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ANÁLISIS DE OBRAS FICHA TÉCNICA: Obra: Kouros de Anavyssos y Kore de peplo Autor: desconocido Material: mármol – Técnica: talla Dimensiones: Kouros, 1,94m. de altura; Kore, 1,21 m. de altura Cronología: siglo VI (530) a. C. Estilo: Arte griego arcaico El Kouros y la Kore son los dos tipos escultóricos más importantes de la Grecia arcaica. Con ellos la estatuaria griega empezará a diferenciarse de la egipcia y a elaborar unos modelos estéticos propios. Tema: El Kouros de Anavyssos es la estatua funeraria de un joven, y la Kore del peplo representa a una pudorosa sacerdotisa. Composición: En el Kouros de Anavyssos se observan todas las características propias de este tipo de esculturas masculinas: desnudez, postura hierática y frontal, pies firmemente asentados en el suelo, pierna izquierda más avanzada que la derecha, brazos caídos y pegados al cuerpo, puños cerrados, ojos almendrados, pómulos salientes, sonrisa estereotipada, cabeza cúbica adornada por una larga melena y musculatura representada de forma esquemática. El Kouros de Anavyssos tiene la mirada fija en un punto y tiene los ojos menos saltones y las orejas mejor modeladas que las esculturas masculinas anteriores. En su anatomía se observa un juego de simetrías: la W de los pectorales se equilibra con una W invertida en la clavícula. La Kore (escultura femenina) muestra una actitud hierática y una concepción frontal, pies firmemente apoyados en el suelo, ojos almendrados, pómulos salientes, sonrisa esteriotipada y largas melenas de formas geométricas. A diferencia de las estatuas masculinas, las femeninas se presentaban vestidas y con los pies juntos, sin dar el característico paso de los varones. El grosor del paño de su peplo, con la caída de los pliegues en vertical, y los detalles del escote y del talle son un alarde de plasticidad, visible también en el modelado de las facciones. Conserva restos de policromía en los cabellos (pelirroja), los ojos, la boca y en los bordados de la túnica. Contenido: Los Kouros hallados principalmente en lugares de culto y en tumbas, podían ser representaciones de Apolo, ofrendas dedicadas o una divinidad, alabanzas a un atleta vencedor en una prueba deportiva o el recordatorio de un hombre en su tumba –lo cual no quiere decir que fueran retratos del muerto, sino señales del poder de su alma inmortal-. El Kouros de Anavyssos es una ofrenda a los dioses y la inscripción que había en su base decía; “Párate ante esta tumba y apiádate de Kroisos, muerto en primera línea de combate por el impetuosos Ares”. Las Kores, que representan sacerdotisas portadoras de ofrendas en honor de un dios, solían llevar en la mano un fruto, una flor o un animalito, o se recogían los pliegues del vestido, o cruzaban un brazo por delante del cuerpo. Nunca eran esculpidas desnudas, ya que el desnudo femenino era un tabú para los primeros griegos. Solían ir vestidas con una túnica larga hasta los pies y ceñida en la cintura. La escultura griega arcaica: A principios de la época arcaica cada uno de los cuatro lados del bloque de mármol se esculpía por separado sin tener en cuenta las restantes; es decir, la figura presentaba cuatro aspectos diferentes según se contemplase de frente, por detrás, o por los lados. Con el tiempo se iría adquiriendo unidad plástica. Progresivamente, también se buscó una representación más realista y personal de la anatomía humana, fueron mejorando la perspectiva y la naturalidad en la configuración de los cuerpos. Los hombres empezaron a marcar músculos, las formas femeninas se insinuaban debajo de los vestidos, sonreían con intención, etc. Las esculturas de piedra y mármol eran pintadas total o parcialmente. Otra práctica habitual era la de añadir accesorios de otros materiales, como ojos de vidrio, marfil, etc. En el periodo arcaico, los dos tipos escultóricos más importantes fueron el hombre desnudo y la mujer vestida el kouros y la kore. Incluso en el periodo clásico siguieron siendo habituales. El kouros cuyo origen se remonta al siglo VII a.C., obedece en gran medida a modelos egipcios, pero la gran diferencia radica en el interés de los griegos en dotar de vida a sus esculturas. Aunque la influencia de Egipto en la Grecia arcaica es evidente, los escultores griegos no se conformaron con soluciones demasiado gastadas e investigaron formas nuevas. Los kouros, a diferencia de las esculturas egipcias, se representan desnudas y sin ningún tipo de apoyo. En la segunda mitad del siglo VI a.C. nació el tipo escultórico de la kore, sacerdotisa portadora de ofrendas en honor de los dioses, cuyo ropaje estaba formado por una túnica de manga corta de tela muy fina y un pesado manto puesto encima. En la Kore de peplo viste un peplo –vestimenta más gruesa y pesada, sin mangas y con una caída vertical de los pliegues-.
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