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Editorial Inter-Médica S.A.I.C.I. • Junín 917 – Piso 1º “A” • C1113AAC • Ciudad Autónoma de Buenos Aires – República Argentina Tels.: (54-11) 4961-7249 – 4961-9234 – 4962-3145 • FAX: (54-11) 4961-5572 E-mail: info@inter-medica.com.ar • E-mail: ventas@inter-medica.com.ar • http://www.inter-medica. com.ar PEQUEÑOS ANIMALES Enfermedades infecciosas de los caninos y felinos Autor: Nélida Gómez, Nora Guida Presentación: tapa dura Formato: 20 x 28 cm Páginas: 600 Ilustraciones: en color Edición: 2010 ISBN: 978-950-555-360-0 Esta obra aporta información novedosa tanto a los fundamentos teóricos como a la metodología diag- nóstica y la terapéutica, facilitando la compresión y dando respuestas claras a las inquietudes del veteri- nario clínico. Editorial Inter-Médica S.A.I.C.I. • Junín 917 – Piso 1º “A” • C1113AAC • Ciudad Autónoma de Buenos Aires – República Argentina Tels.: (54-11) 4961-7249 – 4961-9234 – 4962-3145 • FAX: (54-11) 4961-5572 E-mail: info@inter-medica.com.ar • E-mail: ventas@inter-medica.com.ar • http://www.inter-medica. com.ar Sección I Introducción Capítulo 1. Las enfermedades infecciosas en los perros y gatos Capítulo 2. Regulación de la respuesta inmune Capítulo 3. Inmunidad en mucosas Capítulo 4. Inmunidad y nutrición Capítulo 5. Valor diagnóstico de las pruebas de laboratorio de rutina Capítulo 6. Diagnóstico de las enfermedades micóticas Capítulo 7. Diagnóstico de las enfermedades virales Capítulo 8. Diagnóstico de las enfermedades bacterianas Capítulo 9. Vacunación Capítulo 10. Perspectivas en inmunoterapia Sección II Enfermedades infecciosas de los caninos Enfermedades virales Capítulo 11. Moquillo canino Capítulo 12. Hepatitis infecciosa canina Capítulo 13. Traqueobronquitis infecciosa canina Capítulo 14. Parvovirosis canina Capítulo 15. Rabia Enfermedades bacterianas Capítulo 16. Leptospirosis Capítulo 17. Brucelosis Capítulo 18. Tuberculosis Capítulo 19. Estreptococosis Capítulo 20. Enfermedades entéricas bacterianas (enterotoxe- mias) Capítulo 21. Tétanos Capítulo 22. Bordetelosis Enfermedades rickettsiales Capítulo 23. Ehrlichiosis Capítulo 24. Fiebre maculosa de las Montañas Rocosas Capítulo 25. Fiebre Q Enfermedades micóticas Capítulo 26. Dermatofitosis Capítulo 27. Malassezias. introducción Capítulo 28. Malassezias como agentes de otitis externas Capítulo 29. Malassezias como agentes de dermatitis Capítulo 30. Criptococosis Capítulo 31. Coccidioidomicosis Capítulo 32. Aspergilosis Capítulo 33. Histoplasmosis Enfermedades producidas por protozoos Capítulo 34. Toxoplasmosis Capítulo 35. Neosporosis Capítulo 36. Coccidiosis Capítulo 37. Leishmaniasis Capítulo 38. Tripanosomiasis americana (enfermedad de Chagas-Mazza) Capítulo 39. Babesiosis Capítulo 40. Hepatozoonosis Capítulo 41. Giardiasis, tricomoniasis e infección por Entamoeba Capítulo 42. Criptosporidiosis Sección III Enfermedades infecciosas de los felinos Enfermedades virales Capítulo 43. Complejo respiratorio felino Capítulo 44. Virus de inmunodeficiencia felina Capítulo 45. Virus de leucemia felina Capítulo 46. Peritonitis infecciosa felina Capítulo 47. Panleucopenia Enfermedades bacterianas Capítulo 48. Tuberculosis Capítulo 49. Clamidiasis Capítulo 50. Otras enfermedades bacterianas Enfermedades rickettsiales y micoplasmales Capítulo 51. Ehrlichiosis Capítulo 52. Hemobartonelosis Enfermedades micóticas Capítulo 53. Dermatomicosis Capítulo 54. Malassezias Capítulo 55. Criptococosis Capítulo 56. Esporotricosis Enfermedades producidas por protozoos Capítulo 57. Toxoplasmosis Capítulo 58. Coccidiosis Capítulo 59. Leishmaniasis Capítulo 60. Tripanosomiasis Capítulo 61. Babesiosis Capítulo 62. Hepatozoonosis Capítulo 63. Criptosporidiosis Sección IV Zoonosis Capítulo 64. Alcances del término, clasificación y zoonosis Capítulo 65. Zoonosis parasitarias Capítulo 66. Leishmaniasis Capítulo 67. Patología zoonótica provocada por agresión con- tacto con animales Capítulo 68. Recomendaciones para personas inmunocomprometidas Sección V Apéndices Apéndice 1. Plan de vacunación para perros Apéndice 2. Plan de vacunación para gatos Apéndice 3. Vademecum infectológico Apéndice 4. Enfermedades transmitidas por vectores Apéndice 5. Leptospirosis. consideraciones epidemiológicas Contenido estos hialinos tabicados) provee una muy cierta infor- mación diagnóstica, a partir de la cual es posible ini- ciar el tratamiento antes de obtener los cultivos. Por ejemplo, se pueden observar levaduras monogeman- tes de Malassezia en escamas de piel o exudados óti- cos y levaduras intracelulares las cuales, con tinción con Giemsa, presentan una morfología en casquete que sugiere Histoplasma capsulatum. Asimismo, el LCR montado con tinta china permite observar leva- duras capsuladas de Criptococcus neoformans. La presencia de micelio cenocítico (sin tabiques) en se- creciones nasales o en biopsias indicaría mucormico- sis, y la de micelio pigmentado y tabicado hace referencia a feohifomicosis. CULTIVOS DE MUESTRAS Éste es un procedimiento diagnóstico lento, pero específico, que permite establecer con certeza el agente etiológico (género y especie) para iniciar el DIAGNÓSTICO DE LAS ENFERMEDADES MICÓTICAS 65 S E C C IÓ N I: In tr o d u cc ió n Tabla 6-4. Técnicas para observación microscópica EN FRESCO Dermatofitosis, candidiasis, pitiriasis, cromomicosis o granos de micetomas. KOH 20-40% Criptococosis. LCR con tinta china Feohifomicosis, hialohifomicosis, aspergilosis, mucormi- cosis coccidioidomicosis, levaduras de Paracoccidiodes brasiliensis. Frotis montado con agua destilada TINCIONES Giemsa. Esporotricosis, histoplasmosis, coccidioidomi- cosis, neumocistosis Ziehl-Neelsen o Kinyoun. Micetomas por Nocardia spp u otras bacterias filamentosas PAS, Gomori. Paracoccidioidomicosis, histoplasmosis Figura 6-1. Malassezia, estado fresco, 40X. Figura 6-3. Criptococcus neoformans, estado fresco, 40X. Figura 6-2. Actinomycetales, coloración de Kinyoun, 100X. C 06 Infecciosas Gomez Guidia FINAL:Maquetación 1 6/9/10 13:25 Página 65 tratamiento específico y conocer la epidemiología de la micosis. El medio habitual para el desarrollo fúngico es el agar glucosado de Sabouraud con antibióticos de amplio es- pectro. Se coloca en tubos de ensayo y se deja solidificar inclinado para que se constituya en “pico de flauta”. Se recomienda sembrar 4 tubos por muestra e incubar a 28 y 37 ºC en aerobiosis durante 15 a 21 días. Se observa el desarrollo de las colonias y se describe sus aspecto ma- cromorfológico (textura, color, presencia de pigmentos, etc.) y micromorfológico (hifas y fructificación asexuada). Una vez que se ha aislado el hongo en cultivo, se rea liza la identificación a nivel de especie. Existen dife- rencias importantes en el tiempo requerido para el re- conocimiento de los hongos filamentosos y los leva- du ri formes. La determinación de los hongos filamentosos se basa, fundamentalmente, en criterios morfológicos, y la rapidez con que se la puede alcanzar depende del tiempo que tarda el hongo en formar las estructuras que se utilizan para su identificación. Las levaduras se re- conocen mediante criterios morfológicos y fisiológicos, por lo que este proceso suele ser más rápido que el re- ferido a los hongos filamentosos. Las pruebas más uti- lizadas son las que se basan en la asimilación de azúcares y otros compuestos que inducen el creci- miento fúngico y que tardan en dar resultados entre 15 y 72 horas. Sin embargo, están comercializándose prue- bas basadas en la detección de actividades enzimáti- cas y estudios inmunológicos, que permiten identificar rápidamente las levaduras en medio cromogénico (CHROMagar) y posteriormente realizar la determinación por microcultivo en agar leche y pruebas bioquímicas de asimilación de azúcares (API36) (figs. 6-4 a 6-5). La mayoría de las infecciones fúngicas del tracto uri- nario causadas por levaduras son asintomáticas, y se considera significativo un valor mayor que 100.000 uni- dades formadoras de colonias(UFC). Para los hemocultivos, se utiliza la técnica de lisis y centrifugación. En ésta, la muestra de sangre debe tomar contacto con una solución de lisis que destruye todas las células sanguíneas; luego, por centrifugación, se obtiene un sedimento que se siembra en agar cho- colate a 35 °C por 3 días (para el diagnóstico bacte- riano) y en agar glucosado de Sabouraud, a 30 °C, hasta 14 días. Consideraciones sobre los medios de cultivo La elección del medio depende de la muestra y del pa- tógeno sospechado, y muchas veces está orientada por el resultado del examen directo. La observación de Ma- lassezia lleva a cultivar en medio de Sabouraud con aceite de oliva o medio de Dixon. Actualmente, el medio Lactrimel (leche, harina de trigo, miel) se ha convertido en el ideal para el aislamiento de dermatófitos. El uso de la infusión cerebro-corazón a 37 ºC es recomenda- ble para el crecimiento de levaduras de Paracoccidioi- des brasiliensis y de Histoplasma capsulatum. Los medios agar papa y Czapek resultan de utilidad para fo- mentar la fructificación asexuada. Una vez obtenido el cultivo, se procede a la obser- vación macro y micromorfológica de las colonias, y el estudio de las características bioquímicas en el caso de las levaduras (Candida, Crypto- coccus). BÚSQUEDA DE ANTÍGENOS Este estudio consiste en la identificación de metabolitos del agente etiológico, (por ej., mucopolisacáridos capsulares), mediante técnicas como aglutinación en látex y ELISA (criptococosis). El glucano es un componente de la pared celular fúngica que se libera du- rante la infección y puede detectarse en el suero de pacientes con varias micosis (can- didiasis, aspergilosis y neumocistosis), utili- zando dos sistemas comercializados. El resultado positivo de esta prueba puede em- plearse como marcador de infección fúngica, pero no permite identificar la especie. ENFERMEDADES INFECCIOSAS DE LOS CANINOS Y FELINOS 66 Figura 6-4. Microsporum canis, cultivo en Lactrimel. C 06 Infecciosas Gomez Guidia FINAL:Maquetación 1 6/9/10 13:26 Página 66 tratamiento específico y conocer la epidemiología de la micosis. El medio habitual para el desarrollo fúngico es el agar glucosado de Sabouraud con antibióticos de amplio es- pectro. Se coloca en tubos de ensayo y se deja solidificar inclinado para que se constituya en “pico de flauta”. Se recomienda sembrar 4 tubos por muestra e incubar a 28 y 37 ºC en aerobiosis durante 15 a 21 días. Se observa el desarrollo de las colonias y se describe sus aspecto ma- cromorfológico (textura, color, presencia de pigmentos, etc.) y micromorfológico (hifas y fructificación asexuada). Una vez que se ha aislado el hongo en cultivo, se rea liza la identificación a nivel de especie. Existen dife- rencias importantes en el tiempo requerido para el re- conocimiento de los hongos filamentosos y los leva- du ri formes. La determinación de los hongos filamentosos se basa, fundamentalmente, en criterios morfológicos, y la rapidez con que se la puede alcanzar depende del tiempo que tarda el hongo en formar las estructuras que se utilizan para su identificación. Las levaduras se re- conocen mediante criterios morfológicos y fisiológicos, por lo que este proceso suele ser más rápido que el re- ferido a los hongos filamentosos. Las pruebas más uti- lizadas son las que se basan en la asimilación de azúcares y otros compuestos que inducen el creci- miento fúngico y que tardan en dar resultados entre 15 y 72 horas. Sin embargo, están comercializándose prue- bas basadas en la detección de actividades enzimáti- cas y estudios inmunológicos, que permiten identificar rápidamente las levaduras en medio cromogénico (CHROMagar) y posteriormente realizar la determinación por microcultivo en agar leche y pruebas bioquímicas de asimilación de azúcares (API36) (figs. 6-4 a 6-5). La mayoría de las infecciones fúngicas del tracto uri- nario causadas por levaduras son asintomáticas, y se considera significativo un valor mayor que 100.000 uni- dades formadoras de colonias (UFC). Para los hemocultivos, se utiliza la técnica de lisis y centrifugación. En ésta, la muestra de sangre debe tomar contacto con una solución de lisis que destruye todas las células sanguíneas; luego, por centrifugación, se obtiene un sedimento que se siembra en agar cho- colate a 35 °C por 3 días (para el diagnóstico bacte- riano) y en agar glucosado de Sabouraud, a 30 °C, hasta 14 días. Consideraciones sobre los medios de cultivo La elección del medio depende de la muestra y del pa- tógeno sospechado, y muchas veces está orientada por el resultado del examen directo. La observación de Ma- lassezia lleva a cultivar en medio de Sabouraud con aceite de oliva o medio de Dixon. Actualmente, el medio Lactrimel (leche, harina de trigo, miel) se ha convertido en el ideal para el aislamiento de dermatófitos. El uso de la infusión cerebro-corazón a 37 ºC es recomenda- ble para el crecimiento de levaduras de Paracoccidioi- des brasiliensis y de Histoplasma capsulatum. Los medios agar papa y Czapek resultan de utilidad para fo- mentar la fructificación asexuada. Una vez obtenido el cultivo, se procede a la obser- vación macro y micromorfológica de las colonias, y el estudio de las características bioquímicas en el caso de las levaduras (Candida, Crypto- coccus). BÚSQUEDA DE ANTÍGENOS Este estudio consiste en la identificación de metabolitos del agente etiológico, (por ej., mucopolisacáridos capsulares), mediante técnicas como aglutinación en látex y ELISA (criptococosis). El glucano es un componente de la pared celular fúngica que se libera du- rante la infección y puede detectarse en el suero de pacientes con varias micosis (can- didiasis, aspergilosis y neumocistosis), utili- zando dos sistemas comercializados. El resultado positivo de esta prueba puede em- plearse como marcador de infección fúngica, pero no permite identificar la especie. ENFERMEDADES INFECCIOSAS DE LOS CANINOS Y FELINOS 66 Figura 6-4. Microsporum canis, cultivo en Lactrimel. C 06 Infecciosas Gomez Guidia FINAL:Maquetación 1 6/9/10 13:26 Página 66 Otra alternativa es la detección de com- ponentes no antigénicos, como el lD-arabi- nitol, el (1-3)-β-D-glucano y el ADN. Sin embargo, ésta se encuentra en estudio y las pruebas comercializadas que existen para la detección de algunos de estos compo- nentes son muy poco utilizadas en la actua- lidad. La detección de ADN en la muestra clínica se realiza por amplificación mediante la reac - ción en cadena de la polimerasa (PCR) de se- cuencias conservadas en todos los hongos (PCR panfúngica) o de secuencias específi- cas de una especie (PCR específica), y son- das de ADN. Se han desarrollado técnicas para la de- tección de antígenos para aspergilosis, can- didiasis, criptococosis e histoplasmosis, en tre otras. La biología molecular se ha utilizado principal- mente en genotipificación, en epidemiología para de- tectar si hay brotes y en estudios epidemiológicos para la identificación de género y especie. BÚSQUEDA DE ANTICUERPOS Este proceso se utiliza con el fin de identificar la pre- sencia de anticuerpos e inmunoglobulinas (IgM, IgG). Existen distintos métodos: inmunodifusión, contrainmunoe- lectroforesis. fijación de complemento, ELISA. aglutinación de partículas de látex, ELISA, radioinmunoensayo. La detección de anticuerpos es útil para el diag- nóstico y requiere del funcionamiento apropiado de la respuesta humoral, por lo cual es aplicable en pa- cientes inmunocompetentes. Independientemente de la técnica utilizada, el diagnóstico serológico para la DIAGNÓSTICO DE LAS ENFERMEDADES MICÓTICAS 67 S E C C IÓ N I: In tr o d u cc ió n Tabla 6-5. Diagnóstico EXAMEN CLÍNICO. Reseña. Anamnesis. Examen objetivo general. Examen objetivo particular. Examen de aparatos y sistemas DIAGNÓSTICOS DIFERENCIALES PRUEBAS COMPLEMENTARIAS LABORATORIO DE ANÁLISIS CLÍNICOS Sangre, orina, líquidos cavitarios, otros DIAGNÓSTICO POR IMÁGENES Radiología, ecografía, resonancia magnética, otros Fresco EtiológicoLESIÓN Coloración Citológico DIAGNÓSTICO MICOLÓGICO Histopatológico Antígenos SEROLOGÍA Anticuerpos { { {{ Figura 6-5. Aspergillus fumigatus, conidios, en azul de lactofenol, 40X. C 06 Infecciosas Gomez Guidia FINAL:Maquetación 1 6/9/10 13:26 Página 67 mia o sin ella, anorexia y pérdida de peso marcada. También es posible, aunque menos frecuente, la localización digestiva. En este caso, los signos son síndrome fe- bril, anorexia, pérdida de peso, vómitos, diarrea, aumento de los ganglios linfáti- cos mesentéricos, hepato y esplenome- galia y, a veces, colecta abdominal. Se han reportado muy esporádicamente lo- calizaciones cutánea, ósea, articular y genital. En la rutina de laboratorio pueden detectarse anemia arregenerativa, leu- cocitosis, hiperglobulinemia y altera- ción de otros parámetros bioquímicos, según el órgano afectado. DIAGNÓSTICO Desde el punto de vista clínico, el diagnóstico de esta enfermedad debe tenerse presente en los pacientes con los signos antes mencionados, y puede ser muy orien- tadora la toma de muestras para citología y coloración de Ziehl-Neelsen. Si el perro presenta una neumonía, por ejemplo, se puede optar por la reali- zación de una punción de tórax o de un lavado traqueal, a fin de obtener una muestra para citología (y de ser posible para cultivo), con el objeto de identificar al agente causal. Si hay tuberculosis, la citología revela una población inflamato- ria compuesta por leucocitos polimorfo- nucleares, neutrófilos y macrófagos. La coloración de Ziehl-Neelsen demuestra microorganismos bacilares ácido-alcohol resistentes, pero debe tenerse en cuen - ta que algunas micobacterias atípicas pueden dar positiva esta coloración. Por ello, ésta es una prueba presuntiva y no confirmativa. Del mismo modo, la histo- patología aporta evidencias presuntivas, pues, por su intermedio, se observan los típicos granulomas y en su periferia se detectan los bacilos ácido-alcohol resis- tentes. Las muestras para citología pueden obtenerse por medio de abdominocen- tesis, toracocentesis, lavado traqueal, punción de tórax, punción y aspiración con aguja fina de granulomas (guiada o no con ecografía, según el tejido que se estudie). ENFERMEDADES INFECCIOSAS DE LOS CANINOS Y FELINOS 178 Figura 18-2. Ganglios mediastínicos con granulomas y pulmones con TBC miliar en un felino. Figura 18-3. Ganglios mesentéricos infartados por tuberculosis en un perro. C 18 Infecciosas Gomez Guidia FINAL:Maquetación 1 2/9/10 14:13 Página 178 mia o sin ella, anorexia y pérdida de peso marcada. También es posible, aunque menos frecuente, la localización digestiva. En este caso, los signos son síndrome fe- bril, anorexia, pérdida de peso, vómitos, diarrea, aumento de los ganglios linfáti- cos mesentéricos, hepato y esplenome- galia y, a veces, colecta abdominal. Se han reportado muy esporádicamente lo- calizaciones cutánea, ósea, articular y genital. En la rutina de laboratorio pueden detectarse anemia arregenerativa, leu- cocitosis, hiperglobulinemia y altera- ción de otros parámetros bioquímicos, según el órgano afectado. DIAGNÓSTICO Desde el punto de vista clínico, el diagnóstico de esta enfermedad debe tenerse presente en los pacientes con los signos antes mencionados, y puede ser muy orien- tadora la toma de muestras para citología y coloración de Ziehl-Neelsen. Si el perro presenta una neumonía, por ejemplo, se puede optar por la reali- zación de una punción de tórax o de un lavado traqueal, a fin de obtener una muestra para citología (y de ser posible para cultivo), con el objeto de identificar al agente causal. Si hay tuberculosis, la citología revela una población inflamato- ria compuesta por leucocitos polimorfo- nucleares, neutrófilos y macrófagos. La coloración de Ziehl-Neelsen demuestra microorganismos bacilares ácido-alcohol resistentes, pero debe tenerse en cuen - ta que algunas micobacterias atípicas pueden dar positiva esta coloración. Por ello, ésta es una prueba presuntiva y no confirmativa. Del mismo modo, la histo- patología aporta evidencias presuntivas, pues, por su intermedio, se observan los típicos granulomas y en su periferia se detectan los bacilos ácido-alcohol resis- tentes. Las muestras para citología pueden obtenerse por medio de abdominocen- tesis, toracocentesis, lavado traqueal, punción de tórax, punción y aspiración con aguja fina de granulomas (guiada o no con ecografía, según el tejido que se estudie). ENFERMEDADES INFECCIOSAS DE LOS CANINOS Y FELINOS 178 Figura 18-2. Ganglios mediastínicos con granulomas y pulmones con TBC miliar en un felino. Figura 18-3. Ganglios mesentéricos infartados por tuberculosis en un perro. C 18 Infecciosas Gomez Guidia FINAL:Maquetación 1 2/9/10 14:13 Página 178 Diagnóstico de laboratorio El diagnóstico de laboratorio en los caninos es relativa- mente complejo. Las técnicas serológicas como ELISA o Western blot no son confiables; esto se apoya en que la inmunidad contra la tuberculosis es mayoritariamente de tipo celu- lar. En los casos crónicos con una evolución muy pro- longada, pueden dar resultados valorables, siempre y cuando se acompañen de un diagnóstico clínico riguroso. Las pruebas alérgicas en los carnívoros no tienen el valor diagnóstico relevante que se les atribuye para los bovinos. Ponen en evidencia una respuesta inmunoló- gica específica mediada por células de hipersensibili- dad retarda de tipo IV. Se utiliza la tuberculina bovina, pero en diferente concentración que en bovinos. En la Argentina, la Resolución 115/99 que regla- menta el Plan Nacional de Control y Erradicación de la Tuberculosis Bovina indica que no debe emplearse la prueba tuberculínica en perros y gatos debido a los re- sultados erráticos que tiene en estas especies. La inoculación por vía subcutánea o intravenosa pro- duce una reacción general en el enfermo, manifestada por un aumento de la temperatura corporal y gran aba- timiento. La inoculación intradérmica se realiza con PPD o BCG en el pliegue interno del flanco del muslo o en la cara interna de la oreja. Los resultados positivos se in- terpretan por una reacción local en el punto de inocula- ción que causa calor, elevación e induración y que puede llegar a necrosarse. Lamentablemente, los re- sultados son variables. El diagnóstico molecular permite identificar y carac- terizar organismos mediante el análisis de sus ácidos nucleicos, sin diferenciar entre vivos y muertos. La PCR es el método de identificación más utilizado, rápido, sencillo, y tiene altos niveles de sensibilidad y especifi- cidad. Se lo puede usar directamente en muestras de biopsias, líquidos de punción, lavados traqueobron- queales, etc., o sobre aislamientos desarrollados en cul- tivos. Finalmente, ante la sospecha de TBC en un canino, los métodos objetivos como el citológico y el histopa- tológico, ya comentados, brindan un reconocimiento efectivo que, confrontado con los datos clínicos y epi- demiológicos, puede orientar cómodamente el diag- nóstico de tuberculosis. Los métodos subjetivos como las técnicas serológi- cas o alérgicas no son confiables ni se deben utilizar como rutina para el diagnóstico de la TBC en perros y gatos. Las técnicas de biología molecular aplicadas al diag- nóstico permiten definir aquellas situaciones dudosas o sospechosas que pueden generarse en algunos casos con los métodos convencionales, pero aún no los rem- plazan. Sin embargo, en vista de que esta enfermedad es una zoonosis, resulta relevante su confirmación defini- tiva. Para ello, el aislamiento mediante el cultivo bacte- riológico continúa siendo el método de excelencia. Se utilizan medios que deben contener glicerol o piruvato, como el de Lowenstein-Jensen o el de Stonebrink, res- pectivamente. También se puede usar un medio sinté- tico de agar como el de Middlebrook 7H10 o 7H11. Los cultivos se incuban durante 8 semanas a 37 ºC y se exa- minan a intervalos semanales durante el período de in- cubación. Como los perros y gatos son susceptibles a los com- plejos M. tuberculosis,M. bovis y M. avium, los aislados deben tipificarse, ya sea por métodos bacteriológicos o moleculares. Los primeros se basan en el tiempo y la temperatura de crecimiento, la morfología de colonias y la evaluación enzimática y bioquímica. Diferentes técnicas basadas en la PCR han simplifi- cado notoriamente los estudios de tipificación mole - cular. Para diferenciar genéticamente el complejo My cobacterium tuberculosis del resto de las micobac- terias que integran el género, se pueden utilizar técnicas basadas en el estudio del polimorfismo de la región de repeticiones directas (DR, del inglés direct repeat), como el Spoligotyping. Asimismo, se puede recurrir a la técnica de PRA (del inglés PCR-restriction fragment length polymorphism analysis), aunque ésta se usa prin- cipalmente para la identificación de las micobacterias “atípicas”. RIESGOS PARA LA SALUD PÚBLICA Los animales infectados pueden actuar como disemina- dores de la bacteria en el medio. Las recomendaciones relativas a los pacientes deben realizarse en función de la legislación vigente en cada país. En términos genera- les, puede decirse que existen dos opciones: la eutana- sia del paciente y el tratamiento. No hay casos informados de contagio del perro al hombre, pero sí a la inversa. De todos modos, el riesgo potencial de zoonosis existe y deben extremarse los cui- dados, especialmente en las personas inmunocompro- metidas en contacto con estos animales, y promover una consulta en el centro de referencia humano. En la Argentina, la Ley Nº 15.465 establece la obli- gatoriedad, en todo el territorio de la Nación, de notificar los casos de tuberculosis a las autoridades sanitarias más próximas. La denuncia debe ser hecha por el vete- TUBERCULOSIS 179 S E C C IÓ N II : E nf er m ed ad es in fe cc io sa s de lo s ca ni no s C 18 Infecciosas Gomez Guidia FINAL:Maquetación 1 2/9/10 14:13 Página 179 PATOGENIA El CoVF ingresa al organismo generalmente por vía oral (a veces por inhalación) e infecta las células mononucleares del tejido linfoide reticular en la zona de penetración. Entre la penetración y la primera viremia, transcurre 1 semana durante la cual se distribuye en hígado, bazo, ganglios linfáticos, sistema de monocitos-macrófagos (los macrófagos son las células blanco) y células de pe- queños vasos sanguíneos. Luego, se produce una se- gunda viremia, que resulta en una mayor distribución en el organismo. El virus, unido a los mononucleares infectados y a las células inflamatorias, se deposita en las paredes de los vasos, donde produce una hipersensibilidad de tipo III con daño vascular (vasculitis) por acción del comple- mento. Esto causa escape de componentes ricos en fi- brina hacia los espacios intercelulares, con acumulación de líquido en las cavidades corporales. Los anticuerpos séricos producirían una aceleración del proceso por formación de complejos inmunes, que perpetuarían la reacción de hipersensibilidad. Así, la res- puesta inmune misma es la que contribuye al proceso destructivo progresivo de la enfermedad. SIGNOS CLÍNICOS La incidencia es mayor entre los 6 meses y 2 años, es esporádica entre los 5 y 13 años, y vuelve a aumentar a partir de los 14 años. Los gatitos son susceptibles de infectarse a partir de las 5-7 semanas de vida, cuando descienden los anticuerpos maternos. La enfermedad tiene un período de incubación va- riable, por lo general de 1 a 2 semanas, aunque en al- gunos casos puede durar varios meses o incluso años. Tradicionalmente, se ha considerado la existencia de dos presentaciones: � La forma efusiva o húmeda. � La forma no efusiva o seca. Ambas formas pueden combinarse a lo largo del curso de la enfermedad; estos cambios se correlacio- nan con las alteraciones que sufre la inmunidad del pa- ciente. Tanto la forma húmeda como la seca comparten una serie de signos inespecíficos, que se presentan al co- mienzo del proceso: � Fiebre crónica fluctuante que no responde a anti- bióticos. � Anorexia. � Depresión. � Pérdida de peso. � Ictericia. Posteriormente, aparecen los síntomas que van a definir la presentación de la enfermedad. � Es la presentación aguda de la enfer- medad. Su principal característica es la acumula- ción de un exudado no séptico en la cavidad pe- ritoneal o pleural (o ambas), que produce, respecti- vamente, distensión abdominal (75% de los casos) o disnea (25% de los casos). Pueden palparse masas en abdomen por adherencias epiploicas y viscerales, y aumento de los ganglios linfáticos me- sentéricos. (Figs. 46-1 y 46-2.) � Es un proceso de desarrollo más lento, en el que se ven implicados diferentes órga- nos, con reacciones inflamatorias, granulomatosas y necrosis. Los órganos abdominales son los que con más frecuencia presentan granulomas, funda- mentalmente el riñón y los ganglios linfáticos me- sentéricos, y, en menor grado, el hígado, bazo o ciego. Los síntomas dependen de la capacidad que tengan los órganos afectados para realizar su fun- ción. (Figs. 46-3 a 46-5.) Puede verse afectado el sistema nervioso cen- tral. Así, la parálisis del tren posterior (el signo neurológico más frecuente) está asociada a le- siones medulares, y las lesiones centrales (me- ningitis e hidro cefalia por la acción viral) pueden ENFERMEDADES INFECCIOSAS DE LOS CANINOS Y FELINOS 380 Figura 46-1. Colecta abdominal. C 46 Infecciosas Gomez Guidia FINAL:Maquetación 1 6/9/10 14:47 Página 380 PATOGENIA El CoVF ingresa al organismo generalmente por vía oral (a veces por inhalación) e infecta las células mononucleares del tejido linfoide reticular en la zona de penetración. Entre la penetración y la primera viremia, transcurre 1 semana durante la cual se distribuye en hígado, bazo, ganglios linfáticos, sistema de monocitos-macrófagos (los macrófagos son las células blanco) y células de pe- queños vasos sanguíneos. Luego, se produce una se- gunda viremia, que resulta en una mayor distribución en el organismo. El virus, unido a los mononucleares infectados y a las células inflamatorias, se deposita en las paredes de los vasos, donde produce una hipersensibilidad de tipo III con daño vascular (vasculitis) por acción del comple- mento. Esto causa escape de componentes ricos en fi- brina hacia los espacios intercelulares, con acumulación de líquido en las cavidades corporales. Los anticuerpos séricos producirían una aceleración del proceso por formación de complejos inmunes, que perpetuarían la reacción de hipersensibilidad. Así, la res- puesta inmune misma es la que contribuye al proceso destructivo progresivo de la enfermedad. SIGNOS CLÍNICOS La incidencia es mayor entre los 6 meses y 2 años, es esporádica entre los 5 y 13 años, y vuelve a aumentar a partir de los 14 años. Los gatitos son susceptibles de infectarse a partir de las 5-7 semanas de vida, cuando descienden los anticuerpos maternos. La enfermedad tiene un período de incubación va- riable, por lo general de 1 a 2 semanas, aunque en al- gunos casos puede durar varios meses o incluso años. Tradicionalmente, se ha considerado la existencia de dos presentaciones: � La forma efusiva o húmeda. � La forma no efusiva o seca. Ambas formas pueden combinarse a lo largo del curso de la enfermedad; estos cambios se correlacio- nan con las alteraciones que sufre la inmunidad del pa- ciente. Tanto la forma húmeda como la seca comparten una serie de signos inespecíficos, que se presentan al co- mienzo del proceso: � Fiebre crónica fluctuante que no responde a anti- bióticos. � Anorexia. � Depresión. � Pérdida de peso. � Ictericia. Posteriormente, aparecen los síntomas que van a definir la presentación de la enfermedad. � Es la presentación aguda de la enfer- medad. Su principal característica es la acumula- ción de un exudado no séptico en la cavidad pe- ritoneal o pleural (o ambas), que produce, respecti- vamente, distensión abdominal (75% de los casos) o disnea (25% de los casos). Pueden palparse masas en abdomen por adherencias epiploicas y viscerales, y aumento de los ganglios linfáticosme- sentéricos. (Figs. 46-1 y 46-2.) � Es un proceso de desarrollo más lento, en el que se ven implicados diferentes órga- nos, con reacciones inflamatorias, granulomatosas y necrosis. Los órganos abdominales son los que con más frecuencia presentan granulomas, funda- mentalmente el riñón y los ganglios linfáticos me- sentéricos, y, en menor grado, el hígado, bazo o ciego. Los síntomas dependen de la capacidad que tengan los órganos afectados para realizar su fun- ción. (Figs. 46-3 a 46-5.) Puede verse afectado el sistema nervioso cen- tral. Así, la parálisis del tren posterior (el signo neurológico más frecuente) está asociada a le- siones medulares, y las lesiones centrales (me- ningitis e hidro cefalia por la acción viral) pueden ENFERMEDADES INFECCIOSAS DE LOS CANINOS Y FELINOS 380 Figura 46-1. Colecta abdominal. C 46 Infecciosas Gomez Guidia FINAL:Maquetación 1 6/9/10 14:47 Página 380 provocar demencia, tics nerviosos, cambios de personalidad y convulsiones. Debe recordarse que la PIF es la causa infecciosa más frecuente de signos neurológicos en los felinos y, según nuestra experiencia, de los casos de evolución más desfavorables y de peor respuesta al trata- miento.10 Las lesiones oculares son frecuentes y afectan el tracto uveal, con iridociclitis, hipopión, hipema, si- nequias anteriores, precipitados queratínicos, edema y vascularización corneal. Al fondo de ojo, pueden observarse manguitos vasculares retinia- nos. Un 15% de los gatos con PIF presentan, exclu- sivamente, lesiones oculares. En la cavidad torácica hay una sintomatología más difusa, debida a pleuritis, infiltrados peribron - quiales o pericarditis relacionada. Los procesos no suelen ser evidentes, pero sí pueden apre- ciarse esporádicamente los síntomas de una neu- monía piogranulomatosa. También se describe una PIF colónica o intestinal, con lesiones en el colon, cerca de la unión ileocólica y, a veces, en el intestino delgado. Por lo general, los sig- nos son estreñimiento, diarrea crónica o vómitos. DIAGNÓSTICO El diagnóstico de la PIF es difícil de lograr, dada la su- perposición de signos con muchas otras patologías, y por no existir una única prueba específica. La presen- cia del virus en un animal o la determinación de los an- ticuerpos no necesariamente implican que ese individuo vaya a padecer la enfermedad. Debe tenerse en cuenta que los pacientes con PIF, en general, provienen de ambientes donde conviven muchos gatos (criaderos, refugios, guarderías) y suele haber un antecedente de estrés en los meses previos a la aparición del cuadro. El diagnóstico se basa en varios elementos: signolo- gía clínica; hematología y bioquímica; relación albú- mina/globulina en suero o en la efusión; medición de la glucoproteína ácida (GPA); citología del líquido de de- rrame; titulación de anticuerpos anticoronavirus; y PCR. Todos estos datos deben interpretarse en su conjunto, priorizando el criterio clínico. El único diagnóstico defi- nitivo es el histopatológico. Hematología El hemograma muestra una anemia no regenerativa (hematócrito de 30 o menor) y, a veces, neutrofilia con desvío a la izquierda. Este patrón suele darse también en las infecciones crónicas. El frotis sanguí- neo también sirve para diferenciar la enfermedad de aquella causada por Haemobartonella, ya que en esta última se puede ver el parásito, y la anemia es regenerativa. Relación albúmina/globulina (A/G) En la PIF efusiva, este parámetro se mide en el exu- dado. La proteína total es mayor que 3,5 g/dl, con mayor cantidad de globulinas que albúminas (lo que disminuye la relación A/G). Para la PIF no efusiva se mide en suero o plasma, y, en general, da un valor de globulinas mayor que 4 g/dl. La electroforesis de proteínas séricas revela PERITONITIS INFECCIOSA FELINA S E C C IÓ N II I: E nf er m ed ad es in fe cc io sa s de lo s fe lin os 381 Figura 46-2. Vasculitis y perivasculitis. Figura 46-3. Granulomas en un riñón. C 46 Infecciosas Gomez Guidia FINAL:Maquetación 1 6/9/10 14:47 Página 381
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