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La UES Presidencia Filosofía y Métodos de la Ciencias Sociales. Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Los dos pilares del discurso evangelista son la llave para adentrarse en las clases bajas brasileñas. Integrantes: Joel Quiroz, Nicolás Trivilini y Ramiro Rigonelli. Fecha: 6/11/2019 Buenos Aires, Argentina. La UES Presidencia 2 Hipótesis: Los dos pilares del discurso evangelista son la llave para adentrarse en las clases bajas brasileñas. En este trabajo nuestro objetivo consistirá en hallar los mecanismos y recursos discursivos utilizados por el evangelismo con el fin de influenciar el pensamiento de las clases bajas brasileñas. Ante la creciente influencia de los sectores evangelistas en las sociedades latinoamericanas, la temática cobra una importante relevancia para ser analizada desde el punto de vista del discurso y las ciencias sociales. Teniendo en cuenta lo antedicho, el caso de Brasil es uno de los que más ha estado presente en los debates intelectuales debido a las recientes elecciones, donde el candidato ganador obtuvo un alto apoyo de las clases populares con una explícita afiliación al movimiento evangélico. Para analizar este fenómeno social, nos valdremos de tres autores. En primer lugar Paul Ricoeur “Hermenéutica y acción”, en segundo lugar Michel Foucault “El orden del discurso”, “El sujeto y el Poder” y por último Jürgen Habermas “Teoría de la acción comunicativa”. A través del análisis de estos autores acerca de la acción discursiva, podemos encontrar diferentes formas de reproducción del discurso evangelista actual. A modo de ilustración, para comprender el objeto de estudio abordado a lo largo del trabajo, hemos extraído el siguiente fragmento: “Sintió un trato directo y personal, y una acogida muy cálida, algo que se le resultó inesperado. Comenzó el culto con tres pastores. Primero llega un grupo de chicas jóvenes cantando y dando gracias a dios. Cantan muy bonito porque ensayan mucho, con palmas, con movimientos rítmicos. Después un grupo de señoras de unos 40 años, con la banda de la iglesia y bailan un ritmo de samba pero con letras pentecostales. Al final un dúo de chicas muy jóvenes, adolescentes, cantando y bailando. Todo eso duró como dos horas y luego los tres pastores hablaron, pero apenas veinte minutos, leyendo la Biblia. O sea, fue una fiesta popular, una peña, donde el mensaje pentecostal no era lo central.” (Raúl Zibechi, 2018). A modo de inicio, el texto citado nos permite vislumbrar los primeros rasgos del discurso neopentecostal en función de lo que expone Ricoeur. Él explica que el uso correcto de la hermenéutica, entendida como las reglas para la interpretación de escritos La UES Presidencia 3 de nuestra cultura, trasladada a las ciencias sociales nos permite captar el sentido de la acción. A raíz de esto postula que el discurso, entendido como un acontecimiento en forma de lenguaje, contiene cuatro rasgos fundamentales que pueden ser aplicados al concepto de acción social. En primera instancia el texto escrito captura lo dicho en el decir, ósea lo dicho en el habla. Sucede lo mismo en las acciones, lo único que logra objetivar las acciones humanas es la separación del significado del acontecimiento de la acción propiamente dicha. El vecino que acudió a la iglesia logró fijar lo sucedido a partir de captar el sentido subjetivo de la reunión, el cual consistió en pasar un momento de ocio y entretenimiento en contraposición de una vida caracterizada por la monotonía. El neopentecostalismo logra ingresar en las clases marginadas a partir del otorgamiento de espacios de esparcimiento y distracción en contraste a la situación tradicional de los barrios rurales donde lugares de ese tipo no abundan. Por otro lado podemos establecer una explicación desde Habermas sobre lo ya citado. El manifiesta la necesidad de conocer la pretensión de validez, entendida como el acuerdo tácito sobre el cual cada acción va a pretender ser válida, que permitirá emitir un juicio sobre la acción social, ya sea aceptarla, rechazarla o suspender el juicio. La pretensión de validez es un paso previo para luego lograr la comprensión que inevitablemente está acompañada de un juzgamiento, diferenciándose así de la corriente comprensivista. Asimismo el protagonista del suceso alegado captura un tipo de pretensión de validez, catalogado por Habermas como normativo, en el cual “El agente establece si su comportamiento es correcto en relación con un contexto normativo reconocido como legítimo.” ( Habermas, 1987:34). Esto puede ser observado en la medida que la persona que asiste a la reunión realiza un juicio positivo a partir de una pretensión de validez definida por el acuerdo sobre los valores manifestados, como los de felicidad, diversión, la búsqueda de encontrar un sentido de pertenencia y la vivencia en comunidad. Asimismo resulta posible debido a que existe un reconocimiento intersubjetivo validado por los sujetos, el cual yace también en determinados valores. Lo alcanzamos observando el rol de inserción en la sociedad que otorgan las iglesias, concediendo mecanismos para resolver el problema del alcoholismo, el adulterio, la depresión, etc., La UES Presidencia 4 Teniendo en cuenta lo analizado hasta el momento, podemos dilucidar que al evangelismo neopentecostal le es de gran relevancia el buen vivir en la tierra. Es por ello, que este movimiento religioso encuentra sus dos pilares en dos teologías: Teología de la prosperidad y Teología de la guerra espiritual. Para comenzar, la teología de la guerra espiritual “(...) sostiene que el mundo es un campo de batalla entre las fuerzas del bien y las del mal. Se cree que las fuerzas del mal se apodera de los fieles y provocan todos los problemas y desgracias, lo que requiere por parte de los líderes religiosos actos de exorcismo y cultos de liberación, es decir, la expulsión de demonios.” (Oro, Tadvald, 2019). La sociedad se encuentra en constante conflicto con el Diablo, en consecuencia la única manera de dar batalla ante él, es resistir. Para ello deben valerse de la palabra de Dios, quien es el único que detenta la verdad y puede hacerle frente a las mentiras, tentaciones y acusaciones de Satanás. Aquí es posible observar una doble lógica, por un lado Dios otorga armas defensivas a sus fieles quienes a través de la oración logran combatir los engaños del Diablo en el ámbito terrenal. Pero por otro lado, el Señor se vale de la proliferación del evangelio en Tierra como arma ofensiva en la lucha espiritual. En vista de lo recientemente expuesto, es posible introducir a Michel Foucault quien establece “que en toda sociedad la producción del discurso está a la vez controlada, seleccionada y redistribuida por cierto número de procedimientos que tienen por función conjurar sus poderes y peligros, dominar el acontecimiento aleatorio y esquivar su pesada y temible materialidad”. ( Foucault, 1996: 4). A su vez identifica dos tipos de procedimientos de exclusión, el externo y el interno. En cuanto al primer procedimiento podemos encontrar un método de separación y rechazo ilustrado en el discurso evangélico al momento de señalar las fuerzas del mal como aquellas que no contienen verdad ni importancia, engañosas, que intentan corromper el vínculo espiritual entre el Señor y el fiel. A la par se le confiere a un sujeto extraordinario extraños poderes que le permiten enunciar aquello que es verdad de lo que no es, predecir el porvenir, disponer la salvación y dar protección a quienes se ven vulnerables de caer en la tentación. Este sujeto es representado en la figura de Dios todopoderoso. Un segundo procedimiento de exclusión externo es la separación de lo que es verdadero y lo que es falso. En este caso podemos atender a los mecanismos mediante los cualesLa UES Presidencia 5 las iglesias pentecostales colocan a los pastores en una posición predominante debido a la forma en la que su discurso es enunciado. El acto ritualizado, eficaz y justo, dirá Foucault, es lo que provoca un carácter preeminente a la hora de constituirse como pastor. Debemos de tener en cuenta que a partir de la reforma Luterana del siglo XVI, se produce un quiebre entre la relación del individuo con Dios, la cual hasta el momento estaba intermediada por la esfera eclesiástica romana, siendo esta la única capaz de interpretar las sagradas escrituras. Es esto lo cual ha permitido que los pastores evangélicos puedan conformarse en cualquier parte del mundo sin necesidad de una autorización por parte una institución superior, dando así a los pastores de sectores más marginados una facilidad mucho más amplia para penetrar en esas zonas. La forma que tienen de fundar su poder es a partir de un discurso carismático, influyente y con capacidad de persuadir al prójimo, lo cual puede verse relacionado con la voluntad de verdad expresada por Foucault, donde la forma de ponerse en práctica el discurso se transforma en un mecanismo de exclusión. Es necesario remarcar cómo el saber es transmitido a la sociedad en general, siendo valorado, distribuido, repartido y atribuido desde las iglesias hacia cualquiera que quiera formar parte del movimiento neopentecostal en Brasil. En cuanto al segundo procedimiento de exclusión, en este caso interna, hallamos el comentario. Este se caracteriza por “(...) decir por primera vez aquello que sin embargo había sido ya dicho (...) permite decir otra cosa aparte del texto mismo, pero con la condición de que sea ese mismo texto el que se diga (...) Lo nuevo no está en lo que se dice, sino en el acontecimiento de su retorno.” (Foucault, 1996: 29). Esto lo podemos identificar al momento de una nueva interpretación en la Biblia realizada post 70´ con el surgimiento del neopentecostalismo, el cual postula dos articulaciones ideológicas claves previamente mencionadas: Teología de la prosperidad y de la guerra espiritual. Un segundo caso de exclusión interna son las disciplinas, que funcionan fijando límites a la construcción de nuevos saberes. En esta ocasión es posible establecer una conexión entre estos límites y el discurso evangélico que realiza una interpretación de la Biblia por la cual se prohíbe la relación entre personas de un mismo sexo. La Teología de la guerra espiritual puede también ser analizada desde la perspectiva planteada por Habermas, que expone un tipo de acción conocida como dramatúrgica. La UES Presidencia 6 En ella se establece que para comprender una acción es necesario que el tipo de pretensión de validez de los actores busque ser auténtico. Por consiguiente, obtendremos un tipo de racionalidad subjetiva dada por la evaluación del intérprete de la concordancia entre lo expresado y la conducta del actor. Puede verse reflejado este tipo de acción cuando el siervo comprende la teología de la guerra espiritual a través de una pretensión de validez con motivo de ser auténtica. Es decir, el siervo se somete a la voluntad de la palabra del Señor, debido a que su interpretación subjetiva consiste en la oración como único modo de resistir a las tentaciones que emana el Diablo. Esto cobra relevancia en los sectores marginados de la sociedad, donde la propensión a realizar actividades relacionadas al vicio o al delito es combatido con oraciones y rezos con el fin de otorgarle las herramientas al Señor, quien es el único capaz de luchar contra Satanás. Un tercer modo de analizar el impacto en las clases bajas de la teología de la guerra espiritual, es de la mano de Paul Ricoeur. Él plantea la relación entre los textos escritos y las acciones sociales por medio de las múltiples lecturas que pueda tener un texto, por lo tanto esta dependerá de que uno simplemente sepa leer. Lo mismo sucede con las acciones, donde el significado está dado por las distintas interpretaciones de los sujetos. Esto toma una gran importancia en la reproducción del discurso neopentecostal, ya que cada individuo puede tomar la decisión de interpretar las sagradas escrituras con total libertad. En contraposición de la Iglesia Católica Apostólica Romana que determina cuáles son sus significados y la única forma de llegar a ellos. El otro pilar del neopentecostalismo es la Teología de la prosperidad, la cual puede ser explicada a partir de la siguiente frase del antropólogo Pablo Semán: “La Teología de la prosperidad, que polemiza y antagoniza con la teología de la liberación en un plano práctico, sostenía que si Dios puede curar y sanar el alma, no hay razón para pensar que no pueda otorgar prosperidad.” (Semán, 2019). Se desprende de esta frase que la vinculación entre la vida próspera en la tierra y el nivel de entrega que los fieles brindan, entendida como “generosidad”, está dada por el Señor. Es decir que si se desea recibir la Bendición de Dios, comprendida en este caso como prosperidad económica, tendrá el deber de demostrar su Fe mediante la entrega generosa del diezmo. Podemos tomar en cuenta el concepto de acción teleológica instrumental esbozado por Habermas, el cual se entiende como la elección de los medios más eficientes por parte La UES Presidencia 7 del sujeto para llegar a determinado fin. La Teología de la prosperidad nos propone que el actor para lograr un bienestar económico y obtener la generosidad de Dios (fin), encuentra necesario hacer un uso correcto de la Fe, traducida en oración y entrega de bienes materiales (medio). Muchos de los fieles juzgan este tipo de acciones como correctas, al observar a los grandes pastores gozando de un buen pasar económico. De esta manera la pretensión de validez, vista como eficacia, es lograda de forma objetiva desde las perspectivas de los creyentes, más aún en las clases excluidas que se encuentran vulnerables a los discursos que buscan conseguir un bienestar económico a través del bienestar espiritual. Por el lado de Foucault la Teología de la prosperidad puede ser entendida con un doble efecto, totalizador e individualizador. Estos concepto son expuestos en el “Sujeto y el Poder”, a la hora de caracterizar el poder pastoral, y explicar su transformación desde una lógica eclesiástica a una ubicada en el Estado moderno. El pentecostalismo encuentra también una metamorfosis a principios del siglo XX cuando comienza a centrar su atención en la sociedad Latinoamericana. Este cambio, trajo como consecuencia la relación entre los postulados de la iglesia católica apostólica romana, vinculados a la salvación del individuo en el mundo celestial, con los del pentecostalismo que incluye el buen vivir en la Tierra. De esta forma podemos observar el poder individualizador del discurso, cuando se menciona la necesidad de que cada fiel practique la oración, manifieste la confianza en el señor y realice actos de gratitud (Diezmo) de manera individual. Asimismo se logra un efecto totalizador cuando se postula la necesidad de que las ofrendas y los actos, sean de buena fe y con el fin de ayudar siempre al prójimo. Por último Ricoeur ilustra acerca del vínculo existente entre las acciones sociales y los discursos escritos. Aquí podemos tomar en cuenta la tercera característica del discurso, el menester de referirse a un mundo que afirma ser descrito, y encadenarlo con la importancia de la acción más allá de su pertinencia a su situación inicial. El mundo que dio origen y describe la Biblia, es retomado por el pentecostalismo en Brasil desde principios del siglo XX hasta la actualidad, marcando un alto grado de actualización a pesar del devenir de la historia. La capacidad de adaptar su discurso hacia las clases más empobrecidas y de forma efectiva, es la demostración de la importancia que adquiere laLa UES Presidencia 8 salvación en ambos mundos, en contraposición a la iglesia católica que no logró penetrar en las clases bajas manteniendo su discurso tradicional. Conclusión: Considerando la hipótesis postulada al comienzo del trabajo, creemos que nuestro desarrollo logra plasmar la importancia que han adquirido, tanto la Teología de la guerra espiritual como la Teología de la prosperidad, para lograr hacer mella en las clases más bajas de la sociedad brasileña. Desde Foucault hemos logrado comprender y demostrar cuales son los mecanismos de poder que se esconden detrás del discurso pentecostal y neopentecostal, en especial a partir del comentario y de la disputa sobre lo que es verdadero y lo que es falso. A partir de Ricoeur identificamos la gran ruptura que se produce con la reforma protestante, la trascendencia de su importancia a lo largo del tiempo y como esto favoreció a la instalación del discurso en las clases marginadas. Por último Habermas ilustra los distintos tipos de acciones por los cuales está compuesto el procedimiento discursivo, tanto a nivel espiritual como a nivel terrenal, otorgándonos así la posibilidad de entender los múltiples acontecimientos llevados a cabo en los sectores excluidos. La UES Presidencia 9 Referencias Bibliográficas 1- Habermas, J. “Racionalidad de la acción y racionalización social”, en TEORÍA DE LA ACCIÓN COMUNICATIVA, Taurus, Madrid, 1987. 2- Foucault, M, en EL ORDEN DEL DISCURSO, La Piqueta, Madrid, 1996. 3- Foucault, M, en el SUJETO Y EL PODER, 1979. 4- Ricoeur, P. “La acción considerada como un texto”, en HERMENEUTICA Y ACCION, Docencia, 1994. 5- Zibechi, R (23 de Octubre de 2018). Pentecostalismo y movimientos sociales en Brasil. Desinformémonos .Recuperado de: https://desinformemonos.org/pentecostalismo-movimientos-sociales-brasil/ 6- Oro, R. Tadvald, M (Marzo de 2019). Consideraciones sobre el campo evangélico brasileño. Nueva Sociedad. Recuperado de: https://www.nuso.org/articulo/consideraciones-sobre-el-campo-evangelico-brasileno/ 7- Semán, P (Marzo de 2019). ¿Quiénes son? ¿Por qué crecen? ¿En qué creen?. Nueva Sociedad. Recuperado de: https://www.nuso.org/articulo/quienes-son-por-que-crecen- en-que-creen/#footnote-5 8- Pastorino, M (26 de Septiembre de 2015). Negocio con Dios: los pastores de la prosperidad. Zenit. Recuperado de: https://es.zenit.org/articles/negocio-con-dios-los- pastores-de-la-prosperidad/ 9- Scheraldi, C. Namnún, J (18 de Septiembre de 2015). El cristiano ante la guerra espiritual. Coalición por el Evangelio. Recuperado de: https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/el-cristiano-ante-la-guerra-espiritual/
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