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Lección 4 El problema del sufrimiento I

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El problema del sufrimiento
CAPELLANÍA EDUCATIVA
I. DESARROLLO DEL CONCEPTO SUFRIMIENTO
El sufrimiento es un tema siempre presente en la historia de la humanidad. Los medios de comunicación narran situaciones desgarradoras en torno al sufrimiento humano. Día a día vemos cómo la gente enfrenta el infortunio por diversas razones, muchas de las cuales no pueden ser controladas por la persona que sufre, quien tampoco puede hallar una solución satisfactoria. El problema del sufrimiento crea grandes interrogantes para los estudiosos del tema y es analizado desde perspectivas filosóficas, teológicas, antropológicas, éticas, sociológicas y psicológicas. El dilema del dolor y del sufrimiento ha representado un reto para el pensamiento humano desde la antigüedad. Dentro del cristianismo, también es motivo de reflexión y análisis para los estudiosos de la Biblia y de la teología.
	Desde una perspectiva psicológica, el sufrimiento representa el sentido de lo que no queremos, de lo que nadie puede querer para sí mismo. Ante la realidad del sufrimiento, el humano experimenta miedo, y ese miedo ya implica sufrimiento. El sufrimiento abarca el dolor físico producido por la enfermedad y también el aspecto moral, que muchas veces resulta más doloroso que el primero. 
	El sufrimiento es un fenómeno complejo. Algunas personas tienen la tendencia a clasificar el dolor físico como sufrimiento, pero es mucho más que un simple dolor físico, malestar, sensación de desagrado o incomodidad. Estos síntomas son señales de alerta o indicadores de que el funcionamiento normal del organismo se ha alterado. Cuando los síntomas crecen en intensidad y la persona está a merced de la situación, se crean tensiones, angustias, incertidumbres e inseguridades que generan sufrimiento en la persona afectada y en sus familiares y amigos.
Desde la perspectiva de la capellanía, el problema del sufrimiento humano, y su impacto sobre la conducta humana, no puede ser ignorado. El Departamento de Capellanía no puede tener ejerciendo el oficio de capellanía a personas con actitudes prejuiciadas en relación al sufrimiento humano. Es indispensable que el capellán cultive un concepto apropiado respecto al sufrimiento humano, de manera que pueda ayudar a la persona que sufre, sin menoscabo del derecho que ésta posee de retener su dignidad e integridad como persona. La persona que sufre necesita todo el apoyo que otras personas puedan darle, sin emitir juicio respecto al porqué de su sufrir. 
En ocasiones, la persona lo más que necesita es una persona dispuesta a escucharle y le transmita la idea de que su vida posee significado para otros. 
El término sufrimiento tiene diferentes connotaciones. Según el Diccionario de Teología Harrison (1985:507), en el lenguaje hebreo existen diferentes palabras para comunicar la idea del sufrimiento:
1. El término yasar implica que sirve para "disciplinar" (Os 10:10), "instruir" (Sal 2:10) y "castigar" (Jer 6:8).
2. La expresión ana presenta la idea de "hacer violencia contra otro" (Gn 15:13), "humillar" (Nm 24:24), "ser afligidos" (Sal 107:17).
3. El término sarar significa: "atar" o "apretar fuertemente", de ahí se deriva el sentido de "estar en apuros, en aflicción" (Jer 10:18). En el Nuevo Testamento, el verbo que común mente significa "sufrir" es pascho, y básicamente su significado es "experimentar"; en griego representa "experiencias desagradables y aflicciones".
El problema del sufrimiento ha provocado problemas teológicos, los cuales habían sido esbozados por el filósofo griego Epicuro:
Si Dios desea evitar el sufrimiento, pero no puede, entonces es impotente; si pudiera evitarlo y no lo hace, entonces es malévolo; y si tiene ambas cosas, el deseo de evitarlo y el poder. para hacerlo, ¿de dónde viene entonces el mal?
Ese mismo dilema fue planteado por un rabino judío: Harold S. Kushner (1985) en su libro: Cuando las cosas malas le pasan a la gente buena. El libro presenta la preocupación universal sobre la injusta distribución del sufrimiento en el mundo y el papel que desempeñan Dios, el ser humano y el universo frente al sufrimiento del justo. Kushner presenta la gama de reacciones que sacuden a los humanos ante la tragedia, la incongruencia entre los conceptos tradicionales de Dios y la realidad de la vida del que sufre, los problemas conceptuales que se originan y la lucha del creyente por retener su integridad rebasando su crisis personal.
	A través de su reflexión teológica, Kushner afirma que:
Dios no es el causante de nuestro infortunio. Si Dios continúa siendo el Dios de la justicia y no del poder, nos queda la esperanza de que el aún puede estar de nuestra parte.
Kushner se percató de que la Biblia no da apoyo a los conceptos tradicionales en torno al éxito o al fracaso. Tradicionalmente, se ha creído que la persona íntegra y fiel a Dios vive en bendición y en abundancia y no enfrenta calamidades porque Dios la protege. Todo lo contrario, se cree que le sucede al injusto; a este sí le sobreviene el infortunio, ya que Dios desea disciplinarle como castigo por el pecado. El Salmo 121:1-2 dice: "Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene del Señor". No dice: "mi dolor viene del Señor" o "mi tragedia viene del Señor" sino, "mi socorro viene del Señor". Cuando analizamos la expresión del salmista, nos percatamos de que hay convicción y certeza de que Dios no desamparará al creyente, sino que proveerá el oportuno socorro.
Jesús, durante su ministerio terrenal, no nos dejó ninguna fórmula respecto a la razón y origen del sufrimiento. Sin embargo, presentó una alternativa abriendo un camino de victoria frente al sufrimiento. 
Jesucristo vivió en triunfo en medio y a pesar del sufrimiento. El secreto de su triunfo fue que como "el Siervo Sufriente" vivió en total identificación sumisa con la voluntad del Padre y fue apto para tratar con el aguijón de la muerte en forma triunfante (1 Co 15:55). Dios comisionó y capacitó a Cristo para impartir su triunfo y transmitir la vida a aquellos que se identifican con él en sumisión a la voluntad del Padre. 
Harrison (1985:507) cita a Julián C. McPheeters:
El problema del sufrimiento no puede divorciarse del problema más amplio y profundo del mal moral. La solución final al misterio del dolor es la reconciliación con Dios. El triunfo de esta re conciliación efectúa esto: "Todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios". La cruz es la apologética cristiana, la visión sublime y majestuosa de la gloria de Dios, revelada en su Hijo (Heb 12:2),
En el mensaje cristiano encontramos la revelación de un Dios sufriente que rebasa el sufrimiento con la auto negación de sí mismo, anulando el poder destructivo del sufrimiento y proveyendo libertad al ser humano cautivo. En la reconciliación, el ser humano se identifica con el Dios sufriente, ocurriendo una transmutación de sus propios sufrimientos (Ro 8:15-17), a la par que se apropia por la fe en Jesús de la victoria sobre el sufrimiento. Basados en esa experiencia, el creyente desarrolla una profunda convicción de su total liberación gracias a la intervención de Cristo en su vida, pasando del pesimismo al optimismo, de la confusión e inseguridad a la esperanza emancipadora del sufrimiento (Ap 21:4) por la fe en Jesús.
REPASO
1. ¿Por qué existe tanto sufrimiento en el mundo? 
2. Considera que Dios desea que el ser humano sufra para que llegue a ser mejor? Si su respuesta es negativa, presente argumentos a favor de que Dios no es el autor del sufrimiento. 
3. Contraste los planteamientos teológicos del filósofo griego Epicuro con los del rabino judío Harold S. Kushner y lo que nos dice el Salmo 121:1-2 en relación al sufrimiento humano.
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