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El sistema sexo-género aborda tres dimensiones: el sexo, el género, y el deseo. Fuente: Desirak plazara. Diagnóstico sobre las realidades de la población LGTBI en Vitoria- Gasteiz Según el sexo, la norma cataloga a las personas en hembras o machos, dicotomía que excluye a las personas intersexuales. Por otro lado, para el sistema sexo-género normativo, las personas se dividen en dos únicos géneros: mujer femenina y hombre masculino, asignando a cada género una determinada identidad o expresión. Esta división también crea exclusiones, que perjudican a las personas trans, travestis, transgénero, drag, queer, hombres femeninos, mujeres masculinas, etc. En cuanto a la dimensión del deseo, la norma impone la heterosexualidad, excluyendo a lesbianas, homosexuales, gays, bisexuales, personas poliamorosas, asexuales, etc. La norma, asimismo, vincula las tres dimensiones, de tal manera que determina que una hembra tiene que ser una mujer femenina y heterosexual y un macho, un hombre masculino heterosexual. En consecuencia, toda persona que se salga de los mandatos de la cisheteronormatividad, se verá expuesta a potenciales discriminaciones.