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Aristoteles Retorica-páginas-79

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II 12 125
propias de ellos mismos y se estiman dignos de éstas. Si 10 
despiertan emulación los bienes que se estiman, es preciso 
que las virtudes la despierten y todo lo que a otros es útil 
y beneficioso, porque se rinden honores a los que hacen be­
neficio y a los que son buenos. Y también despiertan emula­
ción aquellos de cuyos bienes goza el que está cerca, por 
ejemplo, la riqueza y la belleza en mayor grado que la is 
salud.
Resulta claro también quiénes son los dignos de ser 
emulados, pues los que tienen estas cosas y las semejantes 
a ellas lo son. Son tales cosas las mencionadas, por ejemplo, 
el valor, la sabiduría, el mando, pues los que tienen mando 
pueden beneficiar a muchos, como los generales, oradores 20 
y todos los que son poderosos con tales cosas. Y también 
aquellos a los que muchos quieren asemejarse o de los que 
muchos desean ser conocidos o amigos. Y aquellos a quie­
nes muchos admiran o a quienes uno mismo admira. Y 
aquellos de quienes se dicen alabanzas y encomios, bien 
por los poetas bien por los prosistas (49). 25
Se tiene desprecio de los contrarios, pues lo contrario 
de la emulación es el desprecio, y emular es lo contrario de 
despreciar. Es evidente que los que están en tal disposición 
que emulan a algunos o son emulados, desprecian, y por 
esos motivos, a los que poseen los males contrarios a los 
bienes por los que se siente emulación. Por eso muchas ve- 30 
ces se desprecia a los que gozan de buena fortuna cuando 
tienen ésta sin los bienes honrosos.
Las causas por las que nacen y desaparecen las pasiones 
y de las que resultan argumentos retóricos han quedado 
expuestas.
D e l o s c a r a c t e r e s . 12
Cómo se es por el carácter (50), según las pasiones y las 
disposiciones y las edades y las condiciones de la fortuna,
II 12 12e
examinémoslo después de lo expuesto. Llamo pasiones a la 35 
ira, la concupiscencia y semejantes, de las que hemos ha­
blado antes [ I I 1-11], y hábitos a las virtudes y vicios; tam­
bién de éstas hemos hablado antes [I 9], y de cuáles pre­
fiere cada uno y cyáles son las que practican. Las edades 
son la juventud y la plenitud y la vejez. Llamo fortuna a 
la nobleza de cuna y riqueza y las facultades, y también a mn » 
sus contrarios, y en general a la ventura y desgracia.
a ) E n r e l a c i ó n c o n l a e d a d : 1) C a r á c t e r d e l j o v e n .
Los jóvenes son por carácter concupiscentes e inclina­
dos a hacer aquello que desean. Y en cuanto a las pasiones 
corporales son especialmente sumisos a las de Venus e in­
continentes en éstas. También son variables y fáciles de har- s 
tarse (51) en sus pasiones,y desean fuertemente, pero se les 
pasa deprisa; sus caprichos son vehementes, pero no dura­
deros, como la sed y el hambre de los que están enfermos. 
También son apasionados y de cólera pronta y capaces de 
obedecer a su impulso. Y son dominados por la ira, porque 
por punto de honra no soportan ser tenidos en poco, sino 10 
que se enojan si se consideran víctimas de injusticia. Y son 
amantes del honor, pero aún más del triunfo, porque la ju­
ventud desea sobresalir, y la victoria es una especie de ex­
celencia. Y son más bien estas dos cosas que avariciosos, 
y son menos avariciosos por no haber experimentado to­
davía la privación, como es la sentencia de Pitaco sobre 15 
Anfiarao (52).
Y no son maliciosos, sino cándidos, por no haber pre­
senciado muchas maldades. Y son confiados, por no ha­
ber sido engañados muchas veces. Y llenos de esperanza, 
porque lo mismo que los beodos, los jóvenes están calenta­
dos por la naturaleza (53), y también a causa de no haber 20 
padecido muchos desengaños. Y viven por la mayor parte 
con esperanza, porque la esperanza es del futuro y la me-

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