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Aristoteles Retorica-páginas-33

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e) L e g is la c ió n , c o n l a s fo r m a s d e g o b ie r n o .
Para la seguridad es preciso poder considerar^todo esto, 
pero no menos entender sobre la legislación, pues en las 
leyes está la salvación de la ciudad, de manera que es pre­
ciso saber cuántas son las especies de gobierno y qué es lo 
que a cada una conviene, y las causas de que se corrompan, 
bien propias de la misma forma, bien contrarias a ella. 
Digo que se corrompen por causas propias porque, fuera 
de la óptima constitución, todas las demás, por relajadas y 
por tensas, se corrompen. Así, la democracia no sólo rela­
jada se hace más débil, de manera que al fin se convierte 
en oligarquía, sino también muy concentrada; es lo mismo 
que lo aguileño o chato, no sólo.disminuyendo llegan a un 
justo medio, sino cuando se hacen en exceso aguileño o 
chato disponen de tal manera, que ni siquiera parece na­
riz (57).
Es útil para la legislación no sólo saber cuál es la forma 
de gobierno conveniente, después de estudiar las del pasa­
do, sino también las de otros países, y cuáles convienen a 
cuáles. De manera que es evidente que para la legislación 
son útiles los relatos de viajes por el mundo (58), pues en 
ellos se pueden aprender las leyes de los pueblos, y de otra 
parte para las deliberaciones políticas, los escritos de los 
que narran los sucesos. Mas todo esto es tema de la políti­
ca, y no de la retórica.
Tales son las cosas más importantes acerca de las cua­
les ha de sacar premisas el que debe intervenir aconsejan­
do. A partir de qué hay que exhortar y disuadir en estas 
cosas y en las otras, digámoslo ahora.
L a f e l i c i d a d , f i n d e l h o m b r e .
Casi lo mismo para cada hombre en particular y para 
todos en común hay un cierto objeto en vista del cual eli­
gen o repudian, y el tal es, diciéndolo de una vez, la felici-
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dad y sus partes. De manera que por vía de ejemplo defi­
namos qué es en general la felicidad, y de qué constan sus 
partes, pues acerca de ella y de las cosas que a ella tienden 
y de los contrarios, es de lo que son las persuasiones y las 10 
disuasiones. Lo que la procura o alguna de sus partes, o la 
hace mayor en vez de meïior, es preciso hacerlo; y lo que 
la destruye o impide, o causa lo contrario, no hacerlo.
D e f in ic io n e s d e l a f e l i c i d a d .
Sea, pues, la felicidad un bien vivir con virtud, o una 
suficiencia de medios de vida, o la vida más agradable con is 
seguridad, o la prosperidad de cosas y cuerpos (59) con po­
der de guardarlos y disponer de ellos, pues una de estas 
cosas, o varias, casi todos están de acuerdo en que es la 
felicidad.
E le m en t o s d e la f e l ic id a d .
Y si tal cosa es la felicidad, es preciso que de ella sean 
partes la nobleza, los muchos amigos, los amigos buenos, 20 
la riqueza, los hijos buenos, los muchos hijos, la buena ve­
jez, y además las virtudes corporales, como la salud, la 
belleza, el vigor, la estatura, la fuerza para la lucha; lar 
fama, el honor, la buena suerte; la virtud [o bien las partes 
de ésta: prudencia, fortaleza, justicia, templanza] (60), Y 
sería en sumo grado independiente uno si tiene los bienes 25 
que están en él y los exteriores, pues no existen otros fuera 
de éstos. Residen en uno los referentes al alma y al cuerpo, 
y fuera, la nobleza, los amigos, las riquezas y el honor. 
Creemos todavía que conviene tener facultades y suerte, 
pues así es como la vida será la más segura. Definamos 
ahora del mismo modo qué es cada una de estas cosas.

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