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Aristoteles Retorica-páginas-62

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88 NOTAS AL LIB. I
ejemplo que sigue en el texto, se da mayor importancia a la inducción que a la 
realización del crimen o bien al contrario, según que se considere mayor el prin­
cipio o ol fin.
(83) Leodamas era un orador, discípulo de Isócrates (v. más adelante I I 23, 
1400 a 23); el asunto a que se refiere el texto parece que es el juicio de ambos ge­
nerales por su conducta en el asunto de Oropo, que por ellos fué entregado, a pro­
puesta de Calístrato y bajo el mando de Cabrias, a los tebanos. Sin embargo, hay 
indicios de que Aristóteles ta l vez se equivoca, pues sabemos por Demóstenes 
Contra Midias 535 que en este asunto de Oropo el acusador de Cabrias se llamaba 
Filóstrato, y de un discurso de Leodamas contra Cabrias, anterior y sobre asunto 
diferente, hay noticia en Demóstenes mismo, Contra Lepiines 501 ss. Los elemen­
tos de juicio completos los da Cope I p. 128 s.
(84) No se trata de ciencias teoréticas, sino de ciencias «poéticas») en el sentido 
más arriba explicado (nota 72); el texto repite lo dicho en Tóp. I l l 1 ,116α 20-22. 
La palabra «ciencias») έπιστήμαι debe entenderse en un amplio sentido no técnico, 
es decir, incluyendo también «artes» τέχναι, como bien señala Cope I página 134.
(85) Traducimos así el término σύστοιχα, que es un neologismo aristotélico 
para indicarla relación que existe p. ej. entre «justo» y «justicia» (Tóp. 119,114« 27).
(86) Las «formas de flexión» tienen naturalmente entre sí menos diferencia 
que las «correlaciones», por lo que se tra ta de un concepto menos amplio (Bonitz). 
V. nota 105 a I I 23.
(87) Por dos alusiones de Plutarco, que cita Diels-Iíranz VorsoJcraiilcer I
p. 196, sabemos que hubo un antiguo diálogo sobre el encarecimiento retórico 
en el que aparecía como interlocutor Epicarmo. Y más precisa es otra alusión 
del propio Aristóteles De gen. anim. I 18, 724 a 28, donde extracta un pasaje que 
decía así, en verdadera gradación retórica; «de la acusación resultó la disputa, de 
ésta la batalla». Cf. también Ateneo I I 36 c d. *
(88) Compárese con Et. Nie. V III 15, 1163 a 12-16, donde se dice que mu­
chas veces el valor de un favor depende do las circunstancias.
(89) Se tra ta de un instrumento que aún se usa para transportar; en el Piri­
neo catalán se llama «collada» (cf. Krüger Volkstum u. Kultur der Bomanen I I 
p. 162 ss.).
(90) Este ejemplo, como el anterior, se repiten un poco más adelante, 9, 
1367 b, 17 sgs, Ifícrates era hijo de un guarnicionero, pero cuando un Harmodio 
que se gloriaba de ser descendiente del antiguo tiranicida le reprochó su bajo ori­
gen, le respondió: ·—Mi estirpe comienza en mí, la tuya en ti termina (Plut., Apot. 
de reyes y generales 187 b).
(91) Tal como leemos en Tucídides el famoso «epitafio» de Pericles, esta 
comparación no figura, pero pudo estar en algún texto falsificado, ya que los dis­
cursos del gran político ateniense no se conservaron escritos de modo auténtico; o 
acaso simplemente Aristóteles se confunde y lo que aquí recuerda es esta figura 
que Herodoto VII 162 pone en boca de Gelón (v. W. Schmid Gesch. der Griech. 
Lit. I 3 p. 88 n. 4).
(92) Todavía aquí Aristóteles expone de modo popular una doctrina desarro­
llada luego más técnicamente en otra parte, especialmente en los libros I I I y IV 
de la Política (cf. Gohlke Entstehung p. 89). Por lo demás, esta doctrina venía ya 
formada de antes, en sus líneas generales era de dominio popular, y se halla, como 
es sabido, en términos parecidos en Heródoto, en Platón, etc.
(93) Que se interprete esta palabra como «disciplina» propone en nota Roberts, 
con especial referencia a Esparta. Golilke Entst. p. 100, ve con razón aquí la expre­
sión del ideal del ciudadano que obedece por convencimiento. En la Pol. el όρος 
de la aristocracia es la άρετή, preparación para la cual es desde luego .la παιδεία.
NOTAS AL LIB. I 89
(94) Que la educación del ciudadano debe estar regulada por la ley era una 
idea corriente en la antigüedad, y Aristóteles la formula expresamente, Pol.VI I I 1, 
1337 a 11 sga.
(95) Lo que aquí se llama τέλος o «fin» de cada forma de gobierno es lo 
mismo que en la Pol. se llama δρος o definición.
(96) Lo tradicional es admitir aquí una laguna en que se definiera el fin de 
la monarquía. ¿Calló Aristóteles sobre la monarquía por motivos de discreción en 
el momento en que la de Macedonia era una amenaza para Atenas? ¿Comprendió, 
como en otros pasajes de su obra, bajo el nombre de tiranía a las dos formas de 
poder personal?
(97) Por ejemplo, el sofista Polícrates, a comienzos del siglo rv, babía com­
puesto elogios de los ratones, y otros de los abejorros (cit. en Isócrates Helena 12). 
Una muestra posterior de lo mismo tenemos en el Elogio de la mosca, de Luciano(tra- 
ducido por mí, junto con otras obras del mismo escritor, Barcelona, Labor, 1949).
(98) Mientras que los editores anteriores atribuían a Alceo la primera parte del 
diálogo que aquí tenemos, los más recientes (Diehl, Lobel) consideran el poema 
todo de Safo, y aun, que sea Alceo mismo el interlocutor, resulta bastante dudo­
so si nos atenemos al comentario de Estéfano (p. 280 Rabe) a este pasaje del 
texto.
(99) E l sentido preciso de esta palabra es el de «falso razonamiento». Vuelve a 
presentarse más adelante, I I 24, 1401 a 33. Proviene, como es natural, de la dia­
léctica aristotélica (Tóp. I 5, 167 6 21; 11, 172 b 3).
(100) El tópico, que se repetirá más adelante (III 14, 1415 b 31), proviene 
del Menéxeno de Platón, 235 d.
(101) El término κύκλφ ha de ser entendido simplemente como adverbio adje­
tival, como se comprueba estudiando en Bonitz los casos e n . que aparece usada 
así la palabra.
(102) Una vez más resulta difícil traducir el término ε'ξις; v. más arriba, nota 13, 
y nota 46 del lib. II.
(103) La distinción entre μακαρίζεΐν y εύδαιμονίζειν se halla formulada clara­
mente en la Et. Nie. I 12, 1101 b 24, al referir ambos términos a los dioses, y el 
primero sólo a los hombres más divinos, mientras que el segundo es propio de los 
simples humanos.
(104) El término ύποθήκη debe entenderse como sinónimo de συμβουλή o «con­
sejo», cf. I I 13, 1389 b 23.
(105) Este topos parece tomado de Isócrates Evág. 45 y Panat. 32 como 
anota Cope.
(106) Traduzco así el término αυξησις, cuya interpretación tradicional es «am­
plificación».
(107) Nada se sabe de este personaje.
(108) De la estatua de los tiranicidas en el ágora de Atenas nos habla Pausa- 
nías I 8, 5; por copias nos es conocida esta obra, que fué hecha por los escultores 
Critias y Nesiotes a comienzos del siglo v, después de la invasión de los persas.
(109) El propio Isócrates confiesa en sus discursos haberse retirado de la ora­
toria forense por sus fracasos en ella. En cambio, se distinguió en la oratoria 
demostrativa, como es sabido, y en ésta, procedimiento esencial es «comparar», 
παριστάναι (v., por ejemplo, Panat. 39 s.). Sobre la polémica con Isócrates, véase 
la Introducción.
(110) Esto es, πώς διακειμένοι,, lo cual viene a equivaler a la εξις a que nos 
hemos referido, notas 13 y 102.
(111) Etimológicamente, τά ράθυμα, quiere decir lo que da tranquilidad, como­
didad al ánimo: «aisea» traduce en francés Dufour.

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