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digital 04 PALABRA Y EUCARISTIA abril 2024

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Tiempos especiales Tiempo Ordinario Mártires y Apóstoles Adviento y Cuaresma
Liturgia del Mes ABRIL 2024
 Propio
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2.a semana
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Octava de Pascua
Octava de Pascua
Octava de Pascua
Octava de Pascua
Octava de Pascua
Octava de Pascua
II de Pascua o de la Divina Misericordia
La Anunciación del Señor Solemnidad
San Martín Memoria libre
III de Pascua
IV de Pascua
Santos Jorge y Adalberto Memoria libre
San Fidel de Sigmaringa Memoria libre
San Marcos, evangelista Fiesta
Santo Toribio de Mogrovejo Fiesta
V de Pascua
Santa Catalina de Siena Mem. obligatoria
San Pío V Memoria libre
 
En camino con el 
Samaritano
DIVES IN MISERICORDIA
Reflexiones
en el camino
SUBLIMITAS ET MISERA 
HOMINIS
Camino a la 
Misericordia del PADRE
LAS OBRAS DE 
MISERICORDIA
Un Jesús jovial¡Díselo a todos!
Imágenes, colores y tamaños referenciales.
Libros del P. David Pacheco Neyra, OFM Cap.
LIBROS PARA INTERIORIZAR EN LA MISERICORDIA DEL PADRE
Libros y otros materiales que nos ayudarán a 
prepararnos para el tiempo Pascual
Cómo celebrar el 
Tiempo de Pascua 
y Pentecostés
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Liturgia del Mes ABRIL 2024
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Octava de Pascua
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Octava de Pascua
Octava de Pascua
Octava de Pascua
II de Pascua o de la Divina Misericordia
La Anunciación del Señor Solemnidad
San Martín Memoria libre
III de Pascua
IV de Pascua
Santos Jorge y Adalberto Memoria libre
San Fidel de Sigmaringa Memoria libre
San Marcos, evangelista Fiesta
Santo Toribio de Mogrovejo Fiesta
V de Pascua
Santa Catalina de Siena Mem. obligatoria
San Pío V Memoria libre
 
En camino con el 
Samaritano
DIVES IN MISERICORDIA
Reflexiones
en el camino
SUBLIMITAS ET MISERA 
HOMINIS
Camino a la 
Misericordia del PADRE
LAS OBRAS DE 
MISERICORDIA
Un Jesús jovial¡Díselo a todos!
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Cómo celebrar el 
Tiempo de Pascua 
y Pentecostés
ABRIL
2024
TEXTOS PARA LA MISA DE CADA DÍA
Ciclo B N.º 160
abril
4 
Título: Palabra y Eucaristía (Ciclo B)
Autor: Equipo Paulinas
Editorial: Paulinas
ISSN: 2220-0290
Año de publicación: Noviembre 2023
Impresión: VIP impresiones en general S.R.L.
Comentarios diarios: Andréz García Vásquez
Comentarios dominicales: adaptados del 
libro Escucharte es una fiesta. Las lecturas 
dominicales explicadas a la comunidad - 
Ciclo B del P. Fernando Armellini. 
Curso bíblico: Andréz García Vásquez
Diagramación: Pressila Suchiang, fsp
Diseño, portada y publicidad: Walter Mera
Foto de la carátula: Shutterstock
Editado por:
© Conferencia Episcopal Peruana
Jr. Estados Unidos 838, Jesús María
Teléf.: 463-1010
© Asociación Hijas de San Pablo
Jr. Callao 198, Lima, Perú. 
Teléf.: 427-8276
E-mail: editorial@paulinas.org.pe
TEXTOS UTILIZADOS
Los textos de la liturgia de Palabra y Eu-
caristía son aprobados por la Conferencia 
Episcopal Peruana y adaptados al nuevo 
Misal Romano.
CENTROS DE DIFUSIÓN
PERÚ
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LIMA: Jr. Callao 198 / Teléfonos: 427-8276 /
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PUNO: Conde de Lemos 220
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Teléfono: 4631010 
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CHICLAYO: Av. Manuel María Izaga 766 / Teléf.: 
(074) 270913 / epiconsa@iglesiacatolica.org.pe
Valoremos la santidad:
San Estanislao, pág. 64
San Martín I, pág. 71
San Marcos, evangelista, pág. 116
Curso Bíblico: Lección 13: Cristo, cabeza 
del cosmos. Colosenses y 2 Tesalonicenses, 
pág. 139
marzo
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Lunes 1 de abril
OCTAVA DE PASCUA
Propio del Salterio - Blanco
Monición general
Según narra san Lucas en el libro de los Hechos, el acontecimiento 
de Pentecostés marcó el inicio de la vida misionera de los primeros 
discípulos de Jesús. Fortalecidos por el Espíritu, abandonan todo 
temor, y, llenos de valentía, se lanzan a anunciar la gran noticia de que 
el Crucificado vive. 
El evangelio, por su parte, nos presenta dos actitudes contrapuestas 
ante la presencia de Jesús resucitado. Mientras que para unos es una 
gran noticia, la realización de sus esperanzas; otros se atemorizan y 
maquinan cómo sembrar dudas.
Señor Jesús, permite que, fortalecidos por la luz de tu resurrección, 
testimoniemos tu Evangelio con valentía. 
Antífona de entrada Ex 13, 5.9
El Señor ha resucitado de entre los muertos, como lo había 
dicho; alegrémonos y regocijémonos todos, porque reina para 
siempre. Aleluya.
Se dice el gloria.
Oración colecta
Señor Dios, que haces crecer a tu Iglesia, dándole siempre 
nuevos hijos, concede a tus siervos vivir el sacramento que reci-
bieron con fe. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura 
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 2, 14.22-33
El día de Pentecostés, Pedro, poniéndose en pie junto con 
los Once, levantó su voz y con toda solemnidad declaró: «Ju-
díos y vecinos todos de Jerusalén, entérense bien y escuchen 
atentamente mis palabras. Israelitas, escuchen estas palabras: a 
Jesús el Nazareno, varón acreditado por Dios ante ustedes con 
los milagros, prodigios y signos que Dios realizó por medio de 
abril
6 
1 LUNES
Él, como ustedes mismo saben, a este, entregado conforme el 
plan que Dios tenía establecido y previsto, ustedes lo mataron, 
clavándolo a una cruz por manos de hombres inicuos. Pero Dios 
lo resucitó, librándolo de los dolores de la muerte, por cuanto 
no era posible que esta lo retuviera bajo su dominio, pues David 
dice, refiriéndose a Él: “Veía siempre al Señor delante de mí, pues 
está a mi derecha para que no vacile. Por eso, se me alegró el 
corazón, exultó mi lengua, y hasta mi carne descansará esperan-
zada. Porque no me abandonarás en el lugar de los muertos, ni 
dejarás que tu Santo experimente corrupción. Me has enseñado 
senderos devida, me saciarás de gozo con tu rostro”. Hermanos, 
permítanme hablarles con franqueza: el patriarca David murió 
y lo enterraron, y su sepulcro está entre nosotros hasta el día de 
hoy. Pero como era profeta y sabía que Dios “le había jurado con 
juramento sentar en su trono a un descendiente suyo, previén-
dolo, habló de la resurrección del Mesías cuando dijo que “no 
lo abandonará en el lugar de los muertos” y que “su carne no 
experimentará corrupción”. A este Jesús lo resucitó Dios, de lo 
cual todos nosotros somos testigos. Exaltado, pues, por la diestra 
de Dios y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu 
Santo, lo he derramado. Esto es lo que están viendo y oyendo».
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. 
Salmo responsorial Sal 15, 1-2.5.7-11
R. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú 
eres mi bien». El Señor es la parte de mi herencia y mi copa; mi 
suerte está en tu mano.R.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye 
internamente. Tengo siempre presente al Señor, con Él a mi 
derecha no vacilaré.R.
I semana de Pascua
Propio del Salterio
abril
7 
Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi 
carne descansa esperanzada. Porque no me abandonarás en la 
región de los muertos ni dejarás a tu fiel ver la corrupción.R.
Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu 
presencia, de alegría perpetua a tu derecha.R.
Secuencia (opcional)
Aclamación antes del Evangelio Sal 117, 24
Aleluya. Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y 
nuestro gozo. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 28, 8-15
R. Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del 
sepulcro; llenas de miedo y de alegría corrieron a anunciarlo a 
los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: 
«Alégrense». Ellas se acercaron, le abrazaron los pies y se postra-
ron ante Él. Jesús les dijo: «No teman: vayan a comunicar a mis 
hermanos que vayan a Galilea; allí me verán». 
Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia 
fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo 
ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo 
y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles: «Digan 
que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras 
ustedes dormían. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros 
nos lo ganaremos y los sacaremos de apuros». Ellos tomaron el 
dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se 
ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy.
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús. 
1LUNES
Octava de Pascua
abril
8 
Oración sobre las ofrendas
Recibe propicio, Señor, las ofrendas de tu pueblo, para que, 
renovado por la confesión de tu nombre y por el Bautismo, 
alcance la eterna bienaventuranza. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Rm 6, 9 
Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere 
más; la muerte ya no tiene dominio sobre Él. Aleluya.
Oración después de la comunión
Te pedimos, Señor, que la gracia del misterio pascual colme 
totalmente nuestro espíritu, para que hagas dignos de tus dones 
a quienes concediste entrar en el camino de la salvación eterna. 
Por Jesucristo, nuestro Señor.
1 LUNES I semana de Pascua
Propio del Salterio
Es Pascua, que significa «paso», porque en 
Jesús se realizó el paso decisivo de la hu-
manidad: de la muerte a la vida, del pecado a la 
gracia, del miedo a la confianza, de la desolación 
a la comunión, —en particular para los enfermos 
y los pobres, para los ancianos y los que están 
atravesando momentos de prueba y dificultad—, 
un paso de la tribulación a la consolación. No 
estamos solos, Jesús, el Viviente, está con nosotros 
para siempre. Que la Iglesia y el mundo se alegren, 
porque nuestra esperanza ya no se estrella contra 
el muro de la muerte; el Señor nos ha abierto un 
puente hacia la vida.
Papa Francisco
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Martes 2 de abril
OCTAVA DE PASCUA
Propio del Salterio - Blanco
Monición general
Cuando hay apertura, la Palabra de Dios no nos deja indiferentes. 
Así ocurre con la multitud que oye a Pedro y a los demás apóstoles 
anunciar la Buena Noticia del Resucitado. Ese día muchos dejaron 
entrar a Cristo en sus corazones. 
El evangelio de hoy nos presenta la fuerza que posee la Palabra de 
Jesús. Al escuchar su nombre en boca del Maestro, María Magdalena, 
la primera testigo de la resurrección, abre sus ojos y, por fin, da el salto 
de la fe: reconoce junto a ella al Resucitado.
Gracias, Padre de bondad, porque en tu Hijo nos has manifestado 
que tú te pones de parte de los que sufren.
Antífona de entrada Eclo 15, 3-4
Les dio a beber agua de sabiduría; si se apoyan en ella, no 
vacilarán; los ensalzará para siempre. Aleluya.
Se dice el gloria.
Oración colecta
Oh, Dios, que nos entregaste los auxilios pascuales, continúa 
favoreciendo a tu pueblo con estos dones celestes, para que, 
habiendo alcanzado la libertad verdadera, pueda gozar en el 
cielo de la alegría que ya ha empezado a gustar en la tierra. Por 
nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura 
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 2, 36-41
El día de Pentecostés, decía Pedro a los judíos: «Con toda segu-
ridad conozca toda la casa de Israel que, al mismo Jesús, a quien 
ustedes crucificaron, Dios lo ha constituido Señor y Mesías». Al 
oír esto, se les traspasó el corazón, y preguntaron a Pedro y a los 
demás apóstoles: «¿Qué tenemos que hacer, hermanos?». Pedro 
abril
10 
les contestó: «Conviértanse y sea bautizado cada uno de ustedes 
en el nombre de Jesús, el Mesías, para perdón de sus pecados, y 
recibirán el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para 
ustedes y para sus hijos, y para los que están lejos, para cuantos 
llame a sí el Señor Dios nuestro». Con estas y otras muchas razo-
nes dio testimonio y los exhortaba diciendo: «Sálvense de esta ge-
neración perversa». Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, 
y aquel día fueron agregadas unas tres mil personas. 
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. 
Salmo responsorial Sal 32, 4-5.18-20.22
R. La misericordia del Señor llena la tierra.
La palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; Él 
ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra.R.
Los ojos del Señor están puestos en quien lo temen, en los que 
esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y 
reanimarlos en tiempo de hambre.R.
Nosotros aguardamos al Señor: Él es nuestro auxilio y escudo. 
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo espe-
ramos de ti.R.
Secuencia (opcional)
Aclamación antes del Evangelio Sal 117, 24
Aleluya. Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y 
nuestro gozo. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 11-18
R. Gloria a ti, Señor. 
En aquel tiempo, estaba María fuera, junto al sepulcro, llo-
rando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles 
vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, 
donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntan: «Mu-
2 MARTES I semana de Pascua
Propio del Salterio
abril
11 
jer, ¿por qué lloras?». Ella contesta: «Porque se han llevado a mi 
Señor y no sé dónde lo han puesto». Dicho esto, se vuelve y ve 
a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: «Mujer, 
¿por qué lloras?». Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: 
«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo 
lo recogeré». Jesús le dice: «¡María!». Ella se vuelve y le dice. 
«¡Rabbuní!», que significa: «¡Maestro!». Jesús le dice: «No me 
retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, anda, ve a mis 
hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre de ustedes, al Dios 
mío y Dios de ustedes”». María la Magdalena fue y anunció a los 
discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti,Señor Jesús. 
Oración sobre las ofrendas
Acoge, Señor, con bondad, las ofrendas de tu familia, para 
que, bajo tu protección, no pierda los dones ya recibidos y alcan-
ce los eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Col 3, 1-2
Si han resucitado con Cristo, busquen los bienes de allá arri-
ba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspiren a los 
bienes de arriba. Aleluya.
Oración después de la comunión
Escúchanos, Dios todopoderoso, y para merecer la felicidad 
eterna, prepara los corazones de tu familia a la que otorgaste la 
gracia incomparable del Bautismo. Por Jesucristo, nuestro Señor. 
MARTES 2Octava de Pascua
abril
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Miércoles 3 de abril
OCTAVA DE PASCUA
Propio del Salterio - Blanco
Monición general
El anuncio de la Buena Noticia se concretiza con obras semejan-
tes a las que realizaba Jesús. En el templo de Jerusalén, los apósto-
les Pedro y Juan conceden a una persona lisiada un don mayor que 
unas monedas de oro o plata; le despiertan el don de la fe y entonces 
recobra la movilidad de su cuerpo y de su vida. Una parálisis similar 
experimentaban los discípulos luego de la crucifixión de Jesús. Desilu-
sionados, vacíos de toda esperanza, dos de ellos deciden abandonarlo 
todo y retornar a su vida anterior. Sin embargo, Jesús resucitado sale a 
su encuentro y restablece en ellos la llama de la fe.
Aviva, Señor, también en nosotros el fuego de la fe y la confianza en ti 
para que sepamos ser tus testigos en el mundo actual.
Antífona de entrada Mt 25, 34 
Vengan ustedes, benditos de mi Padre; hereden el Reino pre-
parado para ustedes desde la creación del mundo. Aleluya.
Se dice el gloria.
Oración colecta
Oh, Dios, que todos los años nos alegras con la solemnidad 
de la resurrección del Señor, concédenos, propicio, llegar a la 
alegría eterna mediante las fiestas que celebramos en el tiempo. 
Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura 
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 3, 1-10
En aquellos días, Pedro y Juan subían al templo, a la oración 
de la hora nona, cuando vieron traer a cuestas a un lisiado de 
nacimiento. Solían colocarlo todos los días en la puerta del 
templo llamada «Hermosa, para que pidiera limosna a los 
que entraban. Al ver entrar en el templo a Pedro y a Juan, les 
pidió limosna. Pedro, con Juan a su lado, se quedó mirándolo 
abril
13 
y le dijo: «Míranos». Clavó los ojos en ellos, esperando que le 
darían algo. Pero Pedro le dijo: «No tengo plata ni oro, pero te 
doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo Nazareno, levántate 
y anda». Y agarrándolo de la mano derecha lo incorporó. Al 
instante se le fortalecieron los pies y los tobillos, se puso en pie 
de un salto, echó a andar y entró con ellos en el templo por su 
pie, dando brincos y alabando a Dios. Todo el pueblo lo vio 
andando y alabando a Dios, y, al caer en la cuenta de que era 
el mismo que pedía limosna sentado en la puerta Hermosa del 
templo, quedaron estupefactos y desconcertados ante lo que le 
había sucedido.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. 
Salmo responsorial Sal 104, 1-4.6-9
R. Que se alegren los que buscan al Señor.
Den gracias al Señor, invoquen su nombre, den a conocer sus 
hazañas a los pueblos. Cántenle al son de instrumentos, hablen 
de sus maravillas.R.
Gloríense de su nombre santo, que se alegren los que buscan al 
Señor. Recurran al Señor y a su poder, busquen continuamente 
su rostro.R.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo; hijos de Jacob, su elegido! El 
Señor es nuestro Dios, Él gobierna toda la tierra.R.
Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil 
generaciones; de la alianza sellada con Abrahán, del juramento 
hecho a Isaac.R.
Secuencia (opcional)
Aclamación antes del Evangelio Sal 117, 24
Aleluya. Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y 
nuestro gozo. Aleluya.
MIÉRCOLES 3Octava de Pascua
abril
14 
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 24, 13-35
R. Gloria a ti, Señor. 
Aquel mismo día, el primero de la semana, dos de los dis-
cípulos de Jesús iban caminando a una aldea llamada Emaús, 
distante de Jerusalén unos setenta estadios; iban conversando 
entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban 
y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con 
ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: 
«¿Qué conversación es esa que traen mientras van de camino?». 
Ellos se detuvieron con aire entristecido. Y uno de ellos, que se 
llamaba Cleofás, le respondió: «¿Eres tú el único forastero en 
Jerusalén que no sabe lo que ha pasado estos días?». Él les dijo: 
«¿Qué?». Ellos le contestaron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue 
un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el 
pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros je-
fes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros 
esperábamos que Él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya 
estamos en el tercer día desde que esto sucedió. Es verdad que 
algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues 
habiendo ido muy de mañana al sepulcro, y no habiendo en-
contrado su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto 
una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de 
los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como 
habían dicho las mujeres; pero a Él no lo vieron». 
Entonces Él les dijo: «¡Qué necios y torpes son para creer lo 
que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías pade-
ciera esto y entrara así en su gloria?». Y, comenzado por Moisés y 
siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a Él 
en todas las Escrituras. Llegaron cerca de la aldea adonde iban y 
Él simuló que iba a seguir caminando; pero ellos lo apremiaron, 
diciendo: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va 
3 MIÉRCOLES I semana de Pascua
Propio del Salterio
abril
15 
de caída». Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa 
con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se 
lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. 
Pero Él desapareció de su vista. Y se dijeron el uno al otro: «¿No 
ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos 
explicaba las Escrituras?». Y, levantándose en aquel momento, se 
volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once 
con sus compañeros, que estaban diciendo: «Era verdad, ha 
resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón». Y ellos contaron 
lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían recono-
cido al partir el pan.
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús. 
Oración sobre las ofrendas
Acepta, Señor, las ofrendas de la redención humana y concé-
denos, complacido, la salud del alma y del cuerpo. Por Jesucristo, 
nuestro Señor.
Antífona de comunión Lc 24, 35
Los discípulos reconocieron al Señor Jesús al partir el pan. 
Aleluya.
Oración después de la comunión
Liberados de la vieja condición de pecado, te pedimos, Señor, 
que la devota participación en el sacramento de tu Hijo nos 
transforme en nuevas criaturas. Por Jesucristo, nuestro Señor. 
MIÉRCOLES 3Octava de Pascua
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Jueves 4 de abril
OCTAVA DE PASCUA
Propio del Salterio - Blanco
Monición general
La curación del paralítico, que leímos ayer, captó la atención del 
pueblo. ¿Era un milagro obrado por Pedro y Juan? Los apóstoles los 
orientarán para que vean de dónde proviene y los encaminan hacia la 
fe en el Resucitado. 
El evangelio también nos presenta una escena similar. En la 
comunidad de discípulos, solo algunos se habían encontrado con 
el Resucitado. Pero, ahora, Jesús se aparece a toda la comunidad y 
consolida su débil fe. Entonces, son capaces de ser testigos suyos en 
el mundo entero. 
Señor Jesús, alimenta nuestra fe con la fuerza de tu Espíritu 
 para que sepamos ser testigos tuyos en la cotidianeidad de la vida. 
Antífona de entrada Sb 10, 20-21
Celebraron a coro tu mano vencedora, Señor, porque la sabi-
duría abrió la boca de los mudos y soltó la lenguade los niños. 
Aleluya.
Se dice el gloria.
Oración colecta
Oh, Dios, que has reunido pueblos diversos en la confesión 
de tu nombre, concede a los que han renacido en la fuente bau-
tismal, una misma fe en su espíritu y un mismo amor en sus 
obras. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura 
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 3, 11-26
En aquellos días, mientras el paralítico curado seguía aún con 
Pedro y Juan, todo el pueblo, asombrado, acudió corriendo al 
pórtico llamado de Salomón, donde estaban ellos. Al verlo, Pe-
dro dirigió la palabra a la gente: «Israelitas, ¿por qué se admiran 
abril
17 
de esto? ¿Por qué nos miran como si hubiéramos hecho andar a 
este con nuestro propio poder o virtud? El Dios de Abrahán, de 
Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su 
siervo Jesús, al que ustedes entregaron y de quien renegaron ante 
Pilato, cuando había decidido soltarlo. Ustedes renegaron del 
Santo y del Justo, y pidieron el indulto de un asesino; mataron 
al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, 
y nosotros somos testigos de ello. Por la fe en su nombre, este, 
que ven aquí y que conocen, ha recobrado el vigor por medio 
de su nombre; la fe que viene por medio de Él le ha restituido 
completamente la salud, a la vista de todos ustedes. Ahora bien, 
hermanos, sé que lo hicieron por ignorancia, al igual que sus 
autoridades; pero Dios cumplió de esta manera lo que había 
predicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer.
Por tanto, arrepiéntanse y conviértanse, para que se borren 
sus pecados; para que vengan tiempos de consuelo de parte de 
Dios, y envíe a Jesús, el Mesías que les estaba destinado, al que 
debe recibir el cielo hasta el tiempo de la restauración universal, 
de la que Dios habló desde antiguo por boca de sus santos pro-
fetas. Moisés dijo: “El Señor Dios de ustedes hará surgir de entre 
sus hermanos un profeta como yo: escúchenle todo lo que les 
diga; y quien no escuche a ese profeta será excluido del pueblo”. 
Y, desde Samuel en adelante, todos los profetas que hablaron 
anunciaron también estos días. Ustedes son los hijos de los 
profetas, los hijos de la alianza que hizo Dios con sus padres, 
cuando le dijo a Abrahán: “En tu descendencia serán bendecidas 
todas las familias de la tierra”. Dios resucitó a su Siervo y se lo 
envía en primer lugar a ustedes para que les traiga la bendición, 
apartándolos a cada uno de sus maldades». 
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. 
JUEVES 4Octava de Pascua
abril
18 
Salmo responsorial Sal 8, 2.5-9
R. Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable 
es tu nombre en toda la tierra!
Señor, dueño nuestro, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de 
él, el ser humano, para darle poder?R.
Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y 
dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo 
lo sometiste bajo sus pies.R.
Rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo, las aves 
del cielo, los peces del mar, que trazan sendas por el mar.R.
Secuencia (opcional)
Aclamación antes del Evangelio Sal 117, 24
Aleluya. Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y 
nuestro gozo. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 24, 35-48
R. Gloria a ti, Señor. 
En aquel tiempo, los discípulos de Jesús contaron lo que 
les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido 
al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando Él se 
presentó en medio de ellos y les dice: «Paz a ustedes». Pero ellos, 
aterrorizados y llenos de miedo, creían ver un espíritu. Y Él les 
dijo: «¿Por qué se alarman?, ¿por qué surgen dudas en su cora-
zón? Miren mis manos y mis pies: soy yo en persona. Pálpenme 
y dense cuenta de que un espíritu no tiene carne y huesos, como 
ven que yo tengo». Dicho esto, les mostró las manos y los pies. 
Pero como no acababan de creer por la alegría, y seguían atóni-
tos, les dijo: «¿Tienen ahí algo de comer?». Ellos le ofrecieron un 
trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les 
dijo: «Esto es lo que les dije mientras estaba con ustedes: que era 
4 JUEVES I semana de Pascua
Propio del Salterio
abril
19 
necesario que se cumpliera todo lo escrito en la ley de Moisés 
y en los profetas y salmos acerca de mí». Entonces les abrió el 
entendimiento para comprender las Escrituras. Y les dijo: «Así 
está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos 
al tercer día y en su nombre se proclamará la conversión para 
el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por 
Jerusalén. Ustedes son testigos de esto». 
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús. 
Oración sobre las ofrendas
Recibe, Señor, en tu bondad las ofrendas que te presentamos 
con gratitud por los nuevos bautizados, y para apresurar la ayuda 
del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión 1 P 2, 9 
Pueblo adquirido por Dios, anuncien las proezas del que los 
llamó de las tinieblas a su luz maravillosa. Aleluya.
Oración después de la comunión
Escucha, Señor, nuestras oraciones para que el santo intercam-
bio de nuestra redención nos sostenga durante la vida presente y 
nos dé las alegrías eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
JUEVES 4Octava de Pascua
L os apóstoles, que vieron con los propios ojos 
al Cristo resucitado, no podían callar su ex-
traordinaria experiencia. Él se había mostrado a 
ellos para que la verdad de su resurrección llegara 
a todos mediante su testimonio. Cada bautizado 
está llamado a dar testimonio, con las palabras y 
con la vida, de que Jesús ha resucitado, que Jesús 
está vivo y presente en medio de nosotros. 
Papa Francisco
abril
20 
Viernes 5 de abril
OCTAVA DE PASCUA
Propio del Salterio - Blanco
Monición general
La apertura del pueblo contrasta con la dureza de corazón de las 
autoridades. Unos días atrás habían dado muerte a Jesús y ahora 
intentan también reprimir a su comunidad de discípulos para aca-
llarlos. Sin embargo, los apóstoles les demuestran cuánto puede la 
fuerza del Espíritu. 
En el evangelio, los discípulos retoman sus actividades cotidianas en 
Galilea. Sin embargo, allí también les sale a su encuentro el Resucitado, 
los reconforta y confirma la misión para la que los ha elegido.
Padre santo, muchas son nuestras debilidades, 
pero confiamos en que, fortalecidos por ti, 
podremos llevar adelante la misión que nos has confiado.
Antífona de entrada Sal 77, 53 
El Señor condujo a su pueblo a un lugar seguro, mientras el 
mar cubría a sus enemigos. Aleluya.
Se dice el gloria.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, que por el misterio pascual has 
restablecido tu alianza con los hombres, concédenos imitar en 
la vida lo que celebramos en la fe. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura 
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 1-12
En aquellos días, mientras Pedro y Juan hablaban al pueblo, 
después de que el paralítico fuese sanado, se les presentaron 
los sacerdotes, el jefe de la guardia del templo y los saduceos, 
indignados de que enseñaran al pueblo y anunciaran en Jesús la 
resurrección de los muertos. Los apresaron y los metieron en la 
cárcel hasta el día siguiente, pues ya era tarde. Muchos de los que 
habían oído el discurso creyeron; eran unos cinco mil hombres. 
abril
21 
Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, 
los ancianos y los escribas, junto con el sumo sacerdote Anás, y 
con Caifás y Alejandro, y los demás que eran familia de sumos 
sacerdotes. Hicieron comparecer en medio de ellos a Pedro y a 
Juan y se pusieron a interrogarlos: «¿Con qué poder o en nombre 
de quién han hecho eso ustedes?».
Entonces Pedro, lleno de Espíritu Santo, les dijo: «Jefes 
del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un 
enfermo, nos interrogan ustedes hoy para averiguar qué poder 
ha curado a ese hombre; quede bien claro a todos ustedes y a 
todo Israel que ha sido el Nombre de Jesucristo el Nazareno, a 
quien ustedes crucificarony a quien Dios resucitó de entre los 
muertos; por este Nombre, se presenta este sano ante ustedes. Él 
es “la piedra que desecharon ustedes, los arquitectos, y que se ha 
convertido en piedra angular”; no hay salvación en ningún otro, 
pues bajo el cielo no se ha dado a los hombres otro nombre por 
el cual nosotros podamos salvarnos». 
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. 
Salmo responsorial Sal 117, 1-2.4.22-27 
R. La piedra que desecharon los arquitectos 
es ahora la piedra angular.
Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su mise-
ricordia. Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. Digan 
los que temen al Señor: eterna es su misericordia.R.
La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angu-
lar. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. Este 
es el día que hizo el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.R.
Señor, danos la salvación; Señor, danos prosperidad. Bendito el 
que viene en nombre del Señor, los bendecimos desde la casa del 
Señor; el Señor es Dios, Él nos ilumina.R.
VIERNES 5Octava de Pascua
abril
22 
Secuencia (opcional)
Aclamación antes del Evangelio Sal 117
Aleluya. Este es el día que hizo el Señor, sea nuestra alegría y 
nuestro gozo. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 21, 1-14
R. Gloria a ti, Señor. 
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos 
junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban 
juntos Simón Pedro, Tomás, apodado el Mellizo; Natanael, el 
de Caná de Galilea; los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. 
Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar». Ellos contestan: «Vamos 
también nosotros contigo». Salieron y se embarcaron; y aquella 
noche no cogieron nada. 
Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la ori-
lla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: 
«Muchachos, ¿tienen pescado?». Ellos contestaron: «No». Él les 
dice: «Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán». La 
echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. Y aquel 
discípulo a quien Jesús amaba le dice a Pedro: «Es el Señor». Al 
oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la 
túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en 
la barca, porque no distaban de tierra más que unos doscientos 
codos, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven 
unas brasas con un pescado puesto encima y pan.
Jesús les dice: «Traigan de los peces que acaban de coger». 
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red 
repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran 
tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: «Vamos, almuercen». 
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, 
porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el 
5 VIERNES I semana de Pascua
Propio del Salterio
abril
23 
pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que 
Jesús se apareció a los discípulos después de resucitar de entre 
los muertos.
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús. 
Oración sobre las ofrendas
Realiza, Señor, en nosotros lo que significa el intercambio 
de esta ofrenda pascual, para que pasemos del apego a las co-
sas de la tierra, al deseo de los bienes del cielo. Por Jesucristo, 
nuestro Señor.
Antífona de comunión Jn 21, 12-13 
Jesús dijo a sus discípulos: «Vamos, desayunen». Y tomó el 
pan y se lo dio. Aleluya.
Oración después de la comunión
Guarda, Señor, con tu amor constante a los que has salvado, 
para que los redimidos por la pasión de tu Hijo se alegren con 
su resurrección. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. 
5VIERNES
Octava de Pascua
L a presencia de Jesús resucitado transforma 
todas las cosas: la oscuridad es vencida por 
la luz, el trabajo inútil es nuevamente fructuoso y 
prometedor, el sentido de cansancio y de abando-
no deja espacio a un nuevo impulso y a la certeza 
de que Él está con nosotros. 
Papa Francisco
abril
24 
Sábado 6 de abril
OCTAVA DE PASCUA
Propio del Salterio - Blanco
Monición general
Las autoridades judías se sienten desconcertadas por la valentía 
y elocuencia de unos campesinos sin instrucción, como lo eran la 
mayoría de los primeros discípulos. ¿Qué había pasado para semejante 
cambio? Pedro y Juan nos muestran cómo el poder, con frecuencia, se 
ve impotente frente a la fuerza que proviene de Dios.
El evangelio, en cambio, relata las dificultades que, al inicio, tuvie-
ron los discípulos para acoger la gran noticia de que Jesús estaba vivo. 
Así que será Jesús mismo quien confirme la fe de los discípulos con su 
aparición en medio de la comunidad.
Señor Jesús, con frecuencia, nos cuesta reconocer tu presencia viva 
entre nosotros, por eso, fortalece nuestra fe. 
Antífona de entrada Sal 104, 43 
El Señor sacó a su pueblo con alegría, a sus escogidos con 
gritos de triunfo. Aleluya.
Se dice el gloria.
Oración colecta
Oh, Dios, que no cesas de aumentar con la abundancia de tu 
gracia el número de los pueblos que creen en ti, mira con amor a 
tus elegidos, para que los renacidos en el Bautismo se revistan de 
la inmortalidad dichosa. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 13-21
En aquellos días, los jefes del pueblo, los ancianos y los 
escribas, viendo la seguridad de Pedro y Juan, y notando que 
eran hombres sin letras ni instrucción, estaban sorprendidos. 
Reconocían que habían sido compañeros de Jesús, pero, viendo 
de pie junto a ellos al hombre que había sido curado, no en-
abril
25 
contraban respuesta. Les mandaron salir fuera del Sanedrín y se 
pusieron a deliberar entre ellos, diciendo: «¿Qué haremos con 
estos hombres? Es evidente que todo Jerusalén conoce el milagro 
realizado por ellos, no podemos negarlo; pero, para evitar que se 
siga divulgando, les prohibiremos con amenazas que vuelvan a 
hablar a nadie de ese nombre». Y habiéndolos llamado, les pro-
hibieron severamente predicar y enseñar en el nombre de Jesús. 
Pero Pedro y Juan les replicaron diciendo: «¿Es justo ante Dios 
que les obedezcamos a ustedes más que a Él? Júzguenlo ustedes. 
Por nuestra parte no podemos menos de contar lo que hemos 
visto y oído». Pero ellos, repitiendo la prohibición, los soltaron, 
sin encontrar la manera de castigarlos a causa del pueblo, porque 
todos daban gloria a Dios por lo sucedido. 
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. 
Salmo responsorial Sal 117, 1.14-21
R. Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.
Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su mi-
sericordia. El Señor es mi fuerza y mi energía, Él es mi salvación. 
Escuchen: hay cantos de victoria en las tiendas de los justos.R.
«La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa». 
No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. Me 
castigó, me castigó el Señor, pero no me entregó a la muerte.R.
Ábranme las puertas de la salvación, y entraré para dar gracias 
al Señor. Esta es la puerta del Señor: los vencedores entrarán por 
ella. Te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación.R.
Secuencia (opcional)
Aclamación antes del Evangelio Sal 117 
Aleluya. Este es el día que hizo el Señor, sea nuestra alegría y 
nuestro gozo. Aleluya.
6SÁBADO
Octava de Pascua
abril
26 
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 16, 9-15
R. Gloria a ti, Señor.
Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se 
apareció primero a María Magdalena, de la que había echado 
siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que 
estaban de duelo y llorando. Ellos, al oírle decir que estaba vivo 
y que lo había visto, no le creyeron. Después se apareció en 
figura de otro a dos de ellos que iban caminando al campo. 
También ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero no les 
creyeron. Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando 
estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza 
de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto 
resucitado.Y les dijo: «Vayan al mundo entero y proclamen el 
Evangelio a toda la creación». 
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús. 
Oración sobre las ofrendas
Concédenos, Señor, alegrarnos siempre por estos misterios 
pascuales, y que la actualización continua de tu obra redentora 
sea para nosotros fuente de gozo incesante. Por Jesucristo, 
nuestro Señor.
Antífona de comunión Ga 3, 27
Cuantos han sido bautizados en Cristo se han revestido de 
Cristo. Aleluya.
Oración después de la comunión
Mira, Señor, con bondad a tu pueblo, y ya que has querido 
renovarlo con estos sacramentos de vida eterna, concédele llegar 
a la incorruptible resurrección de la carne que habrá de ser glori-
ficada. Por Jesucristo, nuestro Señor.
6 SÁBADO I semana de Pascua
Propio del Salterio
27 
Domingo 07 de abril
II DOMINGO DE PASCUA O DE LA DIVINA MISERICORDIA
Propio del Salterio - Blanco
«A los ocho días, llegó Jesús»
Hch 4, 32-35; Sal 117, 2-4.16-18.22-24; 1 Jn 5, 1-6; Jn 20, 19-31
De la primera comunidad cristiana, los textos sagrados, particu-
larmente Hechos de los Apóstoles, destaca su valentía en la predica-
ción de la Palabra y la eficacia que esta tenía. Pero no era lo único, 
sus enseñanzas, como nos lo muestra la lectura de hoy, se basaban 
en un sólido testimonio de vida: Los discípulos tenían un solo corazón 
y una sola alma y nadie consideraba sus bienes como propios, sino que 
todo lo tenían en común (v. 32). La consecuencia de esto es previsible: 
No había entre ellos ningún necesitado (v. 34).
Lucas no pretende dar cuenta tanto de una experiencia del pasa-
do (la Iglesia de Jerusalén entre los años 30-40 d. C.). Su objetivo es 
delinear una página de catequesis que exprese los sentimientos y las 
relaciones fraternales que el Espíritu quiere establecer en una autén-
tica comunidad cristiana. Cristo Resucitado no puede ser visto, pero 
la comunidad fraterna nacida del poder de su Espíritu es visible para 
todos. Allí radica el valor del testimonio en la comunidad cristiana.
San Juan, en la segunda lectura, ratifica el mensaje de Hechos: el 
amor a Dios, la obediencia a sus mandatos se expresa en el amor a 
los hermanos. Nada de palabrerías, sino actitudes concretas. Quien 
ama a Aquel que lo ha creado, debe amar también a aquellos que 
son obra de sus manos, es decir, a los hermanos (v. 1). Si somos 
hijos de un mismo Padre, sea cual sea nuestro origen étnico, la 
religión que practiquemos o la cultura en la que hayamos nacido y 
crecido, todos somos amados por Dios y todos hemos sido llama-
dos a derramar sobre el prójimo el amor recibido del Padre. No ama 
a Dios quien se desinteresa del ser humano. La religión, por tanto, 
no puede desligarse de la práctica del amor.
abril
28 
El pasaje del evangelio de hoy, por su parte, nos relata dos aparicio-
nes de Jesús resucitado a su comunidad de discípulos. En la primera 
(vv. 19-23), Jesús dona su Espíritu a sus discípulos y, con Él, el poder 
de vencer las fuerzas del mal. En la segunda (vv. 24-31), se narra el 
famoso episodio de Tomás. Nos focalizaremos en este último.
Tomás, tradicionalmente, ha sido presentado como paradigma 
de incredulidad. Incluso existe un dicho popular: «Eres incrédulo 
como Tomás». ¿Pero acaso solo él tuvo dudas mientras los demás 
dieron rápidamente el salto de la fe? Lo que pedía no estaba fuera 
de lugar, solo solicitaba ver lo que los demás habían visto. Además, 
si nos atenemos a los otros evangelios, nos enteramos que todos 
los discípulos tenían dudas al inicio. Según Marcos, por ejemplo, 
cuando Jesús se aparece a sus discípulos, los reprendió por su incredu-
lidad y obstinación al no haber creído a los que lo habían visto resucitado 
(Mc 16, 14). ¿Por qué Juan entonces focaliza todas las dudas en un 
solo personaje?
San Juan propone a Tomás como símbolo de las dificultades por las 
que atraviesa todo cristiano para llegar a la fe. Lo que él quiere enseñar 
a sus comunidades (y a nosotros) es que el Resucitado posee una vida 
que no es captada por nuestros sentidos, ni tocada con las manos, ni 
vista con los ojos; solo puede ser alcanzada por la fe. Y esto vale tam-
bién para los apóstoles, a pesar de la experiencia única que tuvieron 
con el Resucitado. No se requiere la fe para aquello que se ha visto. 
La resurrección no es demostrable científicamente, pues pertenece a 
una realidad distinta: la realidad de Dios. Al final, Juan pone en boca 
de Tomás la más alta, la más sublime confesión de fe. Sus palabras 
delinean la meta final del itinerario de fe de los discípulos, el camino 
que nos invita a recorrer si atravesamos por medio de las dudas.
Escanea el QR o digital el enlace para ver el video o PDF del 
comentario al evangelio de hoy: 
https://libreriapaulinasonline.com/lecturas_dominicales_b23.jsp
7 DOMINGO II domingo de Pascua
Propio del Salterio
abril
29 
Monición general
La alegría de la Pascua inunda nuestras celebraciones litúrgicas de 
estos días. ¿Cómo fue posible que los discípulos pasaran de la tristeza y 
dolor por la crucifixión y muerte del Maestro a anunciarlo con valentía 
como el Viviente? Declararse seguidor de un ajusticiado no era nada 
bien visto, pero ellos fueron capaces de dar ese salto. Todo comenzó, 
como vemos en el evangelio de hoy, a raíz del encuentro con Jesús 
resucitado. Su fe, sin embargo, no se basaba en simples declaraciones, 
sino en una forma de vida concreta. No solo atraían con su palabra, 
sino también con su ejemplo. He allí el llamado para todos nosotros.
Señor, derrama tu Espíritu en nosotros para que nuestra vida 
haga presente tu rostro en el mundo. 
Antífona de entrada 4 Esd 2, 36-37
Alégrense en su gloria, dando gracias a Dios, que los ha llama-
do al Reino celestial. Aleluya. 
Se dice el gloria.
Oración colecta
Dios de misericordia infinita, que reanimas, con el retorno 
anual de las fiestas de Pascua, la fe del pueblo a ti consagrado, 
acrecienta en nosotros los dones de tu gracia, para que todos 
comprendan mejor qué Bautismo nos ha purificado, qué Espí-
ritu nos ha hecho renacer y qué sangre nos ha redimido. Por 
nuestro Señor Jesucristo. 
Primera lectura
La vida cristiana no se basa solo en predicar o asumir determinadas 
ideas, sino, ante todo, en una forma de vida concreta, como nos lo 
presenta Lucas. ¡Escuchemos!
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 32-35
En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo 
mismo: lo poseían todo en común y nadie consideraba como 
propio nada de lo que tenía. Con gran poder, los apóstoles daban 
7DOMINGODomingo de la Divina 
Misericordia
abril
30 
testimonio de la resurrección del Señor Jesús; y todos gozaban de 
gran estima entre el pueblo. Ninguno pasaba necesidad, pues 
los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo 
ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según 
lo que necesitaba cada uno. 
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 117, 2-4.16-18.22-24
R. Den gracias al Señor porque es bueno, 
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. Diga la casa 
de Aarón: eterna es su misericordia. Digan los fieles del Señor: 
eterna es su misericordia.R.
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa. 
No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. Me 
castigó, me castigó el Señor, pero no me entregó a la muerte.R.
La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. 
Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. Este es 
el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.R.
Segunda lectura
¿De qué forma se concretiza nuestra fe en Dios y el amor que le 
profesamos? San Juan nos señala que la fe se demuestra en el trato 
con nuestro prójimo. ¡Escuchemos!
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 5, 1-6
Queridos hermanos: Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha 
nacido de Dios; y todo el que ama al Padre, que da el ser, debe 
amar también a todo lo que ha nacidode Él. En esto conocemos 
que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos 
sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor a Dios: en que 
guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son 
una carga, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. 
7 DOMINGO II domingo de Pascua
Propio del Salterio
abril
31 
Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra 
fe. ¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús 
es el Hijo de Dios? Este es el que vino con agua y con sangre: 
Jesucristo. No solo con agua, sino con agua y con sangre; y el 
Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. 
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio Jn 20, 29
Aleluya. Porque me has visto, Tomás, has creído —dice el Se-
ñor—. Dichosos los que crean sin haber visto. Aleluya.
Santo Evangelio
La irrupción de Jesús resucitado en nuestras vidas derriba los te-
mores y las dudas. Eso es lo que vivieron los primeros discípulos, y san 
Juan nos invita a realizar la misma experiencia. ¡Escuchemos!
Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 19-31
R. Gloria a ti, Señor.
Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estaban 
los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a 
los judíos. Y en eso entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz 
7DOMINGODomingo de la Divina 
Misericordia
abril
32 
a ustedes». Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y 
los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: 
«Paz a ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los 
envío yo». Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban 
el Espíritu Santo; a quienes ustedes perdonen los pecados, les 
quedan perdonados; a quienes se los retengan, les quedan rete-
nidos». Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba 
con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: 
«Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si no veo en sus 
manos la señal de los clavos, si no meto mi dedo en el agujero 
de los clavos y no meto mi mano en su costado, no lo creo». A 
los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con 
ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio 
y dijo: «Paz a ustedes». Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo: aquí 
tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas 
incrédulo, sino creyente». Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios 
mío!». Jesús le dijo: «Porque me has visto has creído. Dichosos 
los que crean sin haber visto». Muchos otros signos, que no están 
escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos 
se han escrito para que crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de 
Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre». 
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús. 
Se dice el credo.
Oración universal
Hermanos, nos ha convocado la alegría de la Pascua: invo-
quemos juntos a Dios para que su luz nos ilumine y así podamos 
vivir en la claridad de su presencia. Digamos: 
R. Te rogamos, óyenos
1. Para que Cristo resucitado mantenga unidos a los cristianos 
y demos testimonio de la resurrección con valor. Oremos al 
Señor.R.
7 DOMINGO II domingo de Pascua
Propio del Salterio
abril
33 
2. Para que la Pascua de Cristo sea fecunda en su Iglesia y la 
comprometa más en la construcción de una sociedad más 
justa y más fraterna. Oremos al Señor.R.
3. Para que la victoria pascual nos ayude a vivir como hermanos 
y como hijos de Dios, venciendo todo tipo de discriminación. 
Oremos al Señor.R.
4. Para que la paz que trae el Resucitado disipe todo temor, an-
gustia e inquietud de los corazones y comunidades. Oremos 
al Señor.R.
5. Para que quienes han dejado este mundo contemplen cara a 
cara a Dios. Oremos al Señor.R.
Padre, tú que nos alegras con la resurrección de tu Hijo de 
entre los muertos y nos haces nacer de nuevo para una esperanza 
viva, escucha nuestras oraciones, y haz que tu paz sea nuestro 
gozo. Por Jesucristo nuestro Señor.R. Amén.
Oración sobre las ofrendas 
Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo [y de los recién 
bautizados], para que, renovados por la confesión de tu nombre 
y por el Bautismo, consigamos la eterna bienaventuranza. Por 
Jesucristo, nuestro Señor. 
Antífona de comunión Jn 20, 27
Trae tu mano y métela en el agujero de los clavos: y no seas 
incrédulo, sino creyente. Aleluya. 
Oración después de la comunión
Concédenos, Dios todopoderoso, que el sacramento pascual 
recibido permanezca siempre en nuestros corazones. Por Jesu-
cristo, nuestro Señor. 
7DOMINGODomingo de la Divina 
Misericordia
abril
34 
Lunes 8 de abril
LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR (S)
Propio del Salterio - Blanco
Monición general
En medio de la alegría de la Pascua, celebramos hoy la solemnidad 
de la Anunciación del Señor, una fiesta en la que agradecemos a 
Dios por haberse hecho uno de nosotros. La liturgia de la Palabra 
nos muestra que este acontecimiento es el cumplimiento de las 
promesas de Dios anunciada por el profeta Isaías; y la carta a los 
Hebreos nos habla de la salvación que nos trae Cristo. Pero esto no 
habría sido posible sin el sí generoso de nuestra madre María, como 
lo relata san Lucas.
Santa madre María, danos un corazón creyente como el tuyo 
para dejar entrar a tu Hijo en nuestras vidas.
Antífona de entrada Hb 10, 5.7
El Señor, al entrar en el mundo, dice: «He aquí que vengo 
para hacer tu voluntad».
Se dice el gloria.
Oración colecta
Oh, Dios, has querido que tu Verbo asumiera la verdad de la 
carne humana en el seno de la Virgen María, concédenos que 
cuantos confesamos a nuestro Redentor Dios y hombre merezca-
mos ser partícipes también de su naturaleza divina. Por nuestro 
Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías 7, 10-14; 8, 10b
En aquel tiempo, el Señor habló a Acaz: «Pide una señal al 
Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo». 
Respondió Acaz: «No la pido, no quiero tentar al Señor». Enton-
ces dijo Isaías: «Escucha, casa de David: ¿No les basta cansar a 
los hombres, que cansan incluso a mi Dios? Pues el Señor, por 
su cuenta, les dará una señal. Miren: la virgen está encinta y da 
abril
35 
a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa 
“Dios-con-nosotros”». 
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. 
Salmo responsorial Sal 39, 7-11
R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste 
el oído; no pides sacrificio expiatorio, entonces yo digo: «Aquí 
estoy».R.
Como está escrito en mi libro: «Para hacer tu voluntad». Dios 
mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas.R.
He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado 
los labios: Señor, tú lo sabes.R.
No me he guardado en el pecho tu defensa, he contado tu fideli-
dad y tu salvación, no he negado tu misericordia y tu lealtad ante 
la gran asamblea.R.
Segunda lectura
Lectura de la carta a los Hebreos 10, 4-10
Hermanos: Es imposible que la sangre de los toros y de los 
machos cabríos quite los pecados. Por eso, cuando Cristo entró en 
el mundo dijo: «Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has 
preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni víctimas expiato-
rias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: “Aquí estoy, oh, 
Dios, para hacer tu voluntad”». Primero dice: «No quieres ni acep-
tas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas expiatorias», 
que se ofrecen según la ley. Después añade: «Aquí estoy yo para 
hacer tu voluntad». Niega lo primero, para afirmar lo segundo. 
Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la 
oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre. 
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
8LUNESLa Anunciación del Señor
Solemnidad
abril
36 
Aclamación antes del Evangelio Jn 1, 14ab
Aleluya. La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y 
hemos contemplado su gloria. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38
R. Gloriaa ti, Señor.
A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una 
ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con 
un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se 
llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alé-
grate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se turbó ante 
estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le 
dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. 
Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por 
nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor 
Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de 
Jacob para siempre, y su Reino no tendrá fin». Y María dijo al 
ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?». El ángel le 
contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísi-
mo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se 
llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar 
de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que 
llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible». María 
contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu 
palabra». Y la dejó el ángel. 
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús. 
Se dice el credo. 
Oración universal
Al celebrar hoy el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios 
en las entrañas de la Virgen María, oremos con fe diciendo:
R. Mira a la Madre de tu Hijo y escúchanos.
8 LUNES II semana de Pascua
Propio del Salterio
abril
37 
1. Por la Iglesia: para que, reviviendo los misterios de la 
redención, descubra la presencia de Dios en medio de su 
pueblo y desde Él transforme sus estructuras con un anuncio 
positivo de la liberación. Oremos al Señor.R.
2. Por el Papa Francisco y los que están comprometidos en 
el servicio pastoral: para que, llenos del gozo que envuelve 
el misterio de la Encarnación, manifiesten con sus vidas y 
decisiones la amplitud del Espíritu, la fuerza del amor y la 
vitalidad del triunfo de Cristo sobre la muerte y el pecado. 
Oremos al Señor.R.
3. Por todos los religiosos: para que María, la Virgen fiel, les 
alcance firmeza evangélica y haga que proclamen con sus 
vidas la salvación merecida por la sangre derramada por su 
Hijo en la cruz. Oremos al Señor.R.
4. Por los pobres, los marginados y todos los que sufren en el 
cuerpo o en el alma: para que experimenten la fuerza del 
Espíritu y Él los haga esperar contra toda desesperanza y se 
sientan confortados por Dios, que quiso ser uno de nosotros. 
Oremos al Señor.R. 
5. Por los difuntos: para que Dios sea su posesión y felicidad 
eterna. Oremos al Señor.R.
6. Por los jóvenes: para que el sí de María avive en ellos el deseo 
de vivir en fidelidad el don de la vocación a la que hemos sido 
llamados. Oremos al Señor.R.
Señor, que escogiste a María, la Virgen de Nazaret, para que 
fuera la Madre de tu Hijo único; escucha nuestras oraciones y haz 
que, siguiendo su ejemplo de fidelidad y entrega, recibamos de 
ti la gracia que necesitamos para no frustrar tu plan de salvación 
en nuestras vidas y en nuestra historia. Por Jesucristo, nuestro 
Señor.R. Amén.
98LUNESLa Anunciación del Señor
Solemnidad
abril
38 
Oración sobre las ofrendas
Dios todopoderoso, dígnate aceptar los dones de tu Iglesia, 
para que se alegre al celebrar los misterios en esta solemnidad, 
pues reconoce que ha tenido su origen en la encarnación de tu 
Unigénito. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio: El misterio de la Encarnación
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación 
darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios 
todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. Porque la 
Virgen escuchó con fe, del mensajero celeste, que iba a nacer 
entre los hombres y a favor de los hombres, por la fuerza del 
Espíritu Santo que la cubrió con su sombra, aquel a quien llevó 
con amor en sus purísimas entrañas, para que se cumpliesen así, 
verdaderamente, las promesas hechas a los hijos de Israel, y se 
manifestara la esperanza de los pueblos que debía realizarse de 
modo inefable. Por Él, los coros de los ángeles adoran tu gloria 
eternamente, gozosos en tu presencia. Permítenos asociarnos a 
sus voces cantando con ellos tu alabanza: Santo, Santo, Santo…
Antífona de comunión Is 7, 14
Miren: la Virgen está encinta, y dará a luz un hijo, y le pondrá 
por nombre Emmanuel.
Oración después de la comunión
Te pedimos, Señor, que confirmes en nuestros corazones los 
sacramentos de la verdadera fe, para que cuantos confesamos al 
Hijo concebido por la Virgen, Dios y hombre verdadero, merez-
camos llegar a la alegría eterna por la fuerza de su resurrección 
salvadora. Por Jesucristo, nuestro Señor.
8 LUNES II semana de Pascua
Propio del Salterio
abril
39 
Martes 9 de abril
II SEMANA DE PASCUA
2.ª semana del Salterio - Blanco
Monición general
La primera lectura nos presenta una escena sobre el ideal de 
comunidad cristiana. No es tanto el recuerdo nostálgico de un pasado 
glorioso que ya no volverá; es, más bien, un proyecto de vida al que la 
Iglesia de todos los tiempos debe aspirar.
El evangelio, por su parte, nos presenta una sección del extenso 
diálogo entre Jesús y Nicodemo. Este último, como cualquiera de 
nosotros, debe abrirse a la fe para descubrir la nueva vida que proviene 
de lo alto. 
Señor, haznos nacer de nuevo mediante el don de tu Espíritu.
Antífona de entrada Ap 19, 7.6
Alegrémonos y gocemos y démosle gracias, porque reina el 
Señor, nuestro Dios, dueño de todo. Aleluya. 
Oración colecta 
Haznos capaces, Dios todopoderoso, de anunciar el poder 
de Cristo resucitado para que poseamos en plenitud los dones 
visibles que hemos recibido como prenda de los futuros. Por 
nuestro Señor Jesucristo. 
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 32-37
El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola 
alma: nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía, pues lo 
poseían todo en común. Los apóstoles daban testimonio de la 
resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y se los miraba a 
todos con mucho agrado. Entre ellos no había necesitados, pues 
los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero de lo 
vendido y lo ponían a los pies de los apóstoles; luego se distribuía 
a cada uno según lo que necesitaba. José, a quien los apóstoles 
abril
40 
apellidaron Bernabé, que significa hijo de la consolación, que 
era levita y natural de Chipre, tenía un campo y lo vendió; llevó 
el dinero y lo puso a los pies de los apóstoles. 
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. 
Salmo responsorial Sal 92, 1-2.5
R. El Señor reina, vestido de majestad.
El Señor reina, vestido de majestad; el Señor, vestido y ceñido de 
poder.R.
Así está firme el orbe y no vacila. Tu trono está firme desde siem-
pre, y tú eres eterno.R.
Tus mandatos son fieles y seguros; la santidad es el adorno de tu 
casa, Señor, por días sin término.R.
Aclamación antes del Evangelio Jn 3, 15
Aleluya. Tiene que ser elevado el Hijo del Hombre, para que 
todo el que cree en Él tenga vida eterna. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 3, 5a.7b-15
R. Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Tiene que nacer 
de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero 
no sabes de dónde viene ni adónde va. Así es todo el que ha 
nacido del Espíritu». Nicodemo le preguntó: «¿Cómo puede 
suceder eso?». Le contestó Jesús: «¿Tú eres maestro en Israel, y 
no lo entiendes? En verdad, en verdad te digo: hablamos de lo 
que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero 
ustedes no reciben nuestro testimonio. Si les hablo de las cosas 
terrenas y no me creen, ¿cómo creerán si les hablo de las cosas 
celestiales? Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el 
Hijo del Hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el 
9 MARTES II semana de Pascua
2.a semana del Salterio
abril
41 
desierto, así tiene queser elevado el Hijo del Hombre, para que 
todo el que cree en Él tenga vida eterna». 
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús. 
Oración sobre las ofrendas
Concédenos, Señor, alegrarnos siempre por estos misterios 
pascuales y que la actualización continua de tu obra redentora 
sea para nosotros fuente de gozo incesante. Por Jesucristo, 
nuestro Señor. 
Antífona de comunión Lc 24, 46.26
Era necesario que el Mesías padeciera y resucitara de entre los 
muertos, para así entrar en su gloria. Aleluya. 
Oración después de la comunión 
Escucha, Señor, nuestras oraciones para que el santo intercam-
bio de nuestra redención nos sostenga durante la vida presente y 
nos dé las alegrías eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
9MARTES
E s precisamente el Espíritu quien nos cambia, 
quien viene de cualquier parte, como el vien-
to»... «solamente el Espíritu es capaz de cambiar 
nuestra actitud, de cambiarnos, de cambiar la 
historia de nuestra vida, cambiar incluso nuestra 
pertenencia»... «el camino de la valentía cristiana 
es una gracia que da el Espíritu Santo»
Papa Francisco
abril
42 
Miércoles 10 de abril
II SEMANA DE PASCUA
2.ª semana del Salterio - Blanco
Monición general
Las hostilidades de los jefes del pueblo contra los apóstoles se 
incrementan, y ahora pasan a medidas de fuerza para atemorizarlos. 
Sin embargo, el Señor no abandona a los suyos y ellos mismos se 
rigen bajo un único criterio: obedecer a Dios por encima de cualquier 
autoridad humana. Por eso, ni rejas ni cadenas pueden detener el 
avance de la Buena Noticia.
El pasaje del evangelio de hoy, por su parte, nos recuerda el sentido 
salvífico de la muerte de Jesús. A menudo, nos detenemos demasiado 
en los aspectos dolorosos de ese acontecimiento y nos olvidamos de 
su sentido profundo. ¿Qué rostro de Dios nos muestra Jesús desde su 
cruz? San Juan nos lo dice con claridad.
Gracias, Padre de bondad, porque en tu Hijo Jesús 
nos has mostrado cuánto nos amas. 
Antífona de entrada Sal 17, 50; 21, 23
Te daré gracias entre las naciones, Señor; contaré tu fama a 
mis hermanos. Aleluya.
Oración colecta
Al celebrar un año más los misterios en los que la humanidad 
recibió la esperanza de la resurrección recuperando la dignidad 
original, invocamos, Señor, tu compasión, para que percibamos 
siempre en el amor lo que hemos celebrado con fe. Por nuestro 
Señor Jesucristo.
Primera lectura 
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 5, 17-26
En aquellos días, el sumo sacerdote y todos los suyos, que 
integran la secta de los saduceos, en un arrebato de celo, prendie-
ron a los apóstoles y los metieron en la cárcel pública. Pero, por 
la noche, el ángel del Señor les abrió las puertas de la cárcel y los 
abril
43 
sacó fuera, diciéndoles: «Márchense y, cuando lleguen al templo, 
expliquen al pueblo todas estas palabras de vida». Entonces 
ellos, al oírlo, entraron en el templo al amanecer y se pusieron a 
enseñar. Llegó entre tanto el sumo sacerdote con todos los suyos, 
convocaron el Sanedrín y el pleno de los ancianos de los hijos 
de Israel, y mandaron a la prisión para que los trajesen. Fueron 
los guardias, no los encontraron en la cárcel, y volvieron a infor-
mar, diciendo: «Hemos encontrado la prisión cerrada con toda 
seguridad, y a los centinelas en pie a las puertas; pero, al abrir, no 
encontramos a nadie dentro». Al oír estas palabras, ni el jefe de la 
guardia del templo ni los sumos sacerdotes atinaban a explicarse 
qué había pasado. Uno se presentó, avisando: «Miren, los hom-
bres que metieron en la cárcel están en el templo, enseñando al 
pueblo». Entonces el jefe salió con los guardias y se los trajo, sin 
emplear la fuerza, por miedo a que el pueblo los apedrease.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. 
Salmo responsorial Sal 33, 2-9
R. El afligido invocó al Señor, y Él lo escuchó.
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre 
en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo 
escuchen y se alegren.R.
Proclamen conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su 
nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas 
mis ansias.R.
Contémplenlo, y quedarán radiantes, su rostro no se avergon-
zará. El afligido invocó al Señor, Él lo escuchó y lo salvó de sus 
angustias.R.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gus-
ten y vean qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a Él.R.
10MIÉRCOLES
abril
44 
Aclamación antes del Evangelio Jn 3, 16
Aleluya. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único, 
para que todos los que creen en Él tengan la vida eterna. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 3, 16-21
R. Gloria a ti, Señor. 
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para 
que todo el que cree en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. 
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, 
sino para que el mundo se salve por Él. El que cree en Él no será 
juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en 
el nombre del Unigénito de Dios. Este es el juicio: que la luz vino 
al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque 
sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, 
y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En 
cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea 
que sus obras están hechas según Dios. 
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús. 
Oración sobre las ofrendas
Oh, Dios, que nos haces partícipes de tu única y suprema di-
vinidad por el admirable intercambio de este sacrificio, concéde-
nos alcanzar en una vida santa la realidad que hemos conocido 
en ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Jn 15, 16.19
Dice el Señor: «Yo los he escogido sacándolos del mundo y los 
he destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca». 
Aleluya.
Oración después de la comunión
Asiste, Señor, a tu pueblo y haz que pasemos del antiguo 
pecado a la vida nueva los que hemos sido alimentados con los 
sacramentos del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
10 MIÉRCOLES II semana de Pascua
2.a semana del Salterio
abril
45 
11Jueves 11 de abril
II SEMANA DE PASCUA
San Estanislao (ML) - 2.ª semana del Salterio - Blanco
Monición general
La primera lectura nos narra un paso más en el enfrentamiento 
entre los apóstoles y las autoridades judías. Estas, amparadas en 
su poder, intentan de distintas formas impedir la predicación de los 
discípulos de Jesús. Sus intereses pesan más que cualquier posibilidad 
de escuchar la Palabra de Dios. Los apóstoles, por el contrario, no 
pueden callar lo que han visto y oído, como afirma el evangelio de 
hoy. La experiencia (el encuentro con el Resucitado) y la misión son 
inseparables. 
Derriba, Señor, las barreras que nos impiden abrirte 
las puertas de nuestra vida. 
Antífona de entrada Sal 67, 8-9
Oh, Dios, cuando salías al frente de tu pueblo, guiándolos y 
acampando con ellos, la tierra tembló, el cielo destiló. Aleluya.
Oración colecta
Oh, Dios, que estableciste el sacrificio pascual para la salva-
ción del mundo, sé propicio a las súplicas de tu pueblo, para 
que Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote que intercede en favor 
nuestro, nos reconcilie por aquello que le asemeja a nosotros 
y nos absuelva en virtud de su igualdad contigo. Por nuestro 
Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 5, 27-33
En aquellos días, los apóstoles fueron conducidos a com-
parecer ante el Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó, 
diciendo: «¿No les habíamos ordenado formalmente no ense-
ñar en ese Nombre? En cambio, han llenado Jerusalén con su 
enseñanza y quieren hacernos responsables de la sangre de ese 
abril
46 
hombre». Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que obedecer 
a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres 
resucitó a Jesús, a quien ustedes mataron, colgándolo de un 
madero. Dios lo ha exaltado con su diestra, haciéndolo jefe y 
salvador, paraotorgar a Israel la conversión y el perdón de los 
pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, 
que Dios da a los que lo obedecen». Ellos, al oír esto, se consu-
mían de rabia y trataban de matarlos.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. 
Salmo responsorial Sal 33, 2.9.17-20
R. El afligido invocó al Señor, y Él lo escuchó.
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en 
mi boca. Gusten y vean qué bueno es el Señor, dichoso el que se 
acoge a Él.R.
El Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra 
su memoria. Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de 
sus angustias.R.
El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. Aun-
que el justo sufra muchos males, de todos lo libra el Señor.R.
Aclamación antes del Evangelio Jn 20, 29
Aleluya. Porque me has visto, Tomás, has creído. Dichosos los 
que crean sin haber visto. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 3, 31-36
R. Gloria a ti, Señor.
El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es 
de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del 
cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído 
da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su 
11 JUEVES II semana de Pascua
2.a semana del Salterio
abril
47 
testimonio certifica que Dios es veraz. El que Dios envió habla 
las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El 
Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree 
en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la 
vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él. 
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús. 
Oración sobre las ofrendas
Suban hasta ti, Señor, nuestras súplicas con la ofrenda del sa-
crificio, para que, purificados por tu bondad, nos preparemos para 
el sacramento de tu inmenso amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Mt 28, 20 
Sepan que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el final 
de los tiempos. Aleluya.
Oración después de la comunión
Dios todopoderoso y eterno, que en la resurrección de 
Jesucristo nos has renovado para la vida eterna, multiplica en 
nosotros los frutos del misterio pascual e infunde en nuestros 
corazones la fortaleza del alimento de salvación. Por Jesucristo, 
nuestro Señor.
11JUEVESSan Estanislao
Memoria libre
Si es verdad que Jesús nos resucitará al final 
de los tiempos, es también verdad que, en un 
aspecto, ya estamos resucitados con Él. ¡La Vida 
Eterna comienza ya en este momento! 
Papa Francisco
abrilenero enero
JUEVES
48 
San Estanislao (1030-1079) 
Estanislao, cuyo nombre en polaco significa 
«gloria del Estado», fue uno de los predeceso-
res del Papa Juan Pablo II en la más impor-
tante sede arzobispal de Polonia, Cracovia, 
fundada en el año 1000.
Nace alrededor del 1030 cerca de Cracovia 
en el seno de una familia noble. Realizados 
sus estudios con los benedictinos de su ciudad 
y luego en Lieja (Bélgica), se ordena sacerdote. Nombrado obispo de 
Cracovia en el 1072, comienza una obra reformadora con gran celo. 
Es un predicador incansable, un intrépido defensor de la libertad de la 
Iglesia y de la dignidad del hombre y un generoso padre de los pobres.
Los problemas comienzan cuando Estanislao, al anteponer sus de-
beres de pastor frente a la tolerancia con las maldades del rey Boles-
lao II, su amigo, denuncia sus crueldades e injusticias. Amonesta al rey 
polaco, quien se había enamorado de una bella cortesana, para que 
honrara su compromiso de fidelidad con su respectiva esposa, pues su 
reprobable conducta sería un mal ejemplo para sus súbditos.
La discordia con el obispo aumenta cuando Boleslao confisca los 
bienes eclesiásticos. Estanislao entonces excomulga al rey y este, como 
reacción, condena al obispo a muerte.
Puesto que sus caballeros, impedidos por una fuerza misteriosa, 
rehúsan ejecutar la sentencia, el rey decide cumplirla personalmente.
Mientras Estanislao celebra la misa en la iglesia de San Miguel, en 
Cracovia, el rey lo asalta y lo asesina ante el altar. Es el 11 de abril del 
1079. Ante semejante fechoría, el pueblo se levanta y expulsa a Boleslao 
de su país.
Estanislao es canonizado el 17 de agosto de 1253 en la basílica de 
San Francisco de Asís.
Muy venerado en toda Polonia, es patrono de Cracovia.
Tomado de M. Castelli, Los santos del año, vol. 2. Paulinas.
Valoremos la santidad
abril
49 
Viernes 12 de abril
II SEMANA DE PASCUA
2.ª semana del Salterio - Blanco
Monición general
Al fin aparece una voz prudente entre los miembros del Sanedrín. 
Un grupo de ellos quisiera decretar la muerte de los apóstoles, pero 
¿lograrían así frenar el avance de la Buena Noticia? Las obras de 
los seres humanos son efímeras, como lo vemos con frecuencia; en 
cambio, las de Dios son perpetuas. 
El pasaje del evangelio de hoy, por su parte, nos narra el milagro del 
compartir. Frente a una multitud hambrienta, Jesús pone en marcha la 
solidaridad y la misericordia, que siempre alcanzan para todos. 
Señor, danos entrañas compasivas como las tuyas, 
para que no cerremos los ojos ante los necesitados.
Antífona de entrada Ap 5, 9-10 
Señor, con tu sangre has adquirido para Dios hombres de 
toda raza, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos para 
nuestro Dios un reino de sacerdotes. Aleluya.
Oración colecta
Oh, Dios, esperanza y luz de las almas sinceras, te pedimos 
humildemente que concedas a nuestros corazones realizar una 
plegaria digna de ti y que siempre te glorifiquemos con la ofren-
da de nuestras alabanzas. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 5, 34-42
En aquellos días, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, 
respetado por todo el pueblo, se levantó en el Sanedrín, mandó 
que sacaran fuera un momento a los apóstoles y dijo: «Israelitas, 
piensan bien lo que van a hacer con esos hombres. Hace algún 
tiempo se levantó Teudas, dándoselas de hombre importante, y 
se le juntaron unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, se dis-
persaron todos sus secuaces y todo acabó en nada. Más tarde, en 
los días del censo, surgió Judas el Galileo, arrastrando detrás de 
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sí gente del pueblo; también pereció, y se disgregaron todos sus 
secuaces. En el caso presente, les digo: no se metan con esos hom-
bres; suéltenlos. Si su idea y su actividad son cosa de hombres, 
se disolverá; pero, si es cosa de Dios, no lograrán destruirlos, y se 
expondrían a luchar contra Dios». Le dieron la razón y, habiendo 
llamado a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron hablar en 
nombre de Jesús, y los soltaron. Ellos, pues, salieron del Sanedrín 
contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Je-
sús. Ningún día dejaban de enseñar, en el templo y por las casas, 
anunciando la Buena Noticia acerca del Mesías Jesús.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. 
Salmo responsorial Sal 26, 1.4.13-14
R. Una cosa pido al Señor: habitar en su casa.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la 
defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?R.
Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor 
por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contem-
plando su templo.R.
Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en 
el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor.R.
Aclamación antes del Evangelio Mt 4, 4
Aleluya. No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra 
que sale de la boca de Dios. Aleluya. 
Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 1-15
R. Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del mar de 
Galilea o de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían 
visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces 
a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la 
12 VIERNES II semana de Pascua
2.a semana del Salterio
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Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos y, al 
ver que acudía mucha