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52 por ejemplo, que no hay que estar orgulloso de lo que vie ne de la fortuna, sino de lo ganado por uno mismo. Dicho 5 de esta manera vale como consejo; como alabanza asi: pone su orgullo, no en lo que existe por la fortuna, sino en lo debido a él mismo (105). De manera que cuando se quiere ensalzar, hay que mirar qué es lo que se podría aconsejar; y cuando se quiere aconsejar, hay que mirar qué es lo que se podría alabar. La expresión será contraria por necesi dad, según se traslade lo que prohibe a lo que no prohibe. M o d o s e s p e c i a l e s d e e n c a r e c i m i e n t o . También hay que servirse de muchas circunstancias de 10 encarecimiento (106), como si es el único o el primero, o con pocos o que tuvo el que más parte en hacerlo, pues todo esto es noble. También las de tiempo y lugar, pues éstas también superan lo que cabe esperar. Y si muchas veces ha logrado lo mismo, pues ello parecerá cosa grande y no de fortuna, u sino lograda por uno mismo. Y si lo que le ha estimulado y premiado ha sido inventado y dispuesto por él; y a quien se hizo el primer encomio, como a Hipóloco (107), y como a Harmodio y Aristogiton (108), que fueron los primeros en tener estatua en el ágora. Lo mismo ocurre con los contra rios. Y si no se halla suficiente en él mismo, compáresele 20 con otros; lo cual hacía Isócrates, por su falta de costum bre en la oratoria forense (109). Es necesario hacer la com paración con gente famosa, pues resulta encarecedor y en noblece si alguien es mejor que personas excelentes. Ra zonablemente el encarecimiento corresponde en las ala banzas, ya que consiste en una excelencia, y la excelencia 25 es una de las cosas nobles. Por eso, si no con gente famosa, al menos es preciso hacer comparación con otros, puesto que excelencia parece que revela virtud. I 10 53 E l e n c a r e c i m i e n t o , c a r a c t e r í s t i c o d e l g é n e r o d e m o s t r a t i v o , COMO E L E JE M P L O , D E L D ELIB E R A T IV O , Y EL EN TIM E M A , D E L FO R E N SE . En general, de las formas comunes a todos los discur sos, el encarecimiento es el más apropiado en los declama torios, pues toman las cosas como admitidas por todos, de manera que no falta sino rodearlas de importancia y be lleza. Los ejemplos son lo más apropiado para los delibera tivos, ya que por lo pasado juzgamos augurando el futuro; los entimemas, para los forenses, pues fundamentación en causa y prueba admite especialmente lo pasado, por ser dudoso. En qué se apoyan casi todos los elogios y vituperios, y a qué hay que atender para ensalzar y reprochar, y de qué resultan los encomios y las invectivas, es todo esto; y ad quiridas estas nociones, son evidentes sus contrarios, pues el vituperio proviene de las cosas contrarias. L a o r a t o r i a f o r e n s e : t r e s b a s e s d e s u s r a z o n a m i e n t o s . Acerca de la acusación y la defensa, y de cuántas y cuá les premisas hay que sacar los razonamientos, parece que es lo que corresponde tra tar a continuación. Hay que con siderar tres cosas: la una, por cuántas y cuáles causas se comete injusticia; en segundo lugar, cuál es la disposi ción (110) de quienes la cometen; en tercero, contra quiénes y en qué disposición. Después de definir qué es cometer in justicia, digamos lo que sigue. L a i n j u s t i c i a , l a l e y . Sea cometer injusticia el hacer daño voluntariamente y contra la ley. La ley es [v. cap. 13] o particular o común; 35 10 1368 b
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