Logo Studenta

Malvinas, de la derecha oligárquica al progresismo blackberry

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Malvinas, de la derecha oligárquica al progresismo blackberry
Faltaban apenas unas horas para que terminara este 2 de abril. Quizás,
hubiera, todavía, algún comentario suelto, de algún periodista o ex
combatiente, en algún canal de televisión. Sin embargo, las cartas ya estaban
echadas.
(Télam) – Todos los grandes formadores de opinión han, en lo esencial,
manifestado su postura. Muchos, desde los viejos representantes de la derecha
oligárquica a los jóvenes militantes del progresismo blackberry, han derramado
una lágrima por los “pobres chicos de la guerra”, coinciden en que Malvinas fue
“una guerra sin sentido”. No hay porque asombrarse. 
No es la primera vez que la derecha liberal coincide con la izquierda cipaya.
Tanto para la derecha bostera (hoy sojera) como para la izquierda caviar “los
caídos en Malvinas son muertos de la dictadura”. 
Para la “Argentina profunda”, muy por el contrario, la guerra de Malvinas fue
una guerra antiimperialista, una batalla más de la guerra del pueblo argentino
contra su enemigo histórico: el imperio inglés. 
Para el pueblo humilde de la Argentina los ex combatientes, los que dejaron su
sangre en Malvinas y los que pudieron volver, no son víctimas sino héroes de
una gesta heroica. 
 
https://marcelogullo.com/wp-content/uploads/2014/05/Malvinas-IV-2010.jpg
Por eso, en cada pequeño pueblo del interior del país, los más humildes, han
construido un pequeño altar laico para rendir culto a los caídos en la guerra. 
Semejante “locura”, por supuesto, es incomprensible tanto para el
pensamiento liberal como para el pensamiento progresista. Ellos no pueden
entender -como reiteradamente ha sostenido Ana Jaramillo- que Malvinas es el
ADN de la Patria. Ellos, en el fondo, han comprado la interpretación
tatchereana de la guerra, creen -en su ignorancia- que el triunfo argentino en
la guerra hubiera fortalecido a la genocida dictadura militar. 
Quizás para desasnarlos habría que recordarles el pensamiento de León Trotsky
cuando, en 1938, durante su exilio en México, afirmaba: “En Brasil reina
actualmente un régimen semifascista al que cualquier revolucionario sólo
puede considerar con odio. 
Supongamos, empero, que el día mañana Inglaterra entra en conflicto militar
con Brasil. ¿De qué lado se ubicará la clase obrera en este conflicto? En este
caso, yo personalmente estaría junto al Brasil `fascista` contra la
`democrática` Gran Bretaña. ¿Por qué? Porque no se trataría de un conflicto
entre la democracia y el fascismo. 
Si Inglaterra ganara, pondría a otro fascista en Río de Janeiro y ataría al Brasil
con dobles cadenas. Si por el contrario saliera triunfante Brasil, la conciencia
nacional y democrática de este país cobraría un poderoso impulso que llevaría
al derrocamiento de la dictadura de Vargas. Al mismo tiempo, la derrota de
Inglaterra asestaría un buen golpe al imperialismo británico”. 
La clase media liberal y la elite progresista no pueden entender que para la
inmensa mayoría de los argentinos Malvinas es un “territorio sagrado”, una
“tierra irredenta”. 
Pero la Argentina profunda no estuvo sola y no está sola en su lucha por
Malvinas, desde el Río Grande a la Tierra del Fuego miles de hombres y
mujeres, vibraron y vibran por Malvinas. Cuando el año pasado organizamos en
la Universidad de Lanús el “Primer Congreso Latinoamericano: Malvinas una
causa de la Patria Grande”, invitamos, para que asistiera como expositor, a un
verdadero hombre de izquierda, a un verdadero revolucionario que recibió
balas y repartió balas: el Comandante sandinista Tomás Borge, quien fuera,
durante el gobierno revolucionario, Ministro del Interior de Nicaragua. A último
momento, no pudiendo asistir, nos envió el siguiente mensaje: “Nicaragua, el
Frente Sandinista, la decencia, el patriotismo y la antipatía total al
colonialismo, nos indujeron a repudiar la ocupación trágica y maldita de los
ingleses en el sagrado territorio argentino.” 
Esta solidaridad incondicional se mantiene intacta o más bien acrecentada por
la indignación, la justa cólera de nuestros pueblos hacia la soberbia
inconcebible de quienes, con imperio se sienten propietarios de cualquier
pedazo de la tierra. 
Las Malvinas son de Argentina, las Malvinas son de América Latina. Las
Malvinas algún día las encerraremos en un puño para golpear a todos los
Imperios. ¡Malvinas o muerte!”. 
*Marcelo Gullo. Dr en Ciencia Política por la Universidad del Salvador, Master
en Historia y Política Internacional por el “Institut Universitaire de Hautes
Etudes Internationales” de la Universidad de Ginebra, es autor de “La
insubordinación fundante”. 
	Malvinas, de la derecha oligárquica al progresismo blackberry

Continuar navegando