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Antropologia_fueguina_La_dalca_y_la_nave

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Alberto Trivero Rivera 
 
 
ANTROPOLOGIA FUEGUINA 
 
LA DALCA Y LA NAVEGACIÓN 
EN LOS CANALES PATAGÓNICOS 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
2017 
 3 
ÍNDICE 
 
 
1. ADAPTACIÓN DE LA ETNIAS CANOERAS 5 
1.1. Adaptación ancestral al ambiente patagónico 5 
1.2. Adaptación biológica: alimentación, clima, vida canoera 9 
1.3. Adaptación cultural: las embarcaciones patagónicas 11 
 
2. LA CANOA MONÓXILA CON POPA TRONCA 14 
2.1. El bongo en los canoeros fueguinos: un empleo marginal 14 
2.2. Evolución de la canoa monóxila a fines del siglo XX 17 
 
3. LA CANOA DE CORTEZA 20 
3.1. La obtención de las planchas de corteza 23 
3.2. La construcción de la canoa de corteza 27 
3.3. La canoa de corteza en los relatos coloniales y del siglo XX 35 
 
4. LA DALCA DE TABLONES 45 
4.1. Origen de la dalca de tres tablones 45 
4.2. La obra magistral de los chonos 52 
4.3. La construcción de la dalca 60 
4.4. Armando y desarmando a la dalca 62 
4.5. La dalca en las descripciones coloniales 64 
4.6. Evolución y difusión de la dalca durante la colonia 69 
 
Referencias bibliográficas 74 
 
 
 
 
 4 5 
1. ADAPTACIÓN DE LAS ETNIAS CANOERAS 
 
 
1.1. Adaptación ancestral al ambiente patagónico 
 
Las tres etnias canoeras patagónicas son la evidencia de un 
grande éxito biológico de una extraordinaria adaptación al clima sub-
antártico, a sus recursos naturales y a la vida acuática. Mientras en el 
mundo ártico, la solución adaptativa fue principalmente cultural, en 
aquello antártico fue también biológica: de aquí que la antropología 
física tiene que asociarse estrechamente a la cultural para 
permitirnos la comprensión de una cultura que, de lo contario, se 
volvería poco comprensible1. La adaptación cultural es o puede ser 
relativamente rápida; la biológica requieres miles de años. Por lo 
tanto, las etnias canoeras patagónicas comenzaron a adaptarse a 
condiciones de vidas propias de las áreas sub-polares hace muchos 
miles de años. 
 
 
Izquierda: Niños inuit: adaptación cultural al frío (fotografía de autor desconocido, 
primeras décadas del siglo XX). Derecha: Niños kawesqar: adaptación biológica al 
frío (fotografía de J. Emperaire
2
, años ’40). 
 
 
1
 Trivero 2013:3. 
2
 Emperaire 1950 
 6 
Entre las adaptaciones propias de los pueblos canoeros, 
encontramos la que podemos definir una 'forma de vida transcurrida 
durante gran parte de su existencia en la embarcación', lo cual 
conllevó una profunda adaptación tanto cultural, cuanto biológica. 
Para los pueblos canoeros la embarcación, cualquiera que sea su 
forma, representa el artefacto fundamental de su vida: es el lugar 
donde trascurren una parte importante de su tiempo, donde 
cocinan, donde alojan durante el día, donde crecen a sus hijos, 
donde realizan muchas de las actividades cotidianas necesarias para 
sustentarse. 
"Divídanse en varias parcialidades esparcidas por muchas islas, como 
en el archipiélago de Chiloé. No tienen morada cierta, de continuo 
traen el hato a cuestas, mudándose con su familia de isla en isla a 
coger marisco, que es su ordinario sustento, sin tener otras chácaras 
ni sementeras; a que añaden beber el aceite de lobos, con que traen 
el color pálido, y a la causa viven lo más del año dentro del mar, 
porque les es fuerza buscar en él su sustento"
3
. 
 
 
Pobladores de la isla de Alao, de probable origen chono, alojando en la playa de 
Achao y usando la vela de su lancha para protegerse, no obstante hubiera una 
bodega a disposición para alojar (foto de C. Jara, negativo del Autor). 
 
3
 Ovalle 1648:395. 
 7 
 
Si bien las tres etnias canoeras más importantes de la Patagonia 
occidental - chonos, kawéskar y yagan4 - comparten una forma de 
vida muy parecida, nómada y marina, sin embargo estas presentan 
entre si importantes diferencias culturales que van mucho más allá 
del idioma. Desde luego hay razones objetivas relacionadas con el 
ambiente geográfico que estimularon mayormente los unos antes 
que los otros en adquirir habilidades diferentes. 
Es importante destacar que en el importante sitio arqueológico 
de Monteverde, cerca de Maullín, hay muestra de la presencia de un 
grupo humano antes que esta región participara de un 'horizonte 
mapuche' y puede suponerse que se trate de los antepasados de las 
etnias fueguinas. 
"El sitio arqueológico Monteverde documenta el referente más 
antiguo de lo que podríamos llamar 'una tecnología de la madera', 
su amplio conocimiento en un contexto de selección cultural del 
ambiente de aquellas especies de más alto rendimiento para las 
necesidades del hombre: resistencia, flexibilidad y dureza para la 
confección de viviendas, armas y otros instrumentos; energía 
calórica para fuego, y otras cualidades físicas de ésta. Todos estos 
antecedentes nos inducen a rastrear y plantear hipótesis sobre 
correlaciones, o precedentes, para entender el proceso de formación 
de las poblaciones canoeras, en registros arqueológicos tales como 
éste. Sin embargo, el estado fragmentario de la evidencia actual nos 
restringe de manera importante en la búsqueda de sustento para 
estas ideas"
5
. 
Por lo tanto, si bien el encuentro de los chonos con la cultura 
mapuche presente en la parte más meridional del Mapu fue 
seguramente provechoso y de estímulo cultural, la capacidad de 
labrar la madera y de realizar tablas no fue necesariamente 
aprendida de los mapuches. 
 
4
 A veces se cita un cuarto grupo canoero, el haush: nos parece correccto incluirlo 
dentro de la etnia yagan. 
5
 Ocampo y Rivas 2004:319. 
 8 
 
 
 
Distribución geográfica de los pueblos canoeros: hay que tener presente que 
tratándose de etnias nómadas las 'fronteras' de sus respectivas áreas de 
frecuentación son muy escurridizas. 
 
 9 
Los pueblos canoeros venían de una tradición marinera muy 
antigua y es probable que colonizaran por mar a la Patagonia 
Occidental, y antes de llegar a estas latitudes australes, seguramente 
recorrieron la costa americana del Océano Pacífico, tal vez desde su 
parte más septentrional6. Fritz Graebner "estima que la cultura 
fueguina es la más antigua del continente"7. 
 
 
1.2. Adaptación cultural: las embarcaciones patagónicas 
 
Para todos ellos, la embarcación representaba el elemento 
esencial de su cultura y de su propia vida, pues con ella no solamente 
se procuraban el sustentamiento cotidiano, sino era también su 
'habitación' habitual durante el día y a menudo también durante la 
noche, por lo menos cuando la temporada lo consentía. De allí que 
no puede extrañar que tuvieran diferentes clases de embarcaciones, 
con características diferentes y para aplicaciones igualmente 
diferentes. 
Se conocen tres clases de embarcaciones: 
a) El bongo8, canoa monóxila con popa tronca, que a primera vista 
parecería ser la embarcación más antigua que navegó en los 
canales de la Patagonia chilena; sin embargo, el bongo es una 
embarcación apta para aguas muy tranquilas, como los lagos, los 
esteros y las bahías bien protegidas del oleaje, por lo cual las 
 
6
 Las etnias canoeras fueguinas presentan características genéticas que las 
diferencian profundamente de todos los demás pueblos amerindios (por ejemplo, la 
ausencia del haplotipo mitocondrial A). Hay razones para suponer que su presencia 
en el continente Americano fue muy temprana y anticipó a las grandes olas 
migratorias que cruzaron Beringia por tierra cuando el descenso del nivel oceánico 
abrió ese corredor entre Siberia y Norte América: lo cual implica que lo hicieran 
navegando, con lo que esto comporta en conocimientos marinos y capacidades de 
construcción náutica. 
7
 Citado por Latcham 1930:68. 
8
 También usado por los mapuches que lo llamaban wampo o wampu, de donde 
viene bongo. 
 10 
etnias canoeras patagónicas relegaron el bongoa un uso limitado, 
mientras para los viajes más largos o en mares más abiertos 
recurrieron a embarcaciones mucho más adecuadas. 
b) la canoa de corteza, construida cosiendo tres o más planchas 
de corteza: su forma era bastante simétrica, proa y popa, poco o 
nada distinguibles; su fondo generalmente era plano y su forma 
arrufada. 
c) la dalca9 de tres tablones, construida con tres grandes tablones 
de madera, sobre todo alerce o ciprés, también cosidas con fibras 
vegetales, su fondo era plano y su forma arrufada; al momento en 
que fue conocida y descrita por los occidentales, su diseño llevaba 
notable antigüedad y solamente desde el siglo XVII su forma 
evolucionó por influencia de la presencia española. 
¿La dalca representa una evolución de la canoa de corteza? Así 
parece pensarlo Latcham compartiendo la opinión de Fritz Graebner 
según el cual "la canoa de corteza precede y es la precursora de la 
dalca"10. Opinión desechada por otros autores que remarcan como 
entre las dos embarcaciones haya diferencias sustanciales en el 
aspecto, en la técnica de construcción y en el manejo marinero y 
opinan que la canoa magallánica de corteza y la dalca de tablones 
representen dos procesos evolutivos separados e independientes. En 
efectos los estudiosos se dividen entre quienes estiman que la dalca 
de tres tablones deriva de la de corteza del mismo diseño de la canoa 
fueguina de corteza, y por lo tanto es más reciente, los que, al 
contrario, creen que la misma estimuló la evolución de la canoa 
 
9
 Según Febrés dalca viene del mapudungún dallka = balsa. Sin embargo hay 
hipótesis alternativas. Terry L. Jones en Polynesian in América (2011:268) estima 
que sea una palabra chona: "probably originally from the extinct Chono language 
formerly spoken on Chiloé Island". En opinión de Latcham es palabra cunca. De la 
misma opinión también Subercaseaux (1965) que le atribuye origen cunco y una 
posterior incorporación en el mapudungún. Nosotros compartimos el punto de vista 
de Latcham y Subercaseaux acerca del origen cunco (o chono) de la palabra y su 
posterior incorporación en el mapundungún. 
10
 Citado por Latcham 1930:68. 
 11 
hasta que asumió la misma forma de la dalca, y, en fin, los que 
suponen dos evoluciones paralelas pero independientes, siendo la 
historia de las migraciones chonas diferente de las de yaghan y 
kawéskar. En su aspecto exterior, las canoas de corteza y las dalcas a 
veces tanto se parecen entre ellas que en las fotografías de fines del 
siglo XIX y comienzos del XX a menudo resulta difícil distinguirlas, 
como también destaca Omar Ortiz-Troncoso11, a menos de no ser 
fotografiadas de corta distancia. 
Muchas veces se da por asentado que la dalca de tres tablones 
suponga una complejidad constructiva superior a la de corteza: sin 
embargo no es así. Ambas ponen en su construcción desafíos 
diferentes, pero la separación de la corteza de un árbol en un solo 
trozo y con un largo de seis, ocho o más metros, no es más fácil que 
labrar un tablón de la misma medida, y tanto la una como el otro 
después tienen que someterse a elaboraciones para asegurarles la 
forma correcta. El solo hecho seguro es que al momento de la 
conquista española, los veliches12 y los chonos usaban la dalca de 
tres tablones, los kawéskar y los yagan en sus diferentes diseños. 
Desde el punto de vista de la eficacia marinera de estas dos 
clases de embarcaciones, cada tipología tiene sus puntos fuertes. La 
canoa de corteza era mucho más liviana, lo cual la hacía muy 
manejable también con oleaje proceloso; pero era más frágil, pues la 
corteza se volvía quebradiza, y su duración en el tiempo por lo 
general no sobrepasaba los dos o tres años. La dalca, más pesada, 
poseía menor maniobrabilidad; pero era mucho más robusta y 
durable, también decenas de años, podía desarmarse rápidamente y 
con relativa facilidad después rearmarse, lo cual permitía llevarla por 
tierra en recorridos por medios de los cuales se cruzaban 
 
11
 Ortiz 1975. 
12
 Con 'veliches' identificamos al horizonte cultural proprio del archipiélago chilote 
en el cual se fundieron cultural y físicamente la población chona ya presente con la 
población huilliche entrada desde norte. Si bien la cultura veliche es parte de la 
mapuche, en la primera se suma los aspectos más existosos tanto de la cultura 
mapuche, como chona, en un completo sincretismo. 
 12 
promontorios evitándose largos periplos, come se da en el caso del 
istmo de Ofqui y de la península de Taitao. 
Los chonos compartieron con kawéskar y yagan una forma de 
vivir semejante, pero no es probado que compartieran el mismo 
origen étnico. Los primeros demostraron una aptitud a la navegación 
oceánica mayor que los otros. Es interesante anotar que en el 
período colonial, cuando presionados por los malones veliches13 los 
chonos ocuparon muchos canales al sur de la península de Taitao, los 
kawéskar dejaron de construir sus embarcaciones de corteza y las 
hicieron con tablas. 
Los yagan, cuando desde la segunda mitad del siglo XIX 
empezaron a adoptar embarcaciones diferentes de la canoa de 
corteza, no construyeron dalcas, sino bongos, a los cuales les 
agregaron dos tablones laterales para levantar mayormente a la 
borda: tablones no labrados sino recuperados de los desechos que 
hallaban en las playas después de los frecuentes naufragios de navíos 
occidentales. 
En fin, nos parece posible, pero no comprobado, que la dalca de 
tres tablones sea una derivación de la canoa de corteza: una 
transformación realizadas solamente por los chonos, tal vez por los 
que vivían en las orillas del golfo de Reloncaví, así como en otras 
áreas del archipiélago chilote y del continente a su enfrente, 
estimulados por la frecuente disponibilidad de grandes alerces 
derribados por causas naturales y presentes en las cercanías de las 
playas. 
 
13
 Después de la ocupación hispánica de Chiloé, los españoles, decepcionados por 
las faltas de recursos del archipiélago, vieron en la venta de esclavos en el puerto de 
Callao la forma de enriquecerse. A los indios encomendados les impusieron de 'cazar 
chonos' para entregárselos: de no hacerlo, iban a esclavizarlos y venderlos a ellos 
mismos. Eso dio origen a las malocas de chonos. Con anterioridad a la conquista, al 
no haber competición entre mapuches y chonos puesto que tenían formas de vida 
muy diferentes y complementarias, no se dieron guerras entre las dos etnias: al 
contrario, hubo intercambio de productos y mestizaje al incorporarse grupos chonos 
por parte de los mapuches, teniendo así origen el 'horizonte veliche' propio de 
Chiloé. 
 13 
Desde luego, para los kawéskar fue seguramente así: pasaron de 
la canoa de corteza a la de tres tablas, estimulados por la presencia 
de los chonos, cada vez más presentes en sus áreas tradicionales, y 
sobre todo por un creciente mestizaje. Pero esto no prueba que 
ocurriera lo mismo también para los chonos, puesto que las dos 
etnias participan de una misma forma de vida, pero no de una misma 
origen e historia evolutiva. 
La falta de restos arqueológicos precolombinos de todas las 
tipologías de embarcaciones fueguinas, restos que difícilmente 
pueden dejar aquellas de corteza, impiden alcanzar una conclusión 
segura y, por lo tanto, la cuestión sigue abierta. 
 
 
 14 
2. LA CANOA MONÓXILA CON POPA TRONCA 
"Las canoas monóxilas han sido descritas en la etnohistoria y en la 
etnografía como un recurso adaptativo no especializado y 
caracterizadas por su versatilidad ya que se utilizarían para la 
navegación tanto en contextos marítimos como lacustres, fluviales y 
palustres"
14
. 
El bongo o canoa monóxila es mucho más que un tronco vaciado. 
Su construcción requiere habilidades y conocimientos frutos de siglo 
de experimentación: desde la elección del árbol más aptopor forma 
y calidad de madera, hasta su corte y limpiado, que tenía que 
realizarse el la temporada oportuna. La realización del vaciado, 
recurriendo tanto al fuego cuanto a herramientas líticas, era una 
operación delicada, debiéndose dejar las paredes laterales 
suficientemente delgadas para reducir el peso de la canoa y bajar 
mucho su baricentro, pero no tanto da arriesgar su firmeza; luego de 
haberle dado forma a la proa, había que ensanchar la parte central 
del casco, lo que se obtenía aplicando travesaños y calentando con 
fuego y agua hirviendo; y cualquier error comprometía semanas y 
semanas de trabajo. 
 
 
2.1. El bongo en los canoeros fueguino: un empleo marginal 
 
El uso del bongo es repetidamente documentado entre todas las 
etnias fueguinas, así come entre los veliches: pero se trató siempre 
de una embarcación marginal, o más exactamente complementar a 
las otras. En los canales magallánicos, en los antiguos cronistas no 
hay referencias a la presencia de canoas monóxilas: o por no 
haberlas, o por no haberles llamado la atención por su marginalidad. 
En Chiloé todavía había bongos bien entrado el siglo XX, aunque su 
presencia y sobre todo su uso son ocasionales. 
 
 
14
 Lira 2006:1478. 
 15 
 
 
 
Bongo en el puerto de Castro en 1949 (fotografía de Autor desconocido). 
 
 
 
Bongo en Puerto Edén en 1951 (colección del Autor). 
 
 16 
 
Diego Rosales nos dejó una descripción muy precisa del modo de 
construir el bongo, la cual se basa sobre todo en los modelos 
observados en el área mapuche: 
"La otra embarcación muy usada en este reyno es de canoas: 
derriban un árbol grueso y alto, desvastan el tronco o plan que ha de 
servir de quilla, caban el corazon hasta dexar el plan de cuatro dedos 
de grueso y los costados poco más de dos, y acomodan el güeco para 
buque, la extremidad más delgada para proa, y la más gruesa para 
popa, donde se asienta el que gobierna con una pala que llaman 
canalete, y guando es grande sirven otros dos de remeros a los lados 
y reman en pié sin estribar en el bordo de la canoa, con que la trahen 
tan ligera que apenas toca el agua. Pero como son redondas son 
celosas y suelen trastornarse. 
Son moderadas, y la mayor que he visto fue en Toltén, capaz de 
treinta personas […]. 
No son en Chile los arboles tan gruesos, ni tienen los indios 
instrumentos con que labrar los palos que no alcanzan, sino un toqui 
o una azuelilla del tamaño de un formon que la encaba como 
martillo, y con su flema van cabando un arbol gruesso, gastando 
mucha chicha en tres tiempos, uno al cortar el arbol, otro al 
desvastarle y otro al concabarle, y otro gasto y fiesta al echarla al 
agua. Y antes que tubiessen instrumentos de ferro, y los que oy nos 
los tienen en las provincias cercanas al Estrecho de Magallanes, 
hazen las canoas con gran trabajo, y caban un arbol muy gruesso 
con fuego, y con unas conchas de mar le van raiendo, aplicando el 
fuego moderadamente al rededor del arbol, atendiendo a que nos 
gaste sino aquella parte necesaria para derribarle, y con lentas 
llamas le trozan, sucediendo las conchas, que ni tienen más achas ni 
azudas para descortesarle, pulirle y darle la perfección. Y con el 
mismo trabaxo y faltas de herramientas abren el buque, quemando a 
pausas el corazón del arbol y raspando con las conchas lo que labra 
el fuego; y aunque tarde y espaciosamente, vienen a sacar su 
embarcación tan bien labrada como si tubieran los instrumentos 
necesarios; y hacen mas que nuestros artifices, pues sin instrumentos 
obran a fuerza de industria y de paciencia lo que ellos con ayuda de 
azerados instrumentos. Tan ingeniosa es la necesidad y la naturaleza 
 17 
en los mas rusticos para su conservacion, como en los mas politicos 
el arte. 
Con estas, aunque debiles canoas, se arroxan al mar a pescar, como 
lo hacen los de la Imperial en la pesca de las corbinas, que es muy 
copiosa, y tambien a dar asalto a los enemigos..."
15
. 
Según resulta de los restos arqueológicos encontrados, fechados 
entre el XV y el XX siglo, las maderas más empleadas por los pueblos 
de la ribera patagónica occidental fue el coigüe (Notophagus 
dombeyi), el raulí (Nothofagus alpina), el laurel (Laurelia 
sempervirens) y el ulmo (Eucryphia cordifolia). 
 
 
2.2. Evolución de la canoa monóxila a fines del siglo XIX 
 
En la segunda mitad del siglo XIX, la influencia de los botes con 
diseño occidental de los cazadores de lobos y ballenas que recorrían 
la costa patagónica y los canales magallánicos, se hizo sentir en el 
desarrollo de la canoa monóxila. Facilitados por la presencia de 
tablas de madera provenientes de los naufragios y por la 
introducción de herramientas y de clavos de acero, la forma del 
bongo tuvo una modificación sustancial. El casco se alargó y las 
bordas se levantaron con la superposición de tablas, afirmadas con 
cuadernas clavadas: surgió así un extraño pero funcional híbrido 
entre el bote y el bongo. 
Al parecer, esta evolución fue propia solamente de la etnia 
yagan, que nunca construyó dalcas de tablones y para los cuales el 
bongo con bordas completadas con tablones reemplazó 
progresivamente a la canoa de corteza: 
"Durante muchas generaciones los yaganes habían construidos su 
canoas con corteza de árbol. Estas, al cabo de un año poco más o 
menos, se pudrían y los nativos se veían obligados a construir 
nuevas, o correr el riesgo de que se les desfondaran en medio de una 
tormenta. Ahora […] las hacían de troncos; no eran tan marineras, 
 
15
 Rosales 1877:1,174. Escribió su obra entre 1666 y 1674. 
 18 
pero tenían la ventaja de una larga duración, y podían ser encalladas 
sobre costas pedregosas, mientras que las de corteza debían ser 
ancladas lejos de la costa"
16
. 
 
 
Bongo con tablas laterales fijadas con cuadernas. Postales de comienzos del siglo XX. 
 
 
16
 Bridges 2010:147-8. 
 19 
 
Los kawéskar en el siglo XIX ya se habían mestizados con los 
chonos y antes adoptaron el uso de la dalca, y desde fines de ese 
mismo siglo, o comienzos del XX, empezaron a construir chalupas 
siguiendo los modelos propios de los constructores chilotes. En 
cuanto se refieren a los chonos, en fin, durante el siglo XIX se 
produce su progresiva extinción causada tanto por las enfermedades 
y los asesinados, cuanto por el mestizaje y su incorporación en la 
población chilota. 
. 
 
En Chiloé, tierra de grandes artesanos marinos, durante los siglos 
XIX y XX el bongo no experimentó ninguna mejoría, tal vez porque se 
construyó muy ocasionalmente y, sobre todo, a construirlo se 
dedicaron campesinos no expertos de construcciones navales: su 
empleo se limitó al transporte de los productos del campo en 
recorridos muy limitados o en el ámbito del puerto. 
 
 20 
3. LA CANOA DE CORTEZA 
"Las canoas fueguinas eran casi perfectas, si bien, al igual que la 
sofisticada maquinaria actual, no eran infalibles. Cualquier invento 
puede, por último, agotar sus posibilidades de mejora: llegar a ser 
'no perfectible', aunque no por ello perfecto. Los constructores de la 
canoa yagana habían alcanzado ese relativo estado de perfección, 
probablemente un poco después que los yaganes llegaran a la zona 
(6.000 años atrás), cuando innúmeras mentes lucharan para resolver 
los problemas suscitados por la necesidad de tener dicho vehículo, 
los materiales disponibles y el cambiante entorno en que vivían"
17
. 
Al momento del primer encuentro con los europeos, las canoas 
fueguinas de corteza eran una embarcación que desde hace mucho 
tiempo había alcanzado su máxima posibilidad evolutiva y en cierto 
aspecto podía definirse excelente y 'no perfectible', para usar una 
expresión de Anne Chapman. 
Por otra parte hay que tener presente que los yaganes se 
asentaron en la parte más meridional de laPatagonia por lo menos 
6.000 años aP, y la alcanzaron navegando y cruzando los peligrosos y 
correntosos canales de la Patagonia Occidental: por lo tanto ya 
entonces tenían embarcaciones en grado de realizar esa hazaña y es 
plenamente compartible la opinión de la etnóloga que la canoa de 
corteza hace miles de años que alcanzó la forma con la cual la 
conocieron los viajeros coloniales. 
En efectos, los restos arqueológicos más antiguos encontrados en 
los canales más australes de la Patagonia y de la Tierra del Fuego se 
remontan a 6.000 años antes del presente y son artefactos que se 
refieren en modo evidente a una forma de vida basada en la 
explotación de los recursos de la costa marina. Todo hace creer, por 
lo tanto, que correspondan a los directos antepasados de las actuales 
poblaciones y que, como para los posteriores canoeros fueguinos, 
también para la cultura que nos dejó aquellos restos arqueológicos, 
fuera imprescindible disponer de algún medio de navegación. 
 
17
 Chapman 2102:52-54. 
 21 
 
"La canoa era fabricada con corteza de árbol, principalmente de 
lenga, medía 5 metros de largo y 1 de ancho y era manejada por la 
mujer desde la sección posterior de la misma. Las canoas eran el 
elemento más elaborado de la artesanía de los yámanas y su 
propiedad más valiosa, como que su vida dependía de poseerlas. 
Placas de corteza cosidas entre sí eran mantenidas abiertas con 
una armazón de varillas de madera hendidas al medio y retenidas 
en posición arqueada por travesaños y por bordas de madera 
longitudinales. El piso era reforzado con más placas de corteza y en 
el centro se confeccionaba una plataforma de tierra o guijarros, 
sobre la que se mantenía fuego siempre encendido. Aunque las 
había más grandes, en general esas canoas medían entre 3 m. y 5,5 
m. de largo y podían transportar seis o siete personas. No tenían 
quilla ni timón. Eran de fondo plano, lentas, se bamboleaban 
mucho y era necesario desagotar continuamente el agua que se 
filtraba por las costuras, pero se mantenían bien a flote aunque el 
agua estuviera agitada. Podían navegar bien sobre las frondas de 
algas, capacidad muy importante para poder acercarse a las costas 
pues éstas estaban en su mayor parte bordeadas por densas 
frondas de cachiyuyos. Los propios remos, de pala muy larga y 
mango muy corto, permitían impulsarse sobre las frondas de 
cachiyuyos sin enredar el remo en las mismas. Las encargadas de 
remar eran habitualmente las mujeres, pero cuando era necesario 
también lo hacían los varones. Salvo accidentes, solían durar seis 
meses a un año; la época habitual de confección era octubre a 
febrero, cuando la corteza podía ser desprendida de los árboles con 
facilidad"
18
. 
La canoa de corteza fue propia tanto de los yagan, cuanto de los 
kawéskar. 
Su forma y dimensión fue muy variable, condicionadas casi 
seguramente por la posibilidad de separar de los troncos grandes 
planchas de corteza sin dañarlas, así como por la capacidad manual 
de la familia que la construía. Hay canoas con el fondo plano y otras 
 
18
 http://faggella.com/histoargenta/yaghan.htm 
 22 
con el fondo redondo (en sección), con el casco derecho o arrufado, 
con la proa y popa muy o poco sobresalientes, anchas o estrechas, lo 
cual hace muy difícil dar una descripción unitaria de esta 
embarcación: por lo tanto hay que tomar en cuenta una amplia gama 
de canoas de corteza, diferentes tanto por su forma, cuanto por su 
técnica de construcción. 
La canoa de corteza más importante, y también de mayor 
dimensión, era aquella cuya forma recordaba mucho a la dalca con la 
cual, tale vez, compartió un origen común. 
Los bordes de la canoa eran reforzados por unas varas flexibles 
que a menudo sobrepasan proa y popa dando la impresión de ser un 
elemento central como el la dalca: por esta razón en las fotografías 
antiguas muchas veces no se logran distinguir las canoas de las 
dalcas. Encima de las varas se colocaban unas tiras de corteza como 
un forro para darle consistencia al bordo de la canoa. 
 
 
Modelo de canoa de corteza (de http://faggella.com/histoargenta/yaghan.htm). 
 
 
Modelo de canoa de corteza (en McEwan et alii 1997:82). 
 
 23 
 
Dibujo de la canoa de corteza conservada en el Museo Nacional de Marina de 
Amberes (de Hidalgo et alii 1996:141). 
 
Por lo general se construían ocupándose el menor número 
posible de planchas de corteza, en cuanto las coseduras representan 
el punto más crítico de la canoa, tanto por las filtraciones de agua, 
cuanto por debilitar su resistencia mecánica: es así que el casco de 
las canoas más chicas a veces se construía con una sola plancha de 
corteza. La dimensión podía superar los seis metros de largo, pero 
por lo general era más corta, y el casco a veces era arrufado, otras 
veces rectilíneo. Su duración en el tiempo generalmente era de unos 
dos o tres años: la corteza a veces marchitaba y con el tiempo se 
volvía quebradiza. 
La canoa de corteza representó la embarcación principal de los 
yaganes y los kawéskar, o tal vez la única si es cierto que no 
conocieron al bongo, por lo menos hasta bien entrado el XIX siglo (lo 
cual es controvertido). 
 
 
3.1. La obtención de las planchas de corteza 
 
La obtención de grandes planchas de corteza era una tarea muy 
delicada y difícil de realizar con los modestos instrumentos a 
disposición de los pueblos canoeros. 
El antropólogo Martín Gusinde, sacerdote del orden de Verbo 
Divino, en su monumental obra Feuerland Indianer
19, publicada a 
 
19
 Publicada en castellano con el título Los Indios de la Tierra del Fuego. 
 24 
partir de 1931, recogió una extraordinaria cantidad de informaciones 
acerca de todos los aspectos de la vida de los pueblos de la Tierra del 
Fuego, y también de su forma de navegar y de construir sus propios 
medios de navegación. Él describió en forma detallada el modo 
utilizado para conseguir grandes planchas de corteza: 
"Sus canoas se componen de la corteza de no más de una pulgada de 
grosor del mencionado árbol resinoso, esto es, de tres trozos, de los 
cuales uno constituye el fondo o la quilla, y los otros dos las paredes 
laterales. Su paciencia y perseverancia para desprender esta corteza 
son de hecho admirables. [...] Para este trabajo no tienen otra 
herramienta que un pedernal algo afilado […]. Aunque estos 
vehículos son de burda construcción, acusan, sin embargo, en 
general, una destreza de los indios y les demandan, por lo demás, a 
causa de la carencia de herramientas necesarias, una gran cantidad 
de tiempo y trabajo"
20
. 
"Cuando se localiza el tronco apropiado, a lo menos tres hombres se 
unen en el trabajo conjunto de desprender la corteza. Se arroja una 
larga cuerda de cuero, a una altura conveniente, sobre una rama 
fuerte, de modo que ambas mitades cuelguen hasta el suelo. Una de 
las mitades termina en un lazo que un hombre joven, todavía de pie 
en el suelo, se enrolla en el cuerpo; el extremo de la otra mitad es 
tomado por un hombre que está muy cerca del tronco elegido. Bajo 
la atracción de la cuerda el hombre joven trepa al tronco; para ello 
utiliza pies y manos y es asistido por el fuerte tirón del otro hombre 
que lentamente levanta la cuerda. A una altura marcada de 
antemano, el joven comienza a hacer arriba un corte vertical en la 
gruesa corteza, y lo extiende lentamente hacia abajo, de a poco, 
mientras que se mueve en forma descendente, sostenido siempre por 
el otro hombre mediante la cuerda de cuero. Dado que el primero 
está sujeto por el lazo tiene las manos libres para su tarea, hasta que 
él mismo puede pararse sobre el suelo. 
Luego sube nuevamente, de la manera ya indicada, y, en la parte 
superior, hace un corte en torno del tronco, en dirección horizontal. 
Si el grueso del tronco es mayordel requerido, no le queda otra cosa 
que hacer nuevamente un corte longitudinal de arriba a abajo. 
 
20
 Antonio de Córdova, citado por Gusinde 1991:III,234. 
 25 
Cuando lo ha hecho le faltará sólo otro corte horizontal en torno del 
tronco, un poco más arriba del suelo; con ello el trabajo del joven 
habrá concluido. Luego sigue la tarea de desprender la corteza, para 
lo cual se necesitan dos personas, una cuña de hueso y un 
desprendedor de corteza, nombre con el que deseo designar a la 
última herramienta mencionada; ambos instrumentos concuerdan 
precisamente con los mismos usados por los yámana (T II, 426). El 
primero es un auténtico cuchillo de más o menos 45 cm de largo y 
aproximadamente 12 cm de ancho; la otra herramienta se podría 
comparar, según su forma, con un cuchillo de hueso para cortar 
papel, de más o menos 60 cm de largo. Ambos son elaborados de 
gruesas costillas de ballena. La mayoría de los hombres prefieren 
una piedra aguzada de más o menos 25 cm de largo, o eligen un 
pedazo de hueso corto y lo pasan a través de la corteza con ayuda de 
una piedra, del grueso de un puño, usada como martillo. 
Generalmente el desprendimiento comienza en el corte horizontal 
superior, donde con mucho cuidado se separa el borde del gran trozo 
de corteza que se va a desprender, de la madera propiamente dicha. 
Primero se desgarra toda la fibra y, mientras mejor resulte, el 
hombre que está trabajando más firmemente presiona con sus puños 
en el espacio logrado, lo amplia poco a poco, hasta que, por último, 
pueda caber con su propio cuerpo; apoyando la espalda contra el 
tronco, empuja el trozo de corteza desprendido cada vez más hacia 
adelante, hasta que llega abajo, a tierra, y la larga placa de corteza 
se ha separado del tronco. Debe emplear mucha fuerza, pues la capa 
de líber que tiene que desprender es más o menos dura. 
Tomando en cuenta esto, los indígenas eligen, para desprender la 
corteza, la época que va desde comienzos de septiembre hasta fines 
de octubre"
21
. 
"Frente a esta embarcaciones de quebradiza corteza, construidas con 
las herramientas de hueso más sencillas que se podían concebir, y sin 
el empleo de avíos de metal, no se puede negar una sincera 
admiración al espíritu inventivo de los indígenas"
22
. 
 
21
 Gusinde 1991:III,238. 
22
 Gusinde 1991:III,247. 
 26 
No obstante sea tan detallada, la descripción de Martín Gusinde 
no ilustra plenamente toda la complejidad de las operaciones 
necesarias para extraer grandes planchas de corteza, transportarlas y 
hacerla aptas para la construcción de una canoa. 
Carlos Pedro Vairo23 en 1989 dio vida a un grupo polifuncional de 
investigadores para estudiar detalladamente la técnica de 
construcción naval de los yaghan y reproducir una canoa de corteza 
descrita por James Weddel en 1823, el cual la había incorporada en 
la dotación de su propio velero. El grupo coordinado por Vairo realizó 
un excelente trabajo de 'antropología experimental', precedido por 
un estudio muy detallado de todos los antecedente históricos 
disponibles, demostrando cuanto fuera compleja la labor necesaria 
para extraer una corteza de un árbol de coihue blanco (Nothofagus 
Betuloides) de forma integral y de grandes dimensiones y que esta 
labor conllevaba muchas más dificultades de cuantas descritas por 
Gusinde, requiriendo habilidades muy precisas, fruto del acúmulos 
milenarios de conocimientos ancestrales24. 
 
 
El grupo coordinado por Carlos Pedro Vairo preparando las planchas de corteza para 
construir la canoa (de Vario 1989:24). 
 
 
23
 Actualmente director del Museo y del Presidio de Ushuaia. 
24
 Vairo 1994. 
 27 
Algunos de los testimonios de los cronistas coloniales parece 
apuntar al hecho que ocasionalmente todavía se hayan encontrado 
con embarcaciones de pieles cosidas: probablemente pieles de lobo 
marino. De ser cierto, podría tratarse de un uso muy ocasional 
porque los árboles de la región magallánica son pobres de tanino, 
indispensable para curtir las pieles, y las pieles no curtidas marchitan 
muy rápidamente. 
 
 
3.2. La construcción de la canoa de corteza 
 
Gusinde fue testigo presencial de la construcción de una canoa 
de corteza de relevantes dimensiones, para la cual se utilizaron 
también las dos planchas triangulares para la proa y la popa: 
"Como lugar real de trabajo se elige un sitio plano y abierto, con 
césped, libre de matorral. Allí se llevan los trozos de corteza y el 
indígena comienza a pulir en lo posible ambos lados. En la parte 
interior hay todavía una considerable capa de líber y, en la parte 
exterior, sobresalientes terroncitos de corteza, los que deben ser 
desprendidos hasta que se consiga una superficie uniformemente 
pulida. Las grandes conchas de mejillones afiladas o un raspador de 
hierro son apropiados para ello. 
Con la misma herramienta se comienza ahora a dar forma a los tres 
grandes trozos de corteza. El que se eligió para fondo de la 
embarcación es, en general, algo más grueso que los laterales. Al 
primero se le da, mediante el corte de todo su contorno, la forma de 
un cigarro, en el cual la mitad más ancha constituye la parte 
posterior. Las prolongadas piezas laterales reciben un borde superior 
rectilíneo, mientras que el borde restante, en forma de arco y 
extendido a lo largo, termina en una punta en ambas esquinas. 
Entonces, se necesitan dos varas de 30 mm de grosor, rectas, de la 
misma medida del largo planeado para la embarcación, ellas 
constituirán, a la derecha y a la izquierda, la verdadera borda 
superior definitiva. Para ello, por su madera resistente, se eligen las 
varillas rectas de la leñadura blanca (Maytenus magellanica). Por 
último, se efectúa el ensamble de los tres grandes trozos de corteza 
 28 
y, con ello, comienza la participación de las mujeres en la 
construcción de la canoa. 
Con este fin se erige un verdadero cercado oval compuesto de, más o 
menos, 15 varas del grueso de un brazo, de 150 cm de alto, 
enterradas en el suelo, en una extensión acorde con' la medida de la 
canoa planeada; en este espacio se distribuyen convenientemente 
los tres trozos de corteza. En el borde superior de los dos flancos 
longitudinales se fijan, una tras otra, las mencionadas varas, para lo 
cual se utilizan tiras de barbas de ballena de 3 a 5 mm de ancho. Se 
pasan por orificios que se han hecho anteriormente en la parte 
superior de la borda, en cada pared lateral, y se enrollan alrededor 
de las varas. 
Una vez que ambos trozos laterales de corteza están unidos a las 
varas que van fijas arriba, se ocupan de colocarlos en el cercado 
erigido; entre ambos estará la sección del fondo, con la cual se los 
une. Esto se hace adhiriendo primero el borde derecho de la base al 
borde inferior de la larga pared lateral derecha y, luego, se hace lo 
mismo con las mismas partes del lado izquierdo. También aquí se 
utilizan tiras de barbas de ballena, de aproximadamente 4 mm de 
grosor, haciéndolas pasar, en forma tirante, por los orificios 
practicados de antemano en los bordes que están a ambos lados. 
 
 
 29 
Litografía del siglo XVIII donde se observa la que parece ser una canoa de corteza 
con su característica proa muy levantada y su forma arrufada (de Chili et Patagonie, 
en L'Univers: Histoires et déscription de tous les peuples. Firmin Didot ed., Paris 
1840). 
 
Estos trabajos son típicas labores de las mujeres, y durante su 
desarrollo, la embarcación, que ya ha adquirido su forma y tamaño 
definitivos, es volcada o vuelta de un lado al otro. Sólo resta juntar 
uno o dos trozos de corteza triangular, en cierto modo como 
revestimiento, a Los bordes anterior o posterior del fondo, pues allí 
queda abierto un triángulo entre las dos grandes partes laterales. Ida 
decisiónde uno o dos revestimientos depende de si los largos trozos 
laterales se cierran o no por sí mismos en cada uno de los extremos 
de la embarcación. También estos trozos cortos son unidos a las 
partes contiguas, de la misma manera que ya se mencionó, con tiras 
de barbas de ballena. Entre tanto la canoa, que todavía no está lista, 
debe ser puesta de un lado u otro o completamente boca abajo, 
hasta lograr que la totalidad de los bordes quede firmemente unida. 
[…] 
La embarcación todavía no está lista y es dejada en su andamiaje de 
varillas para trabajos ulteriores. Primero se colocan de ocho a diez 
varas transversales, del grueso de un dedo, a la distancia 
correspondiente de un caperol al otro, y se encordelan firmemente 
para evitar un encogimiento de las partes laterales, para lo cual son 
especialmente apropiados los vástagos jóvenes del Drimys winteri. 
En cada extremo se les practica una profunda muesca de 2 cm, para 
evitar que se deslicen. Inmediatamente comienza la consolidación 
del interior de la embarcación, mediante unas treinta y cinco 
cuadernas de forma semicircular, del grueso de un dedo, que corren 
de un caperol al otro y van muy juntas, una al lado de la otra. Sus 
extremos se ajustan a las dos cuadernas que corren longitudinales y 
con ello adquieren un buen apoyo […] 
Para que el piso de la embarcación no sea perforado, se colocan 
sobre las cuadernas —en forma transversal al largo de la 
embarcación y con una separación de aproximadamente 80 cm de 
cada extremo de ella— de seis a ocho tiras de corteza de unos 30 cm 
de ancho y de 40 a 50 cm de largo, muy sueltas, que se ajustan a la 
curvatura del suelo de la embarcación, porque son húmedas y 
flexibles. Existe además el peligro de que la canoa sea perforada por 
 30 
las personas que pisan en ella o qué se abra un boquete a causa de 
un peso, porque está hecha sólo de corteza quebradiza y frágil. […] 
Cerca del centro de la canoa, queda un lugar libre para el planeado 
fogón, […] a saber: sobre una base compuesta de arena gruesa, 
colocada sobre un manojo plano de hierba, se ubica, directamente, 
el pequeño fuego conservado"
25
. 
Las dos piezas triangulares, como demostró Carlos Pedro Vairo, 
tienen mucha importancia en cuanto "los triángulos de proa y popa 
van por fuera para poder evitar que embarquen agua por las olas: sin 
esos triángulos de proa y popa la canoa se inunda; por otra parte, le 
daban el aspecto a góndola veneciana, mientras sin ellos sería un 
tronco mocho
26". 
 
El presbítero Pedro Mariano de los Ángeles Estala Ribera (1757-
1815) nos dejó una descripción muy detallada de la técnica de 
construcción de la canoa de corteza, aunque no siempre precisa, en 
la 'carta CCLIII' de su extendida obra El Viajero Universal
27: 
"Las canoas son de la corteza del arbol que da la resina, cuyo mayor 
grueso no excede de una pulgada, se componen de tres piezas, 
formando la de en medio la quilla, roda, codaste, y plan de ella, y las 
otras dos los costados. Es admirable la industria con que pelan estos 
árboles, no teniendo para este efecto mas instrumento que un 
pedernal algo puntiagudo y trabajado con que hacen unas cortaduras 
ó incisiones circulares en los dos extremos del tronco, y despues una 
alto á bayo que las une ; y á fuerza de paciencia y mala van sacando 
en una pieza la cáscara de todo el tronco del largo que ha de tener la 
canoa, que en algunas de un extremo á otro es de treinta á treinta y 
dos pies, incluyendo la curbatura que tiene la pieza de en medio, que 
 
25
 Gusinde 1991:III,239-242. 
26
 Carlos Pedro Vairo, comunicación personal. 
27
 El viajero universal o noticia del mundo antiguo y nuevo, obra recopilada de los 
mejores viajeros, Madrid, 1795-1801, 43 volúmenes, publicados anónimamente con 
la cifra DPEP detrás de la cual está el presbítero don Pedro Estala. Si bien Estala no 
salió de España y escribió su obra basándose en los relatos de otros autores 
precedentes, es tan preciso en la misma que no cabe duda que trascribió fielmente 
obras más antiguas, integrando las unas con las otras en un texto unitario. 
 31 
es la que forma la proa y popa: el largo ordinario de estas frágiles 
embarcaciones es de veinte y quatro á veinte y seis pies, su manga 
quatro, y de dos á tres su puntal. 
Para que esta corteza adquiera la curbatura y figura competente, 
sujetan los extremos á dos montones de piedras colocadas por la 
parte exterior, dexándole así dos ó tres días en que se va secando, y 
queda apta para la construccion: colocan despues casi 
perpendicularmente á la pieza de enmedio las otras dos que sirven de 
costado uniéndolas con unas costuras de junco seco, y rellenándolas 
de paja y lodo á fin de impedir en lo posible la introduccion del agua 
para dar alguna resistencia á los costados ponen en todo lo largo de 
la canoa unos palos en forma de arcos de pipa bien cerrados unos con 
otros, con lo qual toman la figura de una semielipsoyde, y forman la 
regala de los dos costados con dos palos gruesos bien unidos, en cuya 
regala afirman los arcos que sirven de barengas uniendo el todo con 
costuras y amarras de junco seco, y de trecho en trecho tambien 
colocan unos palitos transversales que hacen el oficio de vaos. 
Estando ya en este estado la canoa, revisten lo interior de casi toda 
ella con tiras de la misma corteza de un pie de ancho, cuyos extremos 
se hacen firmes en la regala; y para que adquiera finamente la 
curbatura que necesita, la calientan al fuego, pues entonces estan 
medio secas, y de esta suerte las aplican al parage conveniente. 
Ademas de esto forman una especie de emparrado desde la guarra 
parte de proa y popa suspendido del fondo corno medio pie, lo que 
sirve de cubierta dexando un espacio vacío en medio para achicar el 
agua. El emparrado consiste en unas palas puestas á lo largo, que 
descansan en otras transversales. Esto y todo lo demas de la canoa 
está cubierto, como se ha dicho, de corteza. Así es la construccion de 
sus embarcaciones, que á pesar de no estar muy bien trabajadas, no 
dexa de costarles tiempo y fatiga por falta de instrumentos propios 
para semejantes obras, que á la verdad es la unica en que 
manifiestan algun talento. No les era desconocida la ventaja de los 
cuchillos, hachas y clavos, pues desde luego hicieron ver que preferian 
estos utensilios á qualquiera otra cosa. Algunos obtuvieron alguna de 
estas prendas, y aun de pedazos de arcos de pipa procuraban 
imitarlas. 
Muchas de estas canoas son capaces de contener de nueve á diez 
Indios: las dan el movimiento con unos remos á modo de canaletes, 
que es el exercicio ordinario de las mugeres. Quando emprenden 
 32 
navegaciones largas, que siempre suelen ser con viento favorable ó 
calma, colocan un palito en la proa de la canoa, y aplican á él una piel 
de lobo marino, que tiene en su extremo superior otro atravesado á 
modo de berga, sujetando con la mano los extremos bazos de la piel, 
y esta corta vela les ahorra el trabajo de bogar. En medio de la canoa 
tienen algunas piedras con muchas cáscaras de marisco y arena, y 
sobre este cimiento encienden el fuego procurando mantenerle 
siempre con palitos y ramas proporcionadas. Son de la dotacion de 
cada canoa unos jarros como los que se ha dicho, y que sirven para 
achicar el agua que comunmente hacen; ademas tiene cada una 
varias betas para amarras hechas de junco y esparto de diferentes 
menas y grueso, que se asemejan mucho á las mas delgadas de las 
que se fabrican entre nosotros de iguales materiales. 
Parece imposible que en unas embarcaciones tan débiles y malas se 
atrevan á hacer las travesias y navegaciones que emprenden en un 
clima tan poco constante y sujeto á las repentinas variaciones de 
calmas á vientos impetuosos. No obstante, es seguro que con mucha 
freqüencia atraviesan el canal, y navegan largas distancias dentro del 
Estrecho,como lo prueba la familia, que desde Cabo Negro siguió á la 
fragata hasta Cabo Redondo, y el haber visto á la boca del canal de 
San Gerónimo muchos de los que se habian conocido en Puerto 
Galante. Tambien transportan en estos buques todo su ajuar guando 
pasan de unas partes á otras. Quizá se debe atribuir esta especie de 
osadia á la gran práctica y conocimiento que tienen del Estrecho; sin 
embargo de que no es dudable que muchos sean víctimas de su 
temeridad"
28
. 
 
28
 Estala 1798:102-106. 
 33 
 
Representación de una canoa de corteza en una litografía del siglo XVIII: dejando a 
un lado la forma ambigua de la proa, es evidente la presencia de tres plancha de 
corteza y del fondo plano. 
También en este caso es muy importante la experimentación 
concreta realizada por el grupo coordinado por Carlos Pedro Vairo 
precedentemente recordado. 
"La proa y popa podían ser terminadas de distintas maneras: si la 
canoa era chica directamente con los tres trozos de corteza cortados 
en punta. Si por el contrario se trataba de una de esas famosas 
canoas grandes, se le agregaba un triángulo en proa y otro en popa 
a los extremos mochos de la faja central a modo de continuación. De 
esa forma se alargaba la eslora si la corteza había quedado chica, 
dando el acabado de "góndola veneciana" Como esto lo pudimos 
averiguar después de la reconstrucción, cuando realmente 
entendimos y comprobamos para que servían estos triángulos, los 
colocamos igual. En el primer momento los pusimos unidos del lado 
interior, comprobando que no tenían la más mínima utilidad, salvo el 
aspecto de "luna de 4 días". Luego de meditar sobre el tema 
decidimos que sería más lógico colocarlos por fuera de la canoa, 
 34 
cubriendo la faja central y las bandas en las dos extremidades; por lo 
menos, de esa forma, tendría la utilidad práctica de reforzar dos 
puntos muy débiles de la canoa y que pueden sufrir mucho, como 
sucedió, tanto por las olas como por golpes y el resquebrajamiento 
producido por el constante humedecimiento y secado. Las canoas 
cuyas fajas de corteza terminan en punta no llevan este triángulo. 
Por lo general son canoas chicas y tiene la gran desventaja, corno lo 
comenta Gusinde, que presentan puntos débiles importantes. Las 
fajas de corteza que terminan en forma puntiaguda, son más 
propensas a abrirse produciéndose hendiduras que luego continúan 
por toda la fibra longitudinal de la faja. No sucede lo mismo con las 
cortezas que, aunque hacia los extremos se angostan, terminan en 
una punta trunca"
29
. 
El importante trabajo de "antropología experimental" de este 
Grupo polifuncional aclaró, por cuanto posible, la razón de ser de la 
presencia de las dos piezas triangulares de corteza colocada en la 
proa y popa de la canoa. Todavía faltan mayores estudios para 
entender si las diferencias de forma de la canoas se deben a una 
diferente concepción del diseño de las mismas, a la dificultad de 
extraer íntegras grandes planchas de corteza, dificultad creciente en 
el tiempo pues se hacían escasos los árboles de dimensión 
adecuadas y cercanos a las orillas del mar, o a elecciones individuales 
en la técnica constructiva. 
 
 
 
29
 Vairo 1994:55. 
 35 
Detalles constructivos de la canoa de corteza construida por el equipo coordinada 
por Calos Pedro Vairo. 
 
La técnica constructiva fueguina fue muy parecida a la que 
emplearon los aborígenes australianos con el mismo fin: 
"The canoes which are employed by the natives on various parts of 
the coast of Australia are made of the bark of the large gum-tree, 
which has a thick and tough coating. The manner in which these ca-
noes are constructed is as follows: the tree is first girdled; the bark is 
then slit to the size required for the canoe, and stripped from the tree 
with great care. The usual size is fourteen feet in length by seven in 
width. The piece of bark thus peeled from the tree is then charred on 
the inside; each end is afterwards folded, joined, and fastened with 
cords and wooden rivets; a wooden stretcher is next placed crosswise 
amidships, and the canoe is then complete; sand, although only three 
feet wide in the broadest part, will convey six persons. The paddles 
employed are of different sizes and lengths from two to five feet; 
when the short ones are used, one is taken in each band. These ca-
noes are seldom seen without a fire, which is made on a layer of 
gravel in the middle of the boat. In this custom the natives resemble 
the Fuegians. The canoes of the latter, however, far excel those of the 
native Australians"
30
. 
 
30
 Folkard 1870:352. 
 36 
 
Canoa de corteza (de Vairo 1994:124). 
 
 
3.3. La canoa de corteza en relatos coloniales y del siglo XIX 
 
Los testimonios escritos de época colonial, a veces muy 
detallados, restan las fuentes principales de noticias acerca de la 
canoa de corteza. Pero también son una fuente limitada, pues los 
cronistas describieron a las embarcaciones fueguinas que 
mayormente llamaron su atención por ser más perfeccionadas y 
eficaces, y nada sabemos acerca de otras embarcaciones más 
sencillas que también pudieron co-existir paralelamente a las más 
sofisticadas. 
Tal vez la primera descripción de una canoa de corteza la 
encontramos en el relato del viaje de Juan Ladrillero a la búsqueda 
desde norte de la entrada al canal de Magallanes, publicado por Gay: 
"con sus canoas en las cuales llevan sus casas que hacen de cortezas 
de arboles tan bien como las canoas que son asi mesmo de las dhas. 
cortezas cosidas con junquillos de barba de Vallena á las cuales 
fortalecen con barrotes delgados de baras de grosor de un dedo y 
aforranlas de paja ó espartillo entre los barrotes é la corteza como 
 37 
pajaro su nido, la hechura de ellas es como luna de cuatro dias con 
unas puntas elevadas"
31
. 
Pocos años después fue Francis Drake, en 1578, quien relató un 
encuentro con fueguinos, casi seguramente yaghan, a bordo de sus 
canoas: 
"… viajaban de una isla a otra en sus canoas, para conseguir el 
sustento; tanto hombres como mujeres, y niños pequeños envueltos 
en pieles y colgados a la espalda de sus madres"
32
. 
En el informe de Green Huygen Schapenham (1623), 
vicealmirante de la flota Nassau, se encuentra la más antigua 
descripción detallada de los yagan, y también hay un párrafo acerca 
de la canoa de corteza: 
"Sus canoas son dignas de admiración. Para construirlas, toman la 
corteza entera de un árbol grueso; la modelan, recortando ciertas 
partes y volviendo a coserlas, de manera que adquiera la forma de 
una góndola de Venecia. La trabajan con mucho arte, colocando la 
corteza sobre maderos, como se hace con los barcos en los astilleros 
de Holanda. Una vez obtenida la forma de góndola, refuerzan la 
canoa cubriendo el fondo de punta a punta con palos transversales, 
que recubren a su vez de corteza; luego cosen el conjunto. En estas 
canoas, que miden 10, 12, 14 ó 16 pies de largo por dos de ancho, se 
sientan cómodamente siete u ocho hombres, y navegan tan 
eficazmente como lo harían en una chalupa de remos"
33
. 
 
 
31
 Gay 1852:56-57. 
32
 Citado por Chapman 2012:41. 
33
 http://www.alconet.com.ar/varios/mitologia/patagonia/el_informe_de_schapenham.html 
 38 
 
Canoas de corteza en un grabado del 1624 de Theodor Bry, diseñador oficial de la 
flota Nassau. 
 
 
Cook fue el primero en señalar que las canoas a veces viajaban 
empujadas por velas hechas con grande pieles de foca (1769)34. 
Parece muy razonable que con viento en popa yaganes y kawéskar lo 
aprovecharan para navegar veloces y con menos esfuerzo 
improvisando una vela extendiendo entre sus manos capas hechas 
con pieles de foca. Sin embargo la estructura misma dela canoa de 
corteza no consentía colocar un mástil y por lo tanto nunca pudo 
disponer de una vela efectiva. 
El capitán Henry Forster entre 1828 y 1830 recorrió los mares 
australes y W.H.B. Webster redactó un diario de bordo en el cual se 
describe una canoa de corteza de reducida dimensión y por primera 
 
34
 Beaglehole 1961:598. 
 39 
vez se señala la presencia de un piso de arcilla para bajar el 
baricentro de la misma: 
"The canoes of the Fuegians are constructed principally of the bark of 
the beech-tree wrapped and secured round a series of half-hoops of 
the wood of the same tree, which serve as ribs, and are placed at 
short distances apart. They are plaistered with clay, which renders 
them heavy, although they are not more than nine feet in length. The 
upper sides of the canoe are kept together by means of three thwarts 
or cross pieces, and the persons in them are generally seated on the 
bottom. They never make use of a sail, but invariably propel them 
with paddles; a small fire is generally seen in the middle of them; and 
they use a little cup made of a peculiar flat sea-weed much resem-
bling leather, for the purpose of baling the water out of it. The canoe 
constitutes the principal riches of a Fuegian family; it affords them 
the means of transporting themselves from one place to another, 
and also enables them to obtain the principal part of their food"
35
. 
Webster también observa que los travesaños que unen los dos 
lados del casco no sirven como bancadas en cuanto todos se sientan 
en el piso de la canoa. 
El capitán británico James Weddel (1787-1834), explorador, 
comerciante y cazador de lobos marinos, cuando entre 1822 y 1824 
realizó su tercer viaje al Cabo de Hornos, les trocó a una familia 
yaghan una canoa de corteza en cambio de dos anillos de fierros. En 
la relación de sus viajes36, Weddel hace una descripción muy atenta 
de los yaghan, en la cual hay diferentes notas acerca de su canoa: 
"As in consequence of the separation of the Beaufoy we should be 
left with but two boats, I considered that, in the event of their being 
absent, one of the Fuegian canoes might be useful, and I, therefore, 
 
35
 Webster 1834:183-4. 
36
 Un relación particularmente interesante en la cual James Weddel demuestra de 
haber muchos menos prejuicios tanto de viajeros, que lo precedieron, cuanto de la 
mayoría de los que lo siguieron. Describe a los yaghan de forma objetiva, con 
simpatía, señalando sus defectos pero también destacando muchas de sus 
cualidades, como la recíproca solidariedad, el respeto para las mujeres, el grande 
cariño demostrado a los niños de parte tanto de los padres cuanto de las madres. 
 40 
set about purchasing a new one from them. As it appeared to have 
cost them much labour in the construction, I could not but be liberal 
in my offer, and I presented them with two full barrel hoops, at 
which they shouted for joy, and in less than five minutes the family, 
with all their utensils, were shifted into another canoe, and the pur-
chased one was ready for delivery. 
 
 
Pareja yaghan (de Weddel 1825). 
 
I ordered it to be hoisted in, and was surprised to find it heavy; but in 
getting it on deck, I found a platform of clay, the whole length of the 
bottom, about six inches deep: this was intended as ballast, and to 
preserve the bottom against the fire, which they constantly keep in 
the clay. The length of this canoe was twelve feet four inches, and at 
the broadest part two feet two inches; it was built of a strong birch 
bark, which appeared broader than the trees of this neighbourhood 
afforded, and was probably procured from the interior. Three pieces 
composed the whole vessel, one piece formed the bottom, and two 
the sides; all sewed together with tough twigs. The ribs or timbers 
were of a semicircular form, and placed with their flat sides down-
wards, and in contact with each other, in a vertical form; so that, 
with the cement of clay, the canoe is rendered strong, and capable of 
going against the wind at a quick rate. The internal arrangement of 
compartments seems orderly. The fishing utensils occupy the first di-
 41 
vision; in the next sits the female, who uses the foremost paddle: the 
third division is occupied as the fireplace; the fourth is the bailing 
well, where the water is collected to be thrown out; and next follows 
the place where the men sit; in the fifth division sits the female, who 
uses the after paddle; and last of all is the after-locker, in which they 
keep all their valuables. Their spear poles are generally placed pro-
jecting over the stern"
37
. 
Las relaciones de los viajes de la expedición al mando de Fitz-Roy 
no contienen descripciones de la canoa de corteza. Hizo algunas 
observaciones solamente John MacDouall, un oficial administrativo 
que acompañó la expedición en 1826--27: 
"They were building a canoe while we were with them; it was formed 
of several pieces of some kind of bark, along the edges of which were 
made several holes, and fastened or sewed together with seal-gut. 
Nature seems to have endowed these people with much ingenuity 
and perseverance, for the labour required to build these canoes must 
be very great, sharp muscle-shells being their only implements"
38
. 
El explorador George Musalas Colvocoresses en 1839 estuvo 
algún tiempo en los alrededores del Cabo de Hornos y también da 
una corta descripción de la canoa de corteza que no se separa de las 
precedentes: 
"Their canoe was made of strips of bark sewed together and 
strengthened by ribs and gunwale pieces, and was about twenty-five 
feet long and three feet wide. The blades of the paddles were so nar-
row as to be of very little use in a sea way. The bottom of the canoe 
was covered with a layer of clay, upon which a fire was kept burning. 
It would seem from the great care they appear to take of their fire, 
that, when extinguished, it is no easy matter for them to rekindle 
it"
39
. 
 
37
 Weddel 1825:162-3. 
38
 Macdouall 1833:120. 
39
 Colvocoresses 1952:41. 
 42 
Ni mayor atención les da a los yaghan y a su canoa James Clark 
Ross, quien constantemente los compara a los esquimales, que 
admiraba, destacando las menores habilidades de los fueguinos: 
"The only weapons we saw in their possession were spears of three 
kinds, not unlike those of the Esquimaux, but of very inferior manu-
facture"
40
. 
El menor interés que demuestran los viajeros del siglo XIX para la 
canoa de corteza, que hasta entonces había sido objeto de aprecio y 
hasta admiración, parece extraño porque los mismos eran hombres 
de mar. Cabe preguntarse si ya en las primeras décadas del siglo XIX 
la construcción de la canoa de corteza hubiera empezado a conocer 
una fase de decadencia y ya los resultados no estuvieran a las alturas 
de los anteriores. 
En las décadas entre 1840 y 1880 tuvo mucha importancia la 
presencia de los misioneros anglicanos: antes con los irracionales 
intentos de Allen Gardiner, luego con su hijo y en fin con los Bridges, 
a los cuales les debemos el cabal conocimiento de la lengua yaghan. 
En los diarios y otros documentos misionales no hay descripciones de 
las canoas fueguinas, pero sí otra noticia muy importante: el hecho 
que frecuentemente los selknam cruzaban al estrecho de Magallanes 
acompañados por grupos yaghan aliados, a los cuales también los 
unían lazos matrimoniales. 
En el segundo intento de dar vida a una misión anglicana en 
Tierra del Fuego, de poco sucesivo a la muerte de Allen Gardiner, 
hubo la presencia del capitán William Parker Snow, hombre de 
grande abertura mental y muy respetuoso de los derechos de los 
indígenas41, el cual rescribió un importante libro acerca de su 
experiencia magallánica donde nos ofrece una imagen de los yaghan(y a veces también kawéskar y selknam) cuando ya la presencia 
 
40
 Ross 1847:II,304. 
41
 William Parker Snow fue despedido de su rol de capitán y abandonado en 
Argentina sin medios económicos para regresar a Inglaterra por castigo por haberse 
negado a raptar niños yaghan para llevarlos a la misión anglicana que se estaba 
construyendo en las islas Falkland. 
 43 
europea estaba impactando prepotentemente en su cultura. De 
Snow sabemos que cuando el viajaba por los mares australes, del 
1854 al 1856, los yaghan todavía eran relativamente numerosos, 
capaces de juntarse en número considerable: "natives very 
numerous, 100 canoes may be round at once"42. 
 
 
La isla Picton (de Snow 1857). 
 
 
La documentación fotográfica empieza a entregarnos datos 
solamente a partir de la década de 1870: sin embargo por lo que se 
refiere a las embarcaciones fueguinas se hace con imágenes poco 
detalladas y que a menudo resultan ambiguas. Las expediciones 
científicas de fines del siglo XIX, como la Mission Scientifique 
Française du Cap Horn de los años 1882-83 que fue la más 
importante, dejaron cientos de fotografías de los indígenas y de sus 
entornos, pero ningún análisis detallado de sus embarcaciones que, 
sin embargo, todavía constituían el baricentro de la vida de los 
 
42
 Snow 1857:I,357. 
 44 
pueblos canoeros. Por ejemplo, acerca de la canoa de corteza, Louis-
Férdinand Martial, relator de la Mission, escribe: 
"Bien qu'une faible partie des Yahgans vive de la chasse et séjourne 
pendant plus ou moins longtemps à terre, on peut dire que la moitié 
de leur existence s'écoule dans leurs canots. C'est le seul moyen de 
transport et de communication qu'ils possèdent, et, quoique 
l'apparence de ces embarcations ne dénote ni beaucoup d'industrie 
ni beaucoup de travail, elles représentent pour eux un bien aussi 
précieux que peut l'être le cheval ou le chameau pour l'Arabe. La 
pirogue est en écorce de hêtre (Fagus betuloides), posée sur une 
membrure de branches recourbées et juxtaposées; (les traverses, 
placées de distance en distance, maintiennent l'écartement des plats 
bords formés de branches garnies d'écorce lisse, pour ne pas 
fatiguer le bras qui manie la pagaie; aux deux extrémités, des 
morceaux triangulaires d'écorce ornent et terminent en pointe 
l'embarcation, et sont fixés aux deux traverses extrêmes. Toutes ces 
diverses pièces sont maintenues par des liens en tendons tressés, en 
joncs, ou en fanons de baleine. A l'intérieur règne, dans la partie 
centrale, une sorte de vaigrage fait de morceaux d'écorce, entre 
lesquels on laisse un vide pour puiser l'eau qui pénètre 
abondamment par les ouvertures, quoiqu'elles soient recouvertes (le 
mousse ou de paille maintenue par des liens. Vers le centre, une 
couche de terre marneuse supporte le foyer, constamment allumé. 
La longueur de l'embarcation varie de 4,50 m à 5 m; la largeur est de 
0,80 m et sa plus grande hauteur, de 0,70 m environ. Les hommes se 
tiennent accroupis à l'avant, les enfants et les femmes à l'arrière; 
celles ci, tournées vers l'avant, font mouvoir et dirigent 
l'embarcation à l'aide de deux pagaies à manche un peu long, 
qu'elles manient en appuyant l'aisselle sur le plat-bord. D'ordinaire, 
le fond est garni de paille sèche; à l'avant, sont déposés les armes et 
les ustensiles (le pèche qui reposent sur les traverses et dépassent 
l'extrémité; à l'arrière, on voit les paniers en jonc tressé qui 
contiennent les coquillages et les différents ustensiles du ménage. 
Certaines de ces pirogues portent huit ou dix personnes; elles sont 
très stables et, bien que des accidents surviennent parfois, elles 
tiennent assez lien la mer; leur légèreté leur permet en outre de 
glisser facilement sur les bancs de goémons qui garnissent presque 
toujours les contours de la côte. Quand le vent est favorable, on 
 45 
emploie un chiffon quelconque ou une peau de phoque en guise de 
voile; celle-ci est cousue à l'aide de joncs à une petite vergue, 
laquelle est supportée par un mât fixé à l'une des traverses par la 
branche flexible d'un petit arbuste coupé et préparé comme l'osier. 
Quand la famille revient de la pèche, l'embarcation est halée au sec 
pour la nuit; afin de la protéger contre le frottement des galets, on 
commence par enlever soigneusement les quartiers de rochers sur le 
chemin qu'elle doit suivre, et la voie est garnie de goémons pour 
faciliter le glissement de la pirogue. Nous avons trouvé dans le canal 
du Beagle une de ces pirogues creusée dans un tronc d'arbre; mais 
celles de cette espèce sont rares et moins légères que les autres. Les 
Alacaloufs de la côte Ouest font usage de canots en planches, 
réunies ensemble par des tendons ou des joncs; ces embarcations 
sont plus grandes que celles dont se servent les Yahgans et peuvent 
facilement être démontées, quand il faut franchir un de ces isthmes 
étroits et bas que l'on rencontre si fréquemment dans ces îles. On 
démonte alors l'embarcation, chacun en emporte une planche et on 
la reconstruit de l'autre côté; ils les font mouvoir à l'aide d'avirons 
grossièrement confectionnés, et ils les gouvernent avec un aviron de 
queue"
43
. 
 
 
43
 Martial 1888:190-1. 
 46 
4. LA DALCA DE TABLONES 
"La dalca ha sido la herramienta más notable creada por los 
aborígenes australes para moverse en un medio archipiélago. Una 
embarcación primitiva que define el modo de vida austral y la mejor 
respuesta al reto que imponían los espacios insulares desde Chiloé al 
sur, definidos como “espeso y tejido bosque de islas” (Rosales, 1983 
[c. 1660]: 265). Allí, en los canales patagónicos, la dalca coexistió 
durante el período prehispánico y colonial con la más elemental 
canoa monóxila, huampo o bongo, hecha de tronco ahuecado, y con 
la canoa de corteza (Puente Blanco, 1986; Oyarzún, 1943). Pero la 
dalca o canoa de tablones [...] se distingue entre todas las 
embarcaciones primitivas del litoral chileno [...] por su originalidad y 
por ser la única estructurada: ningún pueblo de nuestro extenso 
litoral había «cortado materiales con el fin de reunir las piezas en 
vista de darles forma y el equilibrio necesarios para que flotara y 
navegara sobre el agua»"
44
. 
"La navegación en dalcas ofrecía más posibilidades que en otras 
embarcaciones por su forma aerodinámica - como las góndolas 
venecianas - y por su mayor capacidad. Los españoles llegados a 
Chiloé no sólo utilizaron las dalcas que les ofrecieron los indígenas, 
sino que se fueron habituando a ellas en la navegación por el mar 
interior y hacia los archipiélagos de Chonos y Guaitecas, con piloto y 
remeros indígenas, la forma común de moverse al sur de Chiloé"
45
. 
 
4.1. Origen de la dalca de tres tablones 
 
La mayoría de los Autores modernos parecen coincidir 
identificando en el golfo de los Coronados, como antiguamente se le 
llamaba al golfo de Ancud, el área donde se desarrolló esta tipología 
de construcción marina. Esto en cuanto en la costa continental que 
rodea el golfo de Ancud un tiempo abundaban aquella especies 
forestales como el alerce (Fitzroya cupressoides), el roble 
 
44
 Subercaseaux, 1965: 56, citado por Urbina C. 2008. 
45
 Urbina C. 2008. 
 47 
(Nothofagus oblicua), el coigüe (Nothofagus dombeyi), el raulí 
(Nothofagus alpina) y el ciprés (Libocedrus tetragona), que por sus 
características físicas se prestan mejor otras maderas a la 
construcción de dalcas de tablones: tanto por la facilidad de 
obtenerse, sin grandes esfuerzos y con el solo uso de cuñas, grandes 
tablones largos y planos debido a su característica fibra laminar 
permite, cuanto por su excelente resistencia al agua. 
 
 
Área donde se supone que se desarrolló la técnicaconstructiva de la dalca de tres 
tablones (de Brower 1646). 
 
Al momento de la conquista hispánica, la dalca caracterizaba al 
hábitat costero del archipiélago de Chiloé, sin difundirse más al 
norte, donde seguían utilizándose los wampo, ni ser presente en la 
zona magallánica, donde se construían canoas de corteza: 
"Es, desde luego, una embarcación original y circunscrita al radio de 
difusión de los chilotes solamente"
46
. 
 
46
 Finsterbusch 1934:7. 
 48 
"La dalca fue usada antes de la conquista española por los indios de 
la costa de Carelmapu, del golfo de Reloncaví, la isla de Chiloé y por 
los chonos de los archipiélagos, entre esta isla y la península de 
Taitao. [...] Durante el siglo XVI, este tipo de bote no se halló al sur de 
la península de Taitao, pero durante el siguiente, comenzó a 
extenderse hacia el sur. A mediados del siglo XVIII había llegado 
hasta la entrada occidental del estrecho de Magallanes y un siglo 
más tarde se conoció también entre los yahganes, hasta la isla de 
Navarino"
47
. 
"... los kaweskar deben haber conocido la dalca muy temprano, 
debido a sus contactos con chonos y veliches que incursaban hasta 
las islas Guayaneco, cruzando el istmo de Ofqui por la ruta de 
accarreo"
48
. 
"Antes de la conquista española no había, al parecer, dalcas al sur del 
golfo de Penas, sino una embarcación parecida o emparentada con 
ella, como era la canoa de corteza, propia del hábitat caucagüé, que 
se proyectaba desde allí hacia los archipiélagos meridionales. La 
alteración cultural que produjo la presencia española desde la 
colonización de Chiloé obligó a su movilidad geográfica hacia el 
meridión, y con ello dilatar también el área de la dalca, que se 
difundió desde entonces entre los caucagüés, sin abandonar éstos la 
canoa de corteza"
49
. 
Todas las relaciones de los cronistas coloniales apuntan a 
reafirmar la presencia de la dalca en el archipiélago chilote: de allí la 
extrapolación de una presencia geográfica a un origen análogo, y la 
atribución a los veliches de esta embarcación que hacen algunos 
Autores, quienes estiman que los chonos aportaron su cultura 
marinera de la canoa de corteza y los huilliches la capacidad de 
labrar troncos para fabricar tablones. Esto en cuanto en el 
archipiélago de Chiloé, los chonos se relacionaban de forma 
constante con la sociedad huilliche con la cual compartían un mismo 
ambiente geográfico, pero no las formas de vivir y sustentarse: una 
 
47
 Latcham 1930:2 y 67. 
48
 Medina 1984:134. 
49
 Urbina C. 2008. 
 49 
relación tan estrecha y frecuente que acabó con el mestizaje que dio 
origen al horizonte veliche, tan fecundo tanto en lo material como en 
lo espiritual50. Con los kawéskar y los yaghan, los chonos tenían en 
común el modo de vivir, pero los separaba el idioma y, 
probablemente, un estado de constante maloqueo, en cuanto 
competían por los mismos recursos. 
Si es indiscutible que la dalca sea propia del horizonte cultural 
veliche y sea extraña tanto a la cultura mapuche cuanto a la de los 
grupos fueguinos, si embargo esto es cierto si consideramos 
solamente la situación cultural 'observada' hacia la mitad del siglo 
XVI, la cual podría no corresponder a la situación 'efectiva'. 
Los primeros navegantes que alcanzan Chiloé sin meterse en los 
canales del archipiélago al sur de la Isla Grande, cuando describen las 
dalcas y en ella ven la embarcación característica del golfo de 
Reloncaví, están en lo cierto: pero desconocen cuales embarcaciones 
navegaban el los canales entre Chiloé y Taitao. En la relación de la 
expedición de Hurtado de Mendoza, del año 1558, por primera vez 
se describe la dalca en los mares chilotes, embarcación que llamó 
mucho la atención de los españoles, y cincuenta años después, 
cuando se visitan las islas del archipiélago chono, no se mencionan 
las embarcaciones de corteza que, de haberlas habidos, les hubieran 
llamados la atención aun más que las de tablas por lo novedoso que 
eran. ¿Es posible que en tan sólo dos generaciones desapareciera 
totalmente una tipología de embarcación marina que llevaba muchos 
siglos de uso, reemplazada por otra que se fundamenta en conceptos 
tan diferentes? Si nos atenemos únicamente a los hechos, la única 
afirmación cierta es la frecuente presencia de dalcas en el golfo de 
Reloncaví y en el archipiélago chilote, pero no tenemos elementos 
para desconocer que también pudieran haber sido igualmente 
 
50
 Los más antiguos cronista coloniales describen a los veliches como más 
adelantados a los mapuches en muchos aspectos de su vida material y por otra parte 
a través del mundo veliche el rico conjunto de creencias y mitos chonos, como el de 
Trentrenfilú, entraron a ser parte integrante e importante de la cultura mapuche, 
altamente sincrética (cfr. Trivero 2014). 
 50 
frecuentes en el archipiélago de los Chonos, ni la abundancia en los 
Coronados implica que ese fue el área donde nació y se desarrolló 
esta embarcación. 
Sin embargo, los navegantes que ya a mediados del siglo XVI 
recorren los canales del archipiélago de los Chonos, como Juan 
Ladrilleros, destacan en aquellos parajes la presencia de dalcas de 
tres tablones. 
Los misioneros jesuitas dejaron en sus cartas anuas un testimonio 
de sus andanzas. El primer viaje evangelizador de los sacerdotes de la 
Compañía fue realizado por padre Ferrufino en el año 1609, cuya 
relación se encuentra citada integralmente en la carta anua de 1611, 
del padre provincial Diego de Torres Bollo. En la relación se habla de 
la visita a la isla Guayteca: se describe la crianza de perros "grande y 
lanudos, los cuales se trasquilan a sus tiempos y de aquella lana tejen 
sus vestido, que se parecen mucho a unas esclavinas y son ásperos". 
Pero nada se dice de sus embarcaciones que sin embargo, como para 
todos los pueblos canoeros, eran al centro de su vida cotidiana: es 
decir, sus embarcaciones no eran diferentes de la dalca con la cual el 
padre Ferrufino viajaba por aquellas islas, porque de haberlo sido, no 
habría dejado de destacarlo. 
La afirmación de algunos Autores según los cuales los chonos no 
tenían la capacidad y los conocimientos necesarios para labrar 
troncos con los cúneos y desprender tablones, parece poco creíble 
considerando que el arte de separar las cortezas de los árboles in 
romperla ni estropearla, y luego trabajarla hasta conseguir una 
plancha pareja, robusta y flexible, comporta habilidades manuales y 
conocimientos más sofisticados que lo necesario para partir troncos 
en tablones. No hay alguna razón concreta y objetiva para suponer 
que en la ideación de la dalca hubiera habido la influencia de culturas 
diferentes de la chona. Por lo tanto podemos concluir que, por 
cuanto sabemos hasta ahora, la dalca de tres tablones es un invento 
chono que los veliches de Chiloé adoptaron hasta hacerlo propio. 
Negar que los chonos tuvieran los conocimientos necesarios para 
labrar la madera, negación que no tiene fundamento, tal vez es un 
retaje de la des-valorización constante de los pueblos canoeros que 
 51 
se dio a partir de las últimas décadas del siglo XIX por parte de 
muchos antropólogos, sobre todos alemanes o latino-americanos 
descendientes de alemanes, tanto por racismo51, cuanto porque 
muchas veces los mismos eran financiados directa o indirectamente 
por los empresarios interesado en explotar las riquezas de la 
Patagonia. Así que los antropólogos y los etnólogos, hasta la mitad 
del siglo XX, muchas veces deforman los hechos y des-valorizan a los 
pueblos canoeros por prejuicios propios y por intereses de quienes 
los financian y a través de la des-valorización de hecho justifican el 
etnocidio de los fueguinos. 52
 
Era tan grande el prejuicio hacia la capacidad intelectual de las 
etnias magallánicas, que a mediados

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