Logo Studenta

Guia Prática da Lei da Atração

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

Introducción
				Terminología
		Cómo	usar	este	manual
		Por	qué	no	has	obtenido	resultados	anteriormente
		¿Por	qué	nunca,	o	casi	nunca,	he	conseguido	nada	destacable	con	la	Ley	de	la	Atracción,	pese
a	que	practico	mucho?
El	Propósito
	 	 He	 intentado	 muchas	 veces	 descubrir	 mi	 propósito	 en	 la	 vida	 pero	 creo	 que	 no	 lo	 he
descubierto	todavía	¿Es	necesario	saber	mi	propósito	vital?	¿Cómo	puedo	descubrirlo?
		¿Cómo	se	encuentra	un	propósito	¿Cómo	encontrar	MI	propósito?
				Sesión	de	Brainstorming
		Pero	¿Cómo	evito	el	autoengaño?
Los	Objetivos
		La	lista	de	los	deseos
		¿Cómo	establezco	un	objetivo	indicado	para	mí?
		¿Cómo	pongo	en	marcha	el	objetivo?
		¿Por	dónde	empiezo?	¿qué	puedo	elegir?
		¿Cuántos	objetivos	puedo	tener	a	la	vez?	¿estaré	pidiendo	demasiado?
		¿Por	qué	es	necesario	tener	tantos	deseos	a	la	vez?
		Estoy	hecho	un	lío	¿con	qué	opinión	quedarse,	muchos	o	pocos	objetivos?
		La	intención	es	lo	que	cuenta
		No	importa	el	«cómo»	sino	el	«qué»
		¿Cómo	conseguiré	mi	objetivo/intención?
				¡Ojo	a	los	“cómo”	disfrazados	de	metas!
				Pero	fantasear	sobre	cómo	se	cumplirá	un	deseo	es	inevitable
	 	 «Cuando	 estoy	 entusiasmado	 no	 puedo	 evitar	 fantasear	 sobre	 cómo	 se	 cumplirá	 mi
objetivo/intención	¿Por	qué	lo	anulo	de	esa	forma?	¿No	se	supone	que	el	Universo	es	más	listo	que	yo,	por
qué	no	me	hace	caso	omiso	y	lo	intenta	cumplir	a	su	modo?»
		Claridad	y	concreción
				Si	estás	pasando	por	un	mal	momento...
		Los	límites	del	objetivo
		¿Cómo	de	ambicioso	puedo	ser	en	mi	objetivo/intención?
		Entonces	¿cuál	es	el	equilibrio	entre	pedir	demasiado	e	insuficiente?
				Realidad	Objetiva
				El	proceso	por	etapas	y	los	eslabones	de	la	cadena
		En	secreto
		¿Debo	mantener	mis	objetivos/intenciones	en	secreto	o	compartirlos?
		Establecer	un	plazo	de	cumplimiento
		¿Cuándo	se	cumplirá	mi	deseo?	¿debo	establecer	un	tiempo	límite	para	el	cumplimiento	de	mi
objetivo/intención?
		Tener	fe	en	los	objetivos
		¿Cómo	puedo	tener	fe	en	mis	objetivos/intenciones?
Las	Afirmaciones
		Construyendo	la	afirmación	perfecta
		¿Cómo	convertir	mis	objetivos/intenciones	en	afirmaciones	que	funcionen?
				“Siempre	positivo,	nunca	negativo”
		¿Por	qué	ocurre	esto?	¿Por	qué	el	Universo	no	diferencia	positivo	de	negativo?
				Eliminar	las	desiderativas
				Que	involucre	tus	propias	acciones
				La	extensión
		¿Es	mejor	hacer	una	afirmación	breve	que	cale	bien	hondo,	o	larga	que	recoja	más	detalles?
				Claridad	y	Concreción
		¿Hago	mi	afirmación	concreta	y	específica	o	más	abierta	para	que	me	llegue	 lo	que	Dios/El
Universo	quiera?
				No	establecer	plazos
		¿Debo	establecer	una	fecha	límite	en	mi	afirmación?
				Incluir	un	factor	emocional
				Incluir	un	verbo	de	acción
				Otras	palabras	clave	para	incluir	en	la	afirmación.
				Sacarse	un	seguro.	La	coletilla	final.
				El	tiempo	y	el	modo	verbal
		Resolver	los	conflictos	entre	la	intención	y	el	subconsciente
				*	UN	IMPORTANTE	COMENTARIO	FINAL	SOBRE	LOS	BLOQUEOS:
		Cómo	afirmar
				Para	las	afirmaciones	pronunciadas	en	voz	alta
		¿Alguna	forma	o	posición	en	especial?
		Las	afirmaciones	escritas	frente	a	las	leídas	y	memorizadas
				¿Leída,	memorizada	o	escrita	es	más	eficaz?
				Las	tarjetas	de	cartón
				A	mano	o	a	máquina
		Afirmaciones	en	Audio
		El	lugar	donde	afirmar
		¿Dónde	puedo	afirmar?	¿Dónde	es	más	recomendable?
		El	momento	en	el	que	afirmar
		¿Cuándo	puedo	o	debo	afirmar?
				Mejorar	el	momento:	Meditación	y	nivel	Alfa
		El	número	de	repeticiones
	 	 ¿Cuál	 es	 el	 número	 mágico	 de	 repeticiones	 que	 me	 hará	 obtener	 mis	 deseos?	 ¿Cuántas
concretamente	he	de	escribir?
				Técnicas	para	llevar	la	cuenta
La	Visualización
		Lo	que	es	y	lo	que	no	es	la	visualización
		¿Qué	es	exactamente	la	visualización?
		¿Por	qué	se	cumple	lo	que	se	visualiza?
				La	diferencia	entre	las	afirmaciones	y	la	visualización
		¿Qué	es	mejor,	afirmar	o	visualizar?
		¿Pero	cómo	saber	si	se	te	va	a	dar	mejor	la	visualización	o	las	afirmaciones?
		¿Cómo	visualizar	más	eficazmente?
				No	fantasear
		¿Por	qué	muchos	visualizan	con	fotografías	y	dibujos?
		La	técnica	del	Tablón	de	Logros
		¿Qué	es	y	cómo	funciona	(correctamente)?
				El	mejor	modo	de	usar	el	Tablón	de	Logros
		Entonces	¿cómo	usar	el	tablón	de	logros	si	queremos	mantener	nuestros	deseos	a	resguardo?
				Qué	incluir	en	el	Tablón	de	Logros
		El	Tablón	de	Agradecimiento
		El	Tablón	de	Logros	y	Agradecimientos
		Cuándo	y	dónde	visualizar.	Afirmaciones	y	Visualización,	la	combinación	perfecta
El	Desapego
		Déjalo	ir.	El	desapego	frente	a	la	obsesión
		¿Cómo	saber	si	me	estoy	“pasando”	de	practicar?
		¿Cómo	voy	a	dejarlo	 ir	si	parece	que	 todo	me	va	peor	cuando	empiezo	a	practicar	con	 la	Ley	de	 la
Atracción?
		Recurso	1:	Tomárselo	con	filosofía
		Recurso	2:	repetir	una	afirmación
		Recurso	3:	considérate	responsable
		¡Combínalos!
		Lo	que	nunca	funciona
		Resultados
		Las	donaciones,	el	diezmo	y	el	“Glad-Giving”	como	máxima	expresión	de	desapego	al	dinero
La	Rutina
		La	necesaria	creación	de	un	hábito
				Mi	rutina	diaria
		¿Cómo	conseguir	una	rutina?
				Si	eres	de	los	que	les	cuesta	levantarse	de	la	cama
	 	¿Y	 si	 algún	día	me	quedo	dormido	y	no	puedo	hacer	 los	 ejercicios	de	primera	hora	porque
llegaría	tarde	a	mi	trabajo?
		¿Cuánto	tardará	en	convertirse	en	un	hábito?
		Las	ayudas	para	conseguir	un	hábito
				Superar	momentos	de	debilidad	durante	tu	rutina
Actuar	como	si	ya	fuera	una	realidad
Pasar	a	la	Acción
			«¿Cómo	voy	a	saber	si	he	de	pasar	a	la	acción	cuando	tengo	una	idea	si	se	supone	que	he	de
intentar	no	averiguar	el	“cómo”?»	«¿Cómo	sabré	si	no	he	sido	“yo”	quien	ha	creado	forzosamente	esa	idea
para	ajustarla	a	mis	necesidades?»
		La	retroalimentación:	señales	de	conflicto	y	de	cooperación
				Ejemplos	de	indicios	positivos
				Ejemplos	de	indicios	negativos
				Fluir	con	los	indicios
El	Monitoreo
		¿Por	qué	es	tan	importante	llevar	un	seguimiento	de	mi	progreso?
		¿Cómo	realizar	el	monitoreo?
Resumen	de	todo	esto
El	Protocolo	20/80	©
Epílogo
Bibliografía
Ninguna	parte	de	esta	publicación	puede	ser	reproducida	o	hecha	pública	en
cualquier	 forma	 o	 por	 cualquier	 medio,	 electrónico	 o	 mecánico,	 incluyendo
fotocopiadora,	microfilm	o	software,	etc.,	sin	el	permiso	escrito	del	autor.
J.	Blacksmith	Schreiber	©	abril	2016.
Todos	los	derechos	reservados	en	todo	el	mundo.
Protegido	en	Registros	de	la	Propiedad	Intelectual.
Fuentes	de	Dominio	Público:	Nimbus	Roman	No9	L,	ofrecida	por	URW++	y
Goudy	Bookletter	1,	de	Barry	Schwartz	.
Impreso	por	CreateSpace,	una	compañía	de	Amazon.com.
Disponible	 en	 formato	 e-book	 para	 kindle	 a	 través	 de	 Amazon.com	 y	 sus
filiales.
Más	información	en	www.facebook.com/atraccionmasefectiva
ISBN-13:	978-1533334091
ISBN-10:	1533334099
“Si	 este	 libro	 logra	 que	 una	 sola	 persona	 cumpla	 sus	 mayores	 anhelos	 o
supere	sus	peores	desdichas,	habrá	merecido	la	pena	escribirlo”.
Introducción
Para	quien	no	 conozca	 la	Ley	de	 la	Atracción,	 grosso	modo,	 es	 la	 filosofía
según	la	cual	las	emociones	y	los	pensamientos	asociados	a	ellas,	conscientes	o
inconscientes,	crean	nuestra	realidad;	frente	a	la	creencia	habitual	consistente	en
que	 el	 esfuerzo,	 el	 trabajo	 duro,	 la	 lucha	 y	 el	 empeño	 son	 las	 que	 pueden
moldear	 las	 circunstancias	 a	 nuestra	 voluntad	 y	 hacer	 posibles	 nuestros
objetivos.	Nuestro	 cerebro	 (algunos	 autores	 se	 refieren	 al	 sistema	 nervioso,	 al
subconsciente,	al	alma…)	es	como	una	emisora	de	radio	que	emite	las	“ondas”
de	pensamiento	y	el	Universo	(Dios/Divinidad...)	atrae	más	de	lo	mismo.	Según
la	teoría	de	la	Ley	de	la	Atracción,	si	piensas	constantemente	en	un	coche	nuevo,
lo	atraerás.	A	partir	de	esta	base,	existen	muchas	variantes	como	el	Pensamiento
Positivo	 (si	 tienes	 pensamientos	 positivos	 atraerás	 lo	 positivo	 a	 tu	 vida)	 y	 una
caterva	 de	 técnicas	 como	 las	 afirmaciones	 (si	 repites	 constantemente	 que	 tu
objetivo	 ya	 es	 una	 realidad,lo	 atraerás)	 o	 la	 visualización	 (imagínate	 siendo
poseedor	de	 lo	que	deseas	y	 lo	atraerás)	y	son	 innumerables	 los	 libros,	cursos,
audios	y	documentales	sobre	todas	ellas.
Hay	quien	habla	de	los	éxitos	obtenidos	por	estos	sistemas	desde	un	punto	de
vista	bastante	 increíble	como	el	sistema	hawaiano	del	Ho´oponopono	mediante
el	 cual	 todo	 se	 resuelve	 simplemente	 repitiendo	 «Lo	 siento	 mucho,	 por	 favor
perdóname»	 y	 hay	 otros	 como	 el	 archifamoso	Anthony	Robbins	 que	 basan	 su
teoría	 en	 comprobadas	 técnicas	 psicológicas	 como	 la	 Terapia	 Gestalt	 o	 la
Programación	Neurolingüística.
Cuando	mis	 amigos	más	 escépticos	 comprueban	 los	 éxitos	 que	he	obtenido
con	 la	 Ley	 de	 la	 Atracción	 suelen	 racionalizarlo	 con	 el	 hecho	 de	 que	 hacer
afirmaciones	 o	 visualizar	 mis	 objetivos	 “simplemente”	 me	 hace	 estar	 más
centrado	 y	 enfocado	 en	 lo	 que	 quiero	 y	 perseguirlo	más	 concienzudamente…
Bien…	¿Y	qué?	Me	da	igual	si	es	por	una	cosa	u	otra,	si	es	gracias	a	una	Ley
mágica,	 a	Dios,	 al	Universo,	 a	una	Conciencia	Colectiva,	 al	 subconsciente	o	 a
nuestro	maravilloso	sistema	nerviosos	central.
¡El	caso	es	que	funciona!
No	 sé	 si	 es	magia	 o	 es	 ciencia	 pero	 ¡funciona!	 Sólo	 hay	 que	 seguir	 ciertos
pasos	en	el	orden	correcto	y	de	la	forma	correcta.
Y	lo	sé	porque	lo	he	vivido	y	lo	estoy	viviendo.	Pasé	de	ser	un	don-nadie	que
trabajaba	hasta	15	horas	diarias	para	que	otros	ganaran	dinero	sin	mover	un	dedo
(a	cambio	de	un	sueldo	miserable)	a	tener	una	empresa	propia	de	éxito	sin	volver
a	 preocuparme	 del	 dinero	 y	 hacer	 simplemente	 lo	 que	 me	 apetece	 en	 cada
momento,	 que	 ahora	mismo	 es	 escribir	 y	 enseñar	 a	 otros	 lo	 que	 he	 aprendido
para	que	puedan	disfrutar	igual	que	lo	hago	yo	pero	de	una	manera	más	rápida	y
efectiva.
¿Cómo	puedo	lograr	más	dinero/salud/amor/belleza?	¿Qué	técnicas	de	la
Ley	de	la	Atracción	son	más	efectivas?
Estas	mismas	preguntas	me	las	había	estado	haciendo	yo	los	últimos	20	años.
Visualización,	emociones,	afirmaciones,	repetición,	objetivos,	logros,	riqueza,
éxito,	salud,	amor,	pasión,	energía,	curación…	son	conceptos	que	se	repiten	una
y	otra	vez	en	 los	más	de	mil	 libros	que	 llevo	estudiando	y	practicando	durante
todo	 este	 tiempo,	 desde	 mucho	 antes	 de	 que	 fuera	 mainstream	 gracias	 al
documental	y	al	libro	de	“El	Secreto”	y	que	se	le	pusiera	un	nombre:	“Ley	de	la
Atracción”.
Llegó	 a	 mis	 manos	 gracias	 a	 un	 autor	 y	 editor	 canadiense	 llamado	 “Mark
Fisher”	 que	 prometía	 grandes	 logros	 pecuniarios,	 amorosos,	 físicos	 y
psicológicos	aplicando	unos	pequeños	ejercicios.	La	simplicidad	de	los	mismos
los	hacía	resultar	increíbles	pero	los	resultados	eran	milagrosos.
Visto	 el	 éxito	 que	 obtuve	 con	 tan	 poco	 esfuerzo	 me	 dediqué	 a	 buscar
obsesivamente	más	publicaciones	que	hablaran	de	lo	mismo.	Hoy	en	día	existen
muchas,	 pero	 en	 aquel	 entonces	 sólo	 las	 conseguía	 a	 través	 de	 pequeñas
editoriales	que	imprimían	dos	o	tres	mil	ejemplares	en	centro	y	Sudamérica.	Y	es
que	en	los	años	70	ya	hubo	una	pequeña	fiebre	de	éxito	de	este	tipo	de	manuales
de	 autoayuda	 que	 ha	 vuelto	 a	 resurgir,	 si	 bien,	 los	 conocimientos	 de	 éstos	 y
aquellos	 se	 remontan	 a	 muchos	 años,	 e	 incluso	 siglos	 atrás,	 surgidos	 muchas
veces	de	antiguas	filosofías.
Al	 final,	 todos	 los	 libros	 cuentan	 lo	mismo	pero	 cada	uno	 realiza	pequeños
cambios	 que	 lo	 hacen	 más	 o	 menos	 eficaz.	 Tras	 tantos	 años	 de	 práctica	 he
querido	 comparar	 en	 esta	 publicación	 los	 puntos	 donde	 entroncan	 y	 donde	 se
diferencian	 tantas	 versiones	 de	 una	 misma	 filosofía,	 mal	 llamada,	 “de	 Nueva
Era”
Por	 ejemplo,	 hay	 algunos	 autores	 demasiado	 abstractos	 como	 el	Dr.	 Joseph
Murphy	o	el	pionero	James	Allen;	hay	otros	más	prácticos	como	Jack	Canfield	o
Joe	Vitale;	 hay	 quienes	 inciden	 en	 una	 justificación	más	 científica	 como	 Pam
Grout	 o	Kolie	Krutcher;	 los	 hay	más	 esotéricos	 como	 el	matrimonio	Esther	 y
Jerry	 Hicks	 que	 dicen	 recibir	 sus	 conocimientos	 a	 través	 de	 varios	 entes	 que
canaliza	la	propia	Esther;	y	los	hay	muy	extraños	y	desconocidos	como	el	ruso
Vadim	Zeland	con	su	compleja	pentalogía	sobre	“surfear	la	realidad”	o	el	genial
estadounidense	Stuart	Lichtman	y	su	“Transposición	Cibernética”.
He	 intentado	 evitar	 los	 primeros	 autores	 que	 hablaron	 de	 la	 Ley	 de	 la
Atracción	 (a	 su	modo)	 como	 el	Conde	de	Saint	Germain	 que	 se	 remonta	 al	 s.
XVIII,	 James	 Allen,	 “Los	 tres	 iniciados”	 del	 Kybalion,	 R.	 W.	 Emerson	 o
Napoleón	Hill	 entre	 otros,	 cuyos	 principios	 aunque	 totalmente	 válidos	 hoy	 en
día,	han	quedado	superados	por	los	autores	de	nuestro	tiempo	que	los	recogen	en
procesos	mucho	más	depurados	y	comprobados,	sin	óbice	de	utilizar	alguna	cita,
dato,	 anécdota	 o	 procedimiento	 de	 los	 citados	 primeros	 autores	 en	 alguna
ocasión	oportuna,	especialmente	si	su	mención	facilita	la	comprensión	o	razona
cómo	y	por	qué	se	ha	llegado	a	tal	o	cual	conclusión.
También	hay	muchos	autores	que,	sintiéndolo	mucho,	he	tenido	que	dejar	en
el	 tintero	por	cuestiones	de	espacio	y	porque	no	añadían	más	 información	a	 lo
que	se	viene	 repitiendo	una	y	otra	vez	en	 los	distintos	manuales	ya	que,	como
veremos,	unos	y	otros	se	van	prestando	 ideas	entre	ellos,	acuden	a	 los	mismos
seminarios	y	talleres	e	incluso	acaban	escribiendo	juntos	alguna	publicación.
Si	 has	 comprado	 innumerables	 libros	 sobre	 la	 Ley	 de	 la	 Atracción	 aquí
encontrarás	una	comparativa	de	los	mejores	y	más	famosos	dando	respuesta	a	las
preguntas	 más	 comunes	 que	 saltan	 a	 nuestra	 conciencia	 cuando	 estamos
practicando	 concienzudamente	 pero	 aún	 así	 las	 cosas	 no	 funcionan	 como
deberían.	Después	de	 todo,	aquí	 también	es	aplicable	 la	Ley	de	Pareto,	 sólo	el
20%	de	los	libros	de	la	Ley	de	la	Atracción	cuentan	cosas	originales	o	efectivas,
el	otro	80%	son	repeticiones	de	lo	mismo	o	técnicas	poco	o	nada	efectivas.	Yo	he
tenido	que	 leerme	el	100%	pero	en	 tus	manos	ahora	 tienes	 sólo	 el	mejor	20%
que	 he	 sistematizado	 después	 de	 años	 en	 los	 que	 no	 sólo	 me	 he	 dedicado	 a
estudiar	la	teoría.	Consciente	de	que	un	manual	es	concebido	para	ser	practicado,
he	 experimentado	 vehemente	 con	 la	 Meditación	 Trascendental,	 la
Ultrameditación,	 audios	 subliminares,	 sonidos	 binaurales,	 hipnosis	 y
autohipnosis,	 telepatía,	 proyección	 astral,	 programación	 neurolingüística,
noesiología,	 dianética,	 acupuntura,	 digitopuntura,	 abstinencia	 sexual,	 ayuno,
sueño	 polifásico,	 sincronicidad,	 el	 poder	 del	Ahora,	 ayurverda,	 psicomagia,	 el
Ho´oponopono	 hawaiano,	 he	 bebido	 agua	 solarizada	 azul,	 he	 fabricado
tatwámetros,	he	tirado	monedas	y	palillos	de	I	Ching,	he	acudido	a	videntes,	me
han	leído	 la	carta	astrólogos	hindúes,	 jyotish	han	rezado	yagyas	por	mí,	me	he
hecho	tablones	de	deseos,	he	llevado	durante	años	piedras	del	agradecimiento	en
el	bolsillo,	he	usado	gafas	con	indicadores	LED	para	provocar	sueños	lúcidos,	he
intentado	 estimular	 mi	 glándula	 pineal	 y	 secretar	 DMT	 con	 lámparas
dreamachine,	 plumas	 imaginarias	 y	 respiración	 holotrópica,	 he	 escrito	 miles
(quizá	millones)	de	afirmaciones...	y	muchas	más	cosas	estrambóticas	de	las	que
ni	siquiera	puedo	acordarme.
Pero	 tú	 no	 tendrás	 que	 leerlo	 todo	 ni	mucho	menos	 practicarlo	 todo	 (si	 no
quieres	 ni	 estás	 tan	 obsesionado	 como	 yo)	 para	 obtener	 resultados	 casi
milagrosos.	Aquí	tienes	un	libro	que	elimina	la	paja	y	va	directamente	al	grano,
explicando	lo	que	funciona	y	lo	que	no,	en	base	a	la	experiencia	y	los	resultados.
No	obstante,	para	aquellos	que	quieran	investigar	más	por	su	cuenta	y	obtener	la
fuentes	de	las	que	he	“bebido”	para	la	creación	de	este	manual,	las	publicaciones
que	menciono	tienen	su	correspondiente	enlace	vinculado	en	la	versión	digital	de
este	libro,	así	como	una	referencia	donde	obtenerlos	en	la	bibliografía	del	final,
para	aquellos	que	estéis	leyendo	en	formato	papel.
Fundamentándome	 eneste	 principio	 de	 practicidad,	 te	 he	 preparado	 una
protocolo	en	castellano	que	he	 llamado	“Protocolo	L.A.	20/80©”	(siguiendo	 la
estela	 de	 la	 Ley	 de	 Pareto)	 consistente	 en	 una	 plantilla	 sistematizada	 para	 la
aplicación	práctica	de	la	Ley	de	la	Atracción,	que	te	guiará	paso	a	paso	de	forma
muy	detallada	pero	sencilla.	En	su	momento	 te	explicaré	 su	contenido	y	cómo
utilizarla.
Terminología
Los	términos	para	designar	esa	“fuente	de	poder	superior”	son	innumerables.	A	mí	me	gusta	hablar	del
Universo	o	de	 la	 Inteligencia	 Infinita,	 así	 como	del	 cerebro	y	 subconsciente	para	el	poder	que	emana	de
nuestro	interior,	pero	tú	puedes	emplear	Dios,	la	Divinidad...	o	aquellos	términos	que	te	hagan	sentir	más
cómodo	según	tus	propias	creencias	y	costumbres.	Aquí	te	enumero	las	más	comunes:
Mi	Guía	Interior
Mi	Yo	superior
El	Universo
El	Infinito
La	Inteligencia	Infinita
La	Inteligencia	Universal
La	Conciencia	Universal
El	cerebro
El	subconsciente
El	sistema	nervioso	central
El	alma
Dios
Cristo
La	Divinidad
La	Energía	Vital
El	Todo
La	Naturaleza	de	Buda
La	Fuente
La	Fuerza
El	Tao
Yo	Soy
El	Espíritu
La	Esencia
El	Ser
La	Luz
El	Gran	Espíritu
Cómo	usar	este	manual
Una	 cosa	 más	 antes	 de	 que	 te	 pongas	 de	 lleno	 a	 la	 lectura	 del	 libro.	 Soy
consciente,	 porque	 así	me	ha	 pasado	muchas	 veces,	 que	 los	 lectores	 tienden	 a
leer	de	corrido	un	libro,	aunque	éste	sea	de	ejercicios,	por	ejemplo	porque	estás
leyendo	en	la	cama	y	no	tienes	papel	y	boli	a	mano	para	hacerlos,	y	vas	dejando
las	 actividades	 para	 cuando	 acabes	 el	 libro,	 si	 es	 que	 te	 acuerdas	 que	 había
actividades	porque	normalmente	cuando	acabas	un	libro	tienes	otro/s	en	lista	de
espera	igualmente	interesantes	que	te	están	gritando	«¡léeme!	¡léeme!».
Muchas	 veces	 ni	 tan	 siquiera	 los	 autores	 facilitamos	 esta	 tarea	 mezclando
ejercicios	en	mitad	de	teorías	que	en	ocasiones	se	contradicen	entre	sí.	Esto	pasa
mucho	 por	 ejemplo	 en	 los	 libros	 del	 Dr.	 Joseph	 Murphy	 quien	 no	 sigue	 un
proceso	sistemático	sino	que	va	exponiendo	experiencias	muy	diferentes	que	ha
ido	recopilado	alrededor	del	mundo.	No	es	que	no	funcionen	sus	métodos	pero	si
en	un	capítulo	le	pide	al	lector	que	practique	la	afirmación	“riqueza	y	éxito”	y	al
siguiente	que	practique	con	la	afirmación	“atraigo	el	dinero	como	un	imán”	esto
creará	 una	 poco	 conveniente	 indecisión	 al	 lector	 que	 comenzará	 a	 hacerse
preguntas	del	 tipo	«¿cuál	he	de	 seguir?»	«¿las	dos	a	 la	vez?»	«¿una	cada	día»
«¿la	 que	 a	 mí	 me	 apetezca?»	 lo	 que	 conllevará	 su	 paralización	 y	 a	 que
definitivamente	no	practique	 los	ejercicios	o	 los	practique	de	una	manera	poco
eficiente.
También	es	habitual	en	este	tipo	de	manuales	que	el	autor	proponga	realizar
un	ejercicio	al	final	de	cada	capítulo,	pero	lo	que	suele	pasar	es	que	un	día	con
menos	 tiempo	 para	 leer	 sólo	 podamos	 pasar	 unas	 cuantas	 páginas	 de	 medio
capítulo	y	otro	día	con	más	tiempo	queramos	leer	varios	capítulos	de	un	tirón.
Para	evitar	esta	práctica	tan	humana	que	impide	que	realicemos	los	ejercicios
correctamente	 (o	mejor	dicho,	de	 la	 forma	más	 eficaz	para	que	 funcionen),	 en
lugar	 de	 hacer	 como	 la	 mayoría	 que	 insisten	 en	 que	 detengas	 tu	 lectura	 y	 te
pongas	a	realizar	los	ejercicios,	he	optado	por	la	estrategia	de	“si	no	puedes	con
ella,	 únete	 a	 ella”	 así	 que	 no	 te	 obligues	 a	 hacer	 lo	 que	 no	 te	 apetece	 en	 ese
momento,	déjate	los	ejercicios	de	momento,	no	hace	falta	que	vayas	haciéndolos
sobre	la	marcha,	ni	tan	siquiera	que	los	apuntes	para	hacerlos	después,	ni	que	te
hagas	 resúmenes	 de	 éste	 manual,	 te	 los	 explico	 en	 cada	 capítulo	 para	 que
entiendas	 su	 funcionamiento,	 pero	 lee	 cómodamente	 todo	 el	 libro	 seguido
hasta	el	final	sin	pararte	a	practicar	porque	en	el	último	capítulo	te	haré	un
AMPLIO	RESUMEN	COMPLETO	de	lo	más	importante	que	hemos	visto
(el	mejor	20%	de	este	manual)	y	volveremos	a	retomar	los	ejercicios	todos
juntos	en	plantilla	de	“Protocolo	L.A.	20/80©”	que	te	he	comentado	hace	unos
párrafos,	 para	 que	 así	 puedas	 centrarte	 en	 la	 lectura	 al	 principio	 y	 en	 los
ejercicios	al	final.
He	 intentado	 a	 base	 de	 multitud	 de	 ejemplos	 que	 la	 lectura	 sea	 amena	 y
fácilmente	comprensible	pero	si	aún	así	hay	algún	capítulo	que	no	entiendes,
no	te	atasques,	no	te	detengas	a	releerlo	una	y	otra	vez	hasta	comprenderlo
porque	en	el	resumen	final	verás	todo	el	proceso	de	una	manera	global,	lo	que	te
facilitará	 su	 comprensión	 y,	 además,	 en	 la	 plantilla	 del	 protocolo	 lo	 tendrás
articulado	de	 forma	 clara	 y	 sencilla	 de	 forma	que	puedas	 realizar	 una	práctica
eficaz	 que	 es	 lo	 que	 verdaderamente	 importa,	 independientemente	 de	 cómo
hayamos	 llegado	 a	 ella.	Con	 todo	y	 con	 ello,	 por	 si	 aún	 te	 quedaran	dudas	de
cómo	 realizar	 la	 plantilla,	 al	 final	 del	 libro	 también	 la	 encontrarás	 completada
con	un	ejemplo	ficticio.
Lo	 último	 que	 te	 voy	 a	 pedir	 puede	 sonar	 egocéntrico,	 pero	 a	 riesgo	 de
parecerlo,	he	de	pedírtelo	porque	me	parece	un	requisito	básico	para	el	óptimo
funcionamiento	 del	 proceso	 que	 vas	 a	 aprender	 en	 este	 libro:	 por	 favor,
mientras	estés	con	este	libro,	no	leas	ningún	otro	libro	sobre	cómo	conseguir
éxito,	 la	Ley	de	 la	Atracción	o	similares,	ello	 te	podría	confundir	y	bloquear
tus	avances.	Se	trata	de	simple	eficacia,	centrarse	en	lo	que	se	tiene	entre	manos,
focalizarse.	 Si	 estuvieras	 leyendo	 otro	 libro	 de	 aprendizaje	 de	 cualquier	 otro
proceso	 (de	 autoayuda	 espiritual	 o	 no)	 te	 pediría	 lo	mismo.	 Pero	 en	 este	 caso
resulta	más	motivado	por	 la	propia	naturaleza	del	 libro	que	trata	de	cohesionar
todas	las	doctrinas	de	una	misma	filosofía.	Si	deseas	ampliar	la	información,	en
el	 último	 capítulo	 encontrarás	 una	 buena	 bibliografía	 de	 los	 libros	 más
recomendables.
Por	qué	no	has	obtenido	resultados	anteriormente
¿Por	qué	nunca,	o	casi	nunca,	he	conseguido	nada	destacable	con	la	Ley	de	la
Atracción,	pese	a	que	practico	mucho?
Quizá	estuvieras	a	punto	de	perder	la	fe,	a	punto	de	abandonar	para	siempre
esta	pseudociencia	llamada	“Ley	de	la	Atracción”,	cuando	llegó	a	tus	manos	este
libro.	 No	 pierdas	 la	 esperanza,	 la	 Ley	 de	 la	 Atracción	 funciona,	 siempre
funciona,	es	como	la	Ley	de	Causa	y	Efecto	o	la	Ley	de	la	Gravedad,	que	nadie
se	 cuestiona	 si	 funcionan	 o	 no,	 si	 es	 justa	 o	 injusta,	 simplemente	 se	 sabe	 que
existen	y	punto.	«Entonces…	¿por	qué	a	mí	no	me	funciona?»
En	realidad,	sólo	es	por	un	motivo:	autosabotaje.
El	autosabotaje	significa	estar	programado	subconscientemente	para	fracasar.
Por	mucho	esfuerzo	y	empeño	que	le	dediques,	en	una	lucha	de	tu	consciente	(lo
que	 deseas	 conseguir)	 contra	 tu	 subconsciente	 (lo	 que	 estás	 programado	 para
conseguir),	siempre	saldrá	vencedor	tu	subconsciente.
Quizá	alguna	vez	estuviste	a	punto	de	rozar	el	éxito	cuando	de	repente	se	dio
un	inesperado	giro	de	los	acontecimientos	que	provocó	que	no	lo	consiguieras.
En	 realidad	 tú	 mismo	 saboteaste	 tu	 propio	 éxito.	 Por	 ejemplo,tienes	 un	 gran
deseo	de	conseguir	un	trabajo	de	crupier,	haces	tus	afirmaciones,	practicas	todos
los	días,	 realizas	 los	cursos	necesarios,	 echas	el	Currículum	Vitae	en	 todos	 los
casinos	y	un	día	te	llaman	de	uno	para	darte	el	trabajo	pero	no	coges	el	teléfono
porque	no	conoces	el	número.	Esto	es	un	ejemplo	mucho	más	común	de	lo	que
crees.	Y	 luego	 te	maldices	y	maldices	 la	Ley	de	 la	Atracción	y	 te	preguntas	el
porqué	no	funciona.
Puede	 que	 hayas	 practicado	 rematadamente	mal.	 No	 hablo	 de	 practicar
mal	 sino	de	 rematadamente	mal	porque	no	hay	una	única	manera	de	hacer	 los
ejercicios,	 prueba	 de	 ello	 es	 que	 cada	 autor	 o	 gurú	 de	 la	 Ley	 de	 la	Atracción
establece	sus	propias	reglas	y	parece	que	a	todos	les	funciona.	Por	lo	que	no	hay
una	manera	única	y	definitiva	de	practicar,	cualquier	práctica	es	buena.	Aunque
sí	que	hay	UNA	MANERA	MEJOR	Y	MÁS	EFICAZ	DE	PRACTICAR	que	es
la	que	luego	veremos.Pero	si	a	ti	no	te	ha	funcionado	por	mala	praxis	es	porque
ésta	ha	 sido	muy	breve,	por	 ejemplo	practicaste	dos	o	 tres	días	y	 lo	dejaste,	o
practicaste	de	manera	alterna	(un	día	sí	y	otro	no;	uno	sí	y	dos	no;	dos	sí	y	uno
no…).	 Pero	 en	 cualquier	 caso,	 si	 has	 practicado	 mal	 esto	 se	 debe	 a	 un
motivo…	autosabotaje.	Te	faltó	motivación	suficiente	para	practicar	 todos	 los
días	 y	 al	 final	 la	 falta	 de	 motivación	 suficiente	 provoca	 autosabotaje,
seguramente	 causado	 por	 un	 error	 en	 la	 selección	 del	 objetivo,	 a	 su	 vez
provocado	por	una	mala	elección	del	propósito.
Puede	que	tu	deseo	fracasado	fuera	muy	ambicioso,	pecaste	de	exceso.	Es
cierto,	 muchos	 autores	 hablan	 de	 ganar	 cientos	 de	 millones	 con	 la	 Ley	 de	 la
Atracción	 y	 seguro	 que	 has	 oído	 a	 alguno	 decir	 “para	 el	Universo	 es	 igual	 de
fácil	atraer	un	millón	que	100	millones”.	Y	sí	es	cierto.	Para	el	Universo,	pero	no
para	 ti.	 Porque	 tú,	 y	 yo,	 y	 todos	 tenemos	 unos	 límites	 inconscientes
(programación	 subconsciente)	 que	 si	 sobrepasamos	 conllevará	 que	 no	 nos	 lo
creamos	en	absoluto	y	pierda	así	su	total	eficacia	(autosabotaje).	Por	ejemplo.	Si
estás	ganando	12.000	al	año,	no	es	“razonable”	para	tu	subconsciente	pensar	que
el	año	que	viene	estarás	ganando	100.000	al	año	porque	sin	darte	cuenta	te	has
programado	 para	 ganar	 12.000	 al	 año	 y	 cambiar	 tan	 radicalmente	 tu
programación	 no	 es	 fácil.	 Si	 tú	 nunca	 has	 conseguido	 nada	 con	 la	 Ley	 de	 la
Atracción,	lo	mejor	es	empezar	por	pequeños	logros	para	ir	cogiendo	confianza	e
ir	cambiando	poco	a	poco	tu	programación.	Si	lo	que	te	interesa	es	el	dinero,	por
ejemplo,	un	buen	punto	de	partida	podría	ser	el	objetivo	de	duplicar	tus	ingresos
cada	 año.	 Como	 veremos	 un	 objetivo	 bien	 construido	 ha	 de	 ser	 lo
suficientemente	 interesante	 y	 desafiante	 como	 para	 que	 te	 emocione	 (te
motive	a	practicar	los	ejercicios)	pero	no	tan	lejano	a	tu	situación	actual	como
para	que	lo	veas	(consciente	o	inconscientemente)	imposible.	Y	si	no	seleccionas
bien	tu	objetivo	¿qué	pasará?	Efectivamente…	autosabotaje.
Como	 acabas	 de	 leer,	 se	 puede	 pecar	 de	 exceso	 de	 ambición	 y	 también	 se
puede	pecar	de	falta	de	ella,	el	objetivo	debería	ser	suficientemente	interesante	y
desafiante	como	para	que	te	motive	a	practicar	los	ejercicios	de	forma	constante.
Por	ejemplo,	quizá	desees	un	simple	helado	para	poner	a	prueba	si	funciona	la
Ley	de	la	Atracción,	pero	eso	no	es	un	interés	ni	un	deseo	auténtico	así	que	no	lo
desearás	ardientemente	y	el	fracaso	está	casi	garantizado	y	lo	peor	es	que	cada
fracaso	hace	mella	en	los	siguientes	éxitos,	crea	un	ancla	emocional	hacia	el
fracaso,	ayuda	a	programarte	hacia	el	desastre	y	cada	vez	el	autosabotaje	se	hace
más	presente.	Ojo,	no	te	equivoques,	cuando	hablo	de	autosabotaje	por	falta	de
ambición	no	me	refiero	sólo	a	que	desees	algo	“barato”	o	muy	fácil	de	conseguir,
sino	que	desees	algo	que	no	ambicionas	ardientemente.	Por	ejemplo	puede	que
desees	un	coche	de	la	marca	Mercedes	y	tú	creas	que	no	estás	pecando	de	falta
de	 ambición	 (ya	 que	 un	Mercedes	 cuesta	 una	 cantidad	 considerable	 de	 dinero
que	 quizá	 ni	 tienes)	 pero	 quizá	 la	 razón	 subyacente	 por	 la	 que	 lo	 desees	 es
porque	 siempre	 se	 ha	 visto	 la	 posesión	 de	 un	 Mercedes	 como	 un	 signo	 de
distinción,	entonces	te	faltará	una	real	ambición	por	él	y	realizarás	tus	ejercicios
con	desgana,	sin	ilusión,	sin	sentimiento	y	emoción	y,	nuevamente	se	produce	un
autosabotaje	 inconsciente.	Quizá	seas	de	 los	que	 les	cuesta	mucho	aparcar	y	 te
ilusione	mucho	más	un	Ford	Focus	que	aparque	solo	o	un	Prius	que	respete	el
medio	ambiente,	acierta	en	saber	lo	que	de	verdad	quieres	y	te	resultará	mucho
más	fácil	obtenerlo,	cueste	lo	que	cueste	en	términos	económicos.
Casi	 sin	 pretenderlo	me	he	metido	 a	 hablar	 de	 otro	 tipo	de	 autosabotaje,	 el
autosabotaje	debido	a	perseguir	un	deseo	que	no	es	el	tuyo.	Quizá	incluso	te
mientas	a	ti	mismo.	Yo	estudié	toda	una	licenciatura	creyendo	que	quería	lo	que
decía	 que	 quería	 cuando	 en	 realidad,	muy	 en	 el	 fondo,	 es	 lo	 que	 querían	mis
padres.	O	mejor	dicho,	 lo	que	quería	era	 la	aprobación,	el	orgullo,	el	amor,	de
mis	 padres.	 Al	 final	 te	 das	 cuenta	 que	 te	 equivocabas	 en	 tu	 objetivo,	 estabas
apuntando	 en	 la	 diana	 de	 otro.	 De	 ahí	 que	 sea	 tan	 importante	 el	 siguiente
capítulo,	donde	veremos	los	mejores	métodos	para	averiguar	 tu	propósito	en	la
vida,	 para	 así	 no	 equivocarte	 en	 la	 selección	 de	 tu	 objetivo	 que	 provocaría	 tu
falta	de	motivación	y	al	final	el	autosabotaje.
Una	última	forma	de	falta	de	motivación	y	autosabotaje	se	debe	a	un	bloqueo
inconsciente	 de	 alguna	 experiencia	 pasada	 que	 tal	 vez	 ni	 recuerdes.	 Quizá
perdiste	 dinero	 cuando	 eras	 pequeño	 y	 eso	 afectó	mucho	 a	 tu	 relación	 con	 el
dinero	y	no	te	das	ni	cuenta,	tal	vez	ni	siquiera	recuerdes	ese	pequeño	capítulo	de
tu	vida,	pero	ya	estás	programado	para	sentir	rechazo	al	dinero.	O	quizá	tu	padre
no	paraba	de	repetir	incesantemente	cosas	como	que	«el	dinero	no	crece	en	los
árboles»	 o	 «hay	 que	 sufrir	 mucho	 y	 trabajar	 muy	 duro	 para	 ganarse	 el	 pan»
coronándolo	con	un	«ya	sabrás	tú	lo	que	cuesta	mantener	a	la	familia...».	Has	de
saber	 que	 la	 mayor	 parte	 de	 la	 programación	 y	 también	 la	 que	 queda	 más
firmemente	interiorizada	es	la	que	se	ha	creado	en	las	primeras	etapas	de	nuestra
vida.	 Cuando	 somos	 pequeños	 somos	 altamente	 sugestionables	 y	 como	 por
propia	naturaleza	estamos	hechos	para	aprender	mucho	y	muy	rápido,	cualquier
cosa	que	nos	digan	la	absorbemos	inmediatamente	y	la	 tomamos	por	 la	verdad
más	absoluta,	especialmente	las	que	vienen	de	nuestras	figuras	más	influyentes,
nuestros	padres	y	tutores.	Yo	aún	no	tengo	una	opinión	formada	al	respecto	pero
para	los	que	creen	en	la	reencarnación	la	programación	para	el	éxito	o	el	fracaso
podría	venir	incluso	de	vidas	pasadas.	En	todo	caso,	también	existe	una	limpieza
un	 tanto	 especial	 para	 estas	 experiencias	 pasadas	 o	 incluso	 remotas	 y	 una
reprogramación	 para	 el	 éxito.	 Lo	 veremos	 a	 su	 debido	 tiempo.	 Pero,	 de
momento,	baste	con	saber	que,	como	bien	indican	algunos	autores	como	Vadim
Zeland	 o	 el	Dr.	 Joseph	Murphy,	 entre	 otros,	uno	 no	 puede	 obligarse	 a	 estar
motivado	por	un	objetivo,	no	puede	autoimponerse	una	dura	disciplina	para
doblegar	su	voluntad	porque	ésta	siempre	fracasa	frente	a	la	programación
subconsciente.	Precisamente	por	eso	mismo	es	por	lo	que	fallan	todas	las	dietas,
porque	 todas	 requieren	 de	 una	 fuerte	 presencia	 de	 la	 fuerza	 de	 la	 voluntad
cuando	lo	que	hace	falta	es	una	reprogramación	interior.	Es	falsa	la	idea	de	que
hace	falta	una	voluntad	de	hierro	para	seguir	unos	determinados	ejercicios	o	para
comer	 unos	 determinados	 alimentos,	 no	 tienes	 que	 sufrir	 y	 esforzarte	 u
obligarte,	acierta	en	tu	propósito	y	tus	objetivos,	en	línea	con	lo	que	quiere	el
Universo	 para	 ti,	 reprográmate	 para	 el	 éxito	 y	 la	 motivación	 fluirá	 casi
inconscientemente.	No	tendrás	que	forzarte,	simplemente	lo	harás.
Ahora	 vamos	 a	 empezar	 la	 casa	 por	 los	 cimientos.	 La	 base	 para	 que	 todo
funcione	es:
El	Propósito
He	intentado	muchas	veces	descubrir	mi	propósito	en	la	vida	pero	creo	que	no
lo	he	descubierto	todavía	¿Es	necesario	saber	mi	propósito	vital?	¿Cómo	puedo
descubrirlo?
Antes	de	establecerte	objetivos	es	primordial	que	toda	tu	vida,	tus	objetivos	y
tus	deseos	estén	en	línea	con	tu	propósito	en	la	vida.	Más	gráficamente,	empezar
por	elegir	tus	deseos	sin	saber	tu	propósito	sería	como	construir	las	paredes	de	tu
casa	sin	saber	donde	van	los	cimientos,	al	final	se	puede	venir	todo	abajo.
Otra	manera	de	verlo	es	como	lo	hacen	los	los	novelistas	antes	de	empezar	un
libro.	Primero	eligen	un	 tema	y	alrededor	de	ese	 tema	ha	de	girar	 todo	 lo	que
pase	 en	 esa	 novela,	 las	 decisiones	 de	 cada	 personaje,	 sus	 conflictos	 y	 por
supuesto	 sus	motivaciones	 estarán	 condicionadaspor	 ese	 tema.	 Los	 escritores
aficionados	 suelen	 escribir	 una	 trama	 que	 va	 hacia	 adelante	 y	 ya	 está,	 si	 les
preguntas	¿de	qué	trata	 tu	historia?	no	saben	qué	responder…	«de	todo	y…	de
nada»	y	otras	ambiguas	respuestas	cuyo	resultado	son	escritos	sin	publicar	con
tramas	que	van	dando	bandazos.	Así	que	¡descubre	el	tema	central	de	tu	vida	y
no	vayas	dando	bandazos	por	la	vida!
Muchas	 personas	 se	 empecinan	 en	 ignorar	 su	 verdadero	 destino	y	 tratan	de
forzar	 objetivos	 que	 no	 les	 son	 propios,	 obteniendo	 constantes	 fracasos	 y
desilusiones.	No	quiero	decir	que	el	destino	esté	escrito	sino	que	hay	una	brújula
en	nuestro	interior	que	nos	puede	guiar	por	el	camino	más	cómodo	y	próspero	y
si	desatendemos	dicha	brújula	la	vida	se	puede	tornar	muy	desagradable.
Por	otro	lado,	si	te	fijas	unas	metas	que	estén	alineadas	con	tu	propósito	vital,
conseguirás	estar	motivado	automáticamente	y	 sin	el	 freno	del	autosabotaje.	O
dicho	de	otro	modo,	si	 tus	metas	no	 tienen	nada	que	ver	con	 tu	propósito	vital
será	muy	difícil	o	imposible	atraerlas	pero	si	están	en	sintonía	con	tu	propósito
será	 mucho	 más	 fácil	 que	 se	 hagan	 realidad.	 Es	 la	 esencia	 de	 la	 filosofía	 de
James	Allen,	“no	atraemos	lo	que	queremos,	sino	lo	que	somos”.
Por	estas	 razones	es	 tan	 importante	saber	 tu	propósito	en	 la	vida.	Por	eso	y
porque	si	no	sabes	a	dónde	vas	nunca	llegarás	a	ninguna	parte.
Maxwell	Maltz,	 padre	 de	 la	 psicocibernética	 lo	 aclara	 del	 siguiente	 modo:
decirte	a	ti	mismo	«voy	a	conseguir	ese	trabajo»	no	te	servirá	de	nada	si	la	idea
de	estar	haciendo	ese	trabajo	no	es	coherente	con	tu	manera	profunda	de	verte	a
ti	mismo».
El	 hecho	 de	 no	 tener	 propósito,	 o	 mejor	 dicho,	 no	 saberlo,	 aún	 realizando
ejercicios	 de	 la	 Ley	 de	 la	Atracción,	 ralentizará	 tu	 éxito.	 Seguramente	 estarás
dando	bandazos,	como	hacía	yo	cuando	aún	no	sabía	bien	cómo	funcionaba	de
manera	efectiva	la	Ley,	entre	pequeños	éxitos	y	fracasos.	Daba	un	paso	adelante
y	 un	 paso	 atrás.	 Sabía	 que	 funcionaba	 la	 Ley,	 pero	 no	 sabía	 cómo	 hacer	 que
funcionara	 siempre	 de	 manera	 rápida	 y	 eficaz.	 El	 propósito	 hace	 que	 tus
objetivos	se	alineen	con	tu	subconsciente	y	por	lo	tanto	vayas	en	línea	recta
hacia	tus	deseos,	sin	dar	vueltas	ni	zigzagueos.
Propósito	y	pasión	deberían	ir	de	la	mano.	Y	con	la	pasión	la	motivación;	si
eres	 lector	 de	 libros	 de	 nueva	 era	 empresarial	 seguro	 que	más	 de	 una	 vez	 has
leído	 que	 los	 grandes	 empresarios	 siempre	 han	 conseguido	 logros	 inmensos
gracias	 a	 que	 se	 han	 dedicado	 a	 lo	 que	 les	 apasiona	 en	 la	 vida	 (frente	 a	 la
frustrante	persecución	de	la	excelencia	en	algo	que	no	se	ama),	porque	cuando	se
dedican	 a	 lo	 que	 les	 fascina,	 cualquier	 obstáculo	 se	 convierte	 en	 un	 reto	 que
superar	y	no	en	una	excusa	para	abandonar.	Como	dijo	Nietzsche,	 si	 tienes	un
«por	qué»	podrás	soportar	cualquier	«cómo».	Por	eso	es	por	lo	que	digo	que	con
la	pasión	llega	la	motivación,	una	motivación	intrínseca.
A	mi	mujer	le	apasiona	la	moda	y	por	eso	decidimos	crear	una	tienda	de	ropa
para	mujer.	Mientras	 yo	 trabajaba	 en	 un	 puesto	 en	 el	 que	 además	 de	 no	 estar
alineado	 con	 mi	 propósito	 apenas	 podía	 estar	 en	 mi	 hogar,	 ella	 fue	 capaz	 de
emprender	la	tienda,	atender	al	niño	y	mantener	la	casa,	toda	una	Superwoman.
Cuando	yo	volvía	exhausto	de	trabajar	no	me	apetecía	nada	más	que	dormir,	sin
embargo	ella	tenía	fuerzas	para	atender	a	los	clientes	online	de	la	web	hasta	altas
horas	de	la	madrugada	y	aún	así	despertarse	por	la	madrugada	para	dar	de	pecho
al	 niño.	 ¿Cómo	 podía	 soportarlo?	 Porque	 tenía	 su	 «por	 qué»,	 estaba	 (y	 está)
alineada	con	su	propósito	y	hoy	en	día	está	 recogiendo	 los	 frutos	y	disfruta	de
una	tienda	muy	próspera	y	un	hijo	muy	sano	y	activo.
Muchos	 otros	 han	 intentado	 copiar	 la	 empresa	 y	 han	 plagiado	 de	 arriba	 a
abajo	su	web	y	hasta	su	forma	de	escribir	a	los	clientes	pero	se	han	desvanecido
rápidamente	y	ya	sabrás	cuál	ha	sido	el	motivo,	su	único	«por	qué»	era	(o	creían
que	 era)	 la	 obtención	 de	 dinero	 rápido	 y	 pensaban	 que	 simplemente	 copiando
una	empresa	de	éxito	obtendrían	el	mismo	éxito	pero	el	“alma”	de	una	empresa
no	se	puede	plagiar.
Los	objetivos	que	consigas	alineado	con	 tu	propósito	serán	cada	vez	menos
materialistas	y	más	auténticos	y	personales,	no	perseguirás	 la	riqueza	como	fin
http://miavip.es/
último	sino	que	ésta	 llegará	a	 ti	persiguiendo	lo	que	de	verdad	amas,	 lo	que	lo
convertirá	 en	 un	 camino	 de	 rosas.	 Resulta	 paradójico	 pero	 así	 es,	 cuanto	más
persigas	tu	auténtico	yo	y	menos	el	dinero,	más	logros	económicos	obtendrás.	Si
conseguimos	nuestros	objetivos	a	 través	del	propósito,	primero	seremos	felices
(la	 felicidad	 la	 encontraremos	 en	 el	 camino	mismo,	 no	 en	 el	 destino)	 y	 luego
vendrá	lo	material	por	añadidura.	Y	eso	es	lo	que	no	entienden	los	que	plagian	a
otros.
Una	 prueba	 de	 ello	 se	 desprende	 de	 una	 investigación	 (mencionada	 por	 el
doctor	Mark	Albion	en	“Vivir	y	ganarse	la	vida”)	consistente	en	el	seguimiento
de	 la	 carrera	 profesional	 de	 1.500	 graduados	 en	 escuelas	 de	 negocios.	 Al
principio	del	estudio	se	les	preguntó	si	pensaban	intentar	ganar	dinero	para	luego
dedicarse	a	hacer	lo	que	les	gustara	(una	vez	tuvieran	un	colchón	económico)	o
si	 pensaban	 seguir	 sus	 propios	 intereses,	 seguros	 de	 que	 el	 dinero	 ya	 llegaría.
Veinte	años	después	de	entre	 los	1.500	graduados	había	101	millonarios	de	 los
cuales	 100	 contestaron	 veinte	 años	 atrás	 que	 seguirían	 sus	 propios	 intereses
convencidos	de	que	el	dinero	ya	 llegaría.	Cien	de	ciento	uno…	creo	que	es	un
dato	 suficientemente	 revelador	 como	 para	 convencerte	 de	 que	 encuentres
primero	tu	pasión	si	tu	deseo	es	ser	millonario.
Así	que	si	tu	deseo	es	ser	millonario	tu	propósito	nunca	puede	consistir	en	ser
millonario.	 Tener	 dinero	 en	 abundancia	 es	 necesario	 pero	 no	 es	 un	 propósito
superior	 en	 sí.	 Como	 muy	 bien	 apunta	 Louise	 L.	 Hay	 “Tus	 ingresos	 son
solamente	un	canal	de	 la	prosperidad,	no	 la	fuente.	Marc	Allen	en	su	 libro	“El
emprendedor	 visionario”	 crea	 una	 metáfora	 muy	 oportuna	 diciendo	 que	 creer
que	el	dinero	es	nuestro	propósito	es	tan	estúpido	como	creer	que	el	propósito	en
nuestras	vidas	es	que	la	sangre	siga	circulando	por	nuestros	cuerpos.	Claro	que	la
sangre	 tiene	que	seguir	circulando	por	nuestros	cuerpos	para	permanecer	vivos
(y	 claro	 que	 el	 dinero	 tiene	 que	 seguir	 fluyendo	 para	 permanecer	 vivos)	 pero
nuestro	propósito	en	la	vida	es	algo	mucho	más	importante,	mucho	más	grande.
Vadim	Zeland	dice	que	puedes	estar	visualizando	un	maletín	lleno	de	billetes
todos	los	santos	días	hasta	el	fin	de	tu	vida	y,	de	todos	modos,	en	el	mejor	de	los
casos	sólo	verás	con	frecuencia	maletines	llenos	de	billetes	pasando	por	delante
de	 ti	 o	 en	 la	 televisión	 y	 el	 cine.	 Porque	 no	 es	 tu	 propósito,	 en	 un	 error	 de
objetivo.
Kolie	 Crutcher	 también	 advierte	 sobre	 la	 confusión	 al	 creer	 que	 las	 metas
económicas	 producen	 la	 felicidad:	 “las	 posesiones	materiales	 son	 importantes.
Necesitamos	cosas	nuevas	en	nuestras	vidas.	La	clave	es	recordar	que	estas	son
el	efecto	de	la	felicidad,	no	la	causa”.	Es	decir,	el	dinero	viene	a	ti	cuando	tienes
claro	 tu	propósito	en	 la	vida.	Nunca	puede	 ser	 tu	propósito	mismo	el	dinero	o
cualquier	otra	meta	material.
El	propósito	es	algo	que	solemos	perder	cuando	abandonamos	nuestra	etapa
infantil	(cuando	ya	nos	han	programado	lo	suficiente	como	para	perder	nuestra
esencia)	y	no	lo	volvemos	a	recuperar.	Aquellos	que	lo	recuperan	(o	que	nunca
lo	pierden)	son	los	que	viven	su	vida	más	dichosa	y	plenamente.
A	 veces	 lo	 que	 sucede	 es	 que	 creemos	 que	 nos	 gusta	 una	 cosa	 cuando	 en
realidad	le	gusta	más	a	nuestros	padres,	a	nuestros	amigos	o	simplemente	es	«lo
que	se	espera	de	nosotros».	Yo	estudié	con	mucho	empeño	una	carrera	completa
pensando	que	era	lo	que	quería	y	estaba	convencido	de	ello,creía	que	era	lo	que
quería.	Sin	embargo	cuando	descubrimos	nuestro	propósito	por	un	lado	estamos
mucho	más	 motivados	 para	 avanzar	 (no	 necesitamos	 de	 la	 ineficaz	 fuerza	 de
voluntad)	y	por	otro	estamos	más	cerca	de	nuestro	verdadero	yo	y	la	vida	fluye
mucho	más	ligera	y	feliz.
Imaginemos	que	estás	en	un	empleo	que	no	te	apasiona,	es	decir,	no	está	en
línea	con	tu	propósito	vital.	Cuando	acabaste	tu	educación	obligatoria	no	sabías
muy	bien	qué	hacer	(quizá	te	apetecía	no	hacer	nada,	sólo	estar	de	fiesta	con	tus
amigos	 y	 amigas,	 tus	 ligues…)	 y	 tus	 padres	 o	 la	 sociedad	 te	 decían	 cosas	 del
estilo	«todos	lo	hacen,	tú	deberías	hacer	lo	mismo»	lo	que	te	empujó	a	trabajar	o
seguir	 estudiando	 «algo»	 para	 ser	 una	 persona	 «de	 provecho»,	 es	 cuando,
siguiendo	 la	 terminología	de	Martha	Beck	(Encuentre	 su	propia	estrella	polar),
se	pone	al	mando	el	«yo	social»	frente	al	«yo	esencial».	Así	que	decidiste	que
Secretariado	sería	lo	más	«responsable»	y	«fácil»	pues	sólo	habría	que	aprender
ofimática,	 mecanografía,	 algo	 de	 contabilidad…(Lo	 de	 fácil	 también	 es
discutible	 pues	 cuando	 alguien	 realiza	 cualquier	 cosa	 no	 alineada	 con	 su
propósito	 se	hace	cuesta	arriba	y	no	puede	esperar	más	que	 la	 suficiencia	o	 lo
que	 dé	 de	 sí	 la	 ineficaz	 fuerza	 de	 voluntad).	Y	 con	mucho	 empeño	 y	 relativo
sufrimiento	 acabaste	 tu	 formación	 y	 el	 Centro	 de	 Estudios	 te	 encontró	 una
pequeña	 empresa	 donde	 hacer	 las	 prácticas.	 Y	 tuviste	 la	 «suerte»	 de	 que	 la
empresa	te	hiciera	un	contrato.	Y	ahora	llevas	diez	años	trabajando	de	secretaria
de	un	 tipo	desagradable	al	que	 le	gusta	cada	mañana	mirarte	de	arriba	a	abajo
con	ojos	lascivos.	Te	gustaría	«otra	cosa»	pero	al	fin	y	al	cabo,	«hay	de	peores»,
al	menos	«no	se	me	acerca	demasiado.	Mirar	y	no	tocar»,	y	aquí	al	menos	tienes
un	trabajo	estable	y	una	necesaria	nómina	que	te	entra	a	principios	de	mes	para
http://www.amazon.es/gp/product/8497770048/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=8497770048&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
mantener	a	 tu	recién	 llegado	bebé,	 tu	alquiler,	 tu	coche…	todas	esas	cosas	que
vas	necesitando	a	medida	que	crecen	 tus	 responsabilidades	 (o	quizá	crecen	 tus
responsabilidades	 a	medida	 que	 aumentas	 tus	 necesidades,	 aunque	 eso	 es	 otra
historia).	 Pero	 una	mañana	 tu	 jefe	 te	 sugiere	 que	 necesitas	 una	 renovación	 de
vestuario,	 que	 en	 la	 oficina	hace	demasiado	 calor	 para	 ir	 tan	 tapada.	Entonces
decides	que	es	hora	de	cambiar	de	empleo,	siguiendo	la	estela	de	Tony	Robbins
(«Pasos	de	Gigante»,	«Controle	su	destino»,	«Poder	sin	Límites»)	diríamos	que
el	 dolor	 de	 mantenerse	 en	 ese	 empleo	 ahora	 es	 más	 fuerte	 que	 el	 placer	 que
obtienes	 al	 recibir	 tu	 nómina)	 y	 empiezas	 a	 poner	 en	 práctica	 afirmaciones,
visualización,	 etc.	Pero	hay	un	 fallo,	 lo	que	 te	ha	motivado	para	 el	 cambio	ha
sido	 una	 situación	 extrema	 y	 no	 has	 reflexionado	 primero	 para	 averiguar	 tu
propósito	en	la	vida.	Si	te	aplicas	concienzudamente	con	los	ejercicios	de	la	Ley
de	la	Atracción	es	posible,	con	mucho	esfuerzo,	que	encuentres	un	nuevo	puesto
de	 trabajo,	quizá	con	un	mejor	 jefe,	quizá	con	mejores	compañeros,	quizá	más
cerca	 de	 casa,	 con	 un	 horario	 más	 compatible	 con	 tu	 vida	 familiar	 o	 incluso
mejor	 remunerado,	pero	 lo	más	probable	es	que	 sea	un	empleo	de	 secretaria	o
algo	similar.	Porque	llevas	demasiado	tiempo	haciendo	lo	mismo	y	mentalmente
te	has	incapacitado	para	hacer	otra	cosa.	Te	has	programado	para	ser	secretaria.
Salvando	las	distancias	con	el	uso	habitual	de	la	frase,	has	topado	con	un	«techo
de	cristal».	Pero	es	un	techo	que	tú	te	has	fabricado	simplemente	conformándote
y	 zigzagueando	 por	 el	 camino	más	 fácil,	 o	 que	 crees	más	 fácil.	 Sabes	 que	 tu
Currículum	Vitae	 consta	 de	 diez	 años	 de	 secretaria	 y	 a	 eso	 es	 a	 lo	 que	 vas	 a
aspirar	 para	 un	 nuevo	 puesto,	 porque	 es	 lo	 que	 crees	 que	 tienes	 más
probabilidades	de	conseguir.	Pero	es	hora	de	que	rompas	ese	techo	de	cristal,	es
hora	de	que	sepas	que	tú	eres	capaz	de	lo	que	quieras	y	mucho	más.	El	Universo
no	sabe	de	probabilidades,	sólo	 tienes	que	estar	alineado	con	tu	propósito	y	Él
jugará	a	tu	favor.	El	camino	será	aún	mucho	más	fácil	que	hasta	ahora,	aunque
aún	no	lo	puedas	ver	y	eso	te	de	mucho	miedo.	Pero	el	cambio	será	para	mejor	y
para	siempre.
Imagina	 tu	 subconsciente	como	un	emisor	de	ondas	y	el	Universo	como	un
receptor	 de	 ondas.	 Las	 ondas	 son	 los	 pensamientos	 y	 emociones.	 Tú	 puedes
impregnar	 tu	 subconsciente	 con	 pensamientos	 y	 emociones	 de	 logros	 y	 el
Universo	 lo	 recibirá	 con	 más	 o	 menos	 interferencias.	 Pero	 si	 impregnas	 tu
subconscientes	con	pensamientos	alineados	con	tu	propósito	estarás	lanzando	el
mensaje	 en	 la	 misma	 frecuencia	 que	 el	 Universo	 y	 a	 Él	 llegará	 mucho	 más
claramente,	sin	interferencias.
http://www.amazon.es/gp/product/B017BWPTAU/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=B017BWPTAU&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
http://www.amazon.es/gp/product/8499084974/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=8499084974&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
http://www.amazon.es/gp/product/8499085504/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=8499085504&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
James	Allen	ya	lo	expresó	muy	inteligentemente	¡en	el	año	1902!	“Hasta	que
no	se	conecten	pensamiento	y	propósito,	no	habrá	un	logro	inteligente”.
Peter	 M.	 Senge	 también	 se	 expresó	 de	 forma	 similar,	 señalando	 que	 tu
subconsciente	 es	 especialmente	 receptivo	 a	 las	 metas	 cuando	 éstas	 están	 en
consonancia	con	nuestros	valores	más	profundos.
Con	 diferentes	 términos,	 casi	 la	 totalidad	 de	 gurús	 del	 éxito	 hablan	 de	 la
importancia	de	tener	un	propósito,	una	finalidad	en	la	vida	para	estar	en	sintonía
y	alcanzar	mucho	más	 fácilmente	 tus	 logros	pero,	hela	aquí	 la	pregunta	que	 te
estarás	haciendo:
¿Cómo	se	encuentra	un	propósito	¿Cómo	encontrar	MI	propósito?
Veamos	las	formas	más	recurrentes	y	eficientes	de	descubrir	tu	propósito.
La	mejor	manera	 es	 hacerte	 una	 serie	 de	 preguntas	 y	 reflexionar	muy
bien	las	respuestas.	Las	preguntas	ponen	en	marcha	tu	mecanismo	automático
de	 respuesta,	 tu	 cerebro	 funciona	 de	 forma	 que	 se	 pasa	 el	 día	 preguntándose
cómo	solucionar	cosas	y	sabe	mejor	que	nadie	 la	mejor	 respuesta	para	 ti.	Sólo
tienes	 que	 hacerte	 preguntas	 “de	 calidad”	 como	 diría	 Tony	 Robbins,	 gran
entusiasta	de	hacerse	preguntas.
(Recuerda	 que	 no	 tienes	 que	 hacer	 ahora	 los	 ejercicios,	 para	 eso	 tienes	 la
plantilla	del	Proceso	L.A.	20/80	donde	los	encontrarás	todos	reunidos)
El	archifamoso	Wayne	Dyer,	en	la	que	es	quizá	su	obra	mejor	y	más	completa
pero	 paradójicamente	 menos	 conocida,	 “Real	 Magic”,	 apunta	 como	 buena
indicación	 de	 estar	 en	 el	 propósito	 reflexionar	 qué	 seguirías	 haciendo	 (o
empezarías	a	hacer)	si	de	repente	te	tocara	la	lotería.	Así	que	pregúntate:	Si	de
repente	 me	 encontrara	 con	 20	 millones	 de	 euros	 en	 el	 banco	 y	 el	 dinero
dejara	de	ser	una	preocupación	¿a	qué	dedicaría	mis	horas?	Es	lógico	pensar
en	darte	un	año	sabático,	viajando,	descansando...	pero	 luego	¿qué?	pregúntate
¿Qué	 haría	 para	 no	 aburrirme?	 ¿qué	 haría	 que	me	 levantara	 de	 la	 cama	de	 un
salto?	o	como	sugiere	Vadim	Zeland	¿Qué	convertiría	mi	vida	en	una	fiesta?	o
¿Qué	confortaría	a	mi	alma?
Otra	pregunta	que	deberías	hacerte	¿Qué	hacía	cuando	era	pequeño	en	mi
tiempo	libre?	Cuando	somos	pequeños	hacemos	las	cosas	que	nos	apasionan	sin
pensar	en	cómo	ganarnos	la	vida	porque	todo	lo	tenemos	resuelto,	alguien	cuida
de	 nosotros	 y	 como	 hemos	 dicho	 antes,	 aún	 no	 nos	 han	 programado	 para	 el
http://www.amazon.es/gp/product/8499083609/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=8499083609&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
fracaso	ni	para	perder	de	vista	nuestro	propósito.
¿Recuerdas	 que	 cuando	 eras	 pequeño	 dabaigual	 el	 tiempo	 que	 estuvieras
jugando	que	siempre	 te	apetecía	más	y	más?	El	 tiempo	parecía	detenerse	y	sin
darte	cuenta	tu	madre	ya	estaba	llamándote	para	comer	cuando	daba	la	sensación
de	 que	 apenas	 habías	 empezado.	 No	 era	 sólo	 placer,	 era	 éxtasis,	 era	 estar
totalmente	 absorto,	 imbuido	 en	 la	 tarea.	 El	 gran	 profesor	 húngaro	 Mihály
Csíkszentmihályi,	 en	 su	 bestseller	 «FLUIR:	 una	 psicología	 de	 la	 felicidad»
indica	 que	 cuando	 estás	 “en	 onda”	 el	 tiempo	 parece	 detenerse	 y	 llama	 a	 este
estado	“fluir”.	Así	que	hay	que	buscar	cómo	volver	a	“estar	en	 la	onda”	como
cuando	éramos	pequeños,	cómo	fluir	con	el	Universo.	Rebusca	en	tu	pasado.
¿Qué	 es	 lo	 que	más	 te	 gustaba	 hacer	 cuando	 eras	 pequeño?	 Encuentra	 los
elementos	comunes	a	esas	experiencias	e	imagina	una	forma	de	ganarte	la	vida
desempeñando	esas	actividades.
Otra	pregunta	que	puede	ayudarte	a	expandir	tus	límites	y	a	desear	cosas	más
allá	 de	 lo	 económico,	 extraída	 de	 “La	 lámpara	mágica”	 de	 Keith	 Ellis:	 ¿Qué
desearía	 realmente	 de	 la	 vida	 si	 estuviera	 absolutamente	 seguro	 de	 poder
conseguirlo?
Una	 última	 pregunta	 para	 hacerte,	 similar	 a	 la	 anterior,	 extraída	 del	 genial
Tim	 Ferris	 y	 su	 “Semana	 laboral	 de	 4	 horas”:	 ¿Qué	 haría	 si	 no	 pudiera
fracasar?	¿si	fuera	10	veces	más	listo	que	el	resto?
http://www.amazon.es/gp/product/B006GA4XTM/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=B006GA4XTM&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
http://www.amazon.es/gp/product/8495787008/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=8495787008&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
http://www.amazon.es/gp/product/8490064385/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=8490064385&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
Sesión	de	Brainstorming
Una	 forma	 muy	 efectiva	 de	 encontrar	 respuesta	 a	 estas	 y	 otras	 preguntas	 es	 hacer	 una	 sesión	 de
brainstorming,	traducida	en	castellano	como	“tormenta	de	ideas”	o	a	veces	“lluvia	de	ideas”.
Si	 no	 estás	 familiarizado	 con	 esta	 técnica	 grosso	modo	 te	 puedo	 explicar	 el	 sistema:	 coge	 papel	 y
bolígrafo	y	escribe	en	lo	alto	del	folio	la	pregunta	que	quieres	hacerte,	por	ejemplo	“¿Qué	hacía	cuando	era
pequeño	en	mi	tiempo	libre?”	o	cualquiera	de	las	vistas	en	los	puntos	anteriores.	Ahora	deja	que	te	vengan	a
la	mente	ideas	y	más	ideas.	No	las	juzgues,	simplemente	escríbelas.	No	empieces	a	descartar,	es	como	una
competición	en	 la	que	gana	quién	más	 respuestas	de,	 independientemente	de	 la	calidad	u	originalidad	de
éstas,	aunque	sean	una	auténtica	locura.	Fuérzate	a	escribir	todo	lo	que	puedas.	Cuando	acabes	lee	todo	lo
escrito	y	analízalo	intentando	encontrar	puntos	en	común,	ideas	que	parecían	una	locura	y	ya	no	lo	parecen
tanto,	u	otras	ideas	que	ahora	sí	parecen	descartables.
El	uso	más	extendido	de	esta	técnica	suele	ser	en	el	contexto	empresarial	y	en	grupos	de	trabajo	para
aportar	 más	 ideas	 a	 un	 proyecto,	 pues	 así	 la	 concibió	 su	 creador	 Alex	 Faickney	 Osborn	 en	 1938,	 pero
evidentemente	esta	técnica	la	puedes	usar	tu	solo	en	casa	y	así	es	como	debes	hacerlo	en	este	caso.	Además,
estudios	 científicos	 como	 el	 de	 Brian	 Muller	 y	 su	 equipo	 de	 la	 University	 of	 Kent	 en	 Cantebury,	 han
demostrado	que	las	ideas	aportadas	por	los	que	practican	esta	técnica	solos	son	más	y	de	mayor	creatividad
que	las	aportadas	por	grupos.	Seguramente	debido	al	efecto	“pereza	social”:	«Ya	aportarán	ideas	los	otros»;
o	 al	 efecto	 de	 la“difusión	 de	 la	 responsablidad”:	 «La	 responsabilidad	 no	 es	 sólo	mía,	 si	 lo	 hago	 bien	 el
mérito	no	es	sólo	mío».
En	la	plantilla	de	“Protocolo	L.A.	20/80©”	que	haremos	al	final	del	libro	tienes	espacio	para	hacer	una
tormenta	de	ideas	de	cada	pregunta	que	hemos	visto.
https://www.facebook.com/atraccionmasefectiva
Eso	 sí,	 lo	 crucial	 a	 la	 hora	 de	 hacerte	 correctamente	 estas	 preguntas	 es	 no
criticarte	ni	autoengañarte.
Pero	¿Cómo	evito	el	autoengaño?
Recuerda	el	 ejemplo	que	 te	he	puesto	hace	unas	páginas	en	el	que	yo	creía
que	quería	lo	que	decía	que	quería	cuando	en	realidad	me	estaba	engañando	a	mí
mismo.	Creía	que	quería	estudiar	una	determinada	carrera	cuando	en	definitiva
buscaba	la	complacencia	de	mis	padres,	de	mi	hermano	mayor	o	de	la	sociedad
en	 general.	 Lo	 que	 se	 esperaba	 de	 un	 estudioso	 buen	 chico.	 Por	 eso,	 aunque
conseguí	 licenciarme	nunca	conseguí	dedicarme	plenamente	a	 lo	que	estudié	y
nunca	lo	haré.	Porque	no	es	una	carrera	que	esté	alineada	con	mi	propósito.
El	gurú	Joe	Vitale	recuerda	cuando	uno	de	sus	mentores	y	sanador	le	preguntó
qué	 quería	 en	 la	 vida	 y	 él	 respondió	 «escribir	 bestsellers».	 Entonces	 Jonathan
Jacobs,	que	así	se	llamaba,	continuó	con	el	interrogatorio	«¿con	qué	propósito?».
Eso	le	desconcertó	y	después	de	intentar	librarse	con	respuestas	del	tipo	«me	lo
merezco»	 rebuscó	en	su	 interior,	 en	su	motivación	subyacente	hasta	obtener	 la
verdadera	razón:	«para	gustar	a	la	gente	y	que	me	admiren».
No	es	un	hecho	aislado.	El	polifacético	artista	Alejandro	Jodorowsky	cuenta
una	anécdota	muy	similar	a	la	de	Vitale.	Le	habían	hablado	de	un	médico	(que
además	era	músico,	poeta	y	maestro	de	artes	marciales)	en	el	barrio	chino	que
era	capaz	de	curarle	de	una	alarmante	transpiración	que	lo	dejaba	empapado	y	le
impedía	dormir.	La	sorprendente	prescripción	médica	 (a	 la	postre	efectiva)	 fue
preguntarle	«¿Cuál	es	tu	finalidad	en	la	vida?»	pues,	según	dijo,	si	no	tenía	una
finalidad	en	la	vida	no	lo	podía	curar.	Y,	al	igual	que	el	mentor	de	Vitale,	siguió
el	 interrogatorio	 preguntándole	 después	 de	 cada	 respuesta	 «¿Por	 qué?»	 hasta
obtener	una	finalidad	última.
Haz	lo	mismo,	no	te	autoengañes	pensando	que	tu	objetivo	en	la	vida	es	ser
más	rico,	tener	fama	o	ser	podólogo.	Normalmente	existe	una	razón	subyacente
y	 suele	 estar	 relacionada	 con	 la	 necesidad	 de	 amor	 y	 cariño.	 Encuentra	 tu
verdadera	motivación.	 Cuando	 la	 tengas,	 será	mucho	más	 fácil	manifestar	 tus
deseos.	Saberla	te	dará	una	mayor	libertad,	sabrás	por	qué	haces	lo	que	haces	y
por	qué	quieres	lo	que	quieres	y	con	ella	obtendrás	también	la	determinación	de
tener	y	actuar	y	por	ende	será	mucho	más	fácil	manifestar	tus	deseos.
¿Cómo?	Es	muy	fácil,	Vitale	y	Jodorowsky	ya	nos	ha	dado	pistas,	pregúntate
constantemente	“Por	qué”.
Por	ejemplo:	“Quiero	ser	cantante,	es	la	mayor	ilusión	de	mi	vida.	Cuando	era
pequeño	 siempre	 cantaba	 y	 ahora	 sigo	 haciéndolo	 en	 la	 ducha”–¿Por	 qué?–
“ejem...	 porque	me	 gusta...–No	 en	 serio	 ¿por	 qué?	 hurga	 en	 tu	 interior–	 “creo
que	 me	 gustaría	 que	 la	 gente	 me	 viera	 en	 la	 tele”	 –¿por	 qué?–	 “quiero	 ser
admirado”	–¿por	qué?–	“no	sé…	de	pequeño	solíamos	estar	mis	padres	y	yo	en
el	sofá	acurrucados	viendo	las	actuaciones	de	los	sábados	por	la	noche	en	la	tele
y	veía	los	ojos	de	mi	madre	admirando	a	Luis	Miguel…	quiero	que	mi	madre	me
mire	con	esos	ojos,	quiero	sentirme	querido	y	admirado	así	por	mi	madre”.	–Ahí
lo	tienes.	Tu	propósito	es	la	búsqueda	de	sentirte	querido	y	admirado,	no	es	ser
cantante.	Saberlo	te	guiará	mucho	mejor	en	la	vida	y	sabrás	por	qué	quieres	ser
cantante.	El	ser	cantante	se	convertirá	no	en	tu	finalidad,	sólo	en	tu	camino.
Los	Objetivos
La	lista	de	los	deseos
¿Cómo	establezco	un	objetivo	indicado	para	mí?
Una	 vez	 ya	 sabes	 cuál	 es	 tu	 propósito	 en	 la	 vida	 te	 resultará	 más	 fácil
establecer	 tus	deseos	y	objetivos	concretos,	siempre	con	la	mirada	puesta	en	la
realización	personal	de	tu	vida.
Y	a	sensu	contrario,	si	apuntas	a	una	meta	que	no	sea	parte	de	tu	propósito	o
plan	mayor,	puedes	fallar.
En	 cualquier	 caso,	 los	 objetivos	 que	 te	 plantees	 deben	 cumplir	 unas
determinadas	características	si	es	que	queremos	que	se	cumplan.	Vamos	a	ello.
¿Cómo	pongo	en	marcha	el	objetivo?
Lo	primero	que	hay	que	saber	y	en	lo	que	prácticamente	todos	los	mentores
coinciden	es	que	para	poner	 en	marcha	 tu	objetivo	 tienes	que	ponerlo	por
escrito.	No	hace	 falta	 que	 lo	 hagas	 ahora,recuerda	que	 al	 final	 del	 libro	y	 en
nuestra	página	de	facebook	viene	todo	el	proceso	en	una	plantilla.	Escribirlo	crea
como	un	“contrato”	con	tu	subconsciente	y	con	el	Universo	para	la	realización.
Si	quieres	una	razón	más	terrenal,	Brian	Tracy	(orador	inspiracional,	autor	de
decenas	de	libros	de	liderazgo	empresarial	y	desarrollo	personal	como	el	famoso
«¡Tráguese	 ese	 sapo!»,	 «Negociación»,	 «Liderazgo»	 o	 «Metas»)	 realizó	 un
estudio	en	el	que	reveló	que	la	gente	que	se	limitaba	a	poner	sus	necesidades	por
escrito	y	luego	había	guardado	la	lista,	un	año	después,	el	80%	de	lo	que	había
escrito	 se	 había	 hecho	 realidad.	 Lair	 Ribeiro	 en	 «El	 Éxito	 no	 llega	 por
casualidad»	 (Urano,	 2000)	 menciona	 un	 estudio	 similar	 de	 la	 Universidad	 de
Harvard	en	el	que	dice	que	el	3%	de	los	alumnos	que	habían	puesto	sus	metas
por	escrito	valían	económicamente	más	que	el	97%	restante.
No	 sé	 hasta	 qué	 punto	 son	 ciertos	 o	 no	 estos	 estudios	 ya	 que	 se	 han
mencionado	muchas	veces	en	la	literatura	de	autoayuda	y,	como	en	el	juego	del
teléfono,	el	mensaje	que	llega	se	ha	tergiversado	muchísimo.	Así,	el	catedrático
de	psicología	Richard	Wiseman	(autor	del	libro	«59	segundos»,	en	el	que	intenta
desmontar	 la	 supuesta	 charlatanería	 de	 la	 autoayuda)	 señala	 que	 en	 2007	 el
escritor	 de	 la	 revista	 Fast	 Company,	 Lawrence	 Tabak,	 hizo	 numerosas
investigaciones	 tratando	 de	 averiguar	 si	 el	 estudio	 era	 cierto	 y	 no	 encontró
https://www.facebook.com/atraccionmasefectiva
http://www.amazon.es/gp/product/8441532451/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=8441532451&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
http://www.amazon.es/gp/product/B00PWOH4TO/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=B00PWOH4TO&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
http://www.amazon.es/gp/product/B00PWOH4LC/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=B00PWOH4LC&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
http://www.amazon.es/gp/product/8495787598/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=8495787598&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
http://www.amazon.es/gp/product/8479534036/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=8479534036&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
http://www.amazon.es/gp/product/B00UV7WUUA/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=B00UV7WUUA&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
ninguna	 prueba	 fehaciente	 de	 su	 existencia.	 Si	 bien	 su	 investigación	 se	 centró
sólo	en	la	Universidad	de	Yale,	no	en	Harvard	como	menciona	Ribeiro.
Quizá	 estos	 estudios	 fueran	 reales	 pero	 poco	 documentados	 o	 quizá	 se
inventaron	 para	 dar	 credibilidad	 a	 un	 hecho	 que,	 en	 cualquier	 caso,	 yo
personalmente,	 mucho	 antes	 de	 conocer	 este	 estudio	 y	 toda	 la	 literatura	 New
Age,	 pude	 comprobar	 de	 primera	 mano,	 en	 el	 que	 vendría	 a	 ser	 mi	 primer
objetivo	materializado	de	forma	más	o	menos	increíble.	Sin	saber	por	qué	lo	hice
así,	 sin	 conocer	 aún	 la	 Ley	 de	 la	 Atracción,	 harto	 de	 una	 adolescencia	 de
altibajos	amorosos	y	desestabilidad	emocional,	cogí	un	folio	en	blanco	e	hice	un
listado	de	 las	 características	que	 tendría	mi	mujer	 ideal	y	 lo	metí	 en	un	cajón,
olvidándome	de	él.	Supongo	que	simplemente	lo	que	quise	fue	aclarar	mis	ideas
después	de	algún	desengaño.	No	sabía	si	existiría	una	mujer	con	tales	dones	pero
fui	bastante	concreto	en	mis	peticiones:	que	no	fumara,	guapa,	simpática,	de	mi
edad,	trasero	respingón...	y	otras	características	que	no	voy	a	detallar.	Y	hoy	sigo
felizmente	casado	con	una	mujer	que	cumple	al	100%	con	dichas	características.
Aunque	 al	 principio	 no	 fui	 consciente	 de	 ello.	 Simplemente	me	 enamoré	 casi
irracionalmente	de	esa	chica	y	al	cabo	de	varios	años,	realizando	una	mudanza
me	 encontré	 con	 el	 listado	 y	 ya	 familiarizado	 con	 la	Ley	 de	 la	Atracción	 dije
«¡Ajá!»	 Y	 sí,	 sé	 que	 es	 similar	 a	 la	 anécdota	 que	 cuenta	 John	 Assaraf	 en	 la
película	y	libro	de	«El	Secreto»,	cuando	describe	cómo	encontró	su	viejo	tablón
de	logros	en	una	caja	de	mudanzas,	pero	es	así.	A	veces	te	olvidas	de	lo	que	has
deseado…	y	lo	malo	es	que	le	restas	importancia	al	éxito	conseguido,	por	eso	es
tan	importante	el	seguimiento	de	tu	objetivo	(monitoreo)	del	que	ya	tendremos
tiempo	de	hablar.
Para	 finalizar	 con	 la	 importancia	 de	 mantener	 tu	 objetivo	 por	 escrito
mencionar	 que	 el	 propio	Wiseman,	 pese	 a	 querer	 echar	 por	 tierra	 el	 supuesto
estudio	que	mencionan	Tracy	o	Ribeiro,	tras	un	estudio	sobre	éxito	y	motivación
con	5.000	participantes,	reconoce	que	las	posibilidades	de	éxito	se	disparaban
en	aquellos	participantes	que	escribían	sus	metas	concretas,	especialmente
si	 éstas	 eran	 detalladas	 con	 pasos,	 avances,	 ventajas,	 recompensas…	 y
precisamente	todo	esto	lo	veremos	a	lo	largo	de	este	libro.
Si	además	sellas	con	tu	firma	el	objetivo,	fijarás	más	tu	compromiso	con
el	mismo,	así	lo	sugiere	el	propio	Wiseman	en	su	obra	«Nadie	nace	con	suerte».
¿Por	dónde	empiezo?	¿qué	puedo	elegir?
http://www.amazon.es/gp/product/1512078425/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=1512078425&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
http://www.amazon.es/gp/product/8484602591/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=8484602591&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
Ahora	empieza	lo	divertido,	elegir	entre	todas	las	posibilidades	que	te	ofrece
el	vasto	catálogo	del	universo.
Pero	 es	muy	 normal	 que	 suceda	 la	 paradoja	 que	 con	 tanto	 donde	 elegir	 te
quedes	en	blanco,	que	de	tantas	posibilidades	te	bloquees.
Para	eliminar	este	bloqueo	puedes	hacer	dos	listas,	una	de	las	cosas	que	te
urgen	 y	 otra	 de	 tus	 máximos	 deseos	 y	 luego	 dividas	 cada	 lista	 en	 tres
segmentos:	 tener,	 ser	y	hacer.	Más	adelante	verás	 cómo	 los	 “ser”	 los	 tendrás
que	 ir	 convirtiendo,	 como	 hace	 Timothy	 Ferris,	 en	 “hacer”	 para	 alcanzar	 tus
sueños,	 por	 ejemplo,	 para	 “ser”	 un	 gran	 orador	 primero	 tendrás	 que	 “hacer”
cursos	de	oratoria	o	“hacer”	muchas	prácticas	de	hablar	en	público.
Algunos	 autores	 también	 dividen	 sus	 deseos	 en	 plazos	 (qué	 cosas	 deseas
ahora,	 qué	deseas	para	dentro	de	6	meses,	 para	dentro	de	un	 año,	 de	 cinco…)
pero	 yo	 soy	 contrario	 a	 esta	 idea	 de	 los	 plazos,	más	 adelante	 te	 explicaré	mis
razones.
Ahora	vamos	a	ver	ordenadamente	las	listas	según	las	divisiones	que	hemos
comentado	y	que	podrás	hacer	fácilmente	en	la	comentada	plantilla	de	protocolo
L.A.	20/80.
¿Qué	te	urge	ahora?	Haz	una	lista	de	las	cosas	que	te	urge	tener,	lo	que	te
urge	 hacer	 y	 lo	 que	 te	 urge	 ser	 (esto	 último	 puede	 ser	 más	 complicado	 de
establecer).
¿Cuáles	son	tus	máximos	deseos?	Haz	una	segunda	lista	con	aquello	que	te
gustaría	tener	con	todas	tus	fuerzas,	lo	que	te	gustaría	hacer	más	que	nada	y	por
supuesto	lo	que	más	querrías	ser.
Algunas	pistas:
A	 la	 hora	 de	 elaborar	 las	 listas	 siempre	 ten	presente	 el	 propósito	 vital	que	 ya	 tenemos	 que	 haber
establecido.	 Aunque	 sean	 deseos	 materiales,	 siempre	 deben	 responder	 a	 un	 propósito	 vital	 que	 debes
conocer.
Te	resultará	muy	útil	separar	tus	deseos	por	áreas.	Piensa	en	tu	desarrollo	personal	y	profesional,	en
tu	 salud,	 en	 tu	 felicidad,	 en	 las	 relaciones	 sociales	 y	 de	 pareja	 e	 incluso	 en	 tu	 altruismo,	 quizá	 te
sentirías	realizado	al	fundar	una	organización	no	lucrativa.	Dicho	de	otro	modo,	piensa	en	tu	carrera,	dinero,
propiedades,	ocio,	viajes,	relaciones,	expresión	creativa,	salud,	educación...
A	veces,	tras	muchos	años	de	condicionamientos	negativos	y	pesimismo,	resulta	más	fácil	pensar	en	lo
que	no	queremos	que	en	lo	que	queremos.	Puedes	poner	lo	que	no	quieras	para	facilitarte	la	tarea,	pero
asegúrate	 inmediatamente	 de	 convertirlo	 en	 una	 frase	 en	 positivo.	 Más	 adelante	 te	 explicaremos	 la
importancia	de	esto.
Por	 ejemplo,	 puedes	 tener	 muy	 claro	 que	 no	 quieres	 padecer	 alergia	 cuando	 llegue	 la	 primavera,
conviértelo	 en	 “quiero	 estar	 totalmentesano	 al	 llegar	 la	 primavera”.	 O	 si	 no	 quieres	 viajar	 más	 en	 tu
destartalado	coche,	conviértelo	en	“quiero	un	coche	nuevo”.	O	si	odias	a	tu	jefe,	“no	quiero	tener	ese	jefe”
puedes	convertirlo	en	“deseo	trabajar	para	mí	mismo”.
Derivado	 del	 anterior.	 En	muchas	 ocasiones	 cuando	 nos	 preguntamos	 lo	 que	 queremos	 o	 cuál	 es	 el
problema	 que	 queremos	 solventar	 sólo	 obtenemos	 respuestas	 vagas	 y	 quejas	 y	 más	 quejas.	 Esta
confusión,	es	muy	común	especialmente	en	los	momentos	posteriores	a	un	gran	trauma,	cuando	nuestra	vida
está	viniéndose	abajo	y	nuestros	esquemas	y	costumbres	han	de	cambiar	a	 la	 fuerza,	por	ejemplo	 tras	un
divorcio	inesperado.	En	esos	momentos	es	difícil	concretar	lo	que	queremos,	o	simplemente	decimos	que
queremos	 «que	 todo	 vuelva	 a	 ser	 como	 antes».	 Louis	 L.	 Hay	 propone	 una	 fórmula	 que	 te	 ayudará	 a
concretar	los	problemas	y	verlos	con	nuevas	perspectivas	reveladoras.
Coge	 una	 hoja	 y	 escribe	 en	 lo	 alto	 “Debería…”	 e	 intenta	 acabar	 la	 frase	 con	 5	 o	 6	 respuestas
diferentes.	Según	L.	Hay	hay	quien	le	resulta	difícil	escribir	sólo	una	o	dos	y	hay	quien	necesitaría	varias
páginas.
Ahora	 lee	 cada	 frase	y	 pregúntate	 ¿Por	 qué?	 ¿Cuál	 es	 la	 razón?	 y	 revelarás	muchas	 creencias	 y
limitaciones.
Finalmente	vuelve	a	escribir	cada	frase	pero	sustituyendo	el	“Debería…”	por	“si	realmente	quisiera
podría…”.
Al	ir	haciendo	la	lista	te	darás	cuenta	que	muchos	“ser”	se	convertirán	en	“hacer”	y	en	“tener”.	No
hay	problema,	todo	lo	contrario,	eso	es	bueno	y	es	lo	que	acabarás	haciendo,	porque	estás	concretando	lo
que	quieres	y	como	veremos,	esto	es	fundamental.
Por	 ejemplo,	 “quiero	 ser	 cantante	 profesional”	 puede	 convertirse	 en	 “quiero	 hacer	 una	maqueta	 de
calidad”	 o	 “quiero	 tener	 una	 entrevista	 en	 la	 radio	 musical	 más	 famosa	 de	 mi	 país”.	 O	 “quiero	 ser
Astronauta”	puede	convertirse	en	“quiero	tener	buenas	notas	en	mi	prueba	de	acceso	a	la	Universidad	para
ingresar	en	el	Instituto	de	Astrofísica”.
El	hecho	de	dividir	 tus	deseos	en	 lo	que	 te	urge	y	 lo	que	más	deseas	y	a	su	vez	en	“ser”,	“hacer”	y
“tener”	 ha	 sido	 para	 ayudarte	 a	 recordar	 cuáles	 son	 tus	 deseos,	 pero	 ahora,	 trabaja	 con	 todos	 los
elementos	de	tus	dos	listas	como	si	fueran	una	sola	lista	para	hacer	un	filtrado.
Víctor	Boc,	famoso	locutor	de	radio	en	EEUU,	escritor	de	«Cómo	Resolver
para	siempre	todos	sus	problemas	de	dinero»	y	uno	de	mis	autores	favoritos	por
su	sencillez	y	por	los	logros	impresionantes	que	he	obtenido	gracias	a	su	método,
lo	plantea	de	la	siguiente	manera:
Has	 de	 aplicar	 una	 serie	 de	 preguntas	 (que	 he	 extraído	 y	 sintetizado	 a
continuación	y	en	la	plantilla	del	protocolo	L.A.	20/80)	a	cada	deseo	y	luego	ir
http://www.amazon.es/gp/product/8496829014/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=8496829014&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
http://www.amazon.es/gp/product/8492348151/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=8492348151&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
tachando	las	que	devuelvan	una	respuesta	negativa:
¿Realmente	 lo	deseas	 (o	 lo	necesitas)	 o	 es	 solo	un	 interés	pasajero?	 Por
ejemplo.	Puede	que	mi	móvil	tenga	un	año	y	me	gustaría	reemplazarlo	por	uno
más	moderno	pero	el	móvil	funciona	perfectamente.	Cambiarlo	sería	un	interés
pasajero,	no	un	deseo	ardiente,	y	por	 lo	 tanto	debería	 tacharlo	de	mi	 lista.	Sin
embargo	si	mi	móvil	se	ha	roto,	aunque	no	sea	un	deseo	ardiente	tener	móvil,	sí
que	lo	necesito	y	por	lo	tanto	podría	quedarse	en	la	lista.
¿Es	 posible	 de	 realizar?	No	 significa	 si	 ahora	 te	 parece	 viable	 según	 tus
circunstancias	actuales	sino	si	humanamente	es	posible.	Por	ejemplo,	es	viable
mi	 deseo	 de	 hablar	 finés	 aunque	 ahora	 no	 sepa	 decir	 ni	 “hola”,	 pero	 es
humanamente	 imposible	 mi	 deseo	 de	 ser	 campeón	 del	 mundo	 de	 los	 pesos
pesados	si	tengo	65	años	y	nunca	me	he	entrenado.
¿Es	respetuoso	con	la	gente?	Es	decir,	si	no	causará	a	otros	algún	perjuicio.
No	nos	referimos	a	los	celos	que	pueda	ocasionar	a	mi	vecino	que	yo	tenga	un
coche	mejor	que	el	suyo	sino	a	un	daño	físico	o	psíquico.	Mi	deseo	no	puede	ser
atropellar	a	mi	jefe	aunque	eso	“beneficiara”	a	cientos	de	trabajadores.
¿Es	 coherente	 con	 el	 resto	 de	 la	 lista?	 Esto	 es	 muy	 importante.	 Si	 se
contradice	con	otro	elemento	posiblemente	se	sabotearán	ambos.	Hay	que	tachar
uno	de	los	dos.	Por	ejemplo,	sería	incoherente	ponerme	el	objetivo	de	recorrer	el
mundo	yo	solo	de	mochilero	y	a	la	vez	el	objetivo	de	pasar	más	tiempo	con	mi
familia.	O	sería	incoherente	querer	que	me	asciendan	en	mi	empresa	y	a	la	vez
desear	un	trabajo	nuevo	o	trabajar	por	mi	propia	cuenta.	O	una	cosa	u	otra.
No	tengas	miedo	de	tachar,	sólo	estás	priorizando	y	cuando	empieces	a	lograr
deseos	de	forma	habitual	podrás	volver	a	repasar	tus	viejas	listas	y	darte	cuenta
que	 lo	 que	 tachaste	 quizá	 ya	 no	 te	 interese	 en	 absoluto	 o	 que	 tal	 vez	 cuando
hiciste	la	lista	era	incoherente	con	otro	elemento	pero	ahora	ya	no	lo	es	y	puedes
ir	haciendo	nuevas	listas.	Pero	ahora	toca	tachar	¡Tacha	sin	piedad!
¿Cuántos	objetivos	puedo	tener	a	la	vez?	¿estaré	pidiendo	demasiado?
Seguramente	tengas	ante	ti	muchísimos	objetivos	y	te	estés	preguntando	si	no
serán	demasiados.
Si	 seguimos	 las	 pautas	 de	 Jack	 Canfield	 y	 Mark	 Víctor	 Hansen,	 famosos
autores	de	«Sopa	de	pollo	para	el	alma»	y	una	caterva	de	 libros	de	autoayuda,
parece	 que	 nunca	 son	 suficientes.	 Para	 ellos	 habría	 que	 hacer	 un	 esfuerzo	 por
http://www.amazon.es/gp/product/B00DFZ5KWU/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=B00DFZ5KWU&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
intentar	 tener	 al	 menos	 30	 “ser”,	 30	 “tener”	 y	 otros	 30	 “hacer”	 y	 lo	 ideal	 es
recopilar	 unos	 100	 objetivos	 en	 total.	 Y	 he	 dicho	 bien,	 «esfuerzo»,	 porque	 te
aseguro	 que	 es	 difícil	 desear	 tanto,	 de	 verdad.	 Si	 lo	 intentas	 te	 sugiero	 que
tampoco	 te	 agobies,	 la	 lista	 está	 totalmente	 “viva”,	 puedes	 ir	 añadiendo	 y
eliminando	 cosas	 que	 ya	 no	 desees	 tanto	 o	 que	 hayas	 cumplido.	 Puedes
empezar	por	20	o	30	e	ir	subiendo	a	medida	que	vayas	deseando	cosas.	Eso	sí.
Felicítate	bien	cuando	hayas	logrado	algo,	en	lugar	de	tacharlo,	señálalo	con
letras	bien	llamativas	de	«¡Victoria!	¡Gracias!»
Pero	ojo,	cada	vez	que	añadas	un	nuevo	objetivo	no	te	olvides	de	hacerle	de
nuevo	el	cuestionario	de	antes	(si	realmente	lo	deseas,	es	humanamente	posible,
respetuoso	y	coherente	con	el	resto	de	la	lista),	siendo	especialmente	cuidadoso
en	 observar	que	 no	 se	 contradiga	 con	 ningún	 objetivo	 anterior	 ya	 que	 un
gran	 peligro	 que	 se	 corre	 con	 tantos	 objetivos	 es	 la	 facilidad	 con	 la	 que
pueden	colisionar	y	bloquearse	unos	a	otros.
Ahora	bien,	cabe	preguntarse...
¿Por	qué	es	necesario	tener	tantos	deseos	a	la	vez?
Según	 Hansen	 y	 Canfield,	 cada	 objetivo	 tiene	 un	 periodo	 de	 gestación
diferente,	unos	pueden	necesitar	muchos	años	de	gestación	porque	actualmente
tu	situación	dista	mucho	de	lo	que	deseas	y	otros	objetivos	se	pueden	realizar	en
un	santiamén.	No	puedes	dejar	los	más	complicados	para	el	final	porque	siempre
te	quedarás	realizando	cosas	muy	sencillas	y	cuando	vayas	a	empezar	a	hacer	las
complicadas	 habrás	 dejado	 pasar	 mucho	 tiempo	 en	 balde;	 y	 tampoco	 puedes
empezar	por	las	más	difíciles	porque	nunca	verás	resultados	y	te	desmoralizarás
a	 las	 primeras	 de	 cambio.	 Además,	 cuando	 cumples	 un	 objetivo	 viene	 una
especie	de	“bajón”	de	no	saber	«ahora	qué»	excepto	que	tengas	más	objetivos	en
lista	y	la	regla	del	Universo	es	la	abundancia	así	que	¿por	qué	conformarse	con
menos?
Sin	 embargo,	 muchos	 otros	 autores	 no	 comparten	 la	 visión	 de	 Canfield	 y
Hansen	y	son	de	 la	opinión	de	que	demasiados	objetivos	diseminan	el	poder
de	la	Atracción.	En	este	sentido,	Vadim	Zeland,	autor	ruso	de	una	serie	de	libros
denominada	«Reality	 Transurfing»,	 afirma	 que	 la	 sintonización	 con	 el	 camino
del	 objetivo	 (aunqueél	 utiliza	 una	 terminología	 más	 compleja	 que	 te	 voy	 a
ahorrar)	funciona	con	más	eficacia	si	todos	los	esfuerzos	están	dirigidos	hacia	un
objetivo	 concreto	 frente	 a	 dispersar	 nuestra	 energía	 mental	 en	 diferentes
http://www.amazon.es/gp/product/849777695X/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=849777695X&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
objetivos.	 En	 la	 misma	 línea	 se	 sitúan	 Janet	 Bray	 Attwood	 y	 Chris	 Attwood
(Descubre	 el	 Secreto,	 Tu	 riqueza	 oculta)	 quienes	 aseguran	 claramente	 que
aferrarse	 a	 demasiadas	 ideas,	 deseos	 u	 objetivos	 al	 mismo	 tiempo,	 colapsa	 al
cerebro	que	no	puede	centrarse	en	tantas	cosas	a	la	vez,	y	para	ello	se	basan	en
los	estudios	neurológicos	según	los	cuales	sólo	puedes	almacenar	siete	conjuntos
de	información	en	la	conciencia	simultáneamente.
Me	encanta	esta	cita	del	fundador	de	Apple,	Steve	Jobs:	“La	gente	cree	que	el
enfoque	significa	decir	 sí	a	 lo	que	 tienes	que	enfocar.	Pero	 realmente	significa
decir	 no	 a	 los	 cientos	 de	 otras	 buenas	 ideas	 que	 hay.	 Tienes	 que	 escoger	 con
cuidado”.	Escoge	con	cuidado	tus	deseos,	tacha,	elige,	prioriza.
Estoy	hecho	un	lío	¿con	qué	opinión	quedarse,	muchos	o	pocos	objetivos?
Creo	que	es	posible	que	cooperen	ambas	teorías.
Me	quedo	con	 lo	que	dice	Abraham	Hicks,	que	no	hay	 límite	de	cosas	que
puedes	 pedir	 al	 Universo	 y	 crear	 simultáneamente,	 pero	 al	 comienzo,	 cuando
todavía	estás	 aprendiendo	a	enfocar	 tus	pensamientos,	 es	más	útil	 concentrarte
sólo	en	uno	o	dos	deseos	a	la	vez.
Por	un	lado	me	parece	positivo	tener	una	lista	de	objetivos	a	largo	plazo,	por
las	razones	que	aducían	Canfield	y	Hansen	pero	creo	que	es	IMPRESCINDIBLE
mantener	la	coherencia	de	los	objetivos	y	minimizar	la	dispersión	de	energía.
La	primera	solución	a	la	coherencia	de	la	lista	nos	la	daba	el	propósito,	que
nos	sirve	para	encauzar	todos	nuestros	deseos	en	una	misma	dirección.	Toda	esa
lista	de	deseos	han	de	resultar	de	tu	propósito.
Pero	además,	 insisto	en	la	coherencia	de	 tu	 lista.	Si	 tu	deseo	es	ser	actor	de
Hollywood,	 coincidirás	 conmigo	 en	que	 es	difícil	 tener	 también	 el	 objetivo	de
vivir	en	Alemania.	Es	posible	hacerlo,	pero	quizá	ahora	no	sea	la	mejor	opción.
Tal	vez	si	consigues	ser	actor	de	Hollywood	en	ese	momento	puedas	desear	vivir
en	 Alemania	 y	 sea	 un	 objetivo	 más	 coherente.	 Para	 que	 Antonio	 Banderas
pudiera	vivir	en	su	querida	Málaga	ha	tenido	que	vivir	mucho	tiempo	en	Madrid
y	más	 tarde	 en	Hollywood	 hasta	 que	 ha	 adquirido	 tanto	 poder	 en	 la	 industria
como	 para	 decidir	 dónde	 establecer	 su	 casa.	 O	 por	 poner	 un	 ejemplo	 más
mundano,	 no	 puedes	 desear	 un	 aumento	 de	 sueldo	 y	 al	mismo	 tiempo	 desear
cambiar	de	empleo.	Hay	que	intentar	ser	coherente	al	máximo	con	tu	lista	de	este
momento	de	tu	vida.	Más	coherencia	significa	más	eficacia.
http://www.amazon.es/gp/product/8408063650/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=8408063650&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
http://www.amazon.es/gp/product/8408063650/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=8408063650&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
http://www.amazon.es/gp/product/B00WL3D4KM/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=B00WL3D4KM&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
http://www.amazon.es/gp/product/B0062U2JZ6/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=B0062U2JZ6&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
Sin	embargo,	tras	poner	todos	tus	objetivos	en	una	lista	escrita	ya	no	debemos
dispersar	más	nuestros	esfuerzos	haciendo	visualización	y	afirmaciones	de	todos
ellos.	Es	una	innecesaria	e	ineficaz	locura.
Ten	la	lista	de	deseos	ahí,	escrita,	y	repásala	cada	día.	Ese	simple	hecho	ya
irá	poniendo	en	marcha	los	objetivos	por	ti.	Pero	establece	prioridades	de	 los
deseos	que	prefieras	que	se	cumplan	primero.	Sé	que	la	decisión	será	difícil
«¿qué	quiero	primero,	vivir	de	mi	hobby	o	encontrar	el	amor	de	mi	vida?»	Pero
son	decisiones	que	deberás	tomar.	No	olvides	las	palabras	de	Jobs,	lo	importante
del	enfoque	es	descartar	ideas,	por	muy	buenas	que	éstas	sean.
Recuerda	que	te	facilitará	la	tarea	pensar	que	realmente	las	dejas	aparcadas	no
las	 eliminas	 para	 siempre.	 Hace	 años	 escribí	 un	 libro	 de	 comedia	 y	 leí	 y	 vi
muchísimo	humor	llegando	a	encontrarme	en	una	vorágine	de	chistes	que	se	me
iban	ocurriendo	en	todo	momento	y	que	apuntaba	en	la	pequeña	libreta	de	ideas
que	 siempre	 llevo	 encima.	 Cuando	 llegaba	 a	 casa	 y	 las	 intentaba	meter	 en	 el
libro	muchas	 veces	 los	mejores	 chistes	 no	 encajaban	 bien	 en	 la	 historia	 y	me
resultaba	 muy	 difícil	 descartarlos	 así	 que	 tomé	 una	 idea	 del	 director	 de	 cine
Robert	Rodríguez	en	su	manual	«Rebelde	sin	pasta»,	cogí	esas	buenas	ideas	que
no	 cabían	 y	 las	 metí	 en	 una	 carpeta	 para	 próximos	 proyectos.	 Así	 resultaba
mucho	menos	doloroso	no	meter	esa	idea	tan	buena	que	se	me	había	ocurrido,	no
la	descartaba,	simplemente	la	dejaba	aparcada	temporalmente.
Así	 que	 no	 te	 preocupes	 por	 el	 resto	 de	 deseos	 que	 no	 has	 elegido	 de
momento	porque	no	los	estás	descartando,	no	los	olvidas,	siguen	ahí	en	la	lista	y
volverás	a	ellos	más	adelante.	Es	más,	puedes	 ir	 engrosando	 la	 lista	de	deseos
con	nuevas	cosas	que	hacer,	ser	o	tener	que	se	te	vayan	ocurriendo.	Pero	ahora
debes	 centrar	 toda	 tu	 energía	 y	 ejercicios	 en	 uno.	 Simplemente	 decide	 en	 qué
deseo	centrarte	AHORA.	Puede	ser	algún	objetivo	sencillo,	para	 ir	practicando
el	proceso,	obtener	resultados	y	coger	confianza,	o	puede	ser	algo	más	complejo
que	 estés	 deseando	 muy	 vehemente	 y	 ya	 veremos	 más	 adelante	 cómo	 lo
tendremos	que	dividir	en	pasos	más	pequeños.
http://www.amazon.es/gp/product/8440662777/ref=as_li_ss_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24822&creativeASIN=8440662777&linkCode=as2&tag=httpmiaves-21
La	intención	es	lo	que	cuenta
No	es	sólo	un	dicho	popular	sino	una	realidad	en	el	ámbito	cuántico.	No	me
voy	a	detener	en	las	complejas	explicaciones	que	demuestran	científicamente	el
tremendo	efecto	de	la	intención	sobre	la	materia,	para	eso	ya	tienes	el	fantástico
libro	de	Kolie	Crutcher	«Electric	Living:	la	ley	de	la	atracción	para	escépticos»,
sólo	hace	falta	saber	que	un	deseo	sólo	es	eso,	un	deseo.	Si	se	mantiene	como
tal,	difícilmente	se	hará	realidad.	La	intención	es	una	forma	por	la	cual	le	dices	al
Universo	que	estás	dispuesto,	decidido	 formalmente	a	hacerla	 realidad	 frente	a
los	meros	deseos,	apetencias,	gustos,	preferencias,	ensoñaciones...
El	matiz	es	muy	importante.	Fíjate	la	diferencia	de	poder	entre	estas	frases:
“Yo	deseo	tener	un	deportivo	descapotable”
“Yo	quiero	tener	un	deportivo	descapotable”
“Mi	intención	es	tener	un	deportivo	descapotable”
Las	dos	primeras	se	quedan	en	un	mero	“me	gustaría”,	“estaría	bien	 tener”,
“sería	 una	 gozada	 tener”,	 frases	 que	 perfectamente	 podrían	 terminar	 en	 un
“...otra	cosa	es	que	pueda”.	Son	frases	que	no	te	obligan	rotundamente	a	salir	a
buscar	 el	 deportivo	 descapotable	 como	 sí	 lo	 hace	 la	 tercera	 frase	 que	 está
diciendo	“voy	a	por	mi	descapotable	nuevo,	no	es	que	lo	desee,	es	que	no	voy	a
parar	hasta	tenerlo”.
Para	Vadim	Zeland,	el	punto	en	el	que	tu	deseo	se	hará	realidad	será	cuando
DECIDAS	ir	a	por	tu	deseo	igual	como	cuando	vas	a	por	tu	correo,	con	la	misma
normalidad.	 Sabes	 que	 estará	 ahí	 esperándote	 en	 el	 buzón.	 Quizá	 no	 sabes	 si
llegará	hoy	pero	no	dudas	de	que	estará	ahí.	Simplemente	vas	y	lo	coges.
Debes	dejar	a	un	lado	cualquier	razonamiento,	emoción	o	esperanza	de	tener
éxito.	Debes	sólo	mantener	una	decisión	irrevocable	y	desapasionada	de	obtener
éxito,	simplemente	«mi	intención	es	X,	voy	a	coger	X»,	esa	es	la	declaración,	y
además	sin	argumentos,	condiciones	o	signos	de	admiración.	Es	así,	es	un	hecho.
No	 es	 que	 creas	 firme	 e	 inquebrantablemente	 que	 vas	 a	 obtenerlo	 sino	 que
tomas	lo	que	te	pertenece.
Zeland	 propone	 un	 ejercicio	 para	 observar	 la	 diferencia	 entre	 el	 deseo	 y	 la
intención.	Desea	levantar

Continuar navegando

Contenido elegido para ti

231 pag.
Supertú - Gabriel Solis

User badge image

Muchos Materiales

141 pag.
249 pag.
93 pag.
49- Vivir sin jefe

Secundaria Tecnica Num. 3 Jose Angel Ceniceros

User badge image

Ines Diaz