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Instituto Avanza
Profesorado de Lengua y Literatura 
Lingüística y Gramática IV
Unidad 3: Análisis del Discurso
Apunte de cátedra elaborado por el Prof. Luciano Campetella
2019 
1. El análisis del discurso 
El AD se define como una práctica interpretativa que construye sentido sobre los textos a partir del establecimiento de una relación sistemática entre determinadas huellas discursivas (expresadas en formas lingüísticas) y las condiciones socio-históricas en las cuales ese texto ha sido producido[footnoteRef:0]. El AD articula, de manera necesaria y orgánica, saberes producidos por las ciencias del lenguaje con otros conocimientos ligados a los ámbitos específicos en los cuales el discurso ha sido/es producido (sociología, economía, historia, etc.). Toda interpretación de un texto que pretenda haber sido construida a partir del análisis del discurso debe fundamentar sus aseveraciones a partir de elementos concretos inscriptos en el propio texto que se ha estudiado. [0: Para esta definición seguimos a Arnoux (2006). ] 
El análisis del discurso surge en Francia a finales de la década de 1960 y principios de la 1970, es decir, alrededor de la revuelta obrero-estudiantil conocida como Mayo Francés. Por tal motivo, en su primera época se ocupó, fundamentalmente, del discurso político. Distintos desarrollos disciplinares dieron como resultado esta nueva approximación a los textos. En el campo de la lingüística, el surgimiento de nuevos modelos de análisis orientados a trascender la oración como límite de estudio dio como resultado la consideración del texto como unidad de sentido, que debe ser analizada en su especificidad. En el campo de la historiografía, la llamada historia de las mentalidades pretendió superar el análisis puramente referencial de las fuentes históricas para tomar los documentos como artefactos lingüísticos, que deben ser estudiados en su especificidad. En el campo de la psicología, el psicoanálisis lacaniano le restituyó su relevancia a la noción de inconsciente, que había puesto en crisis la idea de un sujeto-hablante fuente y dueño de su propio decir. Consecuentemente, el análisis del discurso, tal como lo sostiene Pêcheux (1984), tiene como objetivo construir procedimientos que expongan las dimensiones del decir que permanecen inaprehensibles al sujeto, en tanto es producido por/en el mismo discurso. 
2. Las dimensiones del discurso 
El discurso puede ser estudiado a partir de tres dimensiones centrales: la dimensión enunciativa, la dimensión argumentativa y la dimensión narrativa. 
2.1 La dimensión enunciativa
La dimensión enunciativa consiste en el modo particular en el cual el enunciador construye la imagen de sí y dela/s sus destinatarios en el propio discurso. Este aspecto tiene una relevancia central para el análisis del discurso político, cuya especificidad enunciativa radica, según Verón (1987), en la construcción de un destinatario múltiple. Para este semiólogo argentino, el discurso político implica enfrentamiento, por lo cual es inseparable de la construcción de un adversario. El discurso político construye tres tipos de destinatarios simultáneos: 
1) Un destinatario positivo, que participa de las mismas ideas, que adhiere a los mismos valores y persigue los mismos objetivos que el enunciador (llamado PRODESTINATARIO); 	
2) Un destinatario que se constituye en adversario, a quien el enunciador no podrá convencer (llamado CONTRADESTINATARIO); 
3) Un destinatario que será el objeto privilegiado de persuasión por parte del enunciador y que habitualmente es representado como “indeciso” (llamado PARADESTINATARIO).
Siguiendo a Verón, la construcción de estos destinatarios por parte del enunciador involucra ciertas entidades, que se expresan a través de formas lingüísticas específicas. 
· La entidad que interviene en la construcción del PRODESTINATARIO es el colectivo de identificación, señalado habitualmente por pronombres o verbos conjugados en la primera persona del plural: 
“Nosotros creemos en las instituciones, pero en serio”. 
¡Y al final, un día volvimos” 
· Las entidades que intervienen en la construcción del PARADESTINATARIO son más amplias que los colectivos, y el enunciador las coloca habitualmente en posición de recepción: “ciudadanos”, “trabajadores”, “argentinos”, etc. También aparecen los meta-colectivos singulares, que designan referentes abstractos, como “el país”, “el pueblo”, “la nación”, etc. 
· Entidades que se autonomizan del discurso en el cual fueron producidos y que sintetizan toda una doctrina o posición política, llamadas fórmulas: “revolución de la alegría”, “la patria es el otro”, “no fue magia”, etc. 
· Formas nominales que poseen un poder explicativo y que son rápidamente inteligibles por el prodestinatario: “el imperalismo”, “la tercera posición”, “la patria grande”, etc. 
La construcción de los destinatarios se plasma en distintas zonas o componentes del discurso político, que Verón clasifica de la siguiente forma: 
1) COMPONENTE DESCRIPTIVO: es aquel en el cual el enunciador ejercita la constatación o balance de una situación, por lo cual predominan los verbos en presente o pretérito perfecto del Indicativo. Ejemplo: “Hemos completado, argentinos, el ciclo de crecimiento más largo de nuestros doscientos años de historia” (Cristina Kirchner);
2) COMPONENTE DIDÁCTICO:es aquel a través del cual el enunciador presenta un principio general; no describe una coyuntura específica, sino que formula una verdad universal. Ejemplo: “Los gobiernos han dejado de ser problemas políticos para pasar a ser problemas sociales. El que gobierno solo con criterio político irá al fracaso” (J. D. Perón); 
3) COMPONENTE PRESCRIPTIVO: es el componente en el que se expresa o el deber o la necesidad. Suele aparecer a través de estructuras impersonales. Ejemplo: “Es necesario terminar con setenta años de fracasos” (M. Macri) 
4) COMPONENTE PROGRAMÁTICO: es aquel en el que el enunciadior promete y se compromete. Se expresa a través de formas verbales en infinitivo y en futuro y también a través de nominalizaciones. Ejemplo: “Pobreza cero, unir a los argentinos, lucha contra el narcotráfico” (programa de gobierno de la alianza Cambiemos en 2015) 
2.2 La dimensión argumentativa 
La dimensión argumentativa se ocupa de las estrategias que el enunciador pone a funcionar para convencer al enunciatario de una tesis que sostiene. Para ello, utiliza argumentos basados en tres tipos de pruebas: 
1) La prueba por el ETHOS: la palabra éthos designa la imagen que el orador construye de sí mismo en su propio discurso. Por ejemplo: Cristina Kirchner construía en sus discursos presidenciales un “ethos profesoral”, y la confianza en este como estrategia persuasiva radica en la importancia social que tienen la educación y el conocimiento; 
2) La prueba del PATHOS; la palabra páthos designa las emociones que el orador intenta conmover a partir de su discurso. Por ejemplo: en el discurso del 17 de octubre de 1945, Perón compara el abrazo del pueblo con el abrazo de su madre; 
3) La prueba del LOGOS: la palabra lógos designa la razón o el razonamiento, es decir: se intenta convencer a través de razonamientos bien construidos. Por ejemplo: “Si se promueve el consumo, las fábricas van a producir más y a generar más fuentes de trabajo” (Cristina Kirchner) 
Esta dimensión se ocupa del modo particular en el cual se construye una polémica en el espacio público. Amossy (2016) define la polémica como un debate que confronta puntos de vista opuestos sobre una cuestión de interés público. Así, por ejemplo, la legalización del aborto en la Argentina constituye una polémica, en tanto se trata de un tema de interés público en el cual se enfrentan diversos actores sociales que expresan puntos de vista opuestos sobre él. La polémica se lleva a cabo mediante tres procedimientos constitutivos: 
1) La dicotomización, en tanto se plantean dos opciones antitéticas que se excluyen mutuamente sin posibilidad de alternativas intermedias (por ejemplo: aborto legal sí / aborto legal no); 
2) La polarización,que implica una división social, es decir, plantea un “nosotros” frente a un “ellos” (ejemplos: “los verdes” vs. “los celestes”; “la Patria vs. las corporaciones”, en el discurso kirchnerista posterior al conflicto agropecuario de 2008); 
3) El descrédito hacia el otro, en la cual el adversario es objeto de un ataque verbal (ejemplos: “El kirchnerismo mintió durante doce años. Pero nosotros decimos la verdad” (M. Macri); “La política no se hace con sonrisitas” (C. Kirchner en alusión a M. E. Vidal) 
2.3 La dimensión narrativa
La dimensión narrativa se ocupa de un objeto que ha recibido particular atención por parte del análisis del discurso francés: las memorias discursivas. Todo enunciado presenta, en su propia materialidad lingüística, huellas o trazos de enunciados anteriores, tanto en los objetos o temas que presenta como en las formas enunciativas. Esos trazos, procedentes de formulaciones anteriores, constituyen la memoria del enunciado. 
Ana Soledad Montero estudia la función de las memorias discursivas en la construcción y consolidación de identidades políticas y propone una clasificación en dos tipos: 
1) MEMORIA INCORPORADA: es la memoria en la cual se evocan ciertas formulaciones del pasado para retomarlas o refutarlas. Por ejemplo: Montero analiza la polarización propia del discurso kirchnerista en relación con el discurso de la militancia juvenil de la década de 1970. 
2) MEMORIA REPRESENTADA:es la memoria que articula una determinada representación del pasado. Todo discurso político construye una determinada imagen del pasado en función de sus propios intereses, es decir, el enunciador político hace un uso estratégico del pasado para consolidar una determinada identidad política. Por ejemplo: Montero plantea que Néstor Kirchner construyó dos memorias en sus discursos presidenciales: la memoria que enlaza la dictadura militar con las reformas neoliberales de la década de 1990 y la memoria militante, que reforzó el lazo con las organizaciones de Derechos Humanos y el campo progresista. 
3. Bibliografía 
AMOSSY, Ruth (2016), “Por una retórica del dissensus: las funciones de la polémica”, en: Montero, Ana Soledad (Comp.), El análisis del discurso polémico, Prometeo Libros, Buenos Aires. 
MONTERO, Ana Soledad (2013), “Memoria discursiva e identidades políticas. Huellas y relatos del pasado reciente en el discurso político contemporáneo”, texto presentado en un seminario de extensión. 
NARVAJA DE ARNOUX, Elvira (2006), Análisis del discurso. Modos de abordar materiales de archivo, Santiago Arcos, Buenos Aires. 
PÊCHEUX, Michel (1984), “Sobre los contextos epistemológicos del análisis del discurso”, en: Mots. 
VERÓN, Eliseo (1987), “La palabra adversativa”, en: AA. VV., El discurso político, Hachette, Buenos Aires.

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