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Ensenar_ciencias_naturales_Para_Que (1)

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Enseñar ciencias naturales, ¿Para Qué? 
 
 
Un ensayo de respuesta que argumente la importancia de la enseñanza de las 
Ciencias en el Nivel Educación General Básica. 
 
Gabriel Omar Locarnini 
 
La paradoja del tiempo que vivimos 
 
Parece increíble que, finalizando el Siglo XX, nos tengamos que plantear para 
qué enseñar Ciencias Naturales a temprana edad. Durante el siglo, cuyo 
desenlace transitamos, se produjo el grueso del corpus de conocimiento 
científico que la humanidad posee hoy en su haber. Los grandes adelantos 
científicos – tecnológicos signaron la centuria, y, especialmente en la segunda 
mitad de la misma, transformaron el modo en que, los hombres, comprendemos 
el mundo. Es indudable que, dichos avances, mejoraron notoriamente la calidad 
y la expectativa de vida de los seres humanos; a la par que, debemos aceptar, 
nos acarrearon , quizá, los mayores males que padecemos. 
 
Decimos que la sociedad postmoderna se distingue por la importancia que le 
otorga al conociendo científico, incluso; no pocos autores; la caracterizan como 
la sociedad del conocimiento. A pesar de ello, el en hacer diario de muchas 
escuelas se sigue postergando la enseñanza de las ciencias. O, para expresarlo 
con mayor claridad, no se atiende a la enseñanza de las ciencias de manera que 
ella sea pertinente al contexto actual. ¿Cuáles son los motivos? ¿Por qué se 
mantiene este contrasentido? ¿Hay alguna salida para esta paradoja? ¿Es 
posible intentar reorientar y/o resignificar la enseñanza de las ciencias en las 
escuelas?. Estas son algunas de las preguntas que intentaré responder en 
adelante. 
 
La enseñanza de la Ciencias Naturales. Situación actual. Causas del 
desajuste con la demandas de la sociedad. 
 
Son diversos los factores, causas concurrentes, que determinan este estado de 
situación según el cual podemos sostener que existe un desajuste entre la 
demanda de la sociedad y la oferta de la escuela. Entiéndase este desacuerdo 
desde la perspectiva del ciudadano que estamos formando en orden a insertarlo 
en una sociedad que, seguramente, estará mucho más tecnificada, 
 
 
en la que el manejo de la información será, posiblemente, la única herramienta 
de ascenso social y en la que, lamentablemente, se marcará, por lo menos en 
un primer momento, con más fuerza que hoy, la segmentación social. 
 
 
 
 
Como analizaré en los párrafos siguientes, en esta idea hacen pié los 
argumentos a favor de la enseñanza de las ciencias desde edades tempranas 
(Alfabetización científica), pero veamos brevemente cuales son algunas de las 
causas que mantienen varado el avance desde un modelo de enseñanza de las 
ciencias perimido hacia uno más adecuado al saber científico y pedagógico 
contemporáneo y a la genuina demanda de nuestra sociedad: 
 
 Los docentes no tienen confianza en la enseñanza de las ciencias Esto 
es, no aprecian el valor formativo que enseñar ciencias a temprana edad 
tiene para la vida intelectual y de relación de los niños. 
 El mandato cultural1, que caracteriza a sociedades como la nuestra, lleno 
de resabios de autoritarismo y en el que la magia, el azar y el mesianismo 
se mezclan en un cóctel muy particular. 
 Los desajustes que existen entre el concepto de conocimiento instalado 
en la sociedad a nivel macro (Mundo globalizado) y a nivel micro 
(Contexto socio – cultural próximo), y el concepto de conocimiento 
sostenido en la escuela. 
 El corrimiento que sufre la escuela en su rol básico. La escuela dejó de 
ser la responsable de distribuir conocimiento para pasar a distribuir 
comida, calzado, contención, afecto, asistencia... en fin, cubrir un rol 
social tan amplio como quiera la autoridad de turno y tan inabarcable 
como se lo pueda imaginar. 
 La escasa formación científica de base que recibieron y reciben los 
docentes en su transito por el profesorado. 
 El surgimiento de la Psicología genética y de la psicología cognitiva que 
produjo un fuerte movimiento en la didáctica. Teniendo mucho más claro 
como aprende el hombre es indiscutible que debemos ajustar nuestros 
patrones de enseñanza a ese saber. Esto generó un estado de debate 
que recién hoy comienza a dar líneas claras para transformar las 
prácticas de aula. 
 
Cada una de las causas expuestas, naturalmente acarean una secuela. Estos 
efectos no son independientes, sino concurrentes. Sostenida en el principio de 
múltiple causalidad se configura la situación de hecho a la que valoro como 
indeseable o por lo menos como desacorde al rol que la escuela debería 
cumplir, según su mandato fundacional. 
Para visualizar el cuadro de situación con mayor claridad, veamos algunas de 
las posibles consecuencias que emergen de las causales puntualizadas más 
arriba: 
 
 
 
 La falta de valoración del potencial formativo de la enseñanza de las 
ciencias, por parte de los docentes y el común de los padres, conlleva a la 
postergación y/o desatención de la misma. 
 
 
 
 
 
 Una cultura entre mágica y autoritaria lleva, necesariamente, a asumir 
una concepción dogmática del conocimiento científico que se 
interpreta como un conjunto de verdades firmes e inapelables que la 
escuela debe ¨ introducir ¨ en la mente del alumno. 
 La asunción de patrones de conocimiento no ajustados con el saber 
científico y pedagógico actual refuerzan la postura anterior. De esta 
manera se subestima al alumno a quien, exclusivamente, se le enseña; 
en lugar de acompañarlo en su proceso de aprendizaje. 
 El cambio de rol de la institución escuela obligan al maestro a asumir 
innumerables tareas nuevas que, obviamente, le insumen tiempo que 
restará a aquel aspecto de su actividad docente que menos valore o 
mayor conflicto le genere. Como podemos constatar con facilidad esto 
lleva a optar a favor de las áreas instrumentales básicas (Lengua y 
Matemática) en detrimento de las Ciencias, tanto Sociales como 
Naturales. 
 La escasa formación en el área que reciben los maestros los lleva a 
sentirse inseguros frente a la complejidad inherente al campo científico. 
Les impide ver clara las intenciones de la formación científica escolar y 
refuerzan la desatención o postergación del trabajo científico en el aula. 
 El debate de la didáctica contribuyó a instalar la desorientación en los 
docentes que no tienen claro como abordar pedagógicamente el área. 
 
Cada causa y sus efectos construyen la situación planteada y, directa o 
indirectamente, atentan contra una enseñanza de las ciencias en la escuela 
acorde a los tiempos que vivimos, y más aún de los que vivirán nuestros 
alumnos. (Para comprender mejor la correspondencia causa efecto se puede 
analizar el cuadro nº 1). Pero no todo es sombra, también hay destellos de luz, y 
algunos muy intensos, que alientan el cambio. 
 
 
Argumentos presentes en la realidad cotidiana de la escuela que sostienen 
la posibilidad de la superación de la situación actual. 
 
Como mencionara, la demanda social de competencias científico –tecnológicas 
cada vez más finas es el punto de apoyo sobre el que se puede tejer una 
argumentación sobre la necesidad y oportunidad de enseñar ciencias en el Nivel 
EGB. Podemos sumar que la Psicología nos enseña que en los primeros años 
de la vida escolar los niños conformarán su visión del mundo2, incluso se sabe 
que las niñas lo harán antes que los varones. De esta manera se puede afirmar 
que, aún sin la escuela o con una escuela ausente en esta materia, el niño/a se 
formará un esquema cognitivo que le permita explicar como funciona el mundo 
al que pertenece y con el que interactúa. Todo el universo de ¨ concepciones 
intuitivas ¨ permanecerá inalterado hasta que surja una contradicción, 
suficientemente fuerte, que obligue a un reordenamiento del mismo. Es parte de 
la misión de la escuela ofrecer a los niños ocasiones propicias para la 
 
 
 
 
construcción de un esquema cognitivo lo más acertado posible o para motivar el¨ Cambio Conceptual ¨ donde sea necesario. 
 
Lógicamente un niño que no construye una visión del mundo compatible con la 
realidad queda marginado a un universo explicado por quimeras que ponen en 
riesgo, entre otras cosas, su propia calidad de vida. Si la escuela no intenta 
prevenir esta situación, entra en un conflicto ético. Ella traiciona su propio 
mandato de garantizar la igualdad de oportunidades a todos los estudiantes que 
alberga. 
 
Por otro lado si no acompañamos la formación de esquemas mentales 
versátiles, esto es lo suficientemente plásticos como para estar abiertos a la 
incorporación y/o búsqueda de nueva información que permita acceder, 
paulatinamente, a una mejor explicación de la realidad, estamos traicionando la 
misión propedéutica de la escuela. Limitando las posibilidades posteriores de los 
niños para acceder, con éxito, a niveles superiores de formación o insertarse 
satisfactoriamente en el mercado laboral (Exiguo y, consecuentemente, cada 
vez más exigente). 
 
De la misma manera; un niño que vive y vivirá en un mundo signado por la 
vertiginosa producción de información, necesita adquirir competencias que lo 
habiliten para la búsqueda, análisis y selección de información relevante a un 
problema planteado. Que mejor espacio que la formación científica escolar para 
adiestrar, desarrollar y afianzar estas competencias. 
 
Ya en 1.983, ¡Hace 16 años!, la UNESCO sostenía las razones que enumero a 
continuación para recomendar la incorporación temprana de la Alfabetización 
Científica: 
 
o Contribuye a la formación del pensamiento lógico a través de la 
resolución de problemas concretos. 
o Mejora la calidad de vida. 
o Prepara para la futura inserción en el mundo científico – tecnológico. 
o Promueve el desarrollo intelectual. 
o Sirve de soporte y sustrato de aplicación para las áreas instrumentales. 
o Permite la exploración lógica y sistemática del ambiente. 
o Explica la realidad y ayuda a resolver problemas que tienen que ver con 
ella. 
o Es divertida. 
 
Sobran motivos, formales e informales, para vencer la inercia y ponerse en 
marcha. Desde el encuadre político – educativo la jerarquización formal del área 
se dio a partir de la Ley Federal de Educación (Ley Nº 24.195). Tengamos 
presente el incremento en la carga horaria y la selección de un recorte de 
contenidos amplios y comprometedores (CBC). 
 
 
 
 
Otro ámbito a cubrir es el de la formación docente, en el cual la propuesta no ha 
sido tan feliz. Queda por el momento apelar a la buena voluntad3 de los 
docentes que, en última instancia, somos los responsables de nuestro propio 
nivel de preparación profesional. 
 
Cambiar la mirada pedagógica, una salida posible. 
Para poder remontar el río es necesario la formulación de estrategias de 
actualización, ligadas o no al sistema, y un profundo replanteo de para qué y 
cómo enseñamos Ciencias Naturales (El problema del curriculum). Para ello, 
siguiendo a Ch. Anderson, podemos describir tres alternativas de abordaje de la 
enseñanza de las ciencias en la escuela: 
 
o La enseñanza de las ciencias como hechos, reglas y definiciones. 
o La enseñanza de las ciencias como habilidades de procesamiento. 
o La enseñanza de la ciencias como explicación del mundo natural y 
transformado por el hombre. 
 
En la primera alternativa el alumno asume un papel más pasivo que activo, se 
alienta la memorización y la propuesta aparece como desconectada de los 
conocimientos previos de los alumnos. 
 
En el segundo caso se fomentan las actividades de experimentación e 
investigación. A menudo la ciencia se reduce a la suma de una serie de 
destrezas aplicadas a hechos, reglas y definiciones aisladas. Reduciendo el 
proceso de enseñanza – aprendizaje a un mero entrenamiento con una finalidad 
poco precisa y/o relevante. 
 
Finalmente abordar la enseñanza de las ciencias naturales como una 
explicación del mundo aporta un concepto mucho más potente y generador de 
posibilidades. La ciencia escolar, se convierte en nuestro mejor intento de 
explicar como y por qué las cosas suceden como suceden en el mundo 
natural. De esta manera, si partimos de problemas reales que comprometen y 
motivan a los alumnos, se dará un paso importante hacia la enseñanza cognitiva 
de las ciencias. Alumnos y maestros estaremos involucrados en una actividad ¨ 
científica ¨ que exige la construcción activa de significados y la organización y 
uso de conocimiento personales y científicos. 
 
Teniendo presente que el trabajo de la transposición didáctica nos lleva a ir 
acercando al niño desde una visión intuitiva del mundo a una comprensión, cada 
vez, más formal del mismo. Debemos asumir que la misión de la enseñanza de 
las ciencias en el Nivel EGB es orientar al niño para que pueda formularse una 
explicación del mundo coherente con la que nos ofrece la ciencia, pero no 
necesariamente idéntica. 
 
 
 
 
Con esta idea cabalmente sumida podremos cumplir con nuestro deber ético de 
distribuir el conocimiento y dejaremos, la puerta abierta para el desarrollo 
posterior de los alumnos. 
 
 
 
LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS NATURALES 
EN EL NIVEL EDUACIÓN GENERAL BÁSICA 
CUADRO DE SITUACIÓN 
CAUSAS CONSECUENCIAS 
Desvalorización del potencial formativo 
de las Ciencias Naturales por parte de 
los docentes y de los padres. 
Postergación y desatención del trabajo 
en el área. 
Cultura popular signada por el 
autoritarismo y lo mágico. 
Concepción dogmática del conocimiento 
científico. 
Desajuste entre el concepto de 
conocimiento que maneja la ciencia y el 
que maneja la escuela. 
Alumno subestimado. (La escuela 
enseña, no ayuda a aprender) 
Escasa formación científica de base en 
los docentes. 
Inseguridad y falta de creatividad para 
abordar la enseñanza del área. 
Debate de la didáctica generado a partir 
de la psicología genética y la psicología 
cognitiva. 
Desorientación sobre el modo adecuado 
de abordaje pedagógico – didáctico del 
área. 
Cambio operado en el rol asignado a la 
escuela. 
Disminución del tiempo dedicado a la 
tarea pedagógica con el consecuente 
privilegio de las áreas instrumentales. 
 
 
 
 
Las Ciencias Naturales se enseñan desde un modelo que no es acorde a las 
demandas de la sociedad posmoderna. 
 
 
 
 
 
Se acentúa la asimetría de posibilidades para el ascenso social. 
 
 
 
 
 
 
 
FUENTE: 
 
http://www.educadormarista.com/ARTICULOS/
 
	La enseñanza de la Ciencias Naturales. Situación actual. Causas del desajuste con la demandas de la sociedad. 
	Argumentos presentes en la realidad cotidiana de la escuela que sostienen la posibilidad de la superación de la situación actual. 
	Cambiar la mirada pedagógica, una salida posible.

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