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58e2f4e3b0b70-1 EDUCACION MEXICANA- NECESIDAD DE UNA FILOSOFIA PROPIA

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Educación mexicana: necesidad de una filosofía propia. 
Por Mtro. Francisco Javier Preciado Cárdenas.* 
*Es investigador asociado de la Universidad de Tijuana. 
panshoteacher@hotmail.com 
DOI: ALTAMIRA/8001 
Fecha de envío: 6 de octubre de 2014. Fecha de aceptación: 19 de diciembre de 
2014. 
mailto:panshoteacher@hotmail.com
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RESUMEN. 
En este trabajo se aborda el tema de la necesidad de una filosofía propia que 
defina e identifique a la educación mexicana. Se propone llevar a cabo una 
reflexión sobre la necesidad de contar con una filosofía que no sólo identifique el 
quehacer docente de México sino que también lo proyecte como modelo de 
pensamiento para otros países. 
Palabras Clave: Educación, Filosofía, Educación Mexicana. 
ABSTRACT. 
This paper addresses the topic of the need of an own philosophy that defines and 
identifies the Mexican education. It intends to carry a reflexive thinking about the 
need for accounting a Mexican education philosophy that not only identifies the 
teaching work of Mexico but also projects it as a model of thought for other 
countries. 
Key words: Education, Philosophy, Mexican Education. 
 I. – INTRODUCCIÓN. 
¿Existe una filosofía de la educación mexicana? A juicio del autor de este ensayo 
la respuesta es, tristemente, no. Desde la educación positivista adoptada durante 
la época del Porfiriato, a la educación con carácter social y popular de los veinte y 
hasta el inicio de los ochenta, pasando por distintos modelos "educativos", se 
tenía en común la convicción de que la educación era factor de cambio, individual 
y social para la transformación nacional tal y como lo señala Guevara González 
(2002). Muchos han sido los intentos; algunos con cierto éxito, de imponer ideas y 
tendencias filosóficas dentro del modelo educativo mexicano. Dichos intentos se 
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pueden ver aún cuestionados por los resultados abrumadores que arroja la 
valoración al sistema educativo nacional a la vista de organismos tanto nacionales 
como internacionales. 
 Cada filósofo o su escuela defiende apasionadamente sus argumentadas 
ideas pues, no en pocos casos, el triunfo al implantar dichas ideas se deriva en 
acceso al poder y dejan de lado el análisis de los mecanismos reales que guían 
las acciones, mecanismos que no están en un orden ideal, sino en el mismo 
terreno de la acción política y por ende del acto educativo. Este trabajo sugiere la 
idea de contar con una filosofía enraizada en la misma cultura mexicana que guíe 
el pesado trabajo del quehacer formativo del docente: educar. 
II.- DESARROLLO. 
2.1 Diferentes corrientes filosóficas. 
El quehacer humano se desarrolle en el ámbito en que se desarrolle, lleva consigo 
la influencia de las propias ideas pero también es un hecho innegable que su 
influencia se enriquece o se envilece por ideas tomadas de otros seres humanos 
de las latitudes circundantes o de fuentes universales. Tal es el caso de la 
educación. Como quehacer humano y producto de la transmisión de 
conocimientos actitudes y habilidades la Educación requiere abrevar de fuentes, 
en el caso que nos ocupa, del campo de la Filosofía. Muchos hombres y mujeres 
han convertido (voluntaria o involuntariamente) sus ideas en Filosofía; entendida 
ésta como: Conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los 
principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, 
así como el sentido del obrar humano (Diccionario de la Real Academia Española 
2014). Las principales corrientes filosóficas que han influido en el pensar universal 
son: El idealismo, el realismo, el escepticismo, el dogmatismo, el subjetivismo, el 
relativismo, el empirismo, el racionalismo, el criticismo, el pragmatismo, el 
materialismo, el historicismo, la fenomenología, el existencialismo, el positivismo, 
el estructuralismo y el idealismo. 
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 Diremos que el vocablo “idealismo” fue acuñado por Leibniz quien empleó 
el término idealista al referirse a Platón y a otros autores para quienes la realidad 
es la forma o la idea. Estos autores idealistas o formalistas sostienen doctrinas 
diferentes de las ya propuestas por otros autores, como por ejemplo, Epicuro, 
calificado de materialista. La filosofía idealista de la época moderna se funda 
igualmente en las ideas, aunque el significado moderno de la idea no siempre es 
igual al del platonismo, pero no podemos separarlo de su sentido antiguo. 
 En cuanto al “Realismo” es el nombre que se da a una posición adoptada 
en la teoría del conocimiento o en la metafísica. En ambos casos, el Realismo no 
se opone al Nominalismo, sino al Idealismo”. El Realismo a su vez concede un 
lugar a la duda en la vida intelectual, pero considera la vida universal como la 
muerte de la inteligencia. Para el Realismo el espíritu humano puede conocer al 
ser “en sí”, y la verdad no es otra cosa, que la conformidad del juicio con la 
realidad. El Escepticismo es la facultad de oponer, de todas las maneras posibles 
los fenómenos posibles y los noúmenos; y de ahí llegamos, por el equilibrio de las 
cosas y de las razones opuestas (isostenia), primero a la suspensión del juicio 
(epojé) y después a la indiferencias (ataraxia)” (Corrientes Filosóficas, 2012). 
 El Escepticismo toma una actitud contraria al Dogmatismo. Esta corriente 
tiene una posición que el sujeto no puede aprehender al objeto. Por otra parte la 
palabra “dogma” de origen griego significa doctrina fijada. Para los primeros 
filósofos significó "opinión". 
 El Dogmatismo es una escuela filosófica que: “Da por supuestas la 
posibilidad y la realidad del contacto entre el sujeto y el objeto” y “los objetos de la 
percepción y los objetos del pensamiento nos son dados de la misma manera: 
directamente en su corporeidad.” Pero el conocimiento para esta corriente no es 
un problema: “suponen la capacidad cognoscitiva del hombre y suponen que la 
realidad de hecho existe; su preocupación es la naturaleza”. 
 Para definir la corriente del Subjetivismo diremos que es toda teoría del 
conocimiento donde el carácter de verdad se hace dependiente en una forma o en 
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otra, de la constitución del sujeto que conoce. Toda teoría que pueda afirmar que 
lo que es verdad para un sujeto puede no serlo para otro. El Subjetivismo en 
general es la reducción de toda verdad y moralidad a la individualidad psíquica del 
sujeto particular, siempre variable e imposible de trascender, sin posibilidad alguna 
de validez de una verdad absoluta universal (Ferrater Mora, Cohn, & Terricabras, 
2009). 
 El Subjetivismo limita la validez de la verdad al sujeto que conoce y juzga. 
El llamado Empirismo es un movimiento filosófico cuyas ramificaciones son 
múltiples. El único rasgo común a todas ellas es no admitir más que un medio de 
conocimiento: la experiencia. Para esta doctrina, el origen de nuestros 
conocimientos no está en la razón, sino en la experiencia, ya que todo el 
contenido del pensamiento, primera ha tenido que pasar por los sentidos. 
Racionalismo viene de la palabra latina “ratio” = razón. En general, es la 
concepción que ve en el espíritu, la mente y el entendimiento, el fundamento de 
toda relación del hombre con el mundo considerada esta relación como forma 
superior del pensar humano. El Racionalismo entonces, es la absolutización de la 
razón, y se da con mucha fuerza en la época moderna, aunque no surgió en este 
periodo, porque desde mucho antes, se habían dado intentos en torno a la razón 
frente a los hechos de la experiencia. Esta corriente se caracteriza por lo real, por 
los conceptos o sistemas mentales y a la explicación de la ciencia en términos 
lógicos. Al hombre se le presenta como animal pensante, con dignidad y atributos 
de persona. Mientras que por criticismo se entiende la doctrina de Kant, que 
sostiene la superioridad de la investigación del conocer sobre la investigación del 
ser. Esta corriente estáconvencida de que es posible el conocimiento para el 
hombre, acepta que puede llegar a poseer la verdad, puede tener conocimientos 
que dan certeza, pero que hace indispensable justificar racionalmente la forma 
cómo llegamos al conocimiento, es decir, cómo llegamos al conocimiento y en qué 
forma se nos da la realidad. 
 El Criticismo examina todas las afirmaciones de la razón humana y no 
acepta nada despreocupadamente. Dondequiera pregunta por los motivos y pide 
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cuentas a la razón humana. Su conducta no es dogmática ni escéptica, sino 
reflexiva y crítica. Es un término medio entre la temeridad dogmática y la 
desesperación escéptica. La filosofía pragmática es un movimiento filosófico 
desarrollado especialmente en Estados Unidos e Inglaterra, pero con repercusión 
y desarrollo parcial en otros países. 
 El Pragmatismo consiste en reducir “lo verdadero a lo útil” negando el 
conocimiento teórico en diversos grados; para los más radicales sólo es verdadero 
aquello que conduce al éxito individual, mientras que para otros, sólo es verdadero 
cuando se haya verificado con los hechos. Los filósofos defensores del 
materialismo afirman que todo lo que existe no está determinado y se explica por 
algo superior y previo a lo experimentable y aprehendible empíricamente (Dios, 
espíritu, inteligencia del mundo, ideas), sino que está determinado en su ser sólo 
por algo material y en su comportamiento sólo por la causalidad eficiente el 
Historicismo se basa en que la historia da origen a una rica problemática, que se 
despliega en múltiples cuestiones. En primer lugar debemos distinguir dos 
aspectos: la historia como realidad y la historia como ciencia. La historia como 
realidad consiste en un conjunto de acciones humanas realizada sucesivamente 
en el tiempo y de sus resultados relacionados entre sí (Tita Lucía, 2014). 
 La historia como ciencia es el estudio crítico y la narración ordenada de 
esos acontecimientos. La historia es un resultado en que se conjugan todas las 
modalidades que reviste la realidad, la unidad y la diversidad, la necesidad y la 
libertad, el determinismo y la contingencia, la fijeza de leyes universales con la 
movilidad de los acontecimientos particulares, sujetos a múltiples circunstancias 
variables e imprevisibles que influyen en el curso de los sucesos. Fenomenología 
es la doctrina filosófica que estudia lo que aparece, es decir, los fenómenos. 
 Fue iniciada por el filósofo J.H. Lambert (1728-1777), al investigar sobre el 
tema de las apariencias. En la modernidad surge en el siglo XX en Alemania con 
Husserl. La fenomenología es el estudio de la ciencia del fenómeno, puesto que 
todo aquello que aparece es fenómeno. La fenomenología es una ciencia de 
objetos ideales, por tanto a priori y universal, porque es ciencia de las vivencias. 
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 “Es una ciencia esencialmente nueva, alejada del pensar natural, por lo que 
tiene de peculiar y por desarrollarse sólo en nuestros días se llama a sí misma 
ciencia de fenómenos. Si deseamos una base etimológica para definir a la 
corriente filosófica denominada existencialismo diríamos que proviene de los 
vocablos latinos Ex–Sistere, Existentia, que significan “lo que está ahí”, “lo que es” 
(Tita Lucía, 2014). 
 También Ex–Sistit, que es “lo que está afuera”; así, la existencia es 
equiparable a la realidad, lo que está “Ex” de la cosa que es. De este modo, el 
existencialismo, como relación hombre mundo, “lucha contra toda concepción del 
hombre que le considere independiente de sus relaciones con el mundo, como 
alma pura, conciencia pura, yo puro o espíritu puro”. El existencialismo es una de 
las corrientes filosóficas más importantes del Siglo XX, tiene sus raíces en 
pensadores como Sören Kierkegaard y su posición sobre la angustia. Surgió 
después de la Primera Guerra Mundial y tuvo un resurgimiento en la Segunda 
Guerra Mundial. 
 Cuando se habla del Positivismo se dice que es un sistema filosófico 
basado en la experiencia y el conocimiento empírico de los fenómenos naturales, 
en el cual la metafísica y la teología son sistemas de conocimientos imperfectos e 
inadecuados. El movimiento Estructuralista inicialmente aparece como una 
metodología científica, convirtiéndose luego en una ideología filosófica que 
pretende elaborar teorías objetivas y verificables, a través del control científico a 
las ciencias del espíritu. 
 En el Estructuralismo el hombre pasa de ser sujeto de la historia y de la 
cultura, a ser objeto que se conoce por la objetividad y la neutralidad científica. 
Quienes asumieron el estructuralismo “buscaron la permanencia y estabilidad de 
las estructuras que duran y derivan su significado solamente de sí mismas y de 
sus raíces en una naturaleza humana, en cuanto realidad plenamente 
determinada como los demás objetos del mundo (Ferrater Mora, et al., 2009). 
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 Para los propósitos de este trabajo sólo estudiaremos tres corrientes 
filosóficas que tuvieron gran impacto en México: Los Positivistas, La Escuela 
Nueva y la Escuela Crítica cuya influencia históricamente podemos considerar 
como base sólida de la toma de conciencia de una realidad Mexicana que nos 
pertenece y que nos lleva reflexionando a veces con violencia todas sus 
problemáticas por un lado y, por otro a partir de esa particular toma de conciencia 
y de ese proceso de reflexión; a veces, adormecido, de la existencia de filosofías a 
través de nuestra historia en un proceso de identidad propia y desarrollo filosófico. 
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Gráfica 2 Principales corrientes filosóficas y sus Representantes 
Corriente Filosófica Representantes 
Idealismo 1. Platón 2. Renato Descartes 3. Nicolás 
Malebranche 4. Godofredo Guillermo Leibniz 5. 
Emmanuel Kant 6. Juan Teófilo Fichte 7. 
Federico Guillermo José Schelling 8. Jorge 
Guillermo Federico Hegel
Realismo 1. Aristóteles 2. San Anselmo de Canterbury 3. 
Pedro Abelardo 4. Santo Tomás de Aquino
Escepticismo Moderno 1. Miguel de Montaigne 2. David Hume 3. 
Pedro Bayle 
Dogmatismo 1. Tales de Mileto 2. Anaximandro 3. 
Anaxímenes 4. Pitágoras 5. Heráclito 
Pensamiento 6. Parménides 
Empirismo 1. Tomas Hobbes 2. John Locke 3. George 
Berkeley 4. David Hume 
Positivismo 1. Augusto Comte 2. Saint Simon 3. John 
Stuart Mill 
Estructuralismo 1. Claude Levi Strauss 2. Michel Foucault 3. 
Rolando Barthes
Racionalismo 1. Renato Descartes 2. Blas Pascal 3. 
Nicolás Malebranche 4. Baruc Spinoza 
5. Godofredo Guillermo Leibniz 
Pragmatismo 1. William James 2. Charles Sanders 
Pierce 3. John Dewey 
Materialismo 1. Carlos Marx 2. Federico Engels 3. Ludwig 
Feuerbach
Historicismo 1. Guillermo Dilthey 2. Karl Popper 3. 
Johann Gotfried Herder 
Fenomenología 1. Edmund Husserl 2. Max Scheler 
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Fuente: Elaboración del autor basado en Gadotti (2011). 
2.1.1 Los Positivistas. 
El Positivismo es un concepto que expresa un conjunto de ideas, las cuales, al 
igual que otros muchos sistemas filosóficos, pretenden o han pretendido poseer un 
valor universal. Es decir, pretenden valer como soluciones a los problemas que se 
plantea el hombre, cualquier que sea su situación espacial o temporal, geográfica 
o histórica (Zea, 1981). Se les atribuye a los filósofos positivistas el haber puesto 
las bases para que la educación del tipo burgués asentara sus reales. El nombre 
de “positivistas” se les asignó gracias a la obra del conocido filósofo francés 
Auguste Comte, Curso de Filosofía Positiva publicado entre los años 1830 y 1842. 
El prologuista Frederick Ferré comenta que la tormentosa y creativa vida del 
fundador de la filosofía positivista empezó en el año de 1798, cuando toda Francia 
estaba rota por los excesos recientes de su gran Revolución. Nacido en el seno de 
una familia Católico-Romana y con fuertes simpatías hacia la monarquía, el niño 
fue bautizado como Isidoro Augusto María Francisco Javier Comte; quien pronto, 
repudiaría sus orígenes y se convertiría en unode los críticos más radicales de los 
tiempos modernos. A la edad de catorce años Comte había abandonado toda 
creencia en Dios; a quien (aún en su tardía y precaria religiosidad) jamás 
regresaría. Casi al mismo tiempo hizo su autoproclama como anti monárquico en 
el campamento político y solicitó ser admitido en la École Polytechnique con la 
esperanza de recibir una educación científica de primera mano (Ferré, 1988). 
 Auguste Comte estudió en la escuela politécnica de París, donde fue 
influido por algunos intelectuales, entre los cuales está el matemático Joseph-
Louis Lagrange (1736-1813) y el astrónomo Pierre Simón de Laplace (1749-1827). 
Existencialismo 1. Sören Kierkegaard 2. Martin Heidegger 
3.Jean Paul Sartre 
Existencialismo Cristiano 1. Blas Pascal 2. Gabriel Marcel 3. Karl 
Jaspers
Filosofía de la Educación 
1. María Montessori 2. Roger Cousinet 3. 
Paulo Frèire. 4. William H. Kilpatrick 
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Fue secretario de Saint–Simon de quien siguió la orientación para el estudio de las 
ciencias sociales y las ideas de que los fenómenos sociales como los físicos 
pueden ser reducidos a leyes y de que todo conocimiento científico y filosófico 
debe tener por finalidad el perfeccionamiento moral y político de la humanidad 
(Gadotti, 2011). 
 La tesis de Comte se fundamenta en que una ciencia llamada verdadera 
tiene el deber del análisis total incluyendo aquel de los fenómenos de índole 
humana como si estuviera analizando hechos. Es decir para Auguste Comte la 
ciencia necesita ser positiva. Para Comte resultaba fácil contemplar el desarrollo 
de la historia de la humanidad en tres etapas: La Etapa Teológica, donde el 
hombre se explicaba absolutamente todos los fenómenos dándoles tintes 
religiosos, la Etapa Metafísica, donde todo era explicado mediante ideas más bien 
abstractas, y finalmente, la Etapa Positiva donde se procuran las explicaciones de 
índole científica (Gadotti, 2011). 
 Así, basado en estas tres etapas Auguste Comte concibe el proceso 
pedagógico y lo sitúa dentro de tres fases: La fase de la infancia, la fase de la 
adolescencia y la juventud y la fase de la madurez o edad positiva. 
 ¿Qué pretendía el positivismo? Pretendía que la manipulación mágico-
mítica de la realidad se sustituyera por una visión más bien científica. El 
positivismo acabó instaurando otro tipo de religión: La fe en la ciencia. El 
positivismo surge como una filosofía; pero, al incurrir en asuntos sociales se 
convierte en ideología. El Positivismo (o materialismo o naturalismo) propone que 
todas las teorías que construyamos acerca de la realidad deben ser validadas 
lógica y empíricamente. Todo aquello que no se pueda validar debe ser 
inmediatamente rechazado (Gadotti, 2011). 
 Ahora bien, si se desea hacer una crítica al positivismo se puede consultar 
a José Luis Ferreira (2009) y reflexionar sobre el hecho de que el Positivismo: 
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1. Hace el supuesto de una realidad exterior comprensible. 
2. La inducción no establece deducciones lógicas. 
3. Usa el verificacionismo en lugar del falsacionismo (El verificacionismo y el 
falsacionismo son lógicamente hablando, exactamente la misma cosa. 
Metodológicamente, con el falsacionismo se trataría de enfatizar que, si bien una 
teoría nunca puede ser aceptada al 100%, sí puede ser rechazada al 100%). 
4. Cree que las teorías que formula y acepta la ciencia reflejan la estructura 
de la realidad. 
Dejemos que sea el Maestro Leopoldo Zea (1981) quien nos ilustre con sus 
propias palabras acerca del movimiento positivista en México. Zea dice: El 
positivismo en México ha estado abiertamente ligado a un grupo social y con 
pretensiones políticas precisas, ha determinado las interpretaciones políticas que 
casi siempre se le han dado. Las interpretaciones que se han dado al positivismo 
en México han estado determinadas por la posición social, política o religiosa de 
sus intérpretes. 
 Existe una interpretación que podríamos llamar de ¨derechas¨, casi siempre 
hostil al positivismo de México, y una interpretación de ¨izquierdas¨, en muchos 
puntos conforme con el positivismo. A esto se deben interpretaciones como la de 
Emeterio Valverde Téllez, en la que se dan los más duros calificativos a los 
positivistas mexicanos. O bien la devoción, en muchas formas expresada por los 
grupos de izquierda, hacia la figura de Gabino Barreda. 
 En un último trabajo sobre el positivismo de México, el de José Fuentes 
Mares (1982), en el que se hace una excelente exposición del mismo, no falta la 
interpretación crítica derivada de las ideas políticas que el autor sostiene. 
 Se trata, como se ve, de una filosofía viva aún; de una filosofía en torno a la 
cual no se han borrado las pasiones (Zea, 1981). 
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2.1.2 La Escuela Nueva. 
El término Escuela Nueva se refiere a todo un conjunto de principios que surgen a 
finales del siglo XIX y se consolidan en el primer tercio del siglo XX como 
alternativa a la enseñanza tradicional. Estos principios derivan generalmente de 
una nueva comprensión de las necesidades de la infancia. 
 La Escuela Nueva se plantea un modelo didáctico y educativo 
completamente diferente a la tradicional: va a convertir al niño en el centro del 
proceso de enseñanza y aprendizaje, lo que se ha denominado paidocentrismo, 
mientras que el profesor dejará de ser el punto de referencia fundamental, 
magistrocentrismo para convertirse en un dinamizador de la vida en el aula, al 
servicio de los intereses y necesidades de los alumnos. Este movimiento de 
renovación pedagógica y de reforma escolar nace y se desarrolla a finales del 
siglo pasado y comienzos del siglo XX. La incidencia teórica y práctica de las 
nuevas corrientes educativas renovadoras se convierten en fuerza desigual a lo 
largo de la geografía y de la historia (Ferrater Mora, 2009) 
2.1.2.1 Precursores de le Escuela Nueva. 
Juan Amós Comenio (1592-1670) nació en Niwnitz (Moravia) en una familia 
perteneciente a la unión de los Hermanos Moravos, huérfano de padre y madre a 
los doce años, completó sus estudios en las escuelas de la misma secta. Es 
considerado como el padre de la pedagogía moderna y el organizador y 
propagador de la escuela nacional. Encontramos la palabra vibrante de este 
educador que anima su obra con todos los sentimientos sublimes de un alma 
consagrada al servicio de la humanidad. Escribió en latín su obra la Didáctica 
magna que más adelante, en 1628 la escribió en checo. Esta obra, entre nosotros 
puede conocerse como la Gran Didáctica, es un importante ensayo de 
sistematización pedagógica en el que se parte de un principio fundamental; un 
confiado optimismo en la perfectibilidad del género humano, y en el poder de la 
educación para mejorar al hombre y a la sociedad. 
JEAN–JAQUES ROUSSEAU (1712-1778). 
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Inscrito dentro del movimiento ilustrado y la Enciclopedia, pronto se apartó del 
criterio supremo de la razón y lo sustituyó por el sentimiento. Las bases de su 
filosofía durante mucho tiempo fueron el sentimiento, la utilidad y la felicidad del 
género humano. La clave de su teoría la encontramos en el “Contrato social”. 
 Para él, el Contrato social pretende transformar la libertad natural en 
libertad cívica. Todos los derechos civiles nacen del Contrato. El gran problema es 
cómo es posible educar a un individuo para que piense en términos democráticos, 
en una sociedad no democrática. Quizás por eso se plantea educar fuera de la 
sociedad, para la sociedad, a su Emilio. “Emilio” fue la obra precursora de la 
educación moderna, la descubridora del niño. El gran hallazgo de Rousseau fue 
entender al niño como sustancialmente distinto del adulto y sujeto a sus propias 
leyes de evolución. Plantea una nueva pedagogía y una nueva filosofía de la 
educación basadas en los intereses y necesidades del niño y en el desarrollo 
natural en libertad. “Emilio” es una novela pedagógica que está escrita con la 
intenciónexpresa de exponer en forma concreta los criterios educativos de 
Rousseau aplicados a un niño imaginario confiado a un preceptor (Ferrater Mora, 
2009). 
JOHANN HEINRICH PESTALOZZI (1746-1827). 
Se le considera uno de los educadores que más influyó en los movimientos 
contemporáneos de renovación pedagógica. Sus obras de pedagogía figuran entre 
las más leídas. Destacan: “Canto del cisne” y “Cómo Gertrudis enseña a sus 
hijos”. Le da una dimensión práctica a las teorías de Rousseau y atenúa sus 
postulados más radicales, incorporando aspectos importantes de educación social. 
Para él a educación elemental está basada en el desarrollo armónico de las 
capacidades intelectuales, afectivas y artísticas. El fundamento absoluto del 
conocimiento es la intuición, entendida por Pestalozzi como el acto espontáneo y 
creador por el cual el niño se representa en mundo que le rodea y que se 
manifiesta en tres leyes: el número, la forma y la palabra. Todo su trabajo en el 
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ámbito moral y educativo va a consistir en despertar las fuerzas que existen en 
cada educando para encaminarlo hacia el deseo del bien. 
 Le da mucha importancia a los factores afectivos en la educación paro 
también considera como fundamental la claridad expositiva basada en la 
experiencia, es decir, en la intuición efectiva de las cosas. Un principio educativo 
fundamental para él fue el de actividad, el aprender haciendo, pero tienen mucha 
importancia los papeles del educador y de la madre. Contando con una verdadera 
legión de estructuradores , seguidores y defensores la escuela nueva encuentras 
a sus máximos exponentes en : Adolphe Ferreire (1879-1960), John Dewey 
(1859-1952), Ovide Decroly (1871-1952), Jean Piaget (896-1980), B.F.Skinner 
(1904-1990) y quizás el más conocido: Paulo Freire (1921-1997) (Gadotti, 1998). 
Todos los ideólogos anteriormente citados defendieron la idea de que la Educación 
estaba llamada a propiciar los cambios en la sociedad y que ésta a su vez, la 
transformara por la misma dinámica del cambio. Se puede decir entonces, que de 
alguna manera, la Escuela Nueva ha sido el resultado de las necesidades de la 
sociedad capitalista moderna. 
 Los Estados Unidos, desde la independencia, ha sido el país que más 
deprisa ha facilitado el acceso de las masas a la escuela primaria y, más adelante, 
a la secundaria y superior. John Dewey era consciente del hecho de que este 
esfuerzo cuantitativo de escolarización no se correspondía con una mejora 
cualitativa. Este era el diagnóstico que él hacía: existe un divorcio importante entre 
los cambios económicos y tecnológicos y la toma de la conciencia social de estos 
cambios, a causa sobre todo del peso de la moral tradicional y de unos hábitos y 
valores arcaizantes. Y este divorcio sólo se puede superar con la consolidación de 
la democracia a través de una nueva estrategia educativa, aplicando el método del 
conocimiento científico en todos los ámbitos de la vida individual y social y 
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enseñando a futuros ciudadanos los hábitos para participar en una sociedad 
democrática (Dewey y Carbonelli Sebarroja, 2009). 
 Quizás la premisa más conocida y contundente que la Escuela Nueva 
aportó a la educación en general sea: ¨Aprender Haciendo¨ que formulara el 
Norteamericano John Dewey en su obra ¨Democracia y Educación¨. Este 
movimiento filosófico tuvo una enorme difusión en los EE.UU, sobre todo en el 
período alrededor de las dos grandes guerras, aunque empezó a perder interés 
por parte de la sociedad en los años 40 para desaparecer prácticamente en su 
totalidad después de la 2ª Guerra Mundial. Analicemos con cuidado las palabras 
de John Dewey a nuestro juicio contundentes y llenas de profunda sabiduría: 
Sociedad es una palabra, pero muchas cosas. Los hombres se asocian en toda 
clase de formas y para toda clase de fines. Un hombre está comprometido en 
multitud de grupos diversos, en los cuales sus asociados pueden ser muy 
diferentes. Parece con frecuencia como si no tuvieran nada en común, excepto 
que son modos de vida asociada. Dentro de cada organización social más amplia 
hay numerosos grupos menores: no sólo subdivisiones políticas, sino también 
asociaciones industriales, científicas, religiosas (Dewey & Luzuriaga, 1995). 
 Hay partidos políticos con diferentes aspiraciones, gentes de sociedad, 
corrillos, bandas, corporaciones, sociedades en comandita, grupos íntimamente 
unidos por lazos de sangre y así en una diversidad infinita. En muchos Estados 
modernos y en algunos antiguos hay gran diversidad de población, de lenguas, 
religiones, códigos morales y tradiciones. Desde este punto de vista, muchas de 
nuestras unidades políticas menores, por ejemplo, una de nuestras grandes 
ciudades, son un conglomerado de sociedades laxamente asociadas más que una 
comunidad general y compenetrada de acción y pensamiento (Dewey & 
Luzuriaga, 1995). 
 Para Dewey la sociedad y la comunidad son conceptos ambiguos. Afirma 
que ambos conceptos tienen un sentido axiológico o normativo y otro descriptivo; 
un sentido de jure y un sentido de facto. Sostiene que cuando se habla de la 
filosofía social, la primera interpretación es casi siempre la predominante. 
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 En la concepción social deweyana se dice que la falta de intercambio libre y 
equitativo que surge de una variedad de intereses compartidos desequilibra los 
estímulos intelectuales. Cuan ciertas resuenan aún esas palabras y cuanta 
vigencia conservan aún. En las propias palabras de John Dewey: La diversidad de 
estímulos significa novedad y la novedad significa incitación al pensar. Cuanto 
más se limita la actividad a unos cuantos puntos determinados, como ocurre 
cuando las divisiones rígidas de clase impiden un intercambio adecuado de 
experiencias más tiende la acción a convertirse en una rutina para la clase en 
posición desventajosa, y en caprichosa, arbitraria y explosiva para la clase que 
ocupa la posición materialmente afortunada. Platón definió al esclavo como aquel 
que acepta de otro los fines que rigen su conducta (Dewey & Luzuriaga, 1995). 
Esta condición se produce aun cuando no exista esclavitud en el sentido legal. Se 
encuentra siempre que los hombres se consagran a una actividad que es 
socialmente útil, pero cuya utilidad no comprenden, ni tienen un interés personal 
por ella. 
 Es una visión estrecha limitar la ciencia a asegurar una eficiencia de 
operación a los movimientos de los músculos. La principal oportunidad para la 
ciencia es el descubrimiento de relaciones de un hombre con su trabajo —
incluyendo sus relaciones con los demás que participan en él—, que atraerá sus 
intereses inteligentes a lo que está haciendo. La eficiencia en la producción exige 
a menudo la división del trabajo. Pero ésta se reduce a una rutina mecánica si el 
trabajador no ve las relaciones técnicas, intelectuales y sociales implicadas en lo 
que hace, y se dedica a su labor por los motivos proporcionados por tales 
percepciones.(Dewey y Carbonelli Sebarroja, 2009) 
 John Dewey (1995) nos dice que la educación es un proceso social, y hay 
muchas clases de sociedades, un criterio para la crítica y la construcción 
educativas implica un ideal social particular. Los dos puntos seleccionados por los 
cuales medir el valor de una forma de vida social son: la extensión en que los 
intereses de un grupo son compartidos por todos sus miembros y la plenitud y 
libertad con que aquel actúa con los demás grupos. 
! xviii
 En otras palabras, una sociedad indeseable es aquella que pone barreras 
interna y externamente al libre intercambio y comunicación de la experiencia. Una 
sociedad es democrática en la medida en que facilita la participación en sus 
bienes de todos sus miembros en condiciones iguales y que asegura el reajuste 
flexible de sus instituciones mediante la interacción de las diferentes formas de 
vida asociada. Tal sociedad debe tener un tipo de educaciónque dé a los 
individuos un interés personal en las relaciones y los controles sociales y los 
hábitos espirituales que produzcan los cambios sociales sin introducir el desorden. 
Desde este punto de vista se han considerado tres filosofías de la educación, 
típicas, históricas. Se encontró que la platónica tenía un ideal muy semejante en la 
forma al que hemos formulado, pero que estaba comprometida por hacer de la 
clase más que del individuo la unidad social. 
 Se encontró que el llamado individualismo de la "ilustración" del siglo XVIII 
suponía la noción de una sociedad tan amplia como la humanidad de cuyo 
progreso había de ser órgano el individuo. Pero carecía de un procedimiento para 
asegurar el desarrollo de su ideal, como se evidenció en su fracaso en volver a la 
naturaleza. Las filosofías idealistas institucionales del siglo XIX suplieron esta 
falta, haciendo del Estado la agencia, pero limitando con ello la concepción de la 
finalidad social a los que fueran miembros de la misma unidad política; y 
reintrodujeron la idea de la subordinación del individuo a la institución. 
 Al referirnos a la Escuela Nueva debemos hacerlo desde un punto de vista 
conceptual y otro teórico. Desde el punto de vista conceptual se debe aclarar lo 
que se entiende por escuela nueva y desde el punto de vista teórico se obliga una 
diferenciación semántica de conceptos tales como Escuela Activa, Moderna y 
Única. No es la primera vez que se habla de escuela nueva para referirse a una 
escuela que constantemente se renueva, que cambia, que se adapta a los nuevos 
tiempos y que se distingue de la tradicional. 
! xix
Gráfica 2 Comparativo: escuela tradicional y la escuela nueva 
!
Fuente: Elaboración por el autor. 
 De la misma manera que la Escuela Tradicional se autodenominó enemiga 
de la Escuela Nueva, esta también tuvo sus detractores, que la criticaron, la 
mayoría de las veces con pasión y retórica desmedida, tergiversando su esencia 
misma. La mayor detractora de la Escuela nueva fue a todas luces la Iglesia 
Católica y algunos de sus más incondicionales esbirros que acometieron contra la 
idea de la educación compartida de niños y niñas y de su laicismo. Varios 
conceptos emitidos por la escuela nueva han sido lentamente anexados a los 
proyectos educativos de escuelas públicas y privadas e incluso a varios 
conceptos legaloides. 
2.1.3 El pensamiento Crítico. 
Moacir Gadotti (2011) Nos dice que el movimiento de la escuela nueva hizo la 
crítica de los métodos tradicionales de la educación. El marxismo y el positivismo, 
a su modo, también hicieron la crítica de la educación en tanto que pensamiento 
antiautoritario. Los existencialistas y fenomenologistas, bajo el impacto de dos 
guerras mundiales, se preguntaban lo que estaba equivocado en la educación 
para formar hombres que llegaban a odiarse tanto. El optimismo pedagógico del 
inicio del siglo no resistió tanta violencia. A partir de la segunda mitad del siglo XX 
la crítica a la educación y a la escuela se acentuó. 
 Encabezado este movimiento por personalidades tales como Luis Althusser 
(1918-1990), Pierre Bourdieu (1930-2002), Jean Claude Passeron (1930), Claude 
La Escuela 
Tradicional 
• 1.Magistroc
entrista 
La Escuela 
Nueva 
• 1.- 
Puericentri
! xx
Baudelot (1938), Walter Benjamín (1892-1940), Basil Berstein (1924-2000), Henry 
Hiroux, Roger Establet (1938) y en América Latina, Horacio Cerruti Gudberg. 
 La problemática de esta filosofía ha cambiado pero no la preocupación por 
ofrecer solución a los problemas que nuestra cambiante realidad va planteando. 
Otras son ya las metas. Ya no el progreso del que hablaba el positivismo, sino algo 
que ha de ser previo al mismo, la condición misma de su posibilidad, que será 
expresada en la idea de liberación. 
 Es en la historia de las ideas, que a lo largo de varios años ha venido 
elaborando el Comité de Historia de las Ideas de la Comisión de Historia del 
Instituto Panamericana de Geografía e Historia, Que se han ido destacando los 
problemas planteados y las soluciones dadas a los mismos. Historia que con ello 
ha mostrado la existencia de un auténtico filosofar latinoamericano sobre la 
realidad latinoamericana, con independencia del origen del instrumental 
conceptual y racional utilizado. La preocupación misma por la existencia de una 
filosofía latinoamericana es ya expresión de esta anhelada filosofía. Sus 
respuestas forman el rico acervo que habla de la existencia de la misma (Cerutti 
Guldberg, 2006). 
Las premisas básicas de la filosofía crítica son: 
1. La función de la escuela capitalista es la reproducción de la sociedad. 
2. Toda acción pedagógica es una imposición arbitraria de la cultura de las 
clases dominantes. 
3. La escuela se constituye en el instrumento más acabado del capitalismo 
para reproducir las relaciones de producción y la ideología del sistema. 
4. Toda acción pedagógica es una violencia simbólica. 
5. Los profesores no pueden escapar a sus ideologías. 
6. El origen social marca la carrera escolar y posteriormente la profesión laboral. 
! xxi
 Los críticos pedagógicos pretendían provocar transformaciones en la 
educación, articular el aprendizaje con conceptos de política, contexto socio-
cultural e historia. Proceso en el cual la inteligencia y el conocimiento, llegan a una 
postura sobre un tema de forma efectiva y justificada. 
 Trata de salirse de subjetividades e impresiones, requiriendo por tanto de la 
observación precisa de la realidad, evaluación de fuentes y argumentos y 
conclusiones. ¿La escuela reproduce en la sociedad? Pensaban que la escuela 
era la reproducción de la sociedad y su función era la imposición injusta, de las 
clases dominantes sobre las dominadas. Burguesía y proletariado (Uribe, 2007). 
2.2 México. 
Sólo se puede hablar de intentos de una Mexicanus philosophia como tal a partir 
del siglo XVI puesto que antes la filosofía estaba ligada a mitos y leyendas, 
introducida por los españoles, la corriente filosófica será la escolástica en la que 
se respaldaran estos para justificar su dominio y su guerra al indígena. Algunos de 
los temas más importantes de los que trata la escolástica fueron: La humanidad 
del indio, el derecho de hacer la guerra a los aborígenes, el justo título para 
dominar América. La escolástica se mantuvo vigente hasta el siglo XVIII cuando 
las ideas de la ilustración empiezan permear en América. Más tarde, hacia 1824, 
la mayoría de los países americanos han alcanzado su independencia y empieza 
el desarrollo de una filosofía hispanoamericana. Hacia finales del siglo XIX las 
ideas más comunes son el positivismo, el materialismo y el experimentalismo. 
 Si se habla de ideólogos impulsores del pensamiento mexicanista, se debe 
mencionar a José Vasconcelos pero también Antonio Caso, entre otros (llamados 
los fundadores). En el continente americano no pocos se dedicaron a dar sentido y 
fundamentos fuertes a la cultura de nuestros países, por ejemplo José Enrique 
Rodo, Alfonso Reyes y Pedro Henríquez Ureña. Al principio del siglo XX existen 
corrientes como el anti naturalismo, vitalistas, e idealismo. También la metafísica. 
Autores como Bourroux Croce, James y Bergson, este último se convierte en “el 
oráculo de los intelectuales”. El marxismo no se presenta con mucha fuerza en las 
! xxii
universidades, pero, tiende a vulgarizarse y las escuelas católicas difunden el 
tomismo (Salazar Bondy, 1988). 
 Hacia los años 40 el existencialismo de Sartre se vuelve popular y hay 
mucha influencia de la lógica y la epistemología, estas dan paso a la introducción 
del positivismo lógico y la escuela analítica lingüística. Ya existe una actividad 
filosófica regular con suficientes medios para asegurar su supervivencia y su 
desarrollo. El hecho es que la filosofía fue introducida desde cero sesgando las 
ideologías indígenas de nuestros países, sin unatradición clara ni bases fuertes 
como las de Europa. En Hispanoamérica el filosofar en general ha sido repetir los 
patrones de las escuelas ya establecidas en Europa porque no existe una 
tendencia metodológica característica. Ausencia correlativa de aportes originales, 
un enorme trecho entre los que estudian y practican la filosofía y el grueso de las 
personas (Salazar Bondy, 1988). 
 Casi a finales del siglo XIX; 1867 para ser exactos, después de una de 
tantas confrontaciones políticas e ideológicas que escindió a México en dos 
bandos: conservadores y liberales y después de vencer a la intervención 
extranjera que impuso una monarquía encabezada por Maximiliano de Habsburgo, 
las fuerzas liberales dirigidas por el ilustre Benito Pablo Juárez García triunfaron. 
 El liberalismo se hace presente durante los años de 1820 a 1840; se puede 
sentir su influencia dentro de la redacción de la constitución de 1857 y también en 
las Leyes de Reforma, ya después del año 1867 el liberalismo dejó de ser una 
ideología de lucha contra las instituciones prevalentes. Las ideas reformistas, sus 
valores y su forma de gobernar se convirtieron; como ha ocurrido con muchas 
otras ideologías, en una leyenda del tipo político- aglutinador. Durante ese tiempo 
se cocinó la idea de implantar en México el positivismo de Augusto Comte y se 
concreta la intención precisamente el 16 de septiembre de 1867 al momento en 
que el Dr. Gabino Barreda y Moisés (1818-1881) con su famosa Oración cívica 
durante el movimiento independentista en Guanajuato expone su propia 
interpretación filosófica de la historia de México, a partir de los tres estadios 
señalados por Comte: ¨Así como la humanidad había pasado por una etapa mítica 
! xxiii
y otra metafísica ahora se iniciaba la positiva, que en otras palabras era la 
sociedad industrial capitalista” 
 El positivismo en México tuvo, se dice, aspectos positivos y negativos. Por 
un lado, sirvió para impulsar otra mentalidad basada en la ciencia y la técnica, 
según los propios idearios positivistas, necesarios para el desarrollo de este país, 
pero, por el otro, el positivismo no era por mucho decir, la única expresión de la 
ciencia en el plano mundial. Además, Comte dejó de lado a ciertas ciencias como 
la astronomía, el cálculo proposicional y a las disciplinas humanísticas. Pero lo 
más grave fue que el positivismo se anunciara por muchos como la única verdad 
y, por tanto, en forma acrítica y doctrinaria se convirtió en dogma cuasi religioso. 
Según Vargas Lozano (1997) la más acérrima crítica al ideario positivista se dio 
por medio de un grupo de jóvenes agrupados primero en la revista Savia Moderna 
(1906); luego, en la "Sociedad de conferencias" y finalmente en el "Ateneo de la 
juventud" (1909). Todos ellos alentados por Justo Sierra (1848-1912), Ministro de 
instrucción pública y bellas artes: uno de los más importantes intelectuales del 
México de fin de siglo; autor de obras fundamentales como Vida y obra de Juárez 
o La evolución histórica del pueblo mexicano y fundador de la Universidad 
Nacional de México. 
 Dentro de este importante grupo sobresalieron los filósofos Antonio Caso 
(1883-1946) y José Vasconcelos (1882-1959), y los polígrafos Pedro Henríquez 
Ureña (1884-1946) y Alfonso Reyes (1889-1959), entre otros. 
 Los distinguidos mexicanos Justo Sierra, Antonio Caso y José Vasconcelos 
dictan la crítica sobre la filosofía de la cultura nacional a través de sus obras. Sus 
pensamientos legados fueron decisivos durante las décadas de los años treinta, 
cuarenta y cincuenta. Dichos pensadores y su propia maniobra axiológica se 
dirigió a pensar sobre quiénes somos los mexicanos y cuál es la verdadera 
naturaleza de nuestra cultura después de más de un siglo de haber logrado la 
independencia y después del magno acontecimiento de la Revolución que dejó un 
millón de muertos. Para el año de 1934 se intentó volver al aspecto socialista de 
la filosofía. En 1933 se lleva a cabo el Primer Congreso de Universitarios 
! xxiv
Mexicanos por Vicente Lombardo Toledano (1894-1970) y Narciso Bassols. Este 
Congreso propone que la educación debería ser socialista. Esta decisión provoca 
una crisis que llega hasta escindir Universidades (como en el caso de la 
Universidad de Guadalajara y la Autónoma de Guadalajara). Caso se opone a que 
sea una sola concepción la que domine en la educación y apoya la autonomía 
universitaria y la libertad de cátedra. El socialismo no era sólo una idea de 
Lombardo sino que, por así decirlo, flotaba en al ambiente político y social al grado 
de que había sido adoptado inclusive por el Partido Nacional Revolucionario 
(antecedente del actual Partido Revolucionario Institucional) en su programa de 
gobierno, pero cuando se aprueba la reforma del artículo tercero, en virtud de la 
polémica desatada, se omite de la disposición a las Universidades (Guevara 
González, 2002). 
 La otra vertiente que se había venido desarrollando en México en el plano 
filosófico desde la década del treinta es la del marxismo. La ideología de corte 
marxista prendió en la sociedad mexicana con la adopción de la educación 
socialista aunque, se dice, en su versión pro-soviética. 
 Los estudiosos de las corrientes filosóficas advirtieron que entrada la 
década de los ochenta, se haría aún más evidente la crisis del marxismo y del 
inminente derrumbe del llamado socialismo real ello propiciaría el arribo de un 
pensamiento neo-liberalista que influiría profundamente en una gran parte del 
mundo. La implacable experiencia probó que estaban en lo cierto, para desgracia 
de muchos y beneficio de unos pocos. 
 Si se tuviera que hablar de una filosofía mexicana se tendría que decir que 
ésta se desarrolla a partir de los sesentas con diferentes rumbos. Se antoja 
imposible, en el marco de este ensayo, esbozar todas las concepciones y autores. 
Se omitiría a varios autores; otras corrientes filosóficas y diversos esfuerzos 
comunitarios muy loables que se han expresado mediante ciclos de coloquios y 
congresos. Si se desea conocer sobre dichos autores y sus ideologías se deberán 
consultar; por decir lo mínimo los congresos realizados por la "Asociación 
Filosófica de México". Recientemente en México se puede hablar de la filosofía 
! xxv
política, la filosofía del lenguaje, la ética, la estética, la metafísica, la filosofía de la 
ciencia, la historia de la ciencia y la tecnología; la filosofía de la cultura mexicana, 
la enseñanza de la filosofía, la filosofía colonial, la filosofía del siglo XIX y la 
filosofía del siglo XX. México sigue siendo proclive a la hermenéutica, el tomismo 
y el pragmatismo norteamericano, entre otras (Guevara González, 2002). 
III.- CONCLUSIÓN. 
 México ha evolucionado hacia lo global, hacia la complejidad, que desde épocas 
precolombinas se manifestaba en sus diversos pueblos, tribus y cosmogonías. A 
nuestro juicio, no se puede aún hablar de una filosofía mexicana en sí. Lo que sí 
podemos decir es que existen un actuar y un pensar muy propios del mexicano; 
circunscritos a territorio, fe y familia, lo cual; ha imposibilitado la unificación como 
una corriente filosófica propia. 
 Las diversas corrientes de la filosofía han influido en las concepciones 
ideológicas del sistema educativo mexicano. Lo crítico aquí, es que se han 
importado ideas filosóficas tal cual, como muchas otras cosas, negando la 
posibilidad de rescatar de aquellas los elementos necesarios para conformar una 
filosofía que tuviese el sello nacional, no que fuese una copia mal hecha de otra 
filosofía impuesta por un partido político como remedio para todos los males. Lo 
que aquí hemos hecho es sólo levantar el inventario de una tarea que se 
encuentra todavía por realizar. 
 El 8 de agosto de 2002 fue firmado en la ciudad de México el documento 
“México: compromiso social por la calidad de la educación” por los representantesde la mayoría de los sectores del país, el gobierno federal, los gobiernos estatales 
y la sociedad representada. El documento se enmarca en el Programa Nacional 
de Educación 2001–2006 y pretende establecer consensos para sumar esfuerzos 
de todos los grupos sociales y lograr así una educación de mejor calidad, tanto la 
que imparte el sector público como la que está a cargo del privado. Se antoja que 
este mismo tipo de pronunciamientos se hiciese a favor de una epistemología 
filosófica de la educación netamente Mexicana. Pues si no somos conscientes de 
! xxvi
nuestra propia identidad, de nuestras propias maneras de mirar la realidad, de 
cómo los mexicanos creemos, vivimos, necesitamos y sobre todo como 
merecemos ser educados, los intentos por implantar corrientes filosóficas ajenas 
dentro de nuestro espacio educativo, serán como nuevas conquistas: hierro y 
fuego que solo marcarán más la honda herida y el infinito espacio entre la realidad 
y la posibilidad. 
 En resumen: debemos filosofar, no para hacer "filosofía latinoamericana", 
sino simplemente para ''filosofar", más un filosofar auténtico, es decir, que reúna 
dialécticamente lo universal con lo particular, lo concreto, que no es otra cosa que 
lo nuestro en cuanto objeto preeminente, por donde aquel filosofar vendrá a ser 
mexicano. 
 La filosofía latinoamericana no puede nacer apologética de la filosofía, 
como defensa incondicional o elogio celebrativo del pensar filosófico, sino 
precisamente, en buena medida, como su destrucción a través de su reducción a 
"su" praxis inconfesada, porque solamente así resulta posible jugarla en una 
praxis distinta, e incluso opuesta (Cerutti Guldberg, 2006). En palabras del 
maestro Octavio Paz en su libro El laberinto de la Soledad: ¨Despertar a la historia 
significa adquirir conciencia de nuestra singularidad¨. Este trabajo asegura que de 
lo contrario, este país y sus intentos educativos; además de la pugna por una 
filosofía de identidad propia, seguirán durmiendo la noche de la historia que pudo 
haber sido. 
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