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Aristoteles Retorica-páginas-14

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XXXI
En esta última etapa lo determinante es la nueva ana­
lítica. Apoyado en ella Aristóteles se aleja de la concepción 
platónica de la retórica y, a la vez que acoge al entime­
ma (1), transige con los métodos sofísticos, los áxí™ y los 
οημεΐ«. Se completa así una evolución que ya en la segunda 
etapa había tenido manifestaciones tan visibles como la in­
corporación de los πάθη (más arriba, p. XXIX) y su relación 
con los entimemas. Se comprende por esta íntima relación 
entre la Retórica y el Organon que los aristotélicos poste­
riores la consideraran como una parte más de éste (2).
En definitiva Aristóteles acepta, al otro extremo de la 
concepción platónica, que la retórica no persigue sólo 
δηλοϋν, sino que le es lícito también ψυχαγωγεί, para lo cual 
hay que estudiar el carácter y las pasiones. Y con ello logra, 
al perfeccionar la dialéctica y a la vez transigir con las po­
siciones sofísticas tradicionales en la retórica, una verdade­
ra síntesis en que sofística y platonismo se refunden (3). En 
esa síntesis Aristóteles pone un espíritu filosófico riguroso 
y sistemático; con ella aporta un elemento capital a la for­
mación del pensamiento helénico. Era la retórica un capí­
tulo demasiado importante en la educación helénica, y el 
Estagirita no podía renunciar a marcar en él el poderoso 
sello de su personalidad. Su más directo discípulo, Teofras- 
to, continuó laborando en este campo, y la escuela peripa­
tética, como luego la estoica, trajeron nuevas precisiones y 
sistematizaciones. Pero las líneas fundamentales, en éste, 
como en tantos otros terrenos, las había dado de modo de- 
finitivo el Estagirita.
En esta organización general de la obra no hay que ol­
vidar que ciertas partes han podido ser añadidas, enteras 
y apenas sin incorporar, en momentos intermedios. Así
(1) Gohlke EníM,, p. 128 sa.
(2) Mouraux Lea Iwtes, pp. 178 y 180»
(3) Solmsen Die ErúwicUung, p. 228.
XXXII
Cohike (1 ) ha podido aislar todo el pasaje referente al τοψφιον 
(I 2, 1357 a 22-b 25), que con algunos añadidos (véase 
nuestras notas a los pasajes correspondientes) no es sino 
una lección independiente sobre el tema que, anterior al 
desarrollo de su analítica, recibe retoques que la ponen de 
acuerdo con ésta, no sin que se perciban huellas del pensa­
miento anterior. Por la misma razón de aparecer el τεκμήριον 
sería añadido posterior toda la parte final de II 25, desde 
1402 b 13, y el texto de I 3, 1359 a 6-10.
Cronología externa de la Retórica.
Al estudiar su composición ya hemos establecido el cua­
dro general cronológico de la Retórica. Sus partes más an­
tiguas corresponden a los años centrales del siglo, hacia 350, 
cuando Aristóteles era un compañero de los platónicos; des­
pués avanza la concepción del arte a medida que se perfec­
ciona en la mente del Estagirita su dialéctica y su analíti­
ca. Pero ahora nos preguntamos por la redacción de la obra 
que leemos y por los criterios que, tanto por la evidencia 
interna de su composición como por las referencias y datos 
externos que nos ofrece, permiten señalar fechas. El pro­
blema e^de trascendencia, pues nos ilumina sobre la com­
posición en general de los escritos esotéricos de Aristóte­
les (2). "'·
Comenzando primero por los datos externos y ordenán­
dolos de los de carácter más vago y de los más antiguos a 
los más precisos y recientes, tenemos los siguientes:
(1) Entstéhung, p. 119 ss.
(2) Véase mi edición de la Constitución de Atenas (Madrid 1947), p. 27 ss. y mi 
trabajo en la Bev. de Est. Clás. de la Universidad de Cuyo, I I I (Mendoza 1948), 
página 153 ss.

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