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Trabajo de Grado Maria Cecilia Nariño

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CARACTERIZACIÓN ETNOBOTÁNICA DE LAS PLANTAS SILVESTRES Y 
CULTIVADAS UTILIZADAS PARA LA ALIMENTACIÓN POR FAMILIAS 
CAMPESINAS DEL MUNICIPIO DE SABANALARGA, ATLÁNTICO. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Autora: 
María Cecilia Nariño Sanabria 
Director: 
Néstor Julio García Castro 
 
 
Trabajo de grado para optar por el título de 
BIOLOGA 
 
 
 
 
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA 
FACULTAD DE CIENCIAS 
CARRERA DE BIOLOGÍA 
BOGOTÁ D.C 
2018 
CARACTERIZACIÓN ETNOBOTÁNICA DE LAS PLANTAS SILVESTRES Y 
CULTIVADAS UTILIZADAS PARA LA ALIMENTACIÓN POR FAMILIAS 
CAMPESINAS DEL MUNICIPIO DE SABANALARGA, ATLÁNTICO. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Autora: 
María Cecilia Nariño Sanabria 
 
 
 
 
 
 
APROBADO 
 
 
 
 
___________________________ ________________________ 
Concepción Judith Puerta Bula Jorge Jácome Reyes 
Decana Facultad de Ciencia Director Carrera de Biología 
 
 
CARACTERIZACIÓN ETNOBOTÁNICA DE LAS PLANTAS SILVESTRES Y 
CULTIVADAS UTILIZADAS PARA LA ALIMENTACIÓN POR FAMILIAS 
CAMPESINAS DEL MUNICIPIO DE SABANALARGA, ATLÁNTICO. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Autora: 
María Cecilia Nariño Sanabria 
 
 
 
 
 
 
APROBADO 
 
 
 
 
___________________________ __________________________ 
Néstor Julio García Castro Laura Isabel Mesa Castellanos 
Director Jurado 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
NOTA DE ADVERTENCIA 
Artículo 23 de la Resolución No 13 de Julio de 1946 
“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por sus alumnos en 
sus trabajos de tesis. Solo velará porque no se publique nada contrario al dogma y a la 
moral católica y porque la tesis no contenga ataques personales contra persona alguna, 
antes bien se vea en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia” 
TABLA DE CONTENIDO 
RESUMEN 
1. Introducción 
2. Problema y justificación 
3. Pregunta de Investigación 
4. Marco conceptual 
4.1. Bosque seco Tropical 
4.2. Conocimiento tradicional y Etnobotánica 
4.3. Plantas usadas en la alimentación en el Caribe colombiano 
4.4. Relación entre los factores socioeconómicos y la riqueza de especies vegetales 
5. Objetivos de la investigación 
5.1. Objetivo general 
5.2. Objetivos específicos 
6. Aspectos Metodológicos 
6.1. Área de estudio 
6.2. Selección de los participantes 
6.3. Toma de datos 
6.4. Análisis de datos 
7. Resultados 
7.1. Caracterización socioeconómica de las fincas 
7.1.1. Características físicas de las fincas 
7.1.2. Características socioeconómicas de los participantes 
7.2. Caracterización florística generas 
7.3. Caracterización florística de las fincas 
7.4. Correlación de las variables socioeconómicas de los participantes con la riqueza de 
las fincas 
8. Discusión 
9. Conclusión 
10. Recomendaciones 
11. Bibliografía 
ANEXOS 
Resumen 
El Bosque seco Tropical es un bioma en el que las altas temperaturas, las bajas precipitaciones, la 
poca humedad y una gran diversidad de especies son condiciones que lo identifican, sin embargo, 
es uno de los biomas más amenazados del neotrópico. Adicionalmente, los saberes ancestrales de 
las comunidades campesinas son de gran importancia para la memoria biocultural de la región, sin 
embargo, la globalización económica y al desinterés de las nuevas generaciones ha provocado la 
pérdida de estos conocimientos tradicionales. De esta manera, el objetivo del presente estudio fue 
caracterizar las plantas silvestres y cultivadas utilizadas para la alimentación por familias 
campesinas del municipio de Sabanalarga, Atlántico y determinar su posible relación con las 
condiciones socioeconómicas de los participantes. Para esto se realizó un recorrido guiado en 30 
fincas donde se colectaron e identificaron las plantas de uso alimenticio, adicional a esto se hicieron 
entrevistas estructuradas a los propietarios con el fin de identificar las variables socioeconómicas. 
Se registraron un total de 67 especies asociadas a 77 nombres comunes, distribuidas en 32 familias 
botánicas. La familia con mayor número de especies fue Fabaceae, seguida por Anacardiaceae y 
Rutaceae, las especies más frecuentes fueron Spondias purpurea (ciruela de castilla), Mangifera 
indica (mango) y Manihot esculenta (yuca). Con respecto a las variables socioeconómicas se 
encontró que el número de personas que habitan la finca, la escolaridad del participante y la historia 
del bosque tienen una relación positiva con la riqueza de plantas comestibles, mientras que, factores 
como la distancia del predio a la cabecera municipal, el tamaño de la finca y la edad del participante 
tienen una relación negativa con la riqueza. 
1. Introducción 
El Bosque seco Tropical (BsT) es un conjunto de ecosistemas que tienen características muy 
similares entre sí, por lo que se habla más de un bioma que de un ecosistema, en el cual predominan 
condiciones de altas temperaturas, de bajas precipitaciones y donde hay muy poca humedad; 
adicionalmente son zonas que poseen una gran variedad de especies que presentan diversas 
adaptaciones a las modificaciones climáticas (Ulloa, 2016). Aproximadamente queda más de un 
millón kilómetros cuadrados de BsT alrededor del mundo, distribuido en América, África, Asia y 
Australia, sin embargo, más de la mitad del área total se encuentra únicamente en América del Sur, 
en donde está presente en Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Brasil (Miles et al., 
2006); no obstante, es uno de los biomas más amenazados del neotrópico, debido a que el desarrollo 
agrícola y ganadero ha permitido el asentamiento de grupos humanos y, por tal motivo, ha sufrido 
de una intensa transformación (Cruz et al., 2009; Linares & Fandiño, 2009; López et al., 2016). 
Cabe resaltar que el conocimiento tradicional de las comunidades campesinas representa la 
memoria biocultural de las regiones que habitan, sin embargo, estos saberes están en riesgo de 
desaparecer, lo cual puede estar relacionado con a la globalización económica y el desinterés de 
las nuevas generaciones de preservar el conocimiento de sus comunidades (Pérez & Matiz, 2017). 
Es importante mencionar que el conocimiento tradicional proviene de la observación y la relación 
de los fenómenos naturales como respuesta a una necesidad básica de una comunidad otorgándole 
un beneficio (Albuquerque et al., 2014). 
La etnobotánica es una ciencia interdisciplinar cuyo objeto de estudio está enmarcado tanto en el 
medio cultural como en el biológico, por tal motivo son necesarias herramientas de las ciencias 
sociales y de las naturales. De aquí que la etnobotánica permite estudiar la relación entre las plantas 
y las comunidades que las aprovechan, por tanto, los estudios etnobotánicos pueden estar enfocados 
en solamente documentar la flora útil de un grupo cultural o de una región específica, o también 
pueden analizar un área específica del conocimiento tradicional, como lo es el medicinal, el 
comestible, agropecuario, entre otros. De tal manera que la etnobotánica permite no sólo 
documentar, sino que también comprender la relación entre un recurso natural y su utilización por 
parte de las poblaciones (Carreño, 2016; Cruz et al., 2009; Menéndez, 2015). 
Los huertos familiares o sistemas de producción a pequeña escala funcionan como reservorios 
genéticos vegetales, estos agroecosistemas tienen como características la cercanía a la casa, tienen 
una gran diversidad de cultivos perennes y anuales, también son espacios donde se practican 
actividades sociales, biológicas y agronómicas, conformando así una unidad de autoconsumo, 
debido a que cubren las necesidades básicas de la familia y además aportan ingresos adicionales 
para el hogar,por tal motivo son de gran importancia para la subsistencia de las comunidades 
campesinas (Salazar-Barrientos et al., 2015; Montenegro et al., 2017) 
Por lo anterior, este trabajo tuvo como propósito documentar, por medio de recorridos guiados, que 
especies de plantas silvestres y cultivadas por parte de familias campesinas del municipio de 
Sabanalarga, Atlántico. Asimismo, se buscó relacionar la riqueza con las condiciones 
socioeconómicas de los participantes y las características físicas de los predios, previamente 
identificadas a partir de entrevistas estructuradas realizadas al líder de la familia. La investigación 
mostró que la familia más frecuente fue Fabaceae y la especie más representativa fue Spondias 
purpurea (ciruela de castilla), además se encontró que la fruta representa la categoría de uso 
alimenticio más utilizada por las familias. Finalmente se pudo establecer que el número de personas 
que habitan la finca, la escolaridad del participante y la historia del bosque tienen una relación 
positiva con la riqueza de plantas comestibles, mientras que, factores como la distancia del predio 
a la cabecera municipal, el tamaño de la finca y la edad del participante tienen una relación negativa 
con la riqueza. Esto con el fin de reconocer las plantas comestibles de la región y contribuir en la 
recuperación de la diversidad alimentaria, además de generar información pertinente para diseñar 
programas de restauración y conservación del Bosque seco Tropical. 
2. Problema y justificación 
El Bosque seco Tropical es considerado un bioma debido a que tiene un conjunto de ecosistemas 
de características similares en cuanto a su fisionomía y vegetación, hace referencia a las zonas o 
regiones donde predominan las altas temperaturas, las bajas precipitaciones y donde hay escasez 
de humedad, además son áreas que poseen una alta variedad de especies, que pueden variar 
dependiendo de las modificaciones climáticas que presentan (Ulloa-Delgado, 2016; Pizano & 
García, 2014). Actualmente es el ecosistema del Neotrópico que se encuentra más altamente 
amenazado, debido a la fertilidad de sus suelos y a las condiciones climáticas, lo que ha permitido 
el asentamiento de poblaciones humanas, razón por la cual el BsT está intensamente fragmentado 
y deteriorado (Alvarado-Solano & Otero, 2015). En Colombia, este ecosistema es considerado el 
tercero más degradado, fragmentado y menos conocido, en la actualidad solo existe cerca de 8% 
de su cobertura original (Pizano & García, 2014). Adicionalmente, la información sobre el BsT es 
muy baja en comparación con los otros ecosistemas del país, debido a que hay muy pocos estudios 
relacionados con sus características y componentes, tampoco se tiene un conocimiento detallado 
sobre sus características estructurales y la riqueza de especies tanto de flora como de fauna, lo cual 
hace más difícil su conservación (Mendoza, 1999; Cruz et al., 2009). 
Complementando lo anterior, en Colombia hay pocas investigaciones acerca de los usos de las 
plantas de Bosque seco Tropical por parte de las comunidades que lo habitan, esto porque las 
investigaciones etnobotánicas se han centrado en los ecosistemas húmedos del país, principalmente 
en los bosques de la Amazonia (López et al., 2016). Adicional a esto, la información también se 
ha centrado en comunidades indígenas, esto con el fin de preservar los saberes tradicionales de 
estas comunidades, sin embargo, por esta misma razón son pocos los estudios que se han realizado 
con las comunidades campesinas y afrodescendientes del caribe colombiano (López et al., 2016). 
Es importante destacar que los conocimientos etnobotánicos de las comunidades campesinas 
representan la memoria biocultural de las diferentes regiones donde se encuentran asentadas, no 
obstante, los saberes de estas comunidades están en riesgo de desaparecer, debido en gran parte a 
la globalización económica y a los intereses del mercado, adicional a esto hay un gran desinterés 
de las nuevas generaciones por preservar los conocimientos tradicionales de sus comunidades 
(Pérez & Matiz, 2017). Cabe resaltar que muchas plantas alimenticias consumidas y producidas 
localmente por las comunidades campesinas han sido reemplazadas gradualmente por alimentos 
más industrializados, este fenómeno ha provocado que aproximadamente 7000 especies de plantas 
cultivadas a pequeña escala a nivel mundial están siendo subutilizadas o en desuso, lo que podría 
generar su extinción (Álvarez, 2014). 
La región del caribe es la que presenta la mayor cobertura de Bosque seco Tropical, la mayor 
cantidad de remanentes de bosque seco que se encuentra en esta zona se ubican en medio de áreas 
de un intenso uso ganadero y agrícola. El departamento del Atlántico es uno de los departamentos 
del Caribe colombiano que aún mantiene remanentes de Bosque seco Tropical, no obstante, los 
fragmentos no se encuentran bajo ninguna normativa gubernamental de área protegida de cualquier 
categoría (Pizano & García, 2014). El municipio de Sabanalarga se encuentra ubicado en el centro 
del departamento del Atlántico, cuenta con seis corregimientos, doce veredas y cinco caseríos, tiene 
una población de 102.557 habitantes de los cuales el 66% se encuentran en el área urbana y el 34% 
restante en el área rural (DANE, 2005). Las principales actividades económicas del municipio son 
la agricultura y la ganadería, lo cual ha contribuido a la transformación del ecosistema y la pérdida 
de la cobertura vegetal (Wilches & Roca, 2008). 
Por lo anterior, la presente propuesta de investigación tiene como propósito reconocer las plantas 
con uso alimenticio pertenecientes al Bosque seco Tropical que han sido utilizadas por las 
comunidades campesinas del municipio de Sabanalarga, Atlántico. Los resultados pueden 
contribuir a la recuperación de la diversidad alimentaria de la región basada en las especies tanto 
silvestres como cultivadas, que según Álvarez (2014) es una estrategia apropiada para recuperar el 
valor alimentario y cultural favoreciendo su reincorporación en la dieta no sólo de los habitantes 
del municipio, sino que también estimulando su uso a nivel regional (Álvarez, 2014). 
Adicionalmente, y en concordancia con lo propuesto por Pizano & García (2014), se puede generar 
información pertinente sobre este ecosistema, la cual es fundamental para diseñar programas para 
su conservación y restauración. 
3. Pregunta de investigación 
¿Cuál es la composición y riqueza de las plantas silvestres y cultivadas utilizadas para la 
alimentación por la comunidad campesina del municipio de Sabanalarga, Atlántico y la relación 
socioeconómica de los participantes? 
4. Marco Conceptual 
4.1. Bosque seco Tropical 
El Bosque seco Tropical se caracteriza por estar en zonas con temperaturas anuales entre los 17º C 
y 35º C, por tener una elevación que no supera los 1000 m y porque la evapotranspiración supera 
la precipitación siendo esta inferior a 2000 mm por año, este bioma presenta una fuerte 
estacionalidad de lluvias marcadas por una época seca, la cual puede durar entre 4 a 6 meses, esto 
ha dado como resultado que tanto plantas como animales y microorganismos presenten 
adaptaciones morfológicas, fisiológicas y comportamentales para poder vivir en las arduas áreas 
de bosque, en donde abundan las lianas, los cactus, reptiles e insectos; en la época seca su dosel se 
queda sin hojas y al llegar las lluvias sus árboles se cubren de flores (Linares & Fandiño, 2009; 
Pizano & García, 2014). Aproximadamente queda más de un millón de kilómetros cuadrados de 
BsT en todo el mundo, más de la mitad (54,2%) se encuentra en Sur América, el resto del área se 
distribuye por el Norte y Centro América (12,5%), África (13,1%) y Eurasia (16,4%) y una pequeña 
porción se encuentra en Australia y Asia suroriental (3,8%) (Miles et al., 2006). En Sur América 
está presente en Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Boliviay Brasil; se encuentra en zonas 
planas con suelos medianamente fértiles y pH moderado, además de tener una baja pérdida de 
nutrientes por lixiviación (Pizano & García, 2014). 
Este ecosistema es uno de los más amenazados del Neotrópico, debido a que por la fertilidad de 
sus suelos ha sido foco de desarrollo agrícola y ganadero por lo que lo hace el más adecuado para 
el asentamiento de grupos humanos y por consiguiente ha sufrido una intensa transformación (Cruz 
et al., 2009; Linares & Fandiño, 2009; López et al., 2016). Aproximadamente el 97% del área total 
de Bosque seco Tropical está expuesto a diferentes amenazas comparado con los bosques húmedos 
tropicales, que tienen un 56% de área amenazada, y a pesar de sus altos endemismos y gran 
diversidad florística no se encuentran protegidos (Miles et al., 2006). Sur América, Eurasia y 
África son las regiones que presentan mayor riesgo de transformación del ecosistema para uso 
agrícola, a pesar de esto, Sur América es la región que posee mayor área protegida de este 
ecosistema en todo el mundo (37,8%) (Miles et al., 2006). En Colombia, el Bosque seco Tropical 
se extendía por diversas áreas del país, cubría gran parte de los valles de los ríos Cauca y 
Magdalena, la Costa Caribe y los Llanos Orientales abarcando cerca del 7 % del territorio nacional, 
lo que equivalía a aproximadamente 80.000 Km2, en la actualidad sólo queda un 8% de cobertura 
vegetal y tan sólo un 5% está protegido (Pizano & García, 2014). Al ser uno de los ecosistemas 
más amenazados del país se esperaría que también fuera uno de los más estudiados, sin embargo, 
es muy poco lo que se sabe, no se cuentan con suficientes datos biológicos, ecológicos y sociales 
los cuales se pueden utilizar para diseñar herramientas que aseguren el correcto uso y conservación 
del Bosque seco Tropical (Pizano & García, 2014). 
4.2. Conocimiento Tradicional y Etnobotánica 
El conocimiento tradicional es producto del intelecto humano y surge de la observación y la 
relación de los fenómenos naturales como respuesta a las necesidades de la población otorgándoles 
beneficios, que, de no ser así, implicaría un gasto económico (Albuquerque, 1997). Sin embargo, 
las migraciones sociales y la llegada de nuevas actividades económicas han impedido la 
transmisión de muchos conocimientos tradicionales, sumado a esto, la pérdida de la cobertura 
vegetal altera sustancialmente el conocimiento local sobre el uso de los recursos naturales, 
afectando así este importante patrimonio cultural (Cruz et al., 2009). 
La etnobotánica permite estudiar la relación entre las plantas y los pueblos, permite evidenciar 
cómo ha sido el aprovechamiento de las plantas por parte de las poblaciones locales, tanto nativas 
como aquellas que han sido introducidas de otras regiones (Carreño, 2016; Menéndez, 2015). 
Actualmente es una ciencia con un fuerte componente interdisciplinar, ya que su objeto de estudio 
se enmarca tanto en el medio cultural como en el natural, por lo tanto, son necesarias herramientas 
propias de las ciencias sociales y de las ciencias naturales (Albuquerque et al., 2008; Alexiades, 
1996). Los trabajos etnobotánicos son muy variados, algunos se enfocan únicamente en 
documentar toda la flora útil de un grupo cultural o una región definida, otros analizan un ámbito 
específico del conocimiento tradicional como, por ejemplo, aquellos dedicados al conocimiento de 
plantas medicinales, plantas silvestres comestibles, agrobiodiversidad y las variedades cultivadas. 
De aquí que la etnobotánica permite no sólo documentar sino también comprender la relación de 
los recursos naturales y su uso por las poblaciones (Cruz et al., 2009) 
4.3. Plantas usadas en la alimentación en el Caribe colombiano 
Tanto la biodiversidad en general como la agrobiodiversidad están en un alto grado de peligro de 
extinción, debido a la transformación de los ecosistemas, por la implementación de monocultivos 
en grandes áreas y por el desmesurado consumo de recursos para el sostenimiento del acelerado 
crecimiento de la población. Uno de los sistemas de producción que permite la conservación de la 
agrobiodiversidad es la huerta familiar o huerto casero, ya que en este sistema conviven especies 
vegetales de diferente estratificación brindando diversos usos, además en esta misma área conviven 
animales domésticos garantizando el cubrimiento de las necesidades básicas de los pobladores, por 
tal motivo los estudios etnobotánicos se han centrado en realizar trabajos que describan la 
estructura, composición e importancia de las especies vegetales que se encuentran en estos 
agroecosistemas (Montenegro et al., 2017; Jiménez-Escobar et al., 2011). 
Para el caso del Caribe colombiano está el estudio realizado por Álvarez (2014), en el cual se 
analizan los conocimientos, usos y prácticas de 21 especies promisorias de uso alimenticio en el 
municipio de Acandí, Choco; también se puede encontrar el trabajo de Jiménez-Escobar et al. 
(2011) en el que se realizó un acercamiento al conocimiento de las huertas familiares de la 
comunidad campesina de la bahía de Cispatá, se analizó la estructura, la composición florística y 
los usos de las especies leñosas, donde se encontraron 83 especies de árboles y palmas, de las cuales 
46 especies se reportaron como alimenticias; de igual manera está el estudio de Pasquini et al. 
(2013), cuyo objetivo general fue identificar los saberes de las comunidades afrodescendientes de 
tres comunidades del departamento de Bolívar con respecto a la utilización, sistemas de manejo y 
producción de las plantas de uso alimenticio tradicional, en el que se pudo evidenciar la pérdida 
intergeneracional de saberes y tradiciones de uso sobre 91 especies de plantas reportadas 
previamente por la misma comunidad. 
Los estudios de plantas silvestres utilizadas para la alimentación vienen ganado gran relevancia en 
las últimas décadas, debido a los diferentes estudios bromatológicos que demuestran los altos 
contenidos nutricionales de plantas silvestres y las propiedades saludables en la prevención de 
numerosas enfermedades crónicas, adicionalmente el conocimiento tradicional de las plantas 
silvestres comestibles hace parte del patrimonio inmaterial de muchas comunidades, por lo que es 
fundamental en el mantenimiento y revaloración de la identidad cultural de las mismas (Menéndez, 
2015). Sumado a lo anterior, la rápida pérdida del conocimiento etnobotánico en las diferentes 
regiones del mundo ha permitido que aumenten los estudios en estas plantas. En Colombia se han 
documentado el uso de plantas alimenticias, tanto silvestres como cultivadas, en obras clásicas 
como la de Pérez-Arbeláez (1996), Romero-Castañeda (1991) o Patiño (2002). En particular para 
el Bosque seco Tropical está la obra de López et al. (2016) en la que se identificaron 149 especies 
con diferentes usos, de las cuales se seleccionaron las 100 más representativas para la región del 
Caribe, de estas 49 son utilizadas en la alimentación. Otro estudio es el de Jiménez-Escobar & 
Estupiñán-González (2012) sobre árboles utilizadas por las comunidades campesinas del Caribe, 
en la cual se reportan 363 especies de plantas con diferentes usos, de las cuales 96 están reportadas 
como comestibles. El estudio de Cruz et al. (2009) sobre etnobotánica de la región tropical del 
Cesar se reportan 368 especies útiles, de las cuales 96 son comestibles, esta obra es uno de los 
primeros acercamientos al conocimiento de usos y nombres comunes de la Ciénaga de Zapatosa. 
4.4. Relación entre los factores socioeconómicos y la riqueza de especies vegetales 
La agrobiodiversidad hace referencia a todos los componentes del sistema biológico que 
constituyen un agroecosistema, como lo son las huertas familiares o sistemas de producción a 
pequeña escala, estos sistemas funcionan como reservorios genéticos vegetales y su diversidad 
depende de las necesidades de losproductores manteniéndose durante largos periodos de tiempo y 
de esta manera se puede decir que están haciendo conservación in situ, sin embargo, cabe 
mencionar que la conservación no es el principal objetivo del agricultor, sino que mantienen la 
diversidad porque las especies que tienen allí cultivadas les son de gran utilidad (Salazar-Barrientos 
et al., 2015; Montenegro et al., 2017). Estos agroecosistemas tienen como principales 
características la cercanía a la casa, por lo general son áreas pequeñas, y tienen una gran diversidad 
de cultivos perennes, semipermanentes y anuales, adicionalmente, son espacios donde se practican 
actividades sociales, biológicas y agronómicas, constituyendo así una unidad de autoconsumo para 
la familia, es por ello que estos agroecosistemas juegan un papel fundamental en la subsistencia de 
las comunidades campesinas (Salazar-Barrientos et al., 2015; Montenegro et al., 2017). 
Las huertas familiares no sólo cubren las necesidades básicas de la familia, sino que también 
reducen las dificultades económicas, ya que proporcionan ingresos adicionales para el hogar. Los 
factores socioeconómicos y las características ambientales determinan la diversidad y estructura 
de las huertas. El género, el nivel educativo y la edad del propietario son los principales factores 
que influyen en la diversidad de plantas, debido a que tradicionalmente las mujeres y los hombres 
de la tercera edad cultivan campos cerca de sus casas, en cuanto al nivel educativo se cree que entre 
menor sea el nivel mayor será la diversidad y estructura de la huerta, esto porque posiblemente las 
personas con un nivel de educación superior pueden tener acceso a otras oportunidades de trabajo 
y por lo tanto van a tener menos tiempo para dedicarse a la huerta; otros factores como la edad 
propia de la huerta y el tamaño también influyen en su diversidad (Gbedomon et al., 2015; 
Kehlenbeck & Maas, 2006). 
Según Gbedomon et al. (2015) la diversidad y estructura de las huertas está determinada por 
factores tanto socioeconómicos como ecológicos, no obstante, sugieren que para tener una mejor 
comprensión y análisis se debe realizar en un contexto específico y también que dependen más de 
las interacciones entre los diferentes factores socioeconómicos, que entre los efectos individuales 
que puedan tener dichos factores, de igual manera, la interacción entre las variables 
socioeconómicas y las características intrínsecas de la huerta determinan la riqueza y composición 
de estas. 
5. Objetivos de la investigación 
5.1. Objetivo general 
Realizar una caracterización etnobotánica de las plantas silvestres y cultivadas utilizadas para la 
alimentación por familias campesinas del municipio de Sabanalarga, Atlántico y determinar su 
posible relación con las condiciones socioeconómicas de los participantes. 
5.2. Objetivos específicos 
• Caracterizar las condiciones socioeconómicas de los participantes. 
• Determinar la composición y riqueza de plantas silvestres y cultivadas empleadas para la 
alimentación. 
• Describir la relación entre las condiciones socioeconómicas de los participantes con la riqueza 
de especies de las fincas. 
6. Aspectos metodológicos 
6.1. Área de estudio 
Sabanalarga es un municipio colombiano ubicado en el centro del departamento del Atlántico a 
una altura de 99 msnm, tiene una extensión de 414 Km2, con una temperatura media de 28º C. Se 
encuentra ubicado en los 10º 37’ 57” latitud Norte y 8º 74’ 55” latitud Oeste, limita al norte con 
Usiacurí y Baranoa, al sur con Manatí y Candelaria, al este con Ponedera y al oeste con Repelón y 
Luruaco, además se encuentra ubicado a 41 Km de Barranquilla, ubicando al municipio junto a uno 
de los polos más importantes del país, ya que Barranquilla es considerada centro metropolitano 
regional, debido a que posee funciones urbanas que le permite estar relacionada con la región, el 
país y con el exterior (Wilches & Roca, 2008). 
 
Figura 1. Mapa del municipio de Sabanalarga, en rojo está enmarcado el corregimiento de 
Molineros y en morado el corregimiento de La Peña, tomado de 
http://www.atlantico.gov.co/images/stories/mapas/sabanalarga.pdf 
El área rural del municipio de Sabanalarga cuenta con siete corregimientos, doce veredas y siete 
caseríos. El municipio tiene una población proyectada de 99.783 habitantes, 66.616 habitantes en 
la cabecera municipal y 33.167 en la zona rural. Los suelos fértiles han convertido al municipio en 
la despensa del departamento suministrando a la región con su ganadería y cultivos de azúcar, maíz, 
algodón y plátano, además cuenta con parte del embalse El Guájaro y varios arroyos que satisfacen 
la necesidad de agua del municipio (Alcaldía de Sabanalarga, 2018; Wilches & Roca, 2008). 
6.2. Selección de los participantes 
Se realizó un primer contacto a través de un funcionario de la Corporación Autónoma Regional del 
Atlántico (CRA), el cual es miembro de la asociación ASOLOMAC del corregimiento de La Peña, 
municipio de Sabanalarga, Atlántico, con él se realizó una primera visita, en donde se informó el 
propósito y las implicaciones de la investigación, posteriormente él se contactó con los demás 
miembros de la asociación para después hacer una reunión con todos los miembros interesados. En 
esta reunión se informó nuevamente el propósito, las implicaciones y se explicó la manera en que 
se iba a llevar a cabo la investigación. Adicionalmente, se realizó otro contacto a través de un 
exlíder social de la cooperativa COOPRADEMOL del corregimiento de Molineros, municipio de 
Sabanalarga, Atlántico, con él se realizó una reunión con todos los miembros de la cooperativa, en 
la que se les informó de igual manera el propósito, las implicaciones y como se iba a realizar la 
investigación. 
Posteriormente, se realizaron las 30 entrevistas, 15 en el corregimiento de La Peña y 15 en Molinero 
siguiendo la técnica de “bola de nieve” (Albuquerque et al., 2014), la cual consiste en que cada 
participante referencia nuevos participantes hasta completar la cuota. Las entrevistas a las 
diferentes parcelaciones fueron guiadas y acompañadas por cada uno de los líderes de las 
respectivas asociaciones. 
6.3. Toma de datos 
El proceso de toma de datos comprendió dos etapas: la primera, correspondió a una entrevista 
estructurada con el líder de la familia en la cual se trataron los aspectos socioeconómicos del 
participante, teniendo en cuenta aspectos como el género, la edad, la escolaridad, si habita o no la 
finca, el número de miembros de la familia, la ocupación. Adicionalmente se tuvo en cuenta la 
historia del bosque (conservado, intervenido y transformado) (Anexo 1). En la segunda etapa, se 
realizó un recorrido guiado por la finca para identificar las plantas alimenticias tanto silvestres 
como cultivadas. Para cada especie se registró el nombre común, la parte de la planta utilizada, el 
tipo de uso alimenticio (cereal, condimento, fruta, nuez, verdura, legumbre, raíz o tubérculo, 
azucarera y oleaginosa), el propósito de consumo y los lugares de aprovechamiento (huerta, cultivo, 
pastizal, cerca viva, cuerpo de agua y bosque) (Anexo 2). Asimismo, se realizó un registro 
fotográfico de las especies y se recolectó material botánico el cual se identificó en el Herbario de 
la Universidad Javeriana. 
6.4. Análisis de datos 
Los datos obtenidos en campo se organizaron en dos tablas sistematizadas con el fin de realizar el 
análisis descriptivo y estadístico de la información. 
Para el análisis estadístico, primero se realizó una matriz de presencia/ausencia de las especies 
registradas en cada una de las parcelaciones (Anexo 3) y una tabla con toda la información 
socioeconómica de los participantes. Para probar si las variables socioeconómicas y la riqueza 
tienen un comportamiento normal se realizó una prueba de normalidad Shapiro-Wilk, 
posteriormente se hizo una correlación de Spearman paradeterminar la asociación lineal entre la 
riqueza de cada finca y los factores socioeconómicos de los informantes. 
Para el análisis descriptivo se realizó una tabla en la que se organizó toda la información 
relacionada con las especies, luego se realizaron las gráficas de barras con las que se analizarón las 
principales familias botánicas, la parte de la planta más utilizada, el tipo de uso alimenticio, el 
propósito de consumo y los lugares de aprovechamiento. 
7. Resultados 
7.1. Caracterización socioeconómica de las fincas 
7.1.1. Características físicas de las fincas 
Se pudo evidenciar características físicas propias de las fincas muy variadas entre los dos 
corregimientos. Para las 15 fincas visitadas en La Peña el promedio del tamaño de las fincas es de 
8,2 Ha, con un mínimo de 6,5 Ha y un máximo de 14 Ha, por el contrario, las 15 fincas visitadas 
en Molineros tienen el mismo tamaño (12 Ha), esto porque los participantes entrevistados 
pertenecen a una misma cooperativa, con la cual después de la reforma agraria se les otorgó a todos 
una parcela del mismo tamaño y en el mismo año por lo que todas las fincas también tienen la 
misma edad de 23 años, mientras que para el corregimiento de La Peña se pudo evidenciar que las 
edades son muy variadas, estas van desde los dos años hasta los 48 años con un promedio de 35,1 
años. La distancia de las fincas a la cabecera municipal de Sabanalarga para el corregimiento de 
La Peña es en promedio 9,8 Km lineales, mientras que para Molineros es de 17,6 Km lineales. 
(Tabla 1). Otra característica muy variada es la historia de transformación del Bosque seco Tropical 
de cada finca, el 93,3 % de las fincas visitadas en La Peña tienen bosque transformado, mientras 
que Molineros tiene tan sólo el 33,3% (Tabla 1). 
Tabla 1. Características físicas de las fincas de los corregimientos de La Peña y Molineros. 
 
7.1.2. Características socioeconómicas de los participantes 
Las edades de los participantes entrevistados fluctúan entre los 52 y los 85 años con un promedio 
de 68 años. Para el corregimiento de La Peña, 13 de los 15 colaboradores habitan la finca, mientras 
Nº de 
finca
Altitud 
(m)
Corregimiento
Distancia de la finca a 
la cabecera municipal 
(km)
Edad de 
la finca 
(años)
Tamaño 
de la finca 
(Ha)
Riqueza 
de 
especies
Historia del 
Bosque
1 58 10º35'12''N 74º59'49''W La Peña 9,1 48 7 22 Transformado
2 54 10º35'19''N 74º59'55''W La Peña 9,5 15 7,5 23 Transformado
3 73 10º35'19''N 74º59'48''W La Peña 9,6 2 7,5 21 Transformado
4 86 10º35'08''N 74º59'19''W La Peña 9,7 48 8 22 Transformado
5 56 10º35'05''N 74º59'51''W La Peña 9,7 48 7 15 Transformado
6 53 10º35'04''N 74º59'56''W La Peña 9,8 48 7 17 Transformado
7 58 10º35'04''N 74º59'48''W La Peña 9,8 47 14 21 Transformado
8 49 10º35'18''N 75º00'02''W La Peña 9,8 20 6,5 25 Transformado
9 68 10º34'48''N 74º59'44''W La Peña 9,8 38 7 20 Transformado
10 91 10º34'38''N 74º59'25''W La Peña 9,9 37 8 19 Transformado
11 69 10º34'50''N 74º59'39''W La Peña 9,9 37 8 18 Transformado
12 101 10º34'32''N 74º59'18''W La Peña 10,0 33 10 12 Transformado
13 111 10º34'29''N 74º59'19''W La Peña 10,0 35 8 12 Transformado
14 119 10º34'32''N 74º59'05''W La Peña 10,1 35 9 9 Transformado
15 101 10º34'38''N 74º59'19''W La Peña 10,1 35 8 36 Intervenido
16 40 10º40'44''N 75º04'04''W Molineros 15,7 23 12 20 Intervenido
17 51 10º41'31''N 75º04'01''W Molineros 16,9 23 12 22 Intervenido
18 45 10º41'26''N 75º03'03''W Molineros 17,0 23 12 11 Transformado
19 45 10º41'18''N 75º04'39''W Molineros 17,1 23 12 4 Transformado
20 49 10º41'21''N 75º04'44''W Molineros 17,4 23 12 11 Transformado
21 49 10º41'14''N 75º04'56''W Molineros 17,4 23 12 4 Transformado
22 51 10º41'41''N 75º03'48''W Molineros 17,4 23 12 4 Transformado
23 55 10º41'39''N 75º03'46''W Molineros 17,6 23 12 13 Intervenido
24 45 10º41'00''N 75º04'20''W Molineros 17,7 23 12 10 Intervenido
25 39 10º40'38''N 75º04'21''W Molineros 17,9 23 12 14 Intervenido
26 44 10º40'36''N 75º04'33''W Molineros 18,3 23 12 13 Intervenido
27 49 10º41'19''N 75º04'24''W Molineros 18,4 23 12 15 Intervenido
28 57 10º41'16''N 75º04'08''W Molineros 18,4 23 12 18 Intervenido
29 59 10º41'41''N 75º04'34''W Molineros 18,5 23 12 12 Intervenido
30 60 10º41'39''N 75º04'35''W Molineros 18,7 23 12 11 Intervenido
Coordenadas GPS 
que de los 15 entrevistados en Molineros solo uno vive en ella, el número de miembros de la familia 
oscila entre uno y ocho personas con un promedio de tres personas por familia, esto para el caso 
de La Peña, ya que para Molineros como se mencionó antes sólo un entrevistado vive en su predio 
y no cuenta con ningún miembro familiar. En cuanto a la escolaridad se pudo determinar que el 
63,3% de los participantes tienen un nivel de educación primaria, el 23,3% no presenta ningún 
nivel, el 6,7% son bachilleres y el 6,7% tienen un técnico. Respecto a la ocupación de los 
participantes, el 80% afirma trabajar únicamente en la finca (finquero), el 10% menciona tener otra 
ocupación además del trabajo en la finca, el 6,7% dicen ser amas de casa y el 3,3% señala que es 
vendedora y el trabajo de la finca lo realiza el sobrino (Tabla 2). 
Tabla 2. Características socioeconómicas de los participantes 
 
Nº de 
finca
Nombre del participante Edad
Ocupacióm del 
participante
Nº de personas 
en la familia
Escolaridad
El participante 
habita la finca
1 Antonio Mercado 76 Finquero 6 Primaria Si
2 Demetrio Colpas 57 Finquero 2 Primaria Si
3 Daniel Herrera 54 Finquero 2 Primaria Si
4 Jose Antonio de las Reyes 72 Finquero 3 Primaria Si
5 Adalberto González 75 Finquero 5 Primaria Si
6 Ana Rosa Caballero 60 Ama de casa 0 Primaria No
7 Juan Jose Gonzalez 72 Finquero 4 Primaria Si
8 Alfonso Bermejo 68 Finquero/Electricista 3 Técnico Si
9 Eliecer Santiago Diaz 72 Finquero 8 Sin escolaridad Si
10 Manuel Garcia 73 Finquero 3 Primaria Si
11 Francisco Ortiz 77 Finquero 0 Primaria No
12 Orlando Cavarca 85 Finquero 1 Sin escolaridad Si
13 Jose Manuel Humada 78 Finquero 1 Sin escolaridad Si
14 Jose del Carmen Gutierrez 79 Finquero 1 Sin escolaridad Si
15 Pedro Manuel 74 Finquero 2 Primaria Si
16 Herberaida Orozco 61 Ama de casa 0 Técnico No
17 William Diaz 65 Lider Social/Finquero 0 Bachiller No
18 Eufredo Jimenez 68 Finquero 0 Primaria No
19 Cesar Jimenez 62 Finquero/Jornalero 0 Sin escolaridad No
20 Rosendo Orozco 55 Finquero 0 Primaria No
21 Ovidio Carrillo 71 Finquero 1 Sin escolaridad Si
22 Adalicia Albor 70 Ama de casa/Vendedora 0 Sin escolaridad No
23 Rafael Sulbaran 59 Finquero 0 Primaria No
24 Francisco Suarez 68 Finquero 0 Primaria No
25 Eduardo José Villafani 73 Finquero 0 Primaria No
26 Sergio Escobar 52 Finquero 0 Primaria No
27 José Diaz 71 Finquero 0 Primaria No
28 Julio Orozco 62 Finquero 0 Primaria No
29 Clemente Santiago 62 Finquero 0 Bachiller No
30 Pedro Santiago 57 Finquero 0 Primaria No
7.2. Caracterización florística 
7.2.1. Caracterización florística general 
En los recorridos guiados se obtuvieron 67 especies de plantas alimenticias asociadas a 77 nombres 
comunes los cuales se encuentran distribuidos en 32 familias botánicas, con las muestras y el 
registro fotográfico obtenido en los dos corregimientos fue posible identificar 64 ejemplares hasta 
especie y 3 hasta género. Posteriormente se realizó una base de datos con toda la información 
asociada a cada especie (familia, especie, nombre común, presencia/ausencia en cada finca, parte 
de la planta utilizada, manejo de la especie, tipo de uso) con la cual se pudo establecer que la familia 
con mayor número de especies fue Fabaceae (6), seguida por Anacardiaceae (5) al igual que 
Rutaceae (5) (Figura 1). 
 
Figura 1. Número de especies por familia botánica registradas en las 30 fincas del municipio 
de Sabanalarga, Atlántico. 
Con respecto a la frecuencia, la especie más representativa fue la ciruela de castilla (Spondias 
purpurea L.) presente en 28 fincas, seguida por el mango (Mangiferaindica L.) y la yuca (Manihot 
esculenta Crantz) registradas en 26 fincas; el tamarindo (Tamarindus indica L.) estuvo presente en 
23 fincas y el limón criollo (Citrus limon (L.) Osbeck) en 21 fincas (Figura 2). 
6
5 5
3 3 3 3 3 3 3 3 3
0
1
2
3
4
5
6
7
R
iq
u
ez
a
 d
e 
es
p
ec
ie
s
Familias botánicas
 
Figura 2. Frecuencia absoluta por las especies registradas en las 30 fincas del municipio de 
Sabanalarga, Atlántico. 
La parte de la planta más utilizada en los dos corregimientos es el fruto, ya que esta cuenta con 42 
especies reportadas, seguido por la semilla que tiene nueve reportes y la planta entera con seis 
(Figura 3). 
 
Figura 3. Número de especies por parte de la planta utilizada registrada por los 30 participantes 
del municipio Sabanalarga, Atlántico. 
28
26 26
23
21
19 18 18 17 17 17 16 15
13 13 12 12 11
9 9
0
5
10
15
20
25
30
F
re
cu
en
ci
a 
ab
so
lu
ta
Especies
1
42
3
6
4
9
2
0
5
10
15
20
25
30
35
40
45
Flor Fruto Hoja Planta
Entera
Raíz Semilla Tallo
Parte de la planta utilizada
R
iq
u
ez
a 
d
e 
E
sp
ec
ie
s
En cuanto a la variable de tipo de uso alimenticio, la categoría con más número de especies fue la 
de Fruta con un 59,7%, seguida de la categoría de Otros con un 10,4% y Condimento que presentó 
un 9% (Figura 4). 
 
Figura 4. Porcentaje de especies por tipo de uso alimenticio registrado por los 30 participantes 
del municipio de Sabanalarga, Atlántico. 
Con respecto al manejo de la planta, el 78% de las especies registradas en las 30 fincas se 
categorizaron como cultivadas, mientras que el 22% restantes se registraron como silvestres 
(Figura 5). 
 
1,5 3,0
9,0
59,7
4,5
1,5
10,4
6,0 4,5
0,0
10,0
20,0
30,0
40,0
50,0
60,0
70,0
R
iq
u
ez
a 
d
e 
es
p
ec
ie
s 
(%
)
Tipo de Uso
78%
22%
Cultivado
Silvestre
Figura 5. Porcentaje de especies por tipo de manejo reportado por los 30 participantes del 
municipio de Sabanalarga, Atlántico. 
7.2.2. Caracterización florística de las fincas 
En los recorridos guiados realizados en las 30 fincas se pudo establecer que la riqueza de especies 
varía entre 4 y 36 especies, con un promedio de 15,6 especies por finca. La finca que presentó 
mayor número de especies fue la 15 con 36 plantas registradas, seguida por la finca número 8 con 
25 especies, la finca 2 con 23 y por las fincas 1, 4 y 17 que cuentan con 22 especies cada una. Cabe 
resaltar que todas las fincas, a excepción de la 17, pertenecen al corregimiento de La Peña. 
 
Figura 6. Número de especies registrado en cada una de las 30 fincas del municipio de 
Sabanalarga, Atlántico. Las fincas de la 1 a la 15 pertenecen al corregimiento de La Peña, las 
fincas de la 16 a la 30 pertenecen al corregimiento de Molineros. 
Para cada especie registrada en cada finca se estableció el propósito de consumo, es decir, si la 
planta está destinada al consumo doméstico (autoconsumo), si la consumen y comercializan 
(autoconsumo/comercio) o si solamente la comercializan (comercio), con lo que se pudo establecer 
que la mayoría de las especies reportadas en cada finca son de autoconsumo, ya que en promedio 
el 57,2% de los participantes reportaron que las especies son para consumo doméstico, mientras 
que ningún participante reportó que las plantas tienen un fin únicamente comercial. Hay que 
destacar que los informantes de las fincas 3, 17, 18, 20, 21, 22, 23, 29 y 30 reportaron que todas 
las plantas alimenticias de sus predios están empleadas únicamente para el consumo doméstico, de 
22 23
16
22
15
17
21
25
20 19 18
12 12
9
36
20
22
11
4
11
4 4
13
10
14 13
15
18
12 11
0
5
10
15
20
25
30
35
40
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30
N
º 
d
e 
es
p
ec
ie
s
Nº de Finca
igual manera hay que enfatizar en que la mayoría de las fincas, a excepción de la finca 3, pertenecen 
al corregimiento de Molineros (Figura 7). 
 
Figura 7. Porcentaje de especies reportado para cada uno de los propósitos de consumo, 
registrado en cada una de las 30 fincas del municipio de Sabanalarga, Atlántico. Las fincas de 
la 1 a la 15 pertenecen al corregimiento de La Peña, las fincas de la 16 a la 30 pertenecen al 
corregimiento de Molineros. 
Referente a los lugares de aprovechamiento dentro de las fincas, las especies estaban presentes en 
una o más de las seis categorías, huerta, cultivo, pastizales, bosque, arroyo y cercas vivas. La zona 
que presentó mayor número de especies reportadas fue la huerta que estuvo presente en todas las 
fincas visitadas, seguida por el cultivo que estuvo en 21 fincas. Cabe resaltar que, en el 
corregimiento de La Peña la mayoría de las especies estaban reportadas en la zona de huerta o en 
la zona de cultivo, mientras que, para el corregimiento de Molineros, si bien es cierto que las 
especies estaban mayormente reportadas en la zona de huerta, también habían varios reportes de 
los otros cinco lugares de aprovechamiento (Figura 8). 
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
90%
100%
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30
P
o
rc
en
ta
je
Nº de finca
Proposito de consumo Autoconsumo/Comercio Proposito de consumo Autoconsumo
 
Figura 8. Porcentaje de especies reportado para cada uno de los lugares de aprovechamiento, 
registrados en cada una de las 30 fincas del municipio de Sabanalarga, Atlántico. Las fincas de 
la 1 a la 15 pertenecen al corregimiento de La Peña, las fincas de la 16 a la 30 pertenecen al 
corregimiento de Molineros. 
7.3. Correlación de las variables socioeconómicas de los participantes con la riqueza 
de las fincas 
Para determinar las posibles correlaciones entre la riqueza de especies y las variables 
socioeconómicas se realizó la prueba de normalidad de Shapiro-Wilk para todas las variables y 
también por cada corregimiento, con lo que se pudo establecer que la mayoría de las variables no 
presentan una distribución normal (Anexo 4) por lo tanto, se seleccionó la prueba de correlación 
de Spearman, esta prueba se realizó primero con todas las variables sin discriminar el 
corregimiento, con la cual se obtuvo una correlación negativa significativa entre la distancia de la 
finca a la cabecera municipal y la riqueza de especies (R= -0.560, p= 0.001), también se encontró 
con el tamaño de la finca (R= -0.500, p= 0.005), para esta variable hay que destacar que las fincas 
del corregimiento de Molineros tienen un mismo tamaño. Adicionalmente, se encontraron 
correlaciones positivas significativas entre la escolaridad del informante y la riqueza (R= 0.537, p= 
0.002), asimismo se obtuvo con el número de personas que habitan la finca (R= 0.521 p= 0.003), 
con esta variable de igual forma hay que resaltar que la mayoría de los participantes y sus familias 
no habitan la finca en el corregimiento de Molineros (Anexo 5). 
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
90%
100%
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30
P
o
rc
en
ta
je
Nº de Finca
Huerta Cultivo Pastizales Bosque Arroyo Cercas vivas
La prueba de correlación de Spearman se realizó también por corregimiento, debido a que en las 
variables de tamaño de la finca y número de personas que habitan la finca presentaban el mismo 
valor en Molineros. Para el corregimiento de La Peña se obtuvo una correlación negativa 
significativa entre la edad del participante y la riqueza (R= -0.601, p= 0.018) y una correlación 
positiva significativa con la escolaridad del informante (R= 0.675, p= 0.006), con las demás 
variables no se obtuvieron correlaciones significativas. Para el corregimiento de Molineros se 
obtuvo una correlación negativa significativa entre la historia del bosque y la riqueza (R= -0.726, 
p= 0.002) y una correlación positiva significativa con la escolaridad del informante (R= 0.77, p= 
0.001), al igual que con el corregimiento anterior, con las demás variablesno se obtuvieron 
correlaciones significativas (Anexo 5). 
Hay que destacar que la variable de escolaridad del participante es la única variable que mantiene 
una correlación positiva significativa en las tres correlaciones, mientras que las otras variables 
socioeconómicas que presentaron alguna correlación sólo están presentes en uno de los tres 
resultados (Anexo 5). 
8. Discusión 
8.1. Caracterización de las fincas y las condiciones socioeconómicas de los 
participantes 
Los huertos familiares son los sistemas agroforestales más antiguos y utilizados en todo el mundo, 
además de ser importantes debido a sus funciones sociales y económicas, por lo que son un 
instrumento clave en el desarrollo rural (Montagnini & Metzel, 2015). Estos sistemas están 
diseñados y manejados para la subsistencia del agricultor y su familia y se utilizan plantas tanto 
exóticas como nativas, pero primordialmente se siembran árboles frutales, por lo cual son muy 
diversos en su estructura vertical y horizontal, así como en el aspecto temporal (Guarneros-
Zarandona et al., 2014; Montagnini & Metzel, 2015). Las fincas visitadas en los dos corregimientos 
de Sabanalarga, Atlántico presentan estas características, son áreas que, a pesar de su tamaño, no 
presentan sistemas agrícolas como monocultivos, sino por el contrario son muy diversas en cuanto 
a su riqueza florística, además de que los recursos son principalmente para el autoconsumo de la 
familia, por lo cual se manejaron como huertos familiares. 
Las familias visitadas en el corregimiento de La Peña habitan sus fincas y su subsistencia y 
economía se basa exclusivamente de los recursos que puedan obtener de estas, por lo que tienen 
diversos cultivos que permiten cubrir sus necesidades básicas, manejando diferentes especies tanto 
anuales como perennes de diferentes hábitos y formas de crecimiento, por lo que las hace diversas 
en su estructura vertical, características mencionadas en la literatura para los huertos familiares 
(Guarneros-Zarandona et al., 2014; Montagnini & Metzel, 2015; Salazar-Barrientos et al., 2016; 
Montenegro et al., 2017). Al no ser una agricultura intensiva y de grandes áreas, los agricultores 
no tienen la necesidad de hacer uso de agroquímicos por lo que lo hace sustentable en términos 
ecológicos y socioeconómicos, estas características reportadas también en literatura (Guarneros-
Zarandona et al., 2014; Montagnini & Metzel, 2015; Salazar-Barrientos et al., 2016; Montenegro 
et al., 2017). 
Para el caso de los participantes entrevistados para el corregimiento de Molineros, estos no habitan 
las fincas debido a que esta zona había sido altamente afectada por la violencia, motivo por el cual 
tuvieron que abandonar los predios y asentarse en el casco urbano del corregimiento. Los 
participantes aseguran que ya pueden volver a sus predios, sin embargo, ellos prefieren vivir en el 
centro urbano y desplazarse diariamente a la finca. No obstante, su subsistencia y economía siguen 
dependiendo de los recursos que obtienen en las fincas, al igual que con el corregimiento anterior, 
las familias no practican agricultura intensiva y los predios presentan diferentes cultivos que 
satisfagan sus necesidades. 
La riqueza de especies en los huertos familiares también es muy variada, según el trabajo de 
Montagnini & Metzel (2015) donde recopilan estudios sobre la diversidad de plantas de huertos 
familiares en Mesoamérica, se encontraron huertos con 27 hasta 334 especies. Para Latinoamérica 
está el trabajo de Pulido et al. (2008) en el cual se reporta que la riqueza de los huertos familiares 
va desde 27 a 405 especies. Los resultados obtenidos en esta investigación están acordes con los 
reportes en literatura, ya que se encontraron huertas con 4 hasta 36 especies, cabe resaltar que los 
trabajos mencionados anteriormente tienen en cuenta todas las plantas allí cultivadas, mientras que 
para este estudio sólo se tuvo presente las plantas con uso alimenticio. No obstante, para el 
corregimiento de Molineros donde se presentó un número reducido de especies en algunas de las 
huertas se debe también, según la información de los participantes, a la sequía que se presentó en 
los meses de junio, julio y agosto, porque según ellos la época de lluvia comenzaba en el mes de 
junio, motivo por el cual muchas de las plantas que cultivaron perecieron en esta época, de igual 
manera las fincas de este corregimiento presentaron una riqueza más baja que el otro corregimiento, 
esto también se explica debido a que los participantes de esta zona son víctimas del desplazamiento 
forzado y por un largo periodo de tiempo no estuvieron presentes en los predios, por esta razón 
hasta hace muy poco comenzaron nuevamente a sembrar. 
La mayoría de los estudios etnobotánicos de la región del caribe se han centrado en documentar 
todas las plantas útiles de la región (López et al., 2016; Barrios-Paternina & Mercado-Gómez, 
2014; Cruz et al., 2009; Jiménez-Escobar & Estupiñán-González, 2012; Jiménez-Escobar et al., 
2011), no obstante, también se encuentran trabajos que se han enfocado en caracterizar plantas de 
uso alimenticio, con los cuales se estableció que la riqueza de plantas para este uso está entre 39 y 
96 especies (Álvarez et al., 2016; Álvarez, 2014: Villa & García, 2017; Pasquini et al., 2013). En 
esta investigación se obtuvieron 67 especies de plantas comestibles, este resultado se encuentra 
dentro del rango de especies reportadas por literatura para este uso en el Caribe colombiano. Cabe 
resaltar que los trabajos de Álvarez et al. (2016) y Álvarez (2014) fueron realizados con 
comunidades tanto campesinas como afrodescendientes e indígenas, por otro lado, el trabajo de 
Pasquini et al. (2013) se realizó únicamente con comunidades afrodescendientes, mientras que el 
trabajo de Villa & García (2017) fue con comunidades campesinas al igual que la presente 
investigación, sin embargo, reportaron más especies en un menor número de huertas muestreadas, 
esto puede explicarse a diferencias relacionadas con el clima y ubicación de los predios, con 
factores socioeconómicos y con la historia de vida propia de los participantes. 
8.2. Caracterización de las plantas silvestres y cultivadas empleadas para la 
alimentación 
En cuanto a la composición, la familia con mayor número de especies en las fincas de Sabanalarga 
fue Fabaceae, esto concuerda con los trabajos mencionados anteriormente, en los cuales se reporta 
que esta familia es la más representativa para la región del Caribe (Cruz et al., 2009; Jiménez-
Escobar & Estupiñán-González, 2012; Jiménez-Escobar et al., 2011), en esta investigación las 
familias Anacardiaceae y Rutaceae son las siguientes más representativas, sin embargo, en los 
estudios de plantas útiles del Caribe colombiano estas familias no se encuentran en los primeros 
lugares y en los estudios enfocados en la caracterización de plantas de uso alimenticio, los 
resultados presentan únicamente las especies más frecuentes sin mencionar las familias, además de 
no tener bases de datos donde se pueda hacer la verificación, por tal motivo no se puede hacer una 
correcta comparación con la literatura citada. Familias como Annonaceae, Arecaceae y Myrtaceae 
también son características de esta región (Jiménez-Escobar et al., 2011; Jiménez-Escobar & 
Estupiñán-González, 2012; Villa & García, 2017), en este estudio ocupan el tercer lugar con tres 
especies cada una. 
Con relación al nivel de especie, el grupo más frecuente en las fincas estudiadas fue Spondias 
purpurea (ciruela de castilla), sin embargo en la literatura no la reportan como especie 
característica de la región, otra especie Mangifera indica (mango) es la siguiente más frecuenta en 
los predios, la cual sí está reportada en literatura como una especie típica para la región, Manihot 
esculenta (yuca) es una de las especies más representativas para las comunidades campesinas, 
afrodescendientese indígenas del Caribe, ya que es un ingrediente principal de los habitantes de la 
región (Barrientos-Paternina & Mercado-Gómez, 2014; Álvarez, 2014; Jiménez-Escobar & 
Estupiñán-González, 2012). Cabe resaltar que especies del género Citrus también son muy 
características para esta zona, en ese estudio la especie Citrus limon (limón) es la quinta especie 
más frecuente presente en 21 fincas y Citrus x aurantium (naranja dulce) que está presente en 16 
predios. De igual manera el ñame (Dioscorea alata) es una especie de gran importancia para la 
comunidad, ya que al igual que la yuca, hace parte de la dieta diaria de las personas (Villa & García, 
2017; Pasquini et al., 2013). 
Con respecto a la parte de la planta utilizada hay discrepancia entre los diferentes estudios 
relacionados con las plantas útiles, debido a que esto puede variar dependiendo de la categoría de 
uso más frecuente. Un estudio realizado en México sobre plantas útiles, en el que la categoría con 
mayor número de especies fue medicinal y la parte más utilizada fue la planta entera (parte aérea) 
(Bello-González et al., 2015), en el caso de Colombia está el estudio de Rosero-Toro et al. (2018), 
al igual que el estudio anterior, la categoría con mayor número de especies fue la medicinal, pero 
para este caso la parte más utilizada es la rama; más específicamente para la región del Caribe. 
También están los trabajos de Barrios-Paternina & Mercado-Gómez (2014) y el de Jiménez-
Escobar et al. (2011), para el primero, la categoría medicinal fue la más representativa, sin 
embargo, la parte más utilizada es la hoja y para el segundo, a pesar de que la categoría más 
representativa fue la comestible, la parte más utilizada fue el tronco, no obstante esto se debe a que 
en diferentes categorías de uso se puede utilizar la misma parte, sin embargo, la siguiente parte más 
utilizada por la comunidad fue la de fruto. La categoría de fruto fue la que obtuvo mayor número 
de especies, lo que concuerda con los estudios enfocados en plantas alimenticias, en los que la parte 
de la planta más utilizada es el fruto (Teklehaymanot & Giday, 2010; Pardo-de Santayana et al., 
2007; Pasquini et al., 2013; Villa & García, 2017; Álvarez, 2014) De igual manera, resulta difícil 
realizar una comparación con el tipo de uso alimenticio, ya que no se encuentra una única 
categorización para esta variable, a pesar de esto, las frutas son uno de los tipos de uso más 
frecuente, con mayor número de especies y número de individuos en los huertos familiares 
(Teklehaymanot & Giday, 2010; Pardo-de Santayana et al., 2007; Pasquini et al., 2013; Villa & 
García, 2017; Álvarez, 2014), así mismo ocurrió en las fincas visitadas, donde las frutas fueron el 
tipo de uso más empleado por los participantes. 
En cuanto al propósito de consumo, todos los participantes informaron que se autoabastecen de las 
plantas que poseen, sin embargo, también comercializaban los productos, ya que según ellos no 
alcanzaban a consumir toda la cosecha de las plantas y en ocasiones se dañaba si no las vendían. 
Hay que enfatizar que algunas especies, como el Mango (Mangifera indica), la Ciruela de castilla 
(Spondias purpurea), el Tamarindo (Tamarindus indica) y el Limón (citrus limon) son especies 
que cultivan con el objetivo principal de comercializar, pero también se autoabastecen de estos. 
Una de las principales características de los huertos familiares es que está orientado al 
autoconsumo, satisfaciendo las necesidades básicas de las familias, pero también proporcionan 
ingresos adicionales al hogar (Salazar-Barrientos et al., 2016; Guarneros-Zarandona et al., 2014; 
Gbedomon et al., 2015). Aquellas fincas que poseen una menor riqueza reportan que todas las 
especies son utilizadas únicamente para el autoconsumo, hay que señalar que estos predios se 
encuentran en el corregimiento de Molineros y las familias no habitan las fincas, no obstante, su 
economía se basa de otras actividades como lo es la ganadería, por lo tanto en estas fincas las 
huertas tienen una riqueza tan baja que no satisfacen completamente las necesidades básicas de las 
familias, por lo que no contribuyen con la seguridad alimentaria de las mismas, es importante 
mencionar que este tipo de sistemas agroforestales tienen como característica contribuir con la 
seguridad alimentaria (Montagnini & Metzel, 2015) 
El 22 % de las especies reportadas en esta investigación fueron clasificadas como silvestres, de las 
cuales el 30% se encuentran en pastizales, las zonas de huertos y bosque tienen cada una el 23,3% 
de dichas especies y la zona de arroyo presentó el 10%. Para el caso de las especies reportadas 
como cultivadas todas se encuentran en los huertos, no obstante, hay 18 especies que se encuentran 
tanto en huertos como en zonas de cultivo, debido a que estas especies tienen como propósito el 
comercio, sin dejar de lado el autoabastecimiento de la familia. Especies como el corozo (Bactris 
guineensis), la pitajaya (Acanthocereus tetragonus) y el jobo (Spondias mombin) son las especies 
silvestres con mayor frecuencia en las fincas y están reportadas para la región del Caribe 
colombiano como plantas silvestres (Álvarez et al., 2016; Cruz et al., 2009). 
No obstante, las especies silvestres tienden a no ser utilizadas con el fin de satisfacer una necesidad 
alimentaria, ya que se reportan como de consumo ocasional y cuando se presenta la cosecha 
muchos de los frutos se pierden por no ser consumidos, excepto por unas pocas especies como B. 
guineensis (corozo) y Attalea butyracea (palma de vino), cuyos recursos se comercializan 
localmente (Cruz et al., 2009), esto también se presenta en esta investigación, donde los 
informantes reportan consumo ocasional de las especies silvestres, a excepción del corozo que 
algunos de los participantes lo comercializan localmente. Por otro lado, Cruz et al. (2009) también 
menciona que el cardón (Acanthocereus sp.) y el jobo (S. mombin) son utilizados en cercas vivas, 
de igual forma ocurre en el presente estudio, donde S. mombin y A. tetragonus están presentes en 
las cercas vivas de los predios visitados. 
8.3. Correlaciones de las condiciones socioeconómicas de los participantes con la 
riqueza 
Como se ha mencionado anteriormente, los huertos familiares son de gran importancia para 
funciones sociales y económicas de las familias, pero también factores socioeconómicos influyen 
en su diversidad de plantas (Montagnini & Metzel, 2015; Gbedomon et al., 2015; Kehlenbeck & 
Maas, 2006). Los resultados arrojados por el análisis estadístico para la correlación de los factores 
socioeconómicos de los dos corregimientos muestran que, tanto la distancia entre la finca y la 
cabecera municipal como el tamaño de la finca inciden significativamente sobre la riqueza de los 
predios de manera negativa, así mismo se encontró que tanto la escolaridad del informante como 
el número de personas que habitan la finca también inciden significativamente sobre la riqueza, 
pero de manera positiva. 
Según Kehlenbeck & Maas (2006) la proximidad al mercado influencia de manera negativa la 
riqueza de especies en los huertos familiares, debido a que la producción está orientada a la 
comercialización, esto genera que la diversidad de cultivos se reduzca y más cuando se tiene éxito 
en la producción de un cultivo comercial, ya que el agricultor va a disponer de más área para un 
único cultivo, sin embargo, esto no se evidenció en el presente estudio, debido a que los predios 
que estaban más alejados de la cabecera municipal presentaron una menor riqueza. Es importante 
mencionar que dichos predios se encuentran ubicados en el corregimiento de Molineros y esto 
puede ser explicado por la historia de vida de los participantes, ya que los habitantes son víctimas 
del desplazamiento forzado, por lo que tuvieron que abandonar sus tierras y hasta hace poco tiempo 
pudieron regresar, pero siguen sin habitarlas,por tal motivo presentan una menor riqueza que las 
fincas del corregimiento de La Peña, las cuales están a una menor distancia a la cabecera municipal. 
Autores como Gutiérrez et al. (2003) reportan que el tamaño del huerto está relacionado 
positivamente con la riqueza de especies, sin embargo, Kehlenbeck & Maas (2006) afirman que en 
su estudió la relación fue ligeramente positiva, ya que en huertos muy grandes la riqueza de 
especies tendía a un único valor, además el número de individuos se reducía debido a los patrones 
de siembra más unificados, pese a esto, para esta investigación no se observó dicha relación, debido 
a que en el corregimiento de Molineros todas las fincas tenían el mismo tamaño. 
En cuanto a la relación entre la escolaridad del propietario y la riqueza de la huerta, hay estudios 
como el de Salazar-Barrientos et al. (2016) realizado en México, en el que afirman que el aumento 
del nivel educativo está relacionado con la disminución de la diversidad, debido a que las personas 
con niveles de educación alto migran a los centros urbanos en busca de empleo, sin embargo, 
Gbedomon et al. (2015) no encontró una relación significativa entre estas dos variables, pero sí 
afirma que la mayoría de los propietarios que tenían un menor nivel educativo tenían huertos con 
riquezas de especies altas y al igual que el estudio anterior rectifica que se debe a que las personas 
con niveles de educación superior tienen más posibilidades de empleo, por lo que les queda menos 
tiempo para dedicarse al huerto y como consecuencia hay una disminución en la riqueza. No 
obstante, está correlación no tuvo el mismo comportamiento en este estudio, ya que la relación fue 
negativa, tanto para los resultados obtenidos para los dos corregimientos, como para cada uno, pero 
al igual que en el estudio de Gbedomon et al. (2015) la mayor cantidad de propietarios que tienen 
bajos niveles de educación poseen fincas con altas riquezas de especies. 
Por otro lado, el número de personas que habitan la finca está relacionado positivamente con la 
riqueza de especies del predio, debido a que entre más número de miembros de la familia participen 
en el mantenimiento y cuidado de los huertos estos tendrán una mayor riqueza (Salazar-Barriento 
et al. 2015; Bautista-García et al. 2016; Gutiérrez et al., 2003) esto también se puede evidenciar en 
el presente estudio, en el que aquellos predios en los que el número de personas que habitan la finca 
era mayor su riqueza también lo era. 
Adicional a los factores mencionados anteriormente, la edad del propietario también es un factor 
que está relacionado positivamente con la riqueza de los huertos, debido a que los productores de 
más edad mantienen los cultivos a lo largo del tiempo, pero también incorporan nuevas especies 
para garantizar la autosuficiencia alimentaria de la familia, adicional a esto, los propietarios de 
mayor edad tienen más tiempo para dedicarle al huerto lo que permite su mantenimiento y 
conservación (Salazar-Barrientos et al., 2016; Kehlenbeck & Maas, 2006; Gutiérrez et al., 2003), 
sin embargo, esta relación no fue evidente en el presente estudio, los resultados obtenidos para el 
corregimiento de La Peña muestran una relación negativa entre la edad del participante y la riqueza 
de la finca, no obstante, esta tendencia no ha sido reportada por literatura. 
Hay que resaltar, que para el corregimiento de Molineros hay una relación positiva entre la historia 
del bosque y la riqueza de especies, en el que se puede observar que los predios que poseen 
fragmentos de Bosque seco Tropical tienen una mayor riqueza de especies, sin embargo, esta 
relación no ha sido reportada en literatura; no obstante, la distancia a la vegetación natural tiene 
una relación positiva con la riqueza de plantas silvestres, esto porque la presencia de fragmentos 
de bosque intervenidos mejora las condiciones de producción de los sistemas agroforestales, lo que 
contribuye en el aumento de beneficios socioeconómicos y ambientales (Sarmiento, 2017; Monge 
& Russo, 2009; Farrell & Altieri, 1997) 
9. Conclusión 
Si bien las fincas de los corregimientos de La Peña y Molineros del municipio de Sabanalarga, 
Atlántico no poseen todas las características propias de los huertos familiares propuestas por los 
diferentes autores, sí tienen la mayoría, como una alta riqueza de especies de plantas que difieren 
tanto en su estructura vertical como horizontal, además de los diversos usos que puedan tener, 
cubriendo las necesidades básicas de las familias y aportando un ingreso económico adicional. 
La composición y riqueza florística de los huertos es muy variada, para el caso de Sabanalarga la 
familia más representativa fue Fabaceae, la cual es muy característica para el Caribe colombiano y 
las especies con mayor frecuencia fueron la ciruela de castilla (Spondias purpurea), el mango 
(Mangifera indica) y la yuca (Manihot esculenta), la primera es de gran valor económico para el 
municipio, según lo informado por los participantes, mientras que las otras dos son representativas 
para el Caribe, debido a su importancia en la dieta de los habitantes de la región. 
Por otro lado, la parte más frecuentemente utilizada por los habitantes de Sabanalarga es el fruto, 
esto es característico en los estudios enfocados en plantas alimenticias, de igual manera y como era 
de esperarse la categoría de uso más representativa para la zona fue la de fruta, lo cual también es 
típico de dichos estudios. 
Una característica propia de los huertos es el autoabastecimiento de las familias, esto también 
estuvo presente en los predios visitados, donde los participantes informaron que auto consumían 
todas las especies reportadas, no obstante, también aprovechan económicamente algunos cultivos, 
como es el caso de la ciruela de castilla (S. purpurea), el mango (M. indica), limón (Citrus limon), 
corozo (Bactris guineensis). 
Factores socioeconómicos, como el número de personas que habitan la finca, la historia del bosque 
y la escolaridad del participante tienen una relación positiva con la riqueza de plantas comestibles, 
no obstante, la tendencia de esta última característica no está totalmente definida en todos los 
estudios, pero lo que sí es claro es que aquellos propietarios que tienen bajos niveles de escolaridad 
poseen huertas con una gran riqueza de especies vegetales, mientras que, factores como la distancia 
del predio a la cabecera municipal, el tamaño de la finca y la edad del participante tienen una 
relación negativa con la riqueza. Hay que resaltar que la interacción de las variables 
socioeconómicas y las características propias de la finca, además de la historia de vida de los 
propietarios son las que definen la riqueza y composición de los predios. 
10. Recomendaciones 
Se recomienda ampliar la investigación incluyendo datos de abundancia de las especies y además 
realizando un análisis de género, también hay que extender el estudio a otros municipios del 
departamento del Atlántico, para tener más información sobre las plantas de uso alimenticio de la 
región y así poder implementar estrategias para disminuir los problemas de seguridad alimentaria 
presentes en el Caribe colombiano, además de promover el uso de agroecosistemas que permitan 
la conservación y uso de las especies propias del Bosque seco Tropical. 
 También se recomienda realizar socializaciones y talleres sobre la importancia de la flora nativa 
de la región y como vincularla con los sistemas agroforestales para aumentar los beneficios 
socioeconómicos de los habitantes y de igual manera incrementar la conectividad espacial 
favoreciendo a la conservación del Bosque seco Tropical, así mismo, poder realizar una 
apropiación del conocimiento tradicional y así evitar la pérdida de los saberes ancestrales de la 
región. 
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