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L A PARAPSICOLOGIA UN ENIGMA 
Como su título IO indica, abdrda uno de los 
’ 1 temas más arduos de nuestro tiempo. Y en 
verdad, aun cuando en numerosos aspectos 
las ciencias de la naturaleza y ,las correspondien- 
tes técnicas que ofrecen el cálculo matemático y 
+ teoría de las probabilidades han arrojado abun- 
-p- dante luz sobre la índole de los fenómenos para- - normales, la raíz misma de ellos es igualada O * 
rC conduce a conflictivas interpretaciones. A este 
Q- + respecto cabe observar que la evidencia de tales 
O fenómenos es manifiesta con el mismo agrado de 
certeza que se ha podido establecer en el ámbito 
J) de la Flsica, Química o Biología. 
2 Otra cosa muy diversa es compaginar todo cuan- - to a los aludidos fenómenos parapsicológicos se 
refiere y a los principios de casualidad tan estre- 
chamente ligados a Ia concepción espacio-temporal 
4i de la ciencia clásica y la considera&n, Filosófica 
-4 pertinente. 
En este sentido debe advertirse que, de cierto 
modo, la telepatía y la clarividencia, la psicaqui- 
nesis y la precognición, ia levitación y ruidos cx- 
traños que se producen en los muros como asi- 
mismo la ruptura de objetos, al parecer sii 
intervención alguna del individuo, no se su& 
naQ como parecería lógico ai principio de k ( 4 servación de la Energía. No obstante, los ava 
increíbles y a menudo espectaculares de la F 
* 
- 
3 
$ 
fit 
-cabalmente llamada “Avennira del pensamien- 
to”-, mueven al investigador de nuestrn tiempo 
a imaginar que otras reyes, criterios o principios 
pueden dirigir y explicar la naturaieza o’ condi- 
ción íntima de cuanto se relaciona con los fenó- 
menns parapsicológicos. Así, por ejemplo, si se 
abandona la concepción de un espacio plano y 
tiempo de sucesión exclusivamence rectilínea por 
la hipótesis no euclideana y la correspondiente 
teoria de la “Sincronicidad” debida a K. G. Jung, 
resultarían de alguna manera comprensibles la te- 
Iepatia y la precognición. Otro tanto podría ocu- 
rrir, si para semejante pmpósito se aprovechasen 
la Teoría de los Cuantos debida a Planck y la cé- 
!ebre doctrina ¿e la Relatividad de Einstein. 
Como sea, de lo que ya no puede dudarse es de 
la existencia rigurosamente comprobada de los 
fenómenos paranormales en cuanto tales y que 
desde tiernps antiguos se refieren a la capacidad 
que manifiestan cier¿os individuos dotados de sin- I 
guiarísimas o excepcionales facultades para la adi- 
vinación de cuanto ha ocurrido, ocurre u ocurrirá 
sin que se advierta.conocimiento de ninguna es- 
poseedores 
1 
I 
icologia .u* 
276 págs. 
1 la 
irdi- de tales capacidades. 
-on- 
nces 
ísica ErMgma. Editorial Nascimento, 1976, 
pecie por parte de aquellos individuos 
Profesor Artnro Piga, Ln Pavdpsi

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