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6 RADIO REFLEXIÓN: UNA ALTERNATIVA DE INSTRUCCIÓN POPULAR Ingrid Hilb Salcedo Trabajo de grado para optar por el título de Comunicadora Social Campo profesional: Periodismo Director Andrés López Giraldo Pontificia Universidad Javeriana Facultad de Comunicación Social y Lenguaje Carrera Comunicación Social Bogotá 2010 7 “La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por sus alumnos en sus tesis de grado. Sólo velará porque no se publique nada contrario al dogma y a la moral católica, y porque las tesis no contengan ataques o polémicas puramente personales. Antes bien, se vea en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia". [Artículo 23 del Reglamento Académico] 8 9 Facultad de Comunicación y Lenguaje Carrera de Comunicación Social RESUMEN DEL TRABAJO DE GRADO Este formato tiene por objeto recoger la información pertinente sobre los Trabajos de Grado que se presentan para sustentación, con el fin de contar con un material de consulta para profesores y estudiantes. Es indispensable que el Resumen contemple el mayor número de datos posibles en forma clara y concisa. I. FICHA TÉCNICA DEL TRABAJO 1. Autor (es): Ingrid Hilb Salcedo 2. Título del trabajo: RADIO REFLEXIÓN: UNA ALTERNATIVA DE INSTRUCCIÓN POPULAR 3. Tema central: A partir del formato de la radionovela, abordar la problemática de la violencia intrafamiliar para hacer reflexionar a la audiencia, así como informarla acerca de las leyes y soluciones que existen frente a esta clase de maltrato. 10 4. Subtemas afines La radio como instrumento de difusión. El radiodrama. Violencia basada en el género. 5. Campo profesional: Periodismo 6. Asesor del Trabajo: Andrés López Giraldo 7. Fecha de presentación: Mes: Noviembre Año: 2010 Páginas Cuerpo: 1-68 Anexos: 1-25 II. RESEÑA DEL TRABAJO DE GRADO 1. Objetivo o propósito central del trabajo: 11 Recuperar el recurso del dramatizado para producir un piloto de radionovela que esté enfocado hacia la problemática de la violencia intrafamiliar, específicamente el maltrato en la pareja Y ver este producto como un instrumento de prevención y reflexión. Así mismo, generar una motivación por retomar este género y producir futuros radiodramas que eduquen a la sociedad. 2. Contenido RESUMEN DEL TRABAJO DE GRADO INTRODUCCIÓN 1. MARCO TEÓRICO 1.1. EDUCAR PARA TRANSFORMAR 1.2 LA RADIO COMO MEDIO DE DIFUSIÓN Y SU PERTINENCIA 1.3 LA RADIONOVELA: POSIBILIDAD EDUCATIVA DE LA RADIO 1.4 UNA MIRADA AL PASADO: PRODUCCIÓN E IMPACTO DE LAS RADIONOVELAS 1.5 INICIOS DE LA RADIONOVELA 1.6 PARA LA MUESTRA “VARIOS BOTONES” 1.6.1 “EL DERECHO DE NACER” (1951) 1.6.2 CASOS DE LA VIDA REAL 1.6.3 COSTUMBRISTAS Y POLICÍACAS 1.6.4 RADIO SUTATENZA 2. LA APUESTA: LA RADIONOVELA COMO HERRAMIENTA PARA LA PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA CONYUGAL 2.1 VIOLENCIA INTRAFAMILIAR (VIF) “ANTÍTESIS DE LA FINALIDAD FAMILIAR” 2.2 VIOLENCIA CONYUGAL: UNA AGRESIÓN SUSTENTADA EN IMAGINARIOS SOCIALES 12 2.3 PROBLEMÁTICA 2.4 MARCO LEGAL 2.5 UNA CONSTANTE EN LA SOCIEDAD 3. PROPUESTA: “RADIO REFLEXIÓN”, UNA RADIONOVELA COMO POSIBILIDAD DE SOLUCIÓN 3.1 UNA DRAMATIZACIÓN FAMILIAR 3.2 ESTRUCTURA 3.2.1 INTRODUCCIÓN 3.2.2 EL PILOTO 3.2.3 REFLEXIÓN 3.3 LIBRETO “RADIO REFLEXIÓN” 4. CONCLUSIONES Y REFLEXIONES 5. BIBLIOGRAFÍA 6. ANEXOS 3. Autores principales Mario Kaplún: Investigador y docente especializado en Comunicación Educativa. Nació en Argentina en 1923. Desde una temprana edad desarrolló un gusto por la radio y fue hacia los años cuarenta que tuvo la oportunidad de grabar su primer programa con un enfoque juvenil. Más adelante, trabajó el género del radioteatro, lo que le permitió adquirir la experiencia para escribir guiones y dirigir distinguidos programas de debate periodístico. José Ignacio López Vigil: Nacido en la Habana, Cuba. Ha dedicado más de cuarenta años a la producción, locución y enseñanza de la radio. Considera que en cada transmisión radiofónica debe llevar consigo un componente humano. Autor del libro “Manual Urgente para radialistas apasionados y apasionadas”, en el cual brinda consejos a aquellas personas 13 que se están iniciando en el mundo de la radio y desean consejos de producción y locución de programas. Ricardo Haye: Comunicador Social. Docente de la Universidad Nacional de Comahue y autor de libros sobre Radio Arte. Conceptos clave La radio como instrumento de educación. La radionovela en Colombia. La violencia intrafamiliar (VIF). La violencia conyugal. 4. Proceso metodológico Como primera medida, se indagó en la radio como un medio de alta difusión y enseñanza. Luego, se tomó como formato central la radionovela y se indagó en su estructura, temáticas y audiencia. Para ello, se consultaron los textos existentes sobre dicho género y se realizaron entrevistas con diferentes personajes, como directores, grabadores y radioactores. A continuación, se investigó la problemática de la violencia intrafamiliar en Colombia, es decir, su origen y causas, víctimas y víctimarios, así como las alternativas de solución propuestas por la ley y organismos encargados de velar por el bienestar de las personas, como las comisarías de familia o la Secretaría de Integración Social. Una vez realizada la dimensión que abordaría el piloto de radionovela, se procedió a desarrollar su enfoque y estructura. Luego se llevó a cabo la respectiva grabación y edición de la misma. Por último, se sacaron las conclusiones pertinentes al presente trabajo. 14 5. Reseña del Trabajo En este trabajo se pretende retomar uno de los formatos radiales conocido como “las radionovelas”, y crear un piloto de este. Con el fin de tomarlo como instrumento de prevención y reflexión de la violencia ejercida al interior del ámbito familiar, problemática que revela altos índices de incidencia y escaso control por parte de las víctimas. III. PRODUCCIONES TÉCNICAS O MULTIMEDIALES 1. Formato Audio 2. Descripción del contenido Un CD adjunto con el producto desarrollado en el presente trabajo. Tiene una duración de 20 minutos y abarca un piloto de radionovela enfocado hacia la problemática de la violencia conyugal, específicamente las agresiones en la pareja. 15 TABLA DE CONTENIDO RESUMEN DEL TRABAJO DE GRADO INTRODUCCIÓN 1. MARCO TEÓRICO 1 1.1. EDUCAR PARA TRANSFORMAR 1 1.2 LA RADIO COMO MEDIO DE DIFUSIÓN Y SU PERTINENCIA 4 1.3 LA RADIONOVELA: POSIBILIDAD EDUCATIVA DE LA RADIO 9 1.4 UNA MIRADA AL PASADO: PRODUCCIÓN E IMPACTO DE LAS RADIONOVELAS 11 1.5 INICIOS DE LA RADIONOVELA 16 1.6 PARA LA MUESTRA “VARIOS BOTONES” 19 1.6.1 “EL DERECHO DE NACER” (1951) 19 1.6.2 CASOS DE LA VIDA REAL 20 1.6.3 COSTUMBRISTAS Y POLICÍACAS 20 1.6.4 RADIO SUTATENZA 20 2. LA APUESTA: LA RADIONOVELA COMO HERRAMIENTA PARA LA PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA CONYUGAL 22 2.1 VIOLENCIA INTRAFAMILIAR (VIF) “ANTÍTESIS DE LA FINALIDAD FAMILIAR” 22 2.2 VIOLENCIA CONYUGAL: UNA AGRESIÓN SUSTENTADA EN IMAGINARIOS SOCIALES 28 2.3 PROBLEMÁTICA 31 2.4 MARCO LEGAL 38 2.5 UNA CONSTANTE EN LA SOCIEDAD 40 16 3. PROPUESTA: “RADIO REFLEXIÓN”, UNA RADIONOVELA COMO POSIBILIDAD DE SOLUCIÓN 42 3.1 UNA DRAMATIZACIÓN FAMILIAR 42 3.2 ESTRUCTURA 43 3.2.1 INTRODUCCIÓN43 3.2.2 EL PILOTO 43 3.2.3 REFLEXIÓN 46 3.3 LIBRETO “RADIO REFLEXIÓN” 46 4. CONCLUSIONES Y REFLEXIONES 62 5. BIBLIOGRAFÍA 65 6. ANEXOS 69-93 17 INTRODUCCIÓN En la historia de la radio existió un formato conocido como Las radionovelas, que al recordarlas nos evocan aquellas narraciones melodramáticas, traídas de Cuba hacia la década de los treinta y adaptadas a la sociedad colombiana. Para los años cincuenta, lograron su mayor auge, y llevaron a los hogares temáticas de amor, odio, crímenes y aventuras. Al ser innegable la capacidad de difusión y penetración que la radio lograba en la audiencia, esta pudo identificarse con la cotidianidad de las situaciones vividas por los personajes y fue a través de las radionovelas que se produjo un cambio en el pensar y actuar de los colombianos. Así mismo, se convirtieron en el principal instrumento distractor de las amas de casa, quienes empezaron a organizar sus actividades domésticas en torno a estas historias: no se perdieron un solo capítulo. Sin embargo, para la década del setenta, el género del radiodrama desapareció del panorama radial. Dentro de las principales causas se encuentra la llegada de la televisión y la migración de los radioactores a la pantalla chica. Así, como la preferencia por el carácter noticioso en las principales emisoras del país. Naturalmente resultaba más fácil realizar un noticiero, en donde solamente se narraban los últimos acontecimientos, que la grabación y el montaje de una radionovela. Ahora bien, a lo largo de mi carrera he tenido un enfoque meramente periodístico. No obstante, hace un tiempo, surgió en mí un deseo de ahondar en este género radial, que logró por medio de un acercamiento a lo cotidiano, educar y distraer a una sociedad aún conservadora. Por esta razón, decidí retomar una tradición radiofónica como la radionovela, para así aterrizarla en una problemática común entre los oyentes y lograr, precisamente, una reflexión y enseñanza frente al tema. Así bien, en mis estudios universitarios tuve la oportunidad de acercarme a una cruda realidad, que vive no sólo la sociedad colombiana sino el mundo entero. Esta es la violencia que se produce en el ámbito familiar y que ha dejado graves secuelas en las víctimas. El 18 Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses reportó 93.859 casos de violencia intrafamiliar en Colombia (Carreño, 2009, p. 120). La ley colombiana la define como “toda acción u omisión que transforma en maltratantes las relaciones entre los miembros de la misma familia, causando daño físico, emocional, sexual o económico a uno o varios de ellos” (Rico citando en Mateus, 2009). Las agresiones se presentan contra todos los integrantes de la familia –mujeres, hombres, niños y ancianos–. Dentro de las principales casusas se encuentran la discriminación de género y los problemas económicos. Sin embargo, hasta hace muy pocos años, se empezaron a reconocer los maltratos al interior de la familia como un asunto público, contrario a la concepción privada que se venía manejando desde siglos pasados. Estos eran considerados justos y representaban un ejercicio de poder: el padre tenía derecho a ejercer su estatus de autoridad sobre su esposa e hijos. Por este motivo, surgió el objetivo principal de este trabajo; recuperar el formato de la radionovela para producir una pieza comunicativa donde se genere reflexión y prevención ante la problemática de la violencia intrafamiliar. De ahí la necesidad de utilizar el recurso del radiodrama y partir de su características de aprendizaje, para lograr informar a las víctimas acerca de las leyes que las amparan, así como brindarles un apoyo para identificarla y prevenirla. Por ello, el primer capítulo se refiere a la radio como un medio de gran alcance y un instrumento ejemplarizante para los oyentes. Se dará a conocer la radionovela con uno de sus muchos formatos, que cumplieron una función distractora y formadora. Para abordar su origen, temas e impacto en el caso colombiano, se recurre a la entrevista de directores, actores y grabadores que participaron en su producción. Por último, se hace un recuento de los radiodramas que tuvieron como objetivo dejar una moraleja en las audiencias. 19 Para comprender la problemática tratada en el piloto de radionovela, en el segundo capítulo se trabaja la violencia intrafamiliar y conyugal a partir de variables como: su origen y causas, las víctimas y victimarios, las clases de agresiones, el ciclo de violencia y el marco legal que ampara a los afectados. El tercer capítulo comprende la creación del piloto haciendo uso del recurso del dramatizado. En primer lugar se define el enfoque. Luego, su estructura, la cual comprende el número de capítulos y la duración de estos. Adicionalmente se plantea la introducción, cuerpo y cierre del programa. Por último, se plantea el libreto para su respectiva elaboración. En el cuarto capítulo, a partir de la experiencia de la creación y producción de un primer piloto de radiodrama, se hacen las conclusiones. Como un objetivo a futuro, se espera que se continúen realizando este tipo de programas, ya que son verdaderamente efectivos y desarrollan una complicidad con los oyentes, a partir de un formato lúdico que permite aprender y reflexionar, por ejemplo, sobre las diferentes problemáticas que en los hogares colombianos se presentan. 1 1. MARCO TEÓRICO El siguiente apartado tiene como fin explorar y aplicar la radio como instrumento de educación popular, visto desde el formato de las radionovelas desarrolladas en Latinoamérica, específicamente en Colombia entre los cincuenta y setenta. 1.1 Educar para transformar Si se parte de una definición etimológica de la educación, se puede ver que proviene del latín “educare”, y a su vez se deriva de “educere”, compuesta por “ex o fuera” y “ducere”, llevar o conducir” (Prieto, 1990, p. 13). De acuerdo con sus diferentes apreciaciones, algunos teóricos definieron el término. Por ejemplo, Platón la determinó por su finalidad, “dar al cuerpo y al alma la belleza y perfección de que son susceptibles” (citado en Prieto, 1990, p. 14); Aristóteles afirmó que “por la educación se ha de lograr que el niño ponga los goces y dolores en aquello que importa” (citado en Prieto, 1990, p. 14); Kant estableció como su finalidad “desarrollar en el individuo toda la perfección de que es susceptible” (citado en Prieto, 1990, p. 14), y Herbrat la definió como la “formación del individuo para sí mismo, despertando en él la multiplicidad de intereses” (citado en Prieto, 1990, p. 14). El francés Emile Durkheim la encaminó hacia “la acción ejercida por las generaciones adultas sobre las que aún no están maduras para la vida social. Tiene por objeto suscitar y desarrollar en el niño cierto número de estados físicos, intelectuales y mentales […]” (citado en Prieto, 1990, p. 15), y John Dewey mantiene que “[…] la educación significa la suma total de los procesos por los cuales una comunidad o un grupo social, pequeño o grande, transmite sus poderes y sus objetos adquiridos, con el fin de asegurar su propia existencia y su continuo crecimiento” (citado en Prieto, 1990, p. 15). De ahí, la importancia de que suceda al interior de las diferentes sociedades, debido a que el aislamiento del individuo resulta un obstáculo en el proceso de aprendizaje. Es en su contacto con esta, donde la persona se va a relacionar y por lo tanto, aprenderá valores, principios y formas adecuadas de comportamiento para su pleno desarrollo como ser2 humano. “Lo que educa es la comunidad total como ella es y así como quiere que sean los hombres que dentro de ella se forman” (Prieto, 1990, p. 19). De esta forma, conservará “[…] los bienes y valores tradicionales” (Prieto, 1990, p. 15), y posibilitará un cambio y progreso que prepare de una manera eficiente a las futuras generaciones para cualquier situación a la que se enfrenten. Los procesos educativos pueden ser clasificados en informales, es decir, a través del conocimiento impartido por los padres, o formales, el cual corresponde al efectuado por una persona o grupo de personas destinadas para ello (Savater, 2004, p.27). Es importante tener en cuenta que la verdadera educación no sólo tiene como objetivo enseñar, sino lograr en el individuo una capacidad de raciocinio, es decir, que aprenda a pensar de forma individual como menciona Juan Díaz Bordenave “que tenga conciencia de sí mismo” (citado en Kaplún, 1978, p. 33). Ahora bien, en una de sus teorías de la educación, conocida por su énfasis en los procesos, retomó “la importancia de la transformación de las personas y de las comunidades” (Díaz citado en Kaplún, 1978, p. 32). Bourdenave habla de diferentes tipos de educación dirigidas meramente a informar o que sólo tienen como objetivo obtener resultados. Sin embargo, esta se preocupa por la interacción dialéctica que las personas deben desarrollar en su entorno, así como del avance intelectual y la conciencia social (citado en Kaplún, 1978, p. 32). O´ Sullivan Ryan, pedagogo en medios, apoya dicha teoría, ya que se interesa más en el proceso de aprendizaje que en los métodos de enseñanza (citado en Kaplún, 1978, p. 33). De esta forma, el individuo “aprende a aprender” y logra una “educación liberadora” (Díaz Bordenave citado en Kaplún, 1978, p. 33). Ahora bien, los medios de comunicación, específicamente la radio, se ha constituido como un canal de comunicación al que se le ha atribuido la capacidad de generar cambios en los esquemas de pensamiento sociales. A Colombia, llegó la radiodifusión para la década del treinta. Por esa época, se inició en el país un periodo de gobierno liberal, lo que produjo una mayor organización en el ámbito rural y urbano. Como consecuencia, el Estado introdujo campañas de “higiene, alfabetización y uso de medios como el cinematográfico y la radiodifusión” (Castellanos, 2001, p. 16). Emisoras como La HJN, la primera oficial, y la Radiodifusora Nacional, 3 lograron a través de sus micrófonos difundir una “estrategia pedagógica” para poder educar al pueblo colombiano (Castellanos, 2001, p. 16). Ya para los años cuarenta, siendo conscientes del impacto cultural que el medio había adquirido, se le asignó la tarea a la Radiodifusora Nacional de unificar dos periferias que habían permanecidos apartadas: el campo y la ciudad. El hecho ocurrido el nueve de abril de 1948, conocido como el Bogotazo, “[…] puso en la mira a la radio por su capacidad para movilizar las masas y a partir de ese año el proyecto comercial pareció consolidar modelos de programación eficaces en la construcción del “sentir nacional” (Castellanos, 2001, p. 16). En síntesis, la radio se destacó por introducir masivamente nuevas formas de consumo y de pertenencia frente a una cultura imperante. Esto surgió gracias a la llegada del transistor, en la década de los cincuenta. Desde este hecho, se puede ver su capacidad de penetración y alcance, gracias al bajo costo y comodidad del aparato. La radio se caracteriza por un rasgo fundamental que es la comunicación: “[…] un proceso de producción, distribución y consumo de significados en una estructura social determinada […]” (Peppino, 1999, p. 12). En la radiodifusión específicamente, la comunicación o la trasmisión de contenidos ha logrado cambios en el pensar y actuar de los individuos, ha propiciado otras visiones y concepciones en la opinión pública, pero más importante: […] permite el reconocimiento mutuo, y una consecuencia inmediata de la reciprocidad y solidaridad que se genera en la misma acción comunicativa, a la vez que permite la interacción de los propios contextos normativos de los distintos participantes la acción comunicativa y la búsqueda de rectitud frente al mundo social, que conlleva a lo normativo: lo socialmente correcto (Hoyos citado en Cabal, 2009, p. 17). En otras palabras, como medio masivo de comunicación, además de entretener a los oyentes, puede ser entendido como un instrumento de educación. Por ejemplo, una de las formas comunicativas y edificantes que ha desarrollado es la radionovela, que surgió en Colombia hacia 1950 con “El derecho de Nacer”, un hito radiofónico que trataba temas tabú para la época y que puso a pensar a una sociedad conservadora. 4 Este género se configuró como reflejo de la cotidianidad y logró cambios en los horarios y las costumbres de sus oyentes. Su relato permitió una fácil identificación frente a las temáticas, los personajes, el tiempo, la acción y el lugar, lo que llevó a la configuración de nuevos imaginarios sociales. Al concebir la radionovela como un formato que permite reflexionar, es formativa, genera conciencia, transmite valores y advierte, resulta provechoso y ejemplarizante retomarla como una alternativa de prevención frente a las problemáticas actuales de nuestro país, caso específico en este texto, “La violencia conyugal al interior de los hogares colombianos”. 1.2 La radio como medio de difusión y su pertinencia En los años veinte, la radio llegó a Latinoamérica, y hacia los cincuenta, se hizo un medio masivo de gran auge en nuestro país. “Escuchar radio ha sido, desde entonces, uno de los hábitos más placenteros y generalizados para diversas generaciones en la región […] es, sin lugar a dudas, uno de los medios de comunicación de mayor raigambre popular y uno de los mecanismos de cohesión más importantes en un país tan heterogéneo como Colombia” (Castellanos, 2003, p. 259). Su extinción se encuentra aún lejana, ya que consta de oyentes especiales que pertenecen a todas las edades y estratos sociales, y que aún continúan fieles, a pesar de la televisión, el Internet y otros nuevos medios de comunicación. Hoy en día existen 1200 frecuencias en AM y FM. De esta manera, cuenta con unas características básicas que lo posicionan como una opción preferida y escuchada. En primer lugar, está la facilidad de acceso. Desde la aparición del transistor, la radio llegó a los hogares colombianos por un bajo costo y gran comodidad. “[…] 1. El fenómeno radiofónico se ha ido extendiendo hasta situarse como el medio de comunicación social que llega a mayor número de habitantes” (Peppino, 1999, p. 32). Como afirma Néstor Álvarez Segura, quien estuvo a cargo de las radionovelas en la Emisora Todelar, durante las décadas del cincuenta y sesenta: “Definitivamente cualquier persona hasta en el cafetal más humilde tiene un radio. Y esa persona es la que se distrae con lo que se emana de los micrófonos […]” (ver anexo 1.b, p.6). Adicionalmente, no se requiere el saber leer como sucede con otros medios. 5 En segundo lugar, se encuentra la inmediatez. Los hechos que suceden en nuestro entorno van a ser rápidamente transmitidos por la radio bajo un lenguaje claro y directo. En palabras de Álvarez Segura, “se produce una noticia e inmediatamente se hace el comentario”. No sucede como en los noticieros de televisión, quienes manejan la información “refrita”, es decir, repiten los mismos hechos en diferentes emisiones (ver anexo 1.b, p.6) En tercer lugar, nos encontramos frente a la imaginación que genera la radio en el oyente; por ejemplo, si se habla de una pulga heroína, la audiencia va a recrearla de distintas formas, diferente caso a la televisión, donde la imagen es impuesta al televidente. En cuarto lugar, se crea la compañía amistosa y a la posibilidad de hacer diferentes actividades,sin estar supeditado a estas. “Actualmente el reducido costo de un aparato radiofónico le pone al alcance de las mayorías, y su tamaño, cada vez más reducido, permite que un trabajador, ama de casa, estudiante o campesino puedan transportarlo consigo mientras realizan su actividad” (Peppino, 1999, p. 32). Ya por último, y muy importante, es su capacidad de educar y dejar enseñanzas en los oyentes. Emma Rodero, experta en Ciencias de la Información, afirma que “La radio es el medio por excelencia del sonido, el único que basta todo su potencial en la capacidad auditiva del receptor, el canal que se sustenta por completo en el lenguaje oral despojado de cualquier recurso icónico. Por lo tanto, se considera el medio de comunicación de masas más apropiado para promover la educación auditiva” (2008, p. 106). Mario Kaplún lo define como “un instrumento de educación y cultura populares y como una promotora de auténtico desarrollo” (1978, p. 17). Este medio “tiene una función social que cumplir, un aporte que hacer frente a las urgentes necesidades de las masas populares de nuestra región” (1978, p. 17). Formatos como la transmisión de eventos deportivos, programas musicales, radionovelas, emisoras “Radio-reloj” que orientaban espacialmente a los habitantes, convocaron audiencias nacionales e internacionales, y lograron un sentimiento nacionalista. Ricardo Haye, teórico de la radio, plantea una perspectiva desde el punto utilitarista del medio, y argumenta que esta “conserva intacta su formidable capacidad de penetración y 6 posee uno de los más importantes índices de credibilidad en el ecosistema de medios” (1998, p. 14). El carácter educativo de la radio proviene desde el siglo anterior, en el que diferentes emisoras reafirmaron dicho impacto. Por ejemplo, la emisora Radio Sutatenza, que tuvo su mayor auge entre mediados de los cuarenta y sesenta. Con su proyecto de Acción popular, la radio logró alfabetizar al pueblo colombiano a partir de “programas estructurados de formación especialmente dirigidos a la población campesina del país […]” (Cabal, 2009, p. 29). Igualmente, la Radio Difusora Nacional de Colombia y la HJCK, posibilitaron “una conciencia de cultura educada, es decir amante de la música clásica, las tertulias literarias y los programas de concursos ilustrados” (Cabal, 2009, p. 29). Contrario a la música y la influencia del cine mexicano, que traían consigo una cultura de masa. En la actualidad, se pueden diferenciar dos grandes organizaciones que han representado proyectos radiales educativos y se extienden por Latinoamérica: “La Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica” (ALER) y la “Coordinación Latinoamericana de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias” (AMARC-AL). ALER fue creada en 1972, en Sutatenza, Colombia, por dieciocho representantes de “Instituciones de Educación Radiofónica- IER”, pertenecientes a la iglesia. Ante todo, se tenía la convicción de que la educación iba a dar respuesta a los problemas de desarrollo. Hoy en día, hacen parte cerca de una cien radiodifusoras afiliadas, todas encaminadas a impulsar una radio popular y participativa, que tiene como fin lograr cambios sociales. En este sentido, al tomar como referente la cultura popular y sus necesidades, la radio logra construir una comunicación directa entre emisores y receptores, donde se tiene como prioridad dar participación a todos los ciudadanos. Por su parte, AMARC surge en América Latina y el Caribe hacia 1990. Está conformada por emisoras, asociaciones internacionales y nacionales, agencias de noticias, centros de producción, entre otros (Peppino, 1999, p.41). Su principal objetivo consiste en ayudar a las comunidades. También promueve “una participación de los ciudadanos y defiende sus intereses; cuando responde a los gustos de la mayoría y hace del buen humor y la esperanza su primer propuesta” (Peppino, 1999, p.42).Del mismo modo, se respetan las opiniones y se aboga por la diversidad cultural, en vez del monopolio comercial. 7 Aunque las componen finalidades separadas, tienen en común apoyar un proyecto de radio que permita a aquellos grupos o sectores que no han tenido acceso a esta, a ser partícipes y expresar las necesidades y variedades culturales de las diferentes comunidades, para así lograr una sociedad más equitativa. Adicionalmente, “promover el desarrollo de una conciencia crítica” que les permita enfrentarse de la mejor forma frente a las situaciones venideras (Peppino, 1999, p.44). Ahora bien, se puede hablar de las emisoras universitarias que han surgido como otra forma de radio orientada hacia la educación. En Colombia, este proyecto se dio en 1933 con La Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia y hacia 1948, con La radio Bolivariana de la Universidad Pontificia Bolivariana. Posteriormente, se han ido adhiriendo algunas emisoras como la de la Universidad Javeriana, conocida como Javeriana Stereo, creada en 1989, “que introdujo un formato que ha sido base importante para la construcción de las parrillas de programación de lo que hoy entendemos como radio universitaria en Colombia” (Gaviria, 2007, p. 11). Lo que había surgido como proyectos individuales, se ha convertido en importantes instrumentos difusores de “cultura, ciencia y educación” (Gaviria, 2007, p. 10). La radio universitaria se ha hecho sentir: en el caso bogotano, se cuenta con “más de 100.000 oyentes”, y en el país trasciende las “600.000” personas” (Gaviria, 2007, p. 11). El tiempo de emisión abarca las dieciocho horas y los temas manejados hacen referencia a un “75% de música (en su mayoría clásica), un 13% a programas temáticos y un 13% a la retransmisión de emisoras internacionales como Radio Francia Internacional” (Gaviria, 2007, p. 11). A propósito, para el año 2003, se fundó en Bucaramanga La Red de Radio Universitarias de Colombia (RRUC), con el fin de unificar, intercambiar ideas, y comentar problemas que llevaran a proyectos de impacto social. Hoy en día, cerca de unas 31 universidades de todo el país hacen parte de la asociación. Adicional a estos formatos educativos de la radio, nos encontramos ante uno conocido como la radionovela, mencionado anteriormente. Hacia la década del cincuenta, este formato revolucionó el pensar y actuar del pueblo colombiano, a través de contenidos que además de divertir, tenían un carácter de enseñanza. A pesar de su desaparición en los 8 setenta, a raíz de la entrada de la televisión y la preferencia por la imagen y las temáticas noticiosas, todavía existen algunos casos en la actualidad. Más adelante, en la Red de Radio Universitarias, fue creada en abril de 2010 una radionovela de Piedad Bonnett, llamada “Ángel de Dos Caras”. Esta fue presentada por Radio Nederland de Holanda, y estuvo orientada hacia la violencia de género. Tenía como principal objetivo ser el espejo de aquellos oyentes que habían sido víctimas de “celos, resentimientos, insatisfacción personal y pasión amorosa en un marco social de desigualdades y la violencia” (Zepeda, 2010). De esta forma, los afectados podían reconocerse y tomar las medidas necesarias para solucionar su problema. Al mismo tiempo, en el marco del Bicentenario, se llevó a cabo una producción radial conocida como 1810: Independencias al aire. Fueron diez dramatizados los que narraron la “emancipación colombiana”, a través de la Radio Nacional de Colombia (Rodelo, 2010). Algunos de los personajes encarnaron a Policarpa Salavarrieta, alias “La Pola” o aquellos jóvenes que rogaban a sus padres para que los dejaran ir a la guerra. En compañía con el Ministerio de Cultura, se quería que el país “conociera su historia desde el presente” (Rodelo, 2010). Otro claro ejemplo fue realizado en noviembre de 2009, por la productora Raquel Sofía Amaya, quien desarrolló una serie de cinco capítulos de radionovelas para prevenirla deserción escolar. Según fue argumentado, las principales causas se debieron al “conflicto armado y al desplazamiento forzado” (Salazar, 2009), también por la falta de credibilidad en el sistema educativo. Las emisiones que fueron transmitidas en diferentes cadenas radiales del país pretendían llegar a los padres, para que pudieran identificarse e inculcar en sus hijos el respeto por la educación, este último entendido como un valor social. Y Por último, la Emisora del Ejército Nacional se sumó con una radionovela trabajada en el año 2007. El programa fue construido a partir de los trabajos y hazañas que los soldados “héroes de la patria” llevan a cabo por el bien de la comunidad (Emisora Ejército Nacional, 2007). 9 1.3 La radionovela: Posibilidad educativa de la radio Desde la década del setenta, el formato de radionovela dejó de existir en algunos países de Latinoamérica. El motivo principal fue la aparición de un medio alternativo de distracción e información, la televisión. A medida que fue ganando espacio, la mayoría de guionistas y actores prefirieron mudarse a la pantalla chica por la diversidad de ofertas económicas y la necesidad de mostrarse ante un público. En consecuencia, en la radio se fueron configurando nuevos formatos alejados de la radionovela. Una típica mezcla de “música- noticias- tandas comerciales” se apropió de las principales cadenas (Castellanos, 2001, p. 21). Frente a la desaparición de la radionovela, fueron muchos los sectores que se alegraron, ya que la consideraban ejemplo de “cursilería, ramplonería, falacias idílicas y distorsión social” (González citado en Castellanos, 2006, p.95). No obstante, este género logró convertirse en una gran herramienta cultural que reflejó la realidad de diferentes sociedades, las cuales se habían identificado con los contenidos. En Colombia, el periodo comprendido entre 1950 y 1970 representó la migración forzosa del campo a la ciudad. Y fueron precisamente estas masas analfabetas, sumadas a la clase media, quienes estuvieron más expuestas a los medios, en especial a la radio. En consecuencia, el género pudo conectarse con el proceso de masificación y modernización que experimentó Latinoamérica por esos tiempos (Castellanos, 2006, p.94). Entre los cincuenta y setenta, en su mayor auge, se estableció un vínculo sin la necesidad de pintar escenarios extravagantes, únicamente se acercaron a esa realidad cargada de historias que muchos vivieron o escucharon. Así, los oyentes se vieron reflejados en los personajes y situaciones emitidas diariamente. Como plantea Kaplún, “cuando esa relación de identificación se produce, el público ya no oye la radio en forma distraída y superficial” (1978, p. 70). Según escribe José Ignacio López Vigil, en su obra “Radialistas Apasionados”: El género dramático evoca ese pasado, adelanta ese futuro y pone ambos en el presente. Los representa. Tal vez, por eso nos resulta un género tan próximo, tan familiar, porque imita la vida, recrea situaciones que hemos vivido o que quisiéramos vivir […] El género dramático 10 atrae como el espejo, tanto para los actores como para los actuados, porque en las vidas ajenas reflejamos la nuestra (López, 2010, p. 2). De ahí que la radionovela tenga elementos que hacen referencia al mundo y a la vida de las personas. En un estudio realizado sobre este formato, Federico Medina Cano explica: “Es un relato que permite una fácil identificación. Introduce indicios de referencia cotidiana para el radioescucha que le permite identificarse con el tiempo, la acción, los personajes y el lugar. Además los radioactores en su desempeño dramático expresan las actitudes socializadas de cada cultura sobre las que reposa la comunicación cotidiana y tienden a reforzar las posiciones éticas y políticas de la sociedad, y los valores vitales y las inclinaciones psicológicas”. (Medina citado en Castellanos, 2006, p. 94). A su vez, Nelson Castellanos describe cómo: “Justamente al referirse al mundo de los sentimientos y las emociones a partir de un lenguaje cotidiano, desarrolló historias que fueron vistas como recurso pedagógico ejemplarizante para los oyentes, especialmente mujeres, e hizo posible los espejos de comportamiento y los inventarios de eventuales problemáticas sociales [...]” ( 2006, p. 94). Ricardo Haye, teórico de la radio, clasifica la radionovela como una excelente opción cultural. “Este recurso resulta ser motivador, ya que predetermina un planteamiento humanizado y por ende, genera una comunicación más cálida, personal y afectiva” (1995, p. 182). Haye expresa cómo en la radionovela cuando “un autor ha logrado filtrarse con un mensaje de nobles propósitos, el oyente puede verse confrontado con su mundo cotidiano, con sus diarios problemas y con un mensaje de cambio, superador del modelo ferozmente individualista del novelón tradicional” (1995, p. 182). Un desafío que presenta la radio actual es lograr “problematizar” a los oyentes, para así ponerlos de frente a sus conflictos y reincorporarlos a la capacidad de raciocinio y reflexión. Fabio Camero, quien fue director y actor de radionovelas cómo “Juan Centella”, “El valiente” y “Lo que el viento se llevó”, recuerda el carácter educativo de este formato: Una persona oyendo una radionovela, con un narrador que le ubica en un sitio, describe el lugar, muestra como visten los personajes, cuáles son sus características, no solamente externas sino internas. Y lo van describiendo, y van desarrollando toda la trama de la obra, eso les genera unas enseñanzas muy importantes [...] (ver anexo 1.a, p. 3). 11 También, Camero afirma cómo rápidamente se convirtió en una tradición familiar, dónde todos los integrantes aprendían de los contenidos inmersos en los radiodramas: “En las radionovelas se aprendía, por ejemplo, allí se tenía tiempo de discutir cualquier tema en familia, y se podía participar, pero tenía siempre la enseñanza, el papá siempre se esforzaba por salir bien o sino lo ayudaba la mamá”. (Ver anexo 1.a, p. 4). Así mismo, Laura Nieto, actriz y locutora de radionovelas realizadas en la emisora Todelar, cuenta que todas las radionovelas tenían un centro, un carácter de enseñanza, buena conducta [...] (ver anexo 1.d, p.12). Y para concluir, Ernesto Castellanos, quien se inició en la realización de radionovelas en Colombia, se acuerda de cómo ayudaron a [...] fortalecer ese tradicionalismo [...] había demasiado respeto hacia los seres humanos, había solidaridad. Existían las normas de educación las normas de higiene, marcadas, y en los hogares se preservaba eso. [...] influyeron en las costumbres, en la manera de pensar [...] (ver anexo 1.e, p. 15). 1.4 Una mirada al pasado: Producción e impacto de las radionovelas En esta sección, se pretende recoger los testimonios recuperados de entrevistados que hicieron parte de la dirección y producción de las radionovelas, o de aquellos oyentes que pudieron deleitarse, distraerse y aprender de este fenómeno radiofónico. Lo anterior, con el fin de ilustrar la producción, las temáticas y el impacto en la audiencia misma. La radionovela se ubica dentro del concepto de radiodrama, un formato radial ficcionario cercano a la realidad. “Su rasgo principal reside en que desarrolla una historia, una anécdota, una situación concreta, con personajes dramáticos, los cuales son encarnados por actores” (Kaplún, 1978, p.130). Mario Kaplún diferencia tres tipos de programas realizados a partir del radiodrama; el Unitario, el Seriado y la Radionovela. En el formato Unitario, las acciones desarrolladas por los personajes acaban en la sesión misma. Como en una obra de teatro, estos no sufren ningún tipo de evolución (Kaplún, 1978 p. 148) “La pieza radiofónica constituye una unidad en sí, no forma parte de un conjunto” (Kaplún, 1978 p. 148). 12 El formato Seriado desarrolla unaserie de capítulos independientes, cuya comprensión no involucra haber escuchado emisiones anteriores. A diferencia del primero, sí existe un cambio en los personajes, lo que le da una continuidad al estilo (Kaplún, 1978 p. 148). Y por último, la Radionovela presenta una trama consecutiva, pero para su entendimiento se debe seguir capítulo a capítulo para no perderse el argumento y poder seguir la historia. (Kaplún, 1978 p. 149). Por lo general, termina en suspenso para atraer al oyente. Kaplún también la define a partir de seis cualidades básicas. En primer lugar, encanta al público con una variedad en sus contenidos, evitando la monotonía (Kaplún, 1978 p. 76). En segundo lugar, optimiza la imaginación del oyente, es decir, lo lleva a pensar situaciones y personajes que por medio del medio escrito y visual, ya estarían preestablecidos (Kaplún, 1978 p. 76). En tercer lugar, utiliza recursos como la música y el sonido, para propiciar la concentración y una óptima receptividad del mensaje. En cuarto lugar, transmite un mensaje que “humaniza y personaliza”, (Kaplún, 1978 p. 77) también logra que las temáticas permitan identificación y apropiación de una enseñanza intrínseca. En quinto lugar, entrega un mensaje no implícito que el oyente debe averiguar. Y por último, a través de los diálogos y de las situaciones, permite volver a los conceptos fundamentales sin que se tornen aburridos (Kaplún, 1978 p. 77). Hablando en términos de la producción de una radionovela se necesitaron diferentes elementos. En primer lugar, un libreto muy elaborado que les permitiera a los radioescuchas transportarse a esos lugares dónde sólo su imaginación podría llevarlos. Por eso, era muy importante que tanto las situaciones, los personajes y las locaciones fueran perfectamente descritas. A ello, se sumaba la voz del narrador quien participaba en esta construcción de escena. Paralelamente, se encontraba la musicalización y recreación de sonidos ambiente. Y por último, de la capacidad de apropiación de los personajes que tuvieran los actores, por lo tanto, debían “casarse” con estos, sentirlos, más aún tratándose de un medio radial, dónde la única capacidad de interpretación se reduce a la voz. Fabio Camero considera que: si el actor no era capaz de asimilar su papel a su propia personalidad y sentir lo que estaba diciendo, entonces lo que estaba era echando a pique una buena actuación y un buen papel. Entonces, lo que tenía que hacer era sentirlo, vivirlo [...] (ver anexo 1.a, p.2). 13 Oswaldo Pulido, grabador y locutor que se incursionó en la radio colombiana hacia 1982, explica: En las épocas pasadas era bastante artesanal, digámoslo, era prácticamente con las uñas, porque no había la tecnología que hay ahora. Entonces, para poder desarrollar una grabación tocaba con varias manos, aprovechábamos una máquina de carrete abierto con cinta. Teníamos también dos tornamesas con discos en efectos y listo el dedo para teclear el aparato de carrete abierto. También teníamos cartucheras, es decir, teníamos como cinco o seis elementos físicos que manejar al mismo tiempo para que toda la producción saliera perfecta. Y aparte de eso, teníamos a los actores ya frente a los micrófonos y el sonidista con un micrófono aparte haciendo pasos, abriendo puertas, caminando como entre las piedras, entre la hierba [...] (ver anexo 1.g, p.20). Adicionalmente Fabio Camero expone cómo funcionaba la contratación de los radioactores: Había grupos fijos, y actores esporádicos. El reparto general se hacía principalmente con los actores fijos, de planta, y para el resto llamábamos actores para que participaran (ver anexo 1.a, p.4). Todos estos ingredientes propiciaron un auge de las radionovelas. Fue una interacción entre público y medio, a través de un mensaje que iba más allá del aparato radial. Ahora, en cuanto a los temas, abarcaban desde la novela rosa como el “Derecho de Nacer”, “Natasha” o “Esmeralda”. Así como los de aventura, por ejemplo: “Arandú, el príncipe de la selva”, “Kalimán, el hombre increíble” o “Kadír, el Árabe”. De consulta, que hacían referencia a programas como “Doctora Corazón”, “Solución a su problema” y “Así resolvemos su caso”. Y de corte policíaco y judicial como “La Ley contra el Hampa”, entre otros. Nuevamente Fabio Camero, director y actor de radionovelas en la cadena Caracol, resalta cómo los libretistas tomaban un tema común y lo convertían a este formato. También, había hechos reales y generalmente otro tipo de dramatizaciones, las hacían con figuras de ficción o las hacían con obras escritas previamente (ver anexo 1.a, p.2). Néstor Álvarez, director y precursor de radiodramas en la emisora Todelar, confirma lo dicho anteriormente, y adjudica que en estos formatos siempre al final el 80 o 90 % de todo lo que oíamos estaba basado en la realidad (ver anexo 1.b, p.5). 14 A su vez, Diego Giraldo Acosta, coordinador de la producción de noticias en la radiodifusora Todelar, hace énfasis en radiodramas como: “Solución a su problema”, supuestamente eran casos que llegaban, cartas que mandaban contándole a la doctora su problema […]. “Kalimán” era el súper héroe y tenía un ayudante que se llamaba “Surín”, sino estoy mal. […] no se trataban temas prohibidos que se salieran del contexto, no se hablaba de sexo porque era tabú para la época, jamás se iba a oír el tema del aborto, por ejemplo (ver anexo 1.c, p.8). Por su parte, Laura Nieto, actriz y locutora de radionovelas producidas por la multinacional Sidney Ross, habla sobre la guerra constante entre el malo y el bueno, […] dónde el bueno triunfaba, porque esa es la temática que siempre le gusta a la mayoría de la gente (ver anexo 1.d, p.10).Y por último, Deisy Lemus no olvida los referentes a la cotidianidad: la niña que se enamora del pobre, del rico, y viceversa, y los conflictos de la sociedad (ver anexo 1.f, p.18). Para finalizar, conviene resaltar el impacto que estos formatos tuvieron en las audiencias. Diversos factores influyeron en la difusión y aceptación de las radionovelas en el pueblo colombiano. Desde el despertar de la radio como medio masivo, hasta una forma de divertirse, que se convirtieron en una tradición para compartir en familia. Resulta oportuno tomar una vez más el testimonio de Fabio Camero, quien narra cómo: […] había muy poco teatro, el teatro que se veía eran etapas de la vida política nuestra. […] Y la gente no tenía televisión. El cine, si les llamaba la atención, pero era mucho más rico escuchar una dramatización en su casa, cerca de las cobijas a las nueve de la noche con el frío bogotano a través de la radio, que salir a ver una película, que tenía que tener unas motivaciones muy fuertes para que se fueran a cine (ver anexo 1.a, p.3). Néstor Álvarez denota en las audiencias un seguimiento muy permanente, muy persistente, porque no había mucho que hacer, […] ya que muy poca gente tenía acceso a un televisor (ver anexo 1.b, p.5). Lo anterior es corroborado por Diego Giraldo, director de noticias de la emisora Todelar, quien considera que dentro las principales funciones del radiodrama se encontraban la recreación, la diversión y la capacidad de apropiación. El objetivo principal de las 15 radionovelas era distraer, crear historias, contar una fantasía, y sin lugar a dudas, servía obviamente para la parte educativa (ver anexo 1.c, p.8, 9). Laura Nieto entiende su afectación como […] una cultura que se incrementó, además pues la radionovela tenía el encanto de trasportar las personas a las situaciones que se vivían. Entonces, eso es algo que toca la sensibilidad. De manera que […] el actor tenía que hacer vivir al otro, a los oyentes esa situación. Entonces, era claro, si los oyentes se sentían identificados, escuchaban las radionovelas (ver anexo 1.d, p.11). Y Néstor Castellanos apela a un tradicionalismo reforzado por estos formatos:Había demasiado respeto hacia los seres humanos, había solidaridad. Existían las normas de educación, las normas de higiene marcadas, y en los hogares se preservaba eso (ver anexo 1.e, p.15). Ahora bien, a partir del impacto que pudo ser captado desde los testimonios de los oyentes, recogidos en este trabajo, y que tuvieron la oportunidad de vivir y escuchar estos formatos, se encontraron los siguientes efectos. Al respecto conviene decir que los principales radioescuchas fueron las mujeres. Se ha citado anteriormente que estas eran quienes permanecían el mayor tiempo en el hogar, debido a que se dedicaban a las labores domésticas y por lo tanto, tenían un mayor acceso a la radio. Posteriormente, el ama de casa empezó a organizar sus labores diarias en torno a las radionovelas. Leonor Ospina de Osorio, una fiel seguidora de las radionovelas recuerda que “Cuando tenía mis hijos me hacía el horario. De tal hora a tal hora… tal novela, entonces en el momento que hacían el suspenso para la propaganda, yo corría y hacía otra cosa: lavaba los platos o hacía oficios que hicieran ruido, porque si los hacía mientras la novela, pues no podía hacer nada” (ver anexo 2.a, p.23). Así bien, resultaría engañoso obviar la época tabú en la que se desarrolló este género. Por ejemplo, el caso de una madre soltera, era mal visto por la sociedad. De este modo, no toda clase de público tenía acceso a sus contenidos. Leonor de Ospina de Osorio hace memoria y dice que […] eso nos lo contaban las compañeras de colegio que los papás nos les prohibían tantas cosas, porque en ese momento yo no sabía que los niños veían al mundo 16 así. De golpe iba descubriendo cómo era el asunto, pero que a uno le comentaran o que se hablara no […] (ver anexo 2.a, p.22). También, Elena Ospina, otra oyente, se acuerda: Algunas radionovelas no nos las dejaban escuchar porque se pensaba que era para gente mayor, digamos en el “Derecho de Nacer”, por lo que se trataba de un embarazo fuera del matrimonio y uno estaba muy chiquito entonces no debía oírlo (ver anexo 2.b, p.24). En suma, los impactos más significativos estuvieron orientados hacia el entretenimiento, la identificación y la apropiación de los contenidos. Así, Elena Ospina menciona que; Las radionovelas tuvieron mucho impacto en la gente de la época porque se convirtió en un motivo de distracción […] Y lo que uno admira hoy en día, es la forma como fue llevada a la radio los sonidos (ver anexo 2.b, p.25) […] sonaban las ramas de los árboles, y entonces ya la imaginación de uno volaba a ver como era el cuento y ahí lo mantenían a uno (ver anexo 2.a, p.23). Finalmente, se encuentra esa capacidad de verse reflejado en los contenidos y de aprender de ellos. Lucía Peña de Torres, radioescucha de la época, asevera que siempre uno se mete mucho en la problemática de la radionovela, pues siente tristeza o siente alegría. Y a veces, uno se sentía identificado con los personajes y no quería que a los buenos les pasara nada malo […] (ver anexo 2.c, p.26). A su vez, Leonor Ospina de Osorio, cuenta cómo; Las radionovelas digamos para el tiempo si dejaban como alguna enseñanza, digamos la disparidad entre las clases sociales, que viene desde antes. Y mostraba esa realidad, ese amor entre los muchachos y las del servicio (ver anexo 2.a, p.24). 1.5 Inicios de la radionovela Entre 1930 y 1934, apareció por primera vez el género del radiodrama en Estados Unidos, eso sucedió por dos motivos principalmente. El primero, porque el país se encontraba en medio de la depresión que generó “desempleo, tensión social y hambre” (Pareja, 1984, p. 46). No obstante, la radio cumplió un papel distractor en medio del malestar que estaba 17 viviendo la sociedad norteamericana. Y el segundo, se dio por la necesidad de ocupar un “tiempo muerto radial”, el cual llevó a los directores a experimentar con nuevos formatos. “La gallina de los huevos de oro” resultó ser uno de los melodramas sentimentales, conocido como “soap opera” u opera de jabón. Su nombre se debe a que las empresas patrocinadoras de estas series radiofónicas eran fabricantes de jabones o detergentes. Su éxito fundamental estuvo orientado hacia “millones de mujeres que se dejaron guiar de sus hábitos de consumo por dichos programas radiales” (Pareja, 1984, p. 46). Según encuestas realizadas en Estados Unidos, muchas seguían los consejos de los productos anunciados. Las radionovelas que llegaron a Colombia vinieron de Cuba, Venezuela y México. Fue precisamente el país de los mojitos y los tabacos quien tuvo el mayor número de libretos. La primera aparición del radiodrama fue en 1938, con la emisión de “Yan-Fu”, escrita por el antioqueño Emilio Franco, y adaptada de la radionovela cubana “Chan-Li-Po”. Luego le siguieron “Tanamé” y “Mapaná”, con un ambiente llanero. Estos dos últimos tuvieron gran éxito. De manera inmediata, las radionovelas representaron una distracción a la que se podía acceder desde la comodidad de la casa y con gran facilidad debido al medio de transmisión. “En multitud de hogares se suspendían las labores domésticas y las señoras y la servidumbre se sentaban a escuchar y participar apasionadamente en la trama de las mismas” (Pareja, 1984, p. 46). Ante la inminencia de un nuevo género, cuya demanda se incrementaba cada vez más, empresas multinacionales como Colgate Palmolive y “Sidney Ross” invirtieron en aquellas emisoras que incluían formatos de radionovelas en su programación. La Nueva Granada, una de las pioneras, La Voz de Colombia, La Voz de Víctor, La Radio Militar, Radio Unión y Mil veinte. Posteriormente, la Radiodifusora Nacional introdujo la transmisión del radioteatro, el cual se convirtió en el más importante realizado en Colombia. Las radiodramatizaciones de la época eran adaptaciones de las grandes obras teatrales españolas, inglesas o francesas de corte histórico como “Enrique III”, trágicas como “Macbeth” o cómicas como “Lazarillo de 18 Tormes”. Aunque su éxito fue menor, porque requería un público con un mayor nivel intelectual, conquistó a la audiencia y se convirtió en un “símbolo de programación de calidad” (Pareja, 1984, p. 46). Más adelante, los espacios comerciales fueron utilizados para promocionar productos de aseo para el hogar. Allí, no se vio solamente a la mujer, sino a una consumidora en potencia. Y fue con esta visión que se planteó el foco principal de la audiencia. En la década del cuarenta, ya se habían consolidado las cadenas líderes en la producción de radiodramas: Caracol radio (1945), RCN radio (1948) y Todelar. La primera, que también trabajaba temas de deportes, musicales y noticiosos, trajo hacia 1950 el primer formato que impactó al pueblo colombiano; “El derecho de Nacer”, del escritor cubano Féliz B. Caignet. “Esta radionovela además de abrirle un puesto definitivo al formato de la programación normal, le abrió las puertas a la radionovela comercial en la radio colombiana” (Pareja, 1984, p. 81). Aunque era altamente criticada por tratar temas tabú para la época, como las vivencias de una madre soltera y su rechazo en la sociedad, fue clave en la sucesión del resto. Así mismo, para los setenta, Caracol radio creó “Arandú, el príncipe de la selva”, un radiodrama de aventuras “escrita con base en personajes históricos o casi siempre imaginarios, donde hay un personaje central o protagónico, acompañado por alguien que comparte todas sus aventuras” (Helo Laverde, 1988, p.53). Luego, Todelar se le sumó con otro clásico, “Kalimán, el hombre increíble”, del libretista Víctor Fox; duró al aire 23 años, y distrajo principalmente a los jóvenes, quienes no se perdieron una sola aventura. Y clásicos como “La Ley Contra el Hampa”, que dramatizaba temas criminales como atracos o persecuciones a delincuentes, o también, “Solución a su problema”, donde los oyentes mandaban cartas de sus problemasal programa. Y a pesar de que en un comienzo las cadenas radiales RCN y Todelar encontraron en las transmisiones deportivas el primer punto de competencia, por ejemplo, con la “Vuelta a Colombia en Bicicleta” (1950), la inclusión de este género en sus parrillas monopolizó las emisoras del país. 19 En una primera etapa, el radiodrama representó un formato de prueba, pero fue en la década del sesenta donde tuvo su mayor auge, convirtiéndose en un instrumento distractor y moralizador para todo tipo de público: amas de casa, empleadas del servicio, dueños de locales, vigilantes, campesinos, etc. (Pareja, 1984, p. 47). 1.6 Para la muestra, “varios botones” 1.6.1 “El Derecho de Nacer” (1951) Caracol Al comenzar la década del cincuenta llegó a Colombia la primer radionovela comercial – proveniente de Cuba– que reunió un sin número de oyentes: fue la obra “El derecho de nacer”, escrita por el autor cubano Féliz B. Caignet. En su momento, la novedad del tema causó revuelo y generó reacciones y comentarios sin dejar a un lado un triunfo arrollador. Fabio Camero admite que […] tuvo muy buena acogida y la oyó muchísima gente (ver anexo 1.a, p.1). Fue arrebatador por el contenido del tema, […], el que una mujer tuviera un hijo soltera en esa época era motivo de escándalo para la familia y para la sociedad (Helo, 1988, p.4). “Buena parte del éxito de la historia radicó en su capacidad para proponer y desarrollar temas tabú para la época: el racismo, el aborto y el cáncer, lo que generó discusión pública, a tal punto que sectores conservadores de la sociedad y de la iglesia se opusieron a la transmisión de la radionovela” (Castellanos, 2006, p. 97). “El derecho de nacer” incrementó el nivel de sintonía y generó cambios en las formas de pensar y comportarse de la gente (Castellanos, 2006, p. 93). En este caso, el radiodrama se ubicó dentro de la novela rosa y estuvo dirigido hacia la mujer de la época. Esta clase de formato era escrito con base en los conflictos sentimentales de las personas: amorosos, familiares, personales, etc. Por ejemplo, sus temas novedosos y prohibidos ayudaron a esa madre soltera que era juzgada cruelmente, debido a que era una situación atípica para el momento. Por esos años, otro claro ejemplo fue “Una mujer sin alma”, escrita por José Sánchez Arcilla, “La historia de Ileana Canal puede ser tu propia historia, la de tu hermana o de tu amiga. Escúchala atentamente porque tal vez, en sus páginas dolorosas copiadas de la vida 20 misma, tú halles mucho que aprender… puede ser la historia de la mujer que amas, de la madre de tus hijos, de la que puede conducirte a la felicidad o precipitarte en el abismo” (Castellanos, 2006, p. 101). Respecto con lo anterior, conviene decir que la mayoría de los títulos eran negativos y mostraban las vivencias femeninas, como en una novela trágica. No obstante, “se invitaba a conservar las buenas costumbres, la moral, los principios, el amor, la justicia y el bien” (Helo Laverde, p. 139). 1.6.2 Casos de la vida real En la década del cincuenta, existieron otro tipo de radiodramas que trataban casos de la vida real, donde se planteaban problemáticas familiares o sentimentales. Entre los más conocidos se encuentra “Doctora Corazón”, “Solución a u su problema” y “Así resolvemos su caso”. Los libretos fueron escritos a partir de las cartas enviadas por los radioescuchas. Esto casos se dramatizaron con el fin dar una orientación al corresponsal. Al final de cada emisión, una psicóloga o experta en el tema daba solución a los conflictos que preocupaban a los oyentes. 1.6.3 Costumbristas y policíacas Igualmente fueron trabajados los radiodramas de corte costumbrista. “Doña Bárbara y el amo” reflejaba la vida campesina y las costumbres pueblerinas. O en los años sesenta, las de corte policíaco, como “La Ley contra el Hampa” de la emisora Todelar, “La Marcha del Tiempo” o “Pabellón número 37, condenados a muerte”, que fueron escritas con base en los temas referentes a la justicia y su lucha contra la delincuencia. Diego Girlado Acosta, coordinador de emisión del noticiero Todelar, habla de cómo “se hacía una investigación y cómo se lograba la captura de los malos. Entonces, dramatizaban la persecución, y el malo haciendo el delito y el policía investigando y las patrullas detrás (ver anexo 1.c, p. 8). Las temáticas de atracos o asesinatos fueron tomadas de los periódicos. Ambos tenían como objetivo dejar un mensaje: el sentido de justicia. 1.6.4 Radio Sutatenza 21 Los programas que hicieron parte de esta emisora permitieron un reconocimiento y aprendizaje en la audiencia. Y aunque se alejaban un poco del formato de radionovela, lograron de igual forma una transformación en el pueblo colombiano. En mayo de 1948, fue aprobada la licencia para instalar una estación radiofónica de carácter cultural. En este año, nació jurídicamente la unión de las escuelas radiofónicas como “Radio Sutatenza y Acción Popular”. “El sistema básico contemplaba la emisión de programas educativos dirigidos a los campesinos […]” (Pareja, 1984, p. 87). “Las lecciones escuchadas eran inmediatamente explicadas, ampliadas y reforzadas con la presencia de un monitor previamente adiestrado para hacerlo” (Pareja, 1984, p. 87). Sin embargo, para 1955 se desató nuevamente un enfrentamiento entre el partido Liberal y Conservador. Como consecuencia, se produjo una violencia en el occidente del país, donde los más afectados fueron los campesinos, que en medio de un empobrecimiento y analfabetismo tuvieron que emigrar a las ciudades. Es así como desde Sutatenza, Boyacá, se dio inicio a la obra de “Acción Cultural Popular” (ACPO), con el fin de ayudar y educar al campesino colombiano. Su función fue “llevarle una educación integral que abarcara la cultura básica y la preparación para la vida social y económica, con el fundamento de una auténtica formación religiosa” (Pareja, 1984, p. 88). En otras palabras, se buscaba aconsejarlos con temas relacionados en la agricultura y la ganadería, así como en la instrucción del bachillerato; todo esto a través de los micrófonos. Gracias a este programa, muchos lograron graduarse, al tener como medio a la radio. Algunos de los actores como Laura Nieto, participantes en radionovelas, se acuerda con cariño de RadioSutatenza, la cual, según ella se dedicó a la radionovela educativa. Entonces todas las radionovelas de Sutatenza llevaban siempre un conocimiento, porque era actuada por todos los actores de todas las escuelas radiofónicas […] (ver anexo 1.d, p. 11). En la década del setenta, las radionovelas dejaron de ser un producto exclusivo para la radio y migraron a la televisión con las telenovelas. En una primera instancia, la gente prefirió no sólo oír los contenidos, sino también verlos. Igualmente los actores se mudaron a la pantalla chica para aumentar su fama. Pero sin duda, lo que más influyó fue ese carácter noticioso 22 que llamó la atención de las emisoras radiales. Para los realizadores resultaba más fácil poner a un locutor a narrar una serie de noticias, que llevar a cabo una radionovela, la cual incluía un narrador, actores, sonidos –como ya fue mencionado en párrafos anteriores– es decir, un mayor presupuesto y tiempo. 2. LA APUESTA: LA RADIONOVELA COMO HERRAMIENTA PARA LA PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA CONYUGAL El presente capítulo tiene como propósito principal plantear y entender la violencia conyugal vista como una realidad social, un delito y una violación a los derechos humanos. Esta se evidencia en todos los sectores socioeconómicos, pero afecta principalmente a los más desfavorecidos. Implica una jerarquización al interior del núcleo familiar y presenta una solución frente a sentimientos de rabia y frustración. Estos son expresados con agresiones físicas, sexuales, sicológicas, económicas, entre otros. Lo anterior, conel fin de explicar de dónde surge la necesidad de crear un piloto de radionovela como alternativa preventiva frente a este tipo de agresión, y con el objetivo claro de fortalecer el respeto en la familia y hacia la mujer. 2.1 Violencia Intrafamiliar (VIF): “Antítesis de la finalidad familiar” Las agresiones conyugales que suceden al interior de la familia se enmarcan en el contexto de violencia intrafamiliar (VIF). Por esta razón, en primer lugar, se debe determinar esta problemática en todo su espectro, es decir, las causas, las víctimas y los victimarios, los efectos sicológicos, la legislación, etc. Según Puyana, la familia se puede ver como Una institución social históricamente determinada, encargada por excelencia de la transmisión de normas y valores, que gracias a las relaciones filiales y afectivas que allí se establecen, es el espacio principal donde se conserva la vida humana, teniendo lugar la reproducción biológica, la protección de sus miembros, la difusión cultural, la socialización de las nuevas generaciones y la construcción de identidades individuales (Puyana, citado en Mateus, 2009, p. 8). 23 De esta manera, cualquier acto de agresión que comprometa la salud física y sicológica de alguno de sus miembros será considerado como violencia intrafamiliar y deberá ser sancionado respectivamente. En el presente trabajo se entenderá la violencia intrafamiliar (VIF) como “la violación de derechos humanos fundamentales que atentan contra la dignidad humana, la libertad y el desarrollo físico, sicológico y social de sus integrantes, impidiendo que sus miembros estén unidos por vínculos de solidaridad, reciprocidad, afecto y compañía” (Haz Paz, 2000, p. 11). La (VIF) implica un ejercicio de la autoridad y la supremacía de los más fuertes sobre los más débiles; es el orden patriarcal que ha regido en la familia desde tiempo atrás, el cual ubica a la figura masculina como aquella con capacidad de detentar el poder y tomar las decisiones, gracias a su condición de jefe de hogar, mientras que los demás deben asumir una posición de obediencia y pasividad [...] (Mateus, 2009, p.9) La Corte Constitucional de constitucionalidad 674 de 2005 expresa que: por violencia intrafamiliar puede entenderse todo daño o maltrato físico, psíquico o sexual, trato cruel, intimidatorio o degradante, amenaza, agravio o ofensa o cualquier otra forma de agresión, producida entre miembros de una familia, llámese cónyuge o compañero permanente, padre o madre, aunque no convivan bajo el mismo techo, ascendiente o descendientes de éstos incluyendo hijos adoptivos, y en general hasta las personas que de manera permanente se hallaren integrados a la unidad doméstica (Cisneros, 2006, p. 205). En el 2009, el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses reportó 93.859 casos de violencia intrafamiliar, con un incremento de 4.056 respecto con el 2008 (Carreño, 2009, p. 120). Las mujeres encabezaron la lista con un 78 % (73.453) como principales víctimas, frente al 22% (20.409) restante de los hombres (Carreño, 2009, p. 158). Algunas investigaciones concuerdan que dentro de las principales causas de estos comportamientos se encuentran; el abuso del alcohol y las drogas, una infancia con padres maltratadores y situaciones de pobreza, la falta de empleo y los problemas de salud (Manrique; Rico, y Romo, citados en Mateus, 2009, p.9) 24 Hablando en términos de clasificación, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica la violencia intrafamiliar en agresión física, verbal, sexual y por negligencia. Ahora bien, existen tres clases que diferencian a la violencia física y se nombran a continuación. La agresión física menor se atribuye a aquellos comportamientos como “empujar, romper o patear objetos, golpear al otro con la palma de la mano, bloquear con el cuerpo la salida de la otra persona o conducir agresivamente para intimidar a la pareja” (Salazar, 2008, p.9). La agresión física moderada equivale a “equimosis, marcas temporales, dolor o molestia emocional” durante un lapso de 48 horas (Salazar, 2008, p.9). En la mayoría de los casos no requiere tratamiento profesional. Y la agresión física grave es el daño producto de “[...] golpizas, objetos cortopunzantes y armas de fuego” (Salazar, 2008, p.9). Las víctimas sufren heridas fuertes y requieren de atención profesional de la salud. Por otro lado, se presenta la agresión verbal-emocional. Como rasgo principal, esta se determina por el insulto a la pareja y a los niños: “poner apodos, mofarse, gritar y humillar” (Salazar, 2008, p.9). Adicionalmente, el agresor prohíbe a la víctima comunicarse con las demás personas, le lleva un control de su dinero, le prohíbe que trabaje y amenaza a la persona con secuestrar a los niños si esta decide iniciar un proceso de separación. Si se continúa en la misma línea, se encuentra la agresión sexual en contra del cónyuge o hijos y “está determinada por la imposición o el intento de tener relaciones sexuales o cualquier acto sexual contra la voluntad manifiesta del otro o en condición de indefensión (niños, personas bajo el efecto de drogas y alcohol, alteración del estado mental y de la conciencia) [...]” (Salazar, 2008, p.10). La agresión por negligencia afecta principalmente a los niños, a quienes se les descuida en el ámbito físico, emocional, educativo, alimenticio, de vivienda, entre otros (Salazar, 2008, p.10). Por último, se suma una modalidad referente al aspecto económico, donde el agresor amenaza con suspender el mantenimiento, sino se hace lo que él desea (Millán de Benavides, 2009, p. 17). 25 También, es importante distinguir las diferentes agresiones que se presentan contra cada miembro de la familia. Existen tres tipos, el maltrato conyugal, el Maltrato infantil y el Maltrato a mayores. El maltrato conyugal es aquel que involucra la agresión física, sexual y emocional hacia uno de los integrantes de la pareja (Puyana, y Bernal, citado en Mateus, 2009, p.10). El maltrato infantil es entendido como “toda acción o omisión” que afecta de manera directa el bienestar de los niños, es decir, “sus necesidades físicas y sicológicas” (Falcón, 2001, p. 36). Por lo general, el menor o el adolescente es maltratado tanto física, como emocionalmente por su padre o madre (Lemaitre, citado en Mateus, 2009, p. 10). Y el maltrato hacia ancianos hace referencia al abuso contra estos por estar en estado de indefensión por “limitaciones físicas o mentales” (Lemaitre, citado en Mateus, 2009, p. 10). En el 2008, El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INMLCF) registró que la violencia más frecuente se dio en la pareja, con 58.533 casos y dejó un total de 52.180 casos de mujeres (Carreño, 2009, p. 116). En el caso de los niños, niñas y adolescentes, la violencia sexual es la que presenta mayores porcentajes. “El número de personas menores de 18 años que fueron violentadas sexualmente en el marco de la violencia intrafamiliar fue de 6.490” (Carreño, 2009, p. 118). Esta es la más difícil de afrontar y las consecuencias sicológicas son las más devastadoras, debido a que por lo general, la agresión proviene del padre, quien representa una figura de amor y respeto para el menor. Para finalizar es necesario resaltar que hasta hace pocos años el concepto de familia era entendido como privado, debido a que las instituciones sociales no permitían ningún tipo de intervención, ya que consideraban que cada miembro tenía la capacidad de intervenir por sí mismo en sus problemas. Sin embargo, según documentos históricos, desde la época de la Colonia se habla de una violencia intrafamiliar, aunque no se sabe con precisión si su origen se debe a un legado de la cultura española o si venía directamente de las tradiciones indígenas, pues fueron hallados documentos que evidencian malos tratos entre loshabitantes, específicamente hacia las mujeres, quienes argumentaban un motivo de 26 divorcio. En ocasiones, las agresiones eran de tal magnitud que empezaron a ser una de las principales causas de muerte entre las familias de la época (Ramírez, citado en Mateus, 2009, p. 13). Para la constitución de 1886 se va a reconocer al hombre, alfabeto y con poder económico, como único ciudadano (Cisneros, 2006, p. 206). Así bien, la mujer fue considerada un ente dependiente, carente de la posibilidad para elegir, ser elegida o manejar sus bienes económicos (Cisneros, 2006, p. 206). En cuanto al esposo, este tenía derecho a ejercer la violencia como forma de establecer el orden en el hogar. Sin embargo, no era penalizado por considerarse un acto necesario para mantener un equilibrio en el ámbito familiar (Jiménez, citado en Mateus, 2009, p. 13). Afortunadamente para la década de los treinta, durante el siglo XX, surgieron avances en los derechos jurídicos de la mujer. Es así como en 1932 es expedida una ley que logra una mayor igualdad en la familia; se suprimió la potestad suprema del marido, y le permitió administrar, disponer y adquirir sus propios bienes (Cisneros, 2006, p. 206). En 1957, se le reconoce su derecho como ciudadana y por consiguiente, la capacidad de elegir y participar en la política (Cisneros, 2006, p. 207). Ya en 1974, la ley 20 otorga tanto al padre como a la madre igual potestad sobre los hijos, cediendo así una “igualdad de géneros” (Cisneros, 2006, p. 207). En los setenta en Colombia y otros países de Latinoamérica, el problema social de la violencia intrafamiliar se empezó a configurar como un asunto público. Las agresiones al interior de la familia empezaron a ser vistas ya no como “[...] una circunstancia de índole personal [...] “sino como una situación socialmente inaceptable por transgredir los derechos humanos, por ser un problema de salud pública al afectar el bienestar físico y sicológico de un altísimo número de personas [...]” (Corsi, citado en Mateus, 2009, p. 15). Más adelante, hacia la década de los noventa, la VIF entró a ser un punto importante en la agenda gubernamental de diversos países latinoamericanos. En la Constitución Política de 1991, se asumió por primera vez la VIF como una “Vulneración de los derechos la cual requiere intervención pública” y por lo tanto, debía ser prohibida y sancionada. (República de Colombia, citado en Mateus, 2009, p. 16). 27 Este reconocimiento hizo evidente una práctica cultural que por años había permanecido en secreto por ser considerada de carácter privado y había sido justificada por imaginarios sociales falsos, respecto con el papel del hombre y de la mujer en la sociedad. Como consecuencia, había permeado dominación y exclusión sobre el sexo femenino. En 1996, al tener como objetivo prevenir y sancionar la VIF, el gobierno colombiano expidió la ley 294, la cual protege “a las víctimas de todo tipo de daño físico, emocional, dado por maltrato directo con golpes, amenaza, ofensa, tortura verbal y ultraje sexual ocasionado por otro integrante de la familia, conocidos o desconocidas [...]” (Ramírez, 2010, p. 42). La penalización de este delito oscila entre uno y dos años. Posteriormente, en el 2000, esta ley fue reformada por la 575. Esto implica “[...] el establecimiento de competencia para las Comisarías de Familia en la atención de víctimas de violencia intrafamiliar [...]” (Ramírez, 2010, p. 42). Para el 2004 se expide la ley 882, también conocida como “Ley de los Ojos Morados” (Salazar, 2008, p. 11), que considera a la VIF un crimen y da orientaciones para educar a las personas y motivarlas a una “alfabetización emocional”, en procura de prevenir la violencia en contra de la mujer y fomentar una sociedad habitable para todos (Salazar, 2008, p. 12). Y como medida en los últimos años fueron aprobadas la Ley 1098 de 2006 y la Ley 1142 de 2007. La primera pretende proteger de una manera integral a niños, niñas y adolescentes –las Defensorías y Comisarías de Familia son las instituciones destinadas a cumplir dicha labor– (Mateus, 2009, p. 17). Y la segunda habla de la pena que deben recibir los agresores. En esta dice que deben permanecer en prisión de 4 a 8 años y su condena será aumentada si el delito fue cometido hacia un menor, una mujer, una persona mayor de 65 años o con algún tipo de incapacidad física o mental (Mateus, 2009, p. 17). Por la misma línea, se aprobó la ley 1257 de 2008, la cual respalda el derecho de las mujeres a tener una vida plena alejada de violencias, tanto en el ámbito público como en el privado (Mateus, 2009, p. 17). 28 De esta manera, se puede observar que por parte del Estado colombiano es un deber ético mantener y amparar a las víctimas que ha dejado la VIF y por ende, se debe reconocer la gran ayuda que ha traído consigo la legislación. Sin embargo, es necesario identificar que su práctica proviene de unas raíces patriarcales aún arraigadas a esta cultura; las cuales deberán modificarse para resolver este tipo de violencia. 2.2 Violencia conyugal: una agresión sustentada en imaginarios sociales Antes de indagar en la problemática escogida, se debe tener un conocimiento específico de dónde proviene y bajo qué circunstancias se desarrolla. Por esta razón, la importancia de comprender la cultura, ya que será ahí dónde se construirán las concepciones, los valores y las creencias que construyeron y construyen los significados de masculinidad y feminidad en Colombia y su directa relación con la violencia conyugal. Específicamente esta práctica será analizada desde el maltrato del hombre hacia la mujer. Sin embargo, no se debe olvidar que estos también sufren maltratos por parte de sus esposas, aunque las agresiones más denunciadas, según la Secretaría de Integración Social de Bogotá, pertenezcan al primer caso. En Colombia, nos encontramos frente a una sociedad machista, que se conserva a pesar de los intentos de dar a la mujer una representación simbólica alejada del ámbito doméstico y de dejar de ver al hombre como principal proveedor económico en el hogar. Así mismo, el derecho dominante que el hombre cree tener sobre la mujer y esta de soportar cualquier tipo de agresión, se origina en percepciones sustentadas en imaginarios sociales que han permanecido por años configurándose en la cultura. Hoy en día, se conoce como violencia conyugal y por lo general, significa la dominación de los hombres sobre las mujeres en las relaciones de pareja. Las características que socialmente se consideran apropiadas para el ser y actuar de hombres y mujeres son interiorizadas fuertemente por procesos de socialización. 29 Para ello, es importante tener en cuenta la diferencia entre sexo y género. El primero, hace referencia a “las características anatómicas, fisiológicas y hormonales de las mujeres y de los hombres” (Haz Paz, 2001, p. 3). Mientras que el segundo se entiende como “la construcción cultural de lo que significa ser hombre y ser mujer en una sociedad particular” (Haz Paz, 2001, p. 3). Entonces, según lo anterior, la socialización de género es “el proceso mediante el cual niñas y niños, hombres y mujeres, van interiorizando las normas, valores, emociones, comportamientos y formas de relación con los demás que la cultura ha construido como diferenciales para ellos y ellas” (Haz Paz, 2001, p. 4). En otras palabras, se habla de una adopción de imaginarios, es decir, de “expresiones simbólicas que se fundamentan en signos ordenados y coherentes, que constituyen simbolismos colectivos correspondiente a referentes sociales propios de la cultura de una sociedad” (Haz Paz, 2000, p. 18). En torno a la concepción de género, los imaginarios se empiezan a configurar desde el nacimiento de la persona. Gracias a la interacción con sus padres, obtienen el lenguaje y las cualidades
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