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Antisépticos generales y locales

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I. PRINCIPIOS GENERALES
1. Definición y objetivos
Se denominan antisépticos locales a los productos an-
timicrobianos que se aplican de forma tópica a los orga-
nismos vivos con el fin de destruir los microorganismos o
de inhibir su reproducción. La aplicación más frecuente
es sobre la piel, las mucosas y las heridas. Los desinfec-
tantes son sustancias que se emplean sobre objetos inani-
mados para destruir los microorganismos e impedir la in-
fección. Aunque el objetivo es el mismo, las condiciones
de empleo de unos y otros varían extraordinariamente,
ya que se pueden utilizar como desinfectantes sustancias
a concentraciones que, como antisépticos, podrían lesio-
nar los tejidos. La esterilización implica la destrucción
completa y total de todo microorganismo, sean bacterias,
esporas, parásitos, virus u hongos.
El valor de la antisepsia, la desinfección y la esteri-
lización para evitar la instauración o la propagación de
infecciones está más que demostrado. El creciente uso
de técnicas invasivas como método de diagnóstico, la
existencia de intervenciones quirúrgicas particular-
mente críticas, la cada vez mayor y más larga presencia
de enfermos con un estado de inmunidad muy compro-
metido por la administración de fármacos o por su pro-
pia enfermedad, las largas estancias en hospitales donde
existen las circunstancias óptimas para vehicular un ger-
men de un paciente a otro, etc., son circunstancias de la
vida ordinaria en las que el seguimiento de correctos
protocolos de desinfección y esterilización marcan la di-
ferencia entre un índice bajo y un índice alto de infec-
ción.
De entrada, la piel y sus anejos constituyen un foco
permanente de infección, dada la cantidad y la variedad
de gérmenes que en ellos se alojan y la facilidad con que
pueden penetrar en el organismo a favor de incisiones,
rozaduras o pinchazos. Pero, en este sentido, es preciso
distinguir las diversas áreas, porque no es igual el riesgo
de la piel perineal o axilar que la de la espalda. En cual-
quier caso, las medidas higiénicas y profilácticas de ca-
rácter tópico constituyen en la actualidad un arma insus-
tituible para prevenir infecciones en un gran número de
situaciones clínicas.
72
Antisépticos generales y local
J. Flórez
En contraposición, no siempre la antisepsia tópica es
útil ni la mejor técnica. Hay algunas infecciones locales,
bacterianas o fúngicas, que responden mal al agente apli-
cado tópicamente y requieren un compuesto que actúe
desde el interior del organismo; hay medidas que tienen
un valor más ritual que real, como el frotamiento rápido
con alcohol en el sitio de penetración de una aguja hipo-
dérmica; igualmente, la infección de una herida suele res-
ponder mejor a un tratamiento sistémico que a otro tó-
pico.
2. Características y clasificación
Dentro del concepto recién expresado cabría incluir
agentes que específica y exclusivamente actúan sobre un
tipo de microorganismos, por ejemplo, fungicidas y viru-
cidas. Sin embargo, quedan fuera del presente capítulo y
son tratados en los correspondientes a cada agente in-
feccioso.
Es evidente que un buen antiséptico y desinfectante
debe ser germicida, poseer un amplio espectro, difundir
con facilidad a través de detritos y pus, actuar de manera
rápida y mantenida, no lesionar los tejidos ni alterar los
objetos. Probablemente, éstos son demasiados objetivos
para ser alcanzados por un único producto. No todos los
antisépticos y desinfectantes eliminan todos los gérme-
nes, si bien los de una misma familia suelen mostrar una
actividad parecida. Aunque con numerosas excepciones,
el orden de resistencia, de menor a mayor, es: bacterias
grampositivas, bacterias gramnegativas, micobacterias,
hongos, virus y esporas. En la tabla 72-1 se expone una
clasificación que atiende a la estructura química.
II. ALCOHOLES
Se emplean el alcohol etílico y el alcohol isopropílico,
siendo el 70 % la concentración óptima para alterar y pre-
cipitar las proteínas y para reducir la tensión superficial
de las bacterias.
Son bactericidas frente a todo tipo de bacterias, aun-
que hay especies que pueden sobrevivir. Sobre la piel, el
alcohol al 70 % mata en 2 min el 90 % de las bacterias cu-
táneas siempre y cuando la piel esté húmeda. Su activi-
1213
es
1214 Farmacología humana
dad germicida aumenta cuando previamente se limpia la
piel con agua y detergente, y se frota con suavidad; tam-
bién aumenta en combinación con otros antisépticos.
El alcohol tiene asimismo propiedades virucidas, aun-
que más inconstantes; es, en cambio, pobre fungicida y
no ataca las esporas secas. No sirve, pues, para esterilizar
instrumentos.
No se deben aplicar en heridas porque producen una
fuerte irritación, alteran los tejidos y, al precipitar pro-
teínas, forman coágulos que favorecen el crecimiento bac-
teriano.
Se utilizan con fines profilácticos antes de aplicar una
inyección o de realizar una maniobra quirúrgica pequeña,
Tabla 72-1. Clasificación de antisépticos y desinfectantes
Alcoholes
Alcohol etílico
Alcohol isopropílico
Aldehídos
Formaldehído
Glutaraldehído
Oxidantes
Óxido de etileno
Peróxido de hidrógeno
Permanganato potásico
Biguanidas
Clorhexidina
Compuestos clorados
Cloro y cloróforos
Cloraminas
Hipoclorito sódico
Oxicloroseno
Compuestos yodados
Tintura de yodo
Yodóforos: povidona yodada
Fenoles
Fenol
Hexilresorcinol
Parabenos
Hexaclorofeno
Triclosán
Tensioactivos catiónicos
Benzalconio
Metilbencetonio
Compuestos de mercurio
Mercurocromo
Timerosal
Compuestos de plata
Nitrato de plata
Sulfadiazina argéntica
pero en general el escaso tiempo de aplicación apenas si
consigue una escasa reducción de la flora bacteriana. Los
alcoholes se emplean también como agentes que, me-
diante frotamiento, limpian, lubrican y estimulan (rube-
facientes) la piel de personas encamadas, con lo que evi-
tan o retrasan la formación de úlcera de decúbito. Su
aplicación inmediata a la piel tras una pequeña quema-
dura evita o reduce la formación de ampolla.
III. ALDEHÍDOS
Se utilizan el formaldehído y el glutaraldehído princi-
palmente como desinfectantes de instrumentos quirúrgi-
cos y endoscópicos, aparatos que contengan goma o plás-
tico, hemodializadores, etc.
Ambos poseen un amplio espectro antiinfeccioso, que
incluye virus y esporas, si bien el glutaraldehído es más
activo que el formaldehído, pero su acción es lenta y re-
quiere concentraciones altas, que son irritantes para los
tejidos corporales. El grupo aldehído se combina con gru-
pos amino para formar azometinas y otros enlaces que, a
la larga, incapacitan la vida celular; a altas concentracio-
nes llegan a precipitar las proteínas.
El formaldehído se emplea a concentraciones que os-
cilan entre el 2 y el 8 % según los casos. En concentra-
ción de 20-30 % tiene propiedades astringentes y se uti-
liza en las hiperhidrosis, aplicado sobre palmas y plantas.
El glutaraldehído es un rápido esporicida. En solución
acuosa al 2 %, tamponada con bicarbonato sódico al 0,3 %
para dar un pH de 7,5-8,5, desinfecta y esteriliza material
muy diverso, quirúrgico o endoscópico, pero su actividad
se pierde a las 2 semanas de haberla preparado porque
tiende a polimerizarse en solución alcalina. La solución
estabilizada en ácido se polimeriza más lentamente y llega
a matar esporas en 20 min.
Existen combinaciones de soluciones de glutaralde-
hído a diversa concentración con otros productos que las
estabilizan e incrementan su actividad germicida y espo-
riocida, por ejemplo, las combinaciones con los estabili-
zadores polietilenglicol y con poloxámeros o la combi-
nación con fenato.
IV. OXIDANTES
1. Óxido de etileno
Es un agente alquilante volátil que difunde con rapi-
dez, no corrosivo, antimicrobiano frente a todos los or-
ganismos a la temperatura ambiental. Se utiliza como al-
ternativa a la esterilización por calor de muchas medicinas
e instrumental médico. Reacciona con cloruros y agua
para formar dos germicidas activos: el 2-cloroetanol y el
etilenglicol. Se utiliza en cámaras especiales de esterili-
zación para que elgas permanezca en contacto con el ma-
terial durante horas.
72. Antisépticos generales y locales 1215
El óxido de etileno irrita las vías respiratorias y el pul-
món si se respira. No se puede emplear tópicamente en
la piel porque es demasiado tóxico. El óxido de etileno y
el 2-cloroetanol son mutágenos.
2. Peróxido de hidrógeno
Su acción antiséptica es escasa y se debe principalmente
al radical hidroxilo libre; además, produce oxígeno cuando
entra en contacto con la catalasa de la sangre o de los teji-
dos. Aunque el oxígeno tiene escasa acción bactericida,
con excepción de los gérmenes anaerobios, ayuda a soltar
y aflojar los detritos afincados en las heridas. Suele em-
plearse en solución al 3 %; no es corrosivo. Al 1,5 % en so-
lución salina isotónica sirve para disolver el cerumen.
V. BIGUANIDAS
1. Clorhexidina
Es una clorofenilbiguanida (fig. 72-1) que presenta un
espectro antimicrobiano amplio. A pH entre 5 y 8 es muy
eficaz frente a bacterias grampositivas (10 mg/ml) y gram-
negativas (50 mg/ml), si bien hay diferencias entre distin-
tas bacterias; así, la mayoría de Pseudomonas aeruginosa
en un hospital puede ser resistente a 50 mg/ml. Impide la
germinación de las esporas, aunque no las mata; tampoco
es virucida. Su actividad disminuye algo si existen pro-
teínas, sangre y materia orgánica.
Su acción es rápida y presenta un elevado índice de ad-
hesividad residual o permanencia en la piel, lo que favo-
rece el mantenimiento y la duración de su actividad.
Cl NH–C–NH–C–NH–(CH2
II
 NH
II
 NH
Clorhex
Hexacloro
Mafe
Povidona yodada
Sulfadiazina argéntica
N
 CH–CH2
I
O
n
Cl
Cl
Cl
Cl
CH2
OH
•l
H2N SO2N–
Ag+ N
N
H3N+–CH2
Fig. 72-1. Estructura de
Se absorbe con gran dificultad a través de la piel, in-
cluso después de muchos lavados diarios. Su toxicidad es
mínima, pero se han descrito casos de sensibilidad por
contacto y de fotosensibilidad después del uso diario;
puede teñir los dientes cuando se usa de manera cons-
tante para enjuagar la boca. Si penetra en el organismo
en cantidad suficiente, provoca excitación del SNC, se-
guida de depresión.
El digluconato de clorhexidina se prepara al 4 % para
lavado y cepillado de manos, limpieza preoperatoria de
la piel, preparación del campo quirúrgico, etc. En solu-
ción acuosa al 5 % y asociado a un agente tensioactivo se
emplea para desinfección de piel, tratamiento de heridas
y quemaduras, y desinfección de instrumental, tubos,
equipo anestésico, etc.; pero no es recomendable mante-
ner el material en soluciones en recipientes abiertos que
pueden contaminarse, ni usar el producto para «mante-
ner desinfectados» termómetros, sondas u otro instru-
mental. A diluciones convenientes se emplea también en
antisepsia de cavidades corporales (vejiga, uretra y peri-
toneo) y de material endoscópico. Debe evitarse todo
contacto, directo o indirecto, con el SNC, las meninges y
el oído medio. Existen formas orales para antisepsia bu-
cal y tratamiento de infecciones de la mucosa orofarín-
gea.
VI. COMPUESTOS CLORADOS
El cloro es un germicida poderoso, que ejerce su ac-
tividad antibacteriana tanto si se encuentra en forma ele-
mental como en forma de ácido hipocloroso no disociado,
resultante de la hidrólisis del cloro.
Cl)6–NH–C–NH–C–NH
II
 NH
II
 NH
idina
feno
nida Nitrofurazona
Cloruro de benzalconio
Cl
Cl
OH
CH2–N–R*• Cl–
+
 CH3
I
I
 CH3
R*: alquilo de C8H17 a C18H37
SO2NH2
O
O2N CH=N–N–C–NH3
I
H
 
II
O
 fármacos antisépticos.
1216 Farmacología humana
El cloro elemental se usa exclusivamente para purificar
el agua de consumo ordinario. El cloro mata bacterias, hon-
gos, virus y protozoos, pero su actividad depende del pH,
siendo 10 veces mayor a pH 6 que a 9; a pH 7, la concen-
tración de cloro necesaria para matar la mayoría de los mi-
croorganismos en 15-30 seg oscila entre 0,10 y 0,25 ppm.
Esta actividad disminuye en presencia de materia orgáni-
ca, lo que se conoce con el nombre de demanda orgánica
cuando se trata de desinfectar el agua, de ahí que la canti-
dad de cloro a echar al agua para su desinfección varía se-
gún las condiciones en que se encuentre; en aguas puras
basta con añadir 0,5 ppm, mientras que en aguas fuerte-
mente contaminadas apenas bastarán 20 ppm.
El hipoclorito sódico se usa a la concentración de al-
rededor del 5 % para desinfectar material, pero diluido
al 0,5 % y ajustado a pH neutro con bicarbonato se uti-
liza para limpiar las heridas de sus restos necróticos. Es
también activo frente a bacterias, esporas, hongos, virus
y protozoos, disminuyendo su actividad en presencia de
materia orgánica.
El oxicloroseno es un germicida cloróforo formado por
la mezcla de ácido hipocloroso y sulfonato alquilbenceno,
que parece aumentar la actividad germicida del ácido me-
diante liberación lenta.
Se emplea la sal sódica a la concentración del 0,2-0,4 %
como antiséptico tópico para preparación preoperatoria
de la piel y para irrigación de heridas. Al 0,1-0,2 % puede
usarse en irrigaciones o aplicaciones urológicas y oftal-
mológicas.
Las cloraminas son aminas, amidas o imidas inestables
en solución acuosa, que liberan así el cloro. Entre ellas se
encuentra la tosilcloramida sódica, que sirve para desin-
fección de material quirúrgico, irrigaciones y desinfección
de agua potable.
VII. COMPUESTOS YODADOS
1. Soluciones de yodo
Existen en tres formas que contienen yodo disuelto, yodo
libre y un yoduro. La solución de yodo está formada por el
2 % de yodo y el 2,4 % de yoduro sódico en agua; la solu-
ción fuerte de yodo denominada solución de Lugol contiene
el 5 % de yodo y el 10 % de yoduro potásico; la tintura de
yodo es una solución del 2 % de yodo y del 2,4 % de yo-
duro sódico en alcohol al 44-50 %. La actividad antiséptica
depende del yodo en forma libre; el yoduro proporciona I–
que se combina con I2 para formar I3
–, el cual se comporta
como yodóforo donante de I2 según se va disociando.
La actividad germicida del yodo es poderosa. Ataca
bacterias grampositivas y negativas, esporas, hongos, vi-
rus, quistes y protozoos. En ausencia de materia orgánica,
mata la mayoría de las bacterias a la concentración del
0,0002 % en 10 min, y en solución del 1 % en 1 min, y los
quistes amebianos, los virus intestinales y las esporas (no
secas) a la concentración de 0,15 %.
La presencia del alcohol es discutible: para unos au-
tores aumenta la actividad germicida y la penetrabilidad;
para otros apenas contribuye a la acción germicida y, en
cambio, incrementa la acción irritante, por lo que no se
puede utilizar en heridas.
A las concentraciones indicadas, tanto la solución
acuosa de yodo como la tintura de yodo son poco tóxicas
e irritantes en aplicación tópica, a menos que el individuo
tenga hipersensibilidad al yodo.
Se emplean para desinfección de la piel e infecciones
cutáneas, en cuyo caso se prefiere la tintura de yodo, y
para desinfección de laceraciones de la piel y heridas, en
las que se usa la solución de yodo.
En caso de emergencia, 5 gotas de tintura de yodo por
litro de agua sirven para potabilizarla en 15 min, elimi-
nando bacterias y amebas; las giardias requieren 12 go-
tas durante 1 hora.
2. Povidona yodada
Es un yodóforo en el que el yodo forma complejo con
el nitrógeno-pirrolidona de la povidona (polivinilpirroli-
dona) (fig. 72-1). En solución, el yodo se libera del com-
plejo; en la solución acuosa al 10 %, el yodo libre está a
una concentración de 8 mM, mientras que al 0,1 % lo está
a 80 mM ya que se favorece la disociación, por lo que su
acción bactericida aumenta, pero debe tenerse en cuenta
que a esa dilución la concentración de yodo libre es sólo
el 7 % de la que se alcanza cuando el portador de yodo
es el yoduro sódico, como ocurre en las soluciones de
yodo. Las soluciones diluidas son poco estables y se de-
terioran con rapidez; la actividad antiséptica cesa cuando
el producto se seca sobre la piel o en las ropas.
La povidona yodada se emplea en diversos prepara-
dos y concentraciones para el lavado de manos del per-
sonal sanitario,cepillamiento prequirúrgico, desinfec-
ción de la piel antes de operar, inyectar o aspirar, para la
limpieza de pequeños cortes, heridas o rozaduras, para el
tratamiento de heridas antes que se formen escaras por-
que éstas limitan la penetración, para la desinfección de
catéteres y equipo de diálisis, y para lavados vaginales en
el tratamiento de tricomoniasis. Su eficacia protectora,
comparada con otros productos como las soluciones de
yodo o la clorhexidina, varía en función de los objetivos
que se pretenden, de los gérmenes que se desea eliminar
y de la forma de utilización: la clorhexidina es más eficaz
que la povidona yodada frente a bacterias grampositivas,
pero menos frente a gramnegativas.
Puede producir dermatitis por contacto con el uso re-
petido y reacciones alérgicas.
VIII. FENOLES
El fenol es bacteriostático a concentraciones entre
l:500 y 1:800, y bactericida y fungicida a concentraciones
entre 1:50 y 1:100; no es esporicida. Posee actividad anes-
72. Antisépticos generales y locales 1217
tésica local y, de hecho, su acción antiprurítica es el mo-
tivo principal de su presencia al 0,5-1,5 % en múltiples
fórmulas de aplicación tópica. En función de la concen-
tración puede producir irritación dérmica y necrosis; si la
absorción es grande, llega a provocar excitación del sis-
tema nervioso, seguida de depresión. No se debe usar en
mujeres embarazadas ni en niños menores de 6 meses.
El cresol es una mezcla de tres isómeros metílicos del
fenol, 3 veces más potente que éste como bactericida. Por
su acción irritante sólo se emplea como desinfectante,
pero debe cuidarse de no utilizar fenol ni cresol para de-
sinfectar gomas, plásticos o aparatos que puedan absor-
berlos y que después se apliquen a la piel y las mucosas,
porque pueden provocar quemaduras.
El hexilresorcinol es un bactericida más eficaz y me-
nos tóxico que el fenol. Se emplea para enjuagar la boca
y la orofaringe, y para limpieza de heridas, aunque puede
ser irritante.
Los llamados parabenos son ésteres del ácido p-hi-
droxibenzoico: butil, propil, etil y metilparabeno. Com-
binan la acción del fenol con la acción antimetabólica del
ácido p-hidroxibenzoico. En la práctica, sólo se emplean
como conservantes de diversos preparados farmacéuti-
cos, tanto para uso tópico como parenteral. Son bacteri-
cidas y antifúngicos a concentraciones entre el 0,1 y el
0,3 %. Por su frecuente presencia en preparaciones dér-
micas, son responsables de algunas dermatitis por con-
tacto, aunque su incidencia es baja.
El paraclorometaxilenol o cloroxilenol al 0,5-2 % es
bactericida, con mayor eficacia que el fenol. Es un com-
ponente de preparados para lavado de manos y de pre-
parados que se utilizan en el tratamiento de acné, seborrea
e infecciones óticas. Puede irritar la piel y es alergénico.
El triclosán es un bactericida de amplio espectro, con
excepción de P. aeruginosa. Se utiliza como antiséptico
en jabones (al 1 %) y en el tratamiento de pequeñas le-
siones al 0,1-0,2 % (quemaduras y picaduras) y del acné.
Puede producir dermatitis por contacto.
1. Hexaclorofeno
Es un bifenol policlorado (fig. 72-1) de gran eficacia
frente a bacterias grampositivas, pero escasa o nula frente
a gramnegativas y esporas; de hecho, E. coli y P. aerugi-
nosa pueden contaminar recipientes con hexaclorofeno
y ocasionar infecciones hospitalarias, razón por la que
suele añadirse cloroxilenol. La presencia de pus o suero
reduce la actividad.
Se acumula en la piel, de manera que el lavado diario
origina una especie de depósito del que se libera lenta-
mente, favoreciendo una protección bacteriostática de
varias horas.
Es tóxico cuando penetra en el interior; esto se pro-
duce por ingestión oral o por aplicación tópica repetida
en la piel de niños prematuros que presenta pequeñas ex-
coriaciones o tras varios lavados diarios de piel o de va-
gina. La intoxicación es de carácter neurológico: confu-
sión, letargia, diplopía, sacudidas, convulsiones, paro res-
piratorio y muerte. Puede ser teratógeno.
Su uso ha disminuido notablemente con la aparición
de otros antisépticos más útiles y menos tóxicos. Es em-
pleado por el personal sanitario para lavado y cepillado
de manos.
IX. DETERGENTES CATIÓNICOS
Algunos detergentes de amonio cuaternario muestran
intensa actividad bactericida in vitro, pero sólo moderada
in vivo. Esta actividad es mayor frente a bacterias gram-
positivas que frente a gramnegativas y se ejerce también
frente a algunos hongos y protozoos (p. ej., Trichomonas
vaginalis). Su eficacia es claramente mayor en solución
alcohólica que en solución acuosa. Los principales com-
puestos son: benzalconio (fig. 72-1), bencetonio, cetilpi-
ridinio, cetrimonio y decalinio. Se encuentran en forma
de múltiples preparados, con fines antisépticos y desin-
fectantes.
Como antisépticos presentan varios inconvenientes
que han motivado la restricción de su empleo en favor de
otros compuestos. Son menos activos que la clorhexidina
o los compuestos yodados. Son antagonizados por jabo-
nes, pus y otro material orgánico. Forman una película en
la piel por debajo de la cual pueden germinar bacterias.
Su acción es lenta y son absorbidos por gasas, goma, plás-
ticos y apósitos, perdiendo actividad. Aunque poco irri-
tantes, pueden ocasionar reacciones alérgicas.
El benzalconio se usa a concentración de 1:750 en piel
intacta, pequeñas heridas y rozaduras; para mucosas o he-
ridas más grandes, la concentración es de 1:2.000 a 1:5.000.
Para desinfección de material, debe añadirse alguna sus-
tancia antioxidante y comprobarse que la solución no se
contamine con esporas o bacterias resistentes.
Se emplean también como espermicidas, incorporados
a productos de aplicación vaginal, con fines anticoncep-
tivos (v. cap. 50).
X. COMPUESTOS METÁLICOS
1. Derivados de mercurio
Son compuestos mercuriales orgánicos con muy débil
actividad bacteriostática, ampliamente superada por
otros antisépticos; a pesar de ello existen todavía abun-
dantes preparados comerciales de merbromina y tiome-
rosal (timerosal).
La absorción masiva de estos compuestos produce in-
toxicación mercúrica.
2. Derivados de plata
Los iones argénticos reaccionan con grupos SH y otros
grupos de las proteínas, a las que desnaturalizan; ésta
puede ser la base de su poderosa actividad germicida.
1218 Farmacología humana
2.1. Nitrato de plata
Aplicada localmente, la sal tiene intensa actividad bac-
tericida en concentración 1:1.000 y actividad astringente;
a concentraciones mayores es cáustica, empleándose para
eliminar verrugas. El ion argéntico precipita con el clo-
ruro de los líquidos tisulares, por lo que penetra escasa-
mente. Los depósitos de plata se ennegrecen con la luz,
tiñendo el tejido orgánico y la ropa.
En solución al 1 % se aplica en el saco conjuntival de
los recién nacidos para protegerlos de la oftalmía del re-
cién nacido. Al 0,5 % se aplica tópicamente en heridas de
segundo y tercer grado para evitar las infecciones con
P. aeruginosa, sobre todo si no se puede emplear sulfa-
diazina argéntica; pero, dado que penetra mal, debe em-
plearse antes que se formen escaras. Su precipitación con
cloruro y formación de sales insolubles puede llegar a pro-
vocar hipocloremia e hiponatremia, si se emplea de ma-
nera extensa y prolongada.
2.2. Sulfadiazina argéntica
Véase XI.
3. Derivados de cinc
Su acción antiséptica es ligera, empleándose princi-
palmente a causa de otras propiedades: astringente, an-
tiperspirante y corrosiva. Las sales muy ionizables, como
el cloruro de cinc, son muy irritantes.
El sulfato de cinc se emplea en solución oftálmica al
0,25 % para la conjuntivitis angular y al 4 % en prepara-
ciones dérmicas para tratar el acné, el impétigo y ciertas
formas de lupus; también forma parte de preparados an-
tiperspirantes y desodorantes.
El óxido de cinc se utiliza como suave astringente y an-
tiséptico en pomadas, polvos y pastas para el tratamiento
de eccema, impétigo, úlceras varicosas, intertrigo y pso-
riasis; la calamina es una asociación de óxido de cinc
(98%) y óxido férrico. El piritionato de cinc se utiliza
para el tratamiento de la seborrea y caspa en concentra-
ción al 1-2 %.
XI. QUIMIOTERÁPICOS TÓPICOS
EN QUEMADURAS
Las quemaduras infectadas constituyen un problema
terapéutico porque el aporte de sangre a la piel suele es-
tar comprometido; de ahí la necesidad de aplicar tópica-
mente agentes quimioterápicos. Los más utilizados son:
sulfadiazina argéntica, mafenida, nitrofurazona y povi-
dona yodada (fig. 72-1).
Las bacterias grampositivas aisladas con mayor fre-
cuencia en las quemaduras infectadas son los estafilo-
cocos y los estreptococos b-hemolíticos. Las gramnegati-
vas son P. aeruginosa y E. coli; menos frecuentes son
Klebsiella, Enterobacter, Proteus, Providencia y Serratia.
Pueden aparecer también hongos, sobre todo Candida al-
bicans.
La sulfadiazina argéntica se emplea abundantemente
cuando las quemaduras son extensas y graves; no pene-
tra tanto como la mafenida, pero tampoco produce tanto
dolor ni las alteraciones electrolíticas de ésta.
La nitrofurazona no suele ser activa en infecciones por
Pseudomonas, en cuyo caso suele preferirse la gentami-
cina. La povidona yodada penetra mal, pero es activa
frente a C. albicans.
1. Sulfadiazina argéntica
1.1. Actividad antibacteriana
Se suman la acción de la sulfamida (v. cap. 68) y la de
la plata (v. X, 2). Es eficaz frente a una gran variedad de
bacterias grampositivas y negativas, incluida Pseudomo-
nas, y frente a Candida. Es el fármaco de elección para
tratar quemaduras e injertos infectados, y para impedir
su infección en enfermos con alto riesgo.
1.2. Reacciones adversas
No produce las alteraciones electrolíticas que provoca
el nitrato de plata, aunque se use en zonas extensas y de
forma prolongada, ni suele causar dolor como la mafe-
nida. A veces puede originar alguna erupción, picor o
quemazón.
Si el tratamiento es prolongado y en superficies am-
plias, puede absorberse suficiente sulfadiazina para pro-
vocar reacciones sistémicas (v. cap. 68). No parece que
tenga capacidad sensibilizante.
1.3. Aplicación terapéutica
En forma de crema (10 mg/g) se aplica sobre toda la
superficie quemada con un grosor de 1-3 mm, previo la-
vado y desbridamiento de la herida. Por su escasa solu-
bilidad permanece varias horas, de ahí que baste aplicarlo
1 o 2 veces al día.
2. Mafenida-acetato
2.1. Actividad antibacteriana
De estructura similar a las sulfamidas, su espectro es
parecido al de la sulfadiazina argéntica, siendo particu-
larmente eficaz frente a las cepas sensibles de P. aerugi-
nosa. A diferencia de lo que ocurre con las sulfamidas, su
acción no es inhibida por el pus y otros productos orgá-
nicos. Como es soluble, difunde con facilidad y penetra a
través de las escaras, por lo que mantiene su eficacia en
presencia de éstas (p. ej., quemaduras eléctricas). Dentro
del organismo es metabolizado y tanto ella como su me-
tabolito son capaces de inhibir la anhidrasa carbónica.
72. Antisépticos generales y locales 1219
2.2. Reacciones adversas
Provoca dolor local, a veces intenso, lo que en ocasio-
nes hace difícil su aplicación. Puede producir fenómenos
de sensibilización, en forma de reacciones alérgicas, y al-
teraciones electrolíticas como consecuencia de la evapo-
ración de líquidos y de la inhibición de la anhidrasa car-
bónica.
2.3. Aplicación terapéutica
Se emplea principalmente para prevenir infecciones,
como alternativa a la sulfadiazina argéntica, en pacientes
con alto riesgo. En forma de crema se aplica 2 o 3 veces
al día, con un grosor de 1 o 2 mm.
3. Nitrofurazona
Es un nitrofurano con acción bactericida sobre gér-
menes grampositivos y gramnegativos, y algunos proto-
zoos, pero desarrolla fácilmente resistencia a P. aerugi-
nosa. No se absorbe a través de la piel, ni siquiera cuando
existen quemaduras; no produce dolor. Puede ser res-
ponsable de fenómenos de sensibilización. Se utiliza en
las quemaduras en forma de pomada y crema al 0,2 %.
4. Povidona yodada
Sirve para prevenir o para tratar la sepsis originada por
quemaduras infectadas, si bien se prefieren la sulfadia-
zina argéntica y la mafenida. En las condiciones habitua-
les de empleo, con menos del 20 % de superficie afectada,
no se absorbe en grado suficiente. No penetra a través de
las escaras.
BIBLIOGRAFÍA
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Lea & Febiger, 1983.
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Rutala WA, Cole EC. Antiseptics and disinfectants: safe and effective?
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Witkowski JA, Parish LC. Bacterial skin infections: management of
common streptococcal and staphylococcal lesions. Postgrad Med
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Zellner PR, Bugyi S. Povidone-iodine in treatment of burn patients. J
Hosp Infect 1985; supl A: 139-146.
	Índ. Capítulos
	Índ. Alfabético
	Antisépticos generales y locales
	I. PRINCIPIOS GENERALES 
	1. Definición y objetivos
	2. Características y clasificación
	II. ALCOHOLES
	III. ALDEHÍDOS
	IV. OXIDANTES 
	1. Óxido de etileno
	2. Peróxido de hidrógeno
	V. BIGUANIDAS 
	1. Clorhexidina
	VI. COMPUESTOS CLORADOS
	VII. COMPUESTOS YODADOS 
	1. Soluciones de yodo
	2. Povidona yodada
	VIII. FENOLES
	1. Hexaclorofeno
	IX. DETERGENTES CATIÓNICOS
	X. COMPUESTOS METÁLICOS 
	1. Derivados de mercurio
	2. Derivados de plata
	2.1. Nitrato de plata
	2.2. Sulfadiazina argéntica
	3. Derivados de cinc
	XI. QUIMIOTERÁPICOS TÓPICOS EN QUEMADURAS
	1. Sulfadiazina argéntica 
	1.1. Actividad antibacteriana
	1.2. Reacciones adversas
	1.3. Aplicación terapéutica
	2. Mafenida- acetato 
	2.1. Actividad antibacteriana
	2.2. Reacciones adversas
	2.3. Aplicación terapéutica
	3. Nitrofurazona
	4. Povidona yodada

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