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VICTORIA SOBRE LAS EMOCIONES - CONSEJERÍA BÍBLICA 01 - June Hunt

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Contenido
3. Laira
45.Anorexiaybulimia
66.Ladepresión
115.Laenvidiayloscelos
125.Eltemor
151.Laculpa
178.Lasoledad
191.Excesoenelcomer
204.Elsuicidio
229.Lapreocupación
1421 
 
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“Consultes hoy la palabra de Jehová”. 
1 Reyes 22:5 
La ira 
Cómo actuar en vez de reaccionar 
por June Hunt 
Ese día comenzó como cualquier otro, pero terminó como ninguno, pues le dio rienda suelta a su ira y… 
como resultado, tuvo que huir para salvar su vida. 
Él formaba parte de una minoría maltratad y perseguida, pero no por haber hecho algo malo, sino porque se 
les consideraba una amenaza. Pero él fue criado con muchos privilegios en el palacio del rey, lejos de la 
cruda realidad y del trato inhumano que recibían sus paisanos. Pero cuando presenció la injusticia, día tras 
día y año tras año, no pudo soportarlo más. Al ver cómo uno de su propio pueblo sufría bajo los golpes 
inhumanos de un egipcio, Moisés se llenó de ira y lo atacó. En un instante mató al egipcio y trató de ocultar 
su cuerpo enterrándolo en la arena. Pero esa acción llena de impetuosa ira no quedó impune. Cuando la 
noticia del asesinato llegó a oídos del Faraón, Moisés temió por su vida y huyó. (Véase Éxodo capítulo 2). 
Al estudiar la vida de Moisés podemos observar que en él residían tanto el poder como los problemas 
potenciales inherentes a su carácter. ¿Alguna vez la ira ha nublado su buen juicio al punto de haber actuado 
de manera irracional… y sigue lamentándolo? En última instancia, usted tiene la decisión de actuar con 
sabiduría o reaccionar neciamente. Moisés hizo ambas cosas en el transcurso de su vida. (Y así como él, 
podemos aprender a controlar nuestra ira; podemos aprender a actuar ¡en vez de reaccionar!. 
“El necio da rienda suelta a toda su ira, mas el sabio al fin la sosiega”. 
(Proverbios 29:11) 
I. DEFINICIONES 
Es comprensible que Moisés haya sentido ira por causa del trato injusto que recibía uno 
de sus hermanos, pero lo que hizo como consecuencia le acarreó problemas. Moisés 
permitió que sus emociones lo controlaran. Cometió un crimen pasional y asesinó a un 
hombre. El tenía razón en cuanto a la injusticia, pero su reacción estuvo equivocada. La 
volatilidad de su carácter reveló que todavía no estaba preparado para la obra que Dios 
había planificado para su vida. Como resultado, Dios envió a Moisés a vagar por el 
desierto por cuarenta años para que aprendiera que fracasaría si quería rescatar a su 
pueblo a su manera. Moisés necesitaba asimilar muy bien esa lección para que el Señor 
lo convirtiera en el líder piadoso que él necesitaba para hacer su voluntad usando su 
manera sobrenatural. Moisés había tratado de ganarse el respeto de los israelitas 
tratando de salvarlos. Pero en lugar de ello, su ira descontrolada hizo que lo 
despreciaran. 
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“ “Pero él pensaba que sus hermanos comprendían que Dios les daría libertad por mano 
suya; mas ellos no lo habían entendido así”. 
(Hechos 7:25) 
A. ¿Qué es la ira? 
Lo que comenzó como una chispa por la rabia que sintió Moisés en su corazón, 
pronto se convirtió en un fuego mortal. Quizás nadie notó las centellas de ira que 
había en sus ojos, pero su espíritu se consumió por el calor del enojo. ¿Qué hace 
usted cuando sus pensamientos y sentimientos están llenos de enojo? Los bomberos 
saben el peligro que representa permitir que una llama se salga de control. Están 
entrenados para reaccionar rápidamente. Usted también debe aprender a responder 
prontamente para tomar el control de la llama de la ira antes de que consuma su vida 
y destruya sus relaciones interpersonales. 
“El que fácilmente se enoja hará locuras”. 
(Proverbios 14:17) 
• La ira es una fuerte emoción de enojo que surge cuando no se cumple una 
necesidad o expectativa. 
“El hombre iracundo levanta contiendas, y el furioso muchas veces peca”. 
(Proverbios 29:22) 
• La ira es el combustible de lo que la Biblia describe como una persona con un 
temperamento ardiente o impetuoso. 
“El hombre iracundo promueve contiendas; mas el que tarda en airarse 
apacigua la rencilla”. (Proverbios 15:18) 
• La palabra hebrea que se usa en el Antiguo Testamento con mayor frecuencia 
para hablar de la ira es aph, que literalmente significa “nariz o fosas nasales”. 
En forma figurada describe la forma en que las fosas nasales se distienden 
cuando se expresa el furor. Con el tiempo, aph llegó a representar todo el rostro 
del iracundo como se observa en dos antiguas expresiones hebraicas: 
—“De cara (o nariz) larga” significaba… lento para la ira. 
“Clemente y misericordioso es Jehová, lento para la ira, y grande en 
misericordia”. (Salmos 145:8) 
—“De cara (o nariz) corta” significaba… rápido para airarse. 
“No te entremetas con el iracundo, ni te acompañes con el hombre de 
enojos”. (Proverbios 22:24) 
• La palabra ira en el Nuevo Testamento proviene del griego orge que significaba 
en su forma original “cualquier impulso o deseo natural,” pero después vino a 
representar “el enojo, la más fuerte de las pasiones”. A menudo se traduce “ira” 
para indicar su naturaleza poderosa y duradera. 
1423 
 
“Pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino 
que obedecen a la injusticia”. (Romanos 2:8) 
B. ¿Cuál es la magnitud de la ira? 
Del mismo modo que el calor, la ira tiene muchos grados. Va desde una irritación 
leve y controlada hasta las ardientes explosiones descontroladas. Por ello, la ira es 
un término muy amplio que abarca muchas emociones. 
“Simeón y Leví son hermanos; armas de iniquidad sus armas. En su consejo no entre mi 
alma, ni mi espíritu se junte en su compañía. Porque en su furor mataron hombres, y en su 
temeridad desjarretaron toros. Maldito su furor, que fue fiero; y su ira, que fue dura. Yo 
los apartaré en Jacob, y los esparciré en Israel”. 
(Génesis 49:5–7) 
• Indignación es la cólera provocada por una injusticia evidente que se considera 
justificada. Jesús se “indignó” cuando sus discípulos querían prohibir a unos 
padres traer a sus hijos para que los tocara y los bendijera. 
“Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo 
impidáis; porque de los tales es el reino de Dios” (Marcos 10:14). 
• Ira es el enojo ardiente que inspira deseos de venganza. Muy seguido pasa de 
ser un sentimiento para convertirse en una expresión externa de enojo. En 
Romanos 1:18 Dios expresa su ira al hablar del castigo divino que merecen los 
que pecan deliberadamente. 
“Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e 
injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad”. (Romanos 
1:18) 
• Furia es la cólera arrebatada y terrible que hace que la persona pierda el 
sentido común. La palabra furia sugiere que la fuerza del estallido la mueve a 
dañar o destruir. Algunos miembros del Sanedrín estaban tan enfurecidos contra 
Pedro y los demás apóstoles por proclamar que Jesús era Dios que “querían 
matarlos” (Hechos 5:33). Por eso la Biblia declara que: 
“Cruel es la ira, e impetuoso el furor”. (Proverbios 27:4) 
• Rabia es la furia violenta que provoca la pérdida del dominio propio, un 
estallido de violencia y locura temporal. Después de una explosión de ira, 
cuántas veces hemos oído la expresión de remordimiento: ¡No puedo creer que 
haya hecho eso!”. Sin embargo, todo aquel que continúa ventilando su ira hacia 
los demás, incluyendo a Dios, se dan cuenta de que están derrotados por sus 
propias decisiones destructivas y sus relaciones interpersonales destruidas. 
“La insensatez del hombre tuerce su camino, y luego contra Jehová se irrita su 
corazón”. (Proverbios 19:3). 
1424 
 
C. ¿Cuáles son los malos entendidos acerca de la ira? 
¿Considera usted que la ira es siempre negativa y pecaminosa? ¿Intenta esconder su 
ira de los demás y aun de sí mismo? Los malos entendidos acerca de este tema le 
dan a esta emociónuna reputación ¡bastante negativa! Si negamos el propósito de 
Dios para la ira y tratamos de esconder nuestros verdaderos sentimientos, tal vez 
lleguemos a ser esclavos de la culpabilidad falsa indefinidamente. La Biblia dice: 
“He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender 
sabiduría” 
(Salmos 51:6). 
PREGUNTAS ACERCA DE LA IRA 
PREGUNTA: “¿Es pecado enojarme?” 
RESPUESTA: No. La emoción inicial de enojo nos fue dada por Dios. Pero la forma 
en que usted responde o expresa la ira determina si ésta se convierte en pecado o 
no. La Biblia dice: 
“Airaos, pero no pequéis”. (Efesios 4:26). 
PREGUNTA: “¿Cómo puedo evitar sentirme culpable cuando me enojo?” 
RESPUESTA: Su enojo es señal de que algo no está bien, así como la luz roja que se 
enciende en el tablero de su automóvil le avisa de que algo anda mal. Su 
propósito es alertarlo para que tome un curso de acción… para que haga un alto, 
evalúe el mal que está sucediendo y luego tome la acción adecuada. Jesús se 
enojó con los líderes religiosos hipócritas que interpretaban el “día de descanso 
del sábado” en forma extremosa al grado de querer castigar un acto de sanidad 
en ese día con la pena de muerte. Como resultado de ello, él restauró a un 
hombre que tenía una mano seca en el día de reposo. 
“Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus 
corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue 
restaurada sana”. (Marcos 3:5) 
PREGUNTA: “¿Cómo es posible que un Dios de amor también sea un Dios de 
ira?” 
RESPUESTA: Por el gran amor que Dios nos tiene, él se aíra contra cualquier 
persona o cosa que se interponga en su plan perfecto para nuestra vida. La ira de 
Dios nunca se separa de su amor. Él expresa su ira para nuestro propio bien. 
“Porque un momento será su ira, pero su favor dura toda la vida”. (Salmos 
30:5) 
1425 
 
PREGUNTA: “¿Puede enojarse una persona, aunque no lo parezca?” 
RESPUESTA: Sí. Mucha gente tiene problemas para expresar o siquiera reconocer 
sus emociones. Han aprendido a negar, ignorar o reprimir su enojo 
escondiéndolo o enterrándolo en el fondo de su corazón. Sin embargo, no 
pueden ocultarlo de Dios, porque él ve y entiende todo. 
“Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su 
estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; 
pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el 
corazón”. (1 Samuel 16:7) 
D. ¿Cuál es el mal uso de la ira? 
Todos sentimos el ardor de la ira de vez en cuando, pero la forma en que la 
manejamos determina si estamos haciendo mal uso de ella o no. La llama pequeña 
que alumbra una hoguera confortable puede encenderse de un momento a otro si no 
tenemos cuidado y puede llegara convertirse en un espantoso incendio forestal. De 
la misma manera, la chispa inicial de la ira puede usarse para bien, pero si la 
sofocamos podríamos impedir que cumpliera su propósito. Evalúe si está 
manejando bien la ira. 
“Los hombres escarnecedores ponen la ciudad en llamas; mas los sabios apartan la ira” 
(Proverbios 29:8) 
• Enojo prolongado… “la olla hirviente” 
…es la ira prolongada que se mantiene por mucho tiempo. Por lo regular es 
resultado de un corazón incapaz de perdonar una ofensa pasada o a su ofensor. 
La falta de perdón en última instancia produce resentimiento y profunda 
amargura que afecta todas las relaciones interpersonales. 
EJEMPLO: 
“Nunca perdonaré la manera en que esa persona me trató hace muchos 
años”. 
“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna 
raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados”. 
(Hebreos 12:15) 
• Ira reprimida… la “olla de presión” 
…es la que pretendemos esconder o ignorar. Generalmente surge del miedo a 
enfrentar las emociones negativas. Esta clase de enojo produce un corazón 
engañoso que muestra falta de confianza en los demás. Cuando no se enfrentan 
y resuelven las emociones negativas con honestidad, surge la auto-compasión, el 
auto-desprecio y las dudas en cuanto a sí mismo. Finalmente, todas las 
relaciones interpersonales están destinadas al fracaso. 
EJEMPLO: 
1426 
 
“Yo nunca me enojo, quizás solamente me irrito en ocasiones”. 
“El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no 
hablen engaño”. 
(1 Pedro 3:10) 
• Ira provocada… la “mecha corta” 
…es la ira rápida e impaciente que se enciende o irrita instantáneamente. Un 
temperamento explosivo a veces se expresa en críticas o sarcasmo disfrazado de 
palabras provocadoras. 
EJEMPLO: 
“¡No puedo creer que hayas dicho eso! ¡Te comportas como un niño!” 
“No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los 
necios”. 
(Eclesiastés 7:9) 
• Ira explosiva… el “volcán amenazador” 
…es la ira poderosa, destructiva y difícil de controlar. Esta manera de 
expresar la furia se caracteriza por el pleito, la violencia y el abuso verbal 
contra los demás. 
EJEMPLO: 
“¡Estúpido, idiota! Si vuelves a hacerlo, ¡desearás no haber nacido!” 
Jesús nos da una advertencia contra los que suelen insultar a los demás: 
“Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y 
cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que 
le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego”. 
(Mateo 5:22) 
II. CARACTERÍSTICAS DE LA IRA 
Si un extraño nos traiciona, podemos sentirnos mal, pero cuando un amigo lo hace, es 
algo que nos hiere hasta lo más profundo de nuestra alma. Todo mundo espera tener 
oposición de sus enemigos, pero ¿qué sucede cuando ésta proviene de un amigo, de 
alguien que considera muy cercano, alguien como un “confidente”, o uno de los que 
forman su círculo íntimo de amigos? 
Un líder nacional supo lo que era la dureza de una traición así. Había actuado con 
sabiduría, había demostrado mucho valor y se ganó la confianza de su pueblo. Siempre 
estaba disponible para ellos y ellos lo sabían. Sin embargo, otro líder socavó su 
autoridad y creó tal disensión entre ellos, que robó la lealtad de 250 de sus subalternos. 
Eran hombres en quienes había confiado por muchos años, eran los que habían llegado 
a conocerlo mejor, le habían sido fieles a través del tiempo, pero ahora le daban la 
espalda. Sin embargo, Moisés no buscó la venganza personal, sino que llevó el asunto 
al Señor. 
1427 
 
“Entonces Moisés se enojó en gran manera, y dijo a Jehová: No mires a su ofrenda… a 
ninguno de ellos he hecho mal”. 
(Números 16:15) 
Podríamos justificar el enojo de Moisés porque él había aprendido a actuar en vez de 
reaccionar. Contuvo su ira, derramó su corazón a Dios y le rogó que tratara con sus 
ofensores. Por su lado, Dios aceptó su causa, destruyó a los traidores y defendió el 
honor de su siervo. Moisés se rehusó a vengarse por sí mismo y permitió que el Señor 
fuera su vengador porque él había prometido diciendo: 
“Mía es la venganza y la retribución”. 
(Deuteronomio 32:35) 
A. ¿Cuáles son las señales de su enojo? 
El cuerpo humano tiene reacciones físicas cuando sentimos enojo. Esas “señales de 
la ira” lo pueden alertar cuando comience a sentirse enojado. Cuando aprenda a 
discernir cuáles son esos avisos podrá evitarse problemas. De la misma manera, si 
puede detectar las señales del enojo en los demás podrá defenderse, si fuera 
necesario. Un ejemplo bíblico de una señal de enojo es la pérdida de apetito de 
Jonatán cuando se sintió herido y lloró por el trato injusto y vergonzoso que dieron 
a su gran amigo David: 
“Y se levantó Jonatán de la mesa con exaltada ira, y no comió pan el segundo día de la 
nueva luna; porque tenía dolor a causa de David, porque su padre le había afrentado”. 
(1 Samuel 20:34) 
SEÑALES DE LA IRA 
Para identificar las señales de su enojo responda las siguientes preguntas: 
• ¿Sele va el hambre? 
• ¿Tiene frío o calor inusual? 
• ¿Está respirando más rápido y más fuerte? 
• ¿Se siente sonrojado? 
• ¿Sus puños están tensos? 
• ¿Siente agitación en su corazón? 
• ¿Usa palabras inapropiadas, duras o maldice (sarcasmo o chisme)? 
• ¿Se le seca la boca? 
• ¿Ha optado por guardar silencio (se ha cerrado al diálogo)? 
• ¿Sus músculos están tensos? 
• ¿Está respirando con agitación? 
• ¿Está hablando fuerte, rápido o con un tono de voz elevado? 
• ¿Siente dolor de estómago o que está revuelto? 
• ¿Rechina los dientes? 
• ¿Siente sobresaltos o su comportamiento está ansioso (agitando un lápiz, 
sacudiendo el pie, etc.)? 
• ¿Camina fuerte y rápido o va de un lado a otro? 
1428 
 
Una vez que logre identificar las señales de su enojo, rápidamente podrá saber 
que está enojado y luego puede invertir su energía para producir un resultado 
positivo. 
“Porque he aquí, esto mismo de que hayáis sido contristados según Dios, ¡qué solicitud 
produjo en vosotros, qué defensa, qué indignación, qué temor, qué ardiente afecto, qué 
celo, y qué vindicación! En todo os habéis mostrado limpios en el asunto”. 
(2 Corintios 7:11) 
B. ¿Actúa o reacciona cuando está enojado? 
Cuando se enoja, ¿la razón controla la situación o son las emociones las que toman 
el control? ¿Permite usted que la mente de Cristo determine la mejor manera de 
actuar, lo cual conduce a una acción apropiada, o tiene una reacción impulsiva que 
le lleva a una reacción inapropiada? Si nunca antes ha evaluado lo que sucede 
cuando siente ira o si no sabe cómo lo perciben los demás cuando está enojado, 
entonces debe buscar la sabiduría y entendimiento de Dios. 
“Si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; Si como a la plata la 
buscares, y la escudriñares como a tesoros, Entonces entenderás el temor de Jehová, y 
hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el 
conocimiento y la inteligencia”. 
(Proverbios 2:3–6) 
• Una reacción apropiada a la ira consiste en expresar nuestros pensamientos y 
sentimientos con confianza, consideración y preocupación por el bienestar de la 
otra persona. 
“El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; de espíritu prudente es el hombre 
entendido”. (Proverbios 17:27) 
• Una reacción inapropiada a la ira es dar rienda suelta a los pensamientos y 
sentimientos de tal manera, que provoca ira en los demás y comienza una pelea. 
El libro de Proverbios es un libro de sabiduría que describe un cuadro muy 
gráfico: 
“Ciertamente el que bate la leche sacará mantequilla, y el que recio se suena 
las narices sacará sangre; y el que provoca la ira causará contienda”. 
(Proverbios 30:33) 
Para ayudarle a entender si actúa o reacciona, tome tiempo para responder las 
siguientes preguntas: 
ANALICE 
ACCIONES APROPIADAS 
 
REACCIONES INAPROPIADAS 
 
• ¿Usa palabras diplomáticas y • ¿Usa palabras sin tacto y 
1429 
 
compasivas? 
 
condenatorias? 
 
• ¿Toma en cuenta la opinión del 
otro? 
 
• ¿Sólo le interesa su propio punto 
de vista? 
 
• ¿Quiere ayudar al que lo hace 
enojar? 
 
• ¿Quiere castigar al que lo hace 
enojar? 
 
• ¿Se fija primero en sus propias 
faltas? 
 
• ¿Se fija solamente en las faltas de 
los demás? 
 
• ¿Sus expectativas de los demás 
son realistas? 
 
• ¿Sus expectativas son irreales? 
 
• ¿Su actitud es flexible y de 
cooperación? 
 
• ¿Su actitud es inflexible y no 
coopera? 
 
• ¿Olvida pronto las injusticias? 
 
• ¿Le cuesta trabajo perdonar las 
injusticias? 
 
Aunque una situación puede provocar ira, quienes permiten que el Señor sea su 
fortaleza podrán responder de manera apropiada. 
“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de 
benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia”. 
(Colosenses 3:12) 
C. ¿Cuáles son los síntomas de la ira no resuelta? 
El sentimiento del enojo no es un problema en sí mismo, pero puede convertirse en 
uno si no se resuelve. La ira prolongada aviva la llama de la amargura y es el 
combustible para la falta de perdón. Una manera en que podemos albergar ira es 
rehusándonos a enfrentar nuestras emociones de manera saludable. La ira no 
resuelta provoca un abismo entre nosotros y Dios y también afecta nuestro cuerpo, 
destruye nuestras emociones y acaba con nuestras relaciones interpersonales. Sea 
que lo reconozcamos o no, la ira no resuelta provoca daño físico, emocional y 
espiritual. Jesús dijo: 
“Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio”. 
(Mateo 5:22) 
La ira no resuelta puede producir algunos de los síntomas físicos, emocionales y 
espirituales siguientes: 
• Síntomas físicos 
—Alta presión arterial 
—Enfermedades cardíacas 
1430 
 
—Desórdenes estomacales 
—Problemas intestinales 
—Dolores de cabeza 
—Visión empañada 
—Insomnio 
—Hambre compulsiva 
• Síntomas emocionales 
—Ansiedad 
—Amargura 
—Compulsiones 
—Depresión 
—Temor 
—Inseguridad 
—Fobias 
—Preocupación 
• Síntomas espirituales 
—Pérdida de la perspectiva 
Hace que las emociones distorsionen los pensamientos 
—Pérdida de visión 
Pierde el sentido de propósito en la vida 
—Pérdida de sensibilidad 
No puede escuchar la voz del Espíritu de Dios que habla a su corazón 
—Pérdida de energía 
Pierde la fuerza para servir a Dios y a los demás 
—Pérdida de libertad 
Se convierte en esclavo de las circunstancias 
—Pérdida de confianza 
Se siente inseguro de cómo actuar cuando se presentan las dificultades 
—Pérdida de fe 
Carece de confianza en que Dios está obrando en su vida 
—Pérdida de identidad 
Se hace igual a la persona por quien está amargado 
La ira no resuelta provoca amargura. Y la Biblia relaciona la amargura con estar 
esclavizados al pecado. 
“Porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás”. 
(Hechos 8:23) 
D. ¿Está albergando ira? 
1431 
 
Mucha gente vive sin darse cuenta de que ha estado escondiendo su ira, un enojo 
que han suprimido y que en ocasiones sale a la luz. Usualmente la ira escondida 
proviene de heridas recibidas en la niñez, pero sus efectos siempre están listos para 
salir a flote. Por ejemplo, cuando alguien dice o hace algo malo, quien ha estado 
reprimiendo su ira reacciona de manera desmedida. Cuando alguien comete un error 
inofensivo, la magnitud de la ira es desproporcionada. 
Si ha estado tratando de esconder su enojo, puede encontrarse en uno de dos 
extremos, sentirse desesperanzado u hostil por no saber por qué está 
experimentando esos sentimientos. La Biblia dice que algunas de nuestras 
motivaciones y emociones permanecen escondidas a nosotros mismos. 
“¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos”. 
(Salmos 19:12) 
CLAVES PARA RECONOCER LA IRA ESCONDIDA 
• ¿Se irrita por nimiedades? 
 
• ¿Sonríe por fuera cuando se duele por dentro? 
 
• ¿Trata de encontrar su identidad y valor en el trabajo excesivo? 
 
• ¿Niega que en ocasiones se impacienta? 
 
• ¿Siempre tiene que decir la última palabra? 
 
• ¿La gente más cercana a usted diría que siempre culpa a los demás? 
 
• ¿Se siente desmotivado? 
 
• ¿Se fatiga con facilidad? 
 
• ¿Ha perdido interés en la vida? 
 
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• ¿Se frustra con facilidad? 
 
Si reconoce que hay ira no resuelta en su vida, trate de seguir las instrucciones que 
Dios dio a los cristianos de Colosas: 
“Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, 
palabras deshonestas de vuestra boca”. 
(Colosenses 3:8) 
III. CAUSAS DE LA IRA 
Imagine tener que dirigir a miles de personas a través del desierto. Todos ellos acuden a 
usted para que supla sus necesidades físicas y espirituales. Cuando están estableciendo 
el campamento al pie de la montaña, Dios le dice que escale hasta la cima para 
encontrarse con él porque le va a entregar los Diez Mandamientos y otros preceptos que 
serán de beneficio paratodos. 
Mientras está delante del Altísimo usted no sabe lo que está sucediendo, pero el pueblo 
que él le encomendó a usted le da la espalda al Señor, funden oro, hacen un becerro y 
¡comienzan a adorarlo! El Creador interrumpe la reunión para informarle que el pueblo 
se ha rebelado. Sonrojado por la ira, usted desciende de la montaña para intervenir en 
esa situación. 
Éxodo 32:19 dice: “Y aconteció que cuando él llegó al campamento, y vio el becerro y 
las danzas, ardió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie 
del monte”. 
Moisés reaccionó porque estaba lleno de temor. Tenía miedo de que la ira justa de Dios 
contra su pueblo desobediente les acarreara la destrucción. El sabía que ellos tenían que 
servir: 
“… a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego 
consumidor”. 
(Hebreos 12:28–29) 
A. ¿Cuáles son los cuatro orígenes de la ira? 
En cualquier parte del mundo los incendios inesperados pueden iniciar y 
alimentarse por medio de alguna de estas cuatro fuentes: petróleo, gas, lava 
abrasadora o metano (un gas muy inflamable que puede causar explosiones 
intensas). De manera similar, la ira puede comenzar y avivarse por alguna de las 
siguientes cuatro fuentes: dolor, injusticia, temor o frustración. Con esas raíces, la 
ira es un efecto a una o más de ellas. Es muy doloroso tratar de analizar y 
desenterrar los sentimientos pasados. Por lo tanto, parece más fácil seguir enojados 
que encontrar la verdadera causa del enojo, después renunciar a nuestros “derechos” 
y por último, crecer hasta llegar a la madurez cristiana. Debemos ser pacientes 
porque: 
1433 
 
“Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os 
falte cosa alguna”. 
(Santiago 1:4) 
1. Dolor 
El corazón ha sido herido. 
Todos tenemos la necesidad íntima dada por Dios de recibir amor 
incondicional. Cuando se nos rechaza o se nos hiere, estallamos en ira, la cual es 
como un muro protector que impide el paso a las personas y evita más heridas. 
EJEMPLO BÍBLICO: Los doce hijos de Jacob 
José era el hijo preferido de los doce hijos de Jacob. Debido a que su padre los 
hirió y rechazó, los hijos mayores se enojaron y ¡buscaron la manera de 
vengarse de su hermano menor! 
“Y amaba Israel[Jacob] a José más que a todos sus hijos, porque lo había 
tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores. Y viendo sus 
hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, 
y no podían hablarle pacíficamente”. (Génesis 37:3–4) 
2. Injusticia 
Cuando se viola uno de sus derechos. 
Todos tenemos un código moral interno que establece el sentido de lo que es 
correcto y justo y lo que no. Cuando percibimos que se ha cometido una 
injusticia en nuestra contra o contra los demás, nos enojamos (especialmente 
cuando se trata de alguien a quien amamos). Si nos aferramos a la ofensa, la ira 
sin resolver crecerá y se anidará en nuestro corazón. 
EJEMPLO BÍBLICO: el Rey Saúl 
El trato injusto que dio el Rey Saúl a David provocó la ira de Jonatán. Cuándo el 
hijo de Saúl escuchó que su propio padre pronunciaba una sentencia de muerte 
contra su amado amigo David, él preguntó: 
¿Por qué morirá? ¿Qué ha hecho? Entonces Saúl le arrojó una lanza para 
herirlo [a Jonatán]; de donde entendió Jonatán que su padre estaba resuelto a 
matar a David. Y se levantó Jonatán de la mesa con exaltada ira, y no comió 
pan el segundo día de la nueva luna; porque tenía dolor a causa de David, 
porque su padre le había afrentado”. (1 Samuel 20:32–34) 
3. Temor 
Amenaza sobre su futuro. 
Todos fuimos creados por Dios con la necesidad íntima de vivir en seguridad. 
Cuando nos preocupamos, nos vemos amenazados o nos enojamos por el 
cambio de circunstancias, estamos respondiendo al temor. Un corazón 
1434 
 
amedrentando desconfía del plan perfecto de Dios para su vida. 
EJEMPLO BÍBLICO: el Rey Saúl 
Saúl se enojó por los éxitos que David tuvo en el campo de batalla. Se sintió 
amenazado por su popularidad y temía perder su reino. (Lea 1 Samuel 18:5–15, 
28–29) 
“Y se enojó Saúl en gran manera… A David dieron diez miles, y a mí miles… 
Mas Saúl estaba temeroso de David, por cuanto Jehová estaba con él, y se 
había apartado de Saúl”. (1 Samuel 18:8, 12) 
4. Frustración 
Nuestro desempeño no recibe aprobación. 
Todos tenemos la necesidad dada por Dios de ser reconocidos. Cuando nuestros 
esfuerzos personales no cumplen con nuestras expectativas o de los demás, se ve 
amenazada nuestra necesidad de sentirnos importantes. La frustración resultante 
por fallar al cumplir nuestras expectativas es una de las principales razones para 
sentir enojo. 
EJEMPLO BÍBLICO: Caín 
Caín y Abel trajeron a Dios distintas ofrendas, pero la de Caín obviamente fue 
inaceptable. Él decidió ofrecer lo que quiso sin importar lo que Dios hubiera 
indicado que era correcto y aceptable. Cuando sus esfuerzos personales fueron 
rechazados, se frustró tanto, que se llenó de ira lo que provocó que asesinara a 
su propio hermano. 
“Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una 
ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo 
más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no 
miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, 
y decayó su semblante… Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y 
aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano 
Abel, y lo mató”. (Génesis 4:3–5, 8) 
PREGUNTA: “¿Qué espera Dios de mí en cuanto a la ira inapropiada?” 
RESPUESTA: Dios quiere que examinemos la verdadera fuente de nuestra ira. ¿Se 
trata de una herida, injusticia, temor o frustración, o una combinación de dos o 
más? Luego debemos evaluar si estamos utilizando la ira para tratar de llenar 
alguna de nuestras necesidades íntimas de amor, reconocimiento o seguridad. 
—Herida: ¿Ha sido herido por el rechazo de alguien o por sus palabras 
hirientes? Si ése es el caso, evalúe si… 
Está usando la ira para intimidar o coaccionar a alguien para retenerlo en la 
relación con usted 
1435 
 
—Injusticia: ¿Ha sufrido una injusticia real o percibida? Si así fuera, evalúe 
si… 
Está usando palabras llenas de ira y condenatorias para provocar que alguien 
se sienta culpable y obligado con usted de alguna manera 
—Temor: ¿Ha sucedido algo que le produjo temor? Si es así, evalúe si… 
Está utilizando la ira para dominar y controlar a alguien para salirse con la 
suya 
—Frustración: ¿Siente frustración por causa de alguna expectativa no 
realizada? Si ese es el caso, evalúe si… 
Está utilizando amenazas airadas y palabras vergonzosas para manipular a 
alguien para que cumpla sus demandas 
Cuando examine su corazón decida no usar la ira para tratar de suplir sus 
necesidades. Más bien, arrepiéntase y dependa más profundamente del Señor, 
quien es el único que puede suplir nuestras necesidades. 
“Jehová te pastoreará siempre, y en las sequíassaciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; 
y seráscomo huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan”. 
(Isaías 58:11) 
B. ¿Qué puede provocar un cambio abrupto en la intensidad de la ira? 
La manera de expresar la ira de una persona podría cambiar ligeramente en el 
transcurso del tiempo, pero pocas veces cambia abruptamente. Un cambio 
dramático sería atípico (es decir, inusual). Cuando un cambio mayor ocurre es por 
una causa mayor. Si no es normal que alguien se muestre impaciente, irritable o 
irascible, sepa que los cambios en el estado de ánimo y comportamiento pueden 
deberse a… 
• Uso de drogas (esteroides, cocaína) 
• Herida en la cabeza (en el deporte, caídas o accidente automovilístico) 
• Medicinas (algunos antidepresivos) 
• Deficiencias químicas (desequilibrio hormonal) 
• Algunas enfermedades (tumor cerebral, cáncer cerebral) 
• Trauma físico o emocional,o estrés (desorden de estrés post-traumático) 
• Los cambios repentinos de comportamiento son un llamado urgente a un 
examen minucioso para determinar cuál es la causa física, especialmente en el 
cerebro. 
“Todo hombre prudente procede con sabiduría, mas el necio manifestará necedad”. 
(Proverbios 13:16) 
C. ¿De qué manera pueden provocar ira nuestras expectativas? 
Es muy fácil vivir bajo la impresión de que podemos determinar lo que los demás 
1436 
 
deben hacer o cómo deben solucionarse algunas situaciones: “Mi destino debería ser 
así; por lo tanto, la gente debería hacer aquello”. Muchas veces oramos y 
esperamos que Dios haga todo lo que le pedimos. El problema principal de esas 
expectativas es una sola palabra simple: el orgullo. Pregúntele al Señor: “¿Estoy 
actuando como si yo fuera el centro del mundo?” 
“¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, 
las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de 
envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no 
pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites… Dios resiste 
a los soberbios, y da gracia a los humildes”. 
(Santiago 4:1–3, 6) 
EXPECTATIVAS IRREALES 
• Ira por las circunstancias 
“Espero que en mi vida sólo haya cosas buenas… pero realmente no es lo que 
yo esperaba”. 
• Ira contra los demás 
“Siempre pensé que estarías disponible para mí, para apoyarme y amarme… 
pero ahora me encuentro solo”. 
• Ira contra usted mismo 
“Siempre pensé que iba a triunfar… pero siempre estoy en la lucha y me siento 
un fracasado”. 
Cuanto más esperamos que la gente haga lo que nosotros queremos, más 
enojados estaremos cuando nos fallen. Cuanto más tratemos de controlar a los 
demás, les estaremos entregando más control de nosotros mismos. Cuantas más 
demandas hagamos de los demás, más poder les entregamos para hacernos 
enojar. Lo que hemos de hacer, por el contrario, es humillarnos y someternos al 
control soberano de Dios sobre nuestras vidas y de los demás. Necesitamos 
depositar nuestro destino en sus manos, donde siempre debería estar. 
La Biblia dice que debemos dejar nuestras expectativas delante del Señor y 
permitir que él determine lo que nosotros debemos recibir. 
“Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de él es mi esperanza”. 
(Salmos 62:5) 
PREGUNTA: “¿Cómo puedo manejar la ira por las pérdidas que he sufrido?” 
RESPUESTA: Cuando sufra una pérdida significativa en su vida, pasará por un 
tiempo de dolor. 
—Reconozca sus sentimientos, su dolor o sensación de injusticia, su temor o 
frustración. 
1437 
 
—Entregue a Dios el dolor que está sintiendo, junto con las circunstancias que 
están fuera de su control. 
—Confíe en que el Señor le dará gracia y sabiduría para enfrentar de manera 
positiva cada pérdida. 
—Abandone las expectativas de que la vida debe ser como usted quiere. 
Ore así: “Señor, gracias porque tú eres el soberano de mi vida. Quiero responder 
ante ti con un corazón agradecido y aceptar estas circunstancias inmutables en 
mi vida, sin importar el costo que tenga que pagar. Decido dejar de sentirme 
miserable y hacer a los demás infelices por algo que ninguno de nosotros puede 
cambiar. Te agradezco por la manera en que vas a usar lo que sucede en mi vida 
para mi bien y para la gloria de Cristo. En su nombre. Amén”. 
“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo 
Jesús”. 
(1 Tesalonicenses 5:18) 
D. La raíz del problema 
Cuando sentimos que se ha violado algún “derecho” real o percibido, fácilmente 
podemos responder con enojo. Pero, ¿cuáles son nuestros derechos legítimos? 
Alguien podría responder: “La felicidad”. Alguien más podría decir: “La libertad de 
vivir como yo quiero”. Sin embargo, eso no era lo que Jesús tenía en mente. El 
sometió sus derechos al Padre celestial. Con base en la Biblia, tenemos el derecho 
de vivir a la luz de la voluntad de Dios tal como él la ha revelado en su palabra. 
Aparte de ello, debemos someter nuestros derechos al Señor y permitir que él 
cumpla su voluntad en nuestros corazones. 
“Fate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en 
todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”. 
(Proverbios 3:5–6) 
CREENCIA FALSA: 
“Basado en lo que creo que es lo correcto, tengo el derecho a seguir enojado 
todo el tiempo que quiera por las decepciones de la vida. Tengo el derecho a 
expresar mi enojo en la forma en que a mí más me plazca”. 
CREENCIA CORRECTA: 
“Puesto que Dios es Soberano de mi vida y le he confiado mi vida, someto mis 
derechos a él. Las decepciones humanas que sufra son oportunidades que él 
usará para hacer que mi fe crezca y para desarrollar su carácter en mí. Decido no 
ser controlado por el enojo, sino usarlo como un aliciente para hacer todo lo que 
Dios quiere que yo haga”. 
“En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es 
necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a 
prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se 
1438 
 
prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea 
manifestado Jesucristo”. (1 Pedro 1:6–7) 
IV. PASOS PARA ENCONTRAR LA SOLUCIÓN 
En aquel día caluroso y seco, la frustración de Moisés alcanzó el punto máximo de 
ebullición. Había guiado a más de un millón de gente a través del gran desierto, 
Pero a pesar de sus esfuerzos, ellos siempre se quejaban, cuestionaban su liderazgo 
y lo culpaban por lo que les pasaba: “¡Ojalá hubiéramos muerto cuando perecieron 
nuestros hermanos…! ¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto, para traernos a 
este mal lugar?” (Números 20:3–5) 
Una vez más, no había agua. Dios les había provisto de agua con anterioridad 
cuando le dijo a Moisés que golpeara una roca con su vara. Cuando Moisés 
obedeció, salió de la roca una fuente de agua para dar de beber a todo el pueblo de 
Israel. (Véase Éxodo 17:1–6) 
En esa nueva situación, Dios quería llevar a cabo un milagro similar, pero esta vez 
le dijo a Moisés que hablara a la roca, no que la golpeara. Sin embargo, Moisés se 
encontraba tan frustrado que su enojo llegó al grado máximo. En vez de hablar a la 
roca, la golpeó… dos veces. Dios quería una explosión de agua, no una explosión 
de ira. El resultado fue que el Señor tuvo que disciplinar a su líder escogido y no le 
permitió introducir a su pueblo a la Tierra Prometida. (Véase Números 20:1–12) 
¿Es usted como Moisés en algunas ocasiones? ¿Permite que su frustración lo ponga 
furioso? ¿Ha sufrido las dolorosas repercusiones por ello? ¿Qué debe hacer cuando 
se enoja y está lleno de dolor, o de un sentido de injusticia, temor, o frustración? La 
Biblia dice: 
“Deja la ira, y desecha el enojo; no te excites en manera alguna a hacer lo malo”. 
(Salmos 37:8) 
A. Versículo clave para memorizar 
“Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, 
tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios”. 
(Santiago 1:19–20) 
B. Pasaje clave para leer y meditar 
Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo… 
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la 
necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo 
de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda 
amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con 
otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a 
vosotros en Cristo”. 
(Efesios 4:26–27, 29–32) 
1439 
 
ANÁLISIS DIVINO DE LA IRA 
• La ira es aceptable a veces. 
 
v. 26 
 
• La ira debe controlarse para que 
no sea pecaminosa. 
 
v. 26 
 
• La ira no debe permanecermucho tiempo. 
 
v. 26 
 
• La ira, cuando se prolonga, da 
lugar al diablo 
 
v. 27 
 
• La ira puede provocar palabras 
corrompidas y pecaminosas. 
 
v. 29 
 
• La ira puede contristar al 
Espíritu Santo. 
 
v. 30 
 
• La ira puede controlarse y 
sofocarse. 
 
v. 31 
 
• La ira se convierte en pecado 
cuando provoca amargura. 
 
v. 31 
 
• La ira debe controlarse antes de 
convertirse en furia. 
 
v. 31 
 
• La ira debe apagarse antes de 
provocar pleitos. 
 
v. 31 
 
• La ira debe detenerse antes de 
dar lugar a las maldiciones. 
 
v. 31 
 
• La ira debe someterse antes de 
convertirse en malicia 
 
v. 31 
 
• La ira puede dominarse a través 
de la compasión. 
 
v. 32 
 
• La ira puede ser vencida con el 
perdón. 
 
v. 32 
 
C. Analice la cantidad de ira que experimenta 
¿Ha pensado seriamente acerca de cuánta ira está albergando en su corazón y 
1440 
 
contra quién está airado? A continuación encontrará una gráfica en forma de pastel. 
Divídala en varios segmentos y nombre cada uno de ellos representando la cantidad 
de enojo que usted tiene contra diferentes personas (sea del pasado o presente). 
Hemos hecho un ejemplo. 
Al pensar en su ira, considere lo que la Biblia dice: 
“Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios”. 
(Santiago 1:20) 
 
D. ¿Está albergando ira contra Dios? 
¡No podemos escapar de los problemas, dolor y preocupaciones! Pero, ¿culpa usted 
a Dios por el dolor y sufrimientos de la vida? ¿Ha levantado un dedo acusador y 
pronunciado un juicio en contra del Señor por no haber impedido el mal o el 
sufrimiento? En la Biblia encontramos a un hombre llamado Job que tenía grandes 
preguntas para el Creador. De hecho, podemos apreciar su amargura y enojo en la 
queja: 
“Hoy también hablaré con amargura; porque es más grave mi llaga que mi gemido. 
¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla. Expondría mi causa 
delante de él, y llenaría mi boca de argumentos”. (Job 23:2–4) 
¿Podemos justificar la ira contra Dios? El Señor mismo respondió a Job con estas 
palabras: 
1441 
 
“¿Quién es ése que oscurece el consejo con palabras sin sabiduría? … ¿Es sabiduría 
contender con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda a esto… ¿Invalidarás tú 
también mi juicio? ¿Me condenarás a mí, para justificarte tú?” 
(Job 38:2; 40:2, 8) 
¿Cuál es la respuesta a la ira contra Dios? ¿Se puede resolver? Y si ese fuera el 
caso, ¿cómo? 
CÓMO RESOLVER LA IRA CONTRA DIOS 
• Conozca el carácter de Dios. 
—Él es justo. 
“Él es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son 
rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; es justo y recto”. 
(Deuteronomio 32:4) 
—Sus caminos son justos. 
“Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos”. (Apocalipsis 
15:3) 
—Es amor. 
“Dios es amor”. (1 Juan 4:8) 
—El ama a todo el mundo. 
“De tal manera amó Dios al mundo”. (Juan 3:16) 
• Entienda los propósitos de Dios. 
—Él torna lo malo en bueno. 
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien”. 
(Romanos 8:28) 
—Él cambia el llanto en baile y la tristeza en gozo. 
“Has cambiado mi lamento en baile; desataste mi cilicio, y me ceñiste de 
alegría”. (Salmos 30:11) 
—Él utiliza el sufrimiento para producir paciencia, carácter y esperanza. 
“Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, 
sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la 
prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios 
ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue 
dado”. (Romanos 5:3–5) 
—Él usa los problemas para enseñarnos su compasión. 
1442 
 
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de 
misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas 
nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los 
que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que 
nosotros somos consolados por Dios”. (2 Corintios 1:3–4) 
• Reconozca el plan de Dios. 
—Él ofrece salvación a todo el mundo. 
“Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino 
para que el mundo sea salvo por él”. (Juan 3:17) 
—Bendecirá a quienes perseveren en las pruebas. 
“Bienaventurado el varón que soporta la tentación”. (Santiago 1:12) 
—Castigará con justo juicio a los que hacen el mal. 
“Pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, 
sino que obedecen a la injusticia; tribulación y angustia sobre todo ser 
humano que hace lo malo”. (Romanos 2:8–9) 
—Un día hará nuevas todas las cosas para los verdaderos creyentes. 
“Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con 
los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo 
estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de 
ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; 
porque las primeras cosas pasaron”. (Apocalipsis 21:3–4) 
Job sintió amargura contra Dios en un momento de su vida, pero finalmente se 
dio cuenta de que se había enojado con la persona equivocada. Admitió su error 
con profundo remordimiento: 
“Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti… De 
oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en 
polvo y ceniza”. 
(Job 42:2, 5–6) 
¿QUIERE SABER CÓMO CONTROLAR SU IRA… Y CONOCER EL 
PLAN DE DIOS PARA SU VIDA? 
Nadie quiere que la gente lo considere una persona “fuera de control”. Nadie quiere 
vivir con ira descontrolada. Pero alguien podría decir: “He tratado de resolver mi 
ira, pero no lo he logrado”. 
Si ese es su caso, podría ser que el Señor le esté diciendo: “Sé que no puedes, pero 
yo sí puedo. Puedo darte el control que necesitas y mi poder sobrenatural, pero antes 
debes entregarme el control de tu vida. Así podré hacer un cambio radical en ti”. 
1443 
 
¿Necesita un cambio real en su vida? Si ese es el caso, hay cuatro verdades que 
necesita saber para lograrlo. 
1. El propósito de Dios para usted… es la salvación. 
—¿Qué motivó a Dios a enviar a su Hijo a la tierra? ¿Para condenarnos? ¡No! 
¡Lo envió para demostrarnos su amor por medio de la salvación! 
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo 
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida 
eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, 
sino para que el mundo sea salvo por él”. (Juan 3:16–17) 
—¿Cuál fue el propósito de Jesús para venir a la tierra? ¿Hacerlo todo perfecto y 
quitar todo el pecado? No, ¡vino a perdonar nuestros pecados, darnos el 
poder para obtener la victoria sobre el pecado y ayudarnos a vivir una vida 
plena! “Yo [Jesús] he venido para que tengan vida, y para que la tengan en 
abundancia”. (Juan 10:10) 
2. Nuestro problema… es el pecado. 
—¿Qué es el pecado? El pecado es vivir de manera independiente de las normas 
de Dios, sabiendo lo que es correcto, pero decidiendo hacer lo malo. 
“Y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado”. (Santiago 4:17) 
—¿Cuál es la consecuencia del pecado? La muerte espiritual, la separación 
espiritual de Dios. 
“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna 
en Cristo Jesús Señor nuestro”. (Romanos 6:23) 
3. La provisión divina para nosotros… es el Salvador. 
—¿Hay algo que pueda quitar la paga del pecado? Sí. Jesús murió en la cruz 
para pagar personalmente por nuestros pecados. 
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún 
pecadores, Cristo murió por nosotros”. (Romanos 5:8) 
—¿Cuál es la solución para ya no estar separados de Dios? Creer en Jesucristo 
como el único camino a Dios el Padre. 
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al 
Padre, sino por mí”. (Juan 14:6) 
4. Su decisión… es someterse.—Deposite su fe en (descanse en) Jesucristo como su Señor y Salvador personal 
y deje de confiar en las “buenas obras” como medio para ganar el favor de 
Dios. 
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, 
pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”. (Efesios 2:8–
9) 
—Entregue a Cristo el control de su vida, confiando su vida en sus manos. 
1444 
 
“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, 
niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera 
salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la 
hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y 
perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” 
(Mateo 16:24–26) 
Si desea ser completamente perdonado por Dios, tener un cambio de mente, de 
corazón y de vida, puede pedirle a Jesucristo en este momento que entre a su vida 
para que le dé su paz y su poder. 
ORACIÓN PARA LA SALVACIÓN 
“Dios, reconozco que he dirigido mi ira hacia ti. He pecado al enorgullecerme y aferrarme a mis 
“derechos”. Me arrepiento y someto mis derechos a ti. Jesús, gracias por morir en la cruz por mis pecados y 
por sufrir el castigo que yo merecía. Te pido que entres a mi vida y seas mi Señor y Salvador y que perdones 
todos mis pecados. Te doy el control de mi vida. Hazme la persona que quieres que sea. Gracias por tu 
misericordia y gracia. En tu santo nombre. Amén.” 
Si hizo esta oración con toda sinceridad, ¡escuche lo que Dios tiene que decir! 
“Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino 
poder”. 
(2 Pedro 1:3) 
E. Resuelva la ira del pasado 
La ira que no se ha resuelto es como el rescoldo de carbones escondidos que arden 
provocando profundas heridas en su relación con Dios y con los demás. Esta 
poderosa emoción le roba la paz de su corazón y el contentamiento de su espíritu. 
“Se llenó de amargura mi alma, y en mi corazón sentía punzadas, tan torpe era yo, que no 
entendía; era como una bestia delante de ti”. 
(Salmos 73:21–22) 
CÓMO RESOLVER LA IRA DEL PASADO 
• Reconozca su ira descontrolada. 
—Acepte que tal vez tiene ira que no ha resuelto. 
—Pida a Dios que le revele la causa de la ira escondida en su corazón. 
—Determine la causa principal de su ira pasada. 
—Hable de su ira con Dios y con un amigo o consejero. 
“Por tanto, confesaré mi maldad, y me contristaré por mi pecado”. 
(Salmos 38:18) 
• Repase sus sentimientos básicos. 
1445 
 
—¿Alguna vez fue herido (rechazado, traicionado, no amado o ignorado)? 
—¿Alguna vez fue tratado injustamente (engañado, afectado, objeto de malicia, 
o atacado)? 
—¿Alguna vez tuvo miedo (se sintió amenazado, inseguro, fuera de control o 
indefenso)? 
—¿Alguna vez ha estado frustrado (sintiéndose fuera de lugar, inferior, 
obstaculizado, manipulado)? 
“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si 
hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno”. 
(Salmos 139:23–24) 
• Reciba el amor de Dios. 
—Medite y memorice versículos que hablen del amor de Dios por usted: 
Jeremías 31:3 
 
Salmos 32:10 
 
Lamentaciones 3:22–23 
 
Salmos 89:1 
 
Salmos 13:5–6 
 
Salmos 103:17 
 
—Lea cinco Salmos diariamente por un mes. 
—Descanse en la aceptación de Dios por usted y deje de buscarla de los demás. 
—Confíe en el Señor para que llene sus necesidades íntimas de amor, 
reconocimiento y seguridad. 
“Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamosllamados hijos de Dios; por esto 
el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él”. 
(1 Juan 3:1) 
• Renuncie a sus derechos. 
—Confiese que es pecado la ira acumulada en su corazón. 
—Entregue al Señor sus deseos de venganza. 
—Renuncie a su derecho de seguir aferrándose a las heridas del pasado y 
entrégueselas a Dios. 
—Pida al Señor que obre en la vida de quienes lo han herido y que cambie sus 
sentimientos hacia ellos. 
—Deposite a quien lo hirió en las manos del Todopoderoso, y ¡perdónelo como 
él lo hizo con usted! 
“Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra 
otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”. 
(Colosenses 3:13) 
• Regocíjese en el propósito de Dios. 
—Agradezca a Dios por la manera en qué él usará esta prueba en su vida. 
—Acepte que el Señor usará para bien esta prueba en su vida y en la de los 
1446 
 
demás, cuando usted resuelva la ira pasada. 
—Alabe al Altísimo porque él quiere usar todas las circunstancias de su vida 
para desarrollar en usted el carácter de Cristo y para hacerlo más fuerte, 
firme y perseverante. 
“Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que 
hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y 
establezca”. 
(1 Pedro 5:10) 
• Restaure la relación… cuando sea conveniente. 
Aun si la reconciliación no es recomendable (después de un adulterio o si se 
trata de alguien que no se ha arrepentido de un abuso cometido contra usted) o 
que no sea posible (por causa de la muerte), usted siempre debe confesar su 
propio pecado. 
—Reconozca que cuando alguien peca en su contra y usted se aferra a la ira o se 
niega a reconciliarse con esa persona, usted también está pecando contra 
Dios y contra esa persona. 
—Confiese al Padre celestial la ira que alberga en su corazón y pídale perdón al 
ofensor por haberse negado a buscar la reconciliación. 
—Escriba primero su confesión para utilizar las palabras correctas: 
“Me he dado cuenta de que me equivoqué al seguir enojado contigo y no 
permitir que Dios restaure nuestra relación. Lo siento mucho. ¿Me 
perdonas?” 
—Asegúrese de no hacer la confesión con enojo o recriminaciones. 
“Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable 
de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de 
juicio… Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene 
algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu 
hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”. 
(Mateo 5:21–24) 
• Refleje el amor de Cristo. 
Procure reflejar conscientemente el amor de Dios hacia la persona que lo hizo 
enojar. 
—Ore de todo corazón: 
“Dios, ayúdame a someterme a tu control”. 
“Señor, deseo que tú me dirijas”. 
“Dios, refleja tus actitudes en mis acciones”. 
“Señor, guía mis palabras para que expresen amor genuino”. 
“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que 
también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis 
amor los unos con los otros”. 
(Juan 13:34–35) 
1447 
 
F. Erradique la ira que tiene desde la niñez 
Mucha gente piensa que al llegar a la edad adulta, el dolor de la niñez desaparecerá 
y no le afectará más. Pero eso no sucede a menos que identifiquemos las heridas del 
pasado que sufrimos en la niñez y las resolvamos. No somos la suma de nuestras 
experiencias pasadas, pero sí estamos conformados por las reacciones que hayamos 
dado a esas experiencias. Dios no quiere que almacenemos las cosas malas que nos 
pasaron en un arsenal de ira. Más bien él quiere que seamos como una bodega en la 
cual no haya frutos malos, sino buen fruto. 
“El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del 
mal tesoro saca malas cosas”. 
(Mateo 12:35) 
CÓMO RESOLVER LA IRA ARRAIGADA POR LAS HERIDAS QUE 
SUFRIMOS EN LA NIÑEZ 
La próxima vez que la ira invada su corazón o que estalle en un llanto incontrolable, 
hágase las siguientes preguntas: 
• ¿Me siento herido? 
Ejemplo: Nadie acepta mis ideas. 
• ¿Alguna vez sentí esto cuando era niño? 
Ejemplo: Cuando mi padre no se sentía orgulloso de mí porque yo no era un 
buen atleta, me sentía herido.• ¿Cómo me sentí cuando mi padre dijo que quería que su hijo fuera buen atleta? 
Ejemplo: Me sentí profundamente rechazado. 
Enfrente la ira que alberga en su corazón por causa del dolor que sintió cuando fue 
rechazado por su padre. 
• Pida a Dios que le revele cualquier herida oculta de su niñez. 
• Pida a los miembros de su familia y amigos cercanos que estén atentos a 
cualquier situación que le haga sentirse herido y que lo haga enojar. 
• Reconozca que su ira prolongada y no resuelta es pecado, aunque piense que 
está justificada. 
• Asuma la responsabilidad de enfrentar las heridas que haya sufrido en su niñez. 
• Someta las experiencias de dolor en su niñez a Dios, así como sus sentimientos. 
• Pida perdón a quienes haya ofendido. 
• Perdone y ore por aquellos que lo rechazaron. 
• Ore y pida a Dios que lo llene de amor incondicional hacia los demás. 
Si en su corazón hay un anhelo de amor y aceptación, recuerde: 
“Bendito sea Dios, que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia”. 
1448 
 
(Salmos 66:20) 
“Muchos dolores habrá para el impío; mas al que espera en Jehová, le rodea la 
misericordia”. (Salmos 32:10) “¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! 
Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas”. 
(Salmos 36:7) 
“En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su 
Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no 
en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y 
envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados”. (1 Juan 4:9–10) 
CÓMO RESOLVER LA IRA ARRAIGADA POR LAS INJUSTICIAS 
SUFRIDAS EN LA NIÑEZ 
La próxima vez que sienta que la ira lo invade, hágase las siguientes preguntas: 
• ¿Estoy sintiendo que esto es una injusticia? 
Ejemplo: A mi mejor amigo lo maltrataron y lo ignoraron. 
• ¿Alguna vez sentí esto mismo en mi niñez? 
Ejemplo: Sí, mis padres preferían a mi hermano y a mí me ignoraban. 
• ¿Cómo me sentí cuando mis padres me trataron de esa manera? 
Ejemplo: Sentí ira contra mis padres y llegué a la conclusión de que la vida es 
injusta. 
• Enfrente su ira pasada y comience a ver cómo su ira presente está relacionada 
con la ira no resuelta de su niñez. 
• Pídale a Dios que le revele cualquier sentimiento no resuelto por las injusticias 
que usted vivió cuando era niño. 
• Pida a los miembros de su familia y amigos que le digan cómo saben que usted 
está enojado. 
• Reconozca que puede dirigir sus sentimientos de injusticia al Señor. 
• Asuma su responsabilidad por su enojo. 
• Entregue su ira a Dios y reemplácela con la paz divina. 
• Pida perdón a quien usted haya ofendido con su ira. 
• Perdone y ore por los que han actuado injustamente con usted. 
• Medite en cómo el Altísimo puede usar su sensibilidad a las injusticias 
cometidas en su contra para su propio bien. 
Si su ira está arraigada a un trato injusto, recuerde: 
“Jehová se ha hecho conocer en el juicio que ejecutó”. (Salmos 9:16) 
“¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? 
¿Se tardará en responderles?” (Lucas 18:7) 
1449 
 
“Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y 
a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se 
manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder”. (2 
Tesalonicenses 1:6–7) 
“Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía”. (Salmos 
37:6) 
CÓMO RESOLVER LA IRA ARRAIGADA EN EL TEMOR QUE 
EXPERIMENTÓ EN SU NIÑEZ 
La próxima vez que se sienta amenazado o se enoje por un cambio en las 
circunstancias de su vida, pregúntese: 
• ¿Estoy temiendo por mi futuro? 
Ejemplo: He perdido mi trabajo, y no sé cómo voy a sostener a mi familia. 
• ¿Alguna vez sentí esto mismo durante mi niñez? 
Ejemplo: Cuando mis padres murieron y me enviaron a vivir con mi abuela, 
sentí temor. 
• ¿Cómo me sentí al quedar huérfano de padres? 
Ejemplo: Me sentí muy enojado porque todos los demás niños tenían padre y 
madre que los protegieran y proveyeran para asegurar su futuro. 
Enfrente su ira contra Dios por haberse llevado a sus padres y haberlo dejado con el 
temor de un futuro incierto. 
• Si tiene dificultad para recordar sus sentimientos de temor en la niñez, pídale a 
Dios que traiga a su memoria lo que sucedió. 
• Pregunte a su familia actual y a sus amigos si han notado momentos en los que 
haya usted expresado contrariedad o sentimientos de inseguridad. 
• Sea totalmente honesto consigo mismo y pida a Dios que le revele en qué áreas 
tiende a depositar su confianza: 
—¿Es en la riqueza económica? 
 
—¿Es en los lazos estrechos con su familia? 
 
—¿Es en una buena instrucción académica? 
 
—¿Es en sus logros? 
 
—¿Es en lo que los demás opinan de usted? 
1450 
 
 
• Reconozca que depositar su confianza en cualquier otra cosa que no sea Dios, 
provoca ira contra él cuando sus ídolos de “seguridad” fallan. 
• Pida a Dios que lo perdone por no haber confiado en él. 
• Aprenda a colocar su confianza y seguridad solamente en el Señor. 
• Memorice versículos que le afirmen la fidelidad divina. 
• Comience a cultivar un corazón agradecido por todas las cosas que el Padre 
celestial provee y déle gracias todos los días por su provisión generosa. 
Si su corazón anhela tener seguridad, recuerde: 
“No tendrá temor de malas noticias; su corazón está firme, confiado en Jehová. 
Asegurado está su corazón; no temerá, hasta que vea en sus enemigos su 
deseo”. (Salmos 112:7–8) 
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te 
esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi 
justicia”. (Isaías 41:10) 
“Porque Jehová será tu confianza, y él preservará tu pie de quedar preso”. 
(Proverbios 3:26) 
“Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, 
sino que habéis recibido el espíritu de adopción”. (Romanos 8:15) 
CÓMO RESOLVER LA IRA ARRAIGADA EN LA FRUSTRACIÓN QUE 
SINTIÓ EN SU NIÑEZ 
La próxima vez que sienta enojo cuando rechazan su esfuerzo personal, hágase las 
siguientes preguntas: 
• ¿Me siento frustrado? 
Ejemplo: Mi socio dijo algo negativo acerca del discurso que di en una reunión 
de negocios. 
• ¿Sentí esto mismo cuando era niño? 
Ejemplo: Cuando mis padres querían que me comportara perfectamente y que 
no expresara mis verdaderos sentimientos, me sentía frustrado. 
• ¿Cómo me sentía cuando mis padres tenían esas expectativas de mí? 
Ejemplo: Sentía que no me aceptaban porque mi conducta no siempre era 
aceptable. 
Enfrente su frustración y reconozca que el hecho de no conformarse a sus propios 
estándares o los de los demás indica que su aceptación está basada en las obras y 
ésta puede ser una fuente de mucha ira. 
1451 
 
• Pida a Dios que le revele cualquier ira enterrada que haya guardado contra sus 
padres u otras personas del pasado que lo aceptaban dependiendo de su 
conducta. 
• Hágase las preguntas: 
—“¿Me he impuesto metas irreales?” 
—“¿Tiendo a enterrar mi enojo?” 
—“¿Tengo la necesidad de controlar a la gente y las circunstancias?” 
—“¿Me constituyo en guarda de los demás?” 
—“¿Soy perfeccionista?” 
—“¿Postergo mis deberes?” 
—“¿Soy alguien que siempre busca agradar a los demás?” 
—“¿Soy adicto al trabajo?” 
• Pida a su familia y amigos cercanos que le digan cómo saben cuándo usted está 
frustrado. 
• Entienda que la frustración es una palabra benévola para referirse a la ira que 
daña profundamente la auto-estima y el anhelo de recibir reconocimiento. 
• Acepte que se requiere de un compromiso serio y un gran esfuerzo para sacar a 
luz las frustraciones enterradas profundamente en nuestro corazón. 
• Entienda que usted nunca puede hacer nada para ganarse el amor de Dios, pues 
él lo ama sin condiciones. 
• Permítase estar enojado y pida al Señor que le dé el valor de expresar su ira en 
maneras aceptables. 
• Entreguesu ira al Omnipotente y apóyese en la suficiencia de su amor para 
afirmar su propio valor. 
Si se siente frustrado con la vida, recuerde: 
“Hacer justicia y juicio es a Jehová más agradable que sacrificio”. 
(Proverbios 21:3) 
“Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de 
agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería 
siervo de Cristo”. (Gálatas 1:10) 
“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis 
pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el 
camino eterno”. (Salmos 139:23–24) 
“Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca 
decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu 
fidelidad”. (Lamentaciones 3:22–23) 
G. Resuelva la ira presente 
Siempre existe la posibilidad de enojarse. Una persona mal intencionada puede 
encender una chispa de irritación en usted, o alguien que lo ama sinceramente puede 
1452 
 
hacerlo sin intención de molestarlo. Dios quiere que resolvamos la ira de inmediato 
antes de que consuma nuestro corazón y destruya los puentes que nos unen con las 
personas con quienes tenemos relaciones interpersonales. 
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda 
alrededor buscando a quien devorar”. 
(1 Pedro 5:8) 
UNA RESPUESTA RÁPIDA PARA LA IRA 
• Pregúntese: “¿Puedo cambiar esta situación?” (Si la puerta rechina, ¡acéitela!) 
Si puede, cámbiela. 
Si no puede, déjela pasar. 
ORE ASÍ: 
“Señor, tú eres el soberano de mi vida. Puesto que tú sabes todas las cosas, sabes que tengo un fuerte enojo 
con (nombre la persona o circunstancia) por (la injusticia, o insulto, temor o frustración). Quiero poner esta 
situación en tus manos. Te entrego mi futuro y mi vida. Te lo pido en el nombre de Cristo Jesús. Amén.” 
“Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado; hazme saber el 
camino por donde ande, porque a ti he elevado mi alma”. 
(Salmos 143:8) 
“La ira puede convertirse en un verdadero peligro”. Este dicho refleja una dolorosa 
realidad. Y ya que tantas veces nuestra lengua no ha sido domada, algunas 
conversaciones se pueden salir de control. 
• Admita su enojo. 
—Esté dispuesto a reconocer que está enojado. 
—Observe cuándo siente el enojo. 
—Observe si reprime o controla su ira por causa del temor. 
—Esté dispuesto a asumir su responsabilidad por la expresión inapropiada de la 
ira. 
“El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se 
aparta alcanzará misericordia”. (Proverbios 28:13) 
• Analice su forma de ser. 
—¿Con qué frecuencia se enoja? (¿Muy seguido? ¿A veces? ¿Nunca?) 
 
—¿Cómo sabe cuando está enojado? 
 
—¿Cómo saben los demás que usted está enojado? 
 
1453 
 
—¿Cómo da rienda suelta a su ira? 
 
—¿Explota? ¿Se le llenan los ojos de lágrimas? ¿Hace bromas o molesta a los 
demás? ¿Habla con sarcasmo? 
 
—¿Critica al otro? ¿Se torna agresivo? 
 
“Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; examina mis íntimos pensamientos y 
mi corazón”. (Salmos 26:2) 
• Analice el origen. 
—Dolor: 
¿Es el origen de su ira los sentimientos heridos por las palabras o acciones 
de los demás? 
—Injusticia: 
¿Es el origen de su ira una respuesta emocional a la injusticia de alguien 
contra otra persona? 
—Temor: 
¿Está enojado porque sufrió una pérdida o porque tiene miedo? 
—Frustración: 
¿Es el origen de su enojo la frustración porque algo no salió como usted 
esperaba? 
“Yo sé, Dios mío, que tú escudriñas los corazones, y que la rectitud te 
agrada”. (1 Crónicas 29:17) 
• Considere sus pensamientos. 
—¿Espera que los demás se comporten como usted quiere? 
“Ella debería cuidar mejor a los niños”. 
“Él debería agradecer lo que hago por él”. 
“Él debe estar aquí antes de las 7:00 p.m.” 
“¡Más le vale no llamar durante la cena!” 
—¿Es usted culpable de pensar distorsionadamente? 
¿Exagera la situación? 
¿Piensa lo peor? 
¿Califica una acción con base en otras? 
¿Generaliza las cosas diciendo: “tú nunca” o “tú siempre”? 
1454 
 
“El hombre impío endurece su rostro; mas el recto ordena sus caminos”. 
(Proverbios 21:29) 
• Acepte sus necesidades. 
A menudo se usa la ira como una táctica para llenar las necesidades íntimas. 
—¿Usa el enojo para manipular a los demás a que hagan lo que “deben” para 
sentirse amado? 
 
—¿Utiliza la ira explosiva para salirse con la suya, tratando de recibir 
reconocimiento? 
 
—¿Utiliza la ira manipuladora esperando que se den las circunstancias 
necesarias para sentirse seguro? 
 
—¿Sabía usted que solo Cristo puede llenar todas esas necesidades? 
 
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en 
gloria en Cristo Jesús”. (Filipenses 4:19) 
• Abandone sus exigencias. 
En lugar de exigir que los demás llenen sus necesidades de amor, 
reconocimiento y seguridad, aprenda a depender del Señor para que él las llene. 
—“Señor, aunque me gustaría ser amado por los demás, yo sé que tú me amas 
incondicionalmente”. 
“Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia”. 
(Jeremías 31:3) 
—“Señor, aunque me gustaría ser reconocido por los que me rodean, sé que soy 
importante para ti”. 
“ ‘Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice 
Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”. 
(Jeremías 29:11) 
—“Señor, aunque me gustaría sentirme más seguro en mis relaciones con los 
demás, yo sé que estoy seguro en mi relación contigo”. 
“Jehová está conmigo; no temeré lo que me pueda hacer el hombre”. 
(Salmos 118:6) 
—“Señor, me gustaría que los demás estuvieran pendientes de mis necesidades, 
pero sé que tú has prometido llenarlas todas”. 
1455 
 
“Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas 
por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por 
su gloria y excelencia”. (2 Pedro 1:3) 
• Cambie sus actitudes. 
Dé los siguientes pasos que Filipenses 2:2–8 recomienda: 
“Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, 
sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes 
bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él 
mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo 
de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo 
Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa 
a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, 
hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se 
humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. 
(Filipenses 2:2–8) 
• Tenga como meta pensar lo 
mismo que Cristo. 
 
v. 2 
 
• No piense en sí mismo primero. 
 
v. 3 
 
• Dé preferencia a otra persona. 
 
v. 3 
 
• Primero considere los intereses 
del otro. 
 
v. 4 
 
• Tenga la misma actitud de 
Jesucristo. 
 
v. 5 
 
• No se aferre a su posición o a sus 
derechos 
 
v. 6 
 
• Busque maneras de servir de 
corazón. 
 
v. 7 
 
• Hable y actúe con humildad. 
 
v. 8 
 
• Esté dispuesto a morir a sus 
deseos. 
 
v. 8 
 
• Resuelva su enojo. 
—Determine si su ira es justificada. 
1456 
 
“El hombre impío endurece su rostro; mas el recto ordena sus caminos”. 
(Proverbios 21:29) 
—Decida cuál es la reacción apropiada. 
“[Hay] tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de 
hablar”. (Eclesiastés 3:7) 
1. ¿Qué tan importante es este asunto? 
 
2. ¿Se logrará algo bueno si lo menciono? 
 
3. ¿Debo aceptar mi enojo sólo ante el Señor? 
 
—Dependa del Espíritu Santo para que lo guíe. 
“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; 
porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que 
oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir”. (Juan 16:13) 
—Desarrolle un diálogo constructivo cuandose enfrente a alguien. 
“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis 
cómo debéis responder a cada uno”. (Colosenses 4:6) 
No hable sin haber perdonado. 
Sí… piense antes de hablar. 
No use frases como: “¿Cómo pudiste?” o “¿Por qué no puedes?” 
Sí… use declaraciones personales como: “Yo siento…” 
No traiga al caso las ofensas pasadas. 
Sí… apéguese al asunto a tratar en ese momento. 
No asuma que la otra persona está equivocada. 
Sí… escuche el otro punto de vista. 
No espere que lo entiendan automáticamente. 
Sí… sea paciente y siga reaccionando con amabilidad. 
“Con larga paciencia se aplaca el príncipe, y la lengua blanda quebranta los 
huesos”. (Proverbios 25:15) 
—Demuestre la gracia de Dios diciendo para sus adentros: 
“He puesto mi enojo sobre la cruz de Cristo”. 
“Ya no estoy controlado por la ira”. 
“Estoy vivo porque Cristo vive en mí”. 
“Permitiré que Cristo perdone a través de mí”. 
“Permitiré que Cristo ame a través de mí”. 
“Permitiré que Cristo revele su verdad a través de mí”. 
1457 
 
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y 
lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se 
entregó a sí mismo por mí”. (Gálatas 2:20) 
H. ¿Cómo debo comunicar mi ira? 
Antes de expresar su ira hacia los demás, tome tiempo para evaluar si realmente es 
necesario, apropiado y si cree que hacerlo logrará algo de provecho. Algunas 
personas simplemente no saben cómo manejar la ira y se vuelven hostiles y 
agresivos o débiles y pasivos. De cualquier manera, no se resuelve nada. Si lo único 
que desea es externar sus sentimientos, entonces hágalo delante de Dios o con otra 
persona, pero no con la que está enojado. Si se va a encontrar con esa persona, hay 
varias cosas que usted necesita hacer de antemano. 
• Examine sus motivaciones. 
• Sea realista en cuanto a sus expectativas. 
• Sepa de antemano lo que quiere lograr. 
• Evalúe lo válido de su petición. 
• Ensaye la manera en que va a tratar el tema. 
• Anticipe las posibles reacciones de la otra persona. 
• Piense bien cómo podría responder a tales reacciones. 
• Decida si está dispuesto a asumir cualquier consecuencia negativa. 
Si no está seguro en cuanto a lo que quiere hacer, hable con alguien sabio y 
confiable. 
Para elegir el lugar y la hora para platicar: 
• Seleccione el día y la hora que sea factible para ambos y que provea el ambiente 
adecuado para hablar y escuchar. 
• Reúnase en un lugar “neutral” para que ambos sientan equidad en importancia y 
oportunidad. 
I. Responda preguntas prácticas para resolver su ira actual 
Será de mucho beneficio hacer un alto y hacer algunas preguntas que estimulen sus 
pensamientos cada vez que sienta enojo. Cuando analice lo que está sucediendo 
“tras bambalinas” dejará de ser subjetivo y se hará más objetivo, dejará de estar 
controlado por su enojo y sacará el mayor provecho de él. Conforme vaya 
practicando la paciencia y adquiera más sabiduría, estará en mejor condición para 
someter su ira a los propósitos de Dios y le ayudará a no cometer pecado. 
“El que tarda en airarse es grande de entendimiento; mas el que es impaciente de espíritu 
enaltece la necedad”. 
(Proverbios 14:29) 
¿Qué me provoca enojo? 
¿Cómo lo expreso? 
1458 
 
¿Cuáles son las motivaciones que encendieron mi ira? 
¿Qué pienso de Dios en medio de este enojo? 
¿Cómo debo reaccionar ante el Señor y los demás en esta circunstancia? 
¿Qué puedo aprender de esta experiencia que en el futuro me ayudará a manejar 
mejor mi enojo? 
“Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el 
que toma una ciudad”. 
(Proverbios 16:32) 
J. Preguntas y respuestas sobre la ira 
Conforme aprenda a actuar en vez de reaccionar y le permita a Dios usar su ira para 
lograr sus propósitos divinos, estará mejor preparado para ofrecer esperanza de 
cambio para los demás. Las preguntas que siguen le ayudarán a prepararse para dar 
respuestas bíblicas a quienes viven en la esclavitud del enojo y que acuden a usted 
buscando ayuda y esperanza. 
“Santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para 
presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la 
esperanza que hay en vosotros”. 
(1 Pedro 3:15) 
PREGUNTA: “¿Qué debo hacer cuando siento que mi enojo se está saliendo de 
control?” 
RESPUESTA: Cuando sienta que la razón y el dominio propio están dando paso a un 
comportamiento irracional y descontrolado, meta freno y pida tregua. Es posible 
que no cambie el rumbo de la conversación, pero ésta continuará su escalada a 
menos que usted haga algo para evitar que empeore. 
—Deténgase y respire profundamente. 
—Levante las manos en señal de que se “rinde” en ese momento y que quiere 
poner un alto a la situación que se ha desencadenado. 
—Confiese que se está enojando más y más y que así no puede pensar con 
claridad porque la conversación no llevará a nada positivo y parece que no 
se está resolviendo nada. 
—Explique que quiere calmarse y esperar a que se enfríen las cosas dando una 
caminata alrededor de la cuadra, escuchando música, bañándose o haciendo 
cualquier cosa que le ayude a recuperar el control. 
—Si fuera posible, llegue a un acuerdo de reunirse después para seguir la 
conversación. 
—Si llega el momento en que parece imposible un acuerdo: 
—Pónganse de acuerdo en que pueden tener opiniones diferentes acerca de ese 
tema en particular, pero que no debe ser obstáculo para seguir teniendo una 
buena relación. 
—Recuerde que si dos personas siempre están de acuerdo en todo, su relación 
1459 
 
corre el riesgo de estancarse y no crecer. 
—Decida entablar conversaciones estimulantes en las que se puedan expresar 
las opiniones diversas para desarrollar la habilidad de escuchar, aprender de 
los demás, cuestionar sus propias opiniones y expresar su opinión ante los 
demás de manera clara y concisa. 
“No toma placer el necio en la inteligencia, sino en que su corazón se descubra… Recibid 
al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones”. 
(Proverbios 18:2; Romanos 14:1) 
PREGUNTA: “¿Cómo puedo evitar enojarme cuando conduzco? ¡Me enojo tanto 
cuando voy al volante!” 
RESPUESTA: En ocasiones experimentamos que al ir manejando alguien se nos 
atraviesa imprudentemente, nos insulta, nos hace señales groseras o nos da un 
golpe por detrás del carro con mala intención. Cualquiera que sea la situación, 
en el momento en que sienta molestia, ensaye las siguientes verdades: 
—“No tengo que enojarme”. 
—“Me rehúso a que alguien más controle mis emociones”. 
—“Decido estar calmado y sin irritarme”. 
“Señor, no sé que está pasando con (el nombre de la persona), pero te pido 
que me hagas sentir tu presencia en esta situación. 
“Señor, (nombre de la persona) tiene un problema. No voy a permitir que su 
problema se haga mío”. 
—“Voy a mantener la calma en las fuerzas de Cristo”. 
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. 
(Filipenses 4:13) 
PREGUNTA: “Uno de mis compañeros de trabajo ha amenazado con hacerme 
daño. ¿Qué debo hacer?” 
RESPUESTA: La gente airada puede perder el control y causar daño en sus 
posesiones o su persona. En casos extremos algunos han llegado a asesinar a sus 
compañeros de trabajo. Por ello usted debe: 
—Tomar en serio las amenazas. 
Asuma que si alguien lo amenaza lo va a cumplir. 
Mucha gente que hace violencia en el trabajo ha dado claro indicio de que 
era su intención hacerlo. 
—Siempre reporte la amenaza. 
Repórtela a su supervisor. 
Repórtela a un oficial de seguridad. 
Si es demasiado grave, repórtela a la policía. 
—Cuando se vea amenazado, proceda sabia y cautelosamente. 
1460 
 
Consulte el manual de procedimientos de su empresa respecto al código de 
conducta. 
Informe a la persona airada las consecuencias de sus amenazas. 
“El avisado ve el mal y

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