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XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [156] El Agua, factor de inclusión social ESTIMACIÓN DE PARÁMETROS Y ANÁLISIS DE INCERTIDUMBRE DE UN MODELO HIDROLÓGICO CONTINUO PARA DOS CUENCAS DE LA REGIÓN SERRANA DE CÓRDOBA Juan Francisco Weber1, Eliana Jorquera1,2, Clarita M. Dasso2 1 Laboratorio de Hidráulica, Departamento de Ingeniería Civil, Facultad Regional Córdoba, Universidad Tecnológica Nacional Maestro M. López esq. Cruz Roja Argentina. Ciudad Universitaria - CP (X5016ZAA) - Córdoba – Argentina. e-mail: jweber@civil.frc.utn.edu.ar , ejorquera@civil.frc.utn-edu.ar 2 Instituto Nacional del Agua – Centro de la Región Semiárida CRSA. Ambrosio Olmos 1142 – 1º piso. ejorquera@ina.gov.ar – cdasso@ina.gov.ar, http://www.ina.gov.ar RESUMEN En este trabajo se presenta un análisis de incertidumbre realizado sobre un modelo hidrológico continuo desarrollado para su aplicación en cuencas de la región serrana de la provincia de Córdoba, en particular, y de la región semiárida central del país, en general. Este modelo, denominado CONTINUO, permite estimar los caudales medios diarios producidos por una cuenca tanto en periodos lluviosos como en estiajes. Considera como procesos relevantes los de precipitación, intercepción vegetal y retención superficial, infiltración, evaporación y evapotranspiración, percolación y producción de flujo base a partir del almacenamiento subterráneo. El modelo CONTINUO, de tipo conceptual y agregado, idealiza la cuenca a través de tres reservorios conectados entre sí. Como modelo de infiltración utiliza una versión generalizada del método CN-SCS, mientras que para la estimación del flujo base utiliza un modelo exponencial negativo de embalse lineal. El modelo CONTINUO es un modelo de 5 parámetros y dos condiciones iniciales. En primer lugar se realizó un análisis de sensibilidad de la respuesta del modelo a la variación de las condiciones iniciales, resultando que es posible lograr diferencias relativas menores al 10 % en un periodo del orden de 180 días, el cual se tomó como periodo de precalentamiento (warm-up) del modelo para la calibración de sus parámetros. Se consideraron dos funciones objetivos: suma de los errores cuadráticos de los caudales (que tiende a dar mayor ponderación a los caudales de crecida) y de las recíprocas de los caudales (que tiende a dar mayor ponderación a los caudales de estiaje). Se definió el espacio de búsqueda 5-dimensional y se evaluaron ambas funciones objetivo para dos cuencas de la región con registros de caudales: la del río La Suela y la del río San Antonio, considerando casi 1.900.000 puntos para cada una. El comportamiento de las funciones objetivo es disímil entre las dos cuencas, lo cual puede ser debido en parte a los diferentes rangos en los caudales registrados. A pesar de ello, el análisis permite inferir órdenes de magnitud apropiados para los parámetros del modelo CONTINUO. Palabras Clave: hidrología superficial, modelación hidrológica, análisis de incertidumbre. XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [157] El Agua, factor de inclusión social INTRODUCCIÓN Un modelo hidrológico, en términos generales, busca representar los diferentes procesos involucrados en la distribución de la lluvia y la generación de caudales en una determinada cuenca. Los modelos pueden ser físicos, donde se representan a escala las cuencas reales, o matemáticos, los cuales parten de ecuaciones empíricas o conceptuales para representar la respuesta de la unidad hidrológica bajo diferentes condiciones hidrometeorológicas. La modelación hidrológica comienza a principios del siglo XIX utilizándose para el diseño de canales, redes de drenaje, presas, puentes, diques y sistemas de distribución de agua. Hasta mediados del siglo XX, la modelación hidrológica se limitó a tratar de explicar mediante expresiones matemáticas simples, los mecanismos individuales involucrados en los principales procesos del ciclo hidrológico. Entre ellos se pueden nombrar: el método racional, la curva de infiltración de Horton, los trabajos de Thornthwaite y Pennman para la estimación de la evapotranspiración, etc. En la década de los 60, con el advenimiento de la revolución digital, se realizó el primer intento por representar casi en su totalidad al ciclo hidrológico en una cuenca. Surge así el Standford Watershed Model-SWM de Crawford y Linsley en 1966 (Singh, 1996). A partir de entonces, debido a la aparición de las herramientas informáticas en Hidrología, y al creciente poder de cálculo de las computadoras personales actuales, es posible plantear la modelación de la cuenca hidrológica a lo largo de extensos períodos de tiempo. Estos modelos, que permiten representar no sólo el proceso de transformación lluvia-caudal, sino también los de transporte vertical de agua (evaporación, evapotranspiración e infiltración), los almacenamientos temporarios y la variación del contenido de humedad del suelo de la cuenca (responsable esta última del comportamiento del flujo base) son denominados modelos continuos. En los últimos años, se dispone con suma facilidad a través de la Internet de software de licencia libre y/o gratuita para la modelación continua, como es el Sistema de Modelación Hidrológica del Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos, conocido como HEC-HMS (HEC, 2000, 2006). Este sistema, a través del algoritmo denominado SMA (Soil Moisture Accounting) logra descontar las pérdidas de precipitación y a su vez representar los procesos de transporte vertical del agua, los almacenamientos temporarios y la variación del contenido de humedad del suelo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que en los países en desarrollo es necesario diseñar modelos más simples que puedan proveer una razonable simulación, requieran de pocos datos (Mishra y Singh, 2004) y permitan considerar la diferencia temporal con la que suceden los distintos fenómenos en la cuenca. En la región semiárida central del país, a la cual pertenece gran parte del sector serrano y noroeste de la Provincia de Córdoba, desde el punto de vista de los recursos hídricos, puede decirse que se caracteriza por la relativa escasez de los mismos. Este hecho, sumado al crecimiento demográfico de las últimas décadas y al aumento de la dotación de agua por habitante, genera la necesidad de tener conocimiento pleno de los procesos hidrológicos dominantes, buscando no sólo representar el comportamiento en aquellos períodos con precipitaciones, responsables de las grandes crecidas, sino también en los períodos de estiaje. En el ámbito del Laboratorio de Hidráulica (Universidad Tecnológica Nacional, Facultad XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [158] El Agua, factor de inclusión social Regional Córdoba) se ha desarrollado un modelo hidrológico de simulación continua, denominado CONTINUO, que puede ser aplicado en forma aislada o bien como parte integrante de un modelo de simulación mixta (Weber et al, 2010); se considera que los parámetros surgidos de la calibración de un modelo de este tipo pueden ser de utilidad para un manejo más eficiente del recurso hídrico. A la fecha, no se dispone de un estudio sistemático actualizado sobre la calibración de los parámetros de un modelo hidrológico continuo para la región, principalmente porque este tipo de estudios requiere de mediciones sistemáticas de alta calidad. Sólo dos cuencas serranas en la provincia de Córdoba disponen de esa tipo de mediciones con densidad areal adecuada: la cuenca experimental del río de La Suela, con información hidrológica e hidrometeorológica histórica y la cuenca del río San Antonio con un Sistema Telemétrico de Mediciones Hidrometeorológicas a Tiempo Real, ambas operadas por el Centro de la Región Semiárida(CIRSA) del Instituto Nacional del Agua (INA). La modelación hidrológica de cuencas Los fenómenos hidrológicos son extremadamente complejos y es posible que nunca se los entienda en su totalidad. Sin embargo, en ausencia de un conocimiento perfecto, pueden representarse en forma simplificada por medio del concepto de sistema. Un sistema es un conjunto de partes interconectadas entre sí que forman un todo (Chow et al, 1994). Desde este punto de vista, el ciclo hidrológico puede considerarse un todo compuesto por: agua atmosférica, agua superficial y aguas subterránea, entre otros elementos. Este sistema global a la vez puede agrupar parte de sus elementos conformando subsistemas menores que faciliten su comprensión. Un sistema hidrológico se define como: una estructura o volumen en el espacio, rodeada por una frontera, que acepta agua y otras entradas, opera en ellas internamente y las produce como salidas. El objetivo del análisis de estos sistemas, es estudiar la operación del mismo y predecir su salida. Clasificación de los modelos hidrológicos Según Ponce (1994) los modelos hidrológicos pueden dividirse en dos grandes categorías: modelos físicos o materiales y modelos formales o matemáticos: estos últimos conciben el sistema por medio de un grupo de abstracciones matemáticas que describen fases relevantes del ciclo hidrológico con el objeto de simular la transformación de las entradas en salidas del sistema. Siguiendo a Ponce (1994), en la práctica, pueden distinguirse cuatro tipos generales de modelos: · Determinísticos: son formulados siguiendo las leyes de la física y/o procesos químicos descriptos por ecuaciones diferenciales. · Probabilísticos: por el contrario, se formulan siguiendo las leyes del azar o probabilidad. Pueden ser de dos tipos: estadísticos o estocásticos. · Conceptuales: son representaciones simplificadas de los procesos físicos, usualmente recaen sobre descripciones matemáticas que simulan procesos complejos basándose en unas pocas claves de parámetros conceptuales. · Paramétricos: o también conocidos como empíricos o de caja negra. Son los más simples, consisten en una ecuación (o ecuaciones) algebraica que contiene uno o más parámetros a ser determinados por el análisis de datos u otro medio empírico. XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [159] El Agua, factor de inclusión social Los fenómenos hidrológicos cambian en las tres dimensiones espaciales, pero tener en cuenta toda esta variación, puede hacer que los modelos sean muy complejos. De acuerdo a Chow et al (1994), los modelos determinísticos y los conceptuales pueden clasificarse en: · Modelos agregados: el sistema es promediado en el espacio o considerado como un punto único sin dimensiones. · Modelos distribuidos: considera que los procesos hidrológicos ocurren en varios puntos del espacio y define las variables del modelo como funciones de las dimensiones espaciales. De acuerdo a la escala temporal, los modelos hidrológicos pueden clasificarse en: · Modelos de eventos aislados: son de corto plazo, diseñados para simular en eventos individuales la transformación de la lluvia en escurrimiento. · Modelos de procesos continuos: toman en cuenta todos los componentes del escurrimiento, incluyendo flujos superficiales, subsuperficiales y subterráneos. El objetivo de este tipo de modelos es tener en cuenta el balance de humedad a largo plazo de toda la cuenca. · Modelos de simulación mixta: intentan representar ambas escalas temporales en una forma computacionalmente económica y con un acuerdo razonable con la realidad. Desde esta perspectiva, el modelo que se describirá en este trabajo puede ser clasificado como un modelo matemático conceptual, agregado, de simulación continua. EL MODELO “CONTINUO” Se describen a continuación las características generales del modelo CONTINUO (Jorquera, 2009; Weber et al, 2010). Se trata de un modelo matemático de simulación del ciclo hidrológico de tipo conceptual agregado. Es de tipo conceptual debido a que propone representaciones simplificadas de los procesos físicos en términos matemáticos, y agregado porque el sistema es considerado sin dimensiones en el espacio, lo cual significa que todos los volúmenes serán expresados por unidad de área, resultando una lámina. Introducción Conocidas series simultáneas de lluvia, evaporación potencial y evapotranspiración potencial, el modelo calcula el almacenamiento y las salidas de agua de la cuenca. Se adopta una escala temporal de simulación diaria. En términos diferenciales, se parte de la ecuación de continuidad hidrológica: ( ) ( )tOtI= dt dSt - (1) en la cual St es el almacenamiento del sistema, I(t) y O(t) representan respectivamente las entradas y salidas del sistema. Si en la ecuación 1 se asume una discretización de la derivada del miembro izquierdo, y se considera como entrada al sistema la precipitación P y como salidas la evaporación EV, la evapotranspiración EVT (flujos verticales) y el escurrimiento total Q (conformado por el escurrimiento superficial y el flujo base), es posible plantear la denominada ecuación de balance hidrológico: XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [160] El Agua, factor de inclusión social tΔS±EVT+EV+Q=P (2) Componentes a modelar La idea general del modelo está basada en un esquema conceptual general del funcionamiento del ciclo hidrológico, representando los almacenamientos en la cuenca por reservorios ficticios con diferentes procedimientos conceptuales para regular las entradas y salidas de los mismos. Es decir, cae dentro de los denominados modelos ESMA (explicit soil moisture accounting, Beven, 2001). El modelo continuo propuesto representa la cuenca mediante un conjunto de almacenamientos o depósitos temporarios, como se muestra esquemáticamente en la Fig. 1 en la que se pueden ver también las conexiones o flujos de agua existentes entre los mismos. El primero de los depósitos de almacenamiento que se muestran en la citada figura representa la parte de precipitación que es interceptada por la vegetación y el almacenamiento de agua en la superficie del terreno en pequeñas depresiones. El segundo de ellos, trata de representar el fenómeno complejo de almacenamiento de agua en la capa superior del suelo. Y el depósito subterráneo, sirve para representar el flujo base. Éstos depósitos son denominados: Intercepción y depresiones (reservorio A), Humedad de suelo (reservorio B) y Almacenamiento subterráneo (depósito C), respectivamente. Fig. 39: Esquema conceptual del modelo de balance Las salidas de agua de la cuenca están dadas por la evaporación desde el reservorio A, por evapotranspiración desde el reservorio B, y por los escurrimientos efluentes de la cuenca, o sea los flujos superficial y base, este último desde el reservorio C. XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [161] El Agua, factor de inclusión social El escurrimiento superficial es producto de la precipitación que no es interceptada, ni almacenada en la superficie del terreno y que no infiltra en el suelo. El escurrimiento base resulta de la salida del reservorio subterráneo propagado hasta la salida mediante un embalse lineal simple. En concordancia con el esquema conceptual propuesto, podemos desglosar el último término de la ecuación 2 en función de la variación de los tres depósitos temporarios propuestos, es decir: ΔC±ΔB±±ΔΔ=ΔSt (3) Procesos de cálculo El modelo calcula el flujo hacia y desde los depósitos antes indicados y entre los depósitos de humedad del suelo y almacenamiento subterráneo por percolación, siendo muy importante resaltar que la secuencia del proceso de cálculo es diferente, según que se considerenperíodos de precipitación o de ausencia de precipitación. Tomando como base el esquema conceptual (Fig. 1) se observa que el mismo puede desdoblarse en dos esquemas o fases: una fase de recarga (representada en la misma Fig. 1) en los días con lluvia en la cuenca y una fase de recesión en los períodos en que no hay precipitaciones (Fig. 2). Fig. 2: fase de recesión – modelo continuo En la fase de recesión los procesos predominantes son los de evaporación, evapotranspiración, percolación y descarga del almacenamiento subterráneo. En la fase de recarga, además de éstos procesos se incorpora la distribución de la precipitación entre los almacenamientos A, B y C. XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [162] El Agua, factor de inclusión social La demanda de evaporación se satisface desde el reservorio A. Si el agua en este reservorio no resulta suficiente, la evaporación real se reduce respecto a la potencial, pudiendo incluso ser nula. En función de la cantidad de agua disponible en el reservorio B, se satisface total o parcialmente la demanda de evapotranspiración y si las condiciones son propicias hay percolación hacia el depósito C. Los caudales simulados en la fase de recarga son el resultado de la suma del escurrimiento directo más el flujo base. Debido a la escala temporal adoptada (un día) y a que la cuenca de aplicación es una cuenca de montaña se considera que no es necesario adicionar un modelo de transformación. En la fase de recesión la única componente del caudal es la correspondiente al flujo base. Salidas de agua del sistema Se exponen las salidas de agua de agua del sistema, excepto el escurrimiento directo que a los efectos de facilitar la compresión del proceso se detalla dentro del modelo de pérdidas. Evaporación Para cuantificar las pérdidas por evaporación real, se debe partir de datos de evaporación potencial. A partir de éste valor potencial de evaporación y del estado del primer almacenamiento, se calcula la evaporación real, contemplando las siguientes situaciones: · Existe agua disponible en el reservorio para satisfacer la demanda potencial de evaporación, es decir: Ai – EPi > 0 Donde: Ai: estado del almacenamiento A en el día de cálculo i. EPi: evaporación potencial para el día i. · Existe agua en el reservorio, pero no se puede satisfacer la totalidad de la demanda, por lo que la evaporación real (ERi) será menor a la potencial (EP), e igual a Ai. · Si no hay agua disponible en el reservorio, la evaporación real será nula. Evapotranspiración Para determinar la evapotranspiración real se debe considerar que sólo será mayor a cero si existe agua disponible en el segundo reservorio. Por lo tanto, es necesario definir dos niveles de importancia para el modelo: · Bc: nivel de almacenamiento del reservorio B correspondiente a la Capacidad de Campo, en milímetros. · Bmp: nivel correspondiente al punto de Marchitez Permanente, en milímetros. Dados estos niveles se puede inferir que hay tres situaciones posibles como puede observarse en la Fig. 3. Denominando Bi al estado del reservorio para el día i. a) Zona 1: Bi >Bc → Existe agua gravífica en el suelo, la evapotranspiración real será igual a la potencial. XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [163] El Agua, factor de inclusión social Fig. 3: Zonas en el reservorio B b) Zona 2: Bi <Bc y Bi > Bmp → Existe agua capilar, la evapotranspiración real será menor a la potencial y se determina por medio de la siguiente ecuación: c i ii B B ETP=ETR × (4) Siendo ETRi y ETPi la evapotranspiración real y potencial del día i respectivamente. c) Zona 3: Bi < Bmp → No hay agua disponible en el reservorio, se anula la evapotranspiración real. El modelo no contempla la evapotranspiración desde el acuífero. Esto implica que en aquellos casos con suelos de alta capilaridad se subestimen las salidas de agua de la cuenca, con lo cual este modelo no sería aplicable en dichas situaciones. La relación entre evapotranspiración real y potencial puede observarse en la figura 4. Fig. 4: Relación entre evaporación real y potencial respecto la relación entre almacenamiento y capacidad de campo Flujo base El escurrimiento subterráneo por unidad de área (qb) se obtiene de propagar las salidas del reservorio subterráneo mediante un embalse lineal simple con tiempo de retardo K. ( )K i i b eC=q --× 1 (4) donde: qbi: flujo base por unidad de área para el día i en mm. Ci: nivel en el tercer reservorio para el día de simulación K: parámetro de curva de recesión exponencial negativa. XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [164] El Agua, factor de inclusión social Modelo de pérdidas y escurrimiento directo En los períodos en que existen precipitaciones debe calcularse la distribución de la lluvia en los distintos reservorios, y el escurrimiento directo. Desde el punto de vista hidrológico, se denominan pérdidas a aquellas fracciones de la precipitación que no generan escurrimiento directo. En el modelo propuesto a los efectos de lograr una mejor representación del proceso se consideran las pérdidas dividas en dos componentes: las Abstracciones iniciales y la Infiltración. Se agrupa bajo el término de abstracciones iniciales a la lluvia que queda retenida en la vegetación y/o en las pequeñas depresiones del terreno. Para cuantificar éstas pérdidas se utilizó el método propuesto por el Soil Conservation Service de la Curva Número (SCS-CN) (Chow et al., 1994) con algunas modificaciones, ya que el método original fue propuesto para descontar pérdidas en eventos aislados y no para modelación continua. Modelo SCS – CN original El Soil Conservation Service en 1972 desarrolló un método para calcular las abstracciones iniciales de la precipitación de una tormenta. Para la tormenta como un todo, la precipitación efectiva o escorrentía directa Pe es siempre menor o igual a la precipitación P; de manera similar, después de que la escorrentía se inicia, la profundidad adicional de agua retenida en la cuenca Fa es menor o igual a una retención potencial máxima S. Existe una cierta cantidad de precipitación Ia (abstracción inicial antes del encharcamiento) para la cual no ocurrirá escorrentía, luego la escorrentía potencial es P – Ia. La Hipótesis del SCS consiste en que las relaciones de las dos cantidades reales y las dos cantidades potenciales son iguales. a ea IP P = S F - (5) Del principio de continuidad: aae F+I+P=P (6) Combinando ambas, y resolviendo para Pe: ( ) S+IP IP =P a a e - - 2 (7) la cual es la ecuación básica para el cálculo de la precipitación efectiva o escorrentía directa de una tormenta utilizando el método del SCS. La ecuación (7) muestra que el modelo del SCS es un modelo de dos parámetros, S e Ia. Al estudiar los resultados obtenidos para muchas cuencas experimentales pequeñas, el propio SCS desarrolló una relación empírica. S=I a ×0,2 (8) XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [165] El Agua, factor de inclusión social Con base en esto, el modelo del SCS se transforma en un modelo de un único parámetro S: ( ) S+P SP =Pe × ×- 0,8 0,2 2 (9) El número de curva (CN) y S (retención potencial) se relacionan por: 254 25400 - CN =[mm] S (10) En simulación de eventos, los valores de CN (y por tanto, de S) deben ajustarse según las condiciones antecedentes de humedad, para la cual el propio SCS provee las siguientes expresiones empíricas: para condiciones secas (AMC I) o condiciones húmedas (AMC III), los números de curva equivalentes pueden calcularse por: ( ) ( ) ( )IICN IICN =ICN ×- × 0,058104,2 (11) ( ) ( ) ( )IICN+ IICN =IIICN × × 0,1310 23 (12) Es de suponer que en la aplicación de este método en un modelo continuo, las ecuaciones (11) y (12) podrán obviarse, dado que el valor de S se obtendrá explícitamente del balance de humedad diario en el reservorio B. La expresión (8) facilita la tarea de diseño hidrológico en cuencas no aforadas. Sin embargo, numerosos autores han cuestionado esa relación proponiendo modificaciones a la misma (por ejemplo, ver Mishra y Singh, 2004). A su vez, la expresión (9), por ser monoparamétrica, se vuelve muy rígida a la hora de representar diversas situaciones de la realidad. Modificaciones propuestas El modelo de pérdidas del modelo CONTINUO consiste en el método SCS-CN con la incorporación de dos modificaciones. La primera de ellas, en lo que respecta a la forma en que se calcula el valor de las abstracciones iniciales (Ia) y la segunda, referida a la cuantificación de la humedad antecedente. En el caso de las abstracciones iniciales, las mismas son calculadas en función del espacio disponible en el primer reservorio, cuya capacidad máxima Am es uno de los parámetros a calibrar, por lo que las mismas serán igual a: ( )iAa f=I (13) Donde Ai es el contenido de agua en el primer depósito para el día en cuestión. En función del estado del mismo pueden darse dos situaciones: XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [166] El Agua, factor de inclusión social i. El espacio disponible en el reservorio A (Ai-1), es menor a la precipitación, es decir: Am – Ai-1 < Pi, por lo tanto siendo i el día de estudio se tiene: 1-- im i a AA=I (14) Este caso contempla que si el reservorio está lleno, las abstracciones iniciales serán nulas. ii. El espacio disponible en el mencionado reservorio es mayor a la precipitación, por lo tanto el total de la lluvia queda retenido en el mismo. i i a P=I (15) El exceso de precipitación sobre la citada capacidad de almacenamiento (Ai) se denomina P0. i ai i IP=P -0 (16) P0 es el volumen de agua disponible que podrá infiltrar y/o escurrir en función de las condiciones de humedad en la cuenca, representadas por el parámetro de retención potencial S. Respecto a la segunda modificación cabe destacar que la misma comienza a aplicarse a partir del segundo intervalo de simulación. El modelo propone que la retención potencial para el día i, Si, sea calculada por balance de masas en función de las condiciones del intervalo anterior. 1111 ---- - iiiii ETR+R+FS=S (17) donde: Fi-1 es la infiltración, Ri-1 la percolación y ETRi-1 la evapotranspiración real. Para el primer día de simulación el valor de la retención potencial se calcula convencionalmente por el método del SCS-CN a partir de la ecuación (10). El exceso de precipitación para el día i, Pei, se determina con la fórmula del método SCS- CN. i i i i e S+P P =P 0 0 2 (18) La infiltración para el intervalo de cálculo, Fi será el resultado del balance de masas entre el volumen de agua disponible P0 y lo escurrido, en términos algebraicos: i e i i PP=F -0 (19) XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [167] El Agua, factor de inclusión social Variación de los almacenamientos En el reservorio A (correspondiente a la intercepción y depresiones) el flujo entrante, desde el punto de vista hidrológico, se considera una pérdida de la precipitación, ya que esta parte no producirá escurrimiento superficial. En función del modelo de pérdidas propuesto, el ingreso está dado por las abstracciones iniciales (Ia) el cual depende del estado en este reservorio como indican las ecuaciones (14) y (15). El flujo saliente desde este depósito se produce por evaporación. Una vez determinadas las entradas y salidas del reservorio puede plantearse la ecuación de balance para el mismo. 11 -- - i i aii ERI+A=A (20) En el reservorio B, el flujo entrante está representado por la fracción de la lluvia que infiltra en el terreno. La infiltración es el resultado de un balance de masas entre lo precipitado, las abstracciones iniciales y el escurrimiento directo, como muestra la ecuación (19). A los efectos de expresar el balance de este reservorio en términos de almacenamiento es necesario definir una relación entre retención potencial S y almacenamiento B: ivi SV=B - (21) donde: Vv es el volumen de vacíos por unidad de área y es uno de los parámetros del modelo, Bi y Si representan el estado del reservorio B en términos de almacenamiento y de retención potencial respectivamente para el día i. Se asume que el volumen de vacíos será mayor a la retención potencial en marchitez permanente. Aplicando la ecuación (21) se define: i. Sc: retención potencial en capacidad de campo ii. Smp: retención potencial en el punto de marchitez permanente La evapotranspiración real representa uno de los flujos salientes de este reservorio; la otra componente corresponde a la percolación. Esta percolación R depende de la relación entre Bc y Bi o lo que es equivalente entre Sc y Si. Por lo que, R será distinto de cero, sólo si existe agua libre en el reservorio B, o lo que es lo mismo si Sc – Si > 0. El valor de la percolación Ri para el día i será: ici SS=R - (22) Por lo tanto, en términos de retención potencial el balance del segundo reservorio puede expresarse por medio de la ecuación (17) y en función del almacenamiento: 1111 ---- -- iiiii ETRRF+B=B (23) De acuerdo con el esquema de la Figura 1 el flujo entrante al reservorio C es la percolación R, y el flujo base constituye el flujo saliente del mismo; en función de éstos, el balance de este almacenamiento puede expresarse como: XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [168] El Agua, factor de inclusión social 11 -- - i biii qR+C=C (24) donde Ci es el estado del depósito C para el día i y Ci-1 para el día anterior, Ri la percolación para el día de cálculo y qbi-1 el flujo base del día anterior. La Tabla 1 muestra un resumen de los parámetros del modelo CONTINUO. Como puede verse, se trata de un modelo de 5 parámetros. Tabla 1. Parámetros del modelo CONTINUO Parámetro Símbolo Unidades Almacenamiento máximo en el reservorio A Am mm Retención potencial del reservorio B en capacidad de campo Sc mm Retención potencial del reservorio B en el punto de marchitez permanente Smp mm Volumen de vacíos por unidad de área Vv mm Parámetro de la curva de recesión exponencial negativa K adimensional CUENCAS EN ESTUDIO Para el desarrollo del presente trabajo se consideraron dos cuencas vecinas en la zona serrana de la provincia de Córdoba: la cuenca del río La Suela y la cuenca del río San Antonio, fundamentalmente debido a la disponibilidad de los datos necesarios para realizar una estimación de parámetros y su posterior análisis de incertidumbre. Cuenca del río La Suela La cuenca del río de La Suela fue una de las ocho cuencas piloto-representativas instaladas en distintas regiones del país como parte del Programa de Investigación sobre Cuencas Pilotos y Experimentales desarrollado en nuestro país a través de la UNESCO durante el Decenio Hidrológico Internacional (1960-1970) declarado por Naciones Unidas (Bustamante, 1978). El equipamiento instrumental y la medición sistemática de los procesos del ciclo hidrológico en estas cuencas, permitieron el desarrollo de metodologías con base científica y tecnológica en el área de la hidrología y los recursos hídricos. La alta densidad areal de su red histórica de estaciones de lluvia, de observaciones meteorológicas (temperatura, viento, humedad y otras variables) y de mediciones hidrológicas (niveles hidrométricos y caudales), hacen posible la implementacióny experimentación de algoritmos que permitan simular, ya sea en forma total o parcial, los componentes y procesos del ciclo hidrológico. Los estudios específicos en aspectos climáticos, geológicos, geomorfológicos, de suelos, vegetación, infiltración, escurrimientos entre otros, brindan por su parte, antecedentes importantes para la modelación hidrológica. Ubicación geográfica y aspectos fisiográficos La cuenca del río de La Suela se encuentra ubicada totalmente en la provincia de Córdoba, al sur de la localidad de Villa Carlos Paz accediendo a ella por la Ruta Nacional 20 (Figura 5). Tiene una superficie de 131,8 Km2 comprendida entre los 900 y los 2200 metros sobre el nivel del XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [169] El Agua, factor de inclusión social mar. La cuenca está localizada en el núcleo central de las Sierras Pampeanas, entre los 31º 40' y 31º 30' de latitud sur y los 64º 30' y 64º 45' de longitud oeste, sobre el cordón de las Cumbres de Achala y sus estribaciones orientales. Hidrográficamente el río de La Suela es tributario del Anizacate, afluente a su vez del Xanaes o Río Segundo. Fig. 5. Ubicación de la cuenca del río La Suela Geología y geomorfología De acuerdo a un trabajo antecedente de Barbeito y von Müller (1981), los materiales de superficie de la Cuenca, corresponden a un basamento cristalino antiguo compuesto por: un 66% de rocas graníticas y un 25% de metamorfitas, correspondiendo el 9% restante a sedimentos aluvionales modernos asentados en pequeños valles. Las fuerzas orogénicas que actuaron a lo largo de la evolución geológica de acuerdo a la rigidez de las rocas, resolvieron dos ambientes diferenciales: las cumbres propiamente dichas y sus estribaciones escalonadas. El primero, es producto de una intensa fracturación y posterior sobreelevación del basamento o zócalo que alcanzó los 2.200 m.s.n.m y el segundo, en respuesta a una tectónica menos intensa, adoptó una morfología escalonada con descenso hacia el este. Las cumbres de Achala en su conjunto, constituyen desde el punto de vista estructural, un Pilar Tectónico o “Horst”, limitado por dos fallas transversales de rumbo meridional. Sobre estas, en el sector occidental de la Cuenca, comienza a organizarse el drenaje a través de un paisaje con predominio de formas abruptas, que evidencian un estado de juventud morfológica. Los interfluvios son angostos y de vertientes generalmente empinadas en donde aflora con frecuencia la roca granítica. Las pendientes medias varían desde un 30% hasta un 50% en los sectores de mayor intensidad tectónica (Quebradas -- Abruptos de Falla) y las formas planas son escasas y limitadas casi con exclusividad a las máximas altitudes. Hacia el este, las estribaciones de la unidad estructural adquieren una fisonomía más suavizada. El paisaje aquí se representa por la abundancia de colinas convexas con gradientes XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [170] El Agua, factor de inclusión social medios entre 10% y 15%. Los interfluvios son más amplios y de laderas menos enérgicas en donde es mayor el asentamiento de suelos, disminuyendo por ende la rocosidad. La escasez de formas accidentadas limitadas a la acción erosiva lineal de los cursos de agua o a la tectónica, evidencia una cierta madurez morfológica. Estas dos grandes áreas geomorfológicas, influyen de acuerdo a sus medios físicos en las condiciones ecológicas con implicancia en la distribución de la vegetación. Hidrografía e hidrología La cuenca del río de La Suela constituye desde el punto de vista hidrográfico, la naciente norte de la cuenca imbrífera del río Segundo o Xanaes con desagüe en el sistema endorreico de la Laguna de Mar Chiquita o de Ansenuza. Dos subcuencas de carácter bien definidas que unen sus aportes a menos de 2 Km del cierre de la cuenca conforman el drenaje: la subcuenca del río de La Suela propiamente dicha que localiza sus nacientes en el Cordón de Achala a 2.200 m.s.n.m y la subcuenca del Arroyo de la Estancia, que lo hace a 1.500 m.s.n.m sobre las estribaciones de este, en la localidad de Copina. La subcuenca La Suela (60% del área) ubicada en el sector sudoeste de la cuenca, con nacimiento en el borde oriental de las Sierras Grandes. Su punto de mayor altitud se encuentra en las nacientes del arroyo del Carnero, uno de sus principales afluentes (Dasso, 1983). Se pueden nombrar varios arroyos perennes que aportan sus aguas a este tributario como: el arroyo del Carnero, el arroyo del Hinojo, el arroyo del Colgado, luego colecta las aguas del arroyo intermitente El Durazno y los últimos aportes los recibe del arroyo de Las Moras y el arroyo Puma Huasi. La subcuenca La Estancia es de menor altitud y respuestas más lentas (pendiente 2%), está conformada por un arroyo de curso permanente: el arroyo San Bernardo que luego continúa como arroyo de La Estancia, y varios arroyos menores de escurrimientos intermitentes. En la Figura 6 se muestra una imagen satelital en planta con la delimitación de la cuenca y la red hidrográfica principal de ambas subcuencas. La longitud del río principal (Carnero – La Suela) desde sus nacientes, hasta la estación de cierre es de 28,92 Km, con una pendiente media uniforme del 4% alcanzando una pendiente máxima en el escalón tectónico del 13% (Caamaño Nelli y Dasso segunda parte en Caamaño Nelli, 1992). La Figura 7 presenta una vista en perspectiva donde se puede apreciar además de la red de drenaje en la cuenca el relieve de la misma, destacándose en el sector occidental el escalón tectónico de las Sierras Grandes. Las crecidas en el río de La Suela presentan generalmente uno o más picos bien diferenciados, con tiempos de subida entre 15 y 30 minutos y de permanencia de 7 a 8 horas. El análisis de los hidrogramas evidencia el aporte de tiempos de retardo diferentes que incrementan el volumen y la permanencia de las crecidas (Caamaño Nelli y Dasso segunda parte en Caamaño Nelli, 1992). Tipos y uso del suelo Se ajustan a las características de suelos azonales (litosólicos y regosólicos), cuya particularidad se traduce en la falta de horizontes definidos y a su reducido espesor. Derivan, de la XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [171] El Agua, factor de inclusión social alteración directa de la roca y su profundidad está supeditada a la posición topográfica que ocupen. En general, son suelos superficiales a muy superficiales, de buena permeabilidad, textura arenosa a franco arenosa y con regular cantidad de materia orgánica. Estas aptitudes permiten el paso de las raíces hasta el material originario, hecho que explica el por qué, de la presencia de ejemplares arbóreos donde hay suelos de poca profundidad (Barbeito y von Müller, 1981). Fig. 6. Imagen satelital cuenca del río La Suela Un perfil típico con buen grado de desarrollo puede describirse con: un horizonte superficial (hasta aproximadamente 2 m) con restos orgánicos parcialmente descompuestos, uno o dos horizontes de colores oscuros de textura arenosa con abundantes raicillas en la parte superior y gravas y cantos de roca parcialmente alterada asentados sobre la roca madre granítica o basamento. Los suelos de la cuenca del río de La Suela, ubicada íntegramente en el departamento Punilla ha sido clasificada como clase VII, correspondiente a suelos con muy graves limitaciones para el uso, resultando ineptos para cultivos. Su uso queda reducido exclusivamente para pasturas cultivadas, campos naturales de pastoreo o para bosques y refugio de la fauna. Vegetación Según Barbeito y von Müller (1981) la cobertura vegetal de la cuenca está caracterizada como vegetación de Las Sierras, la que se distribuye en tres pisos: monte serrano, arbustalo romerillal y pastizales y bosquecillos de altura, cuya existencia, amplitud densidad y elevación, están en función de la altitud, latitud y orientación geográfica. XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [172] El Agua, factor de inclusión social La diferencia de altitud de la cuenca del río de La Suela, determinó la existencia de estos tres pisos distribuidos según dos grandes ambientes; Sub-andino: corresponde a las cumbres por encima de los 1.600 m.s.n.m y el Pedemontano por debajo de esta altitud. Fig. 7. Vista en perspectiva de la cuenca de La Suela y red de medición histórica En la baja cuenca, la cubierta está compuesta por elementos típicos del Monte Serrano entremezclados con ejemplares pertenecientes al Monte Xerófilo circundante, los que a medida que aumenta la altitud disminuyen para dar lugar a la flora del Monte Serrano típico que se extiende según sectores, hasta los 1.500 m.s.n.m con una textura abierta configurando manchones de grupos arbóreos (cocos – molles). Por encima de esta altitud el estrato del Monte, forma ecotonos con el piso del Romerillal y los pastos de altura, sin el predominio marcado de uno de ellos. Sobrepasando los 1.600 m.s.n.m, aparece el piso de los Pastizales y bosquecillos de altura, ya en el ambiente Sub- andino de las cumbres. En este caso los ejemplares arbóreos típicos del piso (tabaquillos), están limitados a quebradas que influyen localmente en las condiciones climáticas. Información hidrometeorógica de base Para la implementación del modelo hidrológico continuo fue necesario contar con la información de lluvias y caudales en forma de series continuas. Con el objeto de poder satisfacer esta demanda se realizó un análisis de la información hidrometeorológica disponible y luego se procesaron los datos de modo que sean compatibles con los requerimientos del programa computacional. XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [173] El Agua, factor de inclusión social La red histórica (Figura 7) existente en la cuenca, operada desde 1971 al 1995 estaba integrada por once estaciones pluviométricas – pluviográficas con una densidad aproximada de 1/12 km2, dos estaciones meteorológicas completas ubicadas una en la parte alta (estación El Cóndor) y la otra en el cierre de la cuenca (estación La Suela) y una estación de aforo en el cierre de la misma. Mediciones de precipitación Se dispone de datos de ocho estaciones pluviográficas – pluviométricas distribuidas en el área de la cuenca. Los datos pluviográficos utilizados para la preparación de las series de lluvias provienen del BDC (Banco de Datos de CIRSA). Estos datos de lluvia, fueron sometidos a controles de calidad inherentes a la comprobación preliminar de las planillas de campo, registros gráficos continuos y la detección y corrección de errores sistemáticos y/o accidentales, por lo que se consideran de alta confiabilidad. El procesamiento de las fajas pluviográficas se realizaba en forma automática mediante el uso de un digitalizador, leyendo los registros cada cambio de pendiente. Mediciones de caudales Por las características geológicas y fisiográficas de la cuenca del río de La Suela y el carácter permanente de su curso principal, se presume que la totalidad de los diversos tipos de escurrimiento dados en el área de aporte, pasan por la estación hidrométrica LA SUELA (Figura 3.15), considerada como cierre de la cuenca. Esto significa que el caudal medido en dicha estación corresponde al caudal total, o sea la sumatoria de los componentes superficial, subsuperficial y de drenaje subterráneo o de base. Esta estación de medición de caudales tiene la misma ubicación geográfica que la homónima para lluvia, constaba de un muro verificador de caudales y una sección de aforos. Las mediciones de niveles de agua se realizaban a través de un limnígrafo de precisión de tipo neumático y registro continuo y de una batería de escalas limnimétricas que posibilitaban mediciones hasta una altura de nivel de 6 (seis) metros. En la sección de aforos, ubicada unos 100 metros aguas arriba del muro, se realizaban aforos de aguas bajas por vadeo, con molinetes de alta precisión y aforos continuos en crecientes, con tornos de orilla y molinetes de precisión que soportan contrapesos de hasta 50 Kg (Caamaño Nelli et al. primera parte en Caamaño Nelli y Zamanillo, 1991). La transformación de los niveles en caudales se llevó a cabo mediante la utilización de una curva llave o de descarga, calibrada para el período seleccionado en función de más de 200 aforos. La definición de la curva altura-caudal se realizó por métodos analíticos de regresión de valores aforados. La curva de mejor ajuste (R= 0,9901) responde a una función potencial: 2,59757,8359 h=Q × (25) donde Q es el caudal en m³/seg y h es el nivel del río en metros. Para la determinación de la serie de caudales instantáneos se utilizaron los registros limnigráficos e hidrométricos (escalas) según la disponibilidad de los mismos. Los datos provenientes del limnígrafo cada 15 minutos representaron aproximadamente el 50% de la muestra. Siendo el resto provistos por las escalas. Los valores de escala eran leídos tres veces al día (9, 15 y 21 horas) en jornadas donde no se registraba variación del nivel, incrementándose la lectura en los momentos de crecidas. Selección del período y procesamiento de la información XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [174] El Agua, factor de inclusión social En función de la información histórica revisada, su disponibilidad y acceso digital, se seleccionó para implementar el modelo, tanto para la etapa de calibración como la de verificación, un período continuo de cinco años hidrológicos comprendidos entre 1977-1978 al 1981-1982. Se contó con planillas en soporte papel provenientes de la digitalización de fajas pluviográficas cada cambio de intensidad de lluvia. Las mismas debieron ser redigitalizadas manualmente, ya que la información digital no ha podido ser accedida debido a la obsolescencia del soporte de almacenamiento. En una primera etapa se identificaron en cada estación los días con ausencia de información. El resultado de esta clasificación se tabuló por estación y por año. Posteriormente se identificó en la cuenca los días con ausencia de precipitaciones. En función de ambas se establecieron los períodos con datos válidos por estación para calcular la precipitación media areal. Es decir, para considerarlo válido debía darse alguna de las dos situaciones: - Habiendo llovido en la cuenca, la estación registró el evento. - La estación no registró en la fecha y se conoce que no se produjo precipitación en la cuenca. Una vez identificados los días con datos válidos por estación se pudo determinar qué estaciones estaban funcionando a los efectos de realizar los diagramas de Thiessen. Este método de naturaleza objetiva, si bien no tiene en cuenta las características fisiográficas de la cuenca, puede considerarse como satisfactorio para áreas con la densidad y homogeneidad de observación que presenta esta cuenca. Con el criterio de emplear para cada día todos los datos disponibles en la cuenca se configuraron todas las alternativas que brindaban las diferentes combinaciones de estaciones. Se pudo observar que para más del 90% de los días con lluvia del período de estudio (1977-1982) hubo como mínimo cuatro estaciones registrando los eventos y que para el 73% de los días con lluvia las precipitaciones medias areales pueden ser calculadas con cinco o más estaciones. Por otra parte si se considerasen datos pluviométricos podría completarse la serie a ocho o siete estaciones para todos los eventos, pero debido a la discretización temporal que se realiza para los datos de lluvia(15 minutos) y que los casos con configuraciones de mínima (2 y 3 estaciones) no superan el 10% del total de los días con lluvia; se optó por no completar los registros pluviográficos a partir de datos de pluviómetros a los efectos de no introducir mayores incertidumbres. En total resultaron 98 configuraciones con conjuntos de ocho a dos estaciones. Las representaciones gráficas se realizaron a través de un programa de dibujo asistido. Cálculo de evaporación potencial diaria Para su determinación se confeccionó una serie a partir de datos diarios medidos en tanque evaporimétrico. Se realizó una estimación lineal entre el promedio mensual de los datos del tanque en función de valores medios mensuales de temperatura, velocidad de viento a 2m de altura y humedad relativa, con un coeficiente de correlación R2 igual a 0,80. Cuenca del río San Antonio Existen similitudes desde el punto de vista de las características geomorfológicas, climáticas, hidrográficas, hidrológicas y de vegetación entre esta cuenca y la del río La Suela descripta previamente. El sistema en estudio comprende la zona alta de la cuenca del río San Antonio, se encuentra ubicada geopolíticamente en su totalidad dentro del departamento de Punilla, en la Provincia de Córdoba (Figura 8). Siendo ésta cuenca una de los principales afluentes del XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [175] El Agua, factor de inclusión social Embalse San Roque, el cual colecta las aguas del río Cosquín, además de los arroyos Las Mojarras, Los Chorrillos y los aportes no encauzados del perilago. Estos afluentes constituyen la cuenca superior del Río Suquía, que actualmente nace del embalse, a pocos kilómetros de su recorrido hacia el este atraviesa la ciudad de Córdoba, capital provincial, y muere en la gran laguna salada de Mar Chiquita, depósito final de un extenso sistema endorreico. Fig. 8. Ubicación geográfica cuenca del río San Antonio La cuenca comprende una superficie de 329 km2, se caracteriza por tener relieve fuerte con accidentes asociados a la tectónica (escarpes, cornisas, quebradas, etc.). Se encuadra dentro de los sistemas hidrológicos típicos, pues posee fuertes pendientes, un punto de salida bien definido, clara divisoria de aguas, baja permeabilidad y altos índices de escorrentía. La pendiente de la cuenca (2,5%) controla en buena medida la velocidad con que se da la escorrentía superficial y afecta, por lo tanto, el tiempo que tarda el agua de la lluvia para concentrarse en los cursos que constituyen la red de drenaje. De acuerdo a Felici y Colladon (2007), la vegetación natural condicionada por la altitud, es en los niveles inferiores de tipo arbóreo y arbustivo y en los niveles medios y superiores, de tipo arbustivo y herbáceo respectivamente, condicionada su densidad por el aspecto geológico, según la continuidad de las cubiertas de suelo con respecto a la roca desnuda. En la actualidad está siendo alterada por efecto de incendios descontrolados y la acción del hombre: pastoreo, desmonte, plantación de especies foráneas y urbanización, éstas últimas fundamentalmente en zonas de asentamientos turísticos. La combinación de los factores expuestos con las tormentas intensas, generadas en el período estival, da como resultado la generación de hidrogramas de crecida repentinos (tiempo de concentración pequeño), con altos valores de caudal pico y corta duración. Las crecientes son repentinas y de corta duración, los hidrogramas que las describen presentan un tiempo al pico de 1 a 2,5 horas y tiempo base de 12 a 24 horas. XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [176] El Agua, factor de inclusión social ESTIMACIÓN DE PARÁMETROS Y ANÁLISIS DE INCERTIDUMBRE En primer lugar se analizó la sensibilidad del modelo CONTINUO a las condiciones iniciales; posteriormente se determinaron los valores de dos funciones objetivo dentro de un espacio de búsqueda definido para los 5 parámetros del modelo. Sensibilidad a las condiciones iniciales El modelo requiere que sean definidos dos parámetros que describen las condiciones iniciales en la cuenca, estos son: el valor de S, retención potencial, que indica el contenido de humedad del suelo en términos potenciales en el reservorio B; y el valor inicial de C, que representa el contenido de agua en el reservorio subterráneo. A los efectos de evaluar la sensibilidad del modelo a las condiciones iniciales se realizaron los siguientes ensayos para la cuenca del río de La Suela. El período de análisis comprendió los años hidrológicos 1978 – 1979 y 1979 – 1980. Se planteó un escenario de referencia: S igual a 254 mm lo que implica un valor de CN igual a 50, y el contenido inicial de agua en el reservorio subterráneo C igual 14,1 mm. Y se plantearon además otros tres valores de S: Ä 0,67 S = 170 mm, que equivale a un CN = 60 Ä 0,43 S = 109 mm, que equivale a un CN = 70 Ä 0,25 S = 63,5 mm, que equivale a un CN = 80 Y tres valores de C: a) 1,41 C = 20 mm b) 1,70 C = 25 mm c) 2,12 C = 30 mm De acuerdo a las distintas combinaciones posibles surgen 15 escenarios diferentes, además del escenario de referencia. Se realizaron las simulaciones correspondientes a los distintos escenarios y luego se calcularon los errores porcentuales de los caudales simulados respecto a los caudales de referencia (S = 254 mm; C = 14,1 mm). En las figuras 9 a 12 se muestra el error relativo en la estimación de caudales de los distintos escenarios en relación al de referencia, al variar el valor de C para los distintos valores de S. Y en la figura 13 pueden verse los errores relativos en los caudales estimados para distintos valores de S (manteniendo C constante en 14,1) en relación al escenario de referencia (S = 254 mm). De acuerdo a estos resultados se observa una mayor sensibilidad del modelo al contenido inicial de humedad en el suelo, representado por el parámetro S, que al almacenamiento inicial del reservorio C; en función de esto se estableció un período de precalentamiento (warm-up) para el modelo en 180 días, debido a que luego de este período de tiempo las variaciones en los valores de las condiciones iniciales no afectan los resultados de la simulación en más de un 10% en valor absoluto, lo cual se considera compatible con los errores aceptables en modelos de este tipo. De este modo, las simulaciones a realizar para la estimación de parámetros del modelo, incluirán 180 días adicionales previos al periodo de contraste contra caudales observados. XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [177] El Agua, factor de inclusión social Fig. 9. Errores relativos en la estimación de caudales – S = 254 mm XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [178] El Agua, factor de inclusión social Fig. 10. Errores relativos en la estimación de caudales – S = 170 mm Fig. 11. Errores relativos en la estimación de caudales – S = 109 mm XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [179] El Agua, factor de inclusión social Fig. 12. Errores relativos en la estimación de caudales – S = 63,5 mm Fig. 13. Errores relativos en la estimación de caudales – C = 14,1 mm Funciones objetivo consideradas Las funciones objetivo que se utilizaron son no lineales y miden el desvío entre los caudales calculados o simulados y observados. La selección del tipo de función objetivo es siempre materia subjetiva y el optar por una u otra es una decisión que depende del tipo de problema a resolver (Caamaño Nelli et al., 1991). En el presente trabajo, se plantearon dos funciones objetivo: el error cuadrático F1 (ec. 26) que asigna mayor pesoa los caudales de crecidas, y el error modulado F2 (ec. 27) que da más relevancia a los caudales de estiaje. ( )å - n =i i s i o QQ=F1 1 2 (26) å ÷ ÷ ø ö ç ç è æ - n =i i s i o QQ =F2 1 2 11 (27) XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [180] El Agua, factor de inclusión social siendo Qoi a los caudales observados para el intervalo i y Qsi a los caudales simulados para el mismo período. Esta elección se basó en la importancia del comportamiento del modelo tanto en periodos de aguas altas como bajas. Optimización y análisis de incertidumbre Se definió un espacio de búsqueda 5-dimensional sobre cada uno de los parámetros del modelo. En la Tabla 2 se indican estos parámetros, los valores máximo y mínimo considerados, y el paso o incremento utilizado: Tabla 2. Parámetros del modelo CONTINUO – rangos de búsqueda Parámetro Unidades mínimo máximo paso Am mm 0 8,5 0,5 Sc mm 150 320 10 Smp mm Sc + 10 Sc + 180 10 Vv mm Smp Smp + 170 10 K Adimensional 0,005 0,090 0,005 Las restricciones impuestas, que pueden verse en la misma Tabla 2, se resumen en las siguientes: a) Sc → Capacidad de campo: éste parámetro influye directamente en la percolación y en términos de almacenamiento en la evapotranspiración real. Por lo tanto controla las salidas de agua desde el almacenamiento B. La restricción impuesta fue que el valor óptimo de este parámetro no anule el valor de evaporación real. b) Smp → Punto de marchitez permanente: este parámetro siempre debe ser mayor que el valor máximo que toma S, a los efectos de no anular la evapotranspiración real. c) Am → Es la capacidad máxima del primer reservorio. Se estableció un valor mínimo en 0 mm y un valor máximo en 8,5 mm por los antecedentes bibliográficos sobre la vegetación en las cuencas analizadas. d) Vv → Representa el Volumen de vacíos por unidad de área, debe ser mayor que el punto de marchitez permanente o a lo sumo igual, esto último implica que el suelo está en condiciones de marchitez permanente cuando está vacío el reservorio B. e) K → es el exponente de la curva de recesión para el cálculo del caudal base. De acuerdo a la naturaleza de éste parámetro el mismo debe ser positivo y el valor máximo del mismo se fijó en 0,090. El espacio de búsqueda así definido quedó compuesto por 1.889.568 puntos. Los periodos considerados, para cada cuenca, fueron los siguientes: Cuenca del río de La Suela – período de análisis: Período de “pre-calentamiento”: 181 días (04/03/1978 a 31/08/1978). Período de simulación: 2 años hidrológicos (01/09/1978 a 31/08/1980) XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [181] El Agua, factor de inclusión social Cuenca del río San Antonio – período de análisis: Período de “pre-calentamiento”: 181 días (04/03/1994 a 31/08/1994). Período de simulación: 2 años hidrológicos (01/09/1994 a 31/08/1996) Se calcularon los valores de las funciones objetivo F1 y F2 (ecs. 25 y 26) para todo el espacio de búsqueda. El algoritmo de búsqueda directa consistió entonces en 5 bucles iterativos anidados, y fue implementado en el lenguaje GNU Octave. La aplicación demandó 300 horas máquina por cuenca sobre plataforma GNU/Linux - Pentium IV y fue ejecutada sobre un array de 36 computadoras. Los valores óptimos encontrados para los parámetros se resumen en la Tabla 3. Tabla 3. Parámetros óptimos del modelo CONTINUO según función objetivo Cuenca La Suela San Antonio Función objetivo optimizada Error cuadrático (F1) Error modulado (F2) Error cuadrático (F1) Error modulado (F2) Am 4,5 0,5 2,5 8,5 Sc 320 320 320 150 Smp 330 350 330 240 Vv 330 350 330 340 K 0,035 0,015 0,005 0,025 F1 1826,09 2127,4 299195,54 318073,75 F2 107084,55 383,15 186186088 168694956 Cada punto obtenido en el plano (F1; F2) , correspondiente a un punto en el espacio 5- dimensional resumido en la Tabla 2, fue graficado en el plano cartesiano en escala doble logarítmica, obteniendo las Figuras 14 y 15. XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [182] El Agua, factor de inclusión social Fig. 14. gráfica de dispersión FO1 – FO2 – cuenca del río La Suela Si bien las Figuras 14 y 15 presentan a priori grandes diferencias, es posible identificar en ambas una mayor sensibilidad del modelo en la respuesta de la función objetivo F1 (error cuadrático) que en la función objetivo F2 (error modulado). Es decir, es posible presentar una amplia gama de parámetros que a los fines de la optimización de los caudales de estiaje resultan equivalentes: se trata de modelos “equifinales” (Beven, 2001). XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [183] El Agua, factor de inclusión social Fig. 15. gráfica de dispersión FO1 – FO2 – cuenca del río San Antonio Se definió como conjunto de parámetros óptimos, para cada cuenca, aquellos que minimicen la expresión: 22 F2+F1=F (28) Lo cual equivale, en las Figuras 14 y 15, a hallar el mapeo en el espacio paramétrico 5- dimensional, del punto más cercano al origen de coordenadas en el plano (F1; F2). Se intenta de este modo definir una heurística que permita expresar un único juego óptimo de parámetros para una cuenca dada. Los valores así obtenidos se resumen en la Tabla 4. En las Figuras 16 y 17 se muestran los hidrogramas predichos por el modelo con este conjunto de parámetros junto con los hidrogramas observados. En las Figuras 18 y 19 se muestra, en escala doble logarítmica, la correspondencia entre caudales observados y simulados, para ambas cuencas. A primera vista llama la atención la mayor dispersión en la simulación de la cuenca del San Antonio; esto puede explicarse en parte a una mayor incertidumbre en las mediciones, en particular de los caudales más bajos, lo que se traduce en valores mucho mayores de la función objetivo F2 error modulado (ver Tabla 3). Tabla 4. Parámetros óptimos del modelo CONTINUO Parámetros La Suela San Antonio Am 3,5 8,5 XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [184] El Agua, factor de inclusión social Fig. 16. Hidrogramas calculado y observado – cuenca del río La Suela Fig. 17. Hidrogramas calculado y observado – cuenca del río San Antonio Sc 320 150 Smp 330 240 Vv 330 340 K 0,015 0,025 XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [185] El Agua, factor de inclusión social Fig. 18. Caudales simulados y observados – cuenca del río La Suela Fig. 19. Caudales simulados y observados – cuenca del río San Antonio CONCLUSIONES XXIII Congreso Nacional del Agua Resistencia, Chaco, Argentina – 22 al 25 de junio de 2011 [186] El Agua, factor de inclusión social Se ha logrado implementar un modelo hidrológico continuo, conceptual y agregado para las cuencas de los ríos La Suela y San Antonio, de desarrollo propio. El modelo es confiable y reproduce el comportamiento hidrológico general de los sistemas analizados. Se ha investigado la propagación de la incertidumbre en la elección de las condiciones iniciales de la simulación, resultando en ambos casos que un periodo de medio año hidrológico de precalentamiento del modelo es suficiente para independizar los resultados de dicha elección. Se ha estudiado el comportamiento de dos funciones objetivo F1 y F2 antagónicas, que ponderan los caudales de crecidas y de estiajes respectivamente, y su dependencia con los valores de los parámetros del modelo. En particular se observa una tendencia más fuerte, en ambos casos de estudio, a la obtención de modelos equifinales sobre el espacio de lafunción F2. Se planteó una heurística para la definición de un modelo óptimo, basada en la minimización de la norma euclídea sobre el plano (F1;F2). Los parámetros así obtenidos producen resultados de similar calidad a los óptimos individuales de cada función objetivo. Estos parámetros no resultarían directamente traspolables, restando aún agotar metodologías más sólidas de análisis de incertidumbre, como el método GLUE por ejemplo (Beven y Binley, 1992) antes de descartar la posibilidad de regionalización de dichos parámetros. AGRADECIMIENTOS A la Secretaría de Ciencia y Tecnología (UTN) por el apoyo recibido a través del subsidio al Proyecto de Investigación consolidado “Caracterización experimental y modelación numérica de los procesos de infiltración, intercepción vegetal e impacto por incendios en cuencas de Córdoba”, Código UTI984. 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