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HEGEL – FENOMENOLOGIA DEL ESPIRITU A diferencia de Kant, Hegel busca reconciliar las contradicciones presentes en las corrientes filosóficas del momento. El primero pretendía neutralizar el conflicto entre empirismo y racionalismo a través de un análisis exhaustivo de la razón, delimitando sus capacidades y, por ende, separando a cada corriente. En cambio, Hegel quiere solucionar este conflicto proponiendo una base ontológica y cognitiva teórica (la filosofía) que establezca un núcleo común a todas estas corrientes. Hay dos aspectos en que ambos filósofos se parecen: por un lado, intentan refutar el escepticismo y, por otro, tratan de solucionar aquellas contradicciones a partir de un análisis de la experiencia. Con respecto al escepticismo, Hegel propone refutarlo con un conjunto de primeros principios cuyo fin es forjar la unidad de nuestros conocimientos y así evitar que estos sean socavados por la duda que plantea el escepticismo. INTRODUCCION 1° parte: Del párrafo 1 al 3 “Filosofía como gnoseología”. (Crítica a Kant) 2° parte: Del párrafo 4 al 9“De la ciencia a la conciencia y viceversa”. Plantea a la ciencia como una manifestación del saber, se propone abordar dicha manifestación a través de la conciencia natural y del camino que esta recorre. Tal camino parece negativo, pero al final es positivo porque se integran todos los saberes que se logran con la negación determinada. Dicha integración de saberes la podemos representar bajo la idea de que el objeto corresponde al concepto y viceversa. 3°parte: Desde el párrafo 10 Aquí Hegel expone el método o la cuestión del criterio, esto es, el modo en el que se da el proceso de la negación determinada: la afirmación que es a su vez un concepto en relación con un objeto, donde se asume una nueva posición con respecto a un nuevo objeto. 1° parte: Critica a Kant en su mayor preocupación por el método del conocimiento que por el conocer mismo. Hegel también critica a los racionalistas y a los empiristas y ofrece su concepción sobre la filosofía: esta busca entrar en la cosa misma, en el conocimiento real de lo que es en verdad. Para Hegel (a diferencia de Kant), sí se puede acceder a la cosa en sí (conocimiento efectivo de lo que es en verdad), esto es lo que le va a dar status científico a la filosofía. Hegel, en vez de renunciar a la cosa en sí y abocarse a la apariencia (como lo hace Kant cuando pone énfasis en el método del conocimiento), decide renunciar a la filosofía como teoría del conocimiento para quedarse con lo absoluto. Al rechazar esa dualidad entre absoluto y conocimiento, establece la tesis de la unidad fundamental entre absoluto y conocimiento. La UES Presidencia -Párrafo 1: En efecto, Hegel critica la postura de la filosofía como teoría del conocimiento porque: “Si el conocimiento es el instrumento para apoderarse de la esencia absoluta, se advierte que la aplicación de un instrumento a una cosa no deja a ésta tal y como ella es para sí, sino que la modela y altera. Y si el conocimiento no es un instrumento, sino, un medio pasivo a través del cual llega a nosotros la luz de la verdad, no recibiremos ésta tampoco tal y como es en sí, sino tal y como es a través de este medio y en él. En ambos casos empleamos un medio que produce de un modo inmediato lo contrario de su fin.” Según Hegel, la filosofía busca entrar en la cosa misma, no se conforma con la apariencia de las cosas, quiere entrar en la cosa misma, “la filosofía es el conocimiento de lo real, no en el objeto como algo distinto de la realidad misma, busca apoderarse por lo absoluto”. Así Hegel hace una declaración de principios: hay que buscar lo absoluto, apoderarse, ese es el tema de la filosofía (contra Kant que hacía teoría del conocimiento, que no es filosofía). -Párrafo 2: “El temor a equivocarse infunde desconfianza hacia la ciencia y da por supuestas representaciones acerca del conocimiento como un instrumento y un medio, así como también una diferencia entre nosotros mismos y ese conocimiento; pero, sobre todo, presupone el que lo absoluto se halla de un lado y el conocimiento del otro, como algo para sí y que es, separado de lo absoluto, algo real. Por tanto, presupone que el conocimiento, al ser fuera de lo absoluto y de la verdad, es, sin embargo, verdadero. Lo cual implicaría decir que este temor a errar es más bien un temor a la verdad.” Por ende, esa concepción de la filosofía (la de KANT) estaría proponiendo una separación entre lo que es conocimiento y lo que es absoluto. Hasta ese entonces, se proponía que el conocimiento tenía límites y producía una variedad de verdades. Ante esto, Hegel, dice que los pensadores no buscan lo absoluto por miedo al error, sino por miedo a la verdad. Para él, lo absoluto sí existe, sí se puede conocer y, por ello, la filosofía hegeliana no se detiene ante la posibilidad/límite del noúmeno. Si la filosofía no podía acceder es porque no había podido acceder a la totalidad. La filosofía en sí es Ciencia, para Hegel. Hay dos opciones: renunciamos a la cosa en sí (lo que realmente es) y nos dedicamos a la teoría del conocimiento (Kant), o renunciamos a la filosofía como gnoseología y nos aferramos a lo absoluto (lo que hace Hegel). El autor dice que aún si uno podría considerar que la filosofía como conocimiento tuvo “éxito” no es así porque la filosofía se ocupa de la totalidad ya que es ciencia. Aún si lo hubiera hecho, no lo hizo de forma total porque opera bajo una serie de presupuestos que no analiza. Hay supuestos empiristas que esos autores no declaran y que le roban sus resultados. Entre otros presupuestos, está el que dice que el conocimiento es un medio, instrumento (concepción instrumentalista). En segundo lugar, se presupone que nosotros no coincidimos con nuestro conocimiento (nosotros somos una cosa y el conocimiento otra) el conocimiento no es lo que yo sé, lo que yo soy. En Kant la razón es pura y el conocimiento es impuro. En este caso coincide, La UES Presidencia pero si uno se identifica con su propio conocimiento a priori éste no puede ser un medio, no puede ser algo externo, pues no puedo tener una relación instrumental conmigo mismo. Entonces la segunda suposición niega la primera. Pero la tercera suposición es la más grave: donde el conocimiento es una cosa y lo absoluto es otra. Esta es grave porque es auto-contradictoria (por un lado, lo absoluto, o que de verdad es y frente a lo absoluto; el conocimiento. Pero si el conocimiento es y lo absoluto es: o el conocimiento está dentro de lo absoluto o lo absoluto no es absoluto o el conocimiento no es, no existe porque todo lo que existe, tiene que estar en lo absoluto) -Párrafo 3: “Solo lo absoluto es verdadero y solo lo verdadero es absoluto”. Por lo tanto, para Hegel, lo absoluto está siempre en el conocimiento, aunque la conciencia debe recorrer un arduo camino para darse cuenta de ello: el camino de la fenomenología del espíritu. No hay unos criterios previos al conocimiento, sino que estos ya son conocimiento. El sujeto y el objeto no son dos cosas distintas sino una unidad, la conciencia se forma en el proceso de conocimiento mismo. Si hay algo verdadero, lo verdadero es absolutamente verdadero y todo lo verdadero es todo lo que hay. Esta afirmación según la cual solo lo verdadero es absoluto es un punto de partida, evidente, y que destruye los presupuestos bajo los cuales operaba la filosofía como teoría del conocimiento. 2° parte: -Párrafo 4: “En vez de ocuparnos de representaciones acerca del conocimiento como un instrumento para poseedores de lo absoluto o como un medio a través del cual contemplamos la verdad (representaciones que nos conducen a un conocimiento separado de lo absoluto y de un absoluto separado del conocimiento), podríamos rechazar estas representaciones (…), pues estas descartarían ala ciencia misma, ya que solo constituyen una manifestación vacía del saber, que inmediatamente desaparece al entrar en acción la ciencia. Pero la ciencia, al aparecer, es ella misma una manifestación, su aparición no es aún la ciencia en su verdad, desarrollada y desplegada.” En consecuencia, Hegel cuestiona el status de la ciencia contemporánea a su tiempo, invitando al lector a ir a lo absoluto, a lo en sí, es decir, buscar la realidad. Porque si hasta ahora no se estaba haciendo ciencia por considerar al conocimiento como un mero instrumento y separado así mismo de lo absoluto, entonces la ciencia todavía no existía o solamente era una apariencia. Aparecen las dos voces que gobiernan la fenomenología del espíritu. Por un lado, la conciencia misma y por el otro, un filósofo, que describe lo que le pasa a la conciencia. La primera voz dice lo que le pasa (la conciencia) y la otra es el filósofo que mira lo que le va pasando y lo describe. Entre el párrafo 4 y 5 Hegel juega con los dos puntos de vista ya que la filosofía todavía no es (desde el punto de vista del filósofo) y, aún si existiera, una afirmación vale tanto como cualquier otro. La UES Presidencia En principio, si la relación entre la conciencia y la ciencia existiere, no tendríamos por qué creerle al científico porque su afirmación es infundada como cualquier otra afirmación en la que no creemos. -Párrafo 5: “Pero la ciencia tiene que liberarse de esta apariencia, y solo puede hacerlo volviéndose contra ella misma. En efecto, la ciencia no puede rechazar un saber no verdadero sin más que considerarlo como un punto de vista vulgar de las cosas y asegurando que ella es un conocimiento completamente distinto y que aquel saber no es para ella absolutamente nada (…). Mediante aquella aseveración, declararía que su fuerza se halla en su ser; pero también el saber carente de verdad se remite al hecho de que es y asevera que la ciencia no es nada para él, y una aseveración escueta vale tanto como la otra. (…) Por esta razón, debemos abordar la exposición del saber tal y como se manifiesta.”. Hegel critica asimismo la idea del criterio de cientificidad por el mero hecho de que considera que no puede haber un tipo de saber que rechace a otro saber. Son todas manifestaciones del saber. No hay saber privilegiado porque, a pesar de que la ciencia es el concepto de un saber verdadero, Hegel dice que es (im?)posible. La ciencia no puede simplemente presentarse, la ciencia es un aparecer. Es el concepto de una idea posible que todavía no es (porque no ha sido desarrollado). Y si es, no tiene ningún privilegio frente a otros. Su fuerza no radica en su mera existencia, sino en los argumentos que plantea. Por eso, el autor sostiene que no se puede empezar por la ciencia para llegar a lo absoluto, pues aquella todavía no existe. En todo caso, hay que abordar la exposición del saber tal como se manifiesta, sea científico o no. Dicha exposición consiste en la reconstrucción de la experiencia de la conciencia. En su obra, Hegel nos habla desde el final de ese camino, que él supuestamente ya recorrió. Y pasa a ubicarse en el sentido común para guiar a la conciencia natural a su destino: el verdadero saber. -Párrafo 6: “(…) o como el camino del alma que recorre la serie de sus configuraciones (…), depurándose así hasta elevarse al espíritu y llegando, a través de la experiencia completa de sí misma al conocimiento de lo que en sí misma es.” La teoría del conocimiento va a ser historia de la conciencia. El filósofo tendrá la tarea de observar y analizar el camino de la conciencia. -Párrafo 7: “La conciencia natural se mostrará como concepto del saber o saber no real. Pero, como se considera inmediatamente como el saber real (ósea, ella se considera así, pero en realidad no lo es), este camino tiene para ella un significado negativo y lo que es la realización del concepto vale para ella más bien como la pérdida de sí misma, ya que por este camino pierde SU verdad. Podemos ver en él, por tanto, el camino de la duda o de la desesperación (…). La duda aquí es más bien la penetración consciente en la no verdad del saber que se manifiesta, para el cual lo más real de todo es lo que solamente es en verdad el concepto no realizado...”. La conciencia se mostrará como el concepto del saber (no real), como el saber vulgar, el sentido común. Pero el camino que recorre dicha conciencia es de carácter negativo porque le mostrará que en verdad ese saber es NO real. Es decir, nos hará dar cuenta La UES Presidencia de que lo que creemos saber y lo que nosotros somos (pues el saber nos constituye a nosotros mismos) NO es real, entonces dejo de creer en ello y dejo de ser. Por eso, la realización del concepto (del saber) vale para ella más bien como la perdida en sí misma ya que pierde su pretendida verdad. Con lo que me encuentro es con que me he perdido a mí mismo. Lo que yo creo saber no es, entonces yo no soy. Al descubrir que nuestro saber y nuestras creencias eran falsas, se interpreta que este camino es de desesperación, de duda, lo cual nos lleva a un escepticismo consumado, donde se deja de creer en todo. El saber que se manifiesta es el del sentido común y nosotros penetramos en la no-verdad en su falsedad. Hegel llamará a este el escepticismo consumado. Si uno empieza a dudar de una cosa y de otra, desespera. Consuma el ideal del escepticismo, que es la puesta en cuestión. “…este escepticismo consumado (…) tiene el propósito de examinarlo todo por sí mismo y ajustarse solamente a la propia convicción; o, mejor aún, producirlo todo por sí mismo y considerar como verdadero tan solo lo que uno ha hecho. La serie de configuraciones que la conciencia va recorriendo por este camino constituye la historia desarrollada de la formación de la conciencia misma hacia la ciencia…” A través de este escepticismo, la configuración de la conciencia cambia constantemente. En efecto, yo tengo una determinada configuración de conciencia, me veo obligado a dudar de ella, entonces esta configuración cambia y pasa a ser otra. Y esa nueva configuración pasa a ser desmentida. Entonces tengo que cambiar la configuración. En la medida en la que yo paso de configuración a configuración, la serie de las configuraciones que la consciencia recorre en este camino constituye el proceso de la formación de la consciencia en dirección a la Ciencia. En ese camino, se adquieren conocimientos negativos que conducen al saber verdadero. Eso es lo que uno encuentra en la fenomenología del espíritu: una consciencia que para Hegel es primero certeza sensible y que atraviesa una serie de configuraciones/figuras en relación de las cuales tiene que volver a dudar. En las que desespera porque encuentra su falsedad y, a medida que avanza en esa serie, va tomando consciencia y adquiere conocimientos que son negativos, en principio, pero que llevan (a la consciencia) a la ciencia. Ese es el camino de la consciencia que conduce a la ciencia. “…el escepticismo proyectado sobre toda la extensión de la conciencia tal como se manifiesta es lo único que pone al espíritu en condiciones de poder examinar lo que es verdad, en cuanto desespera de las llamadas representaciones, pensamientos y opiniones naturales, que son las que siguen llenando y recargando la conciencia cuando ésta se dispone precisamente a realizar su examen, lo que la incapacita en realidad para lo que trata de emprender.” -Párrafo 8: “La totalidad de las formas de la conciencia no real se alcanzará a través de la necesidad del proceso y la cohesión mismas. (…) La exposición de la conciencia no verdadera en su no verdad no es un movimiento puramente negativo (…). Se trata del escepticismo que ve siempre en el resultado solamente la pura nada, haciendo abstracción de que esta nada determina la nada de aquello de lo que es resultado. Pero la nada solo esen realidad el resultado verdadero, por eso es algo determinado y tiene un contenido. (…) cuando el resultado se aprehende como lo que en verdad es, como la negación determinada, ello hace surgir una nueva forma y en la negación se opera el tránsito que hace que el proceso se efectúe por sí mismo, a través de la serie completa de figuras.” Con esto Hegel quiere decir que, en la medida que La UES Presidencia la conciencia existe en el tiempo, constituye un camino de carácter necesario. Este proceso, camino, es necesario ya que tiene una legalidad propia, no puede no suceder; a todos nos pasa. La conciencia, en la medida que existe en el tiempo, es siempre un camino/recorrido. Ese camino desarma el saber que se creía real, pero ello no significa que el recorrido sea enteramente negativo: desemboca en una totalidad, que es positiva. Esto se debe a que el resultado del escepticismo que ofrece Hegel es la negación determinada y consiste en el proceso en el cual aprehendemos aquella negación, pues si sabemos que algo no es verdad, sabemos algo, es decir, que eso es falso. Ese pensamiento se conserva en nuestra conciencia. No se trata del escepticismo que niega todo de manera indeterminada. Por lo tanto, la lógica del movimiento es la siguiente: la conciencia desespera de sí atravesando configuraciones que resultan siempre en negaciones determinadas (afirmaciones que luego se evalúan como falsas, esto es, que resultan siempre en nuevas negatividades que van a ser cuestionadas de manera determinada), o sea, ella se educa a sí misma a través de evaluaciones específicas que resultan falsas, luego estas se superan reconociendo su falsedad y así la conciencia desemboca en la asunción de una nueva configuración. La negación determinada es negación con superación y conservación. La dialéctica es negación con superación. Niego, pero lo conservo en mí como el conocimiento de que algo es falso, se conserva en mi consciencia. -Párrafo 9: “Pero la meta se halla tan necesariamente implícita en el saber cómo la serie que forma el proceso; se halla allí donde el saber no necesita ir más allá de sí, donde se encuentra a sí mismo y el concepto corresponde al objeto y el objeto al concepto.” Hegel afirma que la meta del camino, es decir, la ciencia/saber absoluto, permanece implícita, porque la serie de configuraciones consiste en un camino, y donde hay un camino, hay una meta. Pero se entiende que dicha meta se trata del momento en el cual el saber se corresponde al ser/lo absoluto, es decir, donde el objeto se corresponde al concepto y viceversa. El punto en el que la consciencia no tenga por qué dudar de sí misma. Básicamente, es cuando se deja de negar lo que creemos. Esa meta es implícita porque la conciencia lleva una existencia espiritual, además de ser saber y el concepto de sí misma, es la meta del saber. “(…) La progresión hacia esta meta es también incontenible y no puede encontrar satisfacción en ninguna estación anterior. (…) la conciencia es para sí misma su concepto y, con ello, el ir más allá de lo limitado, de sí misma, (…) Por tanto, se ve impuesta por sí misma esta violencia que echa a perder en ella la satisfacción limitada. En el sentimiento de esta violencia puede ser que la angustia retroceda ante la verdad, tendiendo a conservar aquello cuya pérdida la amenaza. Y no encontrará quietud, a menos que quiera mantenerse en un estado de inercia carente de pensamiento, pero el pensamiento quebrantará la ausencia del pensar y la inquietud trastornará la inercia (…)”. Por lo tanto, esa conciencia va siempre más allá, porque cuando quiere aprehender algo, se da cuenta de que es falso. Es el concepto que la conciencia tiene de sí misma es la idea y meta del saber y, puesto que lo que yo sé es limitado pero mi consciencia es el concepto de saber real, voy siempre de mi conocimiento limitado a lo absoluto. Como la conciencia no es un saber natural, va detrás del objeto que le La UES Presidencia correspondería. En la medida que no hay correspondencia, va siempre más allá. La conciencia atraviesa un proceso, que es el proceso de su propia negación, la que obliga a que avance. El saber refiere a otra cosa que sí mismo en relación a la cual se pone, cosa que quiere aprehender/apropiarse y no le queda otra que ir hacía lo que en verdad es porque lo que aprendió es falso. De allí a que la conciencia no se conforme con lo limitado, cosa que ocurre de manera similar a la razón kantiana. Por ello, Hegel considera que la angustia que genera el escepticismo hace que el ser humano retroceda ante la verdad, pues implicaría una pérdida de sí mismo. Uno tiene tendencia a la inercia en tanto que tiene miedo a la verdad o tiene miedo ante lo desconocido, entonces trata de conservar lo que tiene, lo que es: trata de no profundizar demasiado. Pero el pensamiento va más allá de sí mismo, por lo tanto, no va a encontrar quietud. Va a entrar de nuevo, se va a poner en movimiento. No obstante, como la conciencia no se satisface con lo limitado, va a trastornar esa inercia que genera el escepticismo, obligando al ser humano a cuestionar sus creencias siempre. Esto también es parecido a la búsqueda de la causa incondicionada por parte de la razón kantiana. 3°Parte Aquí Hegel expone el método (método de desarrollo) o la cuestión del criterio, esto es, el modo en el que se da el proceso de la negación determinada: la afirmación que es a su vez un concepto en relación con un objeto, donde se asume una nueva posición con respecto a un nuevo objeto. -Párrafo 10: “Tiene que haber una pauta para analizar el comportamiento de la ciencia hacia el saber tal como se manifiesta y como investigación y examen de la realidad del conocimiento. (…) Se la considera aquí como la esencia o el en sí. Pero, en este momento, cuando la ciencia aparece apenas, ni ella misma ni lo que ella sea puede justificarse como la esencia o el en sí, sin lo cual no parece que pueda llevarse a cabo examen alguno.” Aquí Hegel afirma que debe haber una pauta para examinar el saber de la conciencia. En otras palabras, para investigar cómo son las cosas en la realidad, la conciencia busca medir la adecuación de su saber a la realidad. No hay un punto de vista privilegiado, la conciencia quiere medir la adecuación de su saber, pero como no hay un saber constituido y aceptado, no hay pauta. -Párrafo 11: “Esta contradicción y su eliminación resultarán de un modo más determinado si recordamos antes las determinaciones abstractas del saber y de la verdad, tal y como se dan en la conciencia. Esta distingue de sí misma algo con lo que, al mismo tiempo, se relaciona; o es algo para ella misma; y el lado determinado de esta relación o del ser de algo para una conciencia es el saber. Pero, de este ser para otro distinguimos el ser en sí; lo referido al saber también es algo distinto de él y se pone, como lo que es, también fuera de esta relación; el lado de este en sí se llama verdad.” Cuando la conciencia conoce la realidad, la primera se relaciona con el objeto y distingue, por un lado, la representación recibida de la impresión sensible y, por otro, la cosa en sí. La verdad de mi saber (lo en sí) se ubica por fuera de esa relación. La UES Presidencia -Párrafo 12: “(…) el saber es nuestro objeto, es para nosotros; y el en sí de lo que resultara sería su ser para nosotros; lo que afirmaríamos como su esencia no sería su verdad, sino más bien nuestro saber acerca de él. La esencia o la pauta estaría en nosotros (…)” -Párrafo 13: “La conciencia nos da en ella misma su propia pauta, razón por la cual la investigación consiste en comparar la conciencia consigo misma. Hay en ella un para otro o la determinabilidad del momento del saber; y, al mismo tiempo, este otro no es solamente para ella, sino que es también, fuera de esta relación, el en sí o el momento de la verdad. Entonces,si llamamos al saber “concepto” y a la verdad “objeto” o si llamamos “concepto” a la esencia del objeto y “objeto” a lo que es para otro, se concluye que comparamos continuamente al concepto con el objeto y al objeto con el concepto, comprobando que ambas cosas son lo mismo. Los dos momentos, el concepto y el objeto, el ser para otro y el ser en sí mismo, caen de por sí dentro del saber que investigamos, razón por la cual no necesitamos aportar ninguna pauta ni aplicar en la investigación nuestros pensamientos e ideas personales: prescindiendo de ellos será como lograremos considerar la cosa tal y como es en y para sí misma. (…)” Hegel dice que los filósofos no deben imponer una pauta, solo de esta manera se logrará considerar la cosa tal y como es en y para sí misma. La conciencia será la que imponga la pauta y determine si el saber es verdadero o falso. -Párrafo 14: “Nuestra intervención no solo resulta superflua en el sentido de que el concepto y el objeto, la pauta y aquello a que ha de aplicarse están presentes en la conciencia misma, sino que también nos vemos relevados del esfuerzo de la comparación entre ambos y del examen en sentido estricto. En efecto, la conciencia es, de una parte, conciencia del objeto y, de otra, conciencia de sí misma; conciencia de lo que es para ella lo verdadero y conciencia de su saber de ello. Y en cuanto que ambas son para ella misma, ella misma es su comparación; es para ella misma si su saber del objeto corresponde o no a éste. El examen de la conciencia se basa en una distinción: como la conciencia sabe en general de un objeto, surge la diferencia de lo que para ella algo sea el en sí y, en otro momento, el saber o ser del objeto para la conciencia. Si en esta comparación, encontramos que los dos términos no se corresponden, la conciencia cambia su saber, para ponerlo en consonancia con el objeto mismo, ya que el saber presente era un saber del objeto; y con este nuevo saber, también el objeto pasa a ser otro, pues el objeto finalmente pertenecía a este nuevo saber. De esta manera, la conciencia se encuentra con que lo que antes era el en sí, ahora es el en sí para ella. Así, pues, cuando la conciencia encuentra en su objeto que su saber no corresponde a este, tampoco el mismo objeto puede sostenerse (…)”. Para que haya saber tiene que haber una consciencia de un saber. Un saber es una creencia y yo estoy en relación con otra creencia. Pero yo distingo mi creencia de mi consciencia en general y a esta creencia la llamamos creencia para mí, pero hay algo que es la verdad de la creencia, que esta fuera de mi persona y mi creencia, y es lo que es en sí. Al comparar si lo que es “para mí” es el “en sí”, la conciencia llega la conclusión de que lo que antes creía que era el “en sí” es ahora simplemente el en sí “para mí”. Esta nueva creencia pasa a ser el nuevo “en sí”, que luego la conciencia volverá a compararla con la realidad para ver si es lo verdadero o si solamente es un en sí “para mí”. Después se da cuenta de que esta nueva creencia es solo el en sí “para mí” y es reemplazada por otra creencia que será luego comparada y así sucesivamente. La UES Presidencia -Párrafo 15: En definitiva, “este movimiento dialéctico que la conciencia lleva a cabo en sí misma, tanto en su saber cómo en su objeto, en cuanto brota ante ella el nuevo objeto verdadero, es lo que se llama experiencia. (…) La conciencia sabe algo, y este objeto es la esencia o el en sí; pero también es el en sí para la conciencia, con lo que aparece la ambigüedad de este algo verdadero. Ahora la conciencia tiene dos objetos: uno es el primer en sí, el otro es el ser para ella de este en sí. Este último solo parece ser, por el momento, la reflexión de la conciencia en sí misma, una representación de su saber del primer objeto (el primer en sí). Pero como dijimos que el primer objeto cambia, deja de ser el en sí para convertirse en la conciencia en un objeto que es en sí solamente para ella, lo que quiere decir, a su vez, que lo verdadero es el ser para ella de este en sí y, por tanto, que esto es la esencia o su objeto. Este nuevo objeto contiene la anulación del primero, es la experiencia hecho sobre él.” En otros términos, el movimiento dialéctico de la conciencia se basa en la negación determinada y su superación con conservación de esa negación. La conciencia no se puede separar de lo que para ella es objeto, la conciencia es también autoconciencia. En ella están ambos momentos y son diferentes: ella es conciencia de lo que es verdadero y conciencia de su saber de esta verdad. Pero esos dos momentos se relacionan entre sí y esta relación es lo que se llama experiencia. Aquello que la conciencia tenía por en sí queda descubierto en el momento en el que la conciencia prueba su saber sobre él como algo que únicamente era en sí para ella. Y este es el resultado de la experiencia: la negación del objeto precedente y la aparición de un objeto nuevo que a su vez origina un nuevo saber. En la experiencia de la conciencia, por tanto, hay dos necesidades; la de la negación del objeto, efectuada por la propia conciencia en su experiencia, y la aparición del nuevo objeto que se efectúa a partir de la experiencia anterior. -Párrafo 16: “(…) el nuevo objeto se revela como algo que ha llegado a ser por medio de una inversión de la conciencia misma. Este modo de considerar la cosa lo añadimos nosotros y gracias a él se eleva la serie de experiencias de la conciencia a la altura de un proceso científico. El resultado que se desprende de un saber no verdadero no debe confluir en una nada vacía, sino que debe ser aprehendido necesariamente como la nada de aquello cuyo resultado es, resultado que contendrá, así, lo que el saber anterior encierra de verdadero. Cuando lo que primeramente aparecía como el objeto desciende en la conciencia a un saber de él y cuando el en sí deviene un ser del en sí para la conciencia, tenemos el nuevo objeto por medio del que surge también una nueva figura de la conciencia, para la cual la esencia es ahora algo distinto de lo que era antes. Es esta circunstancia la que guía en su necesidad a toda la serie de figuras de la conciencia.” -Párrafo 17: “Esta necesidad hace que este camino hacia la ciencia sea ya él mismo ciencia y sea, por ello, en cuanto a su contenido, la ciencia de la experiencia de la conciencia.” En otras palabras, Hegel dice que si el camino que recorre la conciencia es necesario y tiene una legalidad específica (en cuanto a su dialéctica), entonces ese camino es científico. -Párrafo 18: “Los momentos de la verdad se presentan tal y como son para la conciencia y la relación de esta con aquellos constituyen los momentos del todo, siendo así figuras de la La UES Presidencia conciencia que la impulsan hacia su verdadera existencia. El punto en que la manifestación se hace igual a la esencia y en el que su exposición coincide con este punto de la auténtica ciencia del espíritu y, por último, al captar por sí misma esta esencia suya, la conciencia indicará la naturaleza del saber absoluto mismo.” La experiencia de la conciencia es dialéctica, sigue un camino necesario que la conduce hacia el saber absoluto. Pero el individuo no accede a este saber solo, sino que entra en relación necesaria con otros individuos y alcanza el saber absoluto en comunidad, el camino es a la vez dialéctico y dialogal. Este camino es además la repetición abreviada de la Historia en el individuo, interiorizándola y comprendiéndola. Prólogo – Fenomenología del Espíritu Introducción (del resumen): Hegel escribe el prólogo en función de las necesidades del público de su época. Examina el camino del saber desde un punto de vista que hace que dicho sistema se vuelva científico. El Idealismo no se refiere a la acepción ideal a lo real (lo que debe ser a lo que es). Hegel combate esta filosofíadel “debe ser”, en la que el ideal nunca puede ser alcanzado, y más aún tal como se la expresa. Estas doctrinas implican la insatisfacción frente a la realidad, y hacen aspirar a una superación hacia brumosas lejanías (el hombre primero se siente arrojado en un mundo extraño, se halla perdido. La función de la filosofía es llevarlo a reconciliarse con él para descubrir en su seno lo que es homogéneo al espíritu). El verdadero fin de la filosofía es comprender lo real, hacerlo plenamente inteligible; todo debe ser reconocido como racional, “ideal”, a través de la razón. Para Kant, solo conocemos ideas y fenómenos condicionados por nuestra estructura mental que trasciende los materiales de la intuición sensible; la realidad profunda de las cosas se nos escapa, la cosa en sí es incognoscible. Hegel, al contrario, formula que no hay cosa en sí ni realidad independiente del pensamiento. El hegelianismo es una filosofía de la inmanencia, en la cual el absoluto es el sujeto universal que comprende todo, del que todas las cosas no son más que su desenvolvimiento dialéctico. El sujeto universal es al que Hegel denomina Idea o Concepto. Concepto quiere decir lo que comprende, es la comprensión, lo universal que comprende sus determinaciones en un desenvolvimiento dialéctico, en este sentido, es absolutamente concreto. La idea, en su sentido estricto, es para Hegel la realización adecuada del concepto, “la unidad absoluta del concepto y de la objetividad”, “el verdadero en sí y para sí”. La idea es la vida, el alma, la idea de lo verdadero y del bien en el conocimiento y la acción; por último, el saber absoluto que alcanza en el pensamiento del filósofo, donde “se piensa a sí misma: es la verdad que se conoce”. Desde el punto de vista de la idea, el concepto permanece como el principio de la idea. El sistema hegeliano es el desarrollo de una triada dialéctica: idea, naturaleza, La UES Presidencia espíritu. Estudia la Idea en los tres momentos del método dialéctico: posición (tesis), negación (antitesis), unificación (síntesis). La idea pura, fundamento de toda existencia natural y espiritual, es el equivalente del pensamiento divino, saliendo de sí misma para manifestarse como Naturaleza en el espacio y en el tiempo, es la Idea exteriorizada. La Idea que retorna a sí misma después de esta alineación, y deviene así en espíritu real, pensamiento consciente de sí. La Razón, es estudiada en la Filosofía de la naturaleza en tanto que se realiza en el universo, y en la Filosofía del espíritu se realiza mediante el pensamiento y la actividad del hombre. Las partes del sistema científico de Hegel son: 1) La lógica: Allí se da la discusión de las estructuras de racionamiento y de las categorías. Debe considerarse como un sistema de determinación del pensamiento en el que la oposición de lo subjetivo y lo objetivo desaparece. Las categorías del pensamiento son las categorías del ser. Si el pensamiento lógico es dialéctico, se debe a que el ser mismo es dialéctico. La dialéctica ideal es el reflejo de la dialéctica real: el lógico debe pensar conforme a ella. 2) Filosofía de la naturaleza. La Naturaleza es la Idea bajo la forma de la alteridad, la idea que sale de sí misma, se exterioriza, y luego de producir vida consciente, retorna a sí, a interiorizarse en el pensamiento del hombre. El devenir de la Naturaleza es una ascensión hacia el espíritu. La idea se manifiesta en la Naturaleza por las leyes que la rigen. Esta impotencia de la Naturaleza de permanecer fiel al concepto impone límites al pensamiento filosófico, que en este terreno no puede deducir todo. La naturaleza debe considerarse como un sistema de grados. La Naturaleza solo tiene valor, para Hegel, en la medida en que, al condicionar la vida, hace posible el advenimiento de la conciencia y del pensamiento. 3) Filosofía del Espíritu. Representa el coronamiento del sistema hegeliano, ya que en el espíritu la Idea completa su desenvolvimiento, se concreta y logra verdaderamente su realidad efectiva. La idea lógica y la Naturaleza son las condiciones de la realización del espíritu, que es su verdad. Hegel Creo una filosofía de la cultura humana y dio las bases filosóficas de las ciencias morales. No se contentó con un estudio puramente psicológico de la vida interior (el espíritu subjetivo); quiso estudiar también el espíritu en sus producciones exteriores: la historia, el derecho, las costumbres (el espíritu objetivo) y en sus manifestaciones más elevadas en las que el espíritu se encuentra verdaderamente a sí mismo: el arte, la religión y la filosofía (el espíritu absoluto). Ya habíamos dicho que la primera parte del sistema hegeliano implica un recorrido de la conciencia hacia el saber absoluto (que está en la Lógica). La variedad de configuraciones que adopta el espíritu es ordenada a partir de un criterio científico, esto quiere decir que la conciencia avanza mediante la negación de sus propios contenidos en donde se llega a una totalidad orgánica (desarrollo dialéctico a partir de la negación determinada). La contraposición de los sistemas filosóficos que hace Hegel significa que unos son superados por otros pero conservados (se considera que ninguno es falso, que La UES Presidencia todos tienen algo de verdadero) porque en eso consiste el camino del saber. Para Hegel, el conocimiento de lo absoluto se alcanza a través de la superación de los antagonismos. Uno de ellos fue desarrollado por Kant y retomado por Hegel: sujeto- objeto. Según este último, en el “objeto” se encuentra la posición de la conciencia y si se puede comprenderla, entonces se lograría acceder a lo absoluto. El Prólogo es una orientación del sistema hegeliano, da explicaciones de lo que necesita la filosofía actual, denuncia la inutilidad de ciertas posturas filosóficas y aclara lo que es importante para el estudio filosófico. Primera parte: justificación histórica de la Filosofía Para Hegel el conocimiento trascendente debe elaborarse discursivamente para que sea accesible para el hombre. El conocimiento y el pensamiento son parte de la realidad, conforman lo absoluto. En cambio, para Kant, esto no es así porque la razón está fuera de la experiencia (se mueve en el pensamiento), solo implica una condición de posibilidad. Hegel tratará de definir cuál es el lugar que le cabe a la conciencia en el ser. Para él, un mismo sistema de categorías que sirven para estudiar las relaciones sociales, la astronomía y demás temas, debe también servir para entender la lógica. A partir de ello, Hegel busca un fundamento de lo absoluto. Distinto es lo que pretende Kant, que es buscar el fundamento de los objetos de la experiencia. El objetivo de Hegel es captar la verdad esencial de los distintos sistemas filosóficos y su desarrollo para fundamentar el conocimiento de lo absoluto verdadero. A partir de allí, resultaría posible exponer una manera de pensar que permita desplazarnos desde una esfera de conocimiento a otra. Y pretende esto porque, según él, se ha llegado al tiempo de gestación de un nuevo espíritu cuya aparición es el concepto de lo absoluto. Considera que Kant y el romanticismo solo han llegado al falso absoluto porque cancelaron el conocimiento del mismo o porque, al no conformarse con el conocimiento de los objetos de la experiencia, creyeron que podían llegar a lo absoluto mediante la intuición, donde la razón no jugase ningún rol. 1) La verdad como sistema científico Hegel crítica el proceder común que sostiene la presentación de la verdad filosófica como un conjunto de verdades dispersas y crítica también aquellos que presentan que en el fin o en los resultados se expresa la cosa misma, el desarrollo en este caso es lo no esencial, cosa absurda para él. Para contrarrestar esto, concibe el desarrollo de los sistemas filosóficos como el desarrollo progresivo de la verdad.“El capullo desaparece al abrirse la flor, y podría decirse que aquel es refutado por ésta; del mismo modo que el fruto hace aparecer la flor como un falso ser allí de la planta, mostrándose como la verdad de ésta en vez de aquella”. Con este ejemplo Hegel intenta decirnos que a pesar de que los sistemas filosóficos son contradictorios, debemos ver que son momentos mutuamente necesarios. La UES Presidencia P 3: “La cosa no se reduce a su fin, sino que se halla en su desarrollo, ni el resultado es el todo real, sino que lo es en unión con su devenir; el fin para sí es lo universal carente de vida, del mismo modo que la tendencia es el simple impulso privado todavía de su realidad, y el resultado escueto simplemente el cadáver que la tendencia deja tras sí. Asimismo, la diversidad es más bien el límite de la cosa; aparece allí donde la cosa termina o es lo que ésta no es.” Hegel afirma que lo real no es el resultado, si no su desarrollo. Lo verdadero “no está”, sino que “está siendo” todo el tiempo. El fin para sí es la conciencia del fin. Para Hegel, en Filosofía no se pueden escribir prólogos porque no se pueden exponer resultados como límite del saber. P 5: “La verdadera figura en que existe la verdad no puede ser sino el sistema científico de ella.” El interés de Hegel es construir un sistema científico sobre la verdad (se propone contribuir a que la filosofía se aproxime a la forma de ciencia) la filosofía dejará de llamarse amor por el saber para llegar a ser saber real. La Lógica es la manera de presentar lo que “es” porque el objeto “es” en cuanto se relaciona con todo. “La necesidad interna de que el saber sea ciencia radica en su naturaleza, y la explicación satisfactoria acerca de esto sólo puede ser la exposición de la filosofía misma.” La necesidad interna radica en que el saber tiene un movimiento dialéctico (negación determinada + conservación), y esto es así porque la conciencia pone detrás de lo limitado a la cosa en sí como medio para traspasar dicho límite. “En cuanto a la necesidad externa, concebida de un modo universal, prescindiendo de lo que haya de contingente en la persona y en las motivaciones individuales, es lo mismo que la necesidad interna, pero bajo la figura en que el tiempo presenta el ser allí de sus momentos”. Se refiere a la historia en cuanto a que ella produce lo que necesita. Su lógica es la lógica del desarrollo de la conciencia. “El demostrar que ha llegado la hora de que la filosofía se eleve al plano de la ciencia constituiría, por tanto, la única verdadera justificación de los intentos encaminados a este fin, ya que, poniendo de manifiesto su necesidad, al mismo tiempo la desarrollarían.” 2) La formación del presente P 6: “Sí lo verdadero sólo existe como aquello que se llama unas veces intuición y otras veces saber inmediato de lo absoluto, religión, el ser -no en el centro del amor divino, sino el ser mismo de él-, ello equivale a exigir para la exposición de la filosofía más bien lo contrario a la forma del concepto. Se pretende (según esa filosofía) que lo absoluto sea, no concebido, sino sentido e intuido, que lleven la voz cantante y sean expresados, no su concepto, sino su sentimiento y su intuición”. La verdad tiene en el concepto el elemento de su existencia, Hegel se opone a un saber inmediato del absoluto o la intuición de él, el saber del absoluto es conceptual. Lo finito es un momento de lo infinito y este se despliega en lo finito, estas filosofías separaron lo finito de lo infinito. Por lo tanto, Hegel ve que los filósofos de su época, en vez de llevar a cabo una elaboración conceptual de lo absoluto, intentaron aprehender lo absoluto mediante la intuición y la sensación. P 7: “Si se toma la manifestación de una exigencia así en su contexto más general y se la considera en el nivel en que se halla presente el espíritu autoconsciente, vemos que éste va más allá de la vida sustancial que llevaba en el elemento del pensamiento, más allá de esta La UES Presidencia inmediatez de su fe, de la satisfacción y la seguridad de la certeza que la conciencia abrigaba acerca de su reconciliación con la esencia y con la presencia universal de ésta, tanto la interna como la externa. Y no sólo va más allá, pasando al otro extremo de la reflexión carente de sustancia sobre sí mismo, sino que se remonta, además, por encima de esto. No sólo se pierde para él su vida esencial; además, el espíritu es consciente de esta pérdida y de la finitud que es su contenido. El espíritu, volviéndose contra quienes lo degradan y prorrumpiendo en denuestos contra su rebajamiento, no reclama de la filosofía tanto el saber lo que él es como el recobrar por medio de ella aquella sustancialidad y aquella consistencia del ser. Por tanto, para hacer frente a esta necesidad, la filosofía no debe proponerse tanto el poner al descubierto la sustancia encerrada y elevarla a la conciencia de sí misma, no tanto el retrotraer la conciencia caótica a la ordenación pensada y a la sencillez del concepto, como el ensamblar las diferenciaciones del pensamiento, reprimir el concepto que diferencia e implantar el sentimiento de la esencia, buscando más bien un fin edificante que un fin intelectivo”. El espíritu autoconsciente refiere al género humano que es consciente que sabe. Y en este párrafo, Hegel dice que la humanidad ha llegado a un punto de su pensamiento en el que la fe ya no le da certezas, pero terminaron pasando al otro extremo de la reflexión carente de sustancia, por ejemplo, a la teoría de Kant de que la cosa en sí no puede ser conocida. Por eso Hegel dice que los filósofos renunciaron al concepto. P 9: “Hubo un tiempo en que el hombre tenía un cielo dotado de una riqueza pletórica de pensamientos y de imágenes. El sentido de cuanto es radicaba en el hilo de luz que lo unía al cielo; entonces, en vez de permanecer en este presente, la mirada se deslizaba hacía un más allá, hacía la esencia divina, hacía una presencia situada en lo ultraterrenal, sí así vale decirlo. Para dirigirse sobre lo terrenal y mantenerse en ello, el ojo del espíritu tenía que ser coaccionado; y hubo de pasar mucho tiempo para que aquella claridad que sólo poseía lo supraterrenal acabara por penetrar en la oscuridad y el extravío en que se escondía el sentido del más acá, tornando interesante y valiosa la atención al presente como tal, a la que se daba el nombre de experiencia. Actualmente, parece que hace falta lo contrario; que el sentido se halla tan fuertemente enraizado en lo terrenal, que se necesita la misma violencia para elevarlo de nuevo.” Aquí Hegel habla del espíritu desde lo celestial a lo terrenal. El saber del género humano se remitía a Dios como causa de todas las cosas, pero más tarde se dejó de creer en ello y se pasó a valorar la experiencia como medio de conocimiento. No obstante, el autor observa que en su época el espíritu necesita volver a elevarse para recuperar el sentido de su existencia. 3) Lo verdadero como principio, y su despliegue P 12: “Vivimos en tiempos de gestación y de transición hacía una nueva época. El espíritu ha roto con el mundo anterior de su ser allí y de su representación y se dispone a hundir eso en el pasado, entregándose a la tarea de su propia transformación. El espíritu, ciertamente, no permanece nunca quieto, sino que se halla siempre en movimiento incesantemente progresivo. El espíritu que se forma va madurando lenta y silenciosamente hacía la nueva figura, va desprendiéndose de una partícula tras otra de la estructura de su mundo anterior.” Para Hegel se viven momentos de cambio hacia una nueva época, pero el nuevo mundo a que se llega no es perfecto, del mismo modo que no se construye un edificio cuando se ponen sus cimientos, el concepto del todo a que se llega no es el todo mismo. “Del mismo La UES Presidencia modo, la ciencia no encuentra acabamiento ensus inicios. El comienzo del nuevo espíritu es el producto de una larga transformación de múltiples y variadas formas de cultura, la recompensa de un camino muy sinuoso y de esfuerzos y desvelos no menos arduos y diversos. Es el todo que retorna a sí mismo saliendo de la sucesión y de su extensión, convertido en el concepto simple de este todo. Pero la realidad de este todo simple consiste en que aquellas configuraciones convertidas en momentos vuelven a desarrollarse y se dan una nueva configuración, pero ya en su nuevo elemento y con el sentido que de este modo adquieren.” P 17: Hegel se opone al formalismo abstracto que hace pasar el material de la experiencia por una forma fija y determinada, para él eso es la ingenuidad del vacío en el conocimiento, no permite ver la riqueza de lo real y sus determinaciones. Segunda parte: Propuesta de una nueva concepción de lo absoluto II) El desarrollo de la conciencia hacia la ciencia 1) El concepto del o absoluto como el concepto del sujeto P 18: “La sustancialidad implica tanto lo universal o la inmediatez del saber mismo como aquello que es para el saber ser o inmediatez”. Con ello Hegel dice que la sustancia absoluta contiene al saber y aquello que es ser, para el saber. Si se desarrolla la idea de que la sustancia (materia) es igual al sujeto (idea) se lograría llegar a la realidad material. P 19: “La sustancia viva es, además, el ser que es en verdad sujeto o, lo que tanto vale, que es en verdad real, pero sólo en cuanto es el movimiento del ponerse a sí misma o la mediación de su devenir otro consigo misma. Es, en cuanto sujeto, la pura y simple negatividad y es, cabalmente por ello, el desdoblamiento de lo simple o la duplicación que contrapone, que es de nuevo la negación de esta indiferente diversidad y de su contraposición: lo verdadero es solamente esta igualdad que se restaura o la reflexión en el ser otro en sí mismo, y no una unidad originaria en cuanto tal o una unidad inmediata en cuanto tal. Es el devenir de sí mismo, el círculo que presupone y tiene por comienzo su término como su fin y que sólo es real por medio de su desarrollo y de su fin”. Hegel afirma que la sustancia viva tiene que consistir en un desplazamiento desde adentro, es decir, un proceso en el cual la sustancia se proyecte en otro elemento, que luego se identifica con él. En ello consiste la autonegación, esto es, en dejar de ser para convertirse en otra cosa que se reintegra a sí misma. En otras palabras, lo que estaba en el momento 1 se conserva en el momento 2, el ser deviene en otro consigo mismo, el nuevo elemento no puede ser producto de una injerencia externa, sino que es un cambio producido desde el interior, por eso ese nuevo elemento es más complejo, pero sigue siendo el mismo. (Ejemplo de las células). En el origen surge una autodiferenciación a partir de una sustancia común. Luego de su reintegración, la unidad es restaurada. Como el desarrollo de la sustancia es parte del ser, es igualmente real. Por eso Hegel dice que la realidad es el devenir de sí misma. La UES Presidencia P 20: “La vida de Dios en sí es la virtualidad abstracta, en la que se prescinde de su naturaleza de ser para sí y con ello del automovimiento de la forma en general.” P 21: “Lo verdadero es el todo. Pero el todo es solamente la esencia que se completa mediante su desarrollo. De lo absoluto hay que decir que es esencialmente resultado, que sólo al final es lo que es en verdad, y en ello precisamente estriba su naturaleza, que es la de ser real, sujeto o devenir de sí mismo. Aunque parezca contradictorio el afirmar que lo absoluto debe concebirse esencialmente como resultado, basta pararse a reflexionar un poco para descartar esta apariencia de contradicción. El comienzo, el principio o lo absoluto, tal como se lo enuncia primeramente y de un modo inmediato, es solamente lo universal. Del mismo modo que cuando digo: todos los animales, no puedo pretender que este enunciado sea la zoología, resulta fácil comprender que los términos de lo divino, lo absoluto, lo eterno, etc., no expresan lo que en ellos se contiene y que palabras como éstas sólo expresan realmente la intuición, como lo inmediato. Lo que es algo más que una palabra así y marca aunque sólo sea el tránsito hacia una proposición contiene ya un devenir otro que necesita ser reabsorbido, es ya una mediación.” Lo que hay que destacar de este párrafo es que Hegel plantea que el todo es la esencia que se completa a través de su desarrollo. Por ejemplo, la esencia es como una semilla que ha devenido en el árbol y luego muere. Así el sujeto es el devenir en sí mismo, vendría a ser la negación determinada de la conciencia. El comienzo es lo universal, es el concepto. Pero este último, para ser lo que en verdad es, tiene que devenir en el tiempo. De allí a que el autor utilice el ejemplo de que, si yo digo “todos los animales”, estaría diciendo lo absoluto. Pero para que este universal sea verdadero, sus elementos particulares deben desplegarse en el tiempo. En el ejemplo, se tendría que mencionar todos los tipos de animales que existen (los gatos, los perros, etc). P 22: “Pretender que lo finito sea una manifestación de lo absoluto horroriza a más de uno, la mediación no es más que la igualdad consigo misma en movimiento o la reflexión en sí misma, el momento del yo que es para-sí, la pura negatividad o el simple devenir. El yo o el devenir en general, este mediar, es cabalmente, por su misma simplicidad, la inmediatez que deviene y lo inmediato mismo. Es, por tanto, desconocer la razón el excluir la reflexión de lo verdadero, en vez de concebirla como un momento positivo de lo absoluto. Porque es la razón la que hace de lo verdadero un resultado, a la vez que supera esta contraposición entre lo verdadero y su devenir, pues este devenir es igualmente simple y, por tanto, no se distingue de la forma de lo verdadero, consistente en mostrarse como simple en el resultado; es, mejor dicho, cabalmente este haber retornado a la simplicidad. Si es cierto que el embrión es en sí un ser humano, no lo es, sin embargo para sí, para sí solo lo es en cuanto razón cultivada que se ha hecho a sí misma lo que es en sí.”. El tiempo es una dimensión inescindible de la realidad, porque es en el transcurso del mismo en el que lo absoluto deviene en sí mismo. Para Hegel, la mediación es el momento en el que algo particular se le opone a un concepto que al final consideramos inadecuado. Es la negación en el que de lo simple inmediato (los animales) se pasa a lo mediato (los gatos, los perros…). Por tanto, lo particular desplegado en el tiempo también es lo absoluto. P 23: “Lo que se ha dicho podría expresarse también diciendo que la razón es el obrar con La UES Presidencia arreglo a un fin (el fin es lo inmediato, lo quieto, lo inmóvil, que es por sí mismo motor y por lo tanto sujeto). Su fuerza motriz, vista en abstracto, es el ser para sí o la pura negatividad. El comienzo es fin, es decir, lo real es lo mismo que su concepto simplemente porque lo inmediato, en cuanto fin, lleva en sí el sí mismo o la realidad pura. El fin ejecutado o lo real existente es movimiento y devenir desplegado”. La razón para Hegel es movimiento, y, por tanto, ocupa el lugar de lo absoluto. Entonces, la razón está dentro del mundo, no afuera (como lo considera Kant) P 24: “La necesidad de representarse lo absoluto como sujeto se traduce en proposiciones como la de “Dios es lo eterno”, lo verdadero se pone como sujeto, pero no es presentado como el movimiento del reflejarse en sí mismo, el sujeto no es un punto quieto, sino que es el automovimiento.” P 25: “De las consecuencias que se desprenden de lo dicho anteriormente se puede sostener que el saber sólo es real y sólo puede exponerse como ciencia o como sistema y esta otra: la de que un principio de filosofía aun siendo verdaderoes falso en cuanto es fundamento o principio, por eso resulta fácil refutarlo. La refutación consiste en poner de relieve su deficiencia, la cual reside en que es solamente lo universal o el principio, el comienzo. Cuando la refutación es a fondo se complementarán sus deficiencias pues de otro modo sólo tendrá en cuenta solamente su acción negativa, sin cobrar conciencia del progreso que ella representa y de su resultado atendiendo también al aspecto positivo.” Si el ser se concibe como devenir de sí mismo, el saber de dicho movimiento tiene que ser un sistema articulado porque tiene que dar cuenta de todo, de lo absoluto. Para Hegel, un principio de filosofía, que pretenda ser verdadero, es falso porque es solo el comienzo y no desarrollo. P 26: “El que lo verdadero sólo es real como sistema o el que la sustancia es esencialmente sujeto se expresa en la representación que enuncia, lo absoluto como espíritu. Sólo lo espiritual es lo real y efectivo; es la esencia, o lo siendo en sí; lo que se mantiene o lo determinado, el ser- otro y ser-para-sí, y lo que en esta determinabilidad o en este su estar-fuera-de-sí permanece en sí mismo, o es en y para sí.- Pero este ser en y para sí es primeramente para nosotros o en sí, es la sustancia espiritual. Tiene que serlo también para sí mismo: tiene que ser el saber de lo espiritual y el saber de sí como espíritu, es decir, tiene que ser como objeto, pero con la misma inmediatez serlo también como objeto mediado, esto es, objeto asumido, reflejado en sí. Solamente es para sí para nosotros en la medida en que su contenido espiritual está producido por él mismo; pero en la medida en que también él es para sí mismo para sí, este auto-producirse, el concepto puro, le es al mismo tiempo el elemento objetual en el que tiene su existencia, y de este modo, en su existencia para sí mismo, es objeto reflejado en sí. El espíritu que así se sabe espíritu es la ciencia. Ella es su realidad, y el reino que él se construye en su propio elemento.” Lo real es devenir orgánico, es la sustancia en movimiento, el despliegue de la razón. Lo real es el espíritu, que es la sustancia en movimiento consciente de sí misma (en sí para sí). El ser es en sí y para sí para los filósofos, es la sustancia espiritual. Pero lo real se realiza cuando se concibe a sí misma y se reconoce a sí misma en el despliegue y en la necesidad del mismo. Hegel plantea que el saber siempre ha estado porque la lógica es la estructura implícita del universo (sin la historia, aspecto que agrega la especie humana). De allí a que seamos nosotros, los hombres, los que enunciamos la verdad del despliegue de lo que siempre ha sido, porque allí es cuando la especie humana La UES Presidencia toma consciencia de sí misma y de toda su historia. Tomamos consciencia de nuestro lugar en el mundo. En otras palabras, el universo toma consciencia de sí mismo a través de nosotros. La verdad es el espíritu en la medida en que este último es el final del desarrollo, pues aparece al final de la historia pero que está contenida potencialmente en el inicio. Para que la realidad llegue a su fin, todo el mundo tiene que ser consciente de sí mismo y de su lugar en la historia. PAG 20 DEL TEXTO 2) El devenir del saber P 27: “El puro conocerse a sí mismo en el absoluto ser otro es el fundamento y la base de la ciencia o el saber en general. El comienzo de la filosofía sienta como supuesto o exigencia el que la conciencia se halle en este elemento. Pero este elemento sólo obtiene su perfección y su transparencia a través del movimiento de su devenir. Es la pura espiritualidad, como lo universal, la que tiene el modo de la simple inmediatez; esta simplicidad, tal y como existe en cuanto tal, es el terreno, el pensamiento que es solamente en el espíritu. Y por ser este elemento, esta inmediatez del espíritu, lo sustancial del espíritu en general, es la esencialidad transfigurada, la reflexión que, siendo ella misma simple, es la inmediatez en cuanto tal y para sí, el ser que es la reflexión dentro de sí mismo. La ciencia, por su parte, exige de la autoconciencia que se remonte a este éter, para que pueda vivir y viva en ella y con ella. Y, a la inversa, el individuo tiene derecho a exigir que la ciencia le facilite la escala para ascender, por lo menos, hasta este punto de vista, y se la indique en él mismo. Su derecho se basa en su absoluta independencia, en la independencia que sabe que posee en cada una de las figuras de su saber, pues en cada una de ellas, sea reconocida o no por la ciencia y cualquiera que su contenido sea, el individuo es la forma absoluta, es decir, la certeza inmediata de sí mismo; y, si se prefiere esta expresión, es de este modo ser incondicionado. Si el punto de vista de la conciencia, el saber de cosas objetivas por oposición a sí misma y de sí misma por oposición a ellas, vale para la ciencia como lo otro -y aquello en que se sabe cercana a sí misma más bien como la pérdida del espíritu-, el elemento de la ciencia es para la conciencia, por el contrario, el lejano más allá en que ésta ya no se posee a sí misma. La ciencia se presenta en sus relaciones con la autoconciencia inmediata como lo inverso a ésta, o bien, teniendo la autoconciencia en la certeza de sí misma el principio de su realidad, la ciencia, cuando dicho principio para sí se halla fuera de ella, es la forma de la irrealidad. Así, pues, la ciencia tiene que encargarse de unificar ese elemento con ella misma o tiene más bien que hacer ver que le pertenece y de qué modo le pertenece. Carente de tal realidad, la ciencia es solamente el contenido, como el en sí, el fin que no es todavía, de momento, más que algo interno; no es en cuanto espíritu, sino solamente en cuanto sustancia espiritual. Este en sí tiene que exteriorizarse y convertirse en para sí mismo, lo que quiere decir, pura y simplemente, que él mismo tiene que poner la autoconciencia como una con él.” El hombre se pone en el efecto de un desarrollo, es la base de la ciencia. Hegel dice que la ciencia le pide al hombre que salga de su perspectiva para que se convierta en filósofo y se eleve hacia el punto de vista del saber absoluto. No obstante, el autor también considera que el hombre tiene derecho a exigir que la ciencia lo ayude a llegar a ese nivel. P 28: “Este devenir de la ciencia en general o del saber es lo que expone esta Fenomenología del espíritu. El saber en su comienzo, o el espíritu inmediato, es lo carente de espíritu, la La UES Presidencia conciencia sensible. Para convertirse en auténtico saber o engendrar el elemento de la ciencia, que es su mismo concepto puro, tiene que seguir un largo y trabajoso camino.” Debido al derecho del hombre a exigir ayuda, Hegel propone la Fenomenología del Espíritu para mostrar cómo se desarrolla la conciencia en su camino hacia la ciencia HASTA ACA LLEGUE pag 21 3) La formación del individuo P 29: Hegel se refiere a “la formación del individuo universal, en este se muestra cada momento en que se adquiere su forma concreta y propia configuración. El individuo singular es el espíritu inacabado, una figura concreta en donde domina una determinabilidad mostrándose las otras como borrosas. También el individuo singular tiene que recorrer, en cuanto a su contenido, las fases de formación del espíritu universal, pero como figuras ya dominadas por el espíritu como etapas de un camino ya allanado. Esa existencia pasada es ya patrimonio adquirido del espíritu universal y constituye su naturaleza inorgánica.” P 30: “Puesto que la sustancia del individuo e incluso el espíritu del mundo han tenido la paciencia necesaria para ir recorriendo estas formas en la larga extensión del tiempo y asumir la inmensa labor de la historia del mundo, en la que el espíritu del mundo ha ido desentrañando y poniendo de manifiesto en cada una de dichas formas el contenido totalde sí mismo de que era capaz, y puesto que no le era posible adquirir con menos esfuerzo la conciencia de sí mismo, el individuo, por exigencia de la propia cosa (lo absoluto), no puede llegar a captar su sustancia por un camino más corto; y, sin embargo, el esfuerzo es, al mismo tiempo, menor, ya que en sí todo esto ha sido logrado (materialmente, lo que era posible se convirtió en real): el contenido es ya la realidad cancelada en la posibilidad o la inmediatez sojuzgada, la configuración ya reducida a su abreviatura, a la simple determinación del pensamiento.”. El espíritu consciente es la última fase del despliegue de lo absoluto. P 31: Para Hegel “lo conocido es algo en lo cual el espíritu no reconoce su actividad, pero el saber se vuelve contra la representación que se produce. Es la acción del sí mismo universal y el interés del pensamiento”. P 32: “Hay un saber que no se mueve de su sitio que, por ser conocido, no es reconocido.” P 33: “Descomponer una representación en sus elementos originarios equivale a retrotraerla a sus momentos, que, por lo menos, no poseen la forma de la representación ya encontrada, sino que constituyen el patrimonio inmediato del sí mismo. Pero este algo separado, lo irreal mismo, es un momento esencial, pues sí lo concreto es lo que se mueve es, solamente, porque se separa y se convierte en algo irreal. La actividad del separar es la fuerza y la labor del entendimiento. Pero el espíritu sólo conquista su verdad cuando es capaz de encontrarse a sí mismo en el absoluto desgarramiento. El espíritu no es esta potencia como lo positivo que se aparta de lo negativo, como cuando decimos de algo que no es nada o que es falso y, hecho esto, pasamos sin más a otra cosa, sino que sólo es esta potencia cuando mira cara a cara a lo negativo y permanece cerca de ello. Esta permanencia es la fuerza mágica que hace que lo negativo vuelva al ser”. P 34: “A través de este movimiento, los pensamientos puros devienen conceptos y sólo entonces son lo que son en verdad, automovimientos, círculos; son lo que su sustancia es, esencialidades espirituales.” La UES Presidencia P 35: “Este movimiento de las esencialidades puras constituye la naturaleza de la cientificidad en general. Considerado como la cohesión de su contenido, este movimiento es la necesidad y el despliegue de dicho contenido en un todo orgánico. El camino por el que se llega al concepto del saber se convierte también, a su vez, en un devenir necesario y total”. Las formas materiales (ya configuradas) dejan un concepto que las representan y el hombre se apropia de lo universal aprehendiendo dichos conceptos. De allí a que Hegel sostenga que los distintos sistemas filosóficos no sean falsos, sino que son superados unos por otros. Tercera parte: lo que interesa y debe interesar a la Filosofía III) El conocimiento filosófico: 1) Lo verdadero y lo falso: P 37: “La ciencia que recorre la conciencia es la ciencia de la experiencia de la conciencia; la sustancia con su movimiento es considerada como objeto de la conciencia.” Pág. 26 de texto P 38: “La desigualdad que se produce en la conciencia entre el yo y la sustancia, que es su objeto, es su diferencia, lo negativo en general. Puede considerarse como su alma, pero es lo que los mueve a los dos. Este algo negativo se presenta como la desigualdad del yo con respecto al objeto, es también la desigualdad de la sustancia con respecto a sí misma. En el elemento del saber, se despliegan ahora los momentos del espíritu en la forma de la simplicidad, que sabe su objeto como sí mismo. Dichos momentos ya no se desdoblan en la contraposición del ser y el saber, sino que permanecen en la simplicidad del saber, son lo verdadero bajo la forma de lo verdadero, y su diversidad es ya solamente una diversidad en cuanto al contenido. Su movimiento, que se organiza en este elemento como un todo, es la Lógica o Filosofía especulativa.” P 40: “Lo verdadero y lo falso figuran entre esos pensamientos determinados que se consideran como esencias propias situadas unas de cada lado, sin relación alguna entre sí. Pero no hay lo falso. La sustancia es ella simplemente lo negativo en parte como diferenciación y determinación del contenido. No se puede unir lo falso con lo verdadero más solo como algo puramente externo. Sin embargo, lo negativo sigue presente de modo inmediato en lo verdadero como tal.” Consigna parcial domiciliario: Atendiendo al contenido de la “Introducción” de la Fenomenología del Espíritu de Hegel, explique la idea de la “ciencia de la experiencia de la conciencia”. Luego, focalizándose en el “Prólogo”, explique a qué condiciones históricas (su “necesidad externa”) responde este proyecto. Finalmente, explique los rasgos fundamentales de la concepción a la que se quiere llegar (i.e. el modo en el que Hegel propone concebir la “realidad absoluta”) y su relación con la conciencia y su experiencia. Respuesta: La ciencia de la experiencia de la conciencia es la historia del camino que recorre la conciencia natural en sus diferentes momentos hasta llegar a lo absoluto, es decir, hasta convertirse en ciencia. Hegel argumenta que dicho recorrido es de desesperación, de duda, ya que la conciencia natural, en su camino hacia el saber absoluto, pasa por momentos negativos en su propio despliegue. En efecto, en un La UES Presidencia primer momento, la conciencia coloca una verdad que considera absoluta, pero luego esa verdad es revelada como algo falso y, por ende, es negada por la conciencia. No obstante, esta negación del saber que se creía real encierra un nuevo saber que constituye una síntesis superadora. En otras palabras, la conciencia no solo niega esa verdad, si no que sabe que es falsa y este conocimiento se conserva en la conciencia. Por eso, Hegel sostiene que el camino de la conciencia al final termina siendo positivo, porque se basa en la negación determinada, donde la conciencia se educa a sí misma a través de evaluaciones específicas sobre verdades que al final resultan ser falsas, pero que la conciencia las rescata reconociendo su falsedad y asumiendo luego una nueva configuración. Con este nuevo saber que coloca como verdad, la conciencia descubre que también esta es solo una ilusión y por ende la vuelve a negar, y la supera con un nuevo saber que considera verdadero. Esto ocurre sucesivamente hasta llegar a lo absoluto. No obstante, Hegel afirma que lo verdadero no es el fin del camino, sino que consiste en todo el proceso, desde el principio hasta el final. En otras palabras, el concepto puro de la ciencia ya se encuentra en la conciencia natural, sólo que esta debe devenir, a través de la negación, en autoconciencia. Así, la primera manifestación del saber se convierte en saber real, pues el espíritu se hace autoconsciente cuando logra tener un saber verdadero y cuando es consciente de que lo tiene, lo cual quiere decir que conoce el “en sí” y el “para sí”. Hegel insiste en que la meta del camino permanece implícita, pero se entiende que se trata del momento en el cual el saber se corresponde al ser, esto es, cuando el objeto se corresponde con el concepto y viceversa. Y es implícita debido a que la conciencia, desde el principio, es saber, solo que no es consciente de ello. Por otra parte, la conciencia misma es la que impone la pauta para determinar si el saber que posee es verdadero o falso, pues compara lo que es el “en sí” del saber con lo que es en sí “para ella”. En fin, la ciencia de la experiencia de la conciencia refiere a un movimiento dialéctico que es, además, necesario y universal, ya que en este camino la conciencia no solo deviene en sí misma a partir de la negación determinada, sino que dicho camino hacia el saber es de carácter científico. En el Prólogo, Hegel afirma que su proyecto de presentar un sistema científico que abarque todo lo absoluto, captandola verdad esencial de los distintos sistemas filosóficos, responde, por un lado, a una necesidad interna de que el saber sea ciencia, lo cual reside en el carácter dialéctico del movimiento de la conciencia, pues el saber que la misma considera como verdadero luego es negado y superado por un nuevo saber que se coloca como la verdad absoluta, y así ocurre hasta llegar a la autoconciencia. Por eso, la conciencia pone detrás de lo limitado a lo absoluto como medio para traspasar dicho límite. Por otro lado, Hegel escribe el prólogo debido a una necesidad externa, que para el autor resulta lo mismo que la necesidad interna, pero ubicada en el tiempo. En otras palabras, refiere a que la lógica de la historia siempre ha sido, para Hegel, la lógica del desarrollo de la conciencia. Por eso sostiene que la historia va produciendo lo que ella misma necesita. El género humano ha recorrido y está recorriendo todavía el camino en el cual la conciencia deviene en sí misma ciencia. Por tanto, Hegel plantea que el saber siempre ha estado porque la Lógica es la estructura implícita del universo (sin la historia, aspecto que agrega la especie humana). De allí a que sean los hombres los que enuncian la verdad del despliegue de lo que siempre ha sido, porque allí es La UES Presidencia cuando la especie humana toma consciencia de sí misma y de toda su historia. Particularmente, en su obra, Hegel afirma que, en el pasaje de la Edad Media a la Modernidad, lo absoluto dejó de estar presente en el mundo celestial, en Dios o en la fe, para instalarse en lo terrenal. En consecuencia, filósofos como Kant declararon que no se podía llegar a lo absoluto. Posteriormente, esto generó la reacción de la corriente romántica, que apostaba en la intuición y en el sentimiento como medio para conocer lo absoluto. Ante esta situación, Hegel entiende que ambos sistemas llegaron más bien a un falso absoluto. Por lo tanto, el autor propone dar una explicación de lo absoluto como sistema científico a partir del concepto, buscando así superar las posturas de aquellas dos corrientes contemporáneas. Asimismo, se percata de que la ciencia le está pidiendo al hombre que salga de su perspectiva y se convierta en filósofo, esto es, que se eleve al punto de vista del saber absoluto. Pero como el autor reconoce que el hombre tiene derecho a exigir que la ciencia lo ayude a alcanzar ese momento, Hegel ofrece la Fenomenología del Espíritu para mostrarle cómo se desarrolla la conciencia para llegar al saber absoluto. Por consiguiente, la realidad absoluta es la noción que Hegel pretende alcanzar. El hecho de que se pueda llegar a ella es lo que le da status científico a la filosofía. Lo absoluto es lo verdadero pero, fundamentalmente, es la realidad en el devenir de sí misma, porque no es solo el resultado del proceso, sino que logra su esencia en el despliegue de la conciencia en dirección a la ciencia. Desde el punto de vista de Hegel, para que lo universal se vuelva verdadero, sus elementos particulares deben desarrollarse en el tiempo. En ello consiste la mediación, la reflexión en sí misma, un momento de lo absoluto que hace de lo verdadero un resultado. Hegel también lo define como la autodiferenciación de la sustancia, que se niega a sí misma, se transforma y finalmente se reintegra a ella misma. Incluso la razón ocupa el lugar de lo absoluto, porque, para el autor, como es el obrar con arreglo a un fin, supone un movimiento orientado a una meta. Así como la realidad absoluta consiste en el despliegue dialéctico de la conciencia, las contradicciones que hay en ella también forman parte de lo absoluto. Efectivamente, en la experiencia de la conciencia, la misma coloca una verdad que considera absoluta, pero luego, como se revela ilusoria, es negada por la conciencia y superada por un nuevo saber que surge de esta negación. Hegel reconoce que el saber de la conciencia sensible es ya saber absoluto, pero no se sabe como tal. Para ello, dicho saber tiene que ser negado, con el fin de que el espíritu tome conciencia de que tiene un saber real. De esta manera, al volverse autoconsciente, conoce el “en sí” y el “para sí”, se convierte en ciencia y alcanza la realidad absoluta. La UES Presidencia
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