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II 21 139 patas se habían adherido a ella; un erizo que andaba por allí, cuando la vió la preguntó compadecido si quería que so le arrancara las garrapatas, y ella dijo que no, y como la preguntara por qué, dijo: «Porque éstas ya están cebadas de mí y sacan poca sangre, pero si me quitas éstas, vendrán otras hambrientas y me chuparán la sangre que me queda. Así pues, dijo, oh samios, éste ya no os hará más daño, por que es rico; si lo matarais, vendrán otros, pobres, que os 1394 a gastarán el resto y os robarán». Las fábulas son muy propias de los discursos al pueblo y tienen la ventaja de que, si hallar ejemplos semejantes en cosas sucedidas es difícil, fábulas es fácil, porque es pre ciso componerlas, como parábolas, si se es capaz de ver lo semejante, lo cual será fácil por la filosofía. Ciertamente 5 cosa fácil es disponer de fábulas, si bien es más útil para el género deliberativo la argumentación por los hechos, por que por lo general es semejante el futuro al pasado. Es preciso, cuando no se dispone de entimemas, servir se de ejemplos como demostración (porque en ellos se fun da la persuasión), y teniendo entimemas hay que servirse 10 de los ejemplos como de testimonios, poniendo los entime mas como remate, pues poniéndolos delante se asemejan a la inducción, y en la oratoria no es propia la inducción, ex cepto en pocos casos; dichos en el remate se asemejan a los testimonios, y el testigo en todos los casos (85) es digno de fe. Por eso el que los pone al principio, por fuerza tiene 15 que decir varios; y en el epílogo uno solo puede bastar, porque un testigo bueno, él solo basta. Cuántas son las especies de ejemplos y cómo y cuándo hay que usarlos, queda dicho. b) D e l a s s e n t e n c i a s . 21 Acerca del uso de sentencias, una vez que se ha dicho qué es adagio, resultará muy claro en qué asuntos y cuándo 20 II 21 140 y a quiénes conviene usar de sentencias en los discursos. Adagio o sentencia es una aseveración, pero ciertamente no de cosas particulares, por ejemplo, cómo es Ifícrates, sino sobre lo universal, mas tampoco de todo lo universal, por ejemplo, que lo recto es lo contrario de lo curvo, sino de aquello sobre que versan las acciones y puede elegirse o evitarse al obrar, de manera que dado que es entimema el silogismo sobre tales cosas, vienen a ser sentencias aproxi madamente las conclusiones y las premisas de los entime mas, quitado el silogismo; por ejemplo [Eur. Medea 294 s.]: «Jamás debe el hombre que es discreto educar en demasiada sabiduría a sus hijos.» Esto es por cierto una sentencia; si se añade la causa y el por qué, el todo se vuelve un entimema, por ejemplo [Ibid. 296 s.]: «Pues aparte la pereza que les echan en cara, cosechan de los ciudadanos envidia cruel.» Y aquello de [Eur. Estenobea fr. 661 N.] «No hay hombre que sea venturoso en todo», y también [Eur. Hécuba 863]: «No hay entre los hombres quien sea libre», es una sentencia, pero entimema, añadido lo que sigue [ibid. 864]: «porque o es esclavo de las riquezas o del azar». Si sentencia es lo que decimos, por fuerza habrá cuatro especies de sentencia, porque o bien será con demostración o sin demostración. Requieren demostración las que dicen 30 1394 b
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