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No. 67, Julio-Diciembre, 2013: 65 - 87 ISSN 0252-9017 ~ Dep. legal pp 197102ZU50 Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura y escritura creativa Fátima Celis Instituto de Investigaciones literarias y Lingüísticas, Facultad de Humanidades y Educación. Universidad del Zulia. E-mail: marlonfatima@gmail.com Marlon Rivas Universidad Nacional Experimental “Rafael María Baralt”. Centro de Investigaciones Educativas (CIE) E-mail: unermblengualiteratura@ gmail.com Adriano Camacho Universidad Nacional Experimental “Rafael María Baralt”. Centro de Investigaciones Educativas (CIE) E-mail:adrianocamachov@gmail.com Resumen La investigación se centró en el estudio de la lectura de cuento y poesía y escritura creativa en jóvenes estudiantes universitarios. A partir de este proceso se propuso iniciar el acercamiento de los jóvenes a la lectura y la escritura a través de talleres de escritura creativa que les permitan co- municarse con corrección en el uso de la lengua, a la vez que desarrollan su capacidad creativa y les permitan, leer, comentar (desarrollando su espí- Revista de Literatura HispanoamericanaRevista de Literatura Hispanoamericana Recibido: 26-07-13 • Aceptado: 10-10-13 ritu crítico), y expresarse haciendo uso de la escritura. Para esto se hizo una revisión de las experiencias del taller de escritura ya obtenidas en otras experiencias académicas. Se diseñaron cinco talleres, cuatro de narrativa y uno de poesía que permitieron recopilar información al mis- mo tiempo que coordinar y acompañar el aprendizaje de los jóvenes participantes. Se describe la estructura de los talleres dictados desde los contenidos y las sesiones desarrolladas tomando como punto de partida la metodología del Taller que demanda que la enseñanza se dirija desde el “aprender haciendo”. Palabras clave: Lectura y escritura creativa, comunicación, aprendizaje, taller de lectura y escritura creativa, escribir, leer. A Study About the Structure, Content, Sessions and Application of Reading and Creative Writing Workshops Abstract This research focused on the study of reading stories and poetry and creative writing among university students. The proposition was to begin drawing youth closer to reading and writing through creative writ- ing workshops that enable them to communicate using language cor- rectly, develop their creativity and allow them to read, comment (devel- oping their critical spirit) and express themselves through writing. Writ- ing workshop experiences already obtained in other academic experi- ences were reviewed. Five workshops were designed, four for narration and one for poetry, that permitted collecting information while coordi- nating and accompanying the learning of the young participants. The structure of the workshops is described including the content and ses- sions developed. Workshop methodology, which demands that education be directed from “learning by doing,” is taken as a starting point.. Keywords: Reading and creative writing, communication, learning, reading workshop and creative writing, writing, Reading. Fátima Celis, Marlon Rivas y Adriano Camacho 66 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 67, 2013 Introducción El trabajo que estamos entregan- do constituye el esfuerzo de muchas personas que, confiando en su capa- cidad para escribir y leer, en su de- seo de contar lo que otros jamás contarán por ellos, participaron en los talleres de escritura creativa, Construcción y creación de cuentos y El canto del poema, desde el año 2011 hasta el año 2013 y esperamos que sigan haciéndolo mucho más tiempo. Inicialmente estos talleres han formado parte del proyecto de investigación llamado “Lectura y es- critura comprensiva para jóvenes: hacia la mejora de sus competencia comunicativas”, adscrito al Instituto de Investigaciones Literarias Lin- güísticas y financiado por el Conse- jo de Desarrollo Científico, Huma- nístico y Tecnológico (CONDES) de la Universidad del Zulia. Tenemos en esta investigación las experiencias propuestas y logradas de cinco talleres: cuatro de narrativa breve y uno de poesía que sigue en proceso; que demuestran la inagota- ble capacidad del ser humano para crear y proponer mundos nuevos, realidades diversas donde la belleza esté presente en todas las cosas del orbe. También vemos cómo el inge- nio de los seres humanos resuelve dificultades que, aunque en este mo- mento tienen vida solo en el papel, podrían ser llevadas a buscar solu- ciones a los problemas de la vida diaria, siempre tan cambiante. La escritura y la lectura, tienen la gran virtud de lograr que quienes las ejercitan se descubran a sí mismos y puedan expresar con más acierto lo que sienten, desean y esperan. Tam- bién les hace estar atentos a todo lo que nos rodea y a percibir los deta- lles y relaciones presentes en la sin- taxis de la vida. La organización y transmisión de ideas, deseos y pensamientos solo es posible si se conoce y se maneja el lenguaje en el que nacimos. Nacer en un lenguaje significa que todo nuestro ser biológico y espiritual es pronunciable en él y que, desde nuestra experiencia particular y cul- tural, nos acercamos a lo que nos ro- dea de manera íntegra y segura en nuestra lengua. En las páginas que siguen dejamos nuestros propósitos, ejercicios, actividades y escritos, confiando en que, de alguna manera, este cúmulo de voces encontradas halle su camino hacia el entendi- miento, y nos haga amar más nues- tra lengua. Enseñar dice Guy Claxton(1995: 213) ocurre cuando dos o más per- sonas se juntan para que una(s) aprendan de otra lo que sabe. El pro- ceso no ocurre de manera que el alumno se convierta en un continen- te que tiene la necesidad de ser lle- nado pues se halla vacío de todo sa- ber. Antes bien, se propone, siendo Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura y escritura creativa 67 una búsqueda que lleva al aprendi- zaje significativo, que los saberes que la persona tiene ya consigo y que ha ido construyendo desde el momento de su nacimiento formen la base para construir este aprendi- zaje que de otra manera no tendría lugar. La valoración y el respeto por estos saberes es el punto de partida para el desarrollo no solo del proce- so de aprendizaje sino, a su vez, del respeto y la valoración que el mismo individuo debe darse a sí mismo. Dice Claxton (1995) también que el aprender requiere que el individuo exprese sus necesidades y que no se puede obligar a aprender porque solo se conseguirá un aprendizaje mecáni- co lleno de temores y de vacíos. ¿Cómo hacer de la situación de enseñanza una acción creativa, crea- dora, respetuosa de la individuali- dad, que ayude a comunicarse y a entender al otro y que, además, per- mita el descubrimiento de las capa- cidades creadoras del ser humano? Nuestras preguntas de investigación parten de esta pregunta inicial que liga o establece una alianza entre el proceso de enseñanza aprendizaje y la capacidad de leer y comprender lo leído y escribir proponiendo, me- diante la ficción, mundos posibles y transformaciones de realidades. Esta tarea se desarrolló mediante el diseño y ejecución de talleres de lectura y escritura creativa, justa- mente porque la palabra taller remi- te, como bien se sabe, a “aprender haciendo” y porque la participación en el mismo implica un acto volun- tario1, que tiene como bien natural la creación de un espacio de solida- ridad, cooperación y respeto que, a su vez, promueve una disposición del ánimo ideal para el ejercicio de la lectura y la escritura creativa. Esta apropiación de un “espacio” no se refiere únicamente a un espacio espiritual, que es por sí mismo una búsqueda individual, sino a la apro- piación de un espacio físico que por lo general no es propicio para gene- rar situaciones de comunicación ópti- mas (como un salón de clase por ejemplo, con todo lo que significa). Explica Silvia Adela Kohan: Un taller de escritura crea las condicio- nes de producción para que eso sea posi- ble.Como espacio activo, conjuga traba- jo y placer, creación e intercambio. Como fecundo territorio, por él transitan Fátima Celis, Marlon Rivas y Adriano Camacho 68 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 67, 2013 1 Haciendo excepción de dos talleres: uno de narrativa y uno de poesía que constituyen parte del pensum de la Escuela de Letras de la Universidad del Zulia pero que fueron llevados a cabo con las mismas máximas de respeto por el proceso individual y único de cada participante. los temores, las emociones, las perversio- nes, las pasiones, las creencias, las ilusio- nes, desencadenantes del “deseo del tex- to”. En él, esos textos únicos (como cada persona lo es) encuentran el camino más propicio para desarrollarse, gracias a las incitaciones que reciben durante las se- siones de taller. (2004: 15) Los talleres de lectura y escritura creativa, “Comprensión de cuentos” y “El canto del poema”, animaron en el participante la necesidad de cono- cer formas para expresar lo sentido, y hacen que pueda reconocer esto que siente en lo que lee. Estos textos po- drían causar adhesión o rechazo y generar emociones diferentes relacio- nadas con los sucesos leídos o la anécdota narrada o simplemente no tener ningún significado memorable para el lector2. Sin embargo estas lecturas conducen hacia un aumento del vocabulario del lector que le per- mite expresarse con propiedad y co- municarse más efectivamente. El taller produce en el partici- pante el deseo de escribir, de mos- trar su explicación del mundo me- diante la experimentación con el lenguaje, con las formas literarias, las lecturas realizadas y el compar- tir de sus escritos. También es pro- picio para generar reflexiones acer- ca del proceso de lectura y escritura que le pertenece a cada individuo, amén de, al ser un espacio de en- cuentro, contribuir a proponer en conjunto estrategias de trabajo y técnicas de escritura. Las lecturas, en la medida que son interrogadas por los participan- tes les revelan sus secretos: estructu- ra, estrategias, manejos del tiempo, espacio, formas de describir y cons- truir personajes, imágenes, etcétera. Al comenzar el análisis de un tex- to nos encontramos con reflexiones que se inician con las frases “me gusta” y “no me gusta”. Esto se con- sidera como válido al comenzar el taller, pero se le pide al participante que trate de explicar al grupo por qué le gusta algo o por qué no le gusta. Para vencer la timidez inicial y la valoración negativa que suelen hacer de sí mismos algunos partici- pantes, se llega, comenzando el ta- ller, a acuerdos de respeto y coope- ración que permiten superar “el mie- do a equivocarse o a hacer el ridícu- lo” y ser capaces de comprender y comentar las lecturas realizadas. Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura y escritura creativa 69 2 Por ejemplo, ante el cuento “La zarpa”, de José Emilio Pacheco (1977), la opinión ge- neral en todos los talleres de narrativa es que su personaje principal, Zenobia, adolece de un complejo de inferioridad que la lleva a tener sentimientos de envidia, egoísmo e ira hacia su amiga de la infancia, Rosalba. A pesar de ser el personaje, también, una víctima de la forma en la que las personas juzgan a otras personas no demuestran pie- dad por el personaje y declaran que todo cuanto le sucede se lo merece. El taller de lectura y escritura creativa ¿Cómo funciona un taller? ¿Cómo funciona un taller de lectura y escri- tura creativa? Ya anteriormente comentamos que el trabajo del taller se hace desde el “aprender haciendo”. Así la bús- queda de la voz propia de los partici- pantes se conduce hacia el comenta- rio de textos de ficción y la escritura a partir de consignas planificadas con anterioridad. La planificación no constituye un “corset” que deba se- guirse de manera irrestricta sino que, al presentarse situaciones que con- duzcan hacia caminos más enrique- cedores, es posible adentrarse en nuevas propuestas, por supuesto sin dejar de lado la primera propuesta o primera consigna con la intención de continuar en otra oportunidad. Apun- ta Maite Alvarado lo siguiente: Podríamos definir el taller de escritura como una modalidad en la que se privilegia la producción y en la que los textos produci- dos son leídos y comentados por todos. La modalidad de taller no está circunscripta a una metodología en particular ni a la prácti- ca con un tipo de discurso; no obstante, se lo suele asociar con la escritura literaria, quizá porque los primeros talleres – con ese nombre – fueron “literarios”. Pero más allá de cuáles sean los géneros con los que se trabaje (literarios o no), la invención y la experimentación tienen un lugar central en un taller de escritura. (2009: 38) La labor del taller es, pues, una “fa- bricación” producto de la imaginación y de la participación donde es vital es- cribir, leer, comentar y compartir. No se trata de una clase reglamentada con exposiciones y pruebas, entrega de tra- bajos y búsqueda de calificaciones, sino de una elección regida por el de- seo de expresarse mediante la escritura y de liberar el espíritu de presiones que buscan ser explicadas y trascendidas, cosa que podría conseguirse con el ejercicio creativo del lenguaje. La consigna Las consignas son propuestas de escritura que conducen los ejercicios hacia su realización de manera que se constituyen en puntos de partida para iniciar la narración o el poema y propiciar ideas para los mismos. Según Alvarado: “Las consignas del taller plantean una exi- gencia de descentramiento, de salirse del lugar habitual para adoptar otro punto de vista, una mirada más o menos extrañada sobre el mundo y sobre el lenguaje. En esta suspensión de las leyes que rigen la cotidianidad, el trabajo de taller se aseme- ja al juego. Una de las claves del taller de escritura es la correcta formulación de las consignas. Como punto de partida la consigna conju- ra el temor a la página en blanco, que es un factor importante de inhibición: si no hay un tema, un procedimiento, un tipo de texto al que circunscribirse, las opciones Fátima Celis, Marlon Rivas y Adriano Camacho 70 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 67, 2013 se multiplican hasta el infinito, y el efec- to suele ser paradójico bloqueo de las ideas, silencio, imposibilidad de escribir. La consigna ciñe las opciones, puede proponer la generación de un texto nuevo o la transformación de uno ya existente, puede pautar las operaciones a realizar o simplemente fijar algunas características del texto resultante” (2009: 39). La escritura creativa La escritura creativa promueve en el individuo el ejercicio de la imagi- nación y el conocimiento del len- guaje con fines estéticos más allá de generar información o de ser usado para exponer alguna anécdota o su- ceso de carácter también informati- vo. Es así como a través de este des- cubrimiento de formas para “decir” el mundo a través de juegos con el lenguaje y de formulación de ideas y sentimientos, se es capaz de mos- trarse a sí mismo en un proceso de autodescubrimiento, de comunicarse de manera más completa y también de comprender más el entorno. Asimismo, debido a su naturale- za, se podría lograr una reconquista de aquellos saberes adquiridos a tra- vés de nuestra vida y la expresión de los mismos a través del lenguaje. Realidad y ficción no son dos “fenó- menos” distantes entre sí, pues el punto de partida de la ficción siem- pre es una realidad no solo en cuan- to a lo contado se refiere sino a seres y cosas que partiendo de una reali- dad compartida por todos los seres humanos, se trasmutan en la ficción hasta adquirir características y con- diciones ajenas a su realidad pero siempre considerando su existencia comprobable en el mundo. Por ejemplo como lo dice García Már- quez (1993: 25-26) en “El olor de la guayaba” cuando es interrogado por Plinio Apuleyo acerca de la base real de sus libros: No hay en mis novelas una línea que no esté basada en la realidad.-¿Estás seguro? En Cien años de soledad ocurren cosas bastante extraordinarias. Remedios la Bel- la sube al cielo. Mariposas, amarillas re- volotean en torno a Mauricio Babilo- nia...-Todo ello tiene una base real.-Por ejemplo...-Por ejemplo, Mauricio Babilo- nia. A mi casa de Aracataca, cuando yo tenía unos cinco años de edad, vino un día un electricista para cambiar el contador. Lo recuerdo como si fuera ayer porque me fascinó la correa con que se amarraba a los postes para no caerse. Volvió varias veces. Una de ellas, encontré a mi abuela tratando de espantar una mariposa con un trapo y diciendo: «Siempre que este hom- bre viene a casa se mete esa mariposa amarilla.» Ese fue el embrión de Mauricio Babilonia.-¿Y Remedios la Bella? ¿Cómo se te ocurrió enviarla al cielo?-Inicialme- nte había previsto que desapareciera cuan- do estaba bordando en el corredor de la casa con Rebeca y Amaranta. Pero este recurso, casi cinematográfico, no me pare- Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura y escritura creativa 71 cía aceptable. Remedios se me iba a que- dar de todas maneras por allí. Entonces se me ocurrió hacerla subir al cielo en cuerpo y alma ¿El hecho real? Una seño- ra cuya nieta se había fugado en la ma- drugada y que para ocultar esta fuga de- cidió correr la voz de que su nieta se ha- bía ido al cielo.-Has contado en alguna parte que no fue fácil hacerla volar.-No, no subía. Yo estaba desesperado porque no había manera de hacerla subir. Un día, pensando en este problema, salí al patio de mi casa. Había mucho viento. Una ne- gra muy grande y muy bella que venía a lavar la ropa estaba tratando de tender sá- banas en una cuerda. No podía, el viento se las llevaba. Entonces tuve una ilumi- nación. «Ya está», pensé. Remedios la Bella necesitaba sábanas para subir al cielo. En este caso, las sábanas eran el elemento aportado por la realidad. Este juego con la realidad, su transformación, su conversión en li- teratura acentúa y ejercita nuestra ca- pacidad de observación y nos ayuda a buscar soluciones creativas para vencer algunos obstáculos de nuestra existencia. Si bien no es cierto que el ejercicio de la escritura creativa ga- rantice, de alguna manera, esta supe- ración, podría significar un buen punto de apoyo para lograrlo. Al “escribir creativamente” no se supone que surjan de la nada anécdo- tas, sucesos, personajes y objetos sino que, desde la realidad de quien escri- be, se reordenen en el texto de tal ma- nera que se pueda llegar a crear otra realidad que tendrá su existencia en el lenguaje, en el arte. Así como dice García Márquez (1993: 21): “la imaginación no es sino un instru- mento de elaboración de la realidad. Pero la fuente de creación al fin y al cabo es siempre la realidad”. Estructura de los talleres de lectura y escritura creativa Talleres “Comprensión y creación de cuentos” El propósito de las sesiones del taller de “Comprensión y Creación de Cuentos” ha sido el de favorecer los procesos de comprensión y crea- ción de textos narrativos breves en estudiantes universitarios. De igual manera, el taller fomentó a través del ejercicio simultáneo de los pro- cesos de la lectura y la escritura que sus participantes se conocieran a sí mismos, reconocieran sus capacida- des e intereses, pero también aquello que los rodea. La metodología que viabilizó el taller se sostiene en la concepción de aprender haciendo. Los partici- pantes en un ambiente horizontal te- nían la posibilidad de expresar sus ideas, escuchar las opiniones de los demás, reconocer y aprovechar sus pre-concepciones y prácticas previas en torno a la comprensión y crea- ción de textos narrativos breves, pero también aquellas igualmente Fátima Celis, Marlon Rivas y Adriano Camacho 72 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 67, 2013 válidas que descubrían y exponían sus compañeros del taller. Para ello se favoreció el diálogo bidireccional, el respeto a las ideas y concepciones de los demás, y la ejercitación en la creación de textos narrativos mediante consignas de es- critura creativa que buscaban orien- tar y guiar al participante acerca de algunas ideas para iniciar sus cuen- tos y olvidar el temor a la página en blanco. Contenidos del taller “Comprensión y creación de cuentos” 1. La lectura y la lectura literaria Leemos todo tipo de textos y con muchas intenciones diferentes: para encontrar una dirección, seguir una receta, diseñar una propuesta, seguir instrucciones para armar un mueble o tomar una medicina por ejemplo. Vivimos rodeados de textos escritos. La lectura literaria, sin embargo, nos conduce hacia otros ámbitos relacio- nados con la ficción, con la imagi- nación. De ahí que leer y leer litera- tura se diferencien en cuanto a que la segunda te invita a visitar lugares diferentes, no conocidos, a pertene- cer a mundos insólitos, donde se puede abrir espacios posibles dentro de sí mismo que perciben lo irreal, lo sensorial y descubren lógicas que retan el sentido común. Asimismo la literatura surge de situaciones ordinarias, para crear situaciones extraordinarias, desen- cajadas, sacadas de lugar, hasta tal punto que esas otras lecturas de re- cetas e instrucciones logran entre- garse a una lógica diferente y pro- ponen una realidad distinta a la que vivimos. 2. La escritura y la escritura literaria Escribimos para completar una tarea de la escuela, para dejar una nota, un saludo o un adiós. También para recordar algo que no queremos olvidar y para entregar un informe, hacer una tesis, escribir una carta a alguien que está lejos (ahora lo ha- cemos por los correos electrónicos o los mensajes de texto, aunque en al- guna parte alguien seguirá escribien- do cartas en papel y con tinta). Es- cribimos para hacer una lista de compras, contar un suceso o expre- sar lo que sentimos... La escritura literaria hace todo eso y más. Expresa lo que senti- mos, lo que deseamos y cómo qui- siéramos que fuesen las cosas. Muestra una explicación del mundo en un orden que cambia según cada autor, cada mirada. Nos revela a nosotros mismos frente a un espejo que nace de nuestra lengua y nues- tro ser. Y ese espejo recorre el mundo entero y encuentra reflejos Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura y escritura creativa 73 distantes y a la vez tan parecidos. Escribimos por necesidad de ser, por expresarnos, por jugar, por leer algo que no está escrito. Por amor a las palabras. 3. Proceso de escritura creativa ¿Qué hacemos cuando estamos escribiendo? ¿Qué es escribir creati- vamente? Algunas personas que es- criben dicen que al ver algo: una flor, una persona, una situación o al sentir un aroma o un sabor, o al sen- tirse tristes o muy alegres, sienten también la necesidad de decirlo, de escribirlo. Pero como lo que sienten es tan poderoso, no basta con decir de manera pura y dura “sentí que olía a naranjas” o “vi un paisaje bo- nito”, sino que deben buscar las pa- labras que les ayuden a describir, a mostrar lo mejor posible aquello que han sentido para que otros puedan no sólo entenderlo sino sentirlo tam- bién. Esta experiencia, que los parti- cipantes han vivido, revela un mun- do unido por las invisibles redes del sentir, se hace presente a través de las palabras. 4. La narración y el cuento breve: Estructura La narración es un arte, una pasión por contar, por querer empezar y no acabar un texto que expone una expe- riencia, el susurro de una puerta que se abre o un sol que acaricia tanto al cielo como los árboles. Es una invi- tación la propuesta de múltiples mundos, pero también implica un momento de reflexión y de encuen- tro con la historia o el sentimiento concreto que busca expresar alguien durante su proceso escriturario. Así inicia una narración, con deseo pero también con reflexión para mostrar con imágenes hechas palabras un universo válido entre tantos. La es- tructura de un cuento no se traduce únicamente a un inicio, desarrollo y desenlace,implica un orden interno, una unidad narrativa, un lugar para dibujar el ambiente, el personaje y situar la acción, un momento para proponer la intensidad de un hecho, un espacio en la página para resol- ver el conflicto o para dejar en intri- ga a un lector que esperaba verlo todo. Un cuento puede empezar por el final y terminar en el principio. Entonces, estamos ante una estruc- tura flexible, pero no insostenible. 5. El personaje en el cuento El personaje en el cuento puede ser cualquier cosa. Así de maravi- llosa es la imaginación y así de dúctil es el lenguaje. Puede ser un hombre o una mujer, viejos o jóve- nes o niños, puede ser un zapato, un sillón, un genio encerrado en una lámpara, puede ser ave o una tortuga, un árbol, incluso un cami- Fátima Celis, Marlon Rivas y Adriano Camacho 74 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 67, 2013 no, un burro o una lagartija. Tantos como seres y cosas existen en el mundo. Pero el personaje en el cuento debe hacer algo y pasarle algo, no necesariamente una heca- tombe pero sí algo que para él es importante, a veces vital. Puede que no le pase nada y eso sea lo que le pase. Una cosa que le puede pasar a un personaje, por ejemplo, es perder su sombra como al pobre señor Pe- ter Schlemihl que por ambicioso se desprendió de su sombra y durante toda la narración estuvo tratando de recuperarla. A los personajes se los lleva de la mano a través de la narra- ción, piensan y sienten según sus necesidades y sus búsquedas, tienen un carácter, una forma de ser y de verse, tienen sus gustos y sus deseos particulares. Talleres El canto del poema El propósito de las sesiones del taller “El canto del poema” ha sido el de disfrutar, en primer lugar, de lecturas que pudieran dejarnos co- nocer lo que podría ser la poesía, no como escritura sino como una vivencia espiritual, personal e ilu- minadora. Al formar esta “comunidad” de lectores es posible aprender de las visiones y opiniones de los otros so- bre cómo se puede ver el mundo y explicarlo a través de las palabras que hacen el poema, e intentar sim- plemente escribir nuestros poemas, nuestra explicación del mundo. En segundo lugar, escribir y compartir lo escrito con personas que se encuentran en una búsqueda similar y, conocer mediante comen- tarios y opiniones cómo se va avan- zando en la escritura. Al mismo tiempo se escuchan sugerencias, que podrían o no ser tomadas en cuenta por el participante, quien lleva a la lectura común sus poe- mas, porque algunas veces no con- viene al poema que se entrega lo que el otro nos sugiera. Se trabajó en un ambiente de respe- to, generando poco a poco la confianza suficiente como para expresarse de manera franca, siempre con cordiali- dad. La forma de trabajo del taller es la de “aprender haciendo”, como apren- dices que estudian la labor escogida ejercitándose en ella y volviéndose un día “maestros”. Una parte de ese aprendizaje está en el taller, lo que si- gue es asunto de los deseos y vocacio- nes de cada participante. Se hicieron lecturas y se propusieron consignas de escritura creativa para orientar al parti- cipante hacia la búsqueda de su poema y que no sintiera tanto la soledad de la página en blanco. Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura y escritura creativa 75 Contenidos del taller “El canto del poema” 1. El poema El poema es la voz del sentimien- to, la música del lenguaje expresan- do los pensamientos también. Cuan- do hacemos un poema podríamos hablar del viento, del aire, de cual- quier cosa grande o pequeña que se vuelve singular y única para noso- tros; podríamos hablar incluso de una pequeña parte de ella pero siem- pre desde lo que sentimos. El poema vive en la meditación, en el ensueño, vive en un particula- rísimo orden del lenguaje, por eso no es que escribimos unas palabras y ya son un poema. Hay que sentirlo y conocer las palabras como amigas antiguas y nobles que viajan dentro de nosotros a través de los años y nos muestran el mundo y a nosotros mismos. De estar atentos a la vida y al mundo nace el poema, pero no de obligarse a estar atentos sino de ejercitarse en estarlo. Un poema puede ser una iluminación (el sato- ri), algo que no sabemos cómo vino a tocar nuestro espíritu y pide ser trasladado a palabras, pero hay que conocer bien las palabras y darles su justo lugar para que en el nacimien- to de este poema que escribimos nazca el poema que lee el lector. 2. La imagen ¿Cómo es posible que puedan hacerse imágenes con palabras? ¿Cómo es que en un poema pode- mos encontrar estas imágenes mos- tradas de tal manera que podemos percibirlas como si viésemos frente todo lo que muestran? Las podero- sas imágenes del poema hacen que confluyan como los afluentes de un río muchas cosas a la vez: colores, formas, sentimientos, aromas, tex- turas y también nos muestran de- seos y sensaciones que el escritor o escritora quisiera que conociéramos como ellos las conocen. Miguel Hernández (1949: 97), por ejemplo, dice en un verso de un bellísimo poema “tu corazón una naranja he- lada”, podemos sentir con él la du- reza de un amor no correspondido, indiferente. Todo esto a través de las palabras, buscando en el lengua- je el cómo decir lo que se siente. Entonces en el poema hay condi- ciones y cosas que no tienen apego en la vida encuentran ese apego, como la naranja y el corazón, por ejemplo. Además de la dureza ex- trema y la frialdad que muestra. García Lorca nos dice en Canción de jinete “¡Qué perfume de flor de cuchillo!” Un cuchillo que es una flor, que es un cuchillo. Fátima Celis, Marlon Rivas y Adriano Camacho 76 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 67, 2013 3. La metáfora La metáfora hace la imagen posi- ble en el poema. Hace que dos o más seres o cosas sean tan parecidos que se vuelvan uno solo. Lo mismo ocurre con los sentimientos y los ob- jetos o la naturaleza. Va más allá siempre, y nos mues- tra, fidedigna, la imagen de todo el mundo que nos rodea. Por causa de ella, hay árboles pájaros, lunas de pergamino, y cielos florecidos, y tantas otras cosas más. La metáfora acerca, corrige dis- tancias, crea puentes, lazos, estable- ce íntimas cercanías y juega en el infinito de las palabras a acariciar- las, conjugarlas, conjurarlas y con- vertirlas en sitios, casas, amores, animales maleables, diferentes e iguales al mismo tiempo. Por ser capaz de crear esta cerca- nía de las cosas y sentimientos en el mundo, sin importar las distancias sino aboliéndolas, construyendo las semejanzas; la metáfora nos permite mostrar con más carácter y atrevi- miento lo que queremos entregar al otro, el que lee y siente con nosotros. 4. El lenguaje, el ritmo El ritmo es el movimiento, es la cadencia del poema. El encuentro en- tre pausas, palabras y seres nombra- dos. La danza del lenguaje que nos muestra su vaivén en el ir y venir de los versos. Antes el ritmo era medido. Tenía que ver con la métrica y a los versos se les llamaba rimados. Esto estaba bien porque las palabras se unían para crear la música del poe- ma. Aún ahora estos versos rimados nos dejan sentir su música. También existen los versos libres y buscan, desde su sonoridad en las palabras, compañeros que les ayuden a crear ese movimiento, ese ritmo. Ellos se mecen en las palabras y se abando- nan a la música. Nos muestran sus andares, pareceres y sentires transi- tando por el ritmo a su aire. 5. El lenguaje, la síntesis Muchas veces hemos leído poe- mas que tienen apenas cuatro versos o dos versos como este haiku de Basho: “Este camino/ Ya nadie lo re- corre/ Salvo el crepúsculo”. La sínte- sis es un todo que generosamente muestra sus partes más vitales sin di- vidirse. En el poema, la síntesis se muestra como si las palabras se abra- zaran hasta tal punto, que del abrazo nos queda un espacio mínimo que se amplía al contacto con los ojos del lector y estalla en miríadas de estre- llas, que son las imágenes, según el que lea. Es decir que nos permite re- correr lentamente los caminos que conocemos y al calor de latarde que se va, embargarnos del color rosado y naranja del horizonte. Muchas ve- ces hemos leído poemas escritos con numerosos versos como por ejemplo Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura y escritura creativa 77 Primero Sueño de Sor Juana Inés de la Cruz. Sin embargo en este poema aun la síntesis ajusta, ciñe y propone una imagen de imágenes, pensamien- tos, sentimientos, ideas y… sueños. La síntesis, finalmente, nos ofrece de manera única, singular, una especie de perfume donde todos los aromas posibles forman una tonalidad, un canto de diversas melodías, depende del lector acogerlo. Sesiones de los talleres “Comprensión y creación de cuentos” y “El canto del poema” Las sesiones que se exponen a continuación son una muestra de los talleres “Comprensión y creación de cuentos” y “El canto del poema”, en las cuales la modalidad de “salón de clase” fue sustituida por un espacio donde prevaleció la lectura plural y la escritura libre. Durante cada se- sión del taller, los participantes te- nían responsabilidades claves: leer, comentar, producir y exponer sus escritos, todo lo anterior dentro de una atmósfera de aciertos y dificul- tades que generó la posibilidad de desarrollar en ellos su proceso de es- critura creativa. Nuestras sesiones de taller se convirtieron en un espacio de refle- xión, donde los participantes tenían la posibilidad de escuchar las suge- rencias de los facilitadores acerca de sus productos, un encuentro con la lectura de cuentos y poemas, un lugar para comentar los textos leí- dos, para disertar sobre temas pro- pios de la literatura, pero también un ambiente para crear, desde la propuesta de una consigna, textos originales. En cada sesión de los talleres pu- dimos viajar, soñar, reír, llorar, sen- tir, recrear, recordar, disfrutar... todo aquello que la lectura y la escritura de textos literarios provocaba. Estas sesiones son presentadas en número de cinco por taller, sin embar- go cada sesión comprende muchas más horas y no hacen referencia a un solo día de trabajo. Por ejemplo la te- mática de una de las sesiones se ex- tendió a varios días durante los talle- res. Las temáticas trabajadas siguen los contenidos presentados con ante- rioridad en este libro, pero de ninguna manera se volvieron “camisas de fuerza” que sujetaran a los participan- tes a líneas preestablecidas de trabajo. Finalmente, se trata de crear libre- mente y de adueñarse del instrumento con el que se crea: el lenguaje. Comprensión y creación de cuentos Sesión I. Proceso de lectura y proceso de lectura literaria Con la primera sesión del taller de “Comprensión y Creación de cuen- tos”, los participantes a través de la Fátima Celis, Marlon Rivas y Adriano Camacho 78 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 67, 2013 lectura, experimentaron nuevos sen- timientos, descubrieron olores, se trasladaron a lugares desconocidos y se relacionaron con otras personas. Durante esta sesión tuvieron la posi- bilidad de compartir lecturas de tex- tos no literarios y literarios, que les permitió identificar sus diferencias en cuanto a estructura, uso de la pa- labra, cómo decir las cosas, qué de- cir y para qué escribir. Entonces, su lectura del mundo, la lectura de la palabra, la puesta en común de apre- ciaciones entre lo literario y lo no li- terario pero además las orientacio- nes de los facilitadores, permitieron elaborar conclusiones finales por participante sobre el tema comparti- do. Con el transcurrir de la sesión se evidenciaron fortalezas y debilida- des en torno a la comprensión de textos que sirvieron de ayuda a los facilitadores para la selección de las lecturas y propuestas de consignas en las sesiones siguientes. La lectura en voz alta, el diálogo y el debate fueron suficientes para invitar a los participantes a conocerse a sí mis- mos, a tener una mirada distinta ante la vida, a experimentar sensaciones y descubrir objetos fuera de lo co- mún, es decir, a formar parte del rei- no de lo narrable. Sesión 2. La escritura y la escritura literaria La escritura es uno de los domi- nios de la lengua más difícil de ad- quirir y ejercer con maestría, ya nos decía Vigotsky (1993) que se trata de la forma más elaborada, más ex- plícita, más exacta, más reflexiva y más compleja del lenguaje, y a esto habría que añadir que las múltiples formas en las que vivimos el lengua- je nunca dejan de ser completamen- te aprendidas. La escritura literaria en este ta- ller, como uso peculiarísimo del len- guaje, involucró un largo proceso de ensayo y error, es decir, un prolon- gado viaje de formación para adqui- rir el arte de escribir ficción; García Márquez nos ha dicho en múltiples ocasiones que nadie enseña a escri- bir salvo los buenos libros leídos con la aptitud y la vocación alertas. En esta sesión no sólo se trató de leer, también se involucró el cultivo de la sensibilidad, la capacidad de observación y altas dosis de indaga- ción de cada participante, en la que la especulación fue una forma válida de construir ficción; pero no sólo se trata de lo precedente, la escritura li- teraria demanda humildad para reco- nocer los aciertos y limitaciones del propio escritor o artista. Sesión 3. Proceso de escritura creativa Jorge Amado decía que su obra no era otra cosa que la representación de su Bahía natal. Los participantes en esta sesión intentaron escribir de una Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura y escritura creativa 79 manera que calificamos de “creati- va” y que precisó que se soltaran, que jugaran a ser libres por un mo- mento para construir universos alter- nos al propio, o por lo menos que se le parecieran lejanamente. Amado en sus novelas explotó el rico imagi- nario de su Bahía, en la que encon- tró un sinnúmero de historias y per- sonajes dignos de preservarse en la literatura; pero esto no es del todo cierto para nosotros ya que los parti- cipantes pudieron tomar parte de sus motivos de la realidad circundante, sin embargo, al transponerlos a la escritura literaria necesariamente los transformaron gracias a la pulsión del lenguaje y su poder de traduc- ción y transformación. Bajo el rótulo de ‘escritura creati- va’ existen innumerables propuestas de escritura, no obstante se trató de un proceso en el que quien escribió pudo aprovechar toda su capacidad expresiva a efectos de crear un nom- bre propio que designó su mundo, sus demonios y obsesiones, y en la medida que se logró ese encuentro con una palabra propia, pudimos de- cir que se inauguró o atisbó un nue- vo mundo. Sesión 4. La narración y el cuento breve. Estructura En esta sesión se buscó que los participantes descubrieran mediante la lectura el arte de narrar, las distin- tas maneras de comenzar, desarro- llar y finalizar un cuento, pero más allá de eso, experimentar lo mágico en ellos, hasta tal punto de poder respirar el perfume de una naranja desgajada. En el transcurrir de la se- sión se sensibilizó en el aprecio y valoración del cuento como texto li- terario con forma, estilo, presencia y estructura. Gracias a la lectura de cuentos de horror, misterio, amor, erotismo y otros, el participante evidenció los cambios temporales, las descripcio- nes de espacios y personajes. El jue- go con las palabras evocó constante- mente en los lectores especies de fo- togramas unidos por un fino hilo para contar algo o para dejar algo por descubrir. Se experimentó también con la escritura creativa y en principio se elaboraron por separado inicios, de- senlaces y finales. A modo de ejem- plo, los participantes seleccionaban de varios desenlaces mostrados el más adecuado para narrar el desa- rrollo y final de un cuento con un ar- gumento dado. Finalmente, el uso de las caricaturas y otras propuestas invitaron a elaborar cuentos origina- les desde la óptica de imágenes que dicen algo. Sesión 5. El personaje en el cuento ¿Quién es, qué hace, qué dice, qué piensa, a dónde va?, y otras res- Fátima Celis, Marlon Rivas y Adriano Camacho80 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 67, 2013 puestas a preguntas similares fueron el comienzo para que el participante del taller se iniciara en la descrip- ción del personaje de un cuento. Du- rante la desencadena acciones y si- tuaciones acompañado de un tiempo y un espacio. El personaje dejó de ser sólo una persona, “María, el Sr. Luis o el ama de llaves Jimena”, para ser ahora, un árbol tendido cu- yas raíces reclaman asistencia, una tabla que lucha contra la corriente de un río o una lámpara que está cansada de ser frotada. Mirar al personaje desde distintos planos, sentirlo, tocar lo que él toca, pero también experimentar sus sen- saciones dieron pie para que el talle- rista pudiera configurar los persona- jes de sus cuentos, llevándolos de la mano durante sus narraciones para contemplar sus necesidades, su ca- rácter, sus gustos, disgustos y su for- ma de ver las cosas. Las consignas fueron varias, pero recordamos la descripción de un personaje desde su quietud, bajo una luz imponente, en la oscuridad, de perfil, en movimiento… de tal manera que el tallerista dibujó con palabras a un representante de su cuento. El canto del poema Sesión 1. El poema y su lectura En primer lugar se comentó cuál sería el funcionamiento del taller de poesía, se llegó a acuerdos basados en la atención, el respeto y la coope- ración, es decir, cada participante del grupo se comprometió con el resto del grupo a hacer críticas cons- tructivas, y aceptar las sugerencias siempre que fuesen pertinentes para su proceso. La primera sesión del taller de poesía consistió en opinar cómo concebimos la poesía, y qué es para nosotros el poema. La poesía, se dijo, es una forma de vivir, de acer- carse a la vida y al mundo y el poe- ma es la expresión escrita de esa elección acordando con Maritain (2004: 31), que “la poesía es la vida secreta de todas y cada una de las artes”. Se comparó el cuento con el poe- ma diciendo que en el primero, se cuenta una historia y el segundo es más una especie de imagen que oculta un sentimiento o una sensa- ción. Asimismo, cada participante dijo cuáles eran sus lecturas y qué poetas le gustaría leer, así como ex- presaron sus creencias y deseos con relación a la escritura. Sesión 2. La imagen El quehacer con la imagen en el taller se ha realizado a todo lo largo de las sesiones. Considerando desde el más humilde de los objetos hasta la más brillante y esplendorosa figu- ra; todo en el mundo está hecho, re- presentado con imágenes. Se co- Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura y escritura creativa 81 mentó cómo, en el proceso escritu- rario de cada persona, la imagen puede ser la desencadenadora del poema y cómo también en el poema se descubren las imágenes a través de las palabras. Se le pidió a los par- ticipantes llevar a cabo un “diario de imágenes” que contuviera todo aquello que durante el día se hubiese podido ver o sentir desde objetos: flores, una taza de café, un niño, un abuelo o abuela, una arruga, una brizna de hierba o una hoja, una fo- tografía, tratar de escribir por ejem- plo la imagen del olor del mango si es eso lo que han encontrado. Cada uno llevó su cuaderno no sólo con textos escritos sino con parte de las cosas que les llamaron la atención pegadas a las hojas, así construyeron una especie de geogra- fía hecha de alas de libélulas, hojas, paletas de helado y otras cosas y co- menzaron a reunir un reservorio de palabras, versos, poemas. Sesión 3. La metáfora Se leyeron y comentaron poemas de Federico García Lorca, Ramón Palomares, Eugenio Montejo, entre otros, pues cada participante del ta- ller llevó y compartió la lectura de los poemas que deseaba leer. Los co- mentarios no son para hacer crítica, son para hablar de lo que se siente al leer estos poemas. Son para tener la oportunidad de decir qué les gusta y por qué les gusta y recorrer, en la lectura, el universo de metáforas presentes en estos poemas. Se hizo un inventario de metáforas donde se destacaban seres y objetos significa- tivamente distantes entre sí, comen- tando cómo la literatura es el lugar donde pueden estar unidas palabras que nombran cosas aparentemente diferentes, para formar una sola imagen que pueda expresar más cer- teramente lo sentido. Todo esto nos mostró, en el poema, silencios, no- ches, amor u odio, tristeza o alegría. Por ejemplo, a partir de Preciosa y el aire: su luna de pergamino/ pre- ciosa tocando viene/por un anfibio sendero/de cristales y laureles; se propuso escribir un poema seleccio- nando metáforas del libro de imáge- nes que expresara el sentir de cada participante. Sesión 4. El lenguaje, el ritmo Para sentir el ritmo del poema se leyó en voz alta, primero poemas ri- mados, conociendo el canto del poe- ma formado por palabras como si fuera una escalera o un subibaja. La lectura, por supuesto, fue traída por cada uno de los participantes, esco- gida entre las lecturas que más les agradan o en las que encuentran un poco de sí mismos. En segundo lugar, leímos poemas con otro ritmo, cuya cadencia, sono- ridad y movimiento están en conjun- ción con lo expresado. Se trató de “leer con todo el cuerpo” pues esa Fátima Celis, Marlon Rivas y Adriano Camacho 82 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 67, 2013 musicalidad del lenguaje retumba en todos como un eco. Una lectura en voz alta individual y luego una lectura de algunos poe- mas formando un coro. De varios sobres cada uno extrajo palabras: sustantivos, adjetivos, ver- bos… y a partir de esas palabras in- tercambiables, recolectadas, se escri- bieron poemas buscando la sonori- dad del lenguaje dentro de una lógica poética que permite el encuentro de seres y cosas de naturaleza diferente. Sesión 5. El lenguaje, la síntesis Como la síntesis tiene que ver con la mirada que encuentra y esco- ge los detalles del todo, con encon- trar en la brevedad muchísimas co- sas; se leyeron poemas tanto breves como largos, se descubrió en cada verso, en las metáforas, en las imá- genes logradas, en los instantes mostrados, en los momentos casi imperceptibles, todo un mundo re- velado que el lector amplía desde su imaginación cubriéndolo de formas, reconstruyéndolo según su mirada. Se leyó Estudio de dos peras y trece maneras de contemplar un mirlo de Wallace Stevens, comen- tando como un solo ser o cosa puede ser “mirado” y sentido de manera diferente, desde varias dimensiones y, en consecuencia, nombrado. Los participantes llevaron cada uno una fruta: pera, mango, melón, durazno, mandarina, guineo, hubo quien llevó un tomate; escogieron una fruta y se les pidió escribir cin- co o seis variaciones brevísimas acerca de cómo puede verse esta fruta de manera diferente. Conclusiones Según menciona Silvia Adela Kohan (2004: 20): “El trabajo del taller tiene unas bases y unos proce- dimientos comunes a todas sus op- ciones. Es decir, si bien se hace más hincapié en una variante, todas están ligadas en mayor o menor propor- ción, de una u otra forma a las líneas básicas del método”. Entre esas opciones la autora nombra: creativa y de ficción, peda- gógica, comunicativa y, finalmente, terapéutica. Es cierto que en un ta- ller de lectura y escritura creativa encontramos estas opciones íntima- mente entrelazadas y, por supuesto, para cada participante se presentan en tiempos diferentes que dependen de la forma en la que la persona vive el proceso. En los talleres llevados a cabo, la opción “creativa y de fic- ción” se produjo a partir de un pro- ceso de sensibilización donde los sentidos se vuelven ventanas “abier- tas” al mundo, aunque no las únicas ventanas que podría poseer un ser humano. Se tomó en cuenta el traba- jo de la imaginación y se desarrolla- ron de manera “hiperbólica” las po- Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura y escritura creativa 83 sibilidades literarias de cada objeto, sensación, lugar y persona en el mundo. Se comentó acerca del len- guaje y se declaró posesión inaliena- ble de cadauno de los participantes y del grupo, cosa que les llevó a sentirse más cerca mismo y con más confianza acerca de su uso. En cuanto a la opción “pedagógi- ca”, en nuestros talleres pudimos observar los avances de los partici- pantes con respecto al manejo de vocabulario, estructuras narrativas, elaboración de imágenes, todo ello con la comprensión de que es posi- ble disfrutar desde la escritura y al mismo tiempo conocer el funciona- miento de su lengua. En cuanto a la opción “comunica- tiva”, se descubrió la capacidad para expresar lo que se siente de manera más completa, en algunos casos, en otros mejorar esta capacidad y en al- gunos explorarla desde una timidez aguda y temerosa pero deseosa de comunicarse. Esto no solo se pudo observar, en lo que respecta al taller, a la escritura o a los comentarios acerca de las lecturas, sino también con respecto a conversaciones y tex- tos escritos con otro propósito. Con respecto a la opción “terapéu- tica”, aunque no fue nuestro propósi- to realizar talleres terapéuticos a par- tir de la escritura, observamos que los participantes consideraron el es- pacio y tiempo dedicado a los talle- res como una zona de autodescubri- miento y de paz, donde los ejercicios de lectura y escritura propuestos fue- ron útiles para desinhibirse, deslas- trarse y comprenderse a sí mismos –en gran parte- y a su entorno. Imaginación e invención forman parte del reservorio intelectual del ser humano. Su reconocimiento como tal parece ser, a veces, mera- mente académico, aunque su valora- ción en este ámbito parece estar en una escala muy baja. No se espera del individuo que invente sino que “aprenda” de lo ya inventado y lo mantenga en ese estado. Los talleres de lectura y escritura creativa le permitieron a los grupos de trabajo expresar lo que sienten, descubrir en el lenguaje las posibili- dades del decir y también, cosa muy importante, descubrirse a sí mismo como seres creadores, capaces de imaginar e inventar el mundo en el que viven sin por esto ignorar el mundo que les rodea. Dice Antonio Muñoz Molina: A medida que crecemos y que empiezan a adiestrarnos para el trabajo, para la mansedumbre, y para la infelicidad, el hábito de la imaginación se vuelve peli- groso o inútil, y sin darnos cuenta lo va- mos perdiendo, (…) porque hay una de- terminada y eficacísima presión social para que no nos convirtamos en seres sa- ludables y felices, sino en súbditos dóci- les, en empleados productivos, en lo que antes se decía hombres de provecho (2008: 16-17). Fátima Celis, Marlon Rivas y Adriano Camacho 84 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 67, 2013 Este proceso de des-imaginación se convierte en un peso que debe ser aliviado en el individuo cosa que se pudo lograr hasta cierto punto en los talleres desarrollados y le brindó a los participantes la posibilidad –de- pende de ellos el perpetuarla- de creer en sí mismos y en su propuesta o en su teoría de vida, ya que “la imaginación es muy fuerte y tarda en ser vencida” (Ob. Cit.: 17) En las opiniones y comentarios re- cogidos al finalizar la experiencias en- contramos interesantes referencias al proceso y opiniones relacionadas con las literatura. Queremos mostrar, para finalizar, algunas de estas reflexiones3: Un texto no literario informa con preci- sión, con veracidad y da por sentado he- chos. Un texto literario dice y más allá, sugiere. Un texto no literario muestra y demuestra. Un texto literario muestra y deja al aire. Un texto no literario usa las palabras como instrumentos de informa- ción, literalmente. Un texto literario usa metáforas, sentido figurado, que dan al lector herramientas para pensar e imagi- nar. Un texto no literario nos habla de este mundo tal cual es. Un texto literario nos brinda la posibilidad de hablar de este mundo y de crear mundos posibles. (M. Q.) Aunque existen normas, categorías, figu- ras y formas de identificar el texto litera- rio, creo que la distinción última la hace el lector del texto. Para un lector, el texto es literario si lo evoca a otros mundos, imaginados por el autor del texto o por el lector. Por ejemplo, la noticia que discu- timos sobre el zapato más antiguo del mundo se puede etiquetar como “texto no literario”, pero en la medida que el lector imagina al homo sapiens más preocupa- do por el confort que por su existencia -tanto así que inventa un zapato histórico para la comodidad de su pie antes que pensar el origen de su creación- el texto se torna irónico, inteligente, representa otro discurso en la mente del lector y se vuelve relevante. Se puede leer, verdade- ramente leer, cualquier texto desde una óptica literaria, pero siempre desde una lectura personal (J.T.). La literatura para mí es una forma de li- berarme de mi misma y conocer otras co- sas, otros pensamientos, es una forma de verme a mí misma en otros cuerpos, otras circunstancias, la literatura es la única capaz de trasladarme, de enamorarme sin ningún tipo de rencor. (La experiencia del taller) Me ha permitido retomar auto- res que ya conocía y conocer nuevos, también la idea de hacer una antología en este taller II, me parece excelente ya que no sólo queda el registro de las lecturas, Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura y escritura creativa 85 3 Estas reflexiones provienen de un cuestionario con preguntas relacionadas con la expe- riencia de los talleres. Estarán señalados con las iniciales de los participantes. sino que nos permite ir teniendo un mapa de nuestras búsquedas. (M. M.) El taller de escritura creativa marcó un an- tes y un después en mi vida. Cuando digo un antes y un después, me refiero a la transformación, de una alumna que no mostraba nada de lo que escribía, porque respuestas como: “eso es de locos”, me ha- bían dicho muchas veces, lograron que por mucho tiempo, perdiera el horizonte de mi vida. A ser una alumna, más segura de sí misma, que valora la literatura y todo aquello que requiera esfuerzo y disciplina. En mi mente tenía varias historias, incluso dos de ellas las habían escrito en mi cua- derno, pero nunca se las había mostrado a nadie, porque solamente eran algunos epi- sodios de mi vida que no pensaba que ser- virían para reescribirlos y por supuesto, transformarlos. A partir estas dos historias logré crear otras. Sin embargo todo lo que entregué en el taller son historias inventa- das, pero con algún tema de la realidad. Considero que lo que más me costó fue crear historias irónicas con respecto a la re- ligión, aunque cuando hice el cuento de una monja diabólica, no me costó tanto, es más me atrevería a decir que la historia se dio por sí sola, es más, es inventada y cuando la hice me imaginé que era real y cree que si se lee y analiza parece real. Me gustó el taller porque tuve la oportunidad de mostrar las historias que ya tenía y otras nuevas ¡gracias! (L. M.) No es posible colocar aquí todas las opiniones y reflexiones de los participantes de los talleres, solo de- seábamos que fuese posible mostrar las voces de algunos de los partici- pantes de los talleres de narrativa y poesía, entendiendo que sin sus pa- labras esta entrega se encontraría in- completa. Sabemos que en este puente de hilos que es la vida, donde todo tiene importancia, cada uno de nosotros pasa a manos de otros su encomienda en este bien tan impor- tante y universal que es la enseñan- za. Y como, en el transcurso de nuestras vidas hasta envejecer tene- mos innumerables maestros, debe- mos decir que las personas que asis- tieron a los talleres y leyeron y es- cribieron con gran entusiasmo tantas narraciones y poemas, han sido para nosotros parte de esos maestros. Aprender a leer y a escribir es una bella tarea, aprender a leer y a escribir narrativa y poesía depende de esa necesidad que tiene el ser hu- mano de mostrar lo que siente y de mostrarlo de manera que resulte in- teresante, agradable, bello, acoge- dor, necesario. Fátima Celis, Marlon Rivasy Adriano Camacho 86 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 67, 2013 Bibliografía ALVARADO, Maite (coord.) (2009). Entre líneas. Teorías y enfoques en la ense- ñanza de la escritura, la gramática y la literatura. Buenos Aires: FLACSO Manantial CHAMISSO, Adelbert (1992). La maravillosa historia de Peter Schlemihl. Colom- bia: rei andes ltda. CLAXTON, Guy (1995). Vivir y aprender. Psicología del desarrollo y del cambio en la vida cotidiana. Versión española de Celina González. Madrid: Alianza Editorial. HERNÁNDEZ, Miguel (1949). El rayo que no cesa. Argentina: Espasa Calpe MARITAIN, Jacques (2004). La intuición creadora en el arte y en la poesía. Ma- drid: ediciones Palabra. MUÑOZ MOLINA, Antonio (2008). La disciplina de la imaginación. Colombia: Asociación Colombiana de Lectura y Escritura (Asolectura). KOHAN, Silvia Adela (2004). Taller de escritura: el método. Un sistema de traba- jo para escribir y hacer escribir. Barcelona: Alba editorial. Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura y escritura creativa 87
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