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História dos Cerrojos e Cerraduras

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AITIM ENERO-FEBRERO DE 2002
h e r r a j e s
Cerrojos egipcios
Conocemos su existencia a través
de dibujos funerarios y jeroglífi-
cos. Son de gran dimensión,
cercana a un codo. Penetraban
como un brazo a través del
montante de la hoja y accionaban
el cerrojo a modo de palanca, lo
que explica su gran tamaño.
El rey Anubis aparece en los
jeroglíficos, como encargado de
las puertas del Más Allá, soste-
niendo una llave de tres dientes,
los cuales se colocaban hacia
arriba y elevaban tres clavijas del
cerrojo, permitiendo a éste correr
y abrir la puerta. Las clavijas caen
por gravedad en huecos practica-
dos en el cerrojo (en este caso,
también de madera).
Cerrojos en la Biblia
Cerrojos son mencionados en el
Antiguo Testamento. Una antigua
referencia bíblica en Isaías revela
que la llave se llevaba colgada del
hombro lo que parece indicar que
eran de grandes dimensiones. En
el libro de Nehemías, capítulo 3
se refiere a ellos cuando se
reparaban las puertas del templo
de Jerusalén, probablemente en el
año 445 a. de C.
Más tarde, aunque con un sistema
primitivo, los griegos usaron por
primera vez un cerrojo que se
movía con una llave de hierro en
forma de hoz. La llave pasaba en
recto a través de un orificio de la
puerta y después se giraba. La
punta de la hoz enganchaba
entonces el cerrojo y lo levantaba,
abriendo la puerta. Era evidente-
mente poco seguro.
Cerrajería romana
Los romanos introdujeron los
cerrojos de hierro y las llaves de
bronce (con el resultado de que se
conservan más llaves que cerro-
jos).
También inventaron las guardas
Cerraduras primitivas
Los sistemas primitivos para
ajustar las puertas eran a base de
cuerdas y fibras entrelazadas con
nudos, tan intrincados como eran
posibles (de ahí viene el famoso
nudo gordiano, cortado por
Alejandro, en honor de Gordius,
rey de Frigia).
Cerraduras y llaves son conocidos
desde la antigüedad.
El cerrojo es originario de Medio
Oriente; el ejemplo más antiguo
que se conoce se encontró en las
ruinas del Palacio de Khorsavad,
del rey Sargon II que reinó desde
el año 722 al 705 a. de C. cerca de
Nínive. Es del tipo conocido
como de palanca de clavijas de
uso muy extendido por todo
Oriente Medio. Consistía en una
larga palanca de madera con una
forma parecida a un cepillo de
dientes, donde las cerdas están
formadas por clavijas que encajan
en huecos, formando un conjunto
ensamblado que simplemente se
levanta y puede deslizarse el
pasador.
Cerrojos de este tipo se han
encontrado también en Japón,
Noruega, Islas Feroe, India y
Zanzíbar y en el fondo mantenían
el mismo principio que los
actuales.
Cerradura primitiva de madera
El cerrojo es un mecanismo que ase-
gura la puerta de tal forma que no
pueda abrirse a no ser que se utilice
una llave o una serie de manipulacio-
nes a través de un código secreto. Sir-
ven para condenar la apertura de un
hueco. Deben ser fuertes para recibir
los empujes de forzamiento.
Cerradura de maestría
(interior). Francia, siglo
XVIII
J. ENRIQUE PERAZA
Evolución histórica de las
CERRADUR S
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BOLETÍN DE INFORMACIÓN TÉCNICA Nº 215
h e r r a j e s
de llave.1 Con las guardas, la llave
no podía girar dentro de la
cerradura a no ser que sus dientes
tuvieran el perfil cortado de tal
manera que sólo pasase a través
de ese perfil.
Durante siglos, el cerrojo depen-
dió del uso de guardas como
único medio para confiar su
seguridad la cual no era mucho,
ya que podían emplearse otros
medios para liberar las clavijas,
por muy complejas que fuesen.
Los romanos fueron los primeros
en fabricar llaves pequeñas, tanto
que algunas solían llevarse en los
dedos como anillos. También
inventaron el candado, aunque es
probable que fuera también
desarrollado de forma indepen-
diente por los chinos.
Funcionaban con llaves que
giraban y presionaban. Las llaves
de empuje eran de simple cons-
trucción: el cerrojo se quedaba en
posición por la expansión de un
muelle. Para desbloquearlo, el
muelle se comprimía o aplastaba
con la llave, lo cual liberaba el
cerrojo y podía deslizarse.
Los candados presentaban la
ventaja eran cerrojos adecuados
para la vida nómada y se conocen
desde tiempos inmemoriales
entre los mercaderes de las
antiguas rutas entre oriente y
occidente.
La cerrajería desde la
Edad Media
Los primeros cerrojos metálicos
medievales aparecen entre los
años 870 y 900 y se atribuyen a
artesanos ingleses. Eran simples
cerrojos de hierro con guardas
alrededor del ojo de la cerradura
para evitar el forzamiento.
La Edad Media fue una época de
grandes invenciones y adelantos
técnicos, uno de los cuales fue el
molino que transformaba la fuerza
del viento del aire o del agua en
fuerza de trabajo que se aplicó al
sistema de la ‘forja catalana’,
surgida a mediados del siglo XI
expandiéndose a toda España y a
Europa2. Es así que en toda
Europa se desarrolló una cerraje-
ría de alto nivel; el ‘hierro
románico’ con numerosos ejem-
plos en Cataluña y Navarra.
La arquitectura fue una de las
artes que más se benefició a
partir del gótico de su relación
con el hierro, especialmente en el
arte de la rejería pero también en
la cerrajería.
Se empezó a trabajar el hierro en
frío, no ya en la forja, con cince-
les y sierras, con trabajo de
retorcido de barrotes y corte y
calado de chapas. Se logró un alto
desarrollo de los cerrojos metáli-
cos, siendo especialmente famo-
sos los alemanes de la escuela de
Nüremberg3. Además se logró
una cierta normalización ya que
los cerrajeros eran contratados
por los diferentes reinos europeos
y arzobispados de Europa. Su
diseño venía muy influenciado por
el estilo gótico con una cada vez
más elaborada ornamentación que
continuó durante el Renacimien-
to.
Las partes móviles de los cerrojos
se ajustaban con gran precisión y
sus acabados eran muy decorados,
lo mismo que las llaves. La
seguridad dependía exclusivamen-
te de las guardas, el mecanismo
de bloqueo desarrollado con tanta
dificultad. Algunos refinamientos
complementarios eran los esca-
moteos del orificio, los ojos de
cerradura ciegos, lo que obligaba
a los ladrones a emplear un
tiempo suplementario antes de
forzar la cerradura.
Tanto en España, como en Europa,
se mantiene un alto nivel de
cerrajería en el siglo XVII. Bajo la
iniciativa del Cardenal-Infante,
que protegió a un grupo de
cinceladores, surgió, a mediados
del siglo XVII en Madrid una gran
escuela de cerrajería, en la que
uno de sus principales maestros
fue Alonso Martínez. La Escuela
de Cerrajería se extendió por casi
toda España e incluso tuvo un
gran mercado en América, crean-
do un tipo de cerradura y grandes
cerrajas barrocas que aun es
posible ver en puertas de conven-
tos e iglesias.
Pero es en Francia donde la
Candado antiguo con clave
numérica
Puerta de madera de Pompeya.
Posiblemente la puerta de
madera más antigua que se
conserva
Cerradura medieval
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AITIM ENERO-FEBRERO DE 2002
h e r r a j e s
cerrajería alcanzó casi un rango
regio. Desde mediados del siglo
XVI surgió allí una escuela de
patronazgo real de los reyes
Francisco I (1515-47) y Enrique II
(1547-59) que encargaron a sus
cerrajeros complejas cerraduras y
llaves para controlar las intrigas
amorosas y políticas de sus
palacios. Luis XIV gastó asom-
brosas cantidades de dinero en las
cerraduras de Versailles y otros
palacios. El dato más curioso es
la afición de Luis XIII y Luis XVI,
dispuestos a aprender de los
artesanos, la técnica de fabrica-
ción. De Luis XVI de Francia, se
dice que fue un gran cerrajero
pero un mal rey, que le acarreó
que le cortaran la cabeza junto a
su esposa María Antonieta. La
zarina Catalina la Grande (1762-
1796) tenía una de las más
notables colecciones de su
tiempo.
Cerraduras de maestría
La cerradura de maestría era la
obra que se exigía al aprendiz
para alcanzar el grado de maes-
tría. Institucionalizada por el
gremio en el siglo XV el aprendiz
dedicabaa su elaboración varios
años de trabajo, tras los cuales
debía demostrar el arte de forjar,
serrar, recortar, limar, cincelar y
encajar con absoluta precisión
todas las piezas de una compleja
cerradura. Con frecuencia presen-
tan mecanismos secretos que el
examinador debe descubrir por sí
mismo.
Desarrollo de los cerrojos
El siglo XVII fue pródigo en
avances de la cerrajería especial-
mente en la colonias americanas.
Como botón de muestra destaca-
mos que entre 1774 y 1920 se
patentaran 3000 variedades de
elementos de cerrajería.
El primer intento serio de mejorar
la seguridad del cerrojo se hizo en
1778 cuando Robert Barron
patentó en Inglaterra el cerrojo de
tambor de doble acción. Un
tumbador que hace de palanca, o
trinquete, que cae en un orificio
del pasador e impide que se
mueva hasta que es alcanzado por
la llave exactamente a la altura
adecuada, fuera del hueco. La
cerradura Barron tiene dos
palancas y la llave tiene que
alcanzar cada palanca en un
momento diferente antes de que
los pasadores puedan moverse.
Esta enorme ventaja ha sido
desde entonces el principio básico
de los cerrojos de palanca.
Pero incluso el cerrojo Barron
ofrecía poca resistencia a deter-
minados ladrones y en 1818
Jeremiah Chubb mejoró la palanca
de cerrojo incorporando un
detector, un muelle comprimido
que sujetaba cualquier palanca
que llegase demasiado arriba.
Joseph Bramah patentó en
Inglaterra en 1784 una cerradura
interesante en otra línea diferen-
te. Era una cerradura muy intrin-
cada consistente en un pequeño
tubo de metal con unos dientes
cortados. Cuando la llave es
empujada en la cerradura,
depresiona un número de piezas
deslizantes, cada una a determi-
nada profundidad, controlada por
los dientes. Sólo cuando las
piezas deslizantes están a la
distancia exacta, la llave puede
girarse y el pasador moverse.4
Los primeros candados de combi-
nación fueron orientales con tres
a siete anillos de caracteres o
letras que liberan el pestillo
cuando se alinean propiamente.
Las cerraduras de esfera o cua-
drante, tienen similar forma de
operar.
Entre las numerosas patentes
norteamericanas, antes menciona-
Cerradura castellana del siglo
XVI
Cerradura renacentista de
aspecto gótico
Cerradura alemana del siglo XVII
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BOLETÍN DE INFORMACIÓN TÉCNICA Nº 215
h e r r a j e s
das, destacamos en 1848 la de
Linus Yale: una palanca de clavi-
jas de adaptación en la línea de
las antiguas llaves egipcias. Las
clavijas en un cilindro (o bombín)
se elevan a determinada altura
por unos dientes haciendo posible
que éste girase. El número de
combinaciones de altura de las
clavijas (normalmente cinco),
junto al efecto de la guarda daba
un número casi ilimitado de
variaciones.
La llave yale es la que se ha
impuesto en la cerrajería moder-
na.
Actualmente existen cilindros de
puerta de diferentes perfiles y
longitudes que combinan los
cierres mecánicos con los electró-
nicos. Existen cilindros de llave
irreproducible y de comporta-
miento cortafuego.
En 1920 Walter Schlage avanzó el
concepto de cerradura de pomos
con cilindro, mecanismo de
bloqueo y botón de condena.
Ya en nuestra época el sector de
herrajes creció y mejoró
espectacularmente en los años 60.
Se empezaron a desarrollar los
cerrojos de funcionamiento
neumático, otros completamente
invisibles, magnéticos, de plásti-
co, de nylon, etc. Los herrajes
magnéticos provienen de la
industria naval que los había
venido utilizándo 25 años antes
de incorporarse a la carpintería y
el mueble.
Cilindros o bombines
actuales
Un cerrojo de cilindro es un
cuerpo fijo (o estátor) de metal
con un hueco cilíndrico con eje
horizontal. Se rellena con el
cilindro o bombín que es la parte
que gira con la llave que acompa-
ña el movimiento lineal del
cerrojo. Existen una serie de
orificios circulares tanto en el
bombín como en el cuerpo,
colocados en línea recta de la
misma forma que la llave. Cada
hueco se llena al menos con dos
pitones (pequeñas piezas cilíndri-
cas de metal) excepto en la parte
del fondo que toca a la llave, que
es en punta. Los pitones son de
distinta longitud y existe un
muelle superior en la cámara que
los empuja hacia abajo.
Cuando se introduce la llave y las
diferentes alturas de los pitones
empujan a sus piezas complemen-
tarias hasta alcanzar la línea de
corte entre el rotor y el estátor, la
llave puede girar y mover el
cerrojo.
El cilindro lleva marcado un
código de letras y números (como
la llave) que indica al cerrajero en
qué forma exacta se debe cortar la
llave para ajustarla en la línea
pitones.
Cerraduras actuales
Son herrajes que se aplican a las
hojas y se accionan por medio de
una llave, sale un pasador que
Cerradura inglesa. 1860 Cerradura alemana siglos XVIII-XIX. Exterior e interior
Cerradura Bramah. 1752 con
detalle de la cabeza de la llave
Cerradura del siglo XVIII
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AITIM ENERO-FEBRERO DE 2002
h e r r a j e s
penetra en la caja del cerradero.
Pueden constar de una cerradura
solamente (caso de puertas
exteriores y de calle), o pueden
tener además un resbalón accio-
nado por una manivela-manilla o
palanca con muletilla.
Por el lugar de colocación pueden
ser para embutir (por canto o de
cara) o de sobreponer (para adosar
a la cara de la puerta). Un tercer
sistema sería el parcialmente
encajado en la cara.
La cerradura para embutir presen-
ta un acabado ‘noble’ en la cara
vista e ‘industrial’ en la parte
oculta. El acabado noble puede
ser latonado, latón pulido o acero
inoxidable.
La cerradura de sobreponer o
cerrojo acciona el pasador con
muletilla (que gira 90º), con
botón (que gira progresivamente)
o con cilindro (llave)
Picaportes y cerraderos
El picaporte es una parte de la
cerradura que acciona un cerrojo
biselado, llamado resbalón; al
liberar el muelle que lo compri-
me, lo introduce en una caja
practicada en el cerco. Se libera la
hoja de la puerta por la acción de
la manivela que presiona el
muelle. El picaporte, normalmen-
te con forma de petaca, dispone
de un orificio cuadrado por donde
pasa el vástago o cuadradillo de
la manivela.
El resbalón puede ser universal
(simple), o llevar incorporado
condena y cerradura en un mismo
bloque.
Muchas veces se emplea resbalón
vulgarmente para referirse al
picaporte y a éste para referirse a
la cerradura.
El cerradero o escudo es la pieza
metálica que se coloca en el cerco
para que penetre el picaporte y el
cerrojo o pasador (en su caso) sin
Cerraduras del siglo XIX
Cilindro actual
Cilindro de llave de puntos
Esquema del picaporte
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h e r r a j e s
dañar la madera. La hoja debe
disponer de huecos distintos para
el picaporte y el cerrojo.
El hueco o mortaja del cerco se
realiza con fresadora, si se ejecuta
en fábrica o con formón, si se
realiza in situ y se protege con el
escudo.
Algunos carpinteros ofrecen como
valor añadido a sus puertas,
cerraduras completas que el
usuario tiene la libertad y la
posibilidad de incorporar en el
futuro (condena, cerradura, etc.)
Otro valor añadido a los herrajes
de cierre son los
amaestramientos: llaves maestras
que en una sola unidad centrali-
zan todas las llaves relacionadas
con la vivienda.
La mística de las llaves
Durante siglos, las llaves repre-
sentaron autoridad, seguridad y
poder. La divinidad y los santos
son descritos como poseedores de
las llaves del Reino. Reyes,
emperadores y nobles, ciudades y
villas incorporan el signo de las
llaves a sus escudos de armas y
sellos. La entrega de las llaves a
un castillo, fortaleza o ciudad era
un ceremonial.
En la torre de Londres, el
beefeater, vestido al estilo tudor,
entrega mediante un ceremonial,
las llaves de la reina en la antigua
fortaleza al finalizar la jornada.
Principales tipos de llaves
a través de la historia
Llave, del latin clavis, es una
pequeña pieza metálica que se
introduce en la cerradura para
accionar el mecanismoal abrir o
cerrar.
Los principales tipos de llaves on
los siguientes:
Llaves clásica o de cifras
Estas cerraduras se califican como
De cifra porque muchos de sus
perfiles evocan cifras.
Llave de paletón
Cada diente de la llave tiene una
altura determinada. Cada uno de
ellos debe coincidir con el negati-
vo del perfil de una chapa metáli-
ca. Todas las chapas están unidas
entre sí formando un bloque, de
tal forma que al girar la llave se
empuja el bloque completo que
hace deslizarse al cerrojo. El
conjunto se completa con un
resbalón, para que la puerta no
quede totalmente suelta. La llave
puede tener dos palas dentadas,
en cuyo caso el mecanismo del
cerrojo debe ser movido en dos
lados opuestos.
Llave Yale
Es una llave excéntrica. Funciona,
como se ha dicho, al levantar una
serie de vástagos metálicos, hasta
que éstos queden alineados con el
cilindro de giro del bombín.
Llave de puntos
Es una llave de seguridad. Funcio-
na como la llave Yale salvo que
los vástagos, en lugar de estar en
el mismo plano que la llave, se
encuentran en tres planos diferen-
tes, girados a 120º. Es, por tanto
mucho más precisa y más difícil
de forzar.
Notas
1 rodetes o hierro que impide pasar la
llave para correr el pestillo y en las
llaves, la rodaplancha o hueco que hay en
el paletón por donde pasa el rodete.
2 La forja catalana consistía en el
aprovechamiento de la fuerza hidráulica
LLave merovingia. SIglo V Llave vikinga
para mover los grandes fuelles de horno
para fundición, que producían una fuerte
y constante corriente de aire, que
provocaban altísimas temperaturas,
hasta entonces imposibles de conseguir.
3 La escuela cerrajera alemana sobrepasa
en los siglos XVII y XVIII en habilidad y
complejidad mecánica a la de los demás
países. Es en Nuremberg, centro
metalúrgico de Alemania por excelencia,
en donde se producen magníficas
cerraduras, candados y cajas fuertes,
admiradas por su tecnología y exporta-
das a toda Europa. Es allí donde trabaja
el cerrajero Michael Mann, que produce
las hoy apreciadísimas por los coleccio-
nistas cajitas o joyeros, en los que la
cerradura es la primera y más importante
joya.
4 Joseph Bramahes una figura central en
la primera época victoriana que influyó
en la cerrajería y en los insrtumentos
mecánicos siguientes. Como Henry Ford,
su influencia es probablemente mayor
por los procesos que desarrolló, que por
el propio producto en sí mismo. Los
diseños de cerraduras y llaves de Bramah
son extremadamente simples y sin
problemas de diseño que se siguen
fabricando desde 1784 hasta la actuali-
dad.
Las 7 delgadas clavijas visibles en la foto
adjunta penetran en los huecos a
diferentes profundidades.
Las llaves son extremadamente simples,
aunque sus tolerancias son tan finas que
requieren protección de la suciedad y se
suministran con una caperuza. La firma
Joseph Bramah es todavía la marca
comercial de Bramah company.
Bramah Security Equipment Ltd 31,
Oldbury Place, London W1M 3AP
Grabado extraido del Nuevo
Larousse Illustré «Dictionnaire
Universel Encyclopédique» en 7
volumes Paris (1900 - 1910)

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