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CARACTERIZACIÓN ETNOBOTÁNICA DE LAS PLANTAS SILVESTRES Y CULTIVADAS UTILIZADAS PARA LA ALIMENTACIÓN POR FAMILIAS CAMPESINAS DEL MUNICIPIO DE SABANALARGA, ATLÁNTICO. Autora: María Cecilia Nariño Sanabria Director: Néstor Julio García Castro Trabajo de grado para optar por el título de BIOLOGA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE CIENCIAS CARRERA DE BIOLOGÍA BOGOTÁ D.C 2018 CARACTERIZACIÓN ETNOBOTÁNICA DE LAS PLANTAS SILVESTRES Y CULTIVADAS UTILIZADAS PARA LA ALIMENTACIÓN POR FAMILIAS CAMPESINAS DEL MUNICIPIO DE SABANALARGA, ATLÁNTICO. Autora: María Cecilia Nariño Sanabria APROBADO ___________________________ ________________________ Concepción Judith Puerta Bula Jorge Jácome Reyes Decana Facultad de Ciencia Director Carrera de Biología CARACTERIZACIÓN ETNOBOTÁNICA DE LAS PLANTAS SILVESTRES Y CULTIVADAS UTILIZADAS PARA LA ALIMENTACIÓN POR FAMILIAS CAMPESINAS DEL MUNICIPIO DE SABANALARGA, ATLÁNTICO. Autora: María Cecilia Nariño Sanabria APROBADO ___________________________ __________________________ Néstor Julio García Castro Laura Isabel Mesa Castellanos Director Jurado NOTA DE ADVERTENCIA Artículo 23 de la Resolución No 13 de Julio de 1946 “La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por sus alumnos en sus trabajos de tesis. Solo velará porque no se publique nada contrario al dogma y a la moral católica y porque la tesis no contenga ataques personales contra persona alguna, antes bien se vea en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia” TABLA DE CONTENIDO RESUMEN 1. Introducción 2. Problema y justificación 3. Pregunta de Investigación 4. Marco conceptual 4.1. Bosque seco Tropical 4.2. Conocimiento tradicional y Etnobotánica 4.3. Plantas usadas en la alimentación en el Caribe colombiano 4.4. Relación entre los factores socioeconómicos y la riqueza de especies vegetales 5. Objetivos de la investigación 5.1. Objetivo general 5.2. Objetivos específicos 6. Aspectos Metodológicos 6.1. Área de estudio 6.2. Selección de los participantes 6.3. Toma de datos 6.4. Análisis de datos 7. Resultados 7.1. Caracterización socioeconómica de las fincas 7.1.1. Características físicas de las fincas 7.1.2. Características socioeconómicas de los participantes 7.2. Caracterización florística generas 7.3. Caracterización florística de las fincas 7.4. Correlación de las variables socioeconómicas de los participantes con la riqueza de las fincas 8. Discusión 9. Conclusión 10. Recomendaciones 11. Bibliografía ANEXOS Resumen El Bosque seco Tropical es un bioma en el que las altas temperaturas, las bajas precipitaciones, la poca humedad y una gran diversidad de especies son condiciones que lo identifican, sin embargo, es uno de los biomas más amenazados del neotrópico. Adicionalmente, los saberes ancestrales de las comunidades campesinas son de gran importancia para la memoria biocultural de la región, sin embargo, la globalización económica y al desinterés de las nuevas generaciones ha provocado la pérdida de estos conocimientos tradicionales. De esta manera, el objetivo del presente estudio fue caracterizar las plantas silvestres y cultivadas utilizadas para la alimentación por familias campesinas del municipio de Sabanalarga, Atlántico y determinar su posible relación con las condiciones socioeconómicas de los participantes. Para esto se realizó un recorrido guiado en 30 fincas donde se colectaron e identificaron las plantas de uso alimenticio, adicional a esto se hicieron entrevistas estructuradas a los propietarios con el fin de identificar las variables socioeconómicas. Se registraron un total de 67 especies asociadas a 77 nombres comunes, distribuidas en 32 familias botánicas. La familia con mayor número de especies fue Fabaceae, seguida por Anacardiaceae y Rutaceae, las especies más frecuentes fueron Spondias purpurea (ciruela de castilla), Mangifera indica (mango) y Manihot esculenta (yuca). Con respecto a las variables socioeconómicas se encontró que el número de personas que habitan la finca, la escolaridad del participante y la historia del bosque tienen una relación positiva con la riqueza de plantas comestibles, mientras que, factores como la distancia del predio a la cabecera municipal, el tamaño de la finca y la edad del participante tienen una relación negativa con la riqueza. 1. Introducción El Bosque seco Tropical (BsT) es un conjunto de ecosistemas que tienen características muy similares entre sí, por lo que se habla más de un bioma que de un ecosistema, en el cual predominan condiciones de altas temperaturas, de bajas precipitaciones y donde hay muy poca humedad; adicionalmente son zonas que poseen una gran variedad de especies que presentan diversas adaptaciones a las modificaciones climáticas (Ulloa, 2016). Aproximadamente queda más de un millón kilómetros cuadrados de BsT alrededor del mundo, distribuido en América, África, Asia y Australia, sin embargo, más de la mitad del área total se encuentra únicamente en América del Sur, en donde está presente en Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Brasil (Miles et al., 2006); no obstante, es uno de los biomas más amenazados del neotrópico, debido a que el desarrollo agrícola y ganadero ha permitido el asentamiento de grupos humanos y, por tal motivo, ha sufrido de una intensa transformación (Cruz et al., 2009; Linares & Fandiño, 2009; López et al., 2016). Cabe resaltar que el conocimiento tradicional de las comunidades campesinas representa la memoria biocultural de las regiones que habitan, sin embargo, estos saberes están en riesgo de desaparecer, lo cual puede estar relacionado con a la globalización económica y el desinterés de las nuevas generaciones de preservar el conocimiento de sus comunidades (Pérez & Matiz, 2017). Es importante mencionar que el conocimiento tradicional proviene de la observación y la relación de los fenómenos naturales como respuesta a una necesidad básica de una comunidad otorgándole un beneficio (Albuquerque et al., 2014). La etnobotánica es una ciencia interdisciplinar cuyo objeto de estudio está enmarcado tanto en el medio cultural como en el biológico, por tal motivo son necesarias herramientas de las ciencias sociales y de las naturales. De aquí que la etnobotánica permite estudiar la relación entre las plantas y las comunidades que las aprovechan, por tanto, los estudios etnobotánicos pueden estar enfocados en solamente documentar la flora útil de un grupo cultural o de una región específica, o también pueden analizar un área específica del conocimiento tradicional, como lo es el medicinal, el comestible, agropecuario, entre otros. De tal manera que la etnobotánica permite no sólo documentar, sino que también comprender la relación entre un recurso natural y su utilización por parte de las poblaciones (Carreño, 2016; Cruz et al., 2009; Menéndez, 2015). Los huertos familiares o sistemas de producción a pequeña escala funcionan como reservorios genéticos vegetales, estos agroecosistemas tienen como características la cercanía a la casa, tienen una gran diversidad de cultivos perennes y anuales, también son espacios donde se practican actividades sociales, biológicas y agronómicas, conformando así una unidad de autoconsumo, debido a que cubren las necesidades básicas de la familia y además aportan ingresos adicionales para el hogar,por tal motivo son de gran importancia para la subsistencia de las comunidades campesinas (Salazar-Barrientos et al., 2015; Montenegro et al., 2017) Por lo anterior, este trabajo tuvo como propósito documentar, por medio de recorridos guiados, que especies de plantas silvestres y cultivadas por parte de familias campesinas del municipio de Sabanalarga, Atlántico. Asimismo, se buscó relacionar la riqueza con las condiciones socioeconómicas de los participantes y las características físicas de los predios, previamente identificadas a partir de entrevistas estructuradas realizadas al líder de la familia. La investigación mostró que la familia más frecuente fue Fabaceae y la especie más representativa fue Spondias purpurea (ciruela de castilla), además se encontró que la fruta representa la categoría de uso alimenticio más utilizada por las familias. Finalmente se pudo establecer que el número de personas que habitan la finca, la escolaridad del participante y la historia del bosque tienen una relación positiva con la riqueza de plantas comestibles, mientras que, factores como la distancia del predio a la cabecera municipal, el tamaño de la finca y la edad del participante tienen una relación negativa con la riqueza. Esto con el fin de reconocer las plantas comestibles de la región y contribuir en la recuperación de la diversidad alimentaria, además de generar información pertinente para diseñar programas de restauración y conservación del Bosque seco Tropical. 2. Problema y justificación El Bosque seco Tropical es considerado un bioma debido a que tiene un conjunto de ecosistemas de características similares en cuanto a su fisionomía y vegetación, hace referencia a las zonas o regiones donde predominan las altas temperaturas, las bajas precipitaciones y donde hay escasez de humedad, además son áreas que poseen una alta variedad de especies, que pueden variar dependiendo de las modificaciones climáticas que presentan (Ulloa-Delgado, 2016; Pizano & García, 2014). Actualmente es el ecosistema del Neotrópico que se encuentra más altamente amenazado, debido a la fertilidad de sus suelos y a las condiciones climáticas, lo que ha permitido el asentamiento de poblaciones humanas, razón por la cual el BsT está intensamente fragmentado y deteriorado (Alvarado-Solano & Otero, 2015). En Colombia, este ecosistema es considerado el tercero más degradado, fragmentado y menos conocido, en la actualidad solo existe cerca de 8% de su cobertura original (Pizano & García, 2014). Adicionalmente, la información sobre el BsT es muy baja en comparación con los otros ecosistemas del país, debido a que hay muy pocos estudios relacionados con sus características y componentes, tampoco se tiene un conocimiento detallado sobre sus características estructurales y la riqueza de especies tanto de flora como de fauna, lo cual hace más difícil su conservación (Mendoza, 1999; Cruz et al., 2009). Complementando lo anterior, en Colombia hay pocas investigaciones acerca de los usos de las plantas de Bosque seco Tropical por parte de las comunidades que lo habitan, esto porque las investigaciones etnobotánicas se han centrado en los ecosistemas húmedos del país, principalmente en los bosques de la Amazonia (López et al., 2016). Adicional a esto, la información también se ha centrado en comunidades indígenas, esto con el fin de preservar los saberes tradicionales de estas comunidades, sin embargo, por esta misma razón son pocos los estudios que se han realizado con las comunidades campesinas y afrodescendientes del caribe colombiano (López et al., 2016). Es importante destacar que los conocimientos etnobotánicos de las comunidades campesinas representan la memoria biocultural de las diferentes regiones donde se encuentran asentadas, no obstante, los saberes de estas comunidades están en riesgo de desaparecer, debido en gran parte a la globalización económica y a los intereses del mercado, adicional a esto hay un gran desinterés de las nuevas generaciones por preservar los conocimientos tradicionales de sus comunidades (Pérez & Matiz, 2017). Cabe resaltar que muchas plantas alimenticias consumidas y producidas localmente por las comunidades campesinas han sido reemplazadas gradualmente por alimentos más industrializados, este fenómeno ha provocado que aproximadamente 7000 especies de plantas cultivadas a pequeña escala a nivel mundial están siendo subutilizadas o en desuso, lo que podría generar su extinción (Álvarez, 2014). La región del caribe es la que presenta la mayor cobertura de Bosque seco Tropical, la mayor cantidad de remanentes de bosque seco que se encuentra en esta zona se ubican en medio de áreas de un intenso uso ganadero y agrícola. El departamento del Atlántico es uno de los departamentos del Caribe colombiano que aún mantiene remanentes de Bosque seco Tropical, no obstante, los fragmentos no se encuentran bajo ninguna normativa gubernamental de área protegida de cualquier categoría (Pizano & García, 2014). El municipio de Sabanalarga se encuentra ubicado en el centro del departamento del Atlántico, cuenta con seis corregimientos, doce veredas y cinco caseríos, tiene una población de 102.557 habitantes de los cuales el 66% se encuentran en el área urbana y el 34% restante en el área rural (DANE, 2005). Las principales actividades económicas del municipio son la agricultura y la ganadería, lo cual ha contribuido a la transformación del ecosistema y la pérdida de la cobertura vegetal (Wilches & Roca, 2008). Por lo anterior, la presente propuesta de investigación tiene como propósito reconocer las plantas con uso alimenticio pertenecientes al Bosque seco Tropical que han sido utilizadas por las comunidades campesinas del municipio de Sabanalarga, Atlántico. Los resultados pueden contribuir a la recuperación de la diversidad alimentaria de la región basada en las especies tanto silvestres como cultivadas, que según Álvarez (2014) es una estrategia apropiada para recuperar el valor alimentario y cultural favoreciendo su reincorporación en la dieta no sólo de los habitantes del municipio, sino que también estimulando su uso a nivel regional (Álvarez, 2014). Adicionalmente, y en concordancia con lo propuesto por Pizano & García (2014), se puede generar información pertinente sobre este ecosistema, la cual es fundamental para diseñar programas para su conservación y restauración. 3. Pregunta de investigación ¿Cuál es la composición y riqueza de las plantas silvestres y cultivadas utilizadas para la alimentación por la comunidad campesina del municipio de Sabanalarga, Atlántico y la relación socioeconómica de los participantes? 4. Marco Conceptual 4.1. Bosque seco Tropical El Bosque seco Tropical se caracteriza por estar en zonas con temperaturas anuales entre los 17º C y 35º C, por tener una elevación que no supera los 1000 m y porque la evapotranspiración supera la precipitación siendo esta inferior a 2000 mm por año, este bioma presenta una fuerte estacionalidad de lluvias marcadas por una época seca, la cual puede durar entre 4 a 6 meses, esto ha dado como resultado que tanto plantas como animales y microorganismos presenten adaptaciones morfológicas, fisiológicas y comportamentales para poder vivir en las arduas áreas de bosque, en donde abundan las lianas, los cactus, reptiles e insectos; en la época seca su dosel se queda sin hojas y al llegar las lluvias sus árboles se cubren de flores (Linares & Fandiño, 2009; Pizano & García, 2014). Aproximadamente queda más de un millón de kilómetros cuadrados de BsT en todo el mundo, más de la mitad (54,2%) se encuentra en Sur América, el resto del área se distribuye por el Norte y Centro América (12,5%), África (13,1%) y Eurasia (16,4%) y una pequeña porción se encuentra en Australia y Asia suroriental (3,8%) (Miles et al., 2006). En Sur América está presente en Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Boliviay Brasil; se encuentra en zonas planas con suelos medianamente fértiles y pH moderado, además de tener una baja pérdida de nutrientes por lixiviación (Pizano & García, 2014). Este ecosistema es uno de los más amenazados del Neotrópico, debido a que por la fertilidad de sus suelos ha sido foco de desarrollo agrícola y ganadero por lo que lo hace el más adecuado para el asentamiento de grupos humanos y por consiguiente ha sufrido una intensa transformación (Cruz et al., 2009; Linares & Fandiño, 2009; López et al., 2016). Aproximadamente el 97% del área total de Bosque seco Tropical está expuesto a diferentes amenazas comparado con los bosques húmedos tropicales, que tienen un 56% de área amenazada, y a pesar de sus altos endemismos y gran diversidad florística no se encuentran protegidos (Miles et al., 2006). Sur América, Eurasia y África son las regiones que presentan mayor riesgo de transformación del ecosistema para uso agrícola, a pesar de esto, Sur América es la región que posee mayor área protegida de este ecosistema en todo el mundo (37,8%) (Miles et al., 2006). En Colombia, el Bosque seco Tropical se extendía por diversas áreas del país, cubría gran parte de los valles de los ríos Cauca y Magdalena, la Costa Caribe y los Llanos Orientales abarcando cerca del 7 % del territorio nacional, lo que equivalía a aproximadamente 80.000 Km2, en la actualidad sólo queda un 8% de cobertura vegetal y tan sólo un 5% está protegido (Pizano & García, 2014). Al ser uno de los ecosistemas más amenazados del país se esperaría que también fuera uno de los más estudiados, sin embargo, es muy poco lo que se sabe, no se cuentan con suficientes datos biológicos, ecológicos y sociales los cuales se pueden utilizar para diseñar herramientas que aseguren el correcto uso y conservación del Bosque seco Tropical (Pizano & García, 2014). 4.2. Conocimiento Tradicional y Etnobotánica El conocimiento tradicional es producto del intelecto humano y surge de la observación y la relación de los fenómenos naturales como respuesta a las necesidades de la población otorgándoles beneficios, que, de no ser así, implicaría un gasto económico (Albuquerque, 1997). Sin embargo, las migraciones sociales y la llegada de nuevas actividades económicas han impedido la transmisión de muchos conocimientos tradicionales, sumado a esto, la pérdida de la cobertura vegetal altera sustancialmente el conocimiento local sobre el uso de los recursos naturales, afectando así este importante patrimonio cultural (Cruz et al., 2009). La etnobotánica permite estudiar la relación entre las plantas y los pueblos, permite evidenciar cómo ha sido el aprovechamiento de las plantas por parte de las poblaciones locales, tanto nativas como aquellas que han sido introducidas de otras regiones (Carreño, 2016; Menéndez, 2015). Actualmente es una ciencia con un fuerte componente interdisciplinar, ya que su objeto de estudio se enmarca tanto en el medio cultural como en el natural, por lo tanto, son necesarias herramientas propias de las ciencias sociales y de las ciencias naturales (Albuquerque et al., 2008; Alexiades, 1996). Los trabajos etnobotánicos son muy variados, algunos se enfocan únicamente en documentar toda la flora útil de un grupo cultural o una región definida, otros analizan un ámbito específico del conocimiento tradicional como, por ejemplo, aquellos dedicados al conocimiento de plantas medicinales, plantas silvestres comestibles, agrobiodiversidad y las variedades cultivadas. De aquí que la etnobotánica permite no sólo documentar sino también comprender la relación de los recursos naturales y su uso por las poblaciones (Cruz et al., 2009) 4.3. Plantas usadas en la alimentación en el Caribe colombiano Tanto la biodiversidad en general como la agrobiodiversidad están en un alto grado de peligro de extinción, debido a la transformación de los ecosistemas, por la implementación de monocultivos en grandes áreas y por el desmesurado consumo de recursos para el sostenimiento del acelerado crecimiento de la población. Uno de los sistemas de producción que permite la conservación de la agrobiodiversidad es la huerta familiar o huerto casero, ya que en este sistema conviven especies vegetales de diferente estratificación brindando diversos usos, además en esta misma área conviven animales domésticos garantizando el cubrimiento de las necesidades básicas de los pobladores, por tal motivo los estudios etnobotánicos se han centrado en realizar trabajos que describan la estructura, composición e importancia de las especies vegetales que se encuentran en estos agroecosistemas (Montenegro et al., 2017; Jiménez-Escobar et al., 2011). Para el caso del Caribe colombiano está el estudio realizado por Álvarez (2014), en el cual se analizan los conocimientos, usos y prácticas de 21 especies promisorias de uso alimenticio en el municipio de Acandí, Choco; también se puede encontrar el trabajo de Jiménez-Escobar et al. (2011) en el que se realizó un acercamiento al conocimiento de las huertas familiares de la comunidad campesina de la bahía de Cispatá, se analizó la estructura, la composición florística y los usos de las especies leñosas, donde se encontraron 83 especies de árboles y palmas, de las cuales 46 especies se reportaron como alimenticias; de igual manera está el estudio de Pasquini et al. (2013), cuyo objetivo general fue identificar los saberes de las comunidades afrodescendientes de tres comunidades del departamento de Bolívar con respecto a la utilización, sistemas de manejo y producción de las plantas de uso alimenticio tradicional, en el que se pudo evidenciar la pérdida intergeneracional de saberes y tradiciones de uso sobre 91 especies de plantas reportadas previamente por la misma comunidad. Los estudios de plantas silvestres utilizadas para la alimentación vienen ganado gran relevancia en las últimas décadas, debido a los diferentes estudios bromatológicos que demuestran los altos contenidos nutricionales de plantas silvestres y las propiedades saludables en la prevención de numerosas enfermedades crónicas, adicionalmente el conocimiento tradicional de las plantas silvestres comestibles hace parte del patrimonio inmaterial de muchas comunidades, por lo que es fundamental en el mantenimiento y revaloración de la identidad cultural de las mismas (Menéndez, 2015). Sumado a lo anterior, la rápida pérdida del conocimiento etnobotánico en las diferentes regiones del mundo ha permitido que aumenten los estudios en estas plantas. En Colombia se han documentado el uso de plantas alimenticias, tanto silvestres como cultivadas, en obras clásicas como la de Pérez-Arbeláez (1996), Romero-Castañeda (1991) o Patiño (2002). En particular para el Bosque seco Tropical está la obra de López et al. (2016) en la que se identificaron 149 especies con diferentes usos, de las cuales se seleccionaron las 100 más representativas para la región del Caribe, de estas 49 son utilizadas en la alimentación. Otro estudio es el de Jiménez-Escobar & Estupiñán-González (2012) sobre árboles utilizadas por las comunidades campesinas del Caribe, en la cual se reportan 363 especies de plantas con diferentes usos, de las cuales 96 están reportadas como comestibles. El estudio de Cruz et al. (2009) sobre etnobotánica de la región tropical del Cesar se reportan 368 especies útiles, de las cuales 96 son comestibles, esta obra es uno de los primeros acercamientos al conocimiento de usos y nombres comunes de la Ciénaga de Zapatosa. 4.4. Relación entre los factores socioeconómicos y la riqueza de especies vegetales La agrobiodiversidad hace referencia a todos los componentes del sistema biológico que constituyen un agroecosistema, como lo son las huertas familiares o sistemas de producción a pequeña escala, estos sistemas funcionan como reservorios genéticos vegetales y su diversidad depende de las necesidades de losproductores manteniéndose durante largos periodos de tiempo y de esta manera se puede decir que están haciendo conservación in situ, sin embargo, cabe mencionar que la conservación no es el principal objetivo del agricultor, sino que mantienen la diversidad porque las especies que tienen allí cultivadas les son de gran utilidad (Salazar-Barrientos et al., 2015; Montenegro et al., 2017). Estos agroecosistemas tienen como principales características la cercanía a la casa, por lo general son áreas pequeñas, y tienen una gran diversidad de cultivos perennes, semipermanentes y anuales, adicionalmente, son espacios donde se practican actividades sociales, biológicas y agronómicas, constituyendo así una unidad de autoconsumo para la familia, es por ello que estos agroecosistemas juegan un papel fundamental en la subsistencia de las comunidades campesinas (Salazar-Barrientos et al., 2015; Montenegro et al., 2017). Las huertas familiares no sólo cubren las necesidades básicas de la familia, sino que también reducen las dificultades económicas, ya que proporcionan ingresos adicionales para el hogar. Los factores socioeconómicos y las características ambientales determinan la diversidad y estructura de las huertas. El género, el nivel educativo y la edad del propietario son los principales factores que influyen en la diversidad de plantas, debido a que tradicionalmente las mujeres y los hombres de la tercera edad cultivan campos cerca de sus casas, en cuanto al nivel educativo se cree que entre menor sea el nivel mayor será la diversidad y estructura de la huerta, esto porque posiblemente las personas con un nivel de educación superior pueden tener acceso a otras oportunidades de trabajo y por lo tanto van a tener menos tiempo para dedicarse a la huerta; otros factores como la edad propia de la huerta y el tamaño también influyen en su diversidad (Gbedomon et al., 2015; Kehlenbeck & Maas, 2006). Según Gbedomon et al. (2015) la diversidad y estructura de las huertas está determinada por factores tanto socioeconómicos como ecológicos, no obstante, sugieren que para tener una mejor comprensión y análisis se debe realizar en un contexto específico y también que dependen más de las interacciones entre los diferentes factores socioeconómicos, que entre los efectos individuales que puedan tener dichos factores, de igual manera, la interacción entre las variables socioeconómicas y las características intrínsecas de la huerta determinan la riqueza y composición de estas. 5. Objetivos de la investigación 5.1. Objetivo general Realizar una caracterización etnobotánica de las plantas silvestres y cultivadas utilizadas para la alimentación por familias campesinas del municipio de Sabanalarga, Atlántico y determinar su posible relación con las condiciones socioeconómicas de los participantes. 5.2. Objetivos específicos • Caracterizar las condiciones socioeconómicas de los participantes. • Determinar la composición y riqueza de plantas silvestres y cultivadas empleadas para la alimentación. • Describir la relación entre las condiciones socioeconómicas de los participantes con la riqueza de especies de las fincas. 6. Aspectos metodológicos 6.1. Área de estudio Sabanalarga es un municipio colombiano ubicado en el centro del departamento del Atlántico a una altura de 99 msnm, tiene una extensión de 414 Km2, con una temperatura media de 28º C. Se encuentra ubicado en los 10º 37’ 57” latitud Norte y 8º 74’ 55” latitud Oeste, limita al norte con Usiacurí y Baranoa, al sur con Manatí y Candelaria, al este con Ponedera y al oeste con Repelón y Luruaco, además se encuentra ubicado a 41 Km de Barranquilla, ubicando al municipio junto a uno de los polos más importantes del país, ya que Barranquilla es considerada centro metropolitano regional, debido a que posee funciones urbanas que le permite estar relacionada con la región, el país y con el exterior (Wilches & Roca, 2008). Figura 1. Mapa del municipio de Sabanalarga, en rojo está enmarcado el corregimiento de Molineros y en morado el corregimiento de La Peña, tomado de http://www.atlantico.gov.co/images/stories/mapas/sabanalarga.pdf El área rural del municipio de Sabanalarga cuenta con siete corregimientos, doce veredas y siete caseríos. El municipio tiene una población proyectada de 99.783 habitantes, 66.616 habitantes en la cabecera municipal y 33.167 en la zona rural. Los suelos fértiles han convertido al municipio en la despensa del departamento suministrando a la región con su ganadería y cultivos de azúcar, maíz, algodón y plátano, además cuenta con parte del embalse El Guájaro y varios arroyos que satisfacen la necesidad de agua del municipio (Alcaldía de Sabanalarga, 2018; Wilches & Roca, 2008). 6.2. Selección de los participantes Se realizó un primer contacto a través de un funcionario de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA), el cual es miembro de la asociación ASOLOMAC del corregimiento de La Peña, municipio de Sabanalarga, Atlántico, con él se realizó una primera visita, en donde se informó el propósito y las implicaciones de la investigación, posteriormente él se contactó con los demás miembros de la asociación para después hacer una reunión con todos los miembros interesados. En esta reunión se informó nuevamente el propósito, las implicaciones y se explicó la manera en que se iba a llevar a cabo la investigación. Adicionalmente, se realizó otro contacto a través de un exlíder social de la cooperativa COOPRADEMOL del corregimiento de Molineros, municipio de Sabanalarga, Atlántico, con él se realizó una reunión con todos los miembros de la cooperativa, en la que se les informó de igual manera el propósito, las implicaciones y como se iba a realizar la investigación. Posteriormente, se realizaron las 30 entrevistas, 15 en el corregimiento de La Peña y 15 en Molinero siguiendo la técnica de “bola de nieve” (Albuquerque et al., 2014), la cual consiste en que cada participante referencia nuevos participantes hasta completar la cuota. Las entrevistas a las diferentes parcelaciones fueron guiadas y acompañadas por cada uno de los líderes de las respectivas asociaciones. 6.3. Toma de datos El proceso de toma de datos comprendió dos etapas: la primera, correspondió a una entrevista estructurada con el líder de la familia en la cual se trataron los aspectos socioeconómicos del participante, teniendo en cuenta aspectos como el género, la edad, la escolaridad, si habita o no la finca, el número de miembros de la familia, la ocupación. Adicionalmente se tuvo en cuenta la historia del bosque (conservado, intervenido y transformado) (Anexo 1). En la segunda etapa, se realizó un recorrido guiado por la finca para identificar las plantas alimenticias tanto silvestres como cultivadas. Para cada especie se registró el nombre común, la parte de la planta utilizada, el tipo de uso alimenticio (cereal, condimento, fruta, nuez, verdura, legumbre, raíz o tubérculo, azucarera y oleaginosa), el propósito de consumo y los lugares de aprovechamiento (huerta, cultivo, pastizal, cerca viva, cuerpo de agua y bosque) (Anexo 2). Asimismo, se realizó un registro fotográfico de las especies y se recolectó material botánico el cual se identificó en el Herbario de la Universidad Javeriana. 6.4. Análisis de datos Los datos obtenidos en campo se organizaron en dos tablas sistematizadas con el fin de realizar el análisis descriptivo y estadístico de la información. Para el análisis estadístico, primero se realizó una matriz de presencia/ausencia de las especies registradas en cada una de las parcelaciones (Anexo 3) y una tabla con toda la información socioeconómica de los participantes. Para probar si las variables socioeconómicas y la riqueza tienen un comportamiento normal se realizó una prueba de normalidad Shapiro-Wilk, posteriormente se hizo una correlación de Spearman paradeterminar la asociación lineal entre la riqueza de cada finca y los factores socioeconómicos de los informantes. Para el análisis descriptivo se realizó una tabla en la que se organizó toda la información relacionada con las especies, luego se realizaron las gráficas de barras con las que se analizarón las principales familias botánicas, la parte de la planta más utilizada, el tipo de uso alimenticio, el propósito de consumo y los lugares de aprovechamiento. 7. Resultados 7.1. Caracterización socioeconómica de las fincas 7.1.1. Características físicas de las fincas Se pudo evidenciar características físicas propias de las fincas muy variadas entre los dos corregimientos. Para las 15 fincas visitadas en La Peña el promedio del tamaño de las fincas es de 8,2 Ha, con un mínimo de 6,5 Ha y un máximo de 14 Ha, por el contrario, las 15 fincas visitadas en Molineros tienen el mismo tamaño (12 Ha), esto porque los participantes entrevistados pertenecen a una misma cooperativa, con la cual después de la reforma agraria se les otorgó a todos una parcela del mismo tamaño y en el mismo año por lo que todas las fincas también tienen la misma edad de 23 años, mientras que para el corregimiento de La Peña se pudo evidenciar que las edades son muy variadas, estas van desde los dos años hasta los 48 años con un promedio de 35,1 años. La distancia de las fincas a la cabecera municipal de Sabanalarga para el corregimiento de La Peña es en promedio 9,8 Km lineales, mientras que para Molineros es de 17,6 Km lineales. (Tabla 1). Otra característica muy variada es la historia de transformación del Bosque seco Tropical de cada finca, el 93,3 % de las fincas visitadas en La Peña tienen bosque transformado, mientras que Molineros tiene tan sólo el 33,3% (Tabla 1). Tabla 1. Características físicas de las fincas de los corregimientos de La Peña y Molineros. 7.1.2. Características socioeconómicas de los participantes Las edades de los participantes entrevistados fluctúan entre los 52 y los 85 años con un promedio de 68 años. Para el corregimiento de La Peña, 13 de los 15 colaboradores habitan la finca, mientras Nº de finca Altitud (m) Corregimiento Distancia de la finca a la cabecera municipal (km) Edad de la finca (años) Tamaño de la finca (Ha) Riqueza de especies Historia del Bosque 1 58 10º35'12''N 74º59'49''W La Peña 9,1 48 7 22 Transformado 2 54 10º35'19''N 74º59'55''W La Peña 9,5 15 7,5 23 Transformado 3 73 10º35'19''N 74º59'48''W La Peña 9,6 2 7,5 21 Transformado 4 86 10º35'08''N 74º59'19''W La Peña 9,7 48 8 22 Transformado 5 56 10º35'05''N 74º59'51''W La Peña 9,7 48 7 15 Transformado 6 53 10º35'04''N 74º59'56''W La Peña 9,8 48 7 17 Transformado 7 58 10º35'04''N 74º59'48''W La Peña 9,8 47 14 21 Transformado 8 49 10º35'18''N 75º00'02''W La Peña 9,8 20 6,5 25 Transformado 9 68 10º34'48''N 74º59'44''W La Peña 9,8 38 7 20 Transformado 10 91 10º34'38''N 74º59'25''W La Peña 9,9 37 8 19 Transformado 11 69 10º34'50''N 74º59'39''W La Peña 9,9 37 8 18 Transformado 12 101 10º34'32''N 74º59'18''W La Peña 10,0 33 10 12 Transformado 13 111 10º34'29''N 74º59'19''W La Peña 10,0 35 8 12 Transformado 14 119 10º34'32''N 74º59'05''W La Peña 10,1 35 9 9 Transformado 15 101 10º34'38''N 74º59'19''W La Peña 10,1 35 8 36 Intervenido 16 40 10º40'44''N 75º04'04''W Molineros 15,7 23 12 20 Intervenido 17 51 10º41'31''N 75º04'01''W Molineros 16,9 23 12 22 Intervenido 18 45 10º41'26''N 75º03'03''W Molineros 17,0 23 12 11 Transformado 19 45 10º41'18''N 75º04'39''W Molineros 17,1 23 12 4 Transformado 20 49 10º41'21''N 75º04'44''W Molineros 17,4 23 12 11 Transformado 21 49 10º41'14''N 75º04'56''W Molineros 17,4 23 12 4 Transformado 22 51 10º41'41''N 75º03'48''W Molineros 17,4 23 12 4 Transformado 23 55 10º41'39''N 75º03'46''W Molineros 17,6 23 12 13 Intervenido 24 45 10º41'00''N 75º04'20''W Molineros 17,7 23 12 10 Intervenido 25 39 10º40'38''N 75º04'21''W Molineros 17,9 23 12 14 Intervenido 26 44 10º40'36''N 75º04'33''W Molineros 18,3 23 12 13 Intervenido 27 49 10º41'19''N 75º04'24''W Molineros 18,4 23 12 15 Intervenido 28 57 10º41'16''N 75º04'08''W Molineros 18,4 23 12 18 Intervenido 29 59 10º41'41''N 75º04'34''W Molineros 18,5 23 12 12 Intervenido 30 60 10º41'39''N 75º04'35''W Molineros 18,7 23 12 11 Intervenido Coordenadas GPS que de los 15 entrevistados en Molineros solo uno vive en ella, el número de miembros de la familia oscila entre uno y ocho personas con un promedio de tres personas por familia, esto para el caso de La Peña, ya que para Molineros como se mencionó antes sólo un entrevistado vive en su predio y no cuenta con ningún miembro familiar. En cuanto a la escolaridad se pudo determinar que el 63,3% de los participantes tienen un nivel de educación primaria, el 23,3% no presenta ningún nivel, el 6,7% son bachilleres y el 6,7% tienen un técnico. Respecto a la ocupación de los participantes, el 80% afirma trabajar únicamente en la finca (finquero), el 10% menciona tener otra ocupación además del trabajo en la finca, el 6,7% dicen ser amas de casa y el 3,3% señala que es vendedora y el trabajo de la finca lo realiza el sobrino (Tabla 2). Tabla 2. Características socioeconómicas de los participantes Nº de finca Nombre del participante Edad Ocupacióm del participante Nº de personas en la familia Escolaridad El participante habita la finca 1 Antonio Mercado 76 Finquero 6 Primaria Si 2 Demetrio Colpas 57 Finquero 2 Primaria Si 3 Daniel Herrera 54 Finquero 2 Primaria Si 4 Jose Antonio de las Reyes 72 Finquero 3 Primaria Si 5 Adalberto González 75 Finquero 5 Primaria Si 6 Ana Rosa Caballero 60 Ama de casa 0 Primaria No 7 Juan Jose Gonzalez 72 Finquero 4 Primaria Si 8 Alfonso Bermejo 68 Finquero/Electricista 3 Técnico Si 9 Eliecer Santiago Diaz 72 Finquero 8 Sin escolaridad Si 10 Manuel Garcia 73 Finquero 3 Primaria Si 11 Francisco Ortiz 77 Finquero 0 Primaria No 12 Orlando Cavarca 85 Finquero 1 Sin escolaridad Si 13 Jose Manuel Humada 78 Finquero 1 Sin escolaridad Si 14 Jose del Carmen Gutierrez 79 Finquero 1 Sin escolaridad Si 15 Pedro Manuel 74 Finquero 2 Primaria Si 16 Herberaida Orozco 61 Ama de casa 0 Técnico No 17 William Diaz 65 Lider Social/Finquero 0 Bachiller No 18 Eufredo Jimenez 68 Finquero 0 Primaria No 19 Cesar Jimenez 62 Finquero/Jornalero 0 Sin escolaridad No 20 Rosendo Orozco 55 Finquero 0 Primaria No 21 Ovidio Carrillo 71 Finquero 1 Sin escolaridad Si 22 Adalicia Albor 70 Ama de casa/Vendedora 0 Sin escolaridad No 23 Rafael Sulbaran 59 Finquero 0 Primaria No 24 Francisco Suarez 68 Finquero 0 Primaria No 25 Eduardo José Villafani 73 Finquero 0 Primaria No 26 Sergio Escobar 52 Finquero 0 Primaria No 27 José Diaz 71 Finquero 0 Primaria No 28 Julio Orozco 62 Finquero 0 Primaria No 29 Clemente Santiago 62 Finquero 0 Bachiller No 30 Pedro Santiago 57 Finquero 0 Primaria No 7.2. Caracterización florística 7.2.1. Caracterización florística general En los recorridos guiados se obtuvieron 67 especies de plantas alimenticias asociadas a 77 nombres comunes los cuales se encuentran distribuidos en 32 familias botánicas, con las muestras y el registro fotográfico obtenido en los dos corregimientos fue posible identificar 64 ejemplares hasta especie y 3 hasta género. Posteriormente se realizó una base de datos con toda la información asociada a cada especie (familia, especie, nombre común, presencia/ausencia en cada finca, parte de la planta utilizada, manejo de la especie, tipo de uso) con la cual se pudo establecer que la familia con mayor número de especies fue Fabaceae (6), seguida por Anacardiaceae (5) al igual que Rutaceae (5) (Figura 1). Figura 1. Número de especies por familia botánica registradas en las 30 fincas del municipio de Sabanalarga, Atlántico. Con respecto a la frecuencia, la especie más representativa fue la ciruela de castilla (Spondias purpurea L.) presente en 28 fincas, seguida por el mango (Mangiferaindica L.) y la yuca (Manihot esculenta Crantz) registradas en 26 fincas; el tamarindo (Tamarindus indica L.) estuvo presente en 23 fincas y el limón criollo (Citrus limon (L.) Osbeck) en 21 fincas (Figura 2). 6 5 5 3 3 3 3 3 3 3 3 3 0 1 2 3 4 5 6 7 R iq u ez a d e es p ec ie s Familias botánicas Figura 2. Frecuencia absoluta por las especies registradas en las 30 fincas del municipio de Sabanalarga, Atlántico. La parte de la planta más utilizada en los dos corregimientos es el fruto, ya que esta cuenta con 42 especies reportadas, seguido por la semilla que tiene nueve reportes y la planta entera con seis (Figura 3). Figura 3. Número de especies por parte de la planta utilizada registrada por los 30 participantes del municipio Sabanalarga, Atlántico. 28 26 26 23 21 19 18 18 17 17 17 16 15 13 13 12 12 11 9 9 0 5 10 15 20 25 30 F re cu en ci a ab so lu ta Especies 1 42 3 6 4 9 2 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 Flor Fruto Hoja Planta Entera Raíz Semilla Tallo Parte de la planta utilizada R iq u ez a d e E sp ec ie s En cuanto a la variable de tipo de uso alimenticio, la categoría con más número de especies fue la de Fruta con un 59,7%, seguida de la categoría de Otros con un 10,4% y Condimento que presentó un 9% (Figura 4). Figura 4. Porcentaje de especies por tipo de uso alimenticio registrado por los 30 participantes del municipio de Sabanalarga, Atlántico. Con respecto al manejo de la planta, el 78% de las especies registradas en las 30 fincas se categorizaron como cultivadas, mientras que el 22% restantes se registraron como silvestres (Figura 5). 1,5 3,0 9,0 59,7 4,5 1,5 10,4 6,0 4,5 0,0 10,0 20,0 30,0 40,0 50,0 60,0 70,0 R iq u ez a d e es p ec ie s (% ) Tipo de Uso 78% 22% Cultivado Silvestre Figura 5. Porcentaje de especies por tipo de manejo reportado por los 30 participantes del municipio de Sabanalarga, Atlántico. 7.2.2. Caracterización florística de las fincas En los recorridos guiados realizados en las 30 fincas se pudo establecer que la riqueza de especies varía entre 4 y 36 especies, con un promedio de 15,6 especies por finca. La finca que presentó mayor número de especies fue la 15 con 36 plantas registradas, seguida por la finca número 8 con 25 especies, la finca 2 con 23 y por las fincas 1, 4 y 17 que cuentan con 22 especies cada una. Cabe resaltar que todas las fincas, a excepción de la 17, pertenecen al corregimiento de La Peña. Figura 6. Número de especies registrado en cada una de las 30 fincas del municipio de Sabanalarga, Atlántico. Las fincas de la 1 a la 15 pertenecen al corregimiento de La Peña, las fincas de la 16 a la 30 pertenecen al corregimiento de Molineros. Para cada especie registrada en cada finca se estableció el propósito de consumo, es decir, si la planta está destinada al consumo doméstico (autoconsumo), si la consumen y comercializan (autoconsumo/comercio) o si solamente la comercializan (comercio), con lo que se pudo establecer que la mayoría de las especies reportadas en cada finca son de autoconsumo, ya que en promedio el 57,2% de los participantes reportaron que las especies son para consumo doméstico, mientras que ningún participante reportó que las plantas tienen un fin únicamente comercial. Hay que destacar que los informantes de las fincas 3, 17, 18, 20, 21, 22, 23, 29 y 30 reportaron que todas las plantas alimenticias de sus predios están empleadas únicamente para el consumo doméstico, de 22 23 16 22 15 17 21 25 20 19 18 12 12 9 36 20 22 11 4 11 4 4 13 10 14 13 15 18 12 11 0 5 10 15 20 25 30 35 40 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 N º d e es p ec ie s Nº de Finca igual manera hay que enfatizar en que la mayoría de las fincas, a excepción de la finca 3, pertenecen al corregimiento de Molineros (Figura 7). Figura 7. Porcentaje de especies reportado para cada uno de los propósitos de consumo, registrado en cada una de las 30 fincas del municipio de Sabanalarga, Atlántico. Las fincas de la 1 a la 15 pertenecen al corregimiento de La Peña, las fincas de la 16 a la 30 pertenecen al corregimiento de Molineros. Referente a los lugares de aprovechamiento dentro de las fincas, las especies estaban presentes en una o más de las seis categorías, huerta, cultivo, pastizales, bosque, arroyo y cercas vivas. La zona que presentó mayor número de especies reportadas fue la huerta que estuvo presente en todas las fincas visitadas, seguida por el cultivo que estuvo en 21 fincas. Cabe resaltar que, en el corregimiento de La Peña la mayoría de las especies estaban reportadas en la zona de huerta o en la zona de cultivo, mientras que, para el corregimiento de Molineros, si bien es cierto que las especies estaban mayormente reportadas en la zona de huerta, también habían varios reportes de los otros cinco lugares de aprovechamiento (Figura 8). 0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100% 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 P o rc en ta je Nº de finca Proposito de consumo Autoconsumo/Comercio Proposito de consumo Autoconsumo Figura 8. Porcentaje de especies reportado para cada uno de los lugares de aprovechamiento, registrados en cada una de las 30 fincas del municipio de Sabanalarga, Atlántico. Las fincas de la 1 a la 15 pertenecen al corregimiento de La Peña, las fincas de la 16 a la 30 pertenecen al corregimiento de Molineros. 7.3. Correlación de las variables socioeconómicas de los participantes con la riqueza de las fincas Para determinar las posibles correlaciones entre la riqueza de especies y las variables socioeconómicas se realizó la prueba de normalidad de Shapiro-Wilk para todas las variables y también por cada corregimiento, con lo que se pudo establecer que la mayoría de las variables no presentan una distribución normal (Anexo 4) por lo tanto, se seleccionó la prueba de correlación de Spearman, esta prueba se realizó primero con todas las variables sin discriminar el corregimiento, con la cual se obtuvo una correlación negativa significativa entre la distancia de la finca a la cabecera municipal y la riqueza de especies (R= -0.560, p= 0.001), también se encontró con el tamaño de la finca (R= -0.500, p= 0.005), para esta variable hay que destacar que las fincas del corregimiento de Molineros tienen un mismo tamaño. Adicionalmente, se encontraron correlaciones positivas significativas entre la escolaridad del informante y la riqueza (R= 0.537, p= 0.002), asimismo se obtuvo con el número de personas que habitan la finca (R= 0.521 p= 0.003), con esta variable de igual forma hay que resaltar que la mayoría de los participantes y sus familias no habitan la finca en el corregimiento de Molineros (Anexo 5). 0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100% 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 P o rc en ta je Nº de Finca Huerta Cultivo Pastizales Bosque Arroyo Cercas vivas La prueba de correlación de Spearman se realizó también por corregimiento, debido a que en las variables de tamaño de la finca y número de personas que habitan la finca presentaban el mismo valor en Molineros. Para el corregimiento de La Peña se obtuvo una correlación negativa significativa entre la edad del participante y la riqueza (R= -0.601, p= 0.018) y una correlación positiva significativa con la escolaridad del informante (R= 0.675, p= 0.006), con las demás variables no se obtuvieron correlaciones significativas. Para el corregimiento de Molineros se obtuvo una correlación negativa significativa entre la historia del bosque y la riqueza (R= -0.726, p= 0.002) y una correlación positiva significativa con la escolaridad del informante (R= 0.77, p= 0.001), al igual que con el corregimiento anterior, con las demás variablesno se obtuvieron correlaciones significativas (Anexo 5). Hay que destacar que la variable de escolaridad del participante es la única variable que mantiene una correlación positiva significativa en las tres correlaciones, mientras que las otras variables socioeconómicas que presentaron alguna correlación sólo están presentes en uno de los tres resultados (Anexo 5). 8. Discusión 8.1. Caracterización de las fincas y las condiciones socioeconómicas de los participantes Los huertos familiares son los sistemas agroforestales más antiguos y utilizados en todo el mundo, además de ser importantes debido a sus funciones sociales y económicas, por lo que son un instrumento clave en el desarrollo rural (Montagnini & Metzel, 2015). Estos sistemas están diseñados y manejados para la subsistencia del agricultor y su familia y se utilizan plantas tanto exóticas como nativas, pero primordialmente se siembran árboles frutales, por lo cual son muy diversos en su estructura vertical y horizontal, así como en el aspecto temporal (Guarneros- Zarandona et al., 2014; Montagnini & Metzel, 2015). Las fincas visitadas en los dos corregimientos de Sabanalarga, Atlántico presentan estas características, son áreas que, a pesar de su tamaño, no presentan sistemas agrícolas como monocultivos, sino por el contrario son muy diversas en cuanto a su riqueza florística, además de que los recursos son principalmente para el autoconsumo de la familia, por lo cual se manejaron como huertos familiares. Las familias visitadas en el corregimiento de La Peña habitan sus fincas y su subsistencia y economía se basa exclusivamente de los recursos que puedan obtener de estas, por lo que tienen diversos cultivos que permiten cubrir sus necesidades básicas, manejando diferentes especies tanto anuales como perennes de diferentes hábitos y formas de crecimiento, por lo que las hace diversas en su estructura vertical, características mencionadas en la literatura para los huertos familiares (Guarneros-Zarandona et al., 2014; Montagnini & Metzel, 2015; Salazar-Barrientos et al., 2016; Montenegro et al., 2017). Al no ser una agricultura intensiva y de grandes áreas, los agricultores no tienen la necesidad de hacer uso de agroquímicos por lo que lo hace sustentable en términos ecológicos y socioeconómicos, estas características reportadas también en literatura (Guarneros- Zarandona et al., 2014; Montagnini & Metzel, 2015; Salazar-Barrientos et al., 2016; Montenegro et al., 2017). Para el caso de los participantes entrevistados para el corregimiento de Molineros, estos no habitan las fincas debido a que esta zona había sido altamente afectada por la violencia, motivo por el cual tuvieron que abandonar los predios y asentarse en el casco urbano del corregimiento. Los participantes aseguran que ya pueden volver a sus predios, sin embargo, ellos prefieren vivir en el centro urbano y desplazarse diariamente a la finca. No obstante, su subsistencia y economía siguen dependiendo de los recursos que obtienen en las fincas, al igual que con el corregimiento anterior, las familias no practican agricultura intensiva y los predios presentan diferentes cultivos que satisfagan sus necesidades. La riqueza de especies en los huertos familiares también es muy variada, según el trabajo de Montagnini & Metzel (2015) donde recopilan estudios sobre la diversidad de plantas de huertos familiares en Mesoamérica, se encontraron huertos con 27 hasta 334 especies. Para Latinoamérica está el trabajo de Pulido et al. (2008) en el cual se reporta que la riqueza de los huertos familiares va desde 27 a 405 especies. Los resultados obtenidos en esta investigación están acordes con los reportes en literatura, ya que se encontraron huertas con 4 hasta 36 especies, cabe resaltar que los trabajos mencionados anteriormente tienen en cuenta todas las plantas allí cultivadas, mientras que para este estudio sólo se tuvo presente las plantas con uso alimenticio. No obstante, para el corregimiento de Molineros donde se presentó un número reducido de especies en algunas de las huertas se debe también, según la información de los participantes, a la sequía que se presentó en los meses de junio, julio y agosto, porque según ellos la época de lluvia comenzaba en el mes de junio, motivo por el cual muchas de las plantas que cultivaron perecieron en esta época, de igual manera las fincas de este corregimiento presentaron una riqueza más baja que el otro corregimiento, esto también se explica debido a que los participantes de esta zona son víctimas del desplazamiento forzado y por un largo periodo de tiempo no estuvieron presentes en los predios, por esta razón hasta hace muy poco comenzaron nuevamente a sembrar. La mayoría de los estudios etnobotánicos de la región del caribe se han centrado en documentar todas las plantas útiles de la región (López et al., 2016; Barrios-Paternina & Mercado-Gómez, 2014; Cruz et al., 2009; Jiménez-Escobar & Estupiñán-González, 2012; Jiménez-Escobar et al., 2011), no obstante, también se encuentran trabajos que se han enfocado en caracterizar plantas de uso alimenticio, con los cuales se estableció que la riqueza de plantas para este uso está entre 39 y 96 especies (Álvarez et al., 2016; Álvarez, 2014: Villa & García, 2017; Pasquini et al., 2013). En esta investigación se obtuvieron 67 especies de plantas comestibles, este resultado se encuentra dentro del rango de especies reportadas por literatura para este uso en el Caribe colombiano. Cabe resaltar que los trabajos de Álvarez et al. (2016) y Álvarez (2014) fueron realizados con comunidades tanto campesinas como afrodescendientes e indígenas, por otro lado, el trabajo de Pasquini et al. (2013) se realizó únicamente con comunidades afrodescendientes, mientras que el trabajo de Villa & García (2017) fue con comunidades campesinas al igual que la presente investigación, sin embargo, reportaron más especies en un menor número de huertas muestreadas, esto puede explicarse a diferencias relacionadas con el clima y ubicación de los predios, con factores socioeconómicos y con la historia de vida propia de los participantes. 8.2. Caracterización de las plantas silvestres y cultivadas empleadas para la alimentación En cuanto a la composición, la familia con mayor número de especies en las fincas de Sabanalarga fue Fabaceae, esto concuerda con los trabajos mencionados anteriormente, en los cuales se reporta que esta familia es la más representativa para la región del Caribe (Cruz et al., 2009; Jiménez- Escobar & Estupiñán-González, 2012; Jiménez-Escobar et al., 2011), en esta investigación las familias Anacardiaceae y Rutaceae son las siguientes más representativas, sin embargo, en los estudios de plantas útiles del Caribe colombiano estas familias no se encuentran en los primeros lugares y en los estudios enfocados en la caracterización de plantas de uso alimenticio, los resultados presentan únicamente las especies más frecuentes sin mencionar las familias, además de no tener bases de datos donde se pueda hacer la verificación, por tal motivo no se puede hacer una correcta comparación con la literatura citada. Familias como Annonaceae, Arecaceae y Myrtaceae también son características de esta región (Jiménez-Escobar et al., 2011; Jiménez-Escobar & Estupiñán-González, 2012; Villa & García, 2017), en este estudio ocupan el tercer lugar con tres especies cada una. Con relación al nivel de especie, el grupo más frecuente en las fincas estudiadas fue Spondias purpurea (ciruela de castilla), sin embargo en la literatura no la reportan como especie característica de la región, otra especie Mangifera indica (mango) es la siguiente más frecuenta en los predios, la cual sí está reportada en literatura como una especie típica para la región, Manihot esculenta (yuca) es una de las especies más representativas para las comunidades campesinas, afrodescendientese indígenas del Caribe, ya que es un ingrediente principal de los habitantes de la región (Barrientos-Paternina & Mercado-Gómez, 2014; Álvarez, 2014; Jiménez-Escobar & Estupiñán-González, 2012). Cabe resaltar que especies del género Citrus también son muy características para esta zona, en ese estudio la especie Citrus limon (limón) es la quinta especie más frecuente presente en 21 fincas y Citrus x aurantium (naranja dulce) que está presente en 16 predios. De igual manera el ñame (Dioscorea alata) es una especie de gran importancia para la comunidad, ya que al igual que la yuca, hace parte de la dieta diaria de las personas (Villa & García, 2017; Pasquini et al., 2013). Con respecto a la parte de la planta utilizada hay discrepancia entre los diferentes estudios relacionados con las plantas útiles, debido a que esto puede variar dependiendo de la categoría de uso más frecuente. Un estudio realizado en México sobre plantas útiles, en el que la categoría con mayor número de especies fue medicinal y la parte más utilizada fue la planta entera (parte aérea) (Bello-González et al., 2015), en el caso de Colombia está el estudio de Rosero-Toro et al. (2018), al igual que el estudio anterior, la categoría con mayor número de especies fue la medicinal, pero para este caso la parte más utilizada es la rama; más específicamente para la región del Caribe. También están los trabajos de Barrios-Paternina & Mercado-Gómez (2014) y el de Jiménez- Escobar et al. (2011), para el primero, la categoría medicinal fue la más representativa, sin embargo, la parte más utilizada es la hoja y para el segundo, a pesar de que la categoría más representativa fue la comestible, la parte más utilizada fue el tronco, no obstante esto se debe a que en diferentes categorías de uso se puede utilizar la misma parte, sin embargo, la siguiente parte más utilizada por la comunidad fue la de fruto. La categoría de fruto fue la que obtuvo mayor número de especies, lo que concuerda con los estudios enfocados en plantas alimenticias, en los que la parte de la planta más utilizada es el fruto (Teklehaymanot & Giday, 2010; Pardo-de Santayana et al., 2007; Pasquini et al., 2013; Villa & García, 2017; Álvarez, 2014) De igual manera, resulta difícil realizar una comparación con el tipo de uso alimenticio, ya que no se encuentra una única categorización para esta variable, a pesar de esto, las frutas son uno de los tipos de uso más frecuente, con mayor número de especies y número de individuos en los huertos familiares (Teklehaymanot & Giday, 2010; Pardo-de Santayana et al., 2007; Pasquini et al., 2013; Villa & García, 2017; Álvarez, 2014), así mismo ocurrió en las fincas visitadas, donde las frutas fueron el tipo de uso más empleado por los participantes. En cuanto al propósito de consumo, todos los participantes informaron que se autoabastecen de las plantas que poseen, sin embargo, también comercializaban los productos, ya que según ellos no alcanzaban a consumir toda la cosecha de las plantas y en ocasiones se dañaba si no las vendían. Hay que enfatizar que algunas especies, como el Mango (Mangifera indica), la Ciruela de castilla (Spondias purpurea), el Tamarindo (Tamarindus indica) y el Limón (citrus limon) son especies que cultivan con el objetivo principal de comercializar, pero también se autoabastecen de estos. Una de las principales características de los huertos familiares es que está orientado al autoconsumo, satisfaciendo las necesidades básicas de las familias, pero también proporcionan ingresos adicionales al hogar (Salazar-Barrientos et al., 2016; Guarneros-Zarandona et al., 2014; Gbedomon et al., 2015). Aquellas fincas que poseen una menor riqueza reportan que todas las especies son utilizadas únicamente para el autoconsumo, hay que señalar que estos predios se encuentran en el corregimiento de Molineros y las familias no habitan las fincas, no obstante, su economía se basa de otras actividades como lo es la ganadería, por lo tanto en estas fincas las huertas tienen una riqueza tan baja que no satisfacen completamente las necesidades básicas de las familias, por lo que no contribuyen con la seguridad alimentaria de las mismas, es importante mencionar que este tipo de sistemas agroforestales tienen como característica contribuir con la seguridad alimentaria (Montagnini & Metzel, 2015) El 22 % de las especies reportadas en esta investigación fueron clasificadas como silvestres, de las cuales el 30% se encuentran en pastizales, las zonas de huertos y bosque tienen cada una el 23,3% de dichas especies y la zona de arroyo presentó el 10%. Para el caso de las especies reportadas como cultivadas todas se encuentran en los huertos, no obstante, hay 18 especies que se encuentran tanto en huertos como en zonas de cultivo, debido a que estas especies tienen como propósito el comercio, sin dejar de lado el autoabastecimiento de la familia. Especies como el corozo (Bactris guineensis), la pitajaya (Acanthocereus tetragonus) y el jobo (Spondias mombin) son las especies silvestres con mayor frecuencia en las fincas y están reportadas para la región del Caribe colombiano como plantas silvestres (Álvarez et al., 2016; Cruz et al., 2009). No obstante, las especies silvestres tienden a no ser utilizadas con el fin de satisfacer una necesidad alimentaria, ya que se reportan como de consumo ocasional y cuando se presenta la cosecha muchos de los frutos se pierden por no ser consumidos, excepto por unas pocas especies como B. guineensis (corozo) y Attalea butyracea (palma de vino), cuyos recursos se comercializan localmente (Cruz et al., 2009), esto también se presenta en esta investigación, donde los informantes reportan consumo ocasional de las especies silvestres, a excepción del corozo que algunos de los participantes lo comercializan localmente. Por otro lado, Cruz et al. (2009) también menciona que el cardón (Acanthocereus sp.) y el jobo (S. mombin) son utilizados en cercas vivas, de igual forma ocurre en el presente estudio, donde S. mombin y A. tetragonus están presentes en las cercas vivas de los predios visitados. 8.3. Correlaciones de las condiciones socioeconómicas de los participantes con la riqueza Como se ha mencionado anteriormente, los huertos familiares son de gran importancia para funciones sociales y económicas de las familias, pero también factores socioeconómicos influyen en su diversidad de plantas (Montagnini & Metzel, 2015; Gbedomon et al., 2015; Kehlenbeck & Maas, 2006). Los resultados arrojados por el análisis estadístico para la correlación de los factores socioeconómicos de los dos corregimientos muestran que, tanto la distancia entre la finca y la cabecera municipal como el tamaño de la finca inciden significativamente sobre la riqueza de los predios de manera negativa, así mismo se encontró que tanto la escolaridad del informante como el número de personas que habitan la finca también inciden significativamente sobre la riqueza, pero de manera positiva. Según Kehlenbeck & Maas (2006) la proximidad al mercado influencia de manera negativa la riqueza de especies en los huertos familiares, debido a que la producción está orientada a la comercialización, esto genera que la diversidad de cultivos se reduzca y más cuando se tiene éxito en la producción de un cultivo comercial, ya que el agricultor va a disponer de más área para un único cultivo, sin embargo, esto no se evidenció en el presente estudio, debido a que los predios que estaban más alejados de la cabecera municipal presentaron una menor riqueza. Es importante mencionar que dichos predios se encuentran ubicados en el corregimiento de Molineros y esto puede ser explicado por la historia de vida de los participantes, ya que los habitantes son víctimas del desplazamiento forzado, por lo que tuvieron que abandonar sus tierras y hasta hace poco tiempo pudieron regresar, pero siguen sin habitarlas,por tal motivo presentan una menor riqueza que las fincas del corregimiento de La Peña, las cuales están a una menor distancia a la cabecera municipal. Autores como Gutiérrez et al. (2003) reportan que el tamaño del huerto está relacionado positivamente con la riqueza de especies, sin embargo, Kehlenbeck & Maas (2006) afirman que en su estudió la relación fue ligeramente positiva, ya que en huertos muy grandes la riqueza de especies tendía a un único valor, además el número de individuos se reducía debido a los patrones de siembra más unificados, pese a esto, para esta investigación no se observó dicha relación, debido a que en el corregimiento de Molineros todas las fincas tenían el mismo tamaño. En cuanto a la relación entre la escolaridad del propietario y la riqueza de la huerta, hay estudios como el de Salazar-Barrientos et al. (2016) realizado en México, en el que afirman que el aumento del nivel educativo está relacionado con la disminución de la diversidad, debido a que las personas con niveles de educación alto migran a los centros urbanos en busca de empleo, sin embargo, Gbedomon et al. (2015) no encontró una relación significativa entre estas dos variables, pero sí afirma que la mayoría de los propietarios que tenían un menor nivel educativo tenían huertos con riquezas de especies altas y al igual que el estudio anterior rectifica que se debe a que las personas con niveles de educación superior tienen más posibilidades de empleo, por lo que les queda menos tiempo para dedicarse al huerto y como consecuencia hay una disminución en la riqueza. No obstante, está correlación no tuvo el mismo comportamiento en este estudio, ya que la relación fue negativa, tanto para los resultados obtenidos para los dos corregimientos, como para cada uno, pero al igual que en el estudio de Gbedomon et al. (2015) la mayor cantidad de propietarios que tienen bajos niveles de educación poseen fincas con altas riquezas de especies. Por otro lado, el número de personas que habitan la finca está relacionado positivamente con la riqueza de especies del predio, debido a que entre más número de miembros de la familia participen en el mantenimiento y cuidado de los huertos estos tendrán una mayor riqueza (Salazar-Barriento et al. 2015; Bautista-García et al. 2016; Gutiérrez et al., 2003) esto también se puede evidenciar en el presente estudio, en el que aquellos predios en los que el número de personas que habitan la finca era mayor su riqueza también lo era. Adicional a los factores mencionados anteriormente, la edad del propietario también es un factor que está relacionado positivamente con la riqueza de los huertos, debido a que los productores de más edad mantienen los cultivos a lo largo del tiempo, pero también incorporan nuevas especies para garantizar la autosuficiencia alimentaria de la familia, adicional a esto, los propietarios de mayor edad tienen más tiempo para dedicarle al huerto lo que permite su mantenimiento y conservación (Salazar-Barrientos et al., 2016; Kehlenbeck & Maas, 2006; Gutiérrez et al., 2003), sin embargo, esta relación no fue evidente en el presente estudio, los resultados obtenidos para el corregimiento de La Peña muestran una relación negativa entre la edad del participante y la riqueza de la finca, no obstante, esta tendencia no ha sido reportada por literatura. Hay que resaltar, que para el corregimiento de Molineros hay una relación positiva entre la historia del bosque y la riqueza de especies, en el que se puede observar que los predios que poseen fragmentos de Bosque seco Tropical tienen una mayor riqueza de especies, sin embargo, esta relación no ha sido reportada en literatura; no obstante, la distancia a la vegetación natural tiene una relación positiva con la riqueza de plantas silvestres, esto porque la presencia de fragmentos de bosque intervenidos mejora las condiciones de producción de los sistemas agroforestales, lo que contribuye en el aumento de beneficios socioeconómicos y ambientales (Sarmiento, 2017; Monge & Russo, 2009; Farrell & Altieri, 1997) 9. Conclusión Si bien las fincas de los corregimientos de La Peña y Molineros del municipio de Sabanalarga, Atlántico no poseen todas las características propias de los huertos familiares propuestas por los diferentes autores, sí tienen la mayoría, como una alta riqueza de especies de plantas que difieren tanto en su estructura vertical como horizontal, además de los diversos usos que puedan tener, cubriendo las necesidades básicas de las familias y aportando un ingreso económico adicional. La composición y riqueza florística de los huertos es muy variada, para el caso de Sabanalarga la familia más representativa fue Fabaceae, la cual es muy característica para el Caribe colombiano y las especies con mayor frecuencia fueron la ciruela de castilla (Spondias purpurea), el mango (Mangifera indica) y la yuca (Manihot esculenta), la primera es de gran valor económico para el municipio, según lo informado por los participantes, mientras que las otras dos son representativas para el Caribe, debido a su importancia en la dieta de los habitantes de la región. Por otro lado, la parte más frecuentemente utilizada por los habitantes de Sabanalarga es el fruto, esto es característico en los estudios enfocados en plantas alimenticias, de igual manera y como era de esperarse la categoría de uso más representativa para la zona fue la de fruta, lo cual también es típico de dichos estudios. Una característica propia de los huertos es el autoabastecimiento de las familias, esto también estuvo presente en los predios visitados, donde los participantes informaron que auto consumían todas las especies reportadas, no obstante, también aprovechan económicamente algunos cultivos, como es el caso de la ciruela de castilla (S. purpurea), el mango (M. indica), limón (Citrus limon), corozo (Bactris guineensis). Factores socioeconómicos, como el número de personas que habitan la finca, la historia del bosque y la escolaridad del participante tienen una relación positiva con la riqueza de plantas comestibles, no obstante, la tendencia de esta última característica no está totalmente definida en todos los estudios, pero lo que sí es claro es que aquellos propietarios que tienen bajos niveles de escolaridad poseen huertas con una gran riqueza de especies vegetales, mientras que, factores como la distancia del predio a la cabecera municipal, el tamaño de la finca y la edad del participante tienen una relación negativa con la riqueza. Hay que resaltar que la interacción de las variables socioeconómicas y las características propias de la finca, además de la historia de vida de los propietarios son las que definen la riqueza y composición de los predios. 10. Recomendaciones Se recomienda ampliar la investigación incluyendo datos de abundancia de las especies y además realizando un análisis de género, también hay que extender el estudio a otros municipios del departamento del Atlántico, para tener más información sobre las plantas de uso alimenticio de la región y así poder implementar estrategias para disminuir los problemas de seguridad alimentaria presentes en el Caribe colombiano, además de promover el uso de agroecosistemas que permitan la conservación y uso de las especies propias del Bosque seco Tropical. También se recomienda realizar socializaciones y talleres sobre la importancia de la flora nativa de la región y como vincularla con los sistemas agroforestales para aumentar los beneficios socioeconómicos de los habitantes y de igual manera incrementar la conectividad espacial favoreciendo a la conservación del Bosque seco Tropical, así mismo, poder realizar una apropiación del conocimiento tradicional y así evitar la pérdida de los saberes ancestrales de la región. 11. Bibliografía Alcaldía de Sabanalarga, Atlántico. (2018). Nuestro municipio - Información generalhttp://www.sabanalarga-atlantico.gov.co/tema/municipio. Consultado en julio de 2018. Albuquerque, U., Cruz da Cunha, L., de Lucena, R. and Alves, R. (2014). Methods and Techniques in Ethnobiology and Ethnoecology. New York: Springer Science. Alexiades, M.N., 1996. Selected guidelines for ethnobotanical research: a field manual. New York Botanical Garden, New York. Álvarez, L (2014). 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