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Misterios Dolorosos

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SANTO ROSARIO
Misterios Dolorosos (martes y viernes)
	
	
	
	
	
	
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (+). Amén
Credo
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Primer Misterio: La agonía de Jesús en el huerto de Getsemaní
Mientras tus discípulos duermen y sólo parece estar despierto el que te va a entregar, Tú, Señor, sientes en tu espíritu y en tu cuerpo el peso insoportable del pecado de toda la humanidad. Aceptas asumir todo el mal de todos los tiempos de todos los hombres. No hay otro modo de satisfacer la Justicia para que el hombre consiga su salvación. Lo exige el amor del Padre, lo acepta el amor del Hijo. Pero para hacerte pecado Tú mismo Jesús, experimentas lo que nunca hubieras querido conocer: la consecuencia del mal que fue el alejamiento infinito del Padre. Tú quien eres uno con el Padre, en la noche del Getsemaní entras en el exilio de Dios. Sobre tu persona abatida hasta la muerte recae todas las consecuencias del mal, el infinito dolor, la absoluta soledad.
Madre de dolores tú también tienes esta noche tu Getsemaní y ante la lacerante y necesaria realidad de la cruz, estás ofreciendo al Padre tu nuevo y más profundo sí.
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén
Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén (se repite 10 veces).
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén 
OH Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno y lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas. 
Segundo Misterio: El cuerpo de Jesús es cruelmente flagelado
El látigo feroz (la maldad, la injusticia, el poder opresor) se ensaña en tu cuerpo bendito y abra surcos en tu carne. Frente a la furia de los verdugos, tu mansedumbre; frente a la soberbia iniquidad, la humildad de tu corazón; frente a la rebeldía asesina, tu perdón; frente al odio homicida, tu amor misericordioso.
Que sepamos verte, Jesús, en el que sufre, en el que es rechazado y humillado, en el herido y maltratado, en el enfermo, triste y desamparado, en el solitario y abandonado. Danos Señor entrañas de misericordia. Dulce María, Madre de Jesús y Madre nuestra, imprime en nuestros corazones las llagas de tu Hijo. (Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria)
Tercer Misterio: La Coronación de Espinas
El Rey de la Gloria, el Señor de Señores, el Dios de los cielos es coronado con espinas. Burlado, escarnecido, pero El no endurece su rostro ante quienes le mesan la barba. Abofeteado, insultado, escupido, Jesús responde con su entrega al Padre por la salvación de todos los hombres, también de sus verdugos. Su amor ha descendido hasta la miseria del hombre, hasta el umbral del infierno para rescatarnos de la condena eterna.
Señor, que nuestra opción sea siempre hacia el bien, que obremos el bien, que podamos reparar el mal que hacemos y las injurias a tu Divina Majestad. En tu nombre, Jesús, renunciamos al odio y a la venganza. Enséñanos, Señor, a tener compasiónpor la humanidad desfigurada por el mal. Enséñanos a ser humildes y mansos de corazón. María, Reina de la Paz, acógenos en tu regazo y preséntanos a Jesús, el Rey de la Gloria, sé nuestra abogada y obtén para nosotros el perdón. (Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria)
Cuarto Misterio: Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario
Abrazado a la cruz eres el camino al Padre. Caes para levantarnos. Nos pides que tomemos la cruz de cada día y te sigamos. Tu camino no termina en el Calvario, la cruz no es meta sino compañera, medio de salvación y signo de triunfo en el Amor. En tu obediencia extrema está la plenitud de la paz que vence al dolor y la muerte.
María, Madre Dolorosa, tú estás en el camino de la cruz y tu presencia es consuelo. Porque acompañaste a tu Hijo en el Calvario ayudas a que nuestro yugo sea lifero y nuestra carga liviana. Por la Pasión de tu Hijo y tu compasión, recibimos luz y alivio en nuestro camino. Intercede Madre para que la cruz nunca nos escandalice y obtengamos del Señor fuerza para aceptarla y abrazarla con alegría. (Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria)
Quinto Misterio: La crucifixión y muerte de Jesús 
Junto a la cruz de Jesús está la Madre. La lanza del soldado abre el corazón del Hijo y del él brota sangre y agua. Las palabras del Hijo han abierto ya el corazón de la Virgen y han hecho de la Mujer la Madre de todos los hombres. Lea Pasión y muerte de Jesús, el odio, la ingratitud y necesidad de los hombres son las espadas que atraviesa el corazón de María. (Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria)
LETANÍAS A NUESTRA SEÑORA ……
Al terminar las letanías:
Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros santa madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén
Rezamos por la Santa Iglesia, por el Santo Padre. Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
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**SANTO ROSARIO**
**Misterios Dolorosos (martes y viernes)**
	
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (+). **Amén**
**Credo**
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén
** Primer Misterio: La agonía de Jesús en el huerto de Getsemaní**
Mientras tus discípulos duermen y sólo parece estar despierto el que te va a entregar, Tú, Señor, sientes en tu espíritu y en tu cuerpo el peso insoportable del pecado de toda la humanidad. Aceptas asumir todo el mal de todos los tiempos de todos los hombres. No hay otro modo de satisfacer la Justicia para que el hombre consiga su salvación. Lo exige el amor del Padre, lo acepta el amor del Hijo. Pero para hacerte pecado Tú mismo Jesús, experimentas lo que nunca hubieras querido conocer: la consecuencia del mal que fue el alejamiento infinito del Padre. Tú quien eres uno con el Padre, en la noche del Getsemaní entras en el exilio de Dios. Sobre tu persona abatida hasta la muerte recae todas las consecuencias del mal, el infinito dolor, la absoluta soledad.Madre de dolores tú también tienes esta noche tu Getsemaní y ante la lacerante y necesaria realidad de la cruz, estás ofreciendo al Padre tu nuevo y más profundo sí.
**Padre Nuestro,** que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén
**Dios te Salve, María,** llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén (se repite 10 veces).
**Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,** como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
 
**OH Jesús mío, perdónanos,** líbranos del fuego del infierno y lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas. 
** Segundo Misterio: El cuerpo de Jesús es cruelmente flagelado**
El látigo feroz (la maldad, la injusticia, el poder opresor) se ensaña en tu cuerpo bendito y abra surcos en tu carne. Frente a la furia de los verdugos, tu mansedumbre; frente a la soberbia iniquidad, la humildad de tu corazón; frente a la rebeldía asesina, tu perdón; frente al odio homicida, tu amor misericordioso.
Que sepamos verte, Jesús, en el que sufre, en el que es rechazado y humillado, en el herido y maltratado, en el enfermo, triste y desamparado, en el solitario y abandonado. Danos Señor entrañas de misericordia. Dulce María, Madre de Jesús y Madre nuestra, imprime en nuestros corazones las llagas de tu Hijo. (Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria)
** Tercer Misterio: La Coronación de Espinas**
El Rey de la Gloria, el Señor de Señores, el Dios de los cielos es coronado con espinas. Burlado, escarnecido, pero ël no endurece su rostro ante quienes le mesan la barba. Abofeteado, insultado, escupido, Jesús responde con su entrega al Padre por la salvación de todos los hombres, también de sus verdugos. Su amor ha descendido hasta la miseria del hombre, hasta el umbral del infierno para rescatarnos de la condena eterna.
Señor, que nuestra opción sea siempre hacia el bien, que obremos el bien, que podamos reparar el mal que hacemos y las injurias a tu Divina Majestad. En tu nombre, Jesús, renunciamos al odio y a la venganza. Enséñanos, Señor, a tener compasiónpor la humanidad desfigurada por el mal. Enséñanos a ser humildes y mansos de corazón. María, Reina de la Paz, acógenos en tu regazo y preséntanos a Jesús, el Rey de la Gloria, sé nuestra abogada y obtén para nosotros el perdón. (Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria)
** Cuarto Misterio: Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario**
Abrazado a la cruz eres el camino al Padre. Caes para levantarnos. Nos pides que tomemos la cruz de cada día y te sigamos. Tu camino no termina en el Calvario, la cruz no es meta sino compañera, medio de salvación y signo de triunfo en el Amor. En tu obediencia extrema está la plenitud de la paz que vence al dolor y la muerte.
María, Madre Dolorosa, tú estás en el camino de la cruz y tu presencia es consuelo. Porque acompañaste a tu Hijo en el Calvario ayudas a que nuestro yugo sea lifero y nuestra carga liviana. Por la Pasión de tu Hijo y tu compasión, recibimos luz y alivio en nuestro camino. Intercede Madre para que la cruz nunca nos escandalice y obtengamos del Señor fuerza para aceptarla y abrazarla con alegría. (Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria)
** Quinto Misterio: La crucifixión y muerte de Jesús **
Junto a la cruz de Jesús está la Madre. La lanza del soldado abre el corazón del Hijo y del él brota sangre y agua. Las palabras del Hijo han abierto ya el corazón de la Virgen y han hecho de la Mujer la Madre de todos los hombres. Lea Pasión y muerte de Jesús, el odio, la ingratitud y necesidad de los hombres son las espadas que atraviesa el corazón de María. (Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria)
**LETANÍAS A NUESTRA SEÑORA ……**
 __Al terminar las letanías:__
**Dios te Salve, Reina y Madre** de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros santa madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén
**Rezamos por la Santa Iglesia, por el Santo Padre**. Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. **Amén**
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*SANTO ROSARIO*	
*Misterios Dolorosos(martes y viernes)*
	
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (+). *Amén*
*Credo*
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén
* Primer Misterio: La agonía de Jesús en el huerto de Getsemaní*
Mientras tus discípulos duermen y sólo parece estar despierto el que te va a entregar, Tú, Señor, sientes en tu espíritu y en tu cuerpo el peso insoportable del pecado de toda la humanidad. Aceptas asumir todo el mal de todos los tiempos de todos los hombres. No hay otro modo de satisfacer la Justicia para que el hombre consiga su salvación. Lo exige el amor del Padre, lo acepta el amor del Hijo. Pero para hacerte pecado Tú mismo Jesús, experimentas lo que nunca hubieras querido conocer: la consecuencia del mal que fue el alejamiento infinito del Padre. Tú quien eres uno con el Padre, en la noche del Getsemaní entras en el exilio de Dios. Sobre tu persona abatida hasta la muerte recae todas las consecuencias del mal, el infinito dolor, la absoluta soledad.
Madre de dolores tú también tienes esta noche tu Getsemaní y ante la lacerante y necesaria realidad de la cruz, estás ofreciendo al Padre tu nuevo y más profundo sí.
*Padre Nuestro,* que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén
*Dios te Salve, María,* llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén (se repite 10 veces).
*Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,* como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
 
*OH Jesús mío, perdónanos,* líbranos del fuego del infierno y lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas. 
* Segundo Misterio: El cuerpo de Jesús es cruelmente flagelado*
El látigo feroz (la maldad, la injusticia, el poder opresor) se ensaña en tu cuerpo bendito y abra surcos en tu carne. Frente a la furia de los verdugos, tu mansedumbre; frente a la soberbia iniquidad, la humildad de tu corazón; frente a la rebeldía asesina, tu perdón; frente al odio homicida, tu amor misericordioso.
Que sepamos verte, Jesús, en el que sufre, en el que es rechazado y humillado, en el herido y maltratado, en el enfermo,triste y desamparado, en el solitario y abandonado. Danos Señor entrañas de misericordia. Dulce María, Madre de Jesús y Madre nuestra, imprime en nuestros corazones las llagas de tu Hijo. (Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria)
* Tercer Misterio: La Coronación de Espinas*
El Rey de la Gloria, el Señor de Señores, el Dios de los cielos es coronado con espinas. Burlado, escarnecido, pero ël no endurece su rostro ante quienes le mesan la barba. Abofeteado, insultado, escupido, Jesús responde con su entrega al Padre por la salvación de todos los hombres, también de sus verdugos. Su amor ha descendido hasta la miseria del hombre, hasta el umbral del infierno para rescatarnos de la condena eterna.
Señor, que nuestra opción sea siempre hacia el bien, que obremos el bien, que podamos reparar el mal que hacemos y las injurias a tu Divina Majestad. En tu nombre, Jesús, renunciamos al odio y a la venganza. Enséñanos, Señor, a tener compasiónpor la humanidad desfigurada por el mal. Enséñanos a ser humildes y mansos de corazón. María, Reina de la Paz, acógenos en tu regazo y preséntanos a Jesús, el Rey de la Gloria, sé nuestra abogada y obtén para nosotros el perdón. (Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria)
* Cuarto Misterio: Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario*
Abrazado a la cruz eres el camino al Padre. Caes para levantarnos. Nos pides que tomemos la cruz de cada día y te sigamos. Tu camino no termina en el Calvario, la cruz no es meta sino compañera, medio de salvación y signo de triunfo en el Amor. En tu obediencia extrema está la plenitud de la paz que vence al dolor y la muerte.
María, Madre Dolorosa, tú estás en el camino de la cruz y tu presencia es consuelo. Porque acompañaste a tu Hijo en el Calvario ayudas a que nuestro yugo sea lifero y nuestra carga liviana. Por la Pasión de tu Hijo y tu compasión, recibimos luz y alivio en nuestro camino. Intercede Madre para que la cruz nunca nos escandalice y obtengamos del Señor fuerza para aceptarla y abrazarla con alegría. (Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria)
* Quinto Misterio: La crucifixión y muerte de Jesús *
Junto a la cruz de Jesús está la Madre. La lanza del soldado abre el corazón del Hijo y del él brota sangre y agua. Las palabras del Hijo han abierto ya el corazón de la Virgen y han hecho de la Mujer la Madre de todos los hombres. Lea Pasión y muerte de Jesús, el odio, la ingratitud y necesidad de los hombres son las espadas que atraviesa el corazón de María. (Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria)
*LETANÍAS A NUESTRA SEÑORA ……*
 _Al terminar las letanías:_
*Dios te Salve, Reina y Madre* de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros santa madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén
*Rezamos por la Santa Iglesia, por el Santo Padre*. Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. *Amén*

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