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02 Fundación Eespañola Ciencia yTecnologíaDesastres

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Tomado de: “Desastres” Portal de la Fundación Española para la Ciencia 
y la Tecnología. FECYT. 
Disponible en: http://www.tecnociencia.es/especiales/desastres/ . Enero 2006 
• Introducción 1 
• Definición de los desastres 3 
• Clasificación de los desastres 4 
• Fases del desastre 22
• Epidemiología 22
• Factores de riesgo 24
• Impacto económico 25
• Estadísticas y tendencias principales 27
• Efectos de los desastres sobre la salud pública 28
• Prevención de los efectos de los desastres sobre la salud pública 34
• Recomendaciones 35
• Organismos 36
• Revistas 38
• Recursos 39
• Bibliografía 40
 
Introducción 
Los desastres tienen un vínculo importante con el desarrollo de la humanidad. 
La Historia muestra cómo éstos influyen en forma directa en los procesos 
sociales, culturales, económicos y de salud, generando la necesidad de 
formular estrategias para controlar los efectos de estos eventos sobre las 
comunidades. 
Los desastres y el desarrollo están conectados por muchos caminos que 
necesariamente implican las contribuciones de los profesionales de salud 
medioambiental. A través de una mejor educación y unos mayores ingresos, el 
desarrollo puede mejorar la capacidad de la gente para poder enfrentarse con 
los riesgos de salud medioambientales. Por otra parte, ciertos tipos de 
desarrollo pueden crear nuevos peligros o nuevos grupos de gente vulnerables 
a ellos. 
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Además, tienen un gran impacto en la salud pública y han influido en el 
desarrollo de los países afectados y sus comunidades. 
El desarrollo requiere transformaciones institucionales y estructurales de las 
sociedades para acelerar el crecimiento económico, reducir los niveles de 
desigualdad y erradicar la pobreza absoluta. Con el tiempo, los efectos de los 
desastres pueden seriamente degradar el potencial a largo plazo de un país 
para mantener el desarrollo constante, obligando a los gobiernos a modificar 
substancialmente sus prioridades económicas y programas para el desarrollo. 
Al mismo tiempo, los desastres a menudo proporcionan oportunidades para el 
desarrollo. Pueden mejorar las condiciones a favor de cambios y crear motivos 
para establecer programas de desarrollo tales como: entrenamiento para 
trabajos, construcción de viviendas y reforma agraria. Sin embargo, un control 
deficiente de las respuestas de ayuda y rehabilitación puede tener graves 
implicaciones negativas para el desarrollo en los años venideros e incluso 
puede aumentar la vulnerabilidad de amenazas futuras. 
El perfil de los desastres está cambiando. El crecimiento de la población 
urbana, el deterioro del medio ambiente, la pobreza y las enfermedades, 
combinados con peligros estacionarios como sequías e inundaciones, crean 
situaciones de adversidad crónica. 
Durante la década 1990-2000 las diversas catástrofes acontecidas causaron 
cada año una media de 75.000 muertes, afectaron a una media anual de 256 
millones de personas y causaron pérdidas económicas por valor de más de 
650.000 millones de euros. 
La magnitud del problema, su impacto sobre la salud pública y sobre el nivel de 
desarrollo de las poblaciones afectadas es de tal importancia que se justifica un 
particular interés desde el punto de vista de la salud pública, especialmente con 
la aparición de las denominadas emergencias complejas. 
Los peligros de salud medioambientales (amenazas para la salud humana 
debido a la exposición a agentes que causan enfermedades) están muy 
relacionados con los desastres y emergencias. 
Ahora bien, los desastres "naturales" no son los más mortíferos. En el África 
subsahariana, 2.200.000 personas murieron de sida el año pasado y otros 25 
millones viven con la infección. Enfermedades, sequías, desnutrición, atención 
de salud precaria y pobreza han gestado una catástrofe compleja que exige 
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una intervención integral que no se limite a la distribución de medicamentos y 
ayuda alimentaria. 
Paralelamente, el crecimiento incontrolado de las zonas urbanas concentra 
nuevos riesgos. Cada año, más de 2.000.000 de personas mueren de 
enfermedades causadas por el consumo de agua contaminada y el 
saneamiento deficiente; muchas de esas víctimas son niños de barrios 
marginales. 
Los países desarrollados también tienen que hacer frente a nuevos peligros. En 
2003, el aumento de cinco grados de las temperaturas estivales desencadenó 
un desastre vergonzoso para las ricas y modernas sociedades de toda Europa. 
Según estimaciones, 35.000 ancianos y otras personas vulnerables sufrieron 
en silencio y murieron solos, abandonados en la retirada de sistemas del 
Estado del bienestar. 
Definición de los desastres 
La Organización Mundical de la Salud (OMS) define un desastre como 
cualquier situación de salud pública que pone en peligro la vida o la salud de 
una cantidad significativa de personas y exige acción inmediata. 
Los desastres son acontecimientos que ocurren cuando un número significativo 
de personas se encuentran expuestas a acontecimientos extremos a los cuales 
son vulnerables, teniendo como resultado lesiones y pérdida de vidas, así 
como daño de las propiedades y del sustento. 
Un Comité de Expertos de las Naciones Unidas define los desastres como 
disrupciones (rupturas) del sistema ecológico humano que exceden la 
capacidad de respuesta de la comunidad afectada para abordar los efectos y 
funcionar con normalidad. 
Una definición pragmática es la siguiente: Un desastre es el resultado de una 
ruptura ecológica importante de la relación entre los humanos y su medio 
ambiente, un evento serio y súbito (o lento, como una sequía) de tal magnitud 
que la comunidad golpeada necesita esfuerzos extraordinarios para hacerle 
frente, a menudo con ayuda externa o apoyo internacional. 
Desde la perspectiva de la salud pública, los desastres se definen por su efecto 
sobre las personas; de otra forma, los desastres serían simplemente 
fenómenos geológicos o meteorológicos interesantes. Lo que para una 
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comunidad puede ser un desastre, no lo es necesariamente para otra 
comunidad diferente. 
Una emergencia es una situación o estado caracterizado por una reducción 
marcada y clara en las capacidades de la gente para sufrir las condiciones de 
vida normales, con resultado de daño o riesgo para la salud, vida y sustento. 
Los desastres normalmente causan situaciones de emergencia, directa e 
indirectamente. 
Las situaciones de emergencia son a menudo descritas en términos de salud 
pública con la tasa de mortalidad neta, siendo ésta ampliamente aceptada 
como una medida global de su severidad. 
Los desastres, que comúnmente conducen a situaciones de emergencia, 
ocurren en diversas situaciones en todas las partes del mundo, tanto en 
regiones urbanas densamente pobladas como en zonas rurales escasamente 
pobladas, y tanto en situaciones en las que están implicados peligros naturales 
como en los generados por el hombre. 
Ahora sabemos que la mayoría de los desastres pueden preverse y/o 
prevenirse y que su impacto sobre la salud pública no siempre es inmediato, 
sino que los efectos a medio y largo plazo son, muchas veces, mayores que los 
producidos durante la fase aguda. Esto ocurre especialmente en las 
actualmente llamadas emergencias complejas. 
El término de emergencias complejas es usado para describir situaciones de 
sustentos interrumpidos y amenazas para la vida producidas por guerras, 
disturbios políticos y movimientos a gran escala de personas, en las cuales 
cualquier respuesta de emergencia debe ser llevada a cabo en un difícil medio 
político y de seguridad. Es un desastre multicausal, con afectación 
multisectorial y de gran complejidad. 
Independientemente de la definición utilizada, el hecho definitorio de un 
desastre es que excede la capacidad de adaptación habitual de la comunidad 
afectada, en términos de respuesta para absorber el efecto producido usando 
sus propios medios.Por ello, lo que podría constituir un desastre para una 
comunidad puede no serlo necesariamente para otra de contexto y recursos 
diferentes 
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Clasificación de los desastres 
Los desastres son a menudo clasificados de acuerdo a su velocidad de 
comienzo (súbita o lenta), su causa (natural o hecha por el hombre) o su escala 
(mayor o menor). 
Existe actualmente un cierto consenso en cuanto a la clasificación de los 
desastres. 
Los agentes perturbadores que dan lugar a los desastres son de origen natural 
o humano. Los primeros provienen de la naturaleza y abarcan los cambios 
ambientales, los desplazamientos de las grandes placas que conforman el 
subsuelo o la actividad volcánica. Los segundos son consecuencia de la acción 
del hombre y de su desarrollo. 
La experiencia demuestra que, a menudo, ambos tipos están implicados desde 
el punto de vista de su origen (por ejemplo, los disturbios civiles masivos 
pueden haber sido desencadenados por una situación franca de hambre 
debida a condiciones climatológicas o ecológicas adversas). 
I) Desastres naturales 
Los desastres naturales son aquellos debidos a un fenómeno de la naturaleza. 
Estos tipos de desastres están íntimamente relacionados con la puesta en 
peligro de los procesos de desarrollo humano. A su vez, las decisiones en 
materia de desarrollo tomadas por particulares, comunidades y naciones, 
pueden generar nuevos riesgos de desastre. Pero esto no tiene que ser 
necesariamente así. El desarrollo humano también puede contribuir a reducir 
eficazmente los riesgos de desastre. 
Los desastres naturales tienen enormes consecuencias para las personas que 
los sufren puesto que además de cobrar vidas, también dan lugar a pérdidas 
materiales, medios de producción y generación de ingresos e infraestructura, 
las cuales menoscaban la capacidad de subsistencia y recuperación de los 
sobrevivientes. Además, al reducirse la seguridad alimentaria por la destrucción 
de cultivos y la pérdida de ganado, se agravan los problemas al ocurrir 
empeoramientos de la salud, hambrunas y muertes. 
Aproximadamente el 75% de la población mundial vive en zonas que han sido 
azotadas, al menos una vez entre 1980 y 2000, por un terremoto, un ciclón 
tropical, una inundación o una sequía. 
Se pueden clasificar según su inicio en: 
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1. Impacto súbito o inicio inmediato (por ejemplo, riesgos geológicos y 
climáticos tales como terremotos, tsunamis, tornados, inundaciones, tormentas 
tropicales, huracanes, ciclones, tifones, erupciones volcánicas, 
desprendimientos de tierras, avalanchas, incendios naturales). Se incluyen 
también en esta categoría los casos de epidemias por enfermedades 
adquiridas a través del agua, de los alimentos o de vectores, como así también 
aquellas dolencias transmitidas de persona a persona. 
2. Inicio lento o crónico (por ejemplo sequías, hambrunas, degradación del 
medio ambiente, exposición crónica a sustancias tóxicas, desertificación, 
deforestación, plagas). 
Entre los desastres naturales tenemos los siguientes: 
Terremotos 
Un terremoto es el movimiento brusco de la Tierra causado por la brusca 
liberación de energía acumulada durante un largo tiempo. 
La corteza de la Tierra está conformada por una docena de placas de 
aproximadamente 70 km de grosor, cada una con diferentes características 
físicas y químicas. Estas placas tectónicas se están acomodando en un 
proceso que lleva millones de años y han ido dando la forma que hoy 
conocemos a la superficie de nuestro planeta. 
Habitualmente estos movimientos son lentos e imperceptibles, pero en algunos 
casos estas placas chocan entre sí. Entonces una placa comienza a 
desplazarse sobre o bajo la otra originando lentos cambios en la topografía. 
Pero si el desplazamiento es dificultado, comienza a acumularse una energía 
de tensión que en algún momento se liberará y una de las placas se moverá 
bruscamente contra la otra rompiéndola y liberándose entonces una cantidad 
variable de energía que origina el terremoto. También la actividad subterránea 
originada por un volcán en proceso de erupción puede originar un fenómeno 
similar. 
Erupciones volcánicas 
Un volcán es aquel lugar donde la roca fundida o fragmentada por el calor y 
gases calientes emergen a través de una abertura desde las partes internas de 
la tierra a la superficie. La palabra volcán también se aplica a la estructura en 
forma de loma o montaña que se forma alrededor de la abertura mencionada 
por la acumulación de los materiales emitidos. Generalmente los volcanes 
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tienen en su cumbre, o en sus costados, grandes cavidades de forma 
aproximadamente circular denominadas cráteres, generadas por erupciones 
anteriores, en cuyas bases puede, en ocasiones, apreciarse la abertura de la 
chimenea volcánica. 
Los materiales rocosos que emite un volcán pueden ser fragmentos de las 
rocas "viejas" que conforman la corteza o la estructura del volcán, o bien "rocas 
nuevas" o recién formadas en la profundidad. Las rocas "nuevas" pueden ser 
arrojadas por el volcán en estado sólido o fundidas. Magma es la roca fundida 
que se encuentra en la parte interna del volcán, que cuando alcanza la 
superficie, pierde parte de los gases que lleva en solución. Lava es el magma o 
material rocoso "nuevo", líquido o sólido, que ha sido arrojado a la superficie. 
La emisión de material rocoso y gases a alta temperatura es lo que se 
denomina una erupción volcánica. 
Las erupciones volcánicas pueden clasificarse en explosivas y efusivas. 
Cuando el magma es muy viscoso y contiene gran cantidad de gases se 
denomina explosiva. Cuando el magma es fluido y contiene pocos gases la 
erupción volcánica es efusiva. 
Tsunamis 
Un tsunami (del japonés Tsu: puerto o bahía y Nami: ola) es una ola o serie de 
olas que se producen en una masa de agua al ser empujada violentamente por 
una fuerza que la desplaza verticalmente. 
Antiguamente se les denominaba "marejadas", "maremotos" u "ondas sísmica 
marinas", pero estos términos han quedado obsoletos, ya que no describen 
adecuadamente el fenómeno. 
Los terremotos son la principal causa de los tsunamis. Para que un terremoto 
origine un tsunami el fondo marino debe ser movido abruptamente en sentido 
vertical, de modo que el océano es impulsado fuera de su equilibrio normal. 
Cuando esta inmensa masa de agua trata de recuperar su equilibrio, se 
generan las olas. El tamaño del tsunami estará determinado por la magnitud de 
la deformación vertical del fondo marino. No todos los terremotos generan 
tsunamis, sino sólo aquellos de magnitud considerable, que ocurren bajo el 
lecho marino y que son capaces de deformarlo. 
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Las avalanchas, erupciones volcánicas y explosiones submarinas pueden 
ocasionar tsunamis que suelen disiparse rápidamente, sin alcanzar a provocar 
daños en sus márgenes continentales. 
Tornados 
Un tornado es un fenómeno meteorológico violento e impredecible, 
caracterizado por vientos que giran desde una formación nubosa densa en 
forma de embudo. Esta formación es visible por la presencia de polvo que es 
succionado de la tierra y por la condensación en su centro de gotas de agua. 
El ancho de un tornado puede variar desde unos treinta centímetros hasta casi 
un par de kilómetros. No se conoce con exactitud la velocidad a la que el viento 
se mueve en su interior, pero se estima que puede alcanzar los 500 km/h. La 
mayoría de los tornados mide alrededor de 50 metros de ancho, viajan a 50 
km/h y duran sólo unos pocos minutos. 
Los tornados se originan en las paredes de un huracán, debido a que se 
confrontan dos fuerzas opuestas: la fuerza centrífuga del viento que gira 
circularmente y la fuerza de succión que ésta origina aspirando el aire caliente 
y haciéndolo subir hasta zonas más frías donde, al enfriarse, genera mayor 
succión y "tiraje" que perpetúan el fenómeno. Estas masas de aire rotando se 
denominan, en lenguaje técnico, mesociclones.No siempre es visible el típico "embudo" giratorio, formado por polvo, agua y 
nubes, pudiendo existir una formación más atípica que es igualmente 
destructora. 
Ciclones tropicales 
Los ciclones tropicales son fenómenos naturales que se originan y desarrollan 
en los mares de aguas cálidas y templadas, con nubes tempetuosas, fuertes 
vientos y lluvias abundantes. Es el nombre genérico que se le da al viento 
huracanado que se traslada girando a gran velocidad, donde la presión 
disminuye en el interior y adquiere una circulación rotacional organizada en el 
sentido contrario a las manecillas del reloj en el hemisferio norte, y en el 
sentido opuesto en el hemisferio sur. 
Según la velocidad de los vientos, este fenómeno se clasifica en: 
1. Depresión tropical: cuando sus vientos alcanzan 62 km/h. 
2. Tormenta tropical: cuando sus vientos máximos constantes se encuentran 
entre 62 y 118 km/h. 
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3. Huracán: cuando los vientos exceden los 118 km/h. 
Huracanes 
El huracán es un tipo de ciclón tropical. 
El término "huracán" tiene su origen en el nombre que los indios mayas y 
caribes daban al dios de las tormentas, pero este mismo fenómeno 
meteorológico es conocido en la India con el nombre de "ciclón", en las 
Filipinas se le denomina "baguio", en el oeste del Pacífico norte se le llama 
"tifón", y en Australia "Willy-Willy". Estos términos identifican un mismo 
fenómeno meteorológico. 
En forma sencilla, un huracán es un viento muy fuerte que se origina en el mar, 
remolino que se desplaza sobre la superficie terrestre girando en forma de 
espiral o acarreando humedad en enormes cantidades, y que al tocar áreas 
pobladas, generalmente causa daños importantes o incluso desastres. 
Para que se forme un huracán tienen que estar presentes ciertos elementos: 
• Temperatura superior a los 80º F (44,44º C) 
• Humedad 
• Viento 
• Giro o "spin" 
Inundaciones 
Las inundaciones son una de las catástrofes naturales que mayor número de 
víctimas producen en el mundo. Se ha calculado que en el siglo XX unas 3,2 
millones de personas han muerto por este motivo, lo que es más de la mitad de 
los fallecidos por desastres naturales en el mundo en ese periodo. 
Causas de las inundaciones: 
• Las grandes lluvias son la causa principal de inundaciones, pero además hay 
otros factores importantes. 
• Exceso de precipitación. Los temporales de lluvias son el origen principal de 
las avenidas. Cuando el terreno no puede absorber o almacenar toda el agua 
que cae esta resbala por la superficie (escorrentía) y sube el nivel de los ríos. 
• Fusión de las nieves. En primavera se funden las nieves acumuladas en 
invierno en las zonas de alta montaña y es cuando los ríos que se alimentan 
de estas aguas van más crecidos. Si en esa época coinciden fuertes lluvias, 
lo cual no es infrecuente, se producen inundaciones. 
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• Rotura de presas. Cuando se rompe una presa toda el agua almacenada en 
el embalse es liberada bruscamente y se forman grandes inundaciones muy 
peligrosas. 
• Actividades humanas. Los efectos de las inundaciones se ven agravados por 
algunas actividades humanas. 
• Así sucede en las siguientes circunstancias: 
• Al asfaltar cada vez mayores superficies se impermeabiliza el suelo, lo que 
impide que el agua se absorba por la tierra y facilita el que con gran rapidez 
las aguas lleguen a los cauces de los ríos a través de desagües y cunetas. 
• La tala de bosques y los cultivos que desnudan al suelo de su cobertura 
vegetal facilitan la erosión, con lo que llegan a los ríos grandes cantidades de 
materiales en suspensión que agravan los efectos de la inundación. 
• Las canalizaciones solucionan los problemas de inundación en algunos 
tramos del río pero los agravan en otros a los que el agua llega mucho más 
rápidamente. 
• La ocupación de los cauces por construcciones reduce la sección útil para 
evacuar el agua y reduce la capacidad de la llanura de inundación del río. La 
consecuencia es que las aguas suben a un nivel más alto y que llega mayor 
cantidad de agua a los siguientes tramos del río, porque no ha podido ser 
embalsada por la llanura de inundación, provocando mayores 
desbordamientos. Por otra parte el riesgo de perder la vida y de daños 
personales es muy alto en las personas que viven en esos lugares. 
• Las inundaciones pueden presentarse de forma súbita o de forma lenta. Las 
inundaciones súbitas se suelen presentar en lugares a pie de monte y su 
principal característica es que la fuerza de la corriente es tal que es capaz de 
arrasar infraestructuras sólidas. Este tipo de inundaciones suelen actuar 
durante pocas horas y pueden cobrar víctimas en cantidades cuantiosas. Las 
inundaciones lentas se presentan en lugares planos, costeros y en las partes 
bajas de las cuencas. La influencia del anegamiento se mantiene por un 
plazo mayor y el aumento del nivel de las aguas es progresivo, afectando a 
un área de cobertura más extensa. 
Gota fría 
Se trata de chubascos y tormentas de extraordinaria violencia, aunque de poca 
duración y que afectan normalmente a una zona poco extensa. Los 
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meteorólogos suelen explicar que la causa de estas lluvias torrenciales son las 
denominadas "gotas frías". 
La gota fría se forma cuando coinciden tres acontecimientos: mar caliente, 
atmósfera inestable en la superficie y aire frío en altura. Se descarga una fuerte 
lluvia, normalmente acompañada de un gran aparato eléctrico y de granizo. 
Movimientos de tierra y aludes 
Los deslizamientos de laderas, desprendimientos de rocas y aludes de nieve 
son algunos de los procesos geológicos más comunes en la superficie de la 
Tierra. Forman parte del ciclo natural del terreno ya que la erosión y la 
gravedad actúan constantemente para transportar materiales de las zonas más 
altas hacia abajo. 
Se producen deslizamientos cuando capas enteras de terreno se mueven 
sobre el material firme que tienen por debajo. 
Los desprendimientos son fragmentos de roca que se separan de un talud y 
caen saltando por el aire en buena parte de su recorrido. 
Los aludes son caídas de grandes masas de nieve. En las zonas montañosas 
en las que la nieve se acumula en las laderas es importante tener en cuenta el 
riesgo de los aludes. Su fuerza destructiva puede ser muy grande. 
Granizo 
Llamamos granizo a la caída de bolitas de hielo de 5 a 50 mm -a veces 
mayores- que en ocasiones caen formando conglomerados irregulares 
(pedrisco). No suelen causar víctimas ni grandes destrozos en las 
construcciones, pero si muy importantes daños en la agricultura. 
Sequía 
Una definición aceptada de sequía puede ser una reducción temporal notable 
del agua y la humedad disponibles, por debajo de la cantidad normal o 
esperada para un periodo dado. 
Según el National Weather Service de Estados Unidos la sequía es una 
situación climatológica anormal que se da por la falta de precipitación en una 
zona, durante un período de tiempo prolongado. Esta ausencia de lluvia 
presenta la condición de anómala cuando ocurre en el período normal de 
precipitaciones para una región bien determinada. Así, para declarar que existe 
sequía en una zona, debe tenerse primero un estudio de sus condiciones 
climatológicas. 
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La sequía se puede transformar en hambruna cuando median factores como 
los conflictos armados, los desplazamientos internos, el VIH/SIDA, la mala 
gobernabilidad y la crisis económica. 
Desastres biológicos 
Se pueden englobar en este punto a las epidemias de enfermedades 
contagiosas y plagas de insectos (langostas). 
Las epidemias pueden verse como desastres por derecho propio e influyen 
recíprocamente con la vulnerabilidad humana y los desastres naturales. Hay 
muchas variaciones en la relación entre las enfermedades, los desastres y el 
desarrollo. Fenómenos naturales como las inundaciones y el aumento de la 
temperatura en las tierras altas pueden dar mayor alcance a enfermedades 
transmitidaspor vectores, como el paludismo. El VIH/SIDA y otras 
enfermedades pueden exacerbar los riesgos de desastre provocados por el 
cambio climático, la urbanización, la marginación y la guerra. A causa del 
VIH/SIDA, la fuerza de trabajo adulta y sin discapacidades, que normalmente 
asumiría la responsabilidad de las actividades de supervivencia en casos de 
desastre, sufre el debilitamiento provocado por la enfermedad. 
Las pérdidas de alimentos a causa de las plagas a nivel mundial son enormes. 
Una plaga se puede definir como un animal o planta que causa daño o perjuicio 
a la gente, a sus animales, cosechas o posesiones. Algunas de las plagas de 
mayor importancia son aquellas que conducen a la pérdida de la producción o 
calidad de los cultivos, lo que resulta en pérdida de ganancias para el agricultor 
y reducción de reservas para subsistencia o exportación. 
II) Desastres generados por el hombre 
Los desastres de origen humano son consecuencia de la acción del hombre y 
de su desarrollo. Entre ellos se encuentran los siguientes: 
A) Industrial/tecnológico (fallas en los sistemas/accidentes, substancias 
químicas/radiación, derrames, contaminación, explosiones, incendios, 
terrorismo). 
B) Transporte (vehicular). 
C) Deforestación. 
D) Escasez de materiales. 
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E) Emergencias complejas (guerras y contiendas civiles, agresión armada, 
insurgencia y otras acciones que traen como resultado el desplazamiento de 
personas y refugiados). 
En los desastres generados por el hombre los problemas provienen 
principalmente de la falta de acceso a las fuentes tradicionales de ingresos por 
períodos prolongados a causa de los desplazamientos y la inseguridad, por lo 
que se agudizan las necesidades económicas para una subsistencia digna, 
dando lugar a la vulnerabilidad alimentaria económica y, principalmente, de 
salud, debido a que aumenta la demanda de servicios de salud por la violencia 
causada por los conflictos, además de que estos servicios se dificultan por la 
misma violencia. Asimismo, el VIH/SIDA ha tomado tintes alarmantes durante 
estos conflictos ya que la violación y la violencia sexual se generalizan en 
tiempos de guerra. 
Los contaminantes emitidos a la bioesfera debido a la acción humana son 
numerosos, afectando a la salud humana (enfermedades) y provocando el 
cambio climático (efecto invernadero, lluvia ácida, capa de ozono, deshielo de 
los polos y corrientes marinas). 
Los procesos de fabricación en las industrias y los combustibles fósiles (carbón 
y petróleo) quemados en centrales térmicas, en los motores de vehículos 
(coches, motos, maquinaria agrícola), aviones, avionetas, barcos, generadores 
eléctricos y calderas de vapor (calefacciones), son los principales focos de 
emisión de contaminación química. 
Durante todos los procesos industriales sustancias nocivas o tóxicas pueden 
llegar al agua o al suelo, sea intencionalmente, accidentalmente o como causa 
de una manipulación inadecuada de materiales peligrosos. 
Existen sustancias que son peligrosas para el medio acuático, otras causan 
problemas predominantemente para los microorganismos del suelo, otras son 
nocivas para animales y el hombre. 
Los suelos poseen una cierta capacidad para asimilar las intervenciones 
humanas sin entrar en procesos de deterioro. Sin embargo, esta capacidad ha 
sido ampliamente sobrepasada en muchos lugares, como consecuencia de la 
producción y acumulación de residuos industriales, mineros o urbanos. 
Otra actividad con riesgo ambiental de contaminación de suelos es la minería, 
por su poder modificador del paisaje y sus descargas de residuos tóxicos. El 
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suelo también sufre la contaminación por residuos de pesticidas y otros 
productos agroquímicos, como los herbicidas y los fertilizantes. Algunos de 
ellos permanecen en el suelo, y desde allí se integran a las cadenas 
alimenticias, aumentando su concentración a medida que avanzan de nivel 
trófico. 
La contaminación de suelos se da también por la mala eliminación y ausencia 
de tratamiento de basuras. Otro problema grave se presenta con los residuos 
industriales. El vertido ilegal de residuos industriales constituye un serio 
problema de contaminación del suelo. 
Contaminantes físicos 
Los contaminantes físicos son caracterizados por un intercambio de energía 
entre persona y ambiente en una dimensión y/o velocidad tan alta que el 
organismo no es capaz de soportarlo. 
Por varias razones, el contaminante físico que más está relacionado con la 
geología ambiental es la radiactividad (natural o artificial). 
La radioactividad natural puede generar problemas ambientales por ejemplo en 
la cercanía de yacimientos de uranio (y otros minerales radioactivos). 
El uranio es un metal pesado que se encuentra de forma natural y generalizada 
en diversas formas químicas en todos los suelos, rocas, mares y océanos. 
También está presente en el agua potable y en los alimentos. 
El uranio natural consiste en una mezcla de tres isótopos radiactivos 
identificados por los números de masa 238U (99,27% de la masa), 235U 
(0,72%) y 234U (0,0054%). 
El uranio se utiliza principalmente en las centrales nucleares. La mayoría de los 
reactores necesitan uranio enriquecido en 235U: con un contenido del 3% en 
lugar del 0,72% habitual. Una vez obtenida esa fracción enriquecida, el uranio 
residual es lo que se conoce como uranio empobrecido. El uranio empobrecido 
puede ser también un subproducto del reprocesamiento del combustible ya 
utilizado en los reactores nucleares. 
Las personas pueden verse expuestas al uranio empobrecido de la misma 
manera que lo están normalmente al uranio natural: por inhalación, por 
ingestión y por contacto cutáneo (en particular a través de las lesiones con 
fragmentos incrustados). 
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Las distintas aplicaciones de sustancias radioactivas en ciencia, técnica y en la 
producción de energía y también el uso militar generan cantidades 
considerables de deshechos radioactivos. 
La búsqueda y la habilitación de lugares seguros para el almacenamiento 
definitivo de este tipo de deshecho es un problema para cada país que utiliza 
sustancias radioactivas para fines civiles o militares. 
La munición fabricada con uranio empobrecido fue utilizada por primera vez en 
combate por las fuerzas británicas y estadounidenses durante la guerra del 
Golfo de 1991. Desde entonces, la munición con uranio empobrecido se ha 
afirmado sólidamente como un instrumento de la guerra moderna. 
El uranio empobrecido presenta el mayor riesgo para la salud humana cuando 
sus fragmentos penetran en el cuerpo o cuando se inhala o se ingiere polvo de 
esa sustancia. 
Dado que cada vez más fuerzas armadas adquieren y utilizan municiones de 
uranio empobrecido, aumentan las dificultades para prevenir sus efectos sobre 
la salud y el medio ambiente. 
El uranio de las cabezas de los proyectiles es muy inflamable y tras el impacto 
se convierte en cenizas de menos de una milésima de milímetro que van a ir a 
contaminar el aire, el agua, la tierra, los alimentos y a las personas. 
Dado que el uranio empobrecido es un metal moderadamente radiactivo, es 
necesario regular su eliminación. Restos de ese uranio pueden acabar, junto 
con otros metales residuales, incorporados a productos refabricados. La 
eliminación debe atenerse a las recomendaciones apropiadas para el uso de 
material radiactivo. 
Una fuente natural de radioactividad es el gas radioactivo radón. El radón es un 
gas radioactivo que pertenece a la cadena de desintegración del uranio. El 
uranio se encuentra en la composición de terrenos de granito y al entrar en 
contacto con el aire se descompone y produce radio, a partir del cual se forma 
el radón, el más pesado de los gases nobles. 
Un peligro para la salud existe cuando la persona esta expuesta por mucho 
tiempo a concentraciones significativas de radón. 
 
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Contaminantes químicos 
Los agentes químicosrepresentan seguramente el grupo de contaminantes 
más importante debido a su gran número y a la omnipresencia en todos los 
campos laborales y en el medio ambiente. 
Como contaminantes químicos se puede entender toda sustancia orgánica e 
inorgánica, natural o sintética que tiene probabilidades de lesionar la salud de 
las personas en alguna forma o causar otro efecto negativo en el medio 
ambiente. 
Las vías principales de penetración son la inhalatoria, la dérmica y la digestiva. 
Los contaminantes químicos pueden provocar un daño de forma inmediata o a 
corto plazo (intoxicación aguda), o generar una enfermedad profesional al cabo 
de los años (intoxicación crónica). Para que la inhalación de un contaminante 
químico no produzca efectos irreversibles a largo plazo, su concentración en el 
aire debe ser inferior a un cierto valor límite previamente establecido. 
Los agentes químicos pueden aparecer en todos los estados físicos: 
1. Gaseoso 
Gases propiamente dichos, vapores y humos. 
Fuentes de contaminantes gaseosos pueden ser, por ejemplo: 
• Emisiones continuas como: la descarga de chimeneas, quema de mercurio 
a aire libre, emisiones de máquinas, vehículos y del transito en general, 
desaireación de tanques y emanaciones volátiles de la superficie de 
lagunas de residuos. 
• Emisiones instantáneas/momentáneas como todo tipo de emisión accidental 
(por ejemplo incendios) 
Los contaminantes gaseosos son importantes para la geología ambiental 
cuando las sustancias precipitan con el peligro de contaminar suelo o agua. 
En cambio, contaminantes sólidos y líquidos pueden ser liberados directamente 
al sistema suelo/agua subterránea con los efectos ambientales 
correspondientes. 
2. Sólido 
El grupo de sustancias sólidas incluye sustancias como minerales de asbestos, 
sustancias contaminantes adsorbidas a partículas sólidas, sólidos en 
suspensión y también los polvos (los últimos dos con carácter transitorio entre 
sólido y gaseoso). 
 17
Contaminantes sólidos también pueden ser distintos tipos de basura, como por 
ejemplo, suelo/roca excavados o residuos de la construcción, basura 
doméstica/industrial en general y otras sustancias que hay que considerar 
como residuos especiales o tóxicos. 
3. Líquido 
Los líquidos pueden ser liberados al medio ambiente en forma 
controlada/intencional o en forma incontrolada. 
Forma controlada: 
- Descarga de residuos sobre aguas superficiales (océano). 
- Infiltración intencionada de residuos/ácidos al suelo o la dispersión de 
pesticidas sobre un terreno. 
Forma incontrolada: 
- Emisión de líquidos por un accidente o por manipulación/almacenamiento 
inadecuado (cambio de aceite de una maquina, escape de un tanque en 
mal estado, etc.). 
- Formación de lixiviado y filtración de sustancias liquidas hacia el agua 
subterránea. Esto incluye la formación de aguas ácidas de una mina. 
El grado de peligro de los contaminantes químicos se puede considerar según 
los siguientes factores: 
- Explosividad: capacidad de una sustancia para expandir sus moléculas en 
forma brusca y destructiva. 
- Inflamabilidad: capacidad de una sustancia para producir combustión de sí 
misma, con desprendimiento de calor. 
- Toxicidad: capacidad de una sustancia para producir daños a la salud de las 
personas que están en contacto con ella. 
- Reactividad: capacidad de una sustancia para combinarse con otras y 
producir un compuesto de alto riesgo (como compuesto inflamable, 
explosivo, tóxico, etc.) 
- Corrosividad: sustancias con propiedades ácidas o alcalinas. 
Dentro de los contaminantes químicos se puede diferenciar los siguientes: 
- Asbestos, sílice y otros minerales 
- Metales: plomo, mercurio y compuestos orgánicos de mercurio, cadmio, 
zinc, cromo y cobre (entre otros) 
- Semimetales: arsénico, fósforo, selenio, telurio 
 18
- Otros sustancias y compuestos inorgánicos como: halógenos (flúor, cloro, 
bromo), azufre y compuestos de azufre (ácido sulfúrico, dióxido de azufre), 
derivados del nitrógeno (amoniaco, óxidos de nitrógeno), cianuro, ácido 
cianhídrico, derivados cianohalogenados 
- Compuestos orgánicos: hidrocarburos (alifáticos, aromáticos, 
clorados/halogenizados), alcoholes (metílico, propílico, etc.), aldehídos 
(formaldehído), glicoles, cetonas, ésteres, éteres, ácidos orgánicos 
Incendios 
Los incendios forestales constituyen uno de los principales problemas, relativos 
a la degradación del medio ambiente. Producen erosión de la superficie 
arbolada. 
Las causas de los incendios forestales son diversas. Entre ellas, destaca la 
acumulación de la masa total de materia viva (biomasa), provocada por una 
mala gestión de las zonas forestales. La inflamabilidad de la materia vegetal 
varía mucho según la humedad ambiente: en verano el bosque llega a perder 
hasta la mitad de esa humedad. El abandono del pastoreo y de la recogida 
tradicional de leña traen como consecuencia la acumulación y el excedente de 
materia vegetal muerta, que aviva el fuego en caso de incendio. Las 
repoblaciones forestales masivas de coníferas, fácil pasto de las llamas, 
tampoco ayuda. Las especulaciones urbanísticas, el mercado de la madera y el 
cobro de seguros se apuntan, por su parte, como origen de los incendios 
provocados. Y por último, no se puede arrinconar una de las causas 
fundamentales de los incendios: la irresponsabilidad de algunas personas 
(sobre todo los fines de semana y festivos, en áreas rurales) que preparan sin 
las debidas precauciones su paella dominguera, si bien el uso incorrecto de 
cerillas, fogatas y cigarrillos es la causa principal de los incendios forestales. 
El bosque proporciona oxígeno, retiene y atrae agua, combate la erosión y 
alberga y mantiene la diversidad biológica. Un bosque puede tardar más de 
120 años en recuperarse tras un incendio: tras 10 ó 15 años se crea el monte 
bajo; se necesita entre 15 y 20 años más para desarrollar un estrato arbóreo 
pleno, entre 30 y 40 años más para que crezca un matorral arbolado de 
regulares dimensiones y unos 50 años más para la restauración definitiva. 
 19
Conflictos bélicos 
En la década de los noventa, un total de 53 grandes conflictos armados 
provocaron la muerte de 3,9 millones de personas. 
Los conflictos armados y la calidad de la gobernabilidad son factores que 
pueden convertir, por ejemplo, los períodos de escasez de precipitaciones en 
hambrunas. En el caso de emergencias complejas, la situación se agrava aun 
más. 
Estos conflictos pueden conllevar problemas de salud de vasto alcance, como 
epidemias, falta de agua y acumulación de desechos, así como movimientos de 
personas desplazadas y refugiados, escasez de víveres, hambre, etc. 
En los guerras los problemas provienen principalmente de la falta de acceso a 
las fuentes tradicionales de ingresos por períodos prolongados a causa de los 
desplazamientos y la inseguridad, por lo que se agudizan las necesidades 
económicas para una subsistencia digna, dando lugar a la vulnerabilidad 
alimentaria económica y, principalmente, de salud, debido a que aumenta la 
demanda de servicios de salud por la violencia causada por los conflictos, 
además de que estos servicios se dificultan por la misma violencia. Asimismo, 
el VIH/SIDA ha tomado tintes alarmantes durante estos conflictos ya que la 
violación y la violencia sexual se generalizan en tiempos de guerra. 
El número de conflictos armados en todo el mundo aumentó constantemente 
entre 1965 y 1990, pero ha disminuido ligeramente desde entonces. Sin 
embargo, los conflictos recientes parecen ser más duraderos que los 
registrados en el pasado. 
Los conflictos violentos entrañan enormes costos económicos y sociales, así 
como efectos considerables sobre el medio ambiente. 
Al final de las guerras civiles cabe prever que los ingresos per cápita del país 
sean un 15% inferior y que haya en él un 30% más de personas que viven en la 
pobreza. En el pasadodecenio, han muerto en conflictos millones de personas, 
en su mayoría civiles, y muchas más han sufrido mutilaciones o han tenido que 
huir. 
Hay un conjunto complejo de factores políticos, étnicos, religiosos, ideológicos 
y económicos que explican por qué en determinados países se experimentan 
conflictos armados, pero hay que reconocer que algunos países están más 
expuestos a la violencia que otros. Los que corren mayores riesgos tienen 
 20
ingresos per cápita inferiores y economías estancadas y exportan sobre todo 
productos básicos primarios. 
Deslizamientos de tierra 
Estos fenómenos son desplazamientos de masas de tierra o rocas por una 
pendiente en forma súbita o lenta. 
Si bien la gravedad que actúa sobre las laderas es la principal causa de un 
deslizamiento, su ocurrencia también depende de las siguientes variables: 
• Clase de rocas y suelos 
• Topografía (lugares montañosos con pendientes fuertes) 
• Orientación de las fracturas o grietas en la tierra. 
• Cantidad de lluvia en el área. 
• Actividad sísmica. 
• Actividad humana (cortes en ladera, falta de canalización de aguas, etc.). 
Los movimientos de tierras y excavaciones que se hacen para construir 
carreteras, ferrocarriles, edificaciones, presas, minas al aire libre, etc. 
rompen los perfiles de equilibrio de las laderas y facilitan desprendimientos 
y deslizamientos 
• Erosión (por actividad humana y de la naturaleza). 
• Dependiendo de la velocidad, los deslizamientos se pueden clasificar en 
rápidos y lentos. 
Los deslizamientos rápidos alcanzan velocidades hasta de metros por segundo 
y se pueden originar en zonas con pendientes muy fuertes y empinadas, donde 
domina la caída de rocas y residuos que se acumulan formando un talud, o se 
puede producir al deslizarse una gran masa en segundos o minutos. Entre ellos 
tenemos, desprendimientos y flujos de lodo. 
En los deslizamientos lentos, las velocidades son del orden de centímetros o 
metros por año. Se caracterizan por transportar gran cantidad de material. 
Los efectos más importantes de los deslizamientos son: 
• Ruptura o agrietamiento del suelo 
• Erosión intensa 
• Sepultamiento de infraestructuras 
• Pérdida de vidas 
• Derrumbes 
 21
• Represamiento y generación de embalses en cauces fluviales con 
desarrollo de eventuales avalanchas de lodo y rocas. 
Deforestación 
Se entiende por deforestación a la destrucción a gran escala del bosque por la 
acción humana. 
La desertificación, definida como la intensificación de las condiciones 
desérticas y el decrecimiento paulatino de la productividad de los ecosistemas, 
es generada principalmente por el ser humano, que actúa sobre un medio frágil 
y lo presiona en exceso para obtener su sustento. 
Cuando se tala vegetación para despejar tierras o usar leña, la capa fértil del 
suelo es expuesta a la lluvia y al sol, la corteza del suelo se endurece y se 
seca, impidiendo la infiltración de más agua. Así comienza el proceso de 
desertificación, ya que disminuye la filtración acuosa a depósitos subterráneos, 
y la capa de suelo superficial se erosiona y se convierte en estéril. 
Las principales causas de desertificación son la agricultura de secano y riego, 
la erosión hídrica y eólica, los cambios climáticos, el sobrepastoreo, la 
deforestación, los incendios forestales, la extinción de especies nativas de flora 
y fauna, y la expansión urbana. 
Entre 1980 y 1990, las tasas anuales de deforestación fueron de un 1,2% en 
Asia y el Pacífico, un 0,8% en Latinoamérica y un 0,7% en África. 
La deforestación no es lo mismo que la degradación forestal, que consiste en 
una reducción de la calidad del bosque. Ambos procesos están vinculados y 
producen diversos problemas. Pueden producir erosión del suelo y 
desestabilización de las capas freáticas, lo que a su vez favorece las 
inundaciones o sequías. Reducen la biodiversidad (diversidad de hábitats, 
especies y tipos genéticos), lo que resulta sobre todo significativo en los 
bosques tropicales, que albergan buena parte de la biodiversidad del mundo. 
Los bosques desempeñan un papel clave en el almacenamiento del carbono; si 
se eliminan, el exceso de dióxido de carbono en la atmósfera puede llevar a un 
calentamiento global de la Tierra, con multitud de efectos secundarios 
problemáticos. 
 22
Fases del desastre 
En un desastre se pueden identificar cinco fases: 
- Interdesastre. En esta fase se elabora el mapa de riesgos para la 
comunidad, el inventario y localización de los recursos, la planificación de las 
medidas apropiadas, comúnmente denominadas Planes de Emergencia, y la 
educación y entrenamiento adecuado de los diferentes estamentos que 
intervienen. 
- Preimpacto. Se realiza el aviso a la población, basado en mecanismos de 
predicción y, se implantan las medidas mitigadoras. 
- Impacto, que ocurre en el momento en que golpea el desastre. En ese 
momento los primeros efectos sobre la salud dependen básicamente del tipo 
de desastre y su sustrato. Es la ocasión en que se puede ver la efectividad de 
las medidas preventivas adoptadas. 
- Emergencia, en la que se producen tres problemas básicos: el aislamiento, el 
rescate y la ayuda externa. A menudo es la fase en la que los recursos se ven 
desbordados en el caso de que se trate de un auténtico desastre y en la que la 
ayuda externa es más eficiente. 
- Reconstrucción, donde se trata de recuperar la actividad normal de la 
comunidad. En esta fase se pone de manifiesto la capacidad de rehabilitación 
del grupo social. En los colectivos con niveles bajos de desarrollo puede 
hacerse permanente, creando otros tipos de problemas. 
Es importante en la evaluación epidemiológica la descripción detallada del área 
de impacto, con referencia a la superficie afectada, las condiciones orográfícas 
de la zona, las comunicaciones, la densidad de población y las características 
del medio. 
Hay que valorar los tipos de medidas que deberían de haberse puesto en 
marcha para evitar la catástrofe o mitigar sus efectos, o bien las precauciones 
que se han omitido, es decir, debe estudiarse la evitabilidad del desastre. 
Epidemiología de los desastres 
La magnitud de un desastre puede apreciarse por: 
• El número de seres humanos y animales muertos o lesiones permanentes o 
temporales de unos y otros. 
 23
• Desorganización de servicios públicos, como electricidad, gas y otros 
combustibles, comunicaciones, abastecimiento de agua, sistema de 
alcantarillado, suministro de alimentos y salud pública, etc. 
• Propagación de enfermedades. 
• Desorganización de las actividades normales. 
• Entre los aspectos epidemiológicos que deben ser considerados en los 
desastres se encuentran: 
• Como fenómeno epidemiológico los desastres tienen una distribución 
mundial, aunque con muy diferentes perfiles de presentación y evolución. 
• Todos tienen en común el hecho de exceder la capacidad de ajuste y 
respuesta de la comunidad sobre la que actúan. 
• Plantean importantes problemas de salud pública asociados a sus propios 
efectos. 
• Sus consecuencias sobre la salud son variables y es posible identificar los 
factores de riesgo que las originan y modulan. 
• Pueden identificarse en el fenómeno catastrófico una serie de fases. 
Los desastres son un fenómeno de distribución universal cuya incidencia, tanto 
en número de fenómenos ocurridos como en personas afectadas, ha venido 
aumentando a lo largo del tiempo. Por otra parte, existe una relación entre el 
nivel de desarrollo socioeconómico de una comunidad y su perfil de desastre. 
Incluso para los desastres naturales, aparentemente menos susceptibles de 
influencia humana, se ha demostrado que el impacto varía completamente en 
función del tipo de organización social sobre la que ocurren. En términos de 
impacto económico, aunque el coste global de los desastres también ha venido 
creciendo a nivel mundial, existen diferencias importantesentre regiones. 
La epidemiología de desastres es un instrumento fundamental en su gestión en 
términos de prevención, mitigación del impacto y mejora del sistema de rescate 
y ayuda. 
El perfil epidemiológico y el propio tipo de catástrofe varían según el contexto 
socioeconómico y cultural sobre el que se producen. Las catástrofes de los 
países en vías de desarrollo tienen muy poco que ver en su aspecto y 
consecuencias con las de los países desarrollados. De hecho, si éstas ya 
representan un elevado costo para cualquier país afectado, su impacto es 
proporcionalmente mucho mayor en los países en vías de desarrollo y en los 
 24
que las pérdidas en el producto interior bruto debidas a ellos son 20 veces 
superiores que en un país industrializado. 
Desde el punto de vista epidemiológico de un desastre existen conceptos 
básicos como probabilidad o amenaza, vulnerabilidad y riesgo. 
La probabilidad o amenaza se define como la probabilidad de ocurrencia de un 
fenómeno (de origen natural o humano) durante un periodo de tiempo 
determinado y en un espacio definido (es decir, número de fenómenos 
ocurridos/tiempo de exposición a riesgo). 
Vulnerabilidad es el grado por el cual una población, individuo u organización 
es incapaz de anticiparse, enfrentarse, resistir y recuperarse de los impactos de 
los desastres. Está en función de la susceptibilidad (los factores que permiten a 
un peligro causar un desastre) y de la resistencia (la capacidad de resistir al 
daño causado por emergencias y desastres y ser capaces de recuperarse). 
El concepto de vulnerabilidad ayuda a identificar a los miembros de una 
población que es más probable que sufran directa e indirectamente un peligro. 
La pobreza contribuye enormemente a la vulnerabilidad. 
A nivel nacional, los desastres mayores repetidos tienen un efecto significativo 
sobre el desarrollo a través de sus costes económicos y sociales y pueden 
crear un círculo vicioso, de tal manera que el subdesarrollo incrementa la 
vulnerabilidad de las personas y la sociedad a los desastres. 
Un concepto clave es el de riesgo, entendido como la probabilidad de sufrir 
pérdidas o la aparición de daños sociales, ambientales y económicos, en un 
lugar dado y durante un tiempo de exposición determinado. El riesgo es el 
resultado de una o varias amenazas (probabilidad de ocurrencia del fenómeno) 
y del grado de vulnerabilidad (cantidad/cualidad de efectos o consecuencias). 
Factores de riesgo de los desastres 
Entre los factores de riesgo de los desastres se encuentran el aumento de 
población (explosión demográfica), el subdesarrollo, los fenómenos de 
urbanización inadecuada, la degradación medioambiental, el cambio climático y 
el uso inapropiado de tecnologías de alto riesgo. 
El subdesarrollo de los países en vías de desarrollo es un factor de riesgo muy 
importante que causa importantes limitaciones en todas las etapas 
relacionadas con la catástrofe. 
 25
Los fenómenos de explosión demográfica influyen en el riesgo de desastres ya 
que implican una disminución de los recursos existentes y conducen a otros 
factores de riesgo asociados, como la escasa planificación de servicios, 
asentamientos precarios, etc. 
El cambio climático tendrá en el futuro un gran impacto sobre los desastres 
debido a sus efectos sobre la frecuencia de episodios climáticos extremos, la 
ecología de los vectores de enfermedades transmisibles, la producción de 
alimentos, el nivel del mar y la disponibilidad de radiaciones ultravioletas sobre 
la superficie terrestre. Sus efectos pueden llegar a lograr una elevación de la 
temperatura media del planeta, lo que implicaría desastrosas consecuencias e 
importantes cambios en las condiciones de vida terrestre. No sólo el medio 
ambiente sufre las consecuencias de estas modificaciones en el clima sino 
también las propias personas. 
Impacto económico de los desastres 
Durante las últimas décadas ha aumentado la preocupación entre la comunidad 
internacional por el incremento en el número de desastres y por la tendencia 
creciente de los efectos destructivos que se concentran en amplios sectores de 
la población. En consecuencia, los desastres han comenzado a ser vistos no 
sólo desde la perspectiva humanitaria o social sino fundamentalmente desde el 
punto de vista económico, fortaleciéndose también la hipótesis de que estos 
eventos pueden convertirse en un obstáculo para el desarrollo por el impacto 
económico negativo que significan o que pueden llegar a significar. 
Resulta evidente que el gasto que los gobiernos se ven obligados a realizar 
para la rehabilitación y reconstrucción de zonas afectadas representa casi 
siempre un sacrificio para los países pobres donde la escasez de recursos es 
permanente y prácticamente no existen posibilidades de realizar gastos 
adicionales no programados. 
Pero junto con los grandes desastres, que representan importantes pérdidas 
económicas y de vidas humanas, se encuentran otro tipo de eventos de 
pequeña y mediana magnitud que se presentan constante y frecuentemente en 
algunas zonas, y que si bien no son tan espectaculares en términos de la 
cantidad de daños que puede generar un gran desastre, si tienen importantes 
efectos para los pobladores de esas regiones por la destrucción de sus 
principales medios de subsistencia: cultivos de autoconsumo, animales, 
 26
destrucción de viviendas, interrupción de las actividades productivas, pérdida 
de fuentes de empleo, daños al comercio y a la prestación de servicios, 
destrucción o pérdida de bienes materiales y herramientas, etc., y pérdidas 
sobre la economía de sectores informales. 
Con relación al impacto sobre el ámbito local, también existen casos donde los 
desastres han retrasado o cancelado las posibilidades de desarrollo de algunas 
regiones por periodos muy largos. Esto se ha dado tanto por la ocurrencia de 
fenómenos súbitos y de gran intensidad como por la presencia de fenómenos 
de lento impacto. 
En el caso de las poblaciones que permanentemente sufren algún tipo de 
desastre, la pérdida de los medios de subsistencia puede representar uno de 
los aspectos más importantes de obstaculización para el desarrollo, ya que 
cada evento interrumpe la actividad normal y cancela la posibilidad de mejorar 
esos medios de subsistencia al invertir los pocos recursos económicos 
existentes en su reposición, que con frecuencia se hace en condiciones menos 
favorables que las que se tenían anteriores a su ocurrencia. 
Cuantificar las pérdidas por los desastres es de por sí un gran reto conceptual y 
metodológico. Por un lado, es necesario definir qué pérdidas pueden ser 
atribuidas realmente a los desastres y diferenciarlas de otros tipos de pérdidas 
relativas al desarrollo. Por otro lado, la falta de datos e información fiable en 
todos los ámbitos es un gran obstáculo para describir y analizar las pérdidas 
causadas por los desastres y sus repercusiones en el desarrollo. Tal vez ésta 
sea una de las razones por las cuales los responsables de formular políticas 
hayan tardado tanto en actuar sobre el binomio desastres-desarrollo. 
Las pérdidas por desastres se clasifican tradicionalmente en: 
1. Costos directos: el daño material, incluido el daño al capital productivo y las 
existencias (plantas industriales, cultivos en pie, existencias, etc.), daño a la 
infraestructura económica (transporte, suministro de energía, etc.) y daño a la 
infraestructura social (viviendas, escuelas, etc.). 
2. Costos indirectos: trastornos secundarios que afectan la oferta de bienes y 
servicios, por ejemplo: un menor rendimiento por destrucción o daño de las 
instalaciones o infraestructuras, y la pérdida de ganancias por las menores 
oportunidades de generar ingresos. El corte de los servicios básicos puede 
acarrear serias consecuencias, por ejemplo la interrupción de las 
 27
telecomunicaciones o la falta de agua potable. En los costosindirectos también 
se incluyen los gastos de salud y la pérdida de productividad por 
enfermedades, incapacidad y fallecimiento. Sin embargo, el costo indirecto 
bruto también se ve compensado parcialmente por efectos positivos 
relacionados con los trabajos de rehabilitación y reconstrucción, como por 
ejemplo la reactivación del sector de la construcción. 
3. Efectos secundarios: son las repercusiones a corto y largo plazo de un 
desastre en toda la economía y en las condiciones socioeconómicas; por 
ejemplo: el desempeño fiscal y monetario, la cantidad de viviendas y el 
endeudamiento externo, la distribución de ingresos y la magnitud e incidencia 
de la pobreza, las consecuencias del traslado o la reestructuración de ciertos 
elementos de la economía o la población activa. 
Los datos registrados sobre el costo de los desastres generalmente se refieren 
a los costos directos. Es posible que, en el mejor de los casos, las cifras sobre 
el verdadero costo de las repercusiones indirectas y secundarias aparezcan 
después de varios años de ocurrido el desastre. 
Es necesario que transcurra el tiempo para advertir el ritmo real de la 
recuperación, y determinar la naturaleza de las consecuencias indirectas y 
secundarias. 
Si bien los datos sobre la mortalidad humana son relativamente precisos, la 
información sobre las pérdidas económicas y el deterioro de los medios de vida 
es generalmente incompleta o inexacta. 
Durante la última década los daños causados por los desastres se han 
estimado en 67 billones de dólares por año como media, con un máximo de 
230 billones y un mínimo de 28 billones. El coste económico asociado a los 
desastres naturales se ha multiplicado por 14 desde 1950. 
Estadísticas y tendencias principales de los desastres 
En la última década, el número de desastres naturales y tecnológicos aumentó; 
entre 1994 y 1998, la media anual fue de 428, mientras que entre 1999 y 2003 
acusó un aumento de dos tercios, cifrándose en 707. El mayor aumento fue de 
142% y se registró en países de bajo desarrollo humano (BDH). 
Los desastres de origen hidrometeorológico y de origen geofísico se han vuelto 
más comunes, pues en el curso de la década, su frecuencia acusó un aumento 
de 68% y 62%, respectivamente. 
 28
No obstante, los desastres relacionados con el clima siguen siendo los más 
frecuentes, ya que en la última década, la proporción fue de nueve a uno 
respecto a los desastres de origen geofísico. Los desastres naturales más 
frecuentes en África, Asia y Europa son las inundaciones, mientras que en las 
Américas y Oceanía son los huracanes. 
En el año 2003, los desastres dejaron un saldo de 77.000 muertos, el triple que 
en 2002 y los más castigados fueron países de desarrollo medio y alto; en 
Europa, se cobraron 31.000 vidas, principalmente la ola de calor del mes de 
agosto. Esta cifra es ocho veces más alta que la media europea anual de 
muertos en desastres de los nueve años anteriores. 
A escala mundial, la sequía y la hambruna fueron los desastres más mortíferos 
de la década, pues habiendo cobrado 275.000 vidas, como mínimo, desde 
1994, contabilizan casi la mitad del total de los desastres naturales en su 
conjunto. En los 10 últimos años, la sequía y la hambruna dejaron un saldo de 
más de 1.000 muertos por desastre; los terremotos, una media de 370 por 
desastre, y las temperaturas extremas, más de 300 por desastre. 
A pesar del mayor número de desastres, la media anual de muertos disminuyó, 
pasando de 75.000, en el quinquenio 1994-1998, a 59.000 en el quinquenio 
1999-2003. Por el contrario, en ese mismo período, el número de damnificados 
no cesó de aumentar; en los cincos primeros años de la década, la media 
ascendió a 213 millones y en la segunda mitad registró un aumento de 40%, 
cifrándose en 303 millones por año. 
Las consecuencias varían enormemente en función del nivel de desarrollo 
humano de los países castigados por desastres. En la última década, la media 
de muertos por desastre fue de 44 en países de alto desarrollo humano (ADH) 
y de 300 en países de BDH. 
En los países de ADH, los desastres causaron daños por un valor de 318 
millones de dólares en término medio, es decir, 11 veces más que la media de 
28 millones de dólares de los países de BDH, pero las estadísticas no recogen 
el impacto mucho más devastador que tuvieron los desastres en el PIB de los 
países más pobres. 
Efectos de los desastres sobre la salud pública 
El incremento constante del número de desastres y de sus víctimas hace que 
se constituyan en un importante problema de salud pública. 
 29
Los desastres se pueden considerar como un problema de salud pública por 
varias razones: 
• Pueden causar un número inesperado de muertes, lesiones o 
enfermedades en la comunidad afectada que exceden las capacidades 
terapéuticas de los servicios locales de salud y requerir ayuda externa. 
• Pueden destruir la infraestructura local de salud como los hospitales, los 
cuales, además, no serán capaces de responder ante la emergencia. Los 
desastres pueden, también, alterar la prestación de servicios rutinarios de 
salud y las actividades preventivas, con las consiguientes consecuencias a 
largo plazo, en términos de incremento de morbilidad y mortalidad. 
• Algunos pueden tener efectos adversos sobre el medio ambiente y la 
población al aumentar el riesgo potencial de enfermedades transmisibles y 
peligros ambientales que incrementarán la morbilidad, las muertes 
prematuras y pueden disminuir la calidad de vida en el futuro. 
• Pueden afectar el comportamiento psicológico y social de las comunidades 
afectadas. El pánico generalizado, el trauma paralizante y el 
comportamiento antisocial raramente se presentan después de los grandes 
desastres y los sobrevivientes rápidamente se recuperan del choque inicial. 
Sin embargo, se puede presentar ansiedad, neurosis y depresión luego de 
emergencias de inicio súbito o lento. 
• Algunos desastres pueden causar escasez de alimentos con severas 
consecuencias nutricionales, como un déficit especifico de micronutrientes - 
deficiencia de vitamina A. 
• Pueden causar grandes movimientos de población, espontáneos u 
organizados, a menudo hacia áreas donde los servicios de salud no pueden 
atender la nueva situación con el consecuente incremento de la morbilidad y 
la mortalidad. El desplazamiento de grandes grupos de población también 
puede aumentar el riesgo de brotes de enfermedades transmisibles en las 
comunidades desplazadas y anfitrionas, donde los grandes grupos de 
población de personas desplazadas pueden estar hacinadas y compartir 
condiciones insalubres o agua contaminada. Una revisión de la literatura en 
epidemiología de los desastres que describe numerosos desastres indica 
que tales epidemias son raras después de los desastres naturales. 
 30
El impacto de los desastres sobre la salud pública se identifican, por lo tanto, a 
cinco niveles: 
• La producción de un exceso de mortalidad, morbilidad y afectación de la 
población que excede lo habitual en la comunidad afectada. 
• La modificación del patrón de enfermedades transmisibles y de riesgos 
medioambientales tradicionales de esa comunidad. 
• El impacto sobre el sistema de servicios sanitarios, cuya capacidad de 
actuación es puesta a prueba en este tipo de circunstancias. 
• Los efectos sobre la salud mental y el comportamiento humano. 
• La afectación de las posibilidades de desarrollo del colectivo afectado a 
medio y largo plazo, incluyendo los aspectos de reconstrucción y 
rehabilitación. 
Además de ocasionar efectos adversos inmediatos en la salud, como lesiones 
y muertes, los desastres trastornan las garantías de seguridad en el campo de 
la salud ambiental que son fundamentales para la supervivencia de la 
población: agua potable, manejo apropiado de las excretas humanas y 
alojamiento. Cuando se interrumpen, las poblaciones pueden experimentarun 
incremento en las tasas de enfermedades transmisibles y otros efectos dañinos 
relacionados con la exposición a bajas temperaturas, calor o lluvia. 
Aunque las epidemias de enfermedades transmisibles pueden ocurrir después 
del súbito inicio de un desastre natural, muy pocas de tales epidemias han sido 
observadas durante las pasadas décadas. Por el contrario, las emergencias 
complejas relacionadas con conflictos armados, desplazamiento de 
poblaciones, campamentos de socorro en hacinamiento y hambrunas, han sido 
seguidas por numerosas epidemias de enfermedades transmisibles, incluyendo 
cólera, disentería, sarampión y meningitis. 
Factores asociados con muchos tipos de desastres pueden contribuir a la 
transmisión de estas entidades; por tanto, el establecimiento de vigilancia en 
salud pública y la implementación de medidas sanitarias y médicas apropiadas 
deben ser elementos rutinarios de la respuesta a los desastres. 
 31
 
Incidencia de los problemas médicos después de un desastre 
Tipo de 
Desastre 
Victimas 
mortales 
Lesiones 
graves 
Riesgo de 
enfermedades 
Falta de 
alimentos 
Movimientos 
poblacionales 
Guerra Alta Alta Variable Variable Alta 
Terrorismo Moderada Moderada No No No 
Accidentes 
aéreos 
Alta 
Poco 
común 
No No No 
Accidentes 
laborales 
Variable Variable Posible No Posible 
Terremotos Variable Variable Posible Posible Posible 
Sequías Variable Baja Sí Sí Posible 
Ciclones/ 
Tifones 
Moderada Moderada Posible Posible Posible 
Inundaciones Alta Baja Sí Sí Posible 
 
Durante los últimos dos decenios, más de un millón y medio de personas 
murieron víctimas de desastres naturales. 
Los desastres provocados por fenómenos naturales arrojan un saldo de más de 
184 muertos por día en distintas partes del mundo. 
La cantidad de muertos es la medida más fiable de pérdida humana. Sin 
embargo, al igual que en el caso de los datos económicos, sólo revela la punta 
del iceberg ya que además deben considerarse las pérdidas en materia de 
desarrollo y el gran sufrimiento humano. En todo el mundo, por cada muerto, 
aproximadamente 3.000 personas se encuentran expuestas a los peligros 
naturales. 
La mortalidad producida por desastres es muy variable y está en relación con el 
tipo de desastre y los factores del contexto en que este se produce. Parte de 
esa mortalidad se debe a las secuelas psicológicas del desastre. En este 
sentido, el desastre actuaría como un disparador de la patología en sujetos 
predispuestos. 
 32
En relación a la morbilidad parece que, a excepción de los terremotos, la 
frecuencia de lesiones (respecto a la mortalidad) es relativamente baja entre 
los supervivientes. 
Se ha observado que, en algunos casos, la frecuencia de enfermedades y 
traumatismos en las zonas afectadas no muestra diferencias significativas con 
la correspondiente a las áreas que les rodean. 
En relación con la edad se ha constatado que los grupos de personas de 
edades extremas (niños y ancianos) son grupos de riesgo especial. 
La aparición de brotes de enfermedades transmisibles es un fenómeno que 
sólo aparece en algunos tipos muy específicos de desastres (por ejemplo, en 
inundaciones que modifiquen los ecosistemas de determinados vectores como 
los mosquitos aedes o anofeles). En general, cuando se dan estos brotes se 
debe a la ruptura de los sistemas de abastecimiento de agua o saneamiento 
tras el desastre, o bien a las deficientes condiciones higiénico sanitarias (por 
ejemplo porque el desastre ha producido desplazamientos poblacionales o 
hacinamiento). 
Efectos de los contaminantes tóxicos 
Como tóxico se entiende cualquier sustancia que, introducida en el cuerpo en 
una cierta cantidad, ocasiona la muerte o graves trastornos. 
Los efectos tóxicos pueden variar entre reacciones alérgicas más o menos 
leves y la muerte, con todo tipo de enfermedad o daño temporal o permanente 
en el entremedio. 
Son muy escasos los casos de que una contaminación ambiental causa una 
intoxicación tan grave que se produce la muerte instantánea o en poco tiempo 
(aunque se conocen casos extremos de este tipo). 
Más común es que contaminaciones del agua o del suelo producen algún tipo 
de enfermedad (incluyendo cáncer) o reacciones alérgicas. 
Daños genéticos 
Algunas sustancias tóxicas actúan como agentes mutágenos, es decir que 
producen mutaciones en el ADN, en plantas, animales o seres humanos. La 
alteración de los genes humanos puede causar enfermedades como 
deformaciones en los pies, labio leporino, debilitamiento del sistema de defensa 
del organismo, y deformaciones en el desarrollo embrionario que van desde 
pequeñas lesiones cardiacas hasta malformaciones letales. 
 33
Alteraciones en el funcionamiento de las hormonas 
Algunas de estas sustancias tienen estructura química similar a hormonas 
humanas como los estrógenos que regulan la producción de espermatozoides 
y pueden interferir en el funcionamiento del sistema genital, provocando 
disminución de la fertilidad. 
Cáncer 
Varios productos sintéticos y compuestos que se extraen del petróleo, como los 
hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs) y el hollín son cancerígenos 
potenciales. 
Alergias 
Algunos contaminantes tóxicos como las dioxinas y el níquel provocan 
reacciones alérgicas. Las personas que desarrollan hipersensibilidad a esas u 
otras sustancias sufren asma, erupciones cutáneas, estornudos, etc. 
Alteraciones en el comportamiento 
Se ha comprobado que algunos animales, por ejemplo los peces que viven en 
grandes cardúmenes como forma de protegerse de sus depredadores, cuando 
están intoxicados por contaminantes olvidan las pautas de actuación que les 
permiten defenderse y se hacen más vulnerables. 
Resistencia 
Muchas plagas y malas hierbas desarrollan resistencia y aguantan cada vez 
dosis mayores de pesticidas o herbicidas sin sufrir daños. Algo similar sucede 
con las bacterias de las enfermedades que se hacen resistentes a los 
antibióticos. Cuantas más sustancias químicas sintéticas ponemos en la 
naturaleza o cuanto mayor es el número de antibióticos que usamos, más fácil 
es que se desarrollen este tipo de resistencias. Esto obliga, a su vez, a estar 
buscando continuamente nuevos pesticidas y antibióticos. 
Efectos sinérgicos 
Se habla de sinergia cuando el efecto provocado por dos sustancias juntas es 
mayor que la suma de los efectos que produciría cada una por separado. Este 
efecto se ha comprobado en varios contaminantes que cuando están juntos 
son mucho más dañinos que la suma de sus efectos separados. 
Dependiendo de las características de las sustancias, la vía de entrada al 
organismo puede ser por contacto epidérmico, inhalación o ingestión. 
 34
La absorción de sustancias tóxicas en el cuerpo produce una serie de 
reacciones que pueden modificar y/o eliminar la sustancia. 
El tóxico modificado se llama "metabolito". Puede ocurrir que al transformarse 
las características nocivas de la sustancia aumentan, o sea el metabolito más 
peligroso que la sustancia original. 
Prevención del Impacto de los desastres en la salud pública 
En la prevención hay que considerar las acciones a realizar en cada una de las 
fases del ciclo del desastre, así como del contexto en que se produce. 
La prevención primaria incluye todas aquellas medidas que se adoptan antes 
de que se presente el desastre y dependen del tipo de desastre a prevenir. Se 
trata básicamente de acciones realizadas durante la fase silente (fase de 
interdesastre o preparación) y de alerta (fase de preimpacto o predesastre). En 
la fase silente las estrategias preventivas prioritarias irán dirigidas hacia el 
estudio del perfil de riesgos de la zona y la elaboración del correspondiente 
mapa de vulnerabilidad/riesgo. Ellos conducirán a la elaboración de un plan de 
emergencia mayor o desastre que incluya la adopción de medidas preventivas 
específicas, además de la educación dela población y su entrenamiento 
mediante los correspondientes simulacros. 
En un plan de emergencia mayor o desastre se tiene que tener en cuenta los 
siguientes puntos: 
• Analizar los riesgos de la zona y prever las situaciones que puedan llegar a 
presentarse 
• Establecer quiénes son las personas que deben ocuparse de la 
coordinación y dirección del plan cuando se presente la emergencia, 
cuáles son los objetivos y la cadena de mando para ejecutar los 
correspondientes subprogramas, cuales son los límites de esa autoridad y 
su responsabilidad, cuales son las líneas de comunicación, los recursos 
disponibles o que se pueden solicitar y su ritmo de incorporación al 
programa, así como los detalles de su utilización 
• Determinar el número y tipo de personal que se necesitará, así como su 
entrenamiento específico 
• Prever los medios de transporte a utilizar y estimar la cantidad necesaria 
en relación al número de personas que pueden verse afectadas. 
 35
En la fase de alerta (preimpacto o predesastre) las actividades preventivas 
deberán incluir la puesta a punto de sistemas de alarma que tendrán que ser 
previamente probados, así como la monitorización de la situación y la 
movilización de los recursos previstos. 
La educación sanitaria de la población es imprescindible para la autoprotección 
de los riesgos. En determinados casos enfatizará los aspectos de evitación de 
riesgos y en otros instruirá acerca de los comportamientos una vez producida la 
catástrofe para minimizar o mitigar sus efectos. En este sentido se trata de 
prevención tanto primaria como secundaria. 
La prevención secundaria afecta a las acciones a desarrollar durante la fase 
de emergencia (impacto o aislamiento) e incluye el uso preferente de recursos 
humanos y medios técnicos locales, la evaluación rápida de necesidades que 
permita la notificación al exterior de la ayuda específica requerida. Se 
garantizará el funcionamiento de los sistemas vitales (agua potable, energía, 
comunicaciones, etc.) y se coordinará la ayuda externa que deberá en todo 
caso estar pensada para servir de enlace con las actividades del postdesastre. 
Además, en esta fase, en términos de salud pública, los objetivos sanitarios de 
la gestión de desastres serán: 
• Prevenir y/o reducir la mortalidad 
• Atender a las víctimas y prevenir las secuelas 
• Prevenir los efectos indirectos relacionados con la salud 
• Prevenir la morbilidad a corto, medio y largo plazo 
• Restablecer unos servicios básicos de salud 
La prevención terciaria afecta fundamentalmente a las acciones realizadas 
durante la fase de recuperación o rehabilitación. En ella se hará una nueva 
evaluación de necesidades y un análisis del grado de adecuación del programa 
de rehabilitación a la ocurrencia de nuevos desastres. Se realizará una 
priorización de las actividades que tenga en cuenta los aspectos más 
importantes de la rehabilitación y/o reconstrucción. 
La mayoría de los desastres son evitables. Incluso en los que el propio 
fenómeno no lo es, si es posible reducir al mínimo sus efectos (mitigarlos) 
mediante una adecuada prevención y la adopción de medidas adecuadas. 
Según la OMS las medidas más importantes son: 
• Evaluación adecuada de los riesgos para la salud. 
 36
• Coordinación sanitaria. 
• Vigilancia epidemiológica y nutricional. 
• Lucha contra las causas evitables de mortalidad y morbilidad. 
• Acceso a servicios básicos preventivos y curativos. 
• Prevención de la malnutrición. 
• Acción sobre los riesgos para la salud del medio ambiente. 
• Protección de los agentes, servicios y estructuras de salud. 
• Protección de los derechos humanos en materia de salud. 
• Disminución del impacto de las futuras crisis. 
En general, los aspectos sanitarios de los desastres han sido durante mucho 
tiempo ignorados por las autoridades sanitarias y el contexto global de la 
asistencia sanitaria en desastres ha sido visto, a menudo, como un problema 
exclusivo de la fase de emergencia. En este sentido, la gestión sanitaria de 
desastres debe cambiar, desde un enfoque de rescate y ayuda a corto plazo a 
otro que contemple todo el proceso, desde la planificación y preparación hasta 
la rehabilitación a largo plazo. 
La medicina para situaciones de desastre se basa en la práctica normal de 
ésta, pero debe incluir el reconocimiento del impacto de los distintos tipos de 
desastres y los correspondientes patrones de heridas, enfermedades y salud 
pública, la integración de la medicina y la salud pública en un plan general de 
gestión de emergencias, y la necesidad de planificar y realizar ejercicios que 
involucren a los gobiernos y organismos voluntarios en el ámbito local, regional 
y nacional. 
Recomendaciones 
Para la reducción de los riesgos de desastre se han propuesto las siguientes 
estrategias: 
• Hacer frente a los riesgos de desastre exige una buena gobernabilidad, que 
facilite la integración de los riesgos en la planificación del desarrollo, y la 
mitigación de los riesgos existentes. 
• Incluir al riesgo de desastre como factor en la recuperación y la 
reconstrucción tras un desastre. 
• Gestionar los riesgos climáticos de forma integrada. 
• Abordar el carácter multifacético de los riesgos. 
• Promover la gestión compensatoria de los riesgos. 
 37
• Superar las lagunas en el conocimiento para evaluar los riesgos de 
desastre. 
Bibliografía 
• World Disasters Report 2005 
• Desastres y desarrollo. Lecciones recientes de los huracanes en el Caribe 
y del Tsunami del Océano Indico 
• Epidemiología de desastres naturales 
• La reducción de riesgos de desastres. Un desafio para el desarrollo 
• Working Together for a Safer World 
• Living with Risk. A global review of disaster reduction initiatives. 2004 
version 
• Huracanes, tifones, baguíos, willy-willies y ciclones 
• Los volcanes 
• Volcanes del mundo 
• Volcanes 
• Ciencias de la tierra y del medio ambiente 
• Incendios forestales 
• Los desastres: causas, consecuencias y opciones para la prevención y 
mitigación 
• Situación de los bosques del mundo 2005 
• Deforestación: bosques tropicales en disminución 
• Vulnerabilidad. El entorno social, político y económico de los desastres 
• El impacto económico de los desastres: esfuerzos de medición existentes 
y propuesta alternativa 
• Impacto de los desastres en la salud pública 
• Desastres y salud pública: un abordaje desde el marco teórico de la 
epidemiología 
• Desastre por inundaciones y deslizamientos 
• All About Hurricanes 
• Hurricane Katrina Response 
• Sistema de indicadores para la gestión del riesgo de desastre. Programa 
para América Latina y el Caribe: Informe técnico principal. 
• Guías técnicas para la reducción de la vulnerabilidad en los sistemas de 
agua potable y saneamiento 
 38
• A guide to emergency health management after natural disaster 
• Desastres y desarrollo 
• Desastres y el medio ambiente 
• Evaluación de desastres 
• Introducción a las amenazas 
• Visión general sobre manejo de desastres 
• Mitigación de desastres 
• Aspectos económicos del desastre 
• Nature's Most Violent Storms? Tornadoes 
• Tsunami 
• Tsunamis (Geoscience Australia) 
• Catástrofes Naturales 
• Assessing Community Impacts of Natural Disasters 
• Current Volcanic Activity 
• Volcanic Activity History 
• Guía básica de metereología general 
• Storm Prediction Center Publications 
Bibliografías Especializadas 
• Science Citation Index Expanded. Preparing for disaster. Earth scientists 
should find better mechanisms to disseminate facts about the risks of natural 
disasters, to help local populations make the necessary preparations. 
NATURE 438 (7070): 889-889 DEC 15 2005 
• Quick response to natural disasters Barrett GW BIOSCIENCE 55 (12): 
1028-1028 DEC 2005 
• Natural and man-provoked disasters: a call to arms for analytical chemists 
Daunert S ANALYTICAL

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