Vista previa del material en texto
B U L L Y I N G ACOSO ESCOLAR Cómo evitar el acoso escolar BULLYING ACOSO ESCOLAR Editorial Egarbook www.egarbook.com ©Todos los derechos de edición reservados. Grupo Egarbook - www.egarbook.com Colección: Novela. Autor: Ramón Ferreres Maquetación: ©Egarbook Imagen de portada: Fotolia. Diseño de cubierta: ©Egarbook. Impresión: ISBN: 978-84-946233-0-1 Todos los derechos de este libro están reservados, no se puede reproducir de forma parcial ni total en ningún formato sin la autorización expresa y por escrito del autor o editor. Esta publicación está sujeta a los términos legales correspondientes. Para solventar cualquier duda póngase en con- tacto con el editor. IMPRESO EN ESPAÑA Ramón Ferreres Castell (Barcelona, 1976) estudió Historia en la Universidad Autónoma de Barcelona. Redactor de textos académicos y escritor de microrrelatos y relato breve. Algunas de sus obras han sido premiadas en diferentes certámenes literarios: «V Juegos Florales Virtuales de Terrassa» (2005), «Concurso Todos Somos Diferentes» (2005 y 2006), y más recientemente en el «I Concurso de Cuentos Rapitbook» (2013) y el «II Certamen de Microrrelatos de Historia Francisco Gijón» (2014). Ha publicado relatos en diversas obras colectivas: Doscientas ventanas al mundo, Los nuestros son todos, Microvisions, entre otras. En 2013 publica su primer libro en solitario, Mi avestruz de colores, un volumen de 25 microrrelatos sobre animales. En 2015 publica Diario 2023, su primera novela. Capítulo 1 antiXan: ¿Preparaste todo para mañana? Xosky2003: Aún no. ¿Tú? XantiXan: Tampoco. Es que no sé si llevarlo todo. osky2003: Ni yo. Si vamos con la mochila muy llena vamos a parecer unos frikis. XantiXan: Ya. osky2003: Es el primer día, tampoco pasará nada si nos olvidamos de algo, ¿no? XantiXan: No lo sé, ya no es el colegio. Igual en el instituto es diferente. osky2003: ¿Tú crees? XantiXan: No sé. osky2003: Me cambié las gafas. XantiXan: ¿Sí? ¿Cómo son? osky2003: Más de mayor. XantiXan: ¿Mayor? osky2003: No se ven tanto. XantiXan: ¿Son invisibles? osky2003: No, pero casi. Apenas se notan. No son rojas como las que llevaba antes. Tienen la estructura de metal muy fino. XantiXan: Mejor. osky2003: Sí, mejor que no se noten. XantiXan: ¿Tienes ganas de ir mañana al cole? Osky2003: ¿Al cole? XantiXan: Al insti. Es la costumbre. osky2003: A medias. XantiXan: Yo igual. Preferiría el cole de siempre. Podrían poner un curso más, séptimo. osky2003: Estaría bien. XantiXan: Ya verás como todo va genial. osky2003: Espero, pero no sé. XantiXan: Tú no te preocupes. osky2003: Para ti es fácil. Nunca se meten contigo. XantiXan: Piensa en las cosas buenas, ahora solo tendremos clase por la mañana. osky2003: Alguna ventaja tenía que tener. XantiXan: Además, seremos muchos más en clase, haremos algunos amigos nuevos. osky2003: Y también habrá algunos del cole. XantiXan: Sí, mañana nos enteraremos. osky2003: Me cansé del chat, jugamos a algo. XantiXan: Ok. osky2003: ¿Callofduteamos? XantiXan: Prefiero el Just Dance. osky2003: No puedo hacer ruido. Mi madre cree que estoy estudiando. XantiXan: Por eso no chateábamos por voz. Ya me extrañaba. ¿Estudiando? osky2003: Sí, dice que no quiere que me pase lo del año pasado. XantiXan: Pero si aún no comenzamos las clases. osky2003: Dice que vaya leyendo los libros. Está loca. XantiXan: Un poco. osky2003:¿Call of Duty? XantiXan: ¿Modo zombi? osky2003: Sí. Connecting to Online Service XantiXan: Formamos un buen equipo. osky2003: El mejor. XantiXan: ¿Te fijaste que cuando les disparas a la cabeza suena diferente que en el cuerpo? osky2003: Pronto vendrá mi madre para mandarme a dormir, me desconecto, que si me pilla me quedo sin Play. XantiXan: Nos vemos mañana en el insti. Un rato antes en la puerta. osky2003: Ok. E Capítulo 2 s como si me hubiera mudado de un pequeño pueblito a una ciudad enorme. En realidad, así es, vivo en un pueblo que solo tiene colegio, no instituto. Así que cada mañana, muy temprano, demasiado, tengo que coger el autobús para ir a clase. Por suerte son solo unos pocos kilómetros y se llega enseguida. El IES está a las afueras de la ciudad. Es un edificio de tres plantas, desde fuera no parece tan grande, pero cuando entras... ¡son todo pasillos! En esta primera semana me habré perdido un par de veces... ¡cada día! Gente yendo y viniendo y de arriba para abajo todo el tiempo: alumnos, profesores, secretarias, el director y gente que no sé ni quiénes son. Hay algunos profesores bastante jóvenes y, a veces, tengo dudas si son profes o chicos de bachillerato. Los de los dos últimos cursos parecen muy mayores. Y también algunos de tercero y cuarto de la ESO. Incluso llevan barba o patillas. Yo solo me afeito el bigote una vez al mes. Óscar ni se afeita. Y somos muchísimos, aunque son seis cursos como en el cole, pero cada uno tiene varias aulas: nosotros, primero A, el B, el C, y así con cada curso. Y también hay algunos ciclos formativos de grado medio y superior. Creo que hay más gente que en todo mi pueblo. Sé que no es así, pero a mí me lo parece... Y hay timbre para cada cambio de clase. Las primeras veces me sobresalté un poco. Estás concentrando escuchando al profesor o tomando apuntes y de repente... Inmediatamente comenzamos a guardar todo lo más rápido posible porque a veces hay que cambiar también de clase. En el cole no era así, siempre estábamos en la misma. El asiento que elegías el primer día era tuyo durante todo el año. Siempre intentaba no estar demasiado adelante porque te sientes muy observado por el profesor, pero tampoco demasiado atrás para poder enterarte de lo que está diciendo. Y también de estar cerca de tus mejores amigos, claro. Y alejado de los que no te llevas tan bien. Aunque en mi clase del año pasado casi no había problemas. Solo algunas veces, pero en general nos llevábamos bastante bien. Lo importante es que hemos sobrevivido a nuestra primera semana y, además, tenía muchas ganas de ver a Óscar. Somos amigos desde que recuerdo. Nuestras madres dicen que en P-2 ya íbamos agarrados de la mano a todas partes. Hasta nos sacábamos los mocos el uno al otro. Es lo que cuentan siempre, incluso cuando hay otros adultos delante. Antes me daba algo de vergüenza que lo explicaran, pero ahora hasta me río cuando lo hacen. A Óscar creo que aún le da corte. Es un poco tímido, sobre todo cuando hay mucha gente. Me preocupaba que pudieran meterse con él en el insti. A veces le gastaban demasiadas bromas en el cole, al ser tan vergonzoso y llevar gafas... Pero yo siempre le he ayudado cuando se pasaban de la raya. No entiendo por qué a algunos les gusta hacerte sentir mal. Las bromas son divertidas, y a mí también me gustan a veces, pero tampoco hay que pasarse. Recuerdo que, cuando hacíamos cuarto, unos chicos mayores que ya iban al instituto se metieron con él en el parque hasta hacerle llorar. Se sintió fatal y durante varios días no quiso ni acercarse por allí. Por suerte, al final lo convencí y no se volvió a repetir. Entiendo que tuviera miedo de comenzar el instituto, pero no ha pasado nada. Además de ser mi mejor amigo, es el único de los chicos que iba al colegio conmigo el año pasado, el resto están en primero B o primero C, y un par se han ido a otros centros. Hubiera preferido que fuéramos todos juntos, pero me explicó Magda, mi tutora, que nos repartieron en diferentes clases para que no se formaran grupos y favorecer la integración, el compañerismo y la interacción. "Integración" e "interacción" deben de ser sus palabras favoritas, no deja de repetirlas a cada momento. Las habré escuchado un millón de veces esta semana. También van a nuestra clase Elena y María. Siempre me llevé muy bien con ellas, aunque a partir de cuarto ya no íbamos tanto juntos. A Óscar siempre le gustó María. Lo sé, aunque nunca me lo hayadicho. Se le nota un montón. Cuando está delante... ¡ni habla! Tampoco es demasiado hablador cuanto hay mucha gente, pero si está ella parece que se ha quedado mudo. Pues nada, que de los catorce que éramos en nuestro pequeño colegio, quedamos doce y nos han dividido en tres clases. Y ahora somos unos veinticinco en cada una. Está bien porque al ser tantos es más fácil pasar inadvertido. Puedes esconderte un poco. Y al resto de compañeros los vemos en el recreo, tenemos dos de un cuarto de hora. Se hacen un poco cortos, apenas te da tiempo de nada. Pero por suerte tenemos toda la tarde libre, podemos descansar mucho. Además, como es la primera semana, los profes apenas nos han dado deberes, así que... ¡genial! Y como el primer año del insti es complicado, mis padres no me han apuntado a ninguna actividad extraescolar. Así he podido ir todas las tardes a la piscina, era la última semana que estaba abierta, tenía que aprovecharlo. Ojalá todo el curso sea así: tranquilo en el insti, apenas deberes y a divertirse por la tarde. Creo que me va a gustar el instituto. Con el miedo que nos hacían pasar los chicos más mayores que comenzaban la ESO. Cuando venían de visita al cole solo nos contaban historias para asustarnos: que si se meten mucho contigo, que si te ponían muchos deberes que no te daba tiempo para hacer nada más, que si preferirían volver al colegio. Sí que es distinto, con mucha más gente y muy diferentes todos; pero, aparte de eso, se parecen bastante, incluso me parece mejor. Ojalá siga así, porque son seis años los que voy a tener que pasar aquí. ―¡M Capítulo 3 ira la camiseta que lleva Santi! ―¿Y qué son esos dibujos? ―Parecen un perro amarillo y gordo... ¡y un niño con un gorro de conejo! ―Sí, y además con unos brazos muy largos. ―Se los habrán estirado para darse muchos abrazos. ―¡Santi! ¿Te dan muchos abrazos tus amigos de la camiseta? ¿Qué te pasa? ¿Necesitas mucho amor? ―¡Te gustaría tenerlos tan largos para abrazar a Óscar!, ¿verdad? Como vais siempre juntos a todas partes... ―Espera, creo que son los dibujos que ve mi vecinita por la tarde. ―¡Santi! ¿Quieres ir a casa de mi vecinita a ver con ella los dibujos? Y luego quizá podáis jugar a algo. ¿Quieres que la llame para ver si podéis quedar esta tarde? ―¡No te vayas! ―Se fue... ―Déjalo, es un pringado. Vamos al patio. ―Sí, vamos, me estoy aburriendo. Pero antes vamos al lavabo a fumar. ―Vale. ―Compré de estos en la máquina del bar de la esquina, mientras el camarero no miraba. Ya no le puedo coger más a mi padre, se va a dar cuenta y no quiero bronca. Está muy nervioso todo el tiempo. ―Pues tú pasa y ya está. ―¿Te gustan? ―Sí, están bien. Pero son un poco fuertes. ―No seas maricón. ―Un par de caladas más y vamos. ―Vale. ―¿A qué quieres ver si está Elena? ―No, solo quiero ir, y ya está. ―Joder, no te enfades... ―Pues tú no me busques, ¿trato? ―Trato. ―No me apetece ir a clase luego. ―Solo quedan dos clases. Mejor no ganarse mala fama tan pronto. ―Pues me echaré una siesta. Me aburre mucho Sociales. ―¡Buena idea! Yo también me acosté tarde anoche. ―Pero podemos ir al parque al salir de clase... ―¿Para? ―Es donde van todos los de la ESO. ―Vale. Capítulo 4 ¡G ilipollas! Son unos gilipollas. Marc y David. Todo por llevar una camiseta de Hora de aventuras. Como si no supieran quiénes son sus personajes. Seguro que la veían de pequeños o que la siguen viendo. Me parece que quieren hacerse los mayores y darse importancia. Vienen de otro colegio y buscan siempre llamar la atención, como fuman y eso. Igual no ha sido para tanto, pero no me ha gustado. Me he ido y ya está. Por suerte no había gente cerca y nadie se ha dado cuenta de que se estaban metiendo conmigo. Eso habría sido mucho peor... Parece que en el insti hay que elegir lo que te pones con mucho más cuidado. En el cole apenas te fijabas, había días que elegías sin mirar, te daba igual, y los demás tampoco se fijaban tanto en la ropa, solo las chicas, que a partir de quinto se pasan más tiempo mirando y hablando de ropa y de sus cosas en el patio que jugando de verdad. Los dos últimos años las chicas iban por su lado y nosotros por el nuestro, incluso María y Elena, que antes siempre estaban con Óscar y conmigo y se burlaban un poco de lo superficiales que eran el resto de chicas. Parece que ahora hasta los chicos se fijan en la ropa. Así que esta tarde me he pasado un buen rato mirando mi armario. No sabía que tenía tanta ropa, de algunas prendas ni me acordaba. Ha sido un poco aburrido, pero me ha hecho gracia encontrar algunas camisetas que ya no me van. Imagino que mi madre las guardó porque eran mis favoritas: Pokémon, Gormiti, Ben 10... Yo tampoco voy a tirarlas, las guardaré para... No lo sé... Al final, no he hecho nada de lo que tenía que hacer, mi idea era seleccionar la ropa más guay y tirar la de "niño pequeño"; pero no quiero hacer cosas que no me apetecen solo por miedo a que alguien se burle de mí. Además, se me ha ocurrido la solución: ponerme ropa sin ningún dibujo ni nada, que igual te pones una camiseta de fútbol o de un grupo de música, o lo que sea, y caes bien a algunos, pero otros se meten contigo porque no les gusta ese grupo o no son de tu equipo. Tampoco soy seguidor de ningún equipo y la música me gusta de muchos estilos, excepto la cumbia y el reggaeton. Así que aprovecharé las camisetas más "aburridas". Nadie se puede burlar de ti si llevas una camiseta que no pone nada, ¿no? Lo mejor es no llamar la atención. No serás el más popular, pero tampoco se meterán contigo. El resto de compañeros de clase no parecen unos capullos como David y Marc, aunque todavía no los conozco demasiado. Con algunos ni he hablado aún, casi no tenemos tiempo de charlar. Cada vez los profes dan más y más temas, no puedes distraerte mucho. Las asignaturas son más o menos las mismas que el año pasado, y tampoco son demasiado difíciles, aunque los profesores son más duros y, a veces, como somos muchos más en clase que antes, no te pueden resolver todas las dudas, y no está bien visto preguntar mucho, pero voy entendiendo bien. Lo único: el Inglés. Verbos, verbos y más verbos. Y todo el rato el teacher hablando muy rápido y en inglés. La mayoría no entiende nada de nada; yo... algo, que siempre saqué muy buenas notas en esta asignatura. En todas, en realidad. Casi todo notables y algún sobresaliente. Mis padres están bastante contentos por eso, pero tampoco demasiado. Me felicitan y a continuación añaden siempre: "Con tu inteligencia es normal que saques buenas notas". Me molesta ese comentario. Lo he oído desde que recuerdo. Parece que es como si no me esforzara... No es así. Lo que pasa es que hago siempre los deberes y presto atención en clase, incluso si la asignatura no me gusta. Entonces, atiendo más aún. Por eso luego no tengo que estudiar tanto antes de los exámenes, pero mis padres creen que es solo porque soy inteligente. No lo soy tanto, soy un chico normal. Y a los profesores les pasa igual, siempre sale la misma frase en las notas: "Rinde por debajo de sus posibilidades", aunque tenga un notable o un notable alto. Creo que es porque a veces me concentro mucho, no porque sea listo. Ahora ya tenemos más deberes, sobre todo de Matemáticas. Rafa, nuestro profesor, nos pone ejercicios después de cada clase. Dice que la única forma de aprender su asignatura es practicar, practicar y practicar. A Óscar le está costando un poco y le han puesto una profesora particular, Virginia. Va a segundo de bachillerato y vive cerca de mí. Cuando era más pequeño, solía quedarse un rato jugando conmigo si mis padres salían o estaban ocupados. Me hacía reír muchísimo, y veíamos muchas pelis de miedo juntos. A los dos nos encantan, a mí desde pequeño. De eso hace bastante... Cuando me fui haciendo mayor y ya podía quedarme solo en casa, dejó de venir. Creo que quiere ser bióloga, al menos eso me explicaba siempre. Me pregunto si acabaré conociendo a todos como en el colegio. Me parece imposible.Igual cuando esté en segundo de bachillerato... Las chicas cambian de peinado o de color de pelo todo el tiempo y a veces no parecen las mismas. Incluso Elena. De repente aparece un día con el pelo bastante X más corto y de un color diferente. Ni la reconocí al principio, parecía mucho mayor, muchísimo. Me caía un poco mejor antes, cuando era más como nosotros, pero seguimos siendo amigos. Además, me parece que se lo pasaba mejor antes, cuando estábamos siempre juntos los cuatro: María, Óscar, ella y yo. Mi madre dice que las chicas son diferentes y que maduran antes. Pues si ser maduro significa aburrirse, no quiero serlo. Prefiero seguir como hasta ahora. Capítulo 5 antiXan: Te fuiste antes del insti. No me dijiste nada. osky2003: Me venían a buscar mis padres. Y estaba de mal humor. XantiXan: No te preocupes por el examen de Mates. osky2003: Ya, me fue mal. XantiXan: Solo es el primer examen. osky2003: Lo sé. XantiXan: Y creo que van a suspender muchos. osky2003: No lo sé. Cambiemos de tema. XantiXan: Sí, mejor. osky2003: ¿Se han vuelto a meter contigo Marc y David? XantiXan: Por ahora no, he intentado camuflarme a la salida. osky2003: Está bien. Y es mejor seguirles la corriente o intentar hacerse amigo suyo. XantiXan: ¿Por qué? Si son unos gilipollas. osky2003: Pero si te haces su amigo, se meterán menos contigo. XantiXan: ¿Seguro? osky2003: Yo creo que sí. No te metes tanto con alguien si es tu amigo, le puedes hacer bromas, pero nada más. XantiXan: ¿Y si no quiero ser su amigo? osky2003: No es que seas su amigo, solo que parezca que lo eres. XantiXan: No lo sé. ¿Dónde has ido con tus padres? osky2003: A una psicopedagoga. XantiXan: ¡Ostras! osky2003: Sí. XantiXan: Joder. osky2003: A la salida mi padre me ha comprado un dron. XantiXan: Pero si ya tenías uno. osky2003: No, dos. XantiXan: Es verdad. Y ya ni jugamos. Estaba bien al principio, pero luego aburre. osky2003: Hubiera preferido más juegos de la Play. XantiXan: Y yo. osky2003: En verdad se lo ha comprado para jugar él. Hemos ido a estrenarlo y todo el rato lo usaba él. Solo me ha dejado unos minutos cuando se ha cansado. XantiXan: Podría comprarse uno para él solo. osky2003: Ahora se ha comprado un coche nuevo. XantiXan: ¿Y cómo es? osky2003: Casi igual que el otro, pero un modelo más nuevo. A veces me lleva a dar vueltas por ahí y me explica cuánta potencia tiene y no sé qué del motor. XantiXan: Qué interesante. osky2003: Ya. XantiXan: Sabes que el otro día jugué con mi padre al Just Dance. Hicimos un duelo y me ganó. osky2003: ¿En serio? XantiXan: Sí. osky2003: ¿Y te ganó? XantiXan: Sí, pero es porque me relajé. osky2003: ¿Seguro? XantiXan: Es que me daba un poco de corte verlo bailar. Se movía mucho, demasiado. Parecía que le estuviera dando un ataque de epilepsia o algo así. osky2003: ¿De verdad? Me hubiera encantado verlo. Tu padre es un tipo genial. XantiXan: Pero a veces también se pone serio, aunque poco. osky2003: Eso da igual. Ojalá mi padre fuera como el tuyo. XantiXan: Supongo. osky2003: ¿Quieres un duelo al Just Dance? XantiXan: Vale. osky2003: ¿Qué prefieres? XantiXan: Elige tú. Que siempre te gano. Te voy a dar un poco de ventaja. osky2003: No presumas. Le pediré a tu padre que me entrene y ya verás. XantiXan: Tú elige y no me retes. osky2003: Pues I Gotta Feeling. XantiXan: Vale, mola mucho esa canción. Me gusta Black Eyed Peas. XantiXan vs osky2003 XantiXan: Te gané las tres veces. osky2003: Pero la segunda fue muy ajustada. XantiXan: Sí, te salen mejor los giros. osky2003: Pero casi me doy contra un mueble. XantiXan: Pues como rompas algo, tu madre se va a enfadar. osky2003: Y si no lo rompo, también. XantiXan: ¿Qué quieres decir? osky2003: Siempre está enfadada. XantiXan: Es verdad. osky2003: Prefiero estar en el insti que en casa. XantiXan: ¿En serio? osky2003: Te lo juro. U Capítulo 6 n diez en el primer examen en el insti. Me había ido bastante bien, aunque como soy algo distraído esperaba que hubiera algún error. Pero no, me salió perfecto. No era difícil: raíces cuadradas, potencias y operaciones combinadas. El año pasado me parecían mucho más complicadas. A veces sucede, lo que antes te costaba, cuando lo repasas tiempo después resulta facilísimo. Eso sí, estaba nervioso porque eran bastantes ejercicios, y cada dos por tres miraba el reloj de la pared, parecía ir más rápido de lo habitual. Cuando quieres que la clase se acabe rápido, parece que las manecillas ni se muevan. En cambio, si vas apurado de tiempo, es como si fueran a toda velocidad. Por suerte, acabé justo a tiempo. Durante un instante, me quedé mirando a Óscar, parecía estar pasándolo fatal. Hubiese querido ayudarle... Marc y David, como si no les importara. Y María y Elena, tranquilas. Al final, han sacado un 8 cada una. Óscar y David un 1, la nota que te ponen a veces para no poner un 0. Y Marc ha aprobado, por los pelos. Ha guardado el examen enseguida, doblándolo como si fuera un papel cualquiera, y cuando se acercaban a preguntarle por la nota, hacía que no con la cabeza, como si hubiera suspendido; pero yo he visto que ponía 5,5 y una nota del profesor que decía: "Puedes hacerlo mucho mejor". Creo que hubiera tenido que hacer lo mismo que él, porque cuando se han enterado de que tenía un 10, enseguida han empezado a meterse conmigo. El propio Marc y, especialmente, David. No esperaba que me felicitaran, pero David se ha pasado mucho, llamándome empollón, motivado y capullo. Incluso me ha dado una colleja, no muy fuerte. Él sí que es un capullo. Y el profe, Rafa, nos ha llamado la atención a los dos. Yo no había hecho nada. Pero lo peor de todo ha sido ver que Óscar también se burlaba, como casi todos. Marc y David son los líderes del curso y todo lo que hacen o dicen es celebrado por toda la clase. La única que se ha acercado a felicitarme ha sido Elena, igual es que le he dado pena, porque apenas hablamos últimamente, pasa bastante de mí. Mientras, David seguía insultando y haciendo el gilipollas. Y así ha seguido todo el día, no se cansaba nunca. En las clases e incluso en el patio, donde ha seguido burlándose delante de los del B y el C. El peor día en el insti. Llegar a casa ha sido un alivio. No les he contado nada a mis padres. Bueno, solo la nota del examen. Nada de lo otro. No sé cómo reaccionarían. Es posible que a mi madre le diera por llamar al insti y hablar con el director o con mi tutora para que hicieran algo. Creo que sería mucho peor, porque mis compañeros acabarían enterándose y pensarían que soy un chivato. Ahí sí que tendría problemas de verdad. Esto ya no es el colegio, ya no somos niños. Pero es que mi madre sigue tratándome como si lo fuera. Con mi padre es algo distinto, no está tan encima de mí todo el tiempo. Sé que mi madre lo hace porque me quiere, pero a veces me agobia un poco. Creo que le explicaría antes lo que me ha pasado a mi padre, no se preocuparía tanto. O a los dos juntos. Pero a mi madre a solas, seguro que no. Aunque, cuando les conviene, sí que me tratan como a un adulto: si he de poner la mesa, ir a comprar algo u ordenarme la habitación. Ahí sí que soy mayor. Me da un poco de rabia que lo actúen así: o soy un niño o soy mayor, que decidan ellos, pero para todo. ―H Capítulo 7 ola. ―¡Hola! ¿Cómo estás? ―Bien. ―Te llamé un par de veces, ¿no viste las llamadas perdidas? ―Estaba trabajando. ―¡Tú siempre trabajando! ―Sí. ―¿Te dijo Óscar que Santi se viene a cenar a casa y luego se queda a dormir? ―Sí, no hay problema. ―Ya en el instituto... Parece mentira... ¡Cómo crecen! Parece ayer que los llevábamos a preescolar y no querían soltarse de nuestra mano... ¿Cómo le está yendo a Santi? ―Bien... ―¿Qué suerte? Con Óscar, lo de siempre. No se centra. Todo el día enganchado a la Play, al ordenador, al móvil... A lo que sea con tal de no estudiar. Me da tanto trabajo, ni te imaginas... No sabes lo afortunada que eres con Santi... ―¿Y tu marido y la peque? ―Estupendos, los dos. Clarita es un amor,toda una princesita. Y mi marido... trabajando mucho... Este verano estuvimos de vacaciones en Mallorca y luego pasamos dos semanas en París. Los chicos lo pasaron estupendo en Eurodisney. ―Sí, ya me contaste... ―Tendríais que ir. Tengo una amiga que trabaja en una agencia de viajes y podría conseguirte algún descuento. ―Podría ser... ―Por cierto, mi marido se ha comprado un coche nuevo. Es que el antiguo tenía dos años ya. ―Claro... ―Pero... ¿sabes?, como trabaja tanto, algún lujo se ha de dar. A mí me ha comprado un vestido, ni te imaginas lo que es... ― Entonces, ¿a qué hora...? ―¿Te conté lo de mi hermana? Creo que la has visto alguna vez a la salida del colegio cuando iba a recoger a Óscar. ― No... ―Pues se separó de su marido. Decía que la maltrataba psíquicamente, es una exagerada. Pero si no le faltaba de nada. No tenía queja. A veces con los hombres hay que tener un poco de paciencia. Ellos son así. Ya lo sabes. ―No, no lo sé. ―Hay que ser su apoyo. ―¿Su apoyo? ―A aguantar me refiero. ―¿Aunque te maltraten? ―¡Qué exagerada eres! Pareces mi hermana... ―... ―Bueno, ¿a qué hora traes a Santi? ―¿A las ocho va bien? ―Perfecto. Te dejo, que oigo que mi marido llega con el coche. ―... ―Besos. Capítulo 8 El otro día fui a dormir a casa de Óscar. Nos gusta pasar toda la noche juntos y quedarnos despiertos hasta que nos da la gana. Unas veces en su casa y otras en la mía. Vive en medio de la nada, a mitad de camino entre mi pueblo y el de al lado. Su casa tiene un montón de campo alrededor para jugar. De pequeños nos pasábamos todo el día fuera. Aunque es un poco incómodo para él porque sus padres han de llevarle en coche a todas partes. Pero la casa es enorme y su habitación también. Y tiene de todo: todas las videoconsolas que existen, un montón de juegos, una guitarra eléctrica, una batería, dos ordenadores, hasta una pequeña cama elástica. Podemos jugar a lo que queramos. A él le gusta más venir a mi casa, en la suya sus padres están todo el tiempo discutiendo y gritando. La única manera de dejar de oírlos es encerrarnos en la habitación y poner música o el volumen de la Play al máximo. Hemos jugado un montón de rato al Call of Duty, al final me cansó un poco, pero desde hace unos días que solo juega a este juego, no quiere jugar a ningún otro, parece que se está entrenando, como si fuera a competir en un campeonato. Yo estaba cansado y me fui a dormir, y él seguía jugando, con los auriculares puestos, por suerte, la cabeza me dolía un poco y comenzaba a sentirme mareado, hasta me picaban los ojos. Habremos jugado seis horas seguidas sin parar. Está un poco raro. Creo que es por lo de sus padres. Creo que están discutiendo más de lo habitual. Y hablan de sus problemas de concentración en clase como si él no estuviera delante. Y lo que es peor, de sus problemas de pareja. ¿Por qué harán eso? Es muy incómodo cuando los adultos hablan de problemas que se supone que no debemos oír y hemos de fingir que no entendemos de lo que están hablando. Pero yo desde los ocho años, o antes, me entero de casi todo. Y todos los chicos de esa edad. Pero hacemos ver que no escuchamos o que no entendemos lo que dicen. A veces porque nos conviene, va bien hacerse el tonto. Todos lo hacemos, como cuando sabemos desde hace tiempo que los Reyes Magos, Papá Noel o el ratoncito Pérez no existen. Disimulamos un poco para asegurarnos de recibir los regalos, porque en cuanto descubren que lo sabes, los regalos disminuyen un poco, o peor, te regalan calcetines. Sé que es normal que los padres discutan, los míos también lo hacen, pero siempre acaban haciendo las paces, incluso riendo. Los suyos no. Además siempre le recriminan que no saque buenas notas y que tenga problemas en el colegio. Discuten por cualquier motivo, muchas veces sin importancia, y acaban echándole la culpa a él. Y su madre está siempre agobiándole. No trabaja y está todo el tiempo llevándolo a psicólogos y médicos, y apuntándole a un montón de actividades. Su padre es al revés, pasa bastante de él, y cuando le habla es para insultarle: "Eres tonto", le he oído decir delante de mí. No quiero pensar lo que le dice cuando no estoy delante. En cambio, a su hermana Clara siempre le están diciendo lo guapa y lo lista que es. No sé, no me divertí tanto como otras veces que estábamos juntos. Sí que nos reíamos algunos ratos, pero a veces lo notaba un poco incómodo conmigo. Siempre nos contamos todo, pero recibió algunos mensajes al móvil y al preguntarle quién era se quedó callado. Tampoco pretendía que me los enseñara, solo tenía curiosidad por saber quién era. Yo se lo diría, por algo somos amigos, y los amigos han de contarse todo, o eso pensaba yo. Luego nos hemos enfadado un poco, por otra razón. Le he preguntado por Virginia. Hace unos días empezó a darle algunas clases. Hemos discutido al hablar de ella. Dice que es una pesada y un poco creída. Yo la conozco desde hace más tiempo y sé que no es así. Es la chica más genial que existe. Yo estaría encantado de que me diera clase. No entiendo por qué le cae mal. Creo que debe de ser porque le obligan a hacer clases con ella. A mí algunos profes del insti no me caen demasiado bien. No me gusta enfadarme con nadie, y todavía menos con él. Es mi mejor amigo desde siempre y no sé qué haría sin él. D Capítulo 9 avidoff69: Muy bien, Osk. Has entrenado duro, se nota. osky2003: Sí. davidoff69: ¿Y tus padres no se enfadan? osky2003: Espero que se duerman y me levanto a jugar. davidoff69: ¿Y si te pillan? osky2003: Pues me castigan, pero me da igual. davidoff69: Sí, tú pasa de ellos. Es lo que hago con los míos. osky2003: Además, siempre se están peleando. davidoff69: Los míos también se peleaban mucho, pero ahora ya no. osky2003: ¿Y eso? davidoff69: Porque ni se hablan. Duermen en habitaciones separadas. Y van cada uno a lo suyo. Mejor así. Y me dejan en paz. osky2003: Ojalá mi madre me dejara en paz. Es muy pesada. davidoff69: Pues dile a todo que sí, y luego pasa. osky2003: Lo haré. davidoff69: Te aseguro que funciona, es lo mejor. ¿Jugamos otra? osky2003: Las que quieras. Me pasaría el día jugando. davidoff69: Yo también, es el mejor juego. Algunos son un asco, como el Just Dance. osky2003: A mí ya no me gusta. Es para niños pequeños o para chicas. Hace mucho que no juego. Dos horas después... davidoff69: Te has dado cuenta de lo importante que es elegir buenas armas, y hay que ir cambiándolas. osky2003: Sí. davidoff69: Y me cubriste bien. osky2003: Santi me enseñó esa táctica. davidoff69: Ese capullo. osky2003: A mí me cae bien, y es bastante divertido estar con él. davidoff69: ¿Pero qué dices? Si es un fracasado. osky2003: No lo es. davidoff69: Siempre tan perfecto, el niño mimado de su papá y de su mamá, con su familia perfecta. osky2003: No es tan perfecto. davidoff69: Mira, la vida es dura, así que mejor que lo aprenda pronto. Le estamos haciendo un favor. No es como nosotros, que tenemos que arreglárnoslas con nuestros problemas y nuestros padres. Es un flojo y necesita madurar. osky2003: Pero no hay que pasarse. davidoff69: Tú puedes hacer lo que quieras y ser su amigo si quieres, pero si vas con él, ya sabes lo que te va a pasar. ¿Eso es lo que quieres? osky2003: No. davidoff69: Pues ya sabes lo que has de hacer. osky2003: Vale, pero no te enfades. davidoff69: Además, si eres mi amigo nadie se meterá contigo. osky2003: Lo sé. davidoff69: Ni los chicos de bachillerato. osky2003: Sí, ya. davidoff69: ¿No te lo crees? osky2003: No es que no me lo crea. davidoff69: Pues el año pasado, cuando estaba en el colegio, le di una paliza a uno de bachillerato que se metió conmigo. osky2003: No lo sabía. davidoff69: Pues ya lo sabes. osky2003: ¿Se metía mucho contigo? davidoff69: Se metió una vez, pero eso es suficiente conmigo. "Ó Capítulo 10 scar Vidal y David Hernández ahora son amigos". "Óscar Vidal y Marc Prat ahora son amigos". ¡Qué rabia! No lo entiendo, después de cómo se estánportando conmigo, va y se hace amigo por face. Hubiera preferido no haberlo visto. Fue por casualidad, casi no entro al face, pero quería echar una partida al Animal farm. Todos están haciéndose selfies todo el tiempo y colgándolas. Y poniendo "Me gusta" en todas partes, aunque no les guste la publicación. Solo lo hacen para quedar bien con el que lo ha puesto. Cada día han de poner cómo están o lo que les ha pasado, aunque no sea nada importante ni divertido. Marc y David siempre están poniendo cosas violentas. Y están todo el día posteando de la serie The Walking Dead. Yo prefiero hacer otras cosas con el ordenador y con el móvil. Hay tanto que se puede hacer: diseñar inventos con algún programa, buscar juegos que no tiene la Play, investigar de algún tema, navegar sin más, a veces creo que me gustan demasiadas cosas. A los otros chicos, les gustan dos o tres cosas. A algunos, solo una, o eso parece. Hay dos chicos en mi clase que solo hablan de fútbol. Entiendo que les guste, pero solo juegan a eso, lo ven por la tele y hablan de partidos y jugadas todo el tiempo. Lo mismo pasa cuando a alguien le gusta un grupo de música, solo existe ese y todos los demás son un asco. Solo pueden escuchar a ese, como si escuchar otro tipo de música fuera una especie de traición. Y luego están los que se pasan todo el día con los videojuegos... Igual no encajo por eso y de ahí que se metan conmigo. Es posible que tenga que ser más como los demás. Tres días después... "Una solicitud de amistad de David Hernández". "Una solicitud de amistad de Marc Prat". En ningún momento pensé que quisieran ser mis amigos, pero los agregué, hubiese sido peor no hacerlo, estoy seguro. Quizá lo hacían solo para sumar más amigos, muchos te agregan sin conocerte o sin que seas su amigo, solo para tener más y más. Me equivocaba. Solo era otra forma de meterse conmigo, ahora por Internet. Están todo el tiempo etiquetándome en fotos no muy agradables. He de estar todo el tiempo quitando las etiquetas, eliminando comentarios, ocultando y demás. También recibí mails metiéndose conmigo, pero eso no me importa, solo los veo yo. Pero con face es diferente... Lo ve todo el mundo. El otro día, en clase de Informática, aprovecharon que dejé mi face abierto para poner "Soy subnormal" en mi estado, como si lo hubiera escrito yo. Se tomaron mucho trabajo para una broma tan tonta. Tuvieron que esperar un momento en que fui al ordenador de Elena para que miráramos un ejercicio juntos. Muchas de las "bromas" son cuando ella está cerca. Creo que les falta un poco de imaginación. A veces pienso que soy yo el que les hago putadas y son bastante más creativas. Pero bueno, desde que están todo el día fastidiando por Internet, parece que se meten menos conmigo en persona. Pues si eso los calma, que me fastidien todo lo que quieran de ese modo. Creo que no los voy a borrar como amigos, dejaré que se desahoguen así. El verdadero problema con face es que se enteren mis padres, que también lo usan a veces, aunque por suerte, poco. No quiero que sepan lo que me está pasando. Me da bastante vergüenza. Ellos tienen muchos amigos. Los dos son hijos únicos, como yo. Por eso tampoco tengo primos. Siempre hablan de la importancia de los amigos para los que no tienen hermanos. Conservan a sus amigos del instituto. Dicen que los amigos que haces allí son para toda la vida. Son como hermanos para ellos. De vez en cuando viene alguno a cenar, y se divierten recordando anécdotas de cuando iban al insti. Parece que lo pasaban fenomenal, me dan mucha envidia. Se pasaban todo el día riendo y bromeando, por lo que parece. Me encantan algunas de sus aventuras, aunque las haya escuchado una y otra vez. Siempre me divierten, y más ahora, porque no tienen nada que ver con lo que me está pasando a mí. Mi padre era bastante popular en el instituto. Su mejor amigo me contó que era un ligón. Y mi madre seguro que también fue muy popular, sé que montó un grupo de música con algunos compañeros de clase y hasta hicieron algunos conciertos en el insti. Lo peor viene cuando me piden que les explique yo algo divertido del insti. No sé qué decir. A mí no me ha pasado nada bueno ni divertido. Me quedo callado e intento cambiar de tema. Creo que nunca les voy a explicar lo que me está pasando. Van a pensar que soy un bicho raro. Además, no creo que me entiendan porque ellos comenzaban el insti dos años más tarde que yo. Tenían ocho cursos de primaria, la EGB, y no dejaban el colegio hasta los catorce. Qué envidia. Luego el BUP y el COU. Seguro que así era todo más fácil. Y luego dicen los mayores que en sus tiempos todo era más duro y que ahora lo tenemos todo mucho más fácil. Me gustaría verlos con doce años y con mis problemas. ―M Capítulo 11 e preocupa Santi. ―¿Por?... ―No sé, ¿no lo notas muy callado? ―... ―Como triste todo el tiempo. ―Puede ser... ―Y ya no se ve tanto con Óscar. ―Sí, me he dado cuenta de eso. ―Le he preguntado varias veces si todo está bien con él. ―¿Y? ―Dice que sí, que no hay ningún problema. ―¿Tú le crees? ―No, tengo la sensación de que algo no marcha bien... ―Habla con la madre de Óscar a ver si sabe algo... ―Podría intentarlo, pero que me escuche es otra cosa. Solo sabe hablar de ella misma o de su familia, qué mujer... ―Sí, es un poco... ―Sí, ya sabemos cómo es. Pero Óscar es un buen chico. ―¿Crees que se habrán peleado? ―¿Santi y Óscar? Es posible... Cosas más raras se han visto. Los doce y los trece son una edad difícil. Recuerdas lo mal que lo pasé en séptimo y octavo. ―Sí, me contaste. Aunque me cuesta de creer, yo te conocí en el instituto y eras el chico 10. ―Pues créelo, ahora me parece poca cosa, pero por aquel entonces viví un infierno, te lo aseguro, estaba desesperado. Por suerte, todo cambió al comenzar el instituto. ―Quizá porque entonces, con catorce años, eras más maduro... ―O tal vez había aprendido la lección... ―¿A qué te refieres? ―Lo pasé tan y tan mal en el cole que al entrar al insti hice todo lo posible por ser popular y amigo de todos. ―Y lo conseguiste. ―Parece que sí, pero también era agotador. Tenía que estar pendiente de caer bien a todo el mundo y, en ocasiones, no era yo mismo para conseguirlo. No fue tan fácil como crees. ―Yo creo que entran demasiado jóvenes al instituto... ―... ―Se les junta la pubertad con la entrada al instituto. Demasiado cambio de golpe. Imagina que lo que te pasó en los últimos años de EGB te hubiera pasado en el insti... ―Sí, hubiera sido demasiado. ―Tendremos que estar pendientes de Santi. ―Sí. ―Pero si fuera algo grave nos lo habría explicado, ¿no? ―Sí, siempre nos ha explicado todo. ―¿Has visto lo mono que está? Todo un hombrecito... ―A veces viene cuando me afeito y se afeita conmigo. Aunque no le haga falta... ―Sí, solo tiene cuatro pelitos. Es tan sensible... ―Sí, como su mamá, igual de dulce... ―¡Qué zalamero eres! ¿Crees que tendrá novia? Quizá le guste alguna chica... ―Elena, quizá... ―No, es muy pequeño aún... ―No te creas... ―¿Tú ya naciste un donjuán? ―Casi. Siempre se me dio bien. N ―Pues, cuidado, que la vanidad engorda. Te noto amigos de más alrededor de la cintura. ―Es la curvita de la felicidad, nada más... ―Sí, sí, yo lo llamaría barriguita. ―Es porque me haces muy feliz. ―¡Cómo eres! ―No te quedes leyendo hasta muy tarde, y acuérdate de apagar la luz de la mesilla. ―Vale, cariño, y no seas gruñón. Capítulo 12 o tengo ganas de nada. Solo me apetece dormir. O estar en la cama, aunque no duerma. Por la noche, antes de dormirme, imagino que todo es diferente, que es como antes. Y lo peor llega al despertar. Antes siempre me levantaba con ganas de ir a clase y hacer cosas, pero ahora me quedaría debajo de las sábanas todo el tiempo. Además, ya empieza a hacer frío y cuando suena el despertador a las seis y media aún es de noche. Pero al final hay que salir de la cama. Me cuesta hasta ponerme la ropa. Y aunque el trayecto hasta la parada de autobús es muy corto, doy varios rodeos, hago todo lo posible porno llegar al insti ni un minuto antes de lo necesario. Ya no tengo amigos y no le importo a nadie en el insti. Los profesores hacen como si les importaras, pero es su trabajo, han de hacerlo. Además, no me llevo bien con Magda, mi tutora. No lo sé, es buena mujer, pero no me dan ganas de explicarle nada. En realidad no les importo. Ni a Elena y María, que casi no me hablan. Tampoco creo que tengamos mucho en común, que solo parecen interesarles Abraham Mateo y David Parejo. Y Óscar ya no es mi amigo, no puede serlo si se junta con David. Me ha decepcionado mucho. Que te insulten y te fastidien todo el tiempo no es comparable a perder a tu mejor amigo. Es lo peor de todo. Con el único que me llevo bien es con Rafa, el de Mates. Sus clases son una pasada y se me pasan volando. Cuando hago los ejercicios en casa me olvido de todo, me concentro en los problemas y operaciones, y todas las preocupaciones desaparecen como por arte de magia. Ni siquiera me enfado cuando no me salen, lo sigo intentando hasta que encuentro la solución. Y el resto de clases, algunos temas son interesantes, sobre todo de Naturales y Sociales. Es lo único que me consuela, las clases, y que los exámenes me están yendo bien. Está claro que soy un bicho raro, seguro que no hay nadie más en todo el insti que piense que lo mejor de ir son las clases y estudiar. Y mis padres notan que algo va mal. Cada vez que llego de clase me preguntan qué tal con cara de preocupación. Intentan disimular, pero se les nota. Y yo ya me estoy cansando de hacer ver que todo va bien. Pero no va bien, ni el insti ni fuera de él. Cuando tenemos alguna salida fuera del insti también es un asco. En el colegio me encantaban las excursiones, ahora ya no. Tengo que ir siempre cerca del profe que nos acompaña, es la única forma de evitar las burlas. El otro día tuve que sentarme con mi tutora todo el trayecto en el autocar, no sabía de qué hablar con ella. En cambio, mis compañeros reían y charlaban entre ellos. La peor de todas fue la visita a las ruinas griegas y romanas de Ampurias. Cuando acabamos de visitarlas, nos dejaron un par de horas para estar en la playa que hay cerca. Aunque hacía bastante frío, todos estaban cerca de mar, incluso alguno metió los pies en el agua. Yo tuve que esconderme tras unos árboles cercanos y quedarme allí, David me había amenazado durante la excursión: "Creo que te iría bien un buen baño de agua fría". Seguro que de verme por ahí lo habría hecho. Creo que es de los que cumplen sus amenazas. Cuando avisan de alguna excursión, todos se alegran, menos yo. Pero son obligatorias, la única manera de librarse es que tus padres no te dejen ir, entonces vas al insti y haces un trabajo sobre la visita buscando en libros o por Internet. Eso sería mucho mejor, podría estar en clase sin mis compañeros. Sería genial, aunque fuera solo por un día. Un día para estar tranquilo en el insti. Esta semana he ido de visita a mi antiguo colegio. Los profesores se han alegrado mucho de verme, ¡todos! Les he explicado que estoy sacando muy buenas notas y están muy orgullosos. Ha sido duro visitar mi antigua clase, me he sentado en mi sitio y se me han llenado los ojos de lágrimas, aunque no he llegado a llorar. No sé si ha sido muy buena idea, me he sentido peor. Está claro que el tiempo en el colegio ya pasó. Para siempre... Tengo que aprender a ser más fuerte para sobrevivir en el instituto, pero no sé cómo hacerlo. Capítulo 13 aría Capdevila: ¿Qué tal? MElena García: Bien, bueno no. María Capdevila: ¿Qué te pasa? Elena García: Estoy triste. Me puse a escuchar música y me entró la pena. María Capdevila: A veces también me pasa. Elena García: Es raro, ¿verdad? María Capdevila: Sí. Cuando estoy escuchando música, me pongo súper triste, pero no puedo parar. Elena García: Es lo que me pasa a mí. Es como si me gustara estar así. María Capdevila: ¿Piensas mucho en él? Elena García: Sí. María Capdevila: Pues ya sabes. Elena García: Pero no me hace ni caso. María Capdevila: No lo sabes, además lo está pasando fatal. Elena García: Me da una rabia cuando Marc y David se meten con él. María Capdevila: Y a mí. Elena García: Pero cuando me acerco a decirle algo para consolarlo se va a un rincón. María Capdevila: Seguro que es porque le da vergüenza. Elena García: ¿Sí? María Capdevila: Seguro. ¿Tú qué haces cuando estás mal? Elena García: Prefiero estar sola. María Capdevila: ¿Ves? Elena García: Pero si se me acercara él, no me importaría. Aunque estuviera súper mal. Lo miro y dejo de estar triste. María Capdevila: Eso es que estás, ya sabes. Elena García: ¿Sí? María Capdevila: No sé. Nunca me ha pasado. Elena García: ¿No? ¿Y Marc qué? María Capdevila: Es mono y muy listo. Pero es un imbécil, todo el día con David. ¿No sé qué hace con él? Son muy diferentes, me parece. No lo entiendo. Elena García: Es verdad. Yo tampoco entiendo a Santi. Si él quisiera, podría ser muy popular. María Capdevila: Sí. Elena García: Me cansé de escribir, hablemos por voz. Es genial el whatsapp. María Capdevila: Sí. Elena García: Además de listo, ¡es tan guapo! Con esos ojos azules... Ains... ¡Me muero! No entiendo por qué deja que se metan tanto con él. María Capdevila: Y luego las que somos raras y complicadas somos nosotras... Los que están locos son los chicos. Fútbol, pelearse, la Play y sacar malas notas. Elena García: Creo que les da vergüenza que vean que son inteligentes. Por eso sacan malas notas. Menos a Santi, que como saca tan buenas notas se meten con él. María Capdevila: Puede ser por eso. ¿Te has fijado en lo listo que es Marc? Me parece que es el más inteligente de toda la clase. Estoy segura. Elena García: Mucho. Pero intenta disimular, por eso no saca buenas notas. Pero nunca suspende ni un examen, siempre saca un 5 o un 6. Y cuando los profes le dicen lo listo que es hace como si no le importara o se ríe de ellos. María Capdevila: Creo que, si sacara mejores notas, David se metería con él. Por eso lo hace. ¡Estoy segura! Es un cobarde. Cuando lo pienso, ya no me gusta tanto. ¡Ah! Hablando de David, se nota que le gustas... El otro día lo pillé mirándote... Elena García: ¡Qué mala suerte!... Porque a mí no me gusta nada de nada. Aunque me parece que a algunas de la clase les gusta. María Capdevila: Yo sé a dos que les gusta mucho: Irene y Sandra. Están locas por él. Y siempre le dan fuego o le invitan a un cigarrillo. Creo que Irene se lio con él. Elena García: Me parece que sí, y Sandra, si le hiciera caso, también... Pero me parece que a David no le gusta. Aunque como siempre le gusta presumir de las chicas con las que ha estado, igual tienen algo algún día. María Capdevila: No sería raro. Y seguro que si pasa va contándolo por toda la clase. Elena García: Yo no me besaría nunca con un chico que no me gustara. Debe de ser... No sé... Desagradable... Pero ellos son de otra manera. Bueno, no todos... Otros como Santi... Él seguro que no lo haría. Ves, no dejo de pensar en él. María Capdevila: Ves cómo estás enamorada... Elena García: Sí... Bueno, voy a estudiar un rato. Intentaré ponerme con los ejercicios de Mates. Voy a ver si puedo concentrarme. L María Capdevila: ¿Vas a estudiar o te vas a poner a escuchar música y a pensar en él? Elena García: Si puedo concentrarme, estudiaré. Sino... Bueno, yo lo intento... No sé. María Capdevila: Me parece que vas a acabar escuchando música. No te estreses. Nos vemos mañana. Elena García: Hasta mañana. Haz también los ejercicios... Así comparamos antes de entrar en clase. Capítulo 14 os odio, los odio, los odio. Me dan tanta rabia. Es una mierda. ¡Todo! Ya no les basta meterse conmigo por face o insultarme, ahora han comenzado a pegarme. Bueno, solo David, el resto se ha quedado mirando, algunos lo animaban, otros estaban callados, pero no han hecho nada por ayudarme. Esta semana nos han ido dando las notas de los últimos exámenes. Cada vez que me daban una buena calificación, recibía abucheos. Luego, a la salida de clase,he pasado por el parque. Allí estaba toda la clase. No sé por qué, imagino que porque no soy ningún cobarde, estoy cansado de esconderme, me he acercado a saludar, pero antes de llegar donde estaban todos, David se ha abalanzado sobre mí. Me ha embestido como un animal rabioso y me ha lanzado contra el suelo, cayendo encima de mí. El golpe ha sido tan fuerte que, por un momento, se me ha cortado la respiración. Y entonces ha comenzado a darme golpes, por todas partes. Parecía estar disfrutando. No puedo olvidarme de su respiración mientras me golpeaba, era extraño escucharla entre los golpes y los insultos. Por suerte he podido parar alguno, no ha llegado a darme en la cara. Y lo peor es que lo han filmado con el móvil. No es que me haya dado cuenta durante la pelea, pero me ha llegado el vídeo justo antes de llegar a casa. Lo he borrado enseguida, ni lo he mirado. Me lo ha enviado el mismo David. Como si estuviera orgulloso. Seguro que ha mandado a alguno de la clase que lo filme. Todos hacen lo que él dice. He mirado si lo habían colgado por Internet. En facebook no estaba, he mirado el muro de todos los de la clase. Además, no creo que se atrevan a colgarlo allí. Se podrían meter en problemas, pero seguro que lo comparten por otro lado sin tener que dar la cara. He buscado por youtube, pero tampoco lo han colgado ahí. Aunque había algunas peleas de instituto. Algunas eran en broma, pero otras eran de verdad. Muchas eran entre chicas, la mayoría. Y se pegaban bastante fuerte. Igual a algunos les divierte más que sean ellas las que se peleen. Dicen que son el sexo débil, pero no lo creo. He visto a mi madre trabajar estando enferma y con fiebre sin quejarse ni un momento. En cambio, mi padre estornuda un par de veces y ya necesita descansar. Una cosa es pegarse y otra ser fuerte de verdad. Me he quedado más tranquilo al ver que no han puesto el vídeo en ninguna parte. Pero seguro que se lo están pasando por el móvil. Para intentar olvidarme, he buscado vídeos más divertidos por youtube, normalmente me ponen de buen humor, pero esta vez no. Me ha costado mucho dormirme. No porque me doliera nada por la pelea, como es invierno la ropa me ha protegido bastante. Si hiciera como algunos que, para hacerse los importantes, van en camiseta aunque esté helando, seguro que tendría algunos moretones. El dolor físico no es lo peor, sabes que se pasa rápido y siempre puedes tomar alguna medicina, pero cuando te sientes mal por dentro no se pasa tan rápido y no sirven ni las aspirinas ni los jarabes. Nunca me habían pegado, es horrible. Mis padres jamás me han puesto la mano encima, aunque una vez mi madre estuvo a punto cuando tenía cinco años. Me solté de su mano, crucé la calle sin mirar y casi me atropella un coche. Ni siquiera esa vez, y casi hubiera comprendido que lo hiciera. Me castigó una semana entera sin televisión ni juegos. Nunca volví a hacer nada parecido. No entiendo por qué hay padres que pegan a sus hijos. Eso sí que ha de ser horrible, estar con miedo todo el tiempo en tu propia casa. Y también hay padres que se pegan entre ellos, normalmente el padre a la madre. Lo he visto en alguna película o en las noticias. Para estar así es mucho mejor separarse o divorciarse. Mientras intentaba dormir, se me ha ocurrido una idea. Podría pedirles a mis padres que me dejen estudiar en casa, sin tener que ir al insti. Hace unos meses vi por la tele un reportaje de familias que decidían que sus hijos estudiaran por su cuenta. Sus padres decían que aprendían más así. Y los chicos estaban encantados, podían elegir qué asignaturas estudiar cada día y cuánto rato. En el cole y en el insti el horario es siempre igual, todo el año lo mismo. Y en ocasiones te gustaría que alguna clase durara más, pero cuando se acaba el tiempo has de cambiar de asignatura. Creo que podría aprender más yo solo, soy bastante organizado. Y cuando tuviera dudas, podría preguntarles a mis padres o buscarlo por Internet. Lo utilizo a veces para estudiar, y hay de todo. Y cuando una asignatura fuera difícil, pediría a mis padres un profesor particular, lo pagaría de mis ahorros. La clase sería mi habitación, hasta tengo una pizarra, como laboratorio para hacer experimentos podría utilizar la cocina o el lavadero, y la biblioteca sería el despacho de mi madre. Para hacer gimnasia, saldría a correr por ahí. Y así podría ayudar más a mis padres con el trabajo de la casa: fregar, cocinar, tender la ropa, lo que fuera. En el insti se pierde el tiempo: algunos profes repiten lo mismo una y otra vez, muchos compañeros interrumpen la clase con preguntas tontas para que el profesor no siga avanzando con el temario. Solo en ir y volver desperdicio una hora, a veces más. Y en ese tiempo podría hacer alguna asignatura más: estudiar algún idioma, por Internet se puede, o aprender algún instrumento, me apunté a piano un tiempo, podría volver a hacerlo. Cuanto más lo pienso, más me gusta la idea. Creo que se lo voy a proponer a mis padres. Por ahora, solo quiero que lleguen rápido las vacaciones para no tener que ir al insti. N Capítulo 15 i clases, ni insultos, ni palizas. Las Navidades son lo mejor. El día 22 de diciembre al llegar a casa era el chico más feliz del planeta. La misma sensación que un viernes por la tarde, pero multiplicada por mil. El primer día de vacaciones, a la feria de Santa Lucía, a comprar algún adorno y alguna figurita para el belén. Fui con mis padres y estuvimos paseando un buen rato. Me gusta el ambiente que se respira allí, tan diferente al instituto. No hay caras largas, sino risas, y uno no ha de preocuparse por qué dirán. Y de regreso, a montar el árbol y el belén, con la ayuda de mis abuelos, que siempre vienen a ayudarnos ese día y se quedan a pasar las fiestas con nosotros. Por eso ponemos los adornos tan tarde, nos gusta hacerlo juntos. He pasado muy buenos ratos con mi padre. Siempre se toma más días de vacaciones por Navidad, para él son muy importantes estas fiestas, aunque se lo ve un poco triste. Solía celebrarlas con sus padres, pero murieron hace algunos años. Yo apenas me acuerdo de ellos. Es por eso que se pone melancólico, al ver a mi madre todo el tiempo con los suyos. Hemos hecho algunas maratones viendo dibujos por youtube que le gustaban cuando tenía mi edad, sobre todo Dragon Ball. Es raro porque yo también la veía hace unos años. Normalmente, los dibujos y programas que él veía no los conoce nadie de mi edad, pero no pasa con Dragon Ball, y se sabe los nombres de cada personaje y lo que va a pasar mucho mejor que yo. También vimos Karate Kid por la tele, le encantó cuando tenía mi edad, pero era otra versión. Vimos las dos, pero a mí me gustó mucho más la última. Lo bien que me hubiera venido saber esas llaves de karate. La noche de Fin de Año comimos las uvas y me acosté tardísimo. Y pedí mi deseo para este nuevo año: que todo vuelva a ser como en el colegio. Ojalá se cumpla, sería el mejor regalo. Mientras tanto, tengo los regalos de las fiestas. Un juego para la Play, un par de libros, algunos cómics, un teclado pequeño y algo de ropa, incluyendo un par de calcetines, claro. El juego de la Play no lo conocía, al principio me quedé algo decepcionado: Journey. Pero la verdad es que me relaja jugar, los gráficos son lo mejor. Me encanta el bicho que se sumerge en la profundidad del mar y va creciendo al comerse a otros. Es como si los incorporara a su organismo. A veces un regalo no te gusta y luego se convierte en tu favorito. Los libros no están mal: Las aventuras de Tom Sawyer y Las aventuras de Huckleberry Finn. Creo que a mis padres no les gusta demasiado que juegue a la Play, y es cierto que desde que la tengo ya casi no leo. No son de decir las cosas, pero sí de actuar. Los regalos son una forma de decirme: menos videoconsola y más lectura. No he sabido nada de Óscar en todas las vacaciones. Sin noticias suyas desde que se acabó el insti. Espero que lo haya pasado bien en Navidad. Ya no tengo dudas, no es mi amigo, está más que claro. Y, por suerte,tampoco he sabido nada de David y Marc, ni siquiera por facebook. Sí que me envió una felicitación de Navidad Elena, ¡por correo! Es raro porque ya casi nadie envía estas cosas, no la gente de mi edad. Creo que se siente mal por mí, le debo de dar pena o algo así. Lo mejor de todo fue que vino de visita Virginia. Como vive cerca se acercó con su madre a saludar. Estuvimos un buen rato en mi habitación. Estaba nervioso, supongo que porque es bastante mayor que yo y me siento un crío a su lado. Sigue queriendo ser bióloga, y segundo de bachillerato le está yendo bien, así que no tendrá problemas. Por el instituto apenas nos vemos, somos muchos y con los de bachillerato tenemos horarios muy diferentes, además están en la tercera planta, nosotros en la primera. Donde podría cruzarme con ella es en la cafetería, lugar que evito. Es donde es más fácil que te hagan alguna putada. Las bandejas salen volando bastante a menudo... ―¡D Capítulo 16 ave! ―¡Osk! ―Mañana de vuelta al insti. ―Sí. ―¿Qué tal las vacas? ―Pues con mi madre casi todo el tiempo, a veces venían mis hermanos. ―¿Y tu padre? ― Se ha ido a vivir solo. ―Mejor así. ―¿Y tú qué tal? ―Nos fuimos unos días a la montaña con mis padres y mi hermanita. ―Por eso no me devolvías los mensajes, me estaba comenzando a cabrear. ―No tenía casi cobertura, hemos llegado hace una hora. ―¿Fuisteis a esquiar? ―Sí. ―A mí no me gusta nada, solo fui una vez, y ya no más... ―A mí tampoco mucho. Pero me puedo perder por ahí un buen rato... ―Sí, es lo mejor. Yo me pierdo, me pongo algo de música en el mp3, un cigarrillo y listo. Me puedo pasar horas, ¡qué me busquen! ―A mí mis padres solo me buscan para echarme bronca por las notas. Solo están pendientes de eso... De eso y de mi hermanita... Todo el día diciéndome lo bien que hace todo y lo mal que lo hago yo. Hasta le han puesto un profesor particular de esquí. ―Por suerte yo solo tengo hermanos mayores, y ya casi ni los veo, uno está en la universidad y el otro ya trabaja y se va a ir a vivir con su novia... ―No sabía que tenía novia... ―Es que hace poco, pero parece que van en serio. ―¡Qué suerte! ―Sí, sobre todo por poder marcharse de casa... ―¿Y de Marc qué sabes? ―Hablé con él hace un rato. Ha estado todas las vacaciones con sus abuelos en el pueblo. Va allí con ellos cada vez que son vacaciones. Sus padres se quedan trabajando. Apenas hemos hablado, su móvil es tan antiguo que no tiene ni whatsapp ni conexión a Internet. ―Y tampoco tiene Play... ―¿Y de Santi sabes algo? ―No sé nada. ― ¿Estará aún llorando por lo del parque? Es un flojo. ―Tampoco vi que llorara... ―Porque no quise hacerle llorar. Es un friki. ―Tengo ganas de jugar a la Play, llevo días sin jugar. ―Yo voy a conectarme ahora. ―Yo deshago la maleta y también. ―No tardes. ―Vale. L Capítulo 17 as clases han comenzado para todos, excepto para mí. Sé que no está bien mentir, menos aún a la gente que te quiere y que se preocupa por ti. Pero hay veces en que es necesario. Las Navidades y estar lejos del insti han sido lo mejor. No he podido resistir la tentación. La noche de Reyes me engripé. Fue una de las más frías del año y habíamos ido a patinar sobre hielo. Y aunque estuve enfermo de verdad los dos últimos días de vacaciones, al sentirme mejor decidí alargarlo. No es difícil si sabes cómo hacerlo, cuando mi madre pasaba cerca de la habitación y sabía que podía oírme, hacía como que tosía o simulaba un estornudo. Intentaba pasar el máximo tiempo en la cama, aunque tuviera ganas de levantarme. Si me vieran por la casa como si estuviera bien ya, no tardarían en enviarme al insti de nuevo. Así, solo salía de la habitación cuando mi madre no estaba en casa. Era un poco más complicado fingir que tienes fiebre, pero encontré algunos trucos por Internet que me ayudaron. Poniendo una bolsa de agua caliente un rato en la frente se calienta enseguida, pero no es infalible, tiene dos inconvenientes: apenas dura unos minutos el calor en la frente y la bolsa también se enfría al cabo de un rato, entonces te la pones sobre la frente y ya no calienta nada. Luego hay que engañar al termómetro. Si tu madre se va mientras lo llevas puesto no es difícil, basta con acercarlo a la bombilla de la mesilla de noche hasta que sube la temperatura. Si alguien se queda esperando, ya resulta más complicado. Has de frotarlo rápido con los dedos antes de dárselo para que la fricción haga subir la temperatura, ahora veo lo útiles que son algunas lecciones de Naturales, pero puedes pasarte y que el termómetro marque 40 o no hacerlo con suficiente fuerza y que la temperatura no suba. Hay que practicar bastante, pero creo que conseguí dominar la técnica, soy un experto. Y si mi madre tenía prisa, le decía yo la temperatura y se lo creía. Y también sirve que parezca que tienes los ojos rojos, así que me los frotaba cuando notaba que se acercaban a mi habitación, y lo mismo con la nariz, para que también se pusiera roja. Por suerte, el pasillo hasta mi habitación es largo, y me da tiempo a todo antes de que entren. Además, antes de hacerlo, golpean la puerta un par de veces. Antes no era así, cuando era más pequeño entraban sin más. Creo que saben que a cierta edad uno necesita más intimidad. Así, los primeros días haciéndome el enfermo pude relajarme y, sobre todo, no volver al insti. Además, siempre está bien que te cuiden un poco y recibir el cariño extra que te dan al estar enfermo. Y si te sientes mal de verdad, apenas lo notas, pero si en realidad te sientes bien, está de coña, y disfrutas que te traigan algo rico de comer o de beber y los cuidados de más. Nunca me había hecho el enfermo antes. Algunos de mis compañeros lo hacían a veces. Más o menos usando las mismas técnicas. Aunque a veces me pregunto si no sospecharán que estoy fingiendo y me están dejando unos días más de descanso. Todas las vacaciones me han cuidado mucho, más que en otras ocasiones. Creo que saben que hay algo que no marcha del todo bien. Pero no es exactamente lo mismo que las vacaciones de invierno. Las Navidades tienen una magia, pero cuando se acaban desaparece. Al ver a mi madre quitar los adornos y desmontar el belén y el árbol me entró mucha pena. Es como guardar tus sueños en una caja y encerrarlos. Creo que estoy empezando a pensar como los mayores, hace unos meses no se me ocurrían estas cosas. Hacerse mayor... ¿será eso? Reflexionar sobre cuestiones que antes ni te planteabas. Porque la mayoría de las nuevas ideas son bastante... tristes. No, no es la palabra exacta, más bien preocupantes. Sí, esa es la palabra. ¿A partir de ahora voy a comenzar a preocuparme por todo? Además, mi padre ya no está tanto en casa y paso bastantes ratos solo. Llevo demasiado tiempo encerrado en mi habitación y por momentos ―S empiezo a agobiarme. Tengo ganas de salir a la calle, incluso aunque sea solo para acompañar a mi madre a hacer algún recado. Y, aunque sea raro, echo de menos un poco el instituto, bueno, las clases... Ya no me parece tan buena idea lo de estudiar desde casa. En estos días no he estudiado nada. Ni siquiera he abierto un libro. Creo que no soy tan constante como imaginaba. Capítulo 18 í que llegaste tarde... ―¡Vaya día! ―Te dejé cena en el microondas. ―Lo vi. Pero estoy tan cansado que solo puedo pensar en dormir. ¿Qué tal tu día? ―Pues bastante tranquilo en el trabajo. Por suerte... Además, han incorporado más personal. ―¿Y cómo está el enfermo imaginario? ―Parece que mejor. Me ha comentado que mañana quiere ya volver al insti, que aunque aún tiene un poco de tos, no quiere perder más clases. ―Sabía que no iba a aguantar mucho más tiempo, le puede la responsabilidad, como a ti. De todos modos no lo ha hecho nada mal, hasta anteayer me creí que seguía enfermo de verdad. ―Yo lo sé desde antes... ―Sí, ahora anótate el tanto... ―Hemos hecho bien de no forzarle a ir a clase, ¿verdad? ―Creo que sí, si la cosa se hubiera extendido más tiempo... Además, no va a tener problemas en ponerseal día. Vaya notazas que se sacó. Le está yendo mejor que en el cole, incluso. ―No es eso lo que me preocupa... ―Ya... ―¿Crees que tendrá problemas de verdad? Me parece que no tiene ningún amigo. Óscar no ha venido ningún día a casa en todas las vacaciones, seguro habrán ido a esquiar, pero ni siquiera ha dado señales de vida, que yo sepa... Creo que es más que un enfado puntual... ―¿Has hablado con su madre? ―No. Tampoco sé si es lo mejor, son cosas de chicos... ―Es cierto. De todos modos las Navidades han estado muy bien. Se lo ve bastante mejor. La verdad es que hemos pasado muy buenos ratos juntos. Creo que lo he pasado yo más bien que él. ―Sigues siendo como un niño. Yo no me quito de la cabeza el día que llegó lleno de tierra, parecía como si se hubiese peleado. ―Las peleas entre chicos son normales, aunque a su edad quizá ya no tanto. Pueden ser algo más serio... Yo a los diez, aún me peleaba, pero en plan de broma o jugando. ―¿Crees que deberíamos forzarle a que nos cuente qué le pasa? ―Quizá es mejor que sigamos como hasta ahora, estando mucho a su lado. Cuando esté preparado o lo necesite, ya lo hará, no te apures... ―No quiero que piense que no nos preocupamos de él. ―Y si nota que nos preocupamos demasiado, saldrá con el típico "no me agobies" o se cerrará en banda diciendo "estoy bien, no seáis pesados". ―Ay, ser madre de un adolescente... No podrían quedarse en los cinco años siempre. A veces creo que tendríamos que haberle dado un hermanito. ―¿Un hermanito? ―Sí, siempre he pensado que es un tanto solitario, le cuesta interaccionar con... ―Pero si es de los chicos más abiertos que conozco, se lleva genial con la gente y siempre... ―Con los chicos de su edad, me refiero... ―Yo prefiero pensar que es selectivo. Además, no necesita a nadie para divertirse, sabe estar solo, y eso no es malo. Nosotros somos hijos únicos y D salimos bastante bien, ¿no? ―Eso creo... ―¿Cómo que eso crees? ―Yo siempre quise una hermanita con quien jugar. ―Bueno, tenías a tus primas... ―Sí, a eso me refiero. Como somos hijos únicos, ni siquiera tiene primos como nosotros... ―Eso es cierto... Con el tiempo hará amigos de nuevo, no te preocupes... ―Espero... ―Pero... ¿si quieres que le demos un hermanito ahora mismo? ¡Yo encantado! ―¿Ah, sí? ¿No estabas tan cansado? ―No tanto... ―Bueno, quizá debamos ir practicando... ―¡Me encanta practicar! Capítulo 19 e vuelta al insti. Algunos me han preguntado si había estado enfermo y si ya me encontraba mejor. Hemos hablado un poco los cuatro: Óscar, María, Elena y yo. Me he sentido como cuando estábamos en el cole y pasábamos todo el día juntos. Pero ha durado poco, enseguida han llegado David y Marc, y lo han fastidiado todo. Para variar... Pero ha estado bien que algunos se preocuparan por mí. Incluso un par con los que casi no había hablado. A veces, cuando alguien ha estado enfermo, parece que te tengan más en cuenta o te traten un poco mejor. Creo que es algo parecido a cuando alguien se muere. Recuerdo cuando se murió mi tío-abuelo, siempre hablaban todos mal de él. Era bastante desagradable. Creo que no caía bien a nadie, pero en su entierro solo decían lo estupendo y buena persona que era. Parece que no está bien hablar mal de una persona cuando ha muerto. Elena me ha fotocopiado todo lo que han hecho en la semana. Me ha preguntado si recibí su felicitación. Tendría que haberle contestado, por face o con un mensaje al móvil. Y Rafa, el de Mates, se ha portado genial. Me ha dado mucho tiempo para hacer los ejercicios y me deja entregárselos cuando pueda. No todos los profes son así, mi tutora, que además nos da clase de Sociales, no me ha dado más tiempo para su trabajo. Tendré que apañármelas. Casi que mejor, si estoy ocupado no tendré tanto tiempo para pensar y preocuparme. Y el tema me interesa: la Prehistoria. ¡Qué dura era la vida en aquella época! Hemos evolucionado mucho desde entonces. Tenemos que escribir una redacción razonando cuál creemos que fue el principal descubrimiento. Creo que fue el descubrimiento del fuego. No solo te permite ver en la oscuridad, puedes calentarte en invierno, y en aquella época hacía mucho más frío que ahora. Además, es necesario para cocinar, la comida se pone mucho más blanda y sabe mejor. También sirve para ahuyentar a los predadores, si vives al aire libre o en cuevas es más fácil sufrir algún ataque. Ojalá pudiera ahuyentar a David así, sería muy práctico. Me pregunto si en la Prehistoria había guerras ya, es posible. Pero seguro que no existían los abusones, seguro que tenían cosas más importantes en las que emplear el tiempo. Llevo unos días leyendo Las aventuras de Tom Sawyer. Todas las noches me acuesto temprano para leer. Me ayuda a dormir y desde que lo hago no tengo casi pesadillas. Estaba teniendo muchas. En algunas salía David, pero en otras los acosadores eran Óscar, Elena, incluso algunos profesores. Y no solo pasaba en el insti o en el parque, no me dejaban en paz ni cuando estaba de vacaciones, y aparecían por todas partes: en el autobús, en mi habitación, en el cine. No importaba que estuvieran mis padres delante, sucedía igual. Creo que tenía tantas porque me dormía ―¿P pensando en ello. Ahora me quedo dormido imaginándome que soy Tom Sawyer y que tengo un amigo como Huckleberry Finn. Capítulo 20 refieres Marlboro o Camel? ―Marlboro. ¿Cómo los has conseguido? ―Los compré. Ayudé a mis abuelos en las vacaciones y me dieron algo de dinero. ―¿Y no prefieres guardártelo para comprar un móvil nuevo? El tuyo es bastante viejo. ―Quizá... ―¿Has pensado lo que te dije? ―¿El qué...? ―Nuestra bromilla... Los hablamos hace unos días. ―Me había olvidado... ―¿Pero te apuntas? ―Claro. ―Yo ya lo tengo todo planeado. ―... ―Conseguí unas cadenas para que no pueda salir. ―¿Funcionará? ―Sí, ya lo he probado. ―Entonces, ¿cuándo? ―Mañana, justo cuando acabe el segundo descanso. ―¿Y por qué no en el primero? ―Porque en el primero siempre hay mucha gente en el baño fumando, que en el patio vigila el General. Además, después del segundo toca Mates, ya verás qué cara pone al tener que entrar así en su clase favorita, y no puede faltar porque tenemos examen. Seguro que esta vez no saca un 10. ―Es verdad. ¿Y cómo lo llevamos hasta allí? ―De eso te encargas tú... ―¿Yo? ―Sí. ―¿Cómo? ―Cuando salga de la biblioteca, charlas con él y te aseguras de que pasáis delante de la puerta. ―¿Y cuándo esté dentro? ―Ya lo hablamos... ―¿Y si no tengo ganas? ―¿Ganas? ―Sí, de... ―Sí, ya sé. Solo has de beber mucho antes. ―¿Y con tirar agua no sería suficiente? ―Le quitaría toda la gracia... ―... ―No te rajes ahora. ―No me voy a rajar. ―Ya he preparado el cartel para la puerta. No vaya a ser que entre alguien y le ayude. ―Es verdad... ―Verás cómo nos reímos un rato. M Capítulo 21 e extrañó que Marc viniera a hablar conmigo, pero cómo podía imaginarme lo que sucedería después. Se aseguró de que me quedara delante de la puerta del baño. Se abrió y unos brazos me empujaron adentro. Era David. Entre ambos me agarraron y me encerraron en uno de los cubículos, me temí lo peor, como que me metieran la cabeza en el retrete o qué sé yo. Se escuchaban ruidos. Uno de segundo entró, pero lo echaron rápidamente. Me quedé sentado mientras escuchaba sus risas. Antes de irse, oí un sonido que me resultó conocido: estaban meando delante de la puerta del cubículo. Poco a poco, el líquido fue entrado hasta llegar a mis pies. Era como si no hubieran hecho pis en varios días. Y entonces se fueron. Al cabo de unos minutos, intenté abrir la puerta. Como era de esperar, no se abría. Habían pasado unas cadenas que ataban el picaporte de mi puerta con el de la puerta de al lado. No me di cuenta hasta que conseguí salir. Esa era la "broma" que habían planeado: salir. Las puertas de cada cubículo no lo cubren totalmente, queda un espacio arriba y abajo. Creo que lo hacen para poder comprobar si alguien está dentro. Por la parte de arriba era imposible escapar, no haynada en lo que apoyarse para alcanzarla y está demasiado alta como para subir de un salto. Así, la única forma de salir, por debajo, teniendo que pasar por encima de sus meados. Pensé en quedarme esperando a que alguien entrara y pedirle ayuda, pero nadie entraba. Todos estaban en clase ya. Además, me daba vergüenza que alguien me viera en esa situación. Se burlaría de mí todo el insti. Al salir descubrí por qué no entró nadie, habían colocado un cartel en la puerta: "Fuera de servicio", como si estuviera estropeado o lo estuvieran arreglando. En el fondo me hicieron un favor. No quería que nadie me viera así. Me armé de valor y me quité ropa de la parte superior, para que no se mojara. La lancé por encima de la puerta, hacia una zona limpia. Solo me dejé puesta la camiseta. Pensé en quitarme los pantalones, pero no me pareció buena idea. Seguro que de haberlo hecho hubiera entrado alguien por la puerta y me hubiera visto arrastrándome por el suelo en calzoncillos. Pensé en envolverme los pantalones en papel higiénico, pero no quedaba. Casi nunca hay, todos, incluido yo, lo malgastamos. Es divertido mojarlo y tirarlo contra el techo, se queda pegado para siempre. Deseé llevar al menos pañuelos de papel en el bolsillo, mi madre siempre los compra y me deja algunos en la habitación, pero ahí se quedan. Fue asqueroso tener que arrastrarme sobre los meados de esos dos. Quería llorar, pero no lo hice. Al salir tiré la camiseta a la basura y me puse el resto de la ropa, por suerte había caído en una zona limpia y no se había manchado. Me lavé las manos varias veces. Había pasado lo peor, pero los pantalones estaban empapados. Olían realmente mal. Me lavé la cara para calmarme y me peiné. Tenía que disimular lo mal que me sentía. Respiré hondo, salí del baño y comencé a caminar por el pasillo, sin rumbo. No iba a entrar en clase así, prefería que me pusieran una ausencia injustificada o cualquier castigo, y me importaba poco el examen. Pensé en escaparme del insti e irme a casa, sin decírselo a nadie. Estaba a punto cuando se me ocurrió ir a conserjería a ver a Encarna. Es muy amable conmigo, aunque muchos dicen que tiene malas pulgas. Se portó genial. No le expliqué lo que me había pasado, le dije que me había caído en el baño. Enseguida volvió con algunos pares de pantalones de gimnasia, en conserjería se guardan los objetos perdidos, como la ropa que queda olvidada en los vestuarios. Unos negros me quedaban perfectos, eran exactamente de mi talla. Guardó mis pantalones y me dijo que no me preocupara. Incluso me puso algo de colonia que llevaba en el bolso. No me preguntó en ningún momento qué me había pasado. Estuvimos hablando un rato, hasta que llegó el momento de volver de nuevo a clase. Me hubiera quedado con ella hasta la hora de salir, pero tenía una clase más, la última. ―M Entré en clase como si tal cosa, David, Marc y algunos más me miraban fijamente. Se sorprendieron al verme llegar como si nada hubiera pasado. Apenas los miré, me senté en mi sitio y abrí el libro de Lengua. Oí algunos murmullos e incluso alguna risa, pero acabaron enseguida al ver que no hacía ni caso. Creo que hasta sonreí. Esta vez no se habían salido con la suya. Capítulo 22 agda, ¿podemos hablar un momento? ―Sí, dime. ¿No querrás que demos una clase conjunta de Sociales y Mates? ―No, no es eso. ―Pareces preocupado... ―Es por Santi, de primero A. ―Un grupo complicado el de primero A. ―Un gran chico. ―Sí. ―Me parece que se están metiendo más de la cuenta con él. ―Sí, me había dado cuenta. ―¿Te ha contado algo en las tutorías? ―Nada. Nada de nada. Se cierra en banda. ―Lo esperaba... ―Es muy reservado para sus cosas. En cambio, si le hablas de cualquier tema que no sea personal, le encanta charlar. Se nota que está acostumbrado a tratar con adultos y que se siente cómodo. ―Encarna me explicó que el otro día se presentó en conserjería con los pantalones empapados y oliendo a meado. Tuvo que darle unos de repuesto. ―Pues hace poco uno de los cubículos de los lavabos de la primera planta apareció cerrado con cadenas. ―No es difícil imaginar lo que pasó... ―Sí, hace un par de años pasó algo similar... ―Y los responsables, puedo imaginar quiénes son... El responsable, más bien... ―Cierto, Marc solo le sigue la corriente... ―¿Sabes qué coño le pasa a David? Es un incordio... Me alborota toda la clase. ―Qué me vas a contar... Pero... ―... ―Sus padres se van a divorciar... ―Muchos padres se divorcian y no por eso... ―Pero no como los suyos. ―¿Qué quieres decir? ―Tras las vacaciones vino a verme su madre acompañada por su abogado. ―No es muy normal. ―No. Te explico la versión breve. Se divorcian por maltrato, y no solo psicológico... Tanto a ella como a David y sus hermanos, aunque ellos son más mayores. ―Vaya. Ahora entiendo... ―Quizá esté siendo demasiado permisiva con él. Esta vez se ha pasado. Aunque no podemos estar totalmente seguros de que ha sido él. ―A mí el que me tiene desconcertado es Marc, es el chico más inteligente del curso, pero parece que se boicotee a sí mismo... ―Es cierto, en los exámenes de Sociales parece contestar hasta asegurarse de llegar a un 5 o 5,5, y entonces deja el resto de preguntas en blanco. ―Pues lo que hace en Matemáticas es peor... ―¿Peor? ―Sí, hace bien las partes más difíciles y luego se equivoca a propósito en las más fáciles, a veces incluso en sumas o restas... ―Sí, eso es aún peor... ―Sabe que me fijo más en el proceso que en el resultado final, que en su caso siempre está mal por alguna tontería. Todo para no destacar. ―Vaya... ―Me entran ganas de penalizarle sus "distracciones", a ver si se da cuenta de que no puede tomarnos el pelo de esta manera... ―Yo no puedo hacerlo, llega siempre al contenido necesario para aprobar. Pero en tu caso... ―Sí, tampoco sería injusto. Quiero decir... También es importante en Matemáticas que el resultado final sea el correcto. Puedo pasar por alto algunas distracciones, pero no siempre. ―Le vendrá bien un toque de atención por ese lado. Me parece que es un chico con mucho amor propio. Podría funcionar... ―Pues decidido, además es un desperdicio que se quede siempre en un 5 o un 6. Tiene demasiado potencial. ―Pero a algunos chicos les da algo de vergüenza sacar buenas notas. En cambio, a ellas no les importa. En ese sentido son mucho más maduras, ya lo sabes. ―¿Y cómo están tus hijas? ―Cada día más grandes. Y se portan bastante bien. A veces pienso que no les presto suficiente atención. Llego tan agotada a casa... ―Sí, es como si tuviéramos cientos de hijos. Cada uno con sus peculiaridades... ―Es verdad, y sus padres no acaban de entender que tenemos muchos chicos a nuestro cargo, cada uno con sus problemas, y que hemos de hacer lo mejor para todos ellos, y eso lleva tiempo... ―¿Qué clase te toca ahora? ―Segundo C. ¿Y a ti? ―Primero B. ―¡Suerte! ―Ídem. S Capítulo 23 e acerca mi cumpleaños. Qué diferente de cuando estaba en primaria. Íbamos siempre a Planeta Magic todos los de la clase, a saltar y hacer el idiota en los hinchables. Ese era siempre mi regalo, invitar a mis amigos allí. No sé a quién hubiera invitado este año, seguramente a nadie. No tengo amigos. Hubiera sido cutre ir solo con mi familia. Pero, aunque hubiese tenido con quien ir, no creo que hubiéramos ido allí. En secundaria ya no se va a sitios así. Son para niños. Aunque a mí me hubiera encantado. Todavía no soy capaz de entender por qué de golpe, cuando vas al instituto, te han de dejar de gustar algunas cosas. A mí me siguen gustando algunos juegos de cuando era pequeño. Es cierto que al rato me aburro, y que no me paso tanto tiempo como antes, pero tampoco están tan mal, aunque sea solo para recordar. ¿Cómo lo hubiera celebrado de tener amigos? A veces, los compañeros de clase montan una fiesta en casa, ponen música y toman algo. Antes quedan en el parque, para ir todos juntos. Parece divertido. Suelen ir juntos a comprar algún regalo, y también llevan bebidas y algo de comer. Lo sé porque, estando