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68 Caso clínico Clinical case Resumen: La esclerosis tuberosa (ET) es una enfermedad multisistémica autosómica dominante, que afecta comúnmente al sistema nervioso central. Es el resultado de una combinación de síntomas; v.gr., convulsiones, retraso del desarrollo, problemas de conducta, anormalidades de la piel y enfermedades renales. El 85% de los niños y adolescentes que padecen de esta enfermedad presentan manifestaciones neurológicas que incluyen epilepsia, trastornos cognitivos, cambios del comportamiento y autismo que, por su gravedad, son la principal causa de morbimortalidad1. Palabras claves: astrocitoma subependimal, angiofibromas cutáneos, convulsiones. Abstract: Tuberous sclerosis (TS) is a multisystem autosomal dominant disease, commonly affects the central nervous system and is the result of a combination of symptoms, including seizures, developmental delay, behavioral problems, abnormalities of the skin and kidney. 85% of children and adolescents with this disease have neurological symptoms that include epilepsy, cognitive disorders, autism and behavioral changes such gravity, are the main cause of morbimortalidad1. Key words: subependymal astrocytoma, cutaneous angiofibromas, convulsions. Correspondencia: Dra. María Fernanda Ortiz Teléfono: 0987057630 email: mafeortiz260@hotmail.com Esclerosis tuberosa: presentación de un caso y revisión de la literatura Tuberous sclerosis: a case report and review of literature Dra. María Fernanda Ortiz1, Dra. Iveth Vargas Guilcaso2, Dra. Gissela Sánchez3. Médica Pediatra, Hospital San Francisco de Quito1; Médica Residente de Neonatología, Hospital Pablo Arturo Suarez2; Oncóloga Pediatra, Hospital de los Valles, SOLCA, Hospital Metropolitano, Quito - Ecuador3. Servicio de Imagen, Hospital Metropolitano, Quito - Ecuador. Recibido: 02 de marzo 2015. Aceptado: 15 de marzo 2015. Rev Metro Ciencia 2015; 23(2): 68-71 INTRODUCCIÓN La esclerosis tuberosa (ET) es una enfermedad neurocutánea autosómica dominante, su incidencia es de 1 / 6.000 nacidos vivos2. Algunos estudios indican que aproximadamente la mitad de los casos de las familias con ET tienen afectación en el locus génico 9q34 y otros en el 16p13. Es la más represen- tativa de las enfermedades neurocutáneas1,3; es un trastorno de la diferenciación y proliferación celular que puede afectar: cerebro, piel, corazón, ojo, riñón y otros órganos, originando manifestaciones sintomáticas muy diversas4. La triada clásica se presenta en sólo 29%; se caracteriza por convulsiones, retraso mental y angiofibromas cutáneos5. El 20% de los pacientes desarrollan un astrocitoma subependi- mario de células gigantes, que puede generar hidrocefalia por obstrucción del foramen de Monro6. Diagnóstico: es clínico y se sustenta en criterios mayores y menores (Tabla 1)7,8: • Definitivo: 2 criterios mayores ó 1 criterio mayor y 2 menores. • Probable: 1 mayor y 1 menor. • Posible: 1 mayor ó 2 ó más menores. 69 Caso clínico Clinical case Tabla 1. Criterios diagnósticos de la esclerosis tuberosa6 CRITERIOS MAYORES CRITERIOS MENORES • Angiofibromas faciales o placa en la frente. • Fibromas ungueales o periungueales múltiples no traumáticos. • Máculas hipomelanóticas (más de 3). Placa de piel de zapa (nevus del tejido conectivo). • Hamartomas nodulares. retinianos múltiples. • Tubérculo cortical. • Nódulo subependimario . • Astrocitoma subependimario de células gigantes. • Rabdomioma cardíaco (único o múltiple). • Linfangiomiomatosis. • Angiomiolipoma renal. • Piqueteado múltiple del esmalte dental distribuido al azar. • Pólipos rectales. hamartomatosos. • Quistes óseos. • Líneas de migración radial de la sustancia blanca cerebral. • Fibromas gingivales. • Hamartoma no renal. • Mancha acrómica retiniana. • Mácula hipocrómica en confetti. • Quistes renales múltiples. Cuando se presentan crisis epilépticas, el tratamiento inicial se instaura con anticonvulsivos; el antiepiléptico de elección es la vigabatrina (inhibidor de la transaminasa del ácido gamma- aminobutírico –GABA–)6. Si el tratamiento anticonvulsivo no es efectivo, se puede considerar la intervención neuroquirúrga, luego de realizar un EEG que localice el foco epileptógeno y ubique la lesión cortical. La resección del foco epileptógeno elimina las crisis convulsivas en 25 a 69%6. Otra alternativa de tratamiento es la rapamicina (sirolimo) que tiene efectos antiproliferativo e inmunosupresor poderosos6,9,10. Varios modelos preclínicos en ratones han demostrado el rol antiepiléptico de este fármaco. En un estudio prospectivo controlado realizado en 52 niños chinos con esclerosis tuberosa y epilepsia, desde septiembre de 2011 hasta septiembre de 2013, que recibieron tratamiento con rapamicina por 24 meses en dosis diaria de 1 mg/m2, se redujo la frecuencia de convulsiones11. En otros estudios, la rapamicina demostró que es capaz de reducir la severidad y frecuencia de las convulsiones en pacientes con epilepsia farmacorresistente9. En 1982, Eisenberg recomendó la cirugía sólo si el paciente presenta sintomatología; ahora varias publicaciones concluyen que la cirugía temprana es la electiva para evitar las secuelas de hidrocefalia6. CASO CLÍNICO Paciente de sexo masculino, 13 años de edad, con retraso del desarrollo psicomotor desde los 6 meses de edad sin estudio ni seguimiento; además, 6 años de padecer crisis de ausencia, dificultad de aprendizaje, lesiones cutáneas en rostro, tórax y extremidades, que nunca llamaron la atención de la madre ni del personal médico. El paciente acudió por primera vez al servicio de emergencia de una casa de salud de Quito; consultó por pérdida de conciencia sin causa aparente, por lo cual fue hospitalizado para oservación y realización de exámenes complementarios. Debido a las lesiones cutáneas, se solicitó la evaluación dermatológica, que determinó: pápulas hiperqueratósicas en la región centro facial; fibromas gingivales y máculas hipopigmentadas en forma de hoja de lanza ovalada en extremidades y tórax posterior, compatibles con posible esclerosis tuberosa. Figura 1: Angiofibromas faciales. Figura 2: Fibromas gingivales. Figuras 3 y 4. Máculas hipomelánicas en tórax posterior y extremidad inferior. Para evaluación general de los diferentes órganos y sistemas se solicitó: TAC cerebral simple y contrastada, que demostró una lesión expansiva isodensa lobulada heterogénea de 3.5 x 3.9 cm localizada en el agujero interventricular de Monro causante de dilatación asimétrica de los ventrículos laterales y desplazamiento de la línea media. El resto de estudios fue normal. Figuras 5 y 6: Dilatación de los ventrículos laterales y desplazamiento de la línea media. Lesión isodensa lobulada en el agujero interventricular de Monro. Rev Metro Ciencia 2015; 23(2): 68-71 70 Caso clínico Clinical case Con el hallazgo tomográfico, el paciente fue referido a neurología y neurocirugía. En el departamento de cirugía describieron: voluminoso tumor de línea media que invade tercer ventrículo y ventrículos laterales. Se colocó una válvula de derivación ventrículo-peritoneal por la hidrocefalia y realizó biopsia del tumor cerebral, que fue enviada al departamento de patología de ST. Jude Children Research Hospital de Memphis, Tennessee, y reportó: astrocitoma subependimario grado I de células gigantes. Electroencefalograma (EEG): moderada actividad paroxística durante la HV (hiperventilación), compatible con disminución del umbral convulsivo de la corteza cerebral. De manera simultánea, se inició tratamiento con levetiracetam para las crisis convulsivas, terapia psicológica y seguimiento por dermatología. Actualmente, el paciente continúa en controles, la RNM cerebral de noviembre de 2013 reportó proceso expansivo de 29 x 23 x 19 mm en sus ejes antero-posterior, longitudinal y transverso, respectivamente. Su epicentro está a nivel del asta anterior del ventrículo lateralderecho, adyacente al agujero de Monro. Área de atrofia y encefalomalacia frontal ipsilateral con estigmas de cirugía en la calota craneal. Válvula de derivación con su extremo distal ubicado en el asta posterior del ventrículo lateral derecho. Análisis espectroscópico: alteración de la relación de los metabolitos y depleción del NAA (N-acetil aspartato). Figuras 7 y 8. Proceso expansivo del ventrículo lateral derecho. La última RMN de cerebro simple y contrastada más espectroscopia (de septiembre de 2014) reportó en: estigmas postquirúrgicos en la calota frontal derecha. En el encéfalo subyacente: área de encefalomalacia córtico-subcortical. Proceso expansivo que se proyecta a nivel del cuerpo ventricular derecho en su aspecto anterior, de bordes mal definidos, que cruza la línea media. Espectroscopia: metabolito de colina incrementado en relación a la actividad de membrana y actividad tumoral. Marcador neuronal NAA: signos de despoblamiento. Actualmente, las crisis de ausencia son menos frecuentes y continúa recibiendo el mismo anticonvulsivo. El estado psicológico evidencia discapacidad intelectual, apatía por las actividades escolares, deportivas; tendencia obsesiva por los juegos de video, falta de comunicación verbal con la familia, extraños, y conducta antisocial. Evolución de las lesiones cutáneas: no incrementaron y únicamente se asoció con pitiriasis versicolor, tratada con un antimicótico oral. DISCUSIÓN En nuestro paciente se identificaron (2 criterios mayores: angiofibromas faciales, astrocitoma de células gigantes subependimario) y 2 menores (fibromas gingivales y máculas hipocrómicas en confeti), que confirmaron el diagnóstico. Los sujetos que padecen de ET presentan una variabilidad en las áreas psicológicas que acompañan a las manifestaciones clínicas; el autismo es uno de ellos (25 a 50%)12; puede presentarse mediante falta de motivación comunicativa y dificultades en el área emocional, que son características que fueron identificadas en el entorno escolar y familiar de nuestro paciente. Otro aspecto es la discapacidad intelectual (puede aparecer en 60 a 70% de casos)3,13. En este paciente, la discapacidad intelectual fue catalogada en 67% por el CONADIS (Consejo Nacional de Discapacidades). El 80% de los pacientes cursan con diversos tipos de convulsiones;v.gr.: crisis focales simples o complejas, tónico- clónicas generalizadas, atónicas, tónicas, mioclónicas y ausencias atípicas14. Nuestro paciente adolescente menor presentó crisis de ausencia. No hay tratamiento específico para la esclerosis tuberosa. El tratamiento depende de las manifestaciones clínicas de cada paciente. En el nuestro, no se realizó exéresis del tumor sino que se colocó una válvula de derivación ventrículo peritoneal para corregir la hidrocefalia. El seguimiento ha sido periódico y, hasta el momento, no se ha identificado un crecimiento tumoral ni otras complicaciones. CONCLUSIÓN Debido a la gran variabilidad de expresiones clínicas, el diagnóstico de la esclerosis tuberosa es difícil15,16,17. Los trastornos neurológicos son la causa más frecuente de morbimortalidad, siendo la epilepsia y la hidrocefalia las secuelas más comunes e importantes18. No hay tratamiento específico de la esclerosis tuberosa porque las características de la enfermedad pueden diferir de una persona a otra; el tratamiento es sintomático19. El manejo terapéutico de estos pacientes amerita el trabajo de un equipo conformado por: pediatra, dermatólogo, oncólogo, Rev Metro Ciencia 2015; 23(2): 68-71 71 Caso clínico Clinical case neurocirujano, neurólogo, psico-rehabilitador y genetista; tanto para prevenir las futuras complicaciones como para evitar la transmisión a las próximas generaciones20. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y FUENTES DE INFORMACIÓN 1. Moreno Aponte NB, Tamayo Campos J. Complejo esclerosis tuberosa. A propósito de un caso. Archivos venezolanos de puericultura y pediatría 2012;75(4):121- 125. 2. Otman C, Gomez A, Sardinas N. Esclerosis tuberosa. Revisión, Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, Rev Cubana Pediatr 1999;71(3):160-167. 3. Hyman MH, Whittemore VH. 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