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Una retinopatía puede darse con cualquier tipo de diabetes; La principal causa de la aparición de la retinopatía diabética es un control inadecuado de la diabetes; La probabilidad de que pueda ocurrir están relacionada con la duración de la enfermedad: cuanto más tiempo se padezca la diabetes, mayor será el riesgo de padecer retinopatía diabética. Un control adecuado de la diabetes puede retrasar el inicio y el empeoramiento de la retinopatía diabética. Con el tratamiento y diagnóstico precoz se puede reducir el riesgo de ceguera en un 95 %. La retinopatía diabética es una complicación grave de la diabetes que afecta a la retina, la parte de los ojos responsable de capturar señales de luz y de enviarlas al cerebro. Se trata de una alteración que afecta a la circulación sanguínea en los vasos más pequeños (capilares), que son los responsables de transportar oxígeno y nutrientes a los diferentes tejidos del ojo. Se diagnostica en aproximadamente un tercio de los pacientes con diabetes y es la primera causa de pérdida de visión (una disminución significativa en la capacidad visual) y ceguera en los países desarrollados. Existen dos tipos principales de retinopatía diabética, la no proliferativa y la proliferativa. RETINOPATÍA NO PROLIFERATIVA Se caracteriza por el debilitamiento y la dilatación de las paredes de los capilares (microaneurisma), hemorragias (hemorragia retiniana), edemas (trasudación de fluidos de las paredes de los capilares o acumulación de lípidos y proteínas, que provocan un engrosamiento de la retina) e isquemia en ciertas áreas (la muerte de las células de la retina debido a la falta de oxígeno en los tejidos provocada por la obstrucción capilar). Un riego sanguíneo insuficiente en la retina (que le impida funcionar correctamente) determina el cambio a retinopatía proliferativa. RETINOPATÍA PROLIFERATIVA Es más grave y puede dar lugar, con el tiempo, a la pérdida de visión y a la ceguera. Al reducirse el suministro de oxígeno se estimula la producción de nuevos capilares sanguíneos anómalos (este fenómeno se conoce como neovascularización), que se multiplican sin control en la superficie de la retina. Las paredes de estos nuevos capilares son muy frágiles y, por ello, cuando se rompen provocan hemorragias cada vez más graves y la formación de tejido cicatricial, cuya acumulación puede causar un desprendimiento de retina. Como la retinopatía diabética no suele presentar síntomas precoces, las personas con diabetes deben someterse a menudo a pruebas oculares (al menos una vez al año). Las mujeres embarazadas con diabetes deben someterse a una prueba ocular tan pronto como sea posible. Las principales pruebas oculares que ayudan a diagnosticar la retinopatía diabética son: Prueba de agudeza visual, que detecta la capacidad para ver a distintas distancias; Tonometría ocular, que mide la presión intraocular; Exploración de fondo de ojo, que incluye la administración de gotas en los ojos para dilatar las pupilas y permitir que el médico examine a la vez la retina y el nervio óptico; Angiografía con fluoresceína de la retina, que incluye la inyección de un medio de contraste (fluoresceína) para lograr que se vean los vasos sanguíneos e identificar puntos de ruptura; Tomografía de coherencia óptica (TCO), que examina en detalle la región central de la retina (mácula) y el nervio óptico. COMPLICACIONES DE LA DIABETES: LA RETINOPATÍA DIABÉTICA ¿CUÁLES SON LAS DIFERENCIAS ENTRE LA RETINOPATÍA DIABÉTICA “NO PROLIFERATIVA” Y LA “PROLIFERATIVA”? ¿CÓMO PUEDE PREVENIR LA RETINOPATÍA DIABÉTICA? ¿CUÁLES SON LAS CAUSAS PRINCIPALES DE LA RETINOPATÍA DIABÉTICA? REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: National Institute of health – National Eye Institute (https://nei.nih.gov); Ministero della Salute (http://www.salute.gov.it); American Diabetes Association (http://www.diabetes.org); International Agency for the Prevention of Blindness-IAPB (http://www.iapb.it); Istituto superiore di Sanita- Epicentro (http://www.epicentro.iss.it); Humanitas research hospital (http://www.humanitas.it).
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