues muchas veces en lactantes y niños, lo único necesario es la apertura 
de la vía aérea, evitándose así la subsiguiente parada cardiaca. 
El orden de las maniobras de RCP básica será: apertura de la vía aérea, ventilación y masaje 
cardiaco. 
1. Apertura de la vía aérea. 
Maniobra frente-mentón. Incluye dos componentes (figura 1): 
Colocando una mano sobre la frente efectuamos una extensión del cuello, que debe ser 
moderada en niños pequeños y neutra en lactantes, ya que, en estos últimos su occipucio 
prominente predispone a ligera extensión del cuello cuando se coloca sobre una superficie 
plana. 
Levantamiento del mentón: Se realiza colocando la punta de los dedos de la otra mano debajo 
del mentón. Durante esta maniobra se debe poner especial cuidado en evitar cerrar la boca o 
empujar los tejidos blandos del cuello, ya que tal maniobra puede obstruir la vía aérea sobre 
todo en lactantes. 
 
 
Figura 1: Maniobra frente mentón en el niño 
Se efectuará en caso de traumatismo craneal, en que la maniobra frente-mentón está 
contraindicada. Debe mantenerse inmovilizada la columna cervical con alineación de la cabeza 
y cuello. Efectuar tracción de la mandíbula hacia arriba y adelante, colocando los dedos a cada 
lado de la mandíbula y levantando el ángulo mandibular. Al mismo tiempo tratar de abrir la 
boca, deprimiendo la barbilla con los pulgares. 
 
Figura 2. Apertura de vía aérea mediante maniobra del gancho (izquierda) y triple maniobra modificada 
(derecha) 
 
SI SE TIENE EVIDENCIA O SOSPECHA DE QUE EXISTE OBSTRUCCION DE LA VIA 
AEREA POR CUERPO EXTRAÑO, se procederá de inmediato a la extracción del mismo para 
abrir la vía aérea. 
2. Ventilación. 
Comprobar si el paciente respira. Para ello aproximaremos nuestro oído y mejilla a la boca del 
paciente. Si el paciente realiza movimiento tóraco-abdominales pero no se detecta entrada o 
salida de aire, debemos pensar que la vía aérea está obstruida, por lo que procederemos a 
efectuar maniobras de desobstrucción. 
Si existe apnea efectuaremos ventilación con aire espirado. 
 Ventilación boca a boca y nariz en RN y lactantes (Figura 3). 
 Ventilación boca a boca en niños, pinzando la nariz con los dedos pulgar e índice 
(Figura 4). 
 
Figura 3. Ventilación boca a boca y nariz. 
 
Figura 4. Ventilación boca a boca. 
Mientras efectuamos la ventilación es muy importante mantener una adecuada apertura de la 
vía aérea. Los volúmenes con los que ventilaremos serán variables según la edad. El 
reanimador observará la movilización del tórax, intentando suministrar suficiente volumen para 
que se movilice, pero es muy importante igualmente evitar excesiva movilización por el riesgo 
de provocar barotrauma pulmonar, o distensión gástrica. Para minimizar esta, se debe 
optimizar la apertura de la vía aérea y efectuar insuflaciones lentas y mantenidas. 
 Si el tórax no se eleva nada o muy poco, debemos de reajustar la apertura de la vía aérea y 
si a pesar de ello continúa igual, sospecharemos la obstrucción por cuerpo extraño si al menos 
de las 5 insuflaciones realizadas 2 no resultan efectivas. 
 Frecuencia respiratoria. Inicialmente se realizarán 5 insuflaciones lentas de 1 – 1.5 seg., con 
una pausa entre ellas. El reanimador debe “coger aire” entre cada insuflación para mejorar el 
contenido de oxígeno del aire espirado. Posteriormente se seguirá a 20 resp/min. 
3. Masaje cardíaco externo. 
Una vez que se ha efectuado la apertura de la vía aérea y se ha iniciado la ventilación se 
valorará si el paciente está en parada cardiaca, procediendo a la palpación de los pulsos 
centrales. Si se detecta ausencia de actividad cardiaca eficaz, se procederá a efectuar masaje 
cardíaco. 
COMPROBAR CIRCULACION ESPONTANEA. Mediante la palpación del pulso: 
 Braquial en lactantes. Se localizará en el lado interno del brazo, poniendo un dedo en 
forma de gancho sobre esta zona, con el brazo del niño en abducción y rotación 
externa. La palpación del pulso femoral es una alternativa en esta edad. 
 Carotídeoen niños. Para palparlo pondremos suavemente los dedos índice y medio 
sobre la laringe, efectuaremos un barrido desde la línea media hasta la carótida, 
oprimiendo con las yemas de los dedos un tiempo suficiente (≈ 5 segundos). 
EFECTUAR LAS COMPRESIONES TORACICAS 
 Posición del Paciente. Colocar al niño sobre plano duro, manteniendo la cabeza en 
posición adecuada para efectuar la ventilación. 
 Elección del punto de masaje y posición de la mano: 
 En RN compresiones perpendiculares con los dedos 2º y 3º juntos por debajo de 
la línea intermamilar teniendo cuidado de no deprimir el apéndice xifoides.  
 En lactantes se efectuará una compresión perpendicular sobre el esternón con 
los dedos medio y anular situados a 1 dedo por debajo de la línea intermamilar. 
 En niños, se efectuará esta compresión esternal perpendicular, con el talón de 
la mano situada a 2 dedos por encima del extremo distal del esternón. En los 
niños mayores, si se aprecia que la fuerza de compresión no es suficiente, se 
realizará la compresión como en el adulto apoyando el talón de una mano sobre 
la otra. 
 Fuerza de compresión: Debe ser suficiente para producir una depresión esternal de 
aproximadamente 2 cm en el lactante, 3 cm en el niño pequeño y 4-5 cm en el niño 
mayor. La compresión debe durar el 50% del ciclo (0.3 seg.), dejando que vuelva el 
tórax a su posición normal, pero sin separar las manos del lugar de compresión, 
excepto con un solo reanimador. En el RN se debe deprimir el esternón de 1.25 a 1.75 
cm, con un ritmo suave y regular (3 compresiones: 1 ventilación). 
 Frecuencia de la compresión 
 En lactantes y niños 100/min. 
 En niños mayores 80/min. 
COORDINACION DE LA VENTILACION Y DEL MASAJE CARDIACO EXTERNO 
En lactantes y niños pequeños se efectuarán (haya uno o más reanimadores) 5 compresiones 
torácicas seguidas de una pausa de 1-1.5 segundos durante la cual se efectuará una 
ventilación (relación masaje/ventilación : 5/1). 
En niños mayores la relación masaje/ventilación podría ser también 5/1 si existen 2 
reanimadores, aunque también se podría usar la relación 15/2. Si hay solamente un 
reanimador será igual que en el adulto: 15/2. 
SOLICITUD DE AYUDA AL SISTEMA DE EMERGENCIA MEDICA 
Tras realizar la RCP durante 1 minuto, se solicitará ayuda al Sistema de Emergencia Médico 
Extrahospitalario, abandonando momentáneamente la RCP si estamos solos. Si no es posible 
alertar a nadie, se debe proseguir ininterrumpidamente la RCP hasta que llegue alguien o sea 
imposible continuar por agotamiento del reanimador. 
Si se trata de un lactante pequeño, no hay necesidad de interrumpir la RCP para solicitar 
ayuda, ya que apoyando al lactante sobre un antebrazo, se puede dar masaje cardiaco con la 
otra mano y efectuar la ventilación boca a boca y nariz. 
CONTROL DE LA EFICACIA DE LA RCP 
La eficacia del masaje cardíaco debe valorarse periódicamente mediante la palpación del 
pulso. La eficacia global de la RCP se valorará cada 2 minutos, suspendiendo la RCP durante 
5 segundos, comprobando el pulso y la respiración espontánea. 
Tabla 2: ALGORITMO DE ACTUACION EN RCP BASICA PEDIATRICA 
 
 
4. Asfixia por cuerpo extraño. 
Si existe certeza o fuerte sospecha de obstrucción de la vía aérea por cuerpo extraño, se 
procederá a la extracción del mismo según el algoritmo que se muestra en la tabla 3. 
EXTRACCIÓN MANUAL 
Solo se efectuará si el cuerpo extraño se ve y es fácil de extraer. La extracción manual a 
ciegas en niños está contraindicada, por el riesgo de empujar el cuerpo extraño hacia el 
interior de la vía aérea provocando una obstrucción mayor. 
MANIOBRAS DE EXPULSIÓN 
Van a variar dependiendo de que se trate de lactantes o de niños, así como de que el paciente 
este consciente o inconsciente. 
LACTANTES (Figura 5) 
1. Colocar al lactante en decúbito prono, apoyándolo sobre nuestro antebrazo, 
sujetándolo firmemente por la mandíbula, y con los dedos pulgar e índice, mantener la 
cabeza ligeramente extendida procurando que esté en posición más baja que el tronco. 
Golpear 5 veces con el talón de la otra mano en la zona interescapular con impulsos 
moderadamente fuertes. 
2. Cambiar al lactante al otro antebrazo poniéndolo en decúbito supino, sujetándole la 
cabeza con la mano y en posición más baja que el tronco. Efectuaremos 5 
compresiones torácicas en la misma zona e igual que el masaje cardíaco pero más 
fuerte y algo más lenta. 
3. Examinar la boca y eliminar cualquier cuerpo extraño visible. 
4. Abrir la vía aérea y examinar la efectividad de las respiraciones espontáneas. 
5. Si no hay signos de respiraciones espontáneas efectivas o si la vía aérea permanece 
obstruida intentar la ventilación con aire espirado, ya que es posible ventilar, cuando la 
obstrucción de la vía aérea es parcial. Debemos insistir en las maniobras previas 
alternándolas cuantas veces sea necesario, hasta que se consiga desobstruir la vía 
aérea y restablecer la respiración efectiva. 
NIÑOS (Figura 6) 
1. Examinar la boca y eliminar cualquier cuerpo extraño visible. 
2. Abrir la vía aérea y examinar la efectividad de las respiraciones espontáneas. Si al 
menos 2 de la 5 insuflaciones no son efectivas realizar maniobras de desobstrucción. 
3. El reanimador se colocará al lado del paciente o a horcajadas sobre sus caderas. Tras 
girar la cabeza de la víctima hacia un lado se colocará el talón de la mano sobre su 
abdomen en la línea media, entre el ombligo y el apéndice xifoides y seguidamente se 
pondrá la otra mano sobre el dorso de la primera. A continuación se efectuarán 5 
compresiones con ambas manos sobre el abdomen hacia arriba y de forma rápida. 
4. Se vuelve a examinar la boca y eliminar cuerpos extraños (Tabla 3) 
 
Figura 5. Maniobras de desobstrucción en el lactante 
 
Figura 6. Maniobras de desobstrucción en el niño 
TABLA 3.- ASFIXIA POR CUERPO EXTRAÑO. 
ALGORITMO DE ACTUACION EN LACTANTES Y NIÑOS 
 
 
III. RESUCITACIÓN CARDIOPULMONAR AVANZADA EN LACTANTES Y NIÑOS 
Se desarrolla mediante una secuencia de actuaciones: 
 OPTIMIZACION de la RCP-Básica con medios técnicos: Su objetivo es conseguir una 
oxigenación y perfusión rápida de los órganos vitales, y establecer una ventilación y 
oxigenación adecuadas. Se procederá a apertura de vía aérea con tubo orofaríngeo, 
ventilación con bolsa y mascarilla e intubación endotraqueal. Se mantendrá el masaje 
cardiaco externo. 
 SE CONTINUARA CON LOS PASOS siguientes: 
 Empleo de drogas, fluidos y obtención de vías para administración de los 
mismos. 
 Monitorización y diagnóstico electrocardiográfico. 
 Protocolos específicos para el tratamiento de las arritmias cardiacas. 
Los objetivos de estos pasos son: Instauración de la actividad cardiaca, diagnóstico 
electrocardiográfico (ECG) y establecer un ritmo cardiaco adecuado. Estos pasos deben 
realizarse si es posible de forma simultánea. 
OPTIMIZACION DE LA RCP BASICA 
Asegurar una vía aérea permeable y una ventilación efectiva es vital en la RCP avanzada, 
particularmente en niños, en los que la principal causa de PCR son los problemas 
respiratorios. 
En la Tabla 4 se indica el material preciso para optimización de la apertura de la vía aérea y 
ventilación en las diferentes edades pediátricas. 
Tabla 4. MATERIAL PARA OPTIMIZACION DE LA VIA AEREA Y VENTILACION 
EDAD R.N. LACTANTE 1-5 Años 5-8 Años > 8 Años 
Cánula Orofaríngea 00-0 0 – 1 2 – 3 4 4 - 5 
Mascarilla facial para 
ventilación 
Redonda 
Modelo 
Lactante 
Triangular 
Modelo 
Niños 
Triangular Modelo 
Niños 
Triangular 
Modelo 
Adulto 
Bolsa autoinflable Modelo Infantil 
Modelo 
Infantil 
Modelo 
Infantil o Adulto 
Modelo 
Adulto 
Tubo endotraqueal 
 
 (cm aproximados a 
introducir por boca) 
3 – 3.5 
 
 
(10) 
3 – 4 
 
 
(10 – 12) 
4 + 
(Edad/4) 
 
(12 – 16) 
4 + 
(Edad/4) 
 
(18) 
 4 + 
(Edad/4) 
 
(20 – 22) 
Laringoscopio 
Pala 
recta 
nº 0 
Pala Recta o 
Curva nº 1 
Pala 
Curva 
nº 1 – 2Pala 
Curva 
nº 2 – 3 
Pala Curva 
nº 3-4 
Pinzas Magill Pequeña Pequeña o Mediana 
Mediana 
o 
Grande 
Grande 
Sondas Aspiración 
Traqueal 5 - 6 - 8 6 - 8 8 - 12 12 - 14 12 - 14 
 
1. APERTURA Y DESOBSTRUCCIÓN DE LA VÍA AÉREA 
Cánula orofaringea 
Tras seguir manteniendo la posición de apertura de la vía aérea iniciada en la RCP básica, se 
introducirá la Cánula Orofaríngea tipo “Guedel”, que permite deprimir la parte posterior de la 
lengua pudiendo abandonarse la tracción del mentón. Solo se utiliza en pacientes 
inconscientes, pues en el niño consciente puede inducir el vómito, con el riesgo de aspiración. 
Debe ser apropiada a la edad del niño, siendo la longitud igual a la distancia de los incisivos 
superiores al ángulo mandibular. 
La técnica de introducción en los niños mayores es igual que en el adulto es decir, se introduce 
con la concavidad hacia arriba hasta que la pinza llegue al paladar blando en cuyo momento 
se rota 180º y se desliza detrás de la lengua. En los lactantes y niños pequeños se introduce 
con la convexidad hacia arriba ayudándose de un depresor o del laringoscopio para desplazar 
la lengua. 
Aspiración de secreciones de boca, faringe y tráquea. 
Se emplearán sondas que deben ser adecuadas para la edad de cada niño. En los niños 
pequeños la presión del sistema de aspiración no debe sobrepasar de 80 – 120 mmHg. 
Intubación endotraqueal: 
PREVIAMENTE A LA INTUBACIÓN ENDOTRAQUEAL SE EFECTUARA VENTILACION CON 
BOLSA AUTOINFLABLE Y MASCARILLA PARA OXIGENAR ADECUADAMENTE AL 
PACIENTE. 
Además de ser el método más efectivo de apertura de la vía aérea, con la intubación 
endotraqueal, garantizamos una adecuada ventilación y aporte de oxígeno, se previene la 
distensión gástrica y la aspiración pulmonar, se facilita la aspiración de secreciones de la vía 
aérea, podemos administrar algunos de los fármacos empleados en RCP mientras 
conseguimos una vía venosa, se puede acoplar más fácilmente la ventilación y el masaje 
cardiaco y se puede aplicar PEEP en caso necesario. 
En la intubación endotraqueal en Pediatría hay que tener en cuenta que la vía aérea del niño 
es diferente a la del adulto: 
a. La laringe es más estrecha, más corta, más alta, más anterior y con un ángulo más 
agudo. 
b. La epiglotis es más larga y en forma de U. 
c. En los dos primeros años de vida hay un descenso rápido de las estructuras de la vía 
aérea superior produciéndose pocos cambios hasta la pubertad en que hay un mayor 
descenso de la epiglotis y el cricoides. Por estas razones la utilización del laringoscopio 
con hoja recta es la más adecuada en recién nacidos y lactantes. 
d. El calibre de la tráquea es menor, presentando hasta los 7 años su máximo 
estrechamiento a nivel del cartílago cricoides, mientras en el adulto, esta se localiza a 
nivel de las cuerdas vocales. Por ello hasta los 7 años es aconsejable utilizar tubos sin 
balón para minimizar el daño del cartílago cricoides. 
Antes de la intubación se debe preparar el siguiente material: 
1. Sonda gruesa para aspiración de secreciones buco y rinofaringeas. 
2. Sonda adecuada para aspiración a través del tubo endotraqueal. 
3. Bolsa autoinflable y mascarillas adecuadas a la edad del paciente. 
4. Tubo endotraqueal de tamaño apropiado teniendo preparados además uno de tamaño 
superior y otro inferior por si fueran necesarios. Para elegir el tamaño adecuado del 
tubo endotraqueal existen diferentes métodos. El diámetro interno del tubo debe ser 
aproximadamente igual al dedo meñique del niño. 
5. Para los mayores de un año se puede emplear la fórmula: Nº de tubo (diámetro interno) 
= 4 + (edad años/4) 
6. Laringoscopio de pala apropiado con buen funcionamiento de la luz. 
7. En los casos de intubación difícil puede prepararse un fiador. 
La técnica de intubación se efectuará como sigue (Figura 7): 
1. Posición alineada del paciente y con la cabeza en hiperextensión moderada, tanto 
menos hiperextendida cuanto más pequeño es el niño. 
2. Apertura de la boca (con los dedos índice y pulgar de una mano) e introducción del 
laringoscopio por la derecha, desplazando la lengua hacia la izquierda. 
3. Avanzar la hoja del laringoscopio hasta la vallécula en niños o hasta deprimir (“calzar”) 
la epiglotis en caso de R. N. y lactantes, especialmente si utilizamos hoja de 
laringoscopio recto. 
4. Tracción vertical del mango del laringoscopio, al mismo tiempo que se deprime 
externamente la tráquea con el dedo meñique o lo hace un ayudante. 
5. Introducción del tubo endotraqueal con la mano derecha, hasta pasar 1 – 2 cm de las 
cuerdas vocales. 
6. Efectuar insuflaciones, observando la movilidad torácica, al mismo tiempo que 
auscultamos ambos hemitórax. 
7. Fijar externamente el tubo orotraqueal. 
 
 
Figura 7. Intubación endotraqueal. 
Las maniobras de resucitación no deben interrumpirse más de 30 segundos mientras 
efectuamos la intubación. Si no se consigue en ese tiempo, se retirará el tubo endotraqueal, se 
volverá a poner la cánula orofaríngea y se ventilará nuevamente con bolsa y mascarilla hasta 
oxigenar adecuadamente al paciente, antes de realizar un nuevo intento de intubación. 
2. VENTILACIÓN. 
Antes de intubar al niño efectuamos siempre ventilación con resucitador manual acoplado a 
una mascarilla facial, tras haber situado una cánula orofaríngea. 
Los Resucitadores manuales constan, de una bolsa autoinflable y de una válvula que impide la 
reinspiración del aire espirado. Existen 3 tamaños diferentes: modelo lactantes, con una 
capacidad de ≈ 250 ml.; modelo infantil, con una capacidad de ≈ 500 ml. y modelo de adultos 
con una capacidad de ≈ 1600 – 2000 ml. En RCP Pediátrica se utilizarán únicamente los 
modelos infantil y adulto, empleándose uno u otro según la edad del paciente, reservándose el 
modelo lactantes solo para neonatos. Para RCP el resucitador pediátrico debe disponer de 
bolsa o tubo reservorio en la parte posterior, y se conecta con un flujo de oxígeno de unos 15 
litros/minuto, con lo que se alcanza una concentración de O2 superior al 90%. 
Las mascarillas faciales variarán de tamaño y forma según la edad. La mascarilla correcta para 
un niño es aquella que proporciona un sellado hermético en la cara y abarca desde el puente 
de la nariz hasta la hendidura de la barbilla, cubriendo la nariz y la boca. En menores de 6 
meses se utilizarán generalmente mascarillas circulares, mientras que en los mayores de esas 
edad, deben ser triangulares. Serán transparentes para poder observar el color de los labios, 
posibles vómitos etc. 
Técnica de ventilación con bolsa y mascarilla (figura 8): 
1. Posición adecuada de la cabeza. El grado de hiperextensión será variable: en los 
lactantes se mantendrá una posición intermedia, evitando la hiperextensión. 
2. Colocación de cánula orofaríngea en el paciente inconsciente. 
3. La mascarilla debe ser apropiada y bien ajustada. 
4. Los dedos 1º y 2º se situarán sobre las zonas nasal y mentoniana de la mascarilla 
respectivamente, el 3º soportará la mandíbula y el 4º y 5º dedo se colocarán detrás del 
ángulo de la mandíbula, mientras que la base del 3º soportará la mandíbula. 
5. La distensión gástrica puede ser minimizada en lactantes y niños inconscientes por 
aplicación de presión en el anillo cricoides (maniobra de Sellick). En los lactantes una 
excesiva compresión del cricoides puede colapsar la vía aérea. 
6. Las compresiones de la bolsa serán ajustadas para suministrar un volumen que 
permita movilizar adecuadamente el tórax. 
7. La Frecuencia respiratoria variará con la edad: 
o R. N.: 30 - 40 resp/min. 
o Lactantes : 20 - 25 resp./min. 
o Niños: 15 a 20 resp./min. 
Figura 8. Técnica de ventilación con bolsa y mascarilla. 
Alternativas a la intubación endotraqueal. 
Puede haber situaciones en las que no sea posible la intubación endotraqueal del paciente por 
gran dificultad técnica o por falta de experiencia en el reanimador. Las alternativas de las que 
disponemos son: 
a. Continuarventilación con bolsa y mascarilla: es una buena opción si se prevé un 
tiempo corto de ventilación antes de que otro reanimador intente asegurar la vía aérea 
de forma definitiva. 
b. Mascarilla laríngea: constituye una alternativa a la intubación endotraqueal. Tiene como 
ventajas su facilidad de aprendizaje y colocación, y como desventajas que no aísla por 
completo la vía aérea y resulta poco eficaz si se precisa ventilar con altas presiones 
(figura 9). 
c. Cricotirotomía: solo se usa cuando es imposible intubar al paciente por destrozos 
graves en la vía aérea alta o cuerpos extraños. 
Figura 9. Colocación de mascarilla laríngea. 
FARMACOS, FLUIDOS Y VIAS DE ADMINISTRACION. 
1. FARMACOS. 
Los esenciales en RCP se muestran en la tabla 5. 
 
Tabla 5. FARMACOS ESENCIALES EMPLEADOS EN RCP PEDIÁTRICA 
FÁRMACO PREPARACIÓN PARA ADMINISTRACIÓN DOSIS INDICACIONES 
Adrenalina 
(Epinefrina) 
1 amp = 1 ml. = 1 
mg. 
(Dilución 1/1000) 
Diluir 1 amp (1 ml) en 9 ml de 
AGUA BIDESTILADA 
(dilución 1/10000) 
Sin diluir 1/1000 
DOSIS INICIAL 
0.01 mg/kg (0,1 ml/kg de 
1:10.000) 
DOSIS POST: 
0.1 mg/kg (0,1 ml/kg de 1:1000) 
(máximo 5 mg) 
• Asistolia 
• Fibrilación ventricular 
• Disociación 
electromecánica 
• Bradicardia severa 
Atropina (Sulfato 
de Atropina) 
1 amp. = 1 ml = 1 
mg. 
(dilución 1/1000) 
NO PRECISA DILUCIÓN 
0.02 mg/kg 
MINIMA 0.1 mg (0.1 ml) 
MAXIMA: 2 mg. (2 ml) 
DOSIS TOTAL: 
1 mg (niños) 
2 mg (adolescentes) 
Bradicardia con 
repercusión hemodinámica 
Bicarbonato 
Sódico 
1 Molar 
1 amp. = 10 ml. = 
10 mEq. 
Diluir al 1/2 en: 
AGUA BIDESTILADA 
(1 ml. = 0.5 mEq) 
DOSIS INICIAL: 
1 mEq/kg (2 ml/kg) 
DOSIS POST.: 0.5 mEq/kg (1 
ml/kg) 
Repetir cada 10 min. si persiste 
PCR 
Requisitos previos: 
Buena ventilación. 
Inicio masaje, adrenalina 
Empleo si: 
PCR más de 10 min. 
pH < 7.10 
Cloruro Cálcico 
10% 1 amp. = 10 
ml. 
1 ml = 20 mg de 
Ca 
iónico = 100 mg. 
de sal cálcica 
NO PRECISA DILUCIÓN 0.2 ml/kg. 
Hipocalcemia 
Hiperkaliemia 
Hipermagnesemia 
Sobredosis de bloqueantes 
del Calcio 
ADRENALINA. Se emplea para restablecer la actividad cardiaca espontánea en la asistolia, 
para lo que se requiere una adecuada perfusión y oxigenación miocárdica. Aunque tiene 
efectos alfa y betaadrenérgicos, es la estimulación de los receptores alfa lo que determina su 
efecto beneficioso en la RCP. 
La dosis inicial recomendada en pediatría es de 0,01 mg/kg. pudiendo incrementrse 10 veces 
(0,1 mg/kg.) en las siguientes dosis. 
ATROPINA. Aunque no se ha demostrado su beneficio, se puede emplear en el tratamiento de 
la bradicardia, sobre todo si ésta es secundaria a un aumento del tono vagal (por ejemplo 
durante la manipulación de la vía aérea). Sin embargo hay que considerar que la causa más 
frecuente de bradicardia en los niños es la hipoxia, por lo que hay que intentar una ventilación 
y oxigenación adecuadas antes de emplear atropina. 
La dosis inicial es de 0,02/kg., con una dosis máxima de 1 mg. en niños y 2 mg. en 
adolescentes y una dosis mínima de 0,1 mg por debajo de la cual podría producir una 
bradicardia paradójica. 
BICARBONATO. Se ha empleado tradicionalmente en RCP ya que la acidosis tisular tiene 
efectos negativos en la contractilidad cardiaca y en la respuesta a las catecolaminas; sin 
embargo su efecto beneficioso no está aún demostrado. 
Se recomienda su empleo ante la falta de respuesta a una primera administración de 
adrenalina. Se administra en bolo iv. de 1 mEq/kg. en inyección lenta; antes de la siguiente 
dosis de adrenalina, se debe lavar cuidadosamente la línea con suero fisiológico. Dosis 
siguientes deberían guiarse por el conocimiento del pH sanguíneo (preferentemente de sangre 
venosa mezclada). 
CALCIO. No se recomienda su empleo en RCP, excepto en situaciones comprobadas de 
hipocalcemia e hiperpotasemia. La fórmula de cloruro cálcico es más eficaz que la de 
gluconato cálcico y la dosis de Cloruro cálcico es de 10-30 mg/kg iv. (Tabla 3). 
2. FLUIDOS 
En la mayoría de los casos de RCP solo se realizará una perfusión de fluidos, para mantener 
permeable la vía venosa o íntraósea. 
En algunos pacientes puede ser preciso efectuar expansión de volemia, como en el caso de 
disociación electromecánica que no responde a la primera dosis de adrenalina en pacientes 
con hemorragias agudas o graves, o cuando tras la parada hay hipovolemia absoluta o relativa 
por vasodilatación, estasis venoso y escape capilar a la expansión durante la RCP en pediatría 
se pueden utilizar cristaloides como suero salino fisiológico o Ringer lactato, o coloides como 
albúmina al 5% o coloides artificiales, a una dosis de 20 ml/kg. 
Durante las maniobras iniciales de RCP no se deben emplear soluciones glucosadas, salvo 
que exista sospecha o confirmación de hipoglucemia, ya que la hiperglucemia se ha asociado 
en algunos estudios con un peor pronóstico neurológico. Si existe hipoglucemia administrar 
glucosa al 10% ó 25% a 0.5 g/kg. intravenoso lento. 
3. VÍAS ADMINISTRACIÓN 
Lo ideal es obtener una vía venosa adecuada por punción; sin embargo, a veces resulta 
imposible obtenerla con la rapidez que se precisa para una RCP, debiendo recurrir de forma 
transitoria a otras vías alternativas a la venosa. Si en 90 segundos o tres intentos no se 
canaliza una vía venosa periférica se intentará una vía intraósea, valorando si el paciente está 
intubado la vía intratraqueal de forma transitoria. Tras canalizar la intraósea se puede volver a 
intentar la venosa periférica o una central. Si no se hubiera podido canalizar la intraósea habría 
que intentar una vía central urgente. 
Vías venosas por punción percutanea 
Periféricas. 
Es la primera vía a instaurar en la mayoría de los niños con PCR. Los lugares más utilizados 
son: 
 Vena umbilical en RN 
 Flexura del codo. 
 Dorso de la mano. 
 Dorso del pie. 
 Cuero cabelludo ( en lactantes) 
Ventajas teóricas.- Accesible, técnicamente sencilla, sin riesgos y no interferencias con las 
maniobras de RCP. La canalización de estas vías con cánulas cortas y gruesas, permiten una 
buena perfusión de fluidos y drogas. 
Inconvenientes durante la RCP: Dificultad de canalización en lactantes pequeños en situación 
de shock, calibre frecuentemente insuficiente cuando se requiere rápida administración de 
líquidos, riesgo de extravasación, lentitud de la acción de las drogas administradas por el 
enlentecimiento de la circulación. 
Centrales. 
La vía central de elección en la RCP es la vía femoral, por ser la que menos riesgos e 
interferencias presenta. 
Ventajas: Permite expansión rápida si se precisa, más rapidez de acción de las drogas, y 
mayor seguridad de mantenimiento de la vía. 
Inconvenientes: Dificultad técnica en algunos casos, interferencia relativa con la RCP. 
Vía intraosea (figura 10) 
Es una vía de infusión alternativa durante la reanimación en pediatría cuando no se consigue 
un acceso venoso en 90 segundos. Es una vía útil, que permite una rapidez de acción similar a 
la de las vías venosas periféricas, para la administración de cualquier tipo de drogas y líquidos. 
La técnica es muy sencilla y consiste en introducir una aguja especial para punción hasta 
alcanzar la médula ósea.. En niños menores de 6 años se utiliza la tibia proximal puncionando 
perpendicularmente a 1 - 3 cm. por debajo de la meseta tibial interna. En mayores de 6 años 
se usa la tibia distal, zona proximal al maléolo interno, por detrás de la vena safena externa. 
 
 
Figura 10. Vía intraósea en un niño. 
Via intratraqueal 
Permitirá la administración de drogas útiles para la RCP (Adrenalina Atropina, Lidocaina y 
Naloxona). La medicación se inyecta diluida en 1 - 2 ml de suero salino, tan profundamente 
corno sea posible, efectuando a continuación varias insuflaciones con bolsa autoinflable. Las 
dosis de Adrenalina, cuando se utiliza ésta vía, deben ser 10 veces la dosis intravenosa; no 
existe información sobre las dosis adecuadas de lidocainay atropina por vía intratraqueal. 
Dada la facilidad para la canalización rápida de una vía intraósea con un sencillo aprendizaje 
la vía intratraqueal se utiliza cada vez con menos frecuencia ya que no permite la 
administración de fármacos como el calcio o el bicarbonato, ni por supuesto fluidos. 
MONITORIZACIÓN ELECTROCARDIOGRÁFICA Y TRATAMIENTO DE LAS ARRITMIAS 
CARDIACAS. 
Para saber cual es el ritmo específico de una PCR es necesaria la monitorización 
electrocardiográfica. La podemos realizar mediante la colocación de electrodos adhesivos 
conectados a un monitor o a un desfibrilador o directamente a través de las palas del 
desfibrilador. 
Los ritmos que nos podemos encontrar se pueden dividir en: 
A. Ritmos desfibrilables: 
 Fibrilación ventricular 
 Taquicardia ventricular sin pulso 
B. Ritmos no desfibrilables 
 Asistolia (el más frecuente en los niños) 
 Bradicardia severa 
 Actividad eléctrica sin pulso 
 Bloqueo aurícula-ventricular completo 
TECNICA DE DESFIBRILACION 
Se emplea de forma inmediata cuando diagnosticamos un ritmo defibrilable. 
Precisamos el siguiente material: 
 Desfibrilador adecuado con capacidad para liberar energías bajas. 
 Palas grandes (8 a 10 cm de diámetro): niños > 1 año ó >10 kg. 
 Palas pequeñas: 4,5 cm en niños < 1 año. 
 Solución de contacto: Pasta conductora específica para desfibrilación 
La técnica de desfibrilación consta de los siguientes pasos: 
1. Lubricar palas de desfibrilador con pasta Evitar que contacten entre sí las palas. 
2. Cargar el desfibrilador a 2 J/Kg. 
3. Poner el mando en asincrónico. 
4. Colocar las palas presionando contra el tórax: 
o Negativa (negro) infraclavicular paraesternal dcha. 
o Positiva (roja) apex. 
5. Separación del paciente del resto del personal reanimador. 
6. Apretar simultáneamente los botones de ambas palas. 
7. Comprobar si la descarga se ha producido: 
o se ha provocado movimiento esquelético. 
o se ha producido línea isoeléctrica en el ECG. 
8. Comprobar sí se ha modificado el ritmo en el ECG y si el niño ha recuperado latido 
eficaz., es decir si tiene pulso. 
FARMACOS ANTIARRITMICOS. 
En situaciones de PCR que no se resuelven con desfibrilación y administración de adrenalina 
se aconseja la administración de algún fármaco antiarritmico. Clásicamente se utiliza la 
lidocaina (1mg/kg), aunque en los últimos años estudios realizados en adultos han demostrado 
ventajas con el uso de amiodarona por lo que actualmente en adultos se aconseja este 
fármaco. En niños ya se ha comenzado a utilizar y en un futuro próximo es probable que se 
extienda su aplicación. La dosis de amiodarona es de 5 mg/kg. 
PROTOCOLOS ESPECIFICOS DE TRATAMIENTO DE LAS ARRITMIAS CARDIACAS EN 
PEDIATRIA 
1) ASISTOLIA, BRADICARDIA GRAVE, ACTIVIDAD ELECTRICA SIN PULSO, BLOQUEO 
AURICULO VENTRICULAR COMPLETO. 
1. Es importante mantener las medidas de optimización de la vía aérea, ventilación 
(procurando suministrar O2 al 100%) y masaje cardíaco. 
2. Canalización de vía venosa o intraósea. 
3. Administrar adrenalina a dosis 0.01 mg/kg. (0,1 ml/kg de dilución 1/10.000) 
4. Continuar con medidas de RCP 3 minutos. 
5. Segunda dosis de adrenalina 0.1 mg/kg. (0,1 ml/kg de dilución 1/1000 (máximo 5 mg,). 
6. Valorar bicarbonato 1 mEq/kg. si tiempo de PCR mayor de 10 minutos o pH venoso 
menor de 7, 10. 
7. Valorar expansión de líquidos. 
8. Seguir con medidas de RCP. 
9. Repetir adrenalina cada 3 minutos. 
10. Repetir bicarbonato cada 10 minutos o según pH venoso. 
11. Considerar tras 30 minutos de RCP la suspensión de la reanimación si persiste la 
asistolia (salvo en casos de hipotermia o intoxicaciones). 
En el caso de bradicardias severas con repercusión hemodinámica la pauta de tratamiento es 
igual a la de la asistolia, pero se puede valorar: 
1. Administrar atropina 0.02 mg/kg (dosis mínima 0.1 mg. dosis máxima 2 mg.) tras las 
dos dosis iniciales de adrenalina. 
2. Administrar dosis de atropina cada 3 minutos según la respuesta clínica a la dosis 
inicial. 
3. Intentar la colocación de marcapasos si la bradicardia no responde a tratamiento 
farmacológico. 
2) FIBRILACIÓN VENTRICULAR Y TAQUICARDIA VENTRICULAR SIN PULSO. 
1. Desfibrilación eléctrica: 
o Administrar un choque no sincronizado a 2 J/kg. 
o Si no hay respuesta nuevo choque inmediato 2 J/kg. 
o Si no hay respuesta nuevo choque a 4 J/kg. 
2. Si no hay respuesta, optimizar la RCP durante 1 minuto: 
o Ventilar con oxígeno al 100%, intubar. 
o Seguir dando masaje cardiaco. 
o Canalizar vía de infusión. 
3. Administrar adrenalina 0.01 mg/kg (0,1 ml/kg de dilución 1/10.000) 
4. Administrar un nuevo ciclo de 3 desfibrilaciones a 4 J/kg. 
5. Si sigue sin responder descartar hipotermia, intoxicaciones y alteraciones electrolíticas. 
6. Administrar adrenalina a 0.1 mg/kg. (0,1 ml/kg de dilución 1/1000) (máximo 5 mg.). 
7. Mantener RCP 1 minuto. 
8. Nuevo ciclo de 3 desfibrilaciones a 4 J/kg. 
9. Si tras efectuar 3 ciclos con RCP y 3 choques eléctricos, no hay respuesta; considerar: 
o Bicarbonato 1 mEq/kg. 
o Amiodarona 5mg/kg 
10. Continuar con RCP y ciclos de 3 desfibrilaciones. La posibilidad de recuperación será 
muy baja. 
ASPECTOS EN DISCUSIÓN EN EL MOMENTO ACTUAL 
Las recomendaciones sobre RCP no son constantes sino que se ven sometidas a un proceso 
constante de revisión. Existe un proceso internacional de búsqueda de evidencias para 
analizar temas controvertidos o sobre los que existían escasas evidencias, cuyos resultados 
prácticos, en forma de “consenso sobre la ciencia y recomendaciones de tratamiento en RCP” 
se publicarán en diciembre de 2005 y que probablemente darán lugar a algunos cambios sobre 
las medidas que se han propuesto previamente. Algunos de los aspectos sobre los que existe 
amplia discusión en la bibliografía actual son en RCP básica la búsqueda de la mejor relación 
masaje / ventilación y del mejor tratamiento para la obstrucción de la vía aérea en el niño. En 
RCP avanzada se intentan buscar evidencias sobre ventilación con bolsa y mascarilla vs 
intubación endotraqueal, utilidad de la capnografía para asegurar la correcta colocación del 
tubo endotraqueal, cual es la mejor vía de administración de fármacos, qué fármacos 
vasopresores, cual es el antiarritmico ideal, búsqueda de las mejores pautas de desfibrilación, 
etc 
BIBLIOGRAFÍA 
1. Grupo Español de Reanimación Cardiopulmonar Pediátrica y Neonatal. Manual de 
Reanimación Cardiopulmonar Avanzada Pediátrica y Neonatal. 4ª edición. Publimed. 
Madrid 2004. 
2. López-Herce J, Carrillo A, Calco C y Grupo Español de Reanimación Cardiopulmonar 
Pediátrica y Neonatal. “La formación en reanimación cardiopulmonar pediátrica y 
neonatal: Una tarea en la que todos podemos y debemos participar. An Esp Pediatr 
1998; 49: 651-652. 
3. American Heart Association in collaboration with the International Liaison Comité on 
Resuscitation (ILCOR). Guidelines 2000 for Cardiopulmonary Resuscitation and 
Emergency Cardiovascular Care: International Consensus on Science. Resuscitation 
2000; 46:1-447. 
4. Lopez-Herce J, Garcia C, Dominguez P, Carrillo A, Rodriguez-Nuñez A, Calvo C, 
Delgado MA; Spanish Study Group of Cardiopulmonary Arrest in Children. 
Characteristics and outcome of cardiorespiratory arrest in children. Resuscitation 
2004;63:311-20. 
5. Lopez-Herce J, Garcia C, Rodriguez-Nuñez A, Dominguez P, Carrillo A, Calvo C, 
Delgado MA; Spanish Study Group of Cardiopulmonary Arrest in Children. Long-term 
outcome of Paediatric cardio-respiratory arrest in Spain. Resuscitation 2005;64:79-85.

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