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História dos Templários

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Índice 
Índice………………………………………. Página 1 
Dedicatoria…………………………………. Página 3 
Introducción………………………………… Página 4 
 
Capitulo I 
Orden del Temple 
1.1 La Primera Cruzada……………………. Página 5 
1.2 Creación del reino de Jerusalén………… Página 9 
1.3 Nacimiento de las Ordenes Militares…… Página 11 
1,4 Orígenes de la Orden del Temple………. Página 13 
1.4.1 Funciones – El Código Templario……. Página 19 
1.4.2 Regla…………………………………. Página 21 
 
Capitulo II 
El Temple en los reinos Hispánicos 
2.1 Instalación……………………………… Página 27 
2.2 Reinos donde se instalaron……………… Página 28 
 3.2 Encomiendas Templarias……………… Página 36 
 
 
 2
Capitulo III 
La disolución de la Orden del Temple 
3.1 Acusaciones del rey de Francia………… Página 38 
3.2 Actuación del Papa…………………….. Página 41 
3.3 El pergamino de Chinon………………. Página 45 
 
Bibliografía ……………………………….. Página 47 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 3
 
 
Dedicatoria 
 
 
 
 
Quiero dedicar este trabajo a los optimistas, que siempre ven 
la botella medio llena y creen que es posible seguir 
aprendiendo para hacer realidad lo que no se les permitió en 
su juventud, sin importarles la edad. 
Y muy especialmente dedicarlo a los profesores que se 
involucran en la enseñanza de la gente mayor por su paciencia 
y su tiempo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 4
Introducción 
 
 
Hace unos años, antes de entrar en la Universidad para 
Mayores, cuando todavía trabajaba, quiso la casualidad que 
cayesen en mis manos unos cuantos libros y novelas que 
hablaban sobre los Templarios y sus gestas, su modo de vida y 
sus costumbres. 
Todos sabemos que las novelas no son reales, sino historias 
inventadas o distorsionadas de la realidad la mayor parte de las 
veces destacando sobremanera las proezas y gestas de sus 
protagonistas. 
A decir verdad, y no me da vergüenza confesarlo, no podía 
entender como en plena Edad Media, hubieran existido unos 
monjes guerreros, de modo que despertaron mi curiosidad y 
comencé a interesarme por este tema buscando libros que 
hablaran sobre ellos. 
A partir de entonces me hice muchas preguntas sobre estos 
monjes guerreros como 
¿Cuáles fueron sus Orígenes? ¿Estuvieron en España, donde?, 
¿Por qué ya no existían? 
Así que cuando Pili Escuder nos dijo que para el final del 
primer ciclo teníamos que hacer un trabajo sobre algo 
interesante, lo tuve claro desde el primer momento, yo haría el 
trabajo sobre los Templarios. 
Este trabajo está basado en libros de Historia, Internet, revistas 
especializadas, prestadas por mi compañero Hipólito Fabra, a 
quien quiero agradecer su complicidad desde el primer 
momento, y sobre todo con la inestimable colaboración de mi 
tutor el profesor Carles Rabassa, sin cuya ayuda no hubiese 
sido posible realizar este trabajo. 
 
 
 
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Capitulo I 
La Orden del Temple 
1.1 La Primera Cruzada 
 
Los orígenes de las Cruzadas en general, especialmente la 
Primera, provienen de los acontecimientos de la Edad Media. 
La derrota bizantina en la batalla de Mantzikert (1071) a 
manos de los turcos selyúcidas, abrió las puertas de Anatolia a 
los turcos, que establecieron varios sultanatos en la península. 
Esto provocó una profunda inestabilidad en el Imperio 
Bizantino que solo se solucionó con el ascenso al poder del 
general Alejo Comneno como basileus (emperador). 
Simultáneamente, la conquista de Anatolia cerró las rutas 
terrestres a los peregrinos que se dirigían a Jerusalén. 
Alejo Comneno, que ya había empleado anteriormente a 
mercenarios normandos y de otros países de occidente, 
escribió una carta al papa Urbano II, solicitándole su apoyo y 
el envío de nuevos mercenarios que lucharan por Bizancio 
contra los turcos. 
Urbano II, aparentemente por pura fe fue mucho más allá de 
esta limitada expedición y, en el concilio de Clermont (1095) 
predicó el 27 de Noviembre la Primera Cruzada al grito de 
“Dios lo quiere”, con el objetivo de liberar Jerusalén de manos 
musulmanas (en las que ya llevaba más de 400 años). 
La predicación de Urbano II provoco un estallido de fervor 
tanto en el pueblo llano como en la pequeña nobleza (No así 
en los reyes, que no participaron en esta primera expedición.). 
Como resultado de esta llamada, la primera cruzada estuvo 
formada por dos partes, una la llamada cruzada de los pobres, 
gente humilde que se puso en marcha de forma totalmente 
desorganizada. Esta Cruzada estaba dirigida por Pedro el 
Ermitaño. Al otro lado del Bósforo se internaron en territorio 
turco consiguiendo una victoria inicial pero descuidando la 
retaguardia “por lo que fueron masacrados y esclavizados por 
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los turcos fácilmente”. Pedro el Ermitaño consiguió volver a 
Bizancio y unirse a la Cruzada de los caballeros. 
La otra parte de esta Primera Cruzada fue llamada la cruzada 
de los caballeros y estaba formada por segundones de la 
nobleza como Godofredo de Bouillon, su hermano Balduino 
que comandaban a los franceses del norte, Raimundo de 
Tolosa Jefe de los Provenzales, el príncipe normando y 
enemigo acérrimo de los bizantinos Bohemundo de Tarento, 
Hugo de Vermandois, hermano del Rey de Francia, Roberto de 
Normandia, Roberto de Flandes, el papa nombro como legado 
suyo y director espiritual de esta Cruzada a Ademaro de 
Monteyl, Obispo de Le Puy. 
En el invierno y la primavera del año 1097 confluyeron por 
diferentes rutas en Constantinopla, donde tuvieron una serie de 
desacuerdos con el emperador Alejo Comneno, llegando al 
combate abierto con los akritai del emperador, quien 
finalmente les hizo jurar que todas las posesiones antes 
bizantinas que fueran liberadas por los cruzados volverían a 
manos del imperio. A tal efecto dispuso un contingente de 
tropas bizantinas mandadas por el general Taticius, cuya 
misión era seguir a los cruzados, tomando posesión de los 
territorios recuperados. 
En su camino a través de Anatolia derrotaron 
sorprendentemente a los turcos selyúcidas, al ser subestimados 
por estos en Nicea y Dorilea (que sí volvieron a manos 
bizantinas). Llegando a Siria, Balduino de Flandes se separó 
del resto y se apoderó de la ciudad de Edesa (hoy Urfa en 
Turquía) que estaba en manos de cristianos armenios. Este 
condado fue el primero de los estados francos (como les 
llamaban los árabes por ser los cruzados principalmente 
franceses). 
La primera plaza fuerte que se encontraron fue Antioquía que 
sometieron a un largo asedio de siete meses en el que los 
cruzados pasaron terribles penalidades. La ciudad cayó por 
traición el 3 de Junio de 1098; poco después los cruzados 
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pasaron de ser sitiadores a sitiados, aunque los ejércitos turcos 
venidos desde Mosul se retiraron por divisiones internas. 
Bohemundo de Tarento, usando artimañas, provoco la retirada 
de los ejércitos bizantinos que les habían acompañado en la 
expedición, y alegando deserción por parte de éstos retuvo la 
ciudad para si, rompiendo el juramento hecho al emperador. 
De esta forma nació el segundo estado franco. 
En Antioquía se produjeron también dos sucesos importantes: 
La muerte de Ademaro Obispo de Le Puy, que mantenía 
unidos a los cruzados, y el hallazgo fraudulento de la reliquia 
de la Santa Lanza y que los provenzales de Raimundo de 
Tolosa tomaron como verídica, mientras los otros no la 
consideraban así. Esto aceleró las ya profundas divisiones 
entre los franceses del norte y del sur que se separaron en su 
camino a Jerusalén. 
Desde Antioquia los cruzados marchan hacia Jerusalén 
disputada en aquel momento entre los fatimíes de Egipto y los 
turcos de Siria, por el camino conquistaron varias plaza árabes 
entre ellas el futuro Krak des Chevaliers, que fue abandonado. 
En el camino realizaron atrocidades que han quedado grabadas 
en la mente de los musulmanes hasta el día de hoy. Arrasaron 
por completo la ciudad de Maarrat-Al-Numan tras asesinar a 
toda la población (unas diez mil personas e incluso devorar 
parte de loscadáveres). 
Jerusalén mientras tanto, había cambiado varias veces de 
manos, en los últimos tiempos y desde 1098 se encontraba en 
manos de los fatimíes de Egipto. Los cruzados llegaron ante 
las murallas de la ciudad en Junio de 1099. Tras el 
correspondiente asedio, los cruzados tomaron la ciudad el 15 
de Julio de 1099, desencadenando una terrible matanza de 
hombres, mujeres y niños musulmanes, judíos e incluso los 
escasos cristianos que habían permanecido en la ciudad. 
 8
 
Conquista de Jerusalén durante la 1ª Cruzada 
Dos mil judíos fueron encerrados en la sinagoga principal a la 
que prendió fuego. Uno de los hombres que participo en 
aquella masacre fue Raimundo de Aguilers, canónigo de Puy, 
que dejo una descripción para la posteridad que habla por si 
sola: 
“Maravillosos espectáculos alegraban nuestra vida. Algunos 
de nosotros, los más piadosos, cortaron las cabezas de los 
musulmanes; otros los hicieron blancos de sus flechas; otros 
fueron más lejos y los arrastraron a las hogueras. En las 
calles y plazas de Jerusalén no se veían más que montones de 
cabezas, manos y pies, se derramó tanta sangre en la mezquita 
edificada sobre el templo de Salomón, que los cadáveres 
flotaban en ella y en muchos lugares la sangre nos llegaba 
hasta la rodilla. Cuando no hubo más musulmanes que matar 
los jefes del ejercito se dirigieron en procesión a la Iglesia del 
Santo Sepulcro para la ceremonia de acción de gracias “ 
(Según escritos de Raimundo de Aguilera. Canónigo de Puy. 
www- Wikipedia, La Primera Cruzada) 
 9
 
1.2 Creación del Reino de Jerusalén 
 
 
 
 
 
 Escudo de armas del Reino de Jerusalén 
 
 
Fue un reino cristiano que se estableció en el actual Oriente 
Medio en 1099 tras la conquista de Jerusalén en la Primera 
Cruzada. Fue destruido en 1291 con la conquista de Acre. Su 
capital era Jerusalén y su territorio se encuentra actualmente 
incluido en el estado de Israel. 
El reino nació como tal cuando Godofredo de Bouillon, duque 
de Lorena y uno de los principales jefes de la Cruzada, fue 
elegido como primer rey. No obstante se negó a tomar dicho 
título, alegando que un hombre no debía llevar una corona 
donde Cristo había llevado la corona de espinas: en su lugar, 
eligió el título de Defensor del Santo Sepulcro. La fundación 
del Reino de Jerusalén quedó finalmente asegurada con la 
derrota de los egipcios famities en la batalla de Escalón. 
Al principio hubo ciertas dudas sobre como debería 
organizarse políticamente el territorio. Algunos cruzados 
pensaban que debía ser gobernado como una teocracia por el 
Papa, una idea que el legado papal Daimberto de Pisa trató de 
imponer en 1100, pero durante el corto reinado de Godofredo 
se sentaron las bases en Jerusalén de un reino secular. Se 
instaló un Patriarca latino en Jerusalén y con él gran número 
de obispos y arzobispos que dependían de él. 
Tras la muerte de Godofredo le sucedió su hermano Balduino I 
que se decantó claramente por una monarquía al estilo de las 
de Europa occidental. Se hizo coronar rey de Jerusalén pero su 
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Coronación tuvo lugar en Belén, por negarse a hacerlo en 
Jerusalén el entonces Patriarca Latino Daimberto. 
 
 
Jerusalén 
Balduino extendió con gran éxito las fronteras del reino, 
conquistando los puertos de Acre 1104, Beirut 1110, y Sidon 
1111, al mismo tiempo que ejercía la soberanía sobre otros 
estados cruzados como el condado de Edesa, que él había 
fundado, el principado de Antioquia, y más tarde, cuando se 
conquistó Trípoli el condado de Trípoli. También tuvo éxito en 
la defensa del reino frente a las sucesivas invasiones 
musulmanas que tuvo que afrontar, como la de los fatimíes de 
Egipto, a los que venció en Rambla y la de los musulmanes de 
Damasco y Mosul en 1113. Fué testigo del aumento del 
número de habitantes latinos, debido a que la pequeña cruzada 
de 1101 trajo consigo refuerzos para el reino. 
Las ciudades italianas de Génova, Venecia y Pisa comenzaron 
a jugar un papel muy importante en el reino, ya que sus flotas 
ayudaban a la toma de los puertos, donde se les concedían 
barrios en los que tenían gran autonomía económica. Balduino 
también repobló Jerusalén con cristianos nativos tras su 
expedición más allá del río Jordán en 1115. Sin embargo el 
reino nunca superó el aislamiento geográfico de Europa, ni fue 
capaz de aumentar sus fronteras más hacia el Este para poder 
crear un frente con más posibilidades de defensa. 
Balduino I murió en 1118 sin herederos y le sucedió su primo, 
Balduino de le Bourg conde de Edesa, con el nombre de 
 11
Balduino II. Fue igualmente un rey capaz y supo defenderse 
frente a los ataques fatimíes y selyúcidas. Durante su reinado 
se estableció la primera de las órdenes militares y las fronteras 
del reino siguieron ensanchándose con la captura de la ciudad 
de Tiro en 1124. La influencia del reino de Jerusalén, se 
extendió sobre Edesa y Antioquia, en las que Balduino II actuó 
como regente al morir sus gobernantes en el campo de batalla. 
Con el objeto de defender los Santos lugares, Jerusalén, así 
como la protección de los peregrinos que llegaban a Tierra 
Santa, se crearon las Órdenes religioso-militares. 
 
1.3 Nacimiento de las Órdenes Militares 
 
El modelo institucional de estas Órdenes se encuentra no solo 
en el monacato sino también en la cofradía hospitalaria, 
asociada con frecuencia al mundo de las peregrinaciones. 
Las Órdenes militares surgieron de agrupaciones 
originariamente hospitalarias, vocación que jamás 
abandonaron y que incluso la mantuvieron mucho tiempo 
después de que el factor bélico desapareciera. 
Varios elementos distinguían a los miembros de las órdenes 
militares: la vocación monástica, el ideal caballeresco, la 
imagen mítica de Tierra Santa como centro del mundo y lugar 
de peregrinación, la defensa de la cruzada y el espíritu piadoso 
asistencial. 
Los caballeros de estas órdenes eran en efecto monjes, al haber 
profesado los votos (pobreza, castidad y obediencia), 
organizado su vida por lo general con la regla benedictina y 
depender directamente del Papa. Pero al mismo tiempo eran 
“millites” , al ejercer el oficio de las armas y estar motivados 
por el ideal de cruzada. Había tres clases de miembros en estas 
agrupaciones: Los hermanos eclesiásticos que eran 
simplemente monjes, encargados de la misión y el apostolado, 
los caballeros que monopolizaban la función militar y los 
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hermanos sirvientes que se dedicaban a tareas hospitalarias y 
domésticas. 
Las órdenes militares estaban dirigidas por un gran maestre, 
cuyo poder era superior a los del capitulo general, aunque en 
ocasiones se buscaba un consejo restringido fiscalizador del 
maestre. Casas, propiedades y rentas se dividían en provincias, 
agrupaciones de prioratos a su vez integrados por 
encomiendas. A las órdenes de los priores estaban los 
comendadores o bailles representantes de la orden a nivel local 
y regional. 
La primera en aparecer de las dos grandes órdenes militares 
europeas fue la del Hospital fundada en Jerusalén por 
mercaderes de Amalfi. En un principio era una cofradía 
piadosa encargada del mantenimiento de un hospital destinado 
a los peregrinos, bajo la advocación de San Juan el Limosnero, 
patriarca de Alejandria, y tutelada por los benedictinos. La 
orden del hospital de San Juan de Jerusalén admitió caballeros 
a partir de 1137. 
La segunda de las grandes órdenes militares fue la del Temple, 
sus orígenes, fueron asimismo muy modestos. Su fundación en 
1119 correspondió a una serie de caballeros franceses 
liderados por el que seria su primer maestre Hugo de Payens. 
Unidos por los característicos votos monásticos, a los que 
sumaron otros de tipo militar centrado en la defensa de los 
peregrinos, recibieron de Balduino II de Jerusalén una 
residencia situada según la leyenda sobre el antiguo templo de 
Salomón de donde proviene su nombre inicial de Pobres 
caballeros del Templo. 
 
 13
 
Antiguo Templo de Salomón 
 
 
1.4 Orígenesde la Orden del Temple 
 
 
Cruz paté distintiva de los Templarios 
La Orden del Temple se identifica íntimamente con las 
Cruzadas. Nace como consecuencia de la primera y muere 
poco después de que se hiciera imposible el último proyecto de 
ellas. Así pues la Orden del Temple perdura exactamente dos 
siglos, desde inicio del XII al principio del XIV. 
 14
Vamos pues a contar un poco la historia de la “Orden de los 
pobres caballeros de Cristo y del templo de Salomón” o 
sencillamente los “Templarios”. 
“Un Caballero de Cristo es un cruzado en todo momento, al 
hallarse entregado a una doble pelea: frente a las tentaciones 
de la carne y la sangre, a la vez que frente a las fuerzas 
espirituales del cielo. Avanza sin temor, no descuidando lo que 
pueda suceder a su derecha o a su izquierda, con el pecho 
cubierto por la cota de malla y el alma bien equipada con la 
fe. Al contar con estas dos protecciones, no teme a hombre ni 
a demonio alguno.” (Historiador Jacques de Vitri- Origen del 
Temple) 
En la primavera del año 1118, nueve caballeros con Hugo de 
Payens a la cabeza y a similitud de los ya existentes 
“Caballeros del Santo Sepulcro”, fundan una nueva orden de 
caballería, con el beneplácito del rey de Jerusalén Balduino II. 
Nacen los Templarios. 
El primer Maestre, Hugo de Payens, nació en un noble caserío 
cercano a Troyes en el año 1080. Tenía una sólida educación 
cristiana y un hábil manejo de las armas, y desde muy joven 
sintió la misma vocación de monje que de soldado. 
Es durante la primera cruzada cuando el joven Hugo, quien 
luchó en ella enrolado en las tropas del conde Hugo de 
Vermandois, hermano del rey de Francia, se da cuenta de que 
es posible aunar sus dos vocaciones con la creación de una 
nueva orden religioso militar, la primera de estas 
características. 
En esas circunstancias no le fue difícil encontrar a otros ocho 
caballeros que fueron los fundadores de la orden a saber: 
Hugo de Payens 
Godofredo de Saint-Omer 
 15
Godofredo Bisol 
Payen de Montdidier 
Archembaud de Saint Aignant 
Andrés de Montbard 
Gondemar 
Hugo Rigaud y 
Rolando 
En 1118 se reunieron en Jerusalén para consagrarse al servicio 
de Dios, realizando los votos de pobreza, castidad y obediencia 
ante el Patriarca de Jerusalén, comprometiéndose a defender a 
los peregrinos contra los bandidos y ladrones, a proteger los 
caminos y a constituir la caballería del Rey Soberano. 
No se le escapó al rey de Jerusalén Balduino II la importancia 
del paso que acababan de dar aquellos caballeros y decidió 
protegerlos cediéndoles como primera providencia una parte 
de su palacio situada en lo que fuera el Templo de Salomón; 
concretamente donde los musulmanes habían construido la 
mezquita de Al-Aksa. Más tarde los monjes custodios del 
Santo Sepulcro, les ceden un terreno contiguo a las 
caballerizas. 
Según los historiadores los nueve años que permanecieron 
aquí son un misterio, ya que eran sólo nueve caballeros y 
durante todo ese tiempo no permitieron la entrada de nuevos 
caballeros en la Orden. Se especula en que para sólo nueve 
personas era muy difícil proteger los caminos de Jaffa-
Ramleh-Jerusalén pues se precisan más hombres para que 
tuvieran de la efectividad que se dice. 
Algunos historiadores piensan que aunque solo fueran nueve 
los caballeros, debían tener una pequeña tropa regular de 
soldados a sus órdenes. 
 16
En 1127 Hugo de Payens y cinco de sus hombres con una carta 
de presentación del Rey Balduino II y financiados por él, 
viajan a Europa. En esa carta se pide a la iglesia que dé 
protección a ese grupo de hombres y les ayude a cumplir su 
misión. Misión que era la de dar a conocer la Orden entre la 
nobleza europea y reclutar hombres para la Orden, o lo que es 
lo mismo para la protección de Tierra Santa. 
La misión más importante era la de obtener la protección de 
Bernardo de Claraval, sobrino de Andrés de Montbard, para 
obtener la autorización eclesiastica para la fundación de la 
Orden y la aprobación de su regla de vida. En ese momento los 
Templarios habían recibido de los canónigos del Santo 
Sepulcro la misma Regla de San Agustín que ellos profesaban, 
pero el abad de Claraval deseaba algo más próximo y original 
para sus nuevos protegidos, ya que estos colmaban su propia 
idea de sacralización de la milicia. 
La nueva regla del Temple fue realizada por Bernardo de 
Claraval, fue escrita en latín, contaba con sesenta y ocho 
artículos y una introducción que resaltaba la dimensión de 
religiosos de los monjes- soldados. 
Bernardo gestionó una positiva acogida por parte del Papa 
Honorio II, a quien los fundadores del Temple estaban a punto 
de visitar en Roma, instando al Pontífice a celebrar un 
Concilio en el que quedara reconocida por la Santa Sede la 
nueva Orden del Temple. En la primavera de 1228 se celebró 
el Concilio extraordinario de Troyes con nutrida asistencia de 
prelados franceses y de territorios próximos: dos arzobispos, 
diez obispos, siete abades, dos escolásticos e infinidad de 
personajes eclesiásticos, todo ello bajo la presidencia del 
legado papal, el cardenal Mateo de Albano. 
En este Concilio y gracias a la destreza del abad Bernardo de 
Claraval, fueron por fin reconocidos oficialmente y se les 
impuso un manto blanco como distintivo, años más tarde, el 
papa Eugenio III, añadió una Cruz Roja Octogonal. 
Los rangos y honores que se establecieron en la orden fueron: 
Sirvientes (aspirantes) 
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Escuderos 
Caballeros 
Priores comendadores 
Maestres 
Gran Maestre 
Cuando se llegaba a ser caballero, se juraba cumplir con los 
votos de pobreza, castidad y obediencia, con ello todos los 
bienes del recién iniciado pasaban a formar parte de la orden. 
En 1130 después del Concilio se dedican a recorrer Francia en 
busca de caballeros y donaciones para la Orden. Consiguen 
importantes dádivas de la mayoría de las casas reinantes y 
establecen las bases de las provincias templarias en el 
continente, Inglaterra y Escocia. 
El balance de lo obtenido es muy positivo, en hombres más de 
trescientos caballeros (segundones de las casas nobles) son los 
que embarcan a Tierra Santa. En donaciones además del oro se 
han conseguido los “relief” de importantes feudos y la 
propiedad de iglesias, derechos de limosna de determinadas 
iglesias en días estipulados, granjas y lugares. En prestigio 
puede decirse que tanto la Iglesia como los seculares conocen 
ya la nueva milicia. 
Antes de partir hacia Tierra Santa, Hugo de Payens nombra a 
Payen de Montdidier maestre de Francia. 
El 24 de Mayo de 1136 fallece Hugo de Payens. Le sucede 
Roberto de Craón, llamado el “Borgoñés”, un noble 
proveniente de Anjou. 
Si con Hugo de Payens se funda y da a conocer la Orden en 
Europa, con Roberto de Craón se consolida, se crea una base 
sólida y la estructura para poder gobernarla con eficiencia. A 
lo largo de su maestrazgo muestra dotes de líder hábil y 
diplomático. Tiene la sensatez de renunciar a la herencia de 
Alfonso I de Aragón y consigue importantes privilegios de la 
Iglesia. 
 18
El 29 de Marzo de 1139 se promulga la bula “Omne Datum 
Optimum”, que fue la carta magna de la orden. En ella 
Inocencio II libera al Temple de toda sujeción a la autoridad 
eclesiástica, excepto a la del Papa y concede además otros 
importantes privilegios: 
• Les permite conservar el botín tomado a los sarracenos, 
• Sitúa a la Orden bajo la tutela exclusiva de la Santa Sede, 
de manera que únicamente dependerá de la autoridad del 
Papa. 
• Reseña que la autoridad de la Orden recae en el Maestre 
y sitúa la casa capitana en Jerusalén. 
• Estipula que para poder ser elegido Maestre debe tener la 
condición de hermano profeso y ser elegido entre todos 
los hermanos. 
• Prohíbe modificar la regla solo tiene esa facultad el 
maestre con la venia del capítulo. 
• Prohíbe que se exija a la Orden ningún tipo de servicio u 
homenaje feudal. 
• Prohíbe que los que abandonan el Temple puedan ser 
admitidos en otrasordenes, salvo con la autorización del 
maestre. 
• Les autoriza a tener sus propios capellanes, quedando 
estos fuera de la jurisdicción diocesana. 
• Concede a la orden la facultad de construir oratorios en 
lugares anexionados al Temple, para orar y ser 
enterrados allí. 
En 1144 la bula “Militia Templi”, les concede el beneficio de 
hacer colecta una vez al año en cada iglesia secular. 
En 1145 la bula “Militia Dei”, dirigida a los obispos, les 
notifica la autorización al temple para construir sus oratorios. 
En el año 1170 la Orden se extendía por toda Francia, 
Alemania, España y Portugal y apenas 50 años más tarde era el 
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imperio económico, militar, político, religioso y científico más 
importante de Europa con: 
• Encomiendas (granjas y casas rurales) 
• Un ejército 
• Castillos 
• Una flota propia de barcos (con puertos privados) 
• La primera banca internacional 
Era la fortuna más grande de toda Europa, hasta el punto de 
que reyes como el de Francia o Aragón eran deudores del 
Temple. 
 
• 1.4.1 Funciones –El Código Templario 
 
Sello Templario 
A raíz de la autorización de la nueva Orden, se publica el 
código templario, que según los escritores Guillermo 
Obispo de Tiro y canciller del Reino de Jerusalén, en su 
libro “Historia rerum in `portibus transmarinis gestarum” 
fue la primera regla por la que se sometieron en 1119 al 
Patriarca de Jerusalén. También nos lo confirma en el siglo 
XIII Jacques de Vitri que fue obispo de Acre en su libro 
“historia orientalis seu hierosolymitana” que entre otras 
muchas cosas dice lo siguiente: 
• Los que son soldados del Temple son soldados de Dios. 
Como tales deben siempre andar con Dios y ser más que 
simples mortales. Deben conducirse con humildad y ser 
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los más honorables, los más nobles, los más corteses, los 
más honestos y los más caballerosos. 
• El templario debe servir a la Orden y no esperar ser 
servido por ella. Que lo que colabore lo haga en servicio 
de Dios y no debe esperar recompensa salvo el saber que 
con ello honra a la Orden por su devoción. 
• El Templario no debe causar a ninguna criatura herida o 
daño, sea esta una criatura humana ú otra, sea por 
ganancia, placer o vanidad. Al contrario, el templario 
debe intentar llevar la justicia a todos aquellos que no la 
reciben porque todos son hijos de Dios y a todos ha 
concedido Dios el don de la vida. 
• Ante todos los seres el templario debe demostrar 
caballerosidad, cortesía y honestidad, teniendo presente 
que son testigos de Dios. 
• Un templario debe vivir cada día como un crítico del día 
anterior, de esta manera cada nuevo amanecer será un 
paso hacia una mayor nobleza. 
• Ningún templario deberá ofender de forma alguna a una 
persona u otro ser. Para todos, el templario debe ser un 
ejemplo de caballerosidad. 
• Ninguna mujer deberá temer nada de un templario, ni de 
sus palabras ni de sus acciones. Ningún niño deberá 
padecer tampoco ese temor. Ningún hombre, no importa 
cuan rudo sea, deberá temer a un templario. 
• Donde hay debilidad allí el templario debe llevar su 
fuerza. Donde no hay voz allí el templario debe llevar la 
suya. Donde están los más pobres allí el templario debe 
distribuir su generosidad. 
• Un soldado del temple no puede estar esclavizado por 
creencias sectarias u opiniones estrechas. Dios es la 
verdad y sin Dios no hay verdad. El templario debe 
siempre buscar la verdad porque en la verdad está Dios. 
 21
• Jamás un templario debe deshonrar a otro, porque dicha 
conducta le deshonrará a él y llevará descrédito a la 
Orden. 
En su conducta el templario: 
• No debe ser brutal 
• No debe emborracharse en forma ofensiva 
• No debe ser ni inmoral ni amoral 
• No debe ser cobarde ni bestial. 
• No debe mentir ni tener intenciones maliciosas. 
• No debe buscar posiciones de engrandecimiento dentro 
de la Orden. Se contentará con aquellos puestos que le 
sean encomendados para mejor servirla. 
• No debe juzgar a nadie dentro o fuera de la Orden por 
sus posesiones o su posición social. Antes al contrario 
debe juzgar por el carácter y la bondad o falta de ellos. 
• Debe expresar verdadero sometimiento a los principios 
del Temple y obediencia a sus oficiales en todas las 
cosas de la Orden, en tanto entienda que sean verdaderos 
templarios y merezcan dicha obediencia. 
• Debe ser un verdadero patriota hacia la tierra que Dios le 
ha dado. 
• No debe cazar a ninguna criatura ni por vanidad ni por 
deporte. 
• No debe matar a ninguna criatura salvo para alimentarse 
o en defensa propia. 
• Debe mantenerse firme y veraz en las justas causas de 
Dios. 
• No tomará actitud ofensiva contra ningún hombre por la 
forma en que se dirige a Dios, aunque esta sea diferente 
o Extraña. Antes al contrario el templario deberá intentar 
entender como otros se acercan a Dios. 
 22
• Debe siempre ser consciente de que es un soldado del 
Temple y tratar siempre que sus obras sean un ejemplo 
para los demás. 
 
1.4.2. Regla Primitiva de la Orden del Temple 
 
La Regla del Temple de Bernardo de Claraval, consta en 
total de 72 capítulos siendo los primeros ocho el prólogo de 
lo que seria luego la regla propiamente dicha. Estos ocho 
primeros resumen lo que fue el Concilio de Troyes a saber: 
1.- Nos dirigimos en primer lugar a todos aquellos quienes 
con discernimiento rechazan su propia voluntad y desean de 
todo corazón, servir a su rey soberano como caballero; 
llevar con supremo afán y permanentemente, la muy noble 
armadura de la obediencia. Y por tanto, nosotros os 
invitamos, a seguir a los escogidos por Dios de entre la 
masa de perdición y a quienes han dispuesto, en virtud de su 
sutil misericordia, defender la Santa Iglesia, y que vosotros 
anheláis abrazar por siempre. 
2.- Por sobre todas las cosas, quien quiera ser un caballero 
de Cristo, escogiendo estas sagradas órdenes en su 
profesión de fe, debe unir sencilla diligencia y firme 
perseverancia, que es tan valiosa y sagrada, y se revela tan 
noble, que si se mantiene impoluta para siempre, merecerá 
acompañar a los mártires que dieron sus almas por Cristo 
Jesús. En esta orden religiosa ha florecido y se revitaliza la 
orden caballeresca. Dios que actúa conforme a nosotros y 
nuestro salvador Cristo Jesús; ha enviado a sus partidarios 
desde la ciudad Santa de Jerusalén a los acuartelamientos de 
Francia y Borgoña, para nuestra salvación y muestra de la 
verdadera fe, pues no cesan de ofrecer sus vidas por Dios, 
en piadoso sacrificio. 
3.- Ante ello nosotros, en completo gozo y hermandad, por 
requerimiento del Maestro Hugo de Payen, por quien la 
mencionada orden caballeresca ha sido fundada con la 
 23
gracia del Espíritu Santo, nos reunimos en Troyes, de entre 
varias provincias más allá de las montañas, en la fiesta de 
San Hilario, en el año de la encarnación de Cristo Jesús de 
1128, en el noveno año tras la fundación de la anteriormente 
mencionada orden caballeresca. De la conducta e inicios de 
la Orden de Caballería hemos escuchado un capitulo común 
de labios del anteriormente citado Maestro, Hermano Hugo 
de Payen; y de acuerdo con las limitaciones de nuestro 
entendimiento, lo que nos pareció correcto y beneficioso 
alabamos, y lo que nos pareció erróneo rechazamos. 
4.- Y todo lo que aconteció en aquel Consejo no puede ser 
contado ni recontado y para que no sea tomado a la ligera 
por nosotros, sino considerado con sabia prudencia, lo 
dejamos a discreción de ambos nuestro honorable padre el 
Señor Honorio y del noble Patriarca de Jerusalén, Esteban, 
quien conoce los problemas del Este y de los Pobres 
Caballeros de Cristo; por consejo del concilio común lo 
aprobamos unánimemente. Aunque un gran número de 
padres religiosos reunidos en capitulo aprobó la veracidad 
de nuestras palabras, sin embargo no debemos silencias los 
verdaderos pronunciamientos y juicios que emitieron. 
5.- Por tanto yo, Jean Michel, a quien se ha encomendado y 
confiado tan divino oficio, por la gracia de Dios, he servidode humilde escriba del presente documento por orden del 
consejo y del venerable padre Bernardo, abad de Claraval. 
Los nombres de los Padres que asistieron al Concilio. 
Mateo, obispo de Albano, por la gracia de Dios, legado de 
la santa Iglesia de Roma; 
Renaud, arzobispo de Reims; Henri arzobispo de Sens; y 
sus clérigos: Gocelin, obispo de Soissons: el obispo de 
Paris: el obispo de Troyes: el obispo de Orleáns; el obispo 
de Auxarre; el obispo de Meaux; el obispo de Chalons; el 
obispo de Laon; el obispo de Beauvais: el abad de Vêzelay, 
quien posteriormente fue obispo de Lyón y legado de la 
Iglesia de Roma ;el abad de Citeaux; el abad de Pontigny; el 
abad de Trois Fontaines; el abad de St. Denis de Reims; el 
 24
abad de St. Etienne de Dijon; el abad de Molestes; el 
anteriormente mencionado Bernard, abad de Clairvaux. 
También estuvieron presentes el maestro Aubri de Reims; 
maestro Fulcher y varios otros. 
Siguen otros muchos detalles del concilio así como de 
asistentes a este evento. 
Tras esto viene lo que es la Regla en sí de los Pobres 
caballeros del Temple con sus 64 capítulos, de los cuales 
solo detallaré algunos que han llamado mi atención: 
Sobre no aceptar niños- 
14.- Aunque la regla de los santos padres permite recibir a 
niños en la vida religiosa, nosotros lo desaconsejamos. 
Porque aquel que desee entregar a su hijo eternamente en la 
orden caballerescas deberá educarlo hasta que sea capaz de 
llevar las armas con vigor, y liberar la tierra de los enemigos 
de Cristo Jesús. Entonces que su madre y padre lo lleven a 
la casa y que su petición sea conocida por los hermanos; y 
es mucho mejor que no tome los votos cuando niño sino al 
ser mayor, pues es conveniente que no se arrepienta de ello, 
a que lo haga. Y seguidamente que sea puesto a prueba de 
acuerdo con la sabiduría del Maestre y hermanos conforme 
a la honestidad de su vida al solicitar ser admitido en la 
hermandad. 
Sobre la vestimenta de los Hermanos 
17.- Disponemos que todos los hábitos de los hermanos 
sean de un solo color, bien sea blanco, negro o marrón. Y 
sugerimos que tanto en invierno como en verano si es 
posible, lleven capas blancas: y a nadie que no pertenezca la 
mencionada caballería de Cristo le será permitido tener una 
capa blanca, para que quienes hayan abandonado la vida en 
oscuridad se reconozcan los unos a los otros como seres 
reconciliados con su creador por el signo de sus hábitos 
blancos: que significa pureza y completa castidad. La 
Castidad es certeza en el corazón y salud en el cuerpo. Por 
lo que si un hermano no toma votos de castidad no puede 
acceder al eterno descanso ni ver a Dios, por la promesa del 
 25
apóstol que dijo: “Pacem sectamini cum ómnibus et 
castimoniam sine qua nemo Deum videbit. “ Que significa 
“Lucha para llevar la paz a todos, mantente casto, sin lo 
cual nadie puede ver a Dios.” 
Sobre las camisas 
20.- Entre otros asuntos sobre los que regulamos, debido al 
intenso calor existente en el Este, desde Pascua hasta todos 
los Santos, gracias a la compasión y de ninguna forma como 
derecho, una camisa de lino será entregada al hermano que 
así lo solicite. 
Sobre la ropa de cama 
21.-Ordenamos por unánimemente que cada hombre tenga 
la ropa y sábanas de acuerdo con el juicio de su Maestre. Es 
nuestro propósito que un colchón, un almohadón y una 
manta son suficientes para cada uno; y aquel a quien le falte 
uno de estos puede tener una alfombra, y una manta de lino 
siempre que sea de pelo fino. Y dormirán siempre vestidos 
con camisa y pantalón y zapatos y cinturones, y donde 
reposen deberá haber siempre una luz encendida hasta la 
mañana. Y el Sastre se asegurará que los hermanos estén tan 
bien tonsurados que puedan ser examinados tanto de frente 
como de espaldas, y nosotros ordenamos que vosotros os 
adhiráis a esta misma conducta en lo tocante a barbas y 
bigotes, para que ningún exceso se muestre en sus cuerpos. 
Sobre comer carne 
26.-Deberá ser suficiente, comer carne tres veces por 
semana, excepto por Navidad, Todos los Santos, La 
Asunción y la festividad de los doce apóstoles. Porque se 
entiende que la costumbre de comer carne corrompe el 
cuerpo. Pero si un ayuno en el que se debe suprimir la carne 
cae en martes, al día siguiente será dada en cantidad a los 
hermanos. Y los domingos todos los hermanos del Temple, 
los capellanes y clérigos recibirán dos ágapes de carne en 
honor a la santa resurrección de Cristo Jesús. Y el resto de 
la casa, que incluye los escuderos y sargentos, deberán 
 26
contentarse con una comida y estar agradecidos al Señor por 
ella. 
Sobre los Hermanos Ancianos 
60.- Disponemos por consejo compasivo que los hermanos 
ancianos y débiles sean honrados con diligencia y reciban la 
atención de acuerdo con su fragilidad; y cuidados por la 
autoridad de la Regla en aquellos menesteres necesarios 
para su bienestar físico, y que en forma alguna se sientas 
afligidos. 
Sobre Hermanas 
70.- La compañía de las mujeres es asunto peligroso, porque 
por su culpa el provecto diablo ha desencaminado a muchos 
del recto camino hacia el Paraíso. Por tanto que las mujeres 
no sean admitidas como hermanas en la casa del Temple. Es 
por eso, queridos hermanos, que no consideramos apropiado 
seguir esta costumbre, para que la flor de la castidad 
permanezca siempre impoluta ante vosotros. 
Que no tengan intimidad con mujeres 
71,- Creemos imprudente para un religioso mirar mucho la 
cara de una mujer. Por esta razón ninguno debe atreverse a 
besar a una mujer, sea viuda, niña, madre, hermana, tía u 
otro parentesco, y recomendamos que la caballería de Cristo 
Jesús evite a toda costa los abrazos de mujeres, por los 
cuales muchos hombres han perecido, para que se 
mantengan eternamente ante Dios con la conciencia pura y 
la vida inviolable. 
No ser Padrinos 
72.- Prohibimos que los hermanos, de ahora en adelante, 
lleven niños a la pila bautismal. Ninguno deberá 
avergonzarse de rehusar ser padrino o madrina; ya que esta 
vergüenza trae consigo más gloria que pecado. 
El resto de los artículos hablan de cómo comer, como deben 
orar, de cómo deben tratar a los viejos, y a los enfermos, de 
que deben de hacer cuando las horas de oraciones les pille 
 27
fuera del convento, de que no deben cazar por deporte, 
sobre los días que deben guardar ayuno, etc. 
 
 
Capitulo II 
El Temple en los reinos Hispánicos 
 
2.1 Instalación 
 
La orden comienza su implantación en la zona oriental de la 
península ibérica en ll30. En 1131, el conde de Barcelona 
Ramón Berenguer III pide su entrada en la orden, y en 1134 
el testamento de Alfonso I de Aragón les cede su reino a los 
templarios, junto a las órdenes de Hospitalarios y del Santo 
Sepulcro. 
Tras la muerte de Alfonso I y la derrota de Fraga, se 
produjo un pánico excepcional en Aragón. Era impensable 
que las Órdenes militares pudieran ponerse al gobierno de 
los reinos de Navarra y Aragón, ya que perjudicaba a los 
intereses de la nobleza. 
El primer resultado de este conflicto fue la separación 
definitiva de los reinos de Navarra y Aragón. Los navarros 
proclamaron rey a García Ramírez, descendiente de la 
monarquía histórica pamplonesa. Los aragoneses coronaron 
a Ramiro II llamado el Monje por su condición de monje, y 
para lograr el reconocimiento de la nobleza, tuvo que buscar 
a alguien que ejerciera en su nombre. El problema se 
solucionó con los esponsales de su hija Petronila de dos 
años con Ramón Berenguer IV Conde de Barcelona. 
Ramón Berenguer IV adoptó el título de príncipe de 
Aragón, quien se apresuró a pactar con las Órdenes 
beneficiadas por el testamento de Alfonso I. La Orden del 
Temple fue la más beneficiada en 1143 renunció a sus 
 28
derechos al trono de Aragón a cambio de los castillos de 
Monzón, Mongay, Chalamera, Remolinos y la promesa de 
Corbins (cuando fuera conquistado) y otros muchos 
privilegios como la promesa de entregarles la quinta parte 
de las tierras arrebatadas a los musulmanes.Una vez asentados en Aragón los templarios participaron 
activamente tanto en la reconquista como en la defensa de la 
fronteras. Junto con las tropas de Ramón Berenguer IV 
sitiaron Tortosa, colaboraron en la ocupación de Lérida y 
dirigieron el sitio del castillo de Miravet, por todas estas 
actuaciones fueron generosamente recompensados 
recibiendo varias posesiones entre las que destaca el castillo 
de Miravet. 
 Las donaciones de Ramón Berenguer IV al Temple 
continuaron durante toda su vida y a su muerte en 1162 se 
puede decir que los templarios estaban completamente 
asentados en Cataluña y Aragón participando activamente 
en la vida política. 
En 1130 muere Gastón de Bearn y su viuda, Talesa, prima 
del Rey Alfonso I el Batallador, cumple la voluntad de su 
marido dorando al temple, para que pudiera proseguir la 
reconquista todas las tierras que tenia en Zaragoza y en 
Sauvelade. 
En 1132 Ermengol VI de Urgell dona al Temple el castillo 
de Barberá. 
 
2.2 Reinos donde se instalaron 
Como hemos podido ver sus inicios fueron en Cataluña y 
reino de Aragón, pero luego continuaron extendiéndose por 
otros reinos recién conquistados a los moros, sobre todo ello 
hablaremos a continuación. 
El sucesor de Ramón Berenguer IV, Alfonso II, no entregó 
nada al Temple, ya que les temía por el inmenso poder que 
estaban acumulando y eran como un reino dentro de otro 
reino. En las batallas ganadas en el extremo sur de Aragón, 
 29
Alcañiz fue entregado a la orden de Calatrava y en 
Alfambra, Villel, Castellote y otros castillos instaló a la 
Orden de Montegaudio. 
Esto no significó en modo alguno que Alfonso II rechazase 
los privilegios que había otorgado su padre al Temple, sino 
que prefería hacerlo con promesas de futuro, como por 
ejemplo la promesa de entregarles, cuando fueran 
conquistados los castillos de Oropesa, Chivert y Montornés 
en tierras valencianas. Hasta el año de su muerte en 1196 el 
rey solo había entregado al Temple Horta en Cataluña y 
Encinacorba en Aragón . 
Cuando la Orden de Montegaudio tuvo problemas, el rey 
Alfonso II se opuso a su incorporación al Temple, porque 
quería mantener a los templarios alejados del sur de Aragón, 
pero finalmente cedió y en 1196, la Orden con todos sus 
bienes se incorporó al Temple. Los bienes comprendian: 
Camañas, Malvecino, Miravete, Perales, Villel, Libros, 
Fuentes Calientes, Orrios, Castellote, Villarluengo y 
Cantavieja, con el patronato sobre catorce iglesias. 
Durante el reinado de Pedro II (1196 a 1213) las ganancias 
del Temple se limitaron al Rincón de Ademuz ganado en 
1210. El Temple reclamó el quinto que le correspondía y el 
rey les otorgó el señorío de Ascó y les devolvió el de 
Tortosa, como compensación. 
Pedro II también les prometió para el futuro la torre y 
alquería de Ruzafa en Valencia y el castillo de Culla. 
Con la llegada al poder del hijo de Pedro II, Jaime I (1213-
1276), criado con los Templarios en el monasterio de 
Monzón y tras la conquista de Mallorca en 1229, el rey no 
estaba dispuesto a darles la quinta parte de lo conquistado, 
así que de este botín solo les correspondió un 20%. En 1230 
el rey añadió un castillo cerca de los muros de la ciudad 
para la residencia de los Templarios. 
Al igual que hizo en Mallorca el Rey Jaime I, la recompensa 
de los Templarios en la conquista de Valencia, sería igual 
que la del resto, proporcional a su aportación a la conquista. 
 30
Durante el sitio de Burriana, Jaime I les otorgó las alquerías 
de Banhamet y Mantilla, sitas en el término de Burriana, 
conquistada la ciudad les asignó una parte de la misma con 
seis torres de muralla y reiterará la donación de Chivert. 
Conquistada Valencia en 1238 la colaboración Templaria 
fue premiada por el Rey con la torre grande en la calle 
Barbazachor, varias casas próximas, tierra para una almunia 
extramuros en La Xarea y veinte yugadas de tierra de 
cultivo. Tras al sitio de Játiva en agosto de 1244, en el que 
participó el maestre provincial del Temple, recibieron como 
recompensa la mitad del astillero de Denia. 
El 1246, el arrabal de Ruzafa prometido anteriormente, fue 
compensado por las alquerías de Moncada y Carpesa y 
recobraron el castillo de Pulpis. 
Aparte de las donaciones ya mencionadas, los templarios 
compraron los lugares de Cofita, Castejón del Puente, 
Alfantega y Santa Lecina alrededor de su castillo de 
Monzón, no lejos de su castillo de Grañena compraron 
Barbens y Talladell. 
En 1294 Jaime II, que deseaba el pleno señorío sobre la 
ciudad de Tortosa, les cede a cambio de sus derechos en esa 
zona, Peñiscola que incluía Vinaroz y Benicarlo, el castillo 
y villa de Ares del Maestre, y las tenencias del castillo de 
las Cuevas de Vinroman, Salsadella, Albocacer, Villanueva 
de Alcolea, Tirig y Serratella. 
En 1303 la Orden compraba el castillo de Culla, con todos 
sus territorios como Carbó, Boy, Vistabella del Maestrazgo, 
Benafigos, Adzaneta y Molinell con las torres de Vin 
Rabina y Torre d’Embessora 
Navarra: 
De 1141 a 1158 los Templarios reciben del Rey García 
Ramírez de Navarra las posesiones de Novillas, Puente la 
Reina y Funes, a estas se unieron otras varias donaciones 
que permitieron reunir un importante patrimonio Templario 
especialmente en la ribera del Ebro, entre Tudela y 
 31
Ribaforada. En 1135 el Rey García Ramírez también es 
dona el castillo de Novillas. 
Castilla: 
En el reino de Alfonso VII de Castilla. Los primeros 
templarios datan del año 1146, aunque el Rey ya tuviera 
conocimiento del Temple desde 1128 cuando asistió en 
Braga (Portugal) a una donación a favor de la Orden de 
Doña Teresa de Portugal. 
Las primeras donaciones fueron Villaseca entre Soria y 
Almenar y Carvajal de la Legua en el reino de León. Entre 
Enero y Marzo de 1148 reciben la donación de un molino 
en Vozmediano, en tierras de Agreda. En 1144 el 10 de 
Septiembre un piadoso matrimonio leonés dona sus bienes a 
la Iglesia de Santa Maria de León y ciertas casas y 
heredades sitas en León, Villafria, Caravedo y Herreras las 
donan al Temple. 
En 1148 Alfonso VII, incorpora a su hijo el Infante Don 
Sancho a las tareas públicas asignándole el gobierno de 
tierras riojanas y sorianas con el título de rey de Nájera, con 
el que gobernaría hasta la muerte de su padre. 
En tierras de Soria el rey Sancho III, el 14 de Marzo de 
1155 en la aldea de Villaseca, que había sido donada hacia 
nueve años al Temple, firma una permuta con el Monasterio 
de Santo Domingo de Silos, por la que les entrega una serna 
con su solar, patrimonio del monarca, a cambio de la 
heredad que el Monasterio tenia en Fuente Canto, cerca de 
Soria. 
En la rioja en Alcanadre, el Obispo de Calahorra cede el 24 
de Abril de 1155 todos los derechos sobre la Iglesia de la 
Villa a los Templarios y el 5 de Julio de ese mismo año, don 
Rodrigo de Azagra les dona la villa completa de Alcanadre. 
El 21 de agosto de 1157 fallece el rey Alfonso VII y deja su 
reino dividido entre sus dos hijos, ambos con el título de 
Rey. Al Primogénito Sancho III le cedió Castilla y Toledo, 
una Castilla que añadía las hoy Palencia y Valladolid, parte 
 32
de Extremadura y Plasencia. Al segundo Fernando II le 
cedió León y Galicia. 
En 1149 Alfonso VII entregó Calatrava a los Templarios 
para involucrarlos en la lucha contra el Islam en las 
fronteras del reino de León, pero tras la muerte del Rey en 
1157 los Templarios devolvieron Calatrava al Rey Sancho, 
ya que no quisieron ser participes en la lucha contra los 
almohades para la defensa de Toledo. De este modo Sancho 
III se vio en la necesidad de tomar una decisión urgente, 
recién estrenado su gobierno, e hizo saber que estaba 
dispuesto a confiar Calatrava a cualquiera que luchara por 
defenderla, cosa que hicieron los monjes del monasterio 
cisterciense de Fitero. La concesión se formalizó en 
Almazán en Enero de 1158. Los monjes se convirtieron en 
una nueva Orden Militar, La Orden de Calatrava. 
Esto seria el hundimiento del prestigio del Templeen tierras 
de Castilla y el auge de la nueva Orden, lo que condicionará 
durante muchos años, prácticamente toda la segunda mitad 
del siglo XII, las pocas noticias que hay sobre el Temple. 
En el año 1183, el 26 de Enero el Rey Alfonso VIII dona a 
la Orden del Temple la Iglesia de San Miguel, sita en Moral 
de la Reina con sus derechos y ciertas heredades, a cambio 
de la Iglesia de San Nicolás del Real Camino. 
Las guerras del Rey de Castilla, Alfonso VIII y los 
almohades duraron casi los 56 años de su reinado, pero 
entre otros muchos hubo dos enfrentamientos dignos de 
mención, uno el de Alarcos en 1195 donde fueron 
derrotados los cristianos y el otro en 1212 en la batalla de 
las Navas de Tolosa, que fue el gran triunfo castellano, y la 
que abrió a las huestes castellanas las puertas de Andalucía. 
En esta batalla murió el Infante D. Fernando hijo único del 
Rey Alfonso VIII. 
Nuevamente en esta batalla ya participaron los Templarios 
junto con los de Calatrava, Santiago y El Hospital, según un 
escrito del arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada, que resalta 
su actuación y donde murió el maestre de la Orden 
 33
templaria, el Obispo electo de Burgos, el maestre de 
Santiago, un comendador de Santiago y un alférez de 
Calatrava. 
Al estar separados los reinos de Castilla y León, el fracaso 
de los Templarios en el asunto de Calatrava no hizo mucha 
mella en el reino de Fernando II en donde la implantación 
del Temple fue mucho más rápida que en Castilla. 
En 1168 ya se tiene noticia de una Encomienda templaria en 
Ceinos, en tierra de Campos atribuida al reino de León, en 
ese mismo año el Rey dona la ciudad de Coria al Temple y 
en 1166 les hace también donación de una serie de 
Castillos: Trevejo, Santibáñez de Mazcoras con Almenara, 
su preciosa atalaya, Milana, Benavente de Sequeros, 
Bernardo, Esparragal, Portezuelo, Alconétar, Santa Maria 
de Sequeros, Peñas Rubias y Torremilanera. 
Los Templarios asisten el 21 de Marzo de 1181 al tratado de 
paz entre los reyes de Castilla y León. El 22 de Enero de 
1188 muere el Rey Fernando II, al que le sucede su hijo 
Alfonso IX (1188-1230) durante cuyo mandato asistimos al 
nacimiento de encomiendas Templarias en las comarcas de 
Valladolid y Zamora que pertenecían al reino de León. 
El Rey canjea a los Templarios San Pedro de Latarce en 
Valladolid por el castillo de Milana, donado a estos por su 
padre. Asimismo el 29 de abril del año 1211 el Rey y los 
Templarios llegan a un acuerdo por el que estos renuncian a 
las fortalezas de Portezuelo y Peribañez, que quedaran a 
manos del Rey, dándoles en compensación la villa y 
fortaleza de Ponferrada. 
 34
 
Castillo de Ponferrada (León) 
Entre los bienes que Alfonso IX les devuelve, están 
Alcañices con todo su término al norte de la cordillera 
Central, diversas tierras en Galicia en la comarca de Limia 
como San Miguel de Canedo, Faro en La Coruña, la 
feligresía de Santiago de Sigrás. 
A cambio de que el Temple deje de pleitear con la Orden de 
Alcántara, el rey les cede el castillo de Alba de Aliste con 
todos sus derechos y pertenencias. 
La última donación al Temple en el reinado de Alfonso IX 
la otorgó Teresa Gil, favorita del monarca, quien en 1228 
les cede la aldea de Griegos, cerca de Mota del Marqués. 
En 1221 el Temple va a recibir tres importantes fortalezas, 
muy próximas entre si, que formarán un fuerte enclave 
Templario sobre el río Tajo, serán los caballeros de la 
Orden de Montegaudio, quienes descontentos por su 
incorporación a Calatrava, donan sus bienes al Temple. 
Estas tres fortalezas son El Carpio, Montalbán y Ronda en 
el reino de Toledo. 
Las reclamaciones de Calatrava contra el Temple sobre esta 
donación, se verán desestimadas por la decisión pontifica de 
Inocencio III que había confirmado en 1215 la transferencia 
 35
al Temple de todos los bienes adquiridos por Montegaudio 
antes del año 1196. 
Con la muerte el 24 de Septiembre de 1230 del rey leonés 
Alfonso IX, bajo el mandato de su hijo y heredero Fernando 
III, volvían a unirse los reinos de Castilla y León. 
En 1224 Fernando III que ya era Rey de Castilla, se negó a 
renovar las treguas con el imperio almohade e iniciaba las 
campañas militares que conducirían a la ocupación de 
Andalucía y Murcia, reduciendo la presencia musulmana en 
la Península a los reinos de Granada y Niebla. 
En 1236 en que Fernando III incorporaba al mundo 
cristiano la antigua capital del califato, la ciudad de 
Córdoba, el rey otorgaba al Temple el señorío sobre el 
castillo y la villa de Capilla con todo su termino, en el que 
se incluían los lugares de Garlitos, Baterno, Risco, 
Peñalsordo, Zarza-Capilla y el propio Capilla con una 
extensión de unos 516 Km2. 
Algunos meses después el Rey añadió a la donación de 
Capilla la fortaleza próxima de Almorchón cuyos términos 
englobaban también Cabeza de Buey y que redondeará el 
señorío constituido en torno a Capilla, siendo el segundo en 
importancia de todos los señoríos de la Orden. 
En 1248 Fernando III conquista Sevilla con la ayuda de las 
órdenes militares activas en la corona de Castilla, a saber: 
Santiago, Calatrava, Alcántara, Temple y Hospital. Como 
agradecimiento cede a los Templarios otro amplio territorio 
en tierras extremeñas recientemente conquistadas, que 
incluían cuatro importantes fortalezas. Jerez de los 
Caballeros, Alconchel, Burguillos del Cerro y Frenegal de 
la Sierra. 
 
 
 
 
 
 36
2-3 Encomiendas Templarias en España 
 
Las encomiendas o tenencias, eran lugares donde residía el 
comendador o recaudador que se encargaba de cobrar los 
donativos y luego repartirlos entre los diferentes castillos y 
lugares templarios así como de enviarlos a Tierra Santa. 
Solían tener Capilla, sala capitular, alojamientos, 
generalmente similares a cuarteles, bodegas, sótanos, 
caballerías, bibliotecas, almacenes, y otras dependencias de 
diverso tipo según la función de la actividad que explotara 
la propia encomienda. El comendador también era quien la 
controlaba y asignaba los cargos y oficios necesarios. La 
reunión de diversas encomiendas se llamaba bailía, que era 
donde se reunían los capítulos regionales y eran recibidos 
los nuevos miembros. Al frente de ellas había un maestre 
Provincial. 
En España aparte de Fortalezas y Casas Templarias, 
terrenos y castillos existían las siguientes encomiendas: 
Corona de Aragón 
• Zaragoza:Añesa en Ejea de los Caballeros, Zaragoza, 
Luna, Pina de Ebro, Novillas, La Zaida, Boquiñeni, 
Ambel 
• Huesca: Huesca y Monzón 
• Teruel : Alfambra, Villel con Libros, Castellote, y 
Cantavieja. 
Principado de Cataluña 
• Gerona: Castelló de Ampurias y Aiguaviva 
• Lérida : Barbens, Corbins, Gardeny, Grañena de Cervera 
• Barcelona: Palau Solitar en Barcelona 
• Tarragona: Barbará, Selma, Juncosa, Ribarroja, Ascó, 
Miravet, Horta y Tortosa. 
Reino de Valencia 
 37
• Castellón: Burriana, Chivert, Peñiscola, Pulpis, Les 
Coves de Vinromá, Culla, Ares 
• Valencia: Valencia 
Reino de Mallorca 
• Mallorca: Mallorca 
Reino de Navarra 
• Novillas, Ribaforada, Aberin 
Andalucía 
• En Andalucía no existen encomiendas por si mismas, 
pero si hay constancia de dos casas Templarias en 
Córdoba y Sevilla 
Reino Castellano –Leonés 
• La Coruña.: Faro y Betanzos 
• Pontevedra-Vigo: Coya 
• Orense: Amoeiro 
• Lugo: San Fiz do Ermo, Caníbal en Monforte de Lemos, 
Neira dos Cabaleiros 
• León: Ponferrada, Villapalmaz 
• Valladolid: Mayorga, San Pedro de Latarce, Ceinos de 
Campos, Medina del Campo 
• Zamora: Benavente, Villalpando, Villárdiga, Tábara, 
Carbajales Alba de Aliste, Alcañices, Zamora 
• Salamanca: Salamanca, Ciudad Rodrigo 
• Palencia: Villalcázar de Sirga 
• Logroño: Alconadre 
• Toledo: Juncos, Montalbán 
• Murcia: Caravaca 
• Cáceres: Alconétar 
• Badajoz: Capilla, Jerez de los Caballeros, Ventoso. 
 38
 
 
Castillo de Peñiscola Castillo de Miravet 
 
 
 
Castillo de Monzón 
 
Capitulo III 
 
La Disolución de la Orden del Temple 
 
3-1Acusaciones del Rey de Francia 
 
Felipe IV de Francia llamado “El Hermoso”, era un rey sin 
escrúpulos deseoso de dinero a costa de lo que fuera, tenia la 
obsesión de anexionarse los prósperos Burgos flamencos en 
tierras de Flandes, debido a lo cual sus necesidades 
económicas eras acuciantes. 
Felipe necesitaba dinero y estaba dispuesto a sacarlo de donde 
fuera, así que una de las cosas que hizo fue degradar la 
acuñación de monedas poniéndoles menos oro o plata de la 
que les correspondía y quedándose él con la diferencia. Les 
 39
pidió dinero a los judíos y a los banqueros italianos y cuando 
ya no pudo sacarles más y estos comenzaron a reclamar su 
deuda los expulsó del país. También vendió títulos nobiliarios 
a burgueses que pudieran pagar grandes cantidades y la 
libertad a siervos de la gleba. 
En esta situación lo que más le tentaba eran las saneadas arcas 
de la Iglesia. Las guerras entre Francia e Inglaterra eran una 
excusa para poder cobrar impuestos a la Iglesia. 
En 1294 fue elegido Papa Bonifacio VIII, un hombre colérico 
y arrogante extremadamente convencido de su poder, que lo 
primero que hizo fue mediar entre los dos monarcas, no para 
establecer la paz sino para que dejaran de cobrar impuestos a 
las órdenes religiosas, cosa que a su vez les impedía enviar 
dinero al Vaticano. 
En vista de que sus intentos no fructificaron, publicó una bula 
en la que excomulgaba a todo el que fijara pago de impuestos 
al clero sin la autorización el Papa. Eduardo I de Inglaterra se 
sometió al imperativo del Papa, pero no así Felipe IV de 
Francia, para quien sus necesidades económicas estaban por 
encima de la excomunión. 
Felipe IV y Bonifacio VIII se cruzaron bulas desacreditándose 
mutuamente: El Pontífice se dispuso a promulgar una bula en 
la que liberaba a los ciudadanos franceses de su juramento de 
lealtad al Rey. Felipe IV se alió con la familia romana 
Colonna, que odiaban al Papa porque les había expropiado sus 
tierras, y al mando del fiel servidor del monarca Guillermo de 
Nogaret, quien a su vez tenía pocas simpatías por el Vaticano, 
secuestraron al Pontífice en su residencia de verano de 
Anagni, fue maltratado, humillado y golpeado. 
Cuando el Papa fue liberado y regresó a Roma, no promulgó 
el edicto contra el Rey de Francia, porque según algunos 
autores perdió la razón muriendo a las pocas semanas. 
A Bonifacio VIII le sucedió Benedicto XI, cuyo pontificado 
fue muy breve pues duró solamente un año. Tras su muerte en 
1304, el rey francés utilizó todos sus poderes para que fuera 
elegido un Papa francés, y lo consiguió en la persona de 
 40
Bertrand de Got, Obispo de Burdeos, que subió al trono de 
San Pedro con el nombre de Clemente V. 
El nuevo Papa era débil de carácter y siempre estuvo a merced 
del monarca francés, de tal modo que por orden del Rey 
trasladó la Sede papal de Roma a la ciudad de Aviñón. 
Por otra parte el último maestre Templario Jacques de Molay, 
con la pérdida de Tierra Santa pensó que en lugar de instalar a 
la orden templaria en Chipre, como hicieron los hospitalarios, 
era ya hora de volver a Francia, pero ignoraba que la Francia a 
la que volvía no era la misma que el dejó en su juventud, pues 
había pasado toda su vida guerreando en Tierra Santa. 
Molay nunca comprendió a su regreso a Francia que su orden 
era un anacronismo para el poder real, el nobiliario y el 
eclesiástico en una Francia en transición entre el feudalismo y 
el reforzamiento de la autoridad real. 
El Temple debido a los bienes acumulados se convirtió en una 
especie de banco que facilitaba préstamos a reyes y grandes 
señores feudales. Uno de sus clientes más endeudados era 
Felipe IV, quien además les tenía confiada la custodia de las 
riquezas de la Corona en la fortaleza templaria de Paris. La 
deuda del Rey de Francia con los templarios era de tal 
magnitud que jamás podría haberles devuelto la cantidad 
prestada. Así que el Rey no podía ver con buenos ojos a ese 
poderoso y rico ejército particular dentro de su reino, que no 
rendían obediencia al rey sino al Papa. 
A comienzos de 1305 un tal Esquieu de Floyrano, supuesto ex 
templario expulsado de la Orden, lanzó unas serias 
acusaciones contra el Temple a cambio de dinero. Acudió en 
primer lugar a Jaime II de Aragón, pero al no hacerle caso el 
monarca, este decidió relatar sus acusaciones a Felipe IV, eso 
fue la ocasión soñada para acabar con el Temple. 
Guillermo de Nogaret, personaje sin escrúpulos, ejecutó su 
misión en un secretismo absoluto, lo primero que hizo fue 
arrestar a todo aquel que hubiera sido templario para por 
medio de la tortura recabar información sobre lo que pretendía 
que dijeran. 
 41
Una vez recabados los testimonios cursó a todos los rincones 
del país la orden de arresto contra los templarios, acompañada 
de las acusaciones de sodomía, ofensas a la figura de 
Jesucristo, y crímenes ajenos a la condición humana, también 
se les acusó de idolatrar al diablo, cosa que en aquella época 
era asociado a la herejía, brujería y como consecuencia la 
muerte en la hoguera. 
El 13 de Octubre de 1307 la sede central del Temple en Paris, 
era cercada por las tropas reales y tras solicitar Nogaret que se 
abrieran las puertas, Molay y sus hombres fueron detenidos 
sin oponer la menor resistencia, ya que su regla les impedía 
levantar un arma contra otro cristiano bajo pena de expulsión. 
Al mismo tiempo se realizaron arrestos en todas las casas de 
la Orden en Francia. 
Los interrogatorios fueron monstruosos, se les pedía a los reos 
que confesaran los crímenes apuntados por los interrogadores, 
pues tenían orden del rey de que solo anotaran las 
confesiones, no así las protestas o descargos de los templarios. 
Se torturó con verdadera saña obteniéndose las confesiones 
deseadas, pues fueron innumerables los que murieron bajo los 
efectos de las torturas sin haber confesado, pero otros ya 
ancianos, no pudieron soportarlo y sus confesiones fueron las 
que sirvieron para demostrar públicamente el porqué de la 
disolución de la orden. Las confesiones, todas similares, 
recogen que cuando entraban en el Temple, el novicio debía 
escupir sobre un crucifijo. Solo en Paris fueron torturados 138 
templarios. 
 
Felipe IV Rey de Francia 
 
 42
3-2 Actuación del Papa Clemente V 
 
El Papa, en parte por temor al rey de Francia y en parte 
porque quería sustraer a los prisioneros de la jurisdicción real, 
promulgó la bula “Pastorales Proeminentiae” por la que se 
ordenaba el arresto de los templarios. El Papa no aprobaba el 
arresto de éstos por parte del rey Felipe el Hermoso, ya que 
este no tenía jurisdicción sobre los templarios. 
El Papa envió a Paris a dos de sus cardenales y muy a su 
pesar, Felipe IV cedió los prisioneros a la Iglesia, que inició 
una investigación de los hechos. 
Jacques de Molay y Geoffroi de Charnay, pasado el temor de 
las torturas se retractaron de sus confesiones, y Felipe IV 
viendo que la situación se le escapaba de las manos, convocó 
a los Estados Generales invocando los principios de guardián 
de la religión y comenzó la misma política de injurias contra 
el Papa Clemente V que acabó con su predecesor Bonifacio 
VIII. 
 
El Papa Clemente V 
 Los Estados Generales reforzaron la postura de Felipe IV, 
por lo que el Papa se vio obligado a negociar con el monarca. 
Se aprobó abrir una nueva investigación por parte de las 
comisiones eclesiásticas, pero los nuevos interrogatorios se 
llevarían a cabo por un tribunal mixto y no solo eclesiástico. 
El nuevo proceso fue un fracaso. Las comisiones fueron 
saboteadas por los hombres de Nogaret y no se pudo 
interrogar a todos los templarios de nuevo. Algunos miembros 
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de la orden, los más significativos, cayeron misteriosamente 
enfermos, otros, los que mantenían que sus confesiones fueron 
sacadas por medio de tortura desaparecieron de sus celdas, o 
fueron quemados vivos, como los cincuenta y cuatro 
templarios de la orden de Sens. 
Después de incesantes sesiones de interrogatorios,las 
comisiones cerraron sus pesquisas el 5 de Junio de 1311 y 
transmitieron al Papa sus informes en los que los templarios 
aparecían culpables de los crímenes que se les imputaban. Sin 
embargo las otras comisiones en Alemania, Inglaterra, Italia, 
Chipre y España, enviaron los informes declarando a los 
templarios inocentes. 
Felipe IV quería que el Papa disolviera la orden, pero 
Clemente V no aceptó y convocó el concilio de Vienne el 16 
de Octubre de 1311 para que decidiera. A excepción de 4 
obispos todos los demás votaron a favor de que fueran oídos 
los templarios antes de ser acusados, pero el Papa temiendo la 
reacción del rey disolvió la sesión. 
En Febrero de 1312 fue reabierto el concilio, y nada más 
comenzar, tuvieron noticia de que Felipe IV acampaba con su 
ejercito en las inmediaciones de la ciudad. Clemente V 
comprendió la amenaza y redacto por su cuenta la bula Vox 
Clamentis en la que decía que dada la mala reputación de los 
templarios, las sospechas y acusaciones que recaían sobre 
ellos, la orden quedaba disuelta, pero añadía “No sin amargura 
y dolor íntimo, no en virtud de una sentencia judicial, sino por 
forma de decisión de ordenanza apostólica”. 
El 2 de Mayo de 1312, por la bula Ad Providam Christi el 
Papa repartía los bienes del Temple en Francia a los 
hospitalarios. Aunque la orden Papal estropeaba los planes de 
Felipe IV, pues lo que quería era apropiarse de los bienes del 
Temple, no obstante la disolución de la misma no le salió mal 
pues evito pagar su inmensa deuda, aparte de que sus hombres 
ya habían saqueado y vendido posesiones templarias, así que 
solo entregaron a los hospitalarios casas abandonadas y 
terrenos baldíos. 
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Las comisiones episcopales siguieron su proceso a los monjes 
del Temple, unos fueron absueltos y otros condenados a 
cadena perpetua. 
Clemente V se reservó la potestad de juzgar el 18 de Marzo de 
1314 a los cuatro máximos mandatarios de la orden: 
Jacques de Molay – Gran Maestre 
Hugues de Pairaud- visitador de Francia 
Geoffroi de Charnay- maestre en Normandia y 
Geoffroi de Goneville – maestre de Aquitania 
Fueron sacados de sus celdas y conducidos a la explanada que 
se extiende ante Notre Dame de Paris. Los aguardaba un 
tribunal de obispos entre los que se contaba el de Sens 
máximo enemigo de la orden y se les condenó a cadena 
perpetua, pero cuando estaba dando comienzo la ceremonia, 
los máximos representantes de la orden se dirigieron 
abiertamente a las gentes de Paris y fue Molay el que 
exclamo:”Nos sentimos culpables, pero no de los delitos que 
nos imputan, sino de nuestra cobardía al haber cometido la 
infamia de traicionar al Temple por salvar nuestra miserables 
vidas”, lo que provoco tal escándalo entre la gente que en todo 
Paris no se hablaba de otra cosa, incluso se temió el estallido 
de un motín. 
 
Jacques de Molay 
Aquel mismo día, con la puesta del sol, se alzó una enorme 
pira en un islote del Sena, denominado Isla de los Judíos, 
donde los cuatro dirigentes fueron llevados a la hoguera. 
 45
Según cuenta el párroco real Geoffroi de Paris, antes de ser 
consumido por las llamas, Jacques de Moley convoco al Rey y 
al Papa ante el tribunal de Dios para antes de que transcurriera 
un año, con las palabras “Dios conoce que se nos ha traído al 
umbral de la muerte con gran injusticia. No tardará en venir 
una inmensa calamidad para aquellos que nos han condenado 
sin respetar la autentica justicia. Dios se encargará de tomar 
represalias por nuestra muerte. Yo pereceré con esta 
seguridad”. 
Casualidad o no la verdad es que antes de un año fallecieron 
Clemente V, solo 37 días después y Felipe IV el 29 de 
Noviembre del año 1314. ¿Se cumplió la amenaza de Molay? 
Lo cierto es que los Templarios desaparecieron de la Historia 
y entraron en la Leyenda. 
 
 
3-3 El Pergamino de Chinon 
 
Hace aproximadamente un par de años el archivo Vaticano ha 
desclasificado de su Archivo Secreto un documento llamado 
el Pergamino de Chinón en el que el Papa Clemente V 
absuelve al último Gran Maestre de la Orden del Temple de 
todas las acusaciones vertidas sobre el Temple y reconoce que 
fueron difundidas con el objeto de acabar con la orden y 
unificarla con la Orden Hospitalaria. 
En el documento Clemente V también reconoce haber tomado 
una decisión ambigua, suspender a la orden al no poder hacer 
frente a la presión que recibía del Rey Felipe IV. 
También hace mención el documento a que las declaraciones 
de herejía fueron arrancadas a los templarios bajo tortura, 
tachando de chantaje la actitud de la monarquía francesa. 
El documento lleva la siguiente fecha: 
Chinon, diócesis de Tours, 17-20 de agosto de 1308 
 
 46
(Si deseáis ver el documento con el sello vaticano podéis 
entrar en Internet en www.vatican.va. Y dentro de archivo 
secreto vaticano podéis buscar como Chinon.) 
 
 
Pergamino de Chinon 
 
 
 
 
 
 
 
 47
Bibliografía 
 
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78- Historia 16 
Eslava Galán, Juan –Los Templarios y otros enigmas 
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Dos Santos, Marcelo- Jacques de Molay, El Ultimo Gran 
Maestre Templario- Santillana, Ediciones Generales SL. 2006 
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Florentin, Manuel- La Muerte de los Templarios- Revista 
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Martínez Díaz, Gonzalo- Los Templarios en los Reinos de 
España- Editorial Planeta, S.A. 2002. Barcelona 
Martínez Esteruelas, Cruz- Los Caballeros del Templo de 
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Upton Word, Judith – The Rules of the Templars The Boydell 
Press 1992. - Traducción de Montserrat Robrenyo Barcelona 
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www.artehistoria.com/historia/contextos Órdenes Militares- 
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www.wikipedia.es.org La Primera Cruzada – Consultas el 
15.1.2007 y 3.2.2007 
 48
www.osmtj.org Gran Priorato de España.- Pergamino de 
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www.sirauras.iespana.es Historia de los Templarios en 
España- Consulta 3.2.2007

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