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Seguridad Alimentaria y Complejidad

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La seguridad alimentaria desde la óptica de la complejidad
Chapter · July 2023
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Roberto Rivera Pérez
Metropolitan Autonomous University
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Edición Primera – Julio 2023
Ecuador
Título: SEGURIDAD ALIMENTARIA 
Subítulo: Una mirada compleja para los retos del futuro
ISBN: 978-9942-7125-6-1
Autor: Dr. Roberto Rivera Pérez (Compilador)
Prólogo: Mgtr. Renato Esteban Revelo Oña
Sello editorial: Red Internacional de Investigación en Ciencias Sociales y Hu-
manidades. (978-9942-7125)
Soporte: Libro Digital. Formato Pdf (.pdf)
Maquetación: Elvira L. Martin - espacioestudio@outlook.com
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Bayardo Ramírez-Rivera Pérez - El patrimonio gastronómico de México y la seguridad alimentaria
ROBERTO RIVERA 
PÉREZ2 
Universidad Abierta y a Distancia 
de México, México
LA SEGURIDAD 
ALIMENTARIA 
DESDE LA 
ÓPTICA 
DE LA 
COMPLEJIDAD
 1. Docente en línea y tutor de tesis de posgrado en la 
Universidad Abierta y a Distancia (UnAD, MEX). 
Antropólogo social y Administrador de empresas; 
PhD. en Ciencias Antropológicas con Especialidad 
en antropología política (UAM, MEX); Posdoctor en 
Educación, investigación y complejidad (EMI-BOL). 
Candidato al primer nivel del Sistema Nacional de 
Investigadores (SNI–CONACYT, MEX). 
ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6374-8225.
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Rivera Pérez - La seguridad alimentaria desde la óptica de la complejidad
RESUMEN
La reciente incorporación del concepto de la complejidad en buena parte de los discursos aca-
démicos, universitarios y al interior de los círculos de los investigadores, ha propiciado la falsa idea 
de que todo fenómeno pueda estar y deba ser atendido desde esa mirada teórica. Además, en el 
justo momento que se realizan las investigaciones y el análisis de los resultados, se dejan de consi-
derar otros elementos (la capacidad de agencia de los individuos, las presiones políticas y econó-
micas), las condiciones (ambientales y climáticas, sociales, los intereses internacionales, etc.), los 
cambios (siempre considerados a favor y en mejora de la presente situación) y otros factores (la 
lucha y las relaciones de poder, el papel de la cultura, etc.) que están inmersos en los fenómenos y 
que también intervienen en los resultados y en el éxito o fracaso de la implementación de los resul-
tados. Siendo un contexto que no es ajeno a los estudios y demás investigaciones que se pueden 
realizar dentro del tema de la seguridad alimentaria. 
PALABRAS CLAVE
 •Teorías de la complejidad, Relaciones de poder, Alimentos
Pensar por sí mismos y esa será justamente la divisa del movimiento ilus-
trado: ¡atreverse a pensar! Acostumbrarse a ejercitar nuestra propia inteli-
gencia sin seguir necesariamente las pautas determinadas por cualquier otro. 
(Kant, 2019, p.12)
El cambio es eterno. Nada cambia jamás. Los dos tópicos son “ciertos”. Las 
estructuras son los arrecifes de coral de las relaciones humanas, que tienen 
una existencia estable durante un periodo relativamente largo de tiempo. 
Pero las estructuras también nacen, se desarrollan y mueren. 
(Wallerstein, 2003, p.7) 
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Rivera Pérez - La seguridad alimentaria desde la óptica de la complejidad
INTRODUCCIÓN
Actualmente han existido muchos intentos por implementar formas alternativas de coopera-
ción y colaboración entre las disciplinas, en parte por presiones de parte de los organismos interna-
cionales, acompañados por las férreas discusiones que buscan resarcir el divorcio innecesario entre 
las disciplinas (propio del debate de las dos culturas), pero también el reconocimiento de que los 
actuales problemas de una realidad cada vez más incierta y emergente que requiere del empleo de 
metodologías que transciendan los aspectos disciplinares, poli y multidisciplinares, a fin de arribar 
en posibilidad a la inter y la transdisciplina, así como sus implementaciones. 
Pero no solo es el deseo, las intencionalidades y la presencia de las buenas voluntades de parte 
de las instituciones académicas y de investigación, lo que se debe considerar para poder acoger estas 
metodológicas (concretamente la inter y la transdisciplina), que poco a poco van siendo más soli-
citadas en las investigaciones. Sino que también se requiere de los sustentos teóricos-conceptuales 
que permitan sostener las extrapolaciones (isomorfismos), los intercambios, las importaciones y 
las exportaciones de conceptos, técnicas, herramientas metodológicas, teorías y demás elementos 
epistémicos que forman parte de la caja de herramientas de la ciencia. Lo cual solamente se puede 
lograr erradicando en posibilidades la ceguera del conocimiento, la seductora postura del relati-
vismo epistémico y la hiperespecialización que caracteriza a muchos de los investigadores, cientí-
ficos, los cuerpos académicos y los centros de investigación en el ámbito mundial.
El cada vez más naciente deseo de poder investigar en aras de la “complejidad”, no se puede 
limitar al haber leído a uno o más autores, el colocar términos rimbombantes o tecnicismos de esa 
área en los manuscritos y demás papers que se desean publicar o que incluso ya se publicaron, o 
simplemente en recuperar discursos por analogía que deslumbren a la audiencia y a los lectores. 
Sino que requiere en gran parte de la voluntad de los investigadores y de los cuerpos académicos 
en transgredir sus propios límites disciplinares y temáticos, lo que no es un sinónimo de formarse 
y graduarse en múltiples carreras y disciplinas. 
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Rivera Pérez - La seguridad alimentaria desde la óptica de la complejidad
Lo que le convierte en una apuesta interesante, incierta y que ahonda en los procesos de las 
revoluciones científicas kuhnianas, cuando es que se debe transitar por sendas en donde podrían 
no existir mapas, rutas y veredas epistémicas, pero no todoese recorrido es tan lúgubre e incierto, 
puesto que han existido algunos ejercicios reflexivos que ya han comenzado a vincular determina-
das áreas disciplinares con las temáticas de la nutrición, la seguridad y soberanía alimentaria, entre 
otros temas de salud; como lo corroboran los artículos de divulgación de la revista Cuadernos de 
nutrición, los cuales se han caracterizado por presentar aportes de corte poli y multidisciplinar 
que enriquecen los debates contemporáneos.
Sobre la base de lo anterior, surgió el interés por reflexionar sobre las posibles dialogías, recur-
sividades y sinergias teóricas que se pueden comenzar a establecer entre la complejidad y la seguri-
dad alimentaria. Dando por objetivo central de este capítulo: Dilucidar algunos campos de con-
vergencia entre la seguridad alimentaria y las teorías de la complejidad, a fin de que se pueda 
considerar para futuros debates e investigaciones, pero que también limiten el actuar del rela-
tivismo epistémico que ha caracterizado a algunos investigadores.
Por ende, este capítulo no está destinado a los especialistas y demás expertos de ambas áreas 
por separado, sino que pretende ser una invitación a la exploración teórica y reflexiva para todos 
aquellos que deseen iniciar en la aventura e indagación por la generación de posibles puentes epis-
témicos que desterritoralicen los límites de los saberes y conocimientos científicos sobre la segu-
ridad alimentaria, y que a su vez entren a las arenas de los debates supeditados a las teorías de la 
complejidad, tanto de las que se presentarán, como de la que no se presentaron.
 
1.0 SUCINTA DESCRIPCIÓN 
SOBRE LOS ORÍGENES DE LAS 
TEORÍAS DE LA COMPLEJIDAD
A partir de la década de los 40´s supeditado a los contextos de la Segunda Guerra Mundial 
(1939-45), y como uno de los resultados no esperados de la fisión nuclear y la detonación de las 
dos bombas atómicas en Japón, seguido por la carrera armamentista que le siguió en décadas pos-
teriores en contextos de la Guerra Fría (1945-89); la humanidad en general (y algunos científi-
cos en particular), se encontraron de frente a nuevos campos inexplorados, fenómenos inexplica-
bles (a razón de que no se conocía sobre su existencia, o no se contaba con los parámetros teóricos, 
epistémicos, metodológicos y demás recursos tecnocientíficos para acercarse a ellos, pero algunos 
cuantos tenían la intuición de que “algo” estaba ahí). Por ende, ese encuentro fortuito resultado 
del desarrollo continuo-discontinuo de las revoluciones científicas (LRC, Kuhn 1978) y que sola-
mente son visibles sobre la base de la observación de episodios y periodos específicos de la histo-
ria de la ciencia y de la humanidad; ambos resultados de procesos históricos no-lineales de larga 
duración, invitó a considerar la posibilidad de que los límites y linderos disciplinares productos a 
su vez de la tradición compartimentalista del paradigma simplificador (propio de la disyunción y 
el determinismo), se fueran desterritorializando y sugerir la existencia no de límites, sino de fron-
teras epistémicas que se comenzaban a develar entre y delante de las disciplinas, sean predomi-
nantemente cuantificables o cualitativas. Lo que ahora permite poder reflexionar, cuestionarse e 
impugnar sobre la pertinencia de los divorcios epistémicos disciplinares (el llamado debate de “las 
dos culturas”) que continúan hasta la actualidad, entre los que se pueden enunciar: la separación 
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Rivera Pérez - La seguridad alimentaria desde la óptica de la complejidad
de la filosofía-religión del resto de las ciencias en general, la polémica aún vigente sobre la cientifi-
cidad de las investigaciones sociales, el encuentro y diálogo entre los saberes ancestrales y el cono-
cimiento científico, pero también preguntarse sobre las características e influencia contemporánea 
de la hiperespecialización disciplinar y de la ceguera del conocimiento. Además, se permite impug-
nar la llamada crisis de la ciencia, revalorizar el papel de la agencia (ahora incluyendo a los sujetos 
investigadores y no solo a los voluntarios y demás desconocedores humanos que participan direc-
tamente en la investigación), discutir sobre la supuesta objetividad científica, así como considerar 
la presencia de los intereses y las intencionalidades que se persiguen en el desarrollo de una inves-
tigación en el tópico, metodología y enfoque al que se refiera, pero también cuestionar el princi-
pio de la búsqueda por la verdad absoluta y la recuperación del error investigativo como avance 
un científico, pero también al conocimiento humano. Lo que no descarta la posibilidad de seguir 
debatiendo sobre la pertinencia de una teoría única y totalizadora (como lo es la actual propuesta 
de la teoría M), que no sólo se limite a la formación del universo.
La historia de la ciencia en general, desde sus orígenes más primigenios siempre no-lineales y 
no constantes (a pesar de que esta opinión no la comparta la corriente continuistas), perenemente 
centró su atención en dos campos centrales: 1) El desarrollo de la mejora de las técnicas para la pro-
ducción y el acceso de los alimentos, y 2) Las búsquedas del progreso tecnocientífico con fines mili-
tares. En lo que refiere a este último, el sistema-mundo se caracterizó –aún lo hace- por promover y 
fomentar la carrera armamentista entre los países, que a su vez se dividen en los aliados y los “otros” 
o contrincantes. Ergo esta competencia tecnológica permite fomentar el sentimiento popular de que 
el Estado-Nación cuenta con los elementos para defender a la población, su soberanía nacional y los 
recursos escasos a los que están destinados, pero también abre la puerta a la posibilidad de poder pasar 
por encima de otros sistemas humanos y no-humanos quienes a su vez también compiten por los 
mismos y otros recursos energéticos en el contexto inmediato y/o geográficamente distante. Asimismo 
no se descarta la posibilidad de ejercer la invasión, la colonización, la apropiación y la explotación 
de nuevos territorios, pero también de sus ocupantes; 
además de justificar sus acciones a partir de argumentos 
legales, históricos, religiosos, civilizatorios, modernis-
tas, la lucha por la democracia y los derechos humanos, 
establecer valores universales, la eliminación de armas 
de destrucción masiva y la persecución-detención de 
grupos terroristas. En este contexto todo tipo de ocu-
rrencia que venga a justificar la invasión, la ocupación 
y la futura explotación de un espacio geográfico ajeno 
y que anteriormente le pertenecía a otra organización 
humana, la potencia invasora le utilizará a fin de contar 
con el respaldo de la mayor parte de los demás miem-
bros del sistema-mundo, donde los medios masivos de 
comunicación harán su parte en promover esos discur-
sos, exaltar las diferencias y establecer las justificaciones. 
Entendiendo por sistema-mundo, como: “…una histo-
ria de la expansión de los estados y los pueblos euro-
peos hacia el resto del mundo, ésta es una parte esen-
cial de la construcción de una economía-mundo capita-
lista” (Wallerstein, 2007, p. 15). Y más adelante sostiene: 
La historia de la ciencia en 
general, desde sus orígenes más 
primigenios siempre no-lineales y 
no constantes (a pesar de que esta 
opinión no la comparta la corriente 
continuistas), perenemente centró su 
atención en dos campos centrales: 1) 
El desarrollo de la mejora de las téc-
nicas para la producción y el acceso 
de los alimentos, y 2) Las búsque-
das del progreso tecnocientífico con 
fines militares. En lo que refiere a este 
último, el sistema-mundo se carac-
terizó –aún lo hace- por promover 
y fomentar la carrera armamen-
tista entre los países, que a su vez se 
dividen en los aliados y los “otros” o 
contrincantes.
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Rivera Pérez - La seguridad alimentaria desde la óptica de la complejidad
Cuando volvemos a las grandes narrativas estamos ante dos diferentes cuestiones. Una es 
evaluar el mundo, el sistema-mundo, diría yo, en que vivimos, y las pretensionesde los que 
están en el poder de ser los propietarios y los aplicadores de los valores universales. La otra 
es sopesar si los dichos valores universales existen, y si es así, cuándo y en qué condiciones 
podemos llegar a conocerlos. (Wallerstein, 2007, p. 56)
Por otro lado, los recursos alimentarios deben ser considerados como uno de los elemen-
tos neguentrópicos a los que recurren las organizaciones humanas y no-humanas, pero que a su 
vez en conjunto son sistemas abiertos, complejos adaptativos y termodinámicamente disipativos. 
Entendiendo por sistema: “Etimológicamente, el término sunistemi (sistema) designa a un con-
junto formado de partes, elementos u objetos relacionados entre sí y que es necesario comprender 
en su recíproca articulación” (De la Reza, 2010, p.13).
Donde los sistemas abiertos a los que se refiere, compiten entre ellos y con otros miembros 
de otras organizaciones (sean humanas y no-humanas) a fin de acceder a la subsistencia y poste-
riormente apelar a la posibilidad de la trascendencia a partir de la reproducción y el cuidado de su 
descendencia, donde la mutación genética inscrita en la descendencia, permitirá que esta y sus sub-
secuentes probablemente puedan autoorganizarse y contar con mejores condiciones de adaptación 
frente a los cambios abruptos ambientales y naturales, pero también provocados por las disimiles 
formas de organizaciones humanas, de ahí la importancia del principio de la selección natural y la 
selección social. Ambas permiten recordar que la naturaleza constantemente está jugando al ensa-
yo-error, y que la humanidad en general es una pieza más del tablero de la vida, o en otras pala-
bras: ¡Dios sí juega a los dados, y éstos están cargados! Como lo sugiere Rivera (2018 y 2020).
En lo que refiere concretamente a las formas de organizaciones humanas, los saberes ances-
trales, los conocimientos científicos y las expresiones tecnocientíficas que están enfocadas a eficien-
tar las técnicas y los demás medios para la agilización de la producción, pero sobre todo el acceso 
a los alimentos, sean de origen agrícola, ganadero, avícola, pesquero o resultado de la cacería; pues 
esta situación (el garantizar el acceso) supone popularmente el cumplimiento de uno de los com-
promisos del Estado-nación y de facto el mantenimiento del orden social. Incluso, si la forma de 
organización humana se encuentra en tiempos de paz, no sería extraño que las investigaciones 
científicas y demás inversiones para los desarrollos tecnocientíficos se enfoque a la búsqueda de la 
explotación de cada vez más recursos escasos y de otros sistemas. Al respecto se puede sostener:
Todo sistema, al perseguir su propia disipación y autoorganización, atraviesa necesaria-
mente a otros sistemas que se intersectan y afecta la relación de esos sistemas con el equi-
librio. Al buscar su propia autoorganización, cada sistema se aprovecha de la autoorgani-
zación continua de otros o interfiere con ella. (Adams, 2001, p. 159)
Sin embargo, se deben considerar inicialmente dos aspectos –a saber que existen muchos 
más, y que se irán recuperando a lo largo de este capítulo sin pretender cubrir toda la agenda exis-
tente, pero sí tratando de otorgarles la atención que ameritan-. Primero, se debe reconocer que 
todo comportamiento y acción humana encubren una intencionalidad y requieren de un análisis 
desde la perspectiva energética y administrativa, de ahí la importancia del cálculo que efectúan los 
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Rivera Pérez - La seguridad alimentaria desde la óptica de la complejidad
seres humanos y las organizaciones a las que pertenecen a partir del computo-cogito ergo sum2 
que formulan frente al contexto, la situación y la intención por la prevención de escenarios even-
tuales y situaciones emergentes –como ya se ha ido vislumbrando, pero se ahondará más adelante 
en este punto-. 
Segundo, una situación específica es tener la posibilidad de poder participar del acceso a 
los alimentos disponibles (uno de los recursos neguentrópicos en disputa por las organizaciones 
humanas y no-humanas –como ya se ha sostenido-), pero particularmente entre los miembros de 
las organizaciones humanas, no todo alimento al que se tenga el acceso y la disponibilidad para 
su consumo está cultural y socialmente permitido, pues a pesar de la capacidad omnívora del ser 
humano, existe una serie de alimentos que se consumen en unas regiones y no en otras, a pesar de 
ser el mismo componente y de cumplir las mismas funciones nutritivas en ambos casos, de manera 
análoga se debe hablar del tema de las combinaciones que se pueden hacer entre los alimentos dis-
ponibles, por ejemplo: La relación leche-yema de huevo (sea cruda o semicocida) en algunas regio-
nes del centro de México genera repugnancia e incluso tienden a considerarse como alimentos no 
compatibles en un mismo platillo, ya que la combinación se considera contaminante a razón del 
simbolismo que encubre, pero la Changua que es un caldo de la gastronomía colombiana, exige la 
presencia de la yema semicocida de huevo y su oportuna mezcla con la leche segundos antes de su 
consumo. Inversamente, la planta llamada higo en Colombia, el cual está destinada para el consumo 
animal en el mejor de los casos, también es conocida como nopal y es parte fundamental de la dieta 
en el centro de México, el cual no solo forma parte del escudo nacional, sino también se han escrito 
libros y revistas que aluden a su preparación en la gastronomía mexicana.
Un tercer ejemplo es la presencia del hongo patogénico Ustiligo maydis que es un parásito 
que afecta los cultivos de maíz durante los periodos de lluvia en el ámbito mundial, donde su pura 
presencia se convierte en un sinónimo de pérdida parcial o total de la cosecha (al estar asociado 
simbólicamente a un ente contaminante, e incluso hay quienes sugieren que se puede emplear 
como un elemento para el desarrollo de la guerra biológica) en el ámbito mundial, pero en la región 
central de México –específicamente la zona que fue económica y políticamente administrada por 
los aztecas antes del año de 1532, fecha en la que concluyó la invasión española- ese hongo que 
también es conocido como Huitlacoche es parte de la gastronomía del centro del país, e incluso 
no todas las familias pueden acceder al mismo a razón de su alto valor económico en el mercado; 
lo mismo ocurre con otros insectos que se consumen como parte de la gastronomía de cada una 
de las regiones de México.
Los ejemplos anteriores permiten dar pauta, a considerar que todos los alimentos encubren 
una serie de cargas simbólicas, económicas, políticas que se vinculan a la dicotomía limpio / conta-
minado, y que a su vez están directamente relacionadas a los procesos de la cosmovisión, las creen-
cias, las normativas religiosas, la historia, así como la vida ritual y ceremonial, pues no es lo mismo 
2. Para seguir viviendo, necesito computar continuamente lo que sucede en mi cuerpo y lo que sucede dentro de mí, dependiendo de 
mí, mi auto-eco-referencia. Si detengo este cálculo, muero, ya no existo”. Entonces se puede decir “computo ergo sum”, soy, en primera 
persona “Yo existo como sujeto”. Se puede observar que es extraño que nuestro conocimiento sea ignorado. Sí, es muy extraño: 
nuestro conocimiento se ignora mucho de sí mismo, surge de un fondo de inconsciencia y crece a través de procesos inconscientes. 
Estoy totalmente inconsciente de los procesos cerebrales que ocurren cuando formulo un fonema y mis palabras (que es el fenó-
meno más trivial), y en estos momentos el conocimiento está completamente inmerso en la actividad organizacional. Lo segundo: 
podemos tratar de entender un poco y luego interpretar el cogito cartesiano. No quiero abandonarme a una de las innumerables 
exegesis del cogito cartesiano, pero está claro que nunca hubiera sido posible formularlo si no hubiera habido, de manera clandes-
tina y automática, el cálculo o el “Yo soy yo”. (Morin, 2007). Traducción propia.
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Rivera Pérez - La seguridad alimentaria desdela óptica de la complejidad
consumir alimentos fuera de los periodos festivos, que en éstos, por ejemplo el consumo de pavo 
o guajolote en la Navidad o en el Día de gracias en los Estados Unidos. Asimismo, en el caso de 
algunos animales, la función que cumplen o la carga de capitales (sean simbólicos, económicos, 
sociales, políticos o la combinación de los anteriores) que encubren y representan les exime para 
ser considerados dentro de la dieta, tal es el caso de los caballos, los perros, los gatos, los conejos 
y otros roedores que son considerados como mascotas, los gallos de pelea, los toros de lidia (pre-
viamente sacrificados en la arena de la fiesta taurina) u otros animales exóticos. Por lo anterior se 
puede sostener, que: 
No es la abundancia o la escasez de un determinado recurso alimentario lo que permite 
predecir su inclusión o exclusión de una dieta, sino su contribución a la eficacia global de 
la producción alimentaria. Un recurso eficaz pero escaso pasará a formar parte de la com-
binación óptima en tanto que puede que no se utilice otro que sea ineficaz pero abundante. 
(Harris, 2016, p. 255)
A manera de primer comentario: Otro de los aspectos culturales que se dan por de facto y 
que no se reflexiona sobre este, es la relación tríadica del estado del alimento, que puede ser cru-
do-cocido-quemado, donde el acto de cocer o cocinar que está a su vez supeditado a la apropiación 
y explotación energética del fuego, es una acción totalmente cultural que distingue a los agentes 
humanos de los no-humanos, estos últimos se tienen que conformar con los extremos de la rela-
ción tríadica, excepto si es que son animales domésticos a los que se les alimente con las sobras de 
comidas preparadas y/o producidos por las industrias culturales de alimentos para las mascotas. 
Hasta este momento solamente se ha referido al acceso y la disponibilidad de los alimen-
tos, pero ¿Qué ocurre en la relación producción-disponibilidad de los alimentos? Y ¿Qué se debe 
esperar con los demás dimensiones de la Seguridad alimentaria? Premisas que ocuparan parte del 
desarrollo de un apartado posterior. 
La inversión de tiempo, recursos escasos, económicos, capital intelectual humano para el desa-
rrollo científico y tecnocientífico está enfocado particularmente al adelanto bélico y a la mejora de 
las técnicas para el acceso y la producción de los alimentos, a fin de suponer y dar por sentado que 
al cubrir sobre todo la cuestión alimentaria de la población, se tendrá la certeza y certidumbre de 
periodos de estabilidad, continuidad política y paz social. Empero, no se consideran los fenóme-
nos emergentes, caóticos y no-lineales, como son: cataclismos, erupciones volcánicas, periodos de 
sequias, inundaciones, tsunamis, terremotos, pandemias, pero también otros efectos en consecuen-
cia del cambio climático o de la intervención de otras organizaciones humanas, tales como las inva-
siones militares, la caída de la bolsa de valores, las crisis alimentarias glo-cales, las presiones eco-
nómico-políticas, la presencia de monopolios u otras expresiones más del sistema-mundo, y que al 
mostrarse de manera individual o en conjunto afectan a las poblaciones de manera nacional, regio-
nal y local sobre la base de la red de glo-calidad en la que está inscrita el mismo sistema-mundo. 
Es por lo anterior, que tanto la carrera por la producción armamentista como de los alimen-
tos, se suman a una limitada lista de fenómenos que se caracterizan por ser problemáticas com-
plejas, a saber que no todo fenómeno (que se desarrolle en la naturaleza o por una práctica social) 
puede adquirir la cualidad de complejo -como lo sugiere Maldonado (2012), De Pomposo (2015), 
Andrade-Rivera (2019)-. Lo que no demerita en lo absoluto que también sea objeto de atención, 
análisis y que contenga elemento o cualidades enigmáticas, más no propias para ser atendido desde 
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Rivera Pérez - La seguridad alimentaria desde la óptica de la complejidad
las corrientes teóricas de la complejidad y sus metodologías (inter y transdisciplinaria). E inver-
samente, el hecho de que un fenómeno pueda ser incluido y analizado desde la perspectiva de las 
teorías de la complejidad o de la complejidad a secas, no es una garantía que se esté desarrollando 
un adecuado análisis, pero tampoco es una causal para dejarlo de estudiar desde las ópticas disci-
plinares y propias del paradigma simplificador.
Sin ambages el término de complejidad proviene del latín complexus que se puede traducir 
como entrelazado o trenzado, y cuya metáfora alude a que los fenómenos se componen a su vez de 
otros fenómenos, elementos, factores, agentes y demás condiciones, interrelaciones, pero también 
de emergencias, bifurcaciones, situaciones no-lineales y caóticas que deben ser consideradas para 
su análisis, cuantificación y estudio, si es que se desea entender con mucho más detalles el con-
texto del problema, su eventualidad o la bifurcación que se está enfrentando, donde la previsión y 
la especulación otorgan una aproximación y posibilidad, más no una certeza del desenlace de ese 
o esos fenómenos que siempre están en contextos caóticos e inciertos.
A grosso modo, los fenómenos y problemas complejos generalmente se caracterizan por la 
presencia de varios procesos emergentes, caóticos, no-lineales y con fuerte tendencia a la incerti-
dumbre entre sus elementos, sus componentes y demás participantes (organizaciones humanas y 
no-humanas) que interactúan y se interrelacionan entre ellos. Por tanto, aquellos fenómenos en los 
que participan los seres humanos, también deben considerar la influencia que provocan la presen-
cia o la aparición de los sentimientos, las ideologías, sus intereses, sus gustos, deseos, sus creencias, 
preferencias, sus motivos e intencionalidades, que de manera global se encubren en la capacidad de 
agencia entre los disimiles miembros de las organizaciones e instituciones, a pesar de la constante 
búsqueda de la investigación objetiva y predominantemente matematizable propia de la ciencia 
clásica simplificadora, pero también de algunas de las corrientes de las teorías de la complejidad. 
Siendo por lo anterior, que poco a poco se fue considerando la posibilidad y posteriormente la 
necesidad de importar y exportar de una disciplina a otra una gama de propuestas teóricas, cate-
gorías y conceptos, diversas técnicas e instrumentos de investigación de disimiles orígenes disci-
plinarios, a fin de tener la posibilidad de poder ampliar el espectro de análisis y para la compren-
sión del fenómeno objeto de investigación. En ese sentido, se comenzó a considerar que la realidad 
está compuesta por múltiples niveles que se sobreponen y trasversalizan unos sobre otros, donde 
la reconciliación disciplinar podría otorgar una pequeña oportunidad de poder ofrecer un análi-
sis aún más detallado e integral del fenómeno que se ha acogido, pero también abriría la puerta 
a la especulación infundamentada, al relativismo epistémico y la babelización del conocimiento. 
A fin de solventar lo anterior, se comenzó a trabajar y fundamentar las herramientas para los 
análisis de los contenidos, tales como: el anarquismo epistémico, los diálogo-debate, los marcos 
epistémicos, los diálogos epistémicos, la ecología y los diálogos de saberes, los diálogos epistémicos 
comunes y muchos otros más que han sido enunciados y descritos por Rivera (2022 y 2021), pero 
que también son visibles en las reflexiones, argumentaciones y demás investigaciones que se han 
realizado desde la óptica de la teoría general de sistemas (y sus derivaciones en sistemas complejos 
y sistemas complejos adaptativos), las ciencias de la complejidad (que incluyen: las indagaciones en 
termodinámica de procesos irreversibles, la termodinámica para la supervivencia de la sociedad, las 
lógicas no-clásicas, entre otras), la cibernética (y sus expresiones en la modelización computacional, 
la inteligencia artificial, cienciometría, entre otras), el pensamiento complejo, las teoríasde redes 
y grafos, de fractales, la teoría del caos, así como las oportunas combinaciones que puedan surgir 
52
Rivera Pérez - La seguridad alimentaria desde la óptica de la complejidad
entre ellas, y que en conjunto integran algunas de las ahora llamadas teorías de la complejidad; cuyos 
representantes centrales, han sido: Heisenberg, Max Planck, Oppeheimer, Einstein, Von Bertalanffy, 
Schrödinger, Prigogine, Adams, Varela, Maturana, Morin, Maldonado, De Pomposo, Delgado, Bak, 
Lorenz y muchos más. Quienes en su mayoría realizaron su aparición estelar como resultado de los 
descubrimientos de la física cuántica, más no se debe olvidar que ellos –pero también los demás estu-
diosos, investigadores, científicos modernos y contemporáneos- han sido de los primeros beneficiados 
de la herencia de la humanidad, que a su vez deben parte de sus aportes y hallazgos a las propuestas 
de Aristóteles, Descartes, Pascal, Platón, Darwin, Medel, Madame Curie y muchos otros. 
A saber que los iniciadores y estudiosos de las teorías de la complejidad o los complejológos –
tradición fundada por Ilya Prigogine-, nunca desconocieron los logros, aciertos, la recuperación de los 
errores, las propuestas y hallazgos de las ciencias que están supeditadas al paradigma simplificador 
(supeditado a la disyunción y el determinismo), caracterizado por la hiperespecialización, la parcia-
lización y la objetividad que aún se enseña y caracteriza los trabajos terminales y de grado en las dis-
tintas universidades y académicas del ámbito mundial. Pues a final de cuentas tanto las teorías, como 
las leyes que se han establecido desde el paradigma simplificador han demostrado su vigencia y per-
manencia, solamente que ahora el análisis de la realidad también exige que no solamente se conside-
ren esos aportes y aciertos, sino que se exploren nuevas alternativas teóricas, epistémicas, la recupe-
ración de saberes tradicionales y ancestrales, así como la adecuación metodológica y la recuperación 
de las herramientas para el análisis de contenidos; siendo algunos detalles que no se consideraban o 
que sencillamente se realizaban desde una óptica disciplinar independiente y ajena a otras indaga-
ciones. Ergo, no se desconocen los aportes y resultados logrados al emplear las metodologías disci-
plinares, multidisciplinares y polidisciplinares, así como sus técnicas e instrumentos, pero al acoger 
las teorías de la complejidad, la atención metodológica se tiene que centrar en la interdisciplina y la 
transdisciplina, ambas siempre supeditadas a los análisis de contenidos que buscan erradicar el relati-
vismo epistémico, así como la herencia teórica y el adecuado empleo de técnicas e instrumentos meto-
dológicos de origen simplificador que pueden ser exportadas e importadas a otras áreas del conoci-
miento y para la investigación. Más no se puede perder de vista, que ni todo fenómeno es complejo, y 
ni tampoco toda importación y exportación teórica, conceptual o metodológica es oportuna y apro-
piada, a pesar de que se presuma que se está trabajando con alguna de las corrientes de la compleji-
dad, la interdisciplina, la transdisciplina y la necesaria formulación de isomorfismos. 
Como un segundo comentario: La entrega de los Premios Nobel de Física del año de 1933, 
seguido por el de Química del año de 1977 y finalmente el de Física del año 2020 a Schrödinger 
por el aporte de la ecuación que lleva su nombre en la Teoría mecánica cuántica, a Prigogine por 
sus contribuciones a la Teoría de las estructuras disipativas en el fenómeno de la Termodinámica y 
a Penrose-Genzel-Ghez por sus investigaciones sobre la formación de los agujeros negros, respecti-
vamente. Esos tres galardones en suma deben ser considerados como el acta de nacimiento científica 
de las teorías de la complejidad y el reconocimiento de la existencia de los fenómenos complejos, a 
saber que cada una de esas indagaciones requirieron en más de una ocasión no solo trasgredir los 
límites disciplinares y establecer fronteras epistémicas, sino también desterritorializar su propio 
conocimiento y el área de formación de cada uno de los cinco investigadores, a fin de poder intro-
ducirse y explorar disciplinas ajenas a su propia formación, como fue la biología y la filosofía en el 
caso de Schrödinger, seguido por la antropología, la filosofía y la sociología en el caso de Prigogine, 
y la filosofía aunada a la recuperación de saberes ancestrales por Penrose-Genzel-Ghez; ejercicio 
epistémico que realizaron a partir del empleo de las herramientas para el análisis de contenidos, 
la formulación de isomofismos y la recuperación de las metodologías inter y transdisciplinaria.
53
Rivera Pérez - La seguridad alimentaria desde la óptica de la complejidad
2.0 LA SEGURIDAD ALIMENTARIA Y 
LAS TEORÍAS DE LA COMPLEJIDAD
Los seres vivos (lo que incluye a los agentes humanos y no-humanos –animales, plantas e 
insectos-) son considerados como sistemas abiertos, complejos adaptativos y termodinámicamente 
disipativos, a razón de manifestar una necesidad cada vez más creciente por adquirir, apropiarse, 
pero sobre todo consumir una gama de recursos neguentrópicos que les permitan alejarse tempo-
ralmente de los peligrosos estados de equilibrio (= entropía cero = muerte), esos recursos podrían 
llegar a ser la diferencia entre la supervivencia y la posibilidad de la continuidad o la inadaptabi-
lidad y muerte en los contextos de los cambios caóticos, emergentes y bifurcativos que impone el 
medio ambiente y el entorno (Rivera, 2018). 
En ese sentido, el acceso a la vivienda, a las condiciones para la reproducción y los cuidados de 
la progenie, los alimentos, el descanso y el vestido (exclusivo para los agentes humanos) son parte de 
una lista mucho más amplia de recursos escasos que se buscan y disputan entre todos los agentes 
(humanos y no-humanos). Sin olvidar, que los agentes humanos son altamente selectivos sobre 
qué tipo de alimento se puede y debe consumirse, es decir cuál está permitido, y qué otro tipo está 
considerado como contaminante (propio del universo de la suciedad) o simplemente no figura en 
la dieta a pesar de su abundancia, disponibilidad, acceso y valor nutritivo, por ende la existencia y 
disponibilidad del alimento no es un sinónimo de su consumo. 
A manera de antecedentes de la construcción de la categoría de Seguridad alimentaria, se 
puede retomar, cito: 
La seguridad alimentaria como concepto surge a mediados de la década de los setenta a 
raíz de la crisis alimentaria mundial derivada del alza de los precios internacionales. En ese 
tiempo, la preocupación se enfocaba a las fluctuaciones de la disponibilidad de alimentos 
(considerados de forma agregada) a nivel del país o región y las recomendaciones políticas 
se centraban en la producción y el almacenamiento de alimentos, así como en apoyos a la 
balanza de pagos para que los países pudieran enfrentar la escasez temporal de alimentos. 
(Ver Valdés 1981). Sin embargo, la preocupación evolucionó con rapidez, ya que países 
con suficientes alimentos a nivel agregado podían tener grandes segmentos de la población 
con consumo debajo de lo adecuado e incluso poblaciones con hambre; así, suficientes ali-
mentos no se traducen necesariamente en niveles adecuados de consumo de alimentos en 
el ámbito del hogar o del individuo. (CONEVAL, 2010, p.12)
Sobre la base de lo anterior, la Organización para las Naciones Unidas para la Agricultura y 
la Alimentación (FAO), implemento la siguiente definición de seguridad alimentaria:
La situación en la que todas las personas tienen en todo momento acceso físico, social, 
económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades ali-
menticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos con el fin de llevar una vida activa 
y sana. (FAO, 2001 citado por López-Santacruz Serraller-Cámara Hurtado 2015, p. 23) 
Lo que también debe incluir el acceso, la disponibilidad y consumo al agua potable. En ese 
tenor, se debe referir sobrelas dimensiones de la Seguridad alimentaria, las cuales deben cumplirse 
a fin de que se cubran los objetivos que persigue la definición anteriormente expresada:
54
Rivera Pérez - La seguridad alimentaria desde la óptica de la complejidad
Tabla 1
Dimensiones de la Seguridad alimentaria
La Disponibilidad 
física de los alimentos
La seguridad alimentaria aborda la parte correspondiente a la “oferta” 
dentro del tema de seguridad alimentaria y es función del nivel de 
producción de alimentos, los niveles de las existencias y el comercio neto.
El Acceso económico y 
físico a los alimentos
Una oferta adecuada de alimentos a nivel nacional o internacional en sí no 
garantiza la seguridad alimentaria a nivel de los hogares. La preocupación 
acerca de la insuficiencia en el acceso a los alimentos ha conducido al 
diseño de políticas con mayor enfoque en materia de ingresos y gastos, 
para alcanzar los objetivos de seguridad alimentaria.
La Utilización de 
alimentos
La utilización normalmente se entiende como la forma en la que el cuerpo 
aprovecha los diversos nutrientes presentes en los alimentos. El ingerir 
energía y nutrientes suficientes es el resultado de buenas prácticas de salud 
y alimentación, la correcta preparación de los alimentos, la diversidad de 
la dieta y la buena contribución de los alimentos dentro de los hogares. 
Si combinamos esos factores con el buen uso biológico de los alimentos 
consumidos, obtendremos la condición nutricional de los individuos.
La Estabilidad en 
el tiempo de las 
tres dimensiones 
anteriores 
Incluso en el caso de que su ingesta de alimentos sea adecuada en la 
actualidad, se considera que no gozan de completa seguridad alimentaria 
sino tienen asegurado el debido acceso a los alimentos de manera 
periódica, porque la falta de tal acceso representa un riesgo para la 
condición nutricional. Las condiciones climáticas adversas (la sequía, 
las inundaciones), la inestabilidad política (el descontento social), o 
los factores económicos (el desempleo, los aumentos de los precios 
alimentarios) pueden incidir en la condición de seguridad alimentaria de 
las personas.
 Fuente: Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación [FAO] 
(2011)
Tanto las explicaciones, la presentación de las características y las definiciones teóricas que se 
han comentado con antelación (particularmente del área de la salud), requieren enfatizar que las 
condiciones ideales (o teóricas) siempre se verán afectadas e influidas por los cambios emergen-
tes, caóticos y no-lineales que invariablemente son ajenos a los contextos y demás campos para la 
implementación de los programas sociales, las políticas públicas y demás intervenciones o sugeren-
cias formuladas por los organismos internacionales. A saber que no todo cambio genera un avance 
lineal hacia el desarrollo y al progreso (ideal) esperado, es decir, a razón de la no-linealidad que 
caracterizan a todos los fenómenos complejos entre los que se incluyen a los procesos sociales y a 
las formas de organización humana, mismas que interactúan directamente con otros fenómenos 
55
Rivera Pérez - La seguridad alimentaria desde la óptica de la complejidad
complejos, provoca que los más mínimos cambios en las condiciones durante la implementación 
de los proyectos y demás programas del ámbito local, regional, nacional e internacional puedan 
generar avances, pero también retrocesos que afectan directamente a todos los receptores (lo que 
incluye a los agentes humanos, y no humanos tales como: los animales domésticos y para la crianza) 
en diferentes niveles y situaciones. 
Lo anterior se debe a que la más mínima variación a las situaciones ideales que fueron pre-
viamente planeadas y organizadas, y que en general nunca consideran la bifurcación y las situacio-
nes caóticas de los fenómenos complejos, suponen e infieren que siempre se contará con el apoyo 
popular, la solidaridad social, y se olvidan por completo de la capacidad de agencia de los indi-
viduos, los intereses políticos ocultos, las luchas locales y regionales por el control de los medios 
energéticos que permitan acceder al poder (por ejemplo las listas de beneficiarios), pero también 
la presencia de factores del ámbito nacional e internacional, y que inevitablemente afectan hasta 
el nivel local, como son: los descontentos populares, las crisis económicas, las presiones extranje-
ras que son mediadas por los organismos internacionales, el actuar de monopolios sobre ciertas 
industrias culturales –como los organismos genéticamente modificados (OGM)-, intervenciones e 
invasiones de fuerzas extranjeras e internacionales, presiones religiosas, ideológicas, pero también 
cambios abruptos del medio ambiente, como son: sequías, pandemias, maremotos, terremotos y 
muchos más. Siendo elementos y variables que se deben considerar para el análisis posterior sobre 
el éxito o fracaso de la implementación de los programas y demás proyectos que busquen promo-
ver la Seguridad alimentaria, así como otros programas de salud y para el desarrollo social y cul-
tural que buscan sumar esfuerzos para lograr la soberanía alimentaria. Entendida como: 
Es el derecho de los pueblos a definir y controlar sus sistemas alimentarios y de producción 
de alimentos tanto a nivel local como nacional, de forma equitativa, soberana y respetuosa con el 
medio ambiente. La soberanía alimentaria es también el derecho de los pueblos a alimentos sufi-
cientes, nutritivos, saludables, producidos de forma ecológica y culturalmente adaptados. (Amigos 
de la Tierra, 2023)
Situaciones que abren la puerta para poder referir unas cuantas líneas sobre el fenómeno de la 
inseguridad alimentaria. La cual, no solo es ajena al total de las cuatro dimensiones de la seguridad 
alimentaria, sino que su problema radica en las dimen-
siones de la disponibilidad y el acceso de los alimentos 
para su oportuno consumo; ya que una circunstancia 
es que el alimento exista en abundancia, más las presio-
nes culturales, económicas, políticas, religiosas, socia-
les, judiciales e ideológicas podrían determinar y soste-
ner que no es o debe ser parte de la dieta –como lo ha 
demostrado los ejemplos anteriores-. Asimismo, el ali-
mento al que se accede y se consume podría encontrarse 
por debajo de los requerimientos necesarios y estable-
cidos para la nutrición, o simplemente se pasan largos 
periodos de ayuno o de privación de alimentos a razón 
de presiones laborales, el desempleo u otra situación. 
Entendiendo por privación de alimentos, como cito:
Se entiende normalmente como una sensación incomoda 
o dolorosa causada por no ingerir en un determinado 
momento suficiente energía a través de los alimentos. 
Es el derecho de los pueblos 
a definir y controlar sus siste-
mas alimentarios y de produc-
ción de alimentos tanto a nivel 
local como nacional, de forma 
equitativa, soberana y respetuosa 
con el medio ambiente. La sobe-
ranía alimentaria es también el 
derecho de los pueblos a alimen-
tos suficientes, nutritivos, salu-
dables, producidos de forma eco-
lógica y culturalmente adapta-
dos. (Amigos de la Tierra, 2023)
56
Rivera Pérez - La seguridad alimentaria desde la óptica de la complejidad
En términos sencillos, todos los que padecen de hambre sufren de inseguridad alimentaria, 
pero no todos los afectados por inseguridad alimentaria sufren de hambre, pues existen otras causas 
de inseguridad alimentaria, incluida la ingesta insuficiente de micronutrientes. (FAO, 2011, p. 3), 
donde la ingesta insuficiente de nutrientes o malnutrición, se puede definir como: 
El resultado de deficiencias, excesos o desequilibrios en el consumo de macro o micronu-
trientes. La malnutrición pueda ser un resultado de la inseguridad alimentaria, o puede 
estar relacionada con factores no alimentarios, como prácticas inadecuadas de cuidados de 
los niños, servicios de salud insipientes o un medio ambiente insalubre. (FAO, 2011, p.3)
A lo que también se puede sumar el imaginario popular quese construye entorno a por lo 
menos dos escenarios diferentes, a saber que existen más: El primero, es la imagen pública que 
se desea construir, presenta, postea e idealiza de manera pública en las redes sociales (Facebook, 
Instagram, YouTube, entre otras) aludiendo a que muchos usuarios tienen o cuentan con el acceso 
a métodos, técnicas, recetas para bajar de peso, cuidar su salud o simplemente la construcción del 
ideal o del estereotipo físico mediante las fotografías construidas y presentadas con la intención de 
transmitir esas ideas de formas de vida alternativas y saludables entre sus contactos y amistades, 
aunque la realidad sea todo lo contrario, como lo sugiere Mena Mora (2015). 
Segundo, alude a la supuesta existencia de mejores condiciones de vida entre los habitantes 
de los países de Primer mundo a diferencia de los países en vías de desarrollo (Tercer mundo), 
pues aparentemente los primeros permiten garantizar el acceso, la disponibilidad y la utilización 
alimentaria entre todos sus habitantes, empero se encubre una fuerte presencia de desiertos ali-
mentarios entre las clases sociales populares (entre las que se incluyen personas de origen afroame-
ricano, latino y otros migrantes), quienes en general se encuentran en estados de largos periodos 
de privación de alimentos en consecuencia a presiones por el cumplimiento de horarios laborales, 
pero también en situaciones de malnutrición al tener un consumo excesivo de comida rápida en 
consecuencia a las mismas presiones por el desarrollo de actividades económicamente remunera-
das, como lo demostró Nieto Nevárez (2018) en su investigación entre los habitantes de la ciudad 
de Washington D. C. de los Estados Unidos.
Siendo solamente la muestra de algunos ejemplos (el no consumo de alimentos por no formar 
parte cultural de la dieta, el consumo de alimentos que están por debajo del requerimiento nece-
sario, la situación de privación de alimento por presiones laborales y el imaginario sobre mejores 
condiciones de vida), que nuevamente remiten a la existencia de fenómenos emergentes y no-linea-
les que por lo general no se consideran en el proceso de la creación y la planeación de las futuras 
políticas públicas y demás programas de gobierno en temas de salud social, como también lo han 
sugerido Aguilar Villanueva (2013 y 2014) y Byrne (2005). 
A manera de cierre de este apartado, pero en calidad de preámbulo del siguiente, me gusta-
ría citar: 
Para comer mejor debemos saber más sobre las causas y consecuencias prácticas de nues-
tros mudables hábitos alimentarios. Debemos saber más sobre el aspecto nutritivo de los 
alimentos y debemos saber más sobre el aspecto lucrativo. Sólo entonces seremos verda-
deramente capaces de conocer su aspecto cogitativo. (Harris, 2016, p. 373)
57
Rivera Pérez - La seguridad alimentaria desde la óptica de la complejidad
3.0 ENFOQUES ENTRE LA SEGURIDAD 
ALIMENTARIA Y LAS TEORÍAS 
DE LA COMPLEJIDAD 
PARA LA INVESTIGACIÓN
 Como se recordará, toda investigación que busque acoger el sustantivo o la categoría teórica 
de la complejidad, deberá supeditarse a considerar la incertidumbre, las múltiples dimensiones de 
una realidad altamente bifurcativa, la no-linealidad de los fenómenos y problemas, así como el caos 
y la eventualidad en el análisis de los fenómenos a describir y estudiar. 
Asimismo, se tendrá que acoger alguna o varias de las herramientas para el análisis de con-
tenidos (entre las que se encuentran el anarquismo epistémico, los diálogos epistémicos comunes, 
los diálogo de saberes, los marcos epistémicos, la arqueología de saberes, los diálogos-debates, la 
ecología de saberes y muchos otros más), a fin de evitar el relativismo epistémico en el uso de los 
conceptos, las metodologías y demás extrapolaciones (importación y exportación de conceptos y 
herramientas disciplinares a otras áreas de estudio para las que no fueron pensadas o construidas, 
o isomorfismos) como una medio para regular la charlatanería y la verborrea científica propias de 
las posturas ad veracundiam y ad populum, y que son expresiones de la ceguera y la babeliza-
ción del conocimiento –como lo sugiere Morin (1999)- que puede manifestarse entre los científi-
cos, investigadores, académicos y otros estudiosos de la seguridad alimentaria y nutricional, entre 
otras áreas disicplinares. Pues no se debe olvidar, que: el hecho de que una idea esté bien redac-
tada y sea compartida por muchos especialistas o el público en general, no es un sinónimo o garan-
tía de que su fundamentación y argumentación esté en lo correcto, como lo sugiere Platón (1973), 
Freyer (1958), De Pomposo (2015), Kant (2016, 2019), García Morente (2018), Reynoso (2009), 
Andrade-Rivera (2019) y Rivera (2021). 
En ese sentido, se debe enfatizar que no todas las teorías de la complejidad pueden o están en 
posibilidades epistémicas para acoplarse o incorporarse a los fenómenos que pretendan volverse o 
que ya sean complejos de facto, como es el caso de los problemas relacionados a las temáticas de 
la salud, la alimentación y la nutrición, propia de disciplina de la seguridad alimentaria y nutricio-
nal. Como se verá a continuación.
3.1 TEORÍA GENERAL DE SISTEMAS, 
SISTEMAS Y SEGURIDAD ALIMENTARIA
El tema de la seguridad alimentaria y sus problemáticas de facto se asocian a la Teoría General 
de Sistemas (TGS) que ha sido desarrollada por Bertalanffy (2014) y posteriormente complemen-
tada y fundamentada por otros, como son los aportes de Johansen (2016), García (2008), De la Reza 
(2010) y muchos más. E incluso entre la terminología especializada de los estudiosos de la salud, 
la alimentación y la nutrición, se habla de la existencia de los sistemas alimentarios. Los cuales se 
pueden definir como, cito: “el conjunto de relaciones que se establecen entre los diferentes agentes e 
instituciones que intervienen en el proceso de producción primaria, transformación, comercializa-
ción y consumo de los alimentos.” (Forero Álvarez, 2003, citado por Campos Delgado, 2016, p. 3). 
Sin embargo la TGS no es la única o exclusiva alternativa para la atención de los fenómenos 
y el análisis de los problemas relacionados a la seguridad alimentaria, no obstante, es quizá la más 
58
Rivera Pérez - La seguridad alimentaria desde la óptica de la complejidad
popular entre sus investigadores, sus especialistas y se presenta como parte de sus programas curri-
culares académicos, a razón del discurso popular y para la divulgación que siempre remite a la exis-
tencia de los Sistemas, sean estos: económicos, políticos, sociales y obvio de salud. Siendo el reflejo 
de una tradición epistémica que aún recuerda su analogía organicista. Detalle que se fomenta al ir 
suplantando a los investigadores y académicos que provienen de las ciencias sociales y otras áreas 
más cualitativas, a razón de la continuidad del debate de las dos culturas. 
Por otra parte, el análisis de las problemáticas relacionadas con el hambre, la desnutrición, la 
manutención, la obesidad, la sobrealimentación, el desperdicio, la muerte por hambre, el hambre 
como arma (como ocurrió en la Decena trágica en el año de 1913 en México, en la guerra civil-reli-
giosa de Somalia de 1992 o como parte de los actos de golpes de Estado que acontecieron en dife-
rentes países de Latinoamérica), seguido por la red de instituciones (de los ámbitos económicos, 
políticos, sociales, jurídicos y hasta los aspectos culturales –como ya se ha mencionado-) que en 
conjunto intervienen y afectan la condición para la oportuna implementación y el cumplimiento 
de las cuatro dimensiones de la seguridad alimentaria (la disponibilidad, el acceso, la utilización 
y la estabilidad). Todos los anteriores en conjunto, se vuelven temáticas pertinentes para ser estu-
diadas y analizadas desde la óptica de la complejidad (lo que incluye otras de sus teorías, y no el 
determinismo sistémico que se quiere hacer cual dogma). 
3.2 LOS FRACTALES Y 
LA SEGURIDAD ALIMENTARIA
El aporte de Campos Delgado (2016)recupera oportunamente la relación dialógica entre la 
TGS (particularmente la postura de los sistemas complejos) y la seguridad alimentaria, da cuenta 
del papel e influencia de algunas de las instituciones que intervienen en el contexto colombiano, 
y posteriormente se aventura a extrapolar el concepto 
y la teoría de fractales, a fin de sugerir su propuesta. 
Detalle al que me permito diferir, ya que la propuesta 
teórica de los fractales que es muy oportuna para la 
creación de los cristales (considerados como sistemas 
cerrados), difícilmente se puede sostener en contex-
tos de las ciencias sociales (caracterizados por inte-
grar sistemas abiertos y termodinámicamente disipa-
tivos de energía); pues se debe considerar que una X 
imagen o proyección de cristales, se debe reproducir en 
su más mínimo detalle en semejanza e igualdad tanto 
de manera micro como macroscópica. Detalle impo-
sible de reproducir en las prácticas sociales, las cuales 
están supeditadas a la incertidumbre, la no-linealidad, 
la irreversibilidad de la flecha del tiempo y la capaci-
dad de agencia de los participantes, por ende y como 
la historia lo ha demostrado, los fenómenos sociales 
pueden provocar múltiples alternativas (avances, retro-
cesos, golpes de estado, caídas de imperios, etc.) a pesar 
de que las condiciones sociales, económicas y políticas 
sean análogas a otros contextos. 
Sin embargo la TGS no es la 
única o exclusiva alternativa para 
la atención de los fenómenos y el 
análisis de los problemas relacio-
nados a la seguridad alimentaria, 
no obstante, es quizá la más popular 
entre sus investigadores, sus especia-
listas y se presenta como parte de sus 
programas curriculares académicos, 
a razón del discurso popular y para 
la divulgación que siempre remite a 
la existencia de los Sistemas, sean 
estos: económicos, políticos, sociales 
y obvio de salud. Siendo el reflejo de 
una tradición epistémica que aún 
recuerda su analogía organicista. 
59
Rivera Pérez - La seguridad alimentaria desde la óptica de la complejidad
No obstante, me permito dejar las siguientes preguntas para la reflexión: ¿Cuál es la funda-
mentación (o isomorfismo empleado) para sugerir que las instituciones y los fenómenos sociales 
son iguales en estructura entre los miembros de una misma o diferente cultura? O concretamente: 
¿De qué manera un fenómeno propio de la seguridad alimentaria es igual al que se desarrolla en 
otro contexto? 
Finalmente, Campos Delgado presenta una propuesta original que debe ser explorada, discu-
tida, quizá deba ser más fundamentada y se debe volver a presentar entre los estudiosos de la segu-
ridad alimentaria y las nacientes correlaciones y transversalizaciones con las teorías de la comple-
jidad, a pesar de la opinión del autor de este capítulo, quien solamente ha encontrado un detalle 
en su propuesta. 
3.3 DESCOLONIZACIÓN 
DEL CONOCIMIENTO 
Y LA SEGURIDAD ALIMENTARIA 
Con antelación se refirió sobre la influencia que ejerce el sistema-mundo sobre todo en países 
en vías de desarrollo (Tercer mundo) como un efecto de la historia colonial y de la explotación a 
la que estuvieron y están sometidos esos países, pues no se debe olvidar que los últimos países de 
África en alcanzar su independencia, lo lograron entre mediados a finales del siglo XX. Lo que no 
les exime de seguir sufriendo presiones económicas y políticas por los organismos internacionales 
e instituciones que controlan los monopolios –de refacciones de tractores, OGM entre otras- y en 
consecuencia a los procesos de la globalización y demás fenómenos glo-cales. 
En ese sentido, las carencias en aspectos como el acceso a la tecnología, los sistemas de salud, 
sistemas alimentarios, a las comodidades, el desarrollo económico (con la constante amenaza del 
desarrollo de una nueva crisis), las eventualidades de los cambios políticos y la lucha entre los 
grupos que buscan el poder, son circunstancias que no acontecen o se esperan que sucedan entre 
los países del Primer mundo –salvo la toma del Capitolio en los Estados Unidos en el año 2021-. 
Pero no todo queda ahí, ya que como lo demostró Bayardo Ramírez (2022) tras evidenciar 
la influencia latente del sistema-mundo en países en vías de desarrollo (específicamente en el con-
texto mexicano), donde los grupos de investigadores, las redes de intelectuales y los demás espe-
cialistas en temas de la seguridad alimentaria, la nutrición y la gastronomía, mostraron resisten-
cia frente a la construcción de las categorías del Patrimonio gastronómico de y en México, lo que 
da cuenta de una expresión del colonialismo epistémico, el cual siempre ha dudado de que “algo 
bueno e interesante” pueda construirse en el seno de los investigadores que son oriundos de los 
países del Tercer mundo, pero también por no redactar, publicar o recuperar documentos en lengua 
anglosajona. Situación que viene a probar y ratificar que la pelea por los recursos escasos no sola-
mente incluye los medios materiales y energéticos, sino también el capital humano, la información 
y demás medios generadores de ideas y de conocimientos, de ahí la importancia del fenómeno de 
la fuga de cerebros del Tercer hacia el Primer mundo.
El neocolonialismo que sufren los países en vías de desarrollo, y que no se limita a la explo-
tación de sus recursos naturales y energéticos, sino que también se hace extensivo al desarrollo 
intelectual, el capital académico y el acceso a la información, como ya se mencionó, debe ser un 
ejemplo para fomentar la resistencia popular y científica entre los investigadores, los académicos 
60
Rivera Pérez - La seguridad alimentaria desde la óptica de la complejidad
y los estudiantes, a fin de que defiendan sus propias ideas, trabajos, pensamientos y aportes; pues 
eso precisamente fue parte de los fundamentos de la Ilustración, cito: 
Pensar por sí mismos y esa será justamente la divisa del movimiento ilustrado: ¡atreverse 
a pensar! Acostumbrarse a ejercitar nuestra propia inteligencia sin seguir necesariamente 
las pautas determinadas por cualquier otro. El hombre debe aprender a emanciparse de 
toda tutela y alcanzar una madurez intelectual que suele rehuir por simple comodidad. 
(Kant, 2019, p.12)
3.4 TERMODINÁMICA PARA LA 
SUPERVIVENCIA DE LA SOCIEDAD 
Y LA SEGURIDAD ALIMENTARIA
No se debe olvidar que los procesos educativos, pero también la distribución de los alimen-
tos están al servicio del poder, específicamente de los grupos políticos que le ostentan, controlan y 
administran, los cuales recurrentemente tienen que encontrar estrategias autoorganizativas que les 
permitan mantenerlo frente a los cambios inciertos y las presiones provenientes de otros grupos 
que también buscan hacerse de una parte de la administración pública. 
Ahora, se debe explorar la correlación que existe –o que se puede establecer- entre las dimen-
siones de la disponibilidad y el acceso a los alimentos, éstos deben ser considerados como recursos 
escasos neguentrópicos, los cuales adquieren su estatus de escases sobre la base de que: 1) No toda 
persona tiene acceso económico a los alimentos que necesita consumir para cubrir el nivel de ingesta 
suficiente de nutrientes por día; 2) No todo alimento que está disponible puede o debe conside-
rarse cultural y socialmente dentro de la dieta, a pesar de sus grados nutritivos, 3) Se debería pre-
guntar sobre la posibilidad y vigencia de que políticamente un tipo de alimento está destinado a 
una clase social en específico, y alimentos con menor valor nutrimental a otras clases sociales, situa-
ción que trasciende más allá de la situación del mercado y su relación con la oferta-demanda, y 4) 
Se debe cuestionar el papel que juegan los organismos internacionales (particularmente el Banco 
Mundial) en promover formas de presión económicas, políticas y sociales que pueden limitar el 
acceso a los alimentos y al agua potable, la cual también debe ser considerada. 
Los argumentos anteriores, permiten reflexionar sobre la posibilidad de que losmedios para la 
producción de los alimentos, pero específicamente los alimentos en sí mismos (al ser recursos escasos 
limitados), podrían servir (o ser considerados) como un medio para el acceso al apoyo popular y al 
poder político, como lo podría sugerir la termodinámica para la supervivencia de la sociedad. Cito: 
Cuando hablamos de la sociedad como un flujo energético, queremos decir que hay un 
ensamble de formas energéticas que actúan de acuerdo con su propia naturaleza; algunas 
son estables, otras se convierten en formas nuevas. Sin embargo, mientras no pueden darse 
la creación o la destrucción de energía (de acuerdo con la primera ley de la termodiná-
mica), si es posible decir que estos cambios constituyen un flujo de energía, cuya estruc-
tura ha cambiado en cierta manera. Un componente inevitable es la pérdida de energía en 
la estructura, esto es, la entropía. (Tyrtania, 1999, p. 138)
Donde un elemento energético, si se quiere decir entrópico, es la administración del poder 
en sí misma, a razón de que constantemente se tiene que estar apelando a estrategias y demás 
61
Rivera Pérez - La seguridad alimentaria desde la óptica de la complejidad
estratagemas que le permitan exhibirle, mantenerle, autoorganizarse y demostrarle –ideas que opor-
tunamente compartirían Bourdieu, Foucault, Weber, y muchos más-. En ese sentido, la relación del 
poder con la administración de los alimentos, se podría vislumbrar a partir de la siguiente reflexión:
El poder social existente en la sociedad humana podría extenderse a las especies no humanas. 
El control sobre plantas y animales acentúo también, a su vez, el poder social aportándole 
una base más sólida. Así pues el fenómeno ecológico de la domesticación fue una exten-
sión de la variable ya existente del dominio entre seres humanos. (Adams, 2001, p. 250)
Y más adelante Adams (2001) vuelve a sostener: 
La peculiaridad humana reside en el hecho de que la cultura no solamente ofrece al indi-
viduo un repertorio mucho más amplio de elementos ambientales que pueden emplearse 
como instrumentos para atemorizar y ejercer influencia, sino que también permite el ejer-
cicio indirecto del poder social, ejercicio que puede trascender el espacio y el tiempo. El 
uso de otros individuos como instrumentos da lugar a la construcción de una compleja 
estructura de poder y dependencia. (p. 251)
Sobre la base de lo anterior, ahora no es difícil comprender la sinergia que se puede establecer 
entre el empleo del hambre como arma política y su expresión de la muerte por hambre, a razón del 
actuar de varias organizaciones humanas, quienes disputan el poder político en diferentes contex-
tos, y con ello el control sobre los medios de producción, la distribución de los alimentos, limitando 
potencial y peligrosamente la disponibilidad y el acceso a esos recursos neguentrópicos específicos. 
Y si a esa situación en particular, se le suman las presiones del mercado, la influencia de los 
organismos internacionales, la presencia de monopolios y el coste de la vida; difícilmente se podrá 
alcanzar la deseada estabilidad de la seguridad alimentaria, y lamentablemente aunque se describa 
un panorama trágico, esa descripción es cierta en varias 
partes del mundo, y quizá esté más cerca de lo que el 
lector pueda creerlo.
Pues no se debe olvidar, cito:
La jerarquía social institucionalizada solo es 
posible cuando va acompañada de contro-
les sobre una cantidad suficiente de formas 
energéticas no humanas …las sociedades no 
pueden alcanzar una organización jerárquica 
persistente y estable sino logran el control de 
cantidades importantes de formas energéticas 
no humana; por el otro, si una sociedad logra 
obtener tal control, la complejidad se expresará 
a sí misma de una manera inevitable a través de 
la jerarquía, independientemente de su ideolo-
gía política. (Adams, 2001, pp. 258-259)
La peculiaridad humana reside 
en el hecho de que la cultura no 
solamente ofrece al individuo un 
repertorio mucho más amplio de 
elementos ambientales que pueden 
emplearse como instrumentos para 
atemorizar y ejercer influencia, 
sino que también permite el ejerci-
cio indirecto del poder social, ejerci-
cio que puede trascender el espacio 
y el tiempo. El uso de otros indivi-
duos como instrumentos da lugar 
a la construcción de una compleja 
estructura de poder y dependencia. 
(Adams, 2001, p. 251)
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Rivera Pérez - La seguridad alimentaria desde la óptica de la complejidad
A MANERA DE 
COLORARIO
Este capítulo tuvo la intencionalidad de presentar y describir algunas de las rutas y demás caminos 
para establecer una dialogía epistémica entre algunas de las teorías de complejidad con la seguridad 
alimentaria. El recorrido demostró algunos de los elementos, las condiciones, los factores y las cir-
cunstancias que generalmente no se consideran en los debates, pero también señaló dos aspectos 
fundamentales: Primero, no toda temática puede ser acogida desde el enfoque de las teorías de la 
complejidad; Segundo, las temáticas de salud y que están relacionados con la producción-distri-
bución-consumo de alimentos, sí pueden ser analizados y estudiados desde esas teorías, más no se 
limitan a la teoría general de sistemas o sus expresiones de sistemas complejos y sistemas comple-
jos adaptativos. Donde el empeño e interés de muchos de los estudiosos de estas temáticas, pero 
desde ese enfoque en específico se debe solamente a una postura cómoda resultado de la existen-
cia de los conceptos y definiciones sobre los sistemas económicos, políticos, sociales y ahora siste-
mas alimentarios que se han venido desarrollando desde finales del siglo XIX. 
Por ende, el aporte fundamental de este capítulo, ha sido el abrir la puerta a la posibilidad 
de que otras de las teorías de la complejidad (diferentes a la TGS) encuentren un espacio en la 
mesa para el debate. En la cual, todos los investigadores y demás estudiosos e interesados en estos 
tópicos están invitados, sea desde la óptica del paradigma simplificador o recuperando posturas 
de las teorías de la complejidad. 
Ya que indudablemente sus aportes, hallazgos, aproximaciones empíricas y demás resultados, 
podrían ser oportunamente acogidos, siempre y cuando no recurran a posturas dogmáticas, rela-
tivistas y creacionistas, y sí defiendan con fundamentación y argumento sus propias ideas como 
herencia de la Ilustración. 
En ese tenor, los fenómenos complejos (que incluyen las interacciones y sinergias de las cuatro 
dimensiones de la seguridad alimentaria), así como los medios para la producción de los alimen-
tos, sin mencionar las etapas de los procesos administrativos (planeación, dirección organización 
y control) que se utilizan en las dos anteriores con la finalidad de hacerse de los recursos escasos 
o limitados que están constantemente disputados por muchos interesados (formas de organiza-
ción humanas y no-humanas), dieron cuenta del papel que juega el mercado (o el desarrollo eco-
nómico), pero también la dinámica del ejercicio del poder (sea político, económico y/o social) que 
se desarrolla al interior de las aristas de la seguridad alimentaria, lo que incluyó: la intencionali-
dad de los desarrollos tecnocientíficos, las eventualidades en la implementación de políticas públi-
cas, la disyunción entre la nutrición y el consumo sobre la base de presiones culturales en la dieta, 
la posibilidad del hambre como arma y para el sometimiento de los pueblos, así como la influencia 
de los organismos internacionales y otros detalles más. Siendo solamente algunos de los ejemplos 
que se presentaron y son resultados de la interacción caótica, emergente y no-lineal de los factores 
que intervienen en los campos de estudio de y para la seguridad alimentaria.
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Rivera Pérez - La seguridad alimentaria desde la óptica de la complejidad
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