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Etnobiología 5: 36-50 (2005) 2007 
LA DINÁMICA EN LA HORTICULTURA EN COMUNIDADES MBYA-GUARANÍ, 
MISIONES, ARGENTINA 
María Lelia Pochettino 
Laboratorio de Etnobotánica y Botánica Aplicada. Facultad de Ciencias Naturales y Museo. Paseo del 
Bosque s/n. La Plata, Argentina. C.P. 1900 
pochett@fcnum.unlp.edu.ar 
RESUMEN 
· El objetivo de este trabajo es analizar, desde la perspectiva etnobotánica y en el marco de estudios interdisciplinarios, 
el lugar que ocupa la horticultura en comunidades de la etnia Mbya-Guaraní, en la provincia de Misiones, Argentina, 
así como los cambios registrados y tendencias futuras de esta actividad. El ambiente propio del área es la Selva 
Paranaense caracterizada por su alta biodiversidad. La economía agrícola de la región se basa en el cultivo intensivo 
de yerba mate, té y la cultura del tabaco, practicado con fines comerciales en establecimientos rurales, propiedad de 
descendientes de "colonos" europeos. A partir del análisis de los espacios destinados a la horticultura, las especies 
cultivadas, las tecnologías empleadas y el destino dado a estos productos vegetales, se observa que esta actividad 
constituye una de las principales estrategias de subsistencia. Asimismo, desde el punto de vista de los recursos 
naturales involucrados, representa una instancia de diversificación y de preservación de los saberes tradicionales. 
Palabras Clave: horticultura, Mbya-Guaraní, Selva Paranaense, nordeste de Argentina. 
ABSTRACT 
THE DYNAMIC IN THE HORTICULTURE MBYA-GUARANÍ, MISIONES; ARGENTINA. Etnobiología 5: 
36-50 (2005) 2007. The objective of this contribution is to analyse, from an ethnobotanical approach and in the 
context of interdisciplinary studies, the place that horticulture ocuppies in communities belonging to Mbya-Guaraní, 
in the province of Misiones, Argentina, as well as the recorded changes and new trends in this activity. The area 
environment is the Paranaense Rain forest characterized by its high biodiversity. The agricultura! economy of the 
region is based on the intensive practice ofyerba mate, tea and tabaco culture for commercial purposes, in most cases 
in rural settings, property of European settlers descendants. From the analysis of the spaces devoted to horticulture, 
the cultivated species, the technologies employed and the destination given to these vegetals products, it is observed 
that this activity is one of the main subsistence strategies. Also, from the point of view, of the involved natural 
resources, it represents an instance of diversification and preservation of traditional wisdom. 
Key words: horticulture, Mbya-Guaraní, Paranaense Rainforest, northeastem Argentina. 
Introducción 
En la actualidad existe un consenso generalizado 
en aceptar como definición de etnobotánica el 
estudio de las interrelaciones entre el hombre y 
el reino vegetal (Porteres 1966), pero resulta 
indispensable completar esta definición tal como 
lo hace Alcorn (1995): " It is the study of plant­
human inter-relationships embedded in dynamic 
ecosystems of natural and social coinponents. 
Put another way, ethnobotany is the study of 
contextualized plant use". · 
A partir de esta definición se · debe 
caracterizar el contexto en el cual están insertas 
las relaciones hombre-planta, objeto de nuestros 
estudios. En este momento se cristalizan un 
conjunto de fenómenos económicos, políticos y 
Recibido: 20 de octubre de 2004. Aceptado: 25 de octubre de 2005. 
36 
culturales que trascienden las naciones y los 
pueblos. El mundo está formado por un conjunto 
de pueblos/culturas que "interactúan" entre sí, 
sobre la base de una vertiginosa aceleración de 
los procesos tecnológicos, especialmente los de 
la comunicación. En este caso, la civilización 
occidental, una entre tantas otras, tiene un papel 
· destacado al imponer sus patrones. Así, hay un 
solo tipo de economía mundial y un único 
sistema técnico. Este fenómeno constituye el · 
denominado proceso de globalización. En este . 
marco . también se modifican los patrones 
tradicionales de conocimientos, creencias y 
prácticas, referidos a los recursos naturales. 
Desde 1996 se desarrollan 
investigaciones tendientes a caracterizar las 
actividades relacionadas con la subsistencia y 
Pochettino, M. L. 
desarrolladas por las distintas poblaciones que 
ocupan un enclave pluricultural en la 
denominada Selva Misionera (nordeste de 
Argentina). 
PARAGUAY 
Figura l. Localización de la zona de estudio 
La colonización de esta región desde fines del 
Siglo XIX, basada en distintos tipos de 
explotación económica, ha ido reduciendo y 
modificando las características de este ambiente 
y consecuentemente, el territorio y la cultura de 
las poblaciones nativas. Estos emprendimientos 
fueron fomentados por políticas inmigratorias a 
nivel nacional, las que otorgaban tierras a los 
inmigrantes centro-europeos, "colonos"1, los que 
se establecieron a través del sistema de 
concesiones en gran parte de los territorios 
habitados por los Mbya, parcialidad de los 
Guaraníes, habitantes originarios del área de 
estudio. 
El objetivo de esta contribución es 
analizar desde la perspectiva etnobotánica 
diseñada, la vigencia de una de las principales 
1 "Colonia" designa a una unidad de producción 
agrícola-ganadera, generalmente de pequeñ.a 
extensión, destinada a las familias de inmigrantes 
europeos llegados a nuestro país, a partir de la 
segunda mitad del siglo XIX y que hoy en día 
explotan sus descendientes, llamados "colonos". 
actividades de esta etnia, la · horticultura, así 
como las características que la misma asume en 
un contexto de rápidas transformaciones tecno­
ambientales. 
Situación actual de las comunidades Mbya y de su 
entorno 
Este estudio se desarrolla en dos comunidades 
Mbya (Ka'aguy Poty e Yvy Pytá) ubicadas en la 
Reserva Natural Privada de la UNLP, Valle del 
Arroyo del Cuña Pirú, predio de la Universidad 
Nacional de La Plata, situado a los 27P 10' S y 
54° 57' W, en jurisdicción de los Departamentos 
de Libertador General San Martín (municipio de 
Ruiz de Montoya) y del Departamento·"''de 
Cainguás (municipio de Aristóbulo del Valle) de 
la provincia de Misiones, al nordeste de la 
República Argentina (Figura 1 ). 
Desde el punto de vista biogeográftco, ·el 
área pertenece al Distrito de • las Selvas Mixtas, 
Provincia Paranaense del Dominio Amazónico, 
constituyendo, en cierto modo, una zona de 
transición entre el plan alto brasileño · y el 
Distrito de los campos. Fisonómicamente 
·presenta varias unidades ambientales, las que 
indican diferentes condiciones edáficas y 
también distintas historias de utilización. La 
selva semi-perennifolia natural presenta un dosel 
de 20 a 30 metros de altura, con especies tales 
como "urunday" (Astronium balansae Engl.), 
"ambay" (Cecropia pachystachya Trécul), 
laureles ( Ocotea sp y Nectandra sp. ), "lapachos" 
(Tabebuia spp.), "pindó" (Syagrus 
romanzoffiana Cham.) Glassman, entre otras 
numerosas especies. En el estrato arbustivo 
predominan las cañas o "takuara" (Guadua trinii 
Nees) Nees ex Rupr., Chusquea spp. y 
Merostachys clausseni Munro. 
La vegetación presenta variantes de 
acuerdo a su ubicación en altas o · bajas 
pendientes, proximidad o inmediatez respecto de 
los arroyos. Dadas las características 
transicionales del área, desde el punto de vista 
florístico, se observan algunas diferencias con 
los componentes característicos de la 
denominada Selva Paranaense, como por 
ejemplo la ausencia de "pino paraná" (Araucaria 
angustifolia (Bertol.) Kuntze y de "palmito" 
(Euterpe edulis Mart.). 
Esta selva ha sido modificada por la 
intervención humana en distinto grado, lo cual 
37 
Etnobiología 5 (2005) 2007 
dio lugar a selvas secundarias (en aquellas zonas 
donde alcanzó a recuperarse), "capueras" 
(lugares desmontados con vegetación antrópica 
generalmente arbustiva, por ejemplo el "fumo 
bravo", Solanum granulosum-leprosum Duna), a 
los lados de los caminos, antiguas forestaciones 
industriales semi abandonadas,así como 
pequeñas zonas de roza y cultivo y amplias 
superficies desmontadas donde se encuentran 
asentamientos urbanos y explotaciones rurales 
de distintas dimensiones y complejidad. El clima 
local corresponde con el esquema general 
subtropical cálido y húmedo. Las precipitaciones 
anuales fluctúan entre 1800 y 2000 mm, sin 
marcada estacionalidad. La temperatura media 
anual es de alrededor de 20° e con máximas 
absolutas próximas a los 40° C. Se registra una 
amplitud térmica diaria algo más alta por efecto 
de la altitud y la topografía, presentándose 
heladas invernales en los valles (Cabrera 1971 ). 
Los asentamientos Mbya se distribuyen 
a lo largo de la nrovincia de Misiones así como 
también en los países vecinos de Paraguay y 
Brasil, formando una especie de circuito como 
resultado del constante desplazamiento de 
miembros de estas comunidades (Crivos et al. 
2004) las cuales presentan diferencias en cuanto 
a la densidad de población y grados de 
aculturación (Bartolomé 1978). En la actualidad, 
según censos oficiales, existen alrededor de 700 
familias (3500 personas) Mbya, en el territorio 
misionero (Amable et al. 1996). 
Las comunidades donde se desarrolló la 
investigación registran, según el censo del año 
2003 realizado por el equipo de trabajo al cual 
pertenece la autora, un total de 277 personas. 
Cada uno de estos asentamientos está constituido 
por alrededor de 20 viviendas, asociadas a 
espacios de cultivo y distribuidos en claros 
abiertos en la selva a la vera de la Ruta 
Provincial N° 7 que los conecta con otros parajes 
y ciudades. 
El grupo de personas que comparte la 
residencia está constituido, en su mayor parte, 
por una familia exteí1Sa que incluye no más de 
tres generaciones. Si bien los Mbya destacan las 
ventajas de convivir en grupos de parentesco 
amplios o extensos, los desplazamientos 
individuales o de pequeños núcleos familiares 
imprimen a estos asentamientos una 
composición y dinámica particular. A lo largo 
38 
del desarrollo de esta investigación, el número 
de viviendas ocupadas así como de campos de 
cultivo funcionales ha sido variable en las 
distintas campañas, con tendencia a la 
disminución. 
La autoridad política de cada comunidad 
recae en el cacique, quieh es elegido en asamblea 
en la cual participan todos los miembros de la 
comunidad. Sus funciones son la asignación del 
espacio para la vivienda, del terreno para la 
horticultura, la supervisión de las actividades de 
producción, así como la distribución de 
alimentos y bienes y la resolución de conflictos 
internos y externos. La autoridad religiosa del 
grupo es el paí u opy 'gua, persona adulta o 
anciana de sexo masculino quien realiza entre las 
actividades relacionadas con la subsistencia del 
grupo, las ceremonias en el templo Opy 
vinculadas al "bautismo" del maíz, de la miel de 
monte, de la siembra y de los niños, así como al 
diagnóstico y tratamiento de enfermedades. 
Con relación a la educación formal , las 
comunidades cuentan cada una de ellas con una 
escuela de nivel primario, bilingüe y bicultural a 
cargo de docentes no aborígenes pero con 
asistentes aborígenes encargados de traducir a 
los niños los contenidos curriculares a la lengua 
Mbya. 
En la actualidad estas poblaciones 
continúan desarrollando actividades 
tradicionales de subsistencia como la 
horticultura mediante el sistema de roza y quema 
junto a las actividades de caza, pesca y 
recolección. Asimismo confeccionan artesanías, 
utilizando como materia prima distintos 
vegetales silvestres, las cuales son 
comercializadas en pequeños kioscos que 
establecen a los costados de la ruta 7, o bien 
mediante intermediarios que los llevan a centros 
urbanos. No obstante, la colonización de la 
región desde distintos frentes y con propósitos y 
estrategias de explotación diferentes, ha ido 
restringiendo y modificando los espacios 
ocupados por las comunidades Mbya. La 
explotación maderera, los emprendimientos de 
agricultores de té, yerba mate, tabaco y tung, 
entre otros, fueron avanzando sobre este 
territorio a través del tiempo en detrimento de las 
estrategias locales de subsistencia. Es frecuente 
entonces que los Mbya en la época de las 
cosechas~de yerba mate y tabaco realicen trabajo 
Pochettino, M. L. 
temporal en las colonias. Además, algunos de los 
miembros de las comunidades cuentan con 
planes de asistencia o subsidios guber­
namentales. 
Materiales y Métodos 
La información relacionada con la caracteri­
zación de la horticultura, así como otras 
actividades orientadas a la obtención de recursos 
naturales y los espacios en que se desarrollan, es 
resultado de once campañas realizadas desde el 
año 1996 en diferentes momentos del ciclo 
anual. 
Este trabajo se realizó fundamentalmente 
mediante la implementación de la metodología 
etnográfica, privilegiando las técnicas cualitativas. 
Se realizaron entrevistas semiestructuradas y 
abiertas, a individuos adultos de ambos sexos 
involucrados en esta actividad y observaciones 
sistemáticas en diferentes espacios en los que 
transcurre la vida del grupo, particularmente 
aquellos destinados a la horticultura. En el caso de 
las "chacras" (espacio destinado a la horticultura) 
Mbya, la muestra observada fue exhaustiva, 
habiendo estudiado aquellas funcionales en cada 
viaje (promedio: 17 chacras en Kaaguy Poty y 14 
en · Yvy Pytá). Mediante la técnica mencionada se 
registraron tamaño y forma de las chacras, 
especie3 cultivadas, grado de desarrollo de los 
cultivos en distintas épocas del año. Los aspectos 
explorados en las entrevistas refieren a los 
espacios destinados a la horticultura, los criterios 
de selección de los mismos, las personas 
involucradas, las características del suelo, las 
especies cultivadas, las técnicas implementadas 
en las distintas fases de la actividad, época y 
cuidado de los cultivos, cosecha y destino de los 
productos. 
Asimismo, se efectuaron caminatas 
acompañando los desplazamientos de la gente 
durante el desarrollo de esta actividad (King 
2000, Martínez y Pochettino 1999). A lo largo de 
estos trayectos se mantuvieron charlas informales 
con los guías, en las cuales surgieron en forma 
espontánea, comentarios y observaciones acerca 
de otros aspectos destacados de la horticultura 
como la antigüedad y motivaciones de su 
establecimiento, las formas de trabajo cotidiano 
y las transformaciones a través del tiempo en las 
actividades y el paisaje. 
A través de estas estrategias metodológicas se 
recolectaron las especies vegetales cultivadas en 
las chacras, las cuales se identificaron 
botánicamente y se depositaron en el Laboratorio 
de Etnobotánica y Botánica Aplicada de la 
Facultad de Ciencias Naturales y en el Museo de 
la Universidad Nacional de La Plata. 
Resultados 
La chacra o kokué 
La denominación "chacra" o kokué, en lengua 
Mbya Guaraní, refiere para este grupo el espacio 
destinado al cultivo mediante prácticas 
hortícolas. Estas parcelas se distribuyen en el 
asentamiento asociadas a las viviendas, con 
frecuencia vecinas a ellas. Generalmente cada 
Unidad Doméstica (UD) cuenta con una sola 
chacra, aunque hay 5 pobladores que manifiestan 
una especial inclinación hacia la horticultura y 
tienen una segunda chacra en zonas 
relativamente distantes (hasta 1 km) de la 
vivienda. Sin un aparente patrón definido de 
diseño, presentan formas irregulares y límites 
difusos. Sus dimensiones oscilan entre media y 
una hectárea. Varios son los factores que 
intervienen en el tamaño, entre los que se 
destacan el número de personas que conforma la 
UD, las herramientas disponibles y las 
características del suelo. 
Con respecto a la posesión de la tierra, 
podría calificarse como comunal. En las 
comunidades aquí consideradas el "dueño legal" 
de las tierras donde ellas se hallan asentadas es 
la Universidad Nacional de La Plata, si bien sus 
"dueños legítimos" (las comunidades Mbya) las 
reclaman desde hace tiempo (Martínez et al. 
2002). Dada esta posesión comunal, cada unidaddoméstica puede solicitar a la autoridad política 
(cacique) la expansión de su chacra o apertura de 
una nueva, así como disminuir el área cultivada, 
en función de sus necesidades. 
Como ya fuera mencionado 
previamente, se puede observar una gran 
movilidad de los pobladores Mbya hacia y desde 
otras comunidades. Las chacras raramente 
quedan improductivas, ya que si una familia se 
muda a otra comunidad, su vivienda y el 
correspondiente espacio de cultivo son ocupados 
por otros miembros de la comunidad o por 
familias recién llegadas. No obstante, en los 
39 
Etnobiología 5 (2005) 2007 
últimos tres . años se ha observado el paulatino 
abandono de estos terrenos, asociados a un 
fenómeno de despoblamiento de estos 
asentamientos. 
Otra de las variables que inciden en las 
características de las chacras son los suelos. En 
esta zona los suelos típicos son lateríticos, 
encontrándose afloramientos de coladas 
basálticas del Jurásico/Cretácico. Excepcional­
mente pueden encontrarse pequeñas porciones 
de terreno con humus, a menudo en las 
proximidades de los cursos de agua, las cuales 
son las más apreciadas. De esta manera, las 
chacras con suelos exclusivamente lateríticos o 
pedregosos, suelen ser de mayor tamaño a fin de 
compensar su menor calidad. 
Desarrollo de las tareas hortícolas 
Una vez seleccionado el terreno y obtenida la 
autorización del cacique para la apertura de una 
nueva chacra, la primera tarea a realizar es el 
desmontado o "rozado". La apertura de una 
nueva chacra constituye un hecho poco frecuente 
como consecuencia del uso continuo de las ya 
existentes. Estas tareas están circunscritas a los 
hombres, ya sea de la UD a la que pertenece la 
chacra o con la colaboración de otros miembros, 
parientes o vecinos de otras UD. La convocatoria 
y organización de grupos de hombres mayores y 
jóvenes, la realiza el cacique o la persona que 
por las dimensiones de su chacra necesite de la 
colaboración de otros miembros de la 
comunidad, utilizando las herramientas 
disponibles (usualmente hacha y machete), 
generalmente en el mes de mayo, antes de las 
heladas invernales. Los troncos abatidos, así 
como otras plantas macheteadas, se dejan sobre 
el terreno a fin de que sean deshidratados por la 
acción de las heladas y el sol. Posteriormente, a 
fin de julio o principios de agosto, se procede a 
la quema de los mismos. 
Cuando el área de cultivo está limpia, las 
actividades hortícolas posteriores involucran a 
hombres y mujeres en forma conjunta o 
individual. Como ya se mencionó, el desmonte 
es un trabajo exclusivamente masculino, pero en 
la limpieza previa así como en tareas posteriores 
( carpida, siembra y cosecha) participan las 
mujeres e incluso los niños. La siembra se 
realiza a lo largo de primavera y verano (desde 
septiembre hasta abril del año siguiente) 
40 
plantando distintas especies y/o variedades en 
distintos momentos de este periodo. Luego de la 
siembra se realizan carpidas periódicas. Esta 
asignación de tareas no es estricta y no 
constituye siempre una verdadera división del 
trabajo sobre la base de género y edad, sino que 
resulta más bien, en términos generales de las 
capacidades y/o destrezas individuales. Por 
ejemplo, las mujeres no participan en el 
desmonte por su dificultad en manejar el hacha o 
el machete por su menor fuerza, sin embargo 
están posibilitadas de emplear el machete a 
modo de palo cavador, para abrir hoyos en la 
tierra o para desenterrar órganos subterráneos. 
En ca<ja una de las chacras estudiadas se 
observan zonas de cultivos y zonas de reposo. 
Cuando se deja en reposo un sector, este 
desarrolla una sucesión secundaria ("capuera") 
que transcurrido cierto período (puede variar de 
uno a cuatro años según las necesidades de los 
miembros de la UD) es desmontada para 
reiniciar las siembras en ese sector, en tanto se 
deja otro en barbecho. Además, las especies 
cultivadas se presentan en distintos estadios de 
desarrollo como resultado de siembras sucesivas 
en los meses de primavera y verano. Hasta la 
nueva siembra, no se registra cubierta vegetal 
debido a la roza y quema de las partes 
vegetativas de los cultivos del año anterior. A lo 
largo del ciclo agrícola, la fisonomía de las 
chacras se transforma con relación a los cultivos 
predominantes, es decir presentan abundante 
cubierta vegetal en los meses de verano, y suelo 
desnudo durante los meses de invierno. 
Las herramientas utilizadas por los 
Mbya para la horticultura son: machete, hacha, 
azada y palo cavador. Estas pueden utilizarse 
indistintamente para cada una de las tareas ya 
descritas: desmonte, rozado, siembra y carpida. 
En caso de disponer de recursos económicos se 
alquilan distintos tipos de maquinarias como 
motosierras o tractores. 
Con relación a la cosecha, en general, se 
realiza a mano (frutos) o con las herramientas 
mencionadas (órganos subterráneos almacena­
dores). En realidad no constituye un momento 
definido del ciclo agrícola, ya que los órganos a 
consumir quedan en las plantas y se recolectan a 
medida que van a ser empleados. No existen 
estrategias de almacenamiento de estos 
productos, y sólo se conservan en la vivienda las 
Pochettino, M. L. 
semillas que van a ser replantadas. Estas semillas 
se conservan en pequeños recipientes de metal o 
plástico y es común observar las espigas de maíz 
colgadas de tirantes del techo, sobre los fogones, 
con el fin de que el humo contribuya a 
preservarlas del ataque de insectos. En los 
bordes de las chacras también se guardan para la 
siguiente siembra "ramas" (estacas) de 
mandioca, cubiertas con otras plantas para evitar 
la acción de las heladas. 
En determinados momentos (por 
ejemplo en noviembre de 1999) se han 
observado chacras no funcionales o 
temporalmente abandonadas. La participación en 
la cosecha de la yerba mate, conocida como 
"tarefa", es uno de los motivos centrales que 
generan abandono de la chacra. La "tarefa" se 
extiende desde marzo a noviembre y es frecuente 
que los pobladores de las comunidades Mbya se 
dediquen a ella en los meses de invierno (mayo a 
septiembre) por la escasez de los recursos 
naturales obtenidos mediante el desarrollo de 
actividades tradicionales de subsistencia. La 
ventaja consiste en la obtención de dinero pero la 
superposición temporal de la "tarefa" con las 
tareas de preparación de la chacra y con la 
siembra, implican que en determinados 
momentos alguna UD no se dedique a la 
horticultura. Este abandono de la chacra 
generalmente es transitorio y ese mismo espacio 
vuelve a utilizarse en el siguiente ciclo agrícola. 
Los cultivos 
En las chacras Mbya se observa una amplia 
diversidad de cultivos, tanto nativos y 
tradicionales como otros introducidos en épocas 
más o menos recientes. En la Tabla 1 se 
presentan las especies cultivadas (nombre 
científico y tradicional en Mbya y castellano) y 
las variedades reconocidas, incluyéndose 
también aquellas no observadas pero a las cuales 
refieren como cultivadas en caso de conseguir 
material para plantar o sembrar. Se incluyen con 
fines comparativos los datos provistos por otros 
autores (Martínez-Crovetto 1968, Stomi 1944) 
revelados en distintos momentos del siglo XX. 
Las especies más importantes por 
espacio cultivado, y por su incidencia en la 
alimentación son: maíz, mandioca y batata. Se 
cultivan también maní, poroto y zapallos de 
distintas especies. En caso de obtener semillas se 
cultivan melones, sandías, pepinos y cebollas. 
También se observan árboles frutales, 
particularmente cítricos y caña dulce, tanto 
Saccharum officinarum como Sorghum vulgare 
var. saccharatum. Excepcionalmente (sólo en 
una chacra) se encuentran en las parcelas otros 
cultivos como arroz y tabaco. 
Ocasionalmente, y dependiendo de la 
obtención de semillas provistas por donación de 
particulares o por diversos planes nacionales y/o 
provinciales de promoción hortícola, se cultivan 
diversas hortalizas (repollo, lechuga y 
remolacha). Este cultivo se desarrolla enun 
espacio diferente a la chacra, denominado 
"quinta", que está junto a la vivienda. 
La diversidad intraespecífica en lo que 
respecta a plantas hortícolas representa un hecho 
de interés. Son frecuentes las referencias a 
numerosas variedades de algunas especies 
centrales para la alimentación, tales como maíz y 
batata. En el caso de la mandioca, si bien 
conocen distintas variedades, mencionan el 
cultivo sólo de mandioca negra y blanca, siendo 
esta última la preferida y más frecuentemente 
observada durante los trabajos de campo. Un 
aspecto significativo es la referencia a 
variedades propias de distintos cultivos, "de los 
paisanos", y ajenas al grupo, "de los colonos", 
para luego denominarlas por caracteres 
morfológicos. 
Destino de los productos hortícolas 
En las comunidades Mbya la gran mayoría de los 
productos obtenidos mediante la horticultura 
están orientados al consumo doméstico y/o 
entran en el circuito de intercambios al interior 
de la comunidad. No obstante en los últimos 3 
años, se han observado excepcionalmente 
emprendimientos individuales que destinan un 
sector de la chacra al cultivo de determinadas 
especies (fundamentalmente mandioca) con fines 
comerciales. En estos casos las variedades 
cultivadas son las que demanda el mercado 
(mandioca negra para elaborar fécula o alcohol; 
maíz colorado o de los colonos, destinado a la 
alimentación de aves de corral). 
Variabilidad interna 
Las características de la horticultura Mbya 
analizadas previamente, permiten establecer 
ciertas regularidades comunes a todas las 
41 
Etnobiología 5 (2005) 2007 
chacras, en tanto que también se pueden 
establecer ciertas particularidades y preferencias 
individuales. Con respecto a los cultivos en todas 
las chacras se encuentran las tres especies 
básicas para la alimentación: avati (Zea mays), 
manjio (Manihot esculenta) y jety (Ipomoea 
batatas) a pesar de que se considera que en este 
último caso presenta ciertos requerimientos 
especiales, como suelos sueltos, no pedregosos, 
razón_ por la cual hay algunos miembros de la 
comunidad más exitosos en su cultivo. 
Con respecto a las otras especies, tanto 
nativas como introducidas, pueden o no aparecer 
en las parcelas de cultivo en función de las 
preferencias personales, disponibilidad de 
semillas, características del suelo donde se halla 
establecida la chacra. A modo de ejemplo se 
incluyen las Tablas 2 y 3 que muestran el grado 
de variabilidad sincrónica a partir del relevo de 
las especies presentes en las chacras de ambas 
comunidades en febrero de 1998. 
La asignación de actividades es común 
para todas las unidades domésticas de la 
comunidad: los hombres se hacen cargo de los 
trabajos que demandan fuerza física y destreza 
en el manejo de ciertas herramientas, en tanto 
que mujeres y niños realizan las tareas más 
livianas, aunque los hombres también pueden 
participar en éstas. Ahora bien, la actividad 
hortícola puede verse afectada por la realización 
de otras actividades destinadas a la obtención de 
dinero, tales como elaboración de artesanías, lo 
que se realiza en la misma comunidad, o bien en 
el desarrollo de trabajos asalariados, como por 
ejemplo la recolección de la yerba mate, en 
unidades productivas ajenas a los asentamientos 
M by a. 
En consecuencia, la actividad 
hortícola en los últimos años se ha practicado en 
forma irregular. Un ejemplo puede observarse en 
la Tabla 3, donde se incluyen las características 
diferenciales asumidas por una chacra de la 
comunidad Yvy Pytii en distintos momentos 
representativos del ciclo hortícola a lo largo de 
esta investigación. Es así que la máxima 
ocupación de las chacras se registró en el verano 
1999-2000 (25 en Ka'aguy Poty y 16 en Yvy 
Pytii) y la mínima en el fin del invierno (agosto) 
2003 (14 en Ka'aguy Poty y 9 en Yvy Pytii), 
posiblemente en consonancia con los vaivenes 
económicos del sector yerbatero y la 
42 
consecuente variabilidad en la demanda de mano 
de obra. 
A lo largo del período de estudio, sólo 
tres unidades domésticas (dos en Ka'aguy Poty y 
una en Yvy Pytii) poseían chacra funcional en 
todas las campañas realizadas en diferentes 
épocas del año. 
En cuanto al destino de lo producido, 
son precisamente estas chacras estables cuyos 
responsables demuestran un alto interés en los 
productos vegetales (no sólo practican 
regularmente la horticultura, sino que también 
demuestran saberes especiales en plantas 
medicinales y una particular dedicación a la 
recolección) las que se destinan a la producción 
tanto para el autoconsumo como para la 
comercialización. Esto se debe a que son 
espacios de mayor tamaño, en los que se 
encuentra una gran diversidad de cultivos que 
aseguran alimento durante todo el año, razón por 
la cual puede destinarse un sector a la 
producción de mandioca o maíz para su venta al 
exterior de las comunidades. 
Discusión y conclusiones 
La horticultura y su relación con otras actividades 
económicas: pasado y presente 
La horticultura ha sido para las distintas etnias 
Guaraníes una de las actividades de subsistencia 
más destacada en cuanto a fuente de alimentos 
(Arenas et al. 1998, Cadogan 1960, Martínez­
Crovetto 1968, Métraux 1946, Sto mi 1944 ). En 
las descripciones de cronistas y antropólogos, la 
horticultura y la caza son resaltadas como 
actividades que proveen la mayor cantidad y 
variedad de recursos necesarios para la 
subsistencia de los Mbya (Bartolomé 1978, 
Schaden 1998). En este sentido, Beate Lehner 
(en Chase-Sardi 1989a) plantea que " ... los 
Mbya-Guaraní constituyen una etnia cuya base 
econom1ca está sustentada, en regular 
proporción, sobre la horticultura de roza, la caza, 
la recolección y la pesca, predominando la 
primera de estas actividades, que con la tercera 
es fuente de hidratos de carbono, siendo la 
segunda y en menor medida la cuarta, las que 
proporcionan proteínas a una rica y bien 
balanceada alimentación". 
Desarrollada en los claros abiertos en la 
selva a través del sistema de roza y quema, la 
Pochettino, M. L. 
horticultura involucraba a hombres y mujeres 
expertos conocedores de las características de 
ese ambiente. La forma de vida, particularmente 
las características de la economía de los Mbya, 
como las de la mayoría de los grupos aborígenes 
americanos se ha visto modificada a lo largo del 
tiempo resultado de las interacciones con otras 
etnias originarias y más tarde con los europeos, 
durante el largo proceso de conquista y 
colonización. 
La colonización de esta región desde 
distintos frentes y con propósitos y estrategias de 
explotación diferentes, la ha ido restringiendo y 
modificando, afectando sus características y 
consecuentemente las de las poblaciones nativas. 
La explotación maderera, los emprendimientos 
de agricultores de té, yerba mate, tabaco y tung, 
entre otros, fueron avanzando sobre este espacio 
a través del t iempo en detrimento del territorio 
en que se asientan las etnias Mbya. 
Las investigaciones etnográficas dan 
cuenta del impacto de estas transformaciones en 
la relación entre aborígenes Mbya y su ambiente 
(Chase-Sardi 1989a, Burri 1998, Schiavoni 
1998). A diferencia del semisedentarismo como 
estrategia de vida en el pasado, en la actualidad 
el desplazamiento de estos grupos presenta 
diferencias que resultan de cambiantes 
condiciones socio-históricas y económicas. El 
proceso de sedentarización creciente que se 
registra en las comunidades Mbya conlleva una 
utilización cada vez más intensiva de un medio 
natural, la selva ya degradada. En la actualidad 
es posible observar el constante movimiento de 
pequeños grupos familiares, si bien éstos se 
trasladan desde y hacia asentamientos 
permanentes, es rara la ocupación de territorios 
"nuevos". Estos desplazamientos han sido objeto 
de numerosos estudios en los que se destaca la 
multiplic idad de motivaciones que orientan y 
justifican tales procesos. Entre esta diversidad de 
motivaciones en las comunidades estudiadas, se 
destacan aquellasvinculadas con el trabajo 
asalariado como mano de obra en las cosechas 
de yerba mate y otros cultivos industriales, tal 
como ocurre también en Paraguay (Chase-Sardi 
1989b) y Brasil (Schaden 1998). 
A partir de esta información, la 
comparación de nuestras observaciones con las 
realizadas en trabaj os previos (Tablas 1 y 4) en 
los cuales ya se habían registrado cambios en los 
modos tradicionales de asentamiento, si bien no 
habían alcanzado la dimensión que se registra 
hoy en día, permite reflexionar sobre la 
magnitud del cambio en la horticultura Mbya. 
Por una parte, la horticultura continúa 
siendo una de las estrategias básicas de 
subsistencia y las chacras Mbya representan 
desde el punto de vista de los recursos naturales 
involucrados, una instancia de mantenimiento de 
la diversidad en una economía regional 
caracterizada por el cultivo industrial de pocas 
especies. Las técnicas de labranza, las plantas 
cultivadas y algunas de las herramientas Mbya, 
como el palo cavador, no han sufrido 
modificación alguna desde la época de la 
conquista; por el contrario, su técnica así como 
sus plantas alimenticias más importantes fueron 
adoptadas por los colonos (Cadogan 1960). En la 
actualidad estos productos (maíz, mandioca, 
batata, entre otros) se encuentran formando parte 
de las comidas de la mayor parte de la población 
de la provincia de Misiones. Tampoco se ha 
observado una pérdida significativa en cuanto a 
las variedades cultivadas, y aún aquellas que no 
se cultivan son conocidas y apreciadas. Sin 
embargo, se han observado modificaciones en la 
división del trabajo. En las economías propias de 
los pueblos semisedentarios como el aquí 
descrito, las tareas se asignan según género y 
edad, siendo responsables generalmente los 
hombres de la caza y pesca, así como la roza en 
el caso de la horticultura; en tanto que mujeres y 
niños se ocupan de recolección y tareas 
hortícolas más livianas como carpida, siembra y 
cosecha. En el caso presentado, las tareas se 
asignan según las capacidades individuales, 
razón por la cual si bien las mujeres no 
participan de la roza, éste se debe a su 
imposibilidad de manejar hábilmente el hacha y 
no a una verdadera división del trabajo. 
Una de las principales características 
asumidas por la horticultura Mbya es el 
oportunismo. No obstante ser valorada por la 
población local, esta actividad se practica en la 
medida que no interfiera con la obtención de 
dinero, tanto por vía de la producción de 
artesanías como del trabajo asalariado. De este 
modo, es frecuente que no se realice la limpieza 
de las chacras durante el invierno, ya que la 
familia se haya involucrada en la recolección de 
yerba mate. Esto redunda en el retraso en el 
43 
Etnobiología 5 (2005) 2007 
c,ronograma hortícola, o incluso en la no apertura 
de la chacra, con la consecuente falta de 
hortalizas durante el verano, época de receso en 
otras actividades. Un hecho interesante a tener 
en cuenta en virtud de la significación que puede 
alcanzar a futuro, es la posibilidad de conseguir 
dinero a partir de la venta de los productos 
hortícolas, tendencia novedosa que involucra no 
sólo a plantas cultivadas sino también a otros 
recursos naturales obtenidos mediante la 
recolección (Martínez et al. 2004, Mego y 
Pochettino 2004). 
A medida que las comunidades locales 
son desplazadas de sus territorios tradicionales, o 
cuando subsisten en ecosistemas severamente 
degradados y son absorbidas por la economía de 
mercado (en la cual normalmente hay poco lugar 
para las prácticas de subsistencia y manejo de 
recursos tradicionales), el conocimiento ecoló­
gico local y el saber acumulado acerca de las 
relaciones entre el hombre y el medio, comienza 
a perder relevancia en sus vidas. Este fenómeno, 
que puede ser llamado "la extinción de la 
experiencia" (Maffi 2001) aún no se ha 
registrado en las comunidades consideradas. 
Sin embargo, la principal amenaza para 
las estrategias Mbya está dada por la 
fragmentación de un ambiente que ya no puede 
garantizar la completa y efectiva realización de 
las mismas. En este sentido, es de destacar el 
carácter estable que adquieren las chacras en 
contraste con la movilidad propia del sistema de 
roza y quema, aún registrada en un pasado 
relativamente cercano (Martínez-Crovetto 1968). 
Actualmente, una vez abiertas, las 
mismas se utilizan en forma permanente, a pesar 
del agotamiento del suelo, dada la dificultad en 
abrir un nuevo claro por la presencia de otros 
emprendimientos. 
Ese entorno, el "monte" de los Mbya 
(Pochettino et al. 2002), refiere a las zonas de 
selva con predominancia de árboles de gran 
altura y abundancia de lianas y epífitas, así como 
de gran diversidad de especies animales. 
Cercano a los asentamientos, se abre en claros 
para dar paso a las chacras y además debe poseer 
características que garanticen el abastecimiento 
de recursos naturales mediante otras actividades 
de subsistencia: caza, pesca y recolección. En el 
presente, el monte con las características que le 
son asociadas, representa para los Mbya lugares 
44 
cada vez más alejados e inaccesibles como 
consecuencia de la acción del hombre "blanco" a 
través de la actividad agrícola-ganadera y la 
explotación forestal. 
Agradecimientos 
Esta investigación fue financiada por el Consejo 
Nacional de Investigaciones Científicas y 
Técnicas y la Universidad Nacional de La Plata. 
Deseo expresar mi especial reconocimiento a los 
miembros de las comunidades Mbya quienes a lo 
largo de ocho años han compartido 
generosamente su tiempo y sus conocimientos; 
también por autorizar la publicación de los 
m1smos. 
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45 
Etnobiología 5 (2005) 2007 
Tabla l. Especies vegetales cultivadas en las "chacras" Mby'á en el presente y en el pasado. 
Especie, Familia y Variedades observadas Variedades mencionadas Variedades 
Nombre tradicional por Martínez-Crovetto mencionadas por 
(1968) Storni (1944) 
Manihot esculenta Crantz Chi (blanca) Morotí Señala su cultivo 
(Euphorbiaceae) Hu (negra): epidermis roja pero no menciona 
variedades Mandi'ó o manjio Karapé (petisa) 
Mandioca 
Pukú (larga): epidermis roja 
Pombero: no descrit(), 
Konché: epidermis roja 
Yerutí: epidermis roja, raíces 
cortas y gruesas 
Jpomoea batatas (L.) Poir Chi (blanca, de los Moroti Señala su cultivo 
(Convolvulaceae) paisanos): pulpa blanqueciila pero no menciona 
Jety Ju (amarilla, de los colonos): Ju variedades 
Batata pulpa amarilla 
Karau: raíces pequeñas de Karau· 
pulpa azulada 
Vira 
Overa kambui: hoja 
bifurcada 
Mandio: raíces largas Mandio 
Pita (colorada): epidermis Pita 
rojiza 
'i (batatita): raíces pequeñas 
Zea mays L. Chi (blanco) Morotí (blanco) Ti, morotí 
(Poaceae) Mini (chico) Mirí 
Abatí o avachí Tupi (duro) Tupí 
Maíz (choclo) 
Pará (overo): granos de Pará 
distintos colores 
Ju (amarillo, de los colonos) Yú 
Pyta (rojo, de los colonos) Pitá 
Kí(tiemo) 
Mitá (criatura) 
Pororó (reventón) 
Arachis hypogaea L. Una sola variedad de grano Pará (overo) Señala su cultivo 
(Fabaceae) grande y cubierta seminal pero no menciona 
Manduví 
veteada Mirí (chico): grano chico variedades 
Maní 
Guasú (grande): grano 
grande y cubierta seminal 
variegada 
46 
Pochettino,-M.· L.\r . ~ 
Tabla L. Continúa. 
Phaseolus vulgaris L. Pyta (colorado): grano rojo, Pyta Sefiala su cultivo 
(Fabaceae) es el único observado pero no menciona 
Kumandá o comandá Hu (negro): mencionado no Hu variedades 
Poroto observado 
"floreadito": mencionado no Chu 'i: tegumento 
observado marmoreado 
Marrón: mencionado no Sa 'iyu: amarillo 
observado 
No observado Guasú (grande) o par á 
(overo): grano grande, 
semillas rojizas veteadas de 
negro 
No observado Morotí (blanco) (sub. 
Phaseolus coccineus var. 
albus) 
Vigna sinensis (L.) Savi No cultivado Kumandá avatí (poroto No menciona su 
(Fabaceae) maíz) cultivo 
Cajanus flavus DC No cultivado Kumandá íwírá 'í (poroto No menciona su 
(Fabaceae) arbolito) cultivo 
Cucurbita moschata Formas similares a la cv. Menciona con el mismo No menciona su 
Duch. ex Poir. butternut, de gran nombre tradicional una cultivo 
(Cucurbiiaceae) comercialización en variedad Cucurbita maxima 
Andaí 
ArgentiQa 
Calabaza 
Cucurbita pepo L. Formas de fruto verde y de Menciona con el mismo Curapepé 
( Cucurbitaceae) fruto naranja nombre tradicional una Tumbiquí 
Kuarapepé 
variedad Cucurbita maxima 
Zapallo 
Citrullus lanatus (Thunb.) Pará (overa): fruto grande, Par á No menciona su 
Matsumura & Nakai ovoideo, verde y blanco cultivo 
Sandiá Hoví (verde): fruto 
Sandía redondeado, verde liso 
Cucumis me/o L. Sólo una variedad (similar a No distinguen variedades No menciona su 
(Cucurbitaceae) la cv. rocío de miel cultivo 
Meró 
comercializada). Sin nombre 
Melón 
local 
Cucumis sativus L. No distinguen variedades No distinguen variedades No menciona su 
(Cucurbitaceae) cultivo 
Pepino 
Allium cepa L. Variedad comercial Menciona el cultivo de seboí No menciona su 
(Liliaceae) y cebollfn cultivo 
Ceboí 
Cebolla 
47 
Etnobi'ología 5 (2005) 2007 
Tabla l ... Continúa. 
Brassicá o/eracea L. Variedad comercial : No menciona su cultivo No menciona su 
(Brassicaceae} .. cultivo 
' 
Repollo 
,. .. 
Lactuca saliva L. 
/ 
· Variedad co~ercjal No q-¡enciona su cultivo No menciona su 
( Asteraceae) cultivo 
Lechuga 
Beta vulgaris L. var Variedad comercial No menciona su cultivo No menciona su 
rapacea -· · cultivo 
K.Koch.( Chenopodiaceae) 
; 
Remolacha 
' 
.. 
Citrus reticulata Blanco Variedad comercial· No menciona su cultivo No menciona su 
(Rutaceae) cultivo 
Mandarina -
Citrus sinensis (L.) · V ar.iedad comercial No menciona su cultivo No mendona su 
Osbeck. (Rli.taceae) ; cultivo 
Naranja .. 
Morus alba (L.) Variedad comercial No menciona su cultivo No menciona su 
(~oraceae) cultivo 
Mora 
' 
Prunus persica (L.) Variedad comercial No menciona su cultivo No menciona su 
Batsch. (Rosaceae) 
.. 
cultivo 
Durazno 
Musa sp. (Musaceae) Sólo variedad ·de fruto Guasú (grande): fruto Pacobá 
Paková pequeñ.o, sin nombre local grande 
, , 
Banana De oro: fruto pequeñ.o y 
amarillo 
. 
'í (bananita): planta y fruto 
pequeños 
.. . Karapé (petisa): planta baja . 
'. y fruto pequeño 
Saccharum officinarum Sin semill<J. - Mirí (chica) No menciona su 
(L.) (Poaceae) cultivo 
Takuaré he Guasú (grande) 
Cañ.a dulce 
Sorghum vulgare Pers. Con semilla No menciona su cultivo No menciona su 
var. saccharatum (L.) : cultivo 
Boerl. (Poaceae) 
Takuaré he 
Cañ.a dulce 
Nicotiana tabacum (L.) No distinguen variedades Pentuki ("corrupción de Señala su cultivo 
(Solanaceae) kentuky") pero no menciona 
Pe tí Labano ("corrupción de variedades 
Tabaco habano") 
48 
Pochettino, M. L. 
Tabla 2. Especiés relevadas en las chacras de la comunidad Kaaguy Poty. 
' 
Chacra 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 
Especie . - . . 
Zea mays X X X X X X X X X X X X X 
Manihot esculenta X X X X X X X X X 
lpomoea batatas X X X X X X X X X X X 
Oryza sativa X 
Cucurbita pepo X X X 
C. moschata X 
Phaseolus vulgaris X X X X X X X 
Arachis hypogaea X X X X 
Saccharum ojjicinarum X X X X X X X X X X X X 
Sorg_hum bicolor X X X X X 
Nicotiana tabacum X X 
Cucumis sativusX X 
Carica papaya X X X 
Citrullus lanatus X 
Musa sp. X X X 
Citrus aurantium X 
Morus alba X X X 
Prunus persica X 
Allium cepa X 
Tabla 3. Especies relevadas en las chacras de la comunidad Yvy Pitá. 
Chacra 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 
Especie 
Zea mays X X X X X X X X X X X 
Manihot esculenta X X X X X X X 
lpomoea batatas X X X X X X X X 
Cucurbita pepo X 
Cucurbita moschata X 
Phaseolus vulgaris X X X X X X 
Arachis hypogaea X X 
Musa sp. X 
Saccharum ojjicinarum X X 
Nicotiana tabacum X X 
Lagenaria siceraria X 
Morus alba X X 
Citrus spp. X X 
Allium cepa X 
Vitis vinífera X 
49 
50 
Etnobiología 5 (2005) 2007 
Tabla 4. Características diferenciales entre las "chacras" Mbyá observadas y las mencionadas para 
épocas previas. 
Caracterfstica 
Elección del terreno 
Extensión 
Personas 
involucradas 
Tareas hortfcolas 
Cosecha 
Herramientas 
Destino 
Observadas-y/o mencionadas por los 
pobladores Mbyá (1996-2004) 
Chacras ubicadas al lado de las 
viviendas (excepcionalmente en el 
monte) 
Utilizado permanentemente, con 
sectores en barbecho 
1-2 ha 
Hombres: roza, quema, siembra, 
carpida, cosecha 
Mujeres: siembra, carpida, cosecha 
Niños: cosecha 
Roza, mayo a julio, (crecimiento 
secundario, raramente desmonte) y 
quema (luego de las heladas) 
Carpida 
Siembra (septiembre a abril) 
Carpida (septiembre a abril) 
Cosecha: diciembre a abril (granos), 
abril a diciembre (raíces 
almacenadoras) 
Recolección manual de los productos 
en el momento que se necesitan 
Sin almacenamiento (sólo material 
para replantar) 
Palo cavador, machete, hacha, azada 
Autoconsumo, comercialización, 
comercialización de excedente 
Martfnez-Crovetto (1968) 
Próximas pero no aledañas a las 
viviendas, separadas por una faja de 
monte 
Utilizada 4-5 años, luego se cambia la 
chacra de lugar 
4-5 ha 
Hombres: roza, carpida. 
Mujeres y niños: siembra, carpida, 
cosecha 
Sólo roza , mayo (no usan fuego para 
evitar daños) 
Carpida y macheteada (septiembre) 
Siembra (agosto a octubre, mayo) 
Carpida 
Cosecha 
Recolección manual de los productos 
en el momento que se necesitan 
Sin almacenamiento (sólo material 
para replantar) 
Pala, azada, machete 
Autoconsumo exclusivamente

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