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Métrica Latina Medieval

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Revista de poética medieval. 17 (2006). pp. 215-248.
LA MÉTRICA LATINA DESDE PASTRANA A NEBRl]A
Carmen Lozano
Universidad de Valladolid
1. Introducción
Una de las parcelas de la poética más arraigadas en la gramática
desde la Antigüedad es la que atañe a la técnica formal de los versos
en todos sus aspectos. Entre las actividades del gramático se encontra­
ba la lectura y comentario de las obras literarias (grammatica exegeti­
ca) l, especialmente de la poesía, ya que de la prosa se ocupaba sobre
todo la retórica . Por ello, un curso de gramática completo debía contar
con una parte dedicada al arte de versificar como introducción a las
clases de comentario de textos poéticos y a la vez como formación pri­
maria para futuros poetas.
Para adquirir competencia en el arte de la versificación latina, cuyo
ritmo estaba fundado en la alternancia de sílabas largas y breves, era
preciso un perfecto conocimiento de la cantidad silábica, razón por la
que la doctrina métrica aparece generalmente asociada a otra especia­
lidad propiamente gramatical , la prosodia . Desde la Antigüed ad se
¡ Ya Quint iliano tlnstitutio oratoria 1, 4,2 Y 9,1) había dividido las tareas del gra­
mático en dos tipos de actividades, una de carácter preceptivo (gramática metódica o
doctrinal) y otra de carácter literario (gramática histórica o exegética), basada en la
lectura y comentario de textos poéticos.
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subrayaba la necesidad de tal conocimiento como paso previo para
interpretar la estructura métrica de los versos ' y, en su caso, componer
en latín , y este convencimiento no cambia a lo largo de los siglos. Tal
modelo de instrucción en el que se unen métrica y prosodia, denomi­
nado métrica completa', se revela como el más adecuado para la ense­
ñanza escolar, ya que abarca la doctrina de forma escalonada partiendo
de la unidad mínima, la sílaba, hasta llegar a la más compleja, el verso
y, en ocasiones la composición.
Éste es el caso de las métricas de Pastrana y Nebrija en las que se cen­
tra el presente trabajo. Uno y otro dedican una parte de sus respectivas
gramáticas a la doctrina sobre la versificación e incluyen en ella tanto el
estudio de la cantidad silábica como el de los elementos métricos. Sin
embargo, a pesar de esta proximidad de contenidos, el tratamiento que
cada autor da a la materia estudiada es sensiblemente distinto. La diferen­
cia temporal que separa ambas obras -en tomo a una centuria- conlle­
va una forma diferente de enfrentarse a la tarea, pues entre las dos media
la investigación filológica llevada a cabo por los humanistas, que trajo
como consecuencia cambios profundos en el método de enseñanza y
orientación de los estudios clásicos en general y particularmente en los
métricos, y condujo naturalmente a resultados también diferentes.
La elección de estos dos autores como objeto principal de este estu­
dio se debe a que, a nuestro entender, ilustran muy bien dos métodos
sustancialmente distintos de enseñar a leer poesía latina y a versificar. El
trabajo de Pastrana encama un sistema creado en la Edad Media y
madurado durante centurias, que se sigue utilizando en la escuela espa­
ñola a lo largo del siglo XV a pesar de la reforma emprendida por los
humanistas. El de Nebrija es producto de la asunción del método huma­
nista, que implica una revisión crítica de la doctrina heredada para adap­
tarla a las nuevas exigencias. Es nuestro propósito examinar cómo se
2 Servio, en el siglo V, señalaba ya que las reglas de la cantidad "conducen a la
ciencia de los metros" (ad scientiam metrorum proficere, De finalibus, en Gramma­
tici Latini IV, ed. H. Keil. Leipzig, 1864 [reimpr. Hildesheim, Olms, 1961l, p. 449).
; Sobre el concepto de métrica completa, véase Jürgen Leonhardt, Dimensio
syllabarum. Studien zur lateinischen Prosodie und Verslehre von der Spiitantike bis
zur jriih en Renaissan ce. Mit einem ausfiihrlichen Quellenwerzeichnis bis zum Jahr
1600. Gottingen, Vanderhoek & Ruprecht, 1989, p. 319.
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preparaba a las generaciones de escolares hispanos que visitaron las
aulas a lo largo del siglo XV para leer y, en su caso, para escribir poesía
en latín por medio de dos textos de amplia difusión y compuestos en los
extremos de una centuria fundamental en el desarrollo de estos estudios.
2. El A rs versificatoria de Pastrana
El ars versificatoria de Pastrana es una parte de su Compendium
grammatice', obra cuya fecha de composición no se ha podido determi­
nar con exactitud; se la sitúa entre finales del siglo XIV y principios del
siglo XV' . El tratado, conocido asimismo como Thesaurus pauperum y
Speculum puerorunr, se utilizó como libro de texto en la escuela a lo
largo del siglo XV y parte del XVI , conviviendo con la gramática reno­
vada. De ello dan prueba los distintos ejemplares en los que se ha conser­
vado, manuscritos , incunables e impresos, algunos de los cuales tienen
comentarios o anotaciones marginales y ciertas adiciones' ,
• Sobre la obra de Pastrana. véanse, entre otros trabajos. V. Bonmatí, "Juan de Pas­
trana, Fernando Nepote y Antonio de Nebrija", en Actas del VIl Congreso español de
Estudios Clásicos ID, Madrid. 1989, pp. 387-392: C. Lozano. "El Compendium de Juan
de Pastrana, una gramática de la España Prerrenacentista", en Gli umanesimi medievali.
Atti del Il Congresso del/ ' "Internationales Mittellateinerkomitee " , ed. C. Leonardi.
Firenze , Edizioni del Galluzzo, 1998, pp. 344-354 YC. Codoñer, Gramáticas Latinas de
Transición. Juan de Pastrana y Fernando Nepote, Salamanca, Universidad, 2000.
, La fecha de composición está sujeta a conjetura. Codoñer (ibíd. , pp. 14 Y43). tras
la revisión de algunos datos dispersos, apunta la posibilidad de una fecha de redacción
más temprana de lo que se creía hasta ahora, concretamente a finales del s. XlV.
e Tal como figura en el título tran smitido por la mayor parte de los ejemplares
conservados: Comp endium grammatice breve et utile sive tractatus intitulatus The­
saurus Pauperum sive Speculum Puerorum, editus a magistro lohanne de Pastrana.
Sus comentaristas portugueses lo denominaron además Baculum caecorum.
7 Una descripción pormenorizada de los mismos se encuentra en Codoñer (ob. cit..
pp. 40-43). Para la elaboración de este trabajo hemos consultado las siguientes copias:
B.N. Madrid, ms. 9748 ; B. Colombina, Sevilla, ms. 7-2-22; B. Universitaria, Salaman­
ca, ros. 2107 ; BX Santiago 119893 (Salamanca, s.i., s.a. ; B.N. Madrid, ed. s.l., s.a. I 77
(Tolosa, ca . 1492) , con introducción y adiciones de Fernando Nepote; B. Cataluña
UV.9, ed. de Fernando Con soles , Mallorca 1545, con comentario de Andrés Riera.
Dada la dificultad de llegar a la restitución del original, por tratarse de un texto dinámi­
co, hemos decidido citar por el manuscrito colombino y señalar en nota sólo las diver­
gencias importantes que presenten el resto de los ejemplares consultados.
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Se trata de un breviario de doctrina gramatical redactado en el más
puro estilo didáctico, que presenta ciertas innovaciones en ese terreno
como la introducción de los paradigmas de las declinaciones y conju­
gaciones en columna vertical, y representaciones gr áficas' junto a
otros recursos pedagógicos de gusto medieval entre los que se cuentan
la introducción de los distintos tópicos en forma de preguntas y res­
puestas"y la formulación de gran parte de la doctrina en reglas a veces
numeradas 10. Comprende las cuatro especialidades o partes grammati­
cae, en las que se dividía la disciplina desde Petrus Helias: ortografía
o estudio de la littera, prosodia o estudio de las syllaba , etymologia o
estudio de la dictio y diasinthastica o estudio de la constructio".
El ars versificatoria se integra en la parte de la gramática que estu­
dia la sílaba (prosodia) y está situada en el tramo final, a continuación
de la morfología y la sintaxis. Se dirige, por tanto, a escolares que
poseen el conocimiento previo de los elementos fundamentales de la
lengua latina, necesarios para penetrar en los secretos del ritmo y el
metro latino. El autor la califica como opusculumy declara escribirla
para paliar la ignorancia sobre dicha arte que reinaba entre maestros y
estudiantes". Abarca nociones de métrica y prosodia, dando mayor
importancia a esta última mientras que la doctrina métrica es muy
• El manu scrito de Madrid no contiene dichas representaciones, si bien incluye
explicació n de éstas con letra de distinta mano .
" Es el sistema escolar por excelencia. ya que reproduce la clase viva de los
maestros en las aulas. Fue util izado ya en época Ant igua (p. ej. Donato en su Ars
minor) y no se abandona a lo largo de la tradic ión .
10 Otro recu rso ped agógico muy del gusto medieval hasta el punto de que gran
parte de los manuales de gramática adoptan hasta el siglo XV el título de Regule. por
ej . los de Francesco da Buti , Folchino dei Borfoni (s. XIV ) y Guarino de Verona (s.
XV ).
11 Partes grammatice quot sunt? Quattuor; que sunt ortographia, prosodia. ethi­
mologia et diasintastica (f. 42').
12 Cum ars versijicatoria necnon ars accentus que ex ea dependet non solum a
iuuenibu s verum etiam a magistris litteratis in toto terrarum orbe et in pluribus
ignoretur; in verbis enim prolatis ab eis. quod pudet me dicere, ab ydiotis sepissime
arguuntur et ideo benivolo corde ac optimo zelo ductus, presens opusculum sub
compendio compilavi. lit. qui vix antea ad istam scientam attingebant, ad ipsam hoc
opusculo mediante attingere possint, pulsa prorsus tamen diffidentia que plerosque
ab hac scientia segregat et avertit ad quam accedere non timescant (f. 54' ).
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escueta y parcial, y se limita a dos únicos tipos de verso, el hexámetro
y el pentámetro. En cambio, la prosódica es mucho más amplia y abor­
da el estudio de la cantidad silábica distribuida en reglas generales y
particulares. Tiene por colofón un resumen sobre el acento ".
Este esquema de descripción es el más común en la época y la doc­
trina que transmite se asienta en una tradición que se inicia en la época
imperial romana y tiene continuidad hasta la época de Pastrana con las
modificaciones que cabe esperar según la época e intereses de los dis­
tintos autores.
2.1. La herencia de Pastrana
La métrica se integró en el ars grammatica romana, bien de forma
parcial, concentrada en un capítulo de pedibus que completaba los
relacionados con la sílaba", bien de forma total. En este último caso,
añadida al capítulo anterior o en su lugar, se incorpora a la gramática
una sección en la que se describen los distintos elementos de la métri­
ca organizados de forma jerárquica: se comienza por la sílaba, se sigue
con el pie y se concluye con el metro"; algunos autores parten de la
unidad mínima, la letra, y finalizan con un apartado dedicado al
poema".
El capítulo sobre la sílaba o, si se quiere, la parte de la prosodia que
afecta a la métrica y que algunos autores presentan como introducción
a la misma, comprende el estudio de la cantidad. Éste comienza cuan­
do los hablantes del latín no eran ya capaces de distinguir al oído las
sílabas largas de las breves. Los gramáticos de dicha época como Dio-
13 Por razones de espacio. dejamos fuera de este estudio la doctrina sobre el acen­
to. que por sí sola requeriría un estudio aparte.
'4Así se encuentra en el Ars maior de Donato (s. IV) y en los comentarios a ese
tratado compuestos por Servio, Sergio. Ps. Sergio y Pompeyo.
rs Así lo hacen Sacerdos (s. I1I). Diomedes y Mario Victorino-Aftonio (s. IV). A
este propósito. véase 1. Luque Moreno. 'De pedibus, de metris '. Las unidades de
medida en la rítmica y en la métrica antiguas. Granada. Universidad. 1995. pp. 64­
70.
'o P.ej. Diomedes y M.Victorino-Aftonio (Véase. J. Luque Moreno. ibídem. pp.
72-73)
219
medes, Servio o Prisciano, entre otros , y también Marciano Capella"
establecieron unos cuantos instrumentos de ayuda (modi cognoscendi)
para el reconocimiento de las cantidades: los ejemplos de los poetas
clásicos, la presencia de diptongos, los derivados, la posición del acen­
to..., y de este modo fueron creando una serie de reglas sobre las síla­
bas finales, los diptongos, las preposiciones y los preverb ios, los deri­
vados, los cambios que tienen lugar dentro de un paradigma, etc., que
sirvieran de guía para la correcta lectura de la poesía clásica y la com­
posición según las normas de ésta.
En cuanto a la doctrina métrica propiamente dicha, la parte dedica­
da a la primera unidad, el pie, comprende la caracterización de los
veintiocho pies que se consideraban pedes poetici (4 de dos sílabas, 8
de tres y 16 de cuatro"), Tal caracterización consistía en la aplicación
de una serie de rasgos - casi siempre en forma de accidentesv-> de
carácter rítmico (arsis y thesis, tempus) o bien gramatical (numerus
syllabarum,figura...) para diferenciar cada pie. Por lo que se refiere al
estudio de los metra, la versión más extendida" está fundada en fuen­
tes griegas y sigue el llamado sistema métrico alejandrino, consistente
en el establecimiento de entre ocho y diez prototipos (metra prototypa
o principaliay, que son caracterizados y denominados por el tipo de
17 Diornedes, Ars grammatica, en Grammatici Latini l. ed. H. Keil , Leipzig , 1857
(reimpr. Hildesheim, Olms, 1961). pp. 429-494; Ps. Prisciano, De accentibus, en
Grammatici Latini III. ed . M. Hertz, Leipzig 1859 (reimpr. Hildesheim, Olrns,
1961). pp. 522-528; Servio, Commentarium... ed . cit .• pp. 219-264; Martianus Cape­
Ha. De nuptiis Philologiae et Mercurii [1925]. ed. A. Dick, Stuttgart, Teubner, 1969.
11. 278-289. etc.
'8 Los gramáticos reconocían además pies de cinco y seis sílabas. los heteroploci.
si bien consideraban que pertenecían únicamente a la oratoria. Véase J. Luque,ob.
cit .• p. 198).
'9 P. ej . Donato, Ars maior , en Donat et la tradition de l 'enseignement grammati­
cal. ed. L. Holtz, Paris, 1981. p. 607: Accidunt un; cuique pedi arsis et thesis , num e­
rus syllabarum , tempus, resolutia.figura. metrum.
20 P. ej. Sacerdos , Ars grammatica , en Grammatici Latini VI. ed. H. Keil , Leipzig .
1874 (reimpr. Hildesheim. Olms, 1961), pp. 500 ss; Diomedes, Ars grammatica....
ed . cit.• pp. 501 ss; Mario Victorino -Aftonio, Ars grammatica, en Grammatici Latini
VI. Leipzig. 1874 (reimpr. Hildesheirn, Olms, 1961). pp. 69 ss; Servio, De centum
metris, ed. cit .• pp. 456 ss.; Prisciano, Partitiones duodecim versuum. Aeneidos prin­
cipalium , en Grammaticl Latini. ed . cit.. III. pp. 459 ss.
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pie del que constan: metra iambica, trocaica, dacty/ica , anapestica,
etc. Dentro de dichas clases generales o prototipos se engloba una can­
tidad bastante elevada de species correspondientes a las diversas com­
binaciones de pies de un mismo tipo utilizadas en la versificación lati­
na. A estas categorías se añaden los metros denominados mixta, aqué­
llos otros formados por pies de distintos módulos, cuyo número
alcanza la veintena". Como complemento de esta preceptiva existen
ejemplos de métrica aplicada a la poesía de Terencio y a las odas de
Horacio>,
La situación con la que se encuentra la escuela medieval es algo
diferente: dado que los receptores de la métrica, los escolares euro­
peos, no tienen ya como lengua materna el latín, debe enseñárseles a
leer o componer poesías en una lengua con un ritmo y unos princi­
pios métrico-prosódicos muy alejados de su lengua materna. A pesar
de ello, la doctrina métrica de la gramática imperial romana tuvo
cierta continuidad a través de las gramáticas de Isidoro, Beda y
Rabano Mauro, entre otros, si bien simplificada en algunos casos y
de cualquier modo adaptada a la época, destino de la obra o ámbito
de la escuela de cada autor, lo que implica a su vez cierta indepen ­
dencia de las fuentes antiguas. Los tratados de esta línea tradicional
se prolongan hasta el siglo XII, siendo Hugo de San Víctor uno de
sus últimos representantes". Son rasgos comunes a dichos tratados el
uso de ejemplos de autores de la Antigüedad (en general tomados
directamente de los gramáticos bajoimperiales) para ilustrar las nor­
mas y por seguir el sistema métrico romano de prototipos y espe-
21 Ferecracios. gliconios,alcaicos, asclepiadeos ..., los metros eolios utilizados por
Horacio en sus odas.
zi Como el De metris Horatii de Servio (en Grammatici Latini IV, ed. H. Keil,
Leipzig. 1864 [reimpr. Hildesheim, Olms, 1961]. pp. 468-472) o el De metris fabu­
larum Terentii de Prisciano (en Grammatici Latini IlI. ed. H. Keil, Leipzig , 1859
[reimpr. Hildesheirn, Olms, 1961], pp. 418-429), este último limitado a la versifica­
ción yambo-trocaica.
23 El tratado De grammatica (ed. R. Baron, Notre Dame [Indiana], 1966) de Hugo
de San Víctor se considera de transición entre las formas antiguas y medievales (cfr.
R. Baron, ed. cit.; pp. 67-69 ; Ch. Thurot, Notices et extraits de divers manuscrits
pour servir a /'histoire des doctrines grammaticales au Moyen Age, Paris , 1868
[reimpr. Frankfurt, Minerva, 1961], p 76).
221
cíes>: por otra parte parecen dirigirse a un auditorio o lector que
habla latín con normalidad, capaz todavía de leer los versos clásicos
pie a pie , marcando los tiempos fuertes , tal como se hacía en la
escuela romana". Sin embargo este sistema se abandona a partir del
siglo XIII y se sustituye por un tratamiento de la métrica que, sin
dejar de inspirarse en las fuentes antiguas, puede considerarse propio
de la escuela bajomedieval. El nuevo método implica una drástica
reducción de la doctrina métrica en favor de un desarrollo importan­
te de la silábica.
Así pues , la parte métrica se ve limitada a dos únicos versos, el
hexámetro y el pent ámetro", los más utilizados por los poetas medie­
vales . En realidad, el sistema de descripción heredado requería un
esfuerzo por parte del escolar un tanto desproporcionado en relación
con su aplicación práctica, ya que los poetas latinos que se estudiaban
en la escuela (Virgilio, Horacio, Ovidio, Lucano...") utilizaron un
número de metros bastante inferior. Para compensar la ausencia de
teoría sobre los metros líricos , las ediciones de Horacio solían acom­
pañarse de una introducción a los metros empleados por dicho autor,
generalmente tomada de Servio.
Ejemplo de este nuevo tipo de instrucción es el famoso Doctrinale
de Alejandro de Villadei (ca. 1200)", gramática compuesta en verso
24 Isidoro no cumple este último requi sito. Por tratarse de una enciclopedia recoge
únicamente la parte erudita y literaria de la poesía latina y deja a un lado la referida a
la estructura métrica de los versos. En ese sentido adquiere gran relevancia. dentro
del capítulo De pedibus , la doctrina relati va a los nombres de los pies, hecho que
tendrá gran repercusión en la tradici ón posterior.
zs Cfr. D. Norberg, Les vers latin s iambiques et trochaiques au Moyen Age et
leurs r épliques rythmiques, Stockholm, Almqvist & Wiksell, 1988, pp. 13-15.
zeAlgunas gramáticas reducen el apartado métrico a un sólo capítulo de pedibus,
tomado de Donato, como el Graecismus (s. XIII) de Ebrardo de Béthune. Sólo existe
algún ejemplo aislado de métrica que incluya, además de la poesía dactílica, los
metro s líricos , como la monografía, inédita hasta el momento de Petru s de Isolel\a
(cfr. Leonhardt, ob. cit., pp. 137-145). Sin embargo, este mismo autor escribió una
gramática, cuyo capítulo De re metrica tCompendium Grammaticae IX, 94-108, ed.
de Ch. Fierville, Paris, Imprimerie Nationale, 1886) sigue las pautas de la época.
" Sobre el canon de los autore s que se estudiaban en la escuela medieval, véase
G. Glauche, Schullekt üre im Mittelalter, München, Arbeo-Gesel\schaft, 1970.
za Ed. de D. Reichling, Berlin , 1893 (reimpr. New York. Burt Franklin, 1974).
222
para facilitar el aprendizaje memorístico de las reglas, que se convirtió
en el manual de gramática por excelencia hasta mediados del siglo
xv. En él el apartado métrico ocupa apenas unos versos (1561-1583),
pues su autor advierte que no tratará la totalidad de los preceptos sino
sólo "unas pocas cosas que convengan a los metros" (pauca proponam
congrua metris, vv. 1551-1552). El capítulo de pedibus de la tradición
se reduce al estudio de un pequeño número de pies, exclusivamente
los seis que, según el autor, bastan para versificar en hexámetros y
pentámetros (dáctilo, espondeo , troqueo, anapesto, yambo y tríbraco),
pues no considera necesario estudiar los restantes usados por los poe­
tas clásicos: Distinxere pedes antiqua poemata piures / sex partita
modis satis est divisio nobis (vv. 1561-1562). Para otros autores, como
P. de Isolella (s. XIII), bastan tres pies para estudiar nostra carmina:
dáctilo, troqueo y espondeo>.
La doctrina consta de una clasificación de los distintos pies según
el criterio del número de sílabas que los componen y la cantidad de
éstas y, lejos de proseguir con la teoría que acompañaba a las métricas
anteriores, se limita al detalle de la distribución de cada pie en las dis­
tintas sedes de los dos versos estudiados, según las posibilidades per­
mitidas.
Esta métrica de la escuela bajomedieval dista mucho de la adoptada
en los tratados anteriores no sólo por su reducción a los rasgos más
elementales , sino porque no parece estar ya concebida para leer en voz
alta la poesía antigua marcando los tiempos fuertes , como era tradi­
ción en la escuela, sino para componer en metro heroico o en dísticos
elegíacos . Además no hay definiciones de elementos métricos impor­
tantes , ni citas de autores> y toda ella resulta un conjunto de recomen­
daciones destinadas a iniciar a versificadores bisoños según unas nor­
mas que en algunos aspectos se alejan de las clásicas.
La doctrina prosódica, por el contrario, fue objeto de una amplia
reelaboración por parte de los gramáticos medievales , quienes fueron
:!'! Compendium...• ed. cit.• p. 94: Tres sunt pedes quibus utimur in nostris carmi­
nibus: scilicet dactilus et trocheus et spondeus (corregimos el anapestus que aparece
en la edición. sin duda por error, con spondeus).
JO Salvo en contadas excepciones como la de P. de Isolell a, que ilustra la norma
con un verso de Lucano y dos de Virgilio (Compendium...• ed. cit., p. 96).
223
ampliando las reglas de la gramática bajoimperial romana hasta que en
la Baja Edad Media abarcaban la práctica totalidad de las palabras lati­
nas, si bien a costa de una indistinción entre la lengua de los autores
antiguos y la de sus contemporáneos. Los medievales crearon un
nuevo sistema para la descripción de la doctrina prosódica, que difun­
dió a toda Europa el Doctrina/e. Dicho sistema consistía en distribuir
la materia en reglas generales y particulares. Las primeras aunaban
ciertos criterios para el reconocimiento de la cantidad y de determina­
dos fenómenos métrico-prosódicos, las segundas abordaban la canti­
dad de las sílabas iniciales, interiores y finales en orden alfabético (a
ante b, a ante c, etc.) e iban seguidas de ejemplos y excepciones".
En ausencia de un diccionario que registrase la escansión de todas
las palabras latinas, este método de instrucción resultaba muy útil para
los estudiantes, pues permitía la consulta rápida de cualquier medida.
Sin embargo , debido a que no hacían distinción entre poesía antigua y
moderna, contenía bastantes errores de escansión así como palabras
extrañas a la lengua latina". Sólo en algunos casos las normas se apo­
yan en testimonios de autores de la Antigüedad". Por otra parte, las
reglas resultaban demasiado generalizadoras para la complejidad de
los fenómenos, de tal manera que su rigidez y falta de matices dificul­
taban su correcta aplicación .
2.2. La doctrina de Pastrana
El Ars versificatoria de Pastrana se inscribe en su conjunto dentro de
esta tradición bajomedieval y, en concreto, se muestra muy dependiente
del Doctrina/e, tanto en los contenidoscomo en el tratamientode la doctri­
na y en la distribución de la materia: comienza con un resumen de la
estructura métrica del hexámetro y el pentámetro y sigue sin solución de
31 Este sistema no fue el único, pero sí el que tuvo más éxito (vid. Leonhardt, ob.
cit., pp. 90-98).
32 Thurot (ob. cit.• pp. 427-440) presenta una relación de los errores más frecuen­
tes en los tratados medievales.
33 Como es el casode P. de Isolella, que ilustra sus reglas generales con versos de
Lucano, Virgilio, Ovidio , Juvenal y Horacio tCompendium...• ed. cit.• pp. 96-108).
224
continuidad alguna con la doctrina sobre la cantidad silábica, repartida en
reglas generales y particulares. También su perspectiva es semejante a la
del Doctrina/e, ya que los preceptos adoptan la forma de recomendaciones
prácticas para versificarantes que para unanálisis de la poesía antigua.
La elección del modelo resulta bastante explicable, ya que en la
época en que escribe Pastrana era el manual de escuela más utilizado.
Parece que pretendía adaptar el capítulo sobre la sílaba del Doctrina/e a
las condiciones de su tiempo y al ámbito de su propia escuela. Sus inter­
venciones son sobre todo de carácter didáctico: la redacción en prosa
permite al autor exponer los preceptos de forma más inteligible para los
principiantes, pero además pone en práctica otros recursos pedagógicos
para acercar la disciplina a sus alumnos o lectores. Sus aportaciones en
el terreno de la doctrina se reducen a pequeños detalles.
2.2.1. Los elementos de la métrica
Seguir el modelo del Doctrina/e como fuente única implica pres­
cindir de una buena parte de los metros utilizados por los autores de la
Antigüedad, como los líricos . Así, Pastrana se interesa tan sólo por
seis pedes versificandi, los mismos que Alejandro consideraba necesa­
rios para formar hexámetros y pentámetros, y los define en términos
del número de las sílabas que los integran y de la cantidad de éstas:
por ejemplo, Dactilus constat ex tribus sillabis, prima /onga et duabus
breuibus (f. 53'). Explica asimismo la estructura del hexámetro y el
pentámetro, indicando la distribución de los distintos pies dentro de
cada uno, que se corresponde con la del Doctrina/e:
Observa que todo verso es o bien pentámetro o bien hexámetro. El
hexámetro se compone de tres pies: dáctilo. espondeo y troqueo. El
dáctilo o el espondeo se ponen siempre en el primero. segundo. ter­
cero o cuarto pie; el dáctilo. siempre en el quinto; el troqueo. en
cambio. sólo en el sexto y también el espondeo. En el pentámetro
los dos primeros pies son siempre dáctilos o espondeos; en el terce­
ro, espondeo; en el quinto tnbraco; anapesto siempre en el cuarto o
quinto . Puede haber yambo en el tercero " .
'" Nota quod omnis versus aut est pentameter aut exameter. in exametro intrant
tres pedes .s. dactilus, spondeus, trocheus. Dactilus vel spondeus ponitur semper in
primo, secundo, tertio vel quarto pede. Dactilus semper in quinto, Trocheus tamen
225
Ambos autores explican el pentámetro como formado por una
secuencia continua de cinco pies, lo que implica admitir anapestos,
yambos y tríbracos. Este modo de análisis procede de una versión que
tuvo cierta presencia en la Antigüedad" frente a la más extendida y
correcta que lo explicaba como la suma de dos hemistiquios (de dos
pies dactílicos y sílaba cada uno) separados por una diéresis fija, y que
siguen algunos autores medievales>. Beda hacía alusión a esta forma
de analizar el pentámetro, en su opinión inapropiada: "Algunos asegu­
ran que los versos de este metro han de ser medidos de tal manera que
muestren que hay en ellos cinco pies completos ... lo que, si no me
equivoco, no parece conveniente para la escansión de este metro ,
cuando todos los que lo han usado dividieron el verso por la mitad y
quisieron que constara de dos pentemímeres, la primera de las cuales
admite libremente dáctilo o espondeo en cada una de las sedes, la últi­
ma sólo dáctilo en ambas?". Pastrana ignora, pues, esta tradición y
sigue fielmente el modelo del Doctrina/e.
modo in sexto vel spondeus ponitur in eodem. In pentametro primi duo pedes sunt
dactilus vel spondeus semper. In tertio spondeus. In quinto tribracus. Anapestus
semper in quarto vel in quinto. lambus potest stare in tertio tantum. (f. 53' ). La ed.
de Mallorca añade : Ultima autem syllaba versus est anceps vel dubia (f. f 3').
35 Algunos autore s aludieron a ella (p. ej. Quintiliano, inst., IX, 4.98 yTerenciano
Mauro , De litteris, de syllabis, de metris, en Grammatici Latini VI. ed. H. Keil,
Leipzig. 1874 (reimpr. Hildesheim, Olms, 1961), vv. 1759 ss.
36 P. ej. Hugo de San Víctor (De grammatica.... ed. eit.. p. 138): "El verso pentá­
metro se compone de dáctilos y espondeos: dáctilos en todas las sedes. espondeos
sólo en primera y segunda sede, catalexis en el centro y en el final. La catalexis se
produce cuando , tras medir dos pies, queda una sílaba en la escansión, como es aquel
verso (Hor. Epod., 2, 1, 2): Qui cecidit stabili non erat ille gradu (Pentametri versus
recipit dactylum, spondeum: dactylum quidem omnibus loeis, spondeum uero primo
tanto et secundo loco, katalecton in medio et in fi ne. Katalecton autem est quando
per duos dimensos pedes syllaba in scansione remanet, ut est illud: Qui cecidit... ).
" De arte metrica, en Grammatiei Latini VII, ed. H. Keil, Leipzig, 1880 (reimpr.
Hildesheim, Olms, 1961), pp. 242-243 : Huius metri versus quidam ita scandendos
adstruunt, ut quinqu e absolutos pedes eis inesse doceant oo . quod rationi eiusdem
metri, ni f allor, minus videtur esse conveniens, cum universi qui hoc metro usi sunt
versum omnem in medio diviserint et duabus penthememeris constare voluerint.
quarum prior dactylum sive spondeum licenter utraque in regione reciperet, poste­
rior solos dactylos in utraque.
226
2.2.2. Las reglas de la cantidad
Pastrana define la prosodia como la parte de la gramática que estu­
dia la sílaba y el acento: Pars grammatice sillabam et eius accentum
certe demonstrans (f. 40'). El desarrollo de la sílaba comprende , como
es tradición , un apartado de reglas generales y otro de reglas especia­
les aplicables a cada sílaba según la posición de ésta en la palabra.
Las reglas generales son una recreación de los versos 1591-1702
del Doctrinale , sin cambios sustanciales. Comprenden una serie de
normas fonético-prosódicas y métricas que afectan a las sílabas en
todas las posiciones: el valor de algunos fonemas con estatuto especial
(la i y la u en determinadas posiciones, la h, las líquidas, las consonan­
tes dobles); los cambios cuantitativos dentro de la declinación y de la
conjugación cuando se produce aumento silábico (cremen tum); reglas
sobre los diptongos , sobre los compuestos y derivados ; sobre la abre­
viación de la vocal que precede a otra vocal (vocalis ante vocalem
corrip itury; sobre alargamiento por posición...
Pastrana completa la versión del Doctrinale con algunas adverten­
cias útiles para la escansión, como la que recuerda que la vocal larga
por naturaleza no sufre alteración ante la secuencia muta cum liquido»,
probablemente para evitar errores comunes en la poesía de la época
debidos a que algunos gramáticos apuntaban la posibilidad de que
dicha secuencia podía abreviar una larga»; o bien la que llama la aten­
ción sobre la licencia poética que permite a los autores variar una can­
tidad por necesidades métricas tgrauitas metriy"; o la que recomienda
imitar el usus en el caso de nombres propios desconocidos. Por otra
parte asume ciertas innovaciones de la poesía medieval que recogía ya
el Doctrinale, como la del alargamiento de una vocal breve ante la
cesura pentemímeres" y la de evitar la elisión o sinalefas. El autor cie-
38 ••• si sit naturaliter longa remanet longa, ut adiutrix (f. 54').
39 Cfr. D. Norberg, L'accentuation des mots dans le vers latin du Moyen Age,
Stokholm, Almq vist & Wiksell , 1985, p. 19.
'" ltem nota quod sil/aba breuis grauitate metri aliquotiens elongatur in autori­
bus, et conuerso (f. 56').
41 Nota quod prima sil/aba tertij pedis, quamuis naturaliter sit breuis, per penti­
memerim poterit elongari (f. 53'): Sobre esta y otras tendencias propiamente medie ­
vales véase Cfr. Norberg, Les vers..., ob. cit., p. 18.
41 Si aliqua dictio finitur in vocali vel in m, sequens dictio in eadem versu non
incipiatur ab eadem (f.53')
227
rra este capítulo con la última recomendación de aprender de memoria
las reglas, ya que su aplicaciónes universal:
Conserva en tu memoria todas las reglas generales precedentes,
que no quedan invalidadas por ninguna de las particulares que
siguen; por el contrario, las universales derogarán las específicas".
Con respecto a las reglas particulares, Pastrana se muestra algo más
independiente del Doctrinale, especialmente en el aspecto didáctico.
Reordena las reglas en tres apartados, según la posición inicial, inte­
rior o final que ocupan en la palabra y las somete a una nueva formu­
lación más sintética y quizá más eficaz. Tal formulación consiste en
sustituir el orden alfabético a ante b, a ante e etc. de la tradición, por
otro basado en palabras mnemotécnicas. Así, mediante unas cuantas
palabras como Almans, dele, nesteue, miri ... se ofrece el contexto con­
sonántico en el que cualquier vocal tiene una medida determinada. Por
ejemplo, Almans significa que una a -en este caso en sílaba inicial­
seguida de 1, m, n, s será larga y en el resto de los casos, breve. Este
sistema se utiliza únicamente para las sílabas iniciales e interiores, ya
que las finales tienen tratamiento específico. Sigue a estos enunciados
una lista de excepciones, distinguiendo palabras disílabas y polisíla­
bas, tomadas en su mayoría de las listas del Doctrinale.
Las reglas de la cantidad de Pastrana recogen, pues, . todos los
defectos y virtudes de la tradición bajomedieval a través del Doctrina­
le: algunos errores concretos se subsanan (como cicada, incorrecta­
mente medida en el Doctrinales, otros se arrastran (como strabo,faba,
laboris, con escansión larga en la primera sílaba), tampoco se aportan
testimonios de los poetas clásicos, salvo en un solo caso, y, en general,
la lengua de la poesía antigua aparece amalgamada con términos
extraños a la lengua clásica, sobre todo de procedencia bíblica (como
evangelium, Maria, abatia, vicaria, Abimelech...). El resultado es, sin
embargo, una guía elemental para versificar bastante perfeccionada.
Supone un ejemplo de recepción de una doctrina que ha tenido buena
., Tene in memoria omnes regulas generales subscriptas que non franguntur per
aliquam regulam specialem que sequitur: Immo iste vniuersales specialibus deroga­
bunt (f. 56')
228
acogida en la escuela durante décadas y goza de suficiente prestigio
como para emprender una revisión crítica. Por ello , el esfuerzo del
autor se dirige sobre todo a lograr que esta disciplina resulte menos
"indigesta", ensayando nuevas fórmulas de acercamiento. Este último
aspecto es quizá el que explica mejor el éxito de Pastrana, ya que es la
única gramática de la época que trascendió el ámbito de su propia
escuela. Las numerosas copias que han llegado hasta nosotros indican
que fue un libro de texto apreciado por maestros y discípulos y convi­
vió con la gramática renovada hasta el siglo XVI. Las críticas que le
dirige Nebrija en el prólogo a su Diccionario Latino-Español (1492 ,
fol. a 1r.a), tildando a Pastrana, entre otros tratadistas, de pseudogramá­
tico y maestro de poca monta tgrammatista et litteratorv: no hacen
más que confirmar que su método de enseñanza en general tenía éxito
en las aulas hispanas y que Nebrija no lo erradicó del todo , como era
su deseo.
3. El libro V De prosodia de Nebrija
La materia métrica de Nebrija ocupa el quinto y último libro de las
Introductiones Latinae (lL), publicadas por primera vez en 1481". A
partir de 1495 las IL se presentan en dos versiones paralelas: un texto
abreviado, en el que la doctrina está resumida en fórmulas sencillas ,
fáciles de aprender, y una glosa, en la que cada precepto es explicado
con detenimiento y apoyado en numerosos testimonios tanto de uso
como de opinión. Dado el interés que tiene la glosa , centramos nuestro
estudio en dicha edición".
Al igual que Pastrana, sitúa el estudio de la prosodia en la parte
final, considerándolo, pues, el último tramo de los estudios gramatica-
...Se trata del famoso canon de gramáticos nefastos que se convierte en un tópico
de los humanistas. Cfr. Francisco Rico. Nebrija frente a los bárbaros. El canon de
gramáticos nefastos en las polémicas del humanismo. Salamanca. Universidad.
1978.
•s En esta editio princeps la materia gramatical todavía no había sido dividida en
libros.
...Citamos por el ejemplar de la B. Colombin a de Sevilla. Salmanticae, s.i.. 1495.
229
les dado su grado de dificultad. También, como Pastrana, considera la
métrica integrada dentro de la prosodia, tal como figura en el título del
libro "Sobre la prosodia, esto es la cantidad de las sílabas, los pies, los
versos y el acento" (De prosodia, hoc est syllabarum quantitate, pedi­
bus, carminibus et accentu). Sin embargo, entre la época de Pastrana y
la de Nebrija se han escrito varios trabajos sobre la materia, cuyas pre­
misas y objetivos son bien diferentes.
3.1. De Pastrana a Nebrija
Durante el tiempo que transcurre desde Pastrana a Nebrija tiene lugar
un cambio ideológico que afecta a todas las disciplinas escolares y, den­
tro de ellas, muy especialmente a la métrica. A ello contribuyen diversas
circunstancias: en primer lugar, el proyecto educativo de los humanistas
responde a un renovado interés por las clases de lectura y comentario de
poetas (lectio poetarum); en segundo lugar el canon de autores objeto de
estudio, a diferencia del periodo anterior, no sobrepasa la época antigua,
lo que hace inservible parte de la doctrina medieval; por último, se per­
fecciona el conocimiento deja doctrina antigua, gracias a que las edicio­
nes de los gramáticos son cada vez más completas.
De acuerdo con estas premisas, las enseñanzas métricas se dirigen a
dotar al escolar de los conocimientos teóricos necesarios para valorar y
saborear los textos de los antiguos como ejercicio preparatorio para
practicar una literatura basada en la imitatio de los modelos de la Anti­
güedad. Desde esta perspectiva todas las disciplinas relacionadas con la
lectio poetarum se van renovando para adaptarlas a dichos objetivos.
La renovación de la métrica, sin embargo, no se produjo hasta
mediados de siglo", Antes de esa fecha, en la escuela se seguía estu-
" 7 Hacia finales del siglo XIV se había redactado un tratado que reunía todos los
tipos de versos y un estudio de la cantidad de las sílabas en todas las posiciones. Se
trata de la obra conjunta de Vergerio y Zabarella (ca. 1389-1399), inédita hasta el
momento . si bien era un simple compendio de tres tratados medievales, concreta­
mente de las reglas de la cantidad de Tebaldo (S. XII) Yde Alejandro de Villadei en
su Doctrinale (cap. X) y la métrica de Pedro de 1solella (s. XIII). (vid. Leonhardt, ob.
cit.• pp. 155-156).
230
diando esta parte de la gramática en el Doctrina/e" y se compensaban
los defectos que tenía con la lectura de los poetas de la Antigüedad,
especialmente Virgilio. Los educadores recomendaban aprender de
memoria los hexámetros de Virgilio para que los escolares se familia­
rizasen con la cantidad de las palabras y la secuencia de los pies",
Sin embargo esta situación va cambiando poco a poco, pues en
seguida se vio la necesidad de ofrecer a los escolares libros de texto
que respondieran a las nuevas exigencias. La primera métrica renova­
da es la monografía De metris de Niccolo Perotti (1453), única métrica
en el Renacimiento que no contiene una doctrina prosódica. Sin
. embargo, pronto se impone un tratado más completo que une a los ele­
mentos de la métrica un estudio de la cantidad silábica como prepara­
torio para interpretar la estructura métrica de los versos y, en su caso,
para componer en latín. La obra más difundida de este segundo género
fue la de Sulpizio Verulano (segunda mitad del s. XV). Este sistema de
métrica completa fue el más común a partir de entonces y, así, en el
último cuarto del siglo el italiano Francesco Niger (1452-1523) y el
español Antonio de Nebrija (c. 1444-1522) escriben asimismo métri­
cas completas, considerándolas ambos parte integrante de sus respecti­
vas gramáticas.
Por lo que se refiere a la métrica, la obra de Perotti sirvió de mode­
lo a las generacionesposteriores. En ella el autor se propuso recons­
truir la preceptiva antigua, recurriendo a las fuentes originales, griegas
y latinas>, y frente a la parcialidad de la doctrina medieval, se plantea
...Así aparece recomendado en el De ordine docendi ac studendi escrito en Vero­
na en 1454 por Battista Guarin i (1435-1513) bajo la inspiración de su padre (Battista
Guarini . Opuscula, ed. de L. Piacente. Bari, Adriatic a, 1995, p. 148): ad eam sen­
tentiam (sc. numerosa oratio) non inutilis erit is liber qui sub Alexandri nomine ver­
sibus habetur [...l, fa cilius etiam quae carminibus scripta sunt memoriae commen­
dantur conservanturque..
'9 Como señala Battista Guarini (De ordine.... ed. cit.. ibídem).: Qua propter Ver­
gilii carmina memoriae mandent lit ad omnem syllabae quantitatem optimi poetae
auctoritate nitantur et exemp/o; declamare autem etiam in his oportebit, lit assidui­
tate pedum numerum etiam solo verborum cantil annotent..
soPara poner en claro la doctrina, enmendar los preceptos corrompidos y recupe­
rar la nomenclatura de los pies y de los metros, bastante alejada de la original, según
declara: Incredibile dictu est quos sustinuimus labores. Adeo quippe omnia non
231
como el estudio técnico de omnia metrorum genera de la poesía latina.
Perotti desarrolla dicha doctrina en tomo a tres unidades métricas: el
pie, el metro y el verso, y a partir de ese momento éste será el esquema
seguido por todos los autores (Sulpizio Verulano, Niger, Ferettus...)
hasta Nebrija.
La doctrina sobre los pies consiste en la caracterización de los 28
pedes poetici de la gramática romana", si bien en el caso de Niger se
adopta un modelo más desarrollado, que incluye, además de los ante­
riores , 32 pies pentasílabos y 64 hexasílabos". Este tratamiento tan
exhaustivo convirtió al autor en referente habitual de importantes gra­
máticos como Despauterius.
Los distintos pies se describen generalmente teniendo en cuenta el
número de las sílabas que los componen, así como la cantidad de
éstas, y se acompañan del correspondiente ejemplo: Anapestus duabus
brevibus et longa , ut pietas (Sulpizio Verulano)". Algunas gramáticas
incluyen una escueta definición de todos aquellos fenómenos que les
afectan, agrupados en seis accidentes. Por ejemplo, Sulpizio Verulano:
Los accidentes del pie son seis: arsis y tesis, número de sílabas. tiem­
po. resolución. figura y orden. Arsis y tesis son la elevación y el des­
censo de la voz. que no puede producirse en menos de dos sílabas;
sigue el número de sílabas, como las dos del espondeo , las tres del
solum praecepta verum etiam pedum ac metrorum nomina corrupta erat lit necesse
fuerim compluris non solum latinos verum etiam graecos ad ea comperienda libros
euoluere (De metris. De generibus metrorum quibus Horat ius et Boethius usi sunt,
Ed. princeps 1471. f. n l ' (citamos por la ed. sol. 1501). Sobre la doctrina de Perotti,
véase S. Boldrini, "11 De metris de Niccolo Perotti " , en Maia 50 (\998), pp. 511-5220
SI Vid. supra, p. 220 0
" Brevis Grammatica , Venetiis 1480, ff. Y 3'-z 4'. Resulta difícil determinar las
fuente s de Niger. Diomedes (GL 1. 418-482) enumeró únicamente hasta los pentasí­
labos. otros autores. como Isidoro (Etym., 1. 16) admitieron la existencia de 124 pies,
preci sando que a partir de cinco sílabas ya no se consideran pies, sino sizygiae. Tam­
bién en época medie val . p.ej. P. Camaldolese (finales del s. XII): Pedes 0.0 sunt cen­
tum XXIIII . Moderni tamen non utuntur nisi tribus pedibus, dactilo. spondeo et tro­
cheo (en Thurot, ob. cit.• po440 )0
S3 De versuum scansione, de syllabarum quantitate, de heroici carminis decoro et
vitiis, de pedibus et diversis generibus carminum praecepta, f. e 7' (citamos por la
ed. Romae, Eucharius Silber, 148 1).
232
dáctilo y las cuatro del coriambo: tiempo es la propia duración de su
pronunciación; se llama resolución cuando una sílaba se pone en
lugar de dos o al contrario. cuando una larga se pone en lugar de una
breve o al contrario y cuando se pone un pie en lugar de otro; la figu­
ra es doble : simple, como en los pies bisílabos o trisílabos, y com­
puesta, en los tetrasílabos y de más sílabas ; orden es la colocación de
los pies según una disposición fija y determinada (f. e 6')54.
Frecuentemente se añade información de carácter erudito que atañe
a la explicación etimológica del nombre del pie (appellatio), muy del
gusto de la tradición gramatical de toda época.
La doctrina sobre los metros depende en mayor o menor medida del
capítulo de generibus metrorum de Perotti, que recoge el sistema ale­
jandrino de los metra prototypa y sus especies", sistema que resultaba
ciertamente complicado para la práctica escolar.
El catálogo de metros genéricos y sus especies va precedido de una
breve definición: "Metro es cierta unión y ordenación de los pies crea­
da para deleite de los oídos" (Metrum est conexio quedám atque ordi­
natio pedum ad delectationem aurium inventa (Perotti, De metris, f. n
1v) seguida de los accidentes que le son propios». Estos accidentes sir-
54 Accidunt pedi sexo Arsis et thesis, numerus syllabarum, tempus, resolutio, figu­
ra et ordo. Arsis et thesis est elevatio vocis et positio, quae in paucioribus duabus
syllabis fieri nequit. Numerus syllabarum accidit, ut spondeo duarum, dactylo trium ,
choriambo quatuor. Tempus est ipsa mora pronunciandi. Resolutio dicitur si una
sil/aba pro duabus vel contra si longa pro brevi vel contra et si pes pro pede pona­
tur. Figura duplex est: simplex ut in bissyllabis trissyllabisque, composita in qua­
drisyllabis et ultra . Ordo accidit quia certo ordine ponuntur et per ordinem quaesiti
inuentique sunt.
55 Vid. supra, pp. 220-221. Perotti sigue como texto fundamental el De centum
metris de Servio, comentarista de Donato, y lo completa con otras fuentes tanto
romanas como griegas. Sobre las fuentes de los tratadistas de métrica renacentista,
vid. F. Fuentes Moreno, "El 'De centum metris' de Servio y los tratadistas de métrica
renacentistas: Perottus, Niger, Ferettus y Despauterius", en Estudios de métrica lati­
na, ed. Jesús Luque Moreno et alii, Granada, Universidad, 1999. pp. 391-408;
"Nicoló Perotti y los gramáticos latinos: una aproximación a las fuentes antiguas del
De metris de Nicoló Perotti", en Studi umanistci Piceni, 20 (2000), pp. 20-23 .
56 Perotti (De metris..., ed. cit ., f. n I ") adscribe a los metros siete accidentes:
género, especie, composición, cesura, alargamiento, figura y disposición" (Metro
accidunt septem: genus, species, compositio, censura, magnitudo, figura et ordo).
233
ven para diferenciar los metros prototypa o principalia (genus) de los
versos adscritos a cada grupo (species) , y caracterizar cada clase de
verso mediante una serie de rasgos diferenciales: las combinaciones de
pies que admite, de igualo distinta clase (compositio); las cesuras o .
cortes permitidos, los alargamientos (magnitudo), el orden y combina­
ción de los metros dentro del verso (figura ); el final de los versos cata­
léctico, acataléctico, hipercataléctico o braquicataléctico (depositio) ;
el estatuto de los lugares pares e impares en el contexto del verso
(regiones), etc. En algunos autores los accidentes son muy numerosos ,
llegando en algún caso hasta el número de diecisiete (Niger).
Los humanistas conceden una gran importancia a la prosodia, cons­
cientes de que su estudio resultaba indispensable para la correcta lec­
tura de la literatura poética". Los maestros continúan, pues, la labor de
sus antecesores tratando de esclarecer la doctrina, especialmente en
aquellos puntos en que resultaba más oscura y de corregir los errores
de escansión que sin duda tenía.
Se enfrentan a la tarea siguiendo el esquema creado en la escuela
medieval y difundido a través del Doctrina/e, es decir, repartiendo la
materia en reglas generales y reglas particulares, estas últimas ordena­
das alfabéticamente (a ante b, a ante c, etc.), si bien revisan la doctrina
para convertirla en un instrumento más útil y seguro para la práctica
escolar. Surevisión supone comprobar la autenticidad de las reglas en
los gramáticos y comentari stas antiguos, especialmente Servio y Pris­
ciano, y buscar testimonios de uso -que en buena medida proceden
de los propios gramáticos- para ilustrar las posibilidades de realiza-
57 Sirva el testimonio de Bruni (De studiis et litreris liber ad Baptistam de Mala­
testis, ed. de C. W. Kallendorf, Humanist educational treatises, Cambridge (Massa­
chusetts)-London, Harvard U. P., 2002, p. lOO)entre los muchos eruditos que recla­
maban el estudio de la cantidad de la sílaba: "Es sumamente vergonzoso que un
hombre que se considera culto no domine las sílabas. teniendo en cuenta que gran
parte de la literatura consta de versos, los versos de pies y éstos de sílabas largas o
breves, y no comprendo qué puede esperar de sí mismo en este campo ni qué gusto
puede sacarle a la poesía quien no las conoce" (Foeditas summa est homini litreras
sibi arroganti ne syllabas quiden tenere, praesertim cum non contemnenda pars lit­
terarum versibus constet, versus autem pedibus, pedes vera longitudine brevitateque
syllabarum. Quas qui non tenet, quid ipse in eo genere de se polliceri aut quem gus­
tum in poetis habere possi t, non equidem intelligo).
234
ción de la misma, incluidos usos anómalos y licencias. Dichos testi­
monios, a diferencia de sus antecesores, no sobrepasan en ningún
momento la época antigua. Aún así, el método filológico es más rigu­
roso en unos autores que en otros: Niger sigue más fielmente la tradi­
ción medieval y tan sólo corrige errores de bulto, mientras que Sulpi­
zio Verulano y Nebrija son mucho más minuciosos y críticos.
Para hacer más inteligible la doctrina, algunos autores incorporan
unos capítulos preliminares en los que estudian con detalle los fenó­
menos métrico-prosódicos, poco o mal explicados por sus antecesores,
que constituyen el fundamento de la correcta división de los pies (ut
igitur carmina in pedes dividere facile possisy ' , y los segregan de la
descripción de las reglas generales o modos de reconocimiento de la
cantidad (regulae generales o modi quantitas discernendi) que los gra­
máticos medievales y el propio Pastrana presentaban de forma amal­
gamada y formulados con excesiva generalización.
Sulpizio Verulano explica con detalle - bajo la guía de Prisciano y
Servio y, en algún caso, de Cicerón y Quintiliano, además de su propia
experiencia - todo lo referente al estatuto especial de algunos fonemas
como la i y la u en todos los contextos posibles; continúa estudiando
determinados fenómenos métrico-prosódicos que afectan especialmente
a la lengua poética: sinéresis, diéresis, contracción (subtractio ), elisión o
sinalefa, hiato..., sin olvidar lo referente a la pérdida de -s en la poesía
arcaica o arcaizante. La descripción de los distintos fenómenos se acom­
paña de ejemplos comentados de usos concretos, frecuentes o raros, de
autores de distinta época y género. En este caso se toman ejemplos de
Virgilio, Horacio, Juvenal, Lucrecio, Marcial, Ovidio, Manilio, Lucano,
Estacio, Propercio, Calpumio, Tibulo y Ennio, de forma que cada tópico
queda ilustrado en toda su amplitud. A modo de ejemplo comparamos la
siguiente regla general de Pastrana:
La i simple puesta entre dos vocales es doble consonante, como
cuius, huius, pero en compo sición es consonante simple, como
biiugus" .
58 Sulpizio Verulano, De versuum scansione..., ed. cit.. f.a 2'.
59 1positum inter duas vocales in simplicitate est duplex consona, ut cuius huius­
que, sed in compositione est simplex consona, ut biiugus (f. 54').
235
con la explicación de Sulpizio:
La i consonante colocada entre dos vocales tiene valor de doble
consonante, como en Maia, Troia. Como tal se mantiene en los
casos que se decl inan por disminución del nominativo o del geniti­
vo. como cui, huic en dativo y Cai y Pompei en vocativo, a excep­
ción del dativo del pronombre ei, en el que es vocal, a diferencia de
la interjección hei. Juvenal [14 ,122]: Ire viam pergant et eidem
incubere sectae . Lucrecio, sin embargo, en el libro VI [674]. lo
consideró monosílabo : Scilicet et fluvius qui visus maximus ei esto
Se enc uentra también como consonante simple en los compuestos,
como en reice, reiectus y pala bras semejantes. Según Prisciano, en
ocasiones los poetas disuelven en vocales ambas consonantes por
diére si s. Virgilio [Aen. 1,119]: Arma virum tabulaeque et Troia
gaza per lindas, pronunció Troia como trisílabo. También en Mar­
cial [10,17 ,1] Cai es bisílabo en: Si donare vocas promittere nec
dare Cai. y Ovidio [Pont., 4,1,1] con sideró trisílabo Pompei en :
Accipe Pompei deductum carmen ab il/o. Y lo mismo en [Epist.,
6,74] Te quoque nunc salvo persoluenda mihi , persoluenda es pen­
tasílabo"".
En el apartado de los modos de reconocer la cantidad o reglas gene­
rales, destaca la importancia que se concede al exemplum. Los trata­
distas recomiendan aprender de memoria el mayor número de versos
para familiarizarse con las cantidades, asegurando al lector que verá
60 1autem consonans inter duas vocales posita vim habet duplicis consonantis,
lit Maia, Troia. Talis etiam remanet in casibus deductis per diminutionem recti vel
genitivi, lit cu i, huic, Cai et Pompei in vocandi casu, preterquam in ei dativo pro­
nominis, in quo vocalis est ad differentiam hei interiectionis. Iuvenalis: Ire viam
pergant et eidem incubere secte; Lucretiu s tamen monosyllabum protulit libro
sexto: Scilicet et fiuvius qui visus maximus ei est. lnvenitur et pro simplici conso ­
nante posita in compositis, lit in reiice, reiectus et similibus. Prisciano auctore,
nonnumquam ambe he consonantes dissolvuntur a poetis per dieserim in vocales .
Virgilius : Arma virum tabuleque et Troia gaza per undas , Troia trissylabum protu ­
lit. Martialis quoque Cai bissylabum. Si donare vacas promittere nec dare Cai.
Ovidius: Accipe Po mpei de ductum carmen ab illo. Po mpei tris yllabum fecit.
Idem : Te quoque nunc saluo persoluenda mi hi; persoluenda pentasyllabum est
(De versuum scansione.... ed. cit., f . a 2'-3 ').
236
sobradamente compensado su esfuerzo". EIllSllS de los boni auctores,
es, pues, la herramienta habitual de la doctrina humanista cuyo fin es
preparar a los escolares para leer con propiedad y provecho los textos
literarios.
3.2. La doctr ina de Nebrija
Nebrija escribe la tercera y definitiva versión de sus IL a finales del
siglo XV, con una larga tradición a sus espaldas, cuando se había
. adquirido experiencia en el método filológico y a la vez perfeccionado
el conocimiento de la gramática romana. El autor se muestra buen
conocedor de la teoría antigua, así como de las versiones de la escolás­
tica medieval a través Alejandro de Villadei y del propio Pastrana,
entre otros, y tiene asimismo un profundo conocimiento del trabajo de
sus contemporáneos, Perotti , Sulpizio Verulano y Niger, a quienes cita
en varias ocasiones. A esta profunda formación se une su experiencia
probada en todos los campos de la gramática (morfología, sintaxis,
ortografía y pronunciación, lexicografía, prosodia y métrica) demos­
trada a través de varias publicaciones no sólo de la lengua latina sino
también de la castellana".
Gracias a esta experiencia, nos ofrece la doctrina métrico-prosódica
más completa y fundamentada de su época. A través de la glosa, cada
precepto es objeto de un amplio comentario en el que el autor, por un
lado, recoge distintas opiniones de los tratadistas de la Antigüedad o
contemporáneos, las somete a discusión, y aporta reflexiones propias
producto de su gran formación y conocimiento de la poesía clásica, y,
por otro, ilustra cada aserción con numerosísimos ejemplos de poetas
que aseguran la veracidad de la norma así como las variantes de uso,
61 Sunt igitur multa tibi carmina memorie commendanda, quae et in hunc usum et
in alio habeas praeparata. Reddent etiam fecun dius ingenium aduersus parturien­
dos. Non ergo eum laborem refu geris ex quo tanto assequeris emolumenti (Sulpizio
Verulano , De versuum scansione..., ed. cit., f. a 8').
6' Una relacióncompleta de las obras de Nebrija puede verse en Miguel Ángel
Esparza y Hans-Josef Niederehe, Bibliografía Nebrisense, Amsterd am-Phil adelph ia,
John Benjamin s, 1999.
237
incluido el de los autores antiquiores. Todo este esfuerzo demuestra
que la métrica de Nebrija, como el resto de su gramática, está orienta­
da a preparar no sólo a alumnos sino también a maestros para recono­
cer la estructura métrica de las composiciones latinas mediante un
conocimiento sólido de la cantidad de las sílabas y todos los fenóme­
nos que les afectan.
3.2.1. La doctrina sobre la sílaba
Cuando Nebrija escribe su gramática, la prosodia medieval había
pasado ya por el filtro de varios autores , por ello el esfuerzo de Nebri­
ja se orienta a perfeccionar el trabajo de sus antecesores en varios
aspectos. Uno de ellos es el de profundizar en el conocimiento de los
distintos fenómenos. En este sentido , tiene un gran interés la incorpo­
ración de un apartado nuevo en el que aborda con bastante profundi­
dad y detalle cuestiones teóricas de fonética en forma de praeeepta
generalia, entre los que figuran el tempus de la sílaba métrica o la
doble realización, larga o breve , de las vocales latinas calificadas por
el autor como indifferentes sive ancipites siue liquidae, hoe est quod
produci et breviari possunt (glos. a V, i, f. q S'). El fenómeno que trata
con mayor amplitud es el del debilitamiento (liqueseentia) que sufren
determinados fonemas, vocálicos o consonánticos en contacto con
otros. Define el concepto de liquesquere como una pérdida parcial o
total de la entidad fónica y engloba dentro de él diversos grados de
debilitamento que afectan a fonemas de distinta clase", Dentro de este
apartado resulta ciertamente insólito su intento de reconstruir la pro­
nunciación latina de ciertos fonemas en posición débil como la u. Par­
tiendo de las noticias que proporcionan los Antiguos , especialmente
Quintiliano, condena la pronunciación de u como si fuera vocal, pro­
pia de los italianos, así como la supresión total del sonido, propia de
63 Definido así el fenómeno: Cum vim suam atque rigorem amittit et quodam .
modo languescit (glos. a V. i. f. q 5'-6' ). Nebrija le atribuye tres maneras de manifes­
tarse o modi liquescetiae: 1" el de abre viación de las vocales largas ; 2" el de las voca­
les o consonantes que pierden parcialmente su valor (caso de u tras q. siempre, y. en
ocasione s. tras g y s, tipo sanguis. lingua, suavis, suadeo¡ y el de las consonantes
líquidas); y 3" el de los fonema s vocálicos finale s o -m sujetos a elisión y el caso
especial de la -s caduca en la poesía arcaica o arcaizante (ibídem. f. q 5'-6').
238
los hispanos, y propone una pronunciación intermedia, de fonna que
apenas suene en tiempo e intensidad quasi liquida languidiori quodam
sono raptim proferenda (ibídem f. SV). Reconstruye asimismo la pro­
nunciación -en este caso la fonna de silabear- de las palabras que
contienen la secuencia muta cum liquida, como pharetra, tenebra ,
para mostrar que no hacen posición como el resto de los grupos conso­
nánticos y, por consiguiente, no alargan la vocal anterior, y muestra
además el uso poético de este fenómeno en varios ejemplos (ibídem).
La insistencia en este último aspecto es una muestra de la predilec­
ción de Nebrija por los problemas fónicos , un tema innovador en la
gramática de la época en el que tenía experiencia a través de varias
monograffas -, A pesar de este enfoque teórico, no olvida el aspecto
práctico, y, como es norma en él, el uso está documentado en ejemplos
concretos de diversas obras y autores clásicos : Horacio, Ovidio, Virgi­
lio, Catulo, Juvenal, Lucano, Marcial, Silio Itálico, Tibulo, y, para
ilustrar los arcaismos, Ennio, Lucrecio, este último por ser un autor
que gustó del arcaismo (ad modum antiquitatis amator), y Cicerón en
su traducción de los Aratea , obra en la que en mayor medida imita el
estilo antiguo según el autor (in quo opere maiorem in modum antiqui­
tatis affectator deprehenditur).
Como reacción al excesivo normativismo propio de la escolásti­
ca, los humanistas, en general, habían concedido mayor importancia
a las anomalías, conscientes de que éstas eran a veces tan importan­
tes como las propias reglas. Sin embargo, por imperativo del género
de tratado que se practicaba en la época no podían extenderse dema­
siado. Pues bien , gracias la glosa, el tratamiento de la anomalía
encuentra su mayor desarrollo y documentación en Nebrija, quien
acompaña cada regla general de las explicaciones necesarias para
esclarecer todos los casos en los que la norma no se cumple, ya sea
'" Su primer ensayo fue la Repetitio Secunda. leída en la Universidad de Sala­
manca en 1486. y fue madurando sus ideas a lo largo de su vida hasta la publicación
en 1505 del De vi ac potestate litterarum, su última obra sobre esta materia. A este
propósito, véase E. Pérez Rodríguez. "El concepto de littera en Nebrija. Análisis a la
luz de la tradición gramatical ". en Humanism o y pervivencia del Mundo Clásico.
Homenaje al Profesor Luis Gil, ed. José María Maestre Maestre et alii, Cádiz, 1997.
vol. Il, pp. 663-671.
239
de forma real o aparente. La intención del autor es aclarar todas las
dudas que pudiera plantear la escansión de cualquier palabra, expli ­
cando el fenómeno en toda su extensión y con abundante apoyatura
textual, y a la vez corregir los errores que al parecer se solían come­
ter en la época, como consecuencia del laconismo de las reglas. Por
ejemplo, la referente a la escansión larga de los diptongos llevaba a
veces al error de considerar diptongo lo que en realidad tenía escan­
sión bisilábica; la que advertía que el grupo muta eum liquida no
producía alargamiento por posición provocaba que se contase como
breve la silaba anterior a tal secuencia en algunos casos en que la
vocal de dicha silaba era larga por naturaleza; la norma voealis ante
voealem eorripitur provocaba en algún caso que se abreviara cual­
quier vocal seguida de otra vocal. Respecto al primer caso, Nebrija
explica la razón de la escansión bisilábica de ciertas uniones de
vocales que no forman diptongo y presenta una relación de palabras
arraigadas en el latín, como aer, aenum, poeta, poema, pero sobre
todo en nombres griegos de uso constante en la poesía, como
Pasiphae, Menelaus, Danae, Phaeton, etc. En el segundo, explica
con claridad el fenómeno del alargamiento por posición y repasa
asimismo aquellas palabras en las que una silaba larga por naturale­
za se consideraba breve simplemente por ir seguida de la serie muta
eum liquidar. Con respecto al tercer punto, repasa todos los encuen­
tros de vocales en los que no se produce la abreviacion en algunas
palabras latinas, como aer, aulai, fio, diei, pero sobre todo en grie­
gas frecuentes en la poesía como Laertes, Thais, Laoeon, Protesi­
laus, Aeneas, Medea... , donde el fenómeno es más común.
Finalmente, aunque parte de los errores de escansión que presentaban
los manuales medievales en palabras concretas habían sido ya corregi­
dos por sus antecesores, la revisión de Nebrija sirve para detectar y
corregir alguno más. Y así critica a Alejandro por la lectura incorrecta de
la palabra perizoma, que le indujo a considerar consonante simple la z
(ibídem f. q 7'), o a los que, como aquél, incluían un troqueo en la cláu-
'" Quod si aliqua sy/laba fu erit langa natura etiam si muta cum liquida sequatur
non potest esse brevis, ut saluber, salubris; october, octobri s; aratrum, aratri (ibídem
f. 9. 7').
240
sula del hexámetro e insiste, con el respaldo de Cicerón, Quintiliano y
Rufino -este último a propósito de las cláusulas de la oratoria- en que
la sílaba final, tanto en los versos como en las cláusulas de la prosa, es
indiferente: Trocheus enim non recipitur in versu heroico, ut putavit A/e­
xander (ibídem vi, f. x 4r
) . Censura asimismo a Sulpizio y sus seguido­
res, por escansiones incorrectas en strabo, academia y acanthus, etc. y
refuta las razones que daba dicho autor con el testimonio de diversos
tratadistas y poetas. Ejemplos de estetipo dan cuenta de hasta qué punto
la revisión de Nebrija fue minuciosa.
3.2.2. Los elementos de la métrica
La doctrina de Nebrija reúne las características de un curso de
métrica práctica. Para su explicación el autor rompe con el sistema
de los metra prototypa utilizado hasta entonces y opta por un méto­
do más sencillo y coherente con la práctica: pasa por alto las largas
listas de species, ciertamente improductivas, y, tras estudiar los
pies, aborda directamente el estudio de los versos, reducidos éstos a
los que realmente usaban los autores que se leían en las clases de
comentario.
El estudio de pedibus consiste en la definición de esta categoría
métrica y en la caracterización de cada uno de los veintiocho pies tra­
dicionales. Para la definición de pie opta por la de Diomedes, que pri­
vilegia los rasgos rítmicos -quizá mal entendidos ya por los gramáti­
cos antiguos, que trasladaban al latín la doctrina griega- y, así, lo
caracteriza como la unión de dos partes que tiene lugar en el espacio
de dos o más sílabas, una de las cuales registra una elevación
(sub/ario) y la otra un descenso (positio y-. Considera el pie como la
unidad mínima de la métrica, y lo compara con un principio físico
66 Principio itaque ponitur pedis diffinitio ex Diomede sumpta. Pes. inquit, est
sub/ario ac positio, id est constar ex sublatione ac positione comprehensa spacio
duarum aut amplius, hoc est plurium syllabarum, quia ex una sy/laba non potest
esse pes etiam si /onga sitoSub/ario namque et positio non in temporibus sed in
sy/labis debet fieri (glos. a Y, vi, f. x 4'). Añade una segunda definición de Diomedes
en términos parecidos .
241
tomado de Aristóteles, que postula que toda cantidad debe tener una
unidad mínima que permita medir el resto",
Diferencia cada tipo de pie por sus rasgos esenciales (número de
sílabas y cantidad de éstas), lo ilustra con un ejemplo y lo completa
con una aclaración sobre su posible origen a través de la etimología
(appellatio ), según las noticias procedentes de eruditos y gramáticos:
El espondeo , pie contrario al pirriquio, consta de dos sílabas largas
y cuatro tiempos, como montes, heros, audis. Según Diomedes se
denomina así porque los celebrantes (spondentes), esto es los que
hacían las libaciones en los templos, cantaban determinadas can­
ciones con este pie, pues la palabra sponde significa "libación".
Numa Pompilio , según aclara el mismo autor, que se encargaba de
los asuntos divinos. llamó a este pie "pontificio?" ,
A esta estricta diferenciación de cada uno de los pies Nebrija añade
una serie de explicaciones de carácter general, documentadas y
comentadas, de todos aquellos aspectos relacionados con esta catego­
ría métrica en su conjunto. Su fuente principal en este apartado es Dio­
medes , de quien toma las definiciones y la parte erudita que atañe al
origen del nombre de cada pie, información que completa con ayuda
de la Poética de Horacio, el comentario de Servio a Virgilio y algunas
opiniones más de otros autores como Marcial o Jerónimo, este último
en sus epístolas.
Su interés no está sólo en aclarar conceptos, algunos oscuros como
el que esconden los términos sub/atio y positio , sino especialmente en
., AlIt pedes dicti sunt quia illis eo modo versus mensurantur, quo nos spacia
pedibus metiri consuevimus. Nam Aristotele auctore, X Metaphysicorum libro, in
quolibet genere quantitati s est aliquid unum quo reliqua metimur. Est et minimum in
illo genere, quemadmodum in numeris Imitas in vocibus diesis, digitus, aut ulna, aut
pes. aut passus aut aliquid simile. Hinc igitur translatum est, lit versum ita pedibus
metiremur quemadmodum arcae, cubiculi, atrii , coenaculi, aut cuiuscumque alterius
spacii longitudinem latitudinemque (ibídem).
.. Spondeus, pyrrichio contrarius, constat ex duabus syllabis longis et quattuor
temporibus, ut montes. heros, audis. Dictus, lit auctor est Diomedes, quod in templis
hoc pede quaedam carmina spondentes, hoc est libantes, decantabant. Sponde enim
libamentum interpretatur. Numa Pompilius, lit idem auctor inquit, rei divinae dedi­
tus hunc pedem pontificium appellavit (ibídem f. x 4')
242
discutir ciertas interpretaciones arraigadas en la tradición, como la que
violenta el esquema normal del hexámetro al admitir, aunque ocasio­
nalmente, un proceleusmático (cuatro sílabas breves) en dicho verso.
Tal interpretación aparece ya en el comentario de Servio a Virgilio, de
donde lo toman otros gramáticos como Prisciano" y, tras él, Alejandro
de Villadei, Perotti y Sulpizio Verulano. Nebrija reduce los ejemplos
de palabras que presentan los gramáticos a secuencias permitidas en el
hexámetro, con las que se puedan formar dáctilos (una larga y dos bre­
ves) o espondeos (dos largas), aplicando la sinéresis, fenómeno
corriente en poesía:
Conviene prestar atención al fenómeno que incluso Servio comen­
tó en aquel verso del libro 1 de las Geórgicas de Virgilio [397]:
tenuia nec lanae per caelum vellera ferri . Señala Servio que hay
proceleusmático por dáctilo, cosa que cada vez que aparece en Vir­
gilio da lugar a sinéresis, como en las Bucólicas [3,96]: Tityre pas­
centes aflumine reice capellas y en el libro 11 de la Eneida [16]:
Sectaque intexunt abiete costas, y en el mismo libro [492]: labat
ariete crebro, y de nuevo en el mismo [442]: haerent parietibus
scalae, y en el V [432]: genua labant, vastos quatit aeger anhelitus
artus. Pues en reice capellas , de las dos vocales ei se hace una
larga, y así se convierte en dáctilo. En abiete, ariete y pariete ie se
unen en una sola sílaba y se convierte en anfíbraco , que difiere del
dáctilo en la posición de una sola sílaba".
En cuanto al metro, Nebrija no lo considera como una unidad fun­
cional para el estudio de la métrica. Lo define como unión de pies
69 El pasaje de Prisciano (lnstitutiones..., ed. cit., 11, p. 14) es, probablemente, una
interpolación.
70 Sed est animadvertendum id quod etiam Servius notavit in illud Vergilii primo
Geor. tenuia nec lanae per caelum vellera ferri, Proceleumaticus inquit est pro dac ty­
lo, quam rem quotienscumque facit Vergilius servat locum synaeresi, lit in Bucolicis
Tityre pascentes a flumine reice capellas, et in Il Aen. Sectaque intexunt abiete cos­
tas, et in eodem labat ariete crebro, et iterum in eodem haerent parietibus scalae et in
V genua labant vastos quatit aeger anhelitus artus. Nam in reice capellas ex duabu s
vocalibus ei conficitur longa itaque erit dactylus ; in abiete , ariete , pariete, ie in
unam syllabam longam coalescunt confi citurque amphibrachus, qui positione tan­
tum syllabarum a dactylo differt (glos. a V, vi, f. x 5' )
243
(pedum iunctura numero modo que finita, ibídem viii , f. x 6'), pero
explica que el término, de origen griego, significa simplemente "medi­
da" y que en latín es mejor sustituirlo por versus o carmen (Metrum
graece dicitur, quod interpretatur mensura. Latine vero versus sive
carmen potius dicitur. ibídem ). De hecho, utiliza metrum, versus y
carmen como sinónimos (metra igitur sive carmina sive versus ...• ibí­
dem).
La unidad métrica que le interesa a Nebrija describir es, pues , el
verso y éste es quiz á su mayor hallazgo en el terreno de la didáctica.
Mediante esta inno vación el modelo tradicional, poco práctico para la
enseñanza, queda superado y convertido en otro sistema que requería
menos esfuerzo de memoria y tenía aplicación inmediata en casi toda
la poesía latina". Así, procede en sentido inverso al de sus anceceso­
res: parte de cada species o verso y lo describe por sus componentes
métricos, las posibles sustituciones y cualquier fenómeno que le afec­
te, y, finalmente, lo ilustra con un ejemplo de un verso concreto, como
puede verse en la siguiente definición:
El dímetro yámbico consta de espondeo o yambo indistintos en pri­
mera y tercera sede, y yam bo obligatorio en seg unda y cuart a,
corno lam lucis ardo sydere" .
En la glosa se ofrecen las explicaciones necesarias para su correcta
comprensión, seg ún el estado de investigación en la época. Presenta­
mos un eje mploreferido al dímetro yámbico:
Dímetro yámbico. En los versos yámbicos de esta medida la norma
es que se cuenten dos pies por uno solo, por lo que el dímetro tiene
cuatro pies, el trímetro seis y el tetrámetro ocho . Esto sucede por­
que el go lpe rítmico o mora se produce en un solo metro o pie.
También es norma de estos versos que en los lugares pares haya
71 La doctrina de los humanistas, incluido Nebrija , no alcanzaba toda la compl eji­
dad de la métrica de Plauto y Terencio. por presentar dific ultades que no habían
resuelto en la época.
72 Dimetrum iambicum constat spondeo vel iambo indifferenter in primo et tenia
loco et iambo necessario in secundo et quarto, ut Iarn lucis ordo sydere (ibídem viii,
f. y 2').
244
siempre un yambo, en los impares, en cambio, yambo o espondeo
indistintamente. Los versos yámbicos se llaman así por la frecuen­
cia del yambo. De este modo el verso dímetro yámbico, llamado
cuaternario por los latinos, consta de dos metros, por lo que se
llama dímetro, y de cuatro pies, por lo que se le llama cuaternario,
y de ocho sílabas, por lo que puede llamarse octosílabo, como en
aquel famoso himno que se canta en los ritos divinos al amanecer:
Iam lucis ordo sydere. Iam lu es un espondeo. cis or; yambo, to sy,
espondeo, dere, yambo y, puesto que, como hemos dicho a menu­
do, la sílaba final es indiferente, en este lugar hay breve por larga.
La mayor parte de los himnos se compusieron en este tipo de
verso; fuera de los himnos los autores lo utilizan rara vez, como
Marcial y Ausonio. De esta clase es el epigrama de Ausonio al gra­
mático Teón [Epist., 13,71-73]: Aut adsit interpres tuus / Aenigma­
111m qui cognitor / Fuit meorum cum tibi... Todos estos versos yám­
bicos son acatalécticos, puesto que en ellos nada falta y tampoco
sobra. Existe también el dímetro yámbico cataléctico, que carece
de una sílaba, como en la tragedia de Séneca que se titula Medea
[849]: Quonam cruenta maenas y los versos siguientes. La escan­
sión es quonam espondeo, cruen yambo, ta mae, yambo, nas síla­
ba; pero si dijeras maenades sería un dímetro yámbico íntegro y
acataléctico, Existe también el dímetro yámbico braquicataléctico,
es decir, al que le faltan dos sílabas, como quiso ser aquella Ave
maris stella, pero no sucede a no ser en el principio. La escansión
es ave yambo, maris de nuevo yambo, stella, espondeo, porque en
final puede ponerse breve por larga, pero si hubiera añadido pla­
cens sería un dímetro acataléctico",
73 Dimetrum iambicum. In carmine iambico illius est commune quo duo pedes
pro uno computantur. unde dimetrum quattuor habet pedes, trimetrum sex, tetrame­
trum octo. Hoc autem fit quia in uno quoque metro sive pede ictus seu mora quae­
damfit.lllud quoque his versibus commune est, quod in locis paribus semper habent
iambum, in imparibus vera indifferenter iambum sive spondeum, unde a iambi fre­
quentia iambici dicti sunt . Versus itaque dimeter iambicus, qui a latinis quaternarius
dicitur; constat duobus metris, unde dimeter dicitur; et quatuor pedibus, unde quater­
narius, octo sillabis, unde octosyllabus dici potest, ut in hymno illo quod ad primam
diei horam in re divina canitur Iam lucis ordo sydere. Iam lu. spondeus est, cis or.
iambus, to sy. spondeus, dere. iambus, quoniam, ut saepe diximus.finalis indifferens
esto quare hoc in loco brevis pro longa posita est. Hoc genere carminis maior pars
himnorum composita est apud reliquos auctores rarum, ut apud Martialem et Auso­
nium quale est huius poetae epigramma ad Theonem grammaticum Aut adsit inter­
pres tuus / Aenigmatum qui cognitor / Fuit meorum cum tibi... Hi versus omnes iam
245
Como se observará, Nebrija explica la estructura del verso en toda
su complejidad, las variedades que admite, los géneros poéticos en los
que se utiliza y varios ejemplos de realizaciones concretas acompaña­
dos de su correspondiente escansión . Por medio de este tipo de expli­
caciones detalladas diferencia en total una veintena de versos , que
comprenden la práctica totalidad de la poesía latina.
4. Consideraciones finales
En la evolución de los estudios métricos , Pastrana y Nebrija ocupan
posiciones muy diferente s acordes con el momento cultural en el que
viven. El Arte de versificar de Pastrana es fruto de los intereses de la
escuela prehumanista: continuar la labor emprendida por la escolástica
facilitando la comprensión de una materia poco conocida. El autor
renuncia a la corriente que continúa la tradición romana y elige el
modelo de enseñanza bajomedieval, cuya doctrina avanza en el estu­
dio de la prosodia latina a la vez que se adapta a las innovaciones
introducidas en la poesía contemporánea.
En una época de convivencia con la poesía rítmica, que ya tenía
representación en la gramática latina", el Ars es una iniciación al arte
de versificar en los dos metros preferidos de la poesía bajo medieval,
que, a diferencia de la poesía yambotrocaica, se habían mantenido sin
correlato rítmico. Posiblemente el mérito principal de la métrica de
Pastrana se halla en sus cualidades didácticas más que en un progreso
bici sunt acatalectici, quoniam in illis nihil defi cit nihilqu e rursus redundat, Est et
dimeter iambicus catalecticus qui IIna sy/laba deficit, qualis est apud Seneca in tra­
goedia quae Medea inscribitur Quonam cruenta maenas et qui sequuntur. Scanditur
autem sic quonam spondeus estocroen iambus, ta me iambus , nas syllaba, quod si
dixer is maenades. integrum et acatalecticum erit dimetrum iambicum. Est et dime­
trum iambicum brachycatal ecticon, hoc est duabus sy/labis deficiens quale voluit
esse illud Ave maris stella, sed non constitit nisi in pr incipio. Scanditur autem sic
ave iambus est, maris iterum iambus, stella, spondeus quia in fin e brevis pro longa
potest poni, quod si adiecisset placens fuis set dimetrum acatalecticum (ibídem f. y
2'-3')
7. Ejemplo de ello es el capítulo X De rhythmico dictamine de la gramática de P.
de Isolell a (Compendium..., ed. cit., pp. 109-115).
246
de la doctrina. En ese sentido fue la alternativa al Doctrinale en Espa­
ña, cuyo arraigo en la escuela costó mucho tiempo erradicar.
La obra de Nebrija nace dentro de un proyecto educativo orientado
al análisis de los textos y en plena maduración del método humanísti­
co, gracias al cual habían mejorado los conocimientos métrico-prosó­
dicos . Sin embargo, Nebrija no es un mero transmisor de esos conoci­
mientos sino que se esfuerza en mejorarlos mediante la aplicación
rigurosa del método filológico en todas sus facetas. Esto le exige revi­
sar de forma exhaustiva y crítica las fuentes doctrinales y textuales a
fin de estar en la mejor posición para interpretar los hechos.
En conjunto el libro V de las IL es una suma de los conocimientos
métrico-prosódicos que se tenían en la época y un avance más en la
profundización y discusión de la doctrina heredada. Se han destacado
aquí sus reflexiones sobre el valor métrico y la pronunciación de los
fonemas débiles; sobre la duración de las sílabas, que no tiene en
cuenta la física, sino la convención métrica; sus propuestas de solucio­
nes a problemas que se arrastraban desde la Antiguédad; la corrección
de escansiones erróneas en palabras concretas; la presentación de una
rica aportación textual para apoyar cada norma en el buen uso e ilus­
trar sus distintas realizaciones; y, finalmente, en el terreno de la didác­
tica, allana el camino para conseguir los objetivos perseguidos al cen­
trar su estudio métrico en las dos unidades que considera funcionales
para tal fin y da a toda la materia tratada un enfoque más explícito.
Con esfuerzo desigual e instrumentos diferentes, Pastrana como
Nebrija supieron, cada uno en su época , hallar la fórmula adecuada
para que sus capítulos métricos triunfaran durante décadas en el ámbi­
to escolar español e incluso , en el caso de Nebrija, también en el euro­
peo.
Lozano , Carmen, "La métrica latina desde Pastrana a Nebrija", Revista de
poética medieval, 17 (2006), pp. 215-248.
RESUMEN : En el presente trabajo la autora estudia la teoría sobre

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