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Sistema Genital Masculino

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El sistema genital masculino está formado por los testículos, los epidídimos y las vías espermáticas, así como por las glándulas sexuales accesorias y el pene. Las funciones del testículo son la producción de espermatozoides y la síntesis y la secreción de andrógenos, en especial testosterona. Los fenómenos de división celular que conducen a la formación de los espermatozoides maduros comprenden tanto divisiones normales (mitosis) como una división reductora (meiosis) para lograr una cantidad cromosómica haploide y un contenido haploide de DNA. La secreción de andrógenos por el testículo comienza al principio de la vida fetal y es indispensable para que continúe el desarrollo normal del feto masculino. En la pubertad la reanudación de la secreción de andrógenos inicia y mantiene la producción de espermatozoides (espermatogénesis), la secreción por las glándulas sexuales accesorias (p. ej., próstata y vesículas seminales) y el desarrollo de las características sexuales secundarias.
Consideraciones funcionales: regulación hormonal de la espermatogénesis 
La función testicular normal depende de hormonas que actúan por mecanismos endocrinos y paracrinos. La función endocrina del testículo está a cargo de la población de células de Leydig que sintetizan y secretan el andrógeno circulante principal: la testosterona. Casi toda la testosterona es producida por el testículo; menos del 5 % proviene de las glándulas suprarrenales. Se calcula que en los seres humanos la población total de células de Leydig produce unos 7 mg de testosterona por día. Conforme abandona las células de Leydig, la testosterona se introduce en los capilares sanguíneos y linfáticos y atraviesa el tejido peritubular para alcanzar el epitelio seminífero. Para la proliferación y la diferenciación de las células espermatogénicas se necesitan concentraciones locales elevadas de testosterona (se calcula que son 200 veces más altas que las concentraciones de la hormona circulante). Las concentraciones testiculares elevadas de testosterona pueden ser reducidas en forma significativa por retrocontrol negativo de la hormona exógena. La investigación exhaustiva en este campo se concentra en el desarrollo de un prototipo de fármaco anticonceptivo masculino basado en la testosterona. En los estudios clínicos iniciales se ha comprobado que estos fármacos causan una disminución significativa de la concentración testicular de testosterona y la inhibición de la espermatogénesis. Luego de suspender el uso del anticonceptivo se restaura la espermatogénesis. Sin embargo, en algunas personas este tipo de anticonceptivo no es eficaz y no produce la supresión espermatogénica. 
La concentración periférica de testosterona influye sobre los fenómenos siguientes:
• Diferenciación del sistema nervioso central (SNC) y del sistema genital (gónadas y vías espermáticas).
 • Desarrollo y mantenimiento de las características sexuales secundarias (como la barba, la distribución masculina del vello del pubis, la voz grave). 
• Desarrollo y mantenimiento de las glándulas sexuales accesorias (vesículas seminales, próstata y glándulas bulbouretrales), vías espermáticas y genitales externos (sobre todo por los productos de la conversión de la testosterona en DHT). 
• Procesos anabólicos y metabólicos generales, incluidos el crecimiento del esqueleto, el desarrollo del músculo esquelético, la distribución del tejido adiposo subcutáneo y la función renal.
• Conducta, incluida la libido. 
Las actividades esteroidogénica y espermatogénica del testículo son reguladas por la interacción hormonal del hipotálamo, el lóbulo anterior de la hipófisis y las células gonadales (o sea, células de Leydig, células espermatogénicas y células de Sertoli). El lóbulo anterior de la hipófisis produce tres hormonas que participan en este proceso: hormona luteinizante (LH), que en el varón a veces recibe el nombre de hormona estimulante de las células intersticiales (ICSH); hormona foliculoestimulante (FSH) y prolactina (PRL). En respuesta a la liberación hipofisaria de LH, las células de Leydig producen cantidades cada vez mayores de testosterona. La PRL actúa en combinación con la LH para acrecentar la actividad esteroidogénica de las células de Leydig. Dado que tienen receptores de FSH y testosterona, las células de Sertoli son los reguladores primarios de la espermatogénesis.
Una cápsula muy gruesa de tejido conjuntivo denso, llamada túnica albugínea, cubre cada testículo (Fig. 22.4). La parte interna de esta cápsula, la túnica vasculosa, es una lámina de tejido conjuntivo laxo que contiene vasos sanguíneos. Cada testículo está dividido en alrededor de 250 lobulillos por tabiques incompletos de tejido conjuntivo que se proyectan desde la cápsula. A lo largo de la superficie posterior del testículo, la túnica albugínea aumenta su espesor y se mete dentro del órgano para formar el mediastino testicular. Los vasos sanguíneos, los vasos linfáticos y la vía espermática atraviesan el mediastino testicular al entrar o al salir del testículo. Cada lobulillo está compuesto por varios túbulos seminíferos m uy contorneados. Cada lobulillo testicular consiste en 1 a 4 túbulos seminíferos en los que se producen los espermatozoides y un estroma de tejido conjuntivo en la que hay células intersticiales de Leydig (Fig. 22.5). Cada túbulo dentro del lobulillo describe un asa, está muy contorneado a causa de su longitud considerable y se pliega sobre sí mismo. Los extremos del asa están cerca del mediastino testicular, donde adoptan un curso recto que se extiende por una distancia corta. Este segmento del túbulo seminífero recibe el nombre de túbulo recto. Se continúa con la red testicular o red de Haller, que es un sistema de conductos anastomosados dentro del medias 
Los túbulos seminíferos están compuestos por un epitelio seminífero rodeado por una túnica o lámina propia. Cada túbulo seminífero tiene una longitud de unos 50 cm (espectro: 30 a 80 cm) y un diámetro que varía entre 150 y 250 jJm. El epitelio seminífero es un epitelio estratificado complejo y poco habitual que está compuesto por dos poblaciones celulares básicas: 
• Células de Sertoli, también llamadas células sustentaculares o de sostén. Estas células no se dividen después de la pubertad. Las células de Sertoli son células cilindricas con prolongaciones apicales y laterales extensas que rodean las células espermatogénicas contiguas y ocupan los espacios que hay entre ellas. Sin embargo, esta configuración intrincada de las células de Sertoli no puede distinguirse bien en los cortes de rutina teñidos con hematoxilina y eosina (H-E). Las células de Sertoli les imparten organización estructural a los túbulos porque se extienden a través de todo el espesor del epitelio seminífero. 
• Células espermatogénicas, que con regularidad se dividen y se diferencian en espermatozoides maduros. Estas células derivan de las células germinativas primordiales originadas en el saco vitelino que colonizan las crestas gonadales durante la etapa inicial del desarrollo de los testículos. Las células espermatogénicas se organizan en capas mal definidas de desarrollo progresivo entre células de Sertoli contiguas (Fig. 22.6). Las células espermatogénicas más inmaduras, llamadas espermatogonias, están apoyadas sobre la lámina basal.
Las células más maduras, llamadas espermátidas, están adheridas a la porción apical de la célula de Sertoli en contacto con la luz del túbulo.
La túnica (lámina) propia, también llamada tejido peritubular es un tejido conjuntivo multiestratificado que carece de fibroblastos típicos. En los seres humanos está compuesta por tres a cinco capas de células mioides (células peritubulares contráctiles) y fibrillas colágenas ubicadas por fuera de la lámina basal del epitelio seminífero (véase la Fig. 22.6). En el nivel ultraestructural las células mioides exhiben características asociadas con las células musculares lisas, a saber: una lámina basal y gran cantidad de filamentos de actina. También tienen un retículo endoplásmico rugoso (RER) abundante,lo cual es un reflejo de su papel en la síntesis de colágeno dado que no hay fibroblastos típicos. Las contracciones rítmicas de las células mioides crean ondas peristálticas que contribuyen a mover los espermatozoides y el líquido testicular a lo largo de los túbulos seminíferos hacia las vías espermáticas. Por fuera de la capa mioide hay vasos sanguíneos y una vasculatura linfática extensa, así como células de Leydig Como una consecuencia normal del envejecimiento, la túnica propia aumenta de espesor. Este engrasamiento se acompaña de una disminución del ritmo de producción de espermatozoides y una reducción general del tamaño de los túbulos seminíferos. El engrasamiento excesivo de la túnica propia en la juventud se asocia con infertilidad.
Las células de Leydig (células intersticiales) son células poliédricas grandes y eosinófilas que de manera característica contienen inclusiones lipídicas. Con frecuencia también tienen pigmento lipofúscínico y cristales citoplásmicos bastoniformes distintivos llamados cristales de Reinke. Aunque su índole y su función exactas siguen sin conocerse, es probable que sean un producto proteico de la célula. Al igual que otras células secretoras de esteroides, las células de Leydig tienen un retículo endoplasmático liso (REL) complejo que es la causa de su eosinofilia. Las enzimas necesarias para la síntesis de testosterona a partir del colesterol están asociadas con el REL. En las células de Leydig también hay mitocondrias con crestas tubulovesiculares, otra característica de las células secretoras de esteroides. Las células de Leydig se diferencian y secretan testosterona durante las primeras etapas de la vida fetal. La secreción de testosterona es necesaria en el desarrollo embrionario, la maduración sexual y la función reproductora:
• En el embrión la secreción de testosterona y otros andrógenos es indispensable para el desarrollo normal de las gónadas en el feto masculino. 
• En la pubertad la secreción de testosterona inicia la producción de espermatozoides, la secreción de las glándulas sexuales accesorias y el desarrollo de las características sexuales secundarias. 
• En el adulto la secreción de testosterona es indispensable para el mantenimiento de la espermatogénesis y de las características sexuales secundarias, las vías espermáticas y las glándulas sexuales accesorias.
Las células de Leydig son activas en la diferenciación inicial del feto masculino y luego sufren un período de inactividad que comienza más o menos a los 5 meses de vida fetal. Las células de Leydig inactivas son difíciles de distinguir de los fibroblastos. Cuando las células de Leydig se exponen a la estimulación gonadotrópica en la pubertad, otra vez se convierten en células secretoras de andrógenos y permanecen activas durante toda la vida.
Correlación clínica: factores que afectan la espermatogénesis
Las células espermatogénicas son muy sensibles a los agentes nocivos. Luego de la exposición a estos agentes es fácil detectar alteraciones degenerativas como la apoptosis, la exfoliación prematura de las células o la formación de células gigantes multinucleadas. Entre los factores que afectan negativamente la espermatogénesis pueden mencionarse los siguientes:
 • Deficiencias nutricionales. Se sabe que las dietas deficientes alteran la espermatogénesis. Se ha comprobado que las vitaminas, las coenzimas y los oligoelementos (p. ej., vitaminas A, B12, C y E, ^-carotenos, cinc y selenio) afectan la formación de los espermatozoides. 
• Factores ambientales/estilo de vida. Un estudio reciente realizado en Dinamarca comparó los recuentos de espermatozoides en dos grupos de varones jóvenes de poblaciones rural y urbana. En los varones del grupo rural el promedio de los valores del recuento de espermatozoides fue más alto (24%) en comparación con el grupo urbano. 
• Trastornos del desarrollo embrionario. Se ha comprobado que la criptorquidia, las hipospadias y factores como el peso bajo al nacer son factores de riesgo importantes para el cáncer testicular asociado con una disminución de la calidad del semen y una reducción de la fertilidad. 
• Enfermedades sistémicas o infecciones locales. Las infecciones que afectan los testículos (orquitis) pueden tener un efecto sobre la espermatogénesis. Los trastornos sistémicos que pueden alterar la espermatogénesis comprenden la fiebre, las nefropatías, las infecciones por HIV y otros virus y las enfermedades metabólicas. 
• Temperatura testicular elevada. Un estilo de vida sedentario puede alterar la capacidad para mantener la temperatura baja de los testículos en las bolsas. La temperatura escrotal más alta que el promedio se ha vinculado con una deficiencia en la espermatogénesis. • Hormonas esferoides y fármacos relacionados. La exposición a estrógenos sintéticos (dietilestilbestrol) y a otros esteroides sexuales puede ejercer un retrocontrol negativo sobre la secreción de FSH, con la consiguiente reducción de la espermatogénesis. La exposición prenatal a los estrógenos puede inhibir en potencia la secreción de las gonadotrofinas fetales y la proliferación de las células de Sertoli.
• Agentes tóxicos. Los agentes mutágenos, las antimetabolitos y algunos pesticidas (p. ej., dibromocloropropano [DBCP]) pueden afectar drásticamente la espermatogénesis y la producción de espermatozoides normales. El DBPC es un nematocida que todavía se usa en algunos países en desarrollo. En los seres humanos se ha comprobado que la exposición causa una disminución importante del recuento de espermatozoides e infertilidad. Otros agentes que pueden afectar la fertilidad comprenden sustancias químicas en los plásticos (p. ej., ftalatos), pesticidas (p. ej., DDT), productos de la combustión (p. ej., dioxinas), bifenilos policlorados (PCB), etcétera. La mayor parte de estos productos químicos tienen propiedades estrogénicas muy débiles y pueden afectar la fertilidad. La toxicidad directa para las espermatogonias está vinculada con cambios en la calidad de los espermatozoides.
• Radiación ionizante y agentes alquilantes. Se ha comprobado que el gas mostaza nitrogenada y la procarbazina ejercen efectos tóxicos sobre las espermatogonias. La radiación electromagnética y las microondas también afectan la cantidad y la motilidad de los espermatozoides. Las células en proliferación son particularmente sensibles a los agentes mutágenos y a la carencia de metabolitos esenciales. En consecuencia, las células de Sertoli (que no sufren divisiones), las células de Leydig y las células madre de reserva (que tienen una actividad mitótica baja) son mucho menos vulnerables que las células espermatogénicas en diferenciación, las cuales se dividen activamente.
ESPERMATOGÉNESIS 
La espermatogénesis es el proceso por el cual los espermatogonios dan origen a los espermatozoides. La espermatogénesis, es decir el proceso por el cual se producen los espermatozoides, comprende una serie de fenómenos complejos y singulares. Comienza poco antes de la pubertad bajo la influencia de las concentraciones cada vez mayores de gonadotrofinas hipofisarias y continúa durante toda la vida. C on fines descriptivos, la espermatogénesis se divide en tres fases distintas:
• Fase espermatogénica, en la cual los espermatogonios se dividen por mitosis para reemplazarse a sí mismos y para proveer una población de espermatogonios predestinados que al final se diferenciarán en espermatocitos primarios. 
• Fase espermatocítica (meiosis), en la cual los espermatocitos primarios sufren las dos divisiones meióticas que reducen tanto la cantidad de los cromosomas como el contenido de DNA para producir células haploides llamadas espermátides. 
• Fase de espermátide (espermiogénesis), en la cual las espermátides se diferencian en espermatozoides maduros. Al final de la espermatogénesis las espermátides sufren su maduración final y se liberan en la luz del túbulo seminífero desde las células sustentaculares de Sertoli durante un proceso llamado espermiación. Fase espermatogénica En la fase espermatogénica las células madre sedividen para reemplazarse a sí mismas y para proveer una población de espermatogonios predestinados.
Las células madre espermatogénicas sufren divisiones múltiples y generan una progenie espermatogónica que muestra diferencias en cuanto al aspecto nuclear en los preparados de rutina teñidos con H-E. Los espermatogonios humanos se clasifican en tres tipos de acuerdo con la apariencia de los núcleos en los cortes histológicos de rutina: • Espermatogonios tipo A oscuros (Ad). Estas células tienen un núcleo ovoide con cromatina granular fina muy basófila. Se cree que estos espermatogonios son las células madre del epitelio seminífero. Se dividen con intervalos irregulares para dar origen a un par de espermatogonios tipo Ad que permanecen como células madre o bien a un par de espermatogonios tipo Ap. • Espermatogonios tipo A claros o pálidos (Ap). Estas células tienen un núcleo ovoide con cromatina granular fina poco teñida. Los espermatogonios Ap están predestinados a seguir el proceso de diferenciación que produce los espermatozoides. Sufren varias divisiones mitóticas sucesivas que aumentan su cantidad. • Espermatogonios tipo B. Estas células tienen un núcleo más bien esferoidal con cromatina que está condensada en grumos grandes contra la envoltura nuclear y alrededor del nucléolo central (véase la Fig. 22.6). 
Fase espermatocítica (meiosis) En la fase espermatocítica los espermatocitos primarios sufren meiosis para reducir tanto la cantidad de cromosomas como el contenido de DNA.
La división mitótica de los espermatogonios tipo B produce los 0 espermatocitos primarios. Éstos duplican su DNA poco después de formarse y antes de que comience la meiosis, de modo que cada espermatocito primario contiene la cantidad normal de cromosomas (2n) pero el doble de la cantidad de DNA (Ad). Cada cromosoma se compone de dos cromátides hermanas; de ahí la cantidad Ad de DNA. La meiosis I trae como consecuencia la reducción de la cantidad de los cromosomas (de 2n a 1) y de la cantidad de DNA al estado haploide (de Ad a 2 d) por consiguiente, el espermatocito secundario se caracteriza por una cantidad haploide de cromosomas (1) y una cantidad 2d de DNA. Dado que la meiosis II no está precedida por una duplicación del DNA, después de esta división cada espermátide tiene la cantidad haploide (1) de cromosomas, cada ® uno compuesto por una sola cromátide (Id). La meiosis se describe en detalle en el Capítulo 3; a continuación, se ofrece una descripción breve de la meiosis espermatocítica. La profase de la primera división meiótica, en la cual la cromatina se condensa en cromosomas visibles, dura hasta 22 días en los espermatocitos primarios humanos. Al final de la profase pueden “identificarse 44 autosomas y un cromosoma X y otro Y, cada uno con dos hebras cromatínicas (cromátides). Los cromosomas homólogos se aparean conforme se alinean en la placa ecuatorial de la q metafase. Los cromosomas homólogos apareados, que reciben el nombre C/J de tétradas porque están compuestos por cuatro cromátides, inter- ni cambian material genético en un proceso conocido como recombinación (crossing-over). Durante este intercambio, las cuatro eromátides están reordenadas en una estructura tripartita llamada o complejo sinaptonémico. Este proceso asegura la diversidad genética. A través del intercambio genético, las cuatro espermátides pro- Z ducidas a partir de cada espermatocito son diferentes unas de otras (p y de todas las demás espermátides derivadas de otros espermatocitos. Después de que se ha completado la recombinación génica o crossing-over, los cromosomas homólogos se separan y avanzan. hacia los polos opuestos del huso meiótico. Así, las tétradas, que fueron modificadas por la recombinación génica, se separan y se convierten en diadas de nuevo. Las dos cromátides de cada cromosoma original (aunque modificadas por la recombinación) permanecen juntas. Esto es justo lo contrario de lo que ocurre en la mitosis, en la cual las cromátides apareadas una que corresponde a la “plantilla” y la otra al DNA neosintetizado se separan. El movimiento de un cromosoma particular de un par de homólogos a cualquiera de los polos del huso es determinado por el azar; esto significa que los cromosomas derivados del padre y los derivados de la madre no se seleccionan a sí mismos en la placa ecuatorial de la metafase. Esta distribución al azar es otra fuente de diversidad genética en los espermatozoides resultantes. Las células derivadas de la primera división meiótica reciben el nombre de espermatocitos secundarios. Estas células entran de inmediato en la profese de la segunda división meiótica sin sintetizar DNA nuevo o sea que no pasan por una fase S. Cada espermatocito secundario tiene la cantidad de los eromosomas reducida a 1n que está representada por 22 autosomas y un cromosoma X o un cromosoma Y. Cada uno de estos cromosomas está compuesto por dos cromátides hermanas. El espermatocito secundario tiene la cantidad 2d (diploide) de DNA. Durante la metafase de la segunda división meiótica, los cromosomas se alinean sobre la placa ecuatorial y las cromátides hermanas se separan y avanzan hacia polos opuestos del huso. Conforme la segunda división meiótica se completa y las membranas nucleares se reconstituyen, a partir de cada espermatocito secundario se forman dos espermátides haploides, cada una con 23 cromosomas de una sola cromátide (1) y la cantidad de DNA
Fase de espermátide (espermiogénesis) En la fase de espermátide las espermátides sufren una remodelación celular extensa conforme se diferencian en espermatozoides maduros. Cada espermátide producto de la segunda división meiótica es haploide en cuanto a contenido de DNA (Id) y cantidad de cromosomas (1 ti) representada por 22 autosomas y un cromosoma X o Y. Ya no experimentan divisiones adicionales. Las espermátides haploides sufren un proceso de diferenciación que produce los espermatozoides maduros, que también son haploides. El estado diploide normal se restaura cuando un espermatozoide fecunda un ovocito. La remodelación celular extensa que ocurre durante la diferenciación de las espermátides en espermatozoides maduros (espermiogénesis) consiste en cuatro fases. Estas fases ocurren mientras las espermátides están físicamente adheridas a la membrana plasmática de las células de Sertoli mediante uniones especializadas.
OVARIO 
Las dos funciones principales del ovario son la producción de gametos y la síntesis de hormonas esteroides. Los ovarios tienen dos funciones interrelacionadas: la gametogénesis (producción de gametos) y la esteroidogénesis (producción de esteroides). En la mujer la producción de gametos recibe el nombre de oogénesis u ovogénesis. Los gametos en desarrollo se llaman oocitos; los gametos maduros se conocen como óvulos. Los ovarios secretan dos grupos principales de hormonas esteroides: los estrógenos y los progestágenos.
Los estrógenos promueven el crecimiento y la maduración de los órganos sexuales internos y externos y producen las características sexuales femeninas que se desarrollan en la pubertad. Los estrógenos también actúan sobre las glándulas mamarias en las que estimulan el crecimiento de los conductos y el estroma y la acumulación de tejido adiposo. 
• Los progestágenos preparan los órganos sexuales internos, sobre todo el útero, para el embarazo al promover cambios secretores en el endometrio (que se comentan en la sección sobre cambios cíclicos endometriales). Los progestágenos también preparan las glándulas mamarias para la lactación al promover la proliferación de los lobulillos. Ambas hormonas desempeñan un papel importante en el ciclo menstrual porque preparan el útero para la implantación de un óvulo fecundado. Si no ocurre la implantación, el endometrio del útero se degenera y sobreviene la menstruación.
El ovario está cubierto por un “epitelio germinativo” en lugar de un mesotelio. La superficie del ovario está cubierta por una capa de epitelio simple formado por células cúbicas que en algunas partes casi son planas. Este estrato celular,mal llamado “epitelio germinativo”, se continúa con el mesotelio que tapiza el mesoovario. La denominación epitelio germinativo proviene de antaño cuando se creía que era el sitio de origen de las células germinativas durante el desarrollo embrionario. Hoy se sabe que las células germinativas primordiales (tanto masculinas como femeninas) son de origen extra gonadal y que migran desde el saco vitelino hacia la corteza de la gónada embrionaria, donde se diferencian e inducen la diferenciación del ovario. Por ello conviene llamarlo epitelio superficial de ovario en lugar de “germinativo”. Debajo de este epitelio hay una capa de tejido conjuntivo denso, la túnica albugínea, que lo separa de la corteza subyacente 
Los folículos ováricos proveen un microambiente para el desarrollo del oocito. 
En el estroma de la corteza están distribuidos los folículos ováricos de diversos tamaños, cada uno con un solo oocito. El tamaño de un folículo indica el estado de desarrollo del oocito. Las etapas iniciales de la ovogénesis ocurren durante la vida fetal cuando las divisiones mitóticas aumentan masivamente la cantidad de oogonios (véase la sección sobre ovogénesis). Los oocitos presentes al nacimiento permanecen detenidos en su desarrollo en la primera división meiótica (véase la p. 92). Durante la pubertad grupos pequeños de folículos experimentan un crecimiento y una maduración de tipo cíclico. Por lo general la primera ovulación no ocurre hasta después de pasado un año de la menarca o incluso más tiempo. Luego se establece un patrón cíclico de maduración folicular y ovulación que continúa en paralelo con el ciclo menstrual. Lo normal es que un solo oocito alcance la madurez completa y sea liberado del ovario durante cada ciclo menstrual. Es obvio que la maduración y la liberación de más de un oocito en la ovulación conduciría a la formación de cigotos múltiples. Durante la vida fértil una mujer produce sólo unos 400 óvulos maduros. La mayoría de los oocitos primarios que hay al nacer, que se calcula que son entre 600.000 y 800.000, no completan la maduración y se pierden gradualmente a través de la atresia, que consiste en la muerte espontánea y la reabsorción ulterior de los oocitos inmaduros. Este proceso comienza ya en el quinto mes de la vida fetal y es mediado por la apoptosis de las células que rodean el oocito. La atresia reduce la cantidad de oocitos primarios de modo logarítmico a lo largo de la vida desde unos 5.000.000 en el feto hasta menos del 20% de ese valor en el momento del parto. Los oocitos que quedan en la menopausia se degeneran en unos cuantos años. 
Desarrollo folicular 
Desde el punto de vista histológico, los tres tipos básicos de folículos ováricos pueden identificarse de acuerdo con su estado de desarrollo: 
• Folículos primordiales, 
• Folículos en crecimiento, que a su vez se subclasifican en folículos primarios y secundarios (o antrales) y 
• Folículos maduros o de Graaf. Algunos histólogos identifican etapas adicionales en el espectro continuo del desarrollo folicular. En el ovario de la mujer en edad fértil hay folículos en todas las etapas del desarrollo, pero predominan los folículos primordiales.
Los folículos primordiales recién aparecen en el ovario durante el tercer mes del desarrollo fetal. El crecimiento inicial de estos folículos es independiente de la estimulación por gonadotrofinas. En el ovario maduro los folículos primordiales están en el estroma de la corteza justo debajo de la túnica albugínea. Una sola capa de células foliculares planas rodea el oocito. La superficie externa de las células foliculares está cubierta por una lámina basal. En esta etapa el oocito y las células foliculares circundantes están muy juntos. El oocito mide unos 30 de diámetro y posee un núcleo excéntrico voluminoso provisto de eucromatina dispersa y un nucléolo grande o más. El citoplasma del oocito, denominado ooptasma, contiene un cuerpo de Balbiani En el nivel ultraestructural el cuerpo de Balbiani consiste en una acumulación focalizada de vesículas y membranas del aparato de Golgi, retículo endoplasmático, mitocondrias abundantes y lisosomas. Además, los oocitos humanos contienen laminillas anulares y en el citoplasma hay muchas vesículas pequeñas dispersas junto con mitocondrias esferoidales pequeñas. Las laminillas anulares parecen membranas de la envoltura nuclear apiladas. Cada capa de la pila contiene estructuras idénticas desde el punto de vista morfológico a los poros nucleares. 
El folículo primario es la primera etapa en el desarrollo del folículo en crecimiento. Conforme el folículo primordial se convierte en un folículo en crecimiento ocurren cambios en el oocito, en las células foliculares y en el estroma contiguo. Al principio el oocito aumenta de tamaño y las células foliculares aplanadas circundantes proliferan y se tornan cúbicas. En esta etapa, es decir cuando las células foliculares adquieren forma cúbica, el folículo recibe el nombre de folículo primario. A medida que crece, el oocito secreta proteínas específicas que se ensamblan en una cubierta extracelular llamada zona o membrana pelúcidas, la cual aparece entre él y las células foliculares contiguas. En los seres humanos la membrana pelúcida está compuesta por tres clases de glucoproteínas de zona pelúcida (ZP) denominadas ZP-1 (80 a 120 kDa), ZP-2 (73 kDa) y ZP-3 (59 a 65 kDa), que están sulfatadas y son ácidas. La más importante de las tres es la ZP-3, que actúa como receptora para la unión del espermatozoide e inductora de la reacción acrosómica. Se cree que la ZP-2 actúa como proteína secundaria para la unión del espermatozoide; en cambio, la función de la ZP-1 todavía no se ha determinado. En la microscopía óptica la membrana pelúcida se ve bien como una capa homogénea y refráctil que se tiñe intensamente con colorantes ácidos y con la reacción de PAS (ácido peryódico-reactivo de Schiff). Recién se torna visible cuando el oocito, rodeado por una capa simple de células foliculares cúbicas o cilíndricas, ha alcanzado un diámetro de 50 a 80 |im. Las células foliculares sufren estratificación para formar la capa granulosa del folículo primario. Mediante proliferación mitótica rápida, la capa simple de células foliculares da origen a un epitelio estratificado, la capa granulosa (membrana granulosa), que rodea el oocito. Las células foliculares ahora reciben el nombre de células de la granulosa. La lámina basal retiene su posición entre el estrato más externo de células foliculares (que se tornan cilíndricas) y el estroma de tejido conjuntivo. Durante el crecimiento folicular, entre las células de la granulosa aparecen muchas uniones de hendidura (nexos). Sin embargo, a diferencia de las células de Sertoli testiculares, el estrato basal de células de la granulosa no posee zonulae occludentes intrincadas, lo cual indica que no hay una barrera hematofolicular. El movimiento de las sustancias nutritivas y las moléculas de información desde la sangre hacia el líquido folicular es indispensable para el desarrollo normal del óvulo y del folículo. 
Células del tejido conjuntivo forman las capas de la teca del folículo primario. Conforme las células de la granulosa proliferan, las células del estroma perifolicular forman una vaina de células conjuntivas, conocida como teca folicular, justo por fuera de la lámina basal. La teca folicular se diferencia adicionalmente en dos capas: 
• Teca interna, que es la capa de células secretoras cúbicas muy vascularizada y más profunda. Las células de la teca interna con diferenciación completa poseen las características ultraestructurales típicas de las células productoras de esteroides. Estas células tienen una gran cantidad de receptores de hormona luteinizante (LH). En respuesta a la estimulación por LH sintetizan y secretan los andrógenos que son los precursores de los estrógenos. Además de las células secretoras, la teca interna contiene fibroblastos, haces de fibras colágenas y una red extensa de vasos pequeños típica de los órganos endocrinos. 
• Teca externa, que es la capamás superficial de células del tejido conjuntivo. Condene sobre todo células musculares lisas y haces de fibras colágenas. Los límites entre las dos capas tecales y entre la teca externa y el estroma circundante no son nítidos. Sin embargo, la lámina basal que hay entre la capa granulosa y la teca interna establece un límite bien definido entre estas capas. Separa la teca interna, con su lecho capilar extenso, de la capa granulosa, que es avascular durante el período de crecimiento folicular.
En el folículo primario ocurre la maduración del oocito. La distribución de los orgánulos cambia conforme el oocito madura. Múltiples elementos del aparato de Golgi derivados del único cuerpo de Balbiani del oocito primordial se. dispersan por el citoplasma. La cantidad de ribosomas libres, mitocondrias, vesículas pequeñas, cuerpos multivesiculares y retículo endoplasmático rugoso (RER) aumenta. A veces también pueden verse inclusiones lipídicas y acumulaciones de pigmento lipocromo. Los oocitos de muchas especies, incluidos los mamíferos, poseen vesículas de secreción especializadas que reciben el nombre de gránulos corticales. Están situados justo debajo de la membrana plasmática (oolema). Los gránulos contienen proteasas que se liberan por exocitosis cuando el óvulo es activado por un espermatozoide. 
Muchas microvellosidades irregulares se proyectan desde el oocito hacia el espacio perivitelino que hay entre el oocito y las células de la granulosa circundantes conforme se deposita la membrana pelúcida. Al mismo tiempo, las células de la granulosa desarrollan prolongaciones delgadas que se proyectan hacia el oocito, se entremezclan con las microvellosidades oocíticas y a veces empujan el oolema para invaginarlo. Estas prolongaciones pueden entrar en contacto con el oolema pero no se establece continuidad citoplasmática entre las células.
El folículo secundario se caracteriza por un antro lleno de líquido. Desde el principio el folículo primario se hace más profundo en el estroma cortical conforme aumenta de tamaño, sobre todo por proliferación de las células de la granulosa. Los factores necesarios para el crecimiento oocítico y folicular son varios:
• Hormona foliculoestimulante (FSH) 
• Factores de crecimiento
• Iones calcio (Ca2+).
Las células del cúmulo oóforo forman una corona radiante alrededor del oocito del folículo secretor. Conforme el folículo secundario aumenta de tamaño, el antro, que está revestido por varias capas de células de la granulosa, también se torna más grande. La capa granulosa tiene un espesor que es relativamente uniforme excepto en la región asociada con el oocito. Aquí las células de la granulosa forman un montículo abultado, el disco prolígero o cúmulo oóforo, que se proyecta dentro del antro. Las células del disco prolígero que rodean inmediatamente el oocito y permanecen con él en la ovulación forman la denominada corona radiante. La corona radiante está compuesta por células del cúmulo oóforo que envían microvellosidades penetrantes por toda la membrana pelúcida para comunicarse a través de uniones de hendidura con las microvellosidades del oocito. Durante la maduración folicular la cantidad de microvellosidades en la superficie de las células de la granulosa aumenta y se correlaciona con un aumento de los receptores de LH en la superficie libre antral. Entre las células de la granulosa pueden verse los llamados cuerpos de Call-Exner, que consisten en un material extracelular que se tiñe con intensidad y es PAS positivo. Estos cuerpos son secretados por las células de la granulosa y contienen hialuronano y proteoglucanos. El folículo maduro (folículo de de Graaf) contiene el oocito secundario maduro. El folículo maduro, también conocido como folículo de Graaf, tiene un diámetro de 10 mm o más. Debido a su gran tamaño se extiende por todo el espesor de la corteza ovárica y sobresale en la superficie del ovario. A medida que el folículo se acerca a su tamaño máximo, la actividad mitótica de las células de la granulosa disminuye. La capa granulosa parece que se torna más fina conforme el antro aumenta de tamaño. Mientras continúan agrandándose los espacios que hay entre las células de la granulosa, el oocito y las células del cúmulo se separan gradualmente del resto de la capa granulosa en preparación para la ovulación. Las células del cúmulo que rodean inmediatamente el oocito ahora forman la capa celular simple de la corona radiante. Estas células y células del cúmulo adheridas con laxitud permanecen con el oocito en la ovulación. Durante este período de maduración folicular las capas recales se tornan más prominentes. En el citoplasma de las células de la teca interna aparecen inclusiones lipídicas y las células adquieren las características ultraestructurales de las células productoras de esteroides. En los seres humanos la LH estimula las células de la teca interna para que secreten andrógenos, que sirven como precursores de los estrógenos. Algunos andrógenos se transportan al retículo endoplasmático liso (REL) de las células de la granulosa. En respuesta a la FSH las células de la granulosa catalizan la conversión de los andrógenos en estrógenos que, a su vez, las estimulan para que proliferen y así aumente el tamaño del folículo. El aumento de la concentración de estrógenos tanto de origen folicular como sistémico se correlaciona con un aumento de la sensibilidad de las células gonadotrofas a la hormona liberadora de gonadotrofinas. Unas 24 horas antes de la ovulación, en la adenohipófisis se induce una liberación masiva de FSH o LH. En respuesta al aumento vertiginoso de LH los receptores de esta hormona en las células de la granulosa se inhiben (se desensibilizan) y estas células dejan de producir estrógenos ante la estimulación por LH. Desencadenada por este gran aumento súbito de la LH se reanuda la primera división meiótica del oocito primario. Este fenómeno ocurre entre 12 y 24 horas después de la secreción máxima de LH y causa la formación del oocito secundario y del primer cuerpo polar. Luego, las células de la granulosa y de la teca sufren luteinización y producen progesterona.

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