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Estudo sobre Leitura e Escrita Criativa

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No. 67, Julio-Diciembre, 2013: 65 - 87
ISSN 0252-9017 ~ Dep. legal pp 197102ZU50
Estudio sobre la estructura, contenidos,
sesiones y aplicación de talleres de lectura
y escritura creativa
Fátima Celis
Instituto de Investigaciones literarias y Lingüísticas,
Facultad de Humanidades y Educación. Universidad del Zulia.
E-mail: marlonfatima@gmail.com
Marlon Rivas
Universidad Nacional Experimental “Rafael María Baralt”. Centro de
Investigaciones Educativas (CIE)
E-mail: unermblengualiteratura@ gmail.com
Adriano Camacho
Universidad Nacional Experimental “Rafael María Baralt”. Centro de
Investigaciones Educativas (CIE)
E-mail:adrianocamachov@gmail.com
Resumen
La investigación se centró en el estudio de la lectura de cuento y
poesía y escritura creativa en jóvenes estudiantes universitarios. A partir de
este proceso se propuso iniciar el acercamiento de los jóvenes a la lectura
y la escritura a través de talleres de escritura creativa que les permitan co-
municarse con corrección en el uso de la lengua, a la vez que desarrollan
su capacidad creativa y les permitan, leer, comentar (desarrollando su espí-
Revista de Literatura HispanoamericanaRevista de Literatura Hispanoamericana
Recibido: 26-07-13 • Aceptado: 10-10-13
ritu crítico), y expresarse haciendo uso de la escritura. Para esto se hizo
una revisión de las experiencias del taller de escritura ya obtenidas en
otras experiencias académicas. Se diseñaron cinco talleres, cuatro de
narrativa y uno de poesía que permitieron recopilar información al mis-
mo tiempo que coordinar y acompañar el aprendizaje de los jóvenes
participantes. Se describe la estructura de los talleres dictados desde los
contenidos y las sesiones desarrolladas tomando como punto de partida
la metodología del Taller que demanda que la enseñanza se dirija desde
el “aprender haciendo”.
Palabras clave: Lectura y escritura creativa, comunicación, aprendizaje, taller
de lectura y escritura creativa, escribir, leer.
A Study About the Structure, Content, Sessions
and Application of Reading and Creative Writing
Workshops
Abstract
This research focused on the study of reading stories and poetry
and creative writing among university students. The proposition was to
begin drawing youth closer to reading and writing through creative writ-
ing workshops that enable them to communicate using language cor-
rectly, develop their creativity and allow them to read, comment (devel-
oping their critical spirit) and express themselves through writing. Writ-
ing workshop experiences already obtained in other academic experi-
ences were reviewed. Five workshops were designed, four for narration
and one for poetry, that permitted collecting information while coordi-
nating and accompanying the learning of the young participants. The
structure of the workshops is described including the content and ses-
sions developed. Workshop methodology, which demands that education
be directed from “learning by doing,” is taken as a starting point..
Keywords: Reading and creative writing, communication, learning, reading
workshop and creative writing, writing, Reading.
Fátima Celis, Marlon Rivas y Adriano Camacho
66 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 67, 2013
Introducción
El trabajo que estamos entregan-
do constituye el esfuerzo de muchas
personas que, confiando en su capa-
cidad para escribir y leer, en su de-
seo de contar lo que otros jamás
contarán por ellos, participaron en
los talleres de escritura creativa,
Construcción y creación de cuentos
y El canto del poema, desde el año
2011 hasta el año 2013 y esperamos
que sigan haciéndolo mucho más
tiempo. Inicialmente estos talleres
han formado parte del proyecto de
investigación llamado “Lectura y es-
critura comprensiva para jóvenes:
hacia la mejora de sus competencia
comunicativas”, adscrito al Instituto
de Investigaciones Literarias Lin-
güísticas y financiado por el Conse-
jo de Desarrollo Científico, Huma-
nístico y Tecnológico (CONDES)
de la Universidad del Zulia.
Tenemos en esta investigación las
experiencias propuestas y logradas
de cinco talleres: cuatro de narrativa
breve y uno de poesía que sigue en
proceso; que demuestran la inagota-
ble capacidad del ser humano para
crear y proponer mundos nuevos,
realidades diversas donde la belleza
esté presente en todas las cosas del
orbe. También vemos cómo el inge-
nio de los seres humanos resuelve
dificultades que, aunque en este mo-
mento tienen vida solo en el papel,
podrían ser llevadas a buscar solu-
ciones a los problemas de la vida
diaria, siempre tan cambiante.
La escritura y la lectura, tienen la
gran virtud de lograr que quienes las
ejercitan se descubran a sí mismos y
puedan expresar con más acierto lo
que sienten, desean y esperan. Tam-
bién les hace estar atentos a todo lo
que nos rodea y a percibir los deta-
lles y relaciones presentes en la sin-
taxis de la vida.
La organización y transmisión de
ideas, deseos y pensamientos solo es
posible si se conoce y se maneja el
lenguaje en el que nacimos. Nacer
en un lenguaje significa que todo
nuestro ser biológico y espiritual es
pronunciable en él y que, desde
nuestra experiencia particular y cul-
tural, nos acercamos a lo que nos ro-
dea de manera íntegra y segura en
nuestra lengua. En las páginas que
siguen dejamos nuestros propósitos,
ejercicios, actividades y escritos,
confiando en que, de alguna manera,
este cúmulo de voces encontradas
halle su camino hacia el entendi-
miento, y nos haga amar más nues-
tra lengua.
Enseñar dice Guy Claxton(1995:
213) ocurre cuando dos o más per-
sonas se juntan para que una(s)
aprendan de otra lo que sabe. El pro-
ceso no ocurre de manera que el
alumno se convierta en un continen-
te que tiene la necesidad de ser lle-
nado pues se halla vacío de todo sa-
ber. Antes bien, se propone, siendo
Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura
y escritura creativa 67
una búsqueda que lleva al aprendi-
zaje significativo, que los saberes
que la persona tiene ya consigo y
que ha ido construyendo desde el
momento de su nacimiento formen
la base para construir este aprendi-
zaje que de otra manera no tendría
lugar. La valoración y el respeto por
estos saberes es el punto de partida
para el desarrollo no solo del proce-
so de aprendizaje sino, a su vez, del
respeto y la valoración que el mismo
individuo debe darse a sí mismo.
Dice Claxton (1995) también que
el aprender requiere que el individuo
exprese sus necesidades y que no se
puede obligar a aprender porque solo
se conseguirá un aprendizaje mecáni-
co lleno de temores y de vacíos.
¿Cómo hacer de la situación de
enseñanza una acción creativa, crea-
dora, respetuosa de la individuali-
dad, que ayude a comunicarse y a
entender al otro y que, además, per-
mita el descubrimiento de las capa-
cidades creadoras del ser humano?
Nuestras preguntas de investigación
parten de esta pregunta inicial que
liga o establece una alianza entre el
proceso de enseñanza aprendizaje y
la capacidad de leer y comprender lo
leído y escribir proponiendo, me-
diante la ficción, mundos posibles y
transformaciones de realidades.
Esta tarea se desarrolló mediante
el diseño y ejecución de talleres de
lectura y escritura creativa, justa-
mente porque la palabra taller remi-
te, como bien se sabe, a “aprender
haciendo” y porque la participación
en el mismo implica un acto volun-
tario1, que tiene como bien natural
la creación de un espacio de solida-
ridad, cooperación y respeto que, a
su vez, promueve una disposición
del ánimo ideal para el ejercicio de
la lectura y la escritura creativa.
Esta apropiación de un “espacio”
no se refiere únicamente a un espacio
espiritual, que es por sí mismo una
búsqueda individual, sino a la apro-
piación de un espacio físico que por
lo general no es propicio para gene-
rar situaciones de comunicación ópti-
mas (como un salón de clase por
ejemplo, con todo lo que significa).
Explica Silvia Adela Kohan:
Un taller de escritura crea las condicio-
nes de producción para que eso sea posi-
ble.Como espacio activo, conjuga traba-
jo y placer, creación e intercambio.
Como fecundo territorio, por él transitan
Fátima Celis, Marlon Rivas y Adriano Camacho
68 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 67, 2013
1 Haciendo excepción de dos talleres: uno de narrativa y uno de poesía que constituyen
parte del pensum de la Escuela de Letras de la Universidad del Zulia pero que fueron
llevados a cabo con las mismas máximas de respeto por el proceso individual y único
de cada participante.
los temores, las emociones, las perversio-
nes, las pasiones, las creencias, las ilusio-
nes, desencadenantes del “deseo del tex-
to”. En él, esos textos únicos (como cada
persona lo es) encuentran el camino más
propicio para desarrollarse, gracias a las
incitaciones que reciben durante las se-
siones de taller. (2004: 15)
Los talleres de lectura y escritura
creativa, “Comprensión de cuentos”
y “El canto del poema”, animaron en
el participante la necesidad de cono-
cer formas para expresar lo sentido, y
hacen que pueda reconocer esto que
siente en lo que lee. Estos textos po-
drían causar adhesión o rechazo y
generar emociones diferentes relacio-
nadas con los sucesos leídos o la
anécdota narrada o simplemente no
tener ningún significado memorable
para el lector2. Sin embargo estas
lecturas conducen hacia un aumento
del vocabulario del lector que le per-
mite expresarse con propiedad y co-
municarse más efectivamente.
El taller produce en el partici-
pante el deseo de escribir, de mos-
trar su explicación del mundo me-
diante la experimentación con el
lenguaje, con las formas literarias,
las lecturas realizadas y el compar-
tir de sus escritos. También es pro-
picio para generar reflexiones acer-
ca del proceso de lectura y escritura
que le pertenece a cada individuo,
amén de, al ser un espacio de en-
cuentro, contribuir a proponer en
conjunto estrategias de trabajo y
técnicas de escritura.
Las lecturas, en la medida que
son interrogadas por los participan-
tes les revelan sus secretos: estructu-
ra, estrategias, manejos del tiempo,
espacio, formas de describir y cons-
truir personajes, imágenes, etcétera.
Al comenzar el análisis de un tex-
to nos encontramos con reflexiones
que se inician con las frases “me
gusta” y “no me gusta”. Esto se con-
sidera como válido al comenzar el
taller, pero se le pide al participante
que trate de explicar al grupo por
qué le gusta algo o por qué no le
gusta. Para vencer la timidez inicial
y la valoración negativa que suelen
hacer de sí mismos algunos partici-
pantes, se llega, comenzando el ta-
ller, a acuerdos de respeto y coope-
ración que permiten superar “el mie-
do a equivocarse o a hacer el ridícu-
lo” y ser capaces de comprender y
comentar las lecturas realizadas.
Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura
y escritura creativa 69
2 Por ejemplo, ante el cuento “La zarpa”, de José Emilio Pacheco (1977), la opinión ge-
neral en todos los talleres de narrativa es que su personaje principal, Zenobia, adolece
de un complejo de inferioridad que la lleva a tener sentimientos de envidia, egoísmo e
ira hacia su amiga de la infancia, Rosalba. A pesar de ser el personaje, también, una
víctima de la forma en la que las personas juzgan a otras personas no demuestran pie-
dad por el personaje y declaran que todo cuanto le sucede se lo merece.
El taller de lectura y escritura
creativa
¿Cómo funciona un taller? ¿Cómo
funciona un taller de lectura y escri-
tura creativa?
Ya anteriormente comentamos
que el trabajo del taller se hace desde
el “aprender haciendo”. Así la bús-
queda de la voz propia de los partici-
pantes se conduce hacia el comenta-
rio de textos de ficción y la escritura
a partir de consignas planificadas con
anterioridad. La planificación no
constituye un “corset” que deba se-
guirse de manera irrestricta sino que,
al presentarse situaciones que con-
duzcan hacia caminos más enrique-
cedores, es posible adentrarse en
nuevas propuestas, por supuesto sin
dejar de lado la primera propuesta o
primera consigna con la intención de
continuar en otra oportunidad. Apun-
ta Maite Alvarado lo siguiente:
Podríamos definir el taller de escritura como
una modalidad en la que se privilegia la
producción y en la que los textos produci-
dos son leídos y comentados por todos. La
modalidad de taller no está circunscripta a
una metodología en particular ni a la prácti-
ca con un tipo de discurso; no obstante, se
lo suele asociar con la escritura literaria,
quizá porque los primeros talleres – con ese
nombre – fueron “literarios”. Pero más allá
de cuáles sean los géneros con los que se
trabaje (literarios o no), la invención y la
experimentación tienen un lugar central en
un taller de escritura. (2009: 38)
La labor del taller es, pues, una “fa-
bricación” producto de la imaginación
y de la participación donde es vital es-
cribir, leer, comentar y compartir. No
se trata de una clase reglamentada con
exposiciones y pruebas, entrega de tra-
bajos y búsqueda de calificaciones,
sino de una elección regida por el de-
seo de expresarse mediante la escritura
y de liberar el espíritu de presiones que
buscan ser explicadas y trascendidas,
cosa que podría conseguirse con el
ejercicio creativo del lenguaje.
La consigna
Las consignas son propuestas de
escritura que conducen los ejercicios
hacia su realización de manera que
se constituyen en puntos de partida
para iniciar la narración o el poema
y propiciar ideas para los mismos.
Según Alvarado:
“Las consignas del taller plantean una exi-
gencia de descentramiento, de salirse del
lugar habitual para adoptar otro punto de
vista, una mirada más o menos extrañada
sobre el mundo y sobre el lenguaje. En
esta suspensión de las leyes que rigen la
cotidianidad, el trabajo de taller se aseme-
ja al juego.
Una de las claves del taller de escritura es
la correcta formulación de las consignas.
Como punto de partida la consigna conju-
ra el temor a la página en blanco, que es
un factor importante de inhibición: si no
hay un tema, un procedimiento, un tipo de
texto al que circunscribirse, las opciones
Fátima Celis, Marlon Rivas y Adriano Camacho
70 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 67, 2013
se multiplican hasta el infinito, y el efec-
to suele ser paradójico bloqueo de las
ideas, silencio, imposibilidad de escribir.
La consigna ciñe las opciones, puede
proponer la generación de un texto nuevo
o la transformación de uno ya existente,
puede pautar las operaciones a realizar o
simplemente fijar algunas características
del texto resultante” (2009: 39).
La escritura creativa
La escritura creativa promueve en
el individuo el ejercicio de la imagi-
nación y el conocimiento del len-
guaje con fines estéticos más allá de
generar información o de ser usado
para exponer alguna anécdota o su-
ceso de carácter también informati-
vo. Es así como a través de este des-
cubrimiento de formas para “decir”
el mundo a través de juegos con el
lenguaje y de formulación de ideas y
sentimientos, se es capaz de mos-
trarse a sí mismo en un proceso de
autodescubrimiento, de comunicarse
de manera más completa y también
de comprender más el entorno.
Asimismo, debido a su naturale-
za, se podría lograr una reconquista
de aquellos saberes adquiridos a tra-
vés de nuestra vida y la expresión de
los mismos a través del lenguaje.
Realidad y ficción no son dos “fenó-
menos” distantes entre sí, pues el
punto de partida de la ficción siem-
pre es una realidad no solo en cuan-
to a lo contado se refiere sino a seres
y cosas que partiendo de una reali-
dad compartida por todos los seres
humanos, se trasmutan en la ficción
hasta adquirir características y con-
diciones ajenas a su realidad pero
siempre considerando su existencia
comprobable en el mundo. Por
ejemplo como lo dice García Már-
quez (1993: 25-26) en “El olor de la
guayaba” cuando es interrogado por
Plinio Apuleyo acerca de la base
real de sus libros:
No hay en mis novelas una línea que no
esté basada en la realidad.-¿Estás seguro?
En Cien años de soledad ocurren cosas
bastante extraordinarias. Remedios la Bel-
la sube al cielo. Mariposas, amarillas re-
volotean en torno a Mauricio Babilo-
nia...-Todo ello tiene una base real.-Por
ejemplo...-Por ejemplo, Mauricio Babilo-
nia. A mi casa de Aracataca, cuando yo
tenía unos cinco años de edad, vino un día
un electricista para cambiar el contador.
Lo recuerdo como si fuera ayer porque
me fascinó la correa con que se amarraba
a los postes para no caerse. Volvió varias
veces. Una de ellas, encontré a mi abuela
tratando de espantar una mariposa con un
trapo y diciendo: «Siempre que este hom-
bre viene a casa se mete esa mariposa
amarilla.» Ese fue el embrión de Mauricio
Babilonia.-¿Y Remedios la Bella? ¿Cómo
se te ocurrió enviarla al cielo?-Inicialme-
nte había previsto que desapareciera cuan-
do estaba bordando en el corredor de la
casa con Rebeca y Amaranta. Pero este
recurso, casi cinematográfico, no me pare-
Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura
y escritura creativa 71
cía aceptable. Remedios se me iba a que-
dar de todas maneras por allí. Entonces
se me ocurrió hacerla subir al cielo en
cuerpo y alma ¿El hecho real? Una seño-
ra cuya nieta se había fugado en la ma-
drugada y que para ocultar esta fuga de-
cidió correr la voz de que su nieta se ha-
bía ido al cielo.-Has contado en alguna
parte que no fue fácil hacerla volar.-No,
no subía. Yo estaba desesperado porque
no había manera de hacerla subir. Un día,
pensando en este problema, salí al patio
de mi casa. Había mucho viento. Una ne-
gra muy grande y muy bella que venía a
lavar la ropa estaba tratando de tender sá-
banas en una cuerda. No podía, el viento
se las llevaba. Entonces tuve una ilumi-
nación. «Ya está», pensé. Remedios la
Bella necesitaba sábanas para subir al
cielo. En este caso, las sábanas eran el
elemento aportado por la realidad.
Este juego con la realidad, su
transformación, su conversión en li-
teratura acentúa y ejercita nuestra ca-
pacidad de observación y nos ayuda
a buscar soluciones creativas para
vencer algunos obstáculos de nuestra
existencia. Si bien no es cierto que el
ejercicio de la escritura creativa ga-
rantice, de alguna manera, esta supe-
ración, podría significar un buen
punto de apoyo para lograrlo.
Al “escribir creativamente” no se
supone que surjan de la nada anécdo-
tas, sucesos, personajes y objetos sino
que, desde la realidad de quien escri-
be, se reordenen en el texto de tal ma-
nera que se pueda llegar a crear otra
realidad que tendrá su existencia en
el lenguaje, en el arte. Así como
dice García Márquez (1993: 21): “la
imaginación no es sino un instru-
mento de elaboración de la realidad.
Pero la fuente de creación al fin y al
cabo es siempre la realidad”.
Estructura de los talleres
de lectura y escritura creativa
Talleres “Comprensión
y creación de cuentos”
El propósito de las sesiones del
taller de “Comprensión y Creación
de Cuentos” ha sido el de favorecer
los procesos de comprensión y crea-
ción de textos narrativos breves en
estudiantes universitarios. De igual
manera, el taller fomentó a través
del ejercicio simultáneo de los pro-
cesos de la lectura y la escritura que
sus participantes se conocieran a sí
mismos, reconocieran sus capacida-
des e intereses, pero también aquello
que los rodea.
La metodología que viabilizó el
taller se sostiene en la concepción
de aprender haciendo. Los partici-
pantes en un ambiente horizontal te-
nían la posibilidad de expresar sus
ideas, escuchar las opiniones de los
demás, reconocer y aprovechar sus
pre-concepciones y prácticas previas
en torno a la comprensión y crea-
ción de textos narrativos breves,
pero también aquellas igualmente
Fátima Celis, Marlon Rivas y Adriano Camacho
72 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 67, 2013
válidas que descubrían y exponían
sus compañeros del taller.
Para ello se favoreció el diálogo
bidireccional, el respeto a las ideas y
concepciones de los demás, y la
ejercitación en la creación de textos
narrativos mediante consignas de es-
critura creativa que buscaban orien-
tar y guiar al participante acerca de
algunas ideas para iniciar sus cuen-
tos y olvidar el temor a la página en
blanco.
Contenidos del taller
“Comprensión y creación
de cuentos”
1. La lectura y la lectura literaria
Leemos todo tipo de textos y con
muchas intenciones diferentes: para
encontrar una dirección, seguir una
receta, diseñar una propuesta, seguir
instrucciones para armar un mueble
o tomar una medicina por ejemplo.
Vivimos rodeados de textos escritos.
La lectura literaria, sin embargo, nos
conduce hacia otros ámbitos relacio-
nados con la ficción, con la imagi-
nación. De ahí que leer y leer litera-
tura se diferencien en cuanto a que
la segunda te invita a visitar lugares
diferentes, no conocidos, a pertene-
cer a mundos insólitos, donde se
puede abrir espacios posibles dentro
de sí mismo que perciben lo irreal,
lo sensorial y descubren lógicas que
retan el sentido común.
Asimismo la literatura surge de
situaciones ordinarias, para crear
situaciones extraordinarias, desen-
cajadas, sacadas de lugar, hasta tal
punto que esas otras lecturas de re-
cetas e instrucciones logran entre-
garse a una lógica diferente y pro-
ponen una realidad distinta a la que
vivimos.
2. La escritura y la escritura
literaria
Escribimos para completar una
tarea de la escuela, para dejar una
nota, un saludo o un adiós. También
para recordar algo que no queremos
olvidar y para entregar un informe,
hacer una tesis, escribir una carta a
alguien que está lejos (ahora lo ha-
cemos por los correos electrónicos o
los mensajes de texto, aunque en al-
guna parte alguien seguirá escribien-
do cartas en papel y con tinta). Es-
cribimos para hacer una lista de
compras, contar un suceso o expre-
sar lo que sentimos...
La escritura literaria hace todo
eso y más. Expresa lo que senti-
mos, lo que deseamos y cómo qui-
siéramos que fuesen las cosas.
Muestra una explicación del mundo
en un orden que cambia según cada
autor, cada mirada. Nos revela a
nosotros mismos frente a un espejo
que nace de nuestra lengua y nues-
tro ser. Y ese espejo recorre el
mundo entero y encuentra reflejos
Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura
y escritura creativa 73
distantes y a la vez tan parecidos.
Escribimos por necesidad de ser, por
expresarnos, por jugar, por leer algo
que no está escrito. Por amor a las
palabras.
3. Proceso de escritura creativa
¿Qué hacemos cuando estamos
escribiendo? ¿Qué es escribir creati-
vamente? Algunas personas que es-
criben dicen que al ver algo: una
flor, una persona, una situación o al
sentir un aroma o un sabor, o al sen-
tirse tristes o muy alegres, sienten
también la necesidad de decirlo, de
escribirlo. Pero como lo que sienten
es tan poderoso, no basta con decir
de manera pura y dura “sentí que
olía a naranjas” o “vi un paisaje bo-
nito”, sino que deben buscar las pa-
labras que les ayuden a describir, a
mostrar lo mejor posible aquello que
han sentido para que otros puedan
no sólo entenderlo sino sentirlo tam-
bién. Esta experiencia, que los parti-
cipantes han vivido, revela un mun-
do unido por las invisibles redes del
sentir, se hace presente a través de
las palabras.
4. La narración y el cuento breve:
Estructura
La narración es un arte, una pasión
por contar, por querer empezar y no
acabar un texto que expone una expe-
riencia, el susurro de una puerta que
se abre o un sol que acaricia tanto al
cielo como los árboles. Es una invi-
tación la propuesta de múltiples
mundos, pero también implica un
momento de reflexión y de encuen-
tro con la historia o el sentimiento
concreto que busca expresar alguien
durante su proceso escriturario. Así
inicia una narración, con deseo pero
también con reflexión para mostrar
con imágenes hechas palabras un
universo válido entre tantos. La es-
tructura de un cuento no se traduce
únicamente a un inicio, desarrollo y
desenlace,implica un orden interno,
una unidad narrativa, un lugar para
dibujar el ambiente, el personaje y
situar la acción, un momento para
proponer la intensidad de un hecho,
un espacio en la página para resol-
ver el conflicto o para dejar en intri-
ga a un lector que esperaba verlo
todo. Un cuento puede empezar por
el final y terminar en el principio.
Entonces, estamos ante una estruc-
tura flexible, pero no insostenible.
5. El personaje en el cuento
El personaje en el cuento puede
ser cualquier cosa. Así de maravi-
llosa es la imaginación y así de
dúctil es el lenguaje. Puede ser un
hombre o una mujer, viejos o jóve-
nes o niños, puede ser un zapato,
un sillón, un genio encerrado en
una lámpara, puede ser ave o una
tortuga, un árbol, incluso un cami-
Fátima Celis, Marlon Rivas y Adriano Camacho
74 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 67, 2013
no, un burro o una lagartija. Tantos
como seres y cosas existen en el
mundo. Pero el personaje en el
cuento debe hacer algo y pasarle
algo, no necesariamente una heca-
tombe pero sí algo que para él es
importante, a veces vital. Puede que
no le pase nada y eso sea lo que le
pase. Una cosa que le puede pasar a
un personaje, por ejemplo, es perder
su sombra como al pobre señor Pe-
ter Schlemihl que por ambicioso se
desprendió de su sombra y durante
toda la narración estuvo tratando de
recuperarla. A los personajes se los
lleva de la mano a través de la narra-
ción, piensan y sienten según sus
necesidades y sus búsquedas, tienen
un carácter, una forma de ser y de
verse, tienen sus gustos y sus deseos
particulares.
Talleres
El canto del poema
El propósito de las sesiones del
taller “El canto del poema” ha sido
el de disfrutar, en primer lugar, de
lecturas que pudieran dejarnos co-
nocer lo que podría ser la poesía,
no como escritura sino como una
vivencia espiritual, personal e ilu-
minadora.
Al formar esta “comunidad” de
lectores es posible aprender de las
visiones y opiniones de los otros so-
bre cómo se puede ver el mundo y
explicarlo a través de las palabras
que hacen el poema, e intentar sim-
plemente escribir nuestros poemas,
nuestra explicación del mundo.
En segundo lugar, escribir y
compartir lo escrito con personas
que se encuentran en una búsqueda
similar y, conocer mediante comen-
tarios y opiniones cómo se va avan-
zando en la escritura. Al mismo
tiempo se escuchan sugerencias,
que podrían o no ser tomadas en
cuenta por el participante, quien
lleva a la lectura común sus poe-
mas, porque algunas veces no con-
viene al poema que se entrega lo
que el otro nos sugiera.
Se trabajó en un ambiente de respe-
to, generando poco a poco la confianza
suficiente como para expresarse de
manera franca, siempre con cordiali-
dad. La forma de trabajo del taller es la
de “aprender haciendo”, como apren-
dices que estudian la labor escogida
ejercitándose en ella y volviéndose un
día “maestros”. Una parte de ese
aprendizaje está en el taller, lo que si-
gue es asunto de los deseos y vocacio-
nes de cada participante. Se hicieron
lecturas y se propusieron consignas de
escritura creativa para orientar al parti-
cipante hacia la búsqueda de su poema
y que no sintiera tanto la soledad de la
página en blanco.
Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura
y escritura creativa 75
Contenidos del taller “El canto del
poema”
1. El poema
El poema es la voz del sentimien-
to, la música del lenguaje expresan-
do los pensamientos también. Cuan-
do hacemos un poema podríamos
hablar del viento, del aire, de cual-
quier cosa grande o pequeña que se
vuelve singular y única para noso-
tros; podríamos hablar incluso de
una pequeña parte de ella pero siem-
pre desde lo que sentimos.
El poema vive en la meditación,
en el ensueño, vive en un particula-
rísimo orden del lenguaje, por eso
no es que escribimos unas palabras
y ya son un poema. Hay que sentirlo
y conocer las palabras como amigas
antiguas y nobles que viajan dentro
de nosotros a través de los años y
nos muestran el mundo y a nosotros
mismos. De estar atentos a la vida y
al mundo nace el poema, pero no de
obligarse a estar atentos sino de
ejercitarse en estarlo. Un poema
puede ser una iluminación (el sato-
ri), algo que no sabemos cómo vino
a tocar nuestro espíritu y pide ser
trasladado a palabras, pero hay que
conocer bien las palabras y darles su
justo lugar para que en el nacimien-
to de este poema que escribimos
nazca el poema que lee el lector.
2. La imagen
¿Cómo es posible que puedan
hacerse imágenes con palabras?
¿Cómo es que en un poema pode-
mos encontrar estas imágenes mos-
tradas de tal manera que podemos
percibirlas como si viésemos frente
todo lo que muestran? Las podero-
sas imágenes del poema hacen que
confluyan como los afluentes de un
río muchas cosas a la vez: colores,
formas, sentimientos, aromas, tex-
turas y también nos muestran de-
seos y sensaciones que el escritor o
escritora quisiera que conociéramos
como ellos las conocen. Miguel
Hernández (1949: 97), por ejemplo,
dice en un verso de un bellísimo
poema “tu corazón una naranja he-
lada”, podemos sentir con él la du-
reza de un amor no correspondido,
indiferente. Todo esto a través de
las palabras, buscando en el lengua-
je el cómo decir lo que se siente.
Entonces en el poema hay condi-
ciones y cosas que no tienen apego
en la vida encuentran ese apego,
como la naranja y el corazón, por
ejemplo. Además de la dureza ex-
trema y la frialdad que muestra.
García Lorca nos dice en Canción
de jinete “¡Qué perfume de flor de
cuchillo!” Un cuchillo que es una
flor, que es un cuchillo.
Fátima Celis, Marlon Rivas y Adriano Camacho
76 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 67, 2013
3. La metáfora
La metáfora hace la imagen posi-
ble en el poema. Hace que dos o
más seres o cosas sean tan parecidos
que se vuelvan uno solo. Lo mismo
ocurre con los sentimientos y los ob-
jetos o la naturaleza.
Va más allá siempre, y nos mues-
tra, fidedigna, la imagen de todo el
mundo que nos rodea. Por causa de
ella, hay árboles pájaros, lunas de
pergamino, y cielos florecidos, y
tantas otras cosas más.
La metáfora acerca, corrige dis-
tancias, crea puentes, lazos, estable-
ce íntimas cercanías y juega en el
infinito de las palabras a acariciar-
las, conjugarlas, conjurarlas y con-
vertirlas en sitios, casas, amores,
animales maleables, diferentes e
iguales al mismo tiempo.
Por ser capaz de crear esta cerca-
nía de las cosas y sentimientos en el
mundo, sin importar las distancias
sino aboliéndolas, construyendo las
semejanzas; la metáfora nos permite
mostrar con más carácter y atrevi-
miento lo que queremos entregar al
otro, el que lee y siente con nosotros.
4. El lenguaje, el ritmo
El ritmo es el movimiento, es la
cadencia del poema. El encuentro en-
tre pausas, palabras y seres nombra-
dos. La danza del lenguaje que nos
muestra su vaivén en el ir y venir de
los versos. Antes el ritmo era medido.
Tenía que ver con la métrica y a los
versos se les llamaba rimados. Esto
estaba bien porque las palabras se
unían para crear la música del poe-
ma. Aún ahora estos versos rimados
nos dejan sentir su música. También
existen los versos libres y buscan,
desde su sonoridad en las palabras,
compañeros que les ayuden a crear
ese movimiento, ese ritmo. Ellos se
mecen en las palabras y se abando-
nan a la música. Nos muestran sus
andares, pareceres y sentires transi-
tando por el ritmo a su aire.
5. El lenguaje, la síntesis
Muchas veces hemos leído poe-
mas que tienen apenas cuatro versos
o dos versos como este haiku de
Basho: “Este camino/ Ya nadie lo re-
corre/ Salvo el crepúsculo”. La sínte-
sis es un todo que generosamente
muestra sus partes más vitales sin di-
vidirse. En el poema, la síntesis se
muestra como si las palabras se abra-
zaran hasta tal punto, que del abrazo
nos queda un espacio mínimo que se
amplía al contacto con los ojos del
lector y estalla en miríadas de estre-
llas, que son las imágenes, según el
que lea. Es decir que nos permite re-
correr lentamente los caminos que
conocemos y al calor de latarde que
se va, embargarnos del color rosado
y naranja del horizonte. Muchas ve-
ces hemos leído poemas escritos con
numerosos versos como por ejemplo
Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura
y escritura creativa 77
Primero Sueño de Sor Juana Inés de
la Cruz. Sin embargo en este poema
aun la síntesis ajusta, ciñe y propone
una imagen de imágenes, pensamien-
tos, sentimientos, ideas y… sueños.
La síntesis, finalmente, nos ofrece de
manera única, singular, una especie
de perfume donde todos los aromas
posibles forman una tonalidad, un
canto de diversas melodías, depende
del lector acogerlo.
Sesiones de los talleres
“Comprensión y creación de
cuentos” y “El canto del poema”
Las sesiones que se exponen a
continuación son una muestra de los
talleres “Comprensión y creación de
cuentos” y “El canto del poema”, en
las cuales la modalidad de “salón de
clase” fue sustituida por un espacio
donde prevaleció la lectura plural y
la escritura libre. Durante cada se-
sión del taller, los participantes te-
nían responsabilidades claves: leer,
comentar, producir y exponer sus
escritos, todo lo anterior dentro de
una atmósfera de aciertos y dificul-
tades que generó la posibilidad de
desarrollar en ellos su proceso de es-
critura creativa.
Nuestras sesiones de taller se
convirtieron en un espacio de refle-
xión, donde los participantes tenían
la posibilidad de escuchar las suge-
rencias de los facilitadores acerca
de sus productos, un encuentro con
la lectura de cuentos y poemas, un
lugar para comentar los textos leí-
dos, para disertar sobre temas pro-
pios de la literatura, pero también
un ambiente para crear, desde la
propuesta de una consigna, textos
originales.
En cada sesión de los talleres pu-
dimos viajar, soñar, reír, llorar, sen-
tir, recrear, recordar, disfrutar... todo
aquello que la lectura y la escritura
de textos literarios provocaba.
Estas sesiones son presentadas en
número de cinco por taller, sin embar-
go cada sesión comprende muchas
más horas y no hacen referencia a un
solo día de trabajo. Por ejemplo la te-
mática de una de las sesiones se ex-
tendió a varios días durante los talle-
res. Las temáticas trabajadas siguen
los contenidos presentados con ante-
rioridad en este libro, pero de ninguna
manera se volvieron “camisas de
fuerza” que sujetaran a los participan-
tes a líneas preestablecidas de trabajo.
Finalmente, se trata de crear libre-
mente y de adueñarse del instrumento
con el que se crea: el lenguaje.
Comprensión y creación
de cuentos
Sesión I. Proceso de lectura
y proceso de lectura literaria
Con la primera sesión del taller de
“Comprensión y Creación de cuen-
tos”, los participantes a través de la
Fátima Celis, Marlon Rivas y Adriano Camacho
78 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 67, 2013
lectura, experimentaron nuevos sen-
timientos, descubrieron olores, se
trasladaron a lugares desconocidos y
se relacionaron con otras personas.
Durante esta sesión tuvieron la posi-
bilidad de compartir lecturas de tex-
tos no literarios y literarios, que les
permitió identificar sus diferencias
en cuanto a estructura, uso de la pa-
labra, cómo decir las cosas, qué de-
cir y para qué escribir. Entonces, su
lectura del mundo, la lectura de la
palabra, la puesta en común de apre-
ciaciones entre lo literario y lo no li-
terario pero además las orientacio-
nes de los facilitadores, permitieron
elaborar conclusiones finales por
participante sobre el tema comparti-
do. Con el transcurrir de la sesión se
evidenciaron fortalezas y debilida-
des en torno a la comprensión de
textos que sirvieron de ayuda a los
facilitadores para la selección de las
lecturas y propuestas de consignas
en las sesiones siguientes. La lectura
en voz alta, el diálogo y el debate
fueron suficientes para invitar a los
participantes a conocerse a sí mis-
mos, a tener una mirada distinta ante
la vida, a experimentar sensaciones
y descubrir objetos fuera de lo co-
mún, es decir, a formar parte del rei-
no de lo narrable.
Sesión 2. La escritura y la
escritura literaria
La escritura es uno de los domi-
nios de la lengua más difícil de ad-
quirir y ejercer con maestría, ya nos
decía Vigotsky (1993) que se trata
de la forma más elaborada, más ex-
plícita, más exacta, más reflexiva y
más compleja del lenguaje, y a esto
habría que añadir que las múltiples
formas en las que vivimos el lengua-
je nunca dejan de ser completamen-
te aprendidas.
La escritura literaria en este ta-
ller, como uso peculiarísimo del len-
guaje, involucró un largo proceso de
ensayo y error, es decir, un prolon-
gado viaje de formación para adqui-
rir el arte de escribir ficción; García
Márquez nos ha dicho en múltiples
ocasiones que nadie enseña a escri-
bir salvo los buenos libros leídos
con la aptitud y la vocación alertas.
En esta sesión no sólo se trató de
leer, también se involucró el cultivo
de la sensibilidad, la capacidad de
observación y altas dosis de indaga-
ción de cada participante, en la que
la especulación fue una forma válida
de construir ficción; pero no sólo se
trata de lo precedente, la escritura li-
teraria demanda humildad para reco-
nocer los aciertos y limitaciones del
propio escritor o artista.
Sesión 3. Proceso de escritura
creativa
Jorge Amado decía que su obra no
era otra cosa que la representación de
su Bahía natal. Los participantes en
esta sesión intentaron escribir de una
Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura
y escritura creativa 79
manera que calificamos de “creati-
va” y que precisó que se soltaran,
que jugaran a ser libres por un mo-
mento para construir universos alter-
nos al propio, o por lo menos que se
le parecieran lejanamente. Amado
en sus novelas explotó el rico imagi-
nario de su Bahía, en la que encon-
tró un sinnúmero de historias y per-
sonajes dignos de preservarse en la
literatura; pero esto no es del todo
cierto para nosotros ya que los parti-
cipantes pudieron tomar parte de sus
motivos de la realidad circundante,
sin embargo, al transponerlos a la
escritura literaria necesariamente los
transformaron gracias a la pulsión
del lenguaje y su poder de traduc-
ción y transformación.
Bajo el rótulo de ‘escritura creati-
va’ existen innumerables propuestas
de escritura, no obstante se trató de
un proceso en el que quien escribió
pudo aprovechar toda su capacidad
expresiva a efectos de crear un nom-
bre propio que designó su mundo,
sus demonios y obsesiones, y en la
medida que se logró ese encuentro
con una palabra propia, pudimos de-
cir que se inauguró o atisbó un nue-
vo mundo.
Sesión 4. La narración y el cuento
breve. Estructura
En esta sesión se buscó que los
participantes descubrieran mediante
la lectura el arte de narrar, las distin-
tas maneras de comenzar, desarro-
llar y finalizar un cuento, pero más
allá de eso, experimentar lo mágico
en ellos, hasta tal punto de poder
respirar el perfume de una naranja
desgajada. En el transcurrir de la se-
sión se sensibilizó en el aprecio y
valoración del cuento como texto li-
terario con forma, estilo, presencia y
estructura.
Gracias a la lectura de cuentos de
horror, misterio, amor, erotismo y
otros, el participante evidenció los
cambios temporales, las descripcio-
nes de espacios y personajes. El jue-
go con las palabras evocó constante-
mente en los lectores especies de fo-
togramas unidos por un fino hilo
para contar algo o para dejar algo
por descubrir.
Se experimentó también con la
escritura creativa y en principio se
elaboraron por separado inicios, de-
senlaces y finales. A modo de ejem-
plo, los participantes seleccionaban
de varios desenlaces mostrados el
más adecuado para narrar el desa-
rrollo y final de un cuento con un ar-
gumento dado. Finalmente, el uso
de las caricaturas y otras propuestas
invitaron a elaborar cuentos origina-
les desde la óptica de imágenes que
dicen algo.
Sesión 5. El personaje en el cuento
¿Quién es, qué hace, qué dice,
qué piensa, a dónde va?, y otras res-
Fátima Celis, Marlon Rivas y Adriano Camacho80 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 67, 2013
puestas a preguntas similares fueron
el comienzo para que el participante
del taller se iniciara en la descrip-
ción del personaje de un cuento. Du-
rante la desencadena acciones y si-
tuaciones acompañado de un tiempo
y un espacio. El personaje dejó de
ser sólo una persona, “María, el Sr.
Luis o el ama de llaves Jimena”,
para ser ahora, un árbol tendido cu-
yas raíces reclaman asistencia, una
tabla que lucha contra la corriente
de un río o una lámpara que está
cansada de ser frotada.
Mirar al personaje desde distintos
planos, sentirlo, tocar lo que él toca,
pero también experimentar sus sen-
saciones dieron pie para que el talle-
rista pudiera configurar los persona-
jes de sus cuentos, llevándolos de la
mano durante sus narraciones para
contemplar sus necesidades, su ca-
rácter, sus gustos, disgustos y su for-
ma de ver las cosas.
Las consignas fueron varias,
pero recordamos la descripción de
un personaje desde su quietud, bajo
una luz imponente, en la oscuridad,
de perfil, en movimiento… de tal
manera que el tallerista dibujó con
palabras a un representante de su
cuento.
El canto del poema
Sesión 1. El poema y su lectura
En primer lugar se comentó cuál
sería el funcionamiento del taller de
poesía, se llegó a acuerdos basados
en la atención, el respeto y la coope-
ración, es decir, cada participante
del grupo se comprometió con el
resto del grupo a hacer críticas cons-
tructivas, y aceptar las sugerencias
siempre que fuesen pertinentes para
su proceso.
La primera sesión del taller de
poesía consistió en opinar cómo
concebimos la poesía, y qué es para
nosotros el poema. La poesía, se
dijo, es una forma de vivir, de acer-
carse a la vida y al mundo y el poe-
ma es la expresión escrita de esa
elección acordando con Maritain
(2004: 31), que “la poesía es la vida
secreta de todas y cada una de las
artes”.
Se comparó el cuento con el poe-
ma diciendo que en el primero, se
cuenta una historia y el segundo es
más una especie de imagen que
oculta un sentimiento o una sensa-
ción. Asimismo, cada participante
dijo cuáles eran sus lecturas y qué
poetas le gustaría leer, así como ex-
presaron sus creencias y deseos con
relación a la escritura.
Sesión 2. La imagen
El quehacer con la imagen en el
taller se ha realizado a todo lo largo
de las sesiones. Considerando desde
el más humilde de los objetos hasta
la más brillante y esplendorosa figu-
ra; todo en el mundo está hecho, re-
presentado con imágenes. Se co-
Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura
y escritura creativa 81
mentó cómo, en el proceso escritu-
rario de cada persona, la imagen
puede ser la desencadenadora del
poema y cómo también en el poema
se descubren las imágenes a través
de las palabras. Se le pidió a los par-
ticipantes llevar a cabo un “diario de
imágenes” que contuviera todo
aquello que durante el día se hubiese
podido ver o sentir desde objetos:
flores, una taza de café, un niño, un
abuelo o abuela, una arruga, una
brizna de hierba o una hoja, una fo-
tografía, tratar de escribir por ejem-
plo la imagen del olor del mango si
es eso lo que han encontrado.
Cada uno llevó su cuaderno no
sólo con textos escritos sino con
parte de las cosas que les llamaron
la atención pegadas a las hojas, así
construyeron una especie de geogra-
fía hecha de alas de libélulas, hojas,
paletas de helado y otras cosas y co-
menzaron a reunir un reservorio de
palabras, versos, poemas.
Sesión 3. La metáfora
Se leyeron y comentaron poemas
de Federico García Lorca, Ramón
Palomares, Eugenio Montejo, entre
otros, pues cada participante del ta-
ller llevó y compartió la lectura de
los poemas que deseaba leer. Los co-
mentarios no son para hacer crítica,
son para hablar de lo que se siente al
leer estos poemas. Son para tener la
oportunidad de decir qué les gusta y
por qué les gusta y recorrer, en la
lectura, el universo de metáforas
presentes en estos poemas. Se hizo
un inventario de metáforas donde se
destacaban seres y objetos significa-
tivamente distantes entre sí, comen-
tando cómo la literatura es el lugar
donde pueden estar unidas palabras
que nombran cosas aparentemente
diferentes, para formar una sola
imagen que pueda expresar más cer-
teramente lo sentido. Todo esto nos
mostró, en el poema, silencios, no-
ches, amor u odio, tristeza o alegría.
Por ejemplo, a partir de Preciosa y
el aire: su luna de pergamino/ pre-
ciosa tocando viene/por un anfibio
sendero/de cristales y laureles; se
propuso escribir un poema seleccio-
nando metáforas del libro de imáge-
nes que expresara el sentir de cada
participante.
Sesión 4. El lenguaje, el ritmo
Para sentir el ritmo del poema se
leyó en voz alta, primero poemas ri-
mados, conociendo el canto del poe-
ma formado por palabras como si
fuera una escalera o un subibaja. La
lectura, por supuesto, fue traída por
cada uno de los participantes, esco-
gida entre las lecturas que más les
agradan o en las que encuentran un
poco de sí mismos.
En segundo lugar, leímos poemas
con otro ritmo, cuya cadencia, sono-
ridad y movimiento están en conjun-
ción con lo expresado. Se trató de
“leer con todo el cuerpo” pues esa
Fátima Celis, Marlon Rivas y Adriano Camacho
82 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 67, 2013
musicalidad del lenguaje retumba en
todos como un eco.
Una lectura en voz alta individual
y luego una lectura de algunos poe-
mas formando un coro.
De varios sobres cada uno extrajo
palabras: sustantivos, adjetivos, ver-
bos… y a partir de esas palabras in-
tercambiables, recolectadas, se escri-
bieron poemas buscando la sonori-
dad del lenguaje dentro de una lógica
poética que permite el encuentro de
seres y cosas de naturaleza diferente.
Sesión 5. El lenguaje, la síntesis
Como la síntesis tiene que ver
con la mirada que encuentra y esco-
ge los detalles del todo, con encon-
trar en la brevedad muchísimas co-
sas; se leyeron poemas tanto breves
como largos, se descubrió en cada
verso, en las metáforas, en las imá-
genes logradas, en los instantes
mostrados, en los momentos casi
imperceptibles, todo un mundo re-
velado que el lector amplía desde su
imaginación cubriéndolo de formas,
reconstruyéndolo según su mirada.
Se leyó Estudio de dos peras y
trece maneras de contemplar un
mirlo de Wallace Stevens, comen-
tando como un solo ser o cosa puede
ser “mirado” y sentido de manera
diferente, desde varias dimensiones
y, en consecuencia, nombrado.
Los participantes llevaron cada
uno una fruta: pera, mango, melón,
durazno, mandarina, guineo, hubo
quien llevó un tomate; escogieron
una fruta y se les pidió escribir cin-
co o seis variaciones brevísimas
acerca de cómo puede verse esta
fruta de manera diferente.
Conclusiones
Según menciona Silvia Adela
Kohan (2004: 20): “El trabajo del
taller tiene unas bases y unos proce-
dimientos comunes a todas sus op-
ciones. Es decir, si bien se hace más
hincapié en una variante, todas están
ligadas en mayor o menor propor-
ción, de una u otra forma a las líneas
básicas del método”.
Entre esas opciones la autora
nombra: creativa y de ficción, peda-
gógica, comunicativa y, finalmente,
terapéutica. Es cierto que en un ta-
ller de lectura y escritura creativa
encontramos estas opciones íntima-
mente entrelazadas y, por supuesto,
para cada participante se presentan
en tiempos diferentes que dependen
de la forma en la que la persona vive
el proceso. En los talleres llevados a
cabo, la opción “creativa y de fic-
ción” se produjo a partir de un pro-
ceso de sensibilización donde los
sentidos se vuelven ventanas “abier-
tas” al mundo, aunque no las únicas
ventanas que podría poseer un ser
humano. Se tomó en cuenta el traba-
jo de la imaginación y se desarrolla-
ron de manera “hiperbólica” las po-
Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura
y escritura creativa 83
sibilidades literarias de cada objeto,
sensación, lugar y persona en el
mundo. Se comentó acerca del len-
guaje y se declaró posesión inaliena-
ble de cadauno de los participantes
y del grupo, cosa que les llevó a
sentirse más cerca mismo y con más
confianza acerca de su uso.
En cuanto a la opción “pedagógi-
ca”, en nuestros talleres pudimos
observar los avances de los partici-
pantes con respecto al manejo de
vocabulario, estructuras narrativas,
elaboración de imágenes, todo ello
con la comprensión de que es posi-
ble disfrutar desde la escritura y al
mismo tiempo conocer el funciona-
miento de su lengua.
En cuanto a la opción “comunica-
tiva”, se descubrió la capacidad para
expresar lo que se siente de manera
más completa, en algunos casos, en
otros mejorar esta capacidad y en al-
gunos explorarla desde una timidez
aguda y temerosa pero deseosa de
comunicarse. Esto no solo se pudo
observar, en lo que respecta al taller,
a la escritura o a los comentarios
acerca de las lecturas, sino también
con respecto a conversaciones y tex-
tos escritos con otro propósito.
Con respecto a la opción “terapéu-
tica”, aunque no fue nuestro propósi-
to realizar talleres terapéuticos a par-
tir de la escritura, observamos que
los participantes consideraron el es-
pacio y tiempo dedicado a los talle-
res como una zona de autodescubri-
miento y de paz, donde los ejercicios
de lectura y escritura propuestos fue-
ron útiles para desinhibirse, deslas-
trarse y comprenderse a sí mismos
–en gran parte- y a su entorno.
Imaginación e invención forman
parte del reservorio intelectual del
ser humano. Su reconocimiento
como tal parece ser, a veces, mera-
mente académico, aunque su valora-
ción en este ámbito parece estar en
una escala muy baja. No se espera
del individuo que invente sino que
“aprenda” de lo ya inventado y lo
mantenga en ese estado.
Los talleres de lectura y escritura
creativa le permitieron a los grupos
de trabajo expresar lo que sienten,
descubrir en el lenguaje las posibili-
dades del decir y también, cosa muy
importante, descubrirse a sí mismo
como seres creadores, capaces de
imaginar e inventar el mundo en el
que viven sin por esto ignorar el
mundo que les rodea.
Dice Antonio Muñoz Molina:
A medida que crecemos y que empiezan
a adiestrarnos para el trabajo, para la
mansedumbre, y para la infelicidad, el
hábito de la imaginación se vuelve peli-
groso o inútil, y sin darnos cuenta lo va-
mos perdiendo, (…) porque hay una de-
terminada y eficacísima presión social
para que no nos convirtamos en seres sa-
ludables y felices, sino en súbditos dóci-
les, en empleados productivos, en lo que
antes se decía hombres de provecho
(2008: 16-17).
Fátima Celis, Marlon Rivas y Adriano Camacho
84 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 67, 2013
Este proceso de des-imaginación
se convierte en un peso que debe ser
aliviado en el individuo cosa que se
pudo lograr hasta cierto punto en los
talleres desarrollados y le brindó a
los participantes la posibilidad –de-
pende de ellos el perpetuarla- de
creer en sí mismos y en su propuesta
o en su teoría de vida, ya que “la
imaginación es muy fuerte y tarda
en ser vencida” (Ob. Cit.: 17)
En las opiniones y comentarios re-
cogidos al finalizar la experiencias en-
contramos interesantes referencias al
proceso y opiniones relacionadas con
las literatura. Queremos mostrar, para
finalizar, algunas de estas reflexiones3:
Un texto no literario informa con preci-
sión, con veracidad y da por sentado he-
chos. Un texto literario dice y más allá,
sugiere. Un texto no literario muestra y
demuestra. Un texto literario muestra y
deja al aire. Un texto no literario usa las
palabras como instrumentos de informa-
ción, literalmente. Un texto literario usa
metáforas, sentido figurado, que dan al
lector herramientas para pensar e imagi-
nar. Un texto no literario nos habla de
este mundo tal cual es. Un texto literario
nos brinda la posibilidad de hablar de
este mundo y de crear mundos posibles.
(M. Q.)
Aunque existen normas, categorías, figu-
ras y formas de identificar el texto litera-
rio, creo que la distinción última la hace
el lector del texto. Para un lector, el texto
es literario si lo evoca a otros mundos,
imaginados por el autor del texto o por el
lector. Por ejemplo, la noticia que discu-
timos sobre el zapato más antiguo del
mundo se puede etiquetar como “texto no
literario”, pero en la medida que el lector
imagina al homo sapiens más preocupa-
do por el confort que por su existencia
-tanto así que inventa un zapato histórico
para la comodidad de su pie antes que
pensar el origen de su creación- el texto
se torna irónico, inteligente, representa
otro discurso en la mente del lector y se
vuelve relevante. Se puede leer, verdade-
ramente leer, cualquier texto desde una
óptica literaria, pero siempre desde una
lectura personal (J.T.).
La literatura para mí es una forma de li-
berarme de mi misma y conocer otras co-
sas, otros pensamientos, es una forma de
verme a mí misma en otros cuerpos, otras
circunstancias, la literatura es la única
capaz de trasladarme, de enamorarme sin
ningún tipo de rencor. (La experiencia
del taller) Me ha permitido retomar auto-
res que ya conocía y conocer nuevos,
también la idea de hacer una antología en
este taller II, me parece excelente ya que
no sólo queda el registro de las lecturas,
Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura
y escritura creativa 85
3 Estas reflexiones provienen de un cuestionario con preguntas relacionadas con la expe-
riencia de los talleres. Estarán señalados con las iniciales de los participantes.
sino que nos permite ir teniendo un mapa
de nuestras búsquedas. (M. M.)
El taller de escritura creativa marcó un an-
tes y un después en mi vida. Cuando digo
un antes y un después, me refiero a la
transformación, de una alumna que no
mostraba nada de lo que escribía, porque
respuestas como: “eso es de locos”, me ha-
bían dicho muchas veces, lograron que por
mucho tiempo, perdiera el horizonte de mi
vida. A ser una alumna, más segura de sí
misma, que valora la literatura y todo
aquello que requiera esfuerzo y disciplina.
En mi mente tenía varias historias, incluso
dos de ellas las habían escrito en mi cua-
derno, pero nunca se las había mostrado a
nadie, porque solamente eran algunos epi-
sodios de mi vida que no pensaba que ser-
virían para reescribirlos y por supuesto,
transformarlos. A partir estas dos historias
logré crear otras. Sin embargo todo lo que
entregué en el taller son historias inventa-
das, pero con algún tema de la realidad.
Considero que lo que más me costó fue
crear historias irónicas con respecto a la re-
ligión, aunque cuando hice el cuento de
una monja diabólica, no me costó tanto, es
más me atrevería a decir que la historia se
dio por sí sola, es más, es inventada y
cuando la hice me imaginé que era real y
cree que si se lee y analiza parece real. Me
gustó el taller porque tuve la oportunidad
de mostrar las historias que ya tenía y
otras nuevas ¡gracias! (L. M.)
No es posible colocar aquí todas
las opiniones y reflexiones de los
participantes de los talleres, solo de-
seábamos que fuese posible mostrar
las voces de algunos de los partici-
pantes de los talleres de narrativa y
poesía, entendiendo que sin sus pa-
labras esta entrega se encontraría in-
completa. Sabemos que en este
puente de hilos que es la vida, donde
todo tiene importancia, cada uno de
nosotros pasa a manos de otros su
encomienda en este bien tan impor-
tante y universal que es la enseñan-
za. Y como, en el transcurso de
nuestras vidas hasta envejecer tene-
mos innumerables maestros, debe-
mos decir que las personas que asis-
tieron a los talleres y leyeron y es-
cribieron con gran entusiasmo tantas
narraciones y poemas, han sido para
nosotros parte de esos maestros.
Aprender a leer y a escribir es
una bella tarea, aprender a leer y a
escribir narrativa y poesía depende
de esa necesidad que tiene el ser hu-
mano de mostrar lo que siente y de
mostrarlo de manera que resulte in-
teresante, agradable, bello, acoge-
dor, necesario.
Fátima Celis, Marlon Rivasy Adriano Camacho
86 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 67, 2013
Bibliografía
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Estudio sobre la estructura, contenidos, sesiones y aplicación de talleres de lectura
y escritura creativa 87

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