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anales de psicología, 1994, 10(2), 167-175 TEMA MONOGRÁFICO: EMOCIÓN Y SALUD - 167 - Emoción y cirugía Jenny Moix Queraltó* Universidad Autónoma de Barcelona Resumen: Uno de los pilares básicos en el que se susten- ta la Psicología de la Salud consiste en el reconocimiento científico de la influencia de la emoción sobre la salud. Cada día son más numerosos los trastornos de salud que se comprueba están afectados por procesos emocionales. En el presente artículo nos centramos en cómo los proce- sos emocionales, principalmente la ansiedad, pueden afectar a la recuperación postquirúrgica. Igualmente des- cribimos las técnicas psicológicas que se han mostrado efectivas para reducir dicha ansiedad y para facilitar la convalecencia. Palabras Clave: ansiedad prequirúrgica, recuperación postquirúrgica, Psicología de la Salud. Title: Emotion and Surgery. Abstract: Scientific admission of the emotion influence on health is one of the main supports on which Health Psychology is based. The empirical evidence which indi- cates health trastorns afected by emotional processes is increasing day by day. In this paper we pay special atten- tion on how emotional processes, specially anxiety, affect postsurgical recovery. We also describe some effective psychological techniques to reduce anxiety and to facili- tate recovery Key words: presurgical anxiety, postsurgical recovery, Health Psychology Introducción Ya en los escritos de los antiguos filósofos griegos podemos encontrar reflexiones en torno a la in- fluencia de los estados emocionales sobre la salud, aunque no ha sido hasta el presente siglo cuando se ha empezado a comprobar de forma experi- mental. El reconocimiento de esta influencia ha constituido uno de los pilares principales en el que se sustenta la Psicología de la Salud. En esta disciplina cada vez son más numero- sos los trastornos que a través de técnicas psicoló- gicas se intentan prevenir, paliar o tratar. Este in- cremento en la utilización de técnicas psicológicas se debe a que las alteraciones que se comprueba están afectadas por procesos emocionales van en aumento. Mientras en un principio se creía que só- lo era en las llamadas enfermedades psicosomáti- cas (úlceras de estómago, migrañas, etc.) donde * Dirección para correspondencia: Jenny Moix Queraltó. Labo- ratorio de Conducta. Facultad de Psicología. Universidad Autó- noma de Barcelona. Apartado 29. 08193-Bellaterra. Barcelona. © Copyright 1994: Secretariado de Publicaciones e Intercambio Científico, Universidad de Murcia, Murcia (España). ISSN: 0212-9728. Artículo recibido: 17-10-94, aceptado: 31-10-94. los componentes emocionales jugaban un papel importante, actualmente se reconoce que trastor- nos tan "orgáni-cos" como el Cáncer o el SIDA también pueden estar afectados por los mismos. Ello explica por qué la Psicología de la Salud se está especializando en el tratamiento de más alte- raciones. Recientemente en nuestro país, la Psicología de la Salud ha incorporado una nueva "especiali- za-ción". Se trata de la facilitación de la recupera- ción postquirúrgica mediante técnicas psicológi- cas. El estudio de la facilitación de la recuperación postquirúrgica desde una perspectiva psicológica constituye un avance para la Psicología de la Sa- lud española por varios motivos. En primer lugar, debemos tener en cuenta que en los hospitales generales la mayoría de los pa- cientes están ingresados para someterse a algún ti- po de intervención quirúrgica, por tanto si preten- demos que el psicólogo sea un miembro más en los equipos médicos de los hospitales españoles, es necesario que adquiera conocimientos sobre los aspectos psicológicos de los pacientes quirúrgicos, 168 J. Moix anales de psicología, 1994, 10(2) especialmente cómo disminuir su ansiedad y faci- litar su recuperación. Otro aspecto que debemos tener en cuenta pa- ra valorar la importancia de este campo de trabajo es que el tratamiento psicológico de los pacientes quirúrgicos en los hospitales, no sólo supone un beneficio humano (disminución de la ansiedad, dolor, etc.), sino también un beneficio económico. Como veremos más adelante, la aplicación de téc- nicas psicológicas al paciente quirúrgico suele re- ducir su estancia hospitalaria, si consideramos el alto coste de un día en el hospital; es fácil deducir que la aplicación de las mismas comporte benefi- cios económicos. Además la disminución de la es- tancia hospitalaria podría contribuir a solucionar el problema de las largas listas de espera que su- fren los hospitales de nuestro país. Asimismo, como comentan Martínez-Sánchez y Valiente (1994), el tratamiento del paciente qui- rúrgico, que se basa en gran medida en proporcio- nar información al paciente, es también necesario por motivos judiciales dado que el consentimiento informado se ha convertido en un derecho del pa- ciente. Dado que, por todas las razones expuestas, consideramos interesante que el psicólogo de la Salud esté capacitado para tratar al paciente qui- rúrgico, el objetivo del presente estudio es realizar una primera aproximación a los principales cono- cimientos que existen en esta área. Concretamente trataremos tres grandes puntos: - Influencia del estado emocional prequirúrgico en la recuperación postquirúrgica. - Mecanismos conductuales y fisiológicos respon- sables de esta influencia. - Técnicas psicológicas para reducir la ansiedad prequirúrgica y facilitar la recuperación. Influencia del estado emocional prequi- rúrgico en la recuperación postquirúr- gica La recuperación del paciente una vez operado de- pende principalmente de dos factores: el estado de su organismo antes de la intervención y la comple- jidad de la misma. Cuanto peor sea el estado físico del paciente y más compleja la intervención a la que ha de someterse, más probable será que su convalecencia sea larga y difícil. Un tercer factor que también parece incidir en la recuperación del paciente es su estado psicológico antes de la ope- ración. Esto es, los pacientes con un mejor estado psicológico prequirúrgico son los que mejor se re- cuperan. Ante esta afirmación nos podemos preguntar: ¿Qué significa un mejor estado psicológico? ¿Cuáles son concretamente los factores psicológi- cos que parecen afectar a la convalecencia? Las variables psicológicas predictoras de la recupera- ción son muchas. A continuación vamos a enume- rar las más estudiadas. Optimismo. Scheier, Matthews, Owens, Mago- vern, Lefebvre, Abbott y Carver (1989), en un es- tudio realizado con 51 hombres que debían some- terse a un By-pass coronario, observaron que los hombres más optimistas fueron los que necesita- ron menos días para ser dados de alta y para vol- ver a sus actividades cotidianas, asimismo fueron los que presentaron mayor calidad de vida tras la operación. Expectativas. Jamison, Parris y Maxson (1987) llevaron a cabo una investigación con 50 mujeres que debían someterse a una laparoscopia compro- bando que las mujeres con mayores expectativas de dolor, malestar y debilidad fueron las que su- frieron un mayor número de estos síntomas, así como mayor depresión e irritabilidad. Fe. Según un estudio llevado a cabo por un grupo de especialistas en salud mental de Chicago, las mujeres de edad avanzada que poseen una fuerte convicción religiosa tienen una recuperación más rápida y una menor tendencia a la depresión tras ser sometidas a cirugía por una fractura de cadera (Vanguardia, 18/1/91). Compañeros de habitación. Dos investigaciones han puesto de relieve que los sujetos que compar- ten la habitación con una persona ya operada dis- frutan de una más fácil recuperación que aquéllos que la comparten con alguien que todavía no ha sido intervenido (Kulik y Mahler, 1987; Kulik, Moore y Mahler, 1993). Tipo de habitación.Ulrich (1984) comprobó, en un estudio realizado con 46 pacientes que debían Emoción y Cirugía 169 anales de psicología, 1994, 10(2) someterse a una colecistectomía, que aquéllos que se encontraban en una habitación con vistas a un paisaje natural necesitaron menos analgésicos y menos días para ser dados de alta. Control. A partir de un trabajo realizado por Mahler y Kulik (1990), con 75 hombres que debí- an intervenirse quirúrgicamente (by-pass corona- rio), se pudo observar que los pacientes que antes de la operación percibieron tener más control so- bre su posterior recuperación necesitaron menos días para restablecerse. Apoyo social. El apoyo social, evaluado a partir del número de visitas por parte de la pareja del paciente, reduce el dolor y la estancia hospitalaria (Kulik y Mahler, 1989). Si nos fijamos detenidamente en la lista de va- riables expuesta, podemos extraer dos tipos de conclusiones: 1ª. Si, como hemos visto, las variables enumera- das afectan a la recuperación, y el objetivo del Psicólogo de la Salud es intentar facilitarla, enton- ces el psicólogo deberá conocerlas a fondo para realizar eficazmente su labor hospitalaria. En nuestra opinión, algunas de las tareas que debe realizar el psicólogo dentro del hospital en las que ha de tener en cuenta estas variables son: Diseño de técnicas psicológicas para mejorar la convalecencia. Basándonos en los resultados de los estudios anteriores, estas técnicas deberían ir dirigidas, por ejemplo, a aumentar el optimismo, mejorar las expectativas, etc. Modificación de la rutina hospitalaria. Otra mi- sión del psicólogo debería consistir en intentar mejorar aquellos aspectos de la rutina hospitalaria que perjudiquen el bienestar del enfermo. Para es- ta tarea, algunas de las variables citadas también deberían tenerse en cuenta. Así por ejemplo, el psicólogo debería asesorar sobre cómo asignar las habitaciones a los pacientes o sobre cómo debería ser el régimen de visitas. Participación en el diseño arquitectónico del hospital. Aunque cada vez nos estamos poniendo en un plano más utópico, si el objetivo del psicó- logo es facilitar la recuperación, una de sus tareas debería ser la participación en el diseño arquitec- tónico del hospital. Por ejemplo, a raíz de algunas de las variables que hemos comentado, el psicólo- go podría proponer que en los hospitales hubiera un espacio para prácticas religiosas dado que rezar es una técnica de afrontamiento que consigue buenos resultados en personas muy creyentes. O también podría aconsejar sobre la decoración de la habitación para facilitar la distracción o relaja- ción de los pacientes. 2ª. Un segundo tipo de conclusión que podemos extraer si nos fijamos en la lista de variables ex- puesta, es que todas ellas son factores estrecha- mente ligados a la ansiedad. Esto es, si los pacien- tes más optimistas son los que mejor se recuperan probablemente será porque son los que sufren menor ansiedad, o si por ejemplo los pacientes que comparten su habitación con enfermos ya operados son los que disfrutan una mejor conva- lecencia es posiblemente porque les tranquiliza poder observar otras personas que han superado con éxito una intervención quirúrgica. Este tipo de razonamiento lo podríamos extender a todas las variables citadas, por consiguiente podríamos pensar que la ansiedad es la variable clave. De he- cho es la variable que ha sido más estudiada como predictora de la recuperación. Partiendo de esta segunda conclusión, no po- demos acabar este apartado sin añadir a la lista expuesta la ansiedad prequirúrgica como prin- cipal predictora de la recuperación. En general, se ha mostrado que la ansiedad prequirúrgica puede afectar a diferentes indicadores de recuperación como: el dolor, la toma de analgésicos y sedantes, la adaptación psicológica, la duración de la estan- cia hospitalaria, las náuseas, las complicaciones, la frecuencia cardíaca, la temperatura corporal o la presión sanguínea. Mecanismos conductuales y fisiológicos responsables de la influencia de la an- siedad prequirúrgica en la recupera- ción postquirúrgica En el apartado anterior hemos afirmado que la an- siedad prequirúrgica influye en la recuperación. Llegados a este punto nos podemos preguntar: ¿Por qué los sujetos más ansiosos son los que peor 170 J. Moix anales de psicología, 1994, 10(2) se recuperan?. En otras palabras, ¿Cuáles son los mecanismos responsables de la influencia de la ansiedad en la convalecencia? Algunas hipótesis y datos a este respecto apuntan hacia la existencia de dos tipos de meca- nismo para explicar esta influencia: los conductua- les y los fisiológicos. Mecanismos conductuales. Muchos de los indi- cadores de recuperación que hemos ido mencio- nando pueden depender, en gran medida, del comportamiento del enfermo, por ejemplo, la to- ma de analgésicos y sedantes. Normalmente, cuando la administración de analgésicos y sedan- tes no está pautada, las enfermeras los suministran cuando los pacientes se quejan. Quizás los pacien- tes ansiosos son los que más se quejan y por ello reciben más analgésicos. Otro indicador que podríamos pensar depen- de, en cierta medida, del comportamiento del pa- ciente es la duración de la estancia hospitalaria. Es posible que los pacientes con más ansiedad sean los que manifiesten de forma más acusada sus preocupaciones sobre su estado, retrasando, de es- ta forma, la decisión de los médicos respecto al al- ta. Hay otros comportamientos que también pue- den determinar, en parte, cómo será la convale- cencia. Por ejemplo, podemos pensar que la for- ma en que los enfermos siguen los consejos médi- cos puede influenciar en cómo se recuperan. A es- te respecto, podemos hipotetizar que los pacientes más nerviosos son los que peor siguen las instruc- ciones de los médicos y por ello son los que tar- dan más en recuperarse. Mecanismos fisiológicos. Partiendo de que la an- siedad corre paralela a una activación fisiológica de los sistemas autonómico, neuroendocrino e in- munitario (Valdés y De Flores, 1985), una segun- da hipótesis es que la ansiedad afecta a la recupe- ración a través de esta activación. Aunque todavía son pocas la investigaciones que han intentado comprobar esta hipótesis, los resultados hallados parecen corroborarla. Por ejemplo, Holden-Lund (1988) llevó a ca- bo un estudio en el que la mitad de los pacientes, con el fin de reducir su ansiedad, practicaron la re- lajación y ejercicios de imaginación sobre la cura- ción de la herida. Estos pacientes comparados con un grupo control, no sólo presentaron menos an- siedad sino que también presentaron niveles infe- riores de cortisol y tuvieron menos eritemas en la herida. Podemos hipotetizar que la curación de la herida fue más fácil en el grupo experimental por- que presentó menos niveles de cortisol debido, a su vez, a su menor ansiedad. Los trabajos de Linn, Linn y Klimas (1988 a y b), entre otros, corroboran igualmente la hipótesis de mediación fisiológica. En estos dos trabajos se pudo comprobar que los pacientes con más estrés prequirúrgico fueron los que tuvieron una respues- ta inmunitaria inferior y los que presentaron más complicaciones. Técnicas psicológicas para reducir la ansiedad prequirúrgica y facilitar la re- cuperación postquirúrgica Dado que, como hemos visto en los apartados an- teriores, la ansiedad, ya sea a través de mecanis- mos conductuales o fisiológicos, afecta a la recu- peración postquirúrgica, se han realizado numero- sas investigaciones con el fin de diseñar técnicas psicológicas dirigidas a disminuir esta emoción y así facilitar la recuperación postquirúrgica. Uno de los primeros trabajos, ya clásico, en el que se observó la importancia del "tratamiento psicológico" para facilitar la recuperaciónfue el realizado por Egbert, Battit, Welch y Bartlett en 1964. En este estudio se comprobó que un grupo de pacientes que había recibido la visita del anes- tesista el día antes de la operación, comparado con un grupo al que sólo se le había administrado bar- bitúricos, necisitó menos días para recuperarse, menos analgésicos y sufrió menos ansiedad. Desde el estudio de Egbert y colaboradores, las investigaciones que se han realizado con el fin de comprobar la eficacia de las técnicas psicológi- cas para reducir la ansiedad y facilitar la convale- cencia han sido numerosas (véase, López-Roig, Pastor y Rodríguez-Marín, 1993). Las técnicas psicológicas empleadas son muy variadas. En este apartado intentaremos describir- las agrupándolas en cinco grandes grupos (esta agrupación la debemos considerar meramente di- dáctica). Emoción y Cirugía 171 anales de psicología, 1994, 10(2) Técnicas Cognitivas En este apartado incluiremos aquellas técnicas cu- yo principal objetivo ha consistido en alejar los pensamientos negativos respecto a la operación y cuyo procedimiento para alcanzar dicho objetivo no se ha basado en técnicas conductuales sino más bien en métodos cognitivos. Apoyo psicológico. Llamamos técnica de apoyo psicológico a aquélla que se basa principalmente en crear un clima de confianza para poder hablar con el paciente de forma distendida sobre sus pre- ocupaciones acerca de la operación. Aunque de todas la técnicas que describiremos en este apar- tado, esta técnica es la menos estructurada, tam- bién se consigue mediante su aplicación una facili- tación de la recuperación (Moix, Casas, López, Quintana, Ribera y Gil, 1993; Shindler, Shook y Schwartz, 1989; Viney, Clarke, Bunn y Benjamin, 1985). Distracción cognitiva. Esta técnica fue usada en el estudio de Pickett y Clum (1982). Según la des- cripción de estos autores, la técnica consistió en la asociación de 10 imágenes de la operación segui- das de 10 imágenes que dirigían la atención del paciente a una situación relajante. Los efectos conseguidos fueron: la reducción de la ansiedad y del dolor. Recordar. Esta técnica se utilizó en la investiga- ción de Rybarczyk y Auerbach (1990) con gente mayor de 65 años y consistió: o en recordar acon- tecimientos pasados positivos; o bien, en recordar ocasiones en las que gracias a la habilidad del su- jeto se había superado con éxito algún obstáculo. Ambos procedimientos se mostraron efectivos. Los beneficios consistieron en la disminución de la presión sanguínea y la disminución de la ansie- dad. Imaginación guiada. Durante la imaginación guiada, el paciente ha de realizar un viaje mental por todo el cuerpo hasta la herida y una vez allí imaginarse el proceso normal de curación. Esta técnica junto con la relajación, como ya hemos mencionado en otro apartado, se utilizó en el es- tudio de Holden-Lund (1988). Los resultados in- dicaron que los pacientes a los que se les aplicó esta terapia sufrieron menos ansiedad, liberaron menos cortisol y presentaron menos eritemas en la herida. Hipnosis. La hipnosis es otra de las técnicas que se ha utilizado en el ámbito de la cirugía. En este campo se utiliza sobre todo con el fin de tranquili- zar al paciente antes de la operación y también pa- ra sugestionarlo de que la misma va a ser un éxito y que la recuperación será fácil y rápida. Esta téc- nica incluso se ha utilizado con el fin de disminuir la cantidad de anestesia necesaria para la interven- ción (Rauscher, 1985). Los beneficios consegui- dos mediante la hipnosis son muchos, como la disminución de: la ansiedad, los analgésicos, los días de estancia hospitalaria, las complicaciones, etc. (Véase la revisión de Blankfield, 1991). Técnicas Conductuales El objetivo de las técnicas conductuales es la co- laboración activa del paciente en su recuperación. Para ello se dan al paciente instrucciones compor- tamentales específicas. Relajación. Habitualmente, se entrena al paciente en relajación antes de la intervención quirúrgica y se le anima a que la practique diariamente durante su convalecencia. Los beneficios conseguidos mediante esta técnica son muchos (Leserman, Stuart, Mamish y Benson, 1989; Manyande, Cha- yen, Priyakumar, Smith, Hayes, Higgins, Kee, Phillips y Salmon, 1992; Markland y Hardy, 1993): disminución de la ansiedad, reducción de la toma de analgésicos, disminución de la presión sanguínea y la frecuencia cardíaca, etc. Modelamiento. Esta técnica se utiliza principal- mente en niños. Consiste, normalmente, en la vi- sualización de un vídeo donde se muestra a un ni- ño afrontando correctamente las diferentes etapas de la hospitalización. Este método ha resultado efectivo para reducir la ansiedad y las conductas problemáticas que suelen mostrar los niños (Me- lamed y Siegel, 1975; Pinto y Hollansworth, 1989). Dado que el comportamiento y ansiedad de los niños dependen estrechamente de la ansie- dad que muestran sus padres, el modelamiento 172 J. Moix anales de psicología, 1994, 10(2) también se ha utilizado con estos últimos. Esto es, lo padres visualizan una película donde se puede observar no sólo a un niño sino también a sus pa- dres afrontando correctamente la situación quirúr- gica. Utilizando esta técnica se ha podido com- probar que los niños presentan menos conductas maladaptativas y los padres menos estrés durante la hospitalización (Zastowny, Kirschembaum y Meng, 1986). Suministro de intrucciones conductuales espe- cíficas para facilitar la recuperación. Las instruc- ciones conductuales que se facilitan a los pacien- tes dependen mucho del tipo de operación a la que han de someterse. Sin embargo, en general po- dríamos decir que éstas suelen hacer referencia a cómo el paciente debe: moverse después de la in- tervención, toser, y respirar profundamente. Aun- que muchos de estos consejos ya suelen darse por parte de las enfermeras o médicos, éstos no las suelen facilitar de forma tan sistemática y prestan- do tanta atención al factor motivación para llevar- las a cabo como cuando estas instrucciones for- man parte de técnicas psicológicas. Los beneficios que se obtienen al suminstrar estas instrucciones son difíciles de evaluar puesto que normalmente dichas instrucciones forman parte de técnicas pa- quete donde se combinan diferentes métodos para facilitar la recuperación. Técnicas Informativas La técnica más utilizada con pacientes quirúrgicos se basa en informar a los pacientes acerca de la operación y la hospitalización. Esta técnica posee diferentes modalidades que vienen determinadas por cómo y qué tipo de información se facilita. Respecto a la forma de suministrar informa- ción, ésta se puede facilitar a través de folletos, cassettes, vídeos o mediante la simple conversa- ción. En cuanto al contenido, existen dos clases de información. Una es la que hace referencia al pro- cedimiento. Es decir, se informa al paciente sobre la naturaleza de las diferentes fases: pre, intra y postquirúrgica. El segundo tipo de información se centra en las sensaciones que probablemente el paciente sentirá como: el dolor, la somnolencia, rigideces, etc. Evidentemente, en muchos casos la información hace tanto referencia al procedimien- to como a las sensaciones. La eficacia de las técnicas informativas de- pende en gran medida del estilo de afrontamiento de los pacientes. Diversas investigaciones (Auer- bach, Martinelli y Mercuri, 1983; Greene, Zeich- ner, Roberts, Callahan y Granados, 1989; Lud- wick-Rosental y Neufeld, 1993; Miller y Mangan, 1983; Shipley, Butt, Horwith y Fabry, 1978; Shi- pley, Butt y Horwitz, 1979) demuestran que la in- formación produce efectos beneficiosos a los pa- cientes "vigilantes" (sujetos que normalmente in- tentan superar las situaciones estresantes obte- niendo la máxima informaciónsobre las mismas) mientras que incluso puede provocar efectos con- traproducentes en personas "evitadoras" (sujetos que no suelen querer ningún tipo de información intentando superar la ansiedad sin pensar en el problema). Técnicas Combinadas En los apartados anteriores hemos comentado técnicas de un sólo componente, pero en muchos casos estos componentes se combinan. Así pode- mos utilizar por ejemplo la relajación junto con técnicas informativas, apoyo psicológico más in- trucciones conductuales, etc. Una técnica que po- demos considerar combinada ya que incluye tanto elementos cognitivos como conductuales es la "Inoculación al estrés" que igual que en otros ámbitos también se aplica en cirugía, mostrándose efectiva (Amir, Zlotogorski y Isac, 1990; Wells, Howard, Nowlin y Vargas, 1986). Técnicas Intraoperatorias Dentro de esta categoría encontramos técnicas muy distintas a las descritas hasta el momento, puesto que éstas se aplican durante el periodo in- traoperatorio mientras el paciente se encuentra to- talmente anestesiado. Esta técnicas se basan en la idea de que es po- sible el procesamiento de la información durante la anestesia general. De hecho varios estudios con- firman esta hipótesis (véase la recopilación de Bonke, Fitch y Millar, 1990). Uno de los estudios realizados a este respecto Emoción y Cirugía 173 anales de psicología, 1994, 10(2) es el de Jelicic, Wolters, Bonke y Phaf (1992). Es- ta investigación se llevó a cabo con 81 pacientes que debían ser sometidos a una intervención bajo anestesia general. Estos pacientes fueron asigna- dos al azar a dos grupos: al experimental, durante la anestesia, se le presentó a través de auriculares dos nombres de frutas (pera y banana) y dos nom- bres de colores (amarillo y verde) repetidamente; al grupo control sólo se le presentaron sonidos del mar. Una vez despertados de la anestesia, se les preguntó si recordaban algo de lo sucedido duran- te la intervención. Como podemos suponer, nin- gún paciente recordaba nada de lo ocurrido. Cuando se les pidió que dijeran los primeros nombres de frutas y colores que "les vinieran a la cabeza", el grupo experimental señaló, de forma significativa, un mayor número de veces los nom- bres presentados durante la anestesia que el grupo control. Si, como el estudio anterior parece indicar, existe algún tipo de procesamiento de la informa- ción durante la ansestesia, es lógico que se hayan diseñado técnicas terapéuticas basadas en este descubrimiento. Estas técnicas consisten en facili- tar sugestiones de una fácil y rápida recuperación, normalmente mediante auriculares, mientras el paciente está anestesiado. Uno de los trabajos en el que se comprueba que este tipo de técnicas es eficaz es el de Evans y Richardson (1988). Estos autores utilizaron el mé- todo de las sugestiones intraoperatorias con 39 mujeres que debían someterse a una histerecto- mía. Estas mujeres fueron repartidas al azar en dos grupos: al grupo experimental se le facilitó suges- tiones terapéuticas a través de auriculares; al gru- po control también se le colocaron auriculares pe- ro el cassette no contenía ningún mensaje. Los re- sultados indicaron que las mujeres del grupo ex- perimental estuvieron menos días en el hospital, presentaron menos fiebre, sufrieron menos tras- tornos intestinales y fueron evaluadas como más recuperadas por parte de las enfermeras. Todavía son pocas las investigaciones realiza- das en esta línea y, en algunos casos, los resulta- dos son contradictorios. Por ello, aunque aun es pronto para sugerir que se incorporen estas técni- cas en la rutina hospitalaria, los resultados son su- ficientemente alen-tadores para proseguir los es- tudios en este campo. Conclusiones Del presente artículo se pueden extraer tres con- clusiones generales: 1) Los factores psicológicos, especialmente la an- siedad, afectan a la recuperación postquirúrgica. Los pacientes más ansiosos son los que sufren una recuperación más larga y difícil. 2) Los mecanismos por los cuales la ansiedad afecta a la recuperación son de dos tipos: con- ductuales y fisiológicos. 3) Las técnicas psicológicas empleadas con pa- cientes quirúrgicos parecen ser efectivas para reducir la ansiedad prequirúrgica y facilitar la recuperación (Véase el meta-análisis de Johns- ton y Vögele, 1993). Referencias bibliográficas Amir, M., Zlotogorsky, Z. y Isac, M. (1990). Psychological preparation for surgery. Cognitive Therapy, 119, 419- 421. Auerbach, S.M., Martinelli, M.F. y Mercuri, L.G. (1983). Anxiety, information, interpersonal impacts, and ad- justment to a stressful health care situation. Journal of Personality and Social Psychology, 44, 1284-1296. Blankfield, R.P. (1991). Suggestion, relaxation, and hypnosis as adjuncts in the care of surgery patients: a review of the literature. American Journal of Clinical Hypnosis, 33, 172-185. Bonke, B., Fitch, W. y Millar, K. 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