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Respuestas orientadoras para la guía de preguntas generales para la “Lecciones de filosofía de la historia universal” 1. ¿Qué es lo que, según Hegel, la filosofía aporta al conocimiento de la historia? Lo que la filosofía aporta al conocimiento histórico es el principio según el cual la historia está regida por la razón. No se trata meramente de un proceso caótico, ni aleatorio, sino que es la razón misma quien la guía según su propia exigencia de satisfacción. 2. ¿Por qué este aporte puede revelar a la filosofía de la historia como una Teodicea? El proceso histórico es para Hegel comparable a una Teodicea (una justificación del mal mediante una demostración de la existencia de Dios), en la medida en que debe concebirse como un proceso por el que la razón se despliega para realizarse de modo efectivo. La razón se satisface en dando a la realidad una forma acorde a su principio y exigencia. Esto implica que el bien triunfa sobre el mal, y que todo lo que la historia contiene de penoso queda finalmente justificado en tanto medio para la realización del bien. 3. ¿Cuál es la idea que sirve de plan a la historia universal? La idea que sirve de plan a la historia universal es la idea de la libertad. El Espíritu, que es aquí sinónimo de la Razón, se piensa libre y se concibe a sí como absolutamente libre. Pero, por la necesidad de alteridad que la lógica dialéctica impone para el establecimiento del juicio de identidad, el Espíritu no puede conocerse como absolutamente libre sin realizarse, sin efectuarse en el mundo de modo concreto, y en una forma que satisfaga su idea de libertad. Y en la medida en que el Espíritu es absoluto y contempla todo en sí, el despliegue histórico resulta necesario para plasmar todas las perspectivas posibles, hasta alcanzar la forma de la libertad en el Estado moderno, es decir, en la forma jurídica que postula, por principio, la libertad humana de modo universal. 4. ¿Qué se entiende por Espíritu del pueblo (Volkgeist) y cuál es su lugar en la filosofía de la historia? Cada pueblo tiene una forma singular dada por el Espíritu de ese pueblo. El Espíritu del pueblo es por tanto la singularidad histórica, la individualidad histórica, según la perspectiva del Espíritu absoluto. La razón no rige la historia ni de modo estadístico, según la ley general de los grandes números, ni perdiéndose en los detalles de sus instrumentos y medios (las pasiones). En cada momento histórico hay un pueblo que adquiere preeminencia y cuyo Espíritu debe realizarse plenamente antes de decaer y dar lugar a una nueva forma, en un nuevo momento, a otro pueblo hegemónico. 5. ¿Cual es el lugar que corresponde a los individuos en la realización de la historia? Los individuos de carne y hueso, como cada uno de nosotros, son los medios por los cuales el Espíritu Absoluto realiza cada una de sus formas históricas (cada espíritu de cada pueblo). Como individualidad, cada uno de nosotros es ciertamente un abstracción, un instrumento. Es en este sentido que Hegel distingue a los individuos como meros conservadores, que aceptan su realidad y se conforman a la misma, y aquellos individuos “históricos” que atentan contra su realidad, movidos por la visión de lo que la realidad será en el futuro. Y tanto en un caso como en el otro, el motor es constituido por las pasiones e La UES Presidencia intereses (egoístas). Por supuesto, en la medida en que cada individuo es un ser humano, es decir, racional, su ser no se reduce a una mera instrumentalidad sin ser tenido, al mismo tiempo, como un fin en sí mismo. La expresión “ardid de la razón” es la que da cuenta de esta La UES Presidencia
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