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Capítulo 7 Ganarse la vida 175 un marco conceptual para comprender diferen- tes estrategias adaptativas humanas y sistemas económicos, que van desde la caza y la recolec- ción, hasta la agricultura y el pastoreo. El antropólogo Yehudi Cohen (1974b) usó el término estrategia adaptativa para describir el sistema de producción económica de un grupo. Cohen argumentó que la similitud entre dos (o más) sociedades que no están relacionadas entre sí se debe a que cuentan con la misma estrategia adaptativa; tal es el caso de las que se dedican al forrajeo (caza y recolección). A partir de relacio- nar las economías y las características sociales, Cohen desarrolló una tipología que señala cinco estrategias adaptativas: forrajeo, horticultura, agricultura, pastoreo e industrialismo. En el presente capítulo se desarrollan las primeras cuatro estrategias, pues el industrialismo se dis- cute en el capítulo “El sistema mundial y el co- lonialismo”. FORRAJEO Hace unos 10 000 años, todas las personas eran forrajeras o cazadores-recolectores. Sin embargo, diferencias ambientales crearon contrastes sus- tanciales entre los forrajeros: los que vivieron en Europa durante las eras de hielo se dedicaron a la caza de presas grandes; en la actualidad, en el Ártico los forrajeros cazan grandes mamíferos y animales de rebaño y tienen mucho menos ver- duras y variedad en sus dietas que los del tró- pico. En general, conforme uno se mueve desde áreas más frías a más cálidas, el número de espe- cies aumenta. Los trópicos cuentan con biodiver- sidad, es decir, una gran variedad de especies de plantas y animales. Los forrajeros del trópico por lo general cazan y recolectan esa diversidad de vida vegetal y animal. Lo mismo puede prevale- cer en áreas templadas, como en la costa del Pací- fi co norte de Norteamérica, donde los forrajeros nativos americanos aprovecharon una rica varie- dad de recursos terrestres y marinos, incluidos salmón, otras especies de peces, moras, cabras monteses, focas y mamíferos marinos. No obs- tante, para subsistir, a pesar de la diversidad am- biental, todas las economías forrajeras se apoya- ron en los recursos naturales disponibles, en lugar de controlar la reproducción de plantas y animales. Tal control se produjo con la llegada de la do- mesticación de animales (inicialmente ovejas y cabras) y el cultivo de plantas (trigo y cebada), que comenzó hace 10 000 a 12 000 años en el Me- dio Oriente. En América surgió de manera inde- pendiente el cultivo de diferentes especies, como el maíz, la mandioca (casabe) y las papas. En am- bos hemisferios la nueva economía se extendió rápidamente. En la actualidad, casi todos los fo- rrajeros en cierta medida dependen de los pro- ductores de alimentos o de su producción (Kent, 1992). En tiempos modernos y en ciertos ambientes la estrategia forrajera representó una forma de sobrevivencia (vea la fi gura 7.1), sobre todo en algunas islas y bosques, en desiertos y áreas muy frías, lugares donde la producción de alimentos no era factible con tecnología simple (vea Lee y Daly, 1999). En muchas áreas, los forrajeros pu- dieron optar por la producción de alimentos; sin embargo, no lo hicieron porque sus propias eco- nomías les proporcionaban una dieta perfecta- mente adecuada y nutritiva, con mucho menos trabajo. En otras áreas, las personas regresaron al forrajeo después de dedicarse a la producción de alimentos y abandonarla. En la mayoría de las áreas donde sobrevivieron los cazadores-recolec- tores, el forrajeo debe describirse como “reciente” en lugar de “contemporáneo”. Todos los forraje- ros modernos viven en estados-nación, depen- den en cierta medida de la ayuda gubernamental y mantienen contactos con los vecinos que pro- ducen alimentos, así como con misioneros y otros extranjeros. Los forrajeros modernos no deben verse como sobrevivientes aislados u originales de la edad de piedra. Fuerzas regionales (por ejemplo, el comercio y la guerra), políticas nacio- nales e internacionales, y eventos políticos y eco- nómicos en el sistema mundial infl uyen en los forrajeros modernos. Aunque el forrajeo está desapareciendo como forma de vida, en África todavía existen dos amplios cinturones en que aún se lleva a cabo. Uno en el desierto del Kalahari, al sur, el hogar de los san (“bosquimanos”), que incluyen a los ju/’hoansi (vea Kent, 1996; Lee, 2003). El otro es la selva ecuatorial de África central y oriental, hogar de los mbuti, efe y otros “pigmeos” (Bailey et al., 1989; Turnbull, 1965). En ciertas selvas remotas de Madagascar; en el sureste asiático, incluso en Malasia y en Filipinas; y en algunas islas fuera de la costa de India (Lee y Daly, 1999) la gente se dedicó o aún practica el forrajeo de subsistencia. En épocas recientes, los aborígenes de Australia son los más conocidos; éstos viven en su isla continente desde hace más de 50 000 años y no han desarrollado aún la pro- ducción de alimentos. En el hemisferio occidental, los esquimales, o inuit, de Alaska y Canadá son cazadores re- cientes y bien conocidos; para realizar sus acti- vidades de subsistencia ahora usan tecnología moderna, con rifl es y motocicletas de nieve (Pelto, 1973). Las poblaciones nativas de Cali- fornia, Oregón, Washington, Columbia Britá- nica y Alaska fueron todas forrajeras, así como las del interior subártico de Canadá y los Gran- des Lagos. Para muchos nativos americanos, la pesca, la caza y la recolección son actividades de subsistencia (y en ocasiones comerciales) importantes. estrategia adaptativa Medios para ganarse la vida; sistema productivo. 176 PARTE 2 Valorar la diversidad cultural Los forrajeros costeños también vivieron cerca de la punta sur de Sudamérica, en la Patagonia. En los pastizales de Argentina, del sur de Brasil, Uruguay y Paraguay también existieron cazado- res-recolectores. Los aché contemporáneos en Paraguay reciben la denominación “cazadores- recolectores”, aun cuando sólo un tercio de su sustento lo consiguen del forrajeo. Los aché tam- bién son agricultores, domestican animales y vi- ven en o cerca de misiones, donde reciben ali- mentos de los misioneros (Hawkes, O’Connell y Hill, 1982; Hill et al., 1987). El estilo de vida cazador-recolector persiste en algunas áreas que podrían cultivarse, incluso después del contacto con agricultores. Los indí- genas forrajeros tenaces que vivían en lo que ahora es California, Oregón, Washington y Co- lumbia Británica se sostenían de manera muy adecuada a través de la caza y la recolección y no pretendían dedicarse a la producción de alimen- tos (vea la sección acerca del potlatch al fi nal de este capítulo). Conforme se extiende el moderno sistema mundial, el número de forrajeros sigue en declive. La recapitulación 7.1 resume las ubi- caciones y características de los forrajeros. Los san: antes y ahora A lo largo del mundo, los forrajeros sobrevivieron en ambientes que planteaban grandes obstácu los a la producción de alimentos. (Algunos forrajeros se refugiaron en tales áreas después del surgi- miento de la producción de alimentos, el Estado, el colonialismo o el moderno sistema mundial.) Las difi cultades de cultivar en el Polo Norte son obvias. En África del sur, el área dobe ju/’hoansi san, que estudió Richard Lee, está rodeada por un cinturón de 70 a 200 kilómetros de extensión sin agua. El acceso al área es difícil, además de que no hay evidencia arqueológica de que productores de alimentos la hayan ocupado antes del siglo xx (So- lway y Lee, 1990). Los límites ambientales a otras estrategias adaptativas no son las únicas razones por las que sobrevivieron los forrajeros. Sus ni- chos tienen una cosa en común: la marginalidad en la que se encuentran. Sus ambientes no son de interés inmediato para los grupos con otras estra- tegias adaptativas. En la actualidad se estima que existen 100 000 san que viven en la pobreza en los márgenes de la sociedad. Cada año, más y más forrajeros que- OCÉANOPACÍFICO OCÉANO PACÍFICO OCÉANO ÍNDICO OCÉANO ATLÁNTICO OCÉANO ATLÁNTICO OCÉANO ÁRTICO Ecuador Trópico de Cáncer 80°N 0° 20°N 40°N 20°S 40°S 100°W120°W140°W 60°S 20°S 0° 20°N 40°N 80°N 0°20°W 60°E 80°E 160°E Trópico de Capricornio Círculo Antártico Círculo Ártico 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 23 24 30 25 22 20 18 17 19 29 26 21 27 28 2 000 km 0 0 1 000 2 000 mi 1 000 Forrajeros (cazadores-recolectores) históricamente conocidos 1. Esquimales o inuit 2. Indígenas subárticos 3. Indígenas de la costa noroeste 4. Indígenas de la meseta 5. Indígenas de California 6. Indígenas de la gran cuenca 7. Indígenas de la planicie 8. Cazadores-recolectores de la cuenca amazónica 9. Indígenas del gran Chaco 10. Tehuelche 11. Fueguinos 12. “Pigmeos” 13. Okiek 14. Hadza 15. San 16. Nativos australianos 17. Maorí 18. Toala 19. Agta 20. Punan 21. Kubu 22. Semang 23. Isleños andama- neses 24. Mlabri 25. Vedda 26. Kadar 27. Chenchu 28. Birhor 29. Ainu 30. Chukchi FIGURA 7.1 Distribución mundial de cazadores-recolectores recientes. FUENTE: Adaptación del mapa y la clave de Ray Sim, en Göran Burenhult, ed., Encyclopedia of Humankind: People of the Stone Age (McMahons Point, NSW, Australia: Weldon Owen, 1993), p. 193. © Weldon Owen Pty. Ltd. Usada con permiso.
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