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Didáctica 2020 (d)

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Didáctica de la 
Educación Cristiana 
 
 
Apuntes de Clase 
para la Materia 
TM4. Didáctica de la Educación Cristiana 
 
 
Universidad Evangélica del Paraguay 
Facultad de Teología 
Sede: Instituto Bíblico Asunción 
 
 
 
Dra. Marlene Enns 
© 2020 
 
 
(No para publicación ni distribución sin autorización 
de la profesora) 
 
 
 A. Fin último: Se refiere al propósito del ser humano. Entre ellos están aspectos tales 
como: 
Glorificar a Dios (1 Cor 10:31), amar a Dios (Deut 6:5), conocer a Dios (Jn 17:3), y 
alabar a Dios (Sal 150:6) 
 
B. Premisas filosóficas, teológicas, y empíricas: supuestos que se tiene acerca de la 
naturaleza de Dios, del ser humano, de la creación, vida y trabajo. También se suele 
incluir lo que el/la educador/a cree acerca de la Biblia, de Dios, la iglesia, la familia, 
principios de desarrollo, el papel del Espíritu Santo, etc. 
 
C. Excelencias: basado en el fin último y las premisas se propone cuáles son las 
excelencias, virtudes, calidad de vida, perspectiva de vida, etc. que se desean ver en el/la 
educando. Estas excelencias constituyen la visión que impulsa al/la educador/a en su tarea 
educativa. No se refiere a las actividades que han de realizar los/as educandos, sino más 
bien al ideal de persona que se envisiona en ellos. Ejemplo: algunos se basan en el ideal 
pintado por Jesús en el Sermón del Monte (Mat 5-7) o al fruto del Espíritu (Gal 5:22-23). 
 
D. Métodos: se mencionan las teorías empíricas y científicas del aprendizaje que hacen 
posible que surjan las deseadas excelencias. 
 
E. Estrategias Prácticas: contienen las estrategias educacionales específicas con los 
objetivos para cada aspecto de la práctica educacional (currículo, métodos, estructural 
organizacionales, etc.) 
 
Frankena, W.K. (1965). Philosophy of education. New York, NY, EE.UU.: MacMillan. 
Newton, G.C. (2001). Philosophy of Christian education. En M. Anthony (Comp.). Evangelical 
dictionary of Christian education (págs. 533-535). Grand Rapids, Mich. EE.UU.: Baker. 
Plueddemann, J. & Plueddemann, C. (1990). Pilgrims in progress: Growing through groups. 
Wheaton, Ill., USA: Harold Shaw. 
TM4 DIDÁCTICA DE LA 
EDUCACIÓN CRISTIANA 
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ESTRUCTURAS EDUCATIVAS: EDUCACIÓN FORMAL, 
NO-FORMAL E INFORMAL 
 
 
Antes de considerar las principales teorías de aprendizaje, y en especial las teorías del 
desarrollo, necesitamos aclarar que educación formal no es la única modalidad de 
educación. Es quizás aquella de al cual se habla más; pero no siempre es la más eficiente 
para todos los objetivos que se desean alcanzar a través de la educación. También están la 
educación no formal (ENF) y la educación informal. 
 
 
Los conceptos de educación formal e informal ya existen por más de 100 años. Sin 
embargo, el concepto de la ENF toma auge durante los primeros años de la década de los 
60 en el siglo veinte. Después de la segunda guerra mundial las naciones del tercer mundo 
crecientemente se independizan, pero adoptan los modelos formales de educación del 
primer mundo. Sin embargo, muy pronto se dan cuenta que la educación formal no podía 
suplir con suficiente rapidez las demandas de las necesidades que trajeron consigo los 
cambios sociales y económicos acelerados de la época post-colonial. Surge así la 
alternativa de la ENF que responde mejor al cambio y es un instrumento más efectivo para 
el desarrollo. 
 
Pazmiño los representa en forma esquematizada de la siguiente manera (1995, pág. 65): 
 
 
 
 
En la siguiente página, podemos observar que Ted Ward (s.f.) representa los tres modos de 
educación mediante un modelo tri-sectorial. Resalta que ENF comparte con la educación 
formal su carácter de deliberado, planeado, con plantel trabajador, y financiado. Comparte 
con educación informal su carácter funcional que nace de la necesidad y no está restringido 
a tiempo y espacio. ENF suele ser el “ingrediente faltante” en situaciones de crecimiento 
social y económico acelerado. Es así que también surge la ecuación teológica por 
extensión, ya que las instituciones teológicas formales no eran lo suficientemente “rápidas” 
y “efectivas” para las crecientes demandas del crecimiento de la iglesia en Latinoamérica. 
 
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Pazmiño señala que la trinidad educativa (persona, contexto, contenido) puede relacionarse 
con una trinidad de formas de educación (1995, pág. 67): 
 
 
 
 
 
 
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Merriam y Caffarella enfatizan que todos los modos o formas de educación son igualmente 
importantes en educación. Siempre habrá cierta superposición entre las tres modalidades 
(Merriam & Caffarella, 1999, pág. 26). Además, subrayan que la diferencia entre las tres 
formas de educación no debiera buscarse en la metodología usada, ya que inclusive los 
métodos de educación autodirigida—más característicos en la educación informal—pueden 
ser usados en las modalidades formales y no-formales (1999, pág. 44-45). Y Ward añade 
tampoco debiera buscarse en el grado de formalidad reflejado en una u otra modalidad. 
Más bien, debiera buscarse en la totalidad del ambiente educacional como lo refleja el 
siguiente cuadro comparativo: 
 
 
 
EDUCACIÓN FORMAL 
 
 
EDUCACIÓN NO-FORMAL 
 
ESTRUCTURA 
Altamente estructurada. 
 
Sistema secuencial. 
Menos centralizada, estructurada y 
más flexible. 
Más bien descripta como un sector 
que como un sistema. 
 
CONTENIDO 
Generalmente académico, 
abstracto, y verbal. 
Generalmente orientado hacia tareas / 
habilidades (ej., facilitar tecnología) y 
con objetivos más específicos y 
medibles. Se enfatiza el “cómo”. 
También se enfatiza la 
concientización (ej.: Freire). 
TIEMPO Orientado hacia el futuro. Orientado hacia el presente. 
RECOMPENSA Suele ser postergada y de 
largo alcance. 
Suele ser más tangible, inmediata y 
de corto alcance. 
LOCAL Es altamente visible y en un 
lugar fijo. 
Baja visibilidad y puede ocurrir en el 
trabajo, en centros comunitarios, 
iglesias, plazas, etc. 
 
 
 
PARTICIPANTES 
Las edades están definidas y 
son predecibles y los 
profesores son certificados 
oficialmente. 
Estudiantes que “se aplazan” 
pueden sufrir un estigma 
social. 
Estudiantes son de todas las edades y 
profesores tienen una gran variedad 
de cualificaciones. 
 
Participantes que “fracasan” sufren 
poco o ningún estigma social. 
 
FUNCIÓN 
Generalmente responde a 
necesidades que se cree que 
las personas tienen. 
Generalmente responde a necesidades 
que las personas dicen tener. 
Busca crear una conciencia para 
acción social. 
 
 
En realidad, hablar de educación formal, no formal e informal no es un descubrimiento 
nuevo. Ya en tiempos bíblicos el pueblo de Dios aprendía a través en estos tres sistemas. 
Un ejemplo de ello encontramos en Tito 2. 
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EDUCACIÓN EN EL NUEVO TESTAMENTO: Tito 2:1-10 
 
1. ¿Cuáles son los grupos de personas que reciben enseñanza? 
 
_________________________________________________________________________ 
 
2. ¿Qué grupo no se menciona? _______________________________________________ 
 
3. ¿Cómo recibía educación este grupo? Ver también Deut 6:4-9; Ef 6:1-5; Col 3:20-21. 
 
_________________________________________________________________________ 
 
4. ¿Qué indicios hay de que el aprendizaje ocurría en contextos formales, no formales, e 
informales? 
 
_________________________________________________________________________ 
 
5. ¿Cuál es el propósito de la enseñanza? 
 
_________________________________________________________________________ 
 
 
JESÚS Y LA EDUCACIÓN NO FORMAL E INFORMAL: Discipulado 
 
Otro ejemplo claro de la importancia de la educación no formal e informal lo encontramos 
en Jesús quien usó esta forma de educación con sus doce discípulos. Robert Coleman 
(1974) menciona que se pueden detectar los siguientes principios de discipulado:1. Principio de la Selección 
Discipulado no se puede hacer con todas las 
personas. Inclusive Jesús no podía hacerlo. Es por 
eso que parece haber trabajo en base a prioridades 
y a distintos niveles. Aunque no descuidó las 
masas, Jesús a veces decía “no” a las masas para 
poder adiestrar a los 70 (Lucas 10:1-12, 17-20). Su 
misión principal, sin embargo, fue la preparación 
de los 12 (Juan 17). Para poder hacerlo necesitaba 
decir “no” a las masas y a los 70 (Marcos 9:30-
31). Dentro de los doce parece haber dado especial 
atención a tres debido a las 
 
funciones especiales que tendrían que cumplir (Lucas 8:51; Mateo 17:1; 26:37): Pedro (el 
que “abre las puertas del Reino a Judíos y gentiles), Jacobo (el primer líder de la iglesia en 
Jerusalén), y Juan (el escritor del evangelio, de las tres cartas y de Apocalipsis). Dentro de 
los tres parece ser que Juan era el discípulo “amado” (Juan 13:23), muy posiblemente pues 
era el escritor del grupo. 
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2. Principio de la Asociación 
 
Jesús pidió que los doce “estuvieran con él” por tres años (Marcos 3:14). Todo lo hacían 
juntamente con él. Los discípulos aprendieron por educación no formal e informal, más 
que por educación formal. Además, de estar con él, por supuesto también les enseñaba 
(Mateo 5:1ss., 13:36ss.; Marcos 9:30-31). 
 
3. Principio de la Consagración 
 
Jesús pedía absoluta consagración. Lee los siguientes versículos y determina quién puede 
ser un discípulo de Jesús: 
 
Lucas 14:26, 27, 33: ________________________________________________________ 
 
Mateo 10:37-38: ___________________________________________________________ 
 
Juan 8:31: ________________________________________________________________ 
 
Juan 15:38: _______________________________________________________________ 
 
 
4. Principio de la Impartición 
 
Jesús no sólo daba sus palabras a sus discípulos, sino se daba del todo por ellos. Esto llegó 
a incluir el dar su vida por ellos (Juan 10:14-18). 
 
 
5. Principio de la Demostración 
 
Jesús enseñaba a sus discípulos por medio de experiencias vividas. Lo que quería que 
aprendieran, él simplemente lo practicaba. Por ejemplo, para incentivar en ellos la oración, 
él oraba. Fue tal el impacto de su vida de oración, que los discípulos mismos le pidieron 
que les enseñase a orar (Lucas 11:1). 
 
 
6. Principio de la Delegación 
 
Jesús introduce sus discípulos en forma paulatina y progresiva al trabajo. Durante el primer 
año, pidió a sus discípulos trabajitos tales como conseguir comida y preparar hospedaje 
(Juan 4). También les permitió bautizar a algunos (Juan 4:2). Pero, recién al comenzar el 
tercer recorrido por Galilea (Mateo 9:35; Marcos 6:65) les pide participar directamente en 
la obra (Marcos 6:7). Ahora, antes de enviarle les da instrucciones de qué hacer, qué llevar, 
a quién dirigirse, y qué hacer en caso de oposición (Lucas 9:1-6). 
 
 
7. Principio de la Supervisión 
 
Después de haber hecho las tareas encomendadas, Jesús evaluaba con ellos lo que habían 
hecho, animándoles y corrigiéndoles donde había necesidad (Lucas 12:10; 10:17-20; 
Mateo 17:19-21). 
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8. Principio de la Reproducción 
 
Jesús discipuló a los doce con la intención de que ellos hagan lo mismo después de su 
ascensión a su Padre (Mateo 28:18-20). Cuando analizamos los Hechos de los Apóstoles 
vemos que constantemente se habla de “discípulos” (6:1, 2, 7; 9:1, 10, 19, 26, 36, 38; 
11:26, 29; 13:52; 14: 20, 26, 27, 28; 15:10; 16:1; 18:23; 19:1, 9, 30; 20:1, 30; 21:4, 5, 15). 
 
 
 
Ejercicio 
 
Teniendo en cuenta el ejemplo de Jesús, ¿qué podrías hacer hoy para aplicar estos 
principios de discipulado? 
 
1. Selección: ______________________________________________________________ 
 
_________________________________________________________________________ 
 
2. Asociación: _____________________________________________________________ 
 
_________________________________________________________________________ 
 
3. Consagración: ___________________________________________________________ 
 
_________________________________________________________________________ 
 
4. Impartición: ____________________________________________________________ 
 
_________________________________________________________________________ 
 
5. Demostración: __________________________________________________________ 
 
_________________________________________________________________________ 
 
6. Delegación: _____________________________________________________________ 
 
_________________________________________________________________________ 
 
7. Supervisión: ____________________________________________________________ 
 
_________________________________________________________________________ 
 
8. Reproducción: __________________________________________________________ 
 
_________________________________________________________________________ 
 
 
 
 
 
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BIBLIOGRAFÍA 
 
Coleman, R.E. (1974). El plan supremo de evangelización (J. Blanch, Trad.). El Paso, 
Tex., EE.UU.: Casa Bautista de Publicaciones. 
Merriam, S.B. & Caffarella, R. S. (1999). Learning in adulthood: A comprehensive guide. 
San Francisco, Calif., EE.UU.: Jossey-Bass. 
Pazmiño, R.W. (1995) Principios y prácticas de la educación cristiana: una perspectiva 
evangélica (D. Swindoll, Trad.). Nashville, Tenn., EE.UU.: Caribe. 
Ward, T. (s.f.) Nonformal education--What is it? 
Ward, T. (s.f.) Two modes of non-formal education. 
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EDUCACIÓN CRISTIANA 
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LA IMPORTANCIA DE LA FORMACIÓN TEOLÓGICA DESDE LA 
PERSPECTIVA BÍBLICO-PEDAGÓGICA1 
 
 Cuando usamos la palabra “pedagogía” nos referimos “al arte, la ciencia, la práctica o 
la profesión de educar, y en manera especial, al aprendizaje sistematizado o a la instrucción 
en principios y métodos de enseñanza” (Wilkerson, 2001, pág. 528).2 Aunque los educadores 
de adultos han querido hacer una diferenciación entre “pedagogía” (enseñar a inmaduros, a 
niños) y “andragogía” (enseñar a adultos), basándose—entre otras—en la teoría de la 
andragogía de Malcolm Knowles (1973), esta ha sido cuestionada como tal (Merriam y 
Caffarella, 1999, págs. 273-278). Es así que generalmente el término “pedagogía” sigue 
siendo usado para referirse a “la ciencia y la función de enseñar” (Wilkerson, 2001, pág. 
528). 
 Desde sus inicios, uno de los objetivos del IBA ha sido preparar a personas que 
puedan enseñar a otras. Es por eso que en su malla curricular siempre han estado presentes 
una o más materias relacionadas con “Educación Cristiana”, como ser: “Introducción a la 
Pedagogía Cristiana”, “Educación Cristiana para Niños”, “Educación Cristiana para 
Adolescentes, Jóvenes y Adultos”, “Didáctica de la Educación Cristiana”, etc. Con estas 
materias se pretende capacitar a los estudiantes con el “cómo” enseñar el contenido aprendido 
especialmente a través de las materias en las áreas de “Biblia” y “Teología”. 
 Es loable que desde sus inicios el IBA ha reconocido que no basta “conocer” el 
“contenido” de la Biblia, y luego simplemente “transmitirlo” a las personas que no pueden 
acudir a sus aulas. Ni Dios—quien es Dios y podría hacer milagros—usa la mera 
“transmisión” de contenido para educar a su pueblo. ¿Quiénes entonces somos nosotros para 
atrevernos a pensar que basta con “conocer” el contenido de la Biblia y luego “transmitirlo” a 
otros para que lo aprendan y crezcan en su relación con Dios, consigo mismos, con los 
demás, y con el resto de la creación? Es por eso que es imperiosa la necesidad de que en este 
libro aniversario del IBA nos ocupemos también con “La importancia de la formación 
teológica (IBA) desde la perspectiva bíblico – pedagógica”. 
 
A. La importancia a la luz de la necesidad de nacer, morir y crecer 
 
 1. La importancia del nuevo nacimiento 
 
 Antes de poder crecer, es necesario habernacido. Aunque esto nadie lo debatiría, es 
necesario hacerlo explícito. Jesús enfatiza esta verdad básica a Nicodemo: “Te aseguro que 
quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3). Y luego añade al perplejo 
maestro de la ley: “Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu, no puede entrar 
en el reino de Dios” (Juan 3:5). Pedagogía cristiana que no enfatiza el nuevo nacimiento 
obrado por el Espíritu de Dios, es humanismo y moralización, aunque tenga contenido 
bíblico. 
 
 2. La importancia de morir 
 
 Aunque parezca paradójico, una vez experimentado el nuevo nacimiento, empieza un 
proceso de de-crecer y de muerte. Cuando a Juan el Bautista le llega la noticia de la creciente 
popularidad de Jesús, él responde muy acertadamente: “A él le toca crecer, y a mí menguar” 
 1 Enns, M. (s.f.). Formación teológica desde la perspectiva bíblica y pedagógica. In V. Wall, F. 
Florentín & M. Florentín (Eds.), Registro de un peregrinaje: Instituto Bíblico Asunción: 50 años formando 
obreros con la Palabra de Dios (págs. 223-237). Asunción, Paraguay: Instituto Bíblico Asunción. 
 2 Citas directas de fuentes en inglés, son traducciones libres de la autora. 
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(Juan 3:30). Pablo lo expresa de la siguiente manera en su carta a los Gálatas: “He sido 
crucificado con Cristo, y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí” (2:20). Y seguidamente 
expresa su preocupación como pedagogo: “Queridos hijos, por quienes vuelvo a sufrir 
dolores de parto hasta que Cristo sea formado en ustedes” (4:19). ¿Por qué? Porque él sabía 
que la pedagogía cristiana se mueve entre la tensión de decidirse diariamente por la muerte 
del yo (carne) y por la entrega a la vida del Espíritu (5:16-26). Muerte y vida siempre co-
existirán hasta que veamos a Cristo cara a cara. Por esto, el educador Juan en su primera carta 
dice: “Ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que habremos de ser. 
Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a él, porque lo veremos 
tal como él es. Todo el que tiene esta esperanza en Cristo, se purifica a sí mismo, así como él 
es puro” (3:2-3). 
 
 3. La importancia de crecer y madurar 
 
 Durante este tiempo de tensión entre la vida y la muerte, somos exhortados a crecer y 
pasar de la niñez a la adultez. Pablo escribe en su primera carta a los Corintios: “no pude 
dirigirme a ustedes como a espirituales sino como a inmaduros, apenas niños en 
Cristo…Mientras haya entre ustedes celos y contiendas, ¿no serán inmaduros? (3:1,3). Unos 
capítulos más adelante continúa con esta temática: “Cuando yo era niño, hablaba como niño, 
pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de 
niño” (13:11). Y luego exhorta enfáticamente: “Hermanos, no sean niños en su modo de 
pensar. Sean niños en cuanto a la malicia, pero adultos en su modo de pensar” (14:20). En su 
segunda carta a estos mismos hermanos, escribe: “Esperamos que, según vaya creciendo la fe 
de ustedes, también nuestro campo de acción entre ustedes se amplíe grandemente” (10:15). 
A los apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros de Éfeso insta a que trabajen de 
tal manera que el pueblo de Dios sea perfeccionado y llegue a tener “la plena estatura de 
Cristo” (4:13), para que ya no sean niños inestables que se dejan llevar por todo viento de 
enseñanza, sino que “al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel 
que es la cabeza, es decir, Cristo” (4:15). Y el escritor a los Hebreos hace hincapié en la 
necesidad de dejar de ser niños que tan solo pueden ingerir leche, y en llegar a tener madurez 
para poder ingerir alimento sólido. Y luego define quiénes son “adultos”: “el alimento sólido 
es para los adultos, para los que tienen la capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo, 
pues han ejercitado su facultad de percepción espiritual” (5:13-14). 
 Según estos pasajes, una pedagogía cristiana enfatiza que llegar a ser adultos tiene que 
ver con cambios en la manera de hablar, de razonar, de juzgar, de distinguir entre lo bueno y 
lo malo, de percibir, y de vivir la verdad con amor para llegar a ser como Cristo. En otras 
palabras, tiene que ver con lo que Pablo dice en Romanos 12:2 “sean transformados 
mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, 
buena, agradable y perfecta.” Esto nos lleva al siguiente punto acerca de “La importancia de 
la formación teológica desde la perspectiva bíblico – pedagógica”. 
 
B. La importancia a la luz de procesos de reflexión y acción 
 
 Procesos de transformación de pensamiento y de vida que conducen a la adultez no se 
logran mediante la mera transmisión de conocimientos bíblicos. Con esto no decimos que no 
haya un lugar para la proclamación, la predicación y la enseñanza expositiva de la Palabra de 
Dios. Cuando estas tienen como centro a Cristo crucificado y resucitado, y se hacen “no con 
las palabras que enseña la sabiduría humana sino con las que enseña el Espíritu” (1ª 
Corintios 2:13), entonces pueden obrar cambios profundos. Pero, para que las personas 
lleguen a ser adultas necesitan poder reflexionar, comparar, diferenciar, juzgar y hacer 
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decisiones por sí mismas en la vida diaria. Y para ello, es necesario que como pedagogos y 
educadores fomentemos procesos educativos que propicien la transformación a través de la 
reflexión y la acción. Veamos cómo Dios y los pedagogos que colaboran con él lo hacen.3 
 
 1. Procesos de reflexión y acción basados en objetos visuales 
 
 Dios ha creado al ser humano con cinco sentidos y cuando quiere propiciar reflexión y 
acción transformadora a menudo utiliza objetos visuales. Jeremías necesita comprar un cinto 
de cuero, esconderlo en la hendidura de una peña a orillas del Éufrates, y luego recogerlo 
cuando ya está podrido para enseñar al pueblo una lección sobre el olor repugnante de su 
soberbia (13:1-11). Dios le lleva luego a la casa de un alfarero para que observe cómo este 
repite el proceso de hacer una vasija que no salió bien en el primer intento, y luego hace la 
pregunta que debe llevar a la reflexión y acción: “¿acaso no puedo hacer con ustedes lo 
mismo que hace este alfarero con el barro?” (18:6). En el siguiente capítulo, pide que 
Jeremías compre una vasija de barro del alfarero, y que la quiebre con estruendo en frente de 
los ancianos del pueblo y de los sacerdotes para hacerles reflexionar sobre cuán grande será 
el mal que Dios traerá sobre el pueblo si no cambian (19:1-13). En otra ocasión, empieza la 
lección acerca de lo que hará con los exiliados mostrándole dos canastas con higos: una con 
higos muy buenos, y otra con higos muy feos, y haciéndole una pregunta de observación 
reflexiva: “¿Qué ves Jeremías?” (24:3). 
 El sabio Salomón insta a su discípulo a ir junto a las hormigas y le dice: “Fíjate en la 
hormiga! ¡Fíjate en lo que hace, y adquiere sabiduría!” (Proverbios 6:6-11). En otras 
palabras, pide que observe, reflexione y saque conclusiones para su vida personal, que en ese 
momento se caracterizaba por la pereza. 
 Jesús hace algo similar al llevar a reflexionar a sus discípulos sobre la insensatez de 
afanarse, diciendo: “Observen cómo crecen los lirios del campo” (Mateo 6:28), o “Fíjense en 
los cuervos” (Lucas 12:24). Y es probable que cuando enseñaba acerca del Reino de Dios a 
través de las parábolas del sembrador, del trigo y la cizaña, de la semilla de mostaza, de la 
levadura, de la cizaña, del tesoro escondido, de la perla preciosa, y de la red (Mateo 13:1-57), 
él haya tenido estos objetos en “vivo y directo” ante sus aprendices, quienes debían hacer 
comparaciones mentales, reflexiones y conclusiones para su aprendizaje. 
 
 2. Procesos de reflexión y acción basados en historias y parábolas 
 
 El relato de historias ha sido un instrumento universal usado en todas las culturas de 
todos los tiempos para todaslas edades, como un medio que fomenta la reflexión y acción 
transformadora. Jotam cuenta la historia de cómo los árboles fueron a elegir rey sobre sí, para 
llevar a Abimelec (su hermano de padre quien había sido gestor del homicidio de 70 
familiares) a la reflexión y al arrepentimiento (Jueces 9:1-24). Algo similar hace el profeta 
pedagogo Natán, cuando relata al rey David la historia del hombre a quien un rico le quitó la 
única oveja que tenía, para llevarlo a la reflexión y al arrepentimiento después del adulterio y 
homicidio que había cometido (2ª Samuel 12:1-15). El rey guerrero David también necesitó 
escuchar la historia de una mujer de Tecoa (contratada por el general Joab) para reflexionar 
sobre su falla como padre en relación a su propio hijo Absalón (2ª Samuel 14:1-23). 
 Parábolas—historias que requieren de visualización mental y llevan a la reflexión—
también fueron usadas por Isaías (la historia de la viña – 5:1-7), y por Ezequiel (la parábola 
de las águilas y la vid – 17:1-24; la historia de la olla hirviente – 24:1-14). Y por supuesto, 
 3 Algunos libros útiles para tener ideas prácticas para la enseñanza son: Campbell, Campbell & 
Dickinson (2000), Hendricks (1997), Lefever (2003, 2004), Schultz y Schultz (1996), Somoza (2006). 
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Jesús—el pedagogo y educador por excelencia—tenía una predilección tremenda por las 
parábolas: la parábola de la oveja perdida (Mateo 18:10-14), de los dos deudores (Mateo 
18:23-35), de los obreros de la viña (Mateo 20:1-16), de los dos hijos (Mateo 21:28-32), de la 
fiesta de bodas (Mateo 22:1-14), de las diez vírgenes (Mateo 25:1-13), de los talentos (Mateo 
25:14-30), del buen samaritano (Lucas 10:25-37), del rico insensato (Lucas 12:13-21), del 
siervo vigilante y del siervo infiel (Lucas 12:35-48), de la higuera estéril (Lucas 13:6-9), de la 
gran cena (Lucas 14:15-24), de la oveja, de la moneda y de los hijos perdidos (Lucas 15:1-
32), del mayordomo infiel (Lucas 16:1-14), de la viuda y el juez injusto (Lucas 18:1-8), del 
fariseo y del publicano (Lucas 18:9-14), de las minas (Lucas 19:11-27), de los labradores 
malvados (Lucas 20:9-18), del redil (Juan 10:1-6), etc. También era un buen relator de 
historias. Una historia que todos conocen es la del rico y Lázaro (Lucas 16:19-31). Estas 
parábolas y relatos enseñaban más que “mil sermones”, pues al no ser tan fáciles de olvidar, 
promovían la reflexión y eran tema de conversación más allá de la “hora de la Escuela 
Dominical” y del “culto en la iglesia”. Y al promover la reflexión, propician la 
transformación por medio de la renovación del entendimiento, para comprobar cuál es la 
buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. 
 
 3. Procesos de reflexión y acción basados en dramatizaciones y visiones 
 
 Cuando Dios quiere propiciar la reflexión y la acción a menudo pide que sus 
pedagogos dramaticen la lección que sus estudiantes necesitan aprender. Oseas necesita 
casarse con una mujer adúltera, tener hijos con ella, y experimentar su infidelidad para 
enseñar sobre el amor de Dios para con su pueblo adúltero (capítulos 1-5). Isaías necesita 
caminar desnudo y descalzo por tres años por las calles para que el pueblo vea y reflexione 
sobre la insensatez de confiar en Egipto y Etiopía (Isaías 20:1-6). Ezequiel necesita construir 
una maqueta de Jerusalén, dormir 390 días sobre su lado izquierdo, y 40 días sobre el lado 
derecho, debe tomar agua por medida, y cocinar el pan sobre excremento humano, lo cual era 
demasiado repugnante para este pedagogo y logra cambiar el “carbón humano” por estiércol 
de bueyes (4:1-17). 
 En otros casos, Dios muestra visiones a sus profetas pedagogos. A Amós le muestra 
las visiones de las langostas y la cosecha, del fuego consumidor, y del muro y la plomada de 
albañil (7:1-9). A Isaías le muestra al Señor sentado sobre un trono alto y sublime rodeado de 
serafines, lo cual lo impacta tanto que grita: “¡Ay de mí, que estoy perdido!” (6:5); y al 
escuchar las preguntas: “¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?” (6:8), no titubea en 
accionar y decir: “Aquí estoy. ¡Envíame a mí!” (6:8). A Ezequiel le muestra la visión del 
viento, del fuego, y de los cuatro seres vivientes (1:1-28), del valle de los huesos muertos 
(37:1-14), del templo (capítulos 40-46) y de las aguas que traen salud (47:1-12). 
 Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, Dios usa sueños para llevar a la 
reflexión y a la acción transformadora. Los madianitas son desequilibrados por el sueño de un 
pan de cebada que trae destrucción (Jueces 7:13-15). Salomón tiene un sueño trascendental 
que lo transforma en una persona muy sabia (1 Reyes 3:5-15). El rey Nabucodonosor tiene 
dos sueños que lo llevan a una reflexión y acción transformadora tal que reconoce a Dios 
como el Soberano (Daniel 2:1-49; 4:5-37). Daniel mismo tiene visiones que lo quebrantan en 
gran manera y lo llevan a interceder muy intensamente (7:1-28; 8:1-27; 10:1-21). En el 
Nuevo Testamento Dios también a menudo usa visiones y sueños (visualizaciones mentales) 
para lograr una acción reflexionada: los sueños que tuvo José (Mateo 1:20-25; 2:13-15; 2:19-
21), que tuvieron los magos del Oriente (2:12), la visión del varón macedonio que tuvo Pablo 
(Hechos 16:6-10), y la visión que tuvo Juan en Patmos y que lo llevó a escribir el libro de 
Apocalipsis. 
 
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 4. Procesos de reflexión y acción basados en fiestas, ceremonias y experiencias de 
vida 
 
 Cuanto más vívida y real la experiencia, tanto más grande es la probabilidad de 
reflexión y acción que llevan a una transformación en la manera de pensar y vivir. La 
ceremonia de la Pascua era muy conmovedora, y Dios anticipa que suscitará preguntas en los 
hijos que la observan. Por eso dice a los padres: “Y cuando sus hijos les pregunten: ‘¿Qué 
significa para ustedes esta ceremonia?’, les responderán… (Éxodo 12:26-27). Es que cuando 
surgen preguntas, aparecen los mejores “momentos enseñables”, ya que hay intriga, interés y 
predisposición para aprender. Es de imaginarse que todos los sacrificios y todas las fiestas 
que guardaban los israelitas suscitaban preguntas en los niños, y al recibir las respuestas en 
medio de las experiencias vividas, aprendían mejor que a través de “un sermón” o “una 
lección”. (Armstrong, 1988, págs. 16-17) 
 Dios usa también las experiencias cotidianas de las personas, y pide que los 
pedagogos que colaboran con él, hagan alusión a ellas. Moisés, al cabo de los cuarenta años 
de peregrinaje en el desierto, pide que la nueva generación que ha de entrar en la tierra 
prometida recuerde sus experiencias vividas con reflexión y acción transformadora: 
“Recuerda…”, “Reconoce en tu corazón…”, “ten cuidado de no olvidar…” (Deuteronomio 
8:2,5,11,18). Hageo recibe la misión de exhortar a los que habían vuelto del exilio a no 
conformarse con la construcción de casas artesonadas, mientras que la construcción del 
templo es descuidada. Para ello, él les insta a analizar sus actuales experiencias de vida: por 
qué no llueve, por qué no pueden disfrutar de aquello que plantan, etc. Y luego exclama: 
“¡Reflexionen sobre su proceder!”, “Ahora bien, desde hoy en adelante, reflexionen” (1:5,7; 
2:15,18). Pablo, al dar exhortaciones a los creyentes de Corinto para la celebración de la Cena 
del Señor, los lleva a reflexionar en base a la vivencia de sus experiencias en ese momento: 
“Cada uno debe examinarse a sí mismo… Por eso hay entre ustedes muchos débiles y 
enfermos, e incluso varios han muerto. Si nos examináramos a nosotros mismos, no se nos 
juzgaría…” (1ª Corintios 11:28-31). No en vano se dice: “La experiencia es la mejor maestra, 
aunque puede ser que cobre caro”. Es que la experiencia en la vida real apela a los cinco 
sentidos y a la misma vida nuestra, y esto debe ser aprovechado por los educadores. 
 Ahora, habiendo considerado la importancia de no conformarnos con una mera 
“transmisión” de contenidobíblico, sino usar procesos didácticos creativos que promuevan la 
reflexión y la acción transformadora no estamos simplemente abogando por procesos de 
enseñanza-aprendizaje novedosos y entretenidos. ¡No! Más bien estamos enfatizando que 
nuestra manera de enseñar concuerde con el contenido que enseñamos. Es decir, que nuestra 
teología se refleje en nuestra manera de tratar a los estudiantes y nuestra manera de educarlos. 
Esto nos conduce al siguiente aspecto sobre “La importancia de la formación teológica desde 
la perspectiva bíblico – pedagógica”. 
 
C. La importancia a la luz de la teología 
 
 Un educador afirmó hace unos años lo siguiente: Mucho de lo que ocurre en 
“Educación Cristiana” no es uno ni lo otro; es decir, no es “educación” ni es “cristiano” (en 
Plueddemann, 2005, pág. 7). ¿Por qué? Porque solo se enseña “contenido” cristiano, pero de 
una “manera” no cristiana. En efecto, el conocido dicho, “tu vida habla tan fuerte que no 
puedo escuchar lo que me dices”, podría ser re-fraseado como sigue: “la manera en que me 
enseñas (proceso pedagógico) es tan fuerte, que no puedo escuchar lo que me enseñas 
(contenido)”. Es que el contenido teológico que enseñamos, necesita ser reflejado en la 
práctica educativa. Veamos a continuación algunos contenidos teológicos básicos que 
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enseñamos acerca de Dios, de la naturaleza del ser humano y de la iglesia, y cómo estos 
necesitan impregnar los procesos pedagógicos.4 
 
 1. El concepto de Dios5 
 
 Es imposible resumir en pocas palabras quién es Dios. Pero, mencionaremos algunos 
aspectos de su persona y su relación con el ser humano que deberían informar nuestra vida y 
trabajo como educadores cristianos. 
 Primero, Dios es un Dios moral: bueno y a la vez santo. Él se presenta de la siguiente 
manera a Moisés: 
El Señor, Dios clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor y 
fidelidad, que mantiene su amor hasta mil generaciones después, y que 
perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado; pero que no deja sin castigo al 
culpable, sino que castiga la maldad de los padres en los hijos y en los nietos, 
hasta la tercera y la cuarta generación (Éxodo 34:6-7). 
 Segundo, Dios es el soberano, infinito y trascendente quien creó, sostiene y gobierna 
todo el universo. Él dice de sí mismo: “Desde los tiempos antiguos, yo soy. No hay quien 
pueda librar de mi mano. Lo que yo hago, nadie puede desbaratarlo” (Isaías 43:13). Al mismo 
tiempo, Dios es el cercano, el personal e inmanente, quien es accesible y quien desea tener 
una relación íntima con el ser humano, y por eso envía en carne humana a su Hijo Jesucristo: 
“Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en 
él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). 
 Tercero, Dios es racional y todo tiene propósito. Hay cosas que no comparte con el ser 
humano, pero también está dispuesto a revelarse por su Palabra, su Hijo, su Espíritu y la 
creación. Por eso invita diciendo: “Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas 
grandes y ocultas que tú no sabes” (Jeremías 33:3). Es más, él dialoga y “recibe consejo” del 
ser humano. Al compartir con Abraham sus planes de destrucción de Sodoma y Gomorra, 
este pide que reconsidere su decisión por la razón de que personas justas pudieran estar 
viviendo ahí (Génesis 18:16-33). Aunque no encontró a diez personas que podrían haber 
evitado la catástrofe de las ciudades, “se acordó de Abraham y sacó a Lot” (Génesis 19:29). 
Cuando el pueblo de Israel adora al becerro de oro, Dios propone destruir al pueblo e iniciar 
una nueva nación con la descendencia de Moisés. Entonces este le hace “reflexionar” en base 
a lo que los egipcios podrían pensar de él, y “entonces el Señor se calmó y desistió de hacerle 
a su pueblo el daño que le había sentenciado” (Éxodo 32:7-14). Dios no tiene por qué 
escuchar ni por qué dialogar con seres humanos acerca de sus decisiones, pero desea hacerlo. 
 El concepto que tengamos de Dios influenciará nuestra manera de educar, sin que nos 
demos cuenta de ello. Es más, se podría decir: “Dime cómo enseñas, y te diré qué concepto 
de Dios tienes”. Si Dios para nosotros es predominantemente soberano, justo y quien no 
perdona al que peca, entonces probablemente enseñaremos de una manera más bien frontal, 
unidireccional, sin invitar al diálogo, ya que tenemos la palabra mayor y la última palabra. Si 
Dios para nosotros es predominantemente cercano y amoroso, entonces quizás solo nos 
ocuparemos de escuchar, consolar y ser amigos de los estudiantes. El desafío, sin embargo es 
 4 Muchas de mis convicciones en esta sección fueron forjadas en mí a través de la enseñanza y el 
ejemplo de profesores que he tenido en Trinity International University (Deerfield, Illinois, EE.UU): Dr. Perry 
Downs, Dra. Linda Cannell, Dr. James Plueddemann, Dr. Paul Hiebert, Dr. Duane Elmer, Dra. Muriel Elmer; 
como también por el contacto y los escritos de Dr. Daniel Schipani (1997, 2002, 2005) de Associated Mennonite 
Biblical Seminary en Elkhart, Indiana, EE.UU. 
 5 Inspirado y basado en categorías y contenido de Miller, 2001 (págs.75-174) y Miller, Moffitt y Allen, 
2011 (págs. 49-66). 
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ser soberano, como también cercano; ser bueno y justo; ser distante y abierto; hacer 
decisiones por y con los estudiantes. Esto requiere sabiduría y humilde dependencia de Dios. 
 
 2. El concepto del ser humano6 
 
 La Biblia nos enseña que el ser humano fue creado por Dios a su misma imagen: “Y 
Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó” 
(Génesis 1:27). Con asombro el salmista exclama: “Lo hiciste poco menos que un dios, y lo 
coronaste de gloria y de honra: lo entronizaste sobre la obra de tus manos, todo lo sometiste a 
su dominio” (8:5-6). Pero, al mismo tiempo, debido a su decisión de desobedecer y 
desconfiar de Dios, el ser humano también está corrupto por el pecado. David confiesa: “Yo 
sé que soy malo de nacimiento; pecador me concibió mi madre” (Salmo 51:5). Isaías añade: 
“Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de 
inmundicia” (64:6). Por eso, Jeremías dice: “¡Maldito el hombre que confía en el hombre!” 
(17:5). 
 Hay algo más que necesitamos comprender acerca de la naturaleza del ser humano. 
Todas las personas de todas las culturas, de todos los estratos sociales y de todas las edades 
tienen el mismo valor ante Dios; todos son iguales para él; todos tienen la misma dignidad. 
Dios no hace acepción de personas. Por eso Santiago escribe: “Si muestran algún favoritismo, 
pecan y son culpables” (2:9). Ahora, aunque todos son iguales, también todos son diferentes 
y singulares. No hay dos personas que sean iguales. Todos tienen capacidades y dones 
diferentes, según Dios lo ha decidido, y necesitan complementarse unos a otros sin 
subestimarse a sí mismo ni despreciar al otro (1ª Corintios 12). 
 Así como el concepto de Dios influencia la manera en que enseñamos, también lo 
hace nuestro concepto del ser humano. También aquí podríamos decir: “Dime cómo enseñas, 
y te diré que concepto del ser humano tienes”. Si vemos al estudiante como “poco menos que 
un diablo”, en quien no hay nada bueno y en quien no se puede confiar, entonces lo 
trataremos con menoscabo, le gritaremos, no le daremos la opción de reflexionar, de ser 
creativo, ni de participar de decisiones en el proceso educativo. Nuestra enseñanza se 
caracterizará por ser transmisión autoritativa de conocimiento que debe ser aceptado sin 
cuestionamientos. También esperaremos que todos sean iguales y “uniformados”, y no 
permitiremos que nadie se salga del “molde”. Por otro lado, si vemos a los estudiantes como 
predominantemente buenos, todos con enorme potencial, todos singulares y únicos, nos 
cuidaremos en extremo de corregirlos, de tener pautas comunes para todos, de “imponer” 
nuestra opinión, y de evaluarlossegún algún criterio o según alguna norma, ya que todo vale. 
El desafío nuevamente es que tratemos con dignidad y respeto a quienes son portadores de la 
imagen de Dios, sin olvidar que al mismo tiempo son pecadores corruptos. Esto requiere 
sabiduría y humilde dependencia de Dios. 
 
 3. El concepto de la iglesia7 
 
 Debido a que nos ocupamos con educación teológica, necesitamos también 
reflexionar sobre la naturaleza de la iglesia. La Biblia utiliza varias metáforas para la iglesia. 
Schipani (1997, 2005) propone que tres tienen especial influencia para el ministerio 
educativo. 
 Primero, la iglesia como pueblo de Dios. La iglesia no nos pertenece a nosotros sino a 
Dios. Pedro exhorta: “Cuiden como pastores el rebaño de Dios que está a su cargo” (1ª Pedro 
 6 Inspirado y basado en categorías y contenido de Miller, 2001 (págs.177-212), Miller, Moffitt y Allen, 
2011 (págs. 67-84) y Greene, 1998 (págs. 95-104). 
 7 Inspirado y basado en categorías y contenido de Schipani (1997, 2005). 
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5:2). Para quienes se olvidan de esto, Dios tiene palabras muy duras: ¡Ay de los pastores que 
destruyen y dispersan el rebaño de mis praderas!... Ustedes han dispersado a mis ovejas; las 
han expulsado y no se han encargado de ellas. Pues bien, yo me encargaré de castigarlos a 
ustedes por sus malas acciones” (Jeremías 23:1-2). 
 Segundo, la iglesia es el cuerpo de Cristo. Pablo nos dice en Efesios: “Cristo es 
cabeza y salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo…Cristo amó a la iglesia y se entregó por 
ella para hacerla santa” (5:23,25). Todos los miembros del cuerpo de Cristo necesitan ser 
considerados importantes (1ª Corintios 12:15-26). 
 Tercero, la iglesia es el templo del Espíritu Santo. Pablo pregunta con mucha 
insistencia: “¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en 
ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, él mismo será destruido por Dios; porque el 
templo de Dios es sagrado, y ustedes son ese templo” (1ª Corintios 3:16-17). Es más, Juan 
escribe: “En cuanto a ustedes, la unción que de él recibieron permanece en ustedes, y no 
necesitan que nadie les enseñe. Esa unción es auténtica —no es falsa— y les enseña todas las 
cosas. Permanezcan en él, tal y como él les enseñó” (1ª Juan 2:27). Por supuesto esto no 
significa que ya no necesitamos de maestros, pues entonces el Espíritu Santo no habría dado 
maestros a la iglesia (1ª Corintios 12:28-28-29; Efesios 4:11); pero significa, que cada 
creyente es enseñado por el Espíritu Santo, ya que su tarea es enseñar todas las cosas, 
recordar todo que Jesús enseñó, y guiar a toda verdad (Juan 14:26; 16:13). 
 Ahora, nuevamente necesitamos evaluar en qué maneras y en qué medida aquello que 
creemos acerca de la naturaleza de la iglesia se refleja en nuestro proceso educativo. Y 
también en este caso podríamos decir: “Dime cómo tratas a los estudiantes y cómo enseñas y 
te diré qué concepto de iglesia tienes”. Si estamos convencidos de que los estudiantes 
pertenecen a Dios, nos tendría que estremecer la tarea que se nos encomienda. ¿Con cuánto 
cuidado nos ocuparíamos de los hijos de un mandatario si es que los pondría bajo nuestra 
tutela mientras se ausenta? Si estamos convencidos de que los estudiantes son el cuerpo de 
Cristo, ¿cómo los tratamos? ¿Los tratamos como las mujeres que con amor ungieron el 
cuerpo de Cristo usando el mejor de sus perfumes, e inclusive sus lágrimas y besos (Marcos 
14:3-9; Lucas 7:36-50)? Si estamos convencidos de que el Espíritu Santo enseña a cada 
estudiante y lo guía a la verdad, ¿qué es lo mínimo que deberíamos hacer para honrar esto 
durante el proceso educativo? ¿Estaríamos dispuestos a aceptar que ellos también tienen al 
menos parte de la verdad, y que quienes enseñamos no tenemos toda la verdad, sino que 
todos solo “vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo” (1ª Corintios 13:12)? 
¿Cómo se refleja esta creencia en la arquitectura y en la manera de disponer las sillas en el 
aula? Si son aulas rectangulares en las que el docente está parado/sentado en el frente, y las 
sillas están dispuestas de tal manera que todos solo miran hacia esa dirección, ¿qué mensaje 
damos con ello? Esto requiere de sabiduría y humilde dependencia de Dios. 
 ¿Por qué repetimos la oración anterior cada vez al terminar de deducir las 
conclusiones de nuestros conceptos teológicos para el proceso pedagógico? Esto nos conduce 
al último punto que consideraremos sobre “La importancia de la formación teológica desde 
la perspectiva bíblico – pedagógica”. 
 
D. La importancia a la luz de la compleja y misteriosa dinámica del ministerio 
pedagógico 
 
 Cuando podemos percibir crecimiento como resultado de nuestro ministerio 
pedagógico estamos frente a un milagro que nos debe llevar a una sabia y humilde 
dependencia de Dios. ¿Por qué? Pues todo crecimiento proviene de Dios. Pablo lo pone bien 
en claro cuando escribe a personas que toman partido con uno u otro líder en la iglesia: “Yo 
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sembré, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento. Así que no cuenta ni el que siembra 
ni el que riega, sino solo Dios, quien es el que hace crecer” (1ª Corintios 3:6-7). 
 Habiendo dicho esto, ¿significa que los pedagogos cristianos no contribuyen al 
crecimiento? ¡Por supuesto que no! De lo contrario no existiría este capítulo en el libro. 
Podríamos comparar la labor de los educadores a la de quienes trabajan con plantas, así como 
lo hace Pablo. La semilla que se planta tiene dentro de sí el potencial de crecimiento, lo cual 
es un misterio; esto no puede ser producido por el ser humano. Pero, la semilla necesita ser 
plantada en la tierra, necesita de la luz del sol, del aire y del cuidado del ser humano para 
poder llegar a ser lo que Dios quiere que sea. En otras palabras, necesita haber una 
interacción entre el potencial de crecimiento de la semilla con el medio ambiente y el ser 
humano. Jesús lo expresa de esta manera: 
El reino de Dios se parece a quien esparce semilla en la tierra. Sin que este 
sepa cómo, y ya sea que duerma o esté despierto, día y noche brota y crece la 
semilla. La tierra da fruto por sí sola; primero el tallo, luego la espiga, y 
después el grano lleno en la espiga. Tan pronto como el grano está maduro, 
se le mete la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha (Marcos 4:26-29). 
 Es por eso, que la teoría de aprendizaje que mejor se adecua a los conceptos 
teológicos que hemos considerado en la tercera sección de este capítulo, es la teoría de 
desarrollo (Dettoni y Wilhoit, 1995, págs. 19-43; Downs, 1994, págs. 69-80; Pinzón de 
Corredor, 1987, págs. 40-60; Plueddemann, 2005, págs. 7-14; Ward, 1982a, págs. 195-204, 
Ward, 1995, págs. 7-17).8 Esto no significa que otras teorías no tengan un sustento bíblico 
también, pero la meta-teoría, la teoría primaria que debiera informar a pedagogos cristianos 
es la teoría de desarrollo (Ward, 1982b, 1995; Downs, 1994; Dettoni y Wilhoit, 1995; 
Plueddemann, 2005). 
 A modo de resumen (Plueddeman, 1995) esta teoría basada en gran parte en Piaget 
(1928, 1936), presupone que crecimiento y aprendizaje sucede (1) cuando hay una 
interacción entre los factores internos del ser humano (podríamos decir, su DNA) y los 
factores externos (medio ambiente, educadores, contenido). También presupone que (2) 
requiere de momentos de “desequilibrio”, es decir, de momentos en los que el aprendiz pierde 
el “equilibrio” pues está frente a una situación (asimilación) en la que lo aprendido en el 
pasado y lo nuevo pareciera no “cuadrar”, lo cual lo lleva a reflexionar y así formar nuevos 
conceptos (acomodación). Y presupone de (3) perspectivismo, es decir, la comprensión que 
el sujeto aprendiz tiene de lo que le rodea paulatinamente va creciendo, y lo lleva a una 
perspectiva mayor y un horizonte cada vez más amplio, pudiendo ir así desde un 
egocentrismo hasta la capacidad de tomar las perspectivas de otraspersonas, realidades, 
culturas, etc. Esto lo hemos visto en la segunda y tercera sección de este capítulo: la 
necesidad de dejar de pensar y juzgar como niño para llegar a una adultez, y la necesidad de 
procesos de reflexión y acción. 
 Es por esto que decimos que el proceso pedagógico es una misteriosa y compleja 
dinámica, en la que el pedagogo necesita estar atento (1) a Dios (ya que solo Dios conoce a 
los educandos en lo más íntimo y puede dar crecimiento), (2) a las necesidades del educando, 
(3) al contexto del educando, y (4) al contenido a enseñar.9 No excluye un cuidadoso 
planeamiento de la lección, pero también requiere de alta sensibilidad hacia Dios, las 
necesidades del educando, su contexto, y qué y cuánto contenido presentar para la reflexión y 
el aprendizaje, y así poder hacer cambios in situ según lo requiera el momento. Esto hace 
 8 Algunos teóricos importantes dentro de esta teoría son Piaget (1928, 1936), Kohlberg (1981), Fowler 
(1981), Erikson (1950), Perry (1968), Belenky, Clinchy, Goldberger, & Tarule, (1986), Vygotsky (1978). 
También se necesita mencionar al filósofo de educación brasilero Paulo Freire (2002a, 2002b). 
 9 Pazmiño escribe de una “trinidad educativa” (el contenido, las personas y el contexto), y aboga por un 
enfoque teocéntrico para la educación cristiana (Pazmiño, 1995, págs. 17-30, 47). 
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imprescindible que pedagogos cristianos oren antes, durante y después de enseñar, ya que su 
tarea es muy compleja y dinámica, y conlleva una responsabilidad muy grande. Por esto 
Santiago escribe: “Hermanos míos, no pretendan muchos de ustedes ser maestros, pues, como 
saben, seremos juzgados con más severidad” (3:1). 
 
Conclusión 
 
 La formación teológica—que en este libro tiene como foco al IBA—es sumamente 
importante desde la perspectiva bíblico-pedagógica. No solo es importante para quienes 
enseñarán en forma sistemática en instituciones educativas o en la iglesia, sino también para 
quienes son padres, abuelos, tíos, amigos, capellanes, empresarios, o ejerzan cualquier otra 
profesión. Pues, todos tienen una influencia sobre la vida de quienes les rodean; todos 
enseñan consciente o inconscientemente con su presencia, sus actitudes, sus palabras, y sus 
hechos. Y si lo hacen conscientemente según la perspectiva bíblico-pedagógica, entonces aún 
pueden suceder muchos milagros de crecimiento y aprendizaje, y se harán realidad las 
palabras del Salmo 126:5-6: “El que con lágrimas siembra, con regocijo cosecha. El que 
llorando esparce la semilla, cantando recoge sus gavillas”. 
 
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Ejercicio 
A. La importancia a la luz de la necesidad de nacer, morir y crecer 
1. ¿Cómo describes tu nuevo nacimiento? 
___________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________ 
___________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________ 
2. La importancia de morir: ¿qué en tu vida necesita morir más? 
___________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________ 
 
B. La importancia a la luz de procesos de reflexión y acción 
Dios enfatiza mucha la reflexión a partir objetos visuales, historia y parábolas, 
dramatizaciones y visiones, fiestas, ceremonias y experiencias de vida. 
Como grupo preparen lecciones para cada una de las arriba mencionadas formas que Dios usa 
para enseñar a su pueblo. 
1. Escoger un pasaje bíblico y mencionar cómo podrían enseñarlo con objetos. 
2. Escoger una parábola que Jesús usó y reescribirla de manera contemporánea. Es decir, si 
Jesús estaría HOY con nosotros, ¿cómo relataría la parábola del hijo pródigo, o la parábola 
del buen samaritano? Escribirla y leerla en clase. 
3. Planear una dramatización para enseñar la importancia de no confiar en “dioses ajenos”, 
sino sólo en Dios (Isaías 20). Practicarla y presentarla en clase. 
 
 
 
 
 
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Métodos 
 
Dios no sólo se revela por medio de su Palabra y de su Hijo Jesucristo (2 Tim 3:16-17; 2 
Pe 1:19-21; Heb 1:1-4), sino también a través de su creación (Sal 19; Rom 1:18-21). Es 
por eso, que cristianos no sólo necesitan estudiar la Biblia a través de la teología, sino 
también necesitan estudiar creación a través de las ciencias. 
 
 
 
Debido a que en pedagogía cristiana se trabaja con seres humanos—que son parte de la 
creación de Dios—es necesario hacer uso de teorías empíricas y científicas. Por supuesto, 
éstas necesitan estar en consonancia con los presupuestos teológicos. Lastimosamente, 
esto no siempre sucede. Con mucha razón el educador Ted Ward ha hecho la siguiente 
observación: educación cristiana a veces no es lo uno ni lo otro; es decir, no es ni 
educación ni es cristiana. Es por eso que es muy necesario analizar—aunque sea 
brevemente—las teorías de aprendizaje y del desarrollo humano a partir de la perspectiva 
de una cosmovisión cristiana. 
 
Principales Conceptos acerca de Aprendizaje 
 
¿Qué significa aprender? Ward menciona que existen tres principales perspectivas acerca 
de lo que significa aprender (1995, pp. 8-10). 
 
Aprender Como Adquisición de Conocimiento 
 
En esta perspectiva se concibe a la mente humana como un depósito en el cual se 
almacena conocimiento. La función de la mente es adquirir, clasificar, y guardar 
información para que sea rápidamente accesible. Cuando hay problemas de acceso, esto 
se debe a que el sistema de almacenaje tiene grietas/fisuras que causan la pérdida de 
información, a que la mente no ha clasificado y fichado la información correctamente, o a 
que la ha guardado en un lugar equivocado. Dentro de esta perspectiva de aprendizaje, la 
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función de la enseñanza es organizar y presentar información en una manera lógica y 
memorable. 
 
Aprender Como Adquisición de Respuestas 
 
Esta perspectiva enfatiza que aprendizaje es un proceso de poder conectar ciertas 
respuestas a ciertos estímulos. Cuando la mente es presentada con una tarea determinada, 
su función es responder de una manera determinada. Si responde con la manera correcta, 
entonces esto es evidencia de que ha ocurrido aprendizaje. De ahí que, enseñar consiste 
en condicionar a los estudiantes a poder responder de manera “correcta” a ciertas tareas o 
preguntas. 
 
Aprender Como Construcción de Conocimiento 
 
Desde esta perspectiva se ve al estudiante como alguien quien descubre, construye, y 
organiza. Aprendizaje no es tanto una cuestión de almacenar y clasificar información ni 
de responder con conexiones mecánicas, sino de “hacer significado”. Es decir, que 
reorganizar y entretejer nuevas informaciones y experiencias con aquellas que ya se tenía, 
construyendo algo nuevo y significativo. De ahí que, enseñar consiste en ayudar a 
estudiantes a procesar nuevas experiencias e informaciones de manera que puedan hacer 
conexiones significativas entre lo “viejo” y lo “nuevo”. 
 
 
Principales Teorías de Desarrollo Humano y de Aprendizaje 
 
Los conceptos de aprendizaje y enseñanza recién mencionados responden a ciertas 
teorías. Básicamente pueden ser clasificadas en teorías que enfatizan los aspectos 
externos, teorías que enfatizan los aspectos internos, y las que enfatizan la interacción de 
aspectos internos y externos. 
 
Teorías que Enfatizan lo Externo al Ser Humano 
 
1. Por un lado, están las teorías mecánicas o deterministas que conciben a la persona 
como una máquina y sostienen que toda conducta es determinada por el medio ambiente. 
Los estímulos externos causan una respuesta o reacción en la persona. Es decir, la 
conducta es re-activa o consecuencia de presiones externas. 
 
Algunos representantes teóricos son los siguientes los psicólogos norteamericanos John 
B. Watson (1878-1958) y Edward L. Thorndike (1874-1949) quienes aplicaron los 
conocimientos del fisiólogo ruso Ivan P. Pavlov (1849-1936) y fueron los proponentes del 
conductismo o behaviorismo. La conducta del ser humano puede ser condicionada por 
castigos y recompensas. Ha sido muy popular debido a que es altamente “científica”, es 
decir, se concentra en lo observable, medible, y verificable, y porque “funciona”, ya que 
se obtienen resultados bastante rápidos. Además, ha sido atractiva pues saca la 
responsabilidad del ser humano, ya que todo se debe al medio ambiente (personas, 
ambiente, etc.). Sin embargo, no tiene en cuenta aquellos factores humanos que no son 
empíricamente verificables, como ser las emociones, la moral, etc. Tampoco muestra 
respeto por el ser humano, ya que lo manipula desde afuera asumiendo que la persona que 
modifica la conducta es la que sabe lo que es mejor para la persona que es modificada. Y 
aunque también la Biblia habla de modificación de conducta en base a castigo y 
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recompensas (ej., Deut 11:13-17; 2 Tim 4:7-8), no lo reduce a esto, sino apela al amor 
como motivación de lo que se hace. 
 
2. Por otro lado, están pedagogos tales como Johann Friedrich Herbart (1776-1841). 
Aunque Herbart no puede ser considerado como parte del conductivismo, sin embargo es 
parte de quienes enfatizan lo externo por sobre lo interno en la enseñanza. Este pedagogo 
alemán elevó la enseñanza al nivel de ciencia. Insiste en una presentación sistemática de 
información según el siguiente proceso: (a) preparación: ayudar al estudiante a ser 
consciente de aquello que ya sabe, (b) presentación: presentar ideas nuevas, (c) 
asociación: indicar las semejanzas y diferencias entre lo que ya se supo con lo nuevo, (d) 
generalización: generalizar las nuevas ideas concretas al nivel de abstracción y 
generalización, y (e) aplicación: a través de la cual se ayuda al estudiante a usar la nueva 
generalización pararesolver problemas nuevos que surgen. Para Herbart la enseñanza es 
lo primordial, es decir, ayudar al alumno a hacer conexiones entre lo “viejo” y lo 
“nuevo”. Se presupone que saber es principalmente un asunto de conocer, y que 
sentimientos, voluntad y acción son derivados automáticamente del conocimiento. Sin 
embargo, conocimiento no siempre resulta automáticamente en amor y acción, sino que 
mucho más suele ser el resultado de acciones. Sólo saber no es una virtud (Sal 111:10; 
Stg 4:17; Rom 7:15,18-19). 
 
 
Teorías que Enfatizan lo Interno del Ser Humano 
 
1. Por un lado está la teoría desarrollada por el psicólogo Sigmund Freud (1856-1939) 
(1896-1980). Enfatiza que las personas y su conducta son controladas por impulsos psico-
sexuales innatos que están más allá de su control. Variante de esta teoría es la que 
desarrolló Erik Erikson (1902-1994), quien también enfatizó que la conducta del ser 
humano se desarrolla por etapas, pero que éstas en vez de estar determinadas por 
impulsos psico-sexuales lo son por impulsos/crisis psico-sociales. Según estas teorías la 
conducta es pro-activa, es decir, actúa sobre el medio ambiente debido a impulsos 
internos. Las teorías desarrolladas por estas personas enfatizan lo interno, lo “místico”, lo 
no visible de las personas. Su fundamental debilidad es el sobre-énfasis en los impulsos o 
las fuerzas internas sin un énfasis adecuado en la habilidad de la persona de controlar su 
conducta. Ofrece ayudas para terapia debido a su énfasis en aspectos inconscientes de la 
conducta, pero no ofrece muchas ayudas para los/as educadores/as. 
 
2. Por otro lado, existen teorías desarrolladas por pedagogos tales como Jean-Jacques 
Rousseau (1712-1778), Johann Heinrich Pestalozzi (1746-1827), y Friedrich Froebel 
(1782-1852). Ellos enfatizan que lo tarea de los educadores es desarrollar el potencial 
interno de los alumnos. Enseñar no es primordialmente una actividad en la cual se impone 
el contenido desde afuera del estudiante, sino es una actividad en la cual se trata de 
“sacar” desde adentro los poderes intelectuales y morales que trae consigo estudiante. 
Contenido nuevo no es introducido por el profesor hasta que el estudiante sienta la 
necesidad para ello. 
 
3. En una dirección algo diferente, pero también enfatizando lo interno o personal, están 
existencialistas, como ser Jean Paul Sartre. Enfatiza que lo único que se puede confiar es 
la propia experiencia. La verdad sólo puede ser encontrada por la persona misma y la 
construcción de significado por ella misma. Esto por cierto puede llevar en última 
instancia a la desesperación y a la absoluta relatividad. 
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Por cierto que la Biblia enfatiza la experiencia como una fuente de aprendizaje, pero si 
sólo se enfatizan los factores internos del ser humano, esto lleva a un relativismo 
emocional centrado en el individuo, y a la simple autorrealización. Cristianos creen que la 
Biblia contiene verdad absoluta y normas autoritativas (externo). 
 
 
Teorías que Enfatizan una Interacción entre Factores Externos e Internos 
del Ser Humano 
 
Enfatizan que hay una interacción entre el medio ambiente y el ser humano. Por un lado 
están aquellos que enfatizan teorías de desarrollo cognoscitivo y los que enfatizan teorías 
humanistas. 
 
1. Teorías de desarrollo cognoscitivo: el énfasis está en la habilidad de la mente para 
desarrollar y organizar. Cambios en la conducta están relacionados con el desarrollo de la 
capacidad de la mente. Se concibe al ser humano como capaz de planear, controlar, y 
asumir responsabilidad en forma activa. Entre los teóricos se encuentran Jean Piaget 
(1896-1980), Lawrence Kohlberg, James Fowler, Jerome Bruner, David Elkind. 
 
2. Teorías humanistas: Los humanistas reaccionaron contra el determinismo de los 
conductistas y de los psicoanalistas. Ellos enfatizan que las personas desarrollan su 
potencial en relaciones; pueden usar su voluntad para determinar su propio destino; 
pueden hacer decisiones acerca de sus vidas (ej.: Carl Rogers). 
En general, estas teorías enfatizan que la conducta humana es interactiva. A veces puede 
ser más re-activa, y otras más pro-activa. Pero, respetan debidamente que el ser humano 
tiene autonomía—no es máquina—y que a la vez es un ser social que es influenciado por 
otros y el medio ambiente. Juan Amos Comenio es un representante de aquellos que 
tratan de tener un balance entre factores externos e internos en la educación. 
 
También se puede decir que estas teorías son las que más se acercan al cuadro que la 
Biblia nos presenta del ser humano: por un lado enfatiza que es un ser responsable y pro-
activo, y a la vez, enfatiza que es un ser influenciable y re-activo. 
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Perspectivas Claves acerca de Aprendizaje en las 
Teorías de Desarrollo 
 
Las teorías de desarrollo presentan las siguientes perspectivas tanto acerca de alumnos 
como de profesores: 
 
1. El desarrollo y crecimiento en todas las áreas de las personas provienen principalmente 
de procesos internos. En otras palabras, nada ni nadie puede producir crecimiento, ya que 
el crecimiento viene desde adentro. Esto no significa que no se tome en serio al medio 
ambiente, ya que sin estímulos externos no habría crecimiento. Sin embargo, el medio 
ambiente (enseñanza, la atmósfera de la clase, las ayudas visuales, etc.) no puede de por 
sí causar crecimiento y desarrollo. Para que éstos ocurran el individuo necesita interactuar 
activamente con los estímulos externos. Interactuación con los estímulos requiere de un 
proceso interno en el que la persona “hace significado” de la información y los datos de 
su experiencia y los integra a su manera de pensar, sentir, y/o actuar. 
 
 
 
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2. Procesos y operaciones internas causan crecimiento, desarrollo, y aprendizaje. Dichos 
procesos son dados por Dios, y a través de ellos las personas pueden entender por sí 
mismas la realidad que les rodea. Las personas pasan por diferentes etapas de desarrollo y 
cada una de ellas permite el uso de determinados procesos dados por Dios (ej.: procesos 
de captación de datos, de clasificación, de generalización, de abstracción, etc.). 
 
3. El medio ambiente contribuye al crecimiento y desarrollo, pero no puede causarlos. Es 
similar al crecimiento de una semilla. Si la semilla no está viva o sigue estando en un 
sobre, ningún estímulo del medio ambiente (tierra, abono, aire, agua, luz) podrá producir 
crecimiento ni desarrollo. Éstos sólo sirven cuando la semilla está viva y cuando 
comienza a interactuar con estos estímulos. 
 
4. Desarrollo es un cambio interno dependiente de cómo la persona procesa sus 
experiencias. Estos procesos van de lo simple a lo más complejo a medida que la persona 
va dándose cuenta de la necesidad de mayor complejidad. Cuando respuestas a sus 
interrogantes parecen ser demasiado simplistas, entonces buscan nuevas perspectivas, 
nuevas maneras de comprender cuestiones, y de “hacer significado”. 
 
 
Presupuestos en que se Basan las Teorías de Desarrollo 
 
1. Los seres humanos son más similares que diferentes entre sí. Hay ciertos procesos 
básicos y maneras estructuradas para aprender y que son similares a todas las personas. 
Todas las personas necesitan interactuar con su medio ambiente y con otros y necesitan 
adaptar sus experiencias con el medio ambiente, las personas, las ideas, y sus propios 
pensamientos. 
 
2. Sólo los seres humanos serán humanos. El aprendizaje de los seres humanos es 
cualitativamente diferente que el aprendizaje de los animales. En otras palabras, no 
podemos tratar a seres humanos que aprenden como si fueran ratas, palomas, ratones, o 
alguna mascota. Nuestra enseñanza necesita reflejar nuestra cosmovisión humana. 
 
3. Los seres humanos fueronhechos para crecer. Aquellos que no crecen y se desarrollan 
tienen alguna disfunción o enfermedad. 
 
4. El crecimiento puede ser desigual. No todas las personas alcanzan los máximos niveles 
de maduración, ni con el mejor contenido en las áreas de desarrollo espiritual/fe y moral. 
 
5. Los patrones de desarrollo son parte inherente de la naturaleza de la persona. Es deber 
de los profesores conocer dichos patrones con sus respectivos procesos para facilitar de la 
mejor manera el aprendizaje. 
 
6. Patrones de desarrollo no pueden ser alterados en maneras significativas. Ej.: no se 
puede pedir que un niño de cuatro años haga generalizaciones o abstracciones teológicas. 
 
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7. Los seres humanos son seres integrales. Las personas tienen seis áreas: físico, 
cognoscitivo, social, afectivo, moral, y espiritual/fe. Al enseñar no se puede ignorar 
ninguno de ellas, ya que todas se afectan unas a otras. 
 
8. El medio ambiente externo favorece u obstaculiza el desarrollo, pero no lo controla. 
Profesores debieran ser agentes que favorecen el aprendizaje, y no agentes que lo 
obstaculizan. Necesitan contribuir a que alumnos recuerden con aprecio, con reflexión, 
con práctica y con regularidad. 
 
9. Desarrollo presupone un cambio básico en las categorías internas que se usan para 
“hacer significado” de las experiencias que se tienen. Aprender no significa simplemente 
aprender nuevas habilidades y añadirlas a aquello que uno ya sabía. Aprender incluye un 
cambio en la manera de procesar las respuestas que se dan a ideas, otras personas, y 
eventos. 
 
10. Desarrollo y aprendizaje puede frustrarse y estancarse. No todas las personas llegan a 
desarrollar y crecer hacia aquello para lo cual fueron creadas. A veces esto se debe a que 
prefieren permanecer en su zona de confort en vez de pasar por momentos de 
desequilibrio. Otras veces se debe a que el medio ambiente no estimuló el crecimiento. 
 
Elementos Básicos de Desarrollo Cristiano 
 
Cuando consideramos las teorías de desarrollo desde un marco de referencia cristiano y 
bíblico, entonces necesitamos mencionar algunos elementos básicos: 
 
1. La realidad de Dios: ¡Dios es! Reconocemos la realidad del Dios Trino, y comenzamos 
el proceso de enseñanza/aprendizaje con esto supuesto. 
 
2. La realidad de las Escrituras: la Biblia es inspirada por Dios y es la fuente de 
revelación especial que El usa para darse a conocer a los seres humanos. Sin esta 
revelación, la humanidad sigue en tinieblas. 
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3. La realidad de influencias ambientales: los seres humanos están inmersos en una 
realidad geográfica, social, cultural e histórica. Estas realidades ejercen una influencia 
sobre ellos, que puede ser buena, mala, o neutra. 
 
4. La realidad de la influencia del pecado tanto sobre individuos como sobre ambientes: el 
pecado trata de frustrar la voluntad de Dios para la creación, incluyendo el desarrollo para 
aquellos para lo cual fue creada. Es por eso que necesitamos la intervención del Espíritu 
Santo en el proceso de enseñanza/aprendizaje. 
 
5. La realidad de la responsabilidad personal para el desarrollo: cada persona necesita 
tomar responsabilidad por su desarrollo. Aunque no puede escoger del todo el ambiente 
en que vive, sí puede escoger hasta cierto grado bajo qué estímulos vivir (ej.: qué 
programas de TV ha de ver), y qué efecto seguirán teniendo sobre su persona (ej.: 
injusticias que le pasaron en el pasado). 
 
6. La realidad de valores cognitivos, morales y espirituales basados en la naturaleza de 
Dios: estos valores están revelados en cinco estructuras principales y que son 
fundamentales para todos los seres humanos en el mundo: sabiduría, justicia, 
misericordia, verdad, y amor (Prov 3:13, 19-20; Is 45:18-25; Rom 3:25-26; 5:8). Son 
atributos de Dios y son estructuras básicas y profundas sobre las cuales las relaciones 
humanas están construidas. 
 
7. La realidad de etapas de desarrollo discernibles, descriptibles, y medibles: el universo 
fue creado en forma ordenada y estructurada, y no en forma caótica. Los seres humanos—
inclusive los que no profesan ser cristianos—pueden discernir el orden creado. 
 
8. La realidad del valor positivo de la vida humana: la vida humana tiene valor pues está 
hecha a imagen de Dios. Esto incluye el pensamiento auto-reflexivo, el juicio moral y la 
justicia, bueno y malo, amor ágape, comunidad y comunicación. La imagen de Dios ha 
sido dañada por el pecado, redimida por Cristo, y está siendo restaurada por el Espíritu 
Santo que vive en la persona. 
 
9. La realidad de las contribuciones de la teología cristiana: estas contribuciones son 
especialmente pertinentes en las áreas del desarrollo moral y de fe. Por ejemplo, para 
Kohlberg el fin último del desarrollo moral es la justicia, y lo define como tratar a todos 
los seres humanos por igual. Sin embargo, la teología bíblica enfatiza que el fin último es 
el amor ágape. O en el desarrollo de fe, no basta llegar a usar estructuras de fe maduras; 
también es necesario que estas estructuras se alimenten con un contenido bíblico. 
 
10. La realidad de la relación entre reflexión bíblica con las observaciones empíricas: 
aunque las teorías de desarrollo pueden describir lo que es, esto no es suficiente. Hay una 
necesidad de “hacer significado” de aquello que es. En otras palabras, es necesario hacer 
preguntas acerca del significado y del valor de aquello que se observa, y para ello es 
necesario no estancarse con marcos de referencia empíricos, sino trasladarse a marcos de 
referencia metafísicos y ontológicos. Los cristianos ven a la creación como un reflejo del 
Creador y se dirigen a la Biblia para descubrir el significado de lo observado. 
 
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TRES METÁFORAS/MODELOS EN EL 
PROCESO ENSEÑANZA-APRENDIZAJE 
 
 
1. Modelo Fábrica 
 
- Basado en metas precisas que necesitan ser alcanzadas en un tiempo 
establecido. 
 - Tiene la tendencia de ser mecánico y simplista. 
 
- Predominan valores tales como la eficiencia, el control, la 
predictibilidad, y la medición. 
 
- Los objetivos necesitan ser cuantificables. Suele ser basado en metas de largo alcance que 
están subdivididas en varios pasos de corto alcance. Éxito es medido en base a números y 
con gráficos. 
 
- Predomina el concepto de la naturaleza caída de los/as estudiantes y un alto concepto de la 
autoridad de las Escrituras. Debido a ello profesores aceptan responsabilidad por los/as 
estudiantes y por todo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Estudiantes son la materia prima 
que

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