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Tiempos especiales Tiempo Ordinario Mártires y Apóstoles Adviento y Cuaresma Liturgia del Mes ABRIL 2024 Propio Propio Propio Propio Propio Propio Propio Propio 2.a semana 2.a semana 2.a semana 2.a semana 2.a semana 3.a semana 3.a semana 3.a semana 3.a semana 3.a semana 3.a semana 3.a semana 4.a semana 4.a semana 4.a semana 4.a semana Propio 4.a semana Propio 1.a semana 1.a semana 1.a semana L M M J V S D L M M J V S D L M M J V S D L M M J V S D L M 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 Octava de Pascua Octava de Pascua Octava de Pascua Octava de Pascua Octava de Pascua Octava de Pascua II de Pascua o de la Divina Misericordia La Anunciación del Señor Solemnidad San Martín Memoria libre III de Pascua IV de Pascua Santos Jorge y Adalberto Memoria libre San Fidel de Sigmaringa Memoria libre San Marcos, evangelista Fiesta Santo Toribio de Mogrovejo Fiesta V de Pascua Santa Catalina de Siena Mem. obligatoria San Pío V Memoria libre En camino con el Samaritano DIVES IN MISERICORDIA Reflexiones en el camino SUBLIMITAS ET MISERA HOMINIS Camino a la Misericordia del PADRE LAS OBRAS DE MISERICORDIA Un Jesús jovial¡Díselo a todos! Imágenes, colores y tamaños referenciales. Libros del P. David Pacheco Neyra, OFM Cap. LIBROS PARA INTERIORIZAR EN LA MISERICORDIA DEL PADRE Libros y otros materiales que nos ayudarán a prepararnos para el tiempo Pascual Cómo celebrar el Tiempo de Pascua y Pentecostés Tiempos especiales Tiempo Ordinario Mártires y Apóstoles Adviento y Cuaresma Liturgia del Mes ABRIL 2024 Propio Propio Propio Propio Propio Propio Propio Propio 2.a semana 2.a semana 2.a semana 2.a semana 2.a semana 3.a semana 3.a semana 3.a semana 3.a semana 3.a semana 3.a semana 3.a semana 4.a semana 4.a semana 4.a semana 4.a semana Propio 4.a semana Propio 1.a semana 1.a semana 1.a semana L M M J V S D L M M J V S D L M M J V S D L M M J V S D L M 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 Octava de Pascua Octava de Pascua Octava de Pascua Octava de Pascua Octava de Pascua Octava de Pascua II de Pascua o de la Divina Misericordia La Anunciación del Señor Solemnidad San Martín Memoria libre III de Pascua IV de Pascua Santos Jorge y Adalberto Memoria libre San Fidel de Sigmaringa Memoria libre San Marcos, evangelista Fiesta Santo Toribio de Mogrovejo Fiesta V de Pascua Santa Catalina de Siena Mem. obligatoria San Pío V Memoria libre En camino con el Samaritano DIVES IN MISERICORDIA Reflexiones en el camino SUBLIMITAS ET MISERA HOMINIS Camino a la Misericordia del PADRE LAS OBRAS DE MISERICORDIA Un Jesús jovial¡Díselo a todos! Imágenes, colores y tamaños referenciales. Libros del P. David Pacheco Neyra, OFM Cap. LIBROS PARA INTERIORIZAR EN LA MISERICORDIA DEL PADRE Libros y otros materiales que nos ayudarán a prepararnos para el tiempo Pascual Cómo celebrar el Tiempo de Pascua y Pentecostés ABRIL 2024 TEXTOS PARA LA MISA DE CADA DÍA Ciclo B N.º 160 abril 4 Título: Palabra y Eucaristía (Ciclo B) Autor: Equipo Paulinas Editorial: Paulinas ISSN: 2220-0290 Año de publicación: Noviembre 2023 Impresión: VIP impresiones en general S.R.L. Comentarios diarios: Andréz García Vásquez Comentarios dominicales: adaptados del libro Escucharte es una fiesta. Las lecturas dominicales explicadas a la comunidad - Ciclo B del P. Fernando Armellini. Curso bíblico: Andréz García Vásquez Diagramación: Pressila Suchiang, fsp Diseño, portada y publicidad: Walter Mera Foto de la carátula: Shutterstock Editado por: © Conferencia Episcopal Peruana Jr. Estados Unidos 838, Jesús María Teléf.: 463-1010 © Asociación Hijas de San Pablo Jr. Callao 198, Lima, Perú. Teléf.: 427-8276 E-mail: editorial@paulinas.org.pe TEXTOS UTILIZADOS Los textos de la liturgia de Palabra y Eu- caristía son aprobados por la Conferencia Episcopal Peruana y adaptados al nuevo Misal Romano. CENTROS DE DIFUSIÓN PERÚ https://libreriapaulinasonline.com 993317442 LIMA: Jr. Callao 198 / Teléfonos: 427-8276 / 946763442 / librerialima@paulinas.org.pe San Isidro: Av. Víctor A. Belaúnde 121-129 Teléfonos: 222-2831 / 989594338 libreriasisidro@paulinas.org.pe AREQUIPA: Calle Jerusalén 122 / Teléfonos: (054) 313132 / 989594339 libreriarequipa@paulinas.org.pe CAJAMARCA: Jr. Amalia Puga 937 Teléfonos: (076) 343958 / 989391492 libreriacajamarca@paulinas.org.pe IQUITOS: Jr. Arica 230 / Celular: 989594337 libreriaiquitos@paulinas.org.pe PIURA: Calle Cuzco 653 / Teléfonos: (073) 320743/ 987507842 / libreriapiura@paulinas.org.pe PUNO: Conde de Lemos 220 Teléfonos: (051) 363825 / 989191417 libreriapuno@paulinas.org.pe TACNA: Calle Patricio Meléndez 415 Teléfonos: (052) 426807 / 989191416 libreriatacna@paulinas.org.pe BOLIVIA COCHABAMBA: Calle Nataniel Aguirre O-349 Teléfonos: 4251180 / 67409983 libreriacbba@paulinas.org.bo LA PAZ: Calle Loayza 143 / Teléfonos: 2316263 73749676 / librerialapaz@paulinas.org.bo SANTA CRUZ: Calle Ballivián 47, entre Chuquisaca y René Moreno / Teléfono: 67409836 libreriastacruz@paulinas.org.bo PUERTO RICO Av. Roosevelt 174, Hato Rey 00925 / Teléf.: 763-5441 LIMA: Jr. Estados Unidos 838, Jesús María Teléfono: 4631010 epiconsa@iglesiacatolica.org.pe CHICLAYO: Av. Manuel María Izaga 766 / Teléf.: (074) 270913 / epiconsa@iglesiacatolica.org.pe Valoremos la santidad: San Estanislao, pág. 64 San Martín I, pág. 71 San Marcos, evangelista, pág. 116 Curso Bíblico: Lección 13: Cristo, cabeza del cosmos. Colosenses y 2 Tesalonicenses, pág. 139 marzo 5 Lunes 1 de abril OCTAVA DE PASCUA Propio del Salterio - Blanco Monición general Según narra san Lucas en el libro de los Hechos, el acontecimiento de Pentecostés marcó el inicio de la vida misionera de los primeros discípulos de Jesús. Fortalecidos por el Espíritu, abandonan todo temor, y, llenos de valentía, se lanzan a anunciar la gran noticia de que el Crucificado vive. El evangelio, por su parte, nos presenta dos actitudes contrapuestas ante la presencia de Jesús resucitado. Mientras que para unos es una gran noticia, la realización de sus esperanzas; otros se atemorizan y maquinan cómo sembrar dudas. Señor Jesús, permite que, fortalecidos por la luz de tu resurrección, testimoniemos tu Evangelio con valentía. Antífona de entrada Ex 13, 5.9 El Señor ha resucitado de entre los muertos, como lo había dicho; alegrémonos y regocijémonos todos, porque reina para siempre. Aleluya. Se dice el gloria. Oración colecta Señor Dios, que haces crecer a tu Iglesia, dándole siempre nuevos hijos, concede a tus siervos vivir el sacramento que reci- bieron con fe. Por nuestro Señor Jesucristo. Primera lectura Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 2, 14.22-33 El día de Pentecostés, Pedro, poniéndose en pie junto con los Once, levantó su voz y con toda solemnidad declaró: «Ju- díos y vecinos todos de Jerusalén, entérense bien y escuchen atentamente mis palabras. Israelitas, escuchen estas palabras: a Jesús el Nazareno, varón acreditado por Dios ante ustedes con los milagros, prodigios y signos que Dios realizó por medio de abril 6 1 LUNES Él, como ustedes mismo saben, a este, entregado conforme el plan que Dios tenía establecido y previsto, ustedes lo mataron, clavándolo a una cruz por manos de hombres inicuos. Pero Dios lo resucitó, librándolo de los dolores de la muerte, por cuanto no era posible que esta lo retuviera bajo su dominio, pues David dice, refiriéndose a Él: “Veía siempre al Señor delante de mí, pues está a mi derecha para que no vacile. Por eso, se me alegró el corazón, exultó mi lengua, y hasta mi carne descansará esperan- zada. Porque no me abandonarás en el lugar de los muertos, ni dejarás que tu Santo experimente corrupción. Me has enseñado senderos devida, me saciarás de gozo con tu rostro”. Hermanos, permítanme hablarles con franqueza: el patriarca David murió y lo enterraron, y su sepulcro está entre nosotros hasta el día de hoy. Pero como era profeta y sabía que Dios “le había jurado con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo, previén- dolo, habló de la resurrección del Mesías cuando dijo que “no lo abandonará en el lugar de los muertos” y que “su carne no experimentará corrupción”. A este Jesús lo resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Exaltado, pues, por la diestra de Dios y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, lo he derramado. Esto es lo que están viendo y oyendo». V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. Salmo responsorial Sal 15, 1-2.5.7-11 R. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien». El Señor es la parte de mi herencia y mi copa; mi suerte está en tu mano.R. Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con Él a mi derecha no vacilaré.R. I semana de Pascua Propio del Salterio abril 7 Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa esperanzada. Porque no me abandonarás en la región de los muertos ni dejarás a tu fiel ver la corrupción.R. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha.R. Secuencia (opcional) Aclamación antes del Evangelio Sal 117, 24 Aleluya. Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya. Lectura del santo Evangelio según san Mateo 28, 8-15 R. Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; llenas de miedo y de alegría corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «Alégrense». Ellas se acercaron, le abrazaron los pies y se postra- ron ante Él. Jesús les dijo: «No teman: vayan a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán». Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles: «Digan que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras ustedes dormían. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo ganaremos y los sacaremos de apuros». Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy. V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús. 1LUNES Octava de Pascua abril 8 Oración sobre las ofrendas Recibe propicio, Señor, las ofrendas de tu pueblo, para que, renovado por la confesión de tu nombre y por el Bautismo, alcance la eterna bienaventuranza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Antífona de comunión Rm 6, 9 Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre Él. Aleluya. Oración después de la comunión Te pedimos, Señor, que la gracia del misterio pascual colme totalmente nuestro espíritu, para que hagas dignos de tus dones a quienes concediste entrar en el camino de la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 1 LUNES I semana de Pascua Propio del Salterio Es Pascua, que significa «paso», porque en Jesús se realizó el paso decisivo de la hu- manidad: de la muerte a la vida, del pecado a la gracia, del miedo a la confianza, de la desolación a la comunión, —en particular para los enfermos y los pobres, para los ancianos y los que están atravesando momentos de prueba y dificultad—, un paso de la tribulación a la consolación. No estamos solos, Jesús, el Viviente, está con nosotros para siempre. Que la Iglesia y el mundo se alegren, porque nuestra esperanza ya no se estrella contra el muro de la muerte; el Señor nos ha abierto un puente hacia la vida. Papa Francisco abril 9 Martes 2 de abril OCTAVA DE PASCUA Propio del Salterio - Blanco Monición general Cuando hay apertura, la Palabra de Dios no nos deja indiferentes. Así ocurre con la multitud que oye a Pedro y a los demás apóstoles anunciar la Buena Noticia del Resucitado. Ese día muchos dejaron entrar a Cristo en sus corazones. El evangelio de hoy nos presenta la fuerza que posee la Palabra de Jesús. Al escuchar su nombre en boca del Maestro, María Magdalena, la primera testigo de la resurrección, abre sus ojos y, por fin, da el salto de la fe: reconoce junto a ella al Resucitado. Gracias, Padre de bondad, porque en tu Hijo nos has manifestado que tú te pones de parte de los que sufren. Antífona de entrada Eclo 15, 3-4 Les dio a beber agua de sabiduría; si se apoyan en ella, no vacilarán; los ensalzará para siempre. Aleluya. Se dice el gloria. Oración colecta Oh, Dios, que nos entregaste los auxilios pascuales, continúa favoreciendo a tu pueblo con estos dones celestes, para que, habiendo alcanzado la libertad verdadera, pueda gozar en el cielo de la alegría que ya ha empezado a gustar en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo. Primera lectura Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 2, 36-41 El día de Pentecostés, decía Pedro a los judíos: «Con toda segu- ridad conozca toda la casa de Israel que, al mismo Jesús, a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha constituido Señor y Mesías». Al oír esto, se les traspasó el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles: «¿Qué tenemos que hacer, hermanos?». Pedro abril 10 les contestó: «Conviértanse y sea bautizado cada uno de ustedes en el nombre de Jesús, el Mesías, para perdón de sus pecados, y recibirán el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para ustedes y para sus hijos, y para los que están lejos, para cuantos llame a sí el Señor Dios nuestro». Con estas y otras muchas razo- nes dio testimonio y los exhortaba diciendo: «Sálvense de esta ge- neración perversa». Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día fueron agregadas unas tres mil personas. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. Salmo responsorial Sal 32, 4-5.18-20.22 R. La misericordia del Señor llena la tierra. La palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; Él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra.R. Los ojos del Señor están puestos en quien lo temen, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre.R. Nosotros aguardamos al Señor: Él es nuestro auxilio y escudo. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo espe- ramos de ti.R. Secuencia (opcional) Aclamación antes del Evangelio Sal 117, 24 Aleluya. Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya. Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 11-18 R. Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, estaba María fuera, junto al sepulcro, llo- rando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntan: «Mu- 2 MARTES I semana de Pascua Propio del Salterio abril 11 jer, ¿por qué lloras?». Ella contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto». Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?». Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré». Jesús le dice: «¡María!». Ella se vuelve y le dice. «¡Rabbuní!», que significa: «¡Maestro!». Jesús le dice: «No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, anda, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre de ustedes, al Dios mío y Dios de ustedes”». María la Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto». V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti,Señor Jesús. Oración sobre las ofrendas Acoge, Señor, con bondad, las ofrendas de tu familia, para que, bajo tu protección, no pierda los dones ya recibidos y alcan- ce los eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Antífona de comunión Col 3, 1-2 Si han resucitado con Cristo, busquen los bienes de allá arri- ba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspiren a los bienes de arriba. Aleluya. Oración después de la comunión Escúchanos, Dios todopoderoso, y para merecer la felicidad eterna, prepara los corazones de tu familia a la que otorgaste la gracia incomparable del Bautismo. Por Jesucristo, nuestro Señor. MARTES 2Octava de Pascua abril 12 Miércoles 3 de abril OCTAVA DE PASCUA Propio del Salterio - Blanco Monición general El anuncio de la Buena Noticia se concretiza con obras semejan- tes a las que realizaba Jesús. En el templo de Jerusalén, los apósto- les Pedro y Juan conceden a una persona lisiada un don mayor que unas monedas de oro o plata; le despiertan el don de la fe y entonces recobra la movilidad de su cuerpo y de su vida. Una parálisis similar experimentaban los discípulos luego de la crucifixión de Jesús. Desilu- sionados, vacíos de toda esperanza, dos de ellos deciden abandonarlo todo y retornar a su vida anterior. Sin embargo, Jesús resucitado sale a su encuentro y restablece en ellos la llama de la fe. Aviva, Señor, también en nosotros el fuego de la fe y la confianza en ti para que sepamos ser tus testigos en el mundo actual. Antífona de entrada Mt 25, 34 Vengan ustedes, benditos de mi Padre; hereden el Reino pre- parado para ustedes desde la creación del mundo. Aleluya. Se dice el gloria. Oración colecta Oh, Dios, que todos los años nos alegras con la solemnidad de la resurrección del Señor, concédenos, propicio, llegar a la alegría eterna mediante las fiestas que celebramos en el tiempo. Por nuestro Señor Jesucristo. Primera lectura Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 3, 1-10 En aquellos días, Pedro y Juan subían al templo, a la oración de la hora nona, cuando vieron traer a cuestas a un lisiado de nacimiento. Solían colocarlo todos los días en la puerta del templo llamada «Hermosa, para que pidiera limosna a los que entraban. Al ver entrar en el templo a Pedro y a Juan, les pidió limosna. Pedro, con Juan a su lado, se quedó mirándolo abril 13 y le dijo: «Míranos». Clavó los ojos en ellos, esperando que le darían algo. Pero Pedro le dijo: «No tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo Nazareno, levántate y anda». Y agarrándolo de la mano derecha lo incorporó. Al instante se le fortalecieron los pies y los tobillos, se puso en pie de un salto, echó a andar y entró con ellos en el templo por su pie, dando brincos y alabando a Dios. Todo el pueblo lo vio andando y alabando a Dios, y, al caer en la cuenta de que era el mismo que pedía limosna sentado en la puerta Hermosa del templo, quedaron estupefactos y desconcertados ante lo que le había sucedido. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. Salmo responsorial Sal 104, 1-4.6-9 R. Que se alegren los que buscan al Señor. Den gracias al Señor, invoquen su nombre, den a conocer sus hazañas a los pueblos. Cántenle al son de instrumentos, hablen de sus maravillas.R. Gloríense de su nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor. Recurran al Señor y a su poder, busquen continuamente su rostro.R. ¡Estirpe de Abrahán, su siervo; hijos de Jacob, su elegido! El Señor es nuestro Dios, Él gobierna toda la tierra.R. Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil generaciones; de la alianza sellada con Abrahán, del juramento hecho a Isaac.R. Secuencia (opcional) Aclamación antes del Evangelio Sal 117, 24 Aleluya. Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya. MIÉRCOLES 3Octava de Pascua abril 14 Lectura del santo Evangelio según san Lucas 24, 13-35 R. Gloria a ti, Señor. Aquel mismo día, el primero de la semana, dos de los dis- cípulos de Jesús iban caminando a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unos setenta estadios; iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: «¿Qué conversación es esa que traen mientras van de camino?». Ellos se detuvieron con aire entristecido. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le respondió: «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabe lo que ha pasado estos días?». Él les dijo: «¿Qué?». Ellos le contestaron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros je- fes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que Él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues habiendo ido muy de mañana al sepulcro, y no habiendo en- contrado su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a Él no lo vieron». Entonces Él les dijo: «¡Qué necios y torpes son para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías pade- ciera esto y entrara así en su gloria?». Y, comenzado por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a Él en todas las Escrituras. Llegaron cerca de la aldea adonde iban y Él simuló que iba a seguir caminando; pero ellos lo apremiaron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va 3 MIÉRCOLES I semana de Pascua Propio del Salterio abril 15 de caída». Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero Él desapareció de su vista. Y se dijeron el uno al otro: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?». Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: «Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón». Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían recono- cido al partir el pan. V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, las ofrendas de la redención humana y concé- denos, complacido, la salud del alma y del cuerpo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Antífona de comunión Lc 24, 35 Los discípulos reconocieron al Señor Jesús al partir el pan. Aleluya. Oración después de la comunión Liberados de la vieja condición de pecado, te pedimos, Señor, que la devota participación en el sacramento de tu Hijo nos transforme en nuevas criaturas. Por Jesucristo, nuestro Señor. MIÉRCOLES 3Octava de Pascua abril 16 Jueves 4 de abril OCTAVA DE PASCUA Propio del Salterio - Blanco Monición general La curación del paralítico, que leímos ayer, captó la atención del pueblo. ¿Era un milagro obrado por Pedro y Juan? Los apóstoles los orientarán para que vean de dónde proviene y los encaminan hacia la fe en el Resucitado. El evangelio también nos presenta una escena similar. En la comunidad de discípulos, solo algunos se habían encontrado con el Resucitado. Pero, ahora, Jesús se aparece a toda la comunidad y consolida su débil fe. Entonces, son capaces de ser testigos suyos en el mundo entero. Señor Jesús, alimenta nuestra fe con la fuerza de tu Espíritu para que sepamos ser testigos tuyos en la cotidianeidad de la vida. Antífona de entrada Sb 10, 20-21 Celebraron a coro tu mano vencedora, Señor, porque la sabi- duría abrió la boca de los mudos y soltó la lenguade los niños. Aleluya. Se dice el gloria. Oración colecta Oh, Dios, que has reunido pueblos diversos en la confesión de tu nombre, concede a los que han renacido en la fuente bau- tismal, una misma fe en su espíritu y un mismo amor en sus obras. Por nuestro Señor Jesucristo. Primera lectura Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 3, 11-26 En aquellos días, mientras el paralítico curado seguía aún con Pedro y Juan, todo el pueblo, asombrado, acudió corriendo al pórtico llamado de Salomón, donde estaban ellos. Al verlo, Pe- dro dirigió la palabra a la gente: «Israelitas, ¿por qué se admiran abril 17 de esto? ¿Por qué nos miran como si hubiéramos hecho andar a este con nuestro propio poder o virtud? El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que ustedes entregaron y de quien renegaron ante Pilato, cuando había decidido soltarlo. Ustedes renegaron del Santo y del Justo, y pidieron el indulto de un asesino; mataron al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos de ello. Por la fe en su nombre, este, que ven aquí y que conocen, ha recobrado el vigor por medio de su nombre; la fe que viene por medio de Él le ha restituido completamente la salud, a la vista de todos ustedes. Ahora bien, hermanos, sé que lo hicieron por ignorancia, al igual que sus autoridades; pero Dios cumplió de esta manera lo que había predicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer. Por tanto, arrepiéntanse y conviértanse, para que se borren sus pecados; para que vengan tiempos de consuelo de parte de Dios, y envíe a Jesús, el Mesías que les estaba destinado, al que debe recibir el cielo hasta el tiempo de la restauración universal, de la que Dios habló desde antiguo por boca de sus santos pro- fetas. Moisés dijo: “El Señor Dios de ustedes hará surgir de entre sus hermanos un profeta como yo: escúchenle todo lo que les diga; y quien no escuche a ese profeta será excluido del pueblo”. Y, desde Samuel en adelante, todos los profetas que hablaron anunciaron también estos días. Ustedes son los hijos de los profetas, los hijos de la alianza que hizo Dios con sus padres, cuando le dijo a Abrahán: “En tu descendencia serán bendecidas todas las familias de la tierra”. Dios resucitó a su Siervo y se lo envía en primer lugar a ustedes para que les traiga la bendición, apartándolos a cada uno de sus maldades». V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. JUEVES 4Octava de Pascua abril 18 Salmo responsorial Sal 8, 2.5-9 R. Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra! Señor, dueño nuestro, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder?R. Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies.R. Rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar, que trazan sendas por el mar.R. Secuencia (opcional) Aclamación antes del Evangelio Sal 117, 24 Aleluya. Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya. Lectura del santo Evangelio según san Lucas 24, 35-48 R. Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, los discípulos de Jesús contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando Él se presentó en medio de ellos y les dice: «Paz a ustedes». Pero ellos, aterrorizados y llenos de miedo, creían ver un espíritu. Y Él les dijo: «¿Por qué se alarman?, ¿por qué surgen dudas en su cora- zón? Miren mis manos y mis pies: soy yo en persona. Pálpenme y dense cuenta de que un espíritu no tiene carne y huesos, como ven que yo tengo». Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Pero como no acababan de creer por la alegría, y seguían atóni- tos, les dijo: «¿Tienen ahí algo de comer?». Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: «Esto es lo que les dije mientras estaba con ustedes: que era 4 JUEVES I semana de Pascua Propio del Salterio abril 19 necesario que se cumpliera todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí». Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y les dijo: «Así está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Ustedes son testigos de esto». V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús. Oración sobre las ofrendas Recibe, Señor, en tu bondad las ofrendas que te presentamos con gratitud por los nuevos bautizados, y para apresurar la ayuda del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Antífona de comunión 1 P 2, 9 Pueblo adquirido por Dios, anuncien las proezas del que los llamó de las tinieblas a su luz maravillosa. Aleluya. Oración después de la comunión Escucha, Señor, nuestras oraciones para que el santo intercam- bio de nuestra redención nos sostenga durante la vida presente y nos dé las alegrías eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor. JUEVES 4Octava de Pascua L os apóstoles, que vieron con los propios ojos al Cristo resucitado, no podían callar su ex- traordinaria experiencia. Él se había mostrado a ellos para que la verdad de su resurrección llegara a todos mediante su testimonio. Cada bautizado está llamado a dar testimonio, con las palabras y con la vida, de que Jesús ha resucitado, que Jesús está vivo y presente en medio de nosotros. Papa Francisco abril 20 Viernes 5 de abril OCTAVA DE PASCUA Propio del Salterio - Blanco Monición general La apertura del pueblo contrasta con la dureza de corazón de las autoridades. Unos días atrás habían dado muerte a Jesús y ahora intentan también reprimir a su comunidad de discípulos para aca- llarlos. Sin embargo, los apóstoles les demuestran cuánto puede la fuerza del Espíritu. En el evangelio, los discípulos retoman sus actividades cotidianas en Galilea. Sin embargo, allí también les sale a su encuentro el Resucitado, los reconforta y confirma la misión para la que los ha elegido. Padre santo, muchas son nuestras debilidades, pero confiamos en que, fortalecidos por ti, podremos llevar adelante la misión que nos has confiado. Antífona de entrada Sal 77, 53 El Señor condujo a su pueblo a un lugar seguro, mientras el mar cubría a sus enemigos. Aleluya. Se dice el gloria. Oración colecta Dios todopoderoso y eterno, que por el misterio pascual has restablecido tu alianza con los hombres, concédenos imitar en la vida lo que celebramos en la fe. Por nuestro Señor Jesucristo. Primera lectura Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 1-12 En aquellos días, mientras Pedro y Juan hablaban al pueblo, después de que el paralítico fuese sanado, se les presentaron los sacerdotes, el jefe de la guardia del templo y los saduceos, indignados de que enseñaran al pueblo y anunciaran en Jesús la resurrección de los muertos. Los apresaron y los metieron en la cárcel hasta el día siguiente, pues ya era tarde. Muchos de los que habían oído el discurso creyeron; eran unos cinco mil hombres. abril 21 Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, junto con el sumo sacerdote Anás, y con Caifás y Alejandro, y los demás que eran familia de sumos sacerdotes. Hicieron comparecer en medio de ellos a Pedro y a Juan y se pusieron a interrogarlos: «¿Con qué poder o en nombre de quién han hecho eso ustedes?». Entonces Pedro, lleno de Espíritu Santo, les dijo: «Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogan ustedes hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; quede bien claro a todos ustedes y a todo Israel que ha sido el Nombre de Jesucristo el Nazareno, a quien ustedes crucificarony a quien Dios resucitó de entre los muertos; por este Nombre, se presenta este sano ante ustedes. Él es “la piedra que desecharon ustedes, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular”; no hay salvación en ningún otro, pues bajo el cielo no se ha dado a los hombres otro nombre por el cual nosotros podamos salvarnos». V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. Salmo responsorial Sal 117, 1-2.4.22-27 R. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su mise- ricordia. Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. Digan los que temen al Señor: eterna es su misericordia.R. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angu- lar. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. Este es el día que hizo el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.R. Señor, danos la salvación; Señor, danos prosperidad. Bendito el que viene en nombre del Señor, los bendecimos desde la casa del Señor; el Señor es Dios, Él nos ilumina.R. VIERNES 5Octava de Pascua abril 22 Secuencia (opcional) Aclamación antes del Evangelio Sal 117 Aleluya. Este es el día que hizo el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya. Lectura del santo Evangelio según san Juan 21, 1-14 R. Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, apodado el Mellizo; Natanael, el de Caná de Galilea; los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar». Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo». Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la ori- lla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: «Muchachos, ¿tienen pescado?». Ellos contestaron: «No». Él les dice: «Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán». La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo a quien Jesús amaba le dice a Pedro: «Es el Señor». Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos doscientos codos, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: «Traigan de los peces que acaban de coger». Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: «Vamos, almuercen». Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el 5 VIERNES I semana de Pascua Propio del Salterio abril 23 pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos después de resucitar de entre los muertos. V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús. Oración sobre las ofrendas Realiza, Señor, en nosotros lo que significa el intercambio de esta ofrenda pascual, para que pasemos del apego a las co- sas de la tierra, al deseo de los bienes del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Antífona de comunión Jn 21, 12-13 Jesús dijo a sus discípulos: «Vamos, desayunen». Y tomó el pan y se lo dio. Aleluya. Oración después de la comunión Guarda, Señor, con tu amor constante a los que has salvado, para que los redimidos por la pasión de tu Hijo se alegren con su resurrección. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. 5VIERNES Octava de Pascua L a presencia de Jesús resucitado transforma todas las cosas: la oscuridad es vencida por la luz, el trabajo inútil es nuevamente fructuoso y prometedor, el sentido de cansancio y de abando- no deja espacio a un nuevo impulso y a la certeza de que Él está con nosotros. Papa Francisco abril 24 Sábado 6 de abril OCTAVA DE PASCUA Propio del Salterio - Blanco Monición general Las autoridades judías se sienten desconcertadas por la valentía y elocuencia de unos campesinos sin instrucción, como lo eran la mayoría de los primeros discípulos. ¿Qué había pasado para semejante cambio? Pedro y Juan nos muestran cómo el poder, con frecuencia, se ve impotente frente a la fuerza que proviene de Dios. El evangelio, en cambio, relata las dificultades que, al inicio, tuvie- ron los discípulos para acoger la gran noticia de que Jesús estaba vivo. Así que será Jesús mismo quien confirme la fe de los discípulos con su aparición en medio de la comunidad. Señor Jesús, con frecuencia, nos cuesta reconocer tu presencia viva entre nosotros, por eso, fortalece nuestra fe. Antífona de entrada Sal 104, 43 El Señor sacó a su pueblo con alegría, a sus escogidos con gritos de triunfo. Aleluya. Se dice el gloria. Oración colecta Oh, Dios, que no cesas de aumentar con la abundancia de tu gracia el número de los pueblos que creen en ti, mira con amor a tus elegidos, para que los renacidos en el Bautismo se revistan de la inmortalidad dichosa. Por nuestro Señor Jesucristo. Primera lectura Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 13-21 En aquellos días, los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, viendo la seguridad de Pedro y Juan, y notando que eran hombres sin letras ni instrucción, estaban sorprendidos. Reconocían que habían sido compañeros de Jesús, pero, viendo de pie junto a ellos al hombre que había sido curado, no en- abril 25 contraban respuesta. Les mandaron salir fuera del Sanedrín y se pusieron a deliberar entre ellos, diciendo: «¿Qué haremos con estos hombres? Es evidente que todo Jerusalén conoce el milagro realizado por ellos, no podemos negarlo; pero, para evitar que se siga divulgando, les prohibiremos con amenazas que vuelvan a hablar a nadie de ese nombre». Y habiéndolos llamado, les pro- hibieron severamente predicar y enseñar en el nombre de Jesús. Pero Pedro y Juan les replicaron diciendo: «¿Es justo ante Dios que les obedezcamos a ustedes más que a Él? Júzguenlo ustedes. Por nuestra parte no podemos menos de contar lo que hemos visto y oído». Pero ellos, repitiendo la prohibición, los soltaron, sin encontrar la manera de castigarlos a causa del pueblo, porque todos daban gloria a Dios por lo sucedido. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. Salmo responsorial Sal 117, 1.14-21 R. Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste. Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su mi- sericordia. El Señor es mi fuerza y mi energía, Él es mi salvación. Escuchen: hay cantos de victoria en las tiendas de los justos.R. «La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa». No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. Me castigó, me castigó el Señor, pero no me entregó a la muerte.R. Ábranme las puertas de la salvación, y entraré para dar gracias al Señor. Esta es la puerta del Señor: los vencedores entrarán por ella. Te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación.R. Secuencia (opcional) Aclamación antes del Evangelio Sal 117 Aleluya. Este es el día que hizo el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya. 6SÁBADO Octava de Pascua abril 26 Lectura del santo Evangelio según san Marcos 16, 9-15 R. Gloria a ti, Señor. Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando. Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron. Después se apareció en figura de otro a dos de ellos que iban caminando al campo. También ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero no les creyeron. Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado.Y les dijo: «Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio a toda la creación». V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús. Oración sobre las ofrendas Concédenos, Señor, alegrarnos siempre por estos misterios pascuales, y que la actualización continua de tu obra redentora sea para nosotros fuente de gozo incesante. Por Jesucristo, nuestro Señor. Antífona de comunión Ga 3, 27 Cuantos han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo. Aleluya. Oración después de la comunión Mira, Señor, con bondad a tu pueblo, y ya que has querido renovarlo con estos sacramentos de vida eterna, concédele llegar a la incorruptible resurrección de la carne que habrá de ser glori- ficada. Por Jesucristo, nuestro Señor. 6 SÁBADO I semana de Pascua Propio del Salterio 27 Domingo 07 de abril II DOMINGO DE PASCUA O DE LA DIVINA MISERICORDIA Propio del Salterio - Blanco «A los ocho días, llegó Jesús» Hch 4, 32-35; Sal 117, 2-4.16-18.22-24; 1 Jn 5, 1-6; Jn 20, 19-31 De la primera comunidad cristiana, los textos sagrados, particu- larmente Hechos de los Apóstoles, destaca su valentía en la predica- ción de la Palabra y la eficacia que esta tenía. Pero no era lo único, sus enseñanzas, como nos lo muestra la lectura de hoy, se basaban en un sólido testimonio de vida: Los discípulos tenían un solo corazón y una sola alma y nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo lo tenían en común (v. 32). La consecuencia de esto es previsible: No había entre ellos ningún necesitado (v. 34). Lucas no pretende dar cuenta tanto de una experiencia del pasa- do (la Iglesia de Jerusalén entre los años 30-40 d. C.). Su objetivo es delinear una página de catequesis que exprese los sentimientos y las relaciones fraternales que el Espíritu quiere establecer en una autén- tica comunidad cristiana. Cristo Resucitado no puede ser visto, pero la comunidad fraterna nacida del poder de su Espíritu es visible para todos. Allí radica el valor del testimonio en la comunidad cristiana. San Juan, en la segunda lectura, ratifica el mensaje de Hechos: el amor a Dios, la obediencia a sus mandatos se expresa en el amor a los hermanos. Nada de palabrerías, sino actitudes concretas. Quien ama a Aquel que lo ha creado, debe amar también a aquellos que son obra de sus manos, es decir, a los hermanos (v. 1). Si somos hijos de un mismo Padre, sea cual sea nuestro origen étnico, la religión que practiquemos o la cultura en la que hayamos nacido y crecido, todos somos amados por Dios y todos hemos sido llama- dos a derramar sobre el prójimo el amor recibido del Padre. No ama a Dios quien se desinteresa del ser humano. La religión, por tanto, no puede desligarse de la práctica del amor. abril 28 El pasaje del evangelio de hoy, por su parte, nos relata dos aparicio- nes de Jesús resucitado a su comunidad de discípulos. En la primera (vv. 19-23), Jesús dona su Espíritu a sus discípulos y, con Él, el poder de vencer las fuerzas del mal. En la segunda (vv. 24-31), se narra el famoso episodio de Tomás. Nos focalizaremos en este último. Tomás, tradicionalmente, ha sido presentado como paradigma de incredulidad. Incluso existe un dicho popular: «Eres incrédulo como Tomás». ¿Pero acaso solo él tuvo dudas mientras los demás dieron rápidamente el salto de la fe? Lo que pedía no estaba fuera de lugar, solo solicitaba ver lo que los demás habían visto. Además, si nos atenemos a los otros evangelios, nos enteramos que todos los discípulos tenían dudas al inicio. Según Marcos, por ejemplo, cuando Jesús se aparece a sus discípulos, los reprendió por su incredu- lidad y obstinación al no haber creído a los que lo habían visto resucitado (Mc 16, 14). ¿Por qué Juan entonces focaliza todas las dudas en un solo personaje? San Juan propone a Tomás como símbolo de las dificultades por las que atraviesa todo cristiano para llegar a la fe. Lo que él quiere enseñar a sus comunidades (y a nosotros) es que el Resucitado posee una vida que no es captada por nuestros sentidos, ni tocada con las manos, ni vista con los ojos; solo puede ser alcanzada por la fe. Y esto vale tam- bién para los apóstoles, a pesar de la experiencia única que tuvieron con el Resucitado. No se requiere la fe para aquello que se ha visto. La resurrección no es demostrable científicamente, pues pertenece a una realidad distinta: la realidad de Dios. Al final, Juan pone en boca de Tomás la más alta, la más sublime confesión de fe. Sus palabras delinean la meta final del itinerario de fe de los discípulos, el camino que nos invita a recorrer si atravesamos por medio de las dudas. Escanea el QR o digital el enlace para ver el video o PDF del comentario al evangelio de hoy: https://libreriapaulinasonline.com/lecturas_dominicales_b23.jsp 7 DOMINGO II domingo de Pascua Propio del Salterio abril 29 Monición general La alegría de la Pascua inunda nuestras celebraciones litúrgicas de estos días. ¿Cómo fue posible que los discípulos pasaran de la tristeza y dolor por la crucifixión y muerte del Maestro a anunciarlo con valentía como el Viviente? Declararse seguidor de un ajusticiado no era nada bien visto, pero ellos fueron capaces de dar ese salto. Todo comenzó, como vemos en el evangelio de hoy, a raíz del encuentro con Jesús resucitado. Su fe, sin embargo, no se basaba en simples declaraciones, sino en una forma de vida concreta. No solo atraían con su palabra, sino también con su ejemplo. He allí el llamado para todos nosotros. Señor, derrama tu Espíritu en nosotros para que nuestra vida haga presente tu rostro en el mundo. Antífona de entrada 4 Esd 2, 36-37 Alégrense en su gloria, dando gracias a Dios, que los ha llama- do al Reino celestial. Aleluya. Se dice el gloria. Oración colecta Dios de misericordia infinita, que reanimas, con el retorno anual de las fiestas de Pascua, la fe del pueblo a ti consagrado, acrecienta en nosotros los dones de tu gracia, para que todos comprendan mejor qué Bautismo nos ha purificado, qué Espí- ritu nos ha hecho renacer y qué sangre nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo. Primera lectura La vida cristiana no se basa solo en predicar o asumir determinadas ideas, sino, ante todo, en una forma de vida concreta, como nos lo presenta Lucas. ¡Escuchemos! Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 32-35 En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie consideraba como propio nada de lo que tenía. Con gran poder, los apóstoles daban 7DOMINGODomingo de la Divina Misericordia abril 30 testimonio de la resurrección del Señor Jesús; y todos gozaban de gran estima entre el pueblo. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. Salmo responsorial Sal 117, 2-4.16-18.22-24 R. Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. Diga la casa de Aarón: eterna es su misericordia. Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia.R. La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa. No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. Me castigó, me castigó el Señor, pero no me entregó a la muerte.R. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.R. Segunda lectura ¿De qué forma se concretiza nuestra fe en Dios y el amor que le profesamos? San Juan nos señala que la fe se demuestra en el trato con nuestro prójimo. ¡Escuchemos! Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 5, 1-6 Queridos hermanos: Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama al Padre, que da el ser, debe amar también a todo lo que ha nacidode Él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son una carga, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. 7 DOMINGO II domingo de Pascua Propio del Salterio abril 31 Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Este es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No solo con agua, sino con agua y con sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. Aclamación antes del Evangelio Jn 20, 29 Aleluya. Porque me has visto, Tomás, has creído —dice el Se- ñor—. Dichosos los que crean sin haber visto. Aleluya. Santo Evangelio La irrupción de Jesús resucitado en nuestras vidas derriba los te- mores y las dudas. Eso es lo que vivieron los primeros discípulos, y san Juan nos invita a realizar la misma experiencia. ¡Escuchemos! Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 19-31 R. Gloria a ti, Señor. Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en eso entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz 7DOMINGODomingo de la Divina Misericordia abril 32 a ustedes». Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo». Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo; a quienes ustedes perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengan, les quedan rete- nidos». Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no lo creo». A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a ustedes». Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo: aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!». Jesús le dijo: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que crean sin haber visto». Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos se han escrito para que crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre». V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús. Se dice el credo. Oración universal Hermanos, nos ha convocado la alegría de la Pascua: invo- quemos juntos a Dios para que su luz nos ilumine y así podamos vivir en la claridad de su presencia. Digamos: R. Te rogamos, óyenos 1. Para que Cristo resucitado mantenga unidos a los cristianos y demos testimonio de la resurrección con valor. Oremos al Señor.R. 7 DOMINGO II domingo de Pascua Propio del Salterio abril 33 2. Para que la Pascua de Cristo sea fecunda en su Iglesia y la comprometa más en la construcción de una sociedad más justa y más fraterna. Oremos al Señor.R. 3. Para que la victoria pascual nos ayude a vivir como hermanos y como hijos de Dios, venciendo todo tipo de discriminación. Oremos al Señor.R. 4. Para que la paz que trae el Resucitado disipe todo temor, an- gustia e inquietud de los corazones y comunidades. Oremos al Señor.R. 5. Para que quienes han dejado este mundo contemplen cara a cara a Dios. Oremos al Señor.R. Padre, tú que nos alegras con la resurrección de tu Hijo de entre los muertos y nos haces nacer de nuevo para una esperanza viva, escucha nuestras oraciones, y haz que tu paz sea nuestro gozo. Por Jesucristo nuestro Señor.R. Amén. Oración sobre las ofrendas Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo [y de los recién bautizados], para que, renovados por la confesión de tu nombre y por el Bautismo, consigamos la eterna bienaventuranza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Antífona de comunión Jn 20, 27 Trae tu mano y métela en el agujero de los clavos: y no seas incrédulo, sino creyente. Aleluya. Oración después de la comunión Concédenos, Dios todopoderoso, que el sacramento pascual recibido permanezca siempre en nuestros corazones. Por Jesu- cristo, nuestro Señor. 7DOMINGODomingo de la Divina Misericordia abril 34 Lunes 8 de abril LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR (S) Propio del Salterio - Blanco Monición general En medio de la alegría de la Pascua, celebramos hoy la solemnidad de la Anunciación del Señor, una fiesta en la que agradecemos a Dios por haberse hecho uno de nosotros. La liturgia de la Palabra nos muestra que este acontecimiento es el cumplimiento de las promesas de Dios anunciada por el profeta Isaías; y la carta a los Hebreos nos habla de la salvación que nos trae Cristo. Pero esto no habría sido posible sin el sí generoso de nuestra madre María, como lo relata san Lucas. Santa madre María, danos un corazón creyente como el tuyo para dejar entrar a tu Hijo en nuestras vidas. Antífona de entrada Hb 10, 5.7 El Señor, al entrar en el mundo, dice: «He aquí que vengo para hacer tu voluntad». Se dice el gloria. Oración colecta Oh, Dios, has querido que tu Verbo asumiera la verdad de la carne humana en el seno de la Virgen María, concédenos que cuantos confesamos a nuestro Redentor Dios y hombre merezca- mos ser partícipes también de su naturaleza divina. Por nuestro Señor Jesucristo. Primera lectura Lectura del libro de Isaías 7, 10-14; 8, 10b En aquel tiempo, el Señor habló a Acaz: «Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo». Respondió Acaz: «No la pido, no quiero tentar al Señor». Enton- ces dijo Isaías: «Escucha, casa de David: ¿No les basta cansar a los hombres, que cansan incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, les dará una señal. Miren: la virgen está encinta y da abril 35 a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”». V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. Salmo responsorial Sal 39, 7-11 R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad. Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído; no pides sacrificio expiatorio, entonces yo digo: «Aquí estoy».R. Como está escrito en mi libro: «Para hacer tu voluntad». Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas.R. He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios: Señor, tú lo sabes.R. No me he guardado en el pecho tu defensa, he contado tu fideli- dad y tu salvación, no he negado tu misericordia y tu lealtad ante la gran asamblea.R. Segunda lectura Lectura de la carta a los Hebreos 10, 4-10 Hermanos: Es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados. Por eso, cuando Cristo entró en el mundo dijo: «Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni víctimas expiato- rias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: “Aquí estoy, oh, Dios, para hacer tu voluntad”». Primero dice: «No quieres ni acep- tas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas expiatorias», que se ofrecen según la ley. Después añade: «Aquí estoy yo para hacer tu voluntad». Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. 8LUNESLa Anunciación del Señor Solemnidad abril 36 Aclamación antes del Evangelio Jn 1, 14ab Aleluya. La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria. Aleluya. Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38 R. Gloriaa ti, Señor. A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alé- grate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su Reino no tendrá fin». Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?». El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísi- mo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible». María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y la dejó el ángel. V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús. Se dice el credo. Oración universal Al celebrar hoy el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios en las entrañas de la Virgen María, oremos con fe diciendo: R. Mira a la Madre de tu Hijo y escúchanos. 8 LUNES II semana de Pascua Propio del Salterio abril 37 1. Por la Iglesia: para que, reviviendo los misterios de la redención, descubra la presencia de Dios en medio de su pueblo y desde Él transforme sus estructuras con un anuncio positivo de la liberación. Oremos al Señor.R. 2. Por el Papa Francisco y los que están comprometidos en el servicio pastoral: para que, llenos del gozo que envuelve el misterio de la Encarnación, manifiesten con sus vidas y decisiones la amplitud del Espíritu, la fuerza del amor y la vitalidad del triunfo de Cristo sobre la muerte y el pecado. Oremos al Señor.R. 3. Por todos los religiosos: para que María, la Virgen fiel, les alcance firmeza evangélica y haga que proclamen con sus vidas la salvación merecida por la sangre derramada por su Hijo en la cruz. Oremos al Señor.R. 4. Por los pobres, los marginados y todos los que sufren en el cuerpo o en el alma: para que experimenten la fuerza del Espíritu y Él los haga esperar contra toda desesperanza y se sientan confortados por Dios, que quiso ser uno de nosotros. Oremos al Señor.R. 5. Por los difuntos: para que Dios sea su posesión y felicidad eterna. Oremos al Señor.R. 6. Por los jóvenes: para que el sí de María avive en ellos el deseo de vivir en fidelidad el don de la vocación a la que hemos sido llamados. Oremos al Señor.R. Señor, que escogiste a María, la Virgen de Nazaret, para que fuera la Madre de tu Hijo único; escucha nuestras oraciones y haz que, siguiendo su ejemplo de fidelidad y entrega, recibamos de ti la gracia que necesitamos para no frustrar tu plan de salvación en nuestras vidas y en nuestra historia. Por Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén. 98LUNESLa Anunciación del Señor Solemnidad abril 38 Oración sobre las ofrendas Dios todopoderoso, dígnate aceptar los dones de tu Iglesia, para que se alegre al celebrar los misterios en esta solemnidad, pues reconoce que ha tenido su origen en la encarnación de tu Unigénito. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Prefacio: El misterio de la Encarnación En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. Porque la Virgen escuchó con fe, del mensajero celeste, que iba a nacer entre los hombres y a favor de los hombres, por la fuerza del Espíritu Santo que la cubrió con su sombra, aquel a quien llevó con amor en sus purísimas entrañas, para que se cumpliesen así, verdaderamente, las promesas hechas a los hijos de Israel, y se manifestara la esperanza de los pueblos que debía realizarse de modo inefable. Por Él, los coros de los ángeles adoran tu gloria eternamente, gozosos en tu presencia. Permítenos asociarnos a sus voces cantando con ellos tu alabanza: Santo, Santo, Santo… Antífona de comunión Is 7, 14 Miren: la Virgen está encinta, y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel. Oración después de la comunión Te pedimos, Señor, que confirmes en nuestros corazones los sacramentos de la verdadera fe, para que cuantos confesamos al Hijo concebido por la Virgen, Dios y hombre verdadero, merez- camos llegar a la alegría eterna por la fuerza de su resurrección salvadora. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8 LUNES II semana de Pascua Propio del Salterio abril 39 Martes 9 de abril II SEMANA DE PASCUA 2.ª semana del Salterio - Blanco Monición general La primera lectura nos presenta una escena sobre el ideal de comunidad cristiana. No es tanto el recuerdo nostálgico de un pasado glorioso que ya no volverá; es, más bien, un proyecto de vida al que la Iglesia de todos los tiempos debe aspirar. El evangelio, por su parte, nos presenta una sección del extenso diálogo entre Jesús y Nicodemo. Este último, como cualquiera de nosotros, debe abrirse a la fe para descubrir la nueva vida que proviene de lo alto. Señor, haznos nacer de nuevo mediante el don de tu Espíritu. Antífona de entrada Ap 19, 7.6 Alegrémonos y gocemos y démosle gracias, porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. Aleluya. Oración colecta Haznos capaces, Dios todopoderoso, de anunciar el poder de Cristo resucitado para que poseamos en plenitud los dones visibles que hemos recibido como prenda de los futuros. Por nuestro Señor Jesucristo. Primera lectura Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 32-37 El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma: nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía, pues lo poseían todo en común. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y se los miraba a todos con mucho agrado. Entre ellos no había necesitados, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero de lo vendido y lo ponían a los pies de los apóstoles; luego se distribuía a cada uno según lo que necesitaba. José, a quien los apóstoles abril 40 apellidaron Bernabé, que significa hijo de la consolación, que era levita y natural de Chipre, tenía un campo y lo vendió; llevó el dinero y lo puso a los pies de los apóstoles. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. Salmo responsorial Sal 92, 1-2.5 R. El Señor reina, vestido de majestad. El Señor reina, vestido de majestad; el Señor, vestido y ceñido de poder.R. Así está firme el orbe y no vacila. Tu trono está firme desde siem- pre, y tú eres eterno.R. Tus mandatos son fieles y seguros; la santidad es el adorno de tu casa, Señor, por días sin término.R. Aclamación antes del Evangelio Jn 3, 15 Aleluya. Tiene que ser elevado el Hijo del Hombre, para que todo el que cree en Él tenga vida eterna. Aleluya. Lectura del santo Evangelio según san Juan 3, 5a.7b-15 R. Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Tiene que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu». Nicodemo le preguntó: «¿Cómo puede suceder eso?». Le contestó Jesús: «¿Tú eres maestro en Israel, y no lo entiendes? En verdad, en verdad te digo: hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no reciben nuestro testimonio. Si les hablo de las cosas terrenas y no me creen, ¿cómo creerán si les hablo de las cosas celestiales? Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del Hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el 9 MARTES II semana de Pascua 2.a semana del Salterio abril 41 desierto, así tiene queser elevado el Hijo del Hombre, para que todo el que cree en Él tenga vida eterna». V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús. Oración sobre las ofrendas Concédenos, Señor, alegrarnos siempre por estos misterios pascuales y que la actualización continua de tu obra redentora sea para nosotros fuente de gozo incesante. Por Jesucristo, nuestro Señor. Antífona de comunión Lc 24, 46.26 Era necesario que el Mesías padeciera y resucitara de entre los muertos, para así entrar en su gloria. Aleluya. Oración después de la comunión Escucha, Señor, nuestras oraciones para que el santo intercam- bio de nuestra redención nos sostenga durante la vida presente y nos dé las alegrías eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor. 9MARTES E s precisamente el Espíritu quien nos cambia, quien viene de cualquier parte, como el vien- to»... «solamente el Espíritu es capaz de cambiar nuestra actitud, de cambiarnos, de cambiar la historia de nuestra vida, cambiar incluso nuestra pertenencia»... «el camino de la valentía cristiana es una gracia que da el Espíritu Santo» Papa Francisco abril 42 Miércoles 10 de abril II SEMANA DE PASCUA 2.ª semana del Salterio - Blanco Monición general Las hostilidades de los jefes del pueblo contra los apóstoles se incrementan, y ahora pasan a medidas de fuerza para atemorizarlos. Sin embargo, el Señor no abandona a los suyos y ellos mismos se rigen bajo un único criterio: obedecer a Dios por encima de cualquier autoridad humana. Por eso, ni rejas ni cadenas pueden detener el avance de la Buena Noticia. El pasaje del evangelio de hoy, por su parte, nos recuerda el sentido salvífico de la muerte de Jesús. A menudo, nos detenemos demasiado en los aspectos dolorosos de ese acontecimiento y nos olvidamos de su sentido profundo. ¿Qué rostro de Dios nos muestra Jesús desde su cruz? San Juan nos lo dice con claridad. Gracias, Padre de bondad, porque en tu Hijo Jesús nos has mostrado cuánto nos amas. Antífona de entrada Sal 17, 50; 21, 23 Te daré gracias entre las naciones, Señor; contaré tu fama a mis hermanos. Aleluya. Oración colecta Al celebrar un año más los misterios en los que la humanidad recibió la esperanza de la resurrección recuperando la dignidad original, invocamos, Señor, tu compasión, para que percibamos siempre en el amor lo que hemos celebrado con fe. Por nuestro Señor Jesucristo. Primera lectura Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 5, 17-26 En aquellos días, el sumo sacerdote y todos los suyos, que integran la secta de los saduceos, en un arrebato de celo, prendie- ron a los apóstoles y los metieron en la cárcel pública. Pero, por la noche, el ángel del Señor les abrió las puertas de la cárcel y los abril 43 sacó fuera, diciéndoles: «Márchense y, cuando lleguen al templo, expliquen al pueblo todas estas palabras de vida». Entonces ellos, al oírlo, entraron en el templo al amanecer y se pusieron a enseñar. Llegó entre tanto el sumo sacerdote con todos los suyos, convocaron el Sanedrín y el pleno de los ancianos de los hijos de Israel, y mandaron a la prisión para que los trajesen. Fueron los guardias, no los encontraron en la cárcel, y volvieron a infor- mar, diciendo: «Hemos encontrado la prisión cerrada con toda seguridad, y a los centinelas en pie a las puertas; pero, al abrir, no encontramos a nadie dentro». Al oír estas palabras, ni el jefe de la guardia del templo ni los sumos sacerdotes atinaban a explicarse qué había pasado. Uno se presentó, avisando: «Miren, los hom- bres que metieron en la cárcel están en el templo, enseñando al pueblo». Entonces el jefe salió con los guardias y se los trajo, sin emplear la fuerza, por miedo a que el pueblo los apedrease. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. Salmo responsorial Sal 33, 2-9 R. El afligido invocó al Señor, y Él lo escuchó. Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren.R. Proclamen conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias.R. Contémplenlo, y quedarán radiantes, su rostro no se avergon- zará. El afligido invocó al Señor, Él lo escuchó y lo salvó de sus angustias.R. El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gus- ten y vean qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a Él.R. 10MIÉRCOLES abril 44 Aclamación antes del Evangelio Jn 3, 16 Aleluya. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único, para que todos los que creen en Él tengan la vida eterna. Aleluya. Lectura del santo Evangelio según san Juan 3, 16-21 R. Gloria a ti, Señor. Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. El que cree en Él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios. Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios. V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús. Oración sobre las ofrendas Oh, Dios, que nos haces partícipes de tu única y suprema di- vinidad por el admirable intercambio de este sacrificio, concéde- nos alcanzar en una vida santa la realidad que hemos conocido en ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Antífona de comunión Jn 15, 16.19 Dice el Señor: «Yo los he escogido sacándolos del mundo y los he destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca». Aleluya. Oración después de la comunión Asiste, Señor, a tu pueblo y haz que pasemos del antiguo pecado a la vida nueva los que hemos sido alimentados con los sacramentos del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. 10 MIÉRCOLES II semana de Pascua 2.a semana del Salterio abril 45 11Jueves 11 de abril II SEMANA DE PASCUA San Estanislao (ML) - 2.ª semana del Salterio - Blanco Monición general La primera lectura nos narra un paso más en el enfrentamiento entre los apóstoles y las autoridades judías. Estas, amparadas en su poder, intentan de distintas formas impedir la predicación de los discípulos de Jesús. Sus intereses pesan más que cualquier posibilidad de escuchar la Palabra de Dios. Los apóstoles, por el contrario, no pueden callar lo que han visto y oído, como afirma el evangelio de hoy. La experiencia (el encuentro con el Resucitado) y la misión son inseparables. Derriba, Señor, las barreras que nos impiden abrirte las puertas de nuestra vida. Antífona de entrada Sal 67, 8-9 Oh, Dios, cuando salías al frente de tu pueblo, guiándolos y acampando con ellos, la tierra tembló, el cielo destiló. Aleluya. Oración colecta Oh, Dios, que estableciste el sacrificio pascual para la salva- ción del mundo, sé propicio a las súplicas de tu pueblo, para que Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote que intercede en favor nuestro, nos reconcilie por aquello que le asemeja a nosotros y nos absuelva en virtud de su igualdad contigo. Por nuestro Señor Jesucristo. Primera lectura Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 5, 27-33 En aquellos días, los apóstoles fueron conducidos a com- parecer ante el Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó, diciendo: «¿No les habíamos ordenado formalmente no ense- ñar en ese Nombre? En cambio, han llenado Jerusalén con su enseñanza y quieren hacernos responsables de la sangre de ese abril 46 hombre». Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes mataron, colgándolo de un madero. Dios lo ha exaltado con su diestra, haciéndolo jefe y salvador, paraotorgar a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que lo obedecen». Ellos, al oír esto, se consu- mían de rabia y trataban de matarlos. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. Salmo responsorial Sal 33, 2.9.17-20 R. El afligido invocó al Señor, y Él lo escuchó. Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca. Gusten y vean qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a Él.R. El Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias.R. El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. Aun- que el justo sufra muchos males, de todos lo libra el Señor.R. Aclamación antes del Evangelio Jn 20, 29 Aleluya. Porque me has visto, Tomás, has creído. Dichosos los que crean sin haber visto. Aleluya. Lectura del santo Evangelio según san Juan 3, 31-36 R. Gloria a ti, Señor. El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su 11 JUEVES II semana de Pascua 2.a semana del Salterio abril 47 testimonio certifica que Dios es veraz. El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él. V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús. Oración sobre las ofrendas Suban hasta ti, Señor, nuestras súplicas con la ofrenda del sa- crificio, para que, purificados por tu bondad, nos preparemos para el sacramento de tu inmenso amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Antífona de comunión Mt 28, 20 Sepan que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el final de los tiempos. Aleluya. Oración después de la comunión Dios todopoderoso y eterno, que en la resurrección de Jesucristo nos has renovado para la vida eterna, multiplica en nosotros los frutos del misterio pascual e infunde en nuestros corazones la fortaleza del alimento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. 11JUEVESSan Estanislao Memoria libre Si es verdad que Jesús nos resucitará al final de los tiempos, es también verdad que, en un aspecto, ya estamos resucitados con Él. ¡La Vida Eterna comienza ya en este momento! Papa Francisco abrilenero enero JUEVES 48 San Estanislao (1030-1079) Estanislao, cuyo nombre en polaco significa «gloria del Estado», fue uno de los predeceso- res del Papa Juan Pablo II en la más impor- tante sede arzobispal de Polonia, Cracovia, fundada en el año 1000. Nace alrededor del 1030 cerca de Cracovia en el seno de una familia noble. Realizados sus estudios con los benedictinos de su ciudad y luego en Lieja (Bélgica), se ordena sacerdote. Nombrado obispo de Cracovia en el 1072, comienza una obra reformadora con gran celo. Es un predicador incansable, un intrépido defensor de la libertad de la Iglesia y de la dignidad del hombre y un generoso padre de los pobres. Los problemas comienzan cuando Estanislao, al anteponer sus de- beres de pastor frente a la tolerancia con las maldades del rey Boles- lao II, su amigo, denuncia sus crueldades e injusticias. Amonesta al rey polaco, quien se había enamorado de una bella cortesana, para que honrara su compromiso de fidelidad con su respectiva esposa, pues su reprobable conducta sería un mal ejemplo para sus súbditos. La discordia con el obispo aumenta cuando Boleslao confisca los bienes eclesiásticos. Estanislao entonces excomulga al rey y este, como reacción, condena al obispo a muerte. Puesto que sus caballeros, impedidos por una fuerza misteriosa, rehúsan ejecutar la sentencia, el rey decide cumplirla personalmente. Mientras Estanislao celebra la misa en la iglesia de San Miguel, en Cracovia, el rey lo asalta y lo asesina ante el altar. Es el 11 de abril del 1079. Ante semejante fechoría, el pueblo se levanta y expulsa a Boleslao de su país. Estanislao es canonizado el 17 de agosto de 1253 en la basílica de San Francisco de Asís. Muy venerado en toda Polonia, es patrono de Cracovia. Tomado de M. Castelli, Los santos del año, vol. 2. Paulinas. Valoremos la santidad abril 49 Viernes 12 de abril II SEMANA DE PASCUA 2.ª semana del Salterio - Blanco Monición general Al fin aparece una voz prudente entre los miembros del Sanedrín. Un grupo de ellos quisiera decretar la muerte de los apóstoles, pero ¿lograrían así frenar el avance de la Buena Noticia? Las obras de los seres humanos son efímeras, como lo vemos con frecuencia; en cambio, las de Dios son perpetuas. El pasaje del evangelio de hoy, por su parte, nos narra el milagro del compartir. Frente a una multitud hambrienta, Jesús pone en marcha la solidaridad y la misericordia, que siempre alcanzan para todos. Señor, danos entrañas compasivas como las tuyas, para que no cerremos los ojos ante los necesitados. Antífona de entrada Ap 5, 9-10 Señor, con tu sangre has adquirido para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes. Aleluya. Oración colecta Oh, Dios, esperanza y luz de las almas sinceras, te pedimos humildemente que concedas a nuestros corazones realizar una plegaria digna de ti y que siempre te glorifiquemos con la ofren- da de nuestras alabanzas. Por nuestro Señor Jesucristo. Primera lectura Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 5, 34-42 En aquellos días, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, respetado por todo el pueblo, se levantó en el Sanedrín, mandó que sacaran fuera un momento a los apóstoles y dijo: «Israelitas, piensan bien lo que van a hacer con esos hombres. Hace algún tiempo se levantó Teudas, dándoselas de hombre importante, y se le juntaron unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, se dis- persaron todos sus secuaces y todo acabó en nada. Más tarde, en los días del censo, surgió Judas el Galileo, arrastrando detrás de abril 50 sí gente del pueblo; también pereció, y se disgregaron todos sus secuaces. En el caso presente, les digo: no se metan con esos hom- bres; suéltenlos. Si su idea y su actividad son cosa de hombres, se disolverá; pero, si es cosa de Dios, no lograrán destruirlos, y se expondrían a luchar contra Dios». Le dieron la razón y, habiendo llamado a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jesús, y los soltaron. Ellos, pues, salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Je- sús. Ningún día dejaban de enseñar, en el templo y por las casas, anunciando la Buena Noticia acerca del Mesías Jesús. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. Salmo responsorial Sal 26, 1.4.13-14 R. Una cosa pido al Señor: habitar en su casa. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?R. Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contem- plando su templo.R. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor.R. Aclamación antes del Evangelio Mt 4, 4 Aleluya. No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Aleluya. Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 1-15 R. Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del mar de Galilea o de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la 12 VIERNES II semana de Pascua 2.a semana del Salterio abril 51 Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos y, al ver que acudía mucha